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1. Fundamentación
En una entrevista, la antropóloga Rita Segato afirma que el papel de los intelectuales
es la donación de palabras a esas experiencias que están en la realidad y que no han sido
nombradas. Cuando lo hacen, cuando se le coloca nombre a la experiencia que otras personas
tienen, esas palabras circulan. Otros se apropian de esas palabras, de esos nombres para poder
darle entidad a sus experiencias e inquietudes. Entiendo a la filosofía como un diálogo
continuo con aquellos que se pronunciaron sobre los problemas existenciales humanos,
nombrandolos, trayendolos a la superficie y brindando la posibilidad de que sean pensados,
destruidos y vueltos a construir bajo otras formas. La filosofía puede pensarse como el
famoso desarrollo del pensamiento crítico, pero ese pensamiento crítico también se trata de
aceptar el desafío de la incertidumbre, lo sublime y aterrador del vacío y la incomodidad de la
pregunta. La filosofía nos invita a ponernos en evidencia.
Siguiendo con la idea de Rita Segato en clave filosófica, la elección de la pregunta, de la
indagación crítica, siempre es interesada: surge de nuestro interés político y proyecto vital.
Es una pregunta situada en el vaivén de la vida del sujeto que cuestiona. La pregunta por el
mero placer intelectual nos llena de gran satisfacción. Pero al mismo tiempo esa pregunta
proyecta otros horizontes no pensados antes, los señala, los anuncia y los abre. La vida se
piensa en un movimiento de proyectos históricos.
Por lo anteriormente dicho, considero que es de suma importancia la enseñanza filosófica en
las escuelas. Una filosofía situada, que no cierre fronteras, sino que las abra. Que pueda
generar, o por lo menos provea de lo necesario para, un espacio de reflexión crítica, de
apertura y reconocimiento del mundo en tanto mundo construido y no mundo estático.
Pareciera un objetivo pretencioso y arrogante para un aula de filosofía. La idea no es generar
grandes cambios paradigmáticos, pero tal vez poder ir gestando algo en los sujetos que
permita la aparición de un ciudadano con conciencia política y crítica. En este sentido la
escuela siempre fue aliada de la construcción de subjetividades.
Para la tarea que se pretende llevar a cabo en el aula se va a partir de dos ideas, que se espera
que en la práctica real siempre sean el norte para el desarrollo de las clases: la primera es
nunca pensar que se está “pensado” por fuera de la “caverna”, haciendo alusión a la alegoría
platónica. El docente siempre tiene más “palabras” y “nombres” que lxs estudiantes, pero
nunca la verdad.
La segunda idea presente es la incentivación al “diálogo”, en una variante de sentidos.
Primero como diálogo continuo entre todxs los que se compone el aula. La circulación de la
palabra es necesaria para la incentivación de la indagación filosófica; implica el compartir
experiencias a partir de lo que despierte el diálogo con los pensadores que se estén trabajando
en clases. El diálogo con aquellos que se pronunciaron sobre un tema antes y ahora, es un
diálogo ininterrumpido que se puede incentivar tanto desde la lectura como de la escritura.
La lectura de los textos filosóficos se pretende en tanto experiencia filosófica y no solamente
como la apropiación de información. Esta experiencia es mucho más enriquecedora que
aquella que es meramente informativa. Larosa dice:
Escribes lo que has leído, lo que, al leer, te ha hecho escribir. Lees palabras de otros y
mantienes con ellas una relación de exterioridad. Te pones en juego en relación a un texto
ajeno. Lo entiendes o no, te gusta o no, estás de acuerdo o no. Sabes que lo más
importante no es ni lo que el texto dice ni lo que tú seas capaz de decir sobre el texto. El
texto sólo dice lo que tú lees. Y lo que tú lees no es ni lo que comprendes, ni lo que te
gusta, ni lo que concuerda contigo. En el estudio, lo que cuenta es el modo como, en
relación con las palabras que lees, tú vas a formar o a transformar tus palabras. Las que tú
leas, las que tú escribas. Tus propias palabras. Las que nunca serán tuyas. (Larrosa, J. La
experiencia de la lectura.
