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Delitos contra la propiedad

La propiedad como bien jurídico protegido. Noción constitucional, civil y penal de la propiedad

Hurto

Robo

Extorsión

Referencias
Lección 1 de 5

La propiedad como bien jurídico protegido. Noción constitucional, civil y penal de la


propiedad

Al desarrollo efectuado por el maestro Ricardo Núñez (1999), en Manual de Derecho Penal Parte Especial, tercera
edición (texto aportado como bibliografía básica), corresponde agregar que en los delitos regulados en el título IV
denominado “Delitos contra la propiedad”, el concepto de “propiedad”, como bien jurídico protegido, debe ser
entendido en forma amplísima, de manera tal que abarque tanto el dominio propiamente dicho, en el sentido
civilista, como otros derechos esenciales y hasta la posesión y la tenencia.

Concebida de esta manera, como bien lo señala Núñez (1999), no puede identificarse la propiedad como derecho
constitucionalmente garantizado y la propiedad como bien jurídicamente protegido en el ámbito penal, pues aquella
abarca bienes que no tienen naturaleza económica, como son las adquisiciones procesales (no se debe confundir
con la estafa procesal, art. 172 del Código Penal).

La propiedad como bien jurídico penalmente protegido tiene un concepto más amplio que el aportado en el ámbito
del Código Civil, pero, a su vez, más restringido que el que se tiene desde el punto de vista constitucional.

A continuación, y antes de adentrarnos en los contenidos teóricos de la materia, vamos a analizar un fallo
perteneciente al Tribunal Superior de Justicia de la provincia de Córdoba, "Alfonso, Hugo Fabián p.s.a. robo

calificado por el uso de arma −Recurso de Casación−" (Dres. Tarditti, Cafure y Rubio)1.

ROBO. AGRAVANTES. USO DE ARMAS. Fundamento de la agravante. Armas propias e impropias: Diferencias. Uso
intimidatorio de un cuchillo.

[1] TSJ. Sala Penal. Sent. N.° 69. Alfonso, Hugo Fabián p.s.a. robo calificado por el uso de arma -Recurso de Casación. (2003). Recuperado de https://bit.ly/37lR9mi

1 Deben equipararse a las armas propias aquellos objetos cuya propia estructura es suficiente para
aumentar el poder ofensivo o defensivo de la persona que la utiliza; en tanto que son armas
impropias todos aquellos instrumentos que circunstancialmente aumentan el poder de mención,
debido al efectivo empleo −como medio violento− que se realiza en el ataque contra la propiedad.
(Voto en mayoría: Dres. Tarditti y Rubio).

2 Un cuchillo, cuya hoja es de aproximadamente 20 cm de largo, es un arma propia que se blandió de


manera amenazante. Esto es así porque la propia estructura de dicho objeto punzocortante sirvió
para aumentar la capacidad ofensiva o defensiva del acusado y también intensificó la intimidación a
la víctima. Estas son, precisamente, las razones de la calificante prevista en el art. 166, inc. 2, del
Código Penal. (Voto en mayoría: Dres. Tarditti y Rubio).

3 El arma propia, al ser empuñada, por su especial destino, es indicativa de un despliegue de violencia
tácita contra la persona de la víctima, y son esa violencia y su mayor eficacia lesionadora de la
defensa privada los fundamentos de la agravante. (Voto en minoría: Dra. Cafure).

4 Si en un hecho de robo se ha utilizado un cuchillo, cuya hoja es de aproximadamente 20 cm de largo,


este instrumento, al ser empuñado, evidenció un despliegue de violencia tácita contra la persona de
la víctima. Por ello, el suceso ha sido correctamente subsumido en la figura agravada del art. 166, inc.
2, del Código Penal. Esto es así porque claramente ha concurrido el único fundamento de la
agravante en cuestión. (Voto en minoría: Dra. Cafure).

SENTENCIA NÚMERO: SESENTA Y NUEVE


En la ciudad de Córdoba, a los veintiún  días del mes de agosto de dos mil tres, siendo las doce horas,
se constituyó en audiencia pública la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia, presidida por la
señora Vocal doctora Aída Tarditti, con asistencia de los señores Vocales, doctores María Esther Cafure
de Battistelli y Luis Enrique Rubio, a los fines de dictar sentencia en los autos "Alfonso, Hugo Fabián
p.s.a. robo calificado por el uso de arma −Recurso de Casación−" (Expte. "A", 17/02), con motivo del
recurso de casación interpuesto por el acusado Hugo Fabián Alfonso, y fundado técnicamente por el Sr.
Asesor Letrado, Dr. Ángel F. N. Blanco, en su representación, en contra de la sentencia número cuatro,
de fecha catorce de marzo de dos mil dos, dictada por la Cámara Tercera en lo Criminal, de esta ciudad
de Córdoba, por intermedio de la Sala Unipersonal a cargo del Dr. Santiago Luis Idiarte.

 Abierto el acto por la Sra. Presidente, se informa que las cuestiones a resolver son las siguientes:

1. ¿Ha sido aplicado erróneamente el art. 166, inc. 2, 1.er sup?, del CP?

2. ¿Qué resolución corresponde dictar?

 Los señores Vocales emitirán sus votos en el siguiente orden: Dres. Aída Tarditti y Luis Enrique Rubio
en forma conjunta, y María Esther Cafure de Battistelli.

A LA PRIMERA CUESTIÓN:

Los señores Vocales, doctores Aída Tarditti y Luis Enrique Rubio, dijeron:
 

Por sentencia número cuatro, de fecha catorce de marzo de dos mil dos, la Cámara Tercera en lo Criminal, de esta ciudad de Córdoba, por
intermedio de la Sala Unipersonal a cargo del Dr. Santiago Luis Idiarte, en lo que aquí concierne, resolvió declarar a Hugo Fabián Alfonso autor
penalmente responsable del delito de robo calificado por el uso de arma (art. 166, inc. 2,  CP), y le impuso la pena de cinco años y nueve meses de
prisión, con adicionales de ley y costas (arts. 12, 40, y 41 CP; 550 y 551 CPP). (Ver fs. 115).
II.1. El Sr. Asesor Letrado del 22º Turno, Dr. Angel F. N. Blanco, en representación del acusado Hugo
Fabián Alfonso, presenta un escrito mediante el cual fundamenta jurídicamente el recurso de casación
interpuesto por el acusado Hugo Fabián Alfonso, por derecho propio. A continuación, se consigna el
agravio del impugnante, tal como lo redacta el Sr. Asesor Letrado que lo representa.

 2. Bajo el amparo del motivo sustancial de casación (art. 468, inc. 1, CPP), se agravia de la sentencia de
marras, por entender que ha aplicado erróneamente el art. 166, inc. 2 del CP al caso de autos.

 Concreta su reproche arguyendo que el tribunal de mérito no estableció como circunstancia fáctica la
utilización de un arma de fuego cargada, sino que la misma consistió en un cuchillo, cuya hoja se
mantenía oculta, y que por ello no se pudo determinar si existió alguna agresividad en forma propia o
impropia.

  A continuación, citando jurisprudencia de esta Sala (autos "Sosa"), sostiene que, mientras no haya
hecho ni siquiera el amague de un golpe, es decir, mientras no se haya acometido con ella, el instrumento
en cuestión no debe considerarse un arma impropia, y "...ni siquiera se puede afirmar que el delincuente
tuvo la intención y voluntad de utilizarla como tal, con riesgo para la vida o la salud de la víctima" (fs.
133 vta.).

 Alega que admitir que la mera exhibición del arma inidónea sea suficiente para tener por configurada la
agravante del inc. 2 del art. 166 del CP como arma impropia, importaría desplazar el fundamento de la
agravante hacia el mayor poder intimidante, puesto que solo su empleo como elemento contundente
será demostrativo de la intención del autor de utilizarla en tal sentido.

  Cita también, en abono de su posición, lo sostenido por esta Sala en autos "Arce" (S. nº 127,
29/10/1999), en cuanto a que convertir un arma propia inepta objetivamente en arma impropia (objeto
contundente) por la sola posibilidad de ser empleado como tal, sin que tal utilización efectiva resulte de
las pruebas de la causa, resulta "vulneratoria del principio de inocencia" (Conv. Americ. Deres. Hus., art.
8, 2; Pacto Internac. Ders. Civs. y Políts., art. 14, 2)(ver fs. 133 a 134).

 III. Antes de ingresar al caso sub iudice, cabe recordar la repetida doctrina judicial de este Tribunal
Superior que afirma que la sentencia es una unidad (TSJ, Sala Penal, "Díaz", A. nº 159, 29/4/99; "Arce",
A. nº 177, 13/5/99; "Vargas", A. nº 179, 18/5/99; "Milano", A. nº 308, 24/8/99; "Vicente", S. nº 103,
26/8/99; "Forasieppi", A. nº 365, 8/10/99), a fin de extraer las circunstancias fácticas relevantes dadas
por ciertas.

 2. Ahora bien, con respecto a lo que aquí interesa, el tribunal de mérito, valiéndose −entre otros− del
testimonio de la víctima del hecho (el Sr. Luis Adolfo Funtes), estableció que el día 24 de junio de 2001,
siendo aproximadamente las 5:58 h, cuando Luis Adolfo Funes se encontraba desempeñando sus
tareas laborales en una Estación de Servicios y estaba cerca de los baños de dicha estación, el acusado
Hugo Fabián Alfonso se hizo presente en el referido lugar y le exhibió a Funes una cuchilla con una hoja
de aproximadamente 20 cm de largo (la cual era mantenida oculta por Alfonso debajo de la manga del
buzo que vestía), haciendo un ademán con la mano donde tenía la cuchilla, separándola del cuerpo, y
luego se colocó aproximadamente a un metro del nombrado, diciéndole "dame la billetera", repitiendo
esta orden en dos oportunidades. A lo que Funes en un principio se negó, pero luego, ante otro ademán
del acusado Alfonso con su mano derecha (donde tenía el arma), consistente en un movimiento que
inclinó la hoja de la cuchilla que llevaba hacia abajo, estirando la manga del buzo de manera tal que
dejó apreciar a la víctima con más claridad el ancho de la hoja de la cuchilla que portaba, hizo entrega al
encartado de una billetera de plástico, conteniendo en su interior la suma de pesos diecinueve ($19).
Una vez logrado el desapoderamiento recién relatado, el acusado se dio a la fuga (ver fs. 111 vta., 112 y
vta., y 114 vta. −el resaltado es nuestro). 

  3. A posteriori, al abordar la cuestión relativa a la calificación legal del hecho recién narrado, el
sentenciante utilizó la figura del art. 166, inc. 2, 1.er sup., del CP, "...toda vez que intimidando con un
arma blanca consistente en una cuchilla que portaba y que luego exhibiera a la víctima Funes (el
acusado Alfonso) logró desapoderarlo del dinero que tenía en su poder" (ver fs. 114 vta.  el resaltado es
nuestro).

 IV. De la reseña del agravio bajo análisis (ver supra, II.2) se desprende que el núcleo del mismo radica
en discutir la calificación legal del hecho enrostrado a Alfonso, por entender que la mera exhibición de
un cuchillo, manteniendo oculta su hoja, sin ni siquiera haber amagado a golpear con dicho
instrumento, es decir, sin haber acometido con este, no basta para considerarlo un arma impropia; y por
ello este factum no debió haber sido subsumido en la figura del robo calificado por el uso de armas (art.
166, inc. 2, 1.er sup., CP).

 Sobre el particular, adelantamos que debe brindarse una respuesta negativa a la presente cuestión.
Damos razones:

  1. La jurisprudencia de esta Sala ha equiparado a las armas propias aquellos objetos cuya propia
estructura es suficiente para aumentar el poder ofensivo o defensivo de la persona que la utiliza (TSJ,
Sala Penal, "Quiroga", S. 69, 2/9/2002); en tanto que ha sostenido que son armas impropias todos
aquellos instrumentos que circunstancialmente aumentan el poder de mención, debido al efectivo
empleo −como medio violento− que se realiza en el ataque contra la propiedad (TSJ, Sala Penal,
"Sosa", S. 11, 27/8/1990; "Véliz", S. 118, 20/11/2001).

 2. De lo precedentemente expuesto surge palmario que el objeto utilizado en el hecho de marras se
trató de un arma propia que se blandió de manera amenazante. Ello así pues, la propia estructura del
objeto punzocortante utilizado −un cuchillo, cuya hoja es de aproximadamente 20 cm de largo− sirvió
para aumentar la capacidad ofensiva o defensiva del acusado, a la par que intensificó la intimidación a
la víctima.
 3. En definitiva, la sola exhibición amenazante de un arma propia ha creado tanto una real y concreta
situación de peligro para la integridad física o para la vida de la víctima como aumentado la intimidación
por el empleo de un medio potencialmente apto. Estas son, precisamente, las razones de la calificante
prevista en el art. 166, inc. 2 del CP (tal como lo hemos sostenido en "Vázquez", S. 60, 8/8/2002;
"Ludueña", S. 76, 5/9/2002; "Roldán", S. 87, 11/10/2002; "Toledo", S. 10, 10/3/2003 −entre otros−). Por
ello, no debe corregirse la solución dispuesta por el Tribunal a quo. 

 Votamos, pues, negativamente.

La señora Vocal, doctora María Esther Cafure de Battistelli, dijo:

  I. Adhiero a la relación de causa efectuada por los Sres. Vocales preopinantes (ptos. I a III). Discrepo,
sin embargo, acerca de las razones de la aplicación del art. 166, inc. 2º, del CP en el hecho bajo análisis
en esta instancia casatoria (punto IV). La diferencia es congruente con mi voto disidente en los autos
"Jaime" (S. nº 38, 7/8/97) y más recientemente en "Quiroga" (S. 69, 2/9/02), "Moyano" (S. 104,
12/12/02) y "Magallanes" (S. 28, 29/4/03), entre otros, en los que he expresado acabadamente mi
posición al respecto.

II.1. He expresado −como reseñaré muy brevemente− que el arma propia, por su especial destino, es
indicativa, al ser empuñada, de un despliegue de violencia tácita contra la persona de la víctima, y es
esa violencia y su mayor eficacia lesionadora de la defensa privada, el fundamento de la agravante. 

 2. Conforme la interpretación precedente, habiendo quedado acreditado que el hecho fue perpetrado
mediante el uso de un cuchillo, cuya hoja es de aproximadamente 20 cm de largo, el cual, al ser
empuñado, evidenció un despliegue de violencia tácita contra la persona de la víctima, estimo (tal como
lo sostuve en el precedente "Quiroga", supra cit., el cual trataba sobre un hecho similar al presente) que
el suceso ha sido correctamente subsumido en la figura agravada del art. 166, inc. 2º, del Código Penal.
Ello así, porque claramente ha concurrido en autos el único fundamento de la agravante en cuestión.

 Por ello, voto negativamente a la presente cuestión. 

A LA SEGUNDA CUESTIÓN

Los señores Vocales, doctores Aída Tarditti y Luis Enrique Rubio, dijeron:

Atento a la votación que antecede, corresponde rechazar el recurso deducido en autos. Con costas
(arts. 550 y 551 CPP).

 Así voto.
La señora Vocal, doctora María Esther Cafure de Battistelli, dijo:

Los señores Vocales preopinantes dan, a mi juicio, las razones necesarias que deciden correctamente
la presente cuestión. Por ello, adhiero a su voto, expidiéndome en igual sentido.

En este estado, el Tribunal Superior de Justicia, por intermedio de la Sala Penal,

RESUELVE: Rechazar el recurso de casación interpuesto por el acusado Hugo Fabián Alfonso, y fundado
jurídicamente por el Sr. Asesor Letrado, Dr. Ángel F. N. Blanco, en su carácter de defensor del nombrado
(art. 166, inc. 2, 1.er sup., CP). Con costas (arts. 550 y 551 ibídem).

Con lo que terminó el acto que, previa lectura y ratificación que se dio por la señora Presidente en la
Sala de Audiencias, firman esta y los señores Vocales de la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia,

todo por ante mí, el Secretario, de lo que doy fe.2

[2] TSJ. Sala Penal. Sent. N.° 69. Alfonso, Hugo Fabián p.s.a. robo calificado por el uso de arma -Recurso de Casación. (2003). Recuperado de

https://bit.ly/37lR9mi

 Una vez incorporados los conocimientos teóricos de la presente lectura, te proponemos reflexionar en
relación con la correcta calificación delictiva y el análisis fáctico, con el propósito de valorar si fue correcta
la sentencia que finalmente se decidió.

Atención. Si bien la figura de hurto no se plantea en el caso, pero sí la de robo, te invitamos a reflexionar el porqué de
ello.

C O NT I NU A R
Lección 2 de 5

Hurto

El hurto simple es el apoderamiento ilegítimo de una cosa mueble total o parcialmente ajena, cuya definición surge

con meridiana claridad del art. 162 del Código Penal3. Por su parte, el art. 163 del ordenamiento punitivo, prevé las
formas agravadas de dicha conducta.

[3] Ley 17454. Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (1981). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2TBEJAc

Aspecto protegido del bien jurídico


Como bien lo señala el profesor Núñez (1999), el bien jurídicamente protegido por esta figura es la tenencia de
cosas muebles. Cualquiera sea la razón de la tenencia, debe ser siempre una tenencia conforme al concepto que a
tal efecto aporta el Código Civil.

Se entiende por “tenencia” la posesión de la cosa bajo el poder de una persona. Esto se traduce en la posibilidad de
ejercer materialmente actos dispositivos sobre la cosa. En consecuencia, el ataque al dominio sin vulneración de la
tenencia de la cosa no constituye hurto (Buonpadre, 2000), puede constituir una conducta impune o un daño, pero
nunca encuadrar en el art. 162 del Código Penal.

El hurto parte del presupuesto de que alguna persona de existencia física o idea tenga la cosa bajo su poder y que, a
partir de las acciones llevadas a cabo por el autor del ilícito, pierda la tenencia del objeto. Sin embargo, no solo basta
esta circunstancia, sino que también debe haber un traspaso de poder que opera en el momento del apoderamiento
de la cosa mueble ajena.

Con esto se quiere significar que, si la persona pierde la tenencia de la cosa, por desplazamiento de la cosa de un
lugar a otro, pero no pierde el poder sobre ella, el delito no se perfecciona. Por ejemplo, el ladrón puede tomar una
mercadería dentro de un supermercado y luego guardarla en el interior de su chaqueta, dispuesto a retirarse sin
abonarla; a hora bien, hasta tanto no franquee las medidas de seguridad del local comercial, no se ha perdido poder
sobre la misma.

La cosa sigue en poder cuando es mantenida dentro de la esfera donde el tenedor puede ejercer los efectivos
poderes de dueño o custodio. Una vez que se viola o franquea esta tenencia sobre la cosa, ya existe lesión al bien
jurídico protegido, pues este delito ataca la integridad material de la propiedad y no la incolumidad cuantitativa.

Estructura del tipo penal


La acción material del delito está constituida por el apoderamiento,  el objeto del delito son las cosas muebles
ajenas o parcialmente ajenas. Por último, la figura contiene un elemento normativo que está dado por la
ilegitimidad del apoderamiento.

     Acción

La conducta central de delito es el apoderamiento de la cosa. Esta acción implica tomar la cosa para someterla al
propio poder para llegar a disponer de ella. “El apoderarse de una cosa importa un acto compuesto, conformado por
un acto material y un propósito que caracteriza al acto jurídico” (Núñez, 1999, p. 182). En otro lenguaje, la acción de
apoderamiento requiere la presencia de dos elementos distintos, a saber: 1) el elemento material, la aprehensión de
la cosa; y 2) un elemento psicológico, el ánimo de querer la cosa para sí, de convertirla, en el objeto de ejercicio de
un derecho de propiedad, de ganar señorío o la posesión o uso de ella (Romero, 2005).

Así, la acción configurativa del delito de hurto se lleva a cabo a través de dos acciones: la acción material u objetivo
de tomar la cosa y un acto intelectual o subjetivo que consiste en desapoderar a la víctima de la posesión de la cosa,
lo que se traduce en la intención de someter la cosa al propio dominio (Núñez, 1999). Por tanto, no basta tomar la
cosa si no se hace es con la intención de desapoderar a la víctima. Por ejemplo, si se quita de la mano de una
persona su cámara fotográfica con la intención de observar las imágenes que se habían tomado con ella y, una vez
observadas las imágenes, se le devuelve la cámara a su dueño, no se da el elemento psicológico que exige la figura
de hurto para su configuración.

     Objeto material

En el hurto, la acción de apoderamiento debe recaer sobre una cosa mueble total o parcialmente ajena.

Conforme a la definición aportada en el Código Civil, art. 2311, “se llaman cosas en este código, los objetos

materiales susceptibles de tener un valor”4.

Las cosas, entonces, se caracterizan por dos notas esenciales: la materialidad y el valor (Buompadre, 2000). La
primera se presenta cuando el objeto ocupa un lugar en el espacio, la cosa puede ser sólida, líquida o gaseosa; a

partir de la reforma efectuada al Código Civil por Ley 177115, la energía eléctrica queda incluida, lo cual también
resulta asimilable a las señales de cable y de teléfono, con lo que quedan excluidas las cosas inmateriales como los
derechos (propiedad intelectual). Respecto del valor, la cosa debe ser susceptible de tener un valor patrimonial, que
resulte apropiable. El valor mínimo de la cosa no excluye su condición de cosa, el mayor valor tampoco aumenta la
penalidad.

La cosa, además, debe ser mueble. Se entiende por tal a todo objeto del mundo exterior que sea susceptible de ser
transportado de un lugar a otro (autos, bicicletas, televisores, billeteras, entre otros objetos). Quedan comprendidos
los animales y aquellas partes de los inmuebles que puedan ser separados de estos (estufas, ventanas, puertas,
entre otros elementos).

Por último, se exige la ajenidad. La ley exige que la cosa mueble sea total o parcialmente ajena. En consecuencia, la
cosa debe pertenecer a otra persona distinta a la que comete la acción típica. Por lo tanto, quien se apodera de lo
que es suyo no comete hurto. Esto implica que para que se configure el delito, se exige la concurrencia de dos
requisitos: uno positivo, que consiste en que la cosa pertenezca a alguien, y otro negativo, que consiste en que la
cosa no le pertenezca a quien se apodera de ella. Cuando se habla de “parcialmente ajena”, se está haciendo
alusión a aquellas cosas que pertenecen a dos o más personas, y una de estas decide apropiarse de la cosa en
contraposición del derecho que sobre la misma tiene el copropietario.

Quedan al margen del delito las siguientes cosas: las res nullius, es decir, aquellas que no pertenecen a nadie (arts.

2343, 2525 y 2527 del Código Civil6), por ejemplo, los animales salvajes, los peces del río, entre otros; las res

derelictae, las abandonadas por sus dueños (arts. 2526 y 2527 del Código Civil7); las cosas que han sido dejadas en
los canastos de basura; y las res perditi, que son las cosas perdidas para su dueño, pero que no han sido

abandonadas; en este último caso, si bien su apropiación no constituye hurto (art. 162 del Código Penal8), es

configurativa de una modalidad especial del delito de defraudación (art. 175, inc., 1 del Código Penal9).

     Elemento normativo

Hurta quien se apodera de la cosa ilegítimamente, es decir, sin derecho para ello. Al ser un elemento normativo del
tipo, quien toma o se apodera de una cosa creyendo que tiene derecho para llevar a cabo tal conducta no comete
ilícito, al estar viciado el aspecto subjetivo de su conducta.

Cabe señalar que la exigencia de la ilegitimidad en el actuar del sujeto activo no debe confundirse con la
inexistencia de causas de justificación (ejercido de un derecho, legítima defensa, estado de necesidad), pues estas

solo se refieren a las específicamente establecidas por el art. 34 del Código Penal10, cuyo análisis corresponde
efectuar en otro nivel analítico, es decir, en el ámbito de la antijuricidad.

[4] Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[5]  Ley 17711. (1968). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de http://bit.ly/2HQHu9M

[6] Arts. 2343, 2525 y 2527. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[7] Arts. 2526 y 2527. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[8] Art. 162. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[9] Art. 175. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
[10] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Momento consumativo
Ha generado un arduo debate determinar cuál es el momento consumativo del delito de hurto, lo cual motivó el

desarrollo de numerosas teorías, entre las que podemos mencionar las siguientes8:

Teoría del contacto, según la cual el hurto se consuma con el mero tocamiento de la cosa.

Teoría del aprehensivo, que consiste en la simple captación material del objeto, es decir, en poner las
manos sobre la cosa.

Teoría de la amotio, que exige la remoción de la cosa del lugar donde se encontraba.

Teoría de la ablatio, según la cual el hecho se consuma cuando la cosa es transportada de un lugar a
otro.

Teoría de la illatio, que considera consumado el hurto cuando se pone la cosa a buen recaudo, es
decir, en lugar seguro.

Si bien todavía persisten algunas discusiones al respecto, puede decirse que la jurisprudencia y la doctrina se han
inclinado por la teoría de la ablatio (Buompadre, 2000).

Aspecto subjetivo

La figura analizada se caracteriza por ser un delito doloso, cuyo conocimiento debe comprender tanto el
conocimiento de la ajenidad de la cosa como la ilegitimidad del apoderamiento y la voluntad de desapoderar al
tercero, tomar y disponer de la cosa.

Conforme a lo expuesto, queda excluida la culpa y el dolo eventual. ¿Imagina cuántos hechos de la vida cotidiana
podrían objetivamente encuadrar en la figura del hurto y no presentar el componente subjetivo exigido por la
norma?

Figura 1: Hurto
Fuente: elaboración propia con base en el art. 162 de la Ley 1117911 .
[11] Art. 162. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

https://bit.ly/3r9Yygv

Agravantes
La figura básica del hurto se encuentra agravada con pena de prisión de uno a seis años en los casos de hurto que
detallamos a continuación:

Hurto campestre

La agravante del inciso primero del art. 163 del Código Penal12 tiene lugar cuando los productos se encuentran
separados del suelo y quedan abarcados los frutos. No existe acuerdo respecto de si el texto legal se refiere solo a
productos vegetales o si también se encuentran comprendidos los minerales. Parte de la doctrina se inclina por esta
última interpretación, en el entendimiento de que la ley no ha hecho ninguna distinción (Buonpadre, 2000).

Quedan fuera todos los productos que no provengan del suelo, tales como la miel o la leche. Asimismo, se exige que
el proceso de separación sea llevado a cabo por el hombre (con sus manos o mediante el uso de maquinaría), y no
por hechos de la naturaleza, tales como tormentas u otros fenómenos climatológicos.

La agravante también incluye el hurto de máquinas, instrumentos de trabajo o de productos agroquímicos,


fertilizantes u otros insumos similares (estos últimos productos fueron incorporados recientemente mediante la Ley

2589013). Al respecto, todos estos deben estar afectados a la actividad agrícola-ganadera, pues, si los instrumentos
que son hurtados no son utilizados con tal finalidad, la calificante no resulta de aplicación. Podría presentarse el
caso del hurto de una pala cuya afectación responda exclusivamente al cuidado del jardín del casco de la estancia.
¿Concurriría la calificante prevista en el inciso primero del art. 163 del Código Penal?

Para que proceda este encuadramiento legal, los objetos deben haber sido dejados en el campo, esto es, sin la
protección o resguardo que ejercen sobre estos las personas, alejados de los cascos de los campos y de las
residencias de los capataces o encargados de los establecimientos rurales. Como conclusión, debe entenderse por
“campo” a todo lugar fuera del radio poblado y alejado del sitio habitado o de sus dependencias. ¿Correspondería
aplicar el tipo calificado si las herramientas fueran guardadas dentro de un granero ubicado en el campo a una
considerable distancia de los lugares habitados de la estancia?
Por último, la agravante también comprende la sustracción de los “alambres u otros elementos de los cercos,

causando su destrucción total o parcial”14.

El delito exige dos conductas para su consumación: la sustracción del objeto y su destrucción. Ello es así porque la
figura tiende a proteger con mayor intensidad no el cerco o el alambre por sí mismos, sino por la función rural que
cumplen, que se traduce en el resguardo y control de los animales. ¿Imagina un hecho en el cual se produzca la
sustracción, pero no la destrucción del cerco?

[12] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[13] Ley 25890. Modificaciones al Código Penal de la Nación sobre el Delito de Abigeato. (2004). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3gTtU64

[14] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Hurto calamitoso

La razón de la intensidad con la cual se castiga el robo en la figura prevista en el segundo inciso del art. 163 del

Código Penal15 encuentra su razón en la particular ocasión de la cual se vale el sujeto activo del ilícito para llevar a
cabo la sustracción. Concretamente, se funda en la menor defensa privada frente a los infortunios que son
descriptos por la norma y también por la mayor criminalidad del sujeto activo quien se vale de las desgracias
sufridas por las víctimas.

Son dos las hipótesis definidas por la agravante: 1) el cometido en ocasión y aprovechando las facilidades de un
desastre o conmoción pública; y 2) el cometido en ocasión y aprovechando las facilidades de un infortunio
particular.

Se entiende por “desastre público” a un suceso dañoso de grandes proporciones, incendios, terremotos, inundación,
entre otros acontecimientos. Por ejemplo, el desborde de un río produce un estado de conmoción en la población
que solo intenta huir del lugar, circunstancia que es aprovechada por sujetos oportunistas quienes deciden saquear
los negocios afectados por la corriente de agua. En cambio, cuando se habla de “conmoción pública”, se hace
referencia también a un hecho de gran magnitud pero que se caracteriza por la violencia. Tal es el caso de un motín
o una revolución. Ejemplo de conmoción pública es el hurto de electrodomésticos llevado a cabo justo en el
momento en el cual se produce un bombardeo sobre una ciudad.

En cuanto al infortunio particular, es una situación de desgracia experimentada por una persona, de orden físico o
espiritual, que impide o dificulta defender su propiedad en condiciones normales. El infortunio debe ser padecido por
la víctima del delito (por embriaguez, desmayos, accidentes en la vía pública o cualquier otra situación semejante).

¿Podría entenderse como situación de desgracia la ruptura de una relación amorosa que desencadena en un estado
de depresión profunda?
Respecto del momento en el cual se debe llevar a cabo la acción de apoderamiento, la ley exige que se lleve a cabo
“con ocasión”, es decir, en el mismo momento en el cual se producen los sucesos descriptos por la ley, ni antes ni
después.

Por último, debe existir una vinculación subjetiva entre el autor del delito y los acontecimientos examinados
precedentemente. En este sentido, resulta necesario que el autor “se aproveche” de las facilidades que se
presentan en virtud del desastre, conmoción pública o infortunio, de modo tal que se valga de estas para perpetrar
el hurto. Un ejemplo es el caso de un sujeto que planifica un hurto, e, inesperadamente, se produce un terremoto de
gran magnitud en la ciudad; sin perjuicio de ello, el sujeto sigue adelante con su propósito, sin tener en cuenta las
graves consecuencias que ha producido el terremoto en la población y, concretamente, en el sentir del comerciante
a quien le sustrajo un televisor. ¿Correspondería en este caso aplicar el tipo calificado?

[15] Art. 163. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Hurto mediante ganzúa, llave falsa, sustraída, hallada o retenida

El inciso tercero del art. 163 de Código Penal agrava la conducta según el modo en el cual se lleva a cabo la
sustracción de las cosas. El fundamento del incremento de pena reside en el empleo de ciertos elementos, que
permiten vencer con mayor facilidad las defensas impuestas sobre las cosas.

No es necesario que los instrumentos mencionados por la ley se usen para penetrar al lugar donde se encuentra la

cosas, pues dicha exigencia fue suprimida por la Ley 2472116. Por ejemplo, en la actualidad, la agravante podría
aplicarse a quien sustrae una bicicleta o cualquiera otra cosa que se encuentre amarrada a un poste en la vía
pública.

El uso de estos elementos excluye la violencia o fuerza sobre las cosas, pues, en caso de concurrir cualquiera de

estas modalidades, la conducta será atrapada por el delito de robo (art. 164 del CP)17.

Por  “ganzúa”  se entiende a cualquier objeto que no es propiamente una llave, pero permite abrir cerraduras.
Generalmente, se trata de alambres u otros objetos cuya morfología permita que sean introducidos en el
mecanismo del cerrojo para poder accionarlo. Al hablar de “instrumento semejante”, la ley no agrega nada, pues ya
el concepto de “ganzúa”, al no referirse a un objeto acotado, permite incorporar cualquier tipo de elemento que
cumpla esta función: alambres, ganchos, precintos, destornilladores, entre otros objetos similares.

“Falsa llave” hace referencia a aquella que no es la correspondiente a la cerradura original. Pueden quedar
comprendidas aquellas llaves que, si bien no han sido diseñadas para una determinada cerradura, por su similitud,
permiten su apertura, como así también aquellas réplicas a las cuales se accede en forma ilegítima, por ejemplo, si
se deja la llave en una cerrajería y el encargado de local hace una réplica y se la entrega a un ladrón indicándole a
qué domicilio pertenece.
Quedan también comprendidas en el tipo calificado las llaves sustraídas, es decir, aquellas que han sido quitadas
del poder de su dueño sin su consentimiento. Podría presentarse un caso donde un carterista sustraiga las llaves y
la billetera de un pasajero de colectivo, y luego, a partir del domicilio que surja de la documentación hallada, cometa
el ilícito. Las halladas también pertenecen a este grupo; son las que, una vez perdidas por su dueño, son
encontradas por el autor del ilícito o un tercero que se las facilita; tal es el caso de las llaves que se caen en la vía
pública y son tomadas por un eventual transeúnte, quien, luego de averiguar la dirección del domicilio, se vale de
estas llaves para perpetrar un hurto.   Por último, la figura incluye a las llaves retenidas, cuya posesión, en un
principio, se encuentra consentida o justificada, pero luego se torna ilegítima, y se las conserva contra la voluntad
del dueño o tenedor de quien se las entregó. Tal es el caso, por ejemplo, de la llave entregada al jardinero, quien,
luego de finalizar la relación contractual con el dueño de la vivienda, decide no hacer entrega de la misma y, al cabo
de un tiempo, ingresa a la vivienda valiéndose de esta circunstancia.

[16] Ley 24721. Modificación del Código Penal. (1996). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3nr5Rhg

[17] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Hurto con escalamiento

El inciso cuarto del art. 163 del Código Penal18 incrementa el castigo, en razón de la modalidad adoptada por el
ladrón para sustraer la cosa. Concretamente, se funda en la habilidad del ladrón para poder violar el recinto donde
se encuentra la cosa mueble, es decir, las defensas privadas puestas para evitar la sustracción.

No existe en el Código Penal una definición auténtica de lo que debe entenderse por “escalamiento”; sin embargo,
se ha sostenido que la expresión abarca toda penetración por una vía que no sea destinada a servir de entrada, por
lo que resultan atinadas las observaciones que hace Núñez (1999) respecto de este concepto en el manual que ha
sido designado como material de estudio básico. Es el caso del ladrón que salta una tapia de dos metros y, una vez
en el interior del jardín de la vivienda, sustrae una bicicleta.

Por consiguiente, lo que importa es que el autor venza las defensas y los obstáculos que han sido puestos para
resguardar la cosa e impedir que el ladrón acceda; el autor debe esforzarse para poder alcanzar dicha cosa.

El escalamiento puede efectuarse por ascenso o descenso y debe subjetivamente estar vinculado al hurto, pues, si
este último fue realizado con otra finalidad, y luego, ya superadas las barreras impuestas, el autor decide cometer el
hurto, no concurre la calificante.

La acción de escalamiento debe realizarse para entrar al lugar del hurto, con lo cual queda descartado cualquier tipo
de acción llevada a cabo por el ladrón una vez dentro del lugar sin haber franqueado las barreras impuestas en
defensa de los objetos. ¿Configura hurto con escalamiento el caso del ladrón que ingresa a un departamento
aprovechando que la puerta estaba abierta, toma un televisor y al querer salir advierte que el edificio cuenta con un
sistema de filmación en la entrada, por lo que decide saltar por la ventana del segundo piso?

A veces resulta sumamente difícil determinar en qué casos las barreras impuestas son de tal envergadura como
para considerarlas casos de escalamiento, en el sentido de que realmente impliquen un esfuerzo en el accionar del
ladrón para vencer las defensas predispuestas para la protección de los objetos. ¿Constituye una barrera tendiente
a la defensa de los objetos guardados en un domicilio el cerco verde de un metro ochenta de altura, constituido por
plantas con espinas? ¿Las conductas que se lleven a cabo con la finalidad de salvar este obstáculo constituyen la
agravante prevista en el art. 163, inc. 4, del Código Penal?

[18]
Art. 163. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Hurto de mercaderías u otras cosas transportadas

El inciso quinto del art. 163, agregado por ley 23.46819, agrava la figura básica del hurto, en razón de la menor
protección de ciertas cosas o mercaderías por el momento en el cual se lleva a cabo el ilícito. En efecto, el viaje de la
mercadería o el momento de carga y descarga impiden una eficaz vigilancia privada.

Los objetos materiales mencionados por la norma para la concurrencia de la calificante son dos: 1) mercaderías
cuya definición se encuentra debidamente efectuada por el legislador en el art. 77, párrafo quinto del Código

Penal20, a cuya lectura nos remitimos; 2) otras cosas muebles.

Le ley se refiere a mercadería y cosas transportadas, es decir, circunscribe su aplicación a los mencionados objetos
que se encuentren en situación de transporte, desde su carga, es decir al comienzo de viaje cuando se estiba la
mercadería, hasta su entrega o destino, cuando llega la mercadería al lugar establecido. También, se incluye los
tramos intermedios constituidos por las escalas, entendiendo por estás a los lugares destinados a la recarga de
combustible, descanso y alimentación. Por ejemplo, al hurto que se practica cuando el personal a cargo del
transporte se encuentra efectuando su refrigeración en la cantina de una estación de servicio.

Al hacer alusión a cualquier medio, quedan incluidos el transporte terrestre, aéreo, marítimo y fluvial. No se ha
diferenciado si el transporte debe ser interurbano o urbano, con lo cual ambos quedan incluidos en la figura
analizada. ¿Esto quiere decir que le hurto sufrido por el repartidor de lácteos durante la descarga en un almacén
queda atrapado por la calificante?

[19]
Ley 23468. Penalidades por agresiones al transporte automotor. Modificación del Código Penal. (1986). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

https://bit.ly/34hvWYJ

[20] Art. 77. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
Hurto calificado en razón de la situación en la que se encuentra los vehículos

La razón de la agravante prevista por el inciso sexto del art. 167 del Código Penal21 está dada por dos
circunstancias, por la naturaleza del objeto y por la especial situación en la cual se encuentra, y todo implica un
estado de indefensión de la cosa tutelada.

Más allá de esta aclaración en orden al motivo que tuvo el legislador para incrementar la sanción punitiva en este
caso, corresponde remitirse en su totalidad al análisis efectuado en el texto base de la materia.

Sin embargo, podemos agregar que no se produce la hipótesis de hecho prevista por la norma si el vehículo ha sido
dejado en la vía pública con personas en su interior, pues no se da la situación de indefensión. Si el vehículo se deja
al cuidado de un sereno en la vía pública, ¿concurre la agravante? ¿Quedan comprendidas las bicicletas entre los
vehículos?

[21] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Hurto agravado por la calidad funcional

La agravante prevista por el art. 163 bis del Código Penal (Ley 25816)22 no presenta mayores dificultades; por lo
tanto, corresponde remitirse al texto de base. No obstante ello, debemos remarcar que la figura no requiere, como

otros tipos penales (art. 80, inc. 9, del CP)23, que el delito se cometa por el integrante de la fuerza de seguridad en
ocasión de cumplir sus funciones, pues esta exigencia no ha sido requerida por la norma, que intensifica el poder
punitivo teniendo en cuenta solamente la particular calidad especial del sujeto activo.

¿La conducta del policía que está de licencia anual durante sus vacaciones y decide hurtar en el supermercado un
desodorante y máquinas de afeitar queda atrapada por la calificante prevista por el art. 163 bis del Código Penal?

[22]
Ley 25816. Código Penal. Modificaciones. (2003). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/38daaGy

[23]
Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Abigeato

El art. 167 ter. del Código Penal requiere específicamente que el objeto de apoderamiento se trate de ganado mayor
o menor. Con “ganado” se hace referencia a los cuadrúpedos de cierta talla, domésticos para carga o para carne.
Son ganado mayor las vacas, caballos, mulas, asnos, cebúes y llamas; y ganado menor, las ovejas, cabras y cerdos.

Respecto de las circunstancias en las cuales debe llevarse a cabo el hecho, existen dos hipótesis distintas: 1) que
los animales se encuentren en el establecimiento rural; y 2) que se realice en ocasión de su transporte.
Con relación a la primera de las situaciones, la norma no exige, como lo hace en el hurto campestre, que el ganado
sea dejado en el campo, es decir, en un lugar desprovisto de protección. Solo requiere que los animales se
encuentren dentro de un establecimiento rural. A partir de la reforma efectuada mediante la Ley 25890, en el art.
77 del Código Penal se define el concepto como “todo inmueble que se destine a la cría, mejora o engorde de
ganado, actividades de tambo, granja o cultivo de la tierra, a la que avicultura y otras crianzas, fomento o

aprovechamiento semejante”24.

Por su parte, con referencia al otro supuesto de hecho, corresponde efectuar las mismas consideraciones que se
desarrollaron en torno al hurto de mercaderías u otras cosas transportadas (10.2.4.5).

La figura básica prevista en el primer párrafo del art. 167 ter. del Código Penal25 se encuentra agravada por las
siguientes circunstancias:

[24]
Ley 25816. Código Penal. Modificaciones. (2003). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/38daaGy

[25]
Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Cantidad de cabezas de ganado. El segundo párrafo de la citada norma eleva la pena de tres a ocho
años, cuando la sustracción fuere de cinco (5) o más cabezas de ganado y se utilizare un medio
motorizado para su transporte. Deben darse ambas circunstancias en forma acumulativa para que
concurra la agravante. Si bien la norma no hace alusión al momento en el cual debe ser utilizado el
transporte motorizado, al no haber exigido que sea durante el tramo de ejecución, se da la agravante
si el medio es utilizado una vez ya concluido al apoderamiento, siempre y cuando exista solución de
continuidad entre ambas situaciones.
¿Concurre la agravante si el hurto del ganado se lleva a cabo arriando vacas con caballos hasta un
establecimiento colindante donde, veinticuatro horas después, tiene lugar su carga a un camión jaula
que transporta los animales hasta el matadero?

Apoderamiento realizado en las condiciones previstas en el art. 164 del Código Penal. En el inciso
primero del art. 167 quater, se eleva de cuatro a diez años, cuando a los elementos propios del hurto
de ganado se le añadan las modalidades específicas de apoderamiento ilegítimo previstas para el
delito de robo simple (art. 164 del CP), esto es violencia en las personas o la fuerza en las cosas (ver
10.3)26.

[26]
Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Alteración, supresión o falsificación de marcas o señales utilizadas para identificar al animal (inc. 2
del art. 167 quater del CP)27. Corresponde remitirse a las aclaraciones debidamente efectuadas en el
manual dado como biografía básica.

[27]
Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
Falsificación o uso de certificados de adquisición, guías de tránsito, boleto de marca o señal, o
documentación equivalente, falsos (inc. 3 del art. 167 quater del CP)28. Corresponde remitirse a las
aclaraciones debidamente efectuadas en el manual dado como biografía básica.

[28]
Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Participación de una persona que se dedique a la crianza, cuidado faena, elaboración,


comercialización, o transporte de ganado o de productos o subproductos de origen animal. (inc. 4
del art. 167 quater del CP)29. Corresponde remitirse a las aclaraciones debidamente efectuadas en el
manual dado como biografía básica.

[29] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Participación en el hecho de un funcionario público quien, violando sus deberes a su cargo o


abusando de sus funciones, facilitare derecha o indirectamente su comisión. (inc. 5 del art. 167
quater del CP)30. Corresponde remitirse a las aclaraciones debidamente efectuadas en el manual
dado como biografía básica.
Sin perjuicio de ello, agregamos que debe tratarse de un funcionario público conforme a la definición
del art. 77 del Código Penal31 y Ley de Ética Pública (25188)32, que tenga funciones específicas en el
ámbito agropecuario y, a partir de estas, favorezca el abigeato.

[30] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[31] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[32]
Ley 25188. Ética en el ejercicio de la función pública. Régimen legal. (1999). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/37qugOF

Participación de tres o más personas en el hecho (inc. 6 del art. 167 quater del CP)33. Corresponde
remitirse a las aclaraciones debidamente efectuadas en el manual dado como biografía básica.

[33]
Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Hurto en espectáculos deportivos

Corresponde remitirse a las aclaraciones debidamente efectuadas en el manual dado como biografía básica. ¿Qué
calificación legal correspondería al hurto llevado a cabo por una futbolista que sustrajera los botines de un
compañero de cuadro en la ocasión de un partido del torneo oficial de la Asociación de Fútbol Argentino?

Excusas absolutorias
El capítulo VIII del Código Penal, titulado “Disposiciones generales”, dispone, en su art. 185, una serie de excusas

absolutorias que rigen exclusivamente para los delitos de hurto, defraudación y daño34. Ello no implica que los casos
que son señalados por la norma no constituyan delito, sino, más bien, que el Estado, en estos casos, por distintas
razones, ha dispuesto que no se apliquen penas.

En consecuencia, el hecho es típico, antijurídico y culpable, pero no punible; y, por lo tanto, subsiste la
responsabilidad civil que pueda surgir del mismo.

El fundamento de la excusa absolutoria es la importancia que revisten la unión y armonía familiar como base de la
sociedad, por sobre la lesión al bien jurídico propiedad. Todo ello, en el convencimiento de que la intervención penal
en el seno de la familia debe ser lo más restringida posible.

La enumeración es taxativa, de modo que solo resulta aplicable a los delitos expresamente señalados en la norma,
los hurtos simples y agravados, las defraudaciones, en cualquiera de sus modalidades, y los daños, simples y
agravados.

De la misma forma, la eximente es restrictiva y solo alcanza a las personas mencionadas en sus tres incisos que
intervengan como autores (art. 45 del CP) o participen (45 y 46 del CP); quedan excluidos quienes hayan participado
en el hecho y no reúnan las condiciones establecidas, pues se trata de una causal de incomunicabilidad prevista por
el art. 48 del Código Penal (Rusconi, 2007). ¿En qué situación se encuentra quien participa ocultando el vehículo que
el hijo hurtó a su padre?

En cuanto a la descripción de las personas comprendidas en la eximente, corresponde remitirse a la debida


descripción desarrollada en el manual dado como biografía básica. ¿Qué pasaría si una persona hurta una billetera
sin saber que esta pertenece a su hermano conviviente?

[34] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

C O NT I NU A R
Lección 3 de 5

Robo

El delito de robo se trata de un hurto agravado por la conducta violenta de quien lo ejecuta. Es decir, se trata del
apoderamiento ilegítimo de una cosa mueble total o parcialmente ajena con fuerza en las cosas o violencia en las
personas. Es por esta razón que se sostiene que el robo se trata, en realidad, de un hurto calificado por la utilización
de “violencia” para vencer las defensas de las cosas. Esto también conduce a sostener que no existe robo cuando
no se dan todos los elementos configurativos del delito de hurto.

Video_ rompen a mazazos la puerta de un local en La Plata, roban y escapan a los tiros - LA NACION.pdf
212.2 KB

Publicación: La Nación. (2019). Video: rompen a mazazos la puerta de un local en La Plata, roban y escapan a los tiros. Recuperado de
https://www.lanacion.com.ar/seguridad/video-rompen-mazazos-puerta-local-la-plata-nid2300523

Aspecto protegido del bien jurídico


En el robo, sigue prevaleciendo como bien jurídico la propiedad, concretamente, la tenencia de las cosas muebles,
valiendo idénticas consideraciones a las efectuadas al momento de estudiar el delito de hurto. Sin embargo, al
momento de tratar algunas agravantes, entrarán en juego otros bienes jurídicos de suma importancia, como la vida,
la integridad física y la libertad personal, que también serán atrapados por la objetividad jurídica de cada figura en
particular.

Objeto del delito. El tipo penal

La estructura del delito de robo descansa en los mismos elementos que configuran la figura del hurto, a los cuales
se les añaden dos modalidades alternativas de consumación: 1) la fuerza en las cosas y 2) la violencia física en las
personas.

Existe violencia física sobre las personas cuando se despliega una energía física, que puede ser humana o de otra
naturaleza, sobre el sujeto pasivo o sobre un tercero, con la finalidad de poder llevar adelante el desapoderamiento
de la cosa mueble. El ejemplo clásico de este tipo de acción es el arrebato llevado a cabo en la vía pública por parte
del carterista que, para poder desapoderar a una mujer de su bolso, la empuja al suelo para que esta no pueda
resistir la sustracción. Esta energía física que se ejerce sobre la víctima del delito puede ser “real” o “simulada”, pues
la figura no solo comprende acciones materiales que dominen físicamente al sujeto pasivo, como es el caso del
ejemplo dado precedentemente, sino también las acciones que dominen a la víctima psíquicamente. La violencia
puede recaer sobre la víctima del delito, o sobre un tercero, pero siempre debe tratarse de un ser humano.

Queda excluida la violencia que se ejerza, por ejemplo, sobre los perros que se encuentran al cuidado del domicilio,
más allá de que concurra otra calificación legal a su respecto. El concepto de violencia física sobre las personas

abarca también el uso de medios hipnóticos y narcóticos (art. 78 del Código Penal)35.

Por su parte, se entiende por “fuerza sobre las cosas” a la energía, que puede ser humana, mecánica o artificial, que
produce un cambio en las cosas, un daño o movimiento. “La fuerza en la cosa requiere que esta sea forzada, vale
decir ocupada mediante el ejercicio sobre ella de una energía física, humana o artificial, que la rompa, tuerza, saque
de su sitio, entre otra serie de acciones” (Núñez, 1999, 215). Ejemplo de esto es la fuerza que se ejerce con una
pinza para romper la cadena que amarra una bicicleta a una columna. Aquí el agravamiento se encuentra fundado
en el quebrantamiento por parte del autor, de las defensas que tienen las cosas para resistir el apoderamiento por
parte del ladrón, lo cual implica una obstinación delictiva y menor defensa por parte de la víctima. ¿Constituye
fuerza quitar el dispositivo de seguridad magnético que cuentan las afeitadoras o pilas en los supermercados?

Ahora bien, para que el hurto se transforme en un robo, es imprescindible que entre el apoderamiento y estas
acciones exista una cierta conexión; es decir, que la fuerza y la violencia sean empleadas para facilitar el
apoderamiento, para ejecutarlo o para procurar su impunidad.

[35] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Figura 2: Apoderamiento

Fuente: elaboración propia con base en Ley 11179[36]. 


[36]
Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Agravantes
Robo con homicidio

También llamado “latrocinio”, el robo con homicidio resulta ser una figura de compleja aplicación, no solo por la
vaguedad de los términos utilizados por la norma, sino también por la coexistencia del art. 80, inc. 7, del Código

Penal37, cuyo desarrollo se efectuó en la unidad N.° 1, lo cual ha llevado a un arduo debate en la doctrina y
jurisprudencia a los fines de una correcta diferenciación.

Se ha discutido desde siempre cuál es el alcance que tiene la agravante del art. 165 del Código Penal.
Concretamente, resulta controvertido que circunstancias lleven a aplicar la citada norma cuando con motivo u
ocasión del robo resultare un homicidio.

Al respecto, puede sintetizarse en tres puntos las posiciones adoptadas tanto por la doctrina como por la
jurisprudencia para dar respuesta al interrogante planteado:

[37] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

1 Quienes sostienen que el homicidio debe producirse como consecuencia de conductas culposas o
preterintencionales (Sebastián Soler).

2 Aquellos autores que entienden que la figura comprende homicidios culposos como dolosos (Ricardo
Núñez, Justo Laje Anaya, entre otros).

3 El sector que considera que la norma solo acepta el homicidio doloso no comprendido por el art. 80,
inc. 7, del Código Penal38.

[38] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Esta última posición ha sido adoptada por el Tribunal Superior de Justicia de la provincia de Córdoba, al afirmar que,
si la muerte de uno de los ladrones fue obra de un tercero que estaba actuando en legítima defensa (art. 34, inc. 6,

del Código Penal39) no se ha configurado el delito complejo del art. 165 del Código Penal40. En dicho precedente, el
Supremo Tribunal de Córdoba sostuvo que no se encontraban presentes los elementos necesarios para encuadrar
la muerte de uno de los asaltantes del delito de homicidio, pues, si bien la conducta era típica, se encontraba
amparada por una causal de justificación y, por tanto, no era antijurídica (TSJ, Sala Penal, 16/06/1993 “Moyano”,
publicado en La ley Córdoba, 1993, p. 814, también en Internet en www.laleyonline.com.ar. Se recomienda su lectura
para esclarecer todas las dudas que existan respecto de la figura analizada). En el mismo sentido se expidió el
mismo Tribunal, que agregó que el art. 165 solo resguarda a terceros no involucrados en el asalto, que han sido
puestos involuntariamente en la situación de riesgo. Sin embargo, si el muerto participó en el robo, se expuso
voluntariamente al riesgo que para su vida implicaba el asalto (TSJ, Sala Penal, 25/06/1996, “Bustos”, publicado en
La ley Córdoba, 1996, p. 1255, también en Internet en www.laleyonline.com.ar). El caso al que se hace alusión puede
ser el asalto perpetrado por tres ladrones, en el que, en un intercambio de disparos, resulta herido mortalmente uno
de ellos en virtud de la eficaz puntería del personal policial interviniente.

Este entendimiento respeta acabadamente el principio de culpabilidad, pues, de otra forma, se reprocharían al autor
hechos que no fueron planeados o tenidos en cuenta en su accionar.

Si seguimos este lineamiento conceptual, quedan descartadas de la figura prevista por el art. 165 del Código

Penal41 aquellas muertes producidas durante el robo que no puedan ser atribuidas a título de dolo, es decir, que no
sean queridas por el autor. Por tanto, si la muerte no tiene ningún tipo de vinculación subjetiva con el obrar ilícito de
los asaltantes, no procederá la aplicación de la agravante prevista por la citada norma. Ahora bien, si el fallecimiento
de un tercero fuera consecuencia de un obrar negligente o culposo por parte de algunos de los partícipes del robo, el

caso debería resolverse aplicando las reglas del concurso de hechos (arts. 54 y 55 del CP)42, y podría concurrir

realmente el robo con el homicidio culposo (art. 84 del Código Penal)43. ¿Qué calificación correspondería aplicar si,
con motivo de un robo, en virtud de las terribles y cruentas amenazas efectuadas por los asaltantes,
desencadenaran el infarto de la víctima del asalto?

Como adelantamos, se advierte que entre la figura que estamos analizando y la prevista por el art. 80, inc. 7 del
Código Penal existen ciertas similitudes que obligan a efectuar una correcta delimitación a los efectos de su
correcta aplicación.

Ciertamente, ambas figuras tienen en común la concurrencia del homicidio de una persona, el cual se encuentra
relacionado con un hecho de robo. Es decir, en ambas hipótesis, se mata a una persona, dentro de un cuadro de
situación que tiene por centro un ilícito, que, en este caso, se trata de un apoderamiento ilegítimo de una cosa
mueble total o parcialmente ajena con violencia física en las personas (robo).

Ahora bien, existe una diferenciación entre ambas figuras en el plano subjetivo del autor del ilícito, pues en la
hipótesis de hecho comprendida por el art. 80, inc. 7, del Código Penal, se mata para llevar a cabo el robo, ya sea
para prepararlo, facilitarlo, ocultarlo o asegurar su resultado; es decir, hay una conexión entre la muerte y el robo,
que exige la concurrencia de un elemento subjetivo especial (por o para).

En cambio, la situación contemplada por el art. 165 del Código Penal44 solo comprende el homicidio que se ha
producido durante el robo, pero que no ha sido planeado o tenido en cuenta por el autor, aunque sí lo pudo haber
previsto por la situación de riesgo que genera el propio asalto. Tal es el caso, por ejemplo, cuando mientras se está
perpetrando el robo, se dispara a la víctima del asalto, solo porque la situación de temor exaltó el ánimo del ladrón.

Han sido objetos de polémica el momento de consumación del ilícito y si se admite tentativa. Parte de la doctrina
entiende que se trata de un delito pluriofensivo que es fusión de hecho, y otro sector cree que es un delito complejo,
que es fusión de figuras.
Se entiende que en el tipo previsto por el art. 165 el Código Penal45, el robo es el elemento circunstancial del delito
que castiga el resultado del homicidio; por tanto, este desenlace debe haberse consumado, sin perjuicio que el robo
esté consumado o tentado. Es decir, para que se dé la calificante, el homicidio debe consumarse, y no resulta
determinante si el robo se encuentra tentado o consumado.

No se admite la tentativa (art. 42 del Código Penal)46, pues el comienzo de la ejecución del robo ya con la intención

de matar excluye la figura del art. 165 del CP47, en donde corresponde la aplicación de la figura agravada prevista

por el art. 80, inc. 7. del CP48.

[39] Art. 34, inc. 6, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[40] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[41] Art. 165, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[42] Arts. 54 y 55, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[43] Art. 84, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[44] Art. 165, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[45] Art. 165, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[46] Art. 165, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[47] Art. 165, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[48] Art. 80, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Robo con lesiones

En este caso, el hecho de robo también se ve agravado por el resultado, concretamente, por las lesiones. Conforme

al texto del art. 166, solo calificarán el hecho las lesiones graves (art. 90 del Código Penal)49 y gravísimas (art. del

Código Penal)50, y quedan absorbidas las lesiones leves por la violencia que se ejerce para perpetrar el robo
(concurso aparente de leyes). Es decir, las marcas que se producen en virtud del apretón sufrido sobre el tronco del
cuello quedan absorbidas por la misma violencia que agrava la conducta del hurto y la transforma en robo.

La violencia que causa la lesión puede ser llevada a cabo antes del robo, para facilitarlo, durante la ejecución, o
después, para procurar su impunidad, es decir, de acuerdo con las finalidades o conexión subjetiva de la cual

hablamos al momento de analizar la figura básica prevista por el art. 164 del Código Penal51.
Una vez producidas las lesiones como consecuencia de la violencia ejercida durante el asalto, el delito queda
consumado, y no resulta necesario que el robo se haya consumado14. Al igual que el robo agravado por el
homicidio, en virtud de las razones señaladas precedentemente, queda excluida la aplicación de la tentativa (art. 42

del Código Penal)52.

La agravante comprende no solo las lesiones causadas con dolo, sino también aquellas accidentales, ocasionales y
preterintencionales (Núñez, 1999; Buompadre, 2000).

[49] Art. 90, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[50] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[51] Art. 164, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[52] Art. 42, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Robo armas: (este es el correcto encuadramiento de la figura penal en el caso cuando el TSJ dijo lo siguiente:

De lo precedentemente expuesto, surge palmario que el objeto utilizado en el hecho de marras se trató
de un arma propia que se blandió de manera amenazante. Ello, así pues, la propia estructura del objeto
punzocortante utilizado −un cuchillo, cuya hoja es de aproximadamente 20 cm de largo− sirvió para
aumentar la capacidad ofensiva o defensiva del acusado, a la par que intensificó la intimidación a la
víctima. 3. En definitiva, la sola exhibición amenazante de un arma propia ha creado tanto una real y
concreta situación de peligro para la integridad física o para la vida de la víctima como aumentado la
intimidación por el empleo de un medio potencialmente apto. Estas son, precisamente, las razones de
la calificante prevista en el art. 166, inc. 2 del C. Penal (tal como lo hemos sostenido en "Vázquez", S.
60, 8/8/2002; "Ludueña", S. 76, 5/9/2002; "Roldán", S. 87, 11/10/2002; "Toledo", S. 10, 10/3/2003 −entre
otros−). Por ello, no debe corregirse la solución dispuesta por el Tribunal a quo). 

Asimismo, se califica el robo cuando la violencia física para cometer el hecho se lleva a cabo mediante el empleo de
un arma de cualquier tipo o naturaleza. Ya veremos que existirán otras clasificaciones que aumentan aún más la
pena en el caso de que se trate armas de fuego y atenúan el castigo cuando se trate de armas de utilería o que no
resulten aptas para el disparo.

La razón de la calificante por el uso de armas responde según los casos a lo siguiente: 1) el mayor poder vulnerante
contra las personas, que pone en peligro cierto la vida y la integridad personal de las víctimas; 2) la mayor
peligrosidad que representa la utilización de un arma de fuego y su aptitud para causar daño a las personas; y 3) la
mayor capacidad intimidatoria. Todo esto hace que el robo cometido mediante el uso de armas sea más eficaz para
impedir que las víctimas puedan defenderse ante la acción de apoderamiento de sus bienes muebles. (Estas
razones también quedaron plasmadas en el caso; sin embargo, también es interesante estudiar el fundamento en
minoría de la Dra. Cafure a fin de reflexionar sobre las distintas maneras de valorar cuando se utiliza un arma para
cometer el delito de robo).

Como se advierte, esta modalidad de robo no solo atenta contra la propiedad, sino también contra otros bienes
jurídicos de suma importancia, como la vida, la integridad física y la libertad personal, los que se ven
indudablemente afectados debido al poder ofensivo e intimidante que el empleo de armas les confiere a quienes las
utilizan.

Por tal motivo, para que el hecho sea calificado, no basta la simple tenencia o portación de las armas, sino que
también es necesaria su utilización en cualquier tramo del hecho, ya sea para facilitarlo, en la ejecución, o para
lograr su impunidad. No es necesario que las armas sean utilizadas en el mismo momento en el cual se lleva a cabo
la acción de apoderamiento, pues este acto no agota el momento consumativo del robo. En otras palabras, cuando
las armas son utilizadas para facilitar o cometer el hecho, con el apoderamiento se consumará el hecho. Ahora bien,
cuando la violencia que se ejerce con el arma se lleve a cabo para procurar la impunidad, las cosas no son de la
misma forma, pues aquí la consumación del robo recién se produce en el momento de la violencia.

Como adelantamos en los párrafos precedentes, en el art. 166 del Código Penal53 se prevé, además del robo con
armas, tres subespecies de esta modalidad delictiva: 1) con armas de fuego; 2) con armas de fuego sin aptitud para
el disparo; y 3) con armas de utilería.

Para comprender la diferenciación que existe entre cada una de estas calificantes, corresponde, en primer término,
dar el concepto genérico de “arma”.

El legislador prescindió de hacer una interpretación auténtica, como lo ha hecho con otros términos en el art. 77 del

Código Penal54.

Por tal motivo, encontrar una definición a este elemento normativo del tipo no resulta una tarea fácil, más aun
teniendo en cuenta que el concepto que aportemos tendría que resultar válido para todos los casos, tanto para
aquellos en los que la ley ha optado por la capacidad lesionadora del medio empleado (pistolas con capacidad de
disparo) como para aquellos en los que tomó en consideración solo su condición intimidante (pistolas sin capacidad
de disparo o de utilería). Si tenemos en cuenta esta diferenciación, podemos tomar como válido el concepto que se
ha efectuado de las armas: “todo objeto capaz de aumentar el poder ofensivo del hombre, sea para atacar o
defenderse”.

En consecuencia, es un arma cualquier instrumento fabricado para servir a la defensa o al ataque, o cualquier otro
objeto, que, de acuerdo con el empleo que se realice de estos, sirva de idéntica finalidad. Como característica
común, en uno y otro caso, mediante la utilización del instrumento, se ve aumentada la capacidad ofensiva o
defensiva de la persona que se sirve de estos.

A partir de esta última consideración, podemos clasificar a las armas en propias e impropias. Ejemplos de las
primeras son las pistolas, espadas, ballestas, es decir, aquellos objetos que fueron fabricados o pensados para
atacar y defenderse, que por sí mismos resultan capaces de aumentar el poder ofensivo de quien los utiliza y
causan, a su vez, intimidación por su propia naturaleza.

Entre las armas propias, podemos diferenciar las siguientes: a) armas de fuego, como pistolas, revólveres, fusiles,
entre otras, cuya definición trataremos de forma extensa en párrafos sucesivos; b) armas de disparo que no son de
fuego (ballestas, arcos y demás armas de tiro); y c) armas blancas, como lo son las espadas y cuchillos, objetos que
tengan punta, filo o contrafilo.

En el caso de las armas propias, no es necesario que se las emplee para que se califique el hecho como robo, ya sea
disparando el arma de fuego o embistiendo con una espada. La sola exhibición amenazante del arma propia crea en
el sujeto pasivo una situación de peligro para su vida o integridad física.

Por su parte, son armas impropias los objetos que no fueron fabricados como armas propiamente dichas, como un
martillo, una tijera, una guadaña, un hacha, un destornillador y otros elementos que fueron ideados para otros
menesteres, pero que son considerados armas en el caso concreto, por el uso que se les confiere, que permite
aumentar el poder ofensivo del sujeto activo.

Entonces, se considera que constituye un arma impropia cualquier objeto no construido como arma propia, pero
que, de acuerdo con el modo de empleo, lo convierte en un arma, por aumentar el poder vulnerante de quien las
utiliza. Lo son también las armas de utilería y las armas propias que son utilizadas impropiamente, como es el caso
del revólver que se utiliza para dar un golpe a la víctima, pero que nunca se utilizó para intimidar.

Se ha entendido que constituye arma impropia una bufanda que fue colocada alrededor del cuello de una taxista,
con la que se la ha asfixiado al ser presionada contra el asiento del vehículo que conducía mientras se le sustraía el
dinero de la recaudación diaria, pues el modo de empleo de la prenda puso en peligro la vida de la víctima (ver al
respecto fallo Tribunal Superior de la provincia de Córdoba, Sala Penal, 5/07/2002, “Maujo Eduardo y Otro”, publicado
en Semanario Jurídico N.° 1376 p. 143, anotado por Marcelo Sayago, “un caso de asalto con bufanda, en Semanario

Jurídico 1384, p. 385)55.

Ahora bien, para que se dé la calificante en el robo cuando se utilizan armas impropias, resulta imprescindible que
exista acometimiento; no basta su simple exhibición amenazante. Algún sector entiende por “acometimiento” la
acción de embestir con ímpetu o ardimiento. ¿Correspondería aplicar la agravante si una persona se presenta en un
local comercial y, exhibiendo un destornillador de grandes dimensiones, exige al dueño del negocio que le entregue
el dinero de la recaudación diaria?
Sin perjuicio de lo expuesto, debemos significar que parte de la doctrina y de la jurisprudencia objeta la admisión de
las armas impropias como elementos agravantes del delito de robo, pues considera que se efectúa una
interpretación analógica del elemento normativo, que vulnera el principio de legalidad consagrado por nuestra
Constitución Nacional (Sayago, 2005).

Luego de haber expuesto en líneas generales la definición de armas que califica el delito de robo, corresponde ahora
abordar los otros supuestos de hecho específicos contemplados en el art. 166 del Código Penal:

[53] Art. 166, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[54] Art. 77, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[55] TSJ de la Provincia de Córdoba, Sala Penal, “Maujo Eduardo y Otro”. (2002). 

1 Armas de fuego. En el segundo párrafo del inciso segundo del art. 166 del Código Penal, se eleva la
escala penal en un tercio en su mínimo y en su máximo cuando “el arma utilizada fuera de fuego”56.

Conforme se desprende del art. 3, inc. 1, del Decreto N.° 395/75, que reglamenta la Ley Nacional de
Armas y Explosivos 20429, se define al arma de fuego como “la que utiliza la energía de gases
producidos por la deflagración de pólvoras para lanzar un proyectil a distancia”57.

La razón por la cual se incrementa la pena en este caso está dada no solo por el poder ofensivo e
intimidatorio que otorgan estas armas a quien las utiliza, sino también porque se ve acentuada o
incrementada la “peligrosidad” que por sí mismas poseen estas armas, pues de su propia naturaleza
se desprende que cuentan con mayor posibilidad de producir daños a la integridad física de las
personas. Esta cualidad propia de las armas de fuego explica los mecanismos de seguridad que se
les adosan para evitar daños y los límites que se imponen a las personas para poder lograr la
autorización para su tenencia y portación (RENAR).

Como consecuencia de lo expuesto, para que concurra la calificante, el arma de fuego debe tener
“aptitud para el disparo”, es decir, capacidad para lanzar un proyectil como consecuencia de la energía
producida por la deflagración de la pólvora.

El medio por el cual se demuestra acabadamente esta operatividad requerida para que se dé la
agravante es la pericia balística, sin perjuicio de que pueda acreditarse este extremo por otros
medios, como, por ejemplo, las declaraciones testimoniales, conforme al principio de libertad
probatoria que reina en el proceso penal. Concretamente, deberá demostrarse que el mecanismo de
acción del arma funcionaba correctamente al momento del hecho y que el arma se encontraba
cargada con proyectiles que podían ser lanzados por esa misma arma. Puede suceder que, luego de
un asalto, se aprehendan a los autores del hecho, pero estos, que conocen la legislación vigente,
durante la huida rompan las armas contra el piso. Esto determina que la pericia establezca que en el
estado en que fueron secuestradas las armas no cuentan con aptitud para el disparo. Ahora bien, ello
no impediría que testigos pudieran dar cuenta del uso del arma durante el robo, pues, a través de sus
sentidos, vista y oído, podrían haber percibido el correcto funcionamiento del mecanismo de disparo.
¿Correspondería aplicar la agravante si las armas de fuego no se encontraban cargadas durante el
asalto?

[56] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[57] Decreto 395/75. Reglamentación parcial de la Ley 20.429/73 sobre armas y explosivos. (1975). Poder Ejecutivo Nacional. Recuperado de

https://bit.ly/38aDGN7

2 Armas de fuego sin aptitud para el disparo. En el último párrafo del art. 166 del Código Penal
(incorporado por la Ley 25882) se prevé una pena atenuada “si se cometiere el robo con un arma de
fuego cuya aptitud para el disparo no pudiera tenerse de ningún modo por acreditada”58, y se
establece que la misma será de tres a diez años de prisión.

Como lo adelantamos al momento de tratar en forma genérica el tipo agravado de robo con armas, la
ley admite el uso de distintos tipos de armas, a los cuales ha dado un diferente encuadramiento de
acuerdo con el peligro para la integridad personal y el poder intimidante que tiene cada una de ellas.

En este caso en particular, la agravante se funda en el mayor poder intimidante que tienen las armas
de fuego, sin perjuicio de que luego se determine que no representaba un peligro para la víctima al no
ser operativas. Este poder intimidante propio de las armas de fuego se traduce en la disminución o
anulación de cualquier actitud defensiva por parte de la víctima del robo, pues estas no están en
condiciones de establecer si el arma que exhibe el ladrón pudo o no ser accionada.

Esta circunstancia llevó al legislador a imponer una pena que es sensiblemente superior al robo
simple, ya que el uso de este tipo de armas le confiere a quien las usa un mayor poder intimidante y la
consecuente disminución de posibilidades defensivas de la víctima. Sin embargo, la pena es menor
que la sanción correspondiente al robo con arma de fuego, pues, en este caso −sin aptitud para el
disparo−, no existe peligro para la integridad física de las personas. Podría presentarse el caso de una
persona quien, acuciada por problemas económicos, decide perpetrar un asalto; sin embargo, le
disgusta o no soporta el hecho de poner en peligro la vida de sus víctimas y, por lo tanto, lleva a cabo
el robo con un arma vieja que no tiene percutor.

Por supuesto que para que el hecho encuadre en esta figura, el arma debe haber sido exhibida, para
poder causar la intimidación que es razón de la agravante. Respecto de la forma de acreditar la
operatividad del arma, corresponde remitirse a las consideraciones efectuadas con respecto a las
armas de fuego y agregar solamente que, además de tener por acreditado el correcto
funcionamiento del mecanismo de acción, debe demostrarse que, al momento del hecho, el arma se
encontraba cargada con balas que estaban en condiciones de ser disparadas (Sayago, 2005).

[58]
Ley 25882. Código Penal. Modificación del art. 166. (2004). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3gUIwCs
3 Armas de utilería. En el tercer párrafo del art. 166 del Código Penal (incorporado por la Ley 25882)
también se atenúa la pena cuando el robo se cometiera con “un arma de utilería”59.

Aquí también, al igual que en el caso del robo con armas sin aptitud para el disparo, la razón de la
agravante reside en el mayor poder intimidante que le confieren estos instrumentos al autor que se
vale de estos, lo cual permite disminuir o anular cualquier acción de defensa por parte de las víctimas
que padecen el robo (Sayago, 2005). En otro lenguaje, estas armas carecen de poder vulnerante, pero
tienen capacidad intimidante, que es la razón de la agravante (Reinaldi, 2004). Quedan comprendidas
dentro de las armas de utilería las armas falsas, simuladas, imitativas, símil de armas y las armas de
juguete, es decir, todos los artefactos que por sus características externas parecen ser armas sin
serlo (Sayago, 2005).

Valen aquí las demás consideraciones que se efectuaron al momento de tratar el robo con armas sin
aptitud de disparo.

[59] Ley 25882. Código Penal. Modificación del art. 166. (2004). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3gUIwCs

Robo en despoblado y en banda

La agravante prevista en el segundo supuesto del inc. 2 del art. 166 del Código Penal[1] requiere la concurrencia de dos circunstancias al mismo tiempo: una de
ellas, referida al lugar de comisión, pues debe ser en despoblado, y la otra concierne al número de partícipes intervinientes, ya que se exige que sea en banda, lo
que ha llevado a la doctrina a sostener que el agravamiento es complejo (Núñez, 1999).

