“LA ACTUACION DEL DERECHO INTERNACIONAL EN EL CONFLICTO RUSIA-
UCRANIA”
LICENCIADA: Ana Karina García Valdez.
CURSO: Derecho Internacional Público Antecedentes históricos del conflicto.
En 1922 Ucrania entró a formar parte de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas. ¿Es que quería formar parte de la URSS? No precisamente. Primero, había estallado una guerra civil. Y luego, perdió una guerra contra Polonia. Quedó partida en dos: una parte fue anexionada por Polonia, y la otra por la URSS. En 1991, Ucrania aprovechó la debilidad de la URSS para independizarse. Desde la independencia, Rusia ha tratado de influir en este vasto territorio de 46 millones de habitantes. Unas veces cortando el suministro de gas. Otras tratando de atraerse a los políticos. Hoy el país está dividido (aunque no a partes iguales) entre pro rusos (según las encuestas, anhelan los tiempos de la Unión Soviética), y los pro occidentales. Estos últimos se han reunido durante semanas en la gran Plaza de la Independencia (Maidan Nezalezhnosti, en ucraniano), y su rebelión se ha bautizado como Euromaidan. Sus protestas van dirigidas también contra la corrupción de la familia Yanukovich, que pretendía controlar todos los hilos del poder económico, político y mediático. Ante la presión de las protestas, Yanukovich huyó del país en febrero, y se refugió en Rusia. Dice que aún es el presidente legítimo. Un suceso inesperado ha empeorado la crisis: al sur de Ucrania, en Crimea, vive una población de origen ruso que no está de acuerdo con las protestas en Kiev. Se sienten rusos y han pedido ayuda a Putin. Crimea es un sitio estratégico: ahí está anclada nada menos que la flota rusa, que ha alquilado el puerto de Sebastopol hasta el 2042. El presidente ruso envió un grupo de tropas especiales sin identificar, que tomaron el control de las ciudades más importantes de Crimea, así como de parlamento local. Luego, Putin pidió y obtuvo permiso del Parlamento ruso para intervenir militarmente en Ucrania. Los encuentros y desencuentros entre los Estados Unidos y la Confederación Rusa por Ucrania podrían desencadenar el reinicio de la guerra fría. Los presidentes Barack Obama y Vladimir Putin se han enfrascado en una guerra de acusaciones, mientras el mundo se pregunta por qué tanto interés de las potencias mundiales. Putin ha dicho que se reserva el derecho de intervenir militarmente en Ucrania, haciendo una apuesta extremadamente arriesgada, que no sólo amenaza con un conflicto armado con Ucrania, sino también con otros países de occidente. El líder ruso ha estado siempre obsesionado con Ucrania y aseguran que si desaprovecha la ocasión para recuperar Crimea pasará a la historia como una oportunidad perdida para el Kremlin. Muchos no saben por qué se ha creado este problema. La razón principal es la República Autónoma de Crimea que vuelve a estar en el centro de la escena internacional. En mayo de 1994 el Parlamento de Crimea votó para restaurar su Constitución, que había sido aprobada en mayo de 1992 y posteriormente anulada por las autoridades de Kiev. En 1997, Ucrania y Rusia firmaron un tratado bilateral de amistad y cooperación por el cual Moscú conservaría la base para su Flota del Mar Negro en Sevastopol, Crimea durante 50 años hasta el 2047.
Punto de vista de Ucrania, manifestado por su mandatario.
