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Matrimonio, concubinato, prostitución y fornicación a la Luz de la Tanaj (Biblia) y la Cabalá (código

interno de la Tanaj).

II PARTE

En la reflexión pasada se abordaron aspectos relativos a la relación conyugal, la cual a grandes rasgos puede
clasificarse según el tipo de unión en monógama o polígama, y de acuerdo al estatus legal en matrimonio o
concubinato. Entre los elementos más relevantes se concluyó que el concubinato de tipo monógamo, en su
carácter formal y duradero puede considerarse como una forma matrimonial no formalizada o institucionalizada,
aunque si naturalizada, es decir, reconocida colectivamente como una necesidad de orden bio-psico-social que
actúa independientemente de su valor o ajuste jurídico, es decir cuya esencia y necesidad persiste por encima
del acto notarial, sin embargo, este último confiere estatus y orden social.

Se fundamenta así por la unión consensuada entre dos personas solteras, del sexo opuesto -según cánones
bíblicos-, sin vínculos de parentesco y que además asuman de forma pública el compromiso matrimonial. Desde
el punto de vista conceptual la temática es polémica, puesto que lo jurídico concibe a la categoría concubinato
como una forma de unión conyugal diferente al matrimonio, pues la Ley reserva la categoría matrimonio para
aquellas formas de unión que poseen un carácter institucional. Por otra parte, el concubinato cumple con las
funciones básicas que conciernen a la vida matrimonial, y en este sentido puede ser reconocido como un
matrimonio no institucionalizado. De modo que matrimonio y concubinato se diferencian conceptualmente desde
lo jurídico, pero se equiparan desde la praxis.

Precisamente es el criterio práctico-funcional el que tiene en cuenta las Leyes Universales, sin embargo, cabe
una aclaración, y es que al interior del código Noájida el matrimonio no institucionalizado (matrimonio natural),
tampoco constituía una variante de concubinato, pues en la antigüedad, sobre todo en el contexto de las
relaciones polígamas, el concubinato ha sido valorado como una unión de segundo orden, cuyo estatus legal y
social es inferior al del matrimonio, pero superior al de las relaciones fortuitas, este último aspecto fue reconocido
por la cultura romana, que al concebir el concubinato como una unión duradera, la distinguió de aquellas
relaciones pasajeras que eran consideradas ilícitas, similar era en la Ley judía, donde las concubinas eran
consideradas esposas de menor rango, y toda relación fuera del marco matrimonial era considerada fornicación.

En muchas de las naciones de la antigüedad la unión consensuada constituía un acto naturalizado, ahora bien,
de forma simultánea también se podía cohabitar con concubinas, y ambas formas de actividad conyugal no se
encontraban respaldadas jurídicamente, pero gozaban de aceptación social. En el pensamiento Divino, el
matrimonial natural posee el mismo grado de legitimidad y legalidad que el matrimonio institucional, ya sea en su
variante religiosa o civil.

Hoy en día la concepción del concubinato monógamo ha evolucionado al concepto de “uniones de hecho”, el cual
posee una connotación más afín con las regulaciones Noájidas sobre el matrimonio. De modo que -como se ha
querido hacer creer a lo largo de los tiempos- el matrimonio legal no es superior al natural en el orden afectivo-
moral, sino que lo institucional impone una lógica de orden social, y en cuestiones de derechos y normas
proteccionistas sin lugar a dudas ofrece a la pareja mayores beneficios.

En el presente estudio se profundizará en el tema de la prostitución sexual, de modo que para la organización del
material se construyeron los siguientes acápites inter-relacionados:

I. Tipificación de la Prostitución sexual.


II. Leyes bíblicas relativas a la prostitución sexual.
III. La prostitución de los deseos humanos.
IV. Tipología básica de la prostitución sexual.
V. El modelo ideal de la prostitución sexual.

Los acápites referidos ofrecen una interpretación tanto literal como cabalista de las Escrituras, y es que ambas
posturas exegéticas describen dimensiones diferentes a la vez que complementarias de una misma realidad,
pues entre ellas no existen incongruencias, sino que las aparentes contradicciones tienen lugar y deben
resolverse en el campo subjetivo de la personalidad, pero ello no depende exclusivamente de los conocimientos
que puedan poseer las personas, sino del grado real de desarrollo espiritual que las mismas logren alcanzar . Así
lo refiere el rabí Michael Laitman en su libro: “Alcanzando Los Mundos Superiores” (disponible en internet. Buscador
Google):

“…estudiar y vivir de acuerdo a la Torá, o estudiar y vivir de acuerdo a la Cabalá, se determina por el nivel espiritual del
alumno. Si uno está en el nivel de este mundo, entonces uno ve y percibe este mundo y la Torá como un todo.

Sin embargo, si el alumno se traslada a un nivel superior, surgirá un panorama diferente (…) Luego la Torá y toda la realidad
parecerán diferentes…

En este punto, la Biblia, con todas sus historias sobre animales, guerras y objetos de este mundo, se transformarán en la
Cabalá…No hay diferencia entre los acontecimientos de la Biblia y la Cabalá, la Biblia del mundo espiritual. La diferencia yace
en el nivel espiritual de los que están involucrados. En realidad, si dos personas estuviesen leyendo el mismo libro, uno vería
en él acontecimientos históricos, y el otro, la descripción del dominio sobre los mundos, el cual es percibido claramente desde
el Creador”

I. Tipificación de la prostitución sexual.

En el contexto de la Creación, los mundos o universos manifestados se encuentran interconectados siguiendo un


esquema jerárquico, primero se presumen los mundos espirituales y luego se percibe el mundo material en su
multiformidad, este último a grandes rasgos también se puede estratificar en materia cuántica y en materia densa.
Las leyes divinas -que no son más que la materialización del pensamiento del Eterno en su creación- regulan la
totalidad de los universos en cuestión, pero se expresan de manera particular según las cualidades y
peculiaridades de cada mundo.
En el universo físico, y en el caso específico de nuestro mundo, dichas leyes se expresan en su variante natural
y social, al respecto, en términos de preceptos y mandamientos sociales, la proyección histórico-material de la
Ley Divina es la Torah, tanto en su acepción escrita, como en su tradición oral (Talmud). Sin embargo, dentro del
entramado social, según las costumbres de las naciones, también se manifiestan diversos cuerpos legislativos -
que desde una perspectiva escalonada y no peyorativa- constituyen formas degradadas de los códigos divinos.
Finalmente, el escalón más bajo de la escalera lo constituye la transgresión de la Ley, puesto que representa el
grado mayor de distorsión del orden general prestablecido.

Si por una parte se toma como referencia la escala de desarrollo de los mundos, y por la otra la escala de
manifestación de las Leyes Divinas, específicamente la Ley de la atracción entre los cuerpos o Ley del deseo
de fusión o unidad, también conocida como Jesed (misericordia) o Ahavah (amor), entonces podemos plantear
que el vínculo sexual, visto como una derivación de la mencionada Ley de atracción se manifiesta de un modo
particular en cada mundo o universo. Analicémoslo tomando en cuenta las categorías rectoras del estudio:

● El matrimonio de orden divino responde a un deseo de unidad meta-físico o de tipo espiritual, por tanto,
imperceptible para el hombre natural que aún no ha sido corregido espiritualmente.
● El concubinato -visto como el prototipo del matrimonio terrenal-, es deseo de fusión desde la dimensión
moral-afectiva y biológica, constituye así el primer nivel de degradación del matrimonio espiritual, surge
en consecuencia el matrimonio de orden histórico-material, ya sea en su variante natural o institucional.
● La prostitución sexual materializa el deseo de unidad en el plano biológico, representa así el primer
nivel de distorsión del matrimonio terrenal y la forma más leve de fornicación.
● La fornicación revela el grado supremo de desviación del deseo de unidad, distorsiona en consecuencia
todas las dimensiones en que el mismo se manifiesta.

En resumen, el matrimonio terrenal y la prostitución constituyen diferentes grados de degradación del deseo de
unidad que se origina en los mundos superiores, mientras que la fornicación representa el nivel máximo de
desviación de dicho deseo. Por otra parte, la prostitución sexual es un eslabón intermedio entre el matrimonio
terrenal y la fornicación.

En este punto del análisis resulta oportuno valorar algunos aspectos conceptuales y psicológicos relativos al
término prostitución. Esto como punto de partida para arrojar un poco de Luz sobre su significado cabalista
(espiritual). La definición de la palabra prostitución ofrecida por la enciclopedia digital Wikipedia da a conocer que,
según el diccionario de la lengua española, el vocablo presenta dos significados:

● La prostitución es la “actividad a la que se dedica quien mantiene relaciones sexuales con otras personas,
a cambio de dinero, aunque suele considerarse del mismo modo cualquier otro tipo de retribución.
● Dicho de una persona: Deshonrar, vender su empleo, autoridad, etc., abusando bajamente de ella por
interés o adulación.
● Dicho de una profesión: Ejercer una profesión u oficio de una manera irresponsable y sin criterios de
ética, haciendo que pierda valor.
Los conceptos plasmados describen dos acepciones generales para el término prostitución, una incluye la
relación sexual como condición de intercambio, modalidad conocida como prostitución sexual, y la otra se
refiere a acciones que no incluyen el sexo como variable de intercambio, pero que, si conllevan a la violación o
degradación de valores y principios éticos, modalidad aceptada como prostitución moral. Aunque, se debe
aclarar que en ambas formas de prostitución (sexual y moral) hay degradación de valores.

La presente reflexión se centra en el abordaje de la prostitución de tipo sexual -a partir de este momento PS-, sin
embargo, esta tampoco se limita a su variante comercial, sino que también engloba otras clasificaciones que
reafirman la dimensión moral del concepto, de modo que, para los fines del estudio, la PS es clasificada en tres
categorías generales:

● Prostitución sexual de tipo comercial: Cuando se vende un servicio sexual y se retribuye con dinero u
otras formas de pago de naturaleza tangible (bienes materiales, objetos de valor). En algunos países la
PS es legal.
● Prostitución sexual de tipo religiosa (Prostitución sagrada): Cuando por medio de cultos y rituales se
ofrenda un servicio sexual a una deidad y la retribución se juzga sobre natural (experiencias estáticas o
trance, contactos con entidades espirituales, fertilidad, etc.). En la antigüedad la prostitución sagrada era
practicada abiertamente por algunas culturas, mientras que en la actualidad ha quedado relegada a
espacios privados como cultos satánicos o rituales secretos de cofradías o fraternidades.
● Prostitución sexual de tipo moral: No se trata de un servicio sexual porque la actividad carece de valor
comercial o institucional. El cuerpo no se vende monetariamente ni se ofrenda con fines religiosos, sino
que la persona se ofrece sexualmente con el objetivo de satisfacer necesidades de orden biopsicosocial.
La forma de retribución por lo general no es de tipo tangible y el intercambio no siempre tiene un carácter
explícito o consensuado. El individuo rebaja principios y valores éticos que pudieran ser causa de
conflictos intra-psíquicos. La prostitución sexual de tipo moral a su vez puede dividirse en tres
subcategorías:
a) Prostitución sexual de tipo moral fisiológica: El ofrecimiento carnal persigue como finalidad la
evacuación del impulso sexual. La necesidad de evacuación puede ser común a las partes
involucradas. La retribución en este caso posee un valor tangible (intercambio carnal o sensorial).
b) Prostitución sexual de tipo moral afectiva: El ofrecimiento carnal persigue como finalidad la obtención
de favores de tipo afectivo.
c) Prostitución sexual de tipo moral psico-social: El ofrecimiento carnal persigue como finalidad la
satisfacción de necesidades sociales personalmente significativas (Estatus, privilegios o
reconocimiento social, puestos de trabajo, ascensos laborales, etc.).

Es válido argumentar que, en la PS de tipo moral, el carácter consensuado del intercambio no siempre se hace
explícito, sino que está sujeto a las particularidades de la situación. Se tiene así el caso de una pareja en fase de
ruptura o disolución, donde uno de los miembros se resiste al hecho y usa la vía sexual como estrategia de
retención del otro, he aquí un ejemplo de prostitución sentimental. En el mencionado caso, el motivo del
ofrecimiento sexual no se saca a la luz, sino que el componente manipulativo queda implícito en la dinámica
interna de la relación, y aunque ambas partes pudieran ser conscientes de ello, de alguna forma minimizan el
hecho al percibir una ganancia. En el ejemplo la pareja se prostituye porque con el propósito de recibir placer
sexual u otros beneficios denigran valores como la autoestima y el respeto mutuo, saboteando además sus
capacidades personales, las cuales se juzgan útiles para solventar la situación.

Hoy en día se manifiestan diversas tipologías de relaciones de pareja que con frecuencia practican la PS de tipo
moral, se citan así los encuentros fortuitos (conocidas como descargas) y las relaciones de pareja fuera del
compromiso matrimonial, conocidas como relaciones informales, incluso una variante más relajada de la misma
es denominada en el argot popular como “relación musical”. Se reafirma que el compromiso matrimonial
trasciende el acto notarial y queda definido por la intensión real de las partes para asumirse como compañeros
de vida con todas las responsabilidades que ello implica.

Respecto a las relaciones informales se impone una aclaración, ya que la particularidad de la unión -a diferencia
de las llamadas descargas- asume diferentes grados de intimidad y variadas modalidades de convivencia, es
decir, se construyen conexiones sentimentales y se exigen ciertas responsabilidades, sin embargo, la fortaleza
del vínculo se juzga débil porque el pacto contraído se subordina a las circunstancias por las que deberá
transcurrir la relación, y no en un sentido inverso, pues el compromiso de complementariedad entre las partes es
el que debe prevalecer amén de las circunstancias. Por eso los votos matrimoniales rezan: “…en la buenas y en
las malas…en la salud y en la enfermedad”.

Una relación formal puede diferenciarse de una relación informal por el carácter legal del vínculo, así como por el
reconocimiento público de la unión, pero el aspecto determinante queda expresado por la calidad del pacto
contraído entre los actores participantes. Por duro que pueda parecer, una relación que se pretenda informal es
una relación con un alto nivel de prostitución moral ¿Por qué? Porque los miembros de la pareja generalmente
se usan sobre la base del beneficio personal, sin embargo, los matrimonios igualmente se utilizan, pues no se
puede obviar -cabalísticamente hablando- que el egoísmo es la naturaleza primaria del ser humano, sin embargo,
en este caso, el criterio de uso se fundamenta en el concepto de entrega, el cual garantiza una mayor simetría y
reciprocidad en la relación. La entrega matrimonial puede ser comprendida como un compromiso de vida
establecido sobre la base de la incondicionalidad razonable.

Las relaciones informales están programadas temporalmente, ya que frecuentemente en sus inicios no se
pretenden duraderas, sino que se sustentan en la satisfacción de necesidades eventuales. En dicho sentido son
comunes frases como: “lo tuyo y lo mío es musical”, “Estoy con fulano hasta que Dios quiera”, “Estoy con mengano
hasta que me deje de gustar”, “Sigo la relación hasta que me aburra o hasta que logre lo que quiero”, “No lo/la
voto hasta que encuentre una persona más a fin con mis necesidades”, etc…Las mencionadas frases ilustrativas
dejan a entrever el valor de uso, así como la conveniencia temporal de la relación, y por tanto el carácter
prostituido de la misma.

Diferente es el caso de la pareja que pretendiendo una relación duradera construye de a poco el vínculo
matrimonial, aquí no se trata de una relación informal, puesto que existe la voluntad para asumir un compromiso
total e incondicional, lo que sucede es que la relación transita por la fase de noviazgo, por eso hay quienes afirman
que “el noviazgo es la antesala del matrimonio”.

No obstante, en el epígrafe tercero, se demostrará que el estado natural de las relaciones humanas posee un
carácter prostituido, y las relaciones de pareja no escapan a esta realidad. Es la Ley respaldada en la educación
la que ayuda a las personas a elevar sus niveles de conciencias regulando al ego y colocándolo en función de
los demás, este es el valor central de la civilización, que alcanza su punto más elevado en el altruismo social. El
matrimonio terrenal es el instrumento que en el plano familiar cumple con esta función.

