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DEMANDA DE OBRA NUEVA Y OBRA PELIGROSA.

Definición:

OBRA NUEVA.

La obra nueva que cause un daño público, produce acción popular que puede ejercitarse

judicialmente o bien ante la autoridad administrativa. Cuando la obra nueva perjudica a un

particular, sólo a él compete el derecho de proponer el interdicto. El artículo 264 de la ley citada,

contiene una norma equitativa, toda vez que permite al juez, cuando lo estime justo, que ordene

la suspensión inmediata de la obra; pero también, no se perjudica al dueño, porque también se le

faculta para que la continúe si da garantía por las resultas del juicio y por los daños y perjuicios

que la obra pueda ocasionar. Contra lo resuelto por el juez en este caso, no cabe recurso alguno.

Un ejemplo de una obra nueva puede ser la construcción de una carretera que ha falseado la

tierra y que amenaza con ello la caída de una vivienda que se ubica cerca de la misma.

Los efectos de la sentencia dictada en esta clase de interdicto, son los mismos que para el caso de

que la obra fuese peligrosa; es decir, el juez resuelve en ella sobre la suspensión definitiva o la

demolición de la obra y la condena en costas al vencido. Si procede la suspensión definitiva, el

juez debe ordenar la ejecución inmediata del fallo; y si procede la demolición, debe fijarse un

plazo para llevarse a cabo a costa del demandado.

Es la pretensión procesal en cuya virtud el poseedor o tenedor de un inmueble que es turbado en

su posesión o tenencia por una obra nueva o una obra vieja que se ha convertido en peligrosa,

que afectare ese bien, reclama que la obra se suspenda durante la tramitación del proceso y se

ordene destruir en la sentencia. Procede cuando la obra nueva o sin serlo, pudiera causar daño.
Manuel Ossorio.

Cuando el daño es público, la acción es popular. El objeto es la suspensión definitiva o la

demolición de la obra. El daño puede provenir también de árboles o construcciones.

El Código Procesal Civil y Mercantil concede acción popular cuando la obra causa un daño

público, pero si perjudica a un particular, solo a éste le corresponde tal legitimación.

El juez, cuando lo estime, puede ordenar la suspensión de la obra, permitiendo que se lleven a

cabo las obras absolutamente indispensables para la conservación de lo edificado. Contra lo

resuelto por el juez no cabe recurso alguno. En el caso de que la obra fuere peligrosa, el juez

dictará en el acto las medidas de seguridad que juzgare necesarias o el derribo de la obra,

construcción o árbol sin ulterior recurso.

Fundamento Legal:

Código Procesal Civil y Mercantil

ARTÍCULO 263. La obra nueva que causa un daño público produce acción popular, que puede

ejercitarse judicialmente o ante la autoridad administrativa.

Cuando la obra nueva perjudica a un particular, sólo a este compete el derecho de proponer el

interdicto. La persona que tenga derecho al agua como fuerza motriz, puede denunciar la obra

nueva, cuando por ella se embarace el curso o se disminuya el volumen o la fuerza del agua cuyo

disfruto le corresponda.

La suspensión de obra nueva

Todo propietario tiene derecho a ser respetado en su propiedad. En caso de que fuera inquietado

en ella, el propietario debería ser amparado o, en su caso, restituido en dicha propiedad. Así está
recogido en nuestro Código Civil. Éste, además, establece los medios que deben utilizarse para

restituir al propietario en su propiedad o para ampararlo en ella.

Entre las diferentes acciones que la ley recoge destinadas a garantizar que un propietario o

poseedor pueda ser defendido si siente que su propiedad o posesión se sienten perturbadas figura

la acción de suspensión de obra nueva o, tal y como se llamaba antes, interdicto de obra nueva.

¿En qué consiste la suspensión de obra nueva? ¿Cuál es su finalidad? La de paralizar una obra

que, por algún motivo, menoscaba, invade, modifica, recorta o imposibilita el ejercicio de una

propiedad. Con ello lo que se pretende es evitar que esa obra pueda causar males mayores a

dicha propiedad y, con ello, a su propietario.