Se entiende que el robo se lleva a cabo en despoblado cuando se realiza en un paraje situado fuera del radio del poblado, esto es fuera de los lugares habitados de

las ciudades, villas, pueblos o aldeas (Núñez, 1999; Buonpadre, 2000) 22. El desamparo en el cual se encuentran las víctimas del robo es la razón que fundamenta la

calificante. No es necesario que el robo se realice a campo abierto, pues puede tenerse una casa o un refugio en un despoblado23. Tal es el caso de la vivienda del
casero ubicada a campo abierto, donde ni siquiera los gritos de este puedan ser escuchados por persona alguna.

La agravante exige que el robo también se perpetre en banda. Aquí, el tipo no ha querido limitarse a requerir la concurrencia de varias personas, sino que reclama
algo más, la asociación de los ejecutores. En este sentido, por “banda” debe entenderse al conjunto de tres o más individuos que integran una asociación criminal,
con objetivos preconcebidos para cometer toda clase de delitos en forma indeterminada, con lo cual queda descartada la calificante ante la mera concurrencia de
pluralidad de personas. Es decir, si tres personas se encuentran circunstancialmente en el lugar del hecho y allí perpetran el asalto, no concurre la agravante.

Los agentes integrantes de la banda deben haber participado en la ejecución del hecho para que se dé la figura agravada; por lo tanto, quedan afuera los actos de
cooperación, ayuda o instigación que hayan sido realizados con anterioridad o posterioridad a la consumación del hecho.

[60] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Robo en despoblado

Con respecto a la figura prevista en el art. 167 inc. 1, del Código Penal, resultan de aplicación las mismas
consideraciones efectuadas en el punto que antecede, con la salvedad de que en este caso no se requiere la
existencia de una banda para cometer el ilícito.
Robo en lugares poblados y en banda

El tipo agravado previsto en el inciso segundo del art. 167 del Código Penal se trata de un tipo complejo, pues
requiere para su configuración que se den los dos supuestos de hecho. La falta de concurrencia de uno de ellos
remite la figura al tipo básico. En cuanto a los conceptos de “banda” y “poblado”, corresponde remitirse a lo
especificado en el punto 10.3.3.4. y se debe interpretar el último de los elementos a contrario sensu, es decir, como
un sitio ubicado dentro del radio urbano o en un lugar campestre, donde la víctima tenga la posibilidad de contar con
el auxilio de otras personas.

Robo con perforación o fractura

También denominado “robo por efracción”, en el inciso tercero del art. 167 del Código Penal61 se dispone que se
agrava la conducta cuando el robo se perpetra con perforación o fractura.

[61] Art. 167, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Debe tenerse especialmente en cuenta que solo se da la calificante cuando las maniobras descriptas por la ley se
practiquen sobre un lugar habitado o sus dependencias. Esto es así porque aquí no solo se protege la propiedad,
sino también la intimidad de las personas que resultan afectadas por los actos del ladrón que vence las defensas
predispuestas por la víctima.

Entonces, por “lugar habitado” debe entenderse aquel que sirve a la morada, permanente o transitoria, de una
persona, aunque esté ausente al momento de llevarse a cabo el hecho25. Las dependencias inmediatas son los
lugares accesorios o secundarios de la finca que forma parte de esta (quinchos, baños externos, depósitos, garaje,
entre otros).

En cuanto a la perforación, además del concepto dado en el manual, para una mayor comprensión de su significado,
pude agregarse que es la acción de agujerear una cosa, atravesándola de lado a lado. Por su parte, fractura, implica
la acción de quebrar o romper una cosa. Ambas acciones se encuentran caracterizadas por el uso de la fuerza sobre
un objeto que ha sido puesto para impedir la sustracción de la cosa, como medio de defensa.

Aquí no interesa si la perforación o la fractura son llevadas para entrar, salir, o sacar la cosa, pues en todos los casos
concurre la calificante.

Robo agravado por las circunstancias calificadas del hurto

La figura implica un hurto calificado por cualquiera de las circunstancias descriptas en el art. 163 del Código Penal

(ver al respecto 10.2.4.)62, a las cuales se añaden las modalidades características del robo, es decir, la violencia
sobre las personas y la fuerza en las cosas.
[62] Art. 163, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Figura 3: Robos simples

Fuente: elaboración propia con base en Ley 1117963 .

[63] Art. 164, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
https://bit.ly/3r9Yygv

Robo en espectáculo deportivo

Corresponde remitirse a las consideraciones formuladas en el manual proporcionado como biografía básica y las
remisiones efectuadas en él.

Robo cometido en las condiciones del abigeato

Se hace remisión a lo señalado oportunamente respecto del delito denominado “abigeato”, conforme a las
modificaciones introducidas en el Código Penal a partir de la reforma efectuada por la Ley 25890 (10.2.4.8, apartado

b)64.

[64] Ley 25890. Modificaciones al Código Penal de la Nación sobre el Delito de Abigeato. (2004). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3gTtU64

C O NT I NU A R
Lección 4 de 5

Extorsión

Aspecto protegido del bien jurídico penal


La acción de extorsión ataca la libre determinación de la persona y su propiedad. La ofensa a la libertad es solo un
medio para consumar la ofensa a la propiedad, en este caso, bien jurídico prevaleciente.

Extorsión común
Cualquier persona puede ser sujeto activo de este delito previsto en el art. 168 del Código Penal, pues la ley no ha
requerido ninguna condición o calidad especial. El sujeto pasivo es la persona que se ve constreñida por la amenaza
que sufre por parte del autor.

Acción material

La acción constitutiva del delito ha sido definida en la figura legal como “obligar”, entendido este verbo como
compeler, exigir, hacer cumplir una cosa o mandato (Buompadre, 2000).

Para conseguir la conducta deseada de la víctima, el autor se puede valer de cualquiera de los medios típicos que
han sido descriptos por la ley, que, a continuación, vamos a repasar.

La intimidación consiste en infundir temor en la víctima a través de un anuncio o advertencia de un mal, que recaerá
sobre ella, sobre un tercero o los bienes de una persona. Esta debe ser idónea como para causar en el sujeto pasivo
una sensación de temor que lo lleve a cumplir con la exigencia deseada por el autor. No resultan válidas las
amenazas que consisten en anunciar, por ejemplo, que, en caso de no cumplir con lo requerido, “caerá un rayo sobre
su domicilio” o que “ocasionará la muerte de sus hijos mediante un hechizo”.

No constituyen intimidación los anuncios que no son ilegítimos, o sea, aquellos que se encuentran amparados en un
derecho, es decir, cuando la exigencia en sí misma esté justificada o constituya el ejercicio de un derecho. Tal es el
caso del requerimiento de pago en contraprestación de un servicio brindado bajo la advertencia de que, en caso de
no hacerlo, lo demandará judicialmente.

Se da el caso de simulación de autoridad pública cuando el autor de ilícito finge o aparenta ser un funcionario
público. Aquí el temor o la intimidación que padece la víctima del delito no provienen del anuncio del autor, sino del
acto de autoridad que se invoca. Debe tratarse de una autoridad falsa, pues, de ser verdadera, estaríamos en el

ámbito de las exacciones ilegales (art. 266 del CP)65.

Por último, se puede extorsionar mediante la simulación de falsa orden de autoridad pública, cuando el autor finge
la existencia de un mandato o prohibición que proviene de autoridad pública. En este caso, puede existir la
autoridad pública, pero la orden debe ser falsa, ya sea porque la autoridad pública que se invoca no existe o porque
no se ha dado el mandato o prohibición que pretende imponerse.

[65] Art. 266, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Objetos sobre los que recae el delito

Teniendo en cuenta siempre la ubicación sistemática del ilícito que se analiza específicamente dentro de los delitos
contra la propiedad, los objetos sobre los que recae el delito de extorsión son las cosas, el dinero y los documentos
que produzcan efectos jurídicos.

Consumación y tentativa

El delito se perfecciona cuando la víctima ha obrado conforme a los requerimientos realizados por autor del ilícito,
llevando a cabo cualquiera de las conductas que han sido descriptas por la ley.

Es decir, el delito se consuma en el caso de la entrega, cuando la cosa es recepcionada por el autor o la persona
designada por el autor para ocupar este rol. En el mismo sentido, debe analizarse cuando el requerimiento se trata
de enviar, depositar o poner a disposición.

En todos los casos debe existir algún perjuicio patrimonial, que derive o sea la consecuencia directa o indirecta del
acto de disposición realizado por la víctima a requerimiento del autor.

El delito admite tentativa, que se da cuanto el autor comenzó a intimidar, simular, con la finalidad de obligar a la
víctima a realizar la prestación con significado patrimonial.

De documentos
Al ser una verdadera especie de la extorsión común, valen las mismas consideraciones efectuadas con respecto al
tipo básico, con la salvedad de dos circunstancias que han sido diferenciadas en el segundo párrafo del art. 168 del
CP: 1) se agrega a los medios comisivos la violencia; y 2) la exigencia que se realiza a la víctima consiste

concretamente en suscribir o destruir documentos de obligación de crédito66.


Respecto del concepto de violencia como medio comisivo, corresponde su remisión a lo señalado cuando la
analizamos en el robo.

Son dos las exigencias especiales descriptas por esta figura especial. Por un lado, se suscribe, que consiste en
firmar un documento, lo cual implica, en el caso de un documento de crédito, reconocer la obligación que se
consigna en el mismo. Por otro lado, se destruye un documento cuando se lo hace desaparecer rompiéndolo,
borrando su contenido o inutilizándolo para su lectura, lo cual afecta su parte esencial.

Los objetos sobre los cuales deben recaer estas dos acciones son documentos de obligación o de crédito; por lo
tanto, deben representar el derecho de exigir la cosa que es objeto de la obligación o deben darla. La ley no ha
diferenciado si el documento debe ser público o privado.

[66] Art. 168, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Chantaje
La figura prevista en el art. 169 del Código Penal67 no es más que una especie de la figura básica, que se diferencia
solo en cuanto al medio empleado por el autor para conseguir la disposición por parte de la víctima.
Específicamente, los medios utilizados por el autor pueden consistir en amenazar con imputaciones contra el honor
o revelación de secretos.

La criminalidad específica de esta figura radica en los efectos que importa el acto extorsivo: el temor a que
trascienda un aspecto íntimo de su vida.

Los demás elementos son los mismos que en la figura básica; por lo tanto, remitimos al análisis efectuado en su
momento.

No resulta relevante a los fines de la concurrencia de la figura especial que la imputación sea falsa o verdadera. Lo
trascendental es la existencia de una imputación, que se traduce en el hecho de atribuirle a alguien una conducta,
un vicio, una costumbre que sean susceptibles de ser apreciados peyorativamente para la personalidad del
ofendido. Un ejemplo de imputación es la amenaza a una víctima con hacer pública su condición de homosexual,
circunstancia que el sujeto pasivo desea mantener en secreto. El honor que está en juego puede ser de la misma
persona a quien se le efectúa el acto de disposición o a un tercero, y puede asumir la amenaza en variadas formas:
escrita, verbal, directa o indirecta.

Otro de los medios descriptos por la ley es la revelación de secretos. Cuando hablamos de “secreto”, nos referimos
a alguna cuestión que se ha decido mantener en reserva, que a la víctima le interesa preservar. Para una mejor
comprensión del ámbito protegido, corresponde remitirnos a lo señalado al momento de tratar el delito de violación
de secretos (9.2.3). La amenaza también puede comprender la revelación de secretos de otras personas, por
ejemplo, amedrentar al esposo diciendo que contará que su mujer ha contraído enfermedades venéreas, para que
entregue una suma determinada en dinero.

[67] Art. 169, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Secuestro extorsivo
En el art. 170 del Código Penal (texto conforme reforma Ley 25742)68, se reprime la sustracción, retención u
ocultación de una persona con el propósito específico de obtener rescate.

Se trata de un secuestro común al cual se agrega la extorsión, pues el autor, para liberar a la persona cautiva, exige
el pago previo de un precio. Es la finalidad económica la que llevó a ubicar a esta figura dentro de los delitos contra
la propiedad.

En razón de lo expuesto, se dice que es un delito pluriofensivo, pues, además de la ofensa al patrimonio, se atenta
contra la libertad individual.

La finalidad que caracteriza esta figura es la de “sacar rescate”, es decir, obtener un precio por la libertad de la
persona que se tiene cautiva. El precio puede traducirse en dinero u otra prestación que tenga significado
patrimonial.

Respecto de los demás elementos del tipo, al resultar idénticos a los previstos por el art. 142 bis del Código Penal69,
corresponde la remisión al estudio de la unidad N.° 8, concretamente, al desarrollo efectuado en el Manual de
Derecho Penal Parte Especial, páginas 177 a 180. Esto es así porque, mediante la reforma realizada por la Ley

2574270, el legislador hizo desaparecer las diferencias que existían entre ambas figuras en lo relativo a las
circunstancias calificantes y a las penalidades previstas.

La figura básica prevé una pena de reclusión o prisión de cinco a quince años, la cual se verá elevada en su mínimo
a ocho años en caso de lograr el propósito, es decir, en caso de que el secuestrador logre hacerse del dinero
requerido por el rescate.

[68] Art. 170 bis, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[69] Art. 142 bis, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[70] Ley 25742 (2003). Código Penal. Modificación. Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2Pjm6RD
Por su parte, en los tipos calificados previstos en los incisos 1, 2, 3, 4, 5 y 6, la pena se aumenta de diez a veinticinco
años, en donde corresponde la remisión a la unidad N.° 8. Aquí también, en caso de resultar la muerte de la víctima,
como consecuencia no querida por el autor, la pena será de quince a veinticinco años, y en caso de haberla causado
intencionalmente, se prevé reclusión o prisión perpetua.

De la misma forma, en el último párrafo del art. 170 del Código Penal (Ley 25742)71, se ha previsto una reducción de
un tercio a la mitad la pena del partícipe, cuando este se esfuerce para que la víctima recupere la libertad, siempre y
cuando esto no se deba al pago del precio requerido.

Asimismo, en el art. 41 ter (Ley 25742), se ha incorporado la figura del arrepentido, como ya se había hecho para

otro tipo de delincuencia, como el narcotráfico (Ley 23737)72. Con la consagración legislativa del arrepentido, se ha
buscado premiar a quien ciertamente se ha iniciado en el camino de lo ilícito pero que con su accionar impide la
consumación o continuidad del mismo, y manifiesta su voluntad por medio de la delación de sus cómplices (Chaia,
2007).

Con el precepto legal, se busca frenar o combatir la ola de secuestros de personas acontecidos en los últimos
tiempos, cuyo auge contribuyó a la sensación pública de inseguridad, lo cual ha generado la preocupación del
gobierno nacional.

[71]  Art. 170 bis, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[72] Ley 23737. Modificación Código Penal. Narcotráfico. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2K0uqmZ

Sustracción de cadáveres
La figura captada por el art. 171 del Código Penal, como bien lo señala el maestro Núñez en su Manual de Derecho
Penal Parte Especial, se trata de una extorsión especializada por el medio, cuya finalidad buscada es “hacerse pagar

por su devolución”73. Cualquier otra finalidad presenta atípica la conducta. Si bien resulta difícil imaginar otra
situación (por ejemplo, una broma), pueden darse casos de venganza, entre otras razones.

La acción típica es “sustraer”. El verbo alude a la conducta que consiste en apoderarse, apropiarse o tomar el
cadáver.

El objeto del delito es el “cadáver”, es decir, el cuerpo sin vida de una persona humana. Quedan excluidos los huesos
sueltos y las cenizas, como así también los cadáveres de los animales. 

[73] Art. 171, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

C O NT I NU A R
Lección 5 de 5

Referencias

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Chaia, R. A. y VV. AA. (2007). Código penal y normas complementarias, Tomo 2ª. Buenos Aires, Argentina: Ed.
Hammurabi.

Decreto 395/75. Reglamentación parcial de la Ley 20.429/73 sobre armas y explosivos. (1975). Poder Ejecutivo
Nacional. Recuperado de
http://www.aicacyp.com.ar/disposiciones_legales/leyes_decretos/decreto_nacional_395.htm

La Nación. (2019). Video: rompen a mazazos la puerta de un local en La Plata, roban y escapan a los tiros.
Recuperado de https://www.lanacion.com.ar/seguridad/video-rompen-mazazos-puerta-local-la-plata-nid2300523

Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-19999/16546/texact.htm

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http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=103603

Ley 23468. Penalidades por agresiones al transporte automotor. Modificación del Código Penal. (1986). Congreso
de la Nación Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=21982

Ley 23737. Modificación Código Penal. Narcotráfico. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
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Ley 24721. Modificación del Código Penal. (1996). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
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Ley 25188. Ética en el ejercicio de la función pública. Régimen legal. (1999). Congreso de la Nación Argentina.
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Ley 25816. Código Penal. Modificaciones. (2003). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
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Ley 25890. Modificaciones al Código Penal de la Nación sobre el Delito de Abigeato. (2004). Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/95000-99999/95203/norma.htm

Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=235975

Núñez, R. (1999). Manual del derecho penal. Buenos Aires, Argentina: Ed. Lerner.

Rainaldi, V. F. (2004). Delincuencia Armada (2.da.ed.). Córdoba, Argentina: Editorial Mediterránea.

Romero, G. N. (2005). Delitos contra la propiedad, en Estudios sobre Justicia Penal. Buenos Aires, Argentina: Ed.
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Rusconi, M. y AA. VV. (2007). Código penal y normas complementarias, Tomo 2a. Buenos Aires, Argentina: Ed.
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Sayago, M. J. (2005). Nuevo Régimen Legal del Robo con Armas. Córdoba, Argentina: Ed. Advocatus.

TSJ de la Provincia de Córdoba, Sala Penal, “Maujo Eduardo y Otro”. (2002). TSJ. Sala Penal. Sent. N.° 69. Alfonso,
Hugo Fabián p.s.a. robo calificado por el uso de arma - Recurso de Casación. (2003). Recuperado de
https://bit.ly/37lR9mi
Delitos contra la propiedad (continuación)

El Delito de usura

Usurpación

Daño

Referencias
Lección 1 de 4

El Delito de usura

Aspecto protegido del bien jurídico


Corresponde remitirse a las consideraciones generales del texto aportado
como bibliografía básica.

A continuación, y antes de adentrarnos en los contenidos teóricos de la


materia, vamos a analizar el siguiente fallo:

Córdoba, 03 de Octubre de 2014.

VISTA: La causa caratulada “ÁLVAREZ, MARCOS MARTIN y otros


p.ss.aa. USURPACIÓN - (Expte. SAC 1933427) S/ Oposición al
Desalojo”, remitida a este Juzgado a fin de resolver la oposición
deducida por los Dres. Joaquín Andrés González y Victoria
Suárez, contra el proveído de fs. 2470/2488, que resuelve
emplazar a todos los imputados, para que dentro del término de
tres días corridos a partir de la fecha, procedan a desocupar el
inmueble sito entre los barrios Guiñazú y Ciudad de los Niños, y
entre la Ruta 9 vieja y la Variante Juárez Celman, de la localidad
de Juárez Celman de esta pcia., juntamente con las personas y
cosas que de ellos dependan, bajo apercibimiento de practicar la
medida mediante el uso de la fuerza pública (art. 302 del CPP
[Código…]). 

CONSIDERANDO:

I) El Sr. Fiscal de Instrucción ha fundado su decisión con los


siguientes argumentos: “B) Prueba y valoración: que conforme a
los elementos probatorios colectados, este representante del
Ministerio Público Fiscal considera que se encuentran
acreditados los extremos delictivos para atribuir a cada uno de
los imputados de mención el delito que se les endilga y
calificado legalmente como “usurpación”, en calidad de
coautores, tal como se halla fijado en la plataforma fáctica, por
cierto con el grado de probabilidad exigido para esta etapa
procesal. En efecto, a dicha conclusión se arriba al valorar, en
primer término, los dichos del cuidador del predio usurpado,
Juan Ángel Casalegno —fs.07 —, quien el mismo día del hecho
(07/06/14) prestó declaración en sede de la Comisaría de
Juárez Celman, ocasión en la que refirió que en la fecha
indicada, alrededor de las 07:00 h, un grupo de personas ingresó
al predio propiedad de la empresa Urbanor S. A., de la cual es
presidente el Sr. Alejandro Canciani, y ocuparon el mismo, para
lo cual cada una de las personas delimitaron una fracción del
terreno, cercándolo con alambres y postes de madera. Que dio
avisó a Canciani de lo que estaba ocurriendo. El encargado del
lugar volvió a testificar, pero ya en sede de esta Fiscalía —
fs781.782 —, oportunidad en la cual aportó mayores precisiones
respecto a cómo fue que la gente ingresó al predio en cuestión,
detallando también la modalidad desplegada por los
usurpadores para ir ocupando el predio de Urbanor S. A. En los
párrafos relevantes, señaló que ese día, estando aún muy
oscuro y de forma sorpresiva, siendo aproximadamente las
07:00 h un grupo de personas —entre 15 y 20—, entre hombres y
mujeres, ingresaron al predio en cuestión, el cual carece de
cercos y alambres perimetrales y que solía usarse para el cultivo
de soja y trigo. Que, ante la presencia de todas estas personas,
se les aproximó para preguntarles qué hacían en el lugar y les
manifestó que ese lugar era “propiedad privada”. Continuando
con su deposición, agregó que varias de estas personas tenían
palas en sus manos y algunas de ellas —sin poder [afirmar]
quiénes— le respondieron “que estaban usurpando, que se
retirara de ahí porque le podía ir mal” y, sintiendo temor ante
dichas manifestaciones, se dirigió a su morada distante tan solo
unos 50 metros de dicho predio. Llamó por teléfono a la policía y
a Canciani. Como información de utilidad también refirió que,
durante el transcurso de la mañana de ese mismo [día], fueron
ingresando al campo muchas más personas y todas ellas
comenzaron con idéntica tarea de delimitar sectores del terreno,
valiéndose para ello de estacas de madera, hilos, cintas, etc.
Véase que el encargado del predio efectuó un relato coherente,
claro y preciso e inclusive realizó las aclaraciones pertinentes,
por lo que no advertimos animosidad, mendacidad ni inquina
alguna de su parte en relación con los traídos a proceso,
máxime, si tenemos especialmente en cuenta que en ningún
momento indica con nombre y apellido a los autores del hecho
que nos convoca. Por el contrario, los datos filiatorios de los
prevenidos surgieron con posterioridad, y a raíz de otras
diligencias probatorias ordenadas por esta Fiscalía, tendientes a
la identificación y posterior imputación de los mismos por el
delito que se les achaca. A su turno, también testificó en sede
policial -fs.06- el presidente de la empresa URBANOR S. A.,
Alejandro Canciani, quien relató que la empresa que preside es
dueña de un lote de 10 hectáreas, aproximadamente, ubicado
en la parte posterior del Barrio Parque Norte de Juárez Celman,
el cual colinda al norte con calle 25 de Mayo, al sur con calle 9 de
Julio, al oeste con la Ruta Variante Juárez Celman y al este con
calle Atahualpa Yupanqui. Que el día 07/06/14 recibió un
llamado telefónico de Juan Casalegno, quien se desempeña
como cuidador del predio, ocasión en la que le comentó que una
gran cantidad de personas habían usurpado uno de los predios
de la empresa que preside, aclara, que el encargado del lugar
habita en una vivienda construida dentro del mismo, por calle 9
de Julio, al frente de un colegio primario. Que, ante dichas
expresiones, se dirigió al lugar y así es que personalmente pudo
constatar que el lote estaba tomado por aproximadamente 200
personas, todas ellas desconocidas, quienes se habían abocado
a delimitar sus parcelas del lugar usando para ello postes de
madera precarios. A más, el nombrado (ver fs.778/779) en sede
de esta Fiscalía se explayó y dijo: “Que en ocasión de concurrir a
testificar a la sede de la Comisaría de Juárez Celman, al hacer
mención de que el predio de URBANOR S. A, [empresa] de la
cual el dicente es presidente, tiene 10 hectáreas, hacía mención
a la cantidad de hectáreas que constató estaban usurpadas
hasta ese momento, porque en realidad el predio de su empresa
consta de 26 hectáreas y, además, de unos 300 terrenos, cada
uno de ellos de entre 300 y 350 metros cuadrados
aproximadamente. Que con el correr de los días, las personas
instaladas en el predio fueron tomando alrededor del 70 % del
mismo y una cantidad de terrenos aún no precisada, los que ya
se encuentran subdivididos. Que exhibidos el plano que obran a
fs.42 de la presente causa es que señala que lo que figura en el
mapa como marcado con rayas negras oscuras, es el predio que
está aún sin subdividir, mientras que el loteo se identifica con
numeración 2112-3327. Que el dicente aclara que, con relación a
los límites del predio, el mismo colinda hacia el este con calle
José Hernández, hacia el norte con ex Camino Público a las
Jarillas, actualmente denominada Avenida 25 de Mayo, hacia el
sur con la propiedad que se encuentra en juicio, el cual se
caratula como “Sucesión Abel Caminos”, inclusive señala que en
los planos de catastro figuran de esa forma, finalmente hacia el
oeste su predio colinda con otra propiedad, desconociendo
quién es el dueño de la misma. Que el predio de 26 hectáreas
está dividido en dos predios y está atravesado por la Variante
Juárez Celman, cada uno de ellos tendría aproximadamente 13
hectáreas. Que el predio que se encuentra usurpado hasta la
fecha es el predio que colinda hacia el oeste con la Variante
Juárez Celman y el resto de los límites son los ya enunciados, y
en el plano se lo enuncia con el número 2 (dos). Que hace años
contrataron como encargado del predio al señor Juan Ángel
Casalegno, quien tiene la morada que le asignó la empresa en
un sector del loteo, que dicha propiedad está muy próxima al
sector de lotes que también se encuentra usurpado estimando
que sería un 40 % de la totalidad de ellos, que teme no solo por la
integridad física y psíquica de su encargado como de su familia,
sino de los bienes que la empresa guarda en un galpón
construido al lado de la casa de Casalegno, ya que pueden sufrir
algún tipo de daño o destrucción. Que los mismos constan de
materiales de construcción, maquinarias y equipos de
construcción, vehículos tales como un tractor, marca Fiat, y un
tráiler marca Ford, a más de una gran cantidad de herramientas
de las más variadas. Que tanto en el loteo que tiene subdivido
como así también en el predio que actualmente se encuentra en
gran parte usurpado, la empresa que preside tiene un proyecto
de desarrollo urbanístico, asociado con dos empresas del medio
local y el mismo, luego de dos años de trabajo, estaba a punto
de iniciarse, lo que se vio frustrado y postergado por la
usurpación denunciada, ocasionando en consecuencia un daño
económico y patrimonial muy importante. Finalmente, señala
que el sector correspondiente a Caminos de las Sierra limita con
su predio hacia el sur, y fue alrededor del año 2000 que se le
expropió una parte del mismo —no recuerda cuántas hectáreas
— para la construcción de un nudo vial, el cual nunca se realizó y
que en el mapa que se le exhibe de fs. 42. A los fines de una
mejor ilustración de dicho sector, se le asigna el número (1) uno
a la parcela que actualmente corresponde a Caminos de las
Sierras, el cual carece de todo tipo de cartel o identificación.” A
fs. 01 corre glosado el testimonio del comisario Andrés Omar
González, quien fuera el primero en arribar al lugar del hecho el
mismo 07/06/14, comisionado por la base de la subcomisaría de
Juárez Celman para constituirse en el fondo de barrio Parque
Norte de esta localidad. Al arribar al lugar pudo constatar que
más de 150 personas, entre mujeres, niños y hombres, estaban
tomando posesión de un lote de aproximadamente 10
hectáreas, y el mismo se colinda al norte con calle 25 de Mayo,
al oeste con la Ruta Variante Juárez Celman y al este con
Atahualpa Yupanqui. Que cada una de estas personas se
encontraban abocados a la tarea de delimitar y dividir con
alambres y postes de madera. Acto seguido, el uniformado
actuante procedió a entrevistarse a una persona que parecía ser
el referente de los mismos, y este le explicó que ellos eran un
grupo de vecinos autoconvocados y que iban a tomar posesión
del terreno porque no tenían donde vivir y que nadie los iba a
sacar del lugar. Que, tras ello, el policía se entrevistó con el
encargado del predio usurpado, y fue cuando Juan Ángel
Casalegno le manifestó que vivía distante a unos 50 metros del
lugar usurpado y que esas tierras eran propiedad de Alejandro
Canciani. Agrega el policía que el predio en cuestión no estaba
cercado ni perimétrico. A su turno, también prestaron
declaración en la Unidad Judicial 17 el Subcomisario León
Marcelo David (fs. 23) y el Sgto. Primero Blas Miguel Aguirre
(fs.20,21). El primero de los nombrados refirió que al llegar al
predio un grupo de 100 personas le expresaron que no tenían
viviendas y que, por esta razón, ocuparon el predio; además
observó que las mismas limpiaban y marcaban el terreno
utilizando para ello piolines y estacas precarias. En su
testimonió también consignó que las personas instaladas en el
lugar serían 250 aproximadamente, y que no había ninguna
construcción de material, sino entre unas 20 y 30 carpas.
Repárese que mayores precisiones al respecto pudo aportar en
su deposición el Sgto. Aguirre, quien el día 10/6/14, tres días
después de la ocupación, al constituirse en el predio usurpado,
constató que el mismo serían unas 30 manzanas
aproximadamente, marcadas provisoriamente con hilos de
piolín, el mismo contornea cuatro estacas que delimitan cada
lote, y que por cada manzana se asentarían unas 20 familias,
con un estimado de 4 miembros por grupo familiar. Que cada
manzana posee un delegado o representante y, a su vez, cada
manzana se distingue por color. Que este grupo de personas se
encuentran organizado y acompañado aparentemente por
movimientos políticos e integrantes de la universidad. A fs.105
obra el testimonio del Of. Ppal. Gabriel Toranzo, quien en su
deposición relató que, cuando se constituyó en el predio,
ninguna persona quiso identificarse y le expresaron que, por
recomendaciones recibidas, habían empezado a cavar
cimientos, para hacer ostensible su intención de no abandonar
el lugar. Que también constató que en el sector norte del predio,
donde se ubican los mejores terrenos, había gente que parecía
de buenos recursos económicos por los vehículos en lo que
circulaban. Que estas personas tampoco prestaron colaboración
para identificarse, por el contrario, siempre mostraron una
actitud amenazante para con el uniformado actuante. Que al
entrevistarse con el comisario González —a cargo de la Cria.
Cabo 1º Cogote—, le refirió que al menos habían existido tres
intentos fallidos por parte de este grupo de personas de ingresar
al predio con materiales de construcción; pero los había tenido
que detener, oportunidades en las que el nombrado también fue
increpado por las personas que estaban en el predio. El Oficial
Ppal. Toranzo también advirtió que el conjunto de sujetos que
ocupaban los lotes del sector sur del predio eran personas de
muy escasos recursos económicos. Por su parte, y a fs.172,182,
contamos con el testimonio del Of. Insp. Cristian Oro, quien con
personal policial a su cargo y munido de la respectiva orden de
allanamiento N.º MEV.13.1, de fecha 13/6/7, emanada del
Juzgado de Control N.º 7 de esta ciudad, pudo identificar a cada
uno los ocupantes del predio en cuestión y obtener, en
consecuencia, los respectivos datos filiatorios de estas
personas. A más de todo lo expuesto, a fs.380 del cuerpo
segundo de las presentes actuaciones, corre glosado la
denuncia formulada por el Dr. Benjamín Sonzini Astudillo,
representante legal “Caminos de las Sierras”, concesionaria, por
parte del Estado nacional, de una fracción del predio de Urbanor
S. A., la cual en el año 1999 le había sido expropiada a la
empresa Urbanos S. A. con la finalidad de realizar la
construcción de un nudo vial en la franja expropiada, a más de la
ya construida ruta Variante Juárez Celman. El letrado de
mención aportó la “nottia criminis” del hecho, por el cual el
Estado nacional —como propietario de las parcelas del terreno
aún sin utilizar—, tierras que no se encuentra subdivididas, en
fecha que no podía precisar con exactitud, pero días previos al
18/6/14, personal de la empresa que representa había
constatado que también habían sido usurpadas aparentemente
por el mismo grupo de personas que ingresaron al predio de la
empresa Urbanor S. A. y habían delimitado el sector en
pequeños lotes delimitados con estacas y sogas. Repárese que
no existe delimitación ni cerco perimetral ni cartel algunos que
individualice y separe las tierras del Estado nacional y las de
Urbanor S. A. Ahora bien, en oportunidad de que los incoados de
marras prestaran declaración en sede de esta Fiscalía, en su
gran mayoría, “negaron el hecho que se les atribuye” o bien “se
abstuvieron de declarar”, pero una cantidad importante de ellos
ejerció su defensa material —siempre debidamente asistidos
por sus letrados de confianza—. Se advierte claramente que en
las posiciones exculpatorias esgrimidas por los incoados Yohana
Gimena Varela, Nora del Carmen Polenta, María Verónica
Argañaraz, Blanca Soldad Quinteros, Mariela Alejandra Juncos,
Vanesa Leonela Torrez, Elina del Valle Córdoba, Norma Beatriz
Aldecoa, Maricel Prodolliet, Carina del Valle Lucero, Marina
Soledad Arese, Susana Aldecoa, Ivana Sueldo, Alicia Pienipil,
Yamila Cejas, Stefanía Guzmán, Nadia Vargas, Nuria Torres,
Bárbara Calderón, Yohana Luna, María Ross, Noelia Moyano,
María Moyano, Antonella Reartes, Gisela Córdoba, Juan Marcelo
Rivera, Lucas Álvarez, Daniel Galian, Ismael Enrique Zalazar,
Andrés Ezequiel Zalazar, Diego Inga, Andrés Ezequiel Villalba,
Marcos Matías Álvarez, David Luciano Ríos, Jonathan Vallejos,
Pablo Romero, Oscar Leiva, Walter Moyano, Jonathan Oliva,
Diego Díaz, David Villafañe, Lucas Montoya, y transcriptas
“supra”, en los puntos coincidentes, todos los imputados buscan
poner en crisis las expresiones del cuidador del predio,
señalando que el horario de ingreso al predio fue alrededor de
las 08:00 h, cuando ya había luz natural y que nunca le vertieron
frase intimidante alguna, dado que este ni estaba en el lugar, ni
se les acercó en ningún momento, mucho menos le vertieron
frase intimidante alguna, y que el motivo de la ocupación del
predio era por carecer de viviendas propias y necesitaban una
solución a sus reclamos constantes de una “vivienda digna”.
También expresaron que el predio nunca estuvo cercado,
delimitado, por el contrario estaba lleno de yuyos y basura, pero
tales expresiones, a esta altura de la investigación, no han
encontrado respaldo en probanzas independientes, y si bien los
testigos ofrecidos por la defensa, cuyas declaraciones obran a
fs. 2456,2457 —Maximiliano Devalle y Alicia Inés Bustamante—
refieren, de forma coincidente, que el predio carecía de cerco
perimetral etc., puntos que no ameritan mayor análisis a esta
altura de la investigación, por cuanto el propio Casalegno así lo
relata, y, en lo trascendental, nada saben con relación a la
modalidad comisiva desplegada por los imputados para ocupar
el terreno. Resulta relevante traer a colación lo relatado por es el
propio Casalegno, quien siempre refirió que su morada se ubica
a unos 50 metros del predio invadido y que sus funciones
incluyen el cuidar los dos predios sin subdividir, sin cercos
perimetrales, cada uno de ellos de unas 13 hectáreas
aproximadamente —y uno de ellos actualmente ocupado— y de
un loteo de 307 lotes, pegado a los otros dos, en donde se erige
su vivienda. Las circunstancias de que el nombrado Casalegno
no viva en el predio usurpado, no obsta a que el día del hecho
haya tomado los recaudos del caso, propio de sus funciones de
cuidador y estar atento al mismo, y, que por ello, haya procurado
disuadir a estas personas del ingresar al predio, advirtiéndoles
personalmente de que el mismo era propiedad privada, y en lo
que atinente al horario en cuestión (07:00 h), tal como lo señala
Casalegno, es de práctica común y habitual que personas
dedicadas a las tareas de campo, tal como también lo señala el
nombrado, comiencen [a trabajar] bien temprano y, por ende,
esté oscuro, especialmente si tenemos en cuenta que el hecho
se perpetró en época invernal y que, en consecuencia, empieza
a haber luz natural recién alrededor de las 08:00 h. Sabido es
que el bien jurídico protegido por el legislador es “la posesión,
cuasiposesión y la tenencia”, la cual recae sobre un inmueble,
siendo este el objeto de las conductas típicas desplegadas por el
sujeto activo, y lo que la ley castiga es la irregularidad de los
medios comisivos que el autor utiliza para hacerse de la
tenencia o posesión del inmueble (Bibliografía: “Estudio de las
figuras delictivas”, Capítulo VI, autora Mónica Traballini, pág.
268/271). 

Vemos que la empresa Urbanor S. A., además de ser los


legítimos propietarios del predio ocupado, asignó la función al
encargado del predio de velar por el cuidado del lugar (actuando
este como simple tenedor de la cosa), actuando en
representación de la posesión del propietario. Los dichos
analizados precedentemente guardan armonía y coherencia
entre sí, y a esto se le suma la siguiente prueba documental:
acta de inspección ocular de fs. 02 del predio usurpado, que
detalla la ubicación del predio y la cantidad de terreno que
compone el mismo; croquis ilustrativo del terreno usurpado de
fs.03,390 y señalizado con rayas transversales el sector
ocupado; acta de una asamblea de la empresa Urbanor S. A.
fs.08; copias certificada y copias simples de la Dirección de
Catastro con la nomenclatura catastral donde se consignan la
inscripción dominial registrada de los predios empadronada a
nombre de la sociedad Urbanor S. A. consignando el predio en
cuestión fs.08,43/74,100; copia certificada del Estudio de Títulos
de la sociedad Urbanor S. A. fs.10/13, 9798; copia de página de
internet de Jóvenes al Frente fs.15 donde convocan a la gente a
colaboren con la resistencia en la usurpación del predio de
Juárez Celman; mapas de mesura de subdivisión aportado por
el apoderado de la empresa Urbanor S. A., que incluye croquis
de ubicación del predio ocupado de fs.42, 1172,1173; copia de la
inscripción de la empresa Urbanor en la Dirección de Inspección
de Personas Jurídicas fs.74/90; fotografías a blanco y negro del
predio ocupado donde se observan la tarea de delimitación de
los terrenos con hilos, postes de madera e inclusive carpas de
lana instaladas en el lugar fs.108/125,383,384 y fotografías
legales de sección de la policía judicial de fs.2269/2283; sobre
de papel madera que contiene fichas con un encabezado
titulado TOMA TIERRA, TRABAJO Y JUSTICA. JÓVENES AL
FRENTE JAF fs.161, secuestrada en el domicilio Susana
Lizardes; acta de allanamiento del predio a los fines de la
individualización de los ocupantes del mismo en donde se
consignan nombre, DNI, etc., fs.165/171; copia certificada del
poder general a favor del letrado Benjamín Sonzini Astudillo,
otorgado por Caminos de las Sierras S. A. fs.385,386; copia
simple de la Resolución N.º 0510/99, mediante el cual se
aprueba el Convenio de Adquisición Directa de 9 ha. que
pertenecían a la empresa Urbanos S. A. y Convenio de Compra
por Avenimiento Expropiación fs.1165/1171 e informe técnico
planimétrico N.º 1628980 —reservado en secretaría—. En
conclusión, y teniendo en consideración todos los elementos
legalmente incorporados a estos autos y analizados en la
presente, sumado a ello, que los imputados no han acreditado
razonablemente título legítimo de la continuación de la
ocupación y permanencia en el inmueble ubicado entre los
barrios Guiñazú y Ciudad de los Niños, y entre la Ruta 9 vieja y la
Variante Juárez Celman, de la localidad de Juárez Celman de
esta pcia.; y a los fines de impedir que el delito atribuido
produzca consecuencias ulteriores y conforme lo establecen los
arts. 329, 302, 153 en función del art. 138 y sus correlativos y
concordantes del CPP, este Ministerio Público Fiscal RESUELVE:

I) Emplazar…

II) OPOSICIÓN: Notificados del decisorio, los Dres. Joaquín


González y Victoria Suárez (fs. 2527) se oponen a la medida.
Plantean la impugnabilidad objetiva, por la posibilidad de
gravamen irreparable, que podría ocasionar la orden judicial, ya
que expresan: “tal medida colocaría a todas las familias en una
situación de mayor vulnerabilidad social de la que actualmente
se encuentran” (fs. 2528). Sostienen la improcedencia de la
medida por falta del grado de probabilidad exigido: explican que
es así, puesto que los medios comisivos del hecho típico fijado
por la fiscalía son la violencia y la clandestinidad (citan doctrina);
y de no comprobarse los medios comisivos fijados
taxativamente por el legislador, no habría delito. Y en
consecuencia no acreditándose la probabilidad de esos medios
—dicen— no es procedente la medida ordenada. Citan el
precedente Gualda de la Cámara de Acusación de Córdoba, que
exige para el lanzamiento un grado de probabilidad similar al
requerido para elevar a juicio y dicen que tal grado no concurre
en autos respecto de “que los imputados hayan obrado con
clandestinidad, ni violencia y ni siquiera con fines usurpatorios”
(fs. 2531). Relatan que la fuente probatoria de la que se nutre la
Fiscalía son solamente los dichos del testigo Juan Ángel
Casalegno en tres oportunidades y que no existe ningún otro
elemento probatorio distinto. Acusan los defensores que el
comisionado Oficial Subinspector David José Díaz, quien
primero entrevistó al cuidador, consignó en el acta labrada que
“A posterior, el declarante entrevistó al Sr. Juan Ángel
Casalegno, de 79 años de edad, el cual es encargado del predio,
el cual habita una vivienda distante a unos 50 metros del lugar
usurpado, quien le manifestó que era propiedad del Sr. Alejandro
Canciani y que le iba a comunicar la situación. Hace constar el
declarante que el predio no se encontraba cercado ni
perimetrado y que las personas que ingresaron no ejercieron
violencia alguna” (se refieren a la parte final de la declaración de
fs. 1 vta.) Remarcan que en la transcripción que hace el fiscal al
valorarla ha omitido la frase “las personas que ingresaron no
ejercieron violencia alguna”, afirmación realizada por un
funcionario público, completamente contraria a la del testigo
Casalegno y realizada con posterioridad a haber entrevistado al
testigo referido” (fs. 2532). Cuestionan, además, la eficacia
probatoria de Casalegno, puesto que es “dependiente” del
denunciante, “por lo que su veracidad se advierte cuando menos
tendenciosa” y sostienen que se trata de un testigo endeble en
contradicción con lo manifestado por el Of. Subinspector Díaz.
Además, cuestionan la “clandestinidad” de la ocupación,
basándose en que el hecho no se produjo antes de las 8:00 h y
que la ocupación no sucedió en horario nocturno. Sostienen que
no se han evacuado las citas de los encartados y que, previo a
valorar la pertinencia de la medida, el fiscal debió recabar
“cuando menos… testimonios de los colindantes y vecinos” (fs.
2535). Consideran que “no ha existido ni hay pruebas en autos
que permitan inferir una voluntad usurpatoria o de despojar, sino
que de cara a la necesidad, y la inexistencia de garantías
estatales propias de un Estado democrático que garantice los
derechos básicos, ocuparon lo que se encontraba abandonado,
sobre lo que no se reconocía un señorío excluyente”; y
revalorizan el mandato del art. 58 de la Constitución Provincial
(fs. 2536). Sostienen que, habiéndose despojado al Estado
nacional, como reza el hecho intimado, la investigación del
hecho constituiría materia federal, resultando incompetente la
actual fiscalía para entender en la causa (cita jurisprudencia).
Exponen que los vicios de clandestinidad y violencia aludidos por
el fiscal, solo refieren al predio de la empresa Urbanor S. A., pero
tales medios comisivos no se explican respecto de la otra
porción del inmueble. Consideran que en tal sentido la medida
es ambigua y, por lo tanto, arbitraria. Reclaman los defensores
que “antes de dictar la grave medida judicial que en este acto se
cuestiona, se debería haber realizado un análisis integral y
exhaustivo de las consecuencias sociales que puede producir la
ejecución de la misma” y que deberá tenerse en cuenta toda la
normativa internacional que protege y garantiza el derecho a la
vivienda, detallan legislación (fs. 2540/2541) y ofrecen prueba
(2545/46). Por último, solicitan participación en los actos
instructorios, que se haga lugar a la prueba ofrecida, que se cite
al Estado provincial y Ministerio de Desarrollo Social, y que se
haga lugar a la oposición deducida.

III) Recibida la oposición, el Fiscal de Instrucción mantiene su


decisión y eleva el incidente para resolución de este Tribunal
(fs.2548/25489). 

IV) DICTAMEN JURISDICCIONAL: abierta la competencia del


tribunal, el análisis se circunscribirá exclusivamente a los
extremos que fueron objeto de impugnación (art. 456 CPP), en el
marco de la oposición deducida, habida cuenta que, en razón del
principio dispositivo, el límite del contralor está dado por los
agravios exhibidos por el quejoso, los cuales constituyen el
perímetro legal que acota la competencia funcional de este
Tribunal. Corresponde el tratamiento de la oposición planteada,
porque, aunque tal modo impugnativo no está expresamente
previsto en la norma procesal para la medida cuestionada, se
advierte — y la defensa lo patentiza—  que, de seguirse adelante
con lo ordenado, podría producirse un gravamen de muy difícil
reparación. El análisis de la causa obliga a efectuar un repaso de
los elementos que componen la figura jurídica imputada y su
correlación con las pruebas colectadas, lo que conduce a
sostener la pertinencia de la medida ordenada por el Fiscal de
Instrucción, contradicha por la defensa. En primer lugar, debe
examinarse si el bien que se denuncia despojado es uno de los
que son susceptibles de ser alcanzados por la protección del art.
181, inc.1 CP [Código…]. Y para ello debe tenerse en cuenta que
el objeto del delito de usurpación por despojo es un inmueble de
los que se encuentran fijos y firmes en un lugar (excluyéndose
los que no gozan del carácter de adhesión a perpetuidad del art.
2315 CC [Código…]; vg. vegetales plantados, minerales, kioscos,
casillas, casetas, etc.) En segundo lugar, no todo “despojo” de un
inmueble (de la posesión o tenencia o del ejercicio de un
derecho real) constituye un delito, sino solo el que se lleva a
cabo mediante alguno de los medios comisivos expresamente
establecidos en el art. 181, inc. 1 CP, es decir, “por violencia,
amenazas, engaños, abusos de confianza o clandestinidad… sea
que el despojo se produzca invadiendo el inmueble,
manteniéndose en él o expulsando a los ocupantes”. Resulta
indudable, entonces, que el lote de terreno del que trata esta
causa pertenece a la categoría de inmuebles mencionada y, por
lo tanto, puede ser objeto de usurpación. También se advierte
que la empresa Urbanor S. A. se encontraba efectivamente
ejerciendo la posesión de la porción del terreno ocupado por los
imputados. Tanto así, que existía un guardia, Juan Ángel
Casalegno, designado por la empresa propietaria como cuidador
del lugar, quien ejercía la posesión en nombre y representación
de su empleador. Por su parte, el Director de Urbanor S. A.,
Alejandro Canciani, a fs. 6, ratificó los dichos de su empleado. Y
a fs. fs.778/779 agregó que “la empresa que preside tiene un
proyecto de desarrollo urbanístico, asociado con dos empresas
del medio local y el mismo, luego de dos años de trabajo, estaba
a punto de iniciarse, lo que se vio frustrado y postergado por la
usurpación denunciada, ocasionando en consecuencia un daño
económico y patrimonial muy importante”. De igual manera,
está acreditado el ejercicio de la posesión al momento de la
ocupación respecto de la porción de terreno de propiedad del
Estado nacional y concesionado a la empresa Camino de las
Sierras S. A. (pegado al lote de Urbanor S. A., hacia el norte de
este último). En ese sentido, su apoderado, el Dr. Sonzini
Astudillo, hace constar que “personas no identificadas han
comenzado a asentarse en el lugar, delimitando fracciones de
terreno menores en el lote mayor… si bien el personal de la
empresa Caminos de las Sierras recorre los caminos bajo su
concesión a diario, este asentamiento apareció
intempestivamente, habiendo comenzado posiblemente en
horario nocturno y de manera clandestina, a fin de ocultarlos de
su poseedor” (fs. 387 vta./ 388). Ocupación de la que da cuenta
también Ángel Juárez (fs. 389), policía comisionado en el
sumario iniciado por la denuncia del apoderado de Camino de
las Sierras, quien “pudo constatar que [en] el predio al cual hace
mención el denunciante… desde el día sábado 07 del corriente
mes y año, una cantidad aproximada de 250 personas tomaron
posesión… dividieron [el predio] en fracciones en forma precaria
con estacas de madera, postes de madera, hilo, alambre, nylon,
etc.… permanecen en el lugar durante el día y la noche, con
carpas precarias”. Las declaraciones de testigos que mencionan
que el lote se encontraba descuidado, con yuyos altos, sin
alambrado perimetral, desnivelado, con barro, etc. en nada
invalidan las consideraciones anteriores pues tales “descuidos”
de los poseedores podrán contravenir —en su caso— normativa
relativa a la conservación de los lotes, pero no excluyen la
materialidad (corpus) ni la subjetividad (animus) de la posesión
mantenida por quienes se encontraban legitimados y cuyo
ejercicio puede incluir realizar un desyuyado, nivelado,
alambrado, etc., elegir el momento para realizarlo o bien no
hacerlo. De todos modos, los actos físicos del desposeído sobre
el inmueble usurpado —que en este caso sí se ejercían—, no son
requeridos por el tipo penal, que contiene como elementos
normativos conceptos propios de la ley civil (tenencia, posesión
etc.), cuyos significados debe encontrarse en ella. Entonces,
resulta claro que, una vez adquirida la posesión de un inmueble,
se activa la presunción legal del artículo 2445 del Código Civil,
que estipula que la posesión se retiene y se conserva por la sola
voluntad de continuar en ella, mientras no se haya manifestado
lo contrario. Por lo que, sin esta manifestación contraria (o actos
de los que pueda deducirse), debe considerarse que la posesión
se mantiene por quien la adquirió. Así lo ha entendido también el
Tribunal Superior de Justicia, diciendo que “para la mayoría de
los autores, [en] la adquisición de la posesión resulta
insoslayable la concurrencia de sus dos elementos —corpus y
animus domini—, pero a los fines de su conservación no es
indispensable mantener el constante contacto material con la
cosa o la realización permanente de actos posesorio, pues basta
con tener el ánimo de conservarla” (TSJ Cba. Sala Penal, S. N.°
1, 12/2/2010, ‘Barrera’). Con ello, se advierte que concurren en
autos los requisitos del despojo, prive real y materialmente la
posesión o la tenencia, y que ello ocurrió respecto de quien se
encontraba efectivamente gozando de dicho bien. Se advierte
que, en la última parte del hecho intimado a los imputados, en la
que reza: “despojando así al Estado nacional y los integrantes
del directorio de Urbanor S. A. de la posesión que detentaban
sobre dicho predio” se ha deslizado un error material al
consignar como despojado al Estado nacional, cuando dicho
inmueble se encuentra concesionado a la empresa Camino de
las Sierras S. A., como bien se había descripto renglones más
arriba en el mismo hecho. También considero incorrecto razonar
que han sido despojados “los integrantes del directorio de
Urbanor S. A.”, porque, como se sabe, unas son las personas
físicas integrantes del directorio con sus patrimonios
individuales y otra es la persona jurídica social que tiene su
propio patrimonio distinto del de los socios. En el caso de autos,
el inmueble en cuestión pertenece a la sociedad Urbanor S. A.,
misma persona que ejercía la posesión, por lo que solo la
empresa puede ser despojada por usurpación y no sus
directores. No se pierde de vista, sin embargo, que tales
incorrecciones en los nombres de los sujetos pasivos del delito
no tiene aptitud para obstaculizar la comprensión de los hechos
que se les enrostran a los imputados, ni tampoco para dificultar
ni mucho menos impedir el correcto ejercicio de su derecho de
defensa, no solo para quienes se abstuvieron de declarar, sino
tampoco para los que lo hicieron, pues ninguno de ellos ha
argumentado defensa alguna que se relacione con los nombres
de las personas que conforman el sujeto pasivo del delito que se
les enrostra, por lo que en virtud del principio de interés, no
corresponde la aplicación de la más grave sanción procesal. Los
abogados defensores han introducido, dentro del libelo opositor,
el título “improcedencia de la medida por incompetencia”, por
entender que la fiscalía interviniente y la Justicia provincial, en
definitiva, resultarían incompetentes para investigar una causa
que involucra los intereses del Estado nacional y, por lo tanto, su
sustrato sería materia federal. Pero lo que la ley protege, no es
el dominio sobre el inmueble, sino la tenencia, posesión o
ejercicio de otro derecho real que permita la ocupación total o
parcial del inmueble (cfrme. Creus, Derecho Penal, Parte
Especial, Tomo I, 5.ta edición, Astrea, Bs. As., 1996, pág. 591).
“La tutela penal se aplica a la posesión real y efectiva, con
prescindencia del derecho o título y en forma independiente del
inmueble como cosa material y física. Por tal razón, para
determinar la existencia del delito, carece de importancia la
legitimidad o ilegitimidad del título que invoca quien reclama la
ocupación” (Buompadre, Derecho Penal Parte Especial, Tomo 2,
Ed. Mave, 2000, pág. 256). El bien jurídico protegido por el delito
de usurpación, es: “el ‘goce y uso pacífico del inmueble’ por parte
de la persona que lo ocupa y lo mantiene bajo su esfera de
poder en virtud de posesión, tenencia o cuasiposesión (uso,
usufructo, habitación, servidumbre o anticresis)” (J.L. Clemente
– G.S. Romero, El Delito de Usurpación, Ed. Lerner, 2011,
Córdoba, tercera edición ampliada, pág. 44). En consecuencia,
debe señalarse —en consonancia con lo expresado supra— que,
siendo la usurpación un delito que protege la posesión y la
tenencia y encontrándose el terreno ocupado, en parte bajo la
posesión de Urbanor S. A. y en parte bajo la posesión del
concesionario Camino de las Sierras S. A., es evidente que el
sujeto pasivo del delito descripto no puede ser el Estado
nacional, sino la empresa y la concesionaria nombradas y, en
consecuencia, no corresponde en esta instancia dar
intervención al fuero de excepción, aunque parte del lote
usurpado sea propiedad del Estado nacional. También conviene
poner de relieve que entre ambos sectores del terreno (el de
Urbanor y el de Camino de las Sierras) no existe límite físico
alguno y que todo el lote de terreno (conformado por ambas
porciones) fue pasible de la misma ocupación. Debe recordarse
que el delito puede cometerse tanto por la usurpación total del
inmueble como por su ocupación parcial, cobrando especial
interés la manera en que el espacio es ocupado, la forma, el fin
inmediato y la razón directa y concreta por la cual un sujeto
ocupa ese lugar. En cuanto a los medios comisivos, en la
plataforma fáctica se ha descripto el ingreso nocturno de los
ocupantes y varios de ellos han negado tal imputación,
manifestando que en realidad ingresaron en un horario distinto,
ya bajo la claridad del día. La referencia a la nocturnidad cobra
relevancia en cuanto es un indicio de haberse producido la
invasión al resguardo de las sombras, como manera de evitar
ser advertidos; es decir, como indicio de la clandestinidad que
implica desarrollar las acciones de ocupación de manera oculta
al poseedor o tenedor, evitando con ello que pueda desplegar
acciones tendientes a repeler tal invasión, porque ese es el
sentido de la clandestinidad, el ocultamiento para evitar la
resistencia. Sostiene la doctrina que “habrá ‘clandestinidad’
cuando el sujeto activo ocupa el inmueble en forma oculta,
furtiva o en ausencia del tenedor, poseedor o cuasiposeedor o
con precaución para sustraer el acto del conocimiento de los
que tengan derecho a oponerse” (J.L. Clemente – G.S. Romero,
El Delito de Usurpación, Ed. Lerner, 2011, Córdoba, tercera
edición ampliada, pág. 108). Pero en el caso de autos, se
advierte que carece de toda relevancia la mención de
nocturnidad, porque queda claro que las acciones de invasión
del inmueble fueron inmediatamente conocidas por el cuidador
de Urbanor S. A., que, presente en el lugar, ante los primeros
ingresantes, manifestó que se trataba de una propiedad privada,
llamó a la policía y avisó a los dueños (fs. 7). Ello es un claro
indicador de que no pudo producirse el delito mediante el modo
comisivo “clandestinidad”, porque su desarrollo no fue oculto,
menos aun cuando nuevos ocupantes continuaron ingresando a
la vista del público y todos se mantuvieron en el lugar invadido, a
plena luz del día en un predio abierto. Diferente es mi conclusión
en cuanto al otro modo de desarrollo de la acción descripta por
el actor penal, porque encuentro que sí se verifica en autos. Es
así porque las acciones de invasión y mantenimiento de la
ocupación han sido desarrolladas bajo amenazas. En efecto, ya
desde antiguo, incluso antes de la reforma del tipo penal que
ahora incluye expresamente la amenaza como medio comisivo
(poniendo fin a las discusiones sobre si la violencia incluía la
violencia moral o vis compulsiva), se ha sostenido que existen
demostraciones de fuerza o violencia que, sin impactar
directamente sobre los bienes ni ser aplicados sobre las
personas desposeídas, indudablemente constituyen lo que
Rubianes y Pellerano llamaban “violencia física tácita”, que
actualmente podríamos catalogar de violencia propiamente
dicha o amenazas, según su configuración. En esa categoría
quedaban incluidos también “los casos en que se amenaza a la
víctima con un arma de fuego (revólver, escopeta etc.) o con
otra arma propia (cuchillo, puñal, etc.) o impropia (ladrillo, piedra,
sifón, etc.); siempre, claro está, que de la forma en que actúa el
agente pueda esperase un peligro inminente para su integridad
física en caso de resistencia efectiva. Como se advierte de lo
expuesto, es esencial que la fuerza vaya dirigida contra una
persona con el fin preciso de anular o limitar su capacidad de
autodeterminación, es decir que debe ser suficientemente
idónea para el fin indicado que se persigue, produciendo la
impotencia de la voluntad contraria de la víctima y anulando o
disminuyendo su libertad de disposición en cuanto al inmueble
(Rubianes y Pellerano, El Delito de Usurpación, Ed. Bibliográfica
Argentina, 1960, Bs. As., pág. 73).   Es decir, el supuesto
comprende los casos en que la amenaza consiste en anuncio
(aun sin palabras), de un futuro despliegue de violencia para el
caso de resistirse el despojo, deducible del contexto en el que se
desarrollan las acciones, y que sea lo suficientemente idónea
para doblegar la voluntad del sujeto pasivo, induciéndolo a no
evitar la invasión ni su mantención. Tal situación es claramente
deducible de la invasión masiva de un gran número de personas,
muchos de ellos con postes, estacas, alambres, palas etc., cuya
simple presencia y abrumadora superioridad numérica,
claramente, fue determinante para impedir ser repelidos por el
cuidador o por el personal de Camino de las Sierras y por los
primeros policías que arribaron al lugar, a tal punto que ninguno
de ellos se atrevió a impedir que nuevos ingresantes ocuparan
otras porciones del terreno durante las siguientes horas. Los
autores mencionados, que han analizado profundamente el
delito de usurpación, consideran que “el solo hecho de que
varias personas entren a un inmueble constituye violencia
moral, por ser un modo de intimidación suficiente para doblegar
la resistencia del ocupante” (Rubianes y Pellerano, El Delito de
Usurpación, Ed. Bibliográfica Argentina, 1960, Bs. As., pág. 105).
En el caso de autos, el guardia ha especificado que la presencia
masiva y la amenaza específica vertida por uno de ellos fueron
los motivos por los que no pudo impedir el ingreso y tuvo que
retirarse a llamar a la policía. Por otra parte, mucho se ha
discutido en doctrina sobre si los medios comisivos de la
usurpación deben concurrir al momento del ingreso al inmueble
o pueden presentarse con posterioridad. Al respecto, se admite
el ejercicio de violencia antes de entrar al inmueble (cuando es
utilizada para remover los obstáculos que impedirían al agente
efectuar el despojo), en el momento de entrar o incluso después
de haber logrado el ingreso, cuando esa violencia tiene por
finalidad efectuar el despojo. Tal posición —antes discutida—
aparece clara en el actual artículo 181 del CP, cuando, luego de
describir los medios comisivos, dice: “sea que el despojo se
produzca invadiendo el inmueble, manteniéndose en él o
expulsando a los ocupantes”; incorporación expresa del
“mantenimiento” que “respondió a la intención de corregir la
jurisprudencia que afirmaba que los medios comisivos
señalados no eran para ‘mantenerse’ en el inmueble” (J.L.
Clemente – G.S. Romero, El Delito de Usurpación, Ed. Lerner,
2011, Córdoba, tercera edición ampliada, págs. 90/91). Nótese,
en ese sentido, que el cuidador, Juan Ángel Casalegno, da
cuenta de esta situación de violencia moral a la que se vio
sometido por la presencia de los invasores portando elementos
contundentes que podrían ser utilizados como armas impropias.
Incluso relata una amenaza expresa recibida de los ocupantes,
cuando declara que, ante la presencia de todas estas personas,
se les aproximó para preguntarles qué hacían en el lugar y les
manifestó que ese lugar era propiedad privada y varias de estas
personas que tenían palas en sus manos le respondieron —sin
poder precisar quiénes— “que estaban usurpando, que se
retirara de ahí porque le podía ir mal” y, sintiendo temor ante
dichas manifestaciones, se dirigió a su morada distante tan solo
unos 50 metros de dicho predio y llamó por teléfono a la policía y
a Canciani (Ver.fs781/782). En el mismo sentido, la declaración
del primer policía que arribó al lugar, el Of. Subinspector Daniel
José Díaz (en la valoración del fiscal dice que es el Crio. Andrés
González, por evidente error material, lo que no desautoriza en
nada la apreciación de su contenido) sostiene que, mientras se
encontraba patrullando la jurisdicción, fue comisionado por la
base de la Sub Cría. Juárez Celman a constituirse en el fondo de
Barrio Parque Norte de esa localidad y al arribar constató que
una cantidad aproximada de 150 personas estaban tomando
posesión de un lote de 10 hectáreas. Tales extremos están
apoyados por las manifestaciones del propio Alejandro Canciani,
presidente de la empresa URBANOR S. A., quien a fs.6 relató
que el día 07/06/14 recibió un llamado telefónico de Juan
Casalegno, quien se desempeña como cuidador y habita en una
vivienda construida dentro del lote que pertenece a la empresa
que preside, ubicado en la parte posterior del Barrio Parque
Norte de Juárez Celman. Que, en esa ocasión, Casalegno le
comentó que una gran cantidad de personas habían usurpado
uno de los predios de aproximadamente 10 hectáreas. Que se
dirigió al lugar y personalmente pudo constatar que el lote en
cuestión estaba tomado por aproximadamente 200 personas,
todas ellas desconocidas, quienes se habían abocado a
delimitar sus parcelas del lugar usando para ello postes de
madera precarios. Luego, a fs. 778/779, manifestó que “el predio
que se encuentra usurpado hasta la fecha es el predio que
colinda hacia el oeste con la variante Juárez Celman… y en el
plano se lo enuncia con el número 2 (dos). Que hace años
contrataron como encargado del predio al señor Juan Ángel
Casalegno, quien tiene la morada que le asignó la empresa en
un sector del loteo, que dicha propiedad está muy próxima al
sector de lotes que también se encuentra usurpado, estimando
que sería un 40 % de la totalidad de ellos, que teme no solo por la
integridad física y psíquica de su encargado como de su familia,
sino de los bienes que la empresa guarda en un galpón
construido al lado de la casa de Casalegno, ya que pueden sufrir
algún tipo de daño o destrucción. Así, se ven corroborados los
dichos de Casalegno en cuanto a la veracidad del llamado
telefónico que dijo haber hecho a la policía y se corrobora
también que existió una rápida invasión del lote, ya que fueron
quince o veinte personas las primeras en entrar y minutos
después, cuando llegó la policía, ya habían ingresado
aproximadamente 150. Queda también ratificado el horario en
que habrían sucedido los acontecimientos, puesto que fue luego
de entrevistarse con los primeros en ingresar que Casalegno
volvió a su casa distante unos cincuenta metros y desde allí
llamó a la policía de Juárez Celman, cuya base comisionó a su
vez al Of. Subinspector Díaz, quien arribó al lugar pocos minutos
después de las ocho de la mañana en compañía de su chofer el
Cabo 1.ro César Quiroga. Ello da cuenta de que los primeros
ingresos al predio se habrían producido minutos antes de las
ocho de la mañana, aunque la situación de nocturnidad, como
hemos explicado, no coadyuva a la existencia de clandestinidad,
que ha sido descartada en este caso por la notoriedad y
conocimiento de quien tiene derecho a repeler. La voluntad de
usurpación de los ingresantes, en el sentido de despojar de la
posesión o tenencia a quien la detentaba y hacer que el bien
pase a su propia esfera de custodia, se ha manifestado desde
ese primer momento, puesto que, además de los actos que
habrían desarrollado los invasores con miras a establecer y
conservar para sí la posesión del lote (“se encontraban
delimitando y dividiendo con alambre y postes de madera” –ver
fs. 1 vta.), habrían manifestado explícitamente esa intención,
transmitida por uno de los referentes del grupo, identificado
como Andrés Villalba, quien le manifestó al oficial de policía que
ellos eran “un grupo de vecinos autoconvocados y que iban a
tomar posesión del terreno porque no tenían viviendas y nadie
los iba a sacar del lugar”. Ello demuestra a las claras que fue
correcta la lectura de situación que hizo el cuidador del lote (un
hombre de 79 años) al sentirse amenazado, de manera tal que
le impidió ejercer una resistencia más activa contra a la invasión,
advirtiendo el riesgo de resultar lastimado y que la intención
indudable de los ocupantes era la de tomar para sí el inmueble
para vivir en él, despojando del bien a quien se encontrara
gozándolo. Estos extremos antes desarrollados también han
sido corroborados por el Sargento Blas Aguirre, quien constató
que “se trataría de unas treinta manzanas marcadas
provisoriamente… que por cada manzana están asentadas
alrededor de veinte familias… que cada manzana posee un
delegado o representante y, a su vez, cada manzana se
distingue por un color… que al momento en que el deponente
solicitó entrevistar a los cabecillas o delegados, estos se
hicieron presentes, pero omitieron aportar cualquier tipo de
datos para evitar cualquier tipo de imputación por parte de la
Justicia y que solo lo harían con autorización de sus
representantes legales, actuando de manera poco cortés y con
prepotencia…” (fs. 20/21). Testimonio que resulta conteste con
el del Subcomisario León David: “allí divisa aproximadamente a
cien personas quienes limpiaban y marcaban el terreno, los que
le manifestaron que no tenían vivienda propia, por lo que
ocuparon el predio de referencia, entrevistando en el lugar a
Villalba Andrés… quien manifestó que en días anteriores habrían
tenido una reunión con la intendente de la localidad de Juárez
Celman a quien solicitaron que les cediera terrenos para
construir viviendas y, ante la negativa de la misma, es que
ocuparon el terreno en cuestión… el lugar actualmente se
encuentra ocupado aproximadamente por 250 y el mismo está
dividido precariamente con piolines y estacas…”(fs. 23). Con
mayor precisión, el Of. Ppal. Toranzo (fs. 105/107) relató que
“con expresas directivas del fiscal de distrito trató de realizar un
relevamiento sobre las personas que ahí se encontraban. Que
ninguna persona quiso aportar dato alguno… manifestaron que
por recomendación del mismo abogado deberían empezar a
cavar cimientos para que el fiscal viera su intención de quedarse
en el lugar… muchas de estas personas no solo eran reticentes a
dar datos personales al dicente sino que lo rodearon en varias
oportunidades, pudiendo observar, en un momento, que uno de
ellos tenía un caño de unos 40 cm. en su mano derecha y lo
movía en forma amenazante, y otro un palo, mientras hablaban
con el dicente… manifestaron que no se iban a dejar identificar
de ninguna forma y trataban de amedrentarlo para que se
retirara del lugar. De ello se deduce, claramente, que la intención
de los ocupantes inequívocamente conducía a “obtener” un
terreno donde construir sus viviendas para quedarse a vivir en el
lugar, excluyendo (inevitablemente) a los anteriores poseedores.
Por otro lado, se observa que también se utilizó la amenaza del
uso de la fuerza como un medio intimidatorio para lograr
mantenerse en el lugar y evitar cualquier conducta que
condujera a su evacuación. Respecto de la solicitud de medidas
probatorias y la participación en los actos instructorios, no
siendo este el órgano investigador, la decisión de su
otorgamiento corresponde el director de la investigación, el
actor penal. En cuanto a las consecuencias sociales que podría
producir el lanzamiento, debe repararse que esta es una
instancia penal en la que debe analizarse la existencia, a menos
a priori, de circunstancias que permitan afirmar o desvirtuar la
concreción de un delito. Es por ello que hago mías las palabras
de Morello al reflexionar sobre el fallo de primera instancia en la
toma del Parque Indoamericano: “si la cuestión social excluye la
tipicidad, ¿cuándo?, ¿cómo? y ¿con qué alcances? O la conducta
es típica, pero resulta “justificada” y entonces la cuestión social
surge como una causa de justificación, aunque no esté
legalmente prevista como tal… Si se toma partido por la
“socialización” de los conflictos, de a poco todos concluiremos
en que la mayoría de las figuras típicas hoy corresponden a
problemáticas sociales: los robos y hurtos, los cortes de ruta, las
usurpaciones, la violencia familiar y de género, y no por ello
dejan de ser delitos. Pero si la Justicia se convierte en agencia
de protección social, en hacedor de políticas públicas y se
desplaza de su rol verdadero y único de garante del principio de
legalidad, entonces no solo los delitos quedarán impunes so
peligro de ser una “cuestión social”, sino que habremos incurrido
en la inconstitucionalidad de darle atribuciones a un poder que
no las tiene, en desmedro de aquellos mandatos que sí debe
cumplir...” (Morello, Augusto M., Definición del proceso sin
solución del conflicto, las ocupaciones ilegítimas de viviendas, la
respuesta de la justicia y la dimensión social del problema, E.D.,
tomo 154, 1993. Buenos Aires, Universitas, Págs. 908-911). Por
último, es oportuno destacar que las constancias de la causa
ponen en duda el carácter de “autoconvocados” que se le asigna
a esta convergencia de voluntades en pro de invadir el terreno
ocupado, pues de la prueba recabada se advierte que habría
existido una estructura, con actuación desde antes de producida
la invasión y luego de ocupado, que habría actuado dentro y
fuera del lote, a través de un grupo de cabecillas que habrían
organizado “la toma”, primero instigando a las personas, a través
de las redes sociales, a producir el hecho que aquí se investiga,
luego estableciendo modalidades para el ingreso al terreno,
coordinando horarios, propiciando la instalación [de] postes de
madera para demarcar lotes individuales e incluso aconsejando
el cavado de cimientos para la construcción de viviendas,
favoreciendo el traslado y el acercamiento de materiales de
construcción, con el objeto de acrecentar el arraigo en el lugar y
dificultar un eventual desalojo, responsabilidades que deberán
precisarse, en su caso, a lo largo de la investigación (ver fs.
14,15, 20 vta., 27 y vta., 105/106 vta. etc.). Por todo lo expuesto:

RESUELVO
I) No hacer lugar a la oposición deducida por los abogados
Joaquín Andrés González y Victoria Suárez y, en
consecuencia, confirmar el proveído de fs. 2470/2488 que
resuelve emplazar a todos los imputados para que dentro del
término de tres días corridos procedan a desocupar el
inmueble sito entre los barrios Guiñazú y Ciudad de los Niños
y entre la Ruta 9 vieja y la variante Juárez Celman, de la
localidad de Juárez Celman de esta pcia., juntamente con las
personas y cosas que de ellos dependan, bajo apercibimiento
de practicar la medida mediante el uso de la fuerza pública
(art. 302 del CPP). 

II) Declarar improcedente el pedido de declaración de


incompetencia en razón de la materia. 

III) Remitir las presentes a la Fiscalía de Instrucción del


Distrito 3, Turno 6, a sus efectos, teniendo en cuenta los
conceptos vertidos en los considerandos precedentes.

PROTOCOLÍCESE Y NOTIFÍQUESE.1

[1] Juzgado de Control en lo Penal Económico. Álvarez, Marcos Martín y Otros s/ P.ss.aa.

Usurpación - (Expte. SAC 1933427) - S/Oposición al Desalojo. (2014). Recuperado de

https://bit.ly/3ahTPTK

Luego de la lectura del caso, y después de aprender los conceptos que se


mencionarán a continuación, te propongo que reflexiones acerca de la
correcta calificación delictiva y el análisis fáctico. De este modo, podrás
revisar si fue correcta la sentencia.

Objeto. Tipos penales

Figura básica
El artículo 175 bis del Código Penal prevé dos clases de usura: 1) el
aprovechamiento de la necesidad, ligereza o inexperiencia de otra persona
para obtener intereses u otras ventajas pecuniarias evidentemente
desproporcionadas con la prestación; y 2) el otorgamiento de recaudos o

garantías de carácter extorsivo.2

En el primer supuesto, la acción consiste en hacerse dar o prometerse los


intereses o ventajas pecuniarias, es decir, el autor debe lograr que la víctima
entregue o prometa la entrega de algo. Pero también, para el
perfeccionamiento, se necesita una acción por parte de la víctima, pues ésta
debe realizar a favor del autor la acción descrita, constituyendo el tipo una
suerte de instigación. Es decir, se necesita una cooperación de la víctima,
aunque viciada por la situación en que se encuentra, pero que permite la
entrega o la promesa de ello.