La vuelta a Platón , Aristóteles o Kant no es por un mero interés histórico, sino filosófico. Ya
desde la escritura se hace necesario la apropiación de las categorías de pensamiento provistas
a través del diálogo con otros, sea por la oralidad o la lectura. En la lectura el diálogo se hace
real. Toma forma y se ordena. La organización del pensamiento se plantea en la escritura. En
la escritura se entrelazan las historias, ideas, nombres y experiencias de los participantes del
diálogo. Se propone, se contradice, se desarrolla, se llega a conclusiones. También se
plantean preguntas y esas preguntas quedan plasmadas para siempre como bifurcaciones del
tema, posibles caminos de investigación a seguir. La forma de escritura ensayística alienta al
“atrevete a pensar” kantiano; nos saca de la forma academicista y de la repetición de ideas de
otros. Así también las ideas que aparezcan en dicho texto son en correspondencia con los
diálogos que se hayan generado previamente a través de la oralidad y el compartir con otros,
como por la lectura de aquellos pensadores que prestan sus “nombres” para designar
experiencias.Y por la misma tarea filosófica, que presenta la posibilidad de repensar dichos
nombres, reformularlos, re categorizarlos, destrozarlos, proponer otros en contraposición,
porque desde el principio se plantea el hecho de que, parafraseando a Nietzsche, no hay
verdad, solo interpretaciones.
2. Objetivos generales
3. Objetivos específicos:
Los objetivos específicos son con respecto a la unidad temática: El cuerpo humano como
base de la construcción simbólica y ejercicio de poder.
Unidad temática :El cuerpo humano como base de una construcción simbólica y ejercicio
del poder
● Tópico 1: Lo conocido desconocido: ¿Qué es el cuerpo? Nociones sobre el cuerpo: la
perspectiva de la antigüedad y la modernidad.
❖ Subtópico 1: Dualidad cuerpo y alma.
Repasar la idea de dualidad: hombre como compuesto de cuerpo y alma. El cuerpo se
presenta como cárcel del alma. La acreditación de cierto predominio o superioridad al
alma por sobre el cuerpo; el cuerpo rechazado, un estorbo. En este subtópico se
trabajará con los textos Fedón de Platón y fragmentos de Confesiones X y Ciudad de
Dios de San Agustín.
7. Metodología de evaluación
El tipo de evaluación será de proceso e integradora. Se evaluará a partir de los trabajos
escritos y orales que se propongan en clase, y la realización de los cuestionarios. La última
evaluación será un trabajo ensayístico integrador de los temas vistos en clases. Se elige la
modalidad de ensayo ya que dicho género literario tiene mayor plasticidad que géneros
académicos que requieren cierta formalidad y pueden ser contraproducentes o paralizantes
para la escritura de quien nunca hizo un texto de tono filosófico.
8.Criterios de evaluación
La complejidad del “filosofar” se traduce en un problema para su evaluación. Considero que
la mejor manera de poder evaluar un ensayo filosófico es que este no sea una “lista de datos”
, en tanto se reduzca a la repetición de ideas de los autores trabajados, sino que haya una
producción “original” de lxs estudiantes, es decir, que estos se hayan apropiado de categorías
filosóficas y puedan usarlas para pensar su cotidianeidad y praxis. Se tendrá en cuenta la
articulación entre los temas vistos en clases (es decir, el manejo del marco teórico) y sus
reflexiones personales. Se tendrá en cuenta el proceso realizado en el trabajo áulico, y el
resultado del mismo expresado en el trabajo integrador.
9. Recursos
Se utilizará principalmente fragmentos de textos académicos y literarios. También se pondrá
a disposición imágenes de obras artísticas, fotografías, series, películas y comics.