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INTRODUCCION

El presente análisis comparativo se realiza a la luz del marco jurídico venezolano y


colombiano, siendo que ambas naciones poseen características similares en su ámbito
constitucional y legal, y otras muy diferentes en cuanto se refiere a la institución del
matrimonio y el divorcio, hecho que merece ser estudiado dado a la disparidad que se
evidencia en este contexto, a pesar de la cercanía de sus territorios.

Cabe resaltar que ambos países, en materia de matrimonio y divorcio, han demostrado un
avance a los tiempos que hoy se viven en el mundo. El dinamismo y las nuevas
tendencias sociales, de estructuración de las familias y un pensamiento mucho más
ajustado hacia el bienestar social, han permitido que Venezuela y Colombia, cada una a
su manera, hayan avanzado en fallos que promueven la integración de las distintas
variedades de familias y parejas, así como en la disolución del vínculo matrimonial.

En tal sentido, a continuación se llevará a cabo un análisis comparativo entre Venezuela y


Colombia, desde el punto de vista jurídico (doctrinario, legislativo y jurisprudencial), para
ilustrar sobre las similitudes de ambas naciones en aspectos civiles y de familia sobre el
matrimonio y el divorcio, así como sobre los aspectos desiguales que rigen ambas
naciones en esos contextos.

Análisis comparativo doctrinario entre Venezuela y Colombia en materia de


matrimonio y divorcio:

De acuerdo con Grisanti, I. "El matrimonio es la institución fundamental del Derecho de


Familia, ya que es la base de la familia. Esta circunstancia hace que el matrimonio sea el
eje de todo el sistema jurídico familiar. Pese a los embates de ciertas doctrinas y
costumbres sociales, el matrimonio sigue siendo la forma fundamental y más perfecta de
constituir familia, base de la sociedad. Por eso la importancia del matrimonio trasciende el
campo social. No puede progresar el Estado que descuida su política familiar; no puede
lograrse una sólida organización familiar si se descuida la forma más perfecta de
constituirse que es el matrimonio. En efecto, como la familia es la célula fundamental de la
sociedad y el matrimonio es el fundamento de aquélla, es indudable que, de la sólida
estructuración de este último, dependerá la cohesión y robustez del organismo social'".
En tal sentido, esta doctrinaria venezolana define el matrimonio como el medio idóneo
para construir una sociedad y en consecuencia ningún Estado que no proteja dicha
institución podría progresar.

Por otro lado, Torrealba Ramírez, J.A. (S/F), en su publicación en la Revista de


Estudiantes de Derecho de la Universidad Monteávila, establece una versión más
enfocada en la etimología de la palabra matrimonio, la cual encierra un significado de
garantía del hombre al cumplimiento de sus obligaciones para con la madre de sus hijos,
en tal sentido, este autor establece las siguientes definiciones de matrimonio:

Para definir el matrimonio como vínculo, el mismo autor señala que se proponen fórmulas
diferentes. a) En sentido jurídico-formal, se pone el acento en la nota de legalidad y se
define el matrimonio como el estado de dos personas de sexo diferente, cuya unión ha
sido consagrada por la ley. b) Las definiciones de carácter sociológico destacan la nota de
permanencia del matrimonio."El matrimonio es una relación más o menos duradera entre
el hombre y la mujer que se prolonga más allá del acto de la reproducción y hasta
después del nacimiento de la prole." e) Las definiciones teleológicas giran alrededor del
fin del matrimonio. Las mejores atienden a la finalidad físico-espiritual e integral. Kipp y
Wolff definen el matrimonio como "la unión del hombre y de la mujer dirigida al
establecimiento de una plena comunidad de vida". d) Si coordinamos las definiciones
anteriores, podremos lograr una mixta en la cual se destaquen la legalidad y la
permanencia como notas características del matrimonio y, además, su finalidad integral.
Así diríamos que el matrimonio es la unión legal de un hombre y una mujer para
establecer entre ellos una plena y perpetua comunidad de vida.

B. Como acto, puede definirse el matrimonio como el acto solemne mediante el cual un
hombre y una mujer constituyen entre sí una unión legal que establece entre ellos una
plena y perpetua comunidad de vida.