En otras palabras, la figura delictiva requiere “un hacer” por parte del sujeto
activo y la consecuente actividad de la víctima.
Ahora bien, esta acción debe ser consecuencia del aprovechamiento por
parte del autor de la situación de necesidad, ligereza o inexperiencia en la
que se encuentra el sujeto pasivo. Si se consiguen las ventajas económicas
sin el aprovechamiento de la situación, no hay delito.

El sujeto activo debe conocer que la víctima se encuentra en esta situación y


valerse de ella para lograr la ganancia desmedida. Ello trae como
consecuencia que el dolo debe abarcar ambas situaciones.

La necesidad de la cual debe aprovecharse el autor es el estado de


emergencia, apremio, que limita la posibilidad de elegir entre otras opciones.
Esta situación debe ser realmente grave, excepcional, con entidad suficiente
como para impedir que el sujeto tenga la posibilidad de optar. No interesan
las razones o las causas por las cuales el sujeto ha quedado en esa
situación. Tampoco el tipo de necesidad, si es económica o de otra
naturaleza. Puede ser el caso de aquella persona que, apremiada por la
necesidad de dinero para llevar a cabo una operación urgente de su hija y la
imposibilidad de acceder a créditos, decide concurrir a un prestamista
particular, quien fija el interés al 80 % anual, circunstancia que consiente la
víctima.

En cuanto a la ligereza, como situación de la cual se vale el autor, se trata del


actuar precipitado, es decir, sin examinar con debida reflexión la actividad
que está por realizar. Valen, a propósito de esta situación, las
consideraciones que se efectúan respecto al obrar culposo o imprudente.
Se entiende por inexperiencia a la ignorancia, ausencia de conocimiento o
falta de competencia respecto a la materia a la cual se circunscriben las
operaciones comprometidas.

En cuanto al objeto de la acción, consiste en obtener un interés usurario u


otras ventajas pecuniarias. La primera es una cuestión de hecho cuya
determinación se debe efectuar en cada caso en particular. En cuanto a la
segunda, se trata de otro tipo de obligaciones como la de entregar cosas
muebles o inmuebles o la prestación de servicios, siempre y cuando sean
apreciables económicamente.

Ahora bien, la nota que caracteriza al delito es la desproporción evidente con


la prestación ofrecida por la víctima. Por tanto, la diferencia debe ser notoria,
manifiesta y llamativa entre lo que el usurero exige y lo que el deudor da o
promete.

El otro tipo legal dentro del primer párrafo del artículo 175 bis del Código
Penal, como señalamos al principio de este apartado, consiste en el
otorgamiento de recaudos o garantías de carácter extorsivo.

La acción típica es la misma que para el primer supuesto, sólo se diferencia


en cuanto al carácter extorsivo de los recaudos o garantías exigidos por el
autor. Estos son los aseguramientos o recaudos que toma el autor con la
finalidad de contar con un medio eficaz para coaccionar al deudor para que
cumpla con la prestación debida. Por ejemplo, con la firma de cheques o
pagarés en blanco.
Se configura el delito sólo en caso de que autor aproveche las situaciones
excepcionales que han sido descritas en los párrafos que anteceden. La
consumación se presenta justo en el momento en el cual se otorgan los
recaudos o garantías de carácter extorsivo.

[2] Art. 175 bis. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Negociación de créditos usurarios

El segundo párrafo del artículo 175 bis del Código Penal complementa la
represión de las conductas relacionadas con la usura. Concretamente, aquí
se castiga a quien “adquiere, transfiere, o hiciere valer” un crédito usurario, es

decir, obtenido conforme a las acciones descritas en la figura básica.3

Es decir, se ponen en circulación aquellos créditos que han sido obtenidos en


las referidas. El sujeto activo no puede ser el autor de la usura originaría.
Respecto al aspecto subjetivo, el tipo exige que se obre “a sabiendas”, con lo
cual se excluye la posibilidad de dolo eventual, requiriendo, por ende, el
conocimiento acabado de la naturaleza viciada por usura del crédito que se
intenta poner en circulación y la voluntad de ponerlo en tráfico.

La consumación se da con la adquisición, transferencia o utilización del


crédito. Ello puede ser en forma onerosa o gratuita, pues la ley no ha
efectuado diferenciación alguna.
[3] Art. 175 bis. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Agravantes
El tercer párrafo del artículo 175 bis del Código Penal agrava la pena de tres a
seis años, si el autor fuere prestamista o comisionista usurario profesional o

habitual.4

Se trata de sujetos que intervienen en la gestión o negociación de


operaciones usurarias. El primero, es el que presta el dinero, el segundo
quien actúa de intermediario entre aquél y la persona que solicita el
préstamo.

En ambos casos, el sujeto debe actuar profesionalmente, haciendo de la


actividad una forma de vida, fuente de permanente ingreso o esté
habitualmente acostumbrado a este tipo de actividad.

[4] Art. 175 bis. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

C O NT I NU A R
Lección 2 de 4

Usurpación

En el caso se pudo determinar que:

los dichos del cuidador del predio usurpado, Juan Ángel


Casalegno —fs.07 —, quien el mismo día del hecho (07/06/14)
prestó declaración en sede de la Comisaría de Juárez Celman,
ocasión en la que refirió que en la fecha indicada, alrededor de
las 07:00 h, un grupo de personas ingresó al predio propiedad de
la empresa Urbanor S. A., de la cual es presidente el Sr.
Alejandro Canciani, y ocuparon el mismo, para lo cual cada una
de las personas delimitaron una fracción del terreno, cercándolo
con alambres y postes de madera. Que dio avisó a Canciani de
lo que estaba ocurriendo. El encargado del lugar volvió a
testificar, pero ya en sede de esta Fiscalía —fs781.782 —,
oportunidad en la cual aportó mayores precisiones respecto a
cómo fue que la gente ingresó al predio en cuestión, detallando
también la modalidad desplegada por los usurpadores para ir
ocupando el predio de Urbanor S. A. En los párrafos relevantes,
señaló que ese día, estando aún muy oscuro y de forma
sorpresiva, siendo aproximadamente las 07:00 h un grupo de
personas —entre 15 y 20—, entre hombres y mujeres, ingresaron
al predio en cuestión […] lo que reveló la intención y la acción de
ocupar un bien inmueble que no era de los ocupantes y que, por

lo tanto, [estos] no tenían derecho a realizar esas maniobras.5

[5] Juzgado de Control en lo Penal Económico. Álvarez, Marcos Martín y Otros s/ P.ss.aa. Usurpación - (Expte.

SAC 1933427) - S/Oposición al Desalojo. (2014). Recuperado de https://bit.ly/3ahTPTK

El capítulo VI del título VI del Código Penal contiene dos artículos que
contemplan varias figuras que se caracterizan por la naturaleza de los bienes
sobre los que recaen las acciones delictivas: los inmuebles. 

Así podemos enumerarlos del siguiente modo:

1. usurpación por despojo (art. 181 inc. 16); 

2. destrucción o alteración de términos o límites (art. 181 inc. 27);

3. turbación de posesión (art. 181 inc. 38); y 

4. usurpación de aguas (art. 1829), en sus tres especies, sustracción de


aguas, estorbo del ejercicio del derecho ajeno e interrupción de un curso
de agua.

[6] Art. 181, inc. 1. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[7] Art. 181, inc. 2. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
[8] Art. 181, inc. 3. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[9] Art. 182 1. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Aspecto protegido del bien jurídico


En el caso se menciona que el cuidador del predio:

ante la presencia de todas estas personas [en relación a los ocupantes], se


les aproximó para preguntarles qué hacían en el lugar y les manifestó que
ese lugar era “propiedad privada” […] y que los ocupantes hicieron caso
omiso. Esto acredita el conocimiento de los usurpadores, o sea, el dolo penal

en la figura.10

[10] Juzgado de Control en lo Penal Económico. Álvarez, Marcos Martín y Otros s/ P.ss.aa. Usurpación - (Expte.

SAC 1933427) - S/Oposición al Desalojo. (2014). Recuperado de https://bit.ly/3ahTPTK

El hurto y el robo son conductas que atentan contra la propiedad mueble, en


cambio existe una serie de figuras delictivas, ubicadas en el capítulo VI del
título VI del Código Penal, que constituyen atentados contra la propiedad
inmueble (como lo ocurrido en el caso de estudio).
El rasgo característico de los tipos contenidos en los artículos 181 y 182 del
Código Penal es el ataque a la propiedad inmueble utilizando vías de hecho

como medios de desposesión.11

[11] Arts. 181 y 182. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Objetos. Los tipos penales

Usurpación por despojo

Este podría ser el encuadre legal del caso planteado.

Respecto a la figura prevista en el inciso primero del artículo 181 del Código
Penal, es importante que te remitas al Manual, ya que el autor realiza un
extenso y vasto desarrollo. 

Destrucción o alteración de términos o límites


A lo señalado por el texto de base, corresponde agregar algunos conceptos
para tener una comprensión más acabada de la figura bajo análisis. En este
sentido, por límite o términos deben entenderse a los objetos o señales que
sirven para delimitar los inmuebles colindantes, cercos, alambrados,
mojones, postes, estacas, hitos, entre otros objetos.
Respecto al sujeto activo, si bien la doctrina no es absolutamente pacífica, la
mayoría se inclina por considerar que solo pueden ser los ocupantes del
fundo vecino o colindante.

Desde la óptica del aspecto subjetivo, se exige una finalidad específica para
configurar el delito, es decir, que la destrucción o alteración sea para
apoderarse de todo o parte del inmueble; cualquier otra finalidad excluye la
figura. Es decir, si el alambre se destruye porque no le es del agrado del
vecino colindante, pero no existe por parte de esta ninguna intención de
apoderarse del inmueble, podrá concurrir el delito de daño, pero no la figura
bajo análisis.

El delito se consuma con la destrucción o alteración de los límites o términos


al margen de conseguir o no el propósito de apoderarse del inmueble o parte
de él.

Turbación de la posesión o tenencia

La figura prevista por el inciso tercero del artículo 181 del Código Penal es la
usurpación sin despojo, toda vez que no está en juego la posesión o la
tenencia del inmueble, sino el tranquilo y pacífico uso por parte del

poseedor.12

Los actos turbatorios no deben tender al despojo, sino solo a impedir el uso y
goce del inmueble. Son casos de turbación el corte de energía o el corte del
acceso a un inmueble, entre tantos otros.
Los medios por los cuales se puede llevar adelante la turbación son la
violencia o la amenaza. 

El delito se consuma con los actos turbatorios, pudiendo tener efectos


permanentes hasta tanto cese la acción que impide el uso y goce del
inmueble. Esta figura admite tentativa.

[12] Art. 181, inc. 3. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Usurpación de aguas

Respecto a las figuras específicas de usurpación de aguas, contenidas en los

incisos 1, 2 y 3 del artículo 182 del Código Penal13,  y los agravantes previstos
en el último párrafo del Código Penal, corresponde remitirnos al exhaustivo
análisis efectuado en el texto base.

Sin perjuicio de ello, podemos agregar que el agua, como objeto sobre el cual
deben recaer las acciones típicas, siempre debe mantener su calidad de

inmueble (art. 2314 del Código Civil14), pues si el agua se encuentra


separada del suelo adquiere el carácter de cosa mueble, y por tanto sólo
puede ser objeto de los delitos de hurto o robo (art. 162 y 164 del Código

Penal15).

[13] Art. 182. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
[14] Art. 2314. Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

[15] Arts. 162 y 164. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

C O NT I NU A R
Lección 3 de 4

Daño

Aspecto protegido del bien jurídico


El daño atenta contra el valor económico de la cosa, extinguiéndolo o
disminuyéndolo. No es un daño en sentido del artículo 183 del Código Penal,
lo que, sin afectar la sustancia material de la cosa, solo altera
peyorativamente su aspecto.

Estructura del tipo penal

Sujeto activo

Puede ser cualquier persona, siempre y cuando no sea el propietario de la


totalidad de la cosa mueble, inmueble o animal.

Acción material
La acción material ha sido descrita en la norma mediante los verbos
“destruir”, “inutilizar” y “hacer desaparecer”. El primero de ellos significa
deshacer la cosa, arruinarla o romperla en su materialidad. Aquí el daño se
traduce en una afectación sobre la sustancia de la cosa. Por ejemplo, daña
quien pinta con un aerosol una automóvil de modo tal que sea dificultoso o
imposible quitar o remover las manchas que se producen. Sin embargo, no
constituye daño quien arroja barro sobre el parabrisas o el baúl de un
vehículo, pues su eliminación no implica un considerable esfuerzo.

Inutilizar es sacar a la cosa la aptitud que tenía antes del suceso, aquello que
la caracterizaba como tal.

Por su parte, hacer desaparecer ha sido entendido como ocultar o perder la


cosa, colocarla fuera del alcance de la esfera de custodia de su dueño. Por
ejemplo, tirarla a una barranca donde no puede accederse nunca más.
Normalmente, se trata de un delito de acción, sin perjuicio de lo cual se
admite la omisión (impropia), por ejemplo, dejando morir de hambre a un
caballo que se tenía al cuidado (posición de garante).

Objeto

Los objetos sobre los cuales recaen las acciones típicas son muebles,
inmuebles y animales.

Aspecto subjetivo
Es un delito doloso, de dolo directo, no admitiendo dolo eventual. El tipo
subjetivo se satisface con el conocimiento de la ilicitud de la acción que
recae sobre la cosa y la voluntad de querer dañarla, no existiendo esta
finalidad la conducta queda impune, más allá de la negligencia o imprudencia
en el accionar del sujeto.
Consumación
Es un delito instantáneo que se consuma con la realización de las acciones
típicas, vale decir, con la destrucción, inutilización o desaparición de las cosas
muebles, inmueble o animales. Se admite tentativa.

Delito subsidiario
El tipo penal previsto por el artículo 183 del Código Penal sólo resulta
aplicable cuando la conducta no constituya otro delito más severamente

penado.16 Es decir, si el hecho está contenido también en otra figura más


grave, desde el punto de vista de la sanción penal, se aplica esta última, por
ejemplo, el robo. Si para entrar a una casa se daña el picaporte de la puerta,
este hecho queda subsumido en el delito de robo. Por el contrario, si el hecho
configura un delito cuya pena es menor, ambos concurren idealmente (art.

54 del Código Penal17).

[16] Art. 183. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[17] Art. 54. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Agravantes
Conforme lo prescripto por el inciso 1 del artículo 184 del Código Penal, el
daño se agrava de acuerdo con la finalidad que tiene el autor. Esta puede ser:
1) ejecutar el hecho con el fin de impedir el libre ejercicio de la autoridad; 2)

ejecutar el hecho en venganza de una determinación de la autoridad.18

El primer caso no es otra causa que la perturbación del poder público


mediante el daño. No tiene relevancia para la consumación que se alcance la
finalidad perseguida, basta con la producción del daño. El segundo caso
constituye una revancha a raíz de algún acto que se atribuye a la autoridad,
por ejemplo, haber clausurado su negocio ambulante.

El inciso 2 del citado artículo agrava el delito por una doble circunstancia.19
Por un lado, en virtud de producir el daño mediante infección o contagio. A lo
cual debe agregarse que este daño debe producirse en aves o animales
domésticos. En consecuencia, quedan fuera el tipo los hechos en los cuales
no concurran acumulativamente ambas circunstancias.

Se da el agravante previsto en el inciso 3 del artículo 184 del Código Penal si


se utilizan sustancias venenosas o corrosivas para producir el daño, es decir,
se tiene en cuenta el medio utilizado por el autor para producir el resultado

contemplado por la norma.20

El inciso 4 agrava la situación si es cometido en “despoblado y en banda”.21

Por último, el artículo 184 inciso 5 del Código Penal agrava el daño de

acuerdo con los objetos sobre los que este recae.22 El aumento de pena se
funda en el interés general que existe en la sociedad sobre la preservación
de los objetos.

Al igual que en el hurto y robo, el daño se encuentra agravado conforme lo


dispuesto por la Ley 24192, es decir, si se produce con motivo o en ocasión
de un espectáculo deportivo, sea en el mismo ámbito o en sus

inmediaciones.23

[18] Art. 184, inc. 1. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[19] Art. 184, inc. 2. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[20] Art. 184, inc. 3. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[21] Art. 184, inc. 4. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[22]
Art. 184, inc. 5. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[23]
Ley 24192. Espectáculos deportivos. (1993). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

https://bit.ly/338fZT9

Figura 1: Daño 
Fuente: elaboración propia

C O NT I NU A R
Lección 4 de 4

Referencias

Juzgado de Control en lo Penal Económico. Álvarez, Marcos Martín y Otros


s/ P.ss.aa. Usurpación - (Expte. SAC 1933427) - S/Oposición al Desalojo.
(2014). Recuperado de https://studylib.es/doc/7788669/usurpaci%C3%B3n---
justicia-c%C3%B3rdoba

Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la


Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=235975

Ley 24192. Espectáculos deportivos. (1993). Congreso de la Nación


Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/590/norma.htm

Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la


Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-
19999/16546/texact.htm
Delitos contra el estado civil y la identidad de las
personas

Bien Jurídico Protegido. Sistematización

Matrimonios ilegales. Aspectos protegidos del bien jurídico

Supresión y suposición de estado civil. Aspecto protegido del bien jurídico

Delitos contra la familia

Referencias
Lección 1 de 5

Bien Jurídico Protegido. Sistematización

El título IV del libro II del Código Penal (CP), denominado Delitos contra el

estado civil, tiene por bien jurídico el estado civil de las personas1. Este debe
ser entendido en forma amplia, es decir, como la posición jurídica que ocupa
una persona en la sociedad, lo cual se determina sobre la base de una serie
de condiciones personales, que son las cualidades constitutivas del estado.

Algunas de estas cualidades son inalterables, desde el nacimiento mismo de


la persona (sexo, lugar y fecha de nacimiento, entre otras) y otras que
pueden ser modificadas por actos posteriores, por ejemplo, el matrimonio,
adquisición de nueva nacionalidad, y otras más.

En otro lenguaje, se protege el derecho que tiene toda persona a que se le


reconozca una determinada posición jurídica de participación en la sociedad.

A tal efecto el Código Penal Argentino captó este interés en el título IV, el cual
se encuentra distribuido en dos capítulos, uno exclusivamente referido a los

matrimonios ilegales (art. 134 al 137 del CP2), y el restante a la supresión del

estado civil y la identidad (art. 138, 139 y 139 bis del CP3). 
El primer capítulo contiene tipificado los delitos relacionados con el

matrimonio bilateral (art. 1344) y unilateral (art. 1355), y la simulación de

matrimonio (art. 135 inc. 26). De la misma forma, contiene una norma
exclusivamente dirigida contra los actos llevados a cabo por el funcionario

público oficial (art. 1367) y los representantes de los menores de edad (art.

1378), que autoricen el matrimonio.

Por su parte, el segundo capítulo, reprime la supresión del estado civil (art.

138 del CP9), el delito de suposición de preñez o parto (art. 139 inc. 1 del

CP10) y supresión de la identidad de menores de 10 años, su retención y

ocultación (art. 139 inc. 2 del CP11). También se castigan las conductas de

los intermediarios (art. 139 bis primer párrafo del CP12), funcionarios públicos
y profesionales de la salud (art. 139 bis segundo párrafo del CP), que
hubiesen cometido algunos de los delitos tipificados en los artículos 139 del
Código Penal.

A continuación, y antes de adentrarnos en los contenidos teóricos de la


materia vamos a analizar el siguiente fallo: “F. J. C. p.s.a. INCUMPLIMIENTO
DE LOS DEBERES DE ASISTENCIA FAMILIAR”, remitida a este Juzgado a fin
de resolver sobre la suspensión del juicio a prueba con la condición de que el
acusado cumpla con los deberes de asistencia familiar.

[1] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

https://bit.ly/3r9Yygv

[2] Arts. 134-137. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
[3] Arts. 138, 139 y 139 bis. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[4] Art. 134. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[5] Art. 135. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[6] Art. 135, inc. b. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[7]
Art. 136. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[8] Art. 137. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[9] Art. 138. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[10] Art. 139, inc. 1. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[11] Art. 139, inc. b. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[12]
Art. 139 bis. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
SENTENCIA NÚMERO: En la ciudad de Córdoba, a ---- días del
mes de noviembre de dos mil seis, en la oportunidad fijada para
la lectura integral de la sentencia pronunciada en los autos “F. J.
C. p.s.a. INCUMPLIMIENTO DE LOS DEBERES DE ASISTENCIA
FAMILIAR”, cuya parte dispositiva fuera leída el veintiséis de
octubre del corriente año, a raíz del debate que se realizará el
mismo día, en los que intervino conforme lo dispuesto por el art.
10 inc. b) de la Ley Provincial 9053, como juez titular, la Dra. G.,
como Ministerio Público Fiscal, el Sr. Fiscal de ---Turno, Dr. Z., la
Sra. Asesora de Menores de ---- Turno, Dra. L. M., en carácter de
representante promiscuo de las víctimas y el Sr. Asesor Letrado
Penal, Dr. O. P., como defensor técnico del imputado J. C. F.,
argentino, separado de hecho, realiza changas como taxista, de
cincuenta años, nacido en la ciudad de Córdoba, el treinta y uno
de junio de mil novecientos cincuenta y seis, con domicilio en
calle ----------- (pensión), B.° Centro, de esta ciudad, hijo de A. y E.
G. F., Prio. N.° -----------., a quien la requisitoria fiscal de fs. 16/8 le
atribuye el siguiente hecho: Primer hecho: “que de la unión
matrimonial de N. G. C. y J. C. F. nacieron M. S. y A. I. de veinte y
doce años respectivamente (a la fecha de la denuncia). Que se
interrumpió la convivencia en el año mil novecientos noventa y
nueve; posteriormente en septiembre de dos mil dos se fijó en la
Asesoría de Familia una cuota alimentaria de pesos doscientos
mensuales, aclarándose en dicho acuerdo que a partir de
octubre de dos mil dos, dicha cuota será de cuatrocientos pesos
mensuales. Que el menor A. I. está a cargo de la progenitora,
con quien convive actualmente en el domicilio sito en Santa Ana
4287 de B.° Las Palmas, de esta ciudad. El prevenido de autos
se habría sustraído con conciencia e intención de prestar los
medios indispensables para la subsistencia de su hijo menor de
edad desde los primeros días de septiembre de dos mil dos
hasta el tres de diciembre de dos mil dos”. La requisitoria fiscal
de fs., 53/6 le atribuye el siguiente hecho: Segundo hecho: “que
de la unión matrimonial existente entre la denunciante N. G. C.
con el prevenido J. C. F. nacieron dos hijos, siendo uno de ellos
A. I., de trece años de edad (a la fecha de la denuncia). Que
cuando se separaron el menor quedó conviviendo con la
denunciante. Que actualmente la cuota alimentaria fijada es de
$320 en los Tribunales de Mediación; anteriormente era de $400
pero se redujo a $ 320 mensuales, de los cuales depositó
solamente $39 en abril de dos mil tres. Por esta razón es que el
denunciado se habría sustraído de prestar los medios
indispensables para la subsistencia del menor durante el
período comprendido desde los primeros días de enero de dos
mil tres hasta el diecinueve de junio de dos mil tres (fecha de la
indagatoria judicial). Que el denunciado ya tiene una denuncia
de igual tenor que la presente en esta Fiscalía de Menores. Que
la denunciante vive sola con sus hijos y solamente recibe ayuda
de su familia y se encuentra cobrando el plan Jefes de familia.
Que la denunciante solo paga los impuestos imprescindibles de
la vivienda donde vive con sus hijos y que hace dos años que no
paga los impuestos municipales y provinciales ya que no le
alcanza. Que la denunciante actualmente se encuentra sin
trabajo y se le hace muy difícil afrontar todos los gastos sola.
Que el denunciado trabaja actualmente en un taxi como chofer,
que lo hace en negro desde hace aproximadamente cuatro o
cinco años. Al pasar a deliberar el tribunal se planteó las
siguientes cuestiones a resolver: Primera cuestión: ¿Existen los
hechos y es su autor culpable el acusado?, Segunda cuestión: en
su caso ¿qué calificación legal le corresponde?, Tercera
cuestión: ¿qué sanción debe aplicarse? y ¿qué cuota alimentaria
se impondría a favor de su hijo A. I. F. y Cuarta: sobre la
imposición de costas y regulación de honorarios. A LA PRIMERA
CUESTIÓN PLANTEADA, LA SEÑORA JUEZ G., DIJO: I) Las
acusaciones de fs. 16/8 y 53/6 le atribuyen a J. C. F., la comisión
del delito de Incumplimiento de los Deberes de Asistencia
Familiar en perjuicio de su hijo A. I. F., durante los períodos
comprendidos entre el mes de septiembre a diciembre de dos
mil dos (hecho nominado primero) y el primero de enero al
diecinueve de junio de dos mil tres (hecho nominado segundo),
arts. 45 y 1 de la Ley 13 944. Al inicio de la presente se ha
trascripto el suceso objeto material del proceso, dándose así
cumplimiento a uno de los requisitos estructurales de la
sentencia, el prescripto por el art. 408 inc. 1° in fine del C.P.P.. El
Ministerio Fiscal entendiendo que de la nueva prueba
incorporada surge la continuidad del delito y atento lo previsto
por el art. 388 del C.P.P. amplió la acusación originaria
extendiéndola desde el veinte de junio de dos mil tres hasta el
mes de agosto de dos mil seis, por lo cual el hecho quedó
comprendido tanto en la imputación como en el juicio en el
período que se extiende desde el mes de septiembre de dos mil
dos hasta el mes de agosto de dos mil seis. Corresponde en
consecuencia pasar al examen de los hechos, que serán
tratados en común dada la naturaleza continua y permanente
del tipo delictivo en cuestión y los períodos consecutivos por los
que fuera acusado. II) Al ser interrogado sobre sus condiciones
personales, además de las ya consignadas, agregó que su padre
es Pastor de la Iglesia “V. de F.” y él profesa esa religión, que se
separó aproximadamente en el año 1997 y no pudo realizar el
trámite de divorcio por no llegar a un acuerdo con su esposa y no
contar con los medios para solventar un contencioso, pero
durante los primeros dos años de separación aportaba
regularmente sesenta pesos cada dos días. Tiene dos hijos, M.
S. de 24 años y A. I. de 16 años de edad. El mayor trabaja en una
imprenta, hace más de dos años que no tiene contacto con él.
Con el menor recientemente ha recuperado contacto pese a los
impedimentos que pone su esposa y van juntos a la cancha.
Trabaja haciendo changas de chofer de taxi cuando consigue
francos de otros y haciendo suplencias, el vehículo no se
encuentra asociado a ninguna empresa, lo trabaja de forma
independiente. Los trabajos fijos que tuvo los perdió porque su
esposa se presentaba y eso le acarreaba problemas. No
practica deportes. Actualmente está viviendo con una pareja
que le da albergue, encargándose esta del alquiler. Hace tres
días ha alquilado una habitación sin cocina en calle Tablada 285
habitación 4, por la que paga un alquiler de pesos 150
mensuales, porque no quiere ser carga de nadie. Al ejercer su
defensa material, respondiendo a la intimación que se le
efectuara oportuna y debidamente y de las pruebas existentes
en su contra, el acusado J. C. F., manifestó que se abstenía de
declarar, por lo que se ordenó la incorporación de las prestadas
en sede instructoría, en las que el 3.2.2002 dijo: que niega el
hecho que se le atribuye, ya que jamás se sustrajo dolosamente
de prestar los medios indispensables. Que no le ha estado
pasando la cuota alimentaría en forma completa porque no
tiene trabajo fijo, en la actualidad realiza changas. Que a la
brevedad va a regularizar la situación (fs. 11/2). El 19.6.2003
negó el hecho. Informó que al momento celebrar el acuerdo en
los Tribunales de Mediación por una cuota de $ 320, se
encontraba con trabajo, pero a la semana, aproximadamente se
quedó sin él. Actualmente se le hace imposible afrontar una
cuota de ese valor comprometiéndose a pagar $ 150. Que tiene
una nueva modalidad de trabajo, si bien sigue trabajando como
chofer suplente (cubre francos de otros) en el taxi, lo hace con
menos horas que anteriormente. (fs. 46/7). Ampliada la
acusación en la audiencia y receptada nueva declaración
respondió que niega los hechos. Que le llamó la atención la
forma controlada y sumisa en que declaró en la audiencia la Sra.
N. G. C., lo que se contradice con su actitud y la de su hermana,
quienes lo han amenazado con armas de fuego como en agosto
del dos mil dos y con posterioridad lo agredieron, incidentes por
los que realizó las correspondientes denuncias que no recuerda
bien fechas ni dependencia policial en las que lo hizo, pero que
se compromete a aportar. Que cuando realizaron la encuesta
ambiental y familiar en su casa, no lo encontraron por lo que lo
citaron y gran parte de la información obtenida fue por lo dicho
por él en las oficinas que están al frente de la Terminal de
Ómnibus. Agregó que si la Sra. N. G. C. tiene recibos de lo
pagado solicita que los aporte al Tribunal. Por último, manifestó
que no contestaría a pregunta alguna. Al concedérsele la última
palabra J. C. F. expresó: que cuando se separó nunca fue su
intención abandonar a sus hijos ni que pasara esto. Que dejó
todo cuando se fue, los muebles y les transfirió la casa. Que
cuando lo operaron a su hijo lo acompañó y lo sacó del hospital.
Que sufrió por parte de la Sra. N. G. C. una gran persecución con
lo que perdió no solo su trabajo sino también su dignidad, ya que
lo hacía quedar mal en todos lados. Reconoce que ha
incumplido, pero está dispuesto a reparar lo hecho mal, pues no
ha dejado de querer a sus hijos, y que lo que hizo ha sido por
estar mal emocionalmente con su señora. Luego de una pausa
expresó: estoy fuerte y sé que voy a salir adelante. III)
Respondieron a las preguntas que le formularon el M. Fiscal, el
M. Pupilar, la defensa y el Tribunal durante el debate las
siguientes personas: N. G. C. N. G. C., quien manifestó que
estaban separados desde el año mil novecientos noventa y
nueve. En el año 2001 hizo un acuerdo en los tribunales de
Familia para el pago de una cuota alimentaria a favor de sus
hijos, pero la misma no fue cumplida, no pudiendo hacerlo
cumplir en forma coactiva ya que F. trabajaba en negro, en la
calle, sin lugar fijo, por lo que negó haber concurrido alguna vez a
sus lugares de trabajo. En el año 2002 recurrió a la Justicia
Penal, donde radicó más de una denuncia reclamando
nuevamente el pago de la cuota alimentaría para su hijo A., y lo
hizo porque su hijo tenía necesidades que ella sola no podía
satisfacer, remarcó que cuando lo denunciaba lo hacía por
necesidad. Actualmente la alimentación a veces no es la
adecuada ya que los yogures o la cantidad de carne que
necesitaría no se la puede dar, recurriendo a darle leche en polvo
que rinde más y a veces, fideos, o arroz solo. También se privó a
A. I. de comer algunas frutas, esencial para la dieta de un
adolescente. Intentó por todos los medios entenderse hablando,
pero F. no cumplió pudiendo hacerlo, ya que siempre trabajó
como taxista y tal como se lo ve ahora (en alusión al buen
aspecto de conservación que presenta su ropa) siempre ha
vestido bien y vive a unas doce cuadras de su casa, en una casa
grande, alquilada y su pareja no trabaja. Considera que F. es
sano, ya que solo sigue tomando algunos medicamentos para la
tensión, tal como lo hacía cuando vivían juntos. Sus hijos, que
son dos, lo necesitaban, sufrían por la falta de contacto, se
quedaban esperándolo en la puerta cuando él tenía que ir a
buscarlos y el más pequeño se descomponía en el colegio,
padeciendo dolores de panza y vómitos, necesitó de ayuda de
una psicóloga para que esto no lo afectara en la escuela, pero
solo pudo hacerlo por un tiempo porque era muy caro y
actualmente no está en condiciones de pagar su atención.
Especificó que F. fue muy poco lo que cumplió. Cuando le
pagaba lo hacía por dos o tres meses y después no pagaba más,
a veces pagó $ 400, pero después cada vez menos. Siempre
firmó recibos por la totalidad de los pagos que efectuaba F., tan
es así que una noche que fue tarde, cuando su hijo estaba ya
acostado como no le quiso firmar, no pagó y le manifestó que
entonces lo depositaría en la cuenta bancaria abierta a tal
efecto. Otra vez que quiso que le firmara por una suma mayor,
de $ 150, entregándole solo $ 50, para traer el recibo al Tribunal,
también se negó y este se fue sin dejarle nada. De los pagos, lo
que tiene es un resumen, haciendo un gesto de que los
guardaba en la carpeta que mantenía sobre sus piernas. Su
lucha fue para que tenga una buena relación con sus hijos,
nunca le prohibió a F. verlos. Ella le buscaba amigos a sus hijos,
les gusta el deporte, no pudiendo practicar más por cuestiones
económicas. Cuando tuvo algún peso lo mandaba un par de
meses, pero luego no podía continuar. Cuando F. tuvo un
problema, ella lo escuchó, hasta la fecha le llegan facturas por
deudas de él a su casa. Tuvo que abandonar su negocio de
venta de productos de almacén porque cada vez iba peor. Al
tiempo empezó a vender ropa y con eso más o menos vivían,
más un plan Jefes y Jefas de hogar, por el que trabajaba en un
ropero comunitario, pero por un entrecruzamiento de datos al
advertirse que F. estaba en el sistema previsional, le quitaron el
plan. Paralelamente estudió acompañamiento terapéutico y de
eso vive hoy. Sus hermanas la han ayudado con zapatillas.
Isabel N. G. C., fallecida, tenía una despensa y le daba el pan, la
leche y los comestibles que necesitara. Su otra hermana Marta
N. G. C., u otros miembros de su familia pasaban por el
supermercado y le acercaban también comida. Sus suegros,
que viven al lado de algún modo también siempre colaboraban,
la relación con ellos es buena, siempre trató de mantener la
familia unida. Ellos le donaron un terreno a F. donde desde antes
de casarse comenzaron a construir la casa donde vive, ella
aportó con su trabajo y sus hermanos también. Se casó en
marzo de 1981 y el negocio que está pegado a su casa, sus
suegros lo alquilan, actualmente está desocupado, pero cuando
perciben algún alquiler se lo dan a Mt., su primer hijo.
Preguntada por los otros rubros manifestó que por problemas de
salud concurría a Hospitales Provinciales. A. I. fue operado de
apendicitis hace aproximadamente tres años y actualmente
está en tratamiento de infecciones. Necesita cirugía de un
quiste, para ello concurre al Hospital Clínicas pagando bonos y la
medicación. Las inyecciones que le están suministrando cada
quince días cuestan aproximadamente entre $ 35 y $ 45 cada
dosis. Las recibe desde el miércoles pasado. Durante un tiempo
pagaba 15 pesos de la obra social “Mastermed” pero cuando su
costo se elevó a 50 pesos no pudo pagarla más. En relación a la
vestimenta sus hermanos le dan entre 100 y 150 pesos
mensuales. A. I. este año comenzó el colegio Santísima
Trinidad, y se cambió el uniforme, pero F. solo le compró unas
hojas y lápices. La cuota del colegio es de 80 pesos mensuales.
A. E. C., relató que conoce a la Sra. de F. desde hace unos cuatro
años aproximadamente, sabe que el marido no la ayudó
económicamente con su hijo. Que en varias oportunidades la
Sra. lo buscaba, este le prometía que la iba a ayudar y luego no
cumplía. La familia de ella sí la ayudaba, además también
cobraba el plan Jefes y Jefas de hogar y cumplía con su trabajo
en el ropero comunitario. Alquilaba el local del Sr. Armando F.
(abuelo) donde tenía su peluquería. Cuando tenía gente en la
peluquería le daba trabajo a la Sra. N. G. C. lavando el pelo o en
tintura, porque sabía que su situación era crítica, debido a que
todos los precios subían y más ella teniendo hijos. En ocasiones
la encontraba llorando, mal y angustiada, porque F. se había
retirado y no le pasaba la cuota, le prometía ver al niño, ir a
buscarlo y luego no iba. En la peluquería hablaban de esto y
siempre era igual. Hace dos años que no alquila más ese local
pero sabe que la Sra. N. G. C. luego de perder el plan Jefes había
conseguido un empleo en el cuidado de ancianos. Siempre la
veía preocupada porque F. no visitaba a su hijo Iván. Preguntada
por la defensa de qué modo tomo conocimiento de lo expresado
dijo: que cada vez que la señora venía a la justicia, veía el taxi de
F. en la puerta de su negocio un par de meses, una vez al mes y
luego dejaba de ir. Que también observó en varias
oportunidades a Iván sentado en la puerta, comentándole este
que esperaba a su padre. IV) Se incorporó por su lectura la
siguiente prueba común a los hechos: Testimoniales: M. S. O.,
quien dijo: que conoce a la denunciante por ser los hijos de
ambos compañeros del barrio. Que sabe por dichos de la Sra. N.
G. C. que el Sr. F. no cumple con la cuota alimentaria, que nunca
colaboró con alimentos y vestimenta, no cumple con el régimen
de visitas y se ha desentendido del menor. Sabe que el
imputado estaba trabajando de taxista y la denunciante no está
trabajando en la actualidad. Que recibe la denunciante ayuda de
la caja P.A.N., que cada vez es menos lo que le dan, incluso en
diciembre terminaría dicho plan. (fs. 07.). Que conoce a la
denunciante, Sra. N. G. C., hace aproximadamente tres años a
través del plan Jefes y Jefas de familia, fue allí donde esta le
comento el problema que tenía con el marido, sobre que no le
pasa la cuota, que vive afligida porque el menor estudia y a la
denunciante no le alcanza para mantenerlo y tiene que acudir a
amigas o conocidas para que le presten dinero. Ella le prestó
dinero varias veces para comprar comida y para la cuota de la
cooperadora del colegio al que acude el menor y se lo devolvió la
mayoría de las veces. Que cuando sabe que esta floja
económicamente el menor va a comer a la casa de la dicente.
Los únicos ingresos fijos que tiene son los $150 del plan, que los
cobra todos los meses. La hermana y la suegra la ayudan,
aunque no muy seguido. Conoce al señor F. por haberlo visto
solo en dos ocasiones, bien vestido y que las dos veces lo notó
muy agresivo, sabe que trabaja en un taxi. Que esta no es la
primera denuncia que le hacen por este tema a F. La
denunciante le comentó hace tiempo, que debido a la situación
en la que estaba no le quedaba más remedio que hacer otra
denuncia. (fs. 43). H. O., dijo: que conoce a la Sra. N. G. C. de la
facultad. Que sabe de la separación de la misma, que tiene dos
niños y que el Sr. F. es taxista. Conoce por haber estado en la
casa de la denunciante, el año pasado, que el denunciado no
colabora con la mantención del menor. Que tampoco después
de ser fijada la cuota colaboró llevando alimentos o vestimenta.
Que la denunciante obtiene ingresos del plan Jefes y Jefas de
familia, los cuales son ciento cincuenta pesos, además recibe
ayuda de la familia de ella. (fs. 8 y 42). Documental-
Instrumental: copia acta de nacimiento de A. I.A. I. F. (fs. 6),
Fotocopia del acuerdo realizado en por ante la Asesora de
Familia de Segundo Turno el cinco de septiembre de dos mil dos
en el cual se establece que F. “abonará en concepto de cuota
alimentaría la suma mensual de pesos ($ 400), mediante
depósito en el Banco de la Provincia de Córdoba... entre los días
veinte y veinticinco de cada mes, a partir del mes próximo” (fs.
4), constancias de pago correspondientes al 12.3.2003 por $ 10
(fs 27), 16.5. por $ 41, 2.7. por $ 50 (fs. 36), 14.7. por $ 50 y 28.7.
por $ 50 (fs.62), 16.3.2004 y 31.3. por $150 (fs.72/73), 12.4. por
$131 (fs. 74), agosto, septiembre, octubre y diciembre de 2004
por $ 200 c/u (fs.122 y 133); enero, febrero y marzo de 2005 por
$ 200 c/u (fs. 134/6), noviembre por $ 150 (fs. 178) el 2.12 y
12.12. por $ 100 c/u y por $ 179 en mercaderías (fs. 189/91),
4.1.2006 y 30.1. por $ 100 c/u y el 20.1 mercaderías por $ 37 (fs.
194), 22.3. por $ 50 y 14.3 en mercaderías por $ 25 (fs. 197), el
31.3 y el 4.4. por $ 50 c/u (fs. 203 y 204 respectivamente), 29.9.
por $ 200 (fs. 254), 8.10 por $ 200 (fs. 269) y 18.10 por $ 400 (fs.
268). Informativa: encuesta familiar y ambiental: practicadas en
el 2003 y 2005 en el domicilio de la Sra. N. G. C.N. G. C., de calle
Santa Ana N.° 4287, de Barrio Las Palmas, donde convive con
sus hijos A. I. y Mt. F. Vivienda construida por el matrimonio hace
muchos años, cuando el mismo se disuelve esta pasa a nombre
de A. I. y Mt. Cuenta con dos dormitorios, cocina-comedor, living
y un baño. En general en buen estado de conservación y
mantenimiento. Cuenta con todos los servicios, luz, gas natural,
agua y teléfono. Norma N. G. C. trabaja como acompañante
terapéutico, haciéndolo medio día y obteniendo entre $ 15 y $ 20
por día, además del plan Jefes y Jefas de Hogar y Vale lo
Nuestro. Su hermana continúa ayudándola con $ 100 por mes
con los que cubre la escolaridad de A. Mt. trabaja en un estudio
gráfico y con lo que obtiene cubre sus gastos personales. De
acuerdo a lo actuado se puede informar que la situación
económica del grupo familiar no ha presentado modificaciones
desde la primera entrevista en el año 2003. Se infiere que la
ayuda de los familiares y la que le está proporcionando el Estado
continúan siendo muy necesarias ya que ello ayuda a cubrir las
necesidades de sus hijos. No obstante se observa que la
entrevistada ha buscado diferentes estrategias de subsistencia
con la finalidad de mejorar las condiciones de vida de sus hijos,
sin embargo se estima que sin la ayuda del progenitor la
situación familiar no se va a modificar. (fs. 28/30 y 173/4).
Encuesta ambiental y familiar: en el domicilio del imputado J. C.
F. de la que surge que convive con la Sra. Alicia R., divorciada de
52 años de edad. La vivienda que ocupan la alquilan hace cuatro
años, es de material y en muy buenas condiciones generales. El
monto del alquiler es de $ 300 y según el entrevistado lo cubre
su pareja. F. trabaja como taxista aproximadamente hace 10
años, como chofer, haciéndolo de manera informal. Su pareja
actualmente no trabaja siendo el único ingreso el cobro de una
cuota alimentaría de parte del ex esposo de esta. J. C. F. estuvo
casado durante veinte años con la Sra. N. G. C.N. G. C., tuvieron
dos hijos: Sebastián de 24 años y A. I. de 17 años. Hace diez
años se separaron. Considera no haberse desentendido de sus
obligaciones ya que les dejó la vivienda que ocupan y un auto. El
Sr. F. es único hijo, a partir de la separación también se habría
resentido la relación con sus padres ya que ellos viven al lado de
la casa de la Sra. N. G. C. y habrían optado por mantener un
vínculo con ella y los nietos, antes que con el propio hijo. El Sr. F.
está en pareja desde hace seis años con Alicia R., ella es
divorciada, tiene tres hijas, pero ninguna convive. A raíz de los
conflictos con la Sra. N. G. C. y por la presente causa se ha
separado en varias oportunidades de la Sra. R., y se ha ido a vivir
a pensiones por un tiempo y luego volvía a la casa. Apreciación
final: en cuanto a las condiciones y nivel de vida del Sr. F. se
puede informar que la vivienda es alquilada, las condiciones son
buenas; él trabaja de manera informal, cuenta con un ingreso
diario; su pareja no trabaja fuera de la casa, contaría con un
ingreso fijo, sin embargo se estima que el Sr. F. es el principal
proveedor de recursos. Por los datos recogidos, se considera
que el Sr. F. durante años se habría desentendido de las
necesidades de sus hijos tanto en el aspecto familiar, como en el
afectivo. Actualmente por la presión judicial estaría dispuesto a
modificar su actitud. (fs.252/3 ). Copia de movimientos
Bancarios: en la Caja de Ahorro N.° -----------/06 (fs. 93/101),
planilla prontuarial actualizada de F. (fs. 250) e informe
actualizado de reincidencia F. (fs. 192) del que no surge condena
alguna, y demás constancias de autos. Terminada la recepción
de las pruebas, en oportunidad de emitir sus conclusiones: a) el
Sr. Fiscal de Menores, Dr. Z. Ze., manifestó que la prueba
rendida es harto suficiente para determinar con certeza
absoluta que J. C. F. ha incumplido con su deber alimentario
previsto por el art. 1° de la Leu 13.944, en carácter de autor, art.
45 del C.P. entre los meses de septiembre de 2002 y agosto de
2006, por lo que solicitó se lo declare culpable del delito de
incumplimiento de los deberes de asistencia familiar y se le
imponga una pena de dos años de prisión en forma efectiva, no
siéndole aplicables al imputado el beneficio de la condenación
condicional, dadas sus condiciones de personalidad
evidenciadas en la falta de respeto por la oportunidades que le
ha brindado la ley, acuerdo en familia, mediación y probation y
se le impongan las costas del proceso. b) El Defensor Oficial, Dr.
I. O. P., concluyó que de acuerdo a lo visto y oído en el transcurso
del debate, se debe absolver a J. C. F. del delito de
Incumplimiento de los Deberes de Asistencia Familiar.
Subsidiariamente en primer término solicita se le aplique la pena
de multa en su mínimo, y en segundo término de resultar
condenado lo sea en forma de ejecución condicional. Ratificó
que descalifica la encuesta ambiental y familiar realizada en el
domicilio de F., por entender que afectaba su derecho de
defensa protegido por los arts. 18 de la C.N. y 39, 40 y 41 de la
C.P.C., siendo declarable su nulidad de oficio conforme lo
dispuesto por los arts. 185 inc. 3° y 186 2.ª parte. Expresa que la
misma adolece de datos concretos, objetivos, por lo que no
resulta un relevamiento serio, no se ha recibido concepto de
ningún vecino del entrevistado y que la misma se basó en los
dichos de este. Solicitó se le llame la atención a los
profesionales intervinientes. Invocó como apoyo lo dicho de que
“Nadie está obligado a declarar contra sí mismo ni puede estar
obligado a producir prueba en su contra” (Alejandro Carrió -
Garantías Constitucionales en el Proceso Penal) y solicitó
asimismo la nulidad absoluta de la probanza y su no
incorporación al proceso, basándose en la Teoría de la Nulidades
implícitas sustentada por el T.S.J. y un reciente fallo por ante el
Juzgado en lo Correccional de la Dra. Cordi de Moreno, donde en
un caso análogo por el mismo motivo se declaró la nulidad de la
pericia psiquiátrica. Agregó que su defendido podría haber
abonado una cuota alimentaria mensual de $ 150. Indicando
que F. no hubiera tenido problemas con la Justicia aportando $
150 mensuales desde su separación de hecho a la fecha, lo que
arroja la suma total de $7200 y si bien fue un aporte único F. dejó
a sus hijos una vivienda por el valor de mercado actual de $ 123
000, siendo este bien propio por ser construida cuando era
soltero, un automóvil Fiat Uno modelo 1994 por un valor hoy de $
12 000, que si bien es ganancial cedió su parte. Aportes en
cuotas y que obran en autos por el monto de $3584. Todo esto
arrojando una suma de $133 000 siendo este el aporte real. Citó
en concordancia con su solicitud el fallo de la Cámara del
Crimen Sala Cinco de la Capital Federal en los Autos “Bianchi,
Eusebio p.s.a incumplimiento de los deberes de Asistencia
Familiar”. c) El Ministerio Público Pupilar a cargo de la Dra. L. M.,
luego de enumerar detalladamente la conducta procesal del
acusado en la que destacó la falta de compromiso para el
cumplimiento de lo que por propia voluntad acordaba con la
representante de los menores u ofrecía al Tribunal, ocasionando
un verdaderos desgaste de recursos humanos aun para lograr
su comparecencia, la que a veces solo se logró mediante el
auxilio de la fuerza pública y su detención, expresó que F. debe
ser considerado autor responsable del delito de incumplimiento
de los deberes de asistencia familiar por el término fijado por el
Ministerio Público Fiscal y se le imponga la pena de dieciocho
meses de prisión en forma de ejecución condicional,
imponiéndose como regla de conducta una cuota alimentaria de
trescientos pesos mensuales. V) Previo al análisis de las
probanzas se impone el tratamiento de las nulidades articuladas
por el defensor técnico, Dr. O. P. Respecto de la deducida en
contra de la copia del acta de nacimiento de fs. 6, autenticada
por la funcionaria judicial actuante que da fe de su contenido,
que acredita la filiación del menor A. I. F., basta decir que J. C. F.
en ningún momento controvertió tal punto, por el contrario
reconoció tener dos hijos, M. S. y el nombrado y que no se
advierte por el momento en que es interpuesta la cuestión, otro
interés que no sea dilatar el proceso para evitar así el
pronunciamiento definitivo sobre la cuestión de fondo, por lo que
corresponde su rechazo. No obstante ello y como fundamento
de autoridad, por ser criterio que comparto, recuerdo lo resuelto
por el T.S.J., en Sentencia N.° 40 del 31.5.2000, causa “BROLLO,
OMAR p.s.a. de VIOLACIÓN CONTINUADA - RECURSO DE
CASACIÓN-" (Expte. "B", 29/99)” al decir que “Sabido es que la
normativa de forma en materia criminal vigente en la provincia
ha receptado el denominado "principio de libertad probatoria",
permitiendo que todos los hechos y circunstancias relacionados
con el objeto del proceso sean acreditados por cualquier medio
de prueba (CPP, 192). Esa norma, establece restricciones a los
medios probatorios, cuando las excepciones previstas por las
leyes así lo determinen (ibidem)... Según los artículos 79 y 80,
CC, la paternidad de los nacidos en la República se probará por
certificados auténticos extraídos de los asientos de los registros
públicos, "que para tal fin deben crear las municipalidades, o por
lo que conste de los libros de las parroquias, o por el modo que el
gobierno Nacional en la Capital, y los Gobiernos de Provincia
determinen en sus respectivos reglamentos" (CC, 80). Vale
decir, mediante lo que comúnmente se denomina partidas de
registro civil (cfse. Código Civil y normas complementarias.
Análisis doctrinario y jurisprudencial, 1, dirig. por Alberto Bueres
y coord. por Elena Highton, Hammurabi, Buenos Aires, 1995, p.
473, nota 1 al artículo 80). B. El decreto-ley n.° 8.204, del 27 de
setiembre de 1963, constituyó el "Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas", estableciendo que: "El Registro se
llevará en doble ejemplar en los libros de nacimientos,
matrimonios, defunciones, incapacidades y demás
complementarios, que podrán ser habilitados por vía
administrativa si la captación de otros aspectos de los hechos
vitales lo hiciere necesario" (art. 5), como asimismo que: "Los
testimonios, copias, certificados, libretas de familia o cualquier
otro documento expedido por la Dirección General y sus
dependencias, que correspondan a inscripciones registradas en
sus libros y que llevan la firma del oficial público y sello de la
oficina, crean la presunción legal de la verdad de su contenido,
en los términos prescriptos por el Código Civil" (art. 24). C. Las
dos normas del decreto-ley antes transcriptas, sin embargo,
fueron reemplazadas por otras tantas normas introducidas en
aquel digesto por Ley N.° 18.327. A tenor de esa modificación,
esos artículos quedaron redactados, en lo que aquí interesa, en
los siguientes términos: - "El registro se llevará mediante asiento
en un libro del cual se tomará copia, ya sea en microfilm, ficha
individual u otro sistema similar. Tanto el original como la copia
así obtenida tendrán carácter de documento público, como así
también las fotocopias o partidas que se expidan sobre la base
de dichos asientos originales o sus copias. Las partidas deberán
ser autenticadas por autoridad competente..." (art. 5) (el
destacado es nuestro).- "Los testimonios, copias, certificados,
libretas de familia o cualesquiera otros documentos expedidos
por la Dirección General y/o sus dependencias, que
correspondan a inscripciones registradas en sus libros o en las
copias a que refiere el artículo 5 y que lleven la firma del oficial
público y sello de la oficina respectiva, son instrumentos
públicos y crean la presunción legal de la verdad de su contenido
en los términos prescriptos por el Código Civil. Esta
documentación no podrá retenerse, por autoridad judicial o
administrativa ni por entidades o personas privadas, debiendo
limitarse a tomar constancia o certificar, por cualquier medio
fehaciente, el contenido de los mismos, a los efectos que
hubiere lugar; solo los jueces podrán requerir al Registro Civil,
mediante oficio, la agregación de aquellos testimonios, copias o
certificados de partidas" (art. 24) (con negrita nuestra). D. A
nuestro ver, la normativa citada ha venido a ampliar el espectro
de instrumentos idóneos para acreditar el estado civil de las
personas, desde que se agregan otros a las llamadas "partidas
de registro civil". Es que, conforme puede advertirse de las
normas que la Ley 18.327 vino a agregar a nuestro universo
normativo al sustituir a los artículos 5 y 24 del decreto-ley N.°
8.204/63, no solo será la partida del registro civil el instrumento
que tendrá tal eficacia, sino también las libretas de familia y toda
otra documentación expedida por la Dirección General, y aun las
copias y fotocopias que se hicieren de los asientos pertinentes
del registro, de esos "certificados auténticos" en que consisten
las partidas, las mencionadas libretas o documentos. Dicha
intelección se ve corroborada por la disposición del nuevo
artículo 24 del decreto-ley, en cuanto prohíbe a toda autoridad o
entidad la retención de todo testimonio, copia, certificado, libreta
de familia o cualesquiera otros documentos expedidos por el
registro dando cuenta de las constancias de las inscripciones
que tuviere registradas en sus libros, y manda a proceder a
aquellos a la sola constatación o certificación por cualquier
medio fehaciente del contenido de los mismos. Repárese que no
se excusa a las aludidas autoridades o entidades de constatar el
contenido de los mismos, ya que se impone tal actividad
mediante un medio fehaciente, con lo cual la exhibición por el
interesado del original respectivo de la partida, libreta o
documento valdrá como dicho medio, permitiendo la atestación
en la copia o fotocopia del mismo de su carácter de duplicado
fiel del original que se tuvo a la vista. El canon o criterio de
interpretación de la ley que impone que las diversas
disposiciones de un cuerpo normativo deben entenderse de
modo tal que entre ellas no existan contradicciones, puesto que
se presume la coherencia del legislador, impone tal intelección,
habida cuenta que no puede, por un lado, prohibirse a la
autoridad de que se trate la retención de originales o
certificaciones auténticas de las constancias del registro civil, a
la vez que, por el otro, se tiene por ineficaz una copia o fotocopia
de las mismas cuyo contenido ha sido debidamente controlado
por un medio fehaciente por la autoridad receptora. No resulta
razonable interpretar que, mediante los agregados que se
realizaron a los artículos 5 y 24 del decreto-ley, nada ha
cambiado, respecto de la eficacia probatoria que se reconoce a
distintos instrumentos que se empleen para acreditar
circunstancias vinculadas con el estado civil de las personas,
puesto que las normas quedaron redactadas de modo
manifiestamente diverso, conforme surge de lo dicho
precedentemente. E. Conforme lo señalado, surge evidente que
no le asiste razón al impugnante, toda vez que desarrolla
argumentos solo válidos en el marco de la regulación ya
derogada, que exigía, como el quejoso señala, a “las constancias
extraídas del Registro del Estado Civil de las Personas" como
único medio idóneo para acreditar la filiación de estas. La nueva
normativa, por el contrario, admite la alternativa que el
impugnante tiene como vedada, que una fotocopia de una
partida de registro sea la que logre esa acreditación, siempre
que su contenido haya sido suficientemente visado por la
autoridad receptora, a través de un medio fehaciente a tal
efecto.”. En cuanto a la nulidad interpuesta respecto de la
encuesta ambiental y familiar realizada en el domicilio del
denunciado (obrante a fs. 252/3), por entender que constituye
una violación a la garantía constitucional consagrada en el
artículo 18 de la CN, de defensa en juicio de la persona y de los
derechos por encontrarse conformada por dichos del
denunciado, también debo responder en forma negativa, ya que
como se analizará oportunamente la misma se encuentra
conformada por datos objetivos científicamente incorporados.
Repárese que la encuesta es requerida a una auxiliar de la
justicia, la Lic. en Trabajo Social, Va., quien como profesional de
una ciencia interdisciplinaria permite completar la información
requerida para conocer las condiciones y nivel de vida de F. Las
conclusiones arribadas no importan un pronunciamiento sobre
la modalidad de comisión del delito que se investiga por parte de
su autor, sino en esencia alude a las condiciones personales del
mismo, las que también fueran receptadas en la presente
audiencia, respecto de lo cual no se realizó objeción alguna, para
conocer las circunstancias atenuantes o agravantes particulares
del caso, datos que tal como la edad, educación, conducta
precedente, calidad de los motivos que lo determinaron a
delinquir, etc., en principio pueden provenir del mismo
interrogado como de ámbitos próximos a su persona, debiendo
en tales casos la información ser apreciada conforme las leyes
de la sana crítica racional. Las encuestan son precisamente los
medios por los que se introducen al proceso elementos de
convicción sobre la existencia y subsistencia real de indicadores,
factores y circunstancias personales y familiares que ayudan a
llenar de contenido la objetivación de los hechos. Es menester
reconocer que el saber judicial, como toda disciplina tiene
limitados alcances y posibilidades, que trasuntan “un no saber”
que a su vez es punto de partida de otras ciencias. “Los jueces,
los abogados...-como el resto de los integrantes del sistema
jurídico- comprenden hoy más acabadamente la indispensable
intervención de otras disciplinas no jurídicas para una más
efectiva aplicación de la ley” (Robles, Claudio “La intervención
pericial en Trabajo Social” Edit. Espacio, Bs. As. 2004, pág. 17).
Entiendo que la defensa no advierte el esfuerzo decodificador
que ha realizado el profesional y sospecha que con ello se
pretende sustituir al orden jurídico, sin embargo se trata de una
producción técnicamente independiente, especializada, sobre
una dimensión que por lo particular y puntual, ayudará a
comprender aspectos que el tribunal conjugará oportunamente
con otros, impidiendo en su caso perjudicar la defensa en juicio
del acusado, pero que en nada le resta valor. No podeos aislar
en una burbuja “el delito” o “su autor” y pretender que se lo
analice desde la perspectiva jurídica en forma excluyente, ya
que ambos forman parte del “hecho” es decir, una realidad y las
circunstancias que lo circundan, y el autor y el hecho a
investigar, ha de permitir tantos abordajes como ciencias lo
hagan objeto de estudio. Reitero, la multiplicidad de datos
obtenidos durante la investigación serán objeto de análisis, por
lo que debe advertirse que lo violatorio no es la información
técnicamente recabada a través de un profesional
interdisciplinario y deberá realizarse desde lo jurídico un
equilibrado análisis entre el hecho y las circunstancias de los
sujetos involucrados en el mismo para la correcta búsqueda de
la verdad sin menguar las garantías reconocidas
constitucionalmente. Por lo expuesto no corresponde hacer
lugar al pedido de nulidad articulado y tener presente la reserva
de casación. Análisis y valoración de las pruebas y declaración
del acusado: 1. El acusado ha realizado una negación genérica
del hecho que se le atribuye. 2. Las pruebas recepcionadas
permiten verificar sin embargo que es responsable. En efecto,
tanto la denunciante, Sra. N. G. C.N. G. C., como las testigos H.
O., M. S. O.O. y A. E. C. , fueron contestes en afirmar que el
menor A. I., vive junto a su progenitora y que el prevenido F. no
ha asumido responsable y regularmente sus obligaciones
asistenciales y afectivas para con su hijo. Que en algunos
períodos, aportó, en forma irregular, inoportuna e insuficiente,
sumas, para las necesidades mínimas e indispensables del
menor. A todas les consta los verdaderos estados de angustia y
de necesidad por los que debió atravesar la Sra. N. G. C. debido
al abandono de F. en el cumplimiento de sus deberes
asistenciales y afectivos para con sus hijos. Lo veían aparecer
cuando esta recurría a la justicia por dos o tres meses y luego el
taxi no se lo veía más. Calderón dijo que “la encontraba llorando,
mal, angustiada porque F. se había retirado y no le pasaba la
cuota, le prometía ver al niño, ir a buscarlo y luego no iba... cada
vez que la señora venía a la justicia veía el taxi de F. en la puerta
de su negocio un par de meses, una vez al mes y luego dejaba
de ir...”. A O. le consta de las necesidades de la Sra. N. G. C. para
con su hijo, ya que dijo que para mantenerlo a veces tenía que
acudir a amigas o conocidas para que le presten dinero “...Ella le
prestó dinero varias veces para comprar comida y para la cuota
de la cooperadora del colegio... cuando sabe que esta floja
económicamente el menor va a comer a la casa de la dicente...”.
O. confirmó que “tampoco después de ser fijada la cuota
colaboró llevando alimentos o vestimenta...”. Tal como lo
apreciara la denunciante F. mantiene un buen aspecto en cuanto
a su persona y vestimenta, vive en un barrio próximo a su hijo,
siendo la casa de regulares dimensiones y su actual pareja no
trabaja. También O. corroboró que “Conoce al señor F. por
haberlo visto solo en dos ocasiones, bien vestido y que las dos
veces lo notó muy agresivo, sabe que trabaja en un taxi. Que no
es la primera denuncia que le hacen por este tema a F.. La
denunciante le comentó hace tiempo que debida a la situación
en la que estaba no le quedaba más remedio que hacer otra
denuncia”. Todo ello ha podido ser corroborado con las
encuestas practicadas, de las que surge que la Sra. N. G. C. “ha
buscado diferentes estrategias de subsistencia con la finalidad
de mejorar las condiciones de vida de sus hijos”. En cuando a F.
se describe que la casa alquilada desde hace cuatro años es de
material, consta de dos dormitorios, cocina, comedor, baño
instalado, garage y cuenta con agua corriente, luz y gas natral,
siendo las condiciones en general muy buenas. El monto del
alquiler de $ 300. Su pareja actualmente no trabaja, siendo su
único ingreso el cobro de una cuota alimentaria del exesposo. F.
hace diez años que trabaja como taxista “de manera informar
(sin aportes jubilatorios ni obra social) y el ingreso equivale al 30
% de la recaudación diaria, que oscila entre los $ 30 y $ 50
diarios... él no considera haberse desentendido de sus
obligaciones, ya que les dejó la vivienda que ocupan y un auto,
también habría acordado un régimen de visitas que nunca pudo
cumplir por la actitud de su exesposa... Por los datos recogidos,
se considera que el Sr. F., durante años se habría desentendido
de las necesidades de sus hijos, tanto en el aspecto material
como afectivo, incurriendo en abandono. Actualmente por la
presión judicial estaría dispuesto a modificar su actitud”(fs. 253).
Independientemente de la conclusión a la que arriba la calificada
especialista en Trabajo Social y aun prescindiendo de ella, por
prueba que en forma independiente como la que se ha
analizado y se valorará también más adelante, se puede arribar
a idéntica conclusión. El prolongado lapso de tiempo en el que
transcurre el accionar del acusado, con pleno conocimiento de
su obligación legal, impide valorar su reciente cuestionamiento
sobre que habría entendido cumplida su obligación con la
entrega de la casa y un auto a favor de sus dos hijos, desde que
cabe preguntarse ¿la cobertura de un rubro puede entenderse
como cumplimiento integral de la obligación? ¿En su caso por
cuanto tiempo era? ¿La entrega del auto lo liberaba de las
cargas del mismo? o como lo explicó en la audiencia la
transferencia del rodado fue para que la Sra. N. G. C. levantara
la prenda que él había constituido por deudas propias sobre el
mismo? ¿Los gastos para el mantenimiento del capital del bien
inmueble deben restarse? En este aspecto debe quedar claro a
las partes que en materia alimentaria, como lo prevé el art. 825
del Código Civil: "No son compensables las deudas de
alimentos..." y más específicamente lo contempla el art. 374 del
mismo cuerpo legal, al decir: “La obligación de prestar alimentos
no puede ser compensada con obligación alguna, ni ser objeto
de transacción;...". La pretensión del alimentante que se
compensen las sumas adelantadas, resulta inaceptable, ya que
lo prohíbe precisamente el citado artículo, por la índole especial
de la prestación alimentaria, y no solo se refiere a las ya
devengadas, sino también con respecto a los alimentos futuros
ya que no son exigibles. Como lo plasma, Salas - Trigo Represas
- López Mesa en su Código Civil anotado, 4-a pág. 179, ...La
obligación alimentaria es alternativa -ya que puede ser
satisfecha in natura o en dinero- a elección del deudor, cuando
no existe convenio o sentencia judicial que indique la forma en
que esta debe cumplirse; en caso contrario, como la elección no
puede corresponder al alimentante, los otros gastos que realice
en beneficio de los alimentados deben ser considerados simples
liberalidades. La prestación alimentaria puede satisfacérsela in
natura solo cuando el alimentado lo acepta expresamente y no
existe convenio o sentencia judicial que indique la forma en que
se debe pagarla;...". En el presente caso, la cláusula "CUOTA
ALIMENTARIA", del acuerdo referido en familia, como el llegado
en el Centro Judicial de Mediación, como el ofrecimiento hecho
al solicitar la suspensión del juicio a prueba, fijaban el modo
específico de la asistencia alimentaria. Y su conocimiento sobre
la forma cabal de cumplimiento de su obligación se encontraba
reforzada por la implementación a lo largo del tiempo por todos
los medios previstos por la ley, como la suspensión del juicio a
prueba celebrado con fecha diecisiete de agosto de dos mil
cuatro (fs. 113/5) y otros alternativos posibles, como la
mediación solicitada inclusive por su parte con fecha catorce de
abril de dos mil tres, (fs. 32) que no dio resultado positivo. Al
último acuerdo si bien se comprometió con discernimiento,
intención y libertad, es decir voluntariamente, tampoco lo
cumplió en la forma prevista. Una y otra vez en forma errática y
teniendo la capacidad económica para hacerlo, ya que como lo
reconociera en la audiencia siempre ha tenido trabajo, F. cumplía
como quería y cuando quería, lo que vale decir que incumplía
con su deber. No desconozco que todos los años, por algunos
meses cumplía con algunas sumas, a veces importantes, pero la
persistencia en la omisión debe tenerse como consumativa del
estado de peligro abstracto en el que quedaba sumido su hijo,
como asimismo dado la característica de permanente o
continuo de este delito, permite entender que F. se substrajo,
desentendió, prescindió, hizo caso omiso de su deber. Como lo
enseña Laje Anaya, criterio que comparto “Estamos de acuerdo
con que la falta de subsistencia es permanente cuando el autor
se sustrae, pero decir que el autor se debe sustraer
permanentemente para poder cometer el delito, no nos parece
correcto. En primer lugar, porque la ley no está construida sobre
la base de que el autor deba abandonar el deber; en segundo
término, porque no se castiga al que se hubiese sustraído, sino
al que se sustrajere; tanto en el pasado, como en el presente”
(Delitos contra la familia, Ed. Advocatus, pág. 192). Todos estos
elementos de juicio resultan aptos para tener por acreditado,
con certeza los extremos fácticos de la imputación delictiva. El
aspecto subjetivo del imputado, es decir el hecho de que actuó
sabiendo lo que hacía y hacía lo que quería, también se
encuentra acreditado. Tal extremo surge de sus propios actos,
ya que cada vez que se encontraba ante la posibilidad de un
avance del proceso, aun cuando se excusaba en cuanto a
fechas y cantidades, acompañaba sumas importantes, que
evidenciaban su capacidad económica existente al momento de
los reclamos. En definitiva F. siempre contó con capacidad
económica, la que ha retaceado con el correr de los tiempos, tal
vez mal entendiendo que su deber se diluía con el paso del
tiempo y que la justicia podía ser burlada con estrategias que
prolongaban solo su incumplimiento. Prueba de ello es el
acuerdo que firmara en familia comprometiéndose a pagar
cuatrocientos pesos, posteriormente en mediación redujo tal
suma a trescientos veinte pesos y al ofrecer la probation volvió a
reducir su compromiso a ciento cincuenta pesos, el que como en
los anteriores, ni por dicha cantidad cumplió en forma integral y
regular. En cambio hizo alarde de su capacidad económica
cuando entre otros momentos del proceso, revocada la
probation y fijada la fecha para el debate, en el término de veinte
días (entre el 29.9 y el 18.10.2006) hizo aportes por la suma de
ochocientos pesos. Su maliciosidad y el substraerse de F.
consistió en que teniendo la capacidad económica para hacerlo,
no lo hizo oportunamente cuando debía sino por temor a verse
perjudicado con una resolución adversa a sus intereses, la
persecución penal que continuaba por los cauces más rigurosos.
Para dar por cumplido lo establecido en el art. 408 inc. 3 del
C.P.P., corresponde dejar fijado el hecho comprobado y cometido
por J. C. F., del siguiente modo: en el período comprendido entre
el mes de septiembre de dos mil dos y agosto de dos mil seis, el
imputado, J. C. F., se sustrajo con conciencia e intención a
prestar los medios indispensables para la subsistencia, es decir,
alimentos, vestimenta, vivienda y gastos de asistencia médico-
farmaceútica, a su hijo A. I. F., menor de dieciocho años de edad,
quien convivía con la progenitora, Sra. N. G. C.N. G. C., en el
domicilio sito en calle Santa Ana N.° 4.287, de B.° Las Palmas,
de esta ciudad. Así, dejo contestada esta cuestión. A LA
SEGUNDA CUESTIÓN PLANTEADA, LA SRA. JUEZ DE MENORES
NORA G., DIJO: La conducta de J. C. F. encuadra en el delito de
Incumplimiento de los Deberes de Asistencia Familiar (art. 45 y
1 de la Ley 13.944). En efecto la calificación legal obedece a que
el encartado, con conciencia e intención, encontrándose
económicamente capacitado para cumplir, se sustrajo a prestar
los medios indispensables para la subsistencia económica, es
decir no brindó los recursos económicos necesarios para la
satisfacción de las necesidades básicas de su hijo, durante el
período de tiempo ya fijado, en calidad de autor. Así contesto a
la segunda cuestión. A LA TERCERA CUESTIÓN PLANTEADA,
LA SEÑORA JUEZ G., DIJO: I) De entre las pautas objetivas y
subjetivas previstas en la ley penal, para graduar la sanción a
imponer al imputado J. C. F., tengo en cuenta, principalmente la
naturaleza y modalidad del hecho que revela una perseverancia
en su conducta, reveladora de una gran indiferencia ante el
deber, fundado en elementales sentimientos de solidaridad, de
atender a las necesidades indispensables para la subsistencia
de su hijo. Pero a su favor tengo en cuenta que se trata de un
sujeto con capacidad de trabajo, que no presenta problemas de
salud, que reconoció que parte de su incumplimiento se debió a
reacciones en contra de su exesposa y que actualmente
manifiesta seguir queriendo a sus hijos y estar dispuesto a
asistirlos económicamente. Atendiendo a la escala penal
considerada en abstracto para el ilícito atribuido, estimo justo
imponerle la pena de dieciocho meses de prisión en forma de
ejecución condicional, ya que aparece esta como el medio más
idóneo para evitar las penas privativas de libertad de corta
duración, que en casos específicos de delitos como el que nos
ocupa no soluciona el problema, sino que por el contrario lo
agravaría. Confío [en] que la existencia de una condena en
suspenso ha de obrar, tal como lo hizo el presente proceso, de
estímulo suficiente para a la evitación de nuevos
incumplimientos en lo específico y la comisión de nuevos
delitos. Con costas (arts. 9, 40 y 41 del C. Penal y 550 y 551 del
C.P.P.). La Ley 13.944 no tiene por última ratio la condena de los
que incumplen, sino estimular a los responsables al
cumplimiento de su obligación en protección de los hijos en
estado de desamparo económico, de modo que confío [en] que
luego de esta resolución F. ha de sacar provecho de su situación
en beneficio propio y de su hijo y no ha de reincidir en el delito.
En cuanto a la cuota alimentaria a fijarse conforme lo prevé el
art. 74 párr. 5°, merece destacarse que la misma respecto de los
hijos corresponde a ambos progenitores (art. 27 2. Convención
de los Derechos del Niño), por lo que teniendo en cuenta la edad
del menor A. I. y sus consecuentes necesidades de
alimentación, vivienda, vestimenta y gastos de asistencia
médico farmacéutica, estimo justa como prestación alimentaria
indispensable para la subsistencia del nombrado la suma de
doscientos cincuenta pesos, que deberá oblar mensualmente el
encausado F., del primero al diez de cada mes, a la guardadora
de aquel Sra. N. G. C.N. G. C., mediante depósito judicial a
nombre de esta y del beneficiario y en caso de ser en forma
directa contra entrega del recibo correspondiente. Así voto. A LA
CUARTA CUESTIÓN PLANTEADA, LA SEÑORA JUEZ G., DIJO:
Corresponde regular los honorarios profesionales del Dr. O. P., en
su calidad de defensor del acusado, en atención a la naturaleza
y complejidad del asunto, las diligencias cumplidas, el resultado
obtenido y demás pautas de mensuración que contempla la
legislación vigente, en la suma equivalente a treinta jus (arts. 24,
29, 34, 36, 86 y 87 de la Ley Prov. 8.226), conforme lo prescripto

por el art. 551 del Cód. Proc. Penal.13

[13]  STJ, F. J. C. p.s.a. incumplimiento de los deberes de asistencia familiar. (2006). Recuperado de

https://bit.ly/3gUFAFI

Por lo expuesto, te propongo que reflexiones con relación a la correcta


calificación delictiva y el análisis fáctico, una vez incorporados los
conocimientos teóricos de la presente lectura, para así revisar si fue correcta
la sentencia que finalmente decidió:

RESUELVO: I) No hacer lugar a las nulidades articuladas por el


defensor respecto del acta de nacimiento obrante a fs. 6 y
encuesta ambiental de fs. 252/3, y tener presente la reserva de
casación. II) Declarar a J. C. F., ya filiado, autor responsable del
delito de Incumplimiento de los Deberes de Asistencia Familiar
en forma continuada (art. 1, Ley 13.944, 55 "contrario sensu" del
Cód. Penal), por el período comprendido entre el mes de
septiembre de dos mil dos y el mes de agosto de dos mil seis, en
perjuicio de su hijo A. I. F. e imponerle la pena de dieciocho
meses de prisión en forma de ejecución condicional (arts. 26 y
cts. del Código Penal, 73 de la Ley Provincial 9053, 415 del C.P.P.
y 40 y 41 del C.P.), con costas (art. 9 y 550 y 551 del C.P.Penal).-
III) Disponer que la suspensión de la pena impuesta queda
sujeta al cumplimiento durante dos años de las siguientes
condiciones: 1) Fijar domicilio, permanecer a disposición del
órgano judicial y concurrir a todas las citaciones que se le
formulen, 2) Acreditar mensualmente ante el Tribunal, del diez al
quince de cada mes, el cumplimiento de la prestación
alimentaria mínima e indispensable para la subsistencia de su
hijo A. I., la que se fija en la suma de doscientos cincuenta pesos
(art. 27 bis y ccts. del Código Penal y art. 74 de la Ley 9053), 3)
adopte oficio, arte, industria o profesión adecuado a su
capacidad, 4) Someterse al contralor del Patronato de Presos y
Liberados y 5) No cometer nuevos delitos.- IV) Regular los
honorarios profesionales del Dr. O. P., en su calidad de defensor
del acusado, en la suma equivalente a cuarenta jus (arts. 24, 29,
34, 36, 86 y 87 de la Ley Prov. 8.226), con destino al Fondo
Especial del Poder Judicial, conforme lo prescripto por el art. 551

del Cód. Proc. Penal. PROTOCOLICECE Y OFICÍESE.14

[14]  STJ, F. J. C. p.s.a. incumplimiento de los deberes de asistencia familiar. (2006). Recuperado de

https://bit.ly/3gUFAFI

C O NT I NU A R
Lección 2 de 5

Matrimonios ilegales. Aspectos protegidos del bien


jurídico

La legalidad del matrimonio, que es la objetividad jurídica de la figura


tipificada en el artículo 134 del Código Penal, surge de la Ley 23515 que rige
el matrimonio civil y divorcio vincular, estableciendo: 1) los impedimentos, 2)

el acto de celebración y 3) la observancia de su formalidad15.