Las Leyes del Reino de los Cielos o Leyes de los mundos Espirituales ofrecen un escalón superior en el proceso
de desarrollo de la Humanidad, estas Leyes se encuentran codificadas en la Torah y Joshua Mashiaj las dio a
conocer. Los hombres participan de ellas por medio del trabajo de corrección interior en el Ruaj Hakodesh
(Espíritu Santo), esto es lo dicho por Joshua en el libro de Juan 16. 12 y 13: “Aún tengo muchas cosas que
deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la
verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablara todo lo que oyere, y os hará saber las cosas
que habrán de venir”. Reitero que en estos versículos Joshua también se refería al advenimiento y conocimiento
de las Leyes internas del Reino de los Cielos, dichos códigos divinos son los únicos que tienen el poder de
transformar el egoísmo humano en altruismo espiritual.

II. Leyes bíblicas relativas a la prostitución sexual.

El capítulo 18 de Levítico, el cual expone la mayor parte de los crímenes sexuales, no contiene ninguna
prescripción referida a la PS. Esta acotación no constituye un hecho arbitrario, sino que es un indicio que sugiere
que la PS se encuentra en un nivel diferente al resto de las fornicaciones, ya en el epígrafe anterior se planteó
que esta modalidad de intimidad físico-sexual constituye un eslabón intermedio entre el concubinato (matrimonio
de orden terrenal) y la fornicación propiamente dicha.

En este apartado se desarrollará la idea referida, entre otras materias asociadas, pero antes resultará de
importancia dar a conocer aquellos versículos bíblicos que por su relevancia permitirán profundizar en el tema
abordado, para este propósito se construyó una tabla informativa, algunos de los versículos plasmados se
acompañan de un comentario complementario en aras de ayudar a su contextualización. Se usó la Versión Santa
Biblia Reina Valera 1960.

Versículo Comentario
Dt 23:17-18: “No haya ramera Los términos ramera y sodomita en el versículo 17 designan en forma directa a la
entre los hijos de Israel, ni haya mujer y el hombre que ejercen la prostitución ¿Pero en qué contexto? Aquí no se trata
sodomita de entre los hijos de de una prohibición general de la prostitución, sino que la traducción de los términos
Israel. analizados proviene de los vocablos hebreos Kadesh y Kedeshah, cuyo significado es
prostituto y prostituta sagrada.

Esta forma de prostitución incorporaba la unión carnal como parte de los ritos del
No traerás la paga de una ramera templo. Los hebreos se encontraban insertos en el medio ambiente cananeo donde
ni el precio de un perro a la casa se practicaba esta forma de prostitución sagrada. Aunque la función de sacerdotisa
de Jehová tu Dios por ningún sagrada era totalmente ajena al culto de Yahvé, encontramos en algunos textos
voto; porque abominación es a bíblicos una serie de recriminaciones y recomendaciones constantes que harían
Jehová tu Dios tanto lo uno como sospechar que este tipo de prostitución pudiera haberse practicado –en algunas
lo otro. épocas- en los santuarios israelitas del norte (Reino de Israel). Los pasajes bíblicos
que refieren alguna forma de prostitución sagrada son: Nm 25.1-3, I Sam 2.22; I R
14.24, 15.11-12,22.47, 23.7; II R 22.47, II Cro 21.11 23.7.

El término ramera en el versículo 18 proviene del vocablo hebreo Zonah. Esta palabra
ya no se refiere a una forma religiosa de prostitución, sino que denomina a la prostituta
secular (civil) que puede desempeñarse en diversos ámbitos, ya sea ofreciéndose a
sí misma en los mercados en las calles o en el mercado, o bien formando parte de los
servicios provistos a los clientes en un albergue o un prostíbulo. Por otra parte, al
parecer la palabra “perro” se usa para referirse a la prostitución masculina.
Lv 19.29: “No contaminarás a tu Ley que prohíbe a los padres hebreos prostituir a sus hijas. En el texto la palabra
hija haciéndola fornicar, para que fornicar es un sinónimo de prostitución.
no se prostituya la tierra y se llene
de maldad.
Lv 21.7: “Con mujer ramera o Leyes que prohíben tanto al sumo sacerdote como a los sacerdotes contraer
infame no se casarán, ni con matrimonio con mujeres profanadas por la prostitución.
mujer repudiada de su marido;
porque el sacerdote es santo a su
Dios”.

Lv 21.14: “No tomará viuda, ni


repudiada, ni infame ni ramera,
sino tomará de su pueblo una
mujer virgen por mujer…”

Lv 21.9: “Y la hija del sacerdote, La prostitución de la hija de un sacerdote estaba condenada a muerte. En el texto la
si comenzare a fornicar, a su palabra fornicar es un sinónimo de prostitución.
padre deshonra; quemada será al
fuego”
Jr 13.27: “tus adulterios, tus Utiliza la prostitución de una manera simbólica, para designar la infidelidad religiosa.
relinchos, la maldad de tu Otros versículos: Ez 16.20-23; Os 1.2, 2.6, 4.11-14, 5.4
fornicación sobre los collados, en
el campo vi tus abominaciones.
¡Ay de ti, Jerusalén! ¿No serás al
fin limpia? ¿Cuánto tardarás tú en
purificarte?
I Co 6:15-16: “¿No sabéis que En este contexto el apóstol Pablo habla del trato con meretrices. La meretriz es el
vuestros cuerpos son miembros nombre romano utilizado en la actualidad como sinónimo de prostituta. La etimología
de Cristo? ¿Quitaré, pues, los de la palabra alude a la mujer que, sin amor, contrae matrimonio con un hombre por
miembros de Cristo y los haré interés económico o social.
miembros de una ramera? De Era común en la época que las mujeres solteras y sin vocación de prostitutas, pero
ningún modo. que ejercen temporalmente la prostitución se les catalogara de meretrices. Podría
decirse, adaptándose a la actualidad, que la meretriz era una especie de prostituta
¿O no sabéis que el que se une aficionada en donde no tenía por qué existir necesariamente transacción económica.
con una ramera, es un cuerpo con Precisamente, las primeras meretrices eran mujeres corrientes que querían aprender
ella? Porque dice: Los dos serán sobre el sexo o les atraía este e ingresaban en templos para iniciarse.
una sola carne. También hay textos que narran historias sobre hombres que ingresaban a sus jóvenes
mujeres en templos dedicados al sexo a modo de cursillo para que, como meretrices
temporales, aprendieran a satisfacer correctamente a su futuro esposo. El drama de
estas historias cuenta de mujeres que prefirieron ingresar en la orden, donde les
esperaba una vida sencilla y sin dificultades, a continuar con su marido.
Teniendo en cuenta el contexto histórico, Pablo seguramente les estaba advirtiendo a
los creyentes, en parte, acerca de la prostitución cultica (religiosa). La unión sexual
con la prostituta sagrada, significa hacerse un solo cuerpo con ella, este tipo de
relación no solo es natural, sino que afecta espiritualmente al individuo por lo cercano
del acto a la idolatría.

Exceptuando los diferentes casos de prostitución sagrada (incluye el trato con meretrices), así como los actos de
prostitución que involucraban tanto a la figura sacerdotal como a sus hijas, la Ley de Moisés ofrece pistas que
permiten inferir y validar el reconocimiento de la prostitución comercial como un puente intermedio entre el
matrimonio histórico y los modos más perversos de fornicación. Al respecto, la Ley Mosaica por una parte prohibía
tanto a los hombres como a las mujeres de Israel ejercer o practicar la PS en cualquiera de sus modalidades (Dt
23:17-18; Lv 19:29), sin embargo, en el caso de la mencionada prostitución comercial no prescribe ningún tipo de
penalidad cuando era el varón hebreo quien acudía a este tipo de servicio.

Otro ejemplo dentro del pueblo antiguo de Israel que también puede ser catalogado como PS -posteriormente se
apreciará por qué- es el caso del hombre que tenía relaciones consensuadas con una mujer virgen no desposada,
quien por la transgresión debía pagar una multa al padre de la agraviada y contraer nupcias de carácter
irrevocable, sin embargo, la Ley para tal situación no prescribía la pena capital, tampoco otras penalidades que
incluyeran daño a la integridad física.
Del mismo modo la Torah ni su tradición oral (Talmud) prescriben algún tipo de penalidad para el varón judío
soltero que tenía una unión sexual -sin un fin marital- con una mujer que cumpliera los siguientes requisitos:
extranjera que no procediera de aquellas naciones con la cuales a Israel le estaba prohibido tratar, adulta, no
desposada, libre, que hubiese perdido la virginidad y que no se encontrara en la casa de su padre. Tal vez sea
esta una de las razones por la cual la Ley de Moisés, lo mismo que el código Noájido, no prohíban estrictamente
la prostitución de tipo comercial, y ello a pesar de su carácter amoral.

Noten que esa brecha en la Ley no afirma que el hombre judío tenga licencia para intimar carnalmente con la
mujer que cumpliese los requisitos anteriormente mencionados, sino que, al no prescribir penalidad para este tipo
de caso, se puede tomar el hecho como un antecedente para el reconocimiento de la funcionalidad biológica que
ofrece la PS de tipo comercial. Incluso en el epígrafe IV se conocerá la explicación cabalista por la cual el hombre
-aun cuando no estuviese cometiendo ninguno de los crímenes sexuales referidos por la Torah- tampoco podía
intimar con una mujer de la condición referida sin antes dar algo de valor material como forma de pago por la
afrenta (uso para fines propios) y como mecanismo de restricción de su propio ego.

Variantes de penalidades por crímenes sexuales.

Pena capital.

● Ordenación legal respecto a muerte por lapidación (muerte por apedreamiento): Relación sexual incestuosa: Madre,
mujer del padre, nuera//Relación de tipo homosexual//Relación sexual con animales//el que copula con una joven
prometida.
● Ordenación legal respecto a muerte por abrasamiento (muerte por fuego): Relación sexual con mujer y con su hija//
la hija del sacerdote que ha cometido adulterio. En la ley de la mujer y su hija están comprendidas: su hija, la hija
de su hija, la hija de su hijo, la hija de la mujer del hijo, la hija de la hija de ésta, la hija del hijo de ésta, su suegra, la
madre del suegro//
● Ordenación legal respecto a muerte por decapitación (muerte por corte de la cabeza): No incluye crímenes de tipo
sexual.
● Ordenación legal respecto a muerte por estrangulamiento (muerte por asfixia): Casos de adulterio//el que se acuesta
con la hija de un sacerdote.

Azote

● Ordenación legal respecto a castigo por azote: Aplicable en caso de unión sexual entre un hombre y una mujer
sierva desposada, que no fuese libre y que no estuviera rescatada (la mujer que tras ser vendida como sierva se
desposa con su dueño y luego es repudiada por este, podía ser rescatada con dinero por su padre u otra figura
facultada).

Multas.

● Multas impuestas por violación de una joven: Estas son las jóvenes por cuya causa se paga una multa: Si un hombre
tiene unión sexual con una bastarda, o con una guibeonita (mujeres extranjeras cuyo pueblo guardó pacto con Israel
a través del engaño), o con una samaritana (mujer descendiente de las tribus israelitas, pero con sangre mezclada),
o si tiene la unión sexual con una prosélita (conversa al judaísmo), o con una cautiva, o con una esclava manumitida
(mujeres esclavas que anteriormente no estaban sometidas a las leyes de castidad), o que se ha hecho prosélita, o
que ha sido liberada. O si tiene unión sexual con su hermana, o con la hermana de su padre, o con la hermana de
su madre, o con la hermana de su mujer, o con la mujer de su hermano, o con la mujer del hermano de su padre, o
con una mujer en el período de la menstruación.

Muerte por exterminio

● Muerte por juicio divino: Este tipo de muerte se dejaba en las manos de Dios. Podía ser una muerte prematura o
repentina, directa o indirecta (fenómenos naturales, enfermedades, animales, personas, accidentes). Todos los
casos descritos en el punto anterior pueden ser susceptibles de exterminio// Prostitución sagrada.

Fuente: Torah y Talmud

Por otra parte, la posibilidad de intimar sexualmente o de contraer nupcias con prostitutas estaba vedada para la
figura sacerdotal (Lv 21.7; 21.14), y ello por el elevado nivel de santidad que debían tener frente al Creador. En
el otro polo, la Biblia registra eventos particulares, en los cuales los hombres judíos que no cumplían funciones
sacerdotales, independientemente de su grado de justicia, al parecer podían recurrir al servicio sexual ofrecido
por mujeres rameras, y esto entendido como una forma natural de evacuación de la pulsión sexual.

Un ejemplo anterior a la prescripción de la Ley Mosaica, pero posterior a la disposición de las 7 Leyes Universales
de Noé y que deja entrever la naturalidad de este tipo de relación mercantil puede ser hallado en la historia de
Judá, hijo de Jacob, quien intimó sin saber con su ex-nuera bajo la pretensión de que ella era una mujer ramera
(Gn 38: 1-30), y el propósito Divino fue tal, que a partir de Judá y Tamar proviene la genealogía del Rey David
(Rut 4: 1-22). Claro está que Tamar no ejercía la prostitución, pero lo que llama la atención es como para Judá -
hombre viudo y justo- resultaba natural llegarse a una mujer de esa condición. Por otra parte, Tamar asumió con
Judá el rol de una prostituta, es decir se prostituyó circunstancialmente, para que este le hiciera justicia
procurándole la descendencia prometida.

Otro ejemplo puede ser encontrado en la figura de Sansón, quien estuvo casado y divorciado con mujer filistea
(Jue 14:1-2), quien en la ciudad de Gaza se llegó a una mujer ramera (Jue 16:1), y quien vivió en concubinato
con Dalila (Jue 16:4), otra mujer filistea, y en ninguno de los casos Sansón perdió su unción, sino que su fuerza
descomunal le abandonó cuando reveló a esta última el secreto del voto Nazareo (Jue 16.17).

Las escrituras también refieren el caso del profeta Oseas, quien por mandato divino tomó por esposa a una mujer
fornicaria o ramera (Os1:2-3). Finalmente tenemos el ejemplo de Galaad, quien simplemente se llegó a una mujer
ramera y del fruto de esa unión nació Jefté, que, a pesar de su condición de bastardo, fue catalogado de varón
esforzado y valiente por liderar a Israel en tiempos de Jueces (Jue 11:1).

Sin embargo, aun cuando existía cierta flexibilidad en lo concerniente al trato con mujeres rameras, la Ley cuidaba
que este tipo de práctica no se mezclara con las cuestiones sagradas, es decir aquellas que elevaban la moral y
la espiritualidad del hombre, prohibía en consecuencia que en el templo se aceptaran los votos asociados a
cualquier tipo de transacción, negocio u ofrenda derivado directa o indirectamente de esta actividad.

En el marco del nuevo testamento, Yeshúa expresó que las rameras estaban más cerca de entrar al reino de los
cielos (Mt 21: 31-32) que los propios sacerdotes y ancianos del pueblo, ya que creyeron en las palabras de Juan
el Bautista y procuraron arrepentimiento. Queda así demostrado que las prostitutas que vendían sus cuerpos con
fines comerciales, si bien eran marginadas socialmente por su condición amoral y si bien carecían de
determinados derechos civiles, tampoco se les imputaba la severidad de los castigos que la Ley prescribía por
los crímenes sexuales.

¿Cómo entender los ejemplos referidos? ¿Por qué incluso, en determinados casos detrás de esta aparente
inmoralidad sexual se escondía un propósito divino? ¿Por qué en el caso de la prostitución comercial la Torah les
prohíbe a los judíos su práctica a la vez que deja una pequeña apertura que flexibiliza su uso? ¿Qué principio
espiritual justifica dicha apertura? El siguiente apartado ofrece luces al respecto.

III. La prostitución de los deseos humanos.

La lectura de este acápite es de difícil comprensión, pues para responder las interrogantes recién planteadas, se
debe partir de principios espirituales que no se encuentran textualmente en la Tanaj, sino que deben ser
deducidos por medio del discernimiento, o a través de las asociaciones que se derivan de la lectura de
determinados versículos bíblicos, no obstante, el sentido común, que en este marco se fundamenta
esencialmente en los conocimientos bíblicos así como en otras teorías afines (incluso científicas), también puede
ayudar a la asimilación de los principios y argumentos que a continuación se habrán de exponer.

Se parte del siguiente principio espiritual: “en la dimensión superior de la existencia (mundos espirituales),
casi la totalidad del deseo de recibir del ente creado, se encuentra cubierto permanentemente por el placer
procedente del Creador. Y se plantea que casi la totalidad, porque en el caso de que el Creador cubra el 100 %
del deseo de recibir, el ser creado (realidad adámica) perdería propiedades como la autoconciencia, la
individualidad y la funcionalidad.