NATURALEZA JURIDICADELMATRIMONIO Sobre la naturaleza jurídica del matrimonio


existen en doctrina distintas opiniones:
A. TEORIA CONTEACTUALISTA Esta teoría fue sostenida por los canonistas y por los
civilistas de los siglos XVIII y XIX, Según esta posición, el matrimonio es un contrato; su
naturaleza jurídica es contractual. El matrimonio es un contrato porque el contrato es el
acuerdo de voluntades entre las partes para crear, modificar, regular o extinguir relaciones
jurídicas y en el matrimonio el acuerdo entre las partes (contrayentes) se produce para
crear un vínculo jurídico: el vínculo jurídico matrimonial. Como en todos los contratos, en
el matrimonio es necesario y suficiente el consentimiento inicial'",

B. ES UN NEGOCIO JURIDICO COMPLEJO Sostenida entre otros y principalmente por


Roberto Ruggiero, esta posición afirma que el matrimonio es un negocio jurídico complejo,
perfeccionado mediante el concurso de la voluntad de los particulares (representado por
el consentimiento de los contrayentes) y del Estado (a través del funcionario público
competente)." El matrimonio, de acuerdo a esta opinión, no es un acto meramente privado
yeso lo demuestra la ineficacia del acuerdo de los contrayentes para crear el vínculo
matrimonial. No es tampoco un acto público y esto lo comprueba la necesidad de que
concurra la manifestación del acuerdo de los contrayentes con la declaración del
funcionario público competente representante del Estado.

Por su parte, sobre la definición de matrimonio de acuerdo con la doctrina colombiana,


Prada Ocampo, M.C., (2015) en su artículo digital titulado “Del concepto jurídico del
matrimonio: un análisis doctrinario y jurisprudencial sobre su carácter refractario al cambio
social”, sostiene que el matrimonio, en cuanto institución protegida por el Derecho,
siempre ha estado actualizándose conforme a las necesidades sociales; primero como
institución religiosa (Concepción Romana, Católica y Anglicana), después como contrato
civil independiente de cualquier credo, y actualmente como institución mixta (esto es,
religiosa y civil). Sin embargo, sus elementos esenciales siempre han sido los mismos, el
vínculo entre un hombre y una mujer, basado en el amor o en la afecctio maritalis, con el
propósito de vivir juntos, procrear y auxiliarse mutuamente.

La misma autora señala que en Colombia, el Código Civil vigente, el cual entró en
vigencia el primero de enero de 1886, acogiendo la tendencia laicista, que solamente
reconocía el matrimonio civil como institución jurídicamente protegida. Sin embargo, la
Ley del 27 de mayo de 1929 le reconoció efectos civiles al matrimonio católico, y el
Concordato del mismo año consagró la dualidad de regímenes: civil y religioso. De
acuerdo con esto, el concepto moderno de matrimonio tiene dos perspectivas; como
contrato civil y como institución religiosa con efectos civiles. En cuanto contrato civil es
solemne, pues debe cumplir las ritualidades de la ley, celebrado entre un hombre y una
mujer con el propósito de vivir mutuamente, auxiliarse mutuamente y, como resultado
natural de la cohabitación, la procreación.”

Aunque en ambos países existe una única apreciación inicial sobre el matrimonio como
unidad entre un hombre y una mujer, Colombia le otorga un carácter no solo civil y legal,
sino religioso a la unión matrimonial, y equipara la unión religiosa con la legal, a través del
Concordato, hecho que no en viable en Venezuela, dado que la unión matrimonial en el
contexto legal es posible única y exclusivamente a través de un acto legal, es decir,
conforme lo que establece el Código Civil venezolano vigente y no de otra manera.

Asimismo, hay que destacar que universalmente se manejan diversos enfoques


relacionados con la noción del matrimonio, donde muchos son los países que conciben y
estudian esta institución no solo con unión amorosa o sentimental, sino como un contrato
o un negocio jurídico complejo, haciendo posible entender el matrimonio como una unión
que no solo se circunscribe en el aspecto netamente familiar y civil, sino que su alcance
legal trasciende otras áreas de estudio como lo es el derecho penal, sucesoral, mercantil,
tributario, entre otros y su relevancia social es inevitable, sea cual sea la sociedad objeto
de estudio y el Estado es el garante de su protección y desarrollo.