Dejo una sugerencia de un artículo interesante sobre la temática que no será


evaluado ya que no pertenece a nuestro sistema jurídico penal, pero es de
interés y enriquecedor a los fines de dilucidar cómo se trata una serie de
figuras penales relacionadas con la ilegalidad del matrimonio en el derecho
penal occidental:

[15]
Ley 23515. (1987). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://bit.ly/37VIzI0

Matrimonios ilegales en el Codigo penal.pdf


2.9 MB
Fuente: Mir Puig, S. (s.f.). Matrimonios ilegales en el Código Penal.
Recuperado de  https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2788069.pdf

Matrimonio ilegal bilateral y unilateral


Las figuras tipificadas en los artículos 134 y 135 del Código Penal16 tienen en
común distintos elementos a saber:

La acción típica consiste en contraer matrimonio, de acuerdo con las

previsiones establecidas por la Ley 2351517.

En ambos casos, se exige la existencia, por parte de uno o de ambos


contrayentes, de un impedimento que cause la nulidad absoluta del
matrimonio.

Estos impedimentos están debidamente enumerados en el artículo 166 de la


Ley 23515: 

[16] Arts. 134-135. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[17] Ley 23515. (1987). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://bit.ly/37VIzI0

1. laconsanguinidad entre hermanos ascendientes y descendientes sin


limitación; 

2. la consanguinidad entre hermanos; 


3. el vínculo derivado de la adopción plena y simple; 

4. la afinidad en línea recta en todos los grados; 

5. el matrimonio anterior, mientras subsista; y 

6. haber sido autor, cómplice, o instigador del homicidio doloso de uno de


los cónyuges.18

[18] Art. 166. Ley 23515. (1987). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://bit.ly/37VIzI0

Respecto a las causales previstas en los números 1, 2, 3, y 4 más allá de la


explicación que surge del manual, aportado como bibliografía básica,
corresponde su remisión a lo señalado al momento de desarrollar en la
unidad 2 las calificantes del delito de homicidio.

En el punto número 5 se hizo mención al matrimonio preexistente o lo que


también es conocido como bigamia. Este supone la existencia de un
matrimonio anterior que invalida el segundo. Para que el delito se cometa, es
menester que el primer matrimonio sea válido conforme la normativa que
regula la materia (Ley 23515).

Respecto al impedimento referido en el punto 6), puede tratarse de un


homicidio simple o calificado, atenuado o en riña, pero siempre doloso, por
tanto, no quedan comprendidos dentro del impedimento los preterincionales
e imprudentes. También para que concurra la nulidad debe haberse
consumado el delito.
El impedimento abarca al autor (art. 45 del CP19) al cómplice en sentido

amplio (art. 45 y 46 del CP) y al instigador (art. 45 del CP)20.

La muerte debe ser del cónyuge del otro contrayente del matrimonio viciado,
no del propio cónyuge, careciendo de importancia la motivación.

[19] Arts. 134-135. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[20] Arts. 45 y 46. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Matrimonio ilegal bilateral

El delito tipificado en el artículo 134 del Código Penal exige la concurrencia de


la conducta de las dos personas que contraen matrimonio, por tanto, en

todos los casos se dará codelincuencia21.

Se exige el conocimiento cierto de ambos contrayentes de la existencia de


un impedimento para contraer matrimonio, quedando excluidos la culpa y el
dolo eventual.

El delito se consuma en el momento en el cual los sujetos son declarados


unidos en matrimonio por el oficial público, rubricando la correspondiente
acta.

[21] Art. 134. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
Matrimonio ilegal unilateral

El inciso 1 del artículo 135 del Código Penal funciona como una especie de
calificante de la conducta básica analizada precedentemente, pues aquí se
incrementa la pena en caso de que sea uno solo de los contrayentes quien
supiera la existencia de impedimentos matrimoniales, y no los pusiera en
conocimiento de su cónyuge. No solo se ofende al Estado civil, sino también

la cónyuge inocente22.

El sujeto activo tiene pleno conocimiento del impedimento, pero se lo oculta


al otro contrayente. Esta conducta puede llevarla a cabo mediante actos
positivos o negativos. Es decir, puede engañar con artificios al futuro cónyuge
o simplemente callar la situación.

Al igual que el caso de matrimonio ilegal bilateral, el delito se consuma con la


celebración del matrimonio.

[22] Art. 135. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Simulación de matrimonio. Estructura de los tipos penales

Matrimonios simulados - La Nación.pdf


64.8 KB
Publicación: La Nación, (2007). Matrimonios simulados. Recuperado de
https://www.nacion.com/opinion/matrimonios-
simulados/J3KCDI2WE5ESTF4V7WEAXG3TMQ/story/

El supuesto de hecho previsto por el artículo 135 inciso 2 del Código Penal, no
se trata de un matrimonio legal ni ilegal, sino que en realidad se da un caso

de apariencia de matrimonio23.

Es decir, se debe hacer creer a otra persona la existencia de un matrimonio,


mediante simulación, haciendo creer como verdadero un matrimonio que en
realidad es falso.

La víctima del delito, debe creer que está contrayendo un matrimonio real, en
virtud de padecer un error determinante causado por la maniobra ardidosa
llevada adelante por el autor que le impide tomar conocimiento que en
realidad la unión legal no existe.

Para ello se debe aparentar todo lo relacionado con las formalidades propias
de un matrimonio. El acto debe contar con un funcionario público, testigos,
celebración del acto, consentimiento, y demás formas requeridas para la
celebración de un matrimonio.

Los sujetos activos pueden ser cualquier persona, mujer o varón.


Desde el punto de vista del aspecto subjetivo, es un delito doloso, de dolo
directo, no admitiendo dolo eventual y culpa. No requiere una finalidad
especial que guíe a la conducta del autor (ventajas económicas, venganza,
entre otras tantas), sin perjuicio que se tengan en cuenta al momento de
merituar la pena.

[23] Art. 135, inc. 2. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Autorización de un matrimonio ilegal. Tipo doloso y tipo culposo


El artículo 136 del Código Penal contempla el actuar funcional del oficial
público del Registro Civil de las Personas, previendo tres modalidades de
responsabilidad criminal.

1. Autorización dolosa de un matrimonio ilegal.

2. Autorización culposa de un matrimonio, por ausencia de los requisitos


formales.

3. Celebración dolosa por inobservancia de las formalidades legales.24

[24] Art. 136. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Tipo culposo:
Autorización culposa (art. 136, 2.do párrafo del Código Penal25): se trata de
un tipo imprudente, que comprende la conducta negligente del oficial público
que no ha cumplido con los requisitos que la ley le exige para la celebración
del matrimonio, concretamente lo establecidos por los artículos 186 y 187 de

la Ley 2351526.

Tipos dolosos:

Autorización dolosa de un matrimonio ilegal (art. 134, 1.er Párr.27): es el


caso en el cual el oficial público, en el marco de su competencia funcional,
autoriza un matrimonio, conociendo que existen impedimentos legales que

causan su nulidad conforme a la Ley 2351528.

El delito es doloso, admitiendo solo el directo, quedando excluidos la culpa o


eventual, pues el autor debe conocer acabadamente la existencia de los
impedimentos que nulifican el matrimonio. Por otra parte, debe existir por
parte del oficial público la voluntad de llevar adelante la celebración del
matrimonio.

Celebración dolosa: este supuesto debe ser diferenciado de la figura


analizada en los dos párrafos que anteceden, pues aquí no se trata de la
celebración de un matrimonio ilegal.

La conducta reprochada al oficial público consiste en celebrar un matrimonio


al margen de las formalidades exigidas por la ley, concretamente en el

artículo 188 y ss. de la Ley 23515 y su modificatoria del año 201029.


Solo admite dolo directo, no siendo posible la culpa o dolo eventual, pues el
autor debe saber certeramente que no se ha cumplido con las formalidades
que exige la ley de matrimonio.

[25] Art. 136. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[26] Arts. 186-187. Ley 23515. (1987). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://bit.ly/37VIzI0

[27] Art. 134. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[28] Ley 23515. (1987). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://bit.ly/37VIzI0

[29] Arts. 188 y siguientes. Ley 23515. (1987). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

http://bit.ly/37VIzI0

Responsabilidad de los representantes legales del menor.


Conducta punible
En este caso no se encuentra en tela de juicio la responsabilidad de los
contrayentes ni del oficial público del registro civil, sino del representante
legítimo de un menor de edad.

Concretamente, la responsabilidad del representante está dada por haber


autorizado la celebración de un matrimonio anulable, por la existencia de un
impedimento impediente, de nulidad relativa.
Al estar referidas las normas del presente capítulo a los matrimonios, la
minoridad a la cual se hace referencia es la que concierne al matrimonio,

esto es, 18 años (Ley 26579 del año 200930).

Son sujetos activos, los representantes legítimos de los menores, esto es


padres matrimoniales y extramatrimoniales, los adoptivos y los tutores.

La conducta consiste en autorizar conforme a las formalidades exigidas por

la ley (art. 187, inc. 2 y 189 de la Ley 2351531) un matrimonio que resultaba
anulable por la existencia de un impedimento. El delito es doloso, siendo
admisible en este caso el dolo eventual.

Se consuma en el momento en cual se da el consentimiento para la


celebración del matrimonio, más allá de que el mismo se concrete.

[30] Ley 26579. Mayoría de edad. (2009). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3nsYDcB

[31] Arts. 189 Y 189. Ley 23515. (1987). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://bit.ly/37VIzI0

C O NT I NU A R
Lección 3 de 5

Supresión y suposición de estado civil. Aspecto


protegido del bien jurídico

Corresponde la remisión al texto de base, sin perjuicio de agregar que, si bien


la ley ha equiparado los delitos del capítulo II, sus contenidos son diferentes.
La norma descripta en el segundo inciso del artículo 139 del Código Penal, no
tipifica la mera modificación del estado civil, sino que ha ido más lejos.

En efecto, la norma alude a una situación de alteración del ser


mismo de la persona, presentándose la identidad como un
derecho inherente a la persona, pero que al mismo tiempo
trasunta su propia individualidad para constituir un patrimonio
cultural con características propias. (Buompadre, 2000, p. 490)

El derecho a la identidad se presenta como el interés que cada sujeto tiene


de ser presentado en la vida en relación con su verdadera identidad.

Supresión del estado civil de mayores y menores. Condiciones


delictivas
El sujeto pasivo de la figura delictiva prevista por el artículo 138 del Código
Penal, supresión de estado civil de mayores, pueden ser las personas que

tengan diez años cumplidos32. Solo podrán ser sujetos pasivos los menores
que no hayan cumplido diez años en aquellos casos en los que se ataque su
estado civil, pues en caso de ser su identidad la conducta se desplaza a la

figura prevista en el artículo 139 inciso 2 del Código Penal33. También se


exige que la persona esté viva, pues al producirse el fallecimiento se pierde el
estado civil.

De la misma forma, para poder configurarse el delito se debe suprimir el


estado civil de otra persona, y no el propio.

Respecto de las acciones materiales previstas en la norma, son tres: hacer


incierto, alterar o suprimir.

Se entiende por hacer incierto la conducta que crea una situación de


inseguridad, duda, falta de certeza respecto al estado civil de una persona,
de modo tal que se torne difícil el establecimiento del mismo.

Por su parte, alterar implica modificar o cambiar el estado civil, en forma


total o parcial, reemplazando por otro distinto al real.

Suprimir el estado civil de una persona, es hacerla desaparecer borrarla, o


cualquier acción que implique quitar al sujeto pasivo su verdadero estado sin
asignarle otro, de modo tal que no se sepa cuál es su nombre, a qué familia
pertenece, u otros datos que hacen al estado civil.
Generalmente el medio que se utiliza para llevar a cabo las acciones
descriptas es la falsedad documental, lo que ha desencadenado distintos
debates en torno a si existe concurso real, ideal o aparente, con los delitos
contra la fe pública. No obstante, en la actualidad parecería que la doctrina
se inclina por afirmar que existe un concurso material entre ambos delitos

(art. 55 del CP34).

Desde el punto de vista del aspecto subjetivo, la conducta no requiere de


ninguna exigencia especial o ultrafinalidad, bastando para su configuración el
dolo común, pues cualquiera que sea la finalidad o el motivo que impulsó al
autor a producir el hecho sólo tendrá incidencia en la penalidad.

Por su parte el artículo 139 inciso 2 del Código Penal reprime la supresión de
la identidad de un menor de diez años. Las acciones punibles resultan

idénticas a las desarrollada precedentemente35.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, salvo el caso de que concurran en
las condiciones personas descriptas en el segundo párrafo del artículo 139

bis del Código Penal, que agrava la conducta36.

El sujeto pasivo, sólo puede ser un menor de diez años, la alteración de la


identidad de un mayor de diez años no se encuentra tipificada por el
ordenamiento punitivo.

El aspecto subjetivo se satisface con el dolo común, no siendo necesario


ningún propósito especial en el accionar del sujeto activo.
[32] Art. 138. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[33] Art. 139, inc. 2, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[34] Art. 55. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[35] Art. 139, inc. 2. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[36]
Art. 139, bis. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Suposición de estado civil. Facilitación, promoción,


intermediación en esos delitos
Más allá de la interpretación que se ha efectuado en el manual, aportado
como bibliografía de base respecto a la acción material que surge del inciso
segundo del artículo 139 del Código Penal, se sostiene que el delito previsto
en el inciso 1 del artículo 139 del Código Penal, presenta una estructura

compleja que se integra con un aspecto objetivo y uno subjetivo37.

En la faz objetiva, la acción implica fingir preñez o parto. Es decir, simular el


proceso biológico de embarazo, fingiendo las manifestaciones propias de la
preñez tales como aumento de peso, sueño, y el acto de alumbramiento. En
caso de que el embarazo fuese real no se configura el ilícito analizado. Debe
existir un niño cuyo estado civil se altere.
Subjetivamente la simulación de estos estados debe estar dirigida a otorgar
al supuesto hijo derechos que no le correspondan, todo ello sin perjuicio de
que el propósito se termine logrando.

Sujeto activo sólo puede ser una mujer, pues biológicamente es la única que
puede fingir el estado de embarazo. Por su parte, resulta sujeto pasivo el
niño a quien se le altera el estado civil.

La figura abarca una parte o tramo de la criminalidad conocida como tráfico


de personas. La intermediación que lleva a cabo el autor debe ser ilícita, es
decir, al margen de las leyes que rigen la adopción o guarda de menores.

Por intermediar se entiende intervenir entre quien entrega, vende o cede al


menor.

También la ley hace mención de dos modalidades más, concernientes a la


intermediación: la facilitación y la promoción.

[37] Art. 139. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

C O NT I NU A R
Lección 4 de 5

Delitos contra la familia

Este tema se desarrolla en el Manual de Derecho Penal – Parte Especial,


escrito por Ricardo Núñez (2008). Particularmente, se hace referencia en las
páginas 211 y siguientes.

Incumplimiento de los deberes de asistencia familiar


Ley 13944. Aspecto protegido del bien jurídico. Estructura del delito. Acción

penal38 

Esta es la temática del caso, que en resumidas cuentas trata la situación de


una persona que fue condenada penalmente por la figura de incumplimiento
de los deberes de asistencia familiar, concretamente con la cuota fijada por
el Juez de familia, y luego al manifestar cumplir y manifestarse arrepentido
se aplicó la suspensión del juicio a prueba, motivado porque en definitiva,
como ya se ha visto en la parte teórica, la idea de castigar penalmente estas
conductas es la de protección de la familia, concretamente en este caso
particular la asistencia que le deben los padres a sus hijos en función de la
patria potestad.  
Teniendo en cuenta la simpleza del tema y el correcto tratamiento realizado
en el Manual de Derecho Penal – Parte Especial, escrito por Ricardo Núñez
(2008), corresponde remitirnos a ese texto, específicamente página 211 y
vta., punto I y II.

[38] Ley 13944. Incumplimiento de los deberes de asistencia familiar. (1950). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/34iRwMo

Contacto de menores con sus padres no convivientes. Ley 24270


En igual sentido, corresponde remitirnos al Manual de Derecho Penal – Parte
Especial, escrito por Ricardo Núñez (2008), sin perjuicio de lo cual agregamos
algunas consideraciones que se desarrollan a continuación (ídem, página
211 vta. a 219, puntos III a VII).

Bien jurídico protegido


El bien jurídico protegido no es el derecho de visita genérico cuyos titulares
son los parientes relacionado recíprocamente con la obligación alimentaria;
sino el específico derecho-deber de los padres no convivientes de visitar a
sus hijos menores de edad no emancipados, para tener una adecuada
comunicación con estos y posibilitar la supervisión de su ecuación, que surge
del ejercicio de la patria potestad compartida.

Sujetos activos: en el caso concreto en análisis en cuestión, el sujeto activo


fue el padre, que en forma continuada no pasó la cuota alimentaria que le
correspondía a su hijo.
La ley menciona como sujetos activos al padre o tercero. La expresa
mención a un tercero permite la aplicación de la figura a cualquier persona
que obstruya la comunicación entre padres y sus hijos menores, cuya
tenencia no ejercen por diferentes motivos. Es decir, el padre conviviente no
es el único sujeto activo de estos delitos.

Sujetos pasivos: en el caso concreto el sujeto pasivo era el menor de edad a


quien su padre no le pasaba la cuota alimentaria fijada.

Los sujetos pasivos del ilícito son el padre o los padres no convivientes hijos
menores no convivientes. 

C O NT I NU A R
Lección 5 de 5

Referencias

Buompadre, J. E. (2000). Derecho Penal Parte Especial, Tomo 2. Buenos


Aires, Argentina: Ed. Mave.

La Nación, (2007). Matrimonios simulados. Recuperado de


https://www.nacion.com/opinion/matrimonios-
simulados/J3KCDI2WE5ESTF4V7WEAXG3TMQ/story/

Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la


Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-
19999/16546/texact.htm

Ley 13944. Incumplimiento de los deberes de asistencia familiar. (1950).


Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do%3Bjsessionid=C
99CE8280ABB461F2ADB17E0ABE3481F?id=129755

Ley 23515. (1987). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de


http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/20000-
24999/21776/norma.htm
Ley 26579. Mayoría de edad. (2009). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?
id=161874

Mir Puig, S. (s.f.). Matrimonios ilegales en el Código Penal. Recuperado de


 https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2788069.pdf

Nuñez, R. (2008). Manual de Derecho Penal (3.ra. ed. Actualizada por Victor
Feler Reinaldi). Buenos Aires, Argentina: Lerner Editores  

STJ, F. J. C. p.s.a. incumplimiento de los deberes de asistencia familiar.


(2006). Recuperado de http://perlaprigoshin.com.ar/wp-
content/uploads/2016/04/F-J-C-psa-INCUMPLIMIENTO-DE-LOS-DEBERES-
DE-ASISTENCIA-FAMILIAR-2006.pdf
Delitos contra la seguridad de la Nación, contra los poderes públicos y el orden
constitucional

Bien jurídico protegido. Sistematización

Atentado contra la seguridad externa

Atentado al orden constitucional y la vida democrática

Referencias

Revisión del módulo


Lección 1 de 5

Bien jurídico protegido. Sistematización

Los bienes jurídicos protegidos en los títulos denominados “Delitos contra la seguridad de la Nación” (IX) y “Delitos
contra los poderes públicos y el orden constitucional” (X) serán oportunamente definidos al momento de efectuar el
análisis de cada título en particular. Sin perjuicio de ello, podemos diferenciarlos diciendo que los delitos agrupados
en el título IX tienden a la protección de la seguridad exterior, es decir, al Estado en cuanto a sus relaciones
internacionales con otros países u organizaciones no estatales. En cambio, las figuras delictivas contenidas en el
título X atacan al Estado como Nación jurídicamente organizada, por medio de los cuales se intenta proteger la
vigencia de la Constitución Nacional y el funcionamiento de los poderes públicos.

El primero de los títulos está compuesto por dos capítulos: el primero está dedicado a la traición; y el segundo, a la
criminalidad que ataca la paz y dignidad de la Nación.

Por su parte, el título X se divide en tres capítulos: el primero está referido a los atentados contra el orden
constitucional y la vida democrática; el segundo criminaliza la sedición; y el restante contiene disposiciones que son
comunes a los capítulos I y II.

Planteo práctico
La propuesta para el planteo de actividad práctica de esta lectura es diferente a las demás, ya que no son figuras
penales que se apliquen con frecuencia ni en este país ni en occidente en general (decimos “occidente” porque el
sistema jurídico penal de los países que lo componen opera en forma similar, lo que se traduce en sus respectivos
códigos penales). Entonces, la propuesta surge aquí del análisis de una noticia referida a un caso de traición a la
patria, cuyo enlace dejo a continuación y se irá analizando puntualmente en la figura correspondiente.

El único caso de traición a la Patria en la Argentina terminó con una condena a perpetua - Infobae.pdf
1.2 MB

Publicación: Pignatelli, A. (2017). El único caso de traición a la Patria en la Argentina terminó con una condena a
perpetua. Infobae. Recuperado de https://www.infobae.com/politica/2017/12/07/el-unico-caso-de-traicion-a-la-
patria-en-la-argentina-termino-con-una-condena-a-perpetua/
C O NT I NU A R
Lección 2 de 5

Atentado contra la seguridad externa

Como se adelantó, los delitos tipificados en el título IX del Código Penal1 tienen como bien jurídico la protección de la
seguridad exterior del Estado. En otras palabras, puede decirse que la objetividad del delito está dada por el
resguardo del Estado en el marco de sus relaciones internacionales. La protección se proyecta sobre aquellas
conductas que pongan en peligro al Estado y sus relaciones con otras organizaciones estatales y supraestatales.

[1] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Traición. Noción. Estructura del delito sentido del art. 119 de la Constitución Nacional
El delito de traición que está tipificado en el art. 214 del Código Penal posee la particularidad de que también ha sido
definido por el art. 119 de la Constitución Nacional de la siguiente manera:

La traición contra la Nación consistirá únicamente en tomar las armas contra ella, o en unirse a sus
enemigos prestándoseles ayuda o socorro. El congreso fijará por una ley especial la pena de este delito;
pero ella no pasará de la persona del delincuente, ni la infamia del reo se transmitirá a sus parientes de

cualquier grado.2

[2]
Art. 119, Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2tYXaE8

Ahora bien, la doctrina advierte que entre ambas normas existen diferencias, pues el texto constitucional define dos
conductas, y la norma penal define tres. Efectivamente, la Constitución Nacional ha descrito 1) tomar las armas
contra la Nación; y 2) unirse a los enemigos prestandoles ayuda y socorro. Mientras tanto, el Código Penal prescribe
como acciones punibles las siguientes tres: 1) tomar las armas contra la Nación; 2) unirse a los enemigos; y 3)
prestar cualquier ayuda. En el caso presentado en la noticia, un militar argentino fue acusado de vender información
clasificada de nuestro país a Bolivia y a Paraguay. Si bien su caso aún mantiene muchas zonas grises, el malogrado
militar pasó los siguientes veinte años de su vida olvidado en una celda, hasta el indulto de su muerte).

Como presupuesto, el delito de traición exige la existencia de una situación de guerra exterior, que consiste en un
conflicto armado entre dos o más países. En el caso presentado, esta hipótesis de conflicto existió; por ello, en los
14 cuerpos que componen la causa contra este militar, se esconde una trama en la que las verdaderas
motivaciones que llevaron a recibir semejante acusación aún no salieron a la luz. Se lo acusaba de vender
información secreta de nuestro país a Bolivia, mientras se desarrollaba la guerra del Chaco. Él, como ayudante del
jefe del Ejército, tenía en custodia diversa información sensible. 

Finalmente, se dictó la condena: el militar fue encontrado culpable de espionaje y, en consecuencia, de traidor a la
patria. Se lo condenó a ser degradado y destituido en ceremonia pública, y a purgar una pena a cadena perpetua,
condena que tuvo que cumplir en la cárcel de Ushuaia.

Conforme a lo expuesto, sólo podrá existir traición durante la vigencia de una situación de beligerancia, la cual
comienza con la declaración formal de guerra o con la iniciación de las acciones bélicas. Esta situación de
beligerancia termina con la celebración de un tratado de paz o cualquier otra forma que ponga fin al conflicto
armado (Buompadre, 2000).

La acción típica consiste en “tomar armas”, que no es otra cosa que participar en acciones bélicas, adoptando
cualquier posición dentro de las filas del ejército contrario, y no es preciso que se haya entrado en combate, pues en
la conducta típica quedan atrapadas diversas actividades, entre las que se pueden mencionar las prácticas de
inteligencia, ingeniería, telecomunicaciones, planificación y estrategia.

La conducta señalada, además, requiere una finalidad específica en el actuar del sujeto activo: concretamente, que
el enrolamiento en las fuerzas enemigas tenga lugar para combatir contra nuestra Nación; por ejemplo, cumpliendo
servicios religiosos, de sanidad o justicia, dentro del ejército extranjero.

Quien obra bajo presión de amenazas, coacciones o torturas no comete traición, pues su voluntad se encuentra
viciada.

Por otro lado, en el art. 214 del Código Penal se ha previsto como acción punible unirse al enemigo prestándole

ayuda o socorro3. La conducta es compleja, pues exige que, además de unirse al ejército enemigo, formando parte
de él, se preste ayuda y socorro, lo cual se traduce en cualquier cooperación material en las acciones bélicas, ya sea
proporcionado armas, hombres, infraestructura, conocimientos u otros tantos elementos que pueden ser aportados
en un conflicto bélico.

En todos los casos, sólo pueden ser sujetos activos los ciudadanos argentinos, nativos o por opción, como así
también toda persona que deba obediencia a la Nación en razón de su empleo o función pública. En este último
caso, se comprende a los extranjeros que tengan alguna vinculación política con la Nación.

El tipo es doloso. El conocimiento debe abarcar la situación de guerra que se mantiene con otro Estado y la voluntad
concreta de llevar adelante las acciones típicas descritas por la ley. Sin embargo, la figura de traición no requiere
ningún tipo de motivación especial en el accionar ilícito. Es decir, no se requiere que el alistamiento responda a
remuneración económica, ingratitud o venganza con el Estado, o cualquier otra causa imaginable.
[3] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Agravante
En el art. 215 del Código Penal se prevén dos circunstancias que agravan el delito traición, con penas de prisión o

reclusión perpetua4.

El primer supuesto se refiere a la conducta del autor que comete el hecho con el propósito de someter a la Nación al
dominio extranjero o menoscabar su independencia. Esta situación se da cuando la Nación desaparece como tal, al
encontrarse sometida al poder de otro Estado, y como consecuencia pierde su soberanía.

No obstante lo expresado, la agravante se configura aun cuando la finalidad perseguida no se consiga; es decir,
basta con cometer la figura básica y que el propósito del autor sea someter la Nación al dominio de otro Estado
extranjero, sin perjuicio de que luego esta finalidad no pueda concretarse, por cualquier causa.

En el segundo caso, el autor de traición endereza su conducta para que el enemigo haga la guerra contra nuestro
país. Se trata de un delito de intención y se consuma cuando se comete la traición con la finalidad de lograr los
objetivos establecidos por la ley. Al igual que en el supuesto anterior, para que proceda la calificante, no resulta
necesario que se alcance el resultado perseguido.

Conspiración para la traición: (Si bien no son tratadas en la situación práctica planteada, estas figuras por su
similitud pueden extraerse de variantes del caso, por lo que se insta al alumno a pensar variantes que podrían
quedar implicadas en esta o en las demás figuras penales de la lectura).

Con el art. 216 del Código Penal, no se hace más que penar un acto preparatorio del delito de traición, pues la

misma norma condiciona su aplicación al descubrimiento del hecho antes de empezar su ejecución5.

La acción típica consiste en formar parte de una conspiración de dos o más personas que tenga por finalidad
cometer el delito de traición. Se ha entendido que tomar parte es participar en los actos de conspiración. Todos los
que participan son autores.

A su vez, se define la conspiración como el concierto de individuos que ejecuta un plan previamente determinado
para lograr un fin determinado.

Conforme al texto de la norma aludida, el número mínimo de intervinientes en el hecho de conspiración debe ser
dos, y no califica el accionar si se suman más personas al concierto criminal.

Sujeto activo puede ser cualquier persona, siempre que una de ellas reúna la condición para cometer el delito de
traición, es decir, que sea argentina, nativa o por opción, o que deba obediencia a la Nación en razón de su empleo o
función pública.
El delito se consuma con el mero acuerdo de voluntades para llevar a cabo el plan diseñado para cometer el delito
de traición.

Se trata de un delito doloso, y no es posible su comisión por dolo eventual, pues se exige un acuerdo de voluntades
con la específica finalidad de cometer el delito de traición.

[4] Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[5] Art. 216, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Excusa absolutoria

En el art. 217 del Código Penal6, se prevé la exención de pena a favor de quien ha revelado la existencia de una
conspiración destinada a cometer el delito de traición. La ley solo beneficia al autor de la delación y exige que la
revelación se produzca antes de haberse comenzado el procedimiento.

[6] Art. 218, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Traición contra potencia extranjera


En el art. 218 del ordenamiento punitivo, se amplía el objeto sobre el cual recae el delito de traición, sin alterar los
demás elementos objetivos y subjetivos de la figura analizada.

Los presupuestos para la procedencia del tipo son que exista una guerra contra un enemigo en común y que el acto
de traición se lleve a cabo contra una potencia aliada, es decir, fuerzas de otras Naciones que hacen la guerra ante
un mismo Estado hostil.

En otras palabras, para que proceda la aplicación de la figura analizada, al igual que en el tipo básico de traición,
debe existir un conflicto armado internacional, el sujeto activo debe ser un argentino, nativo o por opción, o que deba
obediencia a la Nación en razón de su empleo o función pública, que tome las armas o se una prestando ayuda o
socorro a un ejército enemigo. La diferencia está dada porque aquí quien es sujeto pasivo del ataque no es nuestro
país, sino una Nación aliada.

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Lección 3 de 5

Atentado al orden constitucional y la vida democrática

Los delitos tipificados en el título X del Código Penal atacan al Estado como Nación jurídicamente organizada, y, por
medio de ellos, se intenta proteger la vigencia de la Constitución Nacional y el funcionamiento de los poderes
públicos.

Estos delitos tienden a la defensa de las instituciones democráticas.

Estas conductas son infracciones de naturaleza política, pues atacan a la Nación como personalidad política
lesionando las bases fundamentales de su organización gubernamental, en su existencia, integridad, formación u
orden (Núñez, 1978).

Alzamiento armado nacional. El tipo penal. Elemento subjetivo. Agravantes


La acción típica correspondiente al art. 226 del Código Penal consiste en alzarse en armas contra el Gobierno

nacional con la finalidad de lograr algunos de los objetivos señalados por la norma7.

Debe tratarse de un movimiento constituido por un número indeterminado de personas que, mediante el uso de la
violencia y la disposición de armas, tiende a conseguir aquellos objetivos definidos por la ley. No es necesario que se
llegue a concretar la lucha o el enfrentamiento, pero sí que las personas cuenten con armas, así sea que las utilicen
o que simplemente las tengan en su poder.

El tipo contiene un elemento subjetivo especial que acompaña la acción, el propósito de llevar a cabo cualquiera de
las finalidades enumeradas por la ley, a saber:

[7] Art. 226, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

1 Cambiar la Constitución. Debe tratarse de la Constitución Nacional, pues en caso de ser la provincial,
el hecho se desplazaría a la figura delictiva prevista en el art. 229 del Código Penal8.

[8] Art. 229, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

2 Deponer alguno de los poderes públicos. El alzamiento no tiene por finalidad el cambio de las
instituciones, sino, más bien, las personas que ocupan los cargos. Un ejemplo es destituir al
presidente de la Nación o al ministro de Economía.
3 Arrancar alguna medida o concesión. A través del movimiento, se busca que cualquiera de los
poderes dicte una resolución esperada por los autores del ilícito. Son ejemplos que se dejen en
libertad a cierto grupo de presos, que se concedan subsidios, entre otros tantos pedidos que pueden
canalizarse por medio de esta vía.

4 Impedir, aunque sea temporalmente, el libre ejercicio de las facultades constitucionales. Ello implica
no dejar que los funcionarios que ocupan cargos públicos puedan cumplir con aquellas funciones que
les han sido encomendadas por mandato constitucional o legal. Ejemplo de esto es impedir que los
jueces dicten sentencia o que la Cámara de Senadores pueda tratar proyectos de ley.

5 Impedir la formación o renovación de los poderes nacionales en los términos y formas legales.
Concretamente, esta conducta tiende a obstaculizar el recambio de funcionarios del Estado. Es un
ejemplo impedir que un diputado pueda ocupar su banca, a la cual accedió por elección legítima.

6 Puede ser sujeto activo del delito cualquier persona, pues la norma no exige ninguna cualidad
especial en el autor para que se configure el delito.

Desde el punto de vista del aspecto subjetivo, el delito es doloso, y admite solo la modalidad directa, pues la figura
exige también la concurrencia de un elemento subjetivo especial que radica en conseguir las finalidades
establecidas en la norma, circunstancia que impide alcanzar el delito con dolo eventual.

El delito se consuma con el alzamiento, y no resulta determinante a tal efecto que se logren las finalidades
perseguidas.

Agravantes
En el segundo y tercer párrafo del art. 226 del Código Penal, se prevén agravantes en razón del propósito perseguido
por el alzamiento armado y también por las calidades especiales de los autores.

El primero de los supuestos eleva la pena de ocho a veinticinco años cuando el alzamiento en armas se realice

con el fin de cambiar de modo permanente el sistema democrático de gobierno, suprimir la


organización federal, eliminar la división de poderes, abrogar los derechos fundamentales de la persona
humana o suprimir o menoscabar, aunque sea temporariamente, la independencia económica de la

Nación.9 

[9] Art. 229, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
El texto ha sido criticado, dado que no se encuentra explicación para que el ataque a la independencia económica de
la Nación pueda ser efectuado en forma temporaria mientras que en los demás casos se exige que el cambio sea
permanente.

Por último, el tercer párrafo eleva las penas en un tercio si el alzamiento armado “fuere perpetrado por personas que

tuvieren estado, empleo o asimilación militar”10. La razón de esta agravante está dada porque quienes tienen la
obligación de usar las armas para defender la Nación las utilizan en contra de los intereses de esta y enderezan su
accionar a la consecución de las finalidades analizadas en párrafos anteriores. Corresponde aquí la remisión a la
bibliografía aportada como texto base.

[10]
Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Amenaza de cometer un atentado al orden constitucional y la vida democrática


En el art. 226 bis del Código Penal, la acción típica consiste en amenazar, es decir, infundir temor, intimidar, anunciar
que se va a cometer cualquiera de las conductas que han sido descritas en el art. 226 del mismo ordenamiento

legal11. Sobre el concepto de amenaza, corresponde remitir a la definición oportunamente dada en unidades ya
desarrolladas, especialmente, las concernientes a los delitos contra la libertad.

Ahora bien, esta amenaza debe efectuarse en forma pública. En otras palabras, debe estar direccionada o dirigida a
un número indeterminado de personas. Por otro lado, debe ser idónea, con potencialidad como para causar temor
que se produzcan los hechos anunciados.

El delito es doloso, y queda solo comprendido el directo, pues la figura exige para su configuración que la amenaza
sea con una finalidad específica, lo que hace imposible su comisión por vía de dolo eventual.

Por ser un delito de pura actividad y de peligro abstracto, se consuma en el momento del anuncio público de la

comisión de los hechos descritos en la figura del art. 226 del CP12. En consecuencia, no resulta admisible la
tentativa.

[11] Arts. 226 y 226 bis, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[12] Art. 226, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Concesión de poderes tiránicos

La figura prevista en el art. 227 del Código Penal se trata de un delito especial propio, pues sólo pueden ser autores
quienes revistan ciertas cualidades que han sido definidas por la ley. Concretamente en este caso, sólo podrán ser

sujetos activos los miembros del Congreso Nacional o Provincial13.


La acción típica ha sido definida por el verbo “conceder”, que no es otra cosa que conferir, otorgar, acordar
facultades extraordinarias al gobernante.

Estas facultades extraordinarias son aquellas que se acuerdan al margen de los procedimientos reglados por la
Constitución Nacional y que no se corresponden con los que ella ordinariamente establece. Son facultades que se
otorgan al Poder Ejecutivo pero que deben inevitablemente ser controladas o ejecutadas por otros poderes del
Estado (Legislativo o Judicial).

La suma del poder público representa la supresión de la división de poderes. Es decir, el Poder Ejecutivo tiene en
sus manos todos los poderes del Estado, los que les corresponden a él y los atribuidos al Poder Judicial y
Legislativo.

La sumisión es la subordinación, sometimiento, dependencia al Poder Ejecutivo, en tanto que la supremacía implica
el predominio de un poder sobre otro, es decir, falta el equilibrio sobre el cual descansa la división de poderes.

Es un delito doloso, que, si bien no contiene ningún elemento subjetivo específico, solo admite la modalidad directa.

Por ser un delito de pura actividad y de peligro abstracto, se consuma cuando se conceden los poderes tiránicos. La
figura no exige ningún resultado particular.

Sedición. Los arts. 6, 22 y 109 de la Constitución Nacional. Los tipos penales: sedición propiamente dicha.

[13]
Art. 227, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

El bien jurídicamente protegido


La objetividad jurídica es la estabilidad total o parcial de la Constitución de las provincias o la seguridad de la
autoridad provincial o federal en su caso, o el libre ejercicio de sus facultades constitucionales.

El tipo de sedición

La figura descrita por el art. 229 del Código penal14 tiene una descripción semejante a la establecida para el delito
de atentado contra el orden constitucional y vida democrática (art. 226 del CP). La diferencia fundamental estriba
en que la criminalidad en este caso está limitada y dirigida al ámbito provincial.

Las acciones delictivas se circunscriben a los actos beligerantes entre provincias o a la invasión de una sobre otra.

Aquí, al igual que en el art. 226 del CP,15 junto   con las acciones constitutivas de delito se deben perseguir las
finalidades expresamente enumeradas por la ley.
De la misma forma, para la consumación, basta con la realización de las acciones descriptas por la ley, y es
innecesario a tal efecto alcanzar los fines propuestos.

No obstante lo expuesto, corresponde la remisión al texto dado como bibliografía de base.

[14] Art. 229, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[15] Art. 226, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

El tipo de motín

En el art. 230 del Código Penal16 se contemplan dos figuras delictivas, que se caracterizan por constituir
levantamiento colectivo, es decir, movimientos efectuados por grupos numerosos de personas que importan una
perturbación grave contra la tranquilidad de los poderes constituidos y las resoluciones que emanen de estos.

[16]
Art. 230, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

1 La acción típica descrita en el inciso primero consiste en atribuirse los derechos del pueblo y
peticionar en nombre de este. Se trata, por tanto, de un tipo legal que requiere para su configuración
llevar a cabo dos conductas distintas.

Se trata de un delito especial propio, pues la ley exige ciertas cualidades particulares en el sujeto
activo. En particular, sólo pueden ser autores quienes formen parte de una fuerza armada o integren
una reunión de personas, con o sin armas. Cualquiera sea el supuesto de hecho, para ser autor, debe
integrarse el grupo; en consecuencia, la actuación individual no configura el delito de motín.

Se consuma el delito en el momento en el cual el grupo efectúa la petición en nombre del pueblo,
pues es un tipo de pura actividad y de peligro concreto, y resulta indiferente que se concreten o no los
fines perseguidos.

2 En el segundo inciso, la acción típica es alzarse públicamente. Ahora bien, este alzamiento tiene que
tener una finalidad específica, que no es otra que ir en contra de una ley o resolución de autoridad
pública.

3 La consumación se produce en el momento del alzamiento público, y resulta indiferente que se


consigan o se logren los fines que se perseguían.

C O NT I NU A R
Lección 4 de 5

Referencias

Buompadre, J. E. (2000). Derecho Penal Parte Especial, Tomo 2. Buenos Aires, Argentina: Ed. Mave.

Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-19999/16546/texact.htm

Ley 26994. Código Civil y Comercial de la Nación. (2014). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=235975

Núñez, R. (1999). Manual del derecho penal. Buenos Aires, Argentina: Ed. Lerner.

Pignatelli, A. (2017). El único caso de traición a la Patria en la Argentina terminó con una condena a perpetua. En
Infobae. Recuperado de https://www.infobae.com/politica/2017/12/07/el-unico-caso-de-traicion-a-la-patria-en-la-
argentina-termino-con-una-condena-a-perpetua/
Lección 5 de 5

Revisión del módulo

Hasta acá aprendimos

Delitos contra la propiedad



El bien jurídicamente protegido por la figura de hurto y robo es la tenencia de cosas muebles. Cualquiera que sea la razón de la tenencia debe ser siempre una
tenencia conforme al concepto que a tal efecto aporta el Código Civil y Comercial de la Nación. Se entiende por tenencia, poseer la cosa bajo el poder de una persona.
Esto se traduce en la posibilidad de ejercer materialmente actos dispositivos sobre la cosa.

Delitos contra la propiedad (continuación)



El artículo 175 bis del Código Penal, prevé dos clases de usura: 1) el aprovechamiento de la necesidad, ligereza o inexperiencia de otra persona para obtener intereses u otras
ventajas pecuniarias evidentemente desproporcionadas con la prestación; y 2) el otorgamiento de recaudos o garantías de carácter extorsivo.

Delitos contra el estado civil y la identidad de las personas



El título IV del libro II del Código Penal, denominado “Delitos contra el estado civil”, tiene por bien jurídico el estado civil de las personas. Este debe ser entendido en forma amplia, es
decir, como la posición jurídica que ocupa una persona en la sociedad, lo cual se determina sobre la base de una serie de condiciones personales, que son las cualidades
constitutivas del Estado.

Delitos contra la seguridad de la Nación, contra los poderes públicos y el orden constitucional

Los bienes jurídicos protegidos en los títulos denominados “Delitos contra la seguridad de la Nación” (IX) y “Delitos contra los poderes públicos y el orden constitucional” (X) del
Código Penal, se diferencian en que los delitos agrupados en el Título IX tienden a la protección de la seguridad exterior, es decir, al Estado en cuanto a sus relaciones
internacionales con otros países u organizaciones no estatales. En cambio, las figuras delictivas contenidas en el Título X atacan al Estado como Nación jurídicamente organizada.
Delitos contra la administración pública

Bien jurídico protegido. Sistematización del título

Conductas que lesionan o perturban la represión del delito

Violación de sellos y documentos

Conductas que lesionan la titularidad y legalidad del ejercicio de la función pública

Conductas corruptoras de la función pública. Ley 25188

Referencias
Lección 1 de 6

Bien jurídico protegido. Sistematización del título

El bien jurídico protegido


El objeto protegido en este título es el ejercicio de las funciones legislativas,
ejecutivas o judiciales, nacionales, provinciales o municipales, frente al
comportamiento de sus titulares o de terceros, destinatarios o no del acto
funcional.

El sujeto activo de los delitos que vamos a estudiar → puede ser un


funcionario público o un particular.

El artículo 77 del Código Penal define qué se entiende por funcionario y


empleado público: “por los términos ‘funcionario público’ y ‘empleado público’,
usados en este código, se designa a todo el que participa accidental o
permanentemente del ejercicio de funciones públicas, sea por elección

popular o por nombramiento de autoridad competente”1.

Una persona participa del ejercicio de funciones públicas si el Estado ha


delegado en ella, de modo exclusivo o en participación con otras, la facultad
de expresar o ejecutar la voluntad estatal.
[1] Art. 77, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Sistematización de los tipos penales:


Los delitos comprendidos en el título XI del Libro Segundo del Código Penal
atacan el ejercicio de la administración pública y se encuentran previstos en
los artículos 237 a 281 bis.

Conductas que lesionan el ejercicio de la función pública


Este acápite está conformado por dos figuras penales, el “atentado contra la
autoridad” y la “resistencia contra la autoridad”. Su desarrollo se expone a
continuación.

Condena por delito de cohecho 

A continuación, y antes de adentrarnos en los contenidos teóricos de la


materia, vamos a analizar un fallo perteneciente a la Cámara Federal de
Casación Penal, dictado en la sala IV el 27 de abril de 2016. El fallo trata
sobre una condena por el delito de cohecho cometido al efectuar
ofrecimientos de dádivas a un diputado para que se dejara de tratar o
modificase la ley que incorporó al salario los tickets alimentarios.

Publicaciones
Condena por el delito de cohecho cometido al ofrecer dádivas a un diputado
para que se dejara de tratar o modificase la ley que incorporó al salario los
tickets alimentarios

Condena por el delito de cohecho cometido al ofrecer dádivas a un


diputado para que se dejara de tratar o modificase la ley que
incorporó al salario los tickets alimentarios. _ Microjuris Argentina
a.pdf
190.1 KB

Fuente: CFCP, Sala IV. G. G. S. M. s/ recurso de casación. (27 de abril de 2016). Recuperado de

https://aldiaargentina.microjuris.com/2016/07/13/condena-por-el-delito-de-cohecho-cometido-al-efectuar-

ofrecimientos-de-dádivas-a-un-diputado-para-que-se-dejara-de-tratar-o-modificase-la-ley-que-incorporo-al-salario-

los-tickets-alimentarios/

Acá, en definitiva, lo importante es analizar la valoración de los magistrados,


sobre todo, en relación con la calidad de funcionario del hijo del diputado,
específicamente, relacionado con el elemento subjetivo en el que se alegó
que el acusado desconocía esa calidad y, de haberla conocido, tampoco
implica que necesariamente el hijo debe incluir sobre el padre.

Atentado contra la autoridad. El tipo penal. Agravantes

I. Atentado contra la autoridad


De acuerdo con el artículo 237 del Código Penal,

Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que empleare


intimidación o fuerza contra un funcionario público o contra la
persona que le prestare asistencia a requerimiento de aquel o
en virtud de un deber legal, para exigirle la ejecución u omisión

de un acto propio de sus funciones2.

Lo protegido → es la libertad de decisión del funcionario en el ejercicio de la


función pública.

Sujeto activo → puede ser cualquier persona; si es funcionario público, la


pena se agrava.

Sujeto pasivo → puede ser tanto un funcionario público como la persona que
le prestare asistencia.

Este delito consiste en el empleo de intimidación o fuerza contra el sujeto


pasivo, para que se decida a realizar (ejecutar) o no realizar (omitir) un acto
de autoridad para cuyo ejercicio tiene competencia funcional y territorial.
El atentado contra la autoridad es posible mientras que, por propia voluntad o
por una razón extraña, el funcionario no haya resuelto ejecutar u omitir el
acto funcional.

Intimidación → es la amenaza de un mal a la persona, derechos o


afectos de su víctima.

Fuerza → es el ejercicio de una energía física sobre la víctima o en contra


de esta.

 Características de este delito:

No admite tentativa.

Es instantáneo.

Es imputable a título de dolo. Requiere un dolo específico, pues el autor


debe usar la intimidación o fuerza para imponer al funcionario la
ejecución o la omisión de un acto.

Se consuma con el uso de los medios citados, aunque no logren el


resultado buscado por el autor.

[2] Art. 237, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Agravantes

El artículo 238 del Código Penal establece lo siguiente:


La prisión será de seis meses a dos años:

1. si el hecho se cometiere a mano armada;

2. si el hecho se cometiere por una reunión de más de tres


personas; 

3. si el culpable fuere funcionario público;

4. si el delincuente pusiere manos en la autoridad.

En el caso de ser funcionario público, el reo sufrirá además inhabilitación

especial por doble tiempo del de la condena3.

[3] Art. 238, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Resistencia a la autoridad. Desobediencia. Aspecto del


ejercicio funcional que lesionan cada uno de estos delitos

II. Resistencia a la autoridad


De acuerdo con el artículo 239 del Código Penal,
Será reprimido con prisión de quince días a un año el que resistiere
o desobedeciere a un funcionario público en el ejercicio legítimo de
sus funciones o a la persona que le prestare asistencia a

requerimiento de aquel o en virtud de una obligación legal4.

Es autor del delito es quien se opone activamente a la acción de un


funcionario público o a la persona que a su requerimiento o por obligación
legal le presta asistencia ejecutiva de una orden legítima dada por el propio
funcionario actuante o por otra autoridad pública.

Puede ser autor, el destinatario de la orden o un tercero.

Lo protegido → es la acción funcional del funcionario en el ejercicio de la


función pública.

Características de este delito:

Es imputable a título de dolo.

No admite tentativa.

Se consuma con la oposición al acto, por cualquier medio, ya sea con


intimidación o fuerza o sin ellas.

[4] Art. 239, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
III. Desobediencia a la autoridad
De acuerdo con el artículo 239 del Código Penal,

Será reprimido con prisión de quince días a un año, el que


resistiere o desobedeciere a un funcionario público en el
ejercicio legítimo de sus funciones o a la persona que le prestare
asistencia a requerimiento de aquel o en virtud de una

obligación legal5. 

Este delito tiene, con relación al sujeto pasivo, las mismas exigencias que la
resistencia a la autoridad, pero difiere en lo relativo al sujeto activo y a la
conducta de este.

Características de este delito:

-Es imputable a título de dolo. Requiere el conocimiento efectivo de la orden,


sin que baste, por lo tanto, el conocimiento ficto admitido por las leyes
procesales.

-    No admite tentativa.


-   Se consuma en el momento en que, aunque debe cumplir la orden, su
destinatario no lo hace.

[5] Art. 239, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

C O NT I NU A R
Lección 2 de 6

Conductas que lesionan o perturban la represión del


delito

Falsa denuncia. El tipo penal


El artículo 245 del Código Penal establece lo siguiente: 

Se impondrá prisión de dos meses a un año o multa de pesos


setecientos cincuenta a pesos doce mil quinientos al que
denunciare falsamente un delito ante la autoridad. (Nota: multa

actualizada por art. 1° de la Ley Nº 24.286 B.O. 29/12/1993)6.

La vía legal para cometer este delito es la denuncia, la cual consiste en llevar
a conocimiento de la autoridad pública competente la comisión de un delito,
ya sea de acción pública o de instancia privada, doloso o culposo y de
cualquier gravedad, para perseguir o juzgar los delitos en la forma y con el
contenido establecido por las disposiciones legales correspondientes, 

La denuncia puede ser falsa objetiva o subjetivamente:


Denuncia falsa objetivamente: el hecho que se dice sucedido o bien no
ha acontecido, o bien ha sucedido pero con modalidad distinta que al
momento de denunciar.

Denuncia falsa subjetivamente: la denuncia es hecha de mala fe, a


sabiendas de su inexactitud objetiva.

[6] Art. 245, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Tabla 1: Diferencias entre la falsa denuncia y la calumnia judicial

FALSA DENUNCIA CALUMNIA JUDICIAL

-Presupone que la denuncia no


imputa un delito a una persona
determinada. -Importa imputar un delito a una
-Tiende a engañar a la autoridad y determinada persona.
ofende así a la administración -Tiende a menoscabar el honor
pública encargada de la ajeno de una persona
persecución o juzgamiento de los determinada.
delitos, porque perturba su
desenvolvimiento normal

Fuente: elaboración propia

Característica de este delito:

-    Es imputable a título de dolo.


-    Es formal.

-    Admite tentativa.

-    Se consuma con la presentación de la denuncia, sin necesidad de que la


autoridad resulte efectivamente engañada.

Evasión y favorecimiento de la evasión. Los tipos penales. Aspecto


funcional lesionado. Agravante
El artículo 280 del Código Penal establece que “será reprimido con prisión de un mes a un año, el que

hallándose legalmente detenido se evadiere por medio de violencia en las personas o fuerza en las cosas”7.

Autor del delito → puede ser quien esté privado de su libertad personal, con o sin encierro, como condenado,
procesado, imputado, sospechado o arrestado o detenido en otra calidad, por una autoridad competente, con
las formalidades establecidas por la ley, o por un particular en los casos de flagrancia.

Características de este delito:

-    Es imputable a título de dolo.

-    Admite tentativa.

-    Se consuma con el acto mismo de la liberación del encierro o de la sustracción a la custodia.

Aspecto funcional lesionado → la acción administrativa de ejecución de las penas privativas de la libertad y
de las medidas preventivas de detención personal.
[7] Art. 280, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Favorecimiento de la evasión
El artículo 181, por su parte, dispone lo siguiente:

Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años, el que


favoreciere la evasión de algún detenido o condenado, y si fuere
funcionario público, sufrirá, además, inhabilitación absoluta por

triple tiempo8.

[8] Art. 281, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Causación culposa de la evasión


Además, el mismo artículo aclara que “si la evasión se produjere por
negligencia de un funcionario público, este será reprimido con multa de
pesos argentinos mil a pesos argentinos quince mil. (Nota: multa actualizada

por art. 1° de la Ley 24286 B.O. 29/12/1993)"9.

[9] Art. 281, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
Falso testimonio. El tipo penal. Agravantes. Aspecto de la función pública
lesionado
Este delito lesiona el derecho de la sociedad a que las autoridades públicas,
en resguardo del acierto de sus resoluciones, conozcan la verdad en aquellos
casos llevados al juzgamiento.

I. El tipo penal
El artículo 275 del Código Penal establece lo siguiente:

Será reprimido con prisión de un mes a cuatro años, el testigo,


perito o intérprete que afirmare una falsedad o negare o callare
la verdad, en todo o en parte, en su deposición, informe,
traducción o interpretación, hecha ante la autoridad
competente.

En todos los casos se impondrá al reo, además, inhabilitación

absoluta por doble tiempo del de la condena10.

[10] Art. 275, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Análisis:
Testigos → personas que deponen, en un juicio o procedimiento, sobre
hechos que han caído bajo la acción de sus sentidos.

Peritos → personas ajenas al objeto de un juicio o procedimiento que


informan sobre elementos probatorios cuya verificación o valorización
requiere conocimientos especiales en una ciencia, arte, industria o
técnica.

Intérpretes → personas ajenas al objeto de un juicio o procedimiento que


explican el sentido de ciertos hechos, cosas, actos o textos, o que
traducen al idioma castellano declaraciones o textos producidos en un
idioma distinto al nacional.

Características de este delito:


-    Es imputable a título de dolo. El dolo propio de este delito consiste en la
conciencia y voluntad del autor de apartarse de la verdad al deponer,
informar, traducir o interpretar. No se requiere un fin ulterior, ni es necesaria
la intención de dañar, ya que también es punible la falsedad que tiende a
favorecer.

-     Se consuma al rendirse la deposición, el informe, la traducción o la


interpretación. La oportuna rectificación de la falsedad en el mismo acto
procesal excluye el falso testimonio.

-    Es formal.

III. Figuras agravadas


Falso testimonio en causa criminal

De acuerdo con el artículo 275 del Código Penal, “si el falso testimonio se
cometiere en una causa criminal, en perjuicio del inculpado, la pena será de

uno a diez años de reclusión o prisión”11.

Características de este delito:

-    Es imputable a título de dolo. El dolo propio de este delito consiste en la


conciencia y voluntad del autor de apartarse de la verdad al deponer,
informar, traducir o interpretar en una causa criminal, en perjuicio del
imputado.

-    El error o la duda excluyen el delito.

[11] Art. 275, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Falso testimonio prestado por soborno


El artículo 276 del Código Penal establece que “la pena del testigo, perito o
intérprete falso, cuya declaración fuere prestada mediante cohecho, se
agravará con una multa igual al duplo de la cantidad ofrecida o recibida. El

sobornante sufrirá la pena del simple testigo falso”12.

[11] Art. 276, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
C O NT I NU A R
Lección 3 de 6

Violación de sellos y documentos

Definición de la figura penal


(Aspecto protegido del bien jurídico)

En este capítulo, se protege la función pública tendiente a la seguridad de


objetos o documentos entregados a la custodia oficial, frente a los atentados
contra medios de seguridad puestos por la autoridad o contra los objetos
confiados a ella.

Aspectos funcionales que lesionan. Los tipos penales

I. Violación de sellos

Artículo 254. Será reprimido con prisión de seis meses a dos


años, el que violare los sellos puestos por la autoridad para
asegurar la conservación o la identidad de una cosa. Si el
culpable fuere funcionario público y hubiere cometido el hecho
con abuso de su cargo, sufrirá además inhabilitación especial
por doble tiempo. Si el hecho se hubiere cometido por
imprudencia o negligencia del funcionario público, la pena será
de multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil
quinientos.

(Nota: multa actualizada por Art. 1° de la Ley 24286 B.O.

29/12/1993)13.

[13] Art. 254, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Responsabilidad dolosa

Artículo 254. Será reprimido con prisión de seis meses a dos


años, el que violare los sellos puestos por la autoridad para
asegurar la conservación o la identidad de una cosa. Si el
culpable fuere funcionario público y hubiere cometido el hecho
con abuso de su cargo, sufrirá además inhabilitación especial

por doble tiempo14.

Autor del delito → todo el que realiza la conducta típica. Sin embargo, si el
culpable fuere un funcionario público en abuso de su cargo, además de la
pena de prisión, sufrirá la inhabilitación especial.

Características de este delito:

-    Es imputable a título de dolo, requiere la conciencia de la significación del


sello.

-    Admite tentativa.

-    Se consuma con la violación del sello, aunque no se altere la conservación


o identidad de las cosas.

[14] Art. 254, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Responsabilidad culposa

Artículo 254 […] Si el hecho se hubiere cometido por


imprudencia o negligencia del funcionario público, la pena será
de multa de pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil

quinientos15.

[15] Art. 254, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
III. Violación de medios de prueba, registros o documentos:

Artículo 255. Será reprimido con prisión de un (1) mes a cuatro


(4) años, el que sustrajere, alterare, ocultare, destruyere o
inutilizare en todo o en parte objetos destinados a servir de
prueba ante la autoridad competente, registros o documentos
confiados a la custodia de un funcionario público o de otra
persona en el interés del servicio público. Si el autor fuere el
mismo depositario, sufrirá además inhabilitación especial por
doble tiempo.

Si el hecho se cometiere por imprudencia o negligencia del


depositario, este será reprimido con multa de pesos setecientos

cincuenta ($750) a pesos doce mil quinientos ($12.500)16.

[16] Art. 255, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Responsabilidad dolosa

Artículo 255. Será reprimido con prisión de un (1) mes a cuatro


(4) años, el que sustrajere, alterare, ocultare, destruyere o
inutilizare en todo o en parte objetos destinados a servir de
prueba ante la autoridad competente, registros o documentos
confiados a la custodia de un funcionario público o de otra
persona en el interés del servicio público. Si el autor fuere el
mismo depositario, sufrirá además inhabilitación especial por

doble tiempo17.

Este precepto protege la seguridad de los elementos probatorios, registrales


o documentales, vinculados al ejercicio de funciones públicas
administrativas, legislativas o judiciales, custodiados en el interés de un
servicio público, por un funcionario o por quien no lo es.

Características de este delito:

-    Es imputable a título de dolo.

-    Admite tentativa.

-    Se consuma llevándose la cosa, escondiéndola, arruinándola o volviéndola


inútil en relación con su destino probatorio, registral o documental.

[17] Art. 255, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
Responsabilidad culposa

Artículo 255 […] Si el hecho se cometiere por imprudencia o negligencia del depositario,
este será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta ($750) a pesos doce mil

quinientos ($12.500). (Artículo sustituido por art. 13 de la Ley 26388 B.O. 25/6/2008) 18.

De la misma manera que la violación de sellos, la violación de medios de prueba, registros o documentos no
es imputable por culpa. A este título solo responde el depositario de los medios de prueba, registros o
documentos que, por su negligencia o imprudencia, posibilitara que un tercero los sustrajera, ocultara,
destruyera o inutilizara.

[18] Art. 255, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

C O NT I NU A R
Lección 4 de 6

Conductas que lesionan la titularidad y legalidad del


ejercicio de la función pública

Los delitos que vamos a tratar a continuación ofenden la administración


pública porque atentan contra la facultad estatal de conferir autoridad, título
u honores públicos.

Usurpación de funciones públicas

Artículo 246. Será reprimido con prisión de un mes a un año e


inhabilitación especial por doble tiempo:

1.el que asumiere o ejerciere funciones públicas, sin título o


nombramiento expedido por autoridad competente;

2. el que después de haber cesado por ministerio de la ley en el


desempeño de un cargo público o después de haber recibido de
la autoridad competente comunicación oficial de la resolución
que ordenó la cesantía o suspensión de sus funciones,
continuare ejerciéndolas;

3. el funcionario público que ejerciere funciones


correspondientes a otro cargo.

El militar que ejerciere o retuviere un mando sin autorización


será penado con prisión de uno (1) a cuatro (4) años y, en tiempo
de conflicto armado de dos (2) a seis (6) años, siempre que no
resultare un delito más severamente penado.

(Párrafo incorporado por art. 14 del Anexo I de la Ley 26394 B.O.

29/8/2008)19.

Bien jurídico protegido: el correcto funcionamiento administrativo y la


idoneidad de los que ejercen la función. Lo que se protege es la legalidad de
la función, una de cuyas bases es la autoridad estatal para otorgar facultades
de decisión o ejecución a determinadas personas y distinguir distintas
esferas entre los funcionarios. Es esa autoridad la que se ataca cuando quien
no es funcionario asume la función o cuando lo hace un funcionario que
carece de competencia para hacerlo.

Los distintos tipos: la ley prevé tres hechos distintos en el artículo 246.
Ese distinto carácter de los hechos indica que la atribución de uno de ellos no
involucra a los otros: son tipos diversos que operan independientemente.

[19] Art. 246, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

a. Asunción y ejercicio arbitrario de funciones públicas


Constituye una usurpación de funciones por parte de quien no ha tenido ni
tiene la facultad de realizarlas.

Hechos plurales: el inciso 1 contempla la punibilidad de dos conductas


distintas:

la de asumir la función, el cargo, sin ejercerla; y

la de ejercer la función sin asumirla.

Si se dan conjuntamente, estaremos ante un delito único, ya que se trata de


un tipo con pluralidad de hipótesis consumativas.

Análisis:

La asunción → no requiere actos de ejercicio de la función pública por


parte del autor, sino, simplemente, la toma de posesión del cargo público
pertinente. No es indispensable que en la toma de posesión se llenen las
formalidades legales del caso, sino que basta la ocupación o toma de
ese cargo, y no es suficiente su mera invocación.
El ejercicio → implica que el autor, invistiéndose de la calidad funcional
pertinente, ejecute actos que le son propios a la función pública. Se trata
de un tipo con pluralidad de hipótesis, ya que, quien asume un cargo y
luego ejerce la función correspondiente no comete un doble delito, sino
que se trata del mismo ilícito.

Entonces, la asunción o el ejercicio son delictivos cuando el autor no está


facultado por un acto lectivo o por la designación de una autoridad
competente para hacerlo.

Conducta típica:
Asunción de funciones públicas:
Asume funciones públicas el que asume el cargo o la comisión que confiere
las funciones.

Cargo: oficio o empleo que importa la facultad de ejercer una función


pública según competencia establecida por las leyes y reglamentos.

Comisión: encargo que autoriza el ejercicio de la función en uno o más


casos determinados.

La asunción requiere la toma de posesión del cargo o comisión, de modo


efectivo, por cualquier medio, ya sea público (acto de juramento) o privado
(actividad personal del autor que accede al lugar donde se desarrolla la
función, cuando ese acceso importa ya la ocupación). Si esta no se pudo
efectivizar completamente, no se podrá hablar de asunción, y el tipo podrá
darse si existió algún ejercicio funcional a través de la segunda hipótesis
delictiva.
No basta que se invoque el cargo o comisión ante terceros si no se lo ha
ocupado efectivamente. No resulta una exigencia que en la toma de
posesión del cargo se llenen las formalidades legales, pero si no se llenan
estas, será muy difícil determinar cuándo ha ocurrido verdaderamente la
ocupación. Debe tratarse de una verdadera ocupación, no de una simple
simulación que puede dar lugar a otros delitos. Tampoco basta para el tipo,
porque no se da la asunción, el hecho de que un tercero designe al agente
con el tratamiento reservado para el cargo que no se ocupa (p. ej., dejarse
llamar “juez”).

Ejercicio ilegítimo de funciones públicas:


Comete el delito el sujeto que efectivamente desempeña el cargo o
comisión, realizando actos que son propios de ellos.

No basta la sola invocación, es necesario que el agente, además de


investirse de la calidad funcional, atribuyéndosela, lo haga realizando actos
pertenecientes a la función. Es fundamental que el autor se autoatribuya la
calidad de funcionario (p. ej., el sujeto que envía personal a destruir un
edificio que amenaza la seguridad por su estado ruinoso cometerá solo el
delito de daños; por otro lado, cometerá usurpación de autoridad, quien,
invocando ser intendente, observe esa misma conducta).

Se trata de dos condiciones:

Autoatribución de la calidad de funcionario.

Realización del acto funcional.


Mientras se den estas dos condiciones, no importa si el acto se cumple legal
o ilegalmente, o si es o no formal, ni si ese acto corresponde a la
competencia funcional del cargo.

Función pública: lo que se debe asumir o ejercer es una función pública, o


sea, aquella que implica el ejercicio de la voluntad estatal para realizar un fin
público.

No debe confundirse con servicio público ni con aquellos actos que pueda
realizar el funcionario, pero que no impliquen una actividad en la que se
exprese la voluntad del Estado.

Cualquier función pública puede ser usurpada: nacional, provincial, municipal,


ejecutiva, legislativa o judicial.

Esa función pública debe existir en el momento del hecho (p. ej., usurpar el
cargo de director nacional de lucha contra la langosta años después de que
aquella división ministerial fue dejada sin efecto).

Arbitrariedad de la asunción o ejercicio:


En la usurpación de la autoridad, se da una asunción o ejercicio arbitrario de
la función. La arbitrariedad surge de la falta de los siguientes elementos:

1. título que autorice la ocupación del cargo o el ejercicio de la función; y

2. nombramiento expedido por autoridad competente para el cargo del que


se trate.
Título: discusión doctrinal

1. Título
como diploma expedido por autoridad competente que acredita
idoneidad en una rama del conocimiento, para ejercer una determinada
profesión reglamentada (Gómez, Díaz y Moreno)

2. “Título”
se refiere a aquellas situaciones en que la investidura de la
función no depende de la designación de autoridad competente, sino de
otros procedimientos, como el electivo.

Ese título o nombramiento debe ser obtenido o expedido de conformidad con


los reglamentos y proceder de autoridad competente y debe existir con
anterioridad a la ocupación o ejercicio funcional.

El nombramiento expedido por autoridad incompetente deja vigente el


carácter arbitrario de la ocupación o el ejercicio de la función, sin perjuicio de
las situaciones de inculpabilidad.

El título defectuoso o nombramiento nulo pueden dar lugar a la situación del


llamado “funcionario de ipso”, que no importa usurpación.

Aspecto subjetivo: es un tipo que no contiene ningún elemento subjetivo.


Alguna doctrina exige que la efectiva ocupación o toma de posición del cargo
se funda subjetivamente en la intención de ejercerlo materialmente. El cargo
se tiene que ocupar para ejercerlo; de lo contrario, no se daría la acción típica.

Sin embargo, el texto legal no exige ese elemento subjetivo, por lo que se
concluye que el tipo no contiene ninguna exigencia subjetiva.
Consumación: es un delito que se consuma con la actividad de asumir o
con la de ejercer, sin que se exija la concreción de daño alguno. Es un
delito de peligro y hasta de peligro abstracto.
Exige siempre una actividad y no admite la comisión por omisión.

Posibilidad de tentativa: es posible la tentativa, ya que el autor puede


realizar actos de ejecución con el propósito de asumir o ejercer la
función, sin que la logre. No obstante, al ser un delito de peligro
abstracto, es difícil encontrar ejemplos de actos que sean realmente
ejecutivos y que no lleguen a la consumación.

Sujetos

Autor: puede ser autor del delito cualquier persona, aunque posea los
caracteres y calidades de idoneidad legalmente requeridos para el cargo.

Ejemplo: un abogado que reúna los requisitos para ser juez ocupará o
ejercerá arbitrariamente esa función si no ha sido designada por la autoridad
competente.

1. Complicidad: no rechaza el delito las posibilidades de participación. 

Ejemplo: el que colabora necesariamente con el ejercicio arbitrario, como el


ministro de la Corte que recibe el juramento del usurpador.

  2. Culpabilidad: es un delito doloso.

Exige el conocimiento por parte del autor, de la falta de título o nombramiento


expedido por autoridad competente, y del carácter de función pública de la
que se ejerce.
Exige la voluntad de asumir el cargo o ejercer la función.

No exige otros requisitos, el dolo típico. Por tanto, es irrelevante la


motivación, pero la acción debe estar dirigida a la ocupación del cargo o al
ejercicio.

No parece admitir el dolo eventual.

El error sobre las circunstancias típicas elimina la culpabilidad.

b. Continuación arbitraria de la función pública


Esta usurpación consiste en persistir en funciones que se han tenido y que ya
no se tienen.

Conducta o función pública y competencia del cargo en que se cesa: la


acción es la de ejercer funciones públicas de un cargo que legalmente el
autor ha dejado de desempeñar. Se trata de una prosecución ilícita de la
función pública.

La función pública que se ejerce ilegítimamente debe corresponder a la


competencia del cargo en que el agente ha cesado, si no, estaríamos ante la
hipótesis del inc. 1.

1. Requisitos de la continuación: para que se dé esta figura, el autor no


debe haber abandonado o dejado el cargo. La ley exige el no abandono
del cargo. Si el abandono existió, estaríamos ante la hipótesis del inc. 1.
en el cargo. Casos: para que sea delito, el autor debe haber
2. Cesación

cesado en el cargo público por ministerio de la ley o por cesantía o


suspensión

Cesantía: terminación del desempeño del cargo, ya sea por


disposición de la autoridad superior o por la aceptación de la
renuncia presentada por el funcionario.

Suspensión: el retiro funcional del cargo en forma temporal, ya sea


con carácter preventivo (investigaciones) o como medida
disciplinaria.

Tanto la suspensión como la cesantía deben ser legítimas tanto formal como
sustancialmente.