Requisitos para la suspensión de obra nueva

Para que pueda iniciarse la acción de la suspensión de obra nueva se deben cumplir una serie

de requisitos. Entre esos requisitos podemos destacar:

 Que se esté ejecutando una construcción material que, de un modo u otro y en mayor o

menor grado, esté causando un cambio en el estado actual de las cosas.

 Que la obra sea nueva, es decir, que exista una alteración de la situación de hecho

existente antes de que se iniciara la realización de dicha obra.

 Que la obra sea de cierta entidad.

 Que la construcción que se está realizando y que se desea suspender perjudique, moleste

u origine algún tipo de inconveniente en la propiedad, posesión o derecho real del

propietario denunciante, causando daños que sean constatables o que sean, cuanto menos,

potenciales.
 Que la obra en construcción no esté finalizada; así, la finalidad del interdicto podrá

consistir tanto en impedir una obra nueva como suspenderla, si ya se ha iniciado, en el

estado en que se encuentre en ese mismo instante. Cuando se dice que la obra no debe

estar finalizada no se dice tanto en un sentido arquitectónico como en un sentido jurídico.

Según este segundo criterio, se entiende como obra terminada aquella que, pese a no estar

finalizada materialmente, ya no es susceptible de causar mayor efecto lesivo a la parte

demandante. El legislador, al disponerlo de este modo, intenta dar respuesta a la siguiente

pregunta: ¿qué sentido tendría paralizar una obra con un cierto grado de construcción si

los daños concretos y efectivos ya se han producido y si no hay posibilidad de que se

agraven por más que, desde el punto de vista de la construcción, se acabara la obra.

El proceso de suspensión de obra nueva

La ley recoge que para presentar una demanda en la que se solicite la suspensión de obra

nueva no es necesario que el actor de esta sea titular catastral o registral de la misma. Para poder

presentar este tipo de demanda es suficiente con ser el titular del derecho que se ve afectado por

la obra.

Una recomendación que los letrados siempre dan a los clientes que, en un momento determinado,

desean presentar una demanda para solicitar una suspensión de obra nueva es que no presenten

dicha demanda si lo que se denuncia es una vulneración de las normativas urbanísticas de

carácter administrativo. En este caso en concreto, el afectado debería invocar sus derechos en la

vía administrativo y, si fuera el caso, en la vía de lo contencioso.

La regulación procesal de la suspensión de obra nueva está recogida en el artículo 250.1.5 de

Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC). El proceso que se sigue para dirimir estas cuestiones es del
del juicio verbal. El proceso de suspensión de obra nueva un proceso de carácter sumario que

da como resultado una sentencia que no tiene efectos de cosa juzgada y que, por tanto, es

recurrible.

El proceso con el que se dirime la suspensión o no la obra nueva no puede examinar cuestiones

distintas a dicha suspensión y tampoco puede servir para solicitar la demolición de lo ya

construido. En este tipo de juicios no se puede, tampoco, discutir el derecho a la propiedad.

FUNDAMENTO LEGAL

ARTÍCULO 264. Si el juez lo estimare justo, podrá acordar la suspensión inmediata de la obra,

pero el dueño de ella quedará facultado para continuarla si diere garantía por las resultas del

juicio y por los daños y perjuicios. El juez, sin embargo, le permitirá las obras que sean

absolutamente indispensables para la conservación de lo edificado. Contra esta resolución no

cabrá recurso alguno.

OBRA PELIGROSA.

En esta situación, las consecuencias riesgosas de la obra hacen que el juez deba actuar con

prontitud. Al respecto el artículo 265 del cuerpo legal citado, establece que si la obra es

peligrosa, o la construcción por un mal estado pudiera causar daño, o si existiesen árboles de

donde pueda éste provenir, el juez debe dictar en el acto las medidas de seguridad que juzgue

necesarias o el derribo de la obra, construcción o árbol, sin ulterior recurso.