En materia de divorcio, la doctrina universal lo define como la ruptura legal de un


matrimonio válidamente contraído, durante la vida de los cónyuges como consecuencia
de un pronunciamiento judicial.

En otras palabras, el divorcio es una institución jurídica que concluye la relación entre
marido y mujer, separa a los cónyuges definitivamente y posibilita a los divorciados a
contraer nuevas nupcias.

En este sentido, el divorcio se da como una solución jurídica que busca resolver la
imposibilidad de una sana convivencia matrimonial y esta premisa es válida para ambos
países, objetos de este estudio comparativo.
Análisis comparativo entre la legislación colombiana y venezolana en materia de
matrimonio y divorcio

En términos generales, el matrimonio en ambas legislaciones se considera un contrato,


sin embargo, su definición solo se evidencia en el Código Civil colombiano, en su artículo
113, mientras que en el Código Civil venezolano vigente no existe definición alguna.

Sobre la capacidad de las personas para contraer matrimonio, en Colombia, la ley solo se
refiere permiso por escrito en los casos de que los contrayentes sean personas menores
a 18 años y, en caso de un hijo adoptado, los padres adoptivos deberán autorizar por
escrito el matrimonio del mismo si éste es menor de 21 años de edad y en el caso de ser
una hija adoptada, la autorización será necesaria si ésta es menor de 18 años. En
Venezuela, sucede lo mismo en caso de los hijos menores de 18 años, sin distinción de la
filiación ya sea mediante la consanguinidad o la adopción, (puesto que en Venezuela la
adopción se constituye con una filiación equivalente a la consanguinidad, con los mismos
efectos legales), para la cual se requerirá la autorización escrita por parte de los padres y
si uno de los contrayentes es un entredicho o su incapacidad civil ha sido promovida,
entonces el matrimonio será nulo o suspendido.

Es posible observar la existencia de una explanación en el Código Civil venezolano


vigente mucho más detalla respecto a los requisitos necesarios para contraer matrimonio,
a diferencia del Código Civil colombiano sobre esa materia.

Sobre un requisito para contraer matrimonio, el Código Civil colombiano en su artículo 128
reza que la solicitud de matrimonio, en el caso de que los contrayentes sean menores de
edad, deberá hacerse ante un juez competente verbalmente o por escrito, quien de oficio
deberá practicar todas las diligencias que sean necesarias y pertinentes para que el
mismo se realice.

En Venezuela, según el artículo 82 del Código Civil vigente, el matrimonio civil se


efectuará ante cualquiera de los siguientes funcionarios:
Primera Autoridad Civil de la Parroquia o Municipio, Presidente de la Junta Comunal, Juez
de la Parroquia o Municipio, Jefe Civil del Distrito o Presidente del Concejo Municipal.
Cuando el funcionario natural este impedido, presenciará el matrimonio el que haga sus
veces u otro funcionario de la misma jurisdicción de los facultados por este artículo,
haciéndose constar en el acta el impedimento.

Los Presidentes de Estado y gobernadores de los Territorios Federales, deberán facultar


a personas idóneas para autorizar todas las diligencias relativas al matrimonio y su
celebración, si los contrayentes residen en campos, caseríos, vecindarios y otros lugares
alejados de los centros urbanos. En todos los casos, el acto se verificara en presencia de
dos testigos, y quien lo autorice deberá estar asistido de su Secretario, si lo tuviere, o de
uno que nombrare al efecto.
En Colombia, el matrimonio civil se lleva a cabo ante un juez o ante un notario, y
posteriormente se debe protocolizar en la notaría. La unión ante un juez, para su
inscripción en el registro, se debe contar con el acta respectiva protocolizada por escritura
pública. En Venezuela, en cambio, el Código Civil vigente establece que de todo
matrimonio se extenderá inmediatamente un acta en la que se asiente la declaración de
los contrayentes de tomarse por marido y mujer, junto con todos los requisitos de
identificación de cada uno, así como todo lo que se establece en el artículo 89 ejusdem.
En tal sentido, para efecto de la ley venezolana, no hace falta registrar el matrimonio para
que éste tenga validez, pues, su sola celebración asentada en acta firmada por la
autoridad competente es suficiente para que surta efectos civiles.