1. Comunicación oficial: el delito solo se perfecciona cuando el agente


sigue actuando funcionalmente en el cargo que ocupaba después de
haber recibido de la autoridad competente comunicación oficial de la
resolución en la que se ordenó la suspensión o cesantía. Dicha recepción
es una circunstancia exigida por el tipo.
Aunque el autor tenga conocimiento de su situación, mientras no le sea
comunicada oficialmente, su continuidad en el cargo no será ilegal.

Subsistencia de la función y del cargo en la administración: el delito


supone la subsistencia de la función en la esfera administrativa, ya que
se trata de continuar allí.

Autor: solo puede ser el agente que legalmente desempeñaba el cargo


en el que ha cesado o en el que se encuentra suspendido y cuyas
funciones sigue ejerciendo.
No puede ser autor quien detentaba la función ilegalmente, pues estaríamos
en la hipótesis del inc. 1.

Antijuridicidad – justificación: consideración especial del estado de


necesidad. Se trata de los casos en donde el funcionario que ha cesado
continúa ejerciendo sus funciones a fin de evitar daños en el servicio.
Según Soler (1951), no bastará la simple posibilidad de que la omisión de
la actividad funcional pueda afectar el buen orden y efectividad de la
función, sino la probabilidad de que, al omitir la conducta, se cause un
mal grave e inminente.

Culpabilidad: es un delito doloso.

Requiere conocimiento de que ha dejado de ocupar el cargo, así como la


voluntad de continuar desempeñándolo mediante el ejercicio de funciones
que son propias de él.

Los casos más numerosos de inculpabilidad son los que provengan del error
o de la ignorancia sobre la cesación o, incluso, sobre su legitimidad.

c. Ejercicio de funciones correspondientes a otro cargo


Esta usurpación implica extender la competencia que el agente posee a
funciones no comprendidas en ella.

Bien jurídico protegido: este delito afecta la legalidad de la función


pública, pero en él, lo hace bajo la forma de una indebida injerencia en la
competencia de cargos ajenos al que ocupa el funcionario que lo
consuma.
Conducta

Ejercicio de función ajena: la acción típica, que solo puede ser


desarrollada por el funcionario público, consiste en ejercer funciones
correspondientes a un cargo distinto del que él ocupa.

No basta la simple invocación: es necesario que el autor realice actos


funcionales propios del cargo que no ocupa. Lo que se pune es la asunción
arbitraria de la competencia ajena.

1. Consumación: es un delito de peligro abstracto que se consume con la


realización del acto funcional correspondiente a la competencia del otro
cargo. Admite únicamente la consumación bajo forma de actividad; no
admite la comisión por omisión y no exige ni la materialidad de un daño
ni la concreción de un peligro.

2. Posibilidadde tentativa: admite la tentativa, pero refiere el mismo


problema que en los incisos 1 y 2. Es difícil encontrar ejemplos
aceptables.

3. Autor:el funcionario público que ocupa un cargo distinto de aquel cuyas


funciones ejerce. Se ha exigido que el funcionario esté en el legítimo
ejercicio de sus funciones, aunque podría estar suspendido (si no, estaría
fuera de toda punibilidad típica del artículo 246 del Código Penal).

4. Culpabilidad:es un delito doloso que exige el conocimiento de que la


función que se ejerce corresponde a otro cargo y la voluntad de ejercerla.
Solo es compatible con el dolo directo, y queda excluido el dolo eventual.
Admite error o ignorancia, incluso la duda.

Ejercicio ilegal de una profesión para la que se requiere habilitación


especial
De acuerdo con el artículo 147 del Código Penal, “será reprimido con prisión
de quince días a un año el que ejerciere actos propios de una profesión para
la que se requiere una habilitación especial, sin poseer el título o la
autorización correspondiente” (artículo sustituido por Ley   24527

B.O.8/9/1995)20.

Acción punible → ejercer de modo ilegal actos propios de una profesión para
cuyo ejercicio debe contarse con habilitación especial en el que se ha
delegado el poder de policía.

Sujeto activo → cualquier persona que ejerce una de estas profesiones


careciendo de título habilitante o que, teniéndolo, no posee la autorización
correspondiente.

Características de este delito:

-    Es imputable a título de dolo, incluso eventual.

-    Es formal, instantáneo y eventualmente permanente.

-    No requiere resultado alguno para su consumación.

[20] Art. 147, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
Usurpación de títulos y honores. Aspectos de la función que lesionan. Los
tipos penales

Artículo 147. Será reprimido con multa de setecientos cincuenta


a doce mil quinientos pesos, el que públicamente llevare
insignias o distintivos de un cargo que no ejerciere o se arrogare
grados académicos, títulos profesionales u honores que no le
correspondieren. (Nota: multa actualizada por art. 1 de la Ley
24286 B.O. 29/12/1993) (Artículo sustituido por Ley N 24527

B.O.8/9/1995)21.

Bien jurídico protegido: este artículo protege el monopolio estatal de la


facultad de conferir autoridad, títulos u honores. Por eso, los objetos del
delito (el grado, título u honor) deben tener carácter oficial, es decir, que
deben corresponder legal o reglamentariamente a un cargo administrativo.

Conductas: este artículo reprime dos hechos distintos susceptibles de


concurrir materialmente en un mismo contexto de acción, a saber:

1. Usurpación de insignias o distintivos: llevar públicamente insignias o


distintivos de un cargo que no se ejerce
Los lleva quien se los pone o porta. Lo hace públicamente el que los ostenta
de tal forma que el conocimiento del hecho de la colocación o portación
pueda compartirlo un número indeterminado de personas. La publicidad
también se satisface con la ostentación de los objetos en un lugar privado, al
que puedan acceder personas indeterminadas.

Insignia: señal o divisa honorífica constituida por objetos que pueden o


no usarse sobre el cuerpo (p. ej., anillos, chapas).

Distintivo: tendría en la ley un sentido más amplio, ya que comprendería


cualquier objeto que sirva para distinguir de los demás a la persona que
ejerce el cargo (p. ej., el uniforme)

Características de este delito:

-    Es imputable a título de dolo. El autor debe obrar con la conciencia de lo


que significa la insignia o el distintivo y de que carece del derecho para
llevarlos.

-    Es permanente.

-    No admite tentativa.

-    Se consuma al llevar la insignia o el distintivo.

Usurpación de grados, títulos u honores: arrogarse grados académicos,


títulos profesionales u honores que no le corresponden.
Se los arroga quien se los autoatribuye sin poseerlos. Basta esta
autoatribución, y no es necesario el ejercicio de la profesión correspondiente
al título ni el efectivo goce de los grados u honores.

El delito solo es comisible por medio de una acción, con lo que queda
descartada la omisión. No usurpa el título, grado u honor, quien se limite a
aceptar pasivamente la atribución de ellos por parte de terceros.

El agente puede arrogarse el título, grado u honor adscribiéndolo a su propia


identidad o adoptando una falsa.

La arrogación también debe ser pública.

Objetos:

Grado académico: es el título máximo o superior que otorgan los


institutos de enseñanza superior (p. ej., doctor).

Título profesional: es la habilitación para ejercer o enseñar un


determinado arte, ciencia, oficio o actividad, concedido oficialmente por
las autoridades del país o convalidado por ellas.

Honor: es la distinción conferida por el Estado a una persona por su


representación o sus méritos.

No es típica la arrogación de honores que no existan en nuestro sistema


jurídico (p. ej., títulos nobiliarios) ni las distinciones otorgadas por gobiernos o
entidades extranjeras (p. ej., el Premio Nobel).
Características de este delito:

-    Es imputable a título de dolo.

-    No admite tentativa.

-    Se consuma con la atribución del título, grado u honor. Es necesario que la
persona se conduzca como titular en actos o circunstancias determinadas.

Para ambas figuras (usurpación de insignias o distintivos y usurpación de


grados, títulos u honores)

Consumación: para la consumación, basta llevar o arrogarse, sin que sea


necesario ningún resultado ulterior ni la concreción de un peligro para la
función administrativa. Es un delito de carácter instantáneo, aunque, en
algunos casos, puede adquirir características de permanencia.

Solo puede reconocerse la acción en la actividad; no puede reconocerse la


comisión por omisión.

Autor: cualquier persona puede ser autor. Son delitos de propia mano
que no admiten la forma de la autoría mediata, por lo que no importa la
exigencia de que en la primera de las figuras la acción material de llevar
tenga que ser necesariamente realizada por el autor, aunque entre
nosotros no hay insignias o distintivos portables por terceros.

Culpabilidad: son delitos dolosos.


En la primera figura, el autor debe conocer lo que significa la insignia o del
distintivo y saber que es ilegal que los use alguien que no posee el cargo al
cual la insignia o el distintivo hacen referencia; además, debe querer llevar la
insignia o el distintivo públicamente.

En la segunda figura, debe conocer el carácter oficial del título, grado u honor
y la ilegitimidad de su autoatribución y debe querer concretar la
autoatribución públicamente.

Ninguno de los delitos requiere un ánimo particular.

[21] Art. 147, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Omisión de actos de oficio

El artículo 249 del Código Penal establece lo siguiente:

Será reprimido con multa de pesos setecientos cincuenta a


pesos doce mil quinientos e inhabilitación especial de un mes a
un año, el funcionario público que ilegalmente omitiere, rehusare
hacer o retardare algún acto de su oficio. (Nota: multa

actualizada por art. 1 de la Ley 24286 B.O. 29/12/1993)21.


Bien jurídico protegido: se protege el correcto funcionamiento de la
administración pública, procurando el eficiente desenvolvimiento de los
servicios que son propios de ella.

[21] Art. 249, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Acciones típicas

Las tres acciones típicas denotan omisiones.

En dos de ellas, omitir y retardar, la estructura omisiva es clara, mientras que


en la de rehusar, requiere una actividad.

Omite, el que no lo lleva a cabo.

Retarda, el que no lo realiza en la oportunidad determinada por la ley. No


se da un puro omitir, ya que ello importa que el acto se realice, pero no en
la oportunidad en que debió realizarse.

Rehúsa, el que, ante un pedido u orden legítimos, se niega a realizarlo. Es


la omisión precedida de la negativa en respuesta a la interpelación.

Consumación: es un delito de simple actividad que se consuma con la


omisión, el retardo o el rehusamiento, sin que se necesite la producción de
resultado dañoso alguno.
La omisión: requiere la no realización del acto funcional dentro del término
fijado.

El retardo: implica la realización del acto, pero fuera del plazo legalmente
determinado.

El rehusamiento: se consuma con la denegación a realizar el acto ante un


requerimiento legalmente formulado.

Tentativa: la estructura típica rechaza toda posibilidad de reconocer la


viabilidad de la tentativa.

Culpabilidad: algunos autores, por ejemplo, Soler (1951), llegaron a


considerar que ese delito era una especie de delito culposo, en el que
bastaba negligencia.

Creus (1990) considera que es un delito doloso, que requiere el conocimiento


del carácter del acto omitido como propio del oficio y que se trata de una
omisión ilegal, lo que debe ir acompañado de la libre voluntad de omitir,
retardar o rehusar, por medio del dolo directo.

Sujeto activo → un funcionario público en el ejercicio de sus funciones.

Características de este delito:

-    No admite tentativa.


-    Se consuma en el momento en que el funcionario debe realizar el acto
pero no lo hace, se rehúsa o lo retarda.

C O NT I NU A R
Lección 5 de 6

Conductas corruptoras de la función pública. Ley


25188

Ley 2518823

Este capítulo resguarda la administración pública frente a los actos de


corrupción venal de sus funcionarios.

Los delitos causantes de un incremento patrimonial de su autor, del de sus


cómplices o de terceras personas deben ser graves y dolosos.

Bien jurídico protegido: se castiga la venalidad del funcionario público,


procurando proteger el funcionamiento normal de la administración, que
puede verse amenazado por la sola existencia de aquella, sin consideración
de la licitud o ilicitud del acto.

En principio, para estos delitos, no interesa el carácter o la naturaleza del


acto, sino el motivo venal por el que se lo realiza.

[23] Ley 25188. Ética en el ejercicio de la función pública. (1999). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado

de https://bit.ly/3tn0H9l
Cohecho

1. Cohecho pasivo

Artículo 256. Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis


años e inhabilitación especial perpetua, el funcionario público
que por sí o por persona interpuesta, recibiere dinero o cualquier
otra dádiva o aceptare una promesa directa o indirecta, para
hacer, retardar o dejar de hacer algo relativo a sus funciones.
(Artículo sustituido por art. 31 de la Ley 25188 B.O.

1/11/1999)24.

Esta situación no se planteó en el caso, ya que los funcionarios presentaron


la denuncia y gravaron el ofrecimiento de dinero; es decir, la sentencia trata
solo el cohecho activo, como se verá más adelante, y no la situación de los
funcionarios. 

Son dos las modalidades de la acción: recibir dinero o cualquier otra dádiva y
aceptar una promesa (en ambos casos, para que el funcionario haga algo
relativo a sus funciones o para que haga o deje de hacer algo relativo a sus
funciones).

Acción típica: es un delito de acción bilateral, que presenta una


codelincuencia necesaria, ya que no puede existir un cohecho pasivo si no ha
existido cohecho activo, aunque esa figura está configurada en otra norma

(art. 258 del Código Penal)25.

Las acciones objetivamente descriptas por el tipo son dos órdenes, que
configuran una actitud pasiva:

[24] Art. 256, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[25] Art. 258, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Análisis:

Recibe → el que entre en tenencia material del objeto.

Acepta → el que admite obtener lo prometido para el futuro.

No hay que confundir con las exacciones, ya que en ellas el funcionario no se


limita a recibir o aceptar, sino que exige, impone.

El bien jurídico protegido por esta figura es la moralidad y la corrección que


deben imperar en la administración pública.
Sujeto activo → un funcionario público. 

Este delito implica un pacto, propuesto por un tercero y aceptado por el


funcionario que o bien recibe el dinero o cualquier otra dádiva, o bien acepta
una promesa directa o indirecta para hacer, retardar o dejar de hacer algo
relativo a sus funciones.

Objetos que se reciben: dinero o cualquier dádiva.

Dádiva: es cualquier otro objeto que pueda transferirse del dador al receptor.
Se discute en la doctrina si el objeto que la constituye tiene que estar dotado
de valor económico. Algunos exigen esta característica, mientras que otros
consideran que todo aquello que constituya beneficio, que se identifique con
algo codiciable para el receptor, es una dádiva, aunque no se le pueda signar
valor económico.

Según Creus (1990), la expresión “dádiva” indica la existencia de algo que se


puede dar y recibir en sentido material, lo que constituye la dádiva típica. Sin
embargo, si solo se suministra la satisfacción o goce de ciertos deseos al
margen de toda materialidad, no se podrá llegar a esta conclusión.

Aceptación de la promesa: el contenido de la promesa tiene que ser dinero u


otra dádiva.

La dádiva puede ser de cualquier naturaleza, siempre que signifique un


beneficio para el funcionario.
La persona interpuesta: las acciones pueden ser ejercidas por el mismo
funcionario o mediante una persona interpuesta, es decir, personalmente
o por intermedio de un tercero que aparezca como personero del
funcionario o como falso destinatario de lo ofrecido o prometido.
No es persona interpuesta el simple partícipe en grado de complicidad (p. ej.,
el que se limita a recibir el dinero para entregárselo al funcionario), sino el
que se haga aparecer a los ojos de terceros como el destinatario del
beneficio.

Elemento subjetivo: el delito reclama un verdadero acuerdo. Tienen que


tener las mismas finalidades: que el funcionario haga o deje de hacer
algo concerniente a sus funciones, o que haga valer su influencia
funcional ante otro funcionario.
La convergencia de ambas voluntades tiene que hacerse sobre un acto u
omisión futuros. La dádiva entregada para retribuir una conducta funcional
ya adoptada por el funcionario no cae dentro de los límites del cohecho.

El acto o la omisión tienen que ser de competencia del funcionario.

La segunda posibilidad subjetiva del tipo se da cuando el acuerdo persigue la


finalidad de que el funcionario haga valer la influencia derivada de su cargo
ante otro funcionario público, a fin de que él haga o deje de hacer algo
referente a sus funciones.

Se trata de que el autor haga valer y utilice la influencia derivada de su cargo


sobre otro funcionario.
Si lo que hace valer es su autoridad, el caso puede quedar comprendido en la
otra forma subjetiva, ya que, en ese caso, actuaría dentro de su propia
competencia; por otro lado, si lo que hace es valer la influencia de otras
circunstancias (p. ej., la amistad), no se dará el tipo por falta de este
elemento subjetivo.

Consumación: lo que pune el artículo 256 del Código Penal es el pacto


venal. Por lo tanto, la consumación se determina por el
perfeccionamiento de ese pacto: en el momento que se recibe el dinero o
dádiva o cuando se acepta la promesa, independientemente de que el
funcionario cumpla el acto o la omisión pretendida.

Autoría: solo puede serlo un funcionario público con competencia para


llevar a cabo el acto cuya realización u omisión se pretende.

Culpabilidad: el dolo se determina en el acuerdo. Requiere que el


funcionario tenga conciencia del sentido de la dádiva que recibe o de la
oferta que acepta, y que la recepción o la aceptación se hagan teniendo
presente las finalidades perseguidas por quien da o promete.

Características de este delito:

No admite tentativa.

Requiere dolo directo.

Tráfico de influencias. Aspecto protegido del bien jurídico

2. Tráfico de influencias 
Artículo 256 bis. Será reprimido con reclusión o prisión de uno a
seis años e inhabilitación especial perpetua para ejercer la
función pública, el que por sí o por persona interpuesta solicitare
o recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare una
promesa directa o indirecta, para hacer valer indebidamente su
influencia ante un funcionario público, a fin de que este haga,
retarde o deje de hacer algo relativo a sus funciones. (Artículo

incorporado por art. 32 de la Ley 25188 B.O. 1/11/1999)26.

Lo que se busca proteger con este delito es la imparcialidad o la objetividad


como medios para que la función pública defienda los intereses generales y
no los particulares.

Sujeto activo → puede serlo tanto un funcionario público como cualquier


persona.

La acción es la de solicitar o recibir dinero o cualquier otra dádiva, por sí


mismo o mediante persona interpuesta, o aceptar una promesa directa o
indirecta para hacer valer indebidamente su influencia ante un funcionario
público para lograr aquellos mismos objetivos.
Características de este delito:

-    No admite tentativa.

-    Requiere dolo directo.

-     Se adelanta el momento de la consumación, ya que, para que esta se


produzca, basta que se tome el dinero, la dádiva o la promesa con el fin de
influir a un funcionario público.

[26] Art. 256 bis, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Agravantes:

Artículo 256 bis […] Si aquella conducta estuviera destinada a


hacer valer indebidamente una influencia ante un magistrado
del Poder Judicial o del Ministerio Público, a fin de obtener la
emisión, dictado, demora u omisión de un dictamen, resolución o
fallo en asuntos sometidos a su competencia, el máximo de la
pena de prisión o reclusión se elevará a doce años. (Artículo

incorporado por art. 32 de la Ley 25188 B.O. 1/11/1999)27.


[27] Art. 256 bis, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

3. Cohecho pasivo del magistrado del Poder Judicial o del Ministerio Fiscal

Artículo 257.  Será reprimido con prisión o reclusión de cuatro a


doce años e inhabilitación especial perpetua, el magistrado del
Poder Judicial o del Ministerio Público que por sí o por persona
interpuesta, recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare
una promesa directa o indirecta para emitir, dictar, retardar u
omitir dictar una resolución, fallo o dictamen, en asuntos
sometidos a su competencia. (Artículo incorporado por art. 32

de la Ley 25188 B.O. 1/11/1999)28.

Lo particular de esta figura está dado por la condición de autor y por la


naturaleza del hecho que es objeto del trato corrupto.

El autor del cohecho agravado puede ser únicamente un magistrado judicial,


cualquiera sea su competencia.
La acción consiste en que el juez acepta promesa o dádiva para dictar,
demorar u omitir dictar una resolución o fallo, en asunto sometido a su
competencia.

La decisión puede ser justo o injusta, eso no está aquí en cuestión. Cuando el
hecho importa, al mismo tiempo, un prevaricato, ambos delitos concurren
formalmente.

Es un delito de codelincuencia necesaria porque el autor no puede recibir


dinero ni otra dádiva, ni aceptar una promesa sin otra persona que se lo dé,
ofrezca o prometa.

Es un tipo autónomo, tanto desde el punto de vista del sujeto activo como del
elemento subjetivo.

Características de este delito:

-    Admite tentativa.

-    Requiere dolo específico.

-     Se consuma, aunque el magistrado no emita, dicte, retarde ni omita el


acto judicial.

[28] Art. 257, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
4. Cohecho activo

Artículo 258. Será reprimido con prisión de uno a seis años, el


que directa o indirectamente diere u ofreciere dádivas en
procura de alguna de las conductas reprimidas por los artículos
256 y 256 bis, primer párrafo. Si la dádiva se hiciere u ofreciere
con el fin de obtener alguna de las conductas tipificadas en los
artículos 256 bis, segundo párrafo y 257, la pena será de
reclusión o prisión de dos a seis años. Si el culpable fuere
funcionario público, sufrirá además inhabilitación especial de
dos a seis años en el primer caso y de tres a diez años en el
segundo. (Artículo sustituido por art. 34 de la Ley 25188 B.O.

1/11/1999)29.

En un ejercicio sugerido al alumno, lo instamos a que reflexione sobre ¿por qué


de no aplicar la figura de tráfico de influencias en lugar de cohecho pasivo, es
decir, por la situación fáctica podría considerarse la aplicación de esta figura,
esto violaría la prohibición de aplicar analogía en la ley penal? Es una pregunta
sugerida en la reflexión de la viabilidad o no de esta figura.
El cohecho pasivo atiende a la corrupción venal del funcionario público por
obra de un tercero. El cohecho activo reprime al corruptor.

Para comprender este punto, retomemos el fallo presentado al comienzo de


la lectura. 

Con el ofrecimiento o entrega de la dádiva, se busca que el funcionario haga


o deje de hacer algo relativo a sus funciones o que haga valer la influencia
derivada de su cargo para que otro funcionario haga o deje de hacer algo
relativo a sus funciones. Este punto se planteó en la discusión de los
agravios, es decir, la referencia al sujeto pasivo, ya que son delitos de mano
propia que exigen una cualidad especial en el sujeto. Con relación a este
agravio, se alegó el desconocimiento por parte del imputado de la calidad de
funcionario público que revestía Mariano Recalde. 

Asimismo, se consideró que el delito de cohecho requería que el ofrecimiento


espurio estuviera destinado a corromper al funcionario público, y en este
sentido, sostuvo que Mariano Recalde no tenía capacidad para influir sobre la
voluntad de su padre, para que este modificara el destino del proyecto de ley.
Agregó, por último, que

  Al momento de las supuestas reuniones y supuestos


ofrecimientos, el proyecto de ley del diputado Recalde ya había
sido tratado varias veces en comisión —es decir, era conocido
por TODOS los diputados de la comisión y por el público— y
además (como reconocieron Mariano Recalde y el asesor

Ciampa) llevaba las firmas de otros diputados30.  

Ahora bien, nótese que la norma reza que será reprimido el que “directa o
indirectamente diere u ofreciere dádivas”, por lo que alegar que el hijo no
podría influir en el padre, su asesor y quien reviste, en este caso, también, la
calidad de funcionario público, no es un argumento que prosperó, ya que se
consideró que el acusado sabía lo que hacía y hacía lo que quería.

No puede existir cohecho pasivo sin que concurra el auto de un cohecho


activo; no obstante, este último puede existir sin que se produzca aquel (el
cohecho pasivo).

Acción típica: corresponde a dar u ofrecer dádivas.   Da el que entrega;


ofrece el que promete. Hay un paralelismo de conductas con el artículo
256. En el caso, una dádiva fue ofrecida en forma de remuneración
dineraria, pero no necesariamente debe ser así, pues “dádiva” es un
concepto más abarcativo. 

Elemento subjetivo: la dádiva debe ofrecerse al funcionario en procura de


alguna de las conductas reprimidas por el artículo 256. Debe tratarse de
actos futuros. Sin embargo, quien da u ofrece para que el funcionario
haga lo que ya hizo, sin saber que lo había hecho, comete también el
delito. En el caso, fue la modificación de una ley. 

Consumación: se consuma al dar la dádiva o al formular la promesa


cuando estas circunstancias llegan a conocimiento del funcionario,
donde resulta indiferente la actitud que este asuma frente a esas
conductas.

Tentativa: no es admisible. Por esta razón, fue condenado por el delito y


no por la tentativa, a pesar de que el imputado no logró el cometido de
modificar la norma como quería. 

Autor: cualquier persona.

Culpabilidad. Aspecto volitivo: el dolo se integra por la intención de


querer llegar al acuerdo venal. Aspecto cognitivo: requiere que el sujeto
tenga conciencia del sentido de la dádiva que entrega u ofrece teniendo
presente las finalidades perseguidas.

Características de este delito:

-     No admite tentativa.

-     Requiere dolo específico.

Se consuma con el acto de dar u ofrecer, sin que interese que el sujeto pasivo
reciba o rechace la entrega u oferta.

[29] Art. 257, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[30] CFCP, Sala IV. G. G. S. M. s/ recurso de casación. (27 de abril de 2016). Recuperado de https://bit.ly/3tmj3rm

Definición de funcionario público. Acciones típicas. Agravantes


El concepto de “funcionario público” está dado por el propio Código Penal, en
el art. 77. Se consideran delitos de funcionario público a aquellos   hechos
desarrollados en el ejercicio de sus funciones.

Exacciones ilegales. Aspecto protegido del bien jurídico. El tipo penal.


Conclusión

En este capítulo, se resguarda la administración pública contra actos


pecuniariamente abusivos, cometidos en el ejercicio de la función pública.

Artículo 266. Será reprimido con prisión de uno a cuatro años e


inhabilitación especial de uno a cinco años, el funcionario público
que, abusando de su cargo, solicitare, exigiere o hiciere pagar o
entregar indebidamente, por sí o por interpuesta persona, una
contribución, un derecho o una dádiva o cobrase mayores
derechos que los que corresponden. (Artículo sustituido por art.

37 de la Ley 25188 B.O. 1/11/1999)31.

Bien jurídico protegido: el desenvolvimiento normal, ordenado y legal de la


función de los órganos del Estado y el patrimonio particular, víctima de la
indebida exigencia.
Sujeto activo → solo puede cometer el delito analizado el funcionario
abusando de su cargo. Este puede actuar personalmente, por sí mismo, o
mediante un prestanombre, persona interpuesta, quien constituye un
cómplice necesario.

El abuso funcional existe en dos casos:

Cuando el funcionario se sirve coercitivamente de su función para uno de


los fines mencionados en el artículo 266. En este caso, la entrega se
haría con la voluntad constreñida por el temor.

Cuando, mediante persuasión o engaño, induce al sujeto pasivo en error


sobre lo que está obligado a pagar o entregar, o sobre lo que le es
exigible.

La característica de las exacciones radica en la exigencia de lo que


indebidamente se recibe. Esto es lo que hace a la diferencia con otros delitos
de los funcionarios públicos, especialmente, con el cohecho.

Se trata de una exigencia indebida y arbitraria que se configura por una


petición para la administración, aunque lo pedido se transforme en provecho
personal del agente.

Significa un actuar abusivo que puede ser explícito o implícito:

1. Explícito:
el agente no oculta a la víctima que le está exigiendo algo; la
extorsiona con un acto de autoridad.

2. Implícito: oculta la arbitrariedad bajo una falaz procedencia jurídica de lo


que exige, engañando así a la víctima sobre la dimensión de su deber.
3. Accióntípica: el funcionario requiere el pago de una cantidad o entrega
de algo que jurídicamente es indebido al no estar previsto por la ley. Otro
caso es que si este previsto por la ley y el funcionario requiera un pago
cuya cuantía excede la prevista por misma.

4. El abuso funcional: el agente


tiene que realizar las acciones abusando del
cargo que desempeña. El abuso requiere la actuación funcional; no basta
la mera invocación de la calidad de funcionario público para menoscabar
patrimonialmente a la víctima si no se pone en juego el ejercicio del
cargo mismo.

5. Objetos: son las contribuciones, derechos o dádivas.

Contribuciones: se refiere a impuestos.

Derechos: se refiere a prestaciones por pago de servicios, sanciones


u obligaciones fiscales provenientes de otros actos de la
administración.

Dádivas: se trata de cualquier contribución graciable con contenido


económico, exigida por los funcionarios en nombre de la
administración para satisfacer servicios o necesidades sociales.

6. Consumación y tentativa: se dan cuando la exacción se traduce en lo que


se nombra a continuación:

Exigir: basta la exigencia, sin que sea necesario que el pago se produzca,
el objeto se entregue o la dádiva se dé. 

Es un delito de actividad y no admite tentativa.

Hacer pagar o entregar: se consuma con el pago efectuado o la entrega


realizada.
Es un delito de resultado, pues la actividad del agente tiene que haber
provocado la conducta de sujeto pasivo.

Cobrar: sucede lo mismo que en el caso de hacer pagar o entregar.


Características de este delito:

-    Requiere dolo; es decir, exige la conciencia del autor de que la solicitud,


exigencia, pago, entrega o cobranza son indebidos.

-    No admite tentativa.

-     Se consuma cuando el funcionario solicita, exige o recibe el pago o la


entrega, o cobra.

[31] Art. 266, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Figuras agravadas

a. Por los medios empleados

“Artículo 267. Si se empleare intimidación o se invocare orden superior,


comisión, mandamiento judicial u otra autorización legítima, podrá elevarse

la prisión hasta cuatro años y la inhabilitación hasta seis años”32.

La acción consiste en exigir o bien en hacer pagar o entregar una


contribución, un derecho o una dádiva, o bien en cobrar mayores derechos de
los que corresponderían, empleando, para ello, intimidación o invocando
orden superior, comisión, mandamiento judicial u otra autorización legitima.

Se da a través de medios taxativamente determinados por el tipo.

[32] Art. 267, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

b. Por el destino del tributo


“Artículo 268. Será reprimido con prisión de dos a seis años e inhabilitación
absoluta perpetua, el funcionario público que convirtiere en provecho propio

o de tercero las exacciones expresadas en los artículos anteriores”33.

Esta es la llamada “concusión propiamente dicha”.

Autor de este delito → el funcionario público que ejecuta la exacción.

Si su apropiación fuere cometida por una persona distinta, el hecho podrá


configurar otro delito, pero no concusión, puesto que faltaría de parte del
tercero la exigencia a nombre del Estado que caracteriza el delito inicial y no
podría hablarse del de convertir.

La exacción puede convertirse en provecho propio o de un tercero, pero autor


es el funcionario. Implica participar en la exacción y luego convertirla para su
beneficio.
Características de este delito:

-    Requiere dolo, y bastan la conducta y la voluntad de convertir el objeto de


la exacción en provecho propio o de un tercero.

-    Se consuma en el momento en que el autor dispone de lo obtenido o en el


momento de no ingresarlo a las arcas fiscales, si es hay un término para ese
ingreso.

[33] Art. 268, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Negociaciones incompatibles con la función pública. Aspecto protegido de


la función pública. El tipo penal

El bien jurídico tutelado es la administración pública y, especialmente, la


lealtad de los funcionarios y empleados del Estado, expuesta a través de su
prescindencia e imparcialidad.

Artículo 265. Será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis


años e inhabilitación especial perpetua, el funcionario público
que, directamente, por persona interpuesta o por acto simulado,
se interesare en miras de un beneficio propio o de un tercero, en
cualquier contrato u operación en que intervenga en razón de su
cargo.

Esta disposición será aplicable a los árbitros, amigables


componedores, peritos, contadores, tutores, curadores,
albaceas, síndicos y liquidadores, con respecto a las funciones
cumplidas en el carácter de tales. (Artículo sustituido por art. 35

de la Ley 25188 B.O. 1/11/1999)34. 

Características de este delito:

-    Es imputable a título de dolo.

-    No admite tentativa.

-     Se consuma con la oposición al acto, por cualquier medio, ya sea con


intimidación o fuerza o sin ellas.

[34] Art. 265, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Prevaricato
Bien jurídico protegido: actuación fiel de los funcionarios que integran los
órganos jurisdiccionales o los ministerios públicos, o quienes intervienen
en ellos como auxiliares.
.

A. Prevaricato del juez

Artículo 269. Sufrirá multa de pesos tres mil a pesos setenta y


cinco mil e inhabilitación absoluta perpetua el juez que dictare
resoluciones contrarias a la ley expresa invocada por las partes
o por el mismo o citare, para fundarlas, hechos o resoluciones
falsas.

Si la sentencia fuere condenatoria en causa criminal, la pena


será de tres a quince años de reclusión o prisión e inhabilitación
absoluta perpetua.

Lo dispuesto en el párrafo primero de este artículo, será


aplicable, en su caso, a los árbitros y arbitradores amigables
componedores. (Nota: multa actualizada por art. 1 de la Ley

242866 B.O. 29/12/1993)35. 

Artículo 270. Será reprimido con multa de pesos dos mil


quinientos a pesos treinta mil e inhabilitación absoluta de uno a
seis años, el juez que decretare prisión preventiva por delito en
virtud del cual no proceda o que prolongare la prisión preventiva
que, computada en la forma establecida en el artículo 24,
hubiere agotado la pena máxima que podría corresponder al
procesado por el delito imputado. (Nota: multa actualizada por

art. 1 de la Ley 24286 B.O. 29/12/1993)36.

Se reprimirá a juez que dictare resoluciones contrarias a la ley expresa


invocada por las partes o por él mismo, o que citare hechos o resoluciones
falsas para fundarlas.

Agravante: que la sentencia sea condenatoria en causa criminal.

Acción típica: dictar resoluciones de carácter jurisdiccional, abarcando


todo tipo de resoluciones (fallos, autos, decretos, providencias o
fundamentación en hechos o resoluciones falsas).

Objeto: la resolución debe ser contraria a la ley. La contradicción entre la


ley y la resolución debe ser subjetiva y objetiva, debe tener la intención, y
debe contradecir realmente la ley.

En cuanto a la fundamentación, se refiere a la invocación de hechos o


resoluciones falsas como argumentos decisivos de la solución que el juez dé
a la cuestión.

Aspecto subjetivo: importancia del elemento cognoscitivo. El juez debe


saber que resuelve contra lo que dispone la ley que invoca como
fundamento de su fallo o que los hechos o las resoluciones
fundamentadoras no existieron o no existieron con el significado que él
les otorga. Hay una contradicción objetiva entre lo declarado y lo que se
debió declarar, a la que se le debe sumar la contradicción entre lo
declarado y lo conocido.

Consumación: el delito se consuma con el dictado de la resolución, y no


es necesario que este alcance ejecutoriedad, basta la firma de la misma
o su pronunciamiento verbal.

Tentativa: no se admite.

Autor: solamente puede ser autor un juez o conjuez (integra


circunstancialmente los cuadros del poder judicial), y no los que, si bien
son llamados jueces (p. ej., juez de faltas municipales), son funcionarios
administrativos encargados de aplicar reglamentos. La ley no hace
referencia a que el juez deba poseer un determinado grado o
competencia, por lo cual pueden ser autores los llamados “jueces legos”,
jueces de paz.

Culpabilidad: es un delito doloso, cuyo contenido cognoscitivo requiere


saber la contradicción entre lo invocado y lo decidido. Volitivamente, se
concreta en querer decidir en función de esa contradicción. Es
imprescindible el dolo directo.

[35] Art. 269, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[36] Art. 270, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

B. Prevaricato de personas equiparadas


Artículo 269. Sufrirá multa de pesos tres mil a pesos setenta y
cinco mil e inhabilitación absoluta perpetua el juez que dictare
resoluciones contrarias a la ley expresa invocada por las partes
o por el mismo o citare, para fundarlas, hechos o resoluciones
falsas.

Si la sentencia fuere condenatoria en causa criminal, la pena


será de tres a quince años de reclusión o prisión e inhabilitación

absoluta perpetua37.

Lo dispuesto en el párrafo primero de este artículo será aplicable, en su caso,


a los árbitros y arbitradores amigables componedores. Se equipara a los
arbitradores y componedores a los jueces integrantes del poder judicial, ya
que estos cumplen una función jurisdiccional.

Modo de prevaricar: mediante la invocación de hechos o resoluciones


falsos, mas no dictando resoluciones contrarias a la ley que invocan.
[37] Art. 269, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

C. Prisión preventiva ilegal


Artículo 270. Será reprimido con multa de pesos dos mil
quinientos a pesos treinta mil e inhabilitación absoluta de uno a
seis años, el juez que decretare prisión preventiva por delito en
virtud del cual no proceda o que prolongare la prisión preventiva
que, computada en la forma establecida en el artículo 24,
hubiere agotado la pena máxima que podría corresponder al
procesado por el delito imputado. (Nota: multa actualizada por

art. 1 de la Ley 24286 B.O. 29/12/1993)38.

Se reprime al juez lo siguiente:

que decrete la prisión preventiva por delito en virtud del cual no proceda;
o

que prolongue la misma más allá del tiempo que correspondería a la


pena máxima que podría corresponder al procesado por el delito
imputado.

[38] Art. 270, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Prevaricato del abogado o mandatario. Sujetos equiparados

D. Prevaricato de los abogados y otros profesionales


Artículo 271. Será reprimido con multa de pesos dos mil quinientos
a pesos treinta mil e inhabilitación especial de uno a seis años, el
abogado o mandatario judicial que defendiere o representare
partes contrarias en el mismo juicio, simultánea o sucesivamente,
o que, de cualquier otro modo, perjudicare deliberadamente la
causa que le estuviere confiada. (Nota: multa actualizada por art. 1

de la Ley N 24286 B.O. 29/12/1993)39.

Será reprimido el abogado o mandatario judicial que defendiere o


representare partes contrarias en el mismo juicio, simultáneamente o
sucesivamente, o que, de cualquier otro modo, perjudicare deliberadamente
la causa que le estuviere confiada.

Bien jurídico protegido: el correcto desenvolvimiento de la actividad


jurisdiccional, que también depende de los abogados y mandatarios
judiciales, tanto como del juez. La actuación infiel la pone en peligro.

Acción típica: 

Algunos autores consideran que se trata de dos acciones distintas:

Defender o representar partes contrarias en el mismo juicio.

Perjudicar deliberadamente de cualquier modo la causa confiada.


Otros consideran que la acción es la de perjudicar deliberadamente la causa,
YA sea asumiendo una doble representación O asumiendo cualquier otra
conducta que produzca perjuicio.

El perjuicio: consiste en la pérdida de cualquier posibilidad procesal que


redunde en menoscabo del interés de la parte o de las partes. Tiene que
haber sido causado por la actitud asumida por el agente.

Elemento subjetivo: el tipo reclama que el autor perjudique


deliberadamente la causa. Debe orientar su conducta a la causación del
perjuicio, preordenándola para su producción. Es fundamental que quiera
lograrlo; no basta la simple aceptación de la posibilidad de su producción.

Consumación y tentativa: se consuma cuando se produce el perjuicio. Es


un delito de resultado que admite tentativa.

Autores: pueden ser autores los abogados (actúan en defensa de los


intereses de una parte) o los mandatarios judiciales (representan en
juicio a las partes).

Culpabilidad: dolo directo. No admite dolo eventual.

[39] Art. 271, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

E. Prevaricato de otros auxiliares de justicia


“Artículo 272. La disposición del artículo anterior será aplicable a los fiscales,
asesores y demás funcionarios encargados de emitir su dictamen ante las

autoridades”40.
Se aplica el artículo 271 a los fiscales, asesores y demás funcionarios
encargados de emitir su dictamen ante las autoridades.

Acción típica: perjudicar deliberadamente la causa confiada.


[40] Art. 272, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Malversación de caudales públicos. Aspecto protegido de la


función pública. El tipo penal

Malversación

Es la figura básica.

Artículo 260. Será reprimido con inhabilitación especial de un


mes a tres años, el funcionario público que diere a los caudales o
efectos que administrare una aplicación diferente de aquella a
que estuvieren destinados. Si de ello resultare daño o
entorpecimiento del servicio a que estuvieren destinados, se
impondrá, además, al culpable, multa del veinte al cincuenta por

ciento de la cantidad distraída41.


Se reprime al funcionario público que diere a los caudales o efectos que
administrare una aplicación diferente de aquella a que estuvieren
destinados.

Bien jurídico: es la regular inversión y aplicación de los bienes públicos


dentro de la misma órbita de la administración. Se protege el
ordenamiento patrimonial de la administración.

Acción típica: es la de dar a los caudales o efectos administrados por el


autor una aplicación distinta de aquella a la que estaban destinados.

Caudal: comprende toda clase de bienes dotados de valor de naturaleza


económica.

Efectos: documentos de crédito (valores en papel, títulos, sellos,


estampillas) emanados del Estado, que representan valores económicos
y son negociables.

Objetos: Los objetos tienen que ser públicos.

Son públicos cuando pertenecen al Estado y no están afectados por


actividades de índole comercial, pudiendo el Estado disponer de estos para el
cumplimiento de sus servicios fines públicos.

Hay dos tesis: son solo públicos:

Tesis del riesgo (Soler, 1951): solo los que están afectados a fines
administrativos específicos.

Tesis de la pertenencia (Manzini, Maggiore): todos los que pertenecen al


Estado.
Esta segunda tesis parece más adecuada.

Se requiere que estos bienes estén asignados por ley, reglamento u orden a
un destino determinado, ya que la figura importa un cambio de destino, el
que no debe salir de la esfera de la administración, de lo contrario, sería
peculado.

Ese destino, normalmente, está determinado por las leyes de presupuesto.

Consumación: el delito se consuma con la aplicación de los caudales o


efectos a un destino distinto del asignado por la ley, reglamento u orden.

Tentativa: esta aplicación de los fondos es un resultado material en cuya


consecución se pueden dar distintas etapas ejecutivas, lo que hace
posible la tentativa.

Autor: el funcionario público que administra los caudales o efectos que


se aplican indebidamente. Tiene que tener facultades administrativas
para disponer de los bienes.

Culpabilidad: el dolo requiere el conocimiento del destino de los bienes y


la voluntad de disponer de ellos para un destino distinto.

El dolo puede ser tanto directo como eventual.

Malversación culposa:
Artículo 262. Será reprimido con multa del veinte al sesenta por
ciento del valor substraído, el funcionario público que, por
imprudencia o negligencia, o por inobservancia de los
reglamentos o deberes de su cargo, diere ocasión a que se
efectuare por otra persona la substracción de caudales o

efectos de que se trata en el artículo anterior42.

Reprime al funcionario que, por imprudencia o negligencia, o inobservancia


de los reglamentos o deberes de su cargo, diere ocasión a que se efectuare
por otra persona la sustracción de caudales o efectos.

Aquí se facilita la conducta dolosa de un tercero.

Agravantes. Artículo 260, segunda parte: “si de esa conducta resultare un daño o
entorpecimiento del servicio a que estuvieran destinados, se impondrá además multa
al culpable”43.
[41] Art. 260, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[42] Art. 262, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[43] Art. 262, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Peculado. Peculado de bienes y servicios


Peculado de bienes

Artículo 261. Será reprimido con reclusión o prisión de dos a diez


años e inhabilitación absoluta perpetua, el funcionario público
que sustrajere caudales o efectos cuya administración,
percepción o custodia le haya sido confiada por razón de su
cargo.

Será reprimido el funcionario público que sustrajere caudales o


efectos cuya administración, percepción o custodia le haya sido

confiada por razón de su cargo44.

Bien jurídico protegido: se tutela la seguridad de los bienes públicos


como garantía del cumplimiento normal de la función patrimonial del
Estado. 

Acción típica: la acción reprimida es la de sustraer o quitar los bienes de


la tenencia en la esfera administrativa en que fueron colocados por
leyes, reglamentos u órdenes legítimas. No se trata de un
apoderamiento, puesto que no es necesario que el agente actúe con el
ánimo de hacer penetrar el bien en su propia esfera de tenencia o en la
de un tercero. Eso sí, la sustracción no se satisface por el simple uso del
bien; este debe destruido, consumido o trasformado, de tal modo que
implique quebrar la tutela pública en que se hallaba.

Se trata de una sustracción definitiva, absoluta.

No comete el delito, el funcionario que saca el bien que custodia o


administra otro funcionario.

Objetos: son los caudales o efectos cuya administración, percepción o


custodia le ha sido confiada al funcionario por razón de su cargo. Deben
ser públicos.

Percepción: función de recibir bienes para la administración, para


ingresaros o regresarlos a ella.

Custodia: actividad de cuidado y vigilancia sobre los bienes, que importa


su tenencia y realizada como función administrativa.

Estas deben haber sido confiadas al agente en función de su cargo.

Consumación: el delito se consuma cuando el bien ha sido quitado de la


esfera de la tenencia administrativa.
El delito consumado no desaparece por la restitución posterior.

Una corriente doctrinal sostiene que la consumación del peculado se produce


con la omisión del ingreso de los fondos en el tiempo debido según las
reglamentaciones.

Este delito no requiere una lesión patrimonial (aunque algunos opinan lo


contrario), ya que se puede dar la consumación sin esa lesión. No importa
desconocer que se está ante un delito de resultado, por cuanto requiere la
efectiva separación del bien de la esfera de tenencia de la administración.
Tentativa: la admite.

Autor: Puede serlo el funcionario que tiene competencia para


administrar, percibir o custodiar los caudales u objetos.

Culpabilidad: el dolo requiere el conocimiento por parte del agente del


carácter de los bienes y de la relación funcional que lo une a ellos y la
voluntad de separarlos de la administración. Admite dolo eventual.

[44] Art. 261, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Peculado de servicios
“Artículo 261 […] Será reprimido con la misma pena el funcionario que
empleare en provecho propio o de un tercero, trabajos o servicios pagados

por una administración pública”45.

Será reprimido el funcionario que empleare en provecho propio o de un


tercero trabajos o servicios, pagado por una administración pública.

Bien jurídico protegido: la regularidad en el desenvolvimiento de la


actividad patrimonial del Estado.

Acción típica: emplear es utilizar el trabajo o servicio, o sea, afectarlos a


un determinado destino. Se pune la desafectación del trabajo o del
servicio de su destino administrativo y se lo desvía hacia un destino
extraño.

Objetos: la doctrina no se ha puesto de acuerdo en la distinción de los


servicios y trabajos.
Trabajos: todas aquellas tareas que se emplean para la realización de
una obra determinada.

Servicios: son todas las tareas que, sin estar destinadas a una obra
determinada, se prestan dentro de una situación o estado del sujeto que
los realiza y que se caracterizan por una cierta permanencia de la tarea
con relación a la actividad administrativa.

El trabajo tiene que ser pagado por una administración pública.

Entre el funcionario y los trabajos o servicios, tiene que haber una relación
funcional por la que el destino de aquellos dentro de la administración este a
disposición de él.

Aspecto subjetivo: plantea una exigencia de índole subjetiva. El autor


tiene que actuar persiguiendo el provecho propio o el de otro. Tiene que
querer destinar el trabajo o servicio a la satisfacción de necesidades o
utilidades extrañas a la administración. La voluntad de desviar el servicio
o trabajo del destino que le corresponde, pero sin sustraerlo de la esfera
administrativa, no constituye peculado.

Consumación: el delito se consuma con el desvío de los trabajos o


servicios a la esfera particular, y estos son utilizados en provecho de un
agente o de un tercero.

No basta que el servicio haya sido separado de la administración, si no se ha


utilizado. Esto no implica que la consumación requiera que el trabajo o
servicio haya llegado efectivamente a satisfacer la necesidad o utilidad del
agente o tercero.

Tentativa: no hay dificultad en admitirla.


Autor: solo puede serlo el funcionario público que dispone
administrativamente de los trabajos o servicios.

Culpabilidad: el dolo requiere el conocimiento del carácter del trabajo o


servicio y la voluntad de desviarlo de su destino administrativo
empleándolo en provecho del mismo agente o de un tercero.

[45] Art. 261, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Enriquecimiento ilícito de funcionarios públicos. Aspecto


protegido del bien jurídico. El tipo penal. Carga de la prueba

A. Utilización de informaciones y datos reservados

Artículo 268, inc. 1. Será reprimido el funcionario público que


con fines de lucro utilizare para sí o para un tercero
informaciones o datos de carácter reservado de los que haya

tomado conocimiento en razón de su cargo46.

Bien jurídico protegido: la protección de la imparcialidad de los órganos


de la administración frente a terceros, que se ve atacada por quienes se
valen de los poderes que la función pone en sus manos, para lucrar con
ellos o para hacer lucrar a terceros.
Acción típica: es la de valerse, la de utilizar con fines de lucro, para sí o
para un tercero, las informaciones o datos.

No se requiere que el provecho efectivamente se haya obtenido.

Objeto: informaciones o datos.

Informaciones: las noticias o conocimientos que adquiere el agente


sobre decisiones o futuras actividades de la administración.

Datos: elementos que sirven para completar un conocimiento o para


hacerlo operativo.

Estos pueden o no ser de naturaleza económica, pero sí deben ser aptos


para ser utilizados con finalidad lucrativa.

Tiene que ser de carácter reservado, o sea, deben estar al alcance de


determinadas personas, y no deben ser comunicados a extraños.

Elemento subjetivo: la acción debe dirigirse a la obtención de un lucro.

Consumación: el delito se consuma con la aplicación, utilización del dato


o información, independientemente de que el beneficio se haya obtenido
o no efectivamente.

Lo que se pune no es el enriquecimiento del autor, sino la utilización venal del


dato o información.

Tentativa: muchos autores la admiten.

Autor: el funcionario público cuya competencia le haya proporcionado el


conocimiento del dato o la información. Se debe tener tal calidad tanto al
adquirir el conocimiento como al utilizarlo.

Culpabilidad: es doloso. Se exige que el sujeto conozca el carácter del


dato o información y que se los quiera utilizar voluntariamente con la
finalidad típica, lo que descarta el dolo eventual.

[46] Art. 268, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

B. Enriquecimiento ilícito

Artículo 268, inc. 2. Será reprimido el que, al ser debidamente


requerido, no justificare la procedencia de un enriquecimiento
patrimonial apreciable suyo o de persona interpuesta para
disimularlo, ocurrido con posterioridad a la asunción de un cargo
o empleo público y hasta dos años después de haber cesado en

su desempeño47.

Se entiende que hubo enriquecimiento no solo cuando el patrimonio se


hubiese incrementado con dinero, cosas o bienes, sino también cuando se
hubiesen cancelado deudas o extinguidas obligaciones.
Bien jurídico protegido: no está muy claro.

Algunos dicen que es el interés social existente en que los funcionarios o


empleados públicos no corrompan la función pública y que justifiquen su
enriquecimiento al ser requeridos, como una exigencia no solo legal sino
social.

Otros afirman que se trata de prevenir conductas anormales que persiguen el


logro de aumentos patrimoniales prevaliéndose de la condición de
funcionario por parte del agente.

Se protege la imagen de transparencia, gratuidad y probidad de la


administración y de quienes la encarnan.

Acción típica: surgen dudas.


Letra de la ley: es la de no justificar la procedencia del enriquecimiento.

De acuerdo con Núñez (2008) estamos ante un delito complejo que requiere
el acto positivo de haberse enriquecido apreciablemente y el negativo de no
justificar la procedencia de ese enriquecimiento.

Por su parte, Creus (1990) aclara que la conducta es la de no justificar el


enriquecimiento. El enriquecimiento preexiste a esa acción, pero no la
integra.

No justificar: alude a la falta de acreditación de la procedencia del


enriquecimiento.
Enriquecimiento patrimonial apreciable: debe ser un incremento
patrimonial considerable con relación a la situación económica del
agente en el momento en que asume el cargo y no debe estar de
acuerdo con las posibilidades de evolución normal de aquella durante el
tiempo que se desempeñó en la función o en el periodo posterior a dos
años luego de su cese.

Requerimiento: debe haber mediado un debido requerimiento para que


se justifique el enriquecimiento.

Alguna doctrina reconoce que tienen facultad para requerirlo, la autoridad


administrativa de la que depende el funcionario o los cuerpos legislativos en
función de investigadores de la actividad de los funcionarios.

Sin embargo, para muchos, la facultad solo la poseen los jueces


competentes para investigar el delito.

Carga de la prueba: la doctrina presenta dudas de orden constitucional


sobre las circunstancias de que el tipo se asentaría sobre una inversión
de la carga de la prueba, que importaría una verdadera presunción de
ilicitud del enriquecimiento, en donde sería la licitud lo que tendría que
demostrar el imputado.

Si se tiene en cuenta que la acción típica es la de no justificar la


procedencia del enriquecimiento, la ley no está consagrando una
presunción, sino que está imponiendo un deber y sancionando su
incumplimiento.

Consumación: es un delito de omisión que se consuma cuando, vencidos


los plazos fijados para contestar el requerimiento o transcurridos los
plazos procesales pertinentes para ejercer el derecho de defensa, el
agente no justificó o no lo hizo suficientemente con la procedencia
extrafuncional de su enriquecimiento.
Autor: cualquier persona que ocupe o haya ocupado un cargo funcionario
o empleado.

Persona interpuesta: algunos la consideran partícipe necesario (Fontán


Balestra, Núñez), otros, como Creus (1990), consideran que es inexacto,
puesto que, si la acción es la de no justificar, y quien debe hacerlo es el
funcionario, no se puede advertir cómo ese tercero pueda ser cómplice
de tal omisión.

La conducta punible de este será la de haberse prestado a la disimulación del


enriquecimiento de aquel.

Sin embargo, la última parte del artículo 268, inc. 2, lo reprime con la misma
pena que al autor.

Entonces, hay que ver la tesis por seguir. Para quienes siguen la tesis de que
la acción típica es la de enriquecerse, no habrá problemas en considerarlo
partícipe. Los que sigan la tesis de que la acción típica es la de omitir la
justificación consideran que la parte final del artículo consagra una forma
autónoma de punición, una conducta delictual independiente.

Culpabilidad es un delito doloso que reclama en el autor el conocimiento


del requerimiento y de la existencia misma del enriquecimiento. Exige la
voluntad de no justificar o no aportar los elementos que demostrarían la
procedencia del enriquecimiento.
 

[47] Art. 268, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
C O NT I NU A R
Lección 6 de 6

Referencias

CFCP, Sala IV.  G. G. S. M. s/ recurso de casación. (27 de abril de 2016).


Recuperado de https://aldiaargentina.microjuris.com/2016/07/13/condena-
por-el-delito-de-cohecho-cometido-al-efectuar-ofrecimientos-de-dádivas-a-
un-diputado-para-que-se-dejara-de-tratar-o-modificase-la-ley-que-incorporo-
al-salario-los-tickets-alimentarios/

Creus, C. (1990). Derecho Penal. Parte General, A.S. T.R.E.A. Buenos Aires.

Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la


Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-
19999/16546/texact.htm

Ley 25188. Ética en el ejercicio de la función pública. (1999). Congreso de la


Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/60000-
64999/60847/texact.htm

C O NT I NU A R
Delitos contra la fe pública

Delitos contra la fe pública

Falsi cación de moneda, billetes de banco, títulos al portador y documentos de crédito

Falsi cación de sellos, timbres y marcas

Falsedad documental. Aspecto protegido del bien jurídico

Referencias
Lección 1 de 5

Delitos contra la fe pública

El bien jurídico protegido


La característica de los delitos contra la fe pública es que implican una
falsedad respecto de ciertos valores, signos, documentos, actos o
instrumentos que, por su función pública, deben gozar de la confianza
general respecto de su autenticidad o veracidad.

Bien jurídico protegido: confianza general, y no la de algunos dotados de


saber técnico por cuanto la fe otorgada es ergna omnes.

En estos delitos, la lesión del bien jurídico se configura en la medida que se


ataque la confianza general que emana de los signos e instrumentos
convencionales impuestos por el Estado con carácter obligatorio y de los
actos jurídicos que respetan ciertas formas materiales, destinadas a los
objetivos legales previstos en determinadas leyes.

Sistematización de los tipos penales

Tipos penales
Falsificación de moneda, billetes de banco, títulos al portador y
documentos de crédito

Falsificación de sellos, timbres y marcas

Falsedad documental

Los delitos comprendidos en el título XII del Libro Segundo del Código Penal
atacan la fe pública porque hacen aparecer como auténticos y reveladores
de verdad signos representativos o documentos que dan cuenta de lo
pasado cuando no son auténticos o mienten sobre lo representado.

A continuación, y antes de adentrarnos en los contenidos teóricos de la


materia, vamos a analizar un fallo perteneciente a la Cámara Federal de
Casación Penal, Sala/Juzgado I, de fecha 27 de junio de 2018, que trata
sobre una condena por el delito de cohecho cometido al efectuar
ofrecimientos de dádivas a un diputado para que se dejara de tratar o
modificase la ley que incorporó al salario los ticketsques alimentarios.

Publicación
La Cámara Federal de Casación Penal confirmó condena por expendio de
moneda de curso legal apócrifa

La Cámara Federal de Casación Penal confirmó condena por


expendio de moneda de curso legal apócrifa.pdf
358.2 KB
Fuente: Centro de Información Judicial. (2018). La Cámara Federal de Casación Penal confirmó condena por

expendio de moneda de curso legal apócrifa. Recuperado de https://www.cij.gov.ar/nota-30968-La-C-mara-

Federal-de-Casaci-n-Penal-confirm--condena-por-expendio-de-moneda-de-curso-legal-ap-crifa.html

C O NT I NU A R
Lección 2 de 5

Falsificación de moneda, billetes de banco, títulos al


portador y documentos de crédito

Corresponde adentrarnos ahora en los delitos de “falsificación de moneda,


billetes de bando, títulos al portador y documentos de crédito”. Este tema
debe ser ampliado por el texto obligatorio Manual de Derecho Penal – Parte
General (Núñez, 2008) páginas 491 y ss.

Aspecto protegido del bien jurídico


Lo que la figura intenta proteger es la moneda (papel o metálica) con curso legal en la República, de
circulación obligatoria y con fuerza cancelatoria, como instrumento de cambio y medio de pago.

I. Falsificación de moneda

“ARTÍCULO 282. - Serán reprimidos con reclusión o prisión de tres a quince


años, el que falsificare moneda que tenga curso legal en la República y el que

la introdujere, expendiere o pusiere en circulación”1.

Es autor del delito → el que falsificare moneda que tenga curso legal en la
República y el que la introdujere, expendiere o pusiere en circulación.

Lo protegido → la moneda con curso legal en la República.


Instrumento de cambio y medio de pago de circulación obligatoria y con
fuerza cancelatoria de las obligaciones por ejecutarse en su territorio,
contraídas dentro o fuera del país.

Falsifica moneda → el que imita la moneda auténtica en un grado que la


hace susceptible de circular como auténtica entre el público, aunque no
pueda engañar a los técnicos y todavía no haya sido recibida por ninguna
persona.

La imitación es tal que hace a la moneda expendible.

Introduce moneda → el que la hace ingresar al territorio de la Nación o a


un lugar sometido a su jurisdicción.

Expende moneda → el que, a cualquier título, la entrega a quien la acepta


y la pone en circulación. El que la introduce al tráfico económico.

Características de este delito:

-      Se consuma con el acto en sí, sin necesidad de cualquier efecto.

-      Admite tentativa.

-      Es imputable a título de dolo.

-      La pluralidad de actos no multiplica el delito.

-      Es de competencia federal (Ley 48, art. 3, inc. 3).


[1] Art. 282. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

II. Cercenamiento o alteración de moneda.


“ARTÍCULO 283. - Será reprimido con reclusión o prisión de uno a cinco años,
el que cercenare o alterare moneda de curso legal y el que introdujere,

expendiere o pusiere en circulación moneda cercenada o alterada”2. La


situación problemática del caso sería determinar si ese expendio de moneda
pública fue de buena o mala fe, en cuyo caso, es importante analizar si hubo
o no buena fe. Para determinar la calificación legal aplicable, el Tribunal Oral
resolvió lo siguiente:

Condenar a [A. A. G.] a la pena de tres años y seis meses de


prisión, más la accesoria de inhabilitación absoluta por el tiempo
de la condena y costas, por resultar autor penalmente
responsable del delito de expendio de moneda de curso legal

apócrifa3.

Es importante leer el hecho para pensar sobre cuál de las dos figuras
corresponde aplicar. 
Si la alteración consistiere en cambiar el color de la moneda, la pena será de
seis meses a tres años de prisión.

Es autor del delito: el que cercenare o alterare moneda de curso legal y el que
introdujere, expendiere o pusiere en circulación moneda cercenada o
adulterada.

Lo protegido → la moneda metálica que es la única susceptible de


cercenamiento o alteración.

Cercena la moneda → el que de cualquier manera disminuye en mayor


cantidad que la permitida el metal valioso que legalmente le corresponde a
esa moneda, manteniendo la apariencia que le es propia y su expendibilidad
por su valor.

Altera la moneda → el que le da una apariencia de otra moneda de curso


legal de mayor valor en una forma que la haga expendible.

Características de este delito:

-      Es imputable a título de dolo.

-      Admite tentativa.

-      Se consuma con la acción del agente sin necesidad de otro efecto.
-      Es de competencia federal.

[2] Art. 283. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[3] Cámara Federal de Casación Penal. Sala I. “Gourgenidze, Alan s/ recurso decasación”. (2018). Recuperado de

https://bit.ly/2YFBAk7 

Expendio o circulación de moneda recibida de buena fe.

ARTÍCULO 284. - Si la moneda falsa, cercenada o alterada se


hubiere recibido de buena fe y se expendiere o circulare con
conocimiento de la falsedad, cercenamiento o alteración, la
pena será de pesos argentinos mil a pesos argentinos quince

mil4.

La situación problemática del caso sería determinar si ese expendio de


moneda pública fue de buena o mala fe, en cuyo caso es importante analizar
si hubo o no buena fe. Para determinar la calificación legal aplicable, el
Tribunal Oral resolvió lo siguiente:

 
Condenar a A. A. G., a la pena de tres años y seis meses de
prisión, con más la accesoria de inhabilitación absoluta por el
tiempo de la condena y costas, por resultar autor penalmente
responsable del delito de expendio de moneda de curso legal

apócrifa5.

Es importante leer el hecho para pensar sobre cuál de las dos figuras
corresponde aplicar, es decir, si corresponde la figura atenuada por la buena
fe o la que, además, castiga por el dolo, analizada anteriormente.

Es autor del delito → el que, luego de recibir de un tercero, en pago o a otro


título, incluso gratuito, moneda falsa, cercenada o alterada, creyéndola
legítima, a sabiendas de ello o maliciando que así sea, la expende o la pone
en circulación.

Se advierte que la pena es sensiblemente menor, pues quien procede de la


manera descripta lo hace, por lo general, para evitar su propio perjuicio.

[4] Art. 284. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[5] Cámara Federal de Casación Penal. Sala I. “Gourgenidze, Alan s/ recurso decasación”. (2018). Recuperado de

https://bit.ly/2YFBAk7
Objetos protegidos. Instrumentos equiparados a moneda. Los
tipos penales

IV. Valores equiparados a la moneda

ARTÍCULO 285. -  Para los efectos de los artículos anteriores


quedan equiparados a la moneda nacional, la moneda
extranjera, los títulos de la deuda nacional, provincial o municipal
y sus cupones, los bonos o libranzas de los tesoros nacionales,
provinciales y municipales, los billetes de banco, títulos, cédulas,
acciones, valores negociables y tarjetas de compra, crédito o
débito, legalmente emitidos por entidades nacionales o
extranjeras autorizadas para ello, y los cheques de todo tipo,
incluidos los de viajero, cualquiera que fuere la sede del banco

girado6.

[6] Art. 285. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Fabricación o emisión ilegal


ARTÍCULO 287. - Serán reprimidos con reclusión o prisión de uno
a seis años e inhabilitación absoluta por doble tiempo, el
funcionario público y el director o administrador de un banco o
de una compañía que fabricare o emitiere o autorizare la
fabricación o emisión de moneda, con título o peso inferiores al
de la ley, billetes de banco o cualesquiera títulos, cédulas o

acciones al portador, en cantidad superior a la autorizada7.

La falsificación de billetes de banco, títulos, cédulas o acciones de compañía


puede presentarse también por una emisión ilegal.

Tanto el billete como la cédula tienen valor en los límites de la autorización


legal.

La emisión es ilegal, aunque no se emita con el propósito de un beneficio o


lucro personal. Constituye una acción de gravedad y, habitualmente, se
produce en épocas de importante actividad comercial o de especulación.

Este delito importa la fabricación o emisión de billetes, cédulas o acciones al


portador que deba estar especialmente autorizado por ley; sino, será de
aplicación el artículo 301 del Código Penal.
ARTÍCULO 301. - Será reprimido con prisión de seis meses a dos
años, el director, gerente, administrador o liquidador de una
sociedad anónima, o cooperativa o de otra persona colectiva
que a sabiendas prestare su concurso o consentimiento a actos
contrarios a la ley o a los estatutos, de los cuales pueda derivar
algún perjuicio. Si el acto importare emisión de acciones o de
cuotas de capital, el máximo de la pena se elevará a tres años
de prisión, siempre que el hecho no importare un delito más

gravemente penado8.

Características de este delito:

-       Solo puede ser cometido por el funcionario o director de banco, o


administrador autorizado para fabricar o emitir valores, o para autorizar esos
actos.

-      Es imputable a título de dolo.

-      No admite tentativa.

-      Se consuma con la fabricación o emisión, o autorización de estas.

[7] Art. 286. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
[8] Art. 301. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv 

C O NT I NU A R
Lección 3 de 5

Falsificación de sellos, timbres y marcas

Bajo este título, trataremos una serie de figuras que se comprenden en los

tipos penales de los artículos 288 a 291 del Código Penal9.

[9] Arts. 288 - 291. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Aspecto protegido. Bien jurídico


Este capítulo se refiere a la falsificación de signos de autenticidad de
determinados objetos y al aprovechamiento indebido de los objetos
falsificados

Sujeto activo → cualquier persona.

Si fuera funcionario público el que cometiera el delito, sirviéndose de su


cargo o con motivo u ocasión de su ejercicio, es decir, abusando de su cargo,
sufriría, además de la pena que le corresponde al delito, inhabilitación
absoluta por el doble de tiempo de la condena impuesta.

Objetos sobre los que recae la protección legal. Nociones generales


“ARTÍCULO 291. - Cuando el culpable de alguno de los delitos comprendidos
en los artículos anteriores, fuere funcionario público y cometiere el hecho
abusando de su cargo, sufrirá, además, inhabilitación absoluta por doble

tiempo del de la condena”10.

[10] Art. 291. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

I. Falsificación de sellos 

ARTÍCULO 288. - Será reprimido con reclusión o prisión de uno a


seis años: 1º. El que falsificare sellos oficiales;

2º. El que falsificare papel sellado, sellos de correos o telégrafos


o cualquiera otra clase de efectos timbrados cuya emisión esté
reservada a la autoridad o tenga por objeto el cobro de
impuestos.- En estos casos, así como en los de los artículos
siguientes, se considerará falsificación la impresión fraudulenta

del sello verdadero11.

La falsificación de sellos puede consistir en lo siguiente:


Falsificación de sellos oficiales.
Los sellos oficiales son los instrumentos destinados por las autoridades
estatales a ser estampados en documentos a los efectos de su
autenticación.

Se trata de la fabricación imitativa del instrumento que representa el sello


verdadero, y no la falsificación de la estampada, que puede constituir una
falsedad documental.

La impresión fraudulenta del sello se considera como su falsificación.

Es autor de este delito → el que, a sabiendas, lo imprime en actos u objetos


que no corresponde sellar. Puede ser el autorizado para usar el sello y el no
autorizado, porque la naturaleza fraudulenta del acto reside en la
improcedencia objetiva del sellado, cualquiera sea su causa.

No incurre en este delito → el que, sin estar autorizado a usar el sello


verdadero, lo imprime en un acto que corresponde sellar.

Ejemplo: el particular que le pone el sello a la copia que indebidamente se le


entregó sin sellar.

La Ley 2097412 incorporó a la Ley 1767113, en sustitución del capítulo 10 de


esta, un nuevo capítulo, en cuyo artículo 33 reprime al que fabricare mandar
a fabricar o tuviere en su poder, bajo su guarda, ilegítimamente, sellos del
Registro Nacional de las Personas o de las oficinas seccionales.
En la falsificación de papel sellado, sellos de correos o telégrafos o
cualquier otra clase de efectos timbrados cuya emisión esté reservada a
la autoridad o tenga por objeto el cobro de impuestos.
Se trata de la falsificación por imitación de valores timbrados nacionales,
provinciales o municipales en uso.

Por ello, se hace referencia también a otras clases de efectos timbrados

Al igual que en el inciso anterior, la impresión fraudulenta del sello verdadero


equivale a su falsificación.

[11] Art. 288. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[12] Ley 20974. Identificación personal. (1975). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

https://bit.ly/36G75Pr

[13] Ley 17671. Identificación, registro y clasificación del potencial humano nacional. (1968). Poder Ejecutivo de

la Nación. Recuperado de https://bit.ly/3oL1hui

Figura 1: Impresión fraudulenta de sellos

Fuente: elaboración propia. 


Características de este delito:

-  Es imputable a título de dolo.

-   Es de competencia federal cuando se procure mediante ellos la


defraudación de rentas nacionales.

-  Autor de este delito → el que imprime, a sabiendas, más sellos de los que
legalmente corresponde.

II. Falsificación de marcas y contraseñas

ARTÍCULO 289. - Será reprimido con prisión de seis meses a tres


años:

1. El que falsificare marcas, contraseñas o firmas oficialmente


usadas o legalmente requeridas para contrastar pesas o
medidas, identificar cualquier objeto o certificar su calidad,
cantidad o contenido, y el que las aplicare a objetos distintos de
aquellos a que debían ser aplicados.

2. El que falsificare billetes de empresas públicas de transporte.

3. El que falsificare, alterare o suprimiere la numeración de un

objeto registrada de acuerdo con la ley14.


[14] Art. 289. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Análisis:
Inc. 1: este artículo prevé dos conductas típicas:

Falsificación → imitación de medios destinados, por un servicio público


nacional, provincial o municipal, a certificar la exactitud de los
instrumentos utilizables en el tráfico público para pesar o medir o para
individualizar objetos a los fines del cumplimiento de determinados
servicios.
Ejemplo: sellos colocados en los envases de alimentos para certificar la
inspección sanitaria.

Aplicación indebida → colocación de marcas, contraseñas o firmas


oficialmente usadas o legalmente requeridas a los mismos fines que el
tipo anteriormente descripto, que se aplicaren a objetos distintos de los
que debían ser aplicados. Implica una falsedad en el uso de los medios
auténticos, que consisten en garantizar con ellos la naturaleza, calidad o
expendibilidad de productos o mercaderías a las que no les corresponde.
Ambas conductas son dolosas.

Inc. 2:El que falsificare billetes de empresas públicas de transporte.

Empresa pública de transporte → las que son propiedad del Estado o de un


ente público y prestan servicio de transporte público de personas.

Características de este delito:


Es imputable a título de dolo.

Es de competencia federal cuando se procure mediante ellos la


defraudación de nacionales.

Se consuma con la falsificación del billete, sin necesidad de que se lo


use.

Hacer todo o en parte un billete falso o adulterar uno verdadero.

Inc. 3: El que falsificare, alterare o suprimiere la numeración de un objeto


registrado de acuerdo con la ley.

La protección abarca cualquier objeto registrado oficialmente por disposición


y con arreglo a lo dispuesto por ley.

Las numeraciones que se registran de acuerdo con un requerimiento legal


constituyen lo siguiente:

automotores,

aeronaves,

embarcaciones,

armas,

otros.

III. Restauración de sellos, timbre, marcas o contraseñas.


ARTÍCULO 290. - Será reprimido con prisión de quince días a un
año, el que hiciere desaparecer de cualquiera de los sellos,
timbres, marcas o contraseñas, a que se refieren los artículos
anteriores, el signo que indique haber ya servido o sido
inutilizado para el objeto de su expedición.-

El que a sabiendas usare, hiciere usar o pusiere en venta estos


sellos, timbres, etc., inutilizados, será reprimido con multa de
pesos setecientos cincuenta a pesos doce mil quinientos.

(Nota: multa actualizada por art. 1 de la Ley 24286 B.O.

29/12/1993)15.

Se hacer referencia a la restauración, uso, expendio de signos que ya han


servido de objeto o que, por otra razón, han sido puestos fuera de servicio,
como si no lo hubieran sido.

Se considera la falsificación por la restauración del sello, timbre, marca o


contraseña usado o inutilizado.
En cuanto a los sellos, se hace referencia a los del artículo 288, inciso 2.

Característica de este delito:

-       Es de competencia federal cuando se procure mediante ellos la


defraudación de rentas nacionales. 

[15] Art. 290. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

C O NT I NU A R
Lección 4 de 5

Falsedad documental. Aspecto protegido del bien


jurídico

I. Falsedad material
ARTÍCULO 292.- El que hiciere en todo o en parte un documento
falso o adultere uno verdadero, de modo que pueda resultar
perjuicio, será reprimido con reclusión o prisión de uno a seis
años, si se tratare   de un instrumento público y con prisión de
seis meses a dos años, si se tratare de  un instrumento privado.

Si el documento falsificado o adulterado fuere de los destinados


a acreditar la identidad de las personas o la titularidad del
dominio o habilitación para circular de vehículos automotores, la
pena será de tres a ocho años.

Para los efectos del párrafo anterior están equiparados a los


documentos destinados a acreditar la identidad de las personas,
aquellos que a tal fin se dieren a los integrantes de las fuerzas
armadas, de seguridad, policiales o penitenciarias, las cédulas
de identidad expedidas por autoridad pública competente, las
libretas cívicas o de enrolamiento, y los pasaportes, así como
también los certificados de parto y de nacimiento.
(Artículo sustituido por art. 9 de la Ley 24410 B.O. 2/1/1995)16.

