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Se cuenta con capacidad para investigar y hablar de dicho tema. Se tiene las
herramientas para entender el derecho civil sucesorio y el derecho civil familiar, dado que la
primera materia se está cursando actualmente. En cuanto al derecho civil familiar es una
clase ya acreditada en primer semestre. Teniendo como herramientas estas dos materias para
la investigación del problema jurídico, es posible de realizar de este un trabajo completo y
útil.
Este tema es viable, dado que en la legislación mexicana son reguladas ambas figuras
jurídicas que serán analizadas, tanto en la legislación como en la jurisprudencia. El
matrimonio como el concubinato son figuras jurídicas que están familiarizadas con la doctrina
y la sociedad, por lo que es posible encontrar vasta información acerca del tema, desde
diferentes perspectivas, generando así un posible trabajo con amplia periferia de
entendimiento del problema jurídico.
Llegar a una conclusión de este problema jurídico, puede resultar de gran utilidad para
el ordenamiento jurídico Nuevoleonense. Al realizar un análisis comparativo entre el
concubinato y matrimonio en la sucesión legítima, se pueden dar a luz errores en la
legislación, y como consecuencia hacer un llamado al sistema jurídico. La forma de ver la
finalidad del concubinato como del matrimonio ha evolucionado, por lo que es necesario
hacer un análisis a la legislación, y observar si en realidad atiende a las necesidades sociales
actuales, y en caso de una negativa, advertir de esto.
El problema jurídico que se visualiza en este tema es el de una situación prevista que
no responde a las necesidades reales de la sociedad. El concubinato es una figura jurídica que
ha sido prevista al mismo tiempo que el matrimonio, pero la forma de verlo y regularlo
1
jurídicamente no atiende a las necesidades reales actuales de la sociedad. El concubinato con
el pasar de los años ha incrementado su popularidad y la forma de ver su finalidad ha
cambiado. La sociedad cada vez más decide mantenerse en unión libre que contraer nupcias, y
a ras de esta evolución social, se pueden visualizar problemas social - jurídicos a causa de
derechos no otorgados a los concubinos a comparación de los cónyuges, teniendo ambos la
misma finalidad, la unión para crear una familia.
El problema cuenta con gran relevancia humana, a raíz del principio de igualdad y no
discriminación. Se buscará analizar, por que la legislación no atiende al elemento humano,
siendo que el concubinato y el matrimonio atienden al mismo fin - el de la unión entre dos
personas para la ayuda mutua y comunidad de vida. Se fundamentara por que se deberían de
equiparar ambas figuras, enfocándonos en los derechos sucesorios.
Objetivos:
2
D) Analizar las disposiciones de la sucesión legitima del concubinato en Nuevo
León por qué estas afectan al principio de igualdad y no discriminación.
3
Capítulo I
La figura del matrimonio nace en la época de la Antigua Roma, González Román 1 nos
expone el papel que tomaba el matrimonio en Roma. El parentesco jurídico (agnación)
derivaba del matrimonio, siendo así la finalidad del matrimonio la perpetuación de la especie
y de la familia. Melchor Ayala2 nos explica que la familia o domus en roma era la reunión de
personas bajo la autoridad de una sola persona, en este caso el paterfamilias, donde este era el
dueño absoluto de estas personas como de sus adquisiciones, creándose así un patrimonio en
común.
González Román explica que en la Antigua Roma, la mujer disfrutaba del rango
social del marido y de los honores en los que estaba investido este. En la época postclásica del
derecho romano se definió al matrimonio como “la unión del hombre y de la mujer,
implicando igualdad de condiciones y comunidad de derechos divinos y humanos”.3
1
González Román, Héctor. Derecho Romano. México, Oxford, 2007.p.63
2
Ayala Salazar, José Melchor. El Matrimonio y sus Costumbres. México, Trillas, 2001, p.43
3
González Román, Héctor. Ob. Cit .(p.63)
4
Olea y Reynoso, Francisco Huber. El Derecho Canónico Matrimonial. México, Porrúa, 2006. p. 89
4
como la Real Pragmática, donde estaba vigente el derecho canónico y prohibía cualquier
matrimonio que no fuera autorizado y notificado por la iglesia.