En el caso del matrimonio de extranjeros en Colombia, según el decreto 4000 de


Noviembre 30 de 2004, un extranjero no requiere visa para contraer matrimonio en
Colombia, Sin embargo, as necesario recolectar los siguientes documentos como
requisito para cumplir con la
legislación colombiana sobre matrimonio civil, aunque se tenga planeado un matrimonio
religioso, a la luz del mencionado decreto. Para procesar la escritura pública de
matrimonio civil el extranjero tiene que identificarse con su pasaporte y
una visa válida o una cédula de extranjería, documentos:
1) Fotocopia auténtica de la cédula de ciudadanía o de extranjería, o del pasaporte, según
sea el caso.
2) Copia auténtica del registro civil de nacimiento de cada uno de los contrayentes,
actualizada.
3) Solicitud verbal o escrita de los contrayentes manifestando su deseo de casarse. En
dicha solicitud deberán
expresar el nombre de sus padres, el domicilio de los mismos, los testigos que declararán
sobre las cualidades
necesarias de los novios para unirse en matrimonio y el domicilio de estos últimos.
4) Registro Civil de nacimiento de los contrayentes, con término de vigencia de 30 días
para nacionales y 90 para
extranjeros. La copia autenticada de su certificado de nacimiento, si fue emitida en un
idioma distinto al español, debe
ser traducida al español por un traductor oficial y debe llevar la Apostilla.
5) Certificado de soltería si alguno de los contrayentes o ambos son extranjeros,
Documentos exigidos excepcionalmente:
6) Si se obtuvo la nulidad del primer matrimonio o una dispensa pontificia, se deben
presentar copia auténtica del
registro civil de matrimonio y/o nacimiento donde conste la sentencia o la dispensa, según
sea el caso.
7) Si se es viudo (a), copia auténtica del registro civil de matrimonio anterior y del registro
civil de defunción del cónyuge.
8) Si se es divorciado (a), copia auténtica del registro civil de matrimonio anterior con la
anotación marginal del divorcio.
9) En el caso de ceremonias civiles, el notario puede dar instrucciones para solicitar un
juez colombiano quien realice el
matrimonio.

En Venezuela, la posibilidad de un extranjero o una pareja de extranjeros de contraer


matrimonio es posible siempre que se cumplan con los requisitos necesarios para
celebrarlo, tales como los que expresa el Código Civil venezolano vigente.

En los últimos años, Colombia ha dado un paso adelante en las uniones legales entre
personas del mismo sexo, siendo el cuarto país de América Latina que ha decidido hacer
legal el matrimonio homosexual. Y es que la Constitución Política de 1991 (Colombia)
reconoce la diversidad sexual y ampara y protege tanto la posibilidad o realidad de la vida
en común de una pareja del mismo sexo, así como el régimen patrimonial, como si se
tratara de un matrimonio constituido por personas heterosexuales.

En reiteradas demandas, la palabra “procrear”, como parte del concepto de matrimonio


que el Código Civil colombiano establece en su artículo 113, el orden constitucional de
ese país no puede estar por debajo del nivel legal, y es por ello que el matrimonio entre
personas del mismo sexo ha sido permitido jurídicamente en esa nación por no ser
contraria al mandato constitucional y así se detallará más adelante.

Profundizando el análisis hecho por Prada Ocampo, M.C., (2015) la expresión ‘procrear’
contenida en el artículo 113 del Código Civil viola el derecho fundamental a libre
desarrollo de la personalidad (Constitución Política art., 16) en la medida en que si se
siguen estás disposiciones se limita la autonomía de la persona humana que desea
contraer matrimonio pero no para procrear, es decir, que las personas que no quieren
tener hijos no podrían casarse; por ejemplo, en el matrimonio in extremis (Código Civil
art., 136)28 y en los celebrados por personas de avanzada edad o que no puedan
naturalmente concebir mediante el acto sexual. Respecto a esta acusación conviene
hacer al menos dos aclaraciones; primera, la autonomía de la voluntad hace parte del
núcleo esencial del derecho al libre desarrollo de la personalidad, segunda, el matrimonio
es un contrato y como tal se celebra para realización de unos fines, los cuales, en el caso
concreto (es decir, frente al fin de procreación), son una ficción jurídica alejada de los
intereses reales de los contrayentes (como se puede analizar en los ejemplos
propuestos). El derecho al libre desarrollo de la personalidad, por su naturaleza
fundamental, se funda en el respeto a la dignidad humana (Lamprea, 1994). Esto implica
el reconocimiento de la persona como un ser dotado de capacidad de decisión al cual no
se le puede limitar la facultad de disponer de los asuntos más íntimos que le atañen
(como es el caso de procrear o no).