El DESEO DE RECIBIR es la propiedad básica de todo lo creado, ya sea de naturaleza espiritual, humano, animal,
vegetal o mineral. Dicho DESEO puede ser considerado como un estado que demanda satisfacción constante.
Por otra parte, El DESEO DE UNIDAD (fusión, conexión) con el objeto de placer es un subproducto del DESEO
DE RECIBIR, de hecho, también puede ser entendido como deseo de recibir, solo que se activa cuando se
manifiesta el estado de carencia, es decir cuando el objeto de placer no es percibido, sentido, experimentado o
metabolizado por el Deseo de Recibir.

Dicho así, se infiere que en la etapa más elevada de la creación el deseo de fusión con el opuesto prácticamente
se ha anulado ¿Por qué? Porque el Emanado y la Luz (soporte vital) del Creador conforman una unidad
inseparable. Esta es la esencia del matrimonio espiritual: “La unión continua entre la vasija y la Luz”. Por eso
Joshua afirmó que en el Reino de los Cielos nadie se dará en casamiento, porque el estado habitual de esa
dimensión es la UNIDAD entre los contrarios.

El deseo de fusión se hace realidad en aquellas etapas de la Creación donde el deseo de recibir y la Luz del
Creador se comienzan a diferenciar. Entonces se puede plantear que:

 Las fases creativas donde el DESEO DE RECIBIR y la LUZ se diferencian, aunque sin perder conexión,
define a los mundos espirituales.
 La fase creativa donde el DESEO DE RECIBIR y la LUZ alcanzan su grado máximo de diferenciación
haciéndose evidente la separación, es reconocida como universo físico. En esta dimensión quien
observa, percibe al otro como diferente a sí mismo, además no lo distingue en su aspecto de Luz, sino
en la forma de objetos materiales.

Cuando las leyes de tiempo y espacio operan en la dimensión histórico-material, el referido deseo de recibir es
percibido por los seres humanos como fragmentado, transitorio y cíclico. Luego las personas perciben el deseo
de fusión como necesidad orientada hacia múltiples objetos de satisfacción. En el mundo físico, la fragmentación
del deseo de recibir provoca la aparición de infinidades de cuerpos y fenómenos, todos dotados con identidad y
función propia, de modo que pueden ser clasificados según su naturaleza, clase, género, especie, familia, etc., y
ello porque poseen medidas diferentes del mismo deseo de recibir. De modo que puede plantearse la siguiente
proposición:

“En el nivel más elevado de la espiritualidad el DESEO DE RECIBIR es percibido como único y se encuentra
orientado hacia el Creador, quien lo cubre constantemente (matrimonio espiritual). En el plano más denso de
la materialidad, el deseo de recibir se invierte hacia el ente particular y en el caso de los animales se proyecta en
la conciencia en la forma de múltiples deseos o necesidades, los cuales se orientan hacia diferentes objetos de
gratificación (prostitución natural), y estos últimos solo pueden satisfacer temporalmente a los individuos. Al
respecto, el pico más elevado de placer que las personas pueden vivenciar, es el momento espacio-temporal
donde la necesidad y el objeto de la satisfacción se encuentran”.

En resumen, en el mundo superior el deseo es único y se orienta hacia el Creador, en el universo material los
deseos son múltiples y se orientan hacia el propio objeto. La multiplicidad de deseos experimentada por el ser
humano, simbólicamente puede ser comparado con el estado de prostitución, pues metafóricamente hablando es
como si este para lograr su satisfacción necesitara de varios “maridos” o fuentes de gratificación.

Más allá de lo moral-peyorativo, la prostitución de los deseos humanos refleja un estado natural del ser. Esta
condición impulsa al individuo hacia la satisfacción de múltiples necesidades usando a su vez diferentes objetos
de placer. Ello explica por qué en términos de necesidad sexual las personas:

 se sienten atraídas por disímiles parejas potenciales;


 tienden a tener más de un compañero/a sentimental a lo largo de la vida;
 comparten sexualmente con otras, aun cuando sostienen una relación marital.

La prostitución de los deseos humanos es la condición natural que justifica el fenómeno de la prostitución sexual.
Sin embargo… ¿Por qué a lo largo de la historia las civilizaciones han tratado de regular el instinto sexual? Porque
trascendiendo los perjuicios morales y los crímenes sexuales derivados de su control inadecuado, es la voluntad
del Creador, que el género humano retorne a la condición en la cual los deseos se integran en UNO para lograr
de a poco la conexión con ÉL.

El proceso de integración de los deseos humanos comienza en el plano histórico-material y culmina en la


dimensión espiritual. Desde lo social-cultural y a lo largo de la historia de la humanidad, se han usado diversos
dispositivos para la regulación del deseo sexual prostituido, algunos estados-nación han institucionalizado la
prostitución profesional, otros han legalizado el matrimonio de tipo polígamo, mientras que el instrumento legal
más aceptado y generalizado lo constituye el matrimonio monógamo.

No obstante, se debe señalar que la prostitución sexual de tipo comercial -como dispositivo regulador del deseo
sexual- resulta mucho más natural que la intimidad sexual compartida en el lecho matrimonial ¿Por qué? Porque
dentro del orden natural de las cosas, el matrimonio monógamo es el mecanismo supremo de corrección social
del deseo sexual prostituido. El matrimonio monógamo es su remedio social, es el intento por retornar hacia un
deseo o sentimiento único (siendo la raíz de dicho sentimiento espiritual y no natural). Matrimonio significa unión,
es la integración de los opuestos para la conformación de un mismo sentir.

¿Por qué la Torah en caso de divorcio no permite que los cónyuges contraigan nuevas nupcias? Porque el deseo
integrado no puede retornar a su condición de fragmentación o división, de manera que, si solo uno de los
cónyuges muere, el/la viudo/a tienen derecho a nuevos esponsales, y es que en caso de fallecimiento la unidad
de los deseos por vía marital queda como es lógico completamente rota, por lo que, si la persona desea establecer
una nueva unión en esta esfera, entonces queda libre para ello.

Pero si el conyugue viviera, aunque estén divorciados, la Torah moral enseña que la unidad aún permanece, por
lo que queda prohibida la posibilidad de nuevas nupcias. Todas las leyes materiales son una copia del lenguaje
espiritual, solo que en la dimensión histórica hay mayor capacidad de restricción porque las personas tienen que
oponerse al deseo prostituido de recibir para sí mismo. Esto explica mejor por qué el casamiento funciona como
una corrección menos natural que la prostitución sexual de tipo comercial, pues esta última no integra los deseos
fragmentados, y en eso encuentra resonancia con el estado natural de los deseos prostituidos de las personas,
sin embargo, cuando se cumplen ciertas reglas la prostitución comercial impone cierta restricción a los deseos
humanos, por ejemplo, según el monto a pagar el cliente estará limitado en cuanto a tiempo y tipo de servicio.

Se recalca que el peso de la Torah física es tan terrible, que el propio Moisés, en el campo de las relaciones
maritales, tuvo que realizar concesiones para aligerar el yugo, permitió así la carta de divorcio en caso de adulterio
(Dt 24.1-4, Mt 5:32) ¿Por qué? Porque el adulterio transgrede el principio espiritual de integración o unidad de
los deseos, se retrocede en consecuencia a la condición de los deseos prostituidos. Pero sostener el matrimonio
desde un estado de falta corrección es tan fuerte, que posterior a Moisés la línea rabínica aligeró mucho más la
carga al disponer nuevas circunstancias para el divorcio.

Al pueblo judío como guardián de la Torah se le ha impuesto desde arriba un gran yugo, el cual no será aliviado
sin antes vivenciar la realidad Mashiaj (más adelante se profundizará en este aspecto), quien vive por la Torah
deberá cargar una cruz insoportable, y no porque sus mandamientos sean gravosos, sino porque el estado de
prostitución de los deseos humanos es incompatible con sus principios. La Torah forzará constantemente al
individuo para que este se oponga a su naturaleza egoísta, entonces el individuo no encontrará placer en este
tipo de trabajo, su cumplimiento, solo existen dos maneras en que las personas pueden derivar algún tipo de
sabor al volcarse en su cumplimiento:

 El primero es introduciendo una fórmula egoísta, es decir, sentir que los mandamientos son para alcanzar
beneficios en esta vida y en la venidera, se piensa en el Creador como el responsable de lo que acontece
en nuestras vidas, y subjetivamente lo colocamos a nuestra disposición.
 El segundo es saliendo del dominio egoísta, es decir, sentir que los mandamientos son para la corrección
de nuestros deseos, se piensa en el Creador como la meta y el sentido supremo de la existencia, y
subjetivamente comenzamos a anhelar su percepción.

Ahora bien, el cumplimiento de la Ley judía no tiene un carácter obligatorio para todas las naciones, a no ser que
la persona gentil por voluntad propia desee judaizar, lo que si constituye un mandamiento universal es la
corrección de los deseos fragmentados, y para esto ni la identidad nacional judía, ni su cultura, ni su religión
ofrecen esperanzas, sino la revelación interna de las Escrituras, las cuales van develando el trabajo de corrección
en el Ruaj Hakodesh para alcanzar vida en Mashiaj (más adelante se amplía)…pero ¿por qué la Ley judía no es
obligatoria para los gentiles?

Es importante aclarar que la salvación, o lo que es lo mismo decir, la corrección de los deseos fragmentados es
para todos, y esto funciona en un plano espiritual. Sin embargo, la Torah de nuestro mundo, responde a un diseño
o patrón superior que, al cobrar expresión en la realidad histórica, divide a la humanidad en dos, los que cumplen
literalmente sus mandamientos (judíos) y los que no (gentiles). Porque los judíos son los representantes
terrenales de los deseos unificados (integrados), mientras que los gentiles son los actores naturales de los deseos
disgregados.

Israel es la evidencia histórica de que existe un método de corrección del ego, mientras que las naciones gentiles
expresan la necesidad de ser corregidas. Por eso Joshua HaMashiaj afirmó a la mujer samaritana que: “…la
salvación viene de los judíos” (Jn 4:22). Sin embargo, es importante comprender que ni lo judíos, ni los gentiles
son diferentes en su hombre exterior, más bien el judío, al vivir por la Ley de Moisés se impone una carga terrible,
porque desde el hombre externo es imposible agradar a Elohim, porque este no tiene las fuerzas, ya que funciona
bajo el principio del egoísmo natural, pero como toda Ley Superior tiene que ser expresada obligatoriamente en
el terreno de lo natural, a ellos les fue dado representar el lado del Bien (Yetzer Tov/Deseo de trascender la
recepción) y al resto de las naciones encarnar el lado del Mal (Yetzer Ra/inclinación hacia la recepción).
Pero ni el uno ni el otro respecto a las leyes espirituales puede ser valorado como bueno o como malo, en todo
caso son realidades complementarias, ambas caras de una misma moneda son claves para alcanzar la conexión
con el Eterno. En el ser humano sin importar si es judío o gentil existen las dos condiciones, y mediante el trabajo
en las dos líneas es que se logra la trascendencia. De aquí que Joshua prácticamente culminara sus palabras
con la mujer samaritana de esta forma: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores
adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el padre tales adoradores busca que le adoren”
“Dios es Espíritu, y los que le adoran en espíritu y verdad es necesario que adoren” (Jn 4: 23 y 24)

Se impone la siguiente interrogante: ¿Por qué los deseos prostituidos se juzgan dañinos? Porque a pesar de
constituir el estado natural del hombre en el universo físico, el mismo se valora como incompleto o inmaduro, ya
que obstruye la percepción de la Presencia del Creador y perpetúa la individualidad autocomplaciente (egoísmo).
Profundicemos con otra pregunta: ¿Qué es un deseo fragmentado (prostituido)?

La fragmentación de los deseos, en el caso particular del ser humano, se expresa en el amor egoísta hacia
múltiples fuentes de satisfacción, y ello es una consecuencia indirecta del DESEO DE RECIBIR que el Creador
colocó en su creación. El deseo de recibir en sí mismo no es pecaminoso, solo se considera malo como categoría
opuesta a la naturaleza del Eterno, sin embargo, lo que sucede es que en la dimensión física de la existencia el
ser humano al no percibir las fuerzas espirituales del Creador, entonces carece de la capacidad para oponerse al
deseo de recepción, consecuentemente conduce el placer hacia sí mismo, es decir no puede devolverlo
(reflejarlo) hacia la fuente.

El deseo de fusión presente en cada objeto de la realidad, determina que en la interacción con su entorno
oriente/hale/tire hacia sí mismo todo soporte vital, luz, energía o placer circundante. La acción mencionada está
determinada por una fuerza de origen espiritual denominada Yetzer Hará (inclinación al mal, mal principio,
instinto descendente), la cual opera en los diversos niveles de la creación, ejerciendo en el plano físico su mayor
grado de influencia.

Para tener una idea gráfica del fenómeno espiritual planteado, imaginemos una aspiradora a todo motor y un
búcaro con flores colocado frente a la misma. En fracciones de segundo las flores se irán desmembrando pétalo
a pétalo hasta ser completamente absorbidas por la fuerza de succión.

En esta parábola el búcaro representa la vida material a la cual estamos anclados. Las flores describen la
estructura de los deseos fragmentados de las personas. La aspiradora simboliza el mal principio, el cual actúa
sobre el ser humano desde el mismo momento de la concepción. Las fracciones de segundo hablan sobre el
carácter fugaz y transitorio de la vida. El desmembramiento de los pétalos indica nuevos grados de disgregación
de los deseos humanos debido a la acción permanente de la aspiradora (Mal Principio). El ser absorbidas
completamente no es más que el final de la vida por la incapacidad de vencer en el plano material la influencia
del Mal Principio.
En términos energéticos el Yetzer ha ra es una fuerza Universal de valor negativo (tuerce, invierte, succiona). La
resistencia u oposición a dicha fuerza se hace más difícil según se desciende en la escala de los mundos. La
fuerza gravitacional en el plano cosmológico constituye su expresión físico-cuántica. En el caso del ser humano
dicho fenómeno se expresa subjetivamente y cobra forma en el egoísmo natural, el cual nos mantiene anclados
a los aspectos materiales de la realidad.

A toda fuerza de atracción se le puede aplicar una resistencia y una contra-fuerza. Por ejemplo, la fuerza de
propulsión que genera un motor cohete impulsa el vehículo hasta el punto de superar la acción de la fuerza de
gravedad. Nuevamente, aplicándolo al caso del ser humano, la personalidad como fenómeno subjetivo constituye
un análogo de la fuerza de propulsión. Expliquemos mejor.

La personalidad es un mega constructo usado por las ciencias psicológicas para explicar cómo el ser humano
atribuye vivencias con sentido personal a la realidad. Constituye así -en el plano subjetivo- el nivel más complejo
de integración de los deseos humanos (Se aclara que la frase deseos humanos engloba múltiples procesos
psicológicos). Se puede decir que la personalidad es la contraparte del Egoísmo natural. De modo que, al integrar
los deseos fragmentados de la persona, no solo ejerce resistencia al Egoísmo natural, sino que se le opone, solo
que, al actuar sobre un nivel determinado de la conciencia, escapan de su dominio aspectos más sutiles de la
propia subjetividad y por supuesto aquellos que son de orden espiritual.

Razón por la cual, ni la personalidad más fuerte, sana y madura del mundo tiene la capacidad de integrar
verdaderamente la totalidad de los deseos egoístas que operan más allá del campo natural, sino que ella misma
constituye un instrumento al servicio del Ego, ya que organiza la realidad en aras de satisfacer en el menor tiempo
posible las demandas del Mal principio. El ser humano es un esclavo complaciente del Yetzer Hará.

Precisamente lo que los evangelios anuncian como buenas nuevas o plan de rescate o salvación, no es más que
la presentación de la contraparte del Yetzer ha Ra. Hablando en términos físicos, se puede plantear que la
realidad Mashiaj contiene la fuerza propulsora para superar desde la dimensión física de la existencia la
influencia del mal principio.

En hebreo la palabra Mashaj significa fuerza de gravedad. Fuerza que tira hacia abajo. Sin embargo, la palabra
Mashiaj se diferencia de la palabra Mashaj, por la presencia de la letra Yud, decimo caracter del alfabeto hebreo,
la letra más pequeña, pero potente en conexión, con ella se inicia el nombre del Creador, su significado espiritual
revela que es la mano que tira hacia arriba. Mashiaj es la realidad que vence el mal principio en el Hombre.