Del mismo modo Huber Olea y Reynoso, resalta la realidad social en que se
encontraba México a principios de los noventa, definiendo el concepto de matrimonio civil
como “la unión de un hombre y una mujer, reconocida por el derecho e investida de ciertas
consecuencias jurídicas”6. Remarca la realidad social en que se encontraba la sociedad
mexicana en tal momento, con la interpretación del matrimonio por parte de la jurisprudencia
de dicha época.
Con el paso de casi dos décadas, la sociedad mexicana ha cambiado su forma de ver el
matrimonio, ha tomado un papel más liberal ante este. Animal político nos informa en su nota
periodística “Corte invalida artículos que impedían el matrimonio igualitario en Nuevo
León” donde se transcribe lo referente a la nota:
“Por unanimidad, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) invalidó los artículos 140 y 148
del Código Civil del estado de Nuevo León, que obstaculizaban el matrimonio entre personas del
mismo sexo.8
De igual manera la nota nos menciona lo señalado por los ministros de la Suprema
Corte de Justicia:
5
Loc. Cit
6
Idem. (P.125)
7
Idem. (P.125)
8
Redacción Animal Político. “Corte invalida artículos que impedían el matrimonio igualitario en Nuevo León”, Ciudad de México:
Febrero 19, 2019. Disponible en línea: animalpolitico.com, Nacional < https://www.animalpolitico.com/2019/02/corte-matrimonio-
igualitario-nuevo-leon/> (Consulta: Abril 16, 2019)
5
“Toda aquella ley de cualquier entidad federativa que limite el matrimonio a un hombre y una mujer,
excluyendo de esta a las parejas del mismo sexo o considere que la finalidad de la institución del
matrimonio es exclusivamente la procreación, resultan inconstitucionales, ya que conllevan un acto de
verdadera discriminación que no puede ser tolerado en un Estado de Derecho como el nuestro”9
Gracias a las notas periodísticas las cuales mencionan el día a día de los sucesos en
nuestra sociedad, podemos observar que la forma de conceptualizar el matrimonio ha
evolucionado radicalmente las últimas décadas. Siempre a favor de los derechos humanos y
dejando atrás los dogmas católicos, bajo los que por muchos años la sociedad mexicana ha
sido influenciada.
De la Mata Pizaña nos relata breves antecedentes del concubinato. Al igual que el
matrimonio, el concubinato nació en la Antigua Roma, en la época clásica. Era una forma
válida de unión, pero inferior al matrimonio, pues el concubinato era una unión estable entre
personas de baja condición, aquellas sin el ius connubi, por lo que eran incapaces de contraer
nupcias10.
De la Mata12 nos explica que llegada la época postclásica del derecho romano, se
erradicaron los impedimentos de índole social. Se aceptó al concubinato como unión estable
de una pareja heterosexual, que por razones meramente potestativas carecía del elemento del
matrimonio, affectio maritalis.
9
Loc .Cit.
10
De la Mata Pizaña, Felipe. Derecho Familiar. 8ª edición. México, Porrúa, 2008/ 2017, pp. 99
11
González Román, Héctor. Ob. Cit .(p.64)
12
De la Mata Pizaña, Felipe. Ob. Cit. (pp. 99)
13
De la Mata Pizaña, Felipe. Ob. Cit. (pp. 100)
6
De la Mata afirma que la influencia canónica llegó hasta la Europa Cristiana
Renacentista, donde al concubinato se le consideraba un pecado, razón por la que fue
prohibido. Pero de la Mata habla que al momento de la llegada de la ilustración, la
secularización y el liberalismo modificaron la forma de ver al concubinato y lo convirtieron
en un fantasma jurídico, de prohibírsele, se le ignoró completamente. A tal grado llegó su
desconocimiento que en el código napoleónico no fue regulado, justificando el emperador
dicha acción con la frase “los concubinos prescinden de la ley, la ley se desinteresa de
ellos”14
De la Mata especifica que tal perspectiva del concubinato fue seguida hasta principios
del siglo veinte, donde naciones europeas continentales iniciaron por reconocer la eficacia en
la regulación del concubinato. Y últimamente naciones latinoamericanas, incluidas entre ellas
México, han reconocido y equiparado el concubinato a la figura del matrimonio.