En Venezuela, pese a que existen avances jurídicos en situaciones de doble maternidad


en casos de reproducción asistida y familias homoparentales, de acuerdo con el criterio
que estableció el Tribunal Supremo de Justicia, publicado en su portal web en fecha 15
de diciembre de 2016, aún no se vislumbra un camino cierto hacia una reforma legal y/o
constitucional donde el matrimonio entre personas del mismo sexo sea un contrato
posible.
Ahora bien, en cuanto al divorcio, Colombia y Venezuela manejan prácticamente los
mismos mecanismos para llevarlo a cabo, ya sea por mutuo consentimiento o a través de
demanda. En Colombia, el divorcio se lleva a cabo ante dos autoridades: el notario o el
juez competente. La primera, cuando es por mutuo acuerdo, mientras que cuando se
refiere a casos contenciosos, la demanda deberá hacerse por ante un juez.

En Venezuela, existen tres formas comunes para divorciarse: la primera, por separación
de cuerpos por más de un año; separación de hecho por más de cinco años; o
interposición de demanda solicitando el divorcio. Sin embargo, una sentencia
relativamente nueva, marcó el inicio de otra modalidad de divorcio, mediante el cual basta
con la voluntad de uno de los cónyuges de no querer continuar la vida en común con el
otro, siendo las causales de divorcio que se establecen en el artículo 185 del Código Civil
meramente enunciativas y no taxativas, como se tenían presente jurídicamente. En
Colombia, a diferencia de Venezuela, la separación de cuerpos es una causal de divorcio
puede ser judicial o de hecho, cuando haya perdurado por más de dos años, según el
artículo 154 del Código Civil.