IV. Tipología básica de la prostitución sexual.

Se reitera que en la Torah la PS y sus tipologías no se incluyen en los capítulos 18 y 20 del libro de Levítico, los
cuales describen la mayoría de los crímenes sexuales recogidos por la Biblia. De a poco se está tratando de
demostrar que esto no representa un hecho arbitrario, sino que la PS, específicamente la prostitución sexual de
tipo comercial -en su modelo básico e ideal- no posee el mismo nivel de perversión que el resto de las
fornicaciones. El tema de la prostitución sexual es abordado en los libros de Éxodo, Deuteronomio y otros
apartados del propio libro de Levítico, responde así a un número variado de situaciones, las cuales se resumen
a continuación:

Tipos de Prostitución sexual descritas en la Biblia.

● Prostitución entre vírgenes no desposadas y hombres solteros. Tipo básico de prostitución. No se emplea
ningún medio de pago. El ofrecimiento es exclusivamente carnal. Para corregir el agravio el hombre transgresor
debía pagar monetariamente al padre de familia y contraer nupcias de carácter irrevocable con la hija.
● Prostitución comercial. Debe darse entre hombres y mujeres solteras sin vínculos de parentesco. Muy cercana a
la forma básica de prostitución, pero se introduce la transacción monetaria o de objetos de valor como dispositivo
de pago y de contención del Ego. A la mujer y al varón hebreo le estaba vedada su práctica, sin embargo, existía
cierta flexibilidad con el hombre judío cuando era este quien hacía uso del servicio, en este caso la censura podía
ser de tipo moral. La Biblia no es clara respecto a la penalidad tanto para quien ejerce la prostitución comercial como
para quien se sirve de la misma. La Ley no la condenaba con la pena capital. La mujer podía volverse de este
camino y contraer nupcias con cualquier hombre hebreo exceptuando a los sacerdotes (Ejemplo del profeta Oseas).
● Prostitución entre vírgenes desposadas y hombres solteros. En esta modalidad no median formas de pago. La
Ley rabínica considera la violación como una forma de adulterio, aunque en mi opinión de tipo moral, puesto que
aun cuando se viola la autoridad del prometido y la del padre de la desposada, no existe consumación del matrimonio
mediante el acto carnal, hecho que también posibilita la valoración de la transgresión como una variante de
prostitución. La Ley judía condenaba esta práctica con la lapidación.
● Prostitución entre hijas de sacerdotes hebreos y hombres solteros. En esta modalidad no median formas de
pago. El elevado grado de pureza de un sacerdote también debía constatarse en los miembros de la familia, y esto,
no solo como un testimonio moral frente a la comunidad, sino como condición para alcanzar comunión con el
Creador y desempeñar su función social. Según la Ley la infracción era causa de muerte por abrasamiento.
● Prostitución entre sacerdotes y rameras: Debía producirse cuando el sacerdote hebreo sostuviese contacto
carnal con mujeres solteras fuera del matrimonio o en el caso en que este contrajera nupcias con mujer ramera. La
Biblia no es clara respecto al castigo correspondiente a dicha infracción, no obstante, se infiere que, por el nivel de
santidad a profesar por la figura sacerdotal, la violación se debería pagar con la pena capital o con el exterminio.
● Prostitución sagrada. Forma grave de prostitución ya que se relaciona con el culto idolátrico. Era más típica del
mundo pagano, pero la historia antigua da cuenta de su práctica en algunos de los reinados del norte de Israel. La
Biblia no es clara respecto al castigo por semejante transgresión, sin embargo, la idolatría según la Ley podía
pagarse con la pena capital. Cuando el pueblo de Israel era presa de este tipo de culto, la infracción se corregía
directa o indirectamente por mediación del juicio Divino.

En la Tabla se exponen un conjunto de circunstancias que describen uniones íntimas de carácter ilícito que
pueden ser catalogadas como una tipología particular de PS, se distingue así la unión sexual consensuada entre:

a) vírgenes no desposadas y hombres solteros (Dt 22: 28-29)


b) vírgenes desposadas y hombres solteros (Ex 22.16; Dt 22.23-27).
c) mujeres recién casadas y hombres solteros, cuando a las primeras sus esposos le comprobaban la
perdida de la virginidad en la noche de boda (Dt 22.13-21).
d) hijas de sacerdotes y hombres solteros (Lv 21.9).
¿Qué tienen en común las cuatro situaciones? Que ningunas, como ya se señaló en el recuadro, advierte medios
de pago como forma de retribución por el ofrecimiento sexual, y es que hay quien podría pensar que la forma
primaria de la PS es aquella en la que un sujeto se vende por dinero u objetos de valor (Prostitución sexual de
tipo comercial). Sin embargo, la forma básica de PS es precisamente aquella en la que la moneda, los objetos
materiales y los estímulos de tipo social no fungen como medios de pago, sino que el propio cuerpo de los actores
se erige como fuente de placer e instrumento mutuo de retribución. Se alude así a la prostitución de tipo moral
fisiológica como la modalidad más elemental y primitiva de PS.

Sin embargo, la interpretación rabínica valora la situación de las vírgenes comprometidas y de aquellas jóvenes
recién casadas cuya mancilla es descubierta en el lecho amoroso, como casos de adulterio ¿por qué? Porque
además de faltar a la autoridad masculina el desposorio marcaba el inicio del pacto matrimonial. En ese sentido
no se juzgaban como prostitutas, y es que, para hacerlo, se debía asumir como concepto primario de prostitución
sexual el hecho que determina que los implicados en el acto intercambien placer sexual fuera del pacto
matrimonial, sin que medie forma de pago alguna y sin que se incurra en otro crimen sexual. La motivación de la
acción habría de concebirse como meramente biológica.

Este es el punto de vista de Filón de Alejandría, filósofo griego del siglo I, también llamado Filón el Judío, pues
fue uno de los filósofos más renombrado del judaísmo helénico, algunas figuras de autoridad igualmente lo
reconocen como cabalista. Entre sus aportes más importantes se encuentra los “Tratados sobre la Ley”, obras
que consisten fundamentalmente en un comentario al Pentateuco.

Ya en los tiempos de Filón, el griego era la lengua utilizada por los judíos Alejandrinos, idioma que también
impregnó la vida religiosa a partir de la traducción de la Biblia hebrea, conocida como la Biblia de los Setenta o
Septuaginta, conformada por los cinco primeros libros de Moisés y otros escritos. Para los fines de la presente
reflexión esta obra es de gran valor, porque aún en griego, las palabras usadas para identificar los
comportamientos sexuales de los casos en cuestión derivan del término prostitución, pues muchas versiones
actuales las traducen como fornicación.

Rememoremos que el término fornicación es la categoría general que incluye a todos los crímenes sexuales, de
aquí que se defina como toda unión carnal fuera del pacto matrimonial, y no solo antes del matrimonio como
algunos suponen. Entonces… ¿la virgen desposada que incurrió en una unión sexual ilícita es un caso de
adulterio o una modalidad de prostitución? ¿Cómo resolver este dilema halájico (relativo a la Ley)? En el orden
subjetivo-moral adulteró, pero en el plano físico-biológico se prostituyó.

Y es que para comprender a cabalidad el concepto de PS se debe discriminar entre la esencia del fenómeno y
su instrumento de retribución.
● La esencia del fenómeno se manifiesta en la necesidad manifiesta o solapada que tienen los individuos
de evacuar la pulsión sexual usando a otras personas.
● El instrumento de retribución se manifiesta por medio de la forma de pago acordada entre las partes
con el objetivo de satisfacer necesidades variadas.

En el marco de una relación sexual prostituida la inexistencia del instrumento de retribución no niega la esencia
del fenómeno, de lo que se infiere un nuevo cuestionamiento ¿Cuál es el rol que juegan los modos de retribución
en su vínculo con la esencia del fenómeno? A grandes rasgos y desde una perspectiva social, las formas de pago
posibilitan el acuerdo entre las partes sobre la base de la reciprocidad, de esta manera los actores se valorizan y
se colocan en estatus que se pretenden simétricos según la necesidad a satisfacer.

Desde una perspectiva cabalista todo dispositivo, mecanismo o modo de retribución opera como una forma de
restricción del Ego, y esto es una Ley que viene de arriba, y por supuesto, el ser humano solo la percibe y
experimenta en su acepción biopsicosocial ¿Por qué? Analicémoslo desde la posición de las partes involucradas.

● Quien ofrece el servicio sexual, generalmente debe ir en contra de sus deseos o principios en aras de
satisfacer a un otro no significativo sentimentalmente, entonces durante el acto no le pone corazón al
asunto, no se entrega y esto restringe el deseo de auto gratificación del ego.
● Quien consume el servicio sexual debe dar algo de su dominio o propiedad, que en caso de resultar
valioso le produce una sensación de pérdida, que, de conjunto con el carácter impersonal del contacto
carnal, le obliga a auto-satisfacerse exclusivamente por la vía fisiológica, lo cual también se juzga útil
como mecanismo de restricción del Ego.

En el contexto de la PS toda forma de pago o retribución restringe, limita, frena, disfraza, disimula y minimiza las
verdaderas intenciones del cliente, que no es más que la satisfacción egoísta sin tener en cuenta al otro. Posee
así una función valorativa-material y reguladora. Algo distinto sucede con la PS de tipo moral-fisiológica, ya que
no media ninguna forma social de retribución, a no ser el propio cuerpo de los participantes, en esta modalidad
es donde único las partes involucradas persiguen un mismo objetivo: “la auto-gratificación sexual”. Luego cuando
los participantes cumplen exclusivamente con el doble rol de otorgante de placer sexual y consumidor de placer
sexual, no sienten que van en contra de sus deseos o principios, tampoco consideran -dada la lógica del
intercambio- que hayan perdido algo de valor. En este sentido la restricción del ego es mucho más insignificante.

Queda esclarecido por qué la PS en su variante moral-fisiológica es mucho más básica que la prostitución
comercial, pues en esta última las necesidades de los involucrados por regla general responden a motivaciones
diferentes, y las mismas se concilian mediante el uso de medios de retribución, que en un plano psicológico de
cierta manera disfrazan temporalmente las apetencias del ego. Y por cuanto se establece un contrato de tipo
económico la capacidad para involucrarse emocionalmente es mínima. Esto también opera a favor de la limitación
del ego.
La necesidad de regular humanamente los deseos egoístas como garante de una convivencia civilizada,
constituye un aprendizaje social que tiene su fundamento en las Leyes histórico materiales, mientras que su raíz
se halla en las Leyes espirituales. Un ejemplo sencillo evidencia que en término de PS de tipo moral-fisiológica,
las mujeres -generalmente- le plantean una resistencia transitoria al hombre cuando estos tienen la pretensión
de usarlas sexualmente, en el fondo, aunque ello constituya un aprendizaje social, también responde a un
principio espiritual que le permite a ELLA auto-valorizarse y a ÉL sujetar su deseo egoísta de recibir, no obstante,
desde el punto de vista natural, lo máximo que puede lograr el hombre es disimular sus intenciones egoístas.

Ilustrémonos gráficamente, en una discoteca un hombre y una mujer intercambian miradas como señal de gusto
y aprobación, desde el mismo momento que el hombre se acerca y que la fémina le da entrada, se presume que
la finalidad sea tener sexo, entonces comienza un juego que constituye un estereotipo valorado socialmente, ya
que la mujer explícitamente o no, exigirá o inducirá a que su pareja de turno le pague unos tragos, la invite a
bailar, la elogie para sentirse deseada, entre otras estrategias que le evitan sentirse manipuladas.

Con este comportamiento la mujer también se opone a su deseo inmediato de auto-gratificación, sin embargo,
tampoco son pocos los casos de féminas que apenas usan su poder de resistencia y ceden con facilidad a la
auto-gratificación, ellas reciben el calificativo peyorativo de: “ofrecidas”, incluso son catalogadas peor que una
prostituta, porque al menos estas valorizan su sexualidad.

La Torah desde una perspectiva sexológica ayuda a comprender que tanto la prostitución fisiológica como la
prostitución comercial constituyen las modalidades más nobles de fornicación, ya que rebajan la intimidad
interpersonal a una fórmula fisiológica y/o material, he ahí la esencia de la censura moral, sin embargo, a causa
del deseo de auto-gratificación inherente al ser humano, considera a la prostitución fisiológica como improcedente
porque acarrea para la persona un gran daño espiritual, pues incrementa el deseo de recibir para uno mismo,
luego las escrituras ayudan a discernir que la prostitución comercial constituye la forma de corrección natural de
la prostitución fisiológica.

El Creador es consciente de la existencia de almas que no alcanzan la madurez para unirse en matrimonio,
incluso existen situaciones que dificultan su consecución, sin embargo, la pulsión sexual es una fuerza que se
manifiesta independientemente de las reglas de convivencia social, ella se hace presente y punto, de manera que
es la sociedad la que debe crear condiciones óptimas para su expresión saludable, y si falla en esta empresa, el
impulso sexual -que es una consecuencia del DESEO DE UNIDAD presentes en los mundos superiores- se
manifestará con un mayor grado de distorsión, condicionando en consecuencia conductas aberrantes.

La prostitución comercial constituye una vía alternativa de evacuación de la pulsión sexual cuando las personas
no han logrado materializar la realidad del matrimonio espiritual o terrenal, porque ni siquiera este último tiene la
capacidad para corregir y satisfacer formas superiores del DESEO DE UNIDAD.

Por todo lo planteado, se infiere que la Palabra del Eterno contenga un modelo ideal que clarifique las reglas
adecuadas para la regulación de la prostitución comercial, y si la Torah no lo revela directamente en el pashut
simple (literalidad), como un cuerpo sistematizado y ordenado, sino que es inferible a través de la asociación de
otras leyes afines, matrimonio, prohibiciones sexuales,

es porque la misma puede ser hallada en la profundidad del remes (revelación), en el midrash (indagación,
descubrimiento profundo) o en el sod (secreto), los cuales permiten el acceso a los diferentes niveles de
codificación presentes en la Palabra del Creador. El próximo apartado profundiza en esta cuestión.

IV. La integración de los deseos humanos.

Los argumentos ofrecidos en el acápite anterior, posibilitan la formulación de nuevas interrogantes: ¿Cuándo
comienza el verdadero proceso de integración de los deseos humanos? Cuando la persona realiza teshuvá
(retorno, arrepentimiento), es decir, cuando logra sostener una relación gradual y ascendente con el Creador por
medio de los diversos niveles contenidos en la realidad Mashiaj, y esto solo es posible cuando el individuo -en
el Ruaj Ha Kadosh (Espíritu Santo)- inicia su trabajo interior de corrección del Ego…y ¿Qué es el Ruaj Ha
Kadosh?

Así como las personas conocen aspectos de sí misma por mediación de facultades mentales como el
pensamiento y la auto-conciencia, del mismo modo el Ruaj Ha Kadosh es la facultad supra-divina que sondea a
profundidad la voluntad oculta del Creador, sería como un equivalente de los procesos cognitivos en el ser
humano. El Espíritu Santo tiene acceso a la Creación a través de los diferentes mundos, sub-mundos,
dimensiones, planos y grados comprendidos en la mencionada realidad Mashiaj, la cual -utilizando un lenguaje
psicológico- le sirve de vestimenta emocional y conductual.

En consonancia con lo expresado, existe un versículo atribuido al apóstol Pablo que reza lo siguiente: “…el
Espíritu todo lo escudriña, aún lo profundo de Dios. Porque ¿Quién de los hombres sabe las cosas del
hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el
Espíritu de Dios (Pensamiento o Auto-conciencia del Creador)” (ICo 2.10 y 11).

En el evangelio de Juan y por boca del propio Joshua, se aprecia otro versículo que refleja como el Ruaj Ha
Kadosh opera en la Creación por medio de la realidad Mashiaj: “…Pero cuando venga el Espíritu de verdad,
él os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere,
y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará; porque tomará de lo mío, (Realidad
Mashiaj) y os lo hará saber” (Jn 16. 13 y 14).

Durante el trabajo de corrección espiritual y desde el rol del Ruaj Hakodesh, lo primero que este revela a nuestras
vidas es el estado de fragmentación o separación de nuestros deseos, primero lo hace en un plano moral, luego
comienza a revelar piezas de egoísmo mucho más sutiles, en este punto empieza la restauración espiritual de
los deseos, es decir su integración o unificación, fenómeno que es experimentado como una percepción de suave
deleite y paz, que además no guarda relación con los estímulos del entorno socio-cultural y material. Este estado
es conocido como la percepción de la Presencia del Creador.