El autor, por último menciona las tres etapas de evolución del concubinato, siendo así
tres etapas: “A) etapa inicial de exclusión jurídica, B) eficacia jurídica parcial, y C)
asimilación total del concubinato al matrimonio civil.”15
14
De la Mata Pizaña, Felipe. Ob. Cit. (pp. 101)
15
De la Mata Pizaña, Felipe. Ob. Cit. (pp. 102)
7
Capítulo II
Se hará una comparación de las doctrinas propuestas por Zavala Pérez, dividiéndolas
en las que repudian o las que aceptan al concubinato. De mismo modo se incluirá la opinión
de Rojina Villegas acerca del concubinato.
A. REPUDIO AL CONCUBINATO
“el medio para fundar una familia es el matrimonio; el que la ley reconozca la uniones
extramatrimoniales y las equipare o acerque jurídicamente al matrimonio se encuentra en controversia
con los concubinos quienes no quisieron casarse, se mantiene por voluntad propia, fuera de la ley.” 17
De igual manera Alberto E. Pacheco afirma que la única causa por la cual la ley
reconoce al concubinato no es para legitimalizarla sino para reparar las injusticias que el
mismo concubinato genera. Opina que la mayor injusticia cometida es hacia los hijos, pues se
les ha negado el derecho de nacer y ser formado en una familia legalmente constituida bajo el
vínculo perpetuo del matrimonio.
8
injusticia, siendo erróneo pensar que haber nacido en un matrimonio garantizara una vida
plena de derecho.
Zavala Pérez cita a Manual Chávez Asencio18, el cual opina que el concubinato debe
de seguir considerándosele como una situación de hecho contraria a las buenas costumbres,
pero que de igual manera debe de protegerse a las personas que recaen sobre esta, pues los
derechos civiles familiares son innatos en todas las personas. Chávez Asencio considera que
es primordial proteger los derechos familiares sin necesidad de mencionar al concubinato, que
no debe de reglamentarse esta institución, sino proteger a la mujer que sea madre.
Chávez Asencio resulta a una verdad a medias, es cierto que se debe de proteger a las
personas que recaen sobre el concubinato, pero contraria a las buenas costumbres, en una
sociedad rica en diferentes culturas y creencias, que puede ser considerado buenas
costumbres. También menciona proteger a las personas del concubinato sin institucionarlo, en
tanto ilógico su pensamiento, siendo que para los concubinos no habría certeza jurídica de que
sus derechos sean respetados, si es que se les sigue manteniendo en el anonimato.
Finalizando con la doctrina que repudia de cierta manera la figura del concubinato,
Zavala Pérez cita al doctor Flavio Galván 19, el cual de igual manera cita a dos partes
antagónicas, siendo la que repudia al concubinato, la de Jean Carbonnier, el cual afirma lo
siguiente: “el concubinato es un hecho ajuridico, del que el derecho francés sólo se ha
ocupado recientemente en materia de seguridad social, con la finalidad de defender a la
concubina y a los hijos habidos en el concubinato.”20
B. ACEPTACIÓN AL CONCUBINATO.
18
Chávez Asencio, Manual. La Familia en el Derecho, Relaciones Jurídicas Conyugales. (Ed Porrúa, México, p. 336) Consultado por:
Zavala Pérez, Diego. H. Derecho Familiar. México, Porrúa, 2006. P.170
19
Galván Rivera, Flavio. El Concubinato Actual en México. (Revista de la facultad de Derecho, Ed 1991, pp. 549 – 576). Citado por:
Zavala Pérez, Diego. H. Derecho Familiar. México, Porrúa, 2006. P.169
20
Loc. Cit.