[16] Art. 292. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Concepto de documento. Instrumentos públicos y privados


Es autor del delito → el que hiciere en todo o en parte un documento falso o
adulterare uno verdadero, de modo que pueda resultar perjuicio.

Tabla 1: Documentos y penas

Documentos y penas

Instrumento público

Actos, actas, resoluciones, relaciones, certificados,


constancias, etcétera, o sus testimonios debidamente Reclusión o
autenticados, extendidos por los funcionarios o prisión de 1 a
escribanos públicos, legalmente facultados, en la 6 años.
forma, solemne o no, que las leyes o sus
reglamentaciones exigen o admiten, siempre que
presenten los signos que les confieren autenticidad.
Documentos y penas

Instrumento privado
Reclusión o
Son aquellos que, cuando, sin necesidad de observar prisión de 6
una forma especial ni de estar redactados en idioma meses a 2
nacional, están firmados por las partes otorgantes, años.
salvo que la ley disponga lo contrario.

Documento destinado a probar identidad de las Reclusión o


personas y a dar titularidad del dominio o habilitación prisión de 3 a
para la circulación de automotores. 8 años.

Fuente: elaboración propia.

Documento → expresión de voluntad por escrito, emanada bajo forma


pública o privada, de una persona física o jurídica, que puede producir efectos
jurídicos en el caso que se trata y que, por su contenido, resulta apto en el
caso concreto para producir un determinado efecto jurídico material.

Son documentos los siguientes:

Los escritos instrumentados en forma pública o privada con especial


destino probatorio.

Cualquier escrito que llena la exigencia formal prevista por el artículo


1012 del Código Civil –necesaria para constituir un instrumento privado–
y que, por su contenido, resulta apto para producir un determinado efecto
jurídico material, en el caso concreto.

Los tipos penales: 1. Falso material. Agravantes. 2. Falsedad ideológica. 3.


Certificado médico falso. 4. Supresión y destrucción documental. Uso de
instrumento falso adulterado. 6. Falsedad de las facturas conformadas. 7.
Fabricación, introducción y conservación de materias e instrumentos
destinados a la falsificación.

Modos de cometer el delito:

Hacer en todo un documento falso → es atribuir su texto a quien no lo ha


otorgado.

Hacer en parte un documento falso → importa hacerles agregados


falsos a un documento legítimo en lo que atañe a su texto y a su
otorgante.

Adulterar un documento verdadero → significa que a un documento


legítimo, en lo que hace a su otorgante y contenido, se lo modifica total o
parcialmente respecto de lo último.

La falsedad material de un documento solo es punible si su creación total o


parcialmente falsa, o su adulteración se ha realizado de modo tal que pueda
resultar un perjuicio, para lo cual basta el daño potencial.

No se refiere a la lesión de la fe pública, sino a la de otro bien jurídico distinto,


perteneciente a un tercero.

CaracterÍsticas de este delito:


-  Es imputable a título de dolo. Requiere la conciencia y voluntad no solo de
cometer una falsedad, sino también de cometerla de un modo que pueda
resultar un perjuicio para un tercero, porque esta posibilidad constituye uno
de sus elementos.

-   Es de competencia federal si la falsificación recae en documentos


nacionales.

-  La falsedad material del documento público se consuma con la creación del
documento falso o con la adulteración del verdadero; la falsedad material de
documento privado se consuma con el uso del documento.

II. Falsedad ideológica.

ARTÍCULO 293: Será reprimido con reclusión o prisión de uno a


seis años, el que insertare o hiciere insertar en un instrumento
público declaraciones falsas, concernientes a un hecho que el
documento deba probar, de modo que pueda resultar perjuicio.

Si se tratase de los documentos o certificados mencionados en


el último párrafo del artículo anterior, la pena será de 3 a 8 años.
(Párrafo sustituido por art. 10 de la Ley N 24410 B.O.

2/1/1995)17.
Son autores de ese delito escribanos o funcionarios encargados de extender
el instrumento público. Asimismo, pueden ser autores los particulares a
cargo de quienes la ley impone la obligación de hacer insertar por los
escribanos o funcionarios encargados de extender los instrumentos públicos,
manifestaciones vertidas sobre ciertos hechos.

Con relación al segundo párrafo, los documentos a los que hace referencia
son aquellos destinados a acreditar la identidad de las personas y que, por
ser expedidos por funcionarios públicos, son documentos públicos.

En cuanto a los certificados de parto y de nacimiento, comprende aquellos


emitidos tanto por médicos que pertenezcan a un establecimiento público
como aquellos expedidos por médicos particulares.

Características de este delito:

-       Es imputable a título de dolo. Requiere la conciencia y la voluntad de


cometer la falsedad capaz de perjudicar los intereses de un tercero.

-      Es de competencia federal.

-      Se consuma con la perfección del instrumento público.


[17] Art. 293. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

III. Falsedad por supresión o destrucción.


“ARTÍCULO 294. - El que suprimiere o destruyere, en todo o en parte, un
documento de modo que pueda resultar perjuicio, incurrirá en las penas

señaladas en los artículos anteriores, en los casos respectivos”18.

[18] Art. 294. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Tabla 2: Documentos y penas

Documentos Penas

Reclusión o prisión de
Instrumento público
1 a 6 años.

Reclusión o prisión de
Instrumento privado
6 meses a dos años.

Fuente: elaboración propia

Este delito supone la existencia de un instrumento público o privado


verdadero, cuya supresión o destrucción afecta la verdad, a cuya prueba de
existencia está destinado.
Modos de comisión del delito:

Suprimir → suprime un documento, tanto aquel que se lo sustrae a quien


dispone del mismo como el que está obligado a exhibir o entregar el
documento al derecho habiente y, sin embargo, no lo hace.

Destruir → destruye un documento, el que para eliminarlo como medio


probatorio lo deshace materialmente, borra o inutiliza la escritura de
manera que no pueda servir con arreglo para su destino. Para que haya
rotura, en los términos del artículo 294, es necesario el perjuicio a un
tercero.

Ambos presuponen no solo la supresión o destrucción de uno de los


ejemplares originales o de una copia del instrumento, sino la exclusión de la
pertinente prueba instrumental, ya que solo así el hecho puede originar el
perjuicio en defecto de este medio probatorio.

Características de este delito:

-   Es imputable a título de dolo. Requiere la conciencia y la voluntad de


perjudicar los intereses un tercero.

-  Es de competencia federal. 

- La supresión se consuma cuando el autor omite exhibir o entregar el


documento. La destrucción se consuma cuando se la lleva a cabo.

IV. Certificado médico falso


ARTÍCULO 295. - Sufrirá prisión de un mes a un año, el médico
que diere por escrito un certificado falso, concerniente a la
existencia o inexistencia, presente o pasada, de alguna
enfermedad o lesión cuando de ello resulte perjuicio.

La pena será de uno a cuatro años, si el falso certificado debiera


tener por consecuencia que una persona sana fuera detenida en

un manicomio, lazareto u otro hospital19.

Es autor del delito quien tenga título para ejercer en el arte de curar a las
personas.

Se trata de una excepción al principio que la falsedad ideológica solo puede


cometerse en un instrumento público, atento a que el certificado emitido por
un médico es un instrumento privado.

Este delito requiere que de la falsa certificación resulte perjuicio efectivo,


económico o de otra índole, para alguna persona, que puede o no ser a la que
se refiere en el certificado médico.
Agravantes → el delito se agrava si el falso certificado debiera establecer,
por consecuencia, que una persona sana fuera detenida en un manicomio,
lazareto u otro hospital.

Características de este delito:

-      Es imputable a título de dolo. Requiere la conciencia de la inexactitud de


lo certificado y de la posibilidad del perjuicio emergente.

-      Se consuma con la producción del perjuicio.

Uso del documento o certificado falso. Con respecto al efectivo secuestro de


la documentación apócrifa, se encuentra plenamente probada mediante la
correspondiente acta de secuestro labrada en la oportunidad (ver constancia
obrante a fs. 6), por personal idóneo en ejercicio de su función específica, de

conformidad con las formalidades exigidas por el CPP de Córdoba20, que, a


su vez, la CCPF ha homologado su validez a lo establecido en los artículos

138 y 139 del Código Procesal Penal de la Nación21, por lo que gozan de
plena fuerza probatoria erga omnes, al no estar enervada por pruebas
independientes.

“ARTÍCULO 296. - El que hiciere uso de un documento o certificado falso o

adulterado será reprimido como si fuere autor de la falsedad”22. 


Ahora bien, los elementos de prueba colectados y válidamente
incorporados al presente proceso permiten afirmar, con el grado
de probabilidad exigido en esta etapa procesal, la existencia
histórico-material de los hechos, conforme fueran fijados en la
plataforma fáctica, así como también la participación
personalmente responsable del traído a proceso XX. En este
sentido, en primer lugar, contamos con la declaración del oficial
inspector de la Policía Caminera, quien manifestó que el día 10
de junio de 2018, alrededor de las 9:15 h, hizo frenar la marcha
de un vehículo marca … modelo … de color blanco, con dominio
colocado ---. Aclaró que dentro del habitáculo se encontraban
cuatro personas y que el conductor del vehículo era el Sr. XX(ver
(fs. 3/4). Manifestó, el declarante, que luego procedió al control
de alcoholemia sobre el conductor, el que arrojó un resultado de
presencia de alcohol en sangre superior al 1 %, por lo que, de
manera inmediata, se le solicitó la documentación del rodado al
conductor para comenzar a labrar el acta respectiva.   A
continuación, el Sr. XX le hizo entrega de la tarjeta identificadora
del rodado, y el inspector notó ciertas diferencias en la misma,
producto de su habitual tarea. El inspector mencionó que el color
de la tarjeta no era la usual, es decir, era más opaco que lo
normal, y que el nombre del titular se encontraba dispuesto a
una distancia mayor que el límite del plástico a la que presentan
las tarjetas, por lo que tales medidas no eran de seguridad ni
tampoco las marcas de agua habituales. Ante tal situación, el
dicente le solicitó a XX que descendiera del vehículo, para que
prestase colaboración y abriera el capot del rodado para
corroborar el número de motor y chasis. Así, una vez abierto, el
dicente se percató que el N.º VIN (sticker) se encontraba
despegado y mencionó que tal sticker es de difícil sustracción,
pues suele quedarse como medida de seguridad, y que este se
encontraba entero y adherido a la chapa por uno de sus
extremos. Agregó que por debajo de dicho sticker se encontraba
otro de donde surtía un número identificatorio, el cual no podía
ser visto, por encontrarse raspado. Atento a ello, procedió a
chequera el N.º de chasis … y N.º de motor …, los cuales no
coincidían con los números dispuestos en la tarjeta verde, y
mediante integración norte, tales números pertenecían al
vehículo …. dominio …, cuyo titular registral era la Sra. M. Agregó
que sobre el vehículo en cuestión pesaba un pedido de
secuestro vigente de fecha 1/06/2018, solicitado por la unidad
judicial 13.

Este delito requiere que su autor no sea responsable del delito de


falsificación o adulteración del documento.

En caso contrario, es decir, si quien usara el documento fuera quien lo


falsificó o adulteró, la calificación de su conducta sería la que corresponde a
estos últimos hechos, esto es, la prevista en los artículos 292, 293 o 295 del

Código Penal23.
Características de este delito:

-       Es imputable a título de dolo: el autor debe actuar a sabiendas de la


falsedad del documento o certificado.

-      Es instantáneo.

[19] Art. 295. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[20] Ley 8465. Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba. (1995). Poder Legislativo de

Córdoba. Recuperado de https://bit.ly/2XrHlSG

[21] Arts. 138 y 139. Ley 23984. Código Procesal Penal. (1991). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

https://bit.ly/2YGOXkg

[22] Art. 296. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[23] Art. 292, 293 y 295. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

V. Documentos equiparados
ARTÍCULO 297.- Para los efectos de este Capítulo, quedan
equiparados a los instrumentos públicos los testamentos
ológrafos o cerrados, los certificados de parto o de nacimiento,
las letras de cambio y los títulos de crédito transmisibles por
endoso o al portador, no comprendidos en el artículo 285.

(Artículo sustituido por art. 11 de la Ley 24410 B.O. 2/1/1995)24.

La enumeración es taxativa.

[24] Art. 295. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

VI. Facturas de crédito falsas.

ARTÍCULO 298 bis. - Quienes emitan o acepten facturas de


crédito que no correspondan a compraventa, locación de cosas
muebles, locación de servicios o locación de obra realmente
contratadas, serán sancionados con la pena prevista en el
artículo 293 de este Código. Igual pena les corresponderá a
quienes injustificadamente rechacen o eludan la aceptación de
factura de crédito, cuando el servicio ya hubiese sido prestado
en forma debida, o reteniendo la mercadería que se le hubiere
entregado.

(Artículo sustituido por art. 3 de la Ley 24760 B.O.13/1/1997)26.

Son dos las conductas típicas previstas:

Emitir o aceptar indebidamente facturas de crédito.

Rechazar o eludir injustificadamente la aceptación de factura de crédito,


cuando el servicio ya hubiese sido presentado en forma debida o
reteniendo la mercadería entregada

El tipo contiene un elemento normativo que exige obrar a sabiendas de que


no está justificado.

[26] Art. 298 bis. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

VII. Fabricación, introducción o tenencia de instrumentos destinados a


falsificar

“ARTICULO 299. - Sufrirá prisión de un mes a un año, el que


fabricare, introdujere en el país o conservare en su poder,
materias o instrumentos conocidamente destinados a cometer

alguna de las falsificaciones legisladas en este Título”27.

Este es uno de los casos en que la ley eleva a la categoría de delito actos que
son meramente preparatorios de otros delitos.

Es necesario que los elementos señalados estén destinados A cometer


alguno de los delitos previstos en el capítulo III del título XII del Libro Segundo
del Código Penal.

Se aconseja al alumno tener en cuenta las diferencias entre las distintas


figuras que se desarrollaron anteriormente y su profundización,
considerando, además, el texto obligatorio (páginas 497/507).

[27] Art. 299. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
Lección 5 de 5

Referencias

Cámara Federal de Casación Penal. Sala I. “Gourgenidze, Alan s/ recurso


decasación”. (2018). Recuperado de https://bit.ly/2YFBAk7

Centro de Información Judicial. (2018). La Cámara Federal de Casación


Penal confirmó condena por expendio de moneda de curso legal apócrifa.
Recuperado de https://www.cij.gov.ar/nota-30968-La-C-mara-Federal-de-
Casaci-n-Penal-confirm--condena-por-expendio-de-moneda-de-curso-legal-
ap-crifa.html

Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la


Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-
19999/16546/texact.htm

Ley 17671. Identificación, registro y clasificación del potencial humano


nacional. (1968). Poder Ejecutivo de la Nación. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/25000-
29999/28130/texact.htm
Ley 20974. Identificación personal. (1975). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?
id=93921

Ley 23984. Código Procesal Penal. (1991). Congreso de la Nación Argentina.


Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/0-
4999/383/texact.htm#2

Ley 8465. Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Córdoba.


(1995). Poder Legislativo de Córdoba. Recuperado de
http://www.saij.gob.ar/8465-local-cordoba-codigo-procesal-civil-comercial-
provincia-cordoba-lpo0008465-1995-04-27/123456789-0abc-defg-564-
8000ovorpyel

Núñez, R. (2008). Manual de Derecho Penal – Parte General. Editorial Lerner.


Delitos contra el orden público

El Bien jurídico protegido. Sistematización

Instigación a cometer delitos

Asociación ilícita

Incitación a la violencia colectiva

Apología del delito

Referencias
Lección 1 de 6

El Bien jurídico protegido. Sistematización

En el título VIII del Libro Segundo del Código Penal se tratan los delitos contra
el orden público. El título comprende cuatro capítulos dedicados a prever la
instigación a cometer delitos, la asociación ilícita, la intimidación pública y la
apología del crimen, delitos que se encuentran comprendidos en los artículos

209 a 2131.

Son delitos de alarma colectiva. En este título, se amalgaman infracciones


que bien podrían ser actos preparatorios o figuras accesorias con respecto a
la comisión de otros hechos.

El bien jurídico protegido es el orden público, una de las expresiones más


usadas en derecho.

[1] Arts. 209 -213. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

La tranquilidad pública

El objeto de protección del presente título es una situación de naturaleza


subjetiva, que es la tranquilidad pública.
Esto es el sosiego espiritual de las personas en general.

La propuesta práctica en este módulo consiste en relacionar dos fallos que


están consignados luego del análisis teórico y reflexionar la relación entre los
fallos y la teoría, a los fines de aprender, como futuros abogados, la utilidad
práctica de la teoría respecto de las contingencias fácticas de nuestra
profesión.

C O NT I NU A R
Lección 2 de 6

Instigación a cometer delitos

ARTÍCULO 40.- En las penas divisibles por razón de tiempo o de


cantidad, los tribunales fijarán la condenación de acuerdo con
las circunstancias atenuantes o agravantes particulares a cada

caso y de conformidad a las reglas del artículo siguiente1

ARTÍCULO 41.- A los efectos del artículo anterior, se tendrá en


cuenta:

1º. La naturaleza de la acción y de los medios empleados para


ejecutarla y la extensión del daño y del peligro causado.

2º. La edad, la educación, las costumbres y la conducta


precedente del sujeto, la calidad de los motivos que lo
determinaron a delinquir, especialmente la miseria o la dificultad
de ganarse el sustento propio necesario y el de los suyos, la
participación que haya tomado en el hecho, las reincidencias en
que hubiera incurrido y los demás antecedentes y condiciones
personales, así como los vínculos personales, la calidad de las
personas y las circunstancias de tiempo, lugar, modo y ocasión
que demuestren su mayor o menor peligrosidad. El juez deberá
tomar conocimiento directo y de visu del sujeto, de la víctima y
de las circunstancias del hecho en la medida requerida para

cada caso2.

ARTÍCULO 209. - El que públicamente instigare a cometer un


delito determinado contra una persona o institución, será
reprimido, por la sola instigación, con prisión de dos a seis años,
según la gravedad del delito y las demás circunstancias

establecidas en el artículo 413.

[1]Arts. 209 -213. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[2] Arts. 40 y 41. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[3] Artículo209. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

El tipo penal. Aspecto protegido del bien jurídico


Autor de este delito → el que públicamente instiga a otro a cometer un delito.
Aquel que instiga públicamente atenta contra la tranquilidad general y excita
las pasiones o tendencias criminales de un número indeterminado de
personas, entre las cuales puede haber muchas a quienes la instigación las
mueva a delinquir.

Se trata de una instigación a los efectos de determinar dolosamente a otro.


Se requiere la voluntad de inducir a cometer un delito determinado, y ese
delito debe estar delimitado en cuanto a alguna figura delictiva, y deben estar
señaladas la persona o institución contra quienes han de dirigirse los hechos.

Diferencia con la instigación como forma de participación criminal


La instigación pública es una excitación a la comisión de un delito
individualizado, dirigida en forma ostensible a la generalidad de las personas.

Es diferente de la instigación como forma de participación no solo porque es


pública, sino también porque no es una determinación al delito directamente
dirigida a una persona determinada. Además, su criminalidad y castigo no
dependen de la tentativa o consumación del delito instigado.

Momento consumativo

Características de este delito:

Se consuma con el acto de instigación.

No admite tentativa.
Es imputable a título de dolo: además de la intención directa que su
finalidad exige, el autor debe tener conciencia tanto de la naturaleza del
hecho a cuya comisión instiga como de la publicidad de su acto.

C O NT I NU A R
Lección 3 de 6

Asociación ilícita

Bajo este acápite, vamos a estudiar el discutido tipo penal de “asociación


ilícita”, en sus diferentes aspectos y señalando sus características
principales.

El tipo penal

ARTÍCULO 210. - Será reprimido con prisión o reclusión de tres a


diez años, el que tomare parte en una asociación o banda de
tres o más personas destinada a cometer delitos por el solo
hecho de ser miembro de la asociación. Para los jefes u
organizadores de la asociación el mínimo de la pena será de

cinco años de prisión o reclusión4.

El carácter de organizador fue el endilgado al Sr. Yoma por el


Tribunal, ya que se interpretó a su entender el alcance de la
figura de asociación ilícita y la agravante de organizador con la
que se señaló a Yoma; de la existencia de fundamento aparente
respecto del examen y valoración de los dichos del coprocesado
Sarlenga; de la contradicción entre los pronunciamientos del a
quo del 4 de abril y del 24 de mayo de 2001; de no haberse
hecho cargo de la prueba referente a la enemistad de la testigo
Lourdes Di Natale con el recurrente, y de la falta de tratamiento
de defensas concretas introducidas por la defensa. Todos estos
argumentos hicieron que, finalmente, Yoma se viera
procesalmente beneficiado.

Bien jurídico protegido → el delito lesiona el orden público por la inquietud


social que produce la existencia de asociaciones de individuos cuyo objetivo
es la comisión de delitos.

Este delito pone en peligro el orden social, sin el cual no es posible la


convivencia, y vulnera los sentimientos de seguridad y tranquilidad
indispensables para el libre y completo desarrollo de las actividades
humanas. Además, tiende a dar protección a la seguridad, la vida, la libertad
y el patrimonio de los particulares, de manera tal que aquella es el
presupuesto necesario de los delitos que se van perpetrando en
cumplimiento del criminal acuerdo y estos son consecuencia lógica.

El objeto de tutela es el orden público, y se entiende como tal la seguridad y


confianza social. Es una protección mediata de bienes jurídicos primarios, no
afecta de modo real, especial, singular ni directo a persona alguna en
particular, presupuesto para la deducción válida de la pretensión punitiva.

La figura se constituye con tres elementos:

La acción de tomar parte en una asociación o banda.

Un determinado número mínimo de personas para constituir la


asociación.

El propósito de todos y cada uno de sus miembros de cometer.

[4] Artículo210. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Análisis

Asociación: es el acuerdo entre varias personas para dedicarse a cierta


actividad. Requiere cierto grado de organización. No implica que estén
reunidos materialmente, ni siquiera que sus miembros se conozcan
entre sí.

Pluralidad de autores: se trata de un delito con una forzosa pluralidad de


autores, por el requisito de las tres personas para la existencia de la
asociación; y ese mínimo de tres debe estar constituido por sujetos
imputables.

Destinada a cometer ilícitos: es un acuerdo que comprende una


pluralidad de planes delictivos, que conllevan una cierta permanencia. Lo
característico es que la asociación no se agota con la realización del plan
delictivo.
El propósito de delinquir debe ser perseguido por la asociación.

Existirá una asociación ilícita o banda si tres o más personas acuerdan,


expresa o implícitamente, obrar concertadamente para cometer delitos.

La opinión dominante requiere que el acuerdo se refiera a delitos


indeterminados, pues, de otra manera, estaríamos ante un caso de
participación criminal.

Si todos o algunos de los asociados a la banda ilícita comenten uno de los


delitos comprendidos en el acuerdo, sin perjuicio de su castigo, por el solo
hecho de ser miembros de la asociación, merecerán el correspondiente por
su participación en el delito cometido.

Ambos hechos concurrirían materialmente.

Tabla 1: Sujetos punibles y no punibles en este delito

Son punibles No son punibles

Todos los que tomaren parte en la Los que, aunque no son miembros
asociados   ni integrantes,
asociación.
auxiliaren la asociación en alguna
forma, desde afuera, mediante
Quienes estén en el concierto actos independientes.
delictivo, ya sea desde su
formación o en cualquier
momento posterior.

Fuente: elaboración propia.

La pena que corresponde a esta figura se aplica con independencia de la que


pueda corresponder al autor por los delitos cometidos como miembro de la
banda: por los cometidos por él, ya sea como autor o como partícipe, pero no
todos los cometidos por la agrupación.

La responsabilidad por el delito de asociación ilícita no se extiende a los


delitos cometidos por la misma, para los que habrá de determinarse la
responsabilidad individual en cada caso.

La asociación ilícita es un delito autónomo.

Características de este delito:

-  Es permanente.

-  No admite tentativa.

-  Comienza a consumarse para cada integrante desde el momento en que


toma parte de la asociación.
-  Es imputable a título de dolo: cada integrante debe conocer qué la integra y
cuáles son los objetivos.

Agravantes

ARTÍCULO 210 bis. - Se impondrá reclusión o prisión de cinco a


veinte años al que tomare parte, cooperare o ayudare a la
formación o al mantenimiento de una asociación ilícita
destinada a cometer delitos cuando la acción contribuya a poner
en peligro la vigencia de la Constitución Nacional, siempre que
ella reúna por lo menos dos de las siguientes características:

a. estar integrada por diez o más individuos;

b. poseer una organización militar o de tipo militar;

c. tener estructura celular;

d. disponer de armas de guerra o explosivos de gran poder


ofensivo;

e. operar en más de una de las jurisdicciones políticas del país;


f. estar compuesta por uno o más oficiales o suboficiales de las
fuerzas armadas o de seguridad;

g. tener notorias conexiones con otras organizaciones similares


existentes en el país o en el exterior;

h. recibir algún apoyo, ayuda o dirección de funcionarios

públicos5.

Encontramos la primera agravante en el mismo artículo 210, en cuyo último


párrafo se dispone que, para los jefes u organizadores de la asociación, el
mínimo de la pena será de 5 años de presión o reclusión.

Es decir, que la escala penal prevista para estos autores es de reclusión o


prisión de 5 a 10 años.

El nuevo artículo 210 bis castiga al que toma parte, coopera o ayuda a la
formación o mantenimiento de una asociación ilícita destinada a cometer
delitos cuando la acción contribuya a poner en peligro la vigencia de la
Constitución Nacional, siempre que reúna determinadas características.

Si bien la acción se amplía con relación a la figura básica (pues reprime no


solo el tomar parte en la asociación, sino también la cooperación o ayuda
para su formación o mantenimiento), para la configuración del delito, es
necesario que concurran los elementos subjetivos y objetivos de la figura
básica, con las modalidades de este tipo penal. Con relación al primer punto,
bien que la asociación ilícita no requiera la existencia de otros delitos
consumados y ni siquiera de principio de su ejecución, cuando se trata, como
en el caso, de imputación de maniobras delictivas que habrían sido
concretamente realizadas y a las cuales el quo hace referencia tanto en la
resolución recurrida como en su precedente del 4 de abril de 2001, es
necesario distinguir cuidadosamente la figura mencionada del acuerdo
criminal, ya que aquella requiere de un elemento de permanencia ausente en
este último, que puede tener por finalidad la comisión de varios delitos pero
que es esencialmente transitorio. En otros términos, la asociación ilícita
requiere pluralidad de planes delictivos, y no meramente pluralidad de
delitos.

El dolo requerido por el tipo agravado → exige el conocimiento o la


representación, tanto de las circunstancias agravantes concurrentes como
del peligro que significa para la vigencia de la Constitución Nacional el
accionar de la asociación ilícita o banda y la voluntad de cometerlo. Omite
examinar la existencia de pluralidad de planes delictivos en los miembros de la
supuesta asociación ilícita y se contenta con el número de gestiones
realizadas, cuando, de constituir estas delitos, podría tratarse tanto de la
simple participación en su realización como de la organización destinada a
llevarlos a cabo, ya que, a tal efecto, no es lo decisivo el número de personas
intervinientes, en lo que parece poner el acento el a quo. En efecto, la
resolución del a quo encuentra acreditada la asociación ilícita sobre la base
de maniobras delictivas llevadas a cabo de manera organizada por múltiples
actores. Ese criterio, que también fue sostenido en la resolución anterior del 4
de abril, a la que ahora se remite, demostraría la participación de varias
personas en diferentes hechos, pero no acredita por sí mismo la existencia de
los elementos que configuran el tipo previsto en el art. 210 del Código Penal y
que fueron mencionados en el considerando 5.°. No es posible equiparar el
dolo específico exigido en esta figura la intención de asociarse para cometer
delitos con el que corresponde al autor de cualquier otro delito, pues, de lo
contrario, el tipo penal perdería su autonomía. 

La acción → cooperar o ayudar a la formación o al mantenimiento de una


asociación ilícita destinada a cometer delitos cuando la acción de esta
contribuya a poner en peligro la ley fundamental del país.

No se refiere a cualquier tipo de ayuda, sino a la que incide en la organización


o en la permanencia de la asociación ilícita de ese tipo.

Cooperan o ayudan a la formación de la sociedad delincuencial, los que


realizan las reuniones preliminares, aunque luego no la integren, los que
confeccionan sus estatutos, sus actas constitutivas o dan instrucciones
sobre la formación de reunirse clandestinamente o de operar en la comisión
de delitos. Cooperan o ayudan al mantenimiento, los que dan similares
instrucciones una vez conformada la asociación ilícita, los que suministran
armas, proporcionan el lugar o los lugares de reunión, etcétera. La
cooperación o ayuda es tanto material como o intelectual.

El sujeto activo → no tiene que ser miembro de la asociación.


Se diferencia este del cómplice de una asociación ilícita porque las acciones
de cooperación o ayuda que presta están dirigidas a la formación o
mantenimiento de una asociación o banda ilícita distinta.

El primer supuesto se diferencia del segundo en que el accionar de la


asociación contribuye a poner en peligro la Constitución Nacional, lo que no
ocurre con el cómplice de una asociación ilícita.

Características de este delito:

-  Es instantáneo.

-  Se consuma en el instante en el que se cumple la cooperación o ayuda.

-   Exige dolo, incluso el eventual conocimiento o representación del peligro


que crea para la vigencia del ordenamiento institucional del país la
asociación ilícita a la que asiste.

[5] Artículo210 bis. Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Jurisprudencia
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

Buenos Aires, 20 de noviembre de 2001.


Vistos los autos: "Recurso de hecho deducido por la defensa de
Emir Fuad Yoma en la causa Stancanelli, Néstor Edgardo y
otros/ abuso de autoridad y violación de los deberes de
funcionario público s/ incidente de apelación de Yoma, Emir
Fuad causa n.° 798/95-" para decidir sobre su procedencia.

Considerando:

1°) Que la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo


Criminal y Correccional Federal confirmó la resolución de
primera instancia que había dispuesto el procesamiento y la
prisión preventiva de Emir Fuad Yoma en orden al delito de
asociación ilícita en carácter de organizador. Contra dicha
decisión, la defensa del nombrado interpuso el recurso
extraordinario cuya denegación dio origen a la presente queja.

2°) Que el recurrente tachó de arbitrario el fallo sobre la base del


exceso e irrazonabilidad con que se interpretó a su entender el
alcance de la figura de asociación ilícita y la agravante de
organizador con la que se señaló a Yoma; de la existencia de
fundamento aparente respecto del examen y valoración de los
dichos del coprocesado Sarlenga; de la contradicción entre los
pronunciamientos del a quo del 4 de abril y del 24 de mayo de
2001; de no haberse hecho cargo de la prueba referente a la
enemistad de la testigo Lourdes Di Natale con el recurrente; y de
la falta de tratamiento de defensas concretas introducidas por la
defensa.

En definitiva, según el recurrente, lo resuelto por el tribunal a quo


habría violado los principios de inocencia, defensa en juicio,
debido proceso e igualdad ante la ley.

3°) Que, según la jurisprudencia tradicional de esta Corte, el auto


de prisión preventiva no constituía sentencia definitiva en los
términos del artículo 14 de la ley 48 ni era equiparable a ella
(fallos: 301:1181; 302:345; 304:152 y 848; 306:2090; 307:1186,
1615, 2348; 313:511, entre otros).

Sin embargo, se reconocieron excepciones a ese principio a


partir de la causa de fallos: 310:2246, en la cual se estableció
que el mencionado auto, en tanto restringe la libertad del
imputado con anterioridad al fallo final de la causa, ocasionando
un perjuicio de imposible reparación ulterior, es equiparable a
una sentencia definitiva siempre que se encuentre involucrada
alguna cuestión federal y no sea factible que se suspendan sus
efectos propios, entre los que está la privación de la libertad, por
otra vía que la intentada, de tal modo que constituya la ocasión
pertinente para la tutela del derecho constitucional que se
estima vulnerado (en el mismo sentido, fallos: 312:1351). En
fallos: 314:451, considerados 5° y 6°, se precisó esa doctrina al
establecer que "a exclusión de las apelaciones contra los autos
que decretan la prisión cautelar del imputado en juicio penal
reposa en la circunstancia de que ello no impide, por sí solo, la
obtención de la tutela jurisdiccional de la libertad ambulatoria
mientras no se destruya el estado de inocencia del sospechoso
de haber cometido un delito. Por lo general, esa tutela puede ser
obtenida por medio de la articulación de la excarcelación y, en su
caso, mediante la interposición del recurso extraordinaria contra
la sentencia que la deniega y que definitivamente coarta la
posibilidad de tutela inmediata de la libertad... Pero,
excepcionalmente, la frustración del beneficio excarcelatorio no
reposa directamente en las normas procesales reglamentarias
del derecho constitucional a gozar de la libertad durante el
proceso, ni en su interpretación, sino que se deriva del reenvío
que estas normas hacen al auto de prisión preventiva y a las
calificaciones jurídicas fijadas en él. Cuando esta medida
cautelar ha sido dictada sobre la base de una disposición
tachada de inconstitucional, o sobre la base de una
interpretación de normas federales que se reputa errada, y la
calificación jurídica de los hechos impide la excarcelación del
imputado, no existe otro modo de resguardar inmediatamente la
libertad durante el proceso si no es admitiendo la procedencia
formal del recurso extraordinario contra aquella (fallos: 316:365).

4°) Que ese criterio resulta aplicable a la prisión preventiva


decretada con arreglo al artículo 312 del Código Procesal Penal
de la Nación, pues ella resulta de cumplimiento inexorable en
tanto excluye la posibilidad de excarcelación si no es por
circunstancias que solo pueden sobrevenir después del
transcurso de un lapso considerable (artículos 312 y 317 del
mismo Código; causa P.1042.XXXVI, "Anceira, Gonzalo y otros s/
asociación ilícita s/ incidente de apelación de Alderete, Víctor
Adrián" resuelta el 16 de mayo de 2001).

Por tanto, en el caso es aplicable el criterio reiteradamente


sustentado por esta Corte en el sentido de que, si bien, en
principio, las cuestiones de hecho y prueba y de aplicación del
derecho común están excluidas de la vía del artículo 14 de la ley
48, ese principio reconoce excepciones en los casos en que es
aplicable la doctrina de la arbitrariedad, toda vez que con esta se
tiene a resguardar la garantía de la defensa en juicio y del debido
proceso con base en el artículo 18 de la Constitución, al exigir
que las sentencias sean fundadas y constituyan derivación
razonada del derecho vigente con aplicación a las circunstancias
comprobadas de la causa; a lo que se suma, en el procedimiento
penal, la necesidad de asegurar el derecho reconocido en el
artículo 7, inciso 3, de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, en cuanto impide que persona alguna pueda ser
sometida a detención o encarcelamiento arbitrarios.

5°) Que el recurrente se agravia del alcance otorgado por el a


quo a la figura de la asociación ilícita, prevista en el primer
párrafo del artículo 210 del Código Penal, y, subsidiariamente, de
la paliación de la agravante del segundo párrafo del mismo
artículo.

Con relación al primer punto, bien que la asociación ilícita no


requiera la existencia de otros delitos consumados y ni siquiera
de principio de su ejecución, cuando se trata, como en el caso,
de imputación de maniobras delictivas que habrían sido
concretamente realizadas y a las cuales el quo hace referencia
tanto en la resolución recurrida como en su precedente del 4 de
abril de 2001, es necesario distinguir cuidadosamente la
mencionada figura del acuerdo criminal, ya que aquella requiere
un elemento de permanencia ausente en este último, que puede
tener por finalidad la comisión de varios delitos pero que es
esencialmente transitorio. En otros términos, la asociación ilícita
requiere pluralidad de planes delictivos y no meramente
pluralidad de delitos.

Desde otro punto de vista, es elemental que la expresión


"asociación", por más que su sentido no pueda ser equiparado al
que tiene en derecho civil, requiere un acuerdo de voluntades, no
necesariamente expreso, pero, al menos, tácito.

Por lo demás, es obvio que la finalidad de dicho acuerdo tiene


que ser la de ejecutar actos calificados por la ley como delitos de
derecho penal, pues, si estos no se tipificaran como tales, no
habría ilicitud de la asociación.
Finalmente, no cabe perder de vista que para elementos del
delito que el a quo encuentra prima facie configurado, más allá
de las sucesivas denominaciones del título de Código Penal, que
lo incluye originariamente "delitos contra el orden público", luego,
"delitos contra la tranquilidad pública" y, finalmente, aquella
denominación restituida, deben reunir la virtualidad suficiente
como para violar el bien jurídico que se intenta proteger, es decir,
el orden público. Si bien es cierto que la comisión de cualquier
delito perturba la tranquilidad, la seguridad y la paz pública de
manera mediata, algunos tales como los incluidos en el
mentado título la afectan de forma inmediata, ya que el orden
público al que se alude es sinónimo de tranquilidad pública o paz
social, es decir, la sensación de sosiego de las personas
integrantes de una sociedad nacida de la confianza de que
pueden vivir en una atmósfera de paz social, por lo que los
delitos que la afectan producen alarma colectiva al enfrentarlos
los hechos marginados de la regular convivencia que los pueden
afectar indiscriminadamente. En consecuencia, la criminalidad
de estos reside, esencialmente, no en la lesión efectiva de las
cosas o personas, sino en la repercusión que ellos tienen en el
espíritu de la población y en el sentimiento de tranquilidad
pública, produciendo alarma y temor por lo que puede suceder.

6° ) Que la línea argumental del a quo para hallar reunidos los


requisitos exigidos por el art. 306 del Código Procesal Penal
elementos de convicción suficientes para estimar que existe un
hecho delictuoso y que el imputado es culpable como partícipe
de este, parte del antecedente de su sentencia fs.
17.676/17.703, la cual afirma la existencia de una entrega
ilegítima a la Dirección General de Fabricaciones Militares de
armamento perteneciente al Ejército argentino, la que se habría
realizado en virtud del convenio del 11 de octubre de 1994,
entrega que habría posibilitado la exportación de efectos de
propiedad del segundo al amparo de los Decretos 1697/91,
2283/91 y 103/95, convenio y decretos a todos los cuales
achaca la falsedad ideológica, sea el primero por incluir datos
ilegítimos y pactar contraprestaciones de imposible
cumplimientos, o bien los segundos por la remisión al auto de
procesamiento de uno de los coimputados (fs. 1831 y
4232/4243). De todo ello extrae, con relación al coprocesado
Sarlenga, la existencia de un "acuerdo de voluntades con otros
funcionarios públicos... valorando, para ello, no solo la pluralidad
de maniobras delictivas que se le achacan falsedades
documentales, malversación de caudales, contrabando", las que
se habrían extendido durante varios años, "sino también su
activa y probada participación" en ellas.

A partir de ese precedente, en el considerando VI de la


resolución recurrida, el a quo reitera la existencia del acuerdo de
voluntades a que alude el art. 210 del Código Penal, valorando la
pluralidad de maniobras delictivas que se les achacan (a los
procesados), como ser: falsedades documentales, malversación
de caudales públicos, contrabando, depósitos de sumas
dinerarias a determinados funcionarios según los dichos de
Sarlenga (uno de los procesados) y el pago de “comisiones” a
personas que cumplían algún lobby especial con el más alto
nivel político.   Examina luego las gestiones y actividades
realizadas para concretar las operaciones propuestas,
imputando al recurrente una intervención decisiva en ellas.

7° ) Que a pesar de su aparente fundamentación y de las


afirmaciones genéricas que vierte, la resolución recurrida omite
examinar la existencia de pluralidad de planes delictivos en los
miembros de la supuesta asociación ilícita, contentándose con
el número de gestiones realizadas, cuando, de constituir estas
delitos, tanto podría tratarse de la simple participación en su
realización como de la organización destinada a llevarlos a cabo,
ya que a tal efecto no es lo decisivo el número de personas
intervinientes, en lo que parece poner el acento el a quo. En
efecto, la resolución del a quo encuentra acreditada la
asociación ilícita sobre la base de maniobras delictivas llevadas
a cabo de manera organizada por múltiples actores. Ese criterio,
que también fue sostenido en la anterior resolución del 4 de
abril, a la que ahora se remite, demostraría la participación de
varias personas en diferentes hechos, pero no acredita por sí
mismo la existencia de los elementos que configuran el tipo
previsto en el art. 210 del Código Penal y que fueron
mencionados en el considerando 5°. No es posible equiparar el
dolo específico exigido en esta figura −la intención de asociarse
para cometer delitos− con el que corresponde al autor de
cualquier otro delito, pues, de lo contrario, el tipo penal perdería
su autonomía. Por otra parte, que las acciones supuestamente
delictivas requieran un "prolijo engranaje" la participación de
"múltiples autores" y que algunos de ellos hubiesen tenido entre
sí presumibles vínculos no constituye indicio −aun en este
estado de la investigación− para tener por acreditado el
concurso de voluntades decididas a llevar a cabo delitos, tal
como lo exige la figura en cuestión, sino un posible acuerdo
transitorio; de otro modo, se estarían soslayando las normas que
regulan la participación criminal y el concurso de delitos. Por lo
mismo, no se puede asimilar el lapso en el cual se habría llevado
a cabo la presunta "pluralidad de maniobras delictivas" con el
requisito de permanencia de la convergencia de voluntades
exigida a una asociación ilícita.

Falta, pues, aun con la provisionalidad de una resolución del tipo


de la dictada, la consideración fundada acerca de la existencia
del acuerdo de voluntades explícito o implícito que caracteriza a
la figura, acuerdo que el a quo extra simplemente de la
pluralidad de presuntos hechos delictivos, algunos de los cuales
inclusive no existen o no están siquiera indiciariamente
demostrados; del mismo modo, se ha perdido de visita el
fundamento del tipo penal en cuestión, ya que no se ve
claramente en qué medida la supuesta organización para
efectuar ventas de armas al exterior pueda producir alarma
colectiva o temor de la población de ser víctima de delito alguno,
pues, en todo caso, aquellos habrían estado dirigidos contra el
erario nacional y no contra personas en particular.

8°) Que, por otra parte, tampoco resulta claro cuáles habrían
sido los delitos que la supuesta organización habría encarado, y
que el a quo enuncia en la resolución que sirve de antecedente
de la decisión impugnada y que amplía en esta.

Cabría, quizás, aceptar siempre con la provisionalidad


característica de la etapa en que el proceso se desenvuelve y sin
perjuicio de la duda que la propia resolución plantea al referir el
informe de peritos oficiales, según el cual no se habría causado
perjuicio al Ejército, que se hubiese configurado el tipo del art.
260 del Código Penal por haberse dado a las armas un destino
diferente al que les correspondía. Se trataría, entonces, de un
delito que solo puede ser cometido por los funcionarios públicos,
calidad que no revestía este recurrente.

Por el contrario, no resiste el análisis la imputación de falsedad


ideológica a decretos del Poder Ejecutivo ni al convenio
realizado entre el Ejército argentino y la Dirección General de
Fabricaciones Militares. En efecto, no se comprende cómo
pueden constituir la mencionada figura delictiva decretos del
presidente de la República, que son órdenes dictadas en el
ejercicio de las atribuciones que le confiere la Constitución, pues
el art. 293 del Código Penal reprime, como delito contra la fe
pública, la inserción en un instrumento público de declaraciones
falsas concernientes a un hecho que el documento deba probar,
y el decreto no está destinado a demostrar nada más que la
existencia de la orden misma. La falsedad ideológica, a la que
algunos autores han propuesto denominar “falsedad histórica”,
se refiere al pasado y no al futuro, consiste en hacer aparecer
como reales hechos que no han ocurrido o en hacerlos aparecer
como ocurridos de un modo determinado cuando sucedieron de
una manera diferente, siempre dentro del contexto de lesión a la
fe pública en documentos que deben hacer fe. Luego, fuera de
que el decreto no es un instrumento destinado a la prueba de
hechos, la circunstancia de que las exportaciones fuesen
dirigidas a destino diverso del contemplado en los decretos
−hecho, por hipótesis, de futuro− no es susceptible de caer
dentro de la punición de la figura.

Lo mismo puede predicarse del convenio que, como tal, es un


acuerdo entre partes que, por aplicación de principios generales
del derecho, no está destinado a hacer prueba frente a terceros,
sino solamente con relación a aquellas. En el caso, en el
convenio en cuestión (fs. 1882/1889), se acuerda que el Ejército
argentino entregaría a la Dirección General de Fabricaciones
Militares determinado armamento y munición "con el propósito
de mejorar el estado de mantenimiento y las necesidades de
munición de EA y, en definitiva, su capacidad operacional". El
cumplimiento o incumplimiento del mencionado convenio, la
posibilidad o imposibilidad de cumplir las prestaciones pactadas,
así como su posible invocación para efectuar operaciones
diferentes son también hechos del futuro que no pueden
implicar declaraciones falsas.

En lo que se refiere al contrabando, es un hecho que, al menos


por el momento, resulta ajeno a la causa.

Finalmente, el supuesto pago de sumas de dinero a funcionarios


carece de relación con el recurrente, ya que no era funcionario, y
la imputación de haber realizado tal tipo de entregas se sustenta
únicamente en los aislados y tardíos dichos de un coprocesado.
En cuanto a las comisiones a "lobbistas", tampoco se explica
qué delitos configurarían.

9° ) Que, de todo lo expuesto, resulta una decisiva carencia de


fundamentación en la resolución acatada, lo que implica que no
constituya derivación razonada del derecho vigente con
aplicación de circunstancias comprobadas de la causa y la hace
descalificable por la aplicación de la doctrina de esta Corte sobre
arbitrariedad de sentencias, al afectar la garantía constitucional
del debido proceso.
10° ) Que resulta necesario llamar a la reflexión a los señores
jueces y fiscales de las instancias inferiores intervinientes en
causas de significativa repercusión como la presente sobre la
necesidad, frente a una opinión pública sea formada
espontáneamente u orientada por los medios masivos de
comunicación, particularmente sensible ante hechos, reales o
supuestos, de corrupción administrativa, de extremar la
atención en el encuadramiento legal de los hechos imputados a
funcionarios o exfuncionarios. Pues resulta irreparable el daño
producido por la ligereza en la apreciación de tales hechos al
crear expectativas públicas de punición que, en caso de quedar
luego desvirtuadas, alimentan sospechas o interpretaciones
torcidas o aun malévolas sobre la intención de los órganos
judiciales que, en definitiva, hacen respetar el ordenamiento
jurídico. Nada se resuelve creando delitos de la nada ni
buscando el tipo penal que permita el procesamiento con
efectiva privación de la libertad para luego acomodar los hechos
a la figura, invirtiendo así el orden lógico del razonamiento.
Demasiados problemas han ocasionado a la República las
represiones ilegales del pasado, para que ahora se intente la
represión de los delitos contra la administración o que
perjudiquen el erario público por caminos aparentemente
revestidos de legalidad pero, en definitiva, ilegales, como que
motivan la intervención de esta Corte por la vía que debería ser
excepcional de la arbitrariedad, con el agravante de provenir de
los encargados de asegurar el imperio del derecho y la
consiguiente paz social. No es cuestión de satisfacer a la
opinión pública presentándose como adalides de la lucha contra
la corrupción administrativa, sino de aplicar rigurosamente el
ordenamiento jurídico sancionando mediante la utilización de los
medios legítimos suministrados por el derecho de aquellos que
lo violan.

Por ello, habiendo dictaminado el señor Procurador General de la


Nación, se declaran procedentes la queja y el recurso
extraordinario interpuestos y se deja sin efecto la sentencia.
Agréguese la queja al principal, notifíquese, y oportunamente
vuelvan los autos al tribunal de origen para que, por medio de
quien corresponda,   se dicte un nuevo pronunciamiento con
arreglo a derecho.

VOTO DEL SEÑOR MINISTRO, DOCTOR DON ANTONIO


BOGGIANO

Considerando:

1°) Que contra la resolución de la Sala II de la Cámara Nacional


de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal que
confirmó la resolución de primera instancia que había dispuesto
el procesamiento y la prisión preventiva contra Emir Fuad Yoma
en orden al delito de asociación ilícita en carácter de organizador
(fs. 128/135 vta. Del recurso de queja), la defensa del nombrado
interpuso el recurso extraordinario (fs. 139/195 del citado
recurso), cuya denegación dio origen a la presente queja.

2°) Que la sentencia apelada tiene carácter definitivo de acuerdo


con la doctrina de la causa P.1042 "anceira, Gonzalo y otros
s/asociación ilícita s/ incidente de apelación de Alderete, Víctor
Adrián", pronunciamiento del 16 de mayo de 2001, a cuyos
términos corresponde remitir en razón de brevedad.

3°) Que los agravios del recurrente suscitan cuestión federal


suficiente para su consideración por la vía intentada, pues, si
bien remiten al examen de cuestiones de hecho, prueba y
derecho común, ajenos como regla a la instancia del art. 14 de la
ley 48, cabe hacer excepción a ese principio cuando, como en el
caso, lo decidido no constituye derivación razonada del derecho
vigente con aplicación a las circunstancias comprobadas de la
causa (fallos: 308:914, entre muchos otros).

4°) Que tal es el caso, pues la cámara realizó una elaboración


teórica sobre la figura de la asociación ilícita prevista por el art.
210, primera parte, del Código Penal, pero no justificó cómo sus
elementos concurrían concretamente en la especia. En efecto,
sobre el particular, remitiéndose a una resolución anterior, en la
que decidió la situación de otros procesados, hizo referencia con
pautas de excesiva latitud a que los hechos pesquisados
exigieron un "prolijo engranaje" "con múltiples actores" para
llevar adelante las maniobras propuestas, mas solo enumeró
diversos delitos. De esa mención no se infiere el acuerdo de
voluntades, permanencia, organización y pluralidad de planes
propios del tipo en examen. Máxima cuando, de los señalados
hechos, no surge explícitamente la participación del recurrente.

5°) Que ello es así, pues la cámara, tras señalar que la


asociación banda de tres o más personas debe estar destinada
a cometer delitos y precisar que lo relevante es la predisposición
de sus miembros a concretar una "pluralidad de planes
delictivos", omitió valorar si las maniobras investigadas en la
presente causa, calificadas principalmente como malversación
de caudales públicos, falsedad ideológica y contrabando, fueron
meros eslabones para alcanzar un único objetivo criminal con el
aparente propósito de lucrar ilícitamente con bienes del
patrimonio estatal, que se agotó con la consecución de todo o
parte del fin buscado, lo cual bien puede ser entendido como la
convergencia intencional propia de la participación criminal; o,
por el contrario, si aquellas maniobras revelan la existencia de
conductas enmarcadas en plurales planes delictivos,
independientes entre sí aunque similares en su finalidad, de
modo tal que pueda presumirse la confabulación exigida por el
art. 210 del Código Penal.

6°) Que la cámara parece entender que la pluralidad de planes


delictivos está dada por las ventas internacionales de armas, lo
cual resulta insuficiente para fundar la existencia de una
asociación ilícita, ya que aquellas ventas no constituyen un
delito tipificado por el Código Penal de la Nación, sin perjuicio de
que, con ocasión de ellas, pudieran haberse cometido otros
hechos susceptibles de reproche criminal.

Sin embargo, cabe tener presente que el art. IV de la Convención


Interamericana contra la Fabricación y el Tráfico Ilícitos de
Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros Materiales
relacionados, aprobada por ley 25449 (B. O. del 14 de agosto de
2001), ratificada mediante el depósito del respectivo
instrumento el 9 de octubre y vigente desde el 7 de noviembre
de 2001, dispone que "Los Estados partes que aún no lo hayan
hecho adoptarán las medidas legislativas o de otro carácter que
sean necesarias para tipificar como delito en su derecho interno
la fabricación y el tráfico ilícitos de armas de fuego, municiones,
explosivos y otros materiales relacionados. 2. A reserva de los
respectivos principios constitucionales y conceptos
fundamentales de los ordenamientos jurídicos de los Estados
partes, los delitos que se tipifiquen conforme al párrafo anterior
incluirán la participación en la comisión de alguno de dichos
delitos, la asociación y la confabulación para cometerlos, la
tentativa de cometerlos y la asistencia, la incitación, la
facilitación o el asesoramiento en relación con su comisión”.
Además, se han adoptado la Convención Interamericana sobre
Transparencia en las Adquisiciones de Armas Convencionales
del 7 de junio de 1999 y el Tercer Protocolo Adicional contra la
Fabricación y el Tráfico Ilícitos de Armas de Fuego, sus Piezas
Componentes y Municiones del 31 de mayo de 2001, de la
Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia
Organizada Transnacional del 15 de noviembre de 2000.
Empero, estos convenios no han sido aprobados por la
República Argentina.

7°) Que, asimismo, respecto del convenio de fs. 1882/1889 del


que hizo mérito la alzada, es un acuerdo entre partes que, por
aplicación de principios generales del derecho, no está
destinado a hacer prueba frente a terceros, sino solamente con
relación a aquellas. En el caso, en el convenio en cuestión, se
acuerda que el Ejército argentino entregaría a la Dirección
General de Fabricaciones Militares determinado armamento y
munición "con el propósito de mejorar el estado de
mantenimiento y las necesidades de munición del EA y en
definitiva su capacidad operacional". El cumplimiento o
incumplimiento del mencionado convenio, la posibilidad o
imposibilidad de cumplir las prestaciones pactadas, así como su
posible invocación para efectuar operaciones diferentes no
fueron objeto de un adecuado tratamiento tendiente a
establecer con la provisionalidad propia de esta etapa del
proceso, que se hubiera configurado falsedad ideológica.
8°) Que del contexto de la sentencia impugnada se desprendería
que existió la intención de lucrar mediante la ilícita disposición
de bienes del patrimonio estatal. Sin embargo, las razones
dadas sobre el punto no constituyen fundamento suficiente,
porque la referencia a los aportes efectuados por la empresa
uruguaya Elthan Trading S. A. a Yoma S. A. remite a una
resolución anterior en donde solo se pone de manifiesto la
necesidad de ahondar la pesquisa sobre la cuestión. En este
sentido, la línea argumental seguida por la cámara se reduce a
considerar la constitución y funcionamiento de dicha sociedad,
lo cual "por sí solo carece de aptitud para justificar el vínculo
entre los aportes y la disposición de bienes antes mencionada”.

9°) Que, por lo demás, en cuanto al valor probatorio que se le


atribuyó a la declaración de Sarlenga para tener a Yoma como
organizador de una asociación ilícita, cabe recordar que esta
Corte ha establecido que "respecto de la imputación de los
coprocesados, debe observarse que las acusaciones de esta
especie son siempre, en principio, sospechosas, aunque quienes
las formulen no hayan de conseguir con ellas excusar o
aminorar su responsabilidad penal, por lo cual, para que
constituyan prueba, es decir, para que suscite convicción en
quien juzga, han de tener particular firmeza y estricta
coherencia..."(fallos: 215:324). En el caso, más allá de que
Sarlenga sostuvo que su declaración tenía como propósito
mejorar su situación procesal− lo que efectivamente ocurrió−, la
cámara no ponderó que sus afirmaciones solo se sustentaban
en sus propios dichos. Tales las referentes a la forma en que se
habría iniciado la relación entre Palleros y Yoma y las
afirmaciones de este relativas a que la venta respondía a una
orden de los Estados Unidos y a la necesidad de firmar un nuevo
decreto. Es, pues, de aplicación lo expresado por esta Corte en
el citado precedente y sus citas en el sentido de que "cuando las
declaraciones de los procesados son contradictorias o contienen
versiones distintas o han mediado retractaciones, por más
sospechosas que sean las circunstancias..., solo queda como
saldo la duda y la perplejidad".

10) Que las apuntadas deficiencias en la fundamentación de la


sentencia apelada adquieren particular relevancia si se repara
en que la Corte Interamericana de Derechos Humanos −cuya
jurisprudencia debe servir de guía para la interpretación del
Pacto de San José de Costa Rica− ha consagrado, dentro del
contexto general de los instrumentos internacionales vigentes,
que la prisión preventiva es una medida cautelar, no punitiva
(fallos: 321:3630 y sus citas, entre otros), lo cual hacía
particularmente imperioso extremar la prudencia en la
interpretación de las normas y en la apreciación de los hechos
para encontrar prima facie acreditado el delito que se enrostra.

Por ello, oído el señor Procurador General, se declaran


procedentes la queja y el recurso extraordinario interpuestos y
se deja sin efecto la sentencia. Vuelvan los autos al tribunal de
origen para que, por medio de quien corresponda, se dicte un
nuevo pronunciamiento con arreglo a lo expuesto. Agréguese la
queja al principal, hágase saber y, oportunamente, remítase.

DISIDENCIA DE LOS SEÑORES MINISTROS, DOCTORES DON


ENRIQUE SANTIAGO PETRACCHI Y DON GUSTAVO A. BOSSERT

Considerando:

Que el tribunal que dictó la sentencia contra la que se dirige el


recurso extraordinario no es el Tribunal Superior, según el art. 14
de la Ley 48 (conf. doctrina de fallos: 318:514 y 320:2118
disidencia de los jueces Petracchi y Bossert).

Por ello, habiendo dictaminado el señor Procurador General, se


desestima la queja. Intímese al recurrente a que dentro del
quinto día efectúe el depósito que dispone el art. 286 del Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación, en el Banco de la Ciudad
de Buenos Aires, a la orden de esta Corte y bajo apercibimiento
de ejecución. Hágase saber y archívese previa devolución de los

autos principales6.

[6] CSJN. Stancanelli, Néstor Edgardo y otros/ Abuso de autoridad y violación de los deberes

de funcionario público s/ Incidente de apelación de Yoma, Emir Fuad. (2001). Recuperado de

https://bit.ly/3cBepQf
C O NT I NU A R
Lección 4 de 6

Incitación a la violencia colectiva

Se incluye en este acápite las figuras que a continuación se describirán y que

están contenidas en el artículo 212 del Código Penal7. 

[7] Artículo212, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Conducta punible
“ARTÍCULO 212. - Será reprimido con prisión de tres a seis años el que
públicamente incitare a la violencia colectiva contra grupos de personas o

instituciones, por la sola incitación”8.

[8] Artículo212, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Diferencias:

Tabla 2: Diferencia entre instigación a cometer delitos e instigación a la


violencia

Instigación a cometer delitos Incitación a la violencia


La incitación puede consistir en
La instigación del artículo 209 del una excitación directa o en
Código Penal es una excitación o estímulos indirectos a la comisión
estímulo a cometer un delito de actos de violencia que pueden
realizado de modo directo. no estar tipificados como
delictivos.

Fuente: elaboración propia

Objeto protegido

Se intenta evitar una alteración a la paz o tranquilidad, así como el ataque o


agresión que podrían ser generados por una acción pública que incita a la
violencia general contra un grupo de personas o instituciones.

Sujetos pasivos de la incitación → pueden ser grupos de personas o


instituciones.

Grupos de personas: constituidos por pluralidad de personas que forma


un conjunto individualizado por determinadas características.

Instituciones → organizaciones estatales, establecimientos o


fundaciones privadas.

Características de este delito:

-      Es imputable a título de dolo: requiere la intención directa.


-      Se consuma sin necesidad que se logre el efecto buscado.

-      No admite tentativa.

C O NT I NU A R
Lección 5 de 6

Apología del delito

“ARTÍCULO 213. - Será reprimido con prisión de un mes a un año, el que


hiciere públicamente y por cualquier medio la apología de un delito o de un

condenado por delito”9.

Conducta desplegada por el obispo castrense no constituye


ninguna de las hipótesis contempladas por el art. 213 del Código
Penal, por cuanto ya sea dentro del contexto en que se enviara,
como también de su interpretación literal, la misiva suscripta por
él no solo no hace mención alguna a los sucesos señalados por
los denunciantes, sino que tampoco ofende el bien común ni
hace exaltación, ponderación o elogio de ningún hecho criminal
específico, sino que el pasaje bíblico que se critica resulta una
simple remisión literaria formulada por una autoridad
eclesiástica, sobre una obra que, para su credo, es la base
misma del culto que profesa y cuya redacción, quien la señalara,
considera inspirada por Dios; por lo cual, aseverar que los dichos
formulados por el obispo significaban una exacerbación de
hechos que se habrían producido en el pasado corre por cuenta
de quien así lo entienda, mas no merece el reproche de los entes
jurisdiccionales encargados de reprimir delitos. No debe resultar
extraño, amenazador o alterador del orden público que una
autoridad eclesiástica cite y se exprese en orden a la religión
que profesa; de ser así, la simple mención que un sacerdote
formule sobre la vulneración de determinados mandamientos o
la desventura que le espera a aquel que cometa un pecado
podría también entenderse como una conducta delictiva

amenazante10.

Bien jurídico protegido → conducta que lesiona el orden público, por el temor
que despierta, como fuente de criminalidad, el enaltecimiento de los hechos
delictuosos o de sus partícipes.

[9] Artículo213, Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[10] Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N.º 1. Baseotto, Antonio s/apología del crimen

(2005). 

 
Acción típica

La apología del crimen es una instigación indirecta a cometer el delito.

Apología quiere decir discurso de palabra o por escrito, en defensa o


alabanza de personas o cosas. Lo más frecuente ha de ser la propaganda o
el elogio de sus delitos políticos o sociales.

La apología debe tener lugar públicamente, único modo como se lesiona el


orden público.

El objeto de la apología, puede consistir en lo siguiente:

- Un delito

- Un condenado por delito (no basta que esté perseguido o procesado por un
delito)

Características de este delito:

-      Exige dolo de intención.

-      No admite tentativa.

-      Se consuma con la sola apología.


JURISPRUDENCIA

Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 1,


Sala sin sala, 08/07/2005. - Baseotto, Antonio s/apología del
crimen - [ED, 215-95

Apología del crimen: imputación al obispo castrense por sus


expresiones; sobreseimiento.

1- La conducta desplegada por el obispo castrense no


constituye ninguna de las hipótesis contempladas por el art. 213
del Código penal, por cuanto, ya sea dentro del contexto en que
se enviara como de su interpretación literal, la misiva suscripta
por él no solo no hace mención alguna a los sucesos señalados
por los denunciantes, tampoco ofende el bien común ni hace
exaltación, ponderación o elogio de ningún hecho criminal
específico, sino que el pasaje bíblico que se critica resulta una
simple remisión literaria formulada por una autoridad
eclesiástica, sobre una obra que, para su credo, es la base
misma del culto que profesa y cuya redacción, quien la señalara,
considera inspirada por Dios; por lo cual, aseverar que los dichos
formulados por el obispo significaban una exacerbación de
hechos que se habrían producido en el pasado corre por cuenta
de quien así lo entienda, mas no merece el reproche de los entes
jurisdiccionales encargados de reprimir delitos.

2- No debe resultar extraño, amenazador ni alterador del orden


público que una autoridad eclesiástica cite y se exprese en
orden a la religión que profesa; de ser así, la simple mención que
un sacerdote formule sobre la vulneración de determinados
mandamientos o la desventura que le espera a aquel que
cometa un pecado podría también entenderse como una
conducta delictiva amenazante.

Buenos Aires, 8 de julio de 2005. - Autos y vistos: para resolver


en la presente causa, que lleva por número 2281/05 (B-
8689/05), caratulada "Baseotto, Antonio s/apología del crimen",
que tramita por ante este Juzgado Nacional en lo Criminal y
Correccional Federal Nº 1, Secretaría Nº 2 de la Capital Federal,
respecto de la situación procesal del obispo castrense de la
Argentina, Monseñor Antonio Juan Baseotto.

Y Considerando: I. Que se investiga en autos si la presunta


conducta llevada a cabo por el obispo castrense de la Argentina,
Monseñor Antonio Juan Baseotto, por la cual le habría enviado
una carta al ministro de Salud y Ambiente de la Nación, en
respuesta a distintas manifestaciones que el Dr. Ginés González
García había efectuado respecto de asuntos relativos a la
legalización del aborto y salud reproductiva, en la que habría
introducido una cita bíblica −cuyo texto se transcribirá ut infra−,
resulta una acción constitutiva de un delito de acción pública.

Que se presume que la misiva en cuestión fue enviada por el


prelado al titular de la cartera ministerial de Salud y Ambiente,
con fecha 17 de febrero próximo pasado, y entre sus párrafos
habría consignado que "La multiplicación de los abortos que
usted propicia con fármacos conocidos como abortivos es
apología del delito de homicidio... Cuando usted repartió
públicamente profilácticos a los jóvenes, recordaba el texto del
Evangelio donde nuestro Señor afirma que “los que
escandalizan a los pequeños merecen que le cuelguen una
piedra de molino al cuello y lo tiren al mar...”.

II. Que, a partir del estado público que tomara el contenido de la


carta, como consecuencia de su publicación en distintos medios
periodísticos, se incoaron en la Secretaría General de la Excma.
Cámara del Fuero sendas presentaciones dirigidas contra la
persona del obispo castrense de la Argentina, en las que se le
imputara, a partir de la reproducción de referida cita bíblica, la
comisión de distintos delitos.

Que la primera denuncia fue formulada por el Dr. Ricardo


Monner Sans −ver fs. I−, en la cual sostuviera que el pasaje de la
Santa Biblia reseñado resultaba, a primera vista, un elogio al
homicidio, y una segunda interpretación del mismo invocaría no
a cualquier modo de homicidio, sino a "una de las formas más
perversas utilizadas en la República Argentina en los tiempos
del horror militar".

Que, según su interposición, la conducta llevada a cabo por el


obispo castrense, Monseñor Antonio Juan Baseotto,
encuadraría en la figura de apología del delito, prevista y
reprimida por el art. 213 del Código Penal de la Nación.

Por su parte, en esta sede quedó radicada la denuncia


presentada por el Dr. Luis María Llaneza −ver fs. 14/18−, quien
interpretara en su delación, que los hechos señalados
configuran los tipos normados en los arts. 211 y 213 del Código
de Fondo, sosteniendo el letrado que las expresiones del obispo
"alcanzan a la sociedad toda, razón por la cual se hace
merecedor de un castigo ejemplar por haber utilizado una
institución tan querida por la gente, como lo es la Iglesia católica,
para hacer proclamas en defensa de una política de muerte y
ajena a las libertades y derechos humanos defendidos por la
religión católica" (fs. 15), para terminar exponiendo que "se
encuentra suficientemente probada la comisión de los delitos
por los que se querella", razón por la cual solicitó que se citara al
imputado a prestar declaración indagatoria y se decretara su
procesamiento con prisión preventiva, condenándolo al máximo
de la pena prevista para los delitos por los que se lo denunciara
(fs. 17/18).
Finalmente, se acumuló al expediente de marras la presentación
del Dr. Guillermo Enrique Pagura, quien, con el patrocinio letrado
del Dr. P. M. J., le enrostrara −ver fs. 25/27− a Monseñor
Baseotto la comisión de los delitos estipulados en los arts. 149
bis y ter y 211 del Código Penal. Ello así, por entender que los
dichos formulados por el obispo castrense constituían una
amenaza directa de muerte al ministro de Salud y Ambiente de
la Nación, por expresar una opinión de política sanitaria y que
dicha amenaza "debía ser analizada a la luz de la historia
reciente de nuestro país, donde la forma de muerte contenida en
la misma era moneda usual de destino final de los detenidos
desaparecidos de la dictadura militar, a través de los
denominados ‘Vuelos de la Muerte’”.

Asimismo, solicitó se "investigue si dichas declaraciones no


podrían configurar el delito de intimidación pública, ya que
actúan infundiendo temor en aquellas personas que pueden
tener una idea similar a la del ministro González, sobre un tema
de salud pública y sanitaria como lo es el de la prevención del
SIDA a través del uso de preservativos y despenalización del
aborto" (fs. 26).

Por último, expuso el denunciante de mentas que también


podría interpretarse que las afirmaciones del denunciado
implicarían una instigación para que terceras personas agredan
al ministro de Salud o a quienes sostengan una posición similar
en cuanto al uso de profilácticos y la despenalización del aborto
(fs. 26 vta.).

III. Que, enterado de la formación del proceso de marras, V. E.


Monseñor Antonio Juan Baseotto se presentó por ante el
tribunal, por intermedio de la representación letrada de los Dres.
E. O. y N. G., a través de un escrito glosado a fs. 65/72, en el que
efectuó las aclaraciones que a su entender resultaban
pertinentes.

En dicha presentación, el obispo no solo reconoce haberle


enviado una carta al ministro de Salud y Ambiente de la Nación,
sino que además transcribe su contenido, tal como surge de fs.
65 vta./66vta.

Que, en relación con los delitos que se le imputan en las


denuncias dirigidas sobre su persona, sostuvo que, en cuanto a
la figura de apología del crimen (art.213, CP), "la realidad resulta
opuesta a lo manifestado por los denunciantes de esta causa;
vale decir, opuesta a la hipótesis de que yo haya presentado
ponderación o apología por el delito de homicidio. Bien por el
contrario, lejos de ponderar 'un delito de homicidio', reproché se
propiciarán abortos en cuanto ello sí era apología del homicidio".

Asimismo, expuso que sus actos tampoco configuraban los


tipos previstos en los arts. 149 bis y 149 ter, puesto que, de la
simple lectura de la misiva enviada al Dr. Ginés González García,
no surge en ella el "uso de amenazas para alarmar o amedrentar
a una o más personas" ni mucho menos empleo de armas,
anonimato, ni se reprocha haber requerido medida alguna al
poder público" (fs. 66 vta./67).

Que, en pos de justificar su conducta, el prelado invocó su


derecho a "presentar una objeción de conciencia como
ciudadano y como obispo", al dejar expresa constancia de su
disconformidad con las afirmaciones contrarias al ordenamiento
natural y cristiano, como son las cuestiones relacionadas al
derecho a la vida.

En tal sentido, sostuvo que los hechos que se le imputan en la


presente no surgen de dichos propios, sino de una cita textual de
los Santos Evangelios "referida al pecado de escándalo, es decir,
a la circunstancia agravante de las faltas que se cometen con
palabras o con hechos contra o ante niños menores de edad".
Abundando sobre el tópico, citó el Evangelio según San Mateo
(18, 1-6), "en el que Jesús, llamando a un niño enseña
diciéndoles a los discípulos que, si no se hacen como niños, no
entraréis en el reino de los cielos; que el que recibiere a un niño,
a Jesús recibe. 'Y al que escandalizare a uno de esos pequeños
que creen en mí, más les valiera que le cuelguen una piedra de
moler y le hundieran en el fondo del mar'".
Que, expresó también que sus dichos se hallaban respaldados
por el documento más importante de la institución de la que
forma parte, el cual es el "catecismo de la Iglesia católica" en
cuyo número 2285 se afirma que "El escándalo adquiere una
gravedad particular según la autoridad de quienes lo causan o
de la debilidad de quienes lo padecen. Inspiró a nuestro Señor
esta maldición: 'al que escandalice a uno de estos pequeños que
creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas
piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo
profundo del mar' (Mt. 18,6; cf. 1 Co 8, 10-13). El escándalo es
grave cuando es causado por quienes, por naturaleza o por
función, están obligados a enseñar y educar a los otros. Jesús,
en efecto, los reprocha a los escribas y fariseos: los compara a
lobos disfrazados de corderos (conf. Mt. 7,15)".

IV. Que, acorde surge de las presentaciones efectuadas por los


denunciantes, los hechos que allí se le imputan a Monseñor
Antonio Juan Baseotto encuadrarían en los tipos penales
previstos en los arts. 149 bis, 149 ter, 211 y 213 del Código Penal
de la Nación.

De tal forma, como se señalara en el párrafo primero de este


resolutorio, corresponderá establecer si el prelado castrense, al
enviarle una carta al ministro de Salud y Ambiente de la Nación,
en el marco de una discusión específica relativa a asuntos de
políticas sanitarias de salud reproductiva y aborto, entre cuyos
párrafos se reprodujera un pasaje bíblico que reza "La
multiplicación de los abortos que usted propicia con fármacos
conocidos como abortivos es apología del delito de homicidio...
Cuando usted repartió públicamente profilácticos, a los jóvenes,
recordaba el texto del Evangelio donde nuestro Señor afirma
que 'los que escandalizan a los pequeños merecen que le
cuelguen una piedra de molino al cuello y lo tiren al mar.…'",
resultaría una acción constitutiva de dichas figuras penales, o
bien de alguna otra de conducta determinante de un delito de
acción pública.

Que los delitos previstos en los arts. 149 bis y ter del CP castigan
al que hiciere uso de amenazas para alarmar o amedrentar a
una o más personas, agravando la pena en el caso de que las
mismas fueren realizadas con el propósito de obligar a otro a
hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad. Asimismo, en
este último caso, conforme lo establecido en el art. 149 ter, se
aumentará la pena si para su realización se utilizaren armas o
fueren anónimas, si tuvieren como propósito la obtención de
alguna medida o concesión por parte de cualquier miembro de
los poderes públicos o el de compeler a una persona a hacer
abandono del país, de una provincia o de los lugares de su
residencia habitual o de trabajo. De esta forma, se entiende que,
para que una conducta encuadre en estas figuras, deberá
necesariamente haber causado alarma, amedrentar o bien
obligar a alguien a hacer o dejar de hacer algo contra su
voluntad.