Según se corrijan los deseos, la mencionada percepción de unidad tendrá mayor perdurabilidad en el tiempo, es
decir, a mayor grado de integración de los deseos mayor vivencia y permanencia de la Presencia del Creador
(Ruaj Hakodesh). La integración de los deseos desarrolla nuevas vasijas (órganos) de percepción, nuevos
sentidos de revelación de la realidad en Mashiaj.

¿Qué sucede con la persona que aún no han comenzado el trabajo de corrección de los deseos egoístas? Que
al encontrarse en un estado continuo de fragmentación, no pueden vivenciar el principio de unidad permanente
entre las capas de subjetividad y la realidad espiritual, sino que la proyección del deseo de auto-gratificación
sobre la conciencia, constantemente le forzará a conectarse con múltiples estímulos externos, los cuales
determinarán el sentido de la vida.

Debido a la condición de fragmentación de los deseos humanos (variedad de necesidades), que es una
consecuencia del estado de egoísmo natural, el ser humano experimenta la realidad a partir del grado de
significación que el otro (fenómenos, objetos, animales y personas) tenga para él, subordina así la visión del
mundo a sus valores personales, en ese sentido confiere a los elementos de la realidad diferentes grados de
importancia. Lo único que puede transformar esta visión de la realidad es el poder del Ruaj Hakodesh.

El hombre natural no puede entender, mucho menos practicar, acciones espirituales como el otorgamiento
desprejuiciado de ganancias egoístas, porque ellas se fundamentan en la integración o unidad de los deseos, por
eso Joshua podía decir: “…el Padre y yo uno somos”, en su interior sus deseos eran uno (Ejad) con la voluntad
del Eterno. Siempre digo que es más fácil creer en ángeles, demonios y cosas sobre naturales, que vivenciar la
condición de fragmentación de los deseos, qué decir de los esfuerzos espirituales para alcanzar Ejad con lo
superior…y es que desde el lado de la fragmentación los seres humanos están forzados a trabajar sin descanso
para conseguir la auto-satisfacción, esto es lo dicho por el Creador en Gn 3.19: “Con el sudor de tu rostro comerás
el pan”, es decir: “Con capacidad y esfuerzo propio (sudor de tu rostro) procurarás tu subsistencia (comerás el
pan)”. Nace así el deseo de “labrar la tierra” para uno mismo, y a ese estado de egoísmo natural es al que la
cabalá reconoce como pecado.

El Ruaj Hakodesh (pensamiento del Eterno) hace uso de los atributos del Makom (espacio, lugar, sistema,
realidad, residencia) Mashiaj para tratar con nuestros deseos fragmentados y… ¿Qué son los atributos del
Makom Mashiaj? Primero hay que describir a grandes rasgos que es la realidad Mashiaj, de manera que para
facilitar la comprensión de un hecho que trasciende el entendimiento, es necesario comentar la estructura de los
mundos, tomando como punto de partida la propia arquitectura del Creador.

Se advierte que se usarán categorías cabalistas y otras con significados religiosos tradicionales, pero no se puede
perder de vista, que dichas categorías no son más que midrashim (códigos ocultos) y términos teológicos que se
refieren al diseño interno de la realidad. De igual modo los argumentos a expresar poseen un alto sentido
especulativo, y solo pueden ser validados por medio de:

 la vivencia espiritual, y con ella la posibilidad de generalizar y racionalizar la experiencia a nuevos niveles
de funcionamiento,
 los avances científicos, y con ellos la posibilidad de teorizar sobre los planos superiores de la existencia.

La realidad Mashiaj es una parte constituyente del Ein Sof (mundo sin fin), de hecho, es su caparazón o cuerpo
más externo y aúna en sí misma dos supra dimensiones que pueden recibir el calificativo de raíz o matriz de la
existencia manifestada. Mashiaj es la proyección de la propia sustancia del Eterno (Col 1:15). Es el cuerpo infinito
de Luz (Or Ein Sof) de una realidad más oculta: El Padre o Ein Sof.

Se usan las palabras Luz y Padre para dar una idea del origen de las cosas, pues no existe categoría lingüística,
ni instrumento de medición científico que pueda cuantificar una realidad que excede la placenta de lo creado,
pues aún lo creado puede ser clasificado como físico y espiritual. Los hombres de ciencia todavía no logran
descifrar las leyes que rigen el funcionamiento del mundo cuántico, y este todavía es físico-material, para ellos
los mundos espirituales son ciencia ficción, qué decir entonces de la realidad que los determina y regula.

Como se expresó con anterioridad, en la Luz Eterna del Padre (Su cuerpo o Hijo) se revelan dos dimensiones.
Una dimensión está de cara a la eternidad y la otra se encuentra de cara a la Creación. La primera es la dimensión
conocida como Hijo de Dios (Universo Adam Kadmon/Hombre primordial) y la segunda es la dimensión
denominada Hijo de Hombre (Universo de Atziluth/Mundo de la emanación). Ambas dimensiones forman parte
de la naturaleza del Ein Sof, es decir son supra-divinas y conforman el Makom Mashiaj.

Desde una perspectiva psicológica El Padre es la voluntad o motivación oculta detrás de todas las cosas. El
Ruaj Hakodesh es su pensamiento o auto-conciencia (por eso conoce lo oculto de Dios). Mashiaj en su posición
de “Hijo de Dios” sería el cuerpo emocional y en la calidad de “Hijo de Hombre” representaría las tendencias
volitivas (proceso mental previo a la conducta o acción).

Mashiaj como Hijo de Hombre (Universo de Atziluth) es el antecedente directo de la Creación (Mundo de Briah).
Cuando las emanaciones del Universo de Atziluth se expresan en el Mundo de Briah, es lo mismo que expresar
que, la manifestación del Hijo del Hombre en la creación constituye la revelación divinizada de la Luz del Padre,
equiparable a la visión del Trono de la Gloria que tuvo el profeta Ezequiel ( Ez 1. 1-5), también conocida en la
tradición judía como Merkabah, que no es más que la imagen Divina de lo Supra-Divino en la creación.

Dentro del orden de lo Supra-Divino Mashiaj como hijo de hombre (Universo de Atziluth) es la realidad que regula
y contiene en sí misma todo lo creado (Universo de Briah), formado (Universo de Yetzirah) y hecho (Universo de
Assiah) (Is 45:18). Los tres universos mencionados son de naturaleza espiritual, y en lo profundo del mundo de
Assiah se encuentra el universo físico. Mashiaj como hijo de hombre sustenta directamente los cielos (universos
espirituales) y la tierra (Universo físico).
Lo Supra-divino, lo Divino y lo espiritual cualitativamente no tienen la misma cualidad, a pesar de ser derivaciones
que comparten un origen común. El universo de Atziluth representa el estrado donde descansan los pies del Hijo
de Dios (Mundo de Adam Kadmon), su esencia aún es Supra-Divina. La frase estrado de los pies designa el límite
entre lo Supra-Divino y la manifestación Divina del Hijo del Hombre en el universo creado (Olam Ha Briah), luego
ya sabemos a cuál Makom (espacio) el salmo 99:5 remite cuando expresa: “Exaltad a Jehová nuestro Dios, Y
postraos ante el estrado de sus pies, Él es Santo”. El estrado de los pies constituye el borde más externo de lo
supra-divino.

El Universo de Briah por su naturaleza se encuentra separado del orden Supra-divino. Surge en consecuencia
una conciencia opuesta en cualidad al Creador pero capaz de percibirlo como ente Divino (Merkabah). Este es el
mundo de Adam Ha Rishón (primer hombre), el primer ser creado, el banco genético de todo lo creado. Adam Ha
Rishón como inicio de la existencia manifestada integra en perfecta unidad el polo masculino y femenino de la
Creación (Gn 5.2). En este nivel lo masculino y lo femenino conforman una única vasija o Deseo de Recibir
placer. Pero este Ratzón lekabel (deseo de recibir placer) no es egoísta, sino que se orienta o refleja hacia la
fuente. La Merkabah (Divinización del Creador) en su función mediadora se encarga de retornar el placer recibido
hacia el Or Ein Sof (Luz del mundo sin fin) y de aquí hacia el Padre o Ein Sof, quien evalúa la calidad de la ofrenda
y retorna berajot (bendiciones, placeres) en consecuencia.

El Mundo de Yetzirah (Formación) es aquel donde la realidad integrada de Adam Harishon se diferencia en
múltiples potencias denominadas Malajim (Ángeles). Los ángeles constituyen un sin número de fuerzas
espirituales interconectadas. Los diferentes prototipos de Malajim (ángeles) regulan y determinan las propiedades
de los diferentes componentes de la realidad física.

El universo de Assiah es el mundo de la Acción, es decir el plano de la existencia donde las realidades potenciales
adquieren forma y funcionalidad. Es donde ocurre la caída (segunda separación), es decir la manifestación de un
nuevo cambio en la cualidad del Deseo creado. Ya que el Deseo de Recibir típico de los mundos superiores se
transforma en deseo orientado hacia sí mismo. Surge aquí el género humano, seres que, por su nivel de egoísmo
y grado de individualidad, no solo se oponen en cualidad al Creador, sino que no perciben ni la realidad espiritual,
ni el orden divino. En esta dimensión la información angelical (por eso se les dice mensajeros) se materializa en
múltiples fuerzas y energías (Leyes cósmico-cuánticas, naturales e históricas) que se organizan para dar forma,
singularidad, identidad y funcionalidad a los objetos, fenómenos y seres de la realidad física.

En otro sentido, se había planteado que desde una perspectiva psicológica si Mashiaj como Hijo de Dios constituía
el cuerpo emocional del Padre y como Hijo de Hombre representaba su cuerpo volitivo, entonces Mashiaj
divinizado personifica el cuerpo operativo o conductual mediante el cual el Padre accede tangiblemente a su
Creación. Siguiendo esta lógica de pensamiento tenemos que el Mesías divinizado cuando se sometió a las leyes
históricas de tiempo y espacio se materializó en el año 0 en la figura humana de Joshua HaMashiaj.

Todas las manifestaciones del Padre, desde su propia esencia hasta el plano más bajo de la realidad constituyen
secuencias, frecuencias u oscilaciones de una única Verdad que aparece fragmentada en nuestra conciencia
debido a la naturaleza invertida de nuestros deseos (ICo 13:12), sin embargo, desde la lógica del Padre dichas
continuidades, periodicidades, encadenamientos o repeticiones son una EJAD (unidad). Esto es lo dicho por Juan
en su evangelio: “En el principio (de la creación) era el Verbo (hijo de hombre), y el verbo era con Dios (Hijo
de Dios), y el verbo era Dios (Padre)…aquella Luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este
mundo (Joshua HaMashiaj)” (Jn 1:1,9).

Con esta explicación se comprende mejor por qué el Ruaj Hakadosh (Pensamiento del Creador), debe usar los
atributos o niveles de expresión de la realidad Mashiaj al interior de la creación para influenciarnos en nuestro
entorno natural. Es como si el Ruaj fuese una especie de centro de mando (lóbulo frontal) y las extensiones y
ramificaciones de la realidad Mashiaj constituyesen los nervios periféricos.

A muchos creyentes de la cristiandad, por momentos les resulta confuso saber con quién tienen comunión, si con
el Padre, con el Hijo o con el Espíritu Santo, pues, aunque cognitivamente razonen que son uno, los deseos no
corregidos inducen a que se tenga una percepción fragmentada de la realidad, entonces hacen sus demandas
indistintamente en el nombre de Jesús, en el poder del Espíritu Santo o por mediación de la voluntad del Padre,
como si se tratara de tres figuras que a la vez son Una, y tal visión de la trinidad es una ilusión de los sentidos,
porque desde la perspectiva del Ein Sof, Él se mira a sí mismo como UNO, no como una unidad de tres, sino
como uno (Jn 14).

Cuando una persona se presenta ante otra no dice: “Yo soy mi cuerpo, yo soy mi pensamiento, yo soy mi emoción
o yo soy mi deseo” …de ninguna manera, las personas se presentan por su nombre, que no es más que una
categoría identitaria que expresa la unidad del Ser. Sin embargo, los seres humanos al estar sujetos a las leyes
de tiempo y espacio -tanto históricas como espirituales- no podrán acceder a la esencia del Padre, aunque si a
su manifestación en la creación por medio de la realidad Mashiaj, el propio pensamiento del Padre (Ruaj
Hakadosh) también lo hace por esta vía.

Los individuos no pueden tocar los pensamientos y deseos de una persona, sino que los infieren a través de la
conducta…del mismo modo no se puede vivenciar los pensamientos (Ruaj) y la voluntad del Padre (Ein Sof) sino
a través de la realidad Mashiaj, que, por supuesto no es el cuerpo físico de Joshua, siendo esta la razón por la
cual él afirmó que tras su desaparición corpórea el Padre enviaría al consolador, porque el Ruaj del Padre lo
penetra todo, pero el cuerpo de Joshua al estar restringido por la materia densa no.

No obstante, Joshua sabía todas las cosas porque su conciencia individual era una con la del Padre. Sin embargo,
respecto a los seres humanos, su naturaleza corporizada no podía fusionarnos al Padre, sino que es el
pensamiento (Ruaj) de este último, revestido por las diferentes gradaciones de la realidad Mashiaj lo que
constituye el “cuerpo” divino y espiritual capaz de conectarnos a su voluntad oculta.

Es como la relación que existe entre el lenguaje y el pensamiento, en este caso, el lenguaje representa la realidad
Mashiaj, mientras que el pensamiento, simbolizado por el Ruaj constituye su principio organizador. Por eso
Mashiaj, más allá del sentido religioso y antropomórfico (apariencia humana), es nuestro salvador, el pilar o
sustancia sobre el cual todo fue hecho, se sostiene y funciona (ICo 8.6; Col 1.16).

El contacto con la voluntad superior es a través de las vestiduras de Mashiaj (planos, dimensiones,
etc).

Pero… ¿Qué sucede? Que como se acaba de afirmar, debido a las leyes naturales, el cuerpo físico de Joshua
HaMashiaj ya no se encuentra en la realidad histórica, por lo que toda forma de comunión personal con él queda
fuera de la materia densa, lo cual parecerá obvio, sin embargo, muchos individuos le oran a la “persona” de Jesús,
no importa si sostienen que es a este resucitado, pues Pablo dijo: “De manera que nosotros de aquí en adelante
a nadie conocemos según la carne, y aún si a Mashiaj conocimos según la carne, ya no lo conocemos
así” (II Co 5.16).

El hecho está en que la percepción humana concibe la figura de Joshua como humanizada y por tanto desde una
posición de externalidad, como si se le pidiera a un Dios externo, fuera de uno mismo, y esto es un síntoma sutil
de idolatría espiritual, pues toda imagen -abstracta u objetiva- que se conciba por fuera del ser y a la que se le
pida, venere o adore constituye un acto de idolatría. Este principio los judíos lo tienen bien claro, de aquí su
dificultad -aún en la actualidad- para recibir a Joshua HaMashiaj como señor y salvador.

He aquí un concepto más refinado de la idolatría, pues ningún patriarca, profeta, juez o varón de Elohim, buscó
o tuvo comunión con el Padre desde el mundo exterior, sino desde su hombre interior, por supuesto esto no
significa que figuras como la Shejiná guiando al pueblo de Israel en el desierto, la zarza ardiente que apareció a
Moisés, el varón que luchó con Jacob, etc, no constituyan revelaciones divinas dentro de la realidad histórica,
sino que la Tora aún en esos casos prohíbe establecer conexión, relación o adoración.

Porque… ¿Qué pasó cuando Jehová -con apariencia humana- en compañía de dos varones se le apareció a
Abram en el encinar de Mamre? (Gn 18.1). Abram puso rodilla en tierra como señal de reverencia y no como señal
de adoración...y ¿Qué sucedió cuando Pedro, Jacobo y Juan observaron la transfiguración de Jesús, así como
los cuerpos glorificados de Moisés y Elías? (Mt 17. 1-6) Que cuando se disponían a realizar tres enramadas como
señal de veneración, retumbó con fuerza una voz desde el cielo que frustró la iniciativa. Por otra parte, el propio
Joshua jamás pidió ser adorado en carne.