9
Del otro lado de la cara, nos encontramos con la doctrina pro – concubinato,
empezando con la parte antagónica de Jean Carbonnier, el mismo Doctor Flavio Galván, el
cual transcribe la Exposición de Motivos del Código Civil de 1928, de la siguiente manera:
“actualmente el concubinato es practicado no solo por los integrantes de las clases desvalidas
económicamente o de culturalmente bajas, sino por personas de todos los estratos sociales, culturales y
económicos, es una realidad social que está presente en nuestra vida diaria y que no podemos ocultar o
negar, por que pretenderla sería tanto como querer tapar el sol son un dedo” 21
Posteriormente Galván Rivera expresa acerca del concubinato que “¿por qué nos
ocupamos del concubinato? La respuesta es obvia, por que existe!, ¡porque es una realidad
palpitante en nuestro existir cotidiano!”22
Zavala Pérez cita a Mar Herrerías23 que afirma como conservadora a la sociedad
mexicana, la cual sus bases han sido cimentadas sobre el matrimonio, la figura idónea legal y
moral para constituir la familia. Siendo cierto esto, el concubinato de igual manera es una
forma de constituir a la familia. Expresa que el matrimonio debe de ser regulado, dado su
crecimiento en los últimos años sobre todas las clases sociales.
Zavala Pérez cita a su último autor pro Concubinato, López del Carril 24, el cual afirma,
en modo de derecho comparado, que varias legislaciones admiten los matrimonios celebrados
vía consensual, sin ser necesario de formalidades. Siendo así ejemplos de estos, los
matrimonios Common Law o By Habit, presentes en más de 15 países de los Estados Unidos.
Finalizando, Zavala Pérez nos expresa su propia síntesis tras analizar ambas posturas,
la cual es la siguiente:
“consideramos que el concubinato en la actualidad es un hecho indiscutible y, por ende, se debe
aceptar y regular sistemáticamente en nuestra legislación, a fin de garantizar la organización familiar
y social, estableciendo los derechos y deberes de los concubinos y sus hijos, así como las causas y
formas de separación y las providencias que se deben tomar en este caso, para proteger
fundamentalmente a los hijos y a la concubina”.25
C. ROJINA VILLEGAS Y EL
CONCUBINATO26
10
jurídicos de igual manera que el matrimonio, pero si analizamos los requisitos, como el estado
de hecho, el trato que se den los concubinos en familia y sociedad como pareja, estabilidad y
permanencia, una publicidad que evite un hecho clandestino, una condición de fidelidad, de
singularidad y capacidad, siendo así iguales los requisitos para que no medien los
impedimentos que originan la nulidad del matrimonio o impidan su celebración.
11
Capítulo III
Siendo la sucesión legítima funciona como un sistema regulado por ciertas reglas
mencionadas en el Código Civil, se analizarán las diferencias que existen entre las reglas que
la legislación Nuevoleonense ha tipificado para el matrimonio y las tipificadas para el
concubinato.
“Art. 1521.- El cónyuge que sobrevive, concurriendo con descendientes, tendrá el derecho de una hija
o hijo, si carece de bienes o los que tiene al morir el autor de la sucesión, no igualan a la porción que a
cada hija o hijo debe corresponder. Lo mismo se observará si concurre con hijas o hijos adoptivos del
autor de la herencia.
Art. 1522.- En el primero caso del artículo anterior, el cónyuge recibirá íntegra la porción señalada;
en el segundo, solo tendrá derecho de recibir lo que baste para igualar sus bienes con la porción
mencionada.”