Establecido ello, cuadra resaltar que ninguno de esos requisitos


se observa como emergentes de la misiva que Monseñor
Baseotto le habría enviado a título personal al Dr. Ginés
González García. En efecto, difícil resulta presumir, y no se tiene
constancia de ello, que el titular de la cartera de salud o algún
otro sujeto se haya visto alarmado o compelido a actuar de una
forma contraria a su voluntad luego de tomar contacto con la
misiva en cuestión. Tanto es así, que el propio ministro González
García ninguna manifestación realizó en este sentido,
limitándose simplemente, mediante su presentación de fs.
89/90, a expresar que las afirmaciones de Baseotto
contradecían políticas sanitarias y legislación vigente que tienen
por fin, entre otros, evitar el contagio del SIDA.

Sobre estas conductas, tiene dicho el Superior que "Son atípicas


las expresiones cuando carecen de idoneidad para considerar
que el receptor fuera víctima de una amenaza con la aptitud de
alterar su tranquilidad e inducirlo y obligarlo a conducirse contra
su real voluntad" (CCCFed. sala I, c. 33.088, "Villosio, María
Fernanda s/sobreseimiento", rta. 21-2-02). Como se dijera ut
supra, nada permite suponer que la cita bíblica introducida por el
obispo en la carta que le enviara al ministro de Salud alterara la
tranquilidad de este o lo obligara a desenvolverse violentando su
libertad.

Que "El Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española


describe amenazar como dar a entender con actos o palabras
que se quiere hacer algún mal a otro. Así, se ha sostenido que,
conforme a la definición, tal acción consiste en dar a entender
que se quiere hacer algún mal, y esa acción, subjetivamente,
debe tener como finalidad alarmar o amedrentar. Además, es
necesario que la producción del mal dependa, en alguna medida,
del sujeto amenazador" (sala I, c. 35.074, "Miñón Bolívar, Alicia
s/procesamiento", rta. 28-5-03). Véase que, tanto la cita bíblica
introducida en la misiva como el resto de los apartados que la
conforman, resultan inidóneos, a la luz de su definición
conceptual, para constituir una amenaza.

En consecuencia, entiendo que el delito de amenazas (art. 149


bis) y el de coacciones (149 ter) no se adecuan a la conducta
llevada a cabo por Monseñor Baseotto, toda vez que, para que
se dé la primera de estas figuras, debe atacarse la libertad
mediante la creación de un estado psicológico que influya en la
determinación que finalmente adoptará el sujeto, mientras que,
en el tipo agravado, el actuar debe dirigirse directamente a
anular el estado de determinación (conf. CNCn. c. 16.009, rta.
24-4-01), circunstancias que no se observan en el caso sub
examine.
Por su parte, el art. 211 del Código de Fondo reprime al que
"para infundir un temor público o suscitar tumultos o
desórdenes, hiciere señales, diere voces de alarma, amenazare
con la comisión de un delito de peligro común, o empleare otros
medios materiales normalmente idóneos para producir tales
efectos", agravándose la pena si "para ello se emplearen
explosivos, agresivos químicos o materias afines, siempre que el
hecho no constituya delito contra la seguridad pública".

Que, de acuerdo con interpretaciones formuladas por la doctrina,


a las que esta magistrada adhiere, se entiende que la figura no
es propiamente la conducta de provocar tumultos o desórdenes,
sino intimidar para que estas resulten, puesto que el hombre
alarmado se comporta de maneras insensatas y peligrosas, y la
insensatez y el peligro se multiplican ante una multitud. Es por
ello que el bien jurídico tutelado por ley es la tranquilidad pública,
como una condición de seguridad por los peligros que derivan
del desorden maliciosamente provocado (conf. Sebastián Soler,
"Derecho Penal Argentino", Tea, t. IV, pág. 613).

Que, en el mismo sentido, el Tribunal de alzada, al expedirse en


un caso similar al presente, sostuvo que "El tipo penal del art.
211 del Código Penal sanciona a quien hiciere señales, diere
voces de alarma, amenazare con la comisión de un delito de
peligro común o empleare otros medios materiales
normalmente idóneos para infundir un temor público o suscitar
tumultos o desórdenes. Así, requiere una intención dirigida a la
perturbación del orden, que se asienta no tanto en el resultado
obtenido por los agentes, sino más bien en el elemento subjetivo
consistente en el designio de intimidar para que resulte afectada
la tranquilidad pública. En síntesis, esta figura está dominada
por el aspecto subjetivo, es decir, que se exige la comprobación
de la configuración de esos particulares elementos subjetivos
diversos del dolo, que puede consistir en la intención de infundir
un temor público o suscitar tumultos o desórdenes. Por ello, si
se ha comprobado que el autor ha desplegado una acción sin
ese especial designio de conseguir alguno de los objetivos
previstos por la norma, la conducta resulta típica". (CCCFed.,
sala I, c. 34.412, "Lombardo, Héctor s/sobreseimiento", rta. 1-10-
02).

Que, en esta inteligencia, opino que el texto bíblico incorporado


por el obispo en la misiva de mentas, en el contexto en que fuera
citado, no va más allá de una expresión mediante la cual el
prelado intentara dejar aclarado el malestar que le ocasionaban
las manifestaciones vertidas en su momento por el Dr. Ginés
González García, referentes a un tema que históricamente ha
interesado a los integrantes y representantes del culto católico y
de la que objetivamente no puede entenderse como constitutiva
de una acción dolosa dirigida a infundir un temor público o
suscitar tumultos o desórdenes; razón por la cual, los sucesos
bajo estudio no hallan adecuación típica en la norma de
mención.

Así, resta establecer si la conducta imputada a Monseñor


Baseotto encuadra en las disposiciones contempladas en el art.
213 del CP conocidas con el título de "apología del crimen". Para
ello, véase que dicha norma castiga al que "hiciere públicamente
o por cualquier medio la apología de un delito o de un condenado
por delito", entendiéndose de tal forma que la misma reprime a
aquel que formule una exaltación, ponderación o bien un elogio
de lo que positivamente, con fuerza de cosa juzgada, ha sido
declarado criminal. "Resulta, entonces, que las conductas
receptadas por el artículo 213 del CP deben importar una
categórica y exaltada aprobación de hechos reputados como
delitos. Solidarizarse con el quehacer delictivo es lo que la ley
atribuye a la apología del delito. Esta tiene su razón de ser en la
tácita instigación a cometer aquello que se enaltece y que ataca,
en consecuencia, el orden y la seguridad social" (CCC Fed., sala
I, "Jorge Antonio", rta. 13-12-79).

Que, como se diera en los casos anteriores, advierto que la


acción desplegada por el obispo no constituye ninguna de estas
hipótesis contempladas en la norma en cuestión.

Ello así, por cuanto ya sea dentro del contexto en que se enviara
como también de su interpretación literal, la misiva suscripta por
Monseñor Baseotto no solo no hace mención alguna a los
sucesos señalados por los denunciantes, sino que tampoco
ofende el bien común, ni hace exaltación, ponderación o elogio
de ningún hecho criminal específico, sino que el pasaje que se
critica resulta una simple remisión literaria formulada por una
autoridad eclesiástica, sobre una obra que, para su credo, es la
base misma del culto que profesa y cuya redacción quien la
señalara considera inspirada por Dios; por lo cual, aseverar que
los dichos formulados por el obispo significaban una
exacerbación de hechos que se habrían producido en el pasado
corre por cuenta de quien así lo entienda, mas no merece, a
criterio de la suscripta, el reproche de los entes jurisdiccionales
encargados de reprimir delitos.

Lo contrario implicaría vulnerar la libertad y autonomía de la que


gozan las agrupaciones religiosas, "para las cuales importa
también el derecho a regirse por sus propias normas y a no sufrir
restricciones en la elección de sus autoridades ni prohibiciones
en la profesión pública de su fe". (CS c. "Bahamondez, Marcelo
s/medida cautelar" voto en disidencia de los ministros Cavagna
Martínez, Belluscio, Petracchi y Boggiano).

En efecto, esta magistrada entiende que no debe resultar


extraño, amenazador o alterador del orden público que una
autoridad eclesiástica cite y se exprese en orden a la religión
que profesa. De resultar así, la simple mención que un sacerdote
formule sobre la vulneración de determinados mandamientos o
la desventura que le espera a aquel que cometa un pecado
podría también entenderse como una conducta delictiva
amenazante.

Desde antaño, posturas cientificistas y religiosas han


confrontado sobre cuestiones de diversa índole, llegando alguna
de ellas a conciliarse con el correr del tiempo, mientras que
otras, como la implementación de específicas políticas de salud
reproductiva y legalización del aborto, aún permanecen en las
antípodas; y así como el ministro de Salud sostuviera su criterio
con respecto al asunto debatido en base a los principios que lo
rigen, en términos aceptables, lo mismo ha sucedido con
Monseñor Baseotto cuando, por su lado, citara el pasaje bíblico
criticado, pues resulta normal, conforme a los usos y
costumbres y, consecuentemente, ajustado a derecho, que los
exponentes de ambos sectores (cientificista y religioso) se
expresen en orden a las premisas que cada uno de ellos
construyera a lo largo de su historia.

Así las cosas, en virtud de los argumentos sostenidos en los


párrafos que preceden, es que corresponde y así, resuelvo: I.
Sobreseer a Antonio Juan Baseotto, en la presente causa N.º
2281/05 (B-8689/05), por entenderse que el hecho investigado
no encuadra en una figura legal, conforme lo previsto por los
arts. 334 y 336, inc. 3 y párrafo último del Código Procesal Penal
de la Nación, dejando expresa mención que la formación del
proceso no afectó el buen nombre y honor del que hubiere
gozado el nombrado. II. Notifíquese, debiéndose librar en el caso
de la defensa cédula de trámite urgente, regístrese y, firme que
sea, archívese el legajo de marras sin más trámite, en el que no

hay sellado alguno que reponer. - María Servini de Cubría11.

[11] Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N.º 1. Baseotto, Antonio s/apología del crimen

(2005).

C O NT I NU A R
Lección 6 de 6

Referencias

CSJN. Stancanelli, Néstor Edgardo y otros/ Abuso de autoridad y violación


de los deberes de funcionario público s/ Incidente de apelación de Yoma,
Emir Fuad. (2001). Recuperado de https://bit.ly/3cBepQf

Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N.º 1. Baseotto,


Antonio s/apología del crimen (2005).

Ley 11179. Código Penal de la Nación argentina. (t. o. 1984). Congreso de la


Nación Argentina. Recuperado de
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-
19999/16546/texact.htm

C O NT I NU A R
Delitos contra la seguridad pública

Nociones generales

Incendios y otros estragos. Ley 25086

Delitos contra la salud pública

Referencias

Revisión del módulo


Lección 1 de 5

Nociones generales

A continuación, estudiaremos los aspectos generales de las principales


figuras penales que componen esta unidad (el bien jurídico que las normas
protegen, los elementos que componen los tipos penales, entre otros).

El bien jurídico protegido


Los delitos contra la seguridad pública son aquellos que generan una
situación de peligro con relación a otros bienes jurídicos respecto de cuya
integridad debe velar el Estado.

Concepto de peligro. Peligro común. Peligro abstracto. Peligro concreto

Son delitos de peligro los que se consuman con solo poner en peligro o crear
la posibilidad de peligro para un bien tutelado por la ley penal en esa medida.

Los delitos de peligro común son aquellos en que el peligro que la ley
considera relevante para constituir el delito, es un peligro general
indeterminado para las personas o las cosa.

Los delitos de peligro pueden ser:


delitos de peligro concreto, aquellos en los que el resultado consiste en
la causación efectiva y cierta de un peligro. El momento en que el peligro
se produce es el de la consumación;

delitos de peligro abstracto, los que se caracterizan por la realización de


una conducta idónea para causar peligro. En este tipo de delitos, el
momento consumativo coincide con el de la acción propiamente dicha;
no es preciso esperar para que el resultado de peligro se produzca.

Sistematización del contenido del título

El título VII del Libro Segundo del Código Penal1 está dedicado a los delitos
contra la seguridad pública. El título comprende cuatro capítulos, a saber:

Capítulo I: Incendios y otros estragos (artículos 186 a 189)2.

Capítulo II: Delitos contra la seguridad del tránsito y de los medios de


transporte y de comunicación (artículos 190 a 197)3.

Capítulo III: Piratería (artículos 198 a 199)4.

Capítulo IV: Delitos contra la salud pública. Envenenar o adulterar aguas


potables o alimentos o medicinas (artículos 200 a 208)5.

[1] Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado

de https://bit.ly/3r9Yygv

[2] Arts. 186 a 189, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv 

[3] Arts. 190 a 197, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv


[4] Arts. 198 a 199, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[5] Arts. 200 a 208, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Objetos sobre los que recae la protección legal. Medios conceptos


Este acápite se encuentra desarrollado en el tratamiento que se da a cada

una de las figuras que abarcan los “Delitos contra la seguridad pública”6.

[6] Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado

de https://bit.ly/3r9Yygv

C O NT I NU A R
Lección 2 de 5

Incendios y otros estragos. Ley 25086

Ley 250867

[7] Ley 25086. Armas y Explosivos. (1999). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

https://bit.ly/39MPQhv

Publicación
Habló el hombre que fue detenido por iniciar uno de los incendios en
Traslasierra

Habló el hombre que fue detenido por iniciar uno de los incendios
en Traslasierra.pdf
87.4 KB

Fuente: La Voz. (2019). Habló el hombre que fue detenido por iniciar uno de los incendios en Traslasierra.

Recuperado de https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/hablo-hombre-que-fue-detenido-por-iniciar-uno-de-

incendios-en-traslasierra
Analicemos, a continuación, el siguiente artículo del Código Penal:

Artículo 186. - El que causare incendio, explosión o inundación,


será reprimido:

1º Con reclusión o prisión de tres a diez años, si hubiere peligro


común para los bienes;

2º Con reclusión o prisión de tres a diez años el que causare


incendio o destrucción por cualquier otro medio:

a. de cereales en parva, gavillas o bolsas, o de los mismos


todavía no cosechados;

b. de bosques, viñas, olivares, cañaverales, algodonales,


yerbatales o cualquiera otra plantación de árboles o arbustos en
explotación, ya sea con sus frutos en pie o cosechados;

c. de ganado en los campos o de sus productos amontonados


en el campo o depositados;

d. de la leña o carbón de leña, apilados o amontonados en los


campos de su explotación y destinados al comercio;
e. de alfalfares o cualquier otro cultivo de forrajes, ya sea en pie
o emparvados, engavillados, ensilados o enfardados;

f. de los mismos productos mencionados en los párrafos


anteriores, cargados, parados o en movimiento;

3º Con reclusión o prisión de tres a quince años, si hubiere


peligro para un archivo público, biblioteca, museo, arsenal,
astillero, fábrica de pólvora o de pirotecnia militar o parque de
artillería;

4º Con reclusión o prisión de tres a quince años, si hubiere


peligro de muerte para alguna persona;

5º Con reclusión o prisión de ocho a veinte años, si el hecho

fuere causa inmediata de la muerte de alguna persona8.

[8] Art. 186, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Análisis del artículo


Inciso 1: Incendio, explosión o inundación con peligro común para los
bienes.
Artículo 186: “…Inc. 1º) Con reclusión o prisión de tres a diez años, si

hubiere peligro común para los bienes”9.


Tal cual lo señala el inciso transcripto, lo que caracteriza este estrago es la
existencia de un peligro común para los bienes, creado mediante un incendio,
una explosión o una inundación.

[9] Art. 186, inc. 1, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Figura 1: Peligro común para los bienes

Fuente: elaboración propia

Estragos:

Incendio → es un fuego de potencialidad expansiva incontrolada.

Explosión → es la liberación súbita y violenta de energía, provenga o no


de una materia explosiva.

Inundación → es la invasión de una considerable extensión de terreno


por el agua. Puede ser lenta o impetuosa, instantánea o continua.

 Este delito:
- es imputable a título de dolo, incluso eventual. Basta que el autor obre con
la conciencia y voluntad de crear un peligro común para los bienes;

- admite tentativa;

- es instantáneo, aunque de efectos permanentes;

- se consuma con la producción del peligro común para los bienes.

Inciso 2: Incendio o destrucción rural.


Artículo 186: 

… Inc. 2º) Con reclusión o prisión de tres a diez años el que


causare incendio o destrucción por cualquier otro medio:

a) De cereales en parva, gavillas o bolsas, o de los mismos


todavía no cosechados;

b) De bosques, viñas, olivares, cañaverales, algodonales,


yerbatales o cualquiera otra plantación de árboles o arbustos en
explotación, ya sea con sus frutos en pie o cosechados;

c) De ganado en los campos o de sus productos amontonados


en el campo o depositados;
d) De la leña o carbón de leña, apilados o amontonados en los
campos de su explotación y destinados al comercio;

e) De alfalfares o cualquier otro cultivo de forrajes, ya sea en pie


o emparvados, engavillados, ensilados o enfardados;

f) De los mismos productos mencionados en los párrafos

anteriores, cargados, parados o en movimiento10.

  La delictuosidad de los hechos previstos en el inciso 2 del artículo 18611


reside en la naturaleza de lo quemado o destruido. Lo que se resguarda aquí
es la riqueza rural.

[10] Art. 186, inc. 2, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[11] Art. 186, inc. 2, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Inciso 3: Incendio, explosión o inundación con peligro para bienes de interés


público.
Artículo 186: “… Inc. 3º) Con reclusión o prisión de tres a quince años, si
hubiere peligro para un archivo público, biblioteca, museo, arsenal, astillero,

fábrica de pólvora o de pirotecnia militar o parque de artillería”12.


Las mayores penas que se advierten para este delito, atienden al resguardo
de algunos de los bienes señalados, en cuya conservación existe un interés
cultural o de seguridad.

Se trata de la causación de un peligro efectivo, ya sea un incendio, una


explosión o una inundación, alcance uno de los bienes señalados por este
inciso, que pueden ser públicos o privados.

  [12] Art. 186, inc. 3, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Inciso 4: Incendio, explosión o inundación con peligro de muerte.


Artículo 186: “… inc. 4º) Con reclusión o prisión de tres a quince años, si

hubiere peligro de muerte para alguna persona”13.

El peligro de muerte al que hace referencia este inciso, debe ser producto de
un resultado preterintencional o debido a dolo eventual, porque si el autor
causa el estrago para cometer un homicidio, el hecho implicaría una tentativa
de homicidio calificado, castigado más severamente por el artículo 80, inciso

2 del Código Penal14.

Las circunstancias del hecho deben demostrar, ya sea por la intensidad del
estrago o la situación en la que se encontraba la persona, que pudo haber
muerto víctima del siniestro provocado.
[13] Art. 186, inc. 4, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv 

[14] Art. 80, inc. 2, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Inciso 5: Incendio, explosión o inundación con resultado mortal


Artículo 186: “…inc. 5º) Con reclusión o prisión de ocho a veinte años, si el

hecho fuere causa inmediata de la muerte de alguna persona”15.

Este delito es el más gravemente penado.

En este caso, al igual que en el inciso anterior, la muerte debe ser


preterintencional, pues de otra manera estaríamos ante un homicidio
calificado.

[15] Art. 186, inc. 5, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Otros estragos
Artículo 187. - Incurrirá, según los casos, en las penas señaladas
en el artículo precedente, el que causare estrago por medio de
sumersión o varamiento de nave, derrumbe de un edificio,
inundación, de una mina o cualquier otro medio poderoso de

destrucción16.
 

Este delito se caracteriza por su efecto y el medio empleado por el autor para
causarlo. El medio al que se hace referencia, debe ser de gran poder
destructivo.

Este delito:

-    es imputable a título de dolo;

-    admite tentativa;

-    se consuma con la producción del estrago.

[16] Art. 187, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Atentado contra obras de defensa común

Artículo 188. - Será reprimido con prisión de uno a seis años el


que, destruyendo o inutilizando diques u otras obras destinadas
a la defensa común contra las inundaciones u otros desastres,

hiciere surgir el peligro de que estos se produzcan17.


Este delito:

-    es imputable a título de dolo, incluso dolo eventual;

-    admite tentativa;

-    se consuma con la producción del peligro.

[17] Art. 188, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Atentado contra los medios destinados a extinguir un incendio o la


construcción de obras de defensa

Artículo 188. …La misma pena se aplicará al que, para impedir la


extinción de un incendio o las obras de defensa contra una
inundación, sumersión, naufragio u otro desastre, substrajere,
ocultare o hiciere inservibles, materiales, instrumentos u otros

medios destinados a la extinción o a la defensa referida18.

Este delito:

-     es imputable a título de dolo, requiere que el autor sea movido por el


propósito de impedir, mediante la sustracción, ocultamiento o inutilización, la
extinción del incendio o la realización de la obra de defensa;

-    delito de peligro abstracto;

-    admite tentativa.

[18] Art. 188, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Estrago culposo

Artículo 189. - Será reprimido con prisión de un mes a un año, el


que, por imprudencia o negligencia, por impericia en su arte o
profesión o por inobservancia de los reglamentos u ordenanzas,
causare un incendio u otros estragos.

Si el hecho u omisión culpable pusiere en peligro de muerte a


alguna persona o causare la muerte de alguna persona, el
máximo de la pena podrá elevarse hasta cinco años.

(Artículo sustituido por art. 3° de la Ley N° 25.189 B.O.

28/10/199919.
[19] Art. 189, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Los delitos previstos en el artículo 189 bis

El nuevo artículo 189 bis del Código Penal introducido por la Ley 2588620 en
sustitución del texto anterior, ha sido conformado en cinco apartados.

Artículo 189 bis. - (1) El que, con el fin de contribuir a la comisión


de delitos contra la seguridad común o causar daños en las
máquinas o en la elaboración de productos, adquiriere, fabricare,
suministrare, sustrajere o tuviere en su poder bombas,
materiales o aparatos capaces de liberar energía nuclear,
materiales radiactivos o sustancias nucleares, o sus desechos,
isótopos radiactivos, materiales explosivos, inflamables,
asfixiantes, tóxicos o biológicamente peligrosos, o sustancias o
materiales destinados a su preparación, será reprimido con
reclusión o prisión de CINCO (5) a QUINCE (15) años.

La misma pena se impondrá al que, sabiendo o debiendo saber


que contribuye a la comisión de delitos contra la seguridad
común o destinados a causar daños en las máquinas o en la
elaboración de productos, diere instrucciones para la
preparación de sustancias o materiales mencionados en el
párrafo anterior.
La simple tenencia de los materiales a los que se refiere el
párrafo que antecede, sin la debida autorización legal, o que no
pudiere justificarse por razones de su uso doméstico o industrial,
será reprimida con prisión de TRES (3) a SEIS (6) años.

(2) La simple tenencia de armas de fuego de uso civil, sin la


debida autorización legal, será reprimida con prisión de 6 (SEIS)
meses a 2 (DOS) años y multa de MIL PESOS ($1000.-) a DIEZ
MIL PESOS ($10 000.-).

Si las armas fueren de guerra, la pena será de DOS (2) a SEIS (6)
años de prisión.

La portación de armas de fuego de uso civil, sin la debida


autorización legal, será reprimida con prisión de UN (1) año a
CUATRO (4) años.

Si las armas fueren de guerra, la pena será de TRES (3) años y


SEIS (6) meses a OCHO (8) años y SEIS (6) meses de reclusión o
prisión.

Si el portador de las armas a las cuales se refieren los dos


párrafos que anteceden, fuere tenedor autorizado del arma de
que se trate, la escala penal correspondiente se reducirá en un
tercio del mínimo y del máximo.
La misma reducción prevista en el párrafo anterior podrá
practicarse cuando, por las circunstancias del hecho y las
condiciones personales del autor, resultare evidente la falta de
intención de utilizar las armas portadas con fines ilícitos.

En los dos casos precedentes, se impondrá, además,


inhabilitación especial por el doble del tiempo de la condena.

El que registrare antecedentes penales por delito doloso contra


las personas o con el uso de armas, o se encontrare gozando de
una excarcelación o exención de prisión anterior y portare un
arma de fuego de cualquier calibre, será reprimido con prisión de
CUATRO (4) a DIEZ (10) años.

(Nota: Por art. 4° de la Ley N.° 25886 B.O. 5/5/2004, se establece


que el primer párrafo del punto 2 del artículo 189 bis entrará en
vigencia a partir del término del plazo establecido de seis meses,
en el cual el Poder Ejecutivo Nacional dispondrá, las medidas
pertinentes para facilitar el registro gratuito y sencillo de las
armas de fuego de uso civil o uso civil condicionado. Asimismo,
en el mismo término, se arbitrarán en todo el territorio de la
Nación, con contralor de la máxima autoridad judicial que en
cada jurisdicción se designe, los medios para recepcionar de
parte de la población, la entrega voluntaria de toda arma de fuego
que su propietario o tenedor decida realizar.)
(3) El acopio de armas de fuego, piezas o municiones de estas, o
la tenencia de instrumental para producirlas, sin la debida
autorización, será reprimido con reclusión o prisión de CUATRO
(4) a DIEZ (10) años.

El que hiciere de la fabricación ilegal de armas de fuego una


actividad habitual será reprimido con reclusión o prisión de
CINCO (5) a DIEZ (10) años.

(4) Será reprimido con prisión de UN (1) año a SEIS (6) años el
que entregare un arma de fuego, por cualquier título, a quien no
acreditare su condición de legítimo usuario.

La pena será de TRES (3) años y SEIS (6) meses a DIEZ (10)
años de prisión si el arma fuera entregada a un menor de
DIECIOCHO (18) años.

Si el autor hiciere de la provisión ilegal de armas de fuego una


actividad habitual, la pena será de CUATRO (4) a QUINCE (15)
años de reclusión o prisión.

Si el culpable de cualquiera de las conductas contempladas en


los tres párrafos anteriores contare con autorización para la
venta de armas de fuego, se le impondrá, además, inhabilitación
especial absoluta y perpetua, y multa de DIEZ MIL PESOS ($10
000.-).
(5) Será reprimido con prisión de TRES (3) a OCHO (8) años e
inhabilitación especial por el doble del tiempo de la condena el
que, contando con la debida autorización legal para fabricar
armas, omitiere su número o grabado conforme a la normativa
vigente, o asignare a DOS (2) o más armas idénticos números o
grabados.

En la misma pena incurrirá el que adulterare o suprimiere el


número o el grabado de un arma de fuego.

(Artículo sustituido por art. 1° de la Ley N.° 25. 886 B.O.

5/5/2004.)21

[20] Art. 2, Ley 25886. Armas y Explosivos. (1999). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

https://bit.ly/2O8pA8F

[21] Art. 189 bis, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Delitos contra la seguridad de los medios de transporte y de


comunicación

I.a Exposición a peligro de medios de transporte acuático o aéreo.


Artículo 190. - Será reprimido con prisión de dos a ocho años, el
que a sabiendas ejecutare cualquier acto que ponga en peligro
la seguridad de una nave, construcción flotante o aeronave.

Si el hecho produjere naufragio, varamiento o desastre aéreo, la


pena será de seis a quince años de reclusión o prisión.

Si el hecho causare lesión a alguna persona, la pena será de seis


a quince años de reclusión o prisión, y si ocasionare la muerte,
de diez a veinticinco años de reclusión o prisión.

Las disposiciones precedentes se aplicarán, aunque la acción


recaiga sobre una cosa propia, si del hecho deriva peligro para la

seguridad común22.

 Este delito:

-    es imputable a título de dolo. Requiere que el autor obre a sabiendas de


que su acto pone en peligro la seguridad de alguno de los medios protegidos;

-    admite tentativa;

-    se consuma con la ejecución del acto peligroso.

[22] Art. 190, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
I.b Agravantes. 

Artículo 190: …Si el hecho produjere naufragio, varamiento o


desastre aéreo, la pena será de seis a quince años de reclusión
o prisión.

Si el hecho causare lesión a alguna persona, la pena será de seis


a quince años de reclusión o prisión, y si ocasionare la muerte,

de diez a veinticinco años de reclusión o prisión23.

[23] Art. 190, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

II.a Atentados ferroviarios.

Artículo 191. El que empleare cualquier medio para detener o


entorpecer la marcha de un tren o para hacerle descarrilar, será
reprimido:
1º Con prisión de seis meses a tres años, si no se produjere
descarrilamiento u otro accidente; 

2º Con prisión de dos a seis años, si se produjere


descarrilamiento u otro accidente;

3º Con reclusión o prisión de tres a diez años, si a consecuencia


del accidente, resultare lesionada alguna persona;

4º Con reclusión o prisión de diez a veinticinco años, si resultare

la muerte de alguna persona24.

Este delito:

-    es de peligro abstracto e instantáneo;

-    no admite tentativa;

-    se consuma con el hecho o la omisión del autor.

[24] Art. 191, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

II.b Agravantes 
Artículo 191: ….
2º Con prisión de dos a seis años, si se produjere
descarrilamiento u otro accidente;

3º Con reclusión o prisión de tres a diez años, si a consecuencia


del accidente, resultare lesionada alguna persona;

4º Con reclusión o prisión de diez a veinticinco años, si resultare

la muerte de alguna persona25.

Como se advierte, la escala penal se eleva por la mayor gravedad del efecto
causado por el hecho o la omisión del autor.

[25] Art. 191, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Interrupción de telégrafo o teléfono ferroviario.

Artículo 192. - Será reprimido con las penas establecidas en el


artículo anterior en sus casos respectivos, el que ejecutare
cualquier acto tendiente a interrumpir el funcionamiento de un

telégrafo o teléfono destinado al servicio de un ferrocarril26.

Este delito:
-    exige dolo específico;

-    es de peligro abstracto;

-    no admite tentativa;

-    se consuma con la ejecución del acto peligroso.

[26] Art. 192, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

IV. Atentado contra un tren o tranvía en marcha.


Artículo 193. “Será reprimido con prisión de un mes a un año, si el hecho no
importare un delito más severamente penado, el que arrojare cuerpos

contundentes o proyectiles contra un tren o tranvía en marcha”27.

Este delito:

-es imputable a título de dolo, el hecho requiere intención, no interesando el


móvil;

-es de peligro abstracto e instantáneo;

-admite tentativa;

-se consuma con el acto del agente.


[27] Art. 193, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

V.a Entorpecimiento de trasportes y servicios públicos.

Artículo 194. - El que, sin crear una situación de peligro común,


impidiere, estorbare o entorpeciere el normal funcionamiento de
los transportes por tierra, agua o aire o los servicios públicos de
comunicación, de provisión de agua, de electricidad o de
sustancias energéticas, será reprimido con prisión de tres

meses a dos años28.

La ubicación del delito dentro del título VII del libro II del Código Penal,
denominado “Delitos contra la seguridad de los medios de transporte y
comunicación” indica inequívocamente que el objeto de tutela de la norma en
análisis es la eficiencia del transporte o servicio público, su normal

cumplimiento y prestación29.

Para el caso del trasporte, esa tutela no apunta a la seguridad de los medios,
sino, antes bien, a la circulación normal de estos por las vías que
corresponda, y en el caso del servicio telefónico, el delito se comete cuando
por cualquier medio se interrumpe o se entorpece la comunicación,
afectando su normal prestación.
Este delito:

-    es imputable a título de dolo;

-    admite tentativa;

-    se consuma con el efectivo impedimento, estorbo o entorpecimiento.

[28] Art. 194, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[29] Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado

de https://bit.ly/3r9Yygv

V.b Entorpecimiento de trasportes e instalaciones con motivo u ocasión de


un espectáculo deportivo (Ley 2419230, incorporada a la Ley 2065531).
El artículo 9 de la Ley 24192, castiga con prisión de seis meses a tres años a
quien, “sin crear una situación de peligro común impidiere, estorbare o
entorpeciere el normal funcionamiento de los transportes e instalaciones

afectadas a los mismos, hacia o desde los estadios”32, con motivo u ocasión
de un espectáculo deportivo, antes, durante y después de él.

Esta es una figura especializada de la anteriormente descripta, en virtud de


las circunstancias de tiempo y lugar en que se producen las acciones
punibles.
[30] Ley 24192. Espectáculos Deportivos. (1993). Congreso de la Nación Argentina. Recuperada de

https://bit.ly/2YPRXL6

[31] Ley 20655. Ley del Deporte. (1974). Congreso de la Nación Argentina. Recuperada de https://bit.ly/3pVlqyX

[32] Art. 9, Ley 24192. Espectáculos Deportivos. (1993). Congreso de la Nación Argentina. Recuperada de

https://bit.ly/2YPRXL6

VI. Abandono de servicios de transportes.

Artículo 195. - Serán reprimidos con prisión de un mes a un año,


si el hecho no importare un delito más severamente penado, los
conductores, capitanes, pilotos, mecánicos y demás empleados
de un tren o de un buque, que abandonaren sus puestos durante
sus servicios respectivos antes de llegar a puerto o al término

del viaje ferroviario33.

Este delito:

-    es doloso;

-    es de peligro abstracto;

-    se consuma por el hecho del abandono del puesto;


-si por su transformación, el hecho importa un delito más severamente
penado, este delito, el de abandono de servicios de trasportes, queda
absorbido por el más grave.

[33] Art. 194, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv 

VII. Causación culposa de los accidentes previstos en el presente capítulo.

Artículo 196. - Será reprimido con prisión de seis meses a tres


años el que por imprudencia o negligencia o por impericia en su
arte o profesión o por inobservancia de los reglamentos u
ordenanzas, causare un descarrilamiento, naufragio u otro
accidente previsto en este capítulo.

Si del hecho resultare lesionada o muerta alguna persona, se

impondrá prisión de uno a cinco años34.

Como podemos ver, este artículo admite las cuatro formas de culpa previstas

en el Código Penal35. Para imputar los hechos descriptos a título de culpa,


deberá mediar una relación causal entre el hecho del autor y el
descarrilamiento, naufragio u otro accidente, el cual no es una conducta, sino
un suceso materialmente dañoso, por lo que no lo es cualquiera de los
hechos punibles en el capítulo II del título estudiado en esta unidad.

Corresponde aclarar que, además del descarrilamiento y naufragio


mencionados, lo son el varamiento, el desastre aéreo y el choque u otro
accidente ferroviario, aunque sus circunstancias no hagan de ellos un
desastre o no se ocasione un peligro de carácter común.

[34] Art. 196, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv 

[35] Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado

de https://bit.ly/3r9Yygv

VIII.a Interrupción o entorpecimiento de comunicaciones telegráficas o


telefónicas.

Artículo 197.  “Será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años, el
que interrumpiere o entorpeciere la comunicación telegráfica, telefónica o de
otra naturaleza o resistiere violentamente el restablecimiento de la

comunicación interrumpida”36.

Este delito:

-es imputable a título de dolo, incluso eventual;

-es material e instantáneo;


- requiere para su consumación, que la interrupción o el entorpecimiento se
produzca.

[36] Art. 197, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

VIII.b Resistencia violenta al restablecimiento de comunicaciones


telegráficas o telefónicas interrumpidas.
Artículo 197. – “Será reprimido con prisión de seis (6) meses a dos (2) años,
el que interrumpiere o entorpeciere la comunicación telegráfica, telefónica o
de otra naturaleza o resistiere violentamente el restablecimiento de la

comunicación interrumpida”37.

Este delito:

-    exige dolo específico;

-    es instantáneo;

-    no admite tentativa;

-     se consuma en el momento de ejercer resistencia con el propósito de


impedir el restablecimiento de las comunicaciones interrumpidas, aunque no
logre su objetivo.

[37] Art. 197, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
Piratería

Artículo 198. - Será reprimido con reclusión o prisión de tres a


quince años:

1º El que practicare en el mar o en ríos navegables, algún acto


de depredación o violencia contra un buque o contra personas o
cosas que en él se encuentren, sin estar autorizado por alguna
potencia beligerante o excediendo los límites de una
autorización legítimamente concedida;

2º El que practicare algún acto de depredación o violencia contra


una aeronave en vuelo o mientras realiza las operaciones
inmediatamente anteriores al vuelo, o contra personas o cosas
que en ellas se encuentren, sin estar autorizado por alguna
potencia beligerante o excediendo los límites de una
autorización legítimamente concedida;

3º El que, mediante violencia, intimidación o engaño, usurpare la


autoridad de un buque o aeronave, con el fin de apoderarse de él
o de disponer de las cosas o de las personas que lleva;
4º El que, en connivencia con piratas, les entregare un buque o
aeronave, su carga o lo que perteneciere a su pasaje o
tripulación;

5º El que, con amenazas o violencia, se opusiere a que el


comandante o la tripulación defiendan el buque o aeronave
atacado por piratas;

6º El que, por cuenta propia o ajena, equipare un buque o


aeronave destinados a la piratería;

7º El que, desde el territorio de la República, a sabiendas

traficare con piratas o les suministrare auxilio38.

La ubicación de la figura de piratería bajo el título de los delitos contra la


seguridad pública tiene en cuenta el bandolerismo en el mar y ríos y las
actividades accesorias, que significan un peligro general para las naves y las
personas.

[38] Art. 198, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Piratería propiamente dicha.


Inciso 1º:
El que practicare en el mar o en ríos navegables, algún acto de
depredación o violencia contra un buque o contra personas o
cosas que en él se encuentren, sin estar autorizado por alguna
potencia beligerante o excediendo los límites de una

autorización legítimamente concedida39.

El acto es pirático si se practica sin estar autorizado por alguna potencia


beligerante o excediéndose de los límites de una autorización legítimamente
concedida.

Depredación → acción de apoderamiento violento.

[39] Art. 198, inc. 1, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

I. Piratería aérea.

Inciso 2º: 

El que practicare algún acto de depredación o violencia contra


una aeronave en vuelo o mientras realiza las operaciones
inmediatamente anteriores al vuelo, o contra personas o cosas
que en ellas se encuentren, sin estar autorizado por alguna
potencia beligerante o excediendo los límites de una

autorización legítimamente concedida40.

 II. Piratería impropia.

Inciso 3º: “El que, mediante violencia, intimidación o engaño, usurpare la


autoridad de un buque o aeronave, con el fin de apoderarse de él o de

disponer de las cosas o de las personas que lleva”41.

La denominación de esta figura obedece a que, si bien el delito requiere de


un acto violento, intimidatorio o engañoso, usurpatorio de la autoridad del
buque o la aeronave, su tipo delictivo no exige los otros elementos de la
piratería propiamente dicha.

III.Connivencia con piratas.

Inciso 4º: “El que, en connivencia con piratas, les entregare un buque o

aeronave, su carga o lo que perteneciere a su pasaje o tripulación”42.

Autor del delito → la persona bajo cuyo gobierno y dirección se encuentra el


buque o la aeronave.

La connivencia existe no solo si el entregador y el pirata están confabulados,


sino también si el primero adopta una actitud pasiva, es decir, tolera, acepta
o deja obrar al pirata.
Este delito:

-    es dolo;

-    exige connivencia;

-    admite tentativa;

-    se consuma con la efectividad de la entrega.

[40] Art. 198, inc. 2, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[41] Art. 198, inc. 3, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[42] Art. 198, inc. 4, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

IV. Oposición a la defensa contra piratas.


Inciso 5º: “El que, con amenazas o violencia, se opusiere a que el
comandante o la tripulación defiendan el buque o aeronave atacado por

piratas”43.

Autor del delito → cualquier persona que, formando parte o no del personal
del buque o aeronave, estorba o trata de impedir su defensa por intimidación
o violencia.
El hecho descripto importa un verdadero acto de participación en el ataque
pirático.

Este delito:

-es doloso;

-puede cometerse desde la manifestación del ataque hasta su terminación;

-se consuma con la posición amenazante o violenta, aunque haya resultado


ineficaz.

[43] Art. 198, inc. 5, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

V. Equipo de buque o aeronave pirático.


Inciso 6º: “El que, por cuenta propia o ajena, equipare un buque o aeronave

destinados a la piratería”44.

[44] Art. 198, inc. 6, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

VI. Tráfico con piratas.


Inciso 7º: “El que, desde el territorio de la república, a sabiendas traficare con

piratas o les suministrare auxilio”45.


El tráfico comprende → no solo la acción del reducidor de los efectos de la
piratería, sino que abarca la venta de armas o de otros efectos a los piratas,
en forma regular o medida importante.

Suministra auxilio → el   que los   ayuda amparándolos o socorriéndolos,


personal o económicamente.

Este delito:

-exige dolo;

-para ser punibles deben realizarse desde lugares sometidos a la jurisdicción


de la nación;

-admite tentativa;

-se consuma con el tráfico o suministro;

-es de competencia federal.

[45] Art. 198, inc. 7, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

VII. Agravamiento de la piratería propiamente dicha.


Artículo 199. - Si los actos de violencia u hostilidad mencionados
en el artículo anterior, fueren seguidos de la muerte de alguna
persona que se encontrare en el buque o aeronave atacados, la

pena será de diez a veinticinco años de reclusión o prisión46.

 Se trata de una consecuencia preterintencional.

[46] Art. 199, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

C O NT I NU A R
Lección 3 de 5

Delitos contra la salud pública

La inclusión de estos delitos en el título de los delitos contra la seguridad


pública, obedece a que implican atentados contra el bienestar físico de las
personas, animales o vegetales, cuya ofensa se adecua, por su objeto y
modo, a la propia de los delitos contra la mencionada seguridad.

Bien jurídico protegido. Concepto de salud pública

Este punto se encuentra desarrollado en el acápite que se presenta a


continuación (18.3.2).

Antes de adentrarnos en los contenidos teóricos de la materia, vamos a


analizar un fallo perteneciente al Juzgado Federal de la ciudad de Córdoba,
con  fecha del 2010, en el que se verán implicadas varias figuras penales de

drogas, Ley 2373747, por lo que se invita a reflexionar en relación con los
hechos y las calificaciones legales que se definen en la presente lectura para
conocer cómo es en la práctica la persecución penal y, en su caso, la
responsabilidad analizada en una situación procesal concreta.

Y VISTOS: 
Los autos caratulados: “ACEVEDO, X y otros por infracción ley
23.737 [...], llegados a Despacho a los fines de resolver la
situación procesal de X  Acevedo, de nacionalidad argentina,
nacida en Córdoba Capital, de A, B, C y D.-

DE LOS QUE RESULTA: 

Que la presente causa se inicia con la promoción de acción


glosada a fs. 59/61 que dice: 

Hecho nominado primero: Desde fecha no determinada con


exactitud, pero anterior al día 20 de marzo de 2009, la Sra. X
Acevedo se habría dedicado a comercializar estupefacientes,
más precisamente picadura de marihuana y clorhidrato de
cocaína.

Para ello, se habría valido del domicilio sito en calle Morón N.°
2929 (intersección en Chascomús), de B.° José Hernández de
esta ciudad, lugar donde residiría la nombrada.

En ese marco, el día 11 de marzo de 2009, siendo las 20:05 h


aproximadamente, Lucas Alfredo Balducci, se habría trasladado
en bicicleta, acompañado por el Sr. Ezequiel Esteban Díaz, hasta
el domicilio de Benavides con la finalidad de adquirir picadura de
marihuana.

En la oportunidad, Balducci habría sido atendido por X Acevedo,


a quien le solicitó picadura de marihuana, por lo que el mismo le
habría entregado, a un precio no determinado hasta el
momento, un gramo (1 g) de una sustancia compatible con la
picadura de marihuana, dispuesta en un envoltorio de nylon.

Dichas circunstancias fueron advertidas por el Oficial Ayte de


Policía Fernando Damián Córdoba, quien se encontraba en las
inmediaciones de la vivienda aludida, por lo que procedió a dar
aviso, vía radial, al Agente Gastón Alejandro López, quien, siendo
las 20:10 h, aproximadamente, interceptó a Balducci, en la
intersección de las calles Matanza y Trenque Lauquen de B.°
José Hernández de esta ciudad, secuestrándole, desde el
bolsillo lateral derecho del pantalón que vestía, el elemento
descripto supra que el nombrado habría tenido en su poder
presumiblemente para su consumo personal.-

Hecho nominado segundo: En el marco descripto en el hecho


que antecede, el día 18 de marzo de 2009, momentos antes de
las 19:40 h, Rodrigo Rosso, se habría trasladado en bicicleta,
hasta el domicilio de Acevedo con la finalidad de adquirir
picadura de marihuana.
En la oportunidad, Rosso habría sido atendido por X Acevedo
quien le habría entregado, a un precio no determinado hasta el
momento, dos (2) cigarrillos de armado artesanal conteniendo
cada uno de ellos en su interior aproximadamente un (1) gramo
de picadura de marihuana.

Dichas circunstancias fueron advertidas por el Oficial Ayte. de


Policía Fernando Damián Córdoba, quien se encontraba en las
inmediaciones de la vivienda aludida, por lo que procedió a dar
aviso, vía radial, al Agente Javier Eduardo Talavera, quien,
siendo las 19:40 h aproximadamente, interceptó a Rosso, en la
calle Bragado a la altura de la numeración 2895 de B.° San Pablo
de esta ciudad, secuestrándole, desde el bolsillo delantero
izquierdo de la camisa que vestía, los elementos descriptos
supra que el nombrado habría tenido en su poder
presumiblemente para su consumo personal..- 

Hecho nominado tercero: En el marco descripto en el hecho


nominado primero, el día 20 de marzo de 2009, siendo las 19:50
h aproximadamente, Walter Fabián Cachizumba, se habría
apersonado, en el domicilio de Acevedo, acompañado por Carlos
Ezequiel Di Dio, con la finalidad de adquirir picadura de
marihuana.

En la oportunidad, Cachizumba habría sido atendido por


X  Acevedo quien le habría entregado, a un precio no
determinado hasta el momento, un (1) cigarrillo de armado
artesanal conteniendo aproximadamente un (1) gramo de
picadura de marihuana.

Dichas circunstancias fueron advertidas por el Oficial Ayte. de


Policía Fernando Damián Córdoba, quien se encontraba en las
inmediaciones de la vivienda aludida, por lo que procedió a dar
aviso, vía radial, al Agente Javier Eduardo Talavera, quien,
siendo las 20:15 h aproximadamente, interceptó a Cachizumba,
en la intersección de las calles Tosno y Bragado de B.°
Residencial San Carlos de esta ciudad, secuestrándole, desde el
interior de la zapatilla que portaba en su pie derecho, el
elemento descripto supra que el nombrado habría tenido en su
poder presumiblemente para su consumo personal.

Hecho nominado cuarto: En el marco descripto en el hecho


nominado primero, el día 20 de marzo de 2009, siendo las 19:50
h aproximadamente, Carlos Ezequiel Di Dio se habría
apersonado, en el domicilio de Acevedo, acompañado por
Walter Fabián Cachizumba, con la finalidad de adquirir
clorhidrato de cocaína y picadura de marihuana.

En la oportunidad, Di Dio habría sido atendido por X Acevedo


quien le habría entregado, a un precio no determinado hasta el
momento, dos gramos (2 g) de clorhidrato de cocaína dispuesto
en un envoltorio de nylon y tres (3) cigarrillos de armado
artesanal conteniendo en su interior picadura de marihuana en
un peso no determinado hasta el momento.

Dichas circunstancias fueron advertidas por el Oficial Ayte. de


Policía Fernando Damián Córdoba, quien se encontraba en las
inmediaciones de la vivienda aludida, por lo que procedió a dar
aviso, vía radial, al Agente Javier Eduardo Talavera, quien,
siendo las 20:15 h aproximadamente, interceptó a Di Dio, en la
intersección de las calles Tosno y Bragado de B.° Residencial
San Carlos de esta ciudad, secuestrándole, desde el bolsillo
trasero izquierdo del pantalón que vestía, el clorhidrato de
cocaína y desde el interior de la media que vestía en el pie
derecho la picadura de marihuana, elementos que el nombrado
habría tenido en su poder presumiblemente para su consumo
personal.-

Hecho nominado quinto: En el marco descripto en el hecho


denominado primero, el día 20 de marzo de 2009, siendo las
20:20 h aproximadamente, en la vivienda sita en calle Morón N.°
2929 (intersección con Chascomús), de B.° José Hernández de
esta ciudad, lugar donde residiría X Acevedo, la nombrada habría
tenido en su poder con fines de comercialización:

1- Entre las prendas que vestía la nombrada, dos (2) cigarrillos


de armado artesanal conteniendo en su interior picadura de
marihuana en un peso aproximado al gramo (1 g) cada uno de
ellos.

2- Entre los colchones ubicados en una de las habitaciones de la


vivienda, veintidós (22) cigarrillos de armado artesanal
conteniendo en su interior una sustancia compatible con la
picadura de marihuana en un peso aproximado al gramo (1 g)
cada uno de ellos.

3- En una de las habitaciones de la vivienda, veintidós gramos


(22 g) de clorhidrato de cocaína, sustancia que habría sido
arrojada por la nombrada al percatarse del procedimiento
policial.

4- En el interior de un frasco de plástico que se encontraba en el


marco de la ventana de la habitación descripta supra, nueve (9)
envoltorios de nylon conteniendo en su interior clorhidrato de
cocaína en un peso aproximado a los dos gramos (2g) cada uno
de ellos.

5- En el interior de la heladera que se encontraba en la


habitación descripta supra, treinta y un (31) cigarrillos de
confección artesanal conteniendo en su interior picadura de
marihuana en un peso aproximado al gramo (1 g) cada uno de
ellos.
6- En la mesa ubicada en el comedor de la vivienda, once (11)
envoltorios de nylon conteniendo en su interior clorhidrato de
cocaína en un peso aproximado a los dos gramos (2 g) cada uno
de ellos.

7- Asimismo, la nombrada habría tenido en su poder, en una


repisa ubicada en la habitación aludida supra, un rallador con
restos de una sustancia compatible con el clorhidrato de
cocaína, una balanza color negro con la inscripción EC 301 5
kg/ig, en la cocina comedor de la vivienda aludida, en el interior
de un envoltorio de nylon, dos cajas de papel para armar
cigarrillo, marca Ombu, elementos destinados a fraccionar el
material estupefaciente y prepararlo para su venta.

Dichas circunstancias fueron advertidas por el Oficial Ayte. de


Policía Fernando Damián Córdoba, quien, munido de la
correspondiente orden judicial de allanamiento emanada por el
Juzgado Federal N.° 1, procedió al registro del inmueble y
posterior secuestro de elementos descriptos supra, todo ello en
presencia de los testigos el Sr. Manuel Alberto Crespo y Patricia
Elvira Brunz. 

Que el Sr. Procurador Fiscal encuadro al accionar descripto en el


hecho nominado como Primero en la figura penal de
Comercialización de Estupefacientes  imputable a X Acevedo
(art. 5, inc. “c” de la Ley 23.737), en carácter de autora (art. 45
del C.P.); y con relación a Lucas Alfredo Balduci en la figura
penal de Tenencia de Estupefacientes para Consumo
Personal  (art. 14, 2do. párrafo de la ley 23.737) imputable al
nombrado en carácter de autor (art. 45 del CP).

- hecho nominado como Segundo encuadra en la figura penal de


Comercialización de Estupefacientes (art. 5, inc. “c” de la ley
23.737), imputable a X Acevedo en carácter de autora (art. 45
del C.P.), y respecto a Rodrigo Rosso en la figura penal de
Tenencia de Estupefacientes para Consumo Personal (art. 14,
2do. párr. de la ley 23.737) en carácter de autor (art. 45 del C.P.);

- hecho nominado como Tercero encuadra en la figura penal de


Comercialización de Estupefacientes (art. 5, inc. “c” de la ley
23.737), imputable a X Acevedo en carácter de autora (art. 45
del C.P.), y con respecto a Walter Fabián Cachizumba en la figura
penal de Tenencia de Estupefacientes para Consumo Personal
(art. 14, 2do. párr. de la ley 23.737) en carácter de autor (art. 45
del C.P.);

- hecho descripto como Cuarto encuadra en la figura penal de


Comercialización de Estupefacientes (art. 5, inc. “c” y art. 11 inc.
“a” de la ley 23.737) imputable a X Acevedo en carácter de
autora (art. 45 del C.P.), y respecto a Caros Ezequiel Di Dio en la
figura penal de Tenencia de Estupefacientes para Consumo
Personal (art. 14, 2do. párr. de la ley 23.737) en carácter de
autor (art. 45 del C.P.);

- hecho descripto como Quinto encuadra en la figura penal de


Tenencia de Estupefacientes con Fines de Comercialización
(art. 5 inc. “c” de la ley 23.737) imputable a X Acevedo en
carácter de autora (art. 45 del C.P.).

Y CONSIDERANDO:

Que declarada la competencia del Tribunal (fs. 62), se llama a


prestar declaración indagatoria a los encartados. De esta
manera, X Acevedo (fs.64), dijo: “Que se abstiene de declarar
(...)”.

Que por su parte Luis Alfredo Balducci, (ver fs. 74) manifestó al
momento de ejercer su defensa material que: “niega el hecho y
se abstiene de seguir declarando y presta conformidad para la
realización de la pericia prevista en el art. 18 de la Ley 23.737”.

Que de igual modo Carlos Ezequiel Di Dio (fs. 76), Walter Fabián
Cachizumba (fs. 78), Rodrigo Rosso Cid (fs. 85), al momento de
ejercer su defensa material, negaron el hecho y se abstuvieron
de declarar y prestaron su consentimiento para el art. 18 de la
Ley 23.737. 
Que el material probatorio hasta ahora colectado, se compone
de los siguientes elementos de juicio:

1)- INSTRUMENTAL / DOCUMENTAL: Constituida por las actas


de secuestro glosadas a fs. 17/vta., fs.21/22/vta., fs. 28/29/vta.,
fs. 33/37/vta., fs.99/vta., fs. 118/vta., planillas prontuariales de
los acusados fs. 46/vta. y 47/vta.. - 2) – TESTIMONIAL: Oficial
Ayte. Fernando Damián Córdoba (fs. 1/vta., 3/4/vta., 18/vta.,
19/vta., 23/vta., 31/32/vta., 149/151 y vta.); Agente Gastón
Alejandro López (fs. 16/vta., fs. 116/vta.); Cabo Primero Javier
Talavera (fs. 21/vta., 27/vta., 97/vta., 38/vta., 64/vta., 147/vta.);
Sergio Alberto Heredia (fs.53/vta., 95/vta.); Patricia Evangelina
Brunz (fs. 67/vta., 94/vta.), Ezequiel Gonzalo Sánchez (fs.
68/vta.), Manuel Alberto Crespo (fs. 135/vta.), Gustavo Alberto
Sagalá (fs. 107/vta.), Morfini Jorge Pedro (fs. 127/vta.), Juan
Cruz Oliva (fs. 128/vta.),.- 3)- PERICIAL: Informe producido por 3)
Pericial: Pericia química practicada sobre la sustancia
secuestrada en los presentes autos, llevada a cabo por el
Subalferez Héctor Javier Flores Ríos de Gendarmería Nacional
(fs. 146/147vta.) y por la la Química Mónica Livia Irene Galarraga
(ver fs. 155/162). 4)- CUERPO DEL DELITO: Constituido por las
sustancias estupefacientes y demás elementos secuestrados
reservados en Secretaría.

 [47] Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q


Análisis de los hechos: 

Hecho nominado primero: (situación procesal de X Acevedo y de Lucas


Alfredo Balducci).-

Al respecto corresponde señalar que las presentes actuaciones


se iniciaron con una llamada en forma anónima y vía telefónica
que desencadenó en una investigación practicada por el Of.
Ayudante Fernando Damián Córdoba (fs. 149/151 y vta.),
adscripto a la Dirección Drogas Peligrosas de la Policía de esta
Provincia de Córdoba, quien manifiesta que el día 11 de marzo
de 2009, en la cual una mujer manifestó que en calle Morón N.°
2929 esquina Chascomús de B.° José Hernández, Alejandra
Costa estaba dedicándose a la venta de sustancias
estupefacientes. 

  Que ese mismo día, el declarante se constituyó en el lugar,


observando que se trataba de una vivienda, sin numeración
visible, que en la mitad de su fachada contenía una verja de
ladrillos, la otra mitad un tejido metálico y que se producían
movimiento que no hicieron más que confirmar lo manifestado
por la denunciante. 

  Que de las investigaciones realizadas el comisionado pudo


comprobar que la denunciada Alejandra Costa, era en realidad
María del Valle Acevedo.
  Que luego, siendo las 19:40 horas del mismo día, Córdoba,
observó una persona de sexo masculino, a bordo de una
bicicleta color verde acompañada de otro sujeto, el primero de
ellos ingresa a la puerta principal, siendo atendido por la
investigada, que realiza con el nombrado un intercambio de
dinero por elementos, de las comúnmente denominadas
“transas” para luego retirarse del lugar. Que transmitió esta
novedad, al Agente Gastón López para que los controlara, quien
luego informa, que había interceptado a las personas en
cuestión, en intersección de calles Matanza y Trenque Lauquen
secuestrándole a una de ellas, un (1) envoltorio de nylon
conteniendo picadura de marihuana en un peso aproximado al
gramo (1 g).                                   

 Que luego el Oficial Damián Córdoba se hizo presente donde se


realizaba el control comprobando que era la misma persona que
había visto anteriormente, quien se trataba de Lucas Alfredo
Balducci.

 Que por su parte el Agente Gastón Alejandro López (ver fs. 116
y vta.), manifestó que a los 11 días del mes de marzo del año
dos mil nueve, siendo alrededor de las 20:10 h, constituido en
calles Matanza y Trenque Lauquen, procede al control de dos
personas de sexo masculino, en presencia de los testigos de ley.
Que luego se le secuestró a una de ellas, desde el bolsillo
derecho del pantalón que vestía un (1) envoltorio de nylon
conteniendo picadura de marihuana en un peso aproximado al
gramo (1 g). 

                                                          Cabe agregar que el procedimiento


policial referido se encuentra avalado por las declaraciones y
rúbricas de los testigos civiles, que ratifican en un todas las
actuaciones policiales, siendo conteste en las circunstancias de
tiempo, lugar, modo y persona en que ocurrieron los hechos. Así
ocurre con los dichos vertidos por la Sr. Jorge Pedro Morfini (ver
fs. 127/vta.) que manifestó: “con fecha 11 de marzo de 2009,
siendo alrededor de las 19:45 h, caminaba hacia su domicilio por
calle Trenque Lauquen, momento en el cual es entrevistado por
personal policial, que le solicitó su colaboración en un
procedimiento que se estaba realizando a unas cuadras del
lugar, a lo que accedió. Luego, el dicente observó que dicho
personal estaba controlando a dos personas de sexo masculino,
a quienes se le realizó una requisa personal siempre respetando
el pudor de las personas, secuestrando desde el bolsillo derecho
del pantalón que vestía un (1) envoltorio de nylon conteniendo
picadura de marihuana en un peso aproximado al gramo (1 g)
(...)”. 

                                    Que en efecto, mediante la acumulación a la


presente del sumario prevencional N.° 184/09 de la Dirección
Drogas Peligrosas División Toxicómanas de la Policía de la
Provincia de Córdoba, se pudo corroborar el secuestro de la
sustancia compatible con la marihuana en cuestión, todo ello se
encuentra plenamente probado mediante la correspondiente
acta de secuestro labrada en su oportunidad (ver fs. 118/vta), la
que habiendo sido confeccionadas en legal forma por
funcionario idóneo en ejercicio de su función específica, de
conformidad con formalidades exigidas por los art. 138 y 139 del
Código Procesal Penal, goza de plena fuerza probatoria “erga
omnes”, al no estar enervada por pruebas independientes.

                                                          Que, en cuanto a la calidad del


estupefaciente incautado, a fs. 146/147/vta., obra informe
pericial llevado a cabo por el Auxiliar Alferez Héctor Javier Flores
Ríos de la Policía Científica de la Región III “Córdoba” de
Gendarmería Nacional, del que surge que dicha sustancia se
corresponde a Cannabis Sativa (marihuana), siendo su peso
neto 0,59 gramos, su concentración porcentual de 1,12
Tetrahidrocannabinoles y su capacidad toxicomanigena es de
6,61 dosis umbrales.

                                                          Que corresponde señalar que la


situación procesal del imputado Lucas Alfredo Balducci, será
tratada más adelante en virtud de la declaración de
inconstitucionalidad de la conducta delictiva endilgada al
causante. 
                                                          Que en virtud de lo expuesto,
encuentro reunidos los elementos probatorios suficientes para
considerar con el grado de probabilidad exigido en esta etapa
del proceso, tanto la existencia del hecho intimado como
asimismo la participación responsable que le cabe a la
encartada, por lo que corresponde calificar la conducta que se le
atribuye a la inculpada X Acevedo, respecto al hecho bajo
análisis como supuesta autora del delito de Comercialización de
Estupefacientes, (art. 5 inc. “c” de la Ley 23.737) en carácter de
autora (art. 45 del C.P.), y, en consecuencia, dictar su
procesamiento y convertir en prisión preventiva la detención que
viene sufriendo la nombrada (art. 306 y 312 inc. 1° del C.P.P.N.),
manteniendo el beneficio de la prisión domiciliaria
oportunamente otorgada en los términos del art. 314 de la Ley
Adjetiva.

Hecho nominado segundo: (situación procesal de X Acevedo y de Rodrigo


Rosso).

Que, de igual manera, y en el marco de la investigación


practicada por el Of. Ayudante Fernando Damián Córdoba (fs.
149/151 y vta.), declara que siendo el día 18 de marzo del
corriente año, el dicente se constituye en el domicilio de la
investigada María Alejandra del Valle Acevedo, que observa
arribar un sujeto masculino a bordo de una bicicleta color
morado, de contextura física delgada, quien es atendido por la
investigada y luego de entrevistarse con él investigado realizan
un intercambio de dinero por objetos de las comúnmente
denominadas “transas” para luego retirarse del lugar. Que tal
situación es informada vía radial al Oficial Talavera que se
encontraba colaborando en las inmediaciones, para que
procediera al control de dicha persona, siendo interceptado en
calle Bragado 2895, secuestrándole ante la presencia de los
testigos de ley, dos (2) cigarrillos de los denominados “porros” en
un peso aproximado al gramo cada uno (1 g). 

Que el deponente se retiró del lugar y se dirigió al lugar donde se


habría detenido a los mencionados sujetos, a los fines de
identificarlos, pudiendo constatar que efectivamente se
trataban de las mismas personas que habría estado en la puerta
el domicilio sospechado.

Que por su parte el Cabo 1° Javier Eduardo Talavera (ver fs. 97 y


vta.) manifestó: “que el día 18 de marzo del año dos mil nueve,
siendo las 19:40 h, constituido en calle Bragado N.° 2.895, vía
pública de B.° San Pablo, procedió al control de una persona de
sexo masculino, el que lo hacía por dicha vía, a bordo de una
bicicleta color violeta. Que luego de hacerle detener la marcha,
el dicente le realizó un palpado preventivo de armas con
resultado negativo, y ante la presencia de los testigos de ley
procedió a requisarlo, secuestrándole desde el bolsillo izquierdo
de la camisa que vestía, dos (2) cigarrillos de confección
artesanal de los denominados “porros de marihuana” en un peso
aproximados al gramo cada uno de ellos (1 g)”.

Que a fs. 107/vta obra declaración testimonial en sede policial


del Sr. Gustavo Alberto Sagalá, quién dijo: “(...) que 18 de marzo
de 2009, siendo alrededor de las 20:00 h, en momentos en que
el declarante salía de su domicilio, fue entrevistado por personal
policial civil que se identificó mediante credencial
correspondiente y le manifestó que iba a oficiar como testigo de
un procedimiento. Acto seguido, y en presencia de testigos, el
personal policial procedió a requisar a una persona, de sexo
masculino, que se conducía en una bicicleta color violeta, a
quien le secuestraron del interior del bolsillo de la camisa que
vestía, dos cigarrillos de armado artesanal, de una sustancia
verde amarronada compatible con la picadura de marihuana en
un peso aproximado al gramo cada uno de ellos (1 g).

Que en efecto, mediante la acumulación a la presente del


sumario prevencional N.° 205/09 de la Dirección Drogas
Peligrosas División Toxicómanas de la Policía de la Provincia de
Córdoba, se pudo corroborar el secuestro de los cigarrillos en
cuestión, todo ello se encuentra plenamente probado mediante
las correspondientes actas de secuestro labradas en su
oportunidad (ver fs. 99/vta.), las que habiendo sido
confeccionadas en legal forma por funcionario idóneo en
ejercicio de su función específica, de conformidad con
formalidades exigidas por los art. 138 y 139 del Código Procesal
Penal, goza de plena fuerza probatoria “erga omnes”, al no estar
enervada por pruebas independientes.

En cuanto a la calidad de estupefaciente del material incautado


en el domicilio en cuestión, la pericia realizada por la Química
Mónica Galarraga (ver fs. 155/162), establece que en las
muestras N.° 73 y 74 corresponde a plantas de la especie
vegetal Cannabis Sativa (n.v. marihuana) en el que se comprobó
la presencia de tetrahidrocannabilones, principios activos de la
capacidad psicotóxica y alucinógena, de dicho material, en un
peso total de cero coma ochenta y cinco gramos (0,85 g).

 Que corresponde señalar que la situación procesal del imputado


Rodrigo Rosso, será tratada más adelante en virtud de la
declaración de inconstitucionalidad de la conducta delictiva
endilgada al causante. 

Que en virtud de lo expuesto, encuentro reunidos los elementos


probatorios suficientes para considerar con el grado de
probabilidad exigido en esta etapa del proceso, tanto la
existencia del hecho intimado como, asimismo, la participación
responsable que le cabe al encartado, por lo que corresponde
calificar la conducta que se le atribuye a la inculpada X Acevedo,
respecto al hecho bajo análisis como supuesta autora del delito
de Comercialización de Estupefacientes, (art. 5 inc. “c” de la Ley
23.737), (art. 45 del C.P.), y en consecuencia dictar su
procesamiento y convertir en prisión preventiva la detención que
viene sufriendo la nombrada (art. 306 y 312 inc. 1° del C.P.P.N.),
manteniendo el beneficio de la prisión domiciliaria
oportunamente otorgada en los términos del art. 314 de la Ley
Adjetiva.

Hecho nominado tercero: (situación procesal de X Acevedo y Walter Fabián


Cachizumba).
Que, de igual manera, y en el marco de la investigación
practicada el Of. Ayudante Fernando Damián Córdoba (fs.
149/151 y vta.) declara que el día 20 de marzo del año dos mil
nueve, siendo aproximadamente las 19:50 h, instala una
vigilancia en el lugar investigado, observando dos personas de
sexo masculino, quienes se entrevistaron con la investigada
Acevedo y tras un breve diálogo, realiza un intercambio de
objetos comúnmente denominado “transa”, luego se retiran del
lugar. Que tal situación es informada vía radial al Cabo Primero
Javier Talavera que se encontraba colaborando en las
inmediaciones, para que procediera al control de dichas
personas, siendo interceptados los mismos por el nombrado
arrojando este control resultado positivo al secuestro de
estupefacientes. 

Que el deponente se retiró del lugar y se dirigió a las calles


Tosno y Bragado, lugar este donde se habría detenido a los
mencionados sujetos, a los fines de identificarlos, pudiendo
constatar que efectivamente se trataba de las mismas personas
que habrían estado en el lugar sospechado, secuestrándosele a
Walter Fabián Cachizumba, un cigarrillo de confección artesanal
de los comúnmente denominados porros de marihuana en un
peso estimado de un gramo (1 g).

Que por su parte el Cabo Primero Javier Talavera (ver fs. 27 y


vta.) manifestó: “el día 20 de marzo del año dos mil nueve,
siendo las 20:15 h, procedió al control en calle Tosno y Bragado
de B.° Residencial San Carlos, dos personas de sexo masculino
vistiendo una de ellas gorra beige, buzo blanco y jeans azul y la
otra gorra marrón y remera negra. Que luego, ante los testigos
de ley se les realizó un palpado de armas con resultado negativo
y se le secuestró a una de ellas, identificada como Walter Fabián
Cachizumba, desde la zapatilla derecha que calzaba, un
cigarrillo de confección artesanal de los comúnmente
denominados porros de marihuana en un peso estimado de un
gramo (1 g).

Que a fs. 95/vta obra declaración testimonial en sede policial del


Sr. Sergio Alberto Heredia, quién dijo: “(...) que, a los 20 días del
mes de marzo del año 2009, a las 20:30 h aproximadamente, se
dirigía por la plaza de B.° San Pablo, cuando fue entrevistado por
personal policial uniformado que le solicitó su colaboración para
oficiar como testigo de un procedimiento que se estaba llevando
a cabo a metros del lugar. Accede a tal solicitud y en el lugar
procedieron al control de dos personas de sexo masculino,
pudiendo observar que el personal policial le realiza un palpado
de armas preventivo con resultado negativo, y proceden a la
requisa de los mismos, de los cuales a uno de ellos se le
secuestra desde la zapatilla derecha que vestía, un cigarrillo
artesanal que contenía en su interior una sustancia vegetal
compatible con la picadura de marihuana. (...)”.

Que en efecto, mediante la acumulación a la presente del


sumario prevencional N.° 183/09 de la Dirección Drogas
Peligrosas División Toxicómanas de la Policía de la Provincia de
Córdoba, se pudo corroborar el secuestro de los cigarrillos en
cuestión, todo ello se encuentra probado mediante la
correspondiente acta de secuestro labrada en su oportunidad
(ver fs. 28 y vta), las que habiendo sido confeccionadas en legal
forma por funcionario idóneo en ejercicio de su función
específica, de conformidad con formalidades exigidas por los
art. 138 y 139 del Código Procesal Penal, goza de plena fuerza
probatoria “erga omnes”, al no estar enervada por pruebas
independientes.

En cuanto a la calidad de estupefaciente del material incautado


en el domicilio en cuestión, la pericia realizada por la Química
Mónica Galarraga (ver fs. 155/162), establece que: en la
muestra N.° 75 corresponde a plantas de la especie vegetal
Cannabis Sativa (n.v. marihuana) en el que se comprobó la
presencia de tetrahidrocannabilones, principios activos de la
capacidad psicotóxica y alucinógena, de dicho material, en un
peso total de cero coma cincuenta gramos (0,50 g).

Que corresponde señalar que la situación procesal del imputado


Walter Fabián Cachizumba, será tratada más adelante en virtud
de la declaración de inconstitucionalidad de la conducta delictiva
endilgada al causante. 

Es entonces que en virtud de lo expuesto, encuentro reunidos


los elementos probatorios suficientes para considerar con el
grado de probatoria exigido en esta etapa del proceso, tanto la
existencia del hecho intimado como asimismo la participación
responsable que le cabe al encartado, por lo que corresponde
calificar la conducta que se le atribuye a la inculpada X Acevedo,
respecto al hecho bajo análisis como supuesta autora del delito
de Comercialización de Estupefacientes, (art. 5 inc. “c” de la Ley
23.737), (art. 45 del C.P.), y en consecuencia dictar su
procesamiento y convertir en prisión preventiva la detención que
viene sufriendo la nombrada (art. 306 y 312 inc. 1° del C.P.P.N.),
manteniendo el beneficio de la prisión domiciliaria
oportunamente otorgada en los términos del art. 314 de la Ley
Adjetiva.
Hecho nominado cuarto: (situación procesal de X Acevedo y de Carlos
Ezequiel Di Dio). 
Que, de igual manera, y en el marco de la investigación
practicada el Of. Ayudante Fernando Damián Córdoba (fs.
149/151 y vta.) declara que el día 20 de marzo del año dos mil
nueve, siendo aproximadamente las 19:50 h, instala una
vigilancia en el lugar investigado, observando dos personas de
sexo masculino, quienes se entrevistaron con la investigada
Acevedo y tras un breve diálogo, realiza un intercambio de
objetos comúnmente denominado “transa”, luego se retiran del
lugar. Que tal situación es informada vía radial al Cabo Primero
Javier Talavera que se encontraba colaborando en las
inmediaciones, para que procediera al control de dichas
personas, siendo interceptados los mismos por el nombrado
arrojando este control resultado positivo al secuestro de
estupefacientes. 

Que el deponente se retiró del lugar y se dirigió a las calles


Tosno y Bragado, lugar este donde se habría detenido a los
mencionados sujetos, a los fines de identificarlos, pudiendo
constatar que efectivamente se trataba de las mismas personas
que habrían estado en el lugar sospechado, secuestrándosele a
Carlos Ezequiel Di Dio tres (3) cigarrillos artesanales que
contenían en su interior una sustancia vegetal compatible con la
picadura de marihuana y en el interior del bolsillo izquierdo del
pantalón que vestía, un (1) envoltorio de nylon blanco,
termosellado en un extremo, con una sustancia blanca
pulverulenta compatible con el clorhidrato de cocaína, dando
resultado positivo al test Mayer.

Que por su parte el Cabo Primero Javier Talavera (ver fs. 27 y


vta.) manifestó: “el día 20 de marzo del año dos mil nueve,
siendo las 20:15 h, procedió al control en calle Tosno y Bragado
de B.° Residencial San Carlos, dos personas de sexo masculino
vistiendo una de ellas gorra beige, buzo blanco y jeans azul y la
otra gorra marrón y remera negra. Que luego, ante los testigos
de ley se les realizó un palpado de armas con resultado negativo
y se le secuestró a una de ellas, identificada como Carlos
Ezequiel Di Dio, tres (3) cigarrillos artesanales que contenían en
su interior una sustancia vegetal compatible con la picadura de
marihuana y una sustancia blanca pulverulenta compatible con
el clorhidrato de cocaína, dando resultado positivo al test Mayer,
en un peso aproximado a los dos gramos (2 g)”.