La prohibición de la Torah en cuanto a construir imagen del Creador -ya sea por evocación mental o sujeta
perceptualmente a objetos tangibles-, también se extiende a la posibilidad de adorar su proyección
fenomenológica por medio de vehículos de nuestra realidad, y esto es así porque la percepción sensorial, y la
porción de la subjetividad que se ancla a ella, impide que el hombre pueda acceder a las capas profundas de la
vida espiritual, y el deseo del Padre es ser adorado en Espíritu y verdad (Jn 4.23).

La realidad Mashiaj se encuentra tanto fuera como dentro del hombre, y es este, en la medida que corrige en el
Ruaj los deseos fragmentados, quien se deberá elevar e integrar en su subjetividad lo exterior y lo interior hasta
que poder vivenciar a Mashiaj en todo…por eso los apóstoles no se cansaban de decir expresiones como:
“Gracias a Mashiaj”, “por medio de Mashiaj”, “en el nombre de Mashiaj”, etc. Pues los renacidos en el Espíritu lo
sienten desde el exterior y desde el interior, conformando una única experiencia de unidad, que no puede ser
juzgada como idolatría, sino como Vida de Vidas.

Lo planteado es difícil de discernir, pero ofrece pistas útiles para perfeccionar el arte de conversar (orar) con
Elohim, porque ya no se iría al Padre como algo o alguien que está exclusivamente en el exterior, fuera de
nosotros mismos, sino como buscándolo o sintiéndolo según su grado de Presencia en el interior, esto provoca
que nuestra subjetividad se expanda, se desarrolle, perciba nuevas sensaciones, hasta que rompe el velo y
experimenta la espiritualidad. Logrado este punto ya no se buscaría al Padre, sino que se permanecería en ÉL.
Las peticiones en el lugar de su presencia se alinean a su voluntad.

Cuando Joshua enseñó la forma correcta de orar al Padre, el mismo expresó: “//Padre nuestro (unidad) que
está en los cielos (exterior), santificado sea tu nombre (interior) //Venga (exterior) tu (unidad) reino
(interior)// Hágase tu voluntad (unidad), como en el cielo (interior), así también en la tierra (exterior)// El
pan (unidad) nuestro de cada día (interior), dánoslo hoy (exterior)//Y perdónanos (unidad) nuestras
deudas (interior), como también nosotros perdonamos a nuestros deudores (exterior)// Y no nos metas
en tentación (externo), más líbranos del mal (interior), porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por
todos los siglos. Amén (Unidad)//”.

El Padre nuestro, como oración modelo, tiene disímiles interpretaciones cabalistas, solo me limitaré a expresar
una valoración de carácter personal, la misma revela como gramaticalmente en cada oración, Joshua HaMashiaj
revela el principio de unidad entre lo externo y lo interno. He aquí la característica central del matrimonio, la fusión
de dos que se suponen opuestos, aunque complementarios.

La estructura gramatical del Padre Nuestro también revela la arquitectura de los mundos (Olamim). Se aprecia
así un total de 6 oraciones que guardan relación con el mismo número de días en que fue manifestada la creación.
En consecuencia, se describen dos mundos de naturaleza supra-divina, tres mundos de orden espiritual y un
último mundo de regencia material. Esta forma de organización se puede apreciar al observar el lugar que ocupa
la categoría “unidad” en cada oración del Padre Nuestro, apreciémoslo a continuación:

 Primera oración: Padre nuestro (unidad) que está en los cielos (exterior), santificado sea tu nombre
(interior). Aquí la categoría “unidad” se encuentra en primer lugar porque se trata del Mundo más
elevado.
 Segunda oración: Venga (exterior) tu (unidad) reino (interior). En esta ocasión la categoría pasa a un
segundo plano en correspondencia con el universo que le sucede.

Nota: Desde la tercera oración hasta la quinta se distingue una nueva dispensación. Ya que los dos primeros
mundos son de naturaleza supra divina.
 Tercera a quinta oración: Hágase tu voluntad (unidad), como en el cielo (interior), así también en la
tierra (exterior)// El pan (unidad) nuestro de cada día (interior), dánoslo hoy (exterior)//Y
perdónanos (unidad) nuestras deudas (interior), como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores (exterior). Estos tres mundos son de naturaleza espiritual, por eso guardan una misma
estructura (unidad-interior-exterior), aunque se diferencian en cualidad.
 Sexta oración: Y no nos metas en tentación (externo), más líbranos del mal (interior), porque tuyo
es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén (Unidad). La última oración alude al
universo material, aquí la categoría “unidad” es representada por la palabra Amén, que actúa como el
sello final del discurso y cómo la última etapa del proceso de desarrollo de los mundos.

El diseño planteado tiene su génesis en el nombre del Creador, para ser más específico, en los caracteres o
letras que lo conforman (Yud-Hei-Vav-Hei) …y cuando hablamos del Nombre del Creador no es como el caso de
las categorías que usamos para identificar las cosas, sino que el Nombre (Shem) del Creador es la SUSTANCIA
de la cual proceden y se sustentan todas las cosas.

De modo que, en la consonante Yud están codificados los mundos de Adam Kadmon y Atziluth. En la primera
Hei el mundo de Briah. En la Vav el mundo de Yetzirah, mientras que en la última Hei se codifica el mundo de
Assiah, así como nuestro mundo (Olam Hazé), que es la porción final de dicho universo. Por eso la primera
oración expresa: “Santificado sea tu nombre”, pues su nombre es la matriz de la cual proceden todos los
universos.

Si se profundiza en la estructura de los mundos tomando como referencia la oración modelo, encontraremos que
las dos primeras oraciones hablan de la unidad subyacente en los universos supra-divinos (Letra Yud del nombre
sagrado). Se alude así a los mundos de Adam Kadmon y Atziluth. Adam Kadmon posee en sí mismo el diseño
de todos los mundos, de aquí la expresión pluralizada “…que estás en los cielos”. Y como se señaló, el principio
oculto que fundamenta la existencia de los mundos es Su Nombre.

Si en Adam Kadmon se encuentra la potencialidad oculta de la Creación, en Olam Atziluth se pone en acción
dicha potencialidad, pero aún en los dominios del Creador. Atziluth es la raíz que precede a la Creación, razón
por la cual se reza: “Venga tu Reino”, pues su Reino no es de este Mundo, sino que se origina en el resplandor
de su propia esencia.

La tercera oración: “Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”, alude al Universo de Briah
(creación), el cual es la matriz de los universos espirituales y del mundo material. Briah es un mundo con
características divinas, aquí yace el secreto de la visión del trono experimentada por el profeta Ezequiel
(Merkabah), y ahí fue creado el Adam universal. En Briah se encuentra la raíz más elevada del ser creado. Por
eso este mundo revela la voluntad del Padre en el cielo (expresión que habla de la unidad de los mundos
espirituales), así como en la tierra (frase que se refiere a la última estación de la creación en el mundo físico).
Cielo y tierra son las dos facetas complementarias de la creación.
La cuarta oración: “El pan nuestro de cada día dánoslo hoy”, tributa al universo de Yetzirah, mundo de la
formación, donde radican múltiples potencias diferenciadas (ángeles), que tienen la misión de constituirse
mensajeros o puentes para que la bendición del Reino alcance los planos más necesitados de la existencia, por
ello en un sentido metafórico, es como si los ángeles rogaran por el Pan que elaborado en el Universo de Atziluth
alcanza consistencia divina en el mundo de Briah. El referente histórico de este fenómeno es el maná divino que
descendió del cielo durante la travesía de Israel en el desierto).

La quinta oración: “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores”, se refiere al universo de Assiah o mundo de la acción. Assiah aún es un mundo de naturaleza
espiritual, pero las fuerzas del Yetzer Ha Ra, en esta dimensión ya succionan con gran poder, crean agujeros
mediante los cuales saquean o roban, y el escape de la Luz, produce pérdidas, genera deudas…por ello la
expresión: “Perdona nuestras deudas”. Assiah ruega ante el Creador porque su integridad no es perfecta, a su
vez, intercede para que el Yetzer Ha Ra no sea destruido ¿Por qué? Porque el mismo representa el mecanismo
mediante el cual un pequeño rayo de Luz (Ner Dakik) es jalonado continuamente con el propósito de garantizar
el sostenimiento del universo físico…y ese es el sentido de la frase: “como también nosotros perdonamos a
nuestros deudores”.

La sexta oración: Y no nos metas en tentación, más líbranos del mal, porque tuyo es el reino, y el poder, y
la gloria, por todos los siglos. Amén” …no solo habla de las profundidades del mundo de Assiah, es decir, del
universo físico (Olam Hazeh), donde se cumplen las leyes de tiempo y espacio histórico, sino que el final de la
oración revela el método por el cual la Luz procedente de Adam Kadmon debe retornar nuevamente al Padre,
esto es lo que se reconoce como teshuvá (arrepentimiento, retorno).

Nuestro mundo está gobernado por el poder del Yetzer Ra, el cual determina que todo elemento se oriente
exclusivamente hacia la recepción, pues aún las formas de otorgamiento operan bajo el principio de conservación
de la integridad propia. Olam Hazeh constituye la fase final de la creación, el cuerpo egoísta perfecto, que en el
caso del ser humano se percibe como independiente y diferente a los demás.

En lo personal siempre me pregunté cómo la bendición del Padre puede ser devuelta en un mundo donde prima
el poder de la gravedad, puesto que los mundos espirituales poseen en Mashiaj pantallas (masajim) naturales,
las cuales automáticamente reflejan (devuelven) la Luz (soporte, vitalidad, placer) hacia el Creador. Porque ese
es el significado de Hágase tu voluntad…en el cielo, pero… ¿Cómo se establece su voluntad en la tierra?

En la tierra es el ser humano quien tiene la capacidad de elevar la Luz jalonada a causa del mal principio (Yetzer
Ra). Los individuos que alcanzan esta distinción son llamados justos (Tzadikim) o Santos (Kadoshim), pero no
sucede como en los mundos espirituales, donde el flujo descendente y ascendente de la Luz de Mashiaj constituye
un proceso continuo, sino que primeramente el hombre natural debe ser corregido de su mal principio (Yetzer
Ra).
La última oración del Padre nuestro (Abinu Malkeinu) no es más que la petición del justo quien al rezar: “… Y no
nos metas en tentación, más líbranos del mal”, desea expresar: “perfecciónanos en el trabajo de
corrección interior para no sucumbir al poder del Yetzer Ra” (Pro 13.21). Para el Creador no es importante
la posición social del hombre, sino que demanda -como condición previa a su percepción- que toda persona
corrija su ego por medio del Ruaj Hakadosh en las diferentes vestiduras (dimensiones) de Mashiaj. El trabajo de
corrección interior en aras de devolver a Hashem el placer recibido constituye la esencia del evangelio, puesto
que ese es el verdadero acto de salvación.

La frase final de la última oración del Padre nuestro revela en clave profunda la naturaleza del trabajo correctivo
en el Ruaj Hakadosh “… porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén”. El
REINO en hebreo es Maljut la última sefirá, dimensión o estación del árbol de la vida, la facultad de Maljut es la
recepción, por eso necesita del PODER de la restricción para negarse a sí misma, y esto lo encuentra en la sefirá
de Guevurá (fortaleza), pues una vez lograda la restricción, se podrá construir la resistencia para no sucumbir al
deseo de recibir para uno mismo, así como para devolver el placer espiritual procedente del Creador, el resultado
final de este trabajo es reflejar la GLORIA del Padre, es decir vestirse con las cualidades del Mashiaj. La categoría
GLORIA no constituye una sefirá, sino que aúna en sí misma lo esencial de todas las Sefirot.

El ser humano, desde el plano psíquico de funcionamiento, y por medio del trabajo de corrección interior en el
Ruaj Hakadosh, deberá elevarse o transitar a través de cinco mundos generales, tres de ellos de naturaleza
espiritual y dos de cualidad supra-divina. Los tres primeros niveles operan en un plano individual o subjetivo, y
esto hay que comprenderlo bien, porque en el nivel psicológico el individuo experimenta la realidad en su propio
aparato de percepción, pero según va ascendiendo en los peldaños de la escalera espiritual, el ser humano va
integrando en sí mismo un mayor número de etapas, por ende, la conciencia se expande y se fusiona en planos
más inclusivos de la realidad creada, es decir no trasciende Olam Ha Briah.

Por otro lado, se dice de los mundos supra-divinos, que en los mismos se pierde toda identificación exclusiva con
la existencia manifestada, para trascender a una conciencia colectiva en la interioridad del borde externo del
cuerpo supra-divino del Creador, o lo que es lo mismo expresar, trascender a la Gloria de la realidad Mashiaj
(Makom Mashiaj), es decir, alcanzar la Luz eterna del Padre sin perder los niveles precedentes de conciencia
individual.

Cuando el evangelio advierte que el Reino de los Cielos se ha acercado, anuncia el advenimiento del Mundo de
Atziluth, sin embargo, la entrada al Universo de Adam Kadmon ocurrirá con la llegada del Gmar Tikún (corrección
o restauración final). Incluso, en el Brit Hadashá (Nuevo Pacto) se revela una dimensión superior de
trascendencia, plantea así que el mismo Hijo (Mashiaj) en el final de los tiempos se sujetará (unirá) al Padre
llevando consigo a toda la Creación (I Co 15:28).

En cada nivel o mundo la cualidad de la vasija (Kli, deseos, percepciones) se hace más libre del deseo de recibir
para sí (egoísmo), ya que, en correspondencia, cada etapa se viste, arropa o fusiona con 5 grados de la Luz o
resplandor de Mashiaj. Se aclara que el resplandor procedente de Mashiaj no varía en ninguno de los mundos,
sino que, en su paso por la Creación, su Luminiscencia es percibida de acuerdo al grado de aviut (densidad) de
los mundos (Olamim), de modo que el Alma del Hombre en cada universo se define por su capacidad para
procesar dicha Luz invariable.

Por encima de la estructura psíquica del ser humano -parte más ruda del Nefesh-, se constatan cinco niveles de
expresión, el Nefesh en su dimensión espiritual, el Ruaj, la Neshamá, Jaiá y Iejidá. A continuación, se describen
con mayor exactitud:

 Nefesh (Luz vital): El significado hebreo de la palabra es vida (sangre), también reposo. La primera
acepción alude a lo físico, la segunda a lo espiritual. La esencia del Nefesh es espiritual, inmortal e
incomprensible, sin embargo, se encuentra fuertemente unido al cuerpo físico. Por eso, por una parte, se
traduce como alma, en el sentido de algo material, físico, tangible y generalmente se refiere a persona,
criatura o ser y, por supuesto, en este sentido no es inmortal. Respecto al ser humano, en el Nefesh
espiritual se encuentra la raíz de los instintos naturales (encarnación del deseo egoísta puro). Quien
asciende al grado de Nefesh espiritual comienza el trabajo de separación del deseo egoísta.
 Ruaj (Luz espiritual): El significado hebreo de la palabra es aliento, viento o espíritu. Respecto al ser
humano en este nivel se encuentra la raíz de las facultades emocionales, pero quien asciende a este
grado ya logra separar el deseo egoísta del deseo altruista.
 Neshamá (Luz Divina): El significado hebreo de la palabra es Alma, como dando a entender que ella es
la esencia interior del SER sometido a las leyes de tiempo y espacio. Respecto al ser humano en este
nivel se encuentra la raíz de las facultades intelectuales, pero quien asciende a este grado ya logra vencer
el deseo egoísta, puesto que su naturaleza es predominantemente altruista.

Nota: los niveles de Jaiá y Iejidá se relacionan con los dos aspectos más superiores del alma y no tienen contacto
con el cuerpo en el presente, son más cercanas al Creador. Están por encima de la influencia del tiempo y el
espacio.

 Jaiá: (Luz Supra-Divina de cara a la Creación): El significado hebreo de la palabra es vida. Aquí se
encuentra la raíz de las facultades supra-conscientes. Quien se encuentra en este grado experimenta la
dimensión altruista de la existencia, aun cuando el deseo de recibir para uno mismo no haya sido
corregido completamente.
 Iejidá (Luz supra-divina de cara al Ein Sof): El significado hebreo de la palabra es unidad. Aquí radica
la raíz suprema del Alma. Origen de todas las potencialidades, facultades y capacidades. El alma de
Iejidá será revelada en el mundo por medio de la corrección final (Gmar Tikún) del deseo de recibir.