El CCNL dispone en el 1532 fracción I, II y III acerca de la sucesión del concubino cuando
concurre con descendientes:
“Art. 1532.-
I.- Si concurre con sus hijas o hijos que lo sean también del autor de la herencia, se observará lo
dispuesto en los artículos 1521 y 1522;
II.- Si concurre con descendientes del autor de la herencia, que no sean hijas o hijos suyos, tendrá
derecho a la mitad de la porción que le corresponde a una hija o hijo;
III.- Si concurre con hijas o hijos suyos y con hijas o hijos que el autor de la herencia tuvo con otra
persona, tendrá derecho a las dos terceras partes de la porción de una hija o hijo;
En los casos a que se refieren las fracciones I, II y III, debe observarse lo dispuesto en los artículos
1521 y 1522, si la concubina o concubino tiene bienes.”
En estas disposiciones, podemos observar que mientras el cónyuge concurra con
descendientes heredará como hijo, siempre y cuando no tenga bienes, siendo esto cierto
heredará lo que baste para igualar la porción de un hijo.
El 1523 habla cuando el cónyuge concurre con ascendientes mientras que el 1532
fracción cuarta habla cuando el concubino concurre con ascendientes:
“Art. 1523.- Si el cónyuge que sobrevive concurre con ascendientes, la herencia se dividirá en dos
partes iguales, de las cuales una se aplicará al cónyuge y la otra a los ascendientes.”
“Art. 1532.- IV.- Si concurre con ascendientes del autor de la herencia, tendrá derecho a la cuarta
parte de los bienes que forman la sucesión;”
En el supuesto de concurrir con ascendientes el cónyuge heredará la mitad de la
herencia, mientras que el concubino heredará una cuarta parte de la herencia, es decir la mitad
de lo que heredaría el cónyuge.
El 1524 habla del cónyuge concurriendo con parientes colaterales, mientras que el
1532 fracción quinta habla del cónyuge concurriendo con parientes colaterales hasta cuarto
grado:
“Art. 1524.- Concurriendo el cónyuge con uno o más hermanos del autor de la sucesión, tendrá dos
tercios de la herencia, y el tercio restante se aplicará al hermano o se dividirá (sic) por partes iguales
entre los hermanos. “
“Art. 1532.- V.- Si concurre con parientes colaterales dentro del cuarto grado del autor de la sucesión,
tendrá derecho a una tercera parte de ésta;”
En el supuesto de concurrir con parientes colaterales, los cónyuges heredarán en caso
de haber hermanos las dos terceras partes de la herencia, mientras que el concubino se amplía
su concurrencia hasta parientes colaterales de cuarto grado, donde heredará una tercera parte
de la herencia.
Mientras que el cónyuge hereda una tercera parte más que el concubino, además al
concubino no se le aplica la regla general de sucesión donde los parientes más próximos
excluyen a los más lejanos, como se le aplicó al cónyuge, donde excluye a los parientes de
cuarto grado.
El 1526 dispone cuando el cónyuge no concurre con ningún pariente, mientras que el
1532 fracción sexta habla cuando el concubino no concurre con ningún pariente:
“Art. 1526.- A falta de descendientes, ascendientes y hermanos, el cónyuge sucederá en todos los
bienes.”
“Art. 1532.- VI.- Si el autor de la herencia no deja descendientes, ascendientes, cónyuge o parientes
colaterales dentro del cuarto grado, la mitad de los bienes de la sucesión pertenecen a la concubina o
concubino y la otra mitad al fisco del Estado.”
13
Bajo el supuesto de que no se concurra con ningún pariente, al cónyuge se lo otorga
toda la herencia, mientras que al concubino se le obliga a concurrir con el fisco del Estado
reduciéndole a heredar solo la mitad de la herencia.
14
Capítulo IV
15
Artículo 1635.- La concubina y el concubinario tienen derecho a heredarse recíprocamente,
aplicándose las disposiciones relativas a la sucesión del cónyuge, siempre que hayan vivido juntos
como si fueran cónyuges durante los cinco años que precedieron inmediatamente a su muerte o cuando
hayan tenido hijos en común, siempre que ambos hayan permanecido libres de matrimonio durante el
concubinato.