El presidente Zelensky, dijo este miércoles que su país no necesita la guerra, pero agregó que, si la atacan, su nación se defenderá. “No tenemos necesidad de otra Guerra Fría, o una guerra sangrienta, o una guerra híbrida”, dijo Zelensky en un mensaje publicado en su cuenta oficial de Facebook durante la madrugada del jueves, hora local. “Pero si nos atacan militarmente, si intentan quitarnos nuestra libertad, nuestras vidas, las vidas de nuestros hijos, nos defenderemos”, agregó el presidente ucraniano en un discurso en ruso dirigido a los ciudadanos rusos. “Cuando ataquen, verán nuestras caras y no nuestras espaldas, nuestras caras”. Zelensky llamó a la guerra una “terrible desgracia”. Dijo que estaba listo para continuar las conversaciones diplomáticas con Rusia y argumentó que Ucrania no representa una amenaza para Rusia. Punto de vista de Rusia, manifestado por su mandatario. Rusia ha dicho que es el “momento de la verdad” para reformular su relación con la OTAN y ha destacado tres demandas. Primero, quiere una promesa legalmente vinculante de que la OTAN no se expanda más. “Para nosotros es absolutamente obligatorio asegurarnos de que Ucrania nunca, nunca, se convierta en miembro de la OTAN”, dijo el viceministro de Relaciones Exteriores, Sergei Ryabkov. Putin se ha quejado de que Rusia “no tiene ningún otro lugar al que retirarse. ¿Piensan que nos quedaremos de brazos cruzados?”. El año pasado, el presidente Putin escribió un artículo extenso en el que describía a los rusos y los ucranianos como “una nación”. Ha descrito el colapso de la Unión Soviética en diciembre de 1991 como la “desintegración de la Rusia histórica” y considera que los líderes actuales de Ucrania están ejecutando un “proyecto antirruso”. El presidente Putin también ha argumentado que si Ucrania se une a la OTAN, la alianza podría intentar recuperar Crimea. “Imaginemos que Ucrania es miembro de la OTAN y comienza estas operaciones militares. ¿Se supone que debemos ir a la guerra con el bloque de la OTAN? ¿Alguien ha pensado en eso? Aparentemente no”, dijo Putin.
Tratados o convenios internacionales, involucrados en dicho conflicto.
Para la Unión Europea (UE), la crisis es también una carga, ya que la mayoría de sus países miembros se encuentran en medio de una recuperación económica todavía frágil. Y a pesar de esta vulnerabilidad, la UE se vio obligada a mostrarse presente e interesada en los países del Este. La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) también se muestra impotente, porque se encuentra en medio de un juego de ajedrez en el que su oponente cuenta con un gran poderío nuclear, por lo que no puede solucionar el problema tan sólo con las fuerzas convencionales sin temer que el conflicto alcance el nivel nuclear. Para EE.UU, la crisis también representa un cambio. Washington no logrará aplicar la política externa de defensa más apartada, como parecía ser la voluntad del gobierno de Obama. Las crisis como las de Ucrania exigen un tipo de diplomacia presencial que es cara. No se puede solucionarla con tan sólo unos drones pilotados a miles de kilómetros de distancia. Y acerca de la importancia de esos acontecimientos para Rusia basta con decir que, en términos geopolíticos, la posible reintegración de Crimea es el evento más importante para el país en el período post-URSS.
Impacto económico y social a nivel internacional sobre dicho conflicto.
El conflicto entre Rusia y Ucrania podría parecer distante y que no afectaría a Latinoamérica, pero la realidad es que afecta a todo el mundo. Hasta este momento, Estados Unidos asegura que Rusia está desplegando sus fuerzas, listos para atacar por la independencia ucraniana nunca ha sentado bien a los rusos. Si la guerra estalla, el impacto llegará hasta la Latinoamérica, por las fuertes relaciones internacionales que se tienen y tu bolsillo lo lamentará.
Aumentos de precio en las gasolineras:
Una invasión de Ucrania podría hacer descarrilar el suministro energético de Rusia, que es una superpotencia energética, produciendo 9,7 millones de barriles al día el año pasado, según Rystad Energy. Esta cifra es la segunda después de Estados Unidos y supone más petróleo que el que producen Iraq y Canadá juntos. JP Morgan ha informado que predice un nuevo “superciclo”, donde el precio del barril brent supere los 125 dólares en 2022 y alcance hasta los 150 dólares en 2023.
Aumenta la gasolina y con ello la inflación
La tasa de inflación interanual superaría el 10%, según un análisis de RSM compartido con CNN. Eso es más que el 7,5% actual. Porque al subir la gasolina, aumenta el costo de transportar comida, ropa, cualquier objeto que sea enviado por camión, avión, barco.
Subirán el trigo y el maíz
No solo por la inflación, sino porque ambos países son de los mayores productores de trigo del mundo. Incluso para países que importan trigo y maíz como México, Perú y Colombia que no podrán vender de la misma manera a países europeos. Estos son solo algunas de las complicaciones económicas que podrían presentarse, sin mencionar los problemas políticos o ciberataques.