La estructura del Alma tanto en el plano espiritual como en el plano material está constituida por cinco niveles.
En la dimensión física dicha constitución se puede apreciar por medio de:

● Los órganos de recepción o sentidos naturales (vista, olfato, oído, gusto y tacto).
● Los órganos o centros de procesamiento de la información (composición anatomo-fisiológica de los
hemisferios cerebrales, donde se distinguen la corteza frontal, la corteza parietal, la corteza temporal, la
corteza occipital y la corteza límbica).
● Los procesos psíquicos básicos responsables de la experiencia subjetiva (Motivación, Cognición, Afectos,
tendencias volitivas y conducta).

En el mundo espiritual a los órganos de percepción (vasijas o Kli de recepción) se les denomina Sefirot, e
igualmente son 5, que se han dado a conocer como Keter (Corona), Jojmá (sabiduría), Biná (entendimiento), Zeir
Anpin (rostro pequeño) y Maljut (reinado). La dimensión rostro pequeño a su vez está compuesta por 6 sefirot:
Jesed (Misericordia), Guevurá (Rigor, juicio), Tipheret (belleza), Netzach (victoria), Hod (esplendor) y Yesod
(fundamento). Las sefirot en total son 10, como los dedos de la mano (5+5). La palabra sefirot se traduce como
emanación, esto para brindar una idea de su naturaleza sutil (espiritual), aunque por supuesto que también tienen
su correlato en la materialidad densa.

Un ejemplo de ello son Los 11 sistemas del cuerpo humano //Sistema Nervioso, Sistema Endocrino metabólico,
Sistema Inmunológico, Sistema respiratorio, Sistema digestivo, Sistema circulatorio, Sistema Conectivo, Sistema
hematopoyético y linfático, Sistema ostio-mio-articular, Sistema genito-urinario y Sistema tegumentario (piel)//…
¿Y por qué 11 y no 10? Porque existe una sefirá oculta, que para muchos cabalistas no debe ser considerada
como tal, ya que representa la integración de todo el esfuerzo del hombre al escalar por el árbol Sefirótico, nos
referimos a la sefirá Daat (conocimiento). La integración de Jojmá (sabiduría) y Biná (entendimiento) produce el
conocimiento (Daat). Por eso el versículo expresa: “Mi pueblo perece por falta de conocimiento”. Es decir que
perece porque desconoce cómo ascender a través del árbol de la Vida (Realidad Mashiaj).

A grandes rasgos, en un plano cosmogónico o universal los cinco MUNDOS (Olam) se dividen en cinco partes
reconocidas como partzuf (rostros, limitaciones, dimensiones), a su vez cada partzuf engloba cinco sefirot que se
convierten en 10. Una sefirá es una vasija espiritual con su respetivo correlato material, la cual es llenada con
una cualidad particular de la Luz (Nefesh, Ruaj, Neshamá, Jaiá y Iejidá). Se recuerda que la Luz que emana del
Creador no sufre cambios, sino que es la vasija la que varía en sus propiedades según el grado de aviut
(densidad) de su deseo (Maljut, Zeir Anpin, Biná, Jojmá y Keter).

De este modo el apartado Maljut recibe la luz Nefesh, Zeir Anpin obtiene la Luz Ruaj, Biná recepciona la Luz
Neshamá, Jojmá se nutre de la Luz Jaiá y Keter engloba la Luz Iejidá (Esta última Luz se recibe en el Gmar
Tikún). La función del Ruaj Hakodesh (Espíritu Santo) es precisamente corregir nuestra conciencia en cada Kli o
vasija espiritual y esto con la finalidad de recordarnos el sabor de la Luz según la calidad de nuestros deseos.

Ello es lo dicho por el apóstol Pablo: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un
espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el
Espíritu del Señor.” (II Co 3.18) Una traducción análoga sería: “Por tanto, todos nosotros, los que percibimos
claramente los mundos del Creador, somos restaurados por su Ruaj hasta alcanzar en cada nivel la
imagen de Mashiaj”.
En la dimensión física de la existencia es el ser humano quien tiene la capacidad potencial de elevar la Luz Nefesh
para que la misma no sea mal utilizada por el mal principio (Yetzer Ra), si se mantiene firme en el trabajo alcanzará
la Luz Ruaj, y así sucesivamente, se reitera que quien se involucra en esta obra obtiene la categoría de justo, se
convierte así en un colaborador de Elohim durante el proceso de restauración del Reino. La función del justo es
arrebatar las luces de santidad de las garras del Sitra Ajra (otro lado).

Esto lo podemos aprender del pasaje en el cual Abraham intercede por Sodoma y Gomorra por amor a su sobrino
Lot. Durante su diálogo con el Creador, él mismo intercede seis veces, tratando de llevar su petición a lo más
elevado de la escala de los mundos…y ¿Por qué seis veces? Porque son seis los mundos en los que se expresa
la voluntad del Eterno ¿Cómo Abraham manifestó dicho conocimiento? Utilizando con el Creador un lenguaje
Sefirótico o de alto vuelo espiritual, de modo que se refirió a las cincuenta sefirot básicas contenidas en los
Universos espirituales. Analicemos su interpelación frente al Eterno:

Primera pregunta: “Quizás haya cincuenta justos dentro de la ciudad. ¿destruirás también y no perdonarás
al lugar por amor a los cincuenta justos que están dentro de él?” En un lenguaje Sod (secreto, oculto) la
ciudad no es más que el Makom Mashiaj, mientras que los cincuenta justos no son más que las sefirot básicas
distribuidas a lo largo de los mundos (Olamim), 10 para Adam Kadmon, 10 para Atziluth, 10 para Briah, 10 para
Yetzirah y 10 para Assiah. En consecuencia, Adam Kadmon a pesar de tener sus 10 sefirot particulares, contiene
potencialmente dentro de sí mismo a todos los mundos, registra así un total de 50 sefirot, Atziluth 40, Briah 30,
Yetzirah 20 y Assiah solo 10.

Segunda pregunta: “Quizás faltaran de cincuenta justos cinco; ¿destruirás por aquellos cinco toda la
ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco”. Resulta sorprendente el conocimiento de
Moisés respecto a la arquitectura de los mundos superiores, ya que es este el único versículo donde él resta cinco
sefirot y no diez… ¿Por qué? Moshé partió el segundo mundo (Atziluth) en dos partzuf, divisiones o mitades…esto
para dar a entender que Olam Atziluth es un mundo supra-divino, y que en su posición intermedia se encuentra
frente a la Eternidad, así como frente a la Creación. Los 45 justos no son más que la porción superior de Olam
Atziluth.

Tercera pregunta: “Y volvió a hablarle, y dijo: Quizá se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por
amor a los cuarenta”. Los 40 justos revelan la plenitud del mundo de Atziluth, revelando aquella porción que
constituye la raíz inmediata de la Creación.

Cuarta pregunta: “Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare: quizá se hallarán allí treinta. Y respondió:
No lo haré si hallare allí treinta”. Los treinta justos constituyen una expresión del universo de Briah, el cual
contiene potencialmente los 20 sefirot de los mundos restantes.

Quinta pregunta: “Y dijo: He aquí ahora que he emprendido el hablar a mi Señor: quizá se hallaran allí
veinte. No la destruiré, respondió, por amor a los veinte”. Los veinte justos representan el mundo de Yetzirah,
el cual contiene potencialmente las 10 sefirot del universo físico.
Sexta pregunta: “Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: Quizá se
hallarán allí diez. No la destruiré, respondió, por amor a los diez”. Los 10 justos simbolizan las 10 sefirot del
mundo de Assiah. Incluso, se pudiera inferir que, en el pensamiento profundo de Abraham, el mismo halla
preguntado por la posibilidad de haberse encontrado tan solo una persona justa con sus diez sefirot inferiores
activas.

Retomemos nuevamente los versículos 13 y 14 del evangelio de San Juan, porque el lenguaje de Joshua
HaMashiaj no se puede circunscribir a categorías religiosas, sino que revela toda la ciencia o tecnología oculta
de los mundos superiores, y esto es muy elevado, sin embargo, una vez más desde un enfoque psicológico se
pudiera realizar la siguiente aproximación:

“Pero cuando venga el Espíritu de verdad (Pero cuando se revele el pensamiento del Padre), él os guiará
a toda la verdad (el los guiará en todas las etapas de Mashiaj), porque no hablará por su propia cuenta
(porque el pensamiento del Padre no obra por sí solo), sino que hablará todo lo que oyere (sino que
manifiesta la voluntad oculta del Padre), y os hará saber las cosas que habrán de venir (y les hará saber
las leyes del Reino del mundo de Atziluth (Maljut Hashamayim/Reino de los cielos)). El me glorificará (El
reconocerá mi Makom -realidades, dimensiones, planos, lugares, espacios, residencias-); porque tomará
de lo mío (porque hará uso de los mundos bajo mi autoridad), y os lo hará saber (y se los revelará)” (Jn
16. 13 y 14).

El pensamiento del Padre no pudiera revelar su Voluntad a la creación de no ser por medio de las vestimentas o
revestimientos que se proyectan desde el MAKOM Mashiaj. El ser creado no puede percibir la esencia oculta del
Eterno, sin embargo, el Hijo la ha dado a conocer ( Juan 1.18). Como se ha venido señalando en el mundo de
Assiah los deseos del ser humano están fragmentados a causa de la caída, razón por la cual las personas se
perciben a sí mismas como separadas de todas las cosas, y es el Ruaj Hakodesh, quien de a poco comienza a
restaurarnos cuando en nosotros surge la necesidad profunda de relación con lo Superior,

es entonces, con la integración gradual de nuestros deseos, cuando comenzamos a sentir la conexión con la
realidad, o lo que es lo mismo expresar, con las diferentes manifestaciones del Mashiaj.

Durante el trabajo de corrección interior llega el momento en que se comienza a sentir de forma más o menos
constante el DESEO DE UNIDAD o FUSIÓN con el motivo supremo de nuestro deleite (Mashiaj), pero esta
experiencia, que se manifiesta como estado de Presencia, reside en el hombre interior, quien es nuestro órgano
espiritual de percepción. Luego avanzando en los niveles de corrección, se nos revela que el sostenido estado
de Presencia no se orienta, ni está determinado por los conocimientos y sensaciones que se derivan de los
fenómenos, objetos, animales y personas de la realidad física.

Si se analiza lo planteado en su sentido inverso se puede expresar que los mencionados fenómenos, objetos,
animales y personas de nuestro entorno constituyen las fuentes de placer que satisfacen en diferentes medidas
nuestros deseos fragmentados, esos son nuestros Dioses, y desde aquí no podemos percibir el placer espiritual
que procede del Creador, solo en la medida que nuestros deseos se unan en matrimonio, conformaremos una
vasija espiritual única y apta para recibir y reflejar la abundancia que procede de los mundos superiores. La
integración de nuestros deseos es el proceso de construcción del hombre interior.

Es en el espíritu donde podemos disfrutar constantemente de la presencia del Creador, por lo que el trabajo de
corrección que cada persona debe realizar tiene como objetivo vivir en el hombre interior para alcanzar el
matrimonio espiritual en Mashiaj. Pues el DESEO DE UNIDAD en los mundos espirituales es DESEO DE
MASHIAJ, mientras que el deseo de unidad en los planos físicos es un deseo prostituido, orientado hacia
múltiples objetos de satisfacción y adoración, he aquí el principio profundo de la idolatría, el cual tiene su raíz en
la fragmentación de nuestro deseo original (ALMA DE ADAM HARISHÓN en el Mundo de BRIAH).

Por eso el mandamiento prescribe: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón (Nefesh), y toda tu alma
(Neshamá), y con todas tus fuerzas (Ruaj)”. Esto es amarás al Señor tu Dios con tus 3 estructuras individuales
integradas en un Deseo único por el Creador. Por eso en Ezequiel 11:19 el Eterno promete: “Y les daré un
corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su
carne, y le daré un corazón de carne”. La guematría (sistema de interpretación judía que suma los valores
numéricos de las letras que conforman una palabra y le confiere un significado espiritual) de la palabra corazón,
Lev en hebreo es 5, porque el caracter Lamed (L) tiene un valor de 30 y el caracter Beth (B) un valor de 2, luego
30 +2 es 32 y al descomponer este decimal y sumar sus unidades se aprecia que 3+2 es igual a 5. Lo que sugiere
que el corazón de piedra son nuestros sentidos naturales y el corazón de carne nuestros sentidos espirituales.
Desde un Deseo integrado es que podemos amar verdaderamente a nuestro prójimo. Amar desde un solo deseo
es salir de nuestro egoísmo y dejar de usar al otro para el beneficio propio.

Para quien no está realizando el trabajo de corrección interior en el Ruaj Hakodesh, le será imposible distinguir
que todos sus deseos están prostituidos, es decir se venden o negocian en aras de lograr la satisfacción de sus
necesidades, y esto es una condición natural, no reprochable, ahora bien, la civilización ha logrado construir
reglas para que los egos de las personas logren establecer acuerdos sobre la base de los valores y la legalidad
como garantes del beneficio mutuo.

Entendámoslo mejor usando los códigos rectores del estudio, es decir: el matrimonio, el concubinato, la
prostitución y la fornicación, pero los mismos en esta ocasión serán aplicados al plano profundo de los deseos
individuales y no al marco de la relación de pareja. Desde esta perspectiva el verdadero concepto de matrimonio
solo puede ser alcanzado en la dimensión espiritual, es decir, en el hombre interior, he aquí la fase final de
corrección de todos los deseos humanos, la construcción de un DESEO UNICO para el Creador.

Por eso el libro de Génesis plantea: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su
mujer, y serán una sola carne” (Gn 2.24). El padre y la madre son los deseos fragmentados que una vez fueron
uno en el código conocido como Adam Harishón en el Universo de Briah (Gn 5.2). Padre y madre simbolizan a
Adam y a Eva, lo masculino y lo femenino, solo que está vez en el mundo de la fragmentación (Universo de
Assiah). Entendamos mejor lo que dice el versículo: "...por esta razón el hombre dejará a su Padre y a su Madre”,
es decir a causa de la fragmentación del deseo único de los padres en el mundo de Assiah…los deseos del
hombre natural perdieron conexión con el mundo espiritual, luego el ser humano está llamado a dejar esta
condición para unirse nuevamente a lo superior ...o lo que es lo mismo a expresar: “los deseos fragmentados
heredados por el género humano se integrarán con su opuesto: "La Presencia Divina" hasta formar nuevamente
un DESEO ÚNICO en función del Creador…esto es el significado trascendental de “…serán una misma carne”.

Ahora bien, la dimensión espiritual del matrimonio está regulada por leyes de orden superior, por lo que no son
de interés a la luz de lo que en este punto se pretende demostrar, pues la generalidad de las personas no funciona
en este nivel. Debemos trasladarnos así a la segunda categoría de estudio: “el concubinato”. El concubinato ya
responde a las leyes de orden histórico-material. El mismo debe ser entendido como “matrimonio terrenal”, ya
sea en su variante natural o institucional. En este nivel los deseos de las personas no están integrados en una
sola unidad, sin embargo, los individuos son capaces de realizar restricciones por amor o respeto al otro, aún,
cuando ello esconda una motivación egoísta. En este nivel es donde se manifiesta el cumplimiento de las leyes
terrenales como garante de la convivencia. La Ley actúa como un dispositivo de regulación social del Ego.

La prostitución vista como una categoría biopsicosocial verdaderamente constituye el estado natural de los
deseos egoístas del ser humano. De hecho, la Ley religiosa o secular es la que constantemente intenta encausar
los deseos prostituidos que residen en cada persona. Un deseo prostituido es un deseo fragmentado,
simplemente orientado hacia la auto-gratificación, y precisamente esta condición puede conducir a la persona
hacia el otro extremo, hacia la transgresión de la Ley, es decir, hacia la fornicación. En la fornicación encarna el
grado máximo de disgregación de los deseos humanos, y su poder es tal, que procura la satisfacción personal
causando daños evidentes a terceros y/o a sí mismo.

La referida explicación, ofrece nuevas pistas que ayudan a comprender por qué la Torah en su marco jurídico
deja una pequeña rendija en lo que respecta a “servirse” de la profesión más antigua del mundo. Es que al ser la
prostitución o fragmentación de los deseos el estado natural del ser humano, lógicamente dicho estado se
expresa en los diversos órdenes de la realidad histórico-material. Consecuentemente el plano biológico-sexual
no constituye la excepción, sino que representa la última estación perceptible del poder de esta condición.