Tratados internacionales suscritos por ambas naciones en materia de matrimonio y


divorcio
Según Bonnemaison W., José L. (2008), el régimen legal sobre el matrimonio
internacional podría ser analizado en tres casos, a saber, matrimonio de venezolano en el
exterior; matrimonio de extranjero en Venezuela; y matrimonio de extranjero en el exterior.
De acuerdo con el primer caso, el venezolano está obligado a acatar el principio de la
nacionalidad consagrado en el Artículo 9 del Código Civil, pues el matrimonio es el acto
jurídico por excelencia que modifica el status jurídico de la persona en cuanto al estado y
para el cual la ley establece una capacidad especial.
Por consiguiente, la ley establece que el matrimonio del venezolano en el exterior se
celebra con observancia de la ley venezolana referente a su estado y capacidad y, por lo
tanto, el venezolano deberá remitir, dentro de los seis meses de haberse celebrado el
matrimonio, copia legalizada del mismo a los efectos de su inserción en los registros del
estado civil que se lleva en Venezuela en la parroquia o municipio de su último domicilio
en el país. Como ya ha sido expuesto, esta es la obligación que se tiene establecida con
motivo de la realización del matrimonio por parte de venezolano en el exterior, pues el
requisito establecido en el Código Civil del 22 de que el Juez de Primera Instancia
examinara las actas matrimoniales antes de su inserción a los efectos de comprobar si se
habían cumplido las leyes venezolanas referente al estado y capacidad, quedó abolido
por el Código vigente. Por consiguiente, todo matrimonio de venezolano en el exterior,
válido según la ley local pero inválido según la ley venezolana, se regirá en Venezuela por
las causas de anulación que trae el Código Civil en sus artículos 17 a 130, sin necesidad
de que haya un pronunciamiento previo antes de su inserción.
El segundo caso se refiere al matrimonio del extranjero en Venezuela. Con relación a ello,
se debe dejar sentado que tal matrimonio se rige, como en el caso del venezolano en el
exterior, por la ley personal. Por consiguiente, el matrimonio se regirá, en lo que se refiere
al estado y capacidad del extranjero, no por la ley venezolana sino por su ley personal.
Esto es un resultado evidente del acatamiento que se debe a los principios del Derecho
Internacional Privado y a un mandato expreso de nuestra legislación, según la cual al
extranjero, excepcionalmente, se le aplicarán leyes extranjeras en aquellos casos
permitidos por el Derecho Internacional Privado. En consecuencia, el Código Civil
venezolano dispone que el extranjero antes de celebrar el matrimonio en Venezuela
compruebe fehacientemente de que es soltero, viudo o divorciado y de que es hábil para
contraer matrimonio según su ley personal. Uno de los medios de prueba que prevé el
Código es un justificativo levantado ante una Notaría o un Tribunal, según sea el caso, en
el cual testigos capaces en número de tres den testimonio fundado y circunstanciado de
que dicho extranjero es hábil para contraer matrimonio según su ley personal, por tener la
edad requerida para ello y ser soltero, viudo o divorciado, todo conforme a su ley nacional.
Es evidente que la prueba de la viudez o divorcio o anulación de un matrimonio anterior
no podrá suplirse sino por la respectiva acta de defunción del extinto cónyuge o
justificativo judicial o por la sentencia definitivamente firme y ejecutoriada que ha
pronunciado el divorcio o la anulación y debidamente pasada por el exequátur si ello ha
ocurrido en el exterior.
Debe dejarse bien establecido que a pesar de ser competente la ley personal del
extranjero para celebrar su matrimonio en Venezuela, la propia ley venezolana establece
que, no obstante autorizarlo esa ley personal, no podrán celebrarse en Venezuela
matrimonios con infracción de los impedimentos dirimentes establecidos por el Código
Civil; no tendrán de la misma manera validez aquellos impedimentos que según la referida
ley personal se funden en diferencias de raza, rango o religión; ni tampoco, por último, la
falta de permiso y del acto respetuoso que como previo, exija la referida ley personal,
salvo el consentimiento que si debe obtenerse de los ascendientes, tutores o
representantes legales, por ser ello un requisito de fondo regido por lo tanto por dicha ley.
El tercer caso que se presenta es el del matrimonio del extranjero en el exterior. Este
matrimonio es válido en Venezuela en atención del principio lucus regit actum contenido
en el Art. 11 del Código Civil, porque la ley competente para calificar de válido el
matrimonio en cuanto a sus requisitos intrínsecos como los extrínsecos es la ley local en
donde se celebró y no la venezolana.
En el caso de que ese matrimonio extranjero se domiciliase en Venezuela tiene como
obligación presentar dentro del primer año de su venida al país a la Primera Autoridad de
la Parroquia o Municipio respectivo, copia legalizada del acta de su matrimonio para su
correspondiente inserción en los libros de registros de matrimonios que lleva dicha
autoridad. Tal registro es indispensable para reclamar cualquier efecto civil de ese
matrimonio en Venezuela, ya que dicha copia constituye la prueba de su celebración.

De manera enunciativa, estos son algunos tratados suscritos por ambas repúblicas en
materia de matrimonio y divorcio:

-CODIGO DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO (CODIGO DE BUSTAMANTE)


CONVENCION DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO (La Habana, 20 de Febrero
de 1928).

-18: Convenio de 1 de junio de 1970 sobre el Reconocimiento de Divorcios y de


Separaciones Legales

-26: Convenio de 14 de marzo de 1978 relativo a la Celebración y al Reconocimiento del


Matrimonio

El procedimiento exequatur:

Procedimiento de Exequatur

El Procedimiento de Exequatur en Venezuela


Definición de exequátur: Se denomina exequátur al procedimiento judicial en virtud del
cual, las sentencias definitivamente firmes dictadas en el extranjero, en materia privada,
pueden producir el efecto de cosa juzgada o ser ejecutadas en otro Estado.