Como podemos entender por lo tipificado, el concubino heredará aplicándosele las
disposiciones del cónyuge, por lo que la síntesis de Arce y Cervantes es correcta y concisa.
16
Capítulo V
“La unión legítima de un solo hombre y una sola mujer, para procurar su ayuda mutua, guardarse
fidelidad, perpetuar la especie y crear entre ellos una comunidad de vida permanente, satisfaciéndose
este solamente, mediante la unión de un hombre con una mujer, esto en función directa de los artículos
140 y 148 del mismo ordenamiento.”28
Dicta lo siguiente:
“Así, el prever la figura del matrimonio como un derecho orientado a salvaguardar la perpetuación de
la especie, tiene como consecuencia la transgresión al reconocimiento de la dignidad humana, como
derecho fundamental, del que deriva, entre otros, el libre desarrollo de la personalidad, contemplado
en el artículo 22 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así como en el artículo 1º de
la Constitución Federal; consistente en el derecho de todo individuo a elegir, en forma libre y
autónoma, cómo vivir su vida, lo que implica entre una multiplicidad de posibilidades y opciones, la
libertad de contraer o no matrimonio; la de procrear o no hijos, en su caso, decidir cuántos; la de
elegir libremente sus preferencias sexuales; y decidir compartir o no su vida con otra u otras personas
con independencia de sus sexos y/o géneros, sin anular o menoscabar los derechos o libertades de las
personas, procurando en todo momento la protección más amplia a las personas.
28
Demanda de acción de inconstitucionalidad, promovida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Acción de
Inconstitucionalidad. Pleno de la Suprema Corte de Justicia. Expediente 2018/29. Ciudad de México, E.M., México, Julio 31,
2013, pp. 19 - 20.
17
Bajo estas consideraciones, resultan incompatibles con el bloque de constitucionalidad actual que rige
la materia de derechos humanos, las porciones normativas que se refieran al matrimonio como la
unión entre “un hombre y una mujer”, ya que se considera que el derecho de celebrar el matrimonio se
encuentra orientado a salvar y garantizar la perpetuación de la especie, y no a compartir una vida en
común con la persona de su elección, pues como se expuso, los fines de procreación dependerán
únicamente de la persona y su libre desarrollo, aunado a que al tratarse de un derecho potestativo el o
los titulares, en este caso todos aquellos que no tengan algún impedimento para contraer nupcias, se
encuentran facultados para decidir o no ejercerlo. Sin que esta celebración conlleve la procreación.” 29
Tras este criterio, podemos considerar que la forma en que esta prevista el matrimonio
en nuevo león, es inválida e inconstitucional. Su definición afecta el derecho al libre
desarrollo de la personalidad, no solo de las personas con diferentes preferencias sexuales,
sino también a las personas que no buscan procrear hijos no busca la perpetuación de la
especie. La Corte entiende como el único y legítimo fin del matrimonio el compartir una vida
en común con la persona de su elección.
Al igual que el concubinato tiene el mismo fin que el matrimonio, compartir una vida
en común con la persona de la elección, el CCNL estaría afectando el derecho al libre
desarrollo de la personalidad a los concubinos, al no otorgarles los mismos derechos en
materia sucesoria que los cónyuges, tratándoles de imponer en cierto modo un castigo por no
contraer nupcias, siendo que las dos figuras atienden al mismo fin, y por igual obligándoles a
los concubinos a contraer nupcias si es que estos buscan tener los mismos derechos que los
cónyuges, así afectando su derecho al libre desarrollo de la personalidad.