Luego si el estado prostituido de los deseos humanos resulta una condición inherente a su naturaleza y el mismo
tiene una expresión en la dimensión biológica sexual…entonces ¿Cómo la Torah maneja desde lo histórico-social
semejante situación? La Torah divide al mundo entre judíos y gentiles, y esto no con un ánimo discriminativo o
despectivo, sino como una posibilidad de enseñar al género humano que los deseos deben integrarse en un único
Deseo de Otorgar al Creador, pues judío viene de la raíz Ijud o Ejad que significa unidad, sin embargo, la palabra
gentil se traduce en hebreo como Goy (singular) o Goyim (plural) cuyo significado es multitud de “pueblos o
naciones”, como dando a entender la existencia de múltiples deseos que solo viven para sí mismos y que no
alcanzan integrarse para otorgar en un único sentir al Creador. El judío revela la unidad espiritual de los deseos
mientras que el gentil simboliza el estado de fragmentación de los deseos.
Por eso en el caso de la prostitución sexual la Torah prohíbe su práctica para los judíos, ya que ellos revelan su
estado de corrección social en la realidad de la unión matrimonial de corte rabino-institucional. Por otra parte, la
Torah, ni las Leyes Universales de Noé condenan jurídicamente al varón que acude a su servicio porque la
evacuación de la pulsión sexual es un instinto natural que se encuentra por encima de las leyes morales,
constituyendo la prostitución sexual -dentro del orden natural de las cosas- la herramienta más baja de regulación
del deseo sexual, mientras que el matrimonio es el instrumento más adecuado para ese fin.

Algunas naciones en la actualidad han comprendido profundamente el asunto, al punto de legislar a favor de la
prostitución como un derecho natural de las personas en aras de regular el deseo sexual. Hoy la prostitución en
Israel es legal, pero está prohibida si es aplicada en la forma de burdeles y proxenetismo. Pues se debe
discriminar entre las formas pervertidas e ilegales de regulación del impulso sexual y aquellas que son aceptadas
jurídicamente por la sociedad. En el último apartado del presente estudio -el cual alude al Modelo Básico e ideal
de la prostitución sexual- se profundizará al respecto.

V. El modelo básico e ideal de la prostitución sexual.

Las letras del alfabeto hebreo son imágenes gráficas que codifican los atributos, cualidades o poderes
del Eterno en su creación.

He aquí el fundamento detrás del modelo básico e ideal de la prostitución sexual,

● El uso de un medio de pago tangible como vía para la evacuación del deseo de fusión que proviene de
los mundos superiores.
● El uso de un medio de pago tangible como forma de compensar la humillación del otro por el simple
hecho de ser usada sexualmente.
● Como forma de restricción temporal del ego al reparar en el acto de que debe perder algo de valor en
aras de alcanzar la autogratificación.
● Como recordatorio del estado de falta de perfección en términos de unión sexual.

y no en sus variantes pervertidas (proxenetismo, orgías, tráfico sexual, prostitución infantil, pornografía, etc.). Este
asunto también será tratado en un apartado diferente (Epígrafe V).

MODELO DE PROSTITUCION solo que frecuentemente en el acto de la prostitución, quien vende u ofrece su
cuerpo se encuentra en una situación de desventaja social, y no puede exigir un cobro justo por su servicio u
ofrecimiento, pues la lógica ideal para el modelo de la prostitución es que el consumidor sienta que pierde algo
de valor, de lo contrario la corrección no será perceptible.

extranjera que no procediera de aquellas naciones con la cuales a Israel le estaba prohibido tratar, adulta, no
desposada, libre, que hubiese perdido la virginidad y que no se encontrara en la casa de su padre.
Que no sea hebrea, que no descienda de naciones con las cuales Israel tenía prohibido tratar, que no sea ni
casada o desposada, ni sierva o esclava, ni menor de edad, tampoco virgen y que no se encuentre bajo la
autoridad de su padre.

Cuando el deseo de las partes está degradado…y cuando el mecanismo de pago no es valorado por el cliente se
da paso al libertinaje y se deforma el sentido original…

Con este comportamiento la mujer también se opone a su deseo de auto-gratificación inmediata, incluso es quien
inicia el movimiento de auto-limitación, garantiza así la calidad de su llenado, sin embargo, el hombre activa su
movimiento auto-restrictivo cuando percibe la resistencia de la mujer, hecho que lo debe ir guiando a la forma
adecuada de otorgarle. Esencialmente la mujer se restringe para recibir, y el hombre lo hace para dar.

Cuando el varón no tiene en cuenta este principio, invierte su rol y se coloca netamente en una postura receptora,
de modo que feminiza sus deseos y fuerza a la mujer a masculinizar los suyos, esto es otra de las diferencias
entre el modelo ideal de la prostitución y su degradación o perversión, pues es usual que el hombre quien siente
que paga un servicio, coloque a la mujer en la posición de sirvienta sexual, y esta debe propinarle placer de
muchas maneras. No obstante, ni en esta circunstancia el hombre puede dejar de dar, lo cual no significa que él
pueda recibir placer, sin embargo, ese no puede ser el sentimiento predominante.

El hombre además de discernir el deseo de la mujer deberá acoplarse al mismo, he aquí su estado original de
complacencia, su gozo debe ser la orientación de su deseo -el cual viene de lo alto- hacia la necesidad de llenado
de la mujer, de ahí la importancia de sincronizar con la necesidad de ella para entonces poder darle…, el hombre
incluso en aras de madurar el deseo de la mujer puede seducirla, incitarla, estimularla, complacerla…pero jamás
deberá violentar sus tiempos en aras de procurar su auto-satisfacción, y lo negativo aquí no solo se evidencia en
el hecho de la violación del deseo ajeno, sino en la orientación del deseo sexual hacia su propia complacencia, y
esto es una distorsión del deseo masculino de dar.

Cuando el varón comienza a corregir su deseo egoísta de recibir, percibe que en el área sexual la demanda del
deseo percibido no es para satisfacerse a sí mismo, sino que se conecta con un gran deseo de dar. Por eso si el
hombre aún no tiene compañera…se puede establecer un símil con el Adam espiritual y expresar: “No es bueno
que el hombre esté solo” (Gn)…por eso se le dio ayuda idónea…no para su auto-complacencia, sino para
materializar y llevar afuera el deseo de Dar.

De hecho, cuando el gozo sensorial derivado del acto sexual se conecta con la necesidad de dar, entonces la
experiencia subjetiva del placer se intensifica y el hombre se siente completo complaciendo a su compañera, del
mismo modo la mujer no solo se deleitará por medio de sus órganos sensoriales, sino que percibirá la voluntad
de entrega del hombre y entonces su gozo igualmente será completo. El hombre es un receptor de placer, pero
su verdadera complacencia está en el Dar. La mujer se deleita en la recepción y este sentimiento evoca en ella
una fuerte necesidad de DAR.

En la dimensión espiritual, específicamente en el límite entre el mundo de Assiah y el Universo Físico (Olam Hazé/
Nuestro mundo), la inversión del deseo de dar de las fuerzas masculinos y del deseo de recibir de las fuerzas
femeninas, se materializan en la dimensión histórico-material como casos típicos de homosexualismo. Con esto
no digo que el hombre que se complace básicamente en recibir y la mujer que se complace básicamente en dar
sean homosexuales, sino que este es el principio espiritual que explica el fenómeno, por otra parte, aquí está la
razón por la cual ni el hombre ni la mujer deben invertir sus roles sexuales, porque corrompen internamente sus
energías creativas y se alejan de la vivencia del placer espiritual, pues estos comportamientos fragmentan aún
más los deseos, con la consecuente expresión en la conducta sexual de los individuos, se citan así:

 La incapacidad para empatizar o conectar con el otro. No hay sincronismo sexual.


 La eyaculación precoz en el hombre por su incapacidad para restringir su deseo de auto-gratificación.
Por eso llega al clímax en muy poco tiempo. Se aclara que esta causa no explica todos los casos de la
mencionada disfunción sexual.
 Orgasmo retardado en la mujer ya que su deseo natural de auto-gratificación se encuentra fuertemente
restringido. Se aclara que esta causa no explica todos los casos de la mencionada disfunción sexual.
 Aumento excesivo de la líbido. Algunos casos de ninfomanías obedecen a la masculinización del deseo
femenino. Muchos podrían pensar que son mujeres con mucho deseo de recibir, y verdaderamente
esconden un gran deseo de recibir, pero con la finalidad de dar. En el hombre por lo general el aumento
de la líbido se produce por su incapacidad para auto-restringirse y esto violenta el tiempo sexual de la
pareja.

pues por debajo de este tipo de relación solo se pueden dar formas de esclavitud, abusos, estafas y violaciones
que siempre acarrean daño personal y/o a terceros, situación que se ajusta a categorías mucho más dañinas de
fornicación de este tipo (Ej: La prostitución infantil, el tráfico de personas con fines sexuales, el proxenetismo).
¿Qué es una pantalla anti-egoísta? ¿Qué es la restricción del ego?

Constituyen sistemas de capacidad limitadas, que ejercen influencia sobre el medio, y a su vez en el
medio se encuentran numerosos elementos que también están sometidos a las fuerzas que otros
elementos ejercen necesitan de mecanismos internos que le permitan conservar en el tiempo sus
propiedades e integridad funcional, estos mecanismos o dispositivos deben ejercer una fuerza que se
oponga a las diferentes fuerzas actuantes en el medio

Pantalla fuerza de voluntad….

Satán en el mundo espiritual

¿Cuál sería el concepto bíblico más adecuado para el término prostitución sexual?

Todo contacto carnal de tipo sexual dado entre personas solteras, adultas, del sexo opuesto, sin lazos de
parentesco, y con el propósito de satisfacer necesidades de interés personal.

● Si el concepto aplica para personas donde al menos una de ellas se encuentra unida en matrimonio con
otro individuo, entonces la prostitución sexual se da en el marco de relaciones adulteradas.
● Si el concepto aplica para personas del mismo sexo, el carácter prostituido de la relación se da en el
marco de uniones homosexuales.
● Si el concepto aplica para personas con lazos de parentesco, la prostitución sexual se da en el contexto
de relaciones incestuosas.

¿Por qué el sexo es una poderosa arma de auto-gratificación?


Pues es el compromiso emocional, cuya expresión madura o acabada -y en termino de relación de pareja- se
revela en la unión matrimonial, constituye la condición básica para desde lo psicológico contrarrestar la naturaleza
egoísta. Función que no cubre la prostitución.

¿La recepción de placer es negativa?

● ¿Cuál es el modelo de la prostitución?

Barreras resostencia, enseña que no se pueden procesar de forma egoísta…se ncesitan filtros, resistencias,
barreras que garanticen la integridad del elemento…

¿Por qué el matrimonio terrenal en su variante natural o institucional constituye la pantalla anti-egoísta más
poderosa y efectiva?

también es una forma de prostitución, de hecho constituye la forma primaria del concepto, pues si dos personas
solteras del sexo opuesto, que además no poseen lazos de parentescos, se ofrecen físicamente en aras de
conseguir placer para sí mismos (no hay compromiso matrimonial) entonces practican la prostitución sexual,

este es el trasfondo de Lev 19:29…por eso el versículo plantea la necesidad de no prostituir la tierra, es decir, la
importancia de impedir que las personas no tengan las fuerzas para oponerse a la auto-gratificación sexual y que
puedan establecer matrimonio entre las partes y con el Creador, o lo que es lo mismo expresar, que puedan
construir en Mashiaj la pantalla para otorgar a Hashem y no llevar el placer hacia mismos, acto que imposibilita
trascender la conciencia biopsicosocial.

luego más allá de la función comercial… ¿qué papel juegan los elementos tangibles o materiales? Dichos objetos
operan como una “resistencia” frente al deseo de auto-gratificación…expliquémoslo mejor

En la prostitución el deseo de dignificación y elevación espiritual entre las partes es nulo. Una de las funciones
del matrimonio en Mashiaj es el compromiso complaciente que establecen ambos miembros de la pareja para
elevar (retornar) todos sus deseos hacia el Creador, eso es lo que se reconoce como ofrenda espiritual.

Cada uno se utiliza para su propia satisfacción, esto moralmente es cuestionable desde el razonamiento de
determinadas posturas religiosas y seculares, quedando incluso plasmadas en las constituciones de algunas
naciones.

pues en un modelo ideal…si todo hombre cumplía con las leyes de conducta sexual…la prostituta no prestaría
sus servicios ni a adúlteros ni a fornicarios…sin embargo este modelo -si es que en algún momento funcionó- se
pervirtió hasta hoy en gran manera, pero de alguna forma, desde la lógica divina, la validez del modelo queda
demostrada en el hecho de que la Ley permitía al varón judío contraer matrimonio con mujer ramera (), no así al
sacerdote () por su elevado nivel de pureza.

Pero… ¿Por qué el Creador permite que las prostitutas se rediman? Porque más allá de los motivos éticos-
morales y humanos, las prostitutas formaban parte del diseño de corrección del hombre que se encontraba fuera
del matrimonio y que por motivos de orden superior no tenía las fuerzas para oponerse a la pulsión sexual.

los varones hebreos no desposados tenían cierta flexibilidad para acoplarse con mujeres rameras, o para
rescatarlas por la vía del matrimonio.

¿Por qué tenían que pagar monetariamente? Porque debían dar materialmente algo de sí, puesto que la auto-
gratificación no podía tener lugar sin que se produjera cierta resistencia, cierto sentimiento de pérdida. En esta
situación el trabajo de corrección es mínimo, pero opera no solo como un intento restrictivo frente al placer, sino
también como un recordatorio al hombre de su falta de completitud. Lo mismo se aplica para la mujer en el caso
inverso.
Existe un intercambio, se da en el nivel más bajo de expresión…la fornicación desde una lógica espiritual no se
da, sino que contrariamente se resta o quita.

Placer egoísta.

No prohibido entre los gentiles…ver libro B..Noaj

FILON DE ALEJANDRÍA CABALISTA DEL SIGLO…

EJEMPLO DE LAS 4 CATEGORÍAS EN UNA SOLA PERSONA.

Entendamos esto en profundidad, el sexo en sí mismo constituye un poderoso instrumento de auto-gratificación,


y el propósito del Creador siempre ha sido que el hombre trabaje sobre su grado de egoísmo o amor propio, la
ley externa de Moisés constituye el primer nivel de trabajo correctivo, mientras que la Ley de Mashiaj constituye
el verdadero acto de redención, pero a la humanidad primero le fue dada el Pacto de la Letra, donde cada
precepto representaba una incitación para sobreponerse con esfuerzo propio al sentimiento de auto-gratificación.

En términos de relaciones de pareja, el matrimonio israelita como mandamiento supone un pacto físico,
sentimental y espiritual entre Elohim (Dios), el hombre y la mujer, este carácter trinitario y triangular simboliza
la forma superior de otorgamiento. El concubinato habla más sobre el pacto físico y sentimental entre un
hombre y una mujer, aquí la posibilidad de otorgamiento se reduce a la relación entre dos, y por último
encontramos la prostitución o relación comercial entre un hombre y una mujer, en materia sexual esta
representaba el nivel más bajo de otorgamiento, o lo que es lo mismo expresar: “el nivel más elevado de recepción
para uno mismo”, puesto que ambas personas consensuadamente se sirven a sí mismos, aquí no media pacto
espiritual ni sentimental, sino acuerdo físico, de modo que un objeto material (posesiones, dinero) es el que sella
o da testimonio sobre el carácter transitorio y conveniente de la unión.

Igualmente se podría realizar una analogía entre estas tres categorías y los niveles de relación entre el cuerpo
(prostitución), el alma (concubinato) y el espíritu (matrimonio). El simbolismo del Templo también alude a esta
relación en la realidad del atrio (cuerpo + prostitución=pueblo y sus pecados), lugar santo (Alma + concubinato=
sacerdotes y levitas) y lugar santísimo (Espíritu + matrimonio= Sumo sacerdote). Estos grados de relación
representan un arquetipo presente en todas las dimensiones de la Creación y se expresan a través de múltiples
símbolos y situaciones.

Lo de la pronografía, doble pago como sistema de ruptura de la resistencia y entretenimiento como causa de
autogratificación de la audiencia y onanismo,

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