En este caso, el juez no debe esperar que se le solicite la diligencia de reconocimiento judicial,

debido a la situación especial de peligrosidad de la obra. El artículo 267 del mismo cuerpo legal

citado, establece que si es decretada la suspensión y el propietario de la obra no concurre al

reconocimiento judicial, el juez hará la prevención al director o encargado de la obra y a falta de


él, a los operarios, para que en el acto suspendan los trabajos, so pena (bajo pena) de castigarlos

como desobedientes. En cualquier momento y a petición de parte, el juez puede ordenar la

demolición de lo construido en contra de la orden de suspensión, a costa el infractor.

Como ejemplo de una obra peligrosa puede citarse una obra ya existente pero que representa un

peligro; por ejemplo, un muro que está inclinado y amenazando con caer encima de una

vivienda.

Para finalizar este análisis, debemos recordar que los efectos de la sentencia, en la que el juez se

pronuncia sobre la suspensión definitiva o la demolición de la obra, son los mismos que para el

caso de obra nueva.

ARTÍCULO 265. Si la obra fuere peligrosa, o la construcción por su mal estado pudiera causar

daño, o si existieren árboles de donde puede éste provenir, el juez dictará en el acto las medidas

de seguridad que juzgare necesarias o el derribo de la obra, construcción o árbol, sin ulterior

recurso. Código Procesal Civil y Mercantil.

ARTICULO 484.- (Obra peligrosa). -Si un edificio o pared amenazare peligro, podrá el

propietario ser obligado a su demolición o a ejecutar las obras necesarias para evitarlo.  Si no

cumpliere el propietario, la autoridad podrá hacerlo demoler a costa de éste. Decreto-Ley

Numero 106.

RECONOCIMIENTO JUDICIAL

ARTÍCULO 266. Al darle trámite a la demanda, el juez ordenará el reconocimiento judicial de la

obra, señalando día y hora para el efecto. El juez podrá practicar inmediatamente el

reconocimiento, según las circunstancias, sin necesidad de notificación previa a la otra parte.
EFECTOS DE LA SUSPENSIÓN

ARTÍCULO 267. Si fuere decretada la suspensión y el propietario de la obra no concurriere al

reconocimiento judicial, el juez hará la prevención al director o encargado de la obra y, a falta de

él, a los operarios, para que en el acto suspendan los trabajos, so pena de castigarlos como

desobedientes. En el acta respectiva se detallará el estado en que se halle la obra en el momento

de la suspensión. En cualquier momento y a petición de parte, el juez podrá ordenar la

demolición de lo construido en contra de la orden de suspensión, a costa del infractor.

INTERDICTO DE APEO O DESLINDE.

En este interdicto solo se discute una cuestión posesoria de hecho, que se refiere a la alteración

de límites entre heredades vecinas, cuando se han removido las cercas o mojones y se han puesto

en lugar distinto del que tenían y se ha hecho un nuevo lindero en lugar que no corresponde. Esto

sucede mucho en la realidad y nos damos cuenta de que solo es aplicable a terrenos.

El objeto de este interdicto es regresar los linderos a donde corresponde, ya que el apeo o

deslinde, significa "alteración de linderos". Es importante hacer hincapié, que es recomendable

agotar primero la vía civil, para que con la sentencia (favorable) obtenida en ella se acuda a la

vía penal por el delito de alteración de linderos, tipificado en el artículo 258 del Código Penal.

Por su parte, el artículo 260 del Código Procesal Civil y Mercantil, hace referencia a los

requisitos específicos que debe contener la demanda del juicio sumario de interdicto de apeo o

deslinde.

En cuanto a las pruebas, la que se practica comúnmente es el reconocimiento judicial, pero no es

necesario remedir el terreno, porque ello implicaría incluso costos muy elevados. Esta prueba, se
aplica de acuerdo con las reglas establecidas en los artículos 261 segundo párrafo y 174 del

Código Procesal Civil y Mercantil. En caso de que la alteración fuese comprobada, se ordenará

la restitución a cargo del que la hizo o hubiese ordenado quien será responsable de las costas del

juicio y de los daños y perjuicios, fijados prudencialmente por el juez, sin perjuicio obviamente

de las responsabilidades penales en que hubiese incurrido.

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