“SEGUNDO. Se declara la invalidez de los artículos 140 y 148, en sendas porciones normativas 'el
hombre y la mujer', del Código Civil para el Estado de Nuevo León, reformado mediante Decreto
número 317, publicado en la Sección Tercera del Periódico Oficial de dicha entidad el ocho de enero
de dos mil dieciocho y, en vía de consecuencia, la del artículo 147, en la porciones normativas 'un solo
hombre y una sola mujer' y 'perpetuar la especie', del referido código civil; en la inteligencia de que en
la interpretación y aplicación de las porciones normativas 'entre un solo hombre y una sola mujer' y
'como marido y mujer', contenidas en diversos preceptos del código impugnado y en otros
ordenamientos de la propia Entidad Federativa vinculados tanto con el matrimonio como con el
concubinato (comprendido en el Capítulo XI, Título Quinto, Libro Primero, del Código Civil local),
deberán entenderse que estas instituciones involucran a dos personas del mismo o de diferente sexo.” 30
29
Loc. Cit.
30
Derechos a la igualdad y no discriminación, a la dignidad humana en su vertiente de libre desarrollo de la personalidad, a la identidad
personal y sexual, a la libertad de formar una familia, a la protección de la familia, prohibición de discriminación. Acción de
Inconstitucionalidad. Pleno de la SCJN. Clave 29/2018 (SJF: Feb. 19, 2018). Disponible en línea:
<http://www.cndh.org.mx/Acciones_Inconstitucionalidad> (Consulta Abril, 19, 2019)
18
Mediante el punto resolutivo segundo de la Acción de inconstitucionalidad, podemos
ver como consecuencia que la institución del matrimonio en Nuevo León no solo podrán
involucrarse parejas heterosexuales, si no que por igual parejas homosexuales. La Corte
advierte como inconstitucionales las porciones normativas incluidas en el artículo 147 con
función de los artículos 140 y 148 del CCNL, los cuales hacían mención a la institución del
matrimonio.
Es de advertir que de igual manera que el artículo 147 que definía al matrimonio
como la unión entre un hombre y una mujer, la SCJN se dictó en la Acción de
Inconstitucionalidad hacía el artículo 291 del CCNL:
“Artículo 291 Bis.- El concubinato es la unión de "un hombre y una mujer", libres de matrimonio, que
durante más de dos años hacen vida marital sin estar unidos en matrimonio entre sí, siempre que no
tengan impedimentos legales para contraerlo.
*N. de E.: Ver Resolución recaída a la Acción de Inconstitucionalidad 29/2018, dictada por el Tribunal
en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en fecha 19 de febrero de 2019 y publicada en
el P.O. No. 30-III el 11 de marzo de 2019.”31
Podemos observar que la definición del matrimonio como del concubinato, excluían a
cualquier otro tipo de pareja que no fuera heterosexual. Después de la Acción de
Inconstitucionalidad, la situación cambió radicalmente para todos los demás tipos de parejas
excluidas por la definición de matrimonio y concubinato, y dentro de esto, la materia
sucesoria. Cualquier otro tipo de concubinato o matrimonio no heterosexual, ahora tendrá
derecho a heredar, al momento de contraer nupcias o mantenerse en unión libre.
El artículo 291 Bis I del CCNL, dispone los derechos otorgados y las obligaciones a
los concubinos:
Artículo 291 Bis I.- Los concubinos, durante su unión, tienen derechos y obligaciones en forma
recíproca, alimentarios y sucesorios, independientemente de los demás reconocidos por este Código o
por otras leyes.
31
Loc. Cit.
19
Lo que podemos observar es que los derechos y obligaciones otorgados en el
concubinato no se equiparan a los del matrimonio, como es de resaltar en otros ordenamientos
jurídicos. Con esto podemos afirmar que no existe contradicción alguna con las disposiciones
de la sucesión legítima, las cuales hacen una diferenciación entre la sucesión legítima del
concubino y la del cónyuge, dado que en ninguna disposición del ordenamiento se especifica
que el matrimonio y el concubinato se equiparen, podemos afirmar que formalmente no nos
encontramos con alguna incongruencia.