Señala Chiovenda, que mediante este procedimiento la sentencia extranjera se


nacionaliza. No podrán ser objeto de exequátur las decisiones dictadas por organismos
que no son órganos jurisdiccionales de alguna soberanía.

Requisitos para que a la sentencia extranjera pueda dársele fuerza ejecutoria en


Venezuela:

Al respecto, el Tribunal Supremo de Justicia en sentencia N° 01561 del 4 de julio del


2000, estableció que debe aplicarse lo establecido en el artículo 53 de la Ley de Derecho
Internacional Privado, quedando derogados los artículos 850 y 851 del Código de
Procedimiento Civil, donde recepta los requisitos que deben concurrir para que las
sentencias extranjeras tengan efecto en Venezuela.

El artículo de la Ley de Derecho Internacional Privado en mención, establece lo siguiente:

“Artículo 53. Las sentencias extranjeras tendrán efecto en Venezuela siempre que reúnan
los siguientes requisitos: 1. Que hayan sido dictadas en materia civil o mercantil o, en
general, en materia de relaciones jurídicas privadas; 2. Que tengan fuerza de cosa
juzgada de acuerdo con la ley del Estado en el cual han sido pronunciadas; 3. Que no
versen sobre derechos reales respecto a bienes inmuebles situados en la República o
que no se haya arrebatado a Venezuela la jurisdicción exclusiva que le correspondiere
para conocer del negocio; 4. Que los tribunales del Estado sentenciador tengan
jurisdicción para conocer de la causa de acuerdo con los principios generales de
jurisdicción consagrados en el Capítulo IX de esta Ley; 5. Que el demandado haya sido
debidamente citado, con tiempo suficiente para comparecer, y que le hayan otorgado en
general, las garantías procesales que aseguren una razonable posibilidad de defensa; 6.
Que no sean incompatibles con sentencia anterior que tenga autoridad de cosa juzgada; y
que no se encuentre pendiente, ante los tribunales venezolanos, un juicio sobre el mismo
objeto y entre las mismas partes, iniciado antes que se hubiere dictado la sentencia
extranjera.”
Jurisprudencia en materia de divorcio en Venezuela y Colombia

En un análisis comparativo entre una sentencia llevada a cabo por un Juez colombiano,
específicamente la Sentencia T-967/14, se pudo evidenciar que existen diversos aspectos
formales que son bastantes particulares al momento de sentenciar. Por ejemplo, el juez
se enfoca mucho en establecer conceptos sobre los temas que versan dentro de la
controversia, además se pudo apreciar la consideración que tiene, así como la relevancia
sobre la interpretación o intervención de varios expertos, tanto del ámbito jurídico como
médico, psicológico, social y gubernamental, para lo cual el Decano de la Facultad de la
Universidad de la Sabana, una profesora asociada al Departamente de Piscología de la
Universidad de los Andes, personal del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, a la
Alta Consejería para La Equidad de la Mujer de la Presidencia de la República,
Corporación Sisma Mujer; al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, a
la Facultad de Ciencias Humanas, Departamento de Psicología de la Universidad
Nacional de Colombia, Bogotá; para que desde sus conocimientos y máximo de
experiencias definieran algunos conceptos claves en dicha acción, puesto que la
pretensión de la accionante era el divorcio, alegando la causal de divorcio que está en el
Código Civil colombiano, en su artículo 154 Numeral 3: “Los ultrajes, el trato cruel y los
maltratamientos de obra.”

En Venezuela, en cambio, la forma de sentenciar dista mucho de la colombiana en esta


materia específica, puesto que los principales elementos de consulta, revisión y apoyo,
son las sentencias reiteradas, los criterios o jurisprudencia y la doctrina, esta última como
referencial. Tal es así, que tomando como ejemplo para este análisis comparativo, se
aprecia en la sentencia N° EXE.000389 de Tribunal Supremo de Justicia - Sala de
Casación Civil de 4 de Julio de 2013, donde mediante un procedimiento de
exequatur que fue llevado al tribunal de alzada por recurso de casación, donde se
da fuerza ejecutoria en el territorio de la República Bolivariana de Venezuela a la
sentencia de fecha 25 de septiembre de 2009, dictada por el Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Barranquilla.

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