32
Carbonell, Miguel. Familia, Constitución y Derechos Fundamentales. Disponible en línea: Biblioteca Jurídica UNAM <
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/5/2287/7.pdf> (Consulta: Abril 15, 2019)
33
Loc. Cit.
20
Por lo anterior significa que el legislador debe de atender la regulación y protección de
la organización y desarrollo de la familia, donde deberá de atender por igual a las familias
alternativas.
De igual manera Carbonell34, refiere a la familia y a la moral, en derecho comparado,
los puntos más importantes se resumen en:
En materia familiar es donde existe tensión entre el derecho y la moral. El
ordenamiento jurídico debe de limitarse a permear todas las opciones que puede tomar una
persona en uso de su autonomía moral, sin imponer un modelo de familia. Incluyendo el
respeto al concepto de familia que tienen diferentes culturas, sin limitarlas legalmente a
organizarse conforme a sus creencias.
Carbonell hace mención al Comité de Derechos Humanos de la ONU el cual reconoce
que la tutela de la familia, prevista en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
(artículo 23) “La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho
a la protección de la sociedad y del Estado”, exige reconocimiento de diversos tipos de
organización familiar que puede haber, conforme a:
“Cuando existieran diversos conceptos de familia dentro de un Estado, “nuclear” y “extendida”,
debería precisarse la existencia de esos diversos conceptos de familia, con indicación del grado de
protección de una y otra. En vista de la existencia de diversos tipos de familia, como las parejas que no
han contraído matrimonio y sus hijos y las familias monoparentales, los Estados Partes deberían
también indicar en que media la legislación y las prácticas nacionales reconocen y protegen a esos
tipos de familia y a sus miembros.” 35
El ordenamiento jurídico ha organizado a la familia con base en el matrimonio,
discriminando a aquellas familias que no se constituyeran a esa forma de convivencia.
En relación a lo dispuesto en el constitucional artículo 4º “El varón y la mujer son
iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo de la familia.”, es de
destacar que la constitución no concibe la formación de la familia a través del matrimonio,
por lo que no es requisito para disfrutar de la protección a la familia. De este precepto
constitucional deriva toda prohibición a medidas discriminatorias a todo tipo de familias
extramatrimoniales.
Igual es de recalcar que el artículo 1º constitucional en su párrafo tercero:
“Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las
discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las
preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga
por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.”
34
Loc. Cit.
35
Loc.Cit.
21
Prohíbe la discriminación por estado civil. Por lo que es motivo para el legislador
reconocer los mismos derechos y obligaciones a los cónyuges como a las uniones
extramaritales.
Carbonell concluye en que lo anterior no supone restar importancia a la familia
tradicional, sino que el ordenamiento jurídico debe permear a todas las personas, sin
discriminar por criterios morales y culturales. “Lo cual es una demanda derivada
directamente del carácter universal de los derechos fundamentales y de la tolerancia que
debe de regir en un Estado laico y democrático”.36
CONCLUSIÓN
Tras analizar el contexto histórico del matrimonio como del concubinato, podemos
afirmar que han evolucionado estas dos figuras jurídicas y en la actualidad atienden al mismo
fin, la unión de dos personas, sin distinción de sexo para la formación de una familia, sin
determinar de igual manera que tipo de familia. El matrimonio ya no es el único medio legal y
perpetuo de formar una familia.
Tras analizar la doctrina que repudia al concubinato, podemos sintetizar que tales
autores derivan sus acepciones de un criterio conservador altamente influenciado por el
catolicismo, donde se sacramentiza al matrimonio como perpetuo y único medio legítimo de
formación de una familia, siendo incierto que el matrimonio garantice la unión de una familia,
y por igual el concubinato al igual que el matrimonio puede desempeñar la función de crear
una familia.
36
Loc. Cit.
22
encuentran tipificados en la ley, de igual manera sería absurdo institucionalizar al matrimonio
y al concubinato no, siendo que ambos atienden al mismo fin.
24
BIBLIOGRAFÍA
A DOCTRINA.
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