Que a fs. 95/vta obra declaración testimonial en sede policial del


Sr. Sergio Alberto Heredia, quién dijo: “(...) que a los 20 días del
mes de marzo del año 2009, a las 20:30 h aproximadamente, se
dirigía por la plaza de B.° San Pablo, cuando fue entrevistado por
personal policial uniformado que le solicitó su colaboración para
oficiar como testigo de un procedimiento que se estaba llevando
a cabo a metros del lugar, accede a tal solicitud y en el lugar
procedieron al control de dos personas de sexo masculino,
pudiendo observar que el personal policial le realiza un palpado
de armas preventivo con resultado negativo, y proceden a la
requisa de los mismos, encontrando en su gorra tres (3)
cigarrillos artesanales que contenían en su interior una
sustancia vegetal compatible con la picadura de marihuana, y
desde el interior de la ropa que vestía, un envoltorio de nylon
transparente termosellado en uno de sus extremos conteniendo
una sustancia de color blanca pulverulenta compatible con la
cocaína. Luego se toma una pequeña muestra de uno de ellos,
que es sometido a la prueba orientativa de “Mayer”. (...)”.

Que en efecto, mediante la acumulación a la presente del


sumario prevencional N.° 183/09 de la Dirección Drogas
Peligrosas División Toxicómanas de la Policía de la Provincia de
Córdoba, se pudo corroborar el secuestro de los cigarrillos en
cuestión, todo ello se encuentra plenamente probado mediante
las correspondientes actas de secuestro labradas en su
oportunidad (ver fs. 28/vta.), las que habiendo sido
confeccionadas en legal forma por funcionario idóneo en
ejercicio de su función específica, de conformidad con
formalidades exigidas por los art. 138 y 139 del Código Procesal
Penal, goza de plena fuerza probatoria “erga omnes”, al no estar
enervada por pruebas independientes.

En cuanto a la calidad de estupefaciente del material incautado


en el domicilio en cuestión, la pericia realizada por la Química
Mónica Galarraga (ver fs. 155/162), establece que en la muestra
N.° 76 corresponde a mezcla de cocaína, dipirona, benzocaina,
lidocaina, cloruros, carbonato, sustancias reductoras y almidón,
en un peso total de uno coma sesenta gramos (1,60 g) y las
muestras N.° 77 a 79 corresponde a plantas de la especie
vegetal Cannabis Sativa (n.v. marihuana) en el que se comprobó
la presencia de tetrahidrocannabilones, principios activos de la
capacidad psicotóxica y alucinógena, de dicho material, en un
peso total de uno coma sesenta gramos ( 1,60 g).

Que corresponde señalar que la situación procesal del imputado


Carlos Ezequiel Di Dio, será tratada más adelante en virtud de la
declaración de inconstitucionalidad de la conducta delictiva
endilgada al causante. 

Que en virtud de lo expuesto, encuentro reunidos los elementos


probatorios suficientes para considerar con el grado de
probabilidad exigido en esta etapa del proceso, tanto la
existencia del hecho intimado como asimismo la participación
responsable que le cabe a la encartada, por lo que corresponde
calificar la conducta que se le atribuye a la inculpada X Acevedo,
respecto al hecho bajo análisis como supuesta autora del delito
de Comercialización de Estupefaciente, (art. 5 inc. “c” de la Ley
23.737), (art. 45 del C.P.), y en consecuencia dictar su
procesamiento y convertir en prisión preventiva la detención que
viene sufriendo la nombrada (art. 306 y 312 inc. 1° del C.P.P.N.),
manteniendo el beneficio de la prisión domiciliaria
oportunamente otorgada en los términos del art. 314 de la Ley
Adjetiva.

Hecho nominado quinto: (situación procesal de X Acevedo).

Que en relación al allanamiento practicado en la vivienda


ubicada en calle Morón esquina Chascomús de B.° José
Hernández, de esta ciudad de Córdoba, declara el Of. Ayudante
Fernando Damián Córdoba (fs. 149/151 y vta.) –a cargo del
procedimiento-, que el día 20 de marzo del año dos mil nueve,
habiendo obtenido previamente el correspondiente oficio judicial
de allanamiento, librado por el Juzgado Federal N.° 1, decide dar
cumplimiento al mismo, solicitando vía radial, la colaboración del
resto del personal de su brigada, que se encontraban junto con
el grupo Eter, a cargo del Oficial Principal Ayala. 

Que así las cosas y siendo las 20:20 h de ese mismo día, se
procedió a ingresar a la vivienda, contando con la colaboración
de los testigos civiles para el acto, usando la fuerza pública
sobre la puerta de madera que se encontraba cerrada. Una vez
adentro encontraron a una persona de sexo femenino, siendo
reconocida por el declarante como la investigada, otra persona
de sexo masculino mayor de edad y dos menores de sexo
femenino, al momento de ingresar se observó a la mujer
dirigirse hacia una de las habitaciones tomando un plato que se
encontraba en la misma con una sustancia blanca y arrojándolo
por la ventana quedando restos en su mano y en el jardín. 

Que luego de leer el acta ante los testigos se identificó la mujer


como María Alejandra del Valle Acevedo, al masculino como
Amado Arsenio Maldonado y a los menores como Rita Anahí
Macarena Márquez y Brisa Belén Acevedo, procediendo luego a
la requisa de las mismas, secuestrando en poder de Acevedo,
dos (2) cigarrillos de confección artesanal de los denominados
“porros” conteniendo en su interior una sustancia compatible
con la marihuana en un peso aproximado al gramo (1g) cada
uno de ellos. Que, al momento de realizarle la requisa a la
nombrada, esta extrajo de sus ropas varios cigarrillos de
características similares a los anteriores, colocándolos en medio
de dos colchones, secuestrándole de los mismos veintidós (22)
cigarrillos, de similares características, peso y medida, de los
denominados “porros” junto con dinero. 

Que continuando con el procedimiento se secuestró la sustancia


blanca derramada por la nombrada, siendo su peso de veintidós
gramos (22 g) y dando positivo al reactivo Mayer al clorhidrato
de cocaína. Que desde el marco de la ventana se procedió al
secuestro de un frasco de plástico transparente conteniendo en
su interior nueve (9) bolsitas de nylon de color blanco,
termoselladas y de características homogéneas, conteniendo en
su interior una sustancia pulverulenta de color blanco en un peso
aproximado a los dos (2 g) gramos cada una, sometida al
reactivo Mayer con resultado positivo a la presencia de cocaína;
desde el piso de la habitación se procedió al secuestro de un
rayador de metal con restos de la misma sustancia, continuando
con el registro y desde la habitación se procedió al secuestro de
treinta y un (31) cigarrillos, con igual peso y medida, de
confección artesanal de los denominados “porros” en un peso
aproximado al gramo cada uno (1 g) y desde una repisa una
balanza color negra. 

Que luego el dicente manifiesta que continuando con la


búsqueda se secuestró desde la cocina comedor dos cajas de
color verde marca “Ombu" conteniendo papel de arroz y desde la
mesa ubicada en el comedor se procedió al secuestro de once
(11) bolsitas de nylon color blanco, de características
homogéneas, conteniendo en su interior una sustancia
pulverulenta de color blanco a la que se le practicó un reactivo
orientativo denominado Mayer con resultado positivo a la
presencia de clorhidrato de cocaína en un peso aproximado a los
dos gramos (2 g)

Que el procedimiento policial referido se encuentra avalado por


las declaraciones de los testigos civiles, que ratifican en un todo,
la actuación policial, siendo contestes en las circunstancias de
tiempo, lugar y modo en que ocurrieron los hechos. Así ocurre
con los dichos de la Sra. Patricia Evelina Brunz que a fs. 94/vta.,
manifestó: “(...) que, a los 20 días del mes de marzo del año
2009, a las 20:30 h aproximadamente, mientras se encontraba
comprando en un almacén fue entrevistada por personal policial
uniformado que le solicitó su colaboración para oficiar como
testigo de un procedimiento que se estaba llevando a cabo a
metros del lugar, accediendo a tal solicitud. Luego, en el lugar
esperó a una distancia prudencial, mientras en el interior se
aseguraban las condiciones para proteger su integridad. Que
luego ingresaron a la vivienda, en la cual se encontraba un
sujeto masculino, una mujer y dos menores; los oficiales dieron
lectura al oficio de allanamiento y a continuación requisaron a la
señora, de la que extrajeron del interior de su corpiño cerca de
veinte (20) cigarrillos de confección artesanal conteniendo una
sustancia de origen vegetal de color verde amarronada
compatible con la picadura de marihuana, y también sacó dinero
del mismo. Que a continuación se le extrajeron del mismo
corpiño dos (2) cigarrillos de iguales características que los
anteriores. Que a continuación se procedió al registro de una de
las habitaciones, más precisamente una que da a la calle, en la
que se observó una sustancia compacta de color blanca de las
denominadas “tizas” que se encontraba a medio rallar y en un
plato el resto de la sustancia en forma de polvo, en un peso
aproximado a los veinte (20 g) gramos, tomando muestras de
las sustancias y sometiéndola al test denominado Mayer con
resultado positivo a la presencia de clorhidrato de cocaína. Que
luego desde la heladera treinta y un (31) cigarrillos de
confección artesanal conteniendo una sustancia de origen
vegetal de color verde amarronada compatible con la picadura
de marihuana. Que se secuestró también una balanza digital,
dos estuches de papel de fumar y desde la mesa de la cocina
once bolsitas de nylon de color blanco conteniendo en su interior
sustancia pulverulenta de color blanca compatible con la
cocaína, confeccionando el test Mayer con resultado positivo.
(...)”.

En cuanto a la calidad de estupefaciente del material incautado


en el domicilio en cuestión, la pericia realizada por la Química
Mónica Galarraga (ver fs. 155/162), establece que: en las
muestras N.° 25 a 27; de 28 a 38, 80 a 91 corresponde a mezcla
de cocaína, dipirona, benzocaina, lidocaina, cloruros, carbonato,
sustancias reductoras y almidón, en un peso total de cincuenta y
dos coma ochenta y cinco gramos (52,85 g) y las muestras N.° 1
a 24; 39 a 69 corresponde a plantas de la especie vegetal
Cannabis Sativa (n.v. marihuana) en el que se comprobó la
presencia de tetrahidrocannabinoles, principios activos de la
capacidad psicotóxica y alucinógena, de dicho material, en un
peso total de veinte y dos coma veinte y cinco gramos (22,25 g).-
Así las cosas, habiendo determinado prima facie la existencia
del hecho nominado quinto, corresponde analizar la
responsabilidad penal que le cabe a la imputada. De esta
manera, se deben meritar los elementos de convicción obrantes
en la causa, que vinculan la inculpada, con el obrar que se le
reprocha. Al respecto, la encartada X Acevedo, es la persona
sindicada en la denuncia anónima, que da inicio a la
investigación de la presente causa, por la que se logra
determinar a raíz de la pesquisa efectuada por los oficiales
Córdoba y Talavera, que la encartada se encuentra incurso en
los hechos anoticiados. Que, a su vez, es precisamente a través
de las vigilancias realizadas en el domicilio denunciado, que los
oficiales mencionados señalan a la nombrada como la persona
que inequívocamente estaría involucrada en la comercialización
de estupefacientes, realizando la entrega de estos elementos
mediante los movimientos típicos que caracterizan el comercio
de estupefaciente. En efecto, esto surge palmariamente de los
controles policiales que realizaran los oficiales de la División
Drogas Peligrosas a los ocasionales compradores,
inmediatamente después que recibieran el aviso dado por el
comisionado, respecto de la supuesta transacción de
estupefacientes realizado en el domicilio denunciado, controles
que a su vez arrojaron resultado positivo. - 

En el caso bajo análisis, el accionar de X Acevedo, ha tenido a mi


criterio la entidad suficiente, para contribuir,
independientemente de las razones que lo determinan o de la
finalidad perseguida, a dinamizar el tráfico ilícito de droga, última
ratio de la ley 23.737, conclusión a la que en definitiva se arriba
frente al cuadro probatorio ya expuesto.           

Por otro lado, aunque la cantidad total de estupefaciente


incautada no resulte importante de acuerdo a la pericia química,
ello no es impedimento para endilgar al justiciable la conducta
imputada, pues la ley no fija un quantum o tope individualizador,
más aún si se tiene en cuenta por un lado, el modo en que se
encontraba fraccionada la droga, depositada en envoltorios de
igual peso y semejanza; y, por otra parte, no se ha probado el
consumo de estupefaciente por parte de la imputada, lo cual
permite deducir la ultraintención requerida en el tipo del art. 5
inc. “c” de la Ley 23.737.-

Que en relación al elemento subjetivo que integra el injusto,


cabe señalar que la finalidad del comercio, no requiere la
estructura que sí podría exigir el comercio propiamente dicho.
Aquí también se atrapa a aquel, que, sin ser comerciante, tiene
los estupefacientes, con el propósito de constituir aun
accidentalmente un acto de comercio sobre lo tenido. A su vez,
es perfectamente posible que terceros sean en el futuro los
enajenantes y que el sujeto aquí detente estupefacientes con
esa finalidad, pese a que en principio no sea él quien vaya a
comercializar las sustancias prohibidas. - 
Que ante lo expuesto, en relación con los hechos referidos, y
teniendo en cuenta los elementos de convicción reunidos, se
considera que, se encuentra acreditada prima facie, la
responsabilidad penal de X Acevedo, respecto al hecho
nominado quinto, por lo que corresponde ordenar el
procesamiento de la nombrada como presunta autora
responsable de delito de Tenencia de Estupefacientes con Fines
de Comercialización, (art. 5 inc. “c” de la Ley 23.737) en carácter
de autora (art. 45 del C.P.); y, en consecuencia, dictar su
procesamiento y convertir en prisión preventiva la detención que
viene sufriendo la nombrada (art. 306 y 312 inc. 1° del C.P.P.N.),
manteniendo el beneficio de la prisión domiciliaria
oportunamente otorgada en los términos del art. 314 de la Ley
Adjetiva.

Que habiéndose dispuesto ordenar el procesamiento de


Alejandra María del Valle Acevedo, como medida cautelar a los
fines de garantizar el pago de las costas ante la eventualidad de
que recayera contra el encartado una sentencia condenatoria,
se estima justo imponerle un embargo sobre sus bienes hasta
cubrir la suma de tres mil pesos ($3000), o en su defecto,
inhibirlo de la libre disposición de los mismos (art. 518 del
C.P.P.N.). -

Planteo de inconstitucionalidad:
Que a continuación trataremos la situación procesal de los
imputados Lucas Alfredo Balducci, Carlos Ezequiel Di Dio, Walter
Fabián Cachizumba y Rodrigo Rosso Cid, correspondientes a los
hechos primero, segundo y tercero.

Que respecto al delito que se les endilga, la C.S.J.N. en autos


caratulados: "c/Recurso de hecho deducido por el defensor
oficial de Gustavo Alberto Fares, Marcelo Ezequiel Acedo, Mario
Alberto Villarreal, Gabriel Alejandro Medina y Leandro Andrés
Cortejaren en la causa ARRIOLA, Sebastián y otros S/Causa n°
9080", resolvió “…I) …declarar la inconstitucionalidad del art. 14 2
do. párrafo de la ley 23.737 con el alcance señalado en el
considerando 13 y dejar sin efecto la sentencia apelada en lo
que fue motivo de agravio…”. 

Que esas actuaciones se iniciaron a raíz de una investigación


llevada adelante por el Sr. Jefe de la Sección Rosario de la
Policía Federal Argentina, y en la cual surgía que de distintas
actuaciones sumariales – controles - labradas en esa
dependencia por infracción a la ley 23.737, surgía que las
personas que resultaron detenidas, a los cuales se les habían
secuestrado pequeñas cantidades de sustancias
estupefacientes, habían tenido contacto en forma esporádica
con una finca emplazada en calle Nicaragua casi esquina Forest
de la ciudad de Rosario, donde se habrían observado los
movimientos típicos de venta de sustancias estupefacientes al
menudeo. Que, así las cosas, y luego de distintas tareas de
inteligencia, observación y vigilancias llevadas adelante por la
prevención, solicitaron las correspondientes órdenes de
allanamiento, registro y secuestro de la finca investigada,
arrojando el mismo resultado positivo. 

Que al momento de los distintos hechos por los cual resultaran


imputados de los delitos de Tenencia de Estupefacientes para
consumo personal (art. 14 2 do. párrafo de la ley 23.737) los
imputados Gustavo Alberto Fares, Marcelo Ezequiel Acevedo,
Mario Alberto Villarreal, Gabriel Alejandro Medina, y Leandro
Andrés Cortejarena, tenían en su poder: imputado Fares: en el
bolsillo delantero izquierdo del pantalón tres cigarrillos de
marihuana de armado manual; imputado Acedo: del bolsillo
trasero izquierdo del pantalón, tres cigarrillos de marihuana e
imputado Villarreal: del bolsillo derecho lateral del pantalón un
cigarrillo de marihuana (con un peso de 0,283 gramos, 0,245
gramos y 0,161 gramos, cada uno – ); por último a los imputados
Medina y Cortejarena se les encontró tres cigarrillos de
marihuana de armado manual — (con un peso de 0,31 gramos,
0,29 gramos, 0,29 gramos, 0,25 gramos, 0,26 gramos, 0,27
gramos, cada uno).

Que el más alto Tribunal, para arribar a tal conclusión, tuvo en


cuenta como primera consideración que algunas cuestiones
centrales en debate de la sub lite, como el alcance que debe
otorgarse a las “acciones privadas de los hombres” previstas en
el art. 19 de la C.N., y al bien jurídico “Salud Pública”, han sido
resueltas acertadamente en Bazterrica (fallo 308: 1392)
precedente – según lo señalado – en los últimos 20 años,
agregando que más allá de lo zigzagueante que ha sido la
jurisprudencia de esa Excma. Corte (v.g. fallo Montalvo en la
cual legitimó la constitucionalidad del art. 14 2 do. párrafo de la
ley 23.737) respecto a este tema tan trascendente, hoy vuelve a
Bazterrica. 

Que también señaló que el nuevo cambio jurisprudencial


obedece a que el debate jurídico plasmado en "Bazterrica" y
"Montalvo", se ha llevado a cabo con anterioridad a la reforma
constitucional de 1994. En efecto, "Bazterrica" es un
pronunciamiento del año 1986, y "Montalvo" de 1990, debiendo
tener presentes que una de las pautas básicas sobre la que se
construyó todo el andamiaje institucional que impulsó a la
Convención Constituyente de 1994 fue el de incorporar a los
tratados internacionales sobre derechos humanos como un
orden equiparado a la Constitución Nacional misma (artículo 75,
inc. 22). 

Que sigue diciendo que la reforma constitucional de 1994


reconoció la importancia del sistema internacional de protección
de los derechos humanos y no se atuvo al principio de soberanía
ilimitada de las naciones (considerandos 18 y 19 in re "Mazzeo",
Fallos: 330:3248).

Que asimismo después de la reforma constitucional han


ingresado principios internacionales, que han impactado
fuertemente en nuestro derecho constitucional. Ello se ha visto
reflejado en diversos pronunciamientos de esa Corte, que han
generado una constelación o cosmovisión jurídica en la que el
precedente "Bazterrica" encaja cómodamente. Por ello, las
razones allí expuestas y los resultados deletéreos que hasta el
día de la fecha demostró la aplicación del artículo 14, segundo
párrafo, de la ley 23.737, condujeron al Tribunal a declarar su
incompatibilidad con el diseño constitucional, siempre con el
alcance que se le asignara en el mencionado precedente
"Bazterrica" —voto del juez Petracchi—.

También señala que bien, como principio, lo referente al mejor


modo de perseguir el delito y cuáles son los bienes jurídicos que
requieren mayor protección, constituyen cuestiones de política
criminal propias de las otras esferas del Estado, lo cierto es que
se trata de la impugnación de un sistema normativo que
criminaliza conductas que —realizadas bajo determinadas
circunstancias— no afectan a un tercero y, por lo tanto, están a
resguardo del artículo 19 de la Constitución Nacional. Afirmando
que el Congreso Nacional ha sobrepasado las facultades que le
otorga la Carta Magna. 
Que otro de los motivos funda dicho pronunciamiento son las
alarmantes cifras del aumento de consumo de sustancias
estupefacientes en nuestro país, tales como opio, marihuana,
cocina, éxtasis, paco, estimulantes, opiaceos, anfetaminas,
heroína, y de psicofármacos sin prescripción médica como así
también de solventes e inhalantes, lo que demuestra que hasta
el ahora sustentado principio de que la incriminación del tenedor
de estupefacientes permitiría combatir más fácilmente las
actividades vinculadas con el comercio de estupefacientes y
arribar a resultados promiscuos no se ha cumplido, pues tal
actividad criminal lejos de haber disminuido se ha acrecentado
notablemente, y ello a costa de una interpretación restrictiva de
los derechos constitucionales. 

Que en tal sentido afirma también que si bien el legislador al


sancionar la ley, 23.737, que reemplazó a la 20.771, intentó dar
una respuesta más amplia, permitiendo al juez penal optar por
someter al inculpado a tratamiento o aplicarle una pena, la
mencionada ley no ha logrado superar el estándar constitucional
ni internacional. El primero, por cuanto sigue incriminando
conductas que quedan reservadas por la protección del artículo
19 de la Carta Magna; y el segundo, porque los medios
implementados para el tratamiento de los adictos, han sido
insuficientes hasta el día de la fecha.
Por ello y con sustento en "Bazterrica" la C.S.J.N. declaró que el
artículo 14, segundo párrafo, de la ley 23.737 debía ser
invalidado, pues conculcaba el artículo 19 de la Constitución
Nacional, en la medida en que invadió la esfera de la libertad
personal excluida de la autoridad de los órganos estatales. Por
tal motivo declaró la inconstitucionalidad de esa disposición
legal en cuanto incriminaba la tenencia de estupefacientes para
uso personal que se realizó en condiciones tales que no trajeron
aparejado un peligro concreto o un daño a derechos o bienes de
terceros.

Que ahora corresponde realizar una síntesis de los fragmentos


más destacados de los votos efectuados por los Ministros de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación. Así el Sr. Presidente
Doctor Don Ricardo Luis Lorenzetti, en su voto afirmó que los
queda claramente configurado el conflicto constitucional entre
una norma federal que sanciona una conducta sin que se
acredite peligro concreto o daño y por lo tanto en abierta
contradicción con el artículo 19 de la Constitución Nacional. 

Que el artículo 19 de la Constitución Nacional constituye una


frontera que protege la libertad personal frente a cualquier
intervención ajena, incluida la estatal. No se trata sólo del
respeto de las acciones realizadas en privado, sino del
reconocimiento de un ámbito en el que cada individuo adulto es
soberano para tomar decisiones libres sobre el estilo de vida que
desea.

Que no se trata solo del respeto de las acciones realizadas en


privado, sino del reconocimiento de un ámbito en el que cada
individuo adulto es soberano para tomar decisiones libres sobre
el estilo de vida que desea.

Que no cabe penalizar conductas realizadas en privado que no


ocasionan peligro o daño para terceros. Los argumentos
basados en la mera peligrosidad abstracta, la conveniencia o la
moralidad pública no superan el test de constitucionalidad.

Que la conducta realizada en privado es lícita, salvo que


constituya un peligro concreto o cause daños a bienes jurídicos
o derechos de terceros.

Que corresponde exhortar a las Instituciones para que


implementen medidas efectivas para el combate preventivo de
la drogadicción. 

Que por su parte el Sr. Ministro Dr. Carlos Fayt señaló que el
marco constitucional de los derechos de la personalidad
comprende la intimidad, la conciencia, el derecho a estar a solas,
el derecho a disponer de su propio cuerpo, etc. Agregó, que en
rigor, cuando el artículo 19 de la Constitución Nacional
establecía que "las acciones privadas de los hombres que de
ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni
perjudiquen a un tercero están sólo reservadas a Dios y exentas
de la autoridad de los magistrados" concedía a todos los
hombres una prerrogativa según la cual podían disponer de sus
actos, de su obrar, de su propio cuerpo, de su propia vida, de
cuanto le era propio ("Bahamondez", voto de los jueces Barra y
Fayt, Fallos: 316:479). En virtud de ello, concluyó señalando que
el artículo 14, segundo párrafo, de la ley 23.737 carecía
actualmente de la racionalidad exigida por la Ley Fundamental,
toda vez que cuando un precepto frustraba o desvirtuaba los
propósitos en los que se encontraba inserto, era deber de los
jueces apartarse de tal precepto y dejar de aplicarlo a fin de
asegurar la supremacía de la Constitución Federal, pues
precisamente esa función moderadora constituía uno de los
fines supremos del Poder Judicial y una de las mayores
garantías con que este contaba para asegurar los derechos de
los individuos (conf. Fallos: 328:566 y sus citas) (considerando
28, de su voto).

La Sra. Ministra Doctora Doña Carmen M. Argibay, haciendo una


prolija distinción de los distintos modos en que puede
exteriorizarse la conducta de “tenencia de estupefacientes para
consumo”, e indicando cuándo podría verse lesionado el bien
jurídico que la norma buscaba proteger, señaló, para ese caso
concreto, que la tenencia de droga para el propio consumo, por
sí sola, no ofrecía ningún elemento de juicio para afirmar que los
eventuales acusados habían realizado algo más que una acción
privada, es decir, que habían ofendido la moral pública o los
derechos de terceros. También destacó la importancia de la
escasa cantidad de estupefaciente que otrora se le secuestrara
a los imputados en autos “Arriola…”.

Agregó que si bien algunos de los imputados, al percatarse de la


presencia policial, dejaron caer sobre la vereda dos paquetes de
cigarrillos conteniendo el material posteriormente incautado, sin
embargo, el contexto en el que se produjo el hallazgo no
alcanzaba para considerar su conducta con aptitud para afectar
derechos de terceros. Indicó que esto era así debido a que de su
detención no había sido por la realización de actos que pudieran
ser considerados como ostentación, y que, por el contrario, los
imputados mantuvieron la droga en su esfera íntima hasta que
se desprendieron de ella inmediatamente antes de ser
detenidos, es decir, sólo anticiparon el hallazgo que de todas
formas se hubiera producido en la requisa de la que iban a ser
objeto.

Corresponde resaltar, y siguiendo con los lineamiento de la


C.S.J.N. que la decisión tomada, en modo alguno implicaba
"legalizar la droga", considerando que no estaba demás aclarar
ello expresamente, pues ese pronunciamiento, tendría
seguramente repercusión social, por ello se debía informar a
través de un lenguaje democrático, que pudiera ser entendido
por todos los habitantes y en el caso por los jóvenes, que eran
en muchos casos protagonistas de los problemas vinculados
con las drogas (Ordoñez-Solis David, "Los Jueces Europeos en
una Sociedad Global: Poder, Lenguaje y Argumentación", en
European Journal of Legal Studies, vol. I EJLS, n° 2) –
(considerando 27).

En consecuencia, teniendo en cuenta el hecho objeto de análisis


por parte de la C.S.J.N., y el que constituye el objeto de
investigación de autos, y siendo que la conducta desplegada por
Lucas Alfredo Balducci, Carlos Ezequiel Di Dio, Walter Fabián
Cachizumba y Rodrigo Rosso Cid fueron realizadas en un ámbito
de privacidad, es decir no fue efectuada públicamente, la
actividad del nombrado no ha producido peligrosidad alguna ni
ha lesionado a la salud pública, al orden público o la moral
pública, o ha producido un daño a derechos o bienes de terceros,
como así tampoco alcanza a lesionar ni el orden ni la moral
pública, corresponde, declarar la inconstitucionalidad del art. 14,
segundo párrafo, de la ley 23.737 en cuanto incrimina la
tenencia de estupefacientes para uso personal que se realice en
condiciones tales que no traigan aparejado un peligro concreto o
un daño a derechos o bienes de terceros, como ha ocurrido en
autos; y en consecuencia sobreseer a Lucas Alfredo Balducci,
Carlos Ezequiel Di Dio, Walter Fabián Cachizumba y Rodrigo
Rosso Cid en orden al delito de “Tenencia de estupefacientes
para consumo personal (art. 14, segundo párrafo, de la ley
23.737), en el carácter de autores (art. 45 del CP), en los
términos de los arts. 335 y 336 inc. 3 ero del C.P.P.N., haciendo
expresa mención que la formación del presente sumario no
afecta el buen nombre y honor del que hubieran gozado.

RESUELVO:

1º.- ORDENAR EL PROCESAMIENTO de Alejandra María del


Valle Acevedo, ya filiada en autos, como presunta autora
responsable de los delitos de Comercialización de
Estupefacientes, (hecho nominado como primero, segundo,
tercero y cuarto; art. 5 inc. “c” de la Ley 23.737), y Tenencia de
Estupefacientes con Fines de Comercialización (hecho
nominado como quinto) (art. 5 inc. “c” de la Ley 23.737), todos
en concurso real (arts. 45 y 55 del C.P.) y convertir en prisión
preventiva la detención que viene sufriendo (art. 306 y 312 inc. 1
del C.P.P.N.).

2°. - MANTENER EL BENEFICIO DE PRISIÓN DOMICILIARIA


oportunamente otorgada a Alejandra María del Valle Acevedo
(art. 314 del C.P.P.N.).-
3°. - TRABAR EMBARGO sobre sus bienes hasta cubrir la suma
de pesos tres mil ($ 3.000), o en su defecto inhibirla de su libre
disposición por igual monto (art. 518 C.P.P.N).-.

4º.- DECLARAR la inconstitucionalidad del art. 14, segundo


párrafo, de la ley 23.737 en cuanto incrimina la tenencia de
estupefacientes para uso personal que se realice en condiciones
tales que no traigan aparejado un peligro concreto o un daño a
derechos o bienes de terceros, como ha ocurrido en autos.

5°. - SOBRESEER a Lucas Alfredo Balducci, Carlos Ezequiel Di


Dio, Walter Fabián Cachizumba y Rodrigo Rosso Cid, en orden al
delito de “Tenencia de estupefacientes para consumo personal
(art. 14, segundo párrafo, de la ley 23.737), en el carácter de
autores (art. 45 del CP), en los términos de los arts. 335 y 336
inc. 3ero del C.P.P.N., haciendo expresa mención que la
formación del presente sumario no afecta el buen nombre y
honor del que hubiera gozado.

PROTOCOLICESE Y HÁGASE SABER48

[48] Fallo en el Juzgado Federal de la ciudad de Córdoba, año 2010

Tipos penales
I. Envenenamiento o adulteración de aguas potables, alimentos o
medicinas.

Artículo 200. - Será reprimido con reclusión o prisión de tres a


diez años, el que envenenare o adulterare, de un modo peligroso
para la salud, aguas potables o substancias alimenticias o
medicinales, destinadas al uso público o al consumo de una
colectividad de personas.

Si el hecho fuere seguido de la muerte de alguna persona, la

pena será de diez a veinticinco años de reclusión o prisión49.

Este delito protege la salud pública frente al peligro que para el bienestar
físico de las personas en general, representa la alteración de las aguas que
utilizan para los fines alimenticios, y la alteración de sustancias alimenticias
o medicinales que usa o consume el público o las colectividades.

El concepto de “salud” (BJP) al que hace referencia este artículo, no tiene el


alcance restringido que se le debe atribuir, por ejemplo, en el artículo 89 del

Código Penal50, al grado de equilibrio orgánico, en ese caso, del que goza la
víctima, sino que comprende el bienestar corporal y fisiológico de las
personas en general.
La alteración nociva para la salud puede realizarse de las siguientes formas.

Envenenamiento → Agregando sustancias tóxicas u otras materias


dañosas para la salud.

Contaminación → Exponiendo, ya sea el agua o las sustancias


medicinales o alimenticias a sustancias de otras especies como las
radioactivas o nucleares.

Adulteración → Agregando otras sustancias o sustrayendo alguno de


sus elementos o sometiendo a las sustancias referidas a otro proceso de
descomposición.

Este delito:

-    exige dolo;

-    es de peligro abstracto;

-    admite tentativa;

-    se consuma con el logro de uno de los efectos señalados;

-    es instantáneo, aunque de efectos permanentes.

Tipo culposo
Artículo 203. - Cuando alguno de los hechos previstos en los tres artículos anteriores fuere
cometido por imprudencia o negligencia o por impericia en el propio arte o profesión o por
inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, se impondrá multa de dos mil quinientos
a treinta mil pesos, si no resultare enfermedad o muerte de alguna persona y prisión de

seis meses a cinco años si resultare enfermedad o muerte51.

[49] Art. 200, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (1921). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3q8LE0Y

[50] Art. 89, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[51] Art. 203, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (1921). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3q8LE0Y 

II. Delitos contra el medio ambiente que indirectamente lesionan la salud


pública.

Se entiende por medioambiente

… el mantenimiento de las propiedades del suelo, el aire y el


agua, así como de la fauna y la flora, y las condiciones
ambientales de desarrollo de estas especies, de tal forma que el
sistema ecológico se mantenga con sus sistemas subordinados
y no sufra alteraciones perjudiciales (Bacigalupo, 1982, pp. 200-
201).
 Nuestro Código Penal52 no cuenta con un capítulo dentro del título de los
delitos contra la salud pública que agrupe los delitos contra el
medioambiente.

Las leyes complementarias del Código Penal que le brindan protección son:

Ley 22421 de conservación de la fauna53;

Ley 24051 de residuos peligrosos54;

Ley 25612 de residuos de origen industrial y de actividades de


servicios55.

 [52] Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado
de https://bit.ly/3r9Yygv 

[53] Ley 22421. Conservación de la Fauna. (1981). Poder Ejecutivo de la Nación. Recuperado de

https://bit.ly/3ruoXok

[54] Ley 24051. Residuos Peligrosos. (1991). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de

 https://bit.ly/3txRwmO

[55] Ley 25612. Gestión integral de residuos de origen industrial y de actividades de servicios. (2002). Congreso

de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2LrrBMp

II. a Tráfico de medicamentos o mercaderías peligrosas para la salud.


Artículo 201. “Las penas del artículo precedente, serán aplicadas al que
vendiere, pusiere en venta, entregare o distribuyere medicamentos o

mercaderías peligrosas para la salud, disimulando su poder nocivo”56.


Esta figura requiere que el autor disimule el carácter nocivo para la salud de
los medicamentos o mercaderías que lanza a circulación.

No basta que no se haga conocer el carácter nocivo del medicamento o


mercadería, es decir, callar la verdad, sino que se reprime el hecho de
disimular una realidad.

 Este delito:

-    exige dolo;

-    es de peligro abstracto;

-    admite tentativa;

-    se consuma con el acto de tráfico.

  El resultado preterintencional de la muerte de alguna persona lo agrava


(artículo 201 del Código Penal con relación al artículo 200 del mismo

ordenamiento)57.

Artículo 200. Será reprimido con reclusión o prisión de tres a


diez años, el que envenenare o adulterare, de un modo peligroso
para la salud, aguas potables o substancias alimenticias o
medicinales, destinadas al uso público o al consumo de una
colectividad de personas.

Si el hecho fuere seguido de la muerte de alguna persona, la

pena será de diez a veinticinco años de reclusión o prisión58.

 Tipo culposo

Artículo 203. - Cuando alguno de los hechos previstos en los tres


artículos anteriores fuere cometido por imprudencia o
negligencia o por impericia en el propio arte o profesión o por
inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, se impondrá
multa de dos mil quinientos a treinta mil pesos, si no resultare
enfermedad o muerte de alguna persona y prisión de seis

meses a cinco años si resultare enfermedad o muerte59.

[56] Art. 201, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (1921). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3q8LE0Y  

[57] Arts. 200 y 201, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (1921). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3q8LE0Y

[58] Art. 200, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (1921). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3q8LE0Y

[59] Art. 203, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (1921). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3q8LE0Y
III.b. Tráfico de sangre humana.

Ver la Ley 22990, llamada Ley de Sangre60. Tipos penales que prevé:

Intermediación indebida de sangre humana, sus componentes y


derivados (artículo 43)61.

Cambio no autorizado de destino (artículo 91 última parte)62.

Funcionamiento irregular de servicios de hemoterapia y otros


establecimientos relacionados con la sangre humana (artículo 92, 1.er
párrafo)63.

Obtención y procesamiento de sangre no autorizados (artículo 92, 2.o


párrafo)64.

Omisión de proporcionar datos, ocultarlos o alterarlos (artículo 80)65.

 [60] Ley 22990. Ley de Sangre. (1983). Poder Ejecutivo   Nacional. Recuperado de https://bit.ly/3rxC7kn

[61] Art. 43, Ley 22990. Ley de Sangre. (1983). Poder Ejecutivo   Nacional. Recuperado de https://bit.ly/3rxC7kn

[62] Art. 91, Ley 22990. Ley de Sangre. (1983). Poder Ejecutivo   Nacional. Recuperado de https://bit.ly/3rxC7kn

[63] Art. 92, Ley 22990. Ley de Sangre. (1983). Poder Ejecutivo   Nacional. Recuperado de https://bit.ly/3rxC7kn

[64] Art. 92, Ley 22990. Ley de Sangre. (1983). Poder Ejecutivo   Nacional. Recuperado de https://bit.ly/3rxC7kn

[65] Art. 80, Ley 22990. Ley de Sangre. (1983). Poder Ejecutivo   Nacional. Recuperado de https://bit.ly/3rxC7kn
III. Propagación de una enfermedad 

Artículo 202. “Será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años, el

que propagare una enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas”66.

Este artículo castiga al que por actos idóneos para trasmitir la enfermedad o
mediante la difusión de los gérmenes patógenos crea el peligro que la
enfermedad se disemine, no siendo necesario que una o varias personas se
enfermen.

[66] Art. 202, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (1921). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3q8LE0Y

Figura 2: Enfermedad

Fuente: elaboración propia


Este delito:

 -   exige dolo;

-    es de peligro abstracto;

-    no tiene agravantes;

-    se consuma con el acto de propagación.

 Tipo culposo

Artículo 203. - Cuando alguno de los hechos previstos en los tres


artículos anteriores fuere cometido por imprudencia o
negligencia o por impericia en el propio arte o profesión o por
inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, se impondrá
multa de dos mil quinientos a treinta mil pesos, si no resultare
enfermedad o muerte de alguna persona y prisión de seis

meses a cinco años si resultare enfermedad o muerte67

[67] Art. 203, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

IV. Suministro infiel doloso de sustancias medicinales.


Artículo 204.- Será reprimido con prisión de seis meses a tres
años el que, estando autorizado para la venta de sustancias
medicinales, las suministrare en especie, calidad o cantidad no
correspondiente a la receta médica o diversa de la declarada o
convenida, o sin la presentación y archivo de la receta de
aquellos productos que según las reglamentaciones vigentes no
pueden ser comercializados sin ese requisito.

(Artículo sustituido por art. 1° de la Ley N.° 23.737, B.O.

11/10/1989)68.

 El tipo es un delito especializado por el sujeto activo.

Solo puede ser una persona legalmente autorizada para vender la sustancia
medicinal de que se trata.

El vendedor incurre en el delito si le entrega al adquirente una sustancia


medicinal legítima y no peligrosa para la salud, sin atenerse a la calidad o
cantidad establecida en la respectiva receta médica o declarada en la
cubierta del producto, o la convenida entre el autor y el adquirente.

Si el producto suministrado es de menor valor que el que debía ser


entregado, el expendio puede concurrir idealmente con el delito previsto y

penado por el artículo 173 inciso 1.°, esto es la defraudación69.


Este delito:

-exige dolo;

-es formal y de peligro abstracto;

-se consuma con el suministro;

-es de competencia federal, excepto en las provincias y Ciudad Autónoma de


Buenos Aires que por adhesión asumieran esa competencia.

[68] Art. 204, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

[69] Art. 173, inc. 1, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Suministro indebido doloso de sustancias medicinales.

Artículo 204.- Será reprimido con prisión de seis meses a tres


años el que, estando autorizado para la venta de sustancias
medicinales, las suministrare en especie, calidad o cantidad no
correspondiente a la receta médica o diversa de la declarada o
convenida, o sin la presentación y archivo de la receta de
aquellos productos que según las reglamentaciones vigentes no
pueden ser comercializados sin ese requisito.

(Artículo sustituido por art. 1° de la Ley N.° 23.737, B.O.

11/10/1989)70.

 La acción punible consiste en entregar la sustancia medicinal sin la previa


presentación, por parte del adquirente de la receta de los productos que
solicitó, exigida por las reglamentaciones vigentes como condición ineludible
para su comercialización u omitiendo el posterior archivo de esa receta.

La receta debe existir en el momento del acto de expendio. La otorgada a


posteriori no excluye el tipo delictivo, ni lo justifica.

La omisión del archivo de la receta importa no hacer lo que legalmente


estaba obligado. Su consumación no demanda un daño efectivo para la
salud de alguna persona, sino únicamente el peligro abstracto de producción
de ese daño.

Este delito:

-exige dolo;

-es formal y de peligro abstracto;


-se consuma con el suministro;

-es de competencia federal, excepto en las provincias y Ciudad Autónoma de


Buenos Aires que por adhesión asumieran esa competencia.

[70] Art. 204, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

V. Suministro indebido negligente.


Artículo 204 bis.- “Cuando el delito previsto en el artículo anterior se
cometiere por negligencia, la pena será de multa de mil a quince mil

pesos”71.

[71] Art. 204 bis, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

VI. Incumplimiento del expendedor de los deberes a su cargo que posibilite


por negligencia la comisión de los delitos previstos en el artículo 204 del
Código Penal.

Artículo 204 ter.- Será reprimido con multa de dos mil quinientos a
treinta mil pesos el que teniendo a su cargo la dirección,
administración, control o vigilancia de un establecimiento
destinado al expendio de medicamentos, omitiere cumplir con los
deberes a su cargo posibilitando la comisión de alguno de los

hechos previstos en el artículo 20472.

(Artículo incorporado por Ley N°23.737 B.O.11/10/1989).

  (Nota: multa actualizada por art. 1° de la Ley N° 24.286 B.O.


29/12/1993).

 Este delito:

-es de omisión simple;

-el obrar del autor es culposo, por negligencia;

-es de competencia federal, excepto en las provincias y Ciudad Autónoma de


Buenos Aires que por adhesión asumieran esa competencia.

[72] Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

VII. Venta de sustancias medicinales sin autorización.

Artículo 204 quater. – “Será reprimido con prisión de seis meses a tres años
el que sin autorización vendiere sustancias medicinales que requieran receta
médica para su comercialización.

(Artículo incorporado por Ley   23737 B.O.11/10/1989)”73.


 A diferencia del artículo 204 del Código Penal, la acción típica de este delito
consiste en vender sustancias medicinales que solo pueden ser vendidas
bajo receta médica y no en suministrarlas a cualquier título. Además, debe
hacerlo sin la autorización prevista por las leyes que regulan el ejercicio de la
farmacia.

Este delito:

-     es imputable a título de dolo, el que comprende el conocimiento de la


calidad de la sustancia y de que para la venta de esta debe contar con una
autorización de la que carece, y la voluntad del venderla.

-    el error excluye al dolo;

-    se consuma con la venta;

-    admite tentativa;

-    es de competencia federal, salvo en los casos dispuestos por las Leyes

2373774 y 2605275, referidas en los delitos del artículo 204 del Código Penal.

[73] Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

[74] Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

[75] Ley 26.052. (2005). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q


El delito de contagio venéreo (Ley 12331)

Artículo 18 de la Ley 12331: “Será reprimido con la pena establecida en el


artículo 202 del Código Penal, quien, sabiéndose afectado de una

enfermedad venérea transmisible, la contagia a otra persona”76.

 La figura exige que el autor, ya sea varón o mujer, contagie a otra persona,
directa o indirectamente, la enfermedad de transmisión sexual que padece.

Este delito:

-    exige dolo. Solo resulta punible quien actúa a sabiendas de su afección;

-    no cabe la imputación culposa;

-    admite tentativa;

-    se consuma en el momento de producirse el contagio.

[76] Art. 18, Ley 12331. (1936). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3jxxN24

Estupefacientes. Concepto de estupefaciente. Estructura de


los tipos penales: noción. Tenencia de estupefaciente para
consumo personal: estructura típica. Reparos constitucionales

I. Bien protegido por la ley vigente.


El bien jurídicamente protegido es la salud pública a la que los
delitos relacionados con los estupefacientes ponen en peligro
abstracto, el cual ya es una lesión considerada con relación a la
seguridad de las personas en general, la que resulta
efectivamente disminuida por la sola posibilidad de daños (Laje
Anaya, 1992, p. 31). 

 No obstante lo anteriormente expuesto, hay que destacar que, a partir de la

Convención de Viena de 198877, la que tiene rango constitucional (artículo 75

inciso 22 de la CN78), el delito de tráfico ilícito de estupefacientes puede ser


considerado pluriofensivo, por afectar, además de la salud pública, las bases
económicas, culturales y políticas de la sociedad y la misma seguridad y
soberanía estatal.

[77] Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas.

(1988). Naciones Unidas. Recuperado de https://bit.ly/3jorGNk

[78] Art. 75, inc. 22, Ley 24430. Constitución de la Nación Argentina. (1994). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/36NHFgU

II. Concepto de estupefaciente. Sustancias consideradas estupefacientes


por ley.

Artículo 77 del Código Penal: 


Para la inteligencia del texto de este código, se tendrá presente
las siguientes reglas: …

… El término "estupefacientes", comprende los estupefacientes,


psicotrópicos y demás substancias susceptibles de producir
dependencia física o psíquica, que se incluyan en las listas que
se elaboren y actualicen periódicamente por decreto del Poder
Ejecutivo Nacional. …

(Párrafo sustituido por art. 40 de la Ley N.° 23.737

B.O.11/10/1989)79.

  Si bien el ordenamiento citado no desconoce las diferencias entre


psicotrópicos y estupefacientes, solo hace referencia a que tanto ellos como
todas las sustancias susceptibles de producir dependencia física o psíquica
que se incluyan en las listas que elabore y actualice periódicamente el Poder
Ejecutivo Nacional, son estupefacientes a los fines penales.

Nos encontramos ante una norma penal en blanco, porque la tipificación de


la conducta relacionada con estas sustancias ilícitas dependerá de su
inclusión en la lista respectiva.

 [79] Art. 77, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.
Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv
III. Tipos penales.

a. Producción y tráfico delictivo de estupefacientes.

Artículo 5º — Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a


quince años y multa de seis mil a quinientos mil australes el que
sin autorización o con destino ilegítimo:

a) Siembre o cultive plantas o guarde semillas utilizables para


producir estupefacientes, o materias primas, o elementos
destinados a su producción o fabricación;

b) Produzca, fabrique, extraiga o prepare estupefacientes;

c) Comercie con estupefacientes o materias primas para su


producción o fabricación o los tenga con fines de
comercialización, o los distribuya, o dé en pago, a almacene o
transporte;

d) Comercie con plantas o sus semillas, utilizables para producir


estupefacientes, o las tenga con fines de comercialización, o las
distribuya, o las dé en pago, o las almacene o transporte;
e) Entregue, suministre, aplique o facilite a otros 
estupefacientes a título oneroso. Si lo fuese a título gratuito, se
aplicará reclusión o prisión de tres a doce años y multa de tres
mil a ciento veinte mil australes.

Si los hechos previstos en los incisos precedentes fueren


ejecutados por quien desarrolla una actividad cuyo ejercicio
dependa de una autorización, licencia o habilitación del poder
público, se aplicará, además, inhabilitación especial de cinco a

quince años80.

 [80] Art. 5, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

b. Siembra o cultivo de plantas. Guarda de semillas, materias primas o


elementos destinados a la producción o fabricación.

Artículo 5º — Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a


quince años y multa de seis mil a quinientos mil australes el que
sin autorización o con destino ilegítimo:

a) Siembre o cultive plantas o guarde semillas utilizables para


producir estupefacientes, o materias primas, o elementos

destinados a su producción o fabricación; …81


Acciones típicas:

sembrar plantas para producir estupefacientes;

cultivar esas plantas;

guardar semillas utilizables para producir estupefacientes o materias primas aptas para ello, o
elementos destinados a su producción o fabricación.

 Las tres hipótesis previstas:

-    son imputables a título de dolo;

-    admiten tentativa.

El delito de cultivo y el de guarda son delitos permanentes. El delito de


siembra es instantáneo y de efectos permanentes.

Conforme el agregado que la Ley 2442482 hizo a este inciso, cuando por la
escasa cantidad sembrada o cultivada y demás circunstancias surja
inequívocamente que ella está destinada a obtener estupefacientes para
consumo personal, la pena se reducirá, siendo esta de un mes a dos años de
prisión y será aplicable la suspensión de la pena a prueba prevista en el

artículo 1783 y la suspensión del juicio a prueba o sustitución de la pena por

una medida de seguridad, contemplada en el artículo 18 de la Ley 2373784.

[81] Art. 5, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

[82] Ley 24424. Estupefacientes. (1994). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3pWjhTH
[83] Art.17, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

[84] Art.18, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

c. Producción, fabricación, extracción o preparación de estupefacientes.


Artículo 5: “Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a quince años y
multa de seis mil a quinientos mil australes el que sin autorización o con
destino ilegítimo: …

b) Produzca, fabrique, extraiga o prepare estupefacientes”85.

Conforme lo establecido en la Convención de Viena de 196186, debe


entenderse por:

“producción” → la separación del opio, de las hojas de coca, de la


marihuana y de la resina de ésta de las plantas de que se obtienen;

“fabrica” → el que obtiene estupefacientes por cualquier procedimiento


distinto a la producción;

“extraer” → este verbo significa, con relación a algunos estupefacientes,


producir, y con respecto a otros, fabricar.

 Este delito:

-    exige dolo, incluso eventual;

-    admite tentativa;
-    es permanente;

-    el tipo solo se refiere a los estupefacientes, por tanto, si la producción y


fabricación es de materia prima, es atípico.

 Comercio de estupefacientes, materias primas, plantas o semillas.

Desde fecha no determinada con exactitud, pero anterior al día


20 de marzo de 2009, la Sra. X Acevedo se habría dedicado a
comercializar estupefacientes, más precisamente picadura de
marihuana y clorhidrato de cocaína. Para ello, se habría valido
del domicilio sito en calle Morón N.° 2929 (intersección en
Chascomús), de B.° José Hernández de esta ciudad, lugar
donde residiría la nombrada.     En ese marco, el día 11 de marzo
de 2009, siendo las 20:05 h aproximadamente, Lucas Alfredo
Balducci, se habría trasladado en bicicleta, acompañado por el
Sr. Ezequiel Esteban Díaz, hasta el domicilio de Benavides con la
finalidad de adquirir picadura de marihuana. En la oportunidad
Balducci habría sido atendido por X Acevedo, a quien le solicitó
picadura de marihuana, por lo que el mismo le habría entregado,
a un precio no determinado hasta el momento, un gramo (1 g)
de una sustancia compatible con la picadura de marihuana,
dispuesta en un envoltorio de nylon.         Dichas circunstancias
fueron advertidas por el Oficial Ayte de Policía Fernando Damián
Córdoba, quien se encontraba en las inmediaciones de la
vivienda aludida, por lo que procedió a dar aviso, vía radial, al
Agente Gastón Alejandro López, quien, siendo las 20:10 h,
aproximadamente, interceptó a Balducci, en la intersección de
las calles Matanza y Trenque Lauquen de B.° José Hernández
de esta ciudad, secuestrándole, desde el bolsillo lateral derecho
del pantalón que vestía, el elemento descripto supra que el
nombrado habría tenido en su poder presumiblemente para su

consumo personal87.

En relación con el fragmento del fallo anterior, veamos el siguiente artículo.

Artículo 5º — Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a


quince años y multa de seis mil a quinientos mil australes el que
sin autorización o con destino ilegítimo: …

c) Comercie con estupefacientes o materias primas para su


producción o fabricación o los tenga con fines de
comercialización, o los distribuya, o dé en pago, a almacene o
transporte;

d) Comercie con plantas o sus semillas, utilizables para producir


estupefacientes, o las tenga con fines de comercialización, o las

distribuya, o las dé en pago, o las almacene o transporte88.

 En esta figura, la acción descripta es la de comerciar, esto es, ejercer una
actividad lucrativa de intermediación, de venta o de compra.
El sujeto activo debe poseer la calidad de comerciante, y ejercer la actividad
por cuenta propia, con habitualidad y con fin de lucro.

 Este delito:

-    exige dolo, directo o eventual;

-    es permanente.

Tenencia de estupefacientes, materias primas, plantas o semillas para


producir estupefacientes, con fines de comercialización.

Hecho nominado quinto: En el marco descripto en el hecho


denominado primero, el día 20 de marzo de 2009, siendo las
20:20 h aproximadamente, en la vivienda sita en calle Morón N.°
2929 (intersección con Chascomús), de B.° José Hernández de
esta ciudad, lugar donde residiría X Acevedo, la nombrada habría
tenido en su poder con fines de comercialización:

1- Entre las prendas que vestía la nombrada, dos (2) cigarrillos


de armado artesanal conteniendo en su interior picadura de
marihuana en un peso aproximado al gramo (1 g) cada uno de
ellos.
2- Entre los colchones ubicados en una de las habitaciones de la
vivienda, veintidós (22) cigarrillos de armado artesanal
conteniendo en su interior una sustancia compatible con la
picadura de marihuana en un peso aproximado al gramo (1 g)
cada uno de ellos.

3- En una de las habitaciones de la vivienda, veintidós gramos


(22 g) de clorhidrato de cocaína, sustancia que habría sido
arrojada por la nombrada al percatarse del procedimiento
policial.

4- En el interior de un frasco de plástico que se encontraba en el


marco de la ventana de la habitación descripta supra, nueve (9)
envoltorios de nylon conteniendo en su interior clorhidrato de
cocaína en un peso aproximado a los dos gramos (2g) cada uno
de ellos.

5- En el interior de la heladera que se encontraba en la


habitación descripta supra, treinta y un (31) cigarrillos de
confección artesanal conteniendo en su interior picadura de
marihuana en un peso aproximado al gramo (1 g) cada uno de
ellos.

6- En la mesa ubicada en el comedor de la vivienda, once (11)


envoltorios de nylon conteniendo en su interior clorhidrato de
cocaína en un peso aproximado a los dos gramos (2 g) cada uno
de ellos.

7- Asimismo, la nombrada habría tenido en su poder, en una


repisa ubicada en la habitación aludida supra, un rallador con
restos de una sustancia compatible con el clorhidrato de
cocaína, una balanza color negro con la inscripción EC 301 5
kg/ig, en la cocina comedor de la vivienda aludida, en el interior
de un envoltorio de nylon, dos cajas de papel para armar
cigarrillo, marca Ombu, elementos destinados a fraccionar el
material estupefaciente y prepararlo para su venta.

Dichas circunstancias fueron advertidas por el Oficial Ayte. de


Policía Fernando Damián Córdoba, quien, munido de la
correspondiente orden judicial de allanamiento emanada por el
Juzgado Federal N° 1, procedió al registro del inmueble y
posterior secuestro de elementos descriptos supra, todo ello en
presencia de los testigos el Sr. Manuel Alberto Crespo y Patricia

Elvira Brunz89.

Artículo 5º — Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a


quince años y multa de seis mil a quinientos mil australes el que
sin autorización o con destino ilegítimo: …

c) Comercie con estupefacientes o materias primas para su


producción o fabricación o los tenga con fines de
comercialización, o los distribuya, o dé en pago, a almacene o
transporte;

d) Comercie con plantas o sus semillas, utilizables para producir


estupefacientes, o las tenga con fines de comercialización, o las

distribuya, o las dé en pago, o las almacene o transporte90

Esta figura requiere no solo tener la mercadería, sino que debe hacerlo con el
fin específico de la comercialización.

Sujeto activo → puede ser una persona que revista la calidad de


comerciante, o que, si bien no la tenga, pretenda realizar de modo accidental
un acto de comercio.

 Este delito:

-    es doloso, exige tener conocimiento de la tenencia de la mercadería y de


su calidad, con la voluntad de tenerla para su comercialización;

-    es permanente.

[85] Art. 5, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

[86] Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. (1961). Naciones Unidas. Recuperado de

https://bit.ly/3joq1rb

[87] Fallo sobre comercio de estupefacientes. Año 2009.


[88] Art. 5, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

[89] Fallo sobre comercio de estupefacientes. Año 2009.

[90] Art. 5, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q 

a. Distribución, dación en pago, almacenaje o transporte de


estupefacientes, materias primas, plantas o semillas.

Artículo 5º — Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a


quince años y multa de seis mil a quinientos mil australes el que
sin autorización o con destino ilegítimo: …

c) Comercie con estupefacientes o materias primas para su


producción o fabricación o los tenga con fines de
comercialización, o los distribuya, o dé en pago, a almacene o
transporte;

d) Comercie con plantas o sus semillas, utilizables para producir


estupefacientes, o las tenga con fines de comercialización, o las

distribuya, o las dé en pago, o las almacene o transporte91.

 Las acciones punibles son las siguientes.


Distribuir → consiste en repartir entre una pluralidad de personas, a
título oneroso o gratuito, la mercadería señalada.

Este delito:

-    exige dolo, incluso eventual;- requiere cierta permanencia.

Dación en pago → significa entregar esa mercadería en lugar de dinero


para satisfacer una obligación pendiente de pago.
Esta figura:

-exige dolo;

-es instantánea;

-admite tentativa;

-se consuma cuando los bienes que se dan por ese concepto son recibidos
por el acreedor.

Almacenar → es acopiar las mercaderías que refiere el artículo,


guardarlas en cantidad superior a la necesaria para su distribución, ya
que no almacena el que la tenga para distribuirla, tampoco el que tiene
poca cantidad, presumiendo en este último caso que se la tiene para
consumo personal.
Este delito:

-    es permanente;
-    es doloso.

Transportar → consiste en trasladar esas mercaderías de un lugar a otro,


valiéndose o no de un medio de transporte. El tipo no comprende el
transporte de elementos destinados a la producción o fabricación de
estupefacientes.
Este delito:

-    exige dolo, bastando el dolo eventual;

-    es permanente;

-    se consuma cuando la mercadería llega al lugar fijado para su entrega.

[91] Art. 5, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

b. Entrega, suministro, aplicación o facilitación de estupefacientes a título


oneroso o gratuito.

Artículo 5º — Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a


quince años y multa de seis mil a quinientos mil australes el que
sin autorización o con destino ilegítimo: …

e) Entregue, suministre, aplique o facilite a otro estupefaciente a


título oneroso. Si lo fuese a título gratuito, se aplicará reclusión o
prisión de tres a doce años y multa de tres mil a ciento veinte mil

australes92.

 Las acciones punibles son las siguientes.

Entregar → consistente en el acto de poner el estupefaciente en manos


o disposición de un tercero a un título distinto al de la venta.
Este delito:

-    exige dolo;

-    admite tentativa;

-    se consuma en el acto de entrega.

Suministrar → es una forma de entregar, equiparada a la acción de


proveer.
Este delito:

-    exige dolo, incluso eventual;

-    admite tentativa;

-    la entrega y simultánea recepción determina su consumación.

Aplicación → implica hacer ingresar el estupefaciente en el cuerpo de


otra persona, con el consentimiento de esta.
Este delito:

-    exige dolo, incluso eventual;

-    se consuma con la incorporación de la sustancia en el cuerpo de quien la


recibe.

Facilitar → importa hacer más fácil o posible la obtención de


estupefacientes.
Este delito:

-exige dolo;

-es instantáneo;

-admite tentativa;

- se consuma con la acción de facilitar y no cuando el tercero adquiere la


tenencia

[92] Art. 5, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

c. Introducción en el territorio nacional de estupefacientes o materias


primas destinadas a su fabricación o producción con alteración posterior de
su destino o uso.
Artículo 6º — Será reprimido con reclusión o prisión de cuatro a
quince años y multa de seis mil a quinientos mil australes el que
introdujera al país estupefacientes fabricados o en cualquier
etapa de su fabricación o materias primas destinadas a su
fabricación o producción, habiendo efectuado una presentación
correcta ante la Aduana y posteriormente alterara
ilegítimamente su destino de uso.

En estos supuestos la pena será de tres a doce años de


reclusión o prisión, cuando surgiere inequívocamente, por su
cantidad, que los mismos no serán destinados a
comercialización dentro o fuera del territorio nacional.

Si los hechos fueren realizados por quien desarrolle una


actividad cuyo ejercicio depende de autorización, licencia o
habilitación del poder público, se aplicará además inhabilitación

especial de tres a doce años93.

 Se trata de un delito especial en razón de la calidad del sujeto activo, el cual
debe ser un importador.

Si la persona que introduce los estupefacientes no tiene esa calidad, no


incurrirá en este delito, sino en el delito de contrabando calificado.

Este delito:
-    exige dolo. El autor debe efectuar la alteración con conciencia y voluntad;

-    se consuma en el momento en el que se altera ilegítimamente el destino o


uso.

 [93] Art. 6, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

d. Organización o financiación de actividades ilícitas referidas a


estupefacientes.

Artículo 7º — Será reprimido con reclusión o prisión de ocho a


veinte años y multa de treinta mil a novecientos mil australes, el
que organice o financie cualquiera de las actividades ilícitas a

que se refieren los artículos 5º y 6º de esta ley94.

  Se trata de la represión de partícipes principales en los hechos de


producción y tráfico de estupefacientes.

[94] Art. 7, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

e. Tenencia de estupefacientes en cantidades distintas a las autorizadas.


Artículo 8º — Será reprimido con reclusión o prisión de tres a
quince años y multa de seis mil a trescientos mil australes e
inhabilitación especial de cinco a doce años, el que estando
autorizado para la producción, fabricación, extracción,
preparación, importación, exportación, distribución o venta de
estupefacientes los tuviere en cantidades distintas de las
autorizadas; o prepare o emplee compuestos naturales,
sintéticos u oficinales que oculten o disimulen sustancias
estupefacientes; y al que aplicare, entregare, o vendiere
estupefacientes sin receta médica o en cantidades mayores a

las recetadas95.

Estamos ante un delito especial en razón de la calidad del sujeto activo. Este
solo puede ser el que goza de una autorización otorgada por la autoridad
sanitaria   nacional.

[95] Art. 8, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

f. Preparación  o empleo    de compuestos     que    oculten    o    disimulen    


sustancias estupefacientes.

Artículo 8º — Será reprimido con reclusión o prisión de tres a


quince años y multa de seis mil a trescientos mil australes e
inhabilitación especial de cinco a doce años, el que estando
autorizado para la producción, fabricación, extracción,
preparación, importación, exportación, distribución o venta de
estupefacientes los tuviere en cantidades distintas de las
autorizadas; o prepare o emplee compuestos naturales,
sintéticos u oficinales que oculten o disimulen sustancias
estupefacientes; y al que aplicare, entregare, o vendiere
estupefacientes sin receta médica o en cantidades mayores a

las recetadas96.

 Sujeto activo → la persona autorizada para fabricar.

Acción punible → la de preparar o emplear compuestos ocultando o


simulando compuesto.

Este delito:

-exige dolo;

-es instantáneo;

-es de efectos permanentes.

-se consuma en el momento en que se elaboró el preparado que se quiere


ocultar o disimular o se lo ha empleado.

[96] Art. 8, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q
g. Aplicación, entrega o venta ilegitima de estupefacientes por quien cuenta
con autorización.

Artículo 8º — Será reprimido con reclusión o prisión de tres a


quince años y multa de seis mil a trescientos mil australes e
inhabilitación especial de cinco a doce años, el que estando
autorizado para la producción, fabricación, extracción,
preparación, importación, exportación, distribución o venta de
estupefacientes los tuviere en cantidades distintas de las
autorizadas; o prepare o emplee compuestos naturales,
sintéticos u oficinales que oculten o disimulen sustancias
estupefacientes; y al que aplicare, entregare, o vendiere
estupefacientes sin receta médica o en cantidades mayores a

las recetadas97.

Este delito:

-    es imputable a título de dolo;

-    es formal, por cuanto no requiere que laguna persona sufra un daño en su salud, sino, únicamente el
peligro que ese daño se produzca;

-    se consuma en el momento en que se aplica, entrega o vende el estupefaciente sin cumplir con el deber
legal de exigir la receta médica.
[97] Art. 8, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

h. Prescripción, suministro o entrega indebida de estupefacientes por parte


del médico u otro profesional autorizado.

Artículo 9º — Será reprimido con prisión de dos a seis años y


multa de tres mil a cincuenta mil australes e inhabilitación
especial de uno a cinco años, el médico u otro profesional
autorizado para recetar, que prescribiera, suministrare o
entregare estupefacientes fuera de los casos que indica la
terapéutica o en dosis mayores de las necesarias. Si lo hiciera
con destino ilegítimo la pena de reclusión o prisión será de

cuatro a quince años98.

Estamos ante un delito especializado por el sujeto activo, ya que solo puede
ser cometido por profesionales autorizados para recetar.

[98] Art. 9, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q
i. Facilitación de lugar o elementos.

Artículo 10. — Será reprimido con reclusión o prisión de tres a


doce años y multa de tres mil a cincuenta mil australes el que
facilitare, aunque sea a título gratuito, un lugar o elementos,
para que se lleve a cabo alguno de los hechos previstos por los
artículos anteriores. La misma pena se aplicará al que facilitare
un lugar para que concurran personas con el objeto de usar
estupefacientes.

En caso que el lugar fuera un local de comercio se aplicará la


accesoria de inhabilitación para ejercer el comercio por el
tiempo de la condena, la que se elevará al doble del tiempo de la
misma si se tratare de un negocio de diversión.
Durante la sustanciación del sumario criminal el juez
competente podrá decretar preventivamente la clausura del

local99.

 Este delito:

-    exige dolo. Este supone la intención directa de que el lugar sea utilizado
por concurrentes con los fines expresados por la ley.

 Agravantes.

Artículo 11. — Las penas previstas en los artículos precedentes


serán aumentadas en un tercio del máximo a la mitad del
mínimo, sin que las mismas puedan exceder el máximo legal de
la especie de pena de que se trate:

a- Si los hechos se cometieren en perjuicio de mujeres


embarazadas o de personas disminuidas psíquicamente, o
sirviéndose de menores de dieciocho años o en perjuicio de
estos;

b- Si los hechos se cometieren subrepticiamente o con violencia,


intimidación o engaño;
c- Si en los hechos intervinieren tres o más personas
organizadas para cometerlos;

d- Si los hechos se cometieren por un funcionario público


encargado de la prevención o persecución de los delitos aquí
previstos o por un funcionario público encargado de la guarda de
presos y en perjuicio de estos;

e- Cuando el delito se cometiere en las inmediaciones o en el


interior de un establecimiento de enseñanza, centro asistencial,
lugar de detención, institución deportiva, cultural o social o en
sitios donde se realicen espectáculos o diversiones públicos o
en otros lugares a los que escolares y estudiantes acudan para
realizar actividades educativas, deportivas o sociales;

f- Si los hechos se cometieren por un docente, educador o


empleado de establecimientos educacionales en general,

abusando de sus funciones específicas100.

[99] Art. 10, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q     

[100] Art. 11, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

j. Preconización o difusión pública del uso de estupefacientes; inducción a


su uso y consumo.
Artículo 12. — Será reprimido con prisión de dos a seis años y
multa de seiscientos a doce mil australes:

a- El que preconizare o difundiere públicamente el uso de


estupefacientes, o indujere a otro a consumirlos;

b- El que usare estupefacientes con ostentación y trascendencia

al público101.

 Este delito en todas sus modalidades:

-    exige dolo;

-    es instantáneo;

-    se consuma al comenzarse la ingesta con las modalidades exigidas por la


ley, las que estimulan a terceros a ser también consumidores de
estupefacientes.

 [101] Art. 12, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

k. Uso de estupefacientes para facilitar o ejecutar otro delito.


Artículo 13. — Si se usaren estupefacientes para facilitar o
ejecutar otro delito, la pena prevista para el mismo se
incrementará en un tercio del mínimo y del máximo, no pudiendo
exceder del máximo legal de la especie de pena de que se

trate102.

[102] Art. 13, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

l. Tenencia ilegal de estupefacientes.

Artículo 14. — Será reprimido con prisión de uno a seis años y


multa de trescientos a seis mil australes el que tuviere en su
poder estupefacientes.

La pena será de un mes a dos años de prisión cuando, por su


escasa cantidad y demás circunstancias, surgiere

inequívocamente que la tenencia es para uso personal103.

 Este artículo reprime la tenencia ilegítima de estupefacientes, aun cuando


fuera para consumo personal. Sin embargo, cuando por la escasa cantidad y
demás circunstancias, surgiere unívocamente que la razón exclusiva de esa
tenencia es para un uso personal, en vez de la pena prevista en el primer
párrafo, se le aplicara al autor la pena de un mes a dos años de prisión.

Lo que castiga la presente figura es la tenencia de la sustancia, no así el uso


efectivo.

[103] Art. 14, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

m. Ingreso ilegal de precursores o productos químicos aptos para la


elaboración o fabricación de estupefacientes.

Artículo 24. — El que sin autorización o violando el control de la


autoridad sanitaria, ingrese en la zona de frontera delimitada por
ley, precursores o productos químicos aptos para la elaboración
o fabricación de estupefacientes, será reprimido con multa de
tres mil a seiscientos mil australes, inhabilitación especial de
uno a cinco años y comiso de la mercadería en infracción, sin
perjuicio de las demás sanciones que pudieran corresponder.

Los precursores, y productos químicos serán determinados en


listas que, por decreto, el Poder Ejecutivo nacional debe elaborar

a ese fin y actualizar periódicamente104.


 Los precursores → son materias sin las cuales los estupefacientes no se
pueden elaborar. Al igual que los productos químicos, son determinados en
listas que el Poder Ejecutivo Nacional, por decreto, debe elaborar y actualizar
periódicamente.

Esta circunstancia convierte a la norma citada en una ley penal en blanco.


Acciones punibles:

ingresar sin autorización en la zona de frontera, los productos, insumos o


agentes químicos aptos para la elaboración de estupefacientes;
ingresar la misma materia y en el mismo lugar con autorización, pero
violando el control de la autoridad sanitaria, no sometiéndose a ella o no
observando las debidas condiciones legales.
 

Estos delitos:

-    son formales y dolosos;

-    solo el error sobre la calidad del producto excluye la culpabilidad.

 [104] Art. 24, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q

n. Lavado de dinero proveniente de la comisión de delitos previstos en la


Ley de Estupefacientes.
Artículo 25. — Será reprimido con prisión de dos a diez años y
multa de seis mil a quinientos mil australes, el que sin haber
tomado parte ni cooperado en la ejecución de los hechos
previstos en esta ley, interviniere en la inversión, venta,
pignoración, transferencia o cesión de las ganancias, cosas o
bienes provenientes de aquéllos, o del beneficio económico
obtenido del delito siempre que hubiese conocido ese origen o lo
hubiera sospechado.

Con la misma pena será reprimido el que comprare, guardare,


ocultare o receptare dichas ganancias, cosas, bienes o
beneficios conociendo su origen o habiéndolo sospechado.

A los fines de la aplicación de este artículo no importará que el


hecho originante de las ganancias, cosas, bienes o beneficios se
haya producido en el territorio extranjero.

El tribunal dispondrá las medidas procesales para asegurar las


ganancias o bienes presumiblemente derivados de los hechos
descritos en la presente ley. Durante el proceso el interesado
podrá probar su legítimo origen en cuyo caso el tribunal
ordenará la devolución de los bienes en el estado en que se
encontraban al momento del aseguramiento o en su defecto
ordenará su indemnización. En caso contrario el tribunal
dispondrá de las ganancias o bienes en la forma prescripta en el

artículo 39105.

 Son dos las acciones punibles.

La de formar parte en las operaciones o transacciones de contenido


económico que la ley enumera utilizando las ganancias, cosas o bienes
provenientes de delitos contemplados en la ley de estupefacientes,
después de su consumación, para disimular su origen.
Este delito:

-exige dolo;

-es de peligro concreto;

-se consuma al tomar intervención en las mencionadas operaciones, aunque


no se logre disimular mediante ellas las ganancias provenientes del
narcotráfico.

La de encubrir a los narcotraficantes mediante la receptación de aquellas


ganancias, cosas o bienes.
Este delito:

-    exige dolo;

-    se consuma en el momento en el que se opera esa reaceptación.

[105] Art. 25, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q
o. Impartir instrucciones públicamente.

Artículo 28. — El que públicamente imparta instrucciones acerca


de la producción, fabricación, elaboración o uso de
estupefacientes, será reprimido con prisión de dos a ocho años.

En la misma pena incurrirá quien por medios masivos de


comunicación social explique en detalle el modo de emplear
como estupefaciente cualquier elemento de uso o venta

libre106.

 Conducta punible:

es la de enseñar públicamente el procedimiento, método o técnica para


producir, fabricar o emplear estupefacientes;

y es la de explicar en detalle como emplear cualquier sustancia de uso o


venta libre como si fuera estupefaciente, logrando efectos análogos a los
de este.

 Ambos delitos:

-    exigen dolo;
-    son formales.

[106] Art. 28, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q 

p. Falsificación de recetas médicas

Artículo 29. — Será reprimido con prisión de seis meses a tres


años el que falsificare recetas médicas, o a sabiendas las
imprimiera con datos supuestos o con datos ciertos sin
autorización del profesional responsable de la matrícula; quien
las suscribiere sin facultad para hacerlo o quien las aceptare
teniendo conocimiento de su ilegítima procedencia o
irregularidad. En el caso que correspondiere se aplicará la
accesoria de inhabilitación para ejercer el comercio por el doble

de tiempo de la condena107.

[107] Art. 29, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q  

q. Empleo de sustancias o métodos prohibidos o de estupefacientes en


competencias deportivas.
Artículo 37. — Reemplácense los artículos 25 y 26 de la Ley
20.655 por los siguientes:

Artículo 25: Será reprimido con prisión de un mes a tres años, si


no resultare un delito más severamente penado, el que
suministrare a un participante en una competencia deportiva,
con su consentimiento o sin él, sustancias estimulantes o
depresivas tendientes a aumentar o disminuir anormalmente su
rendimiento.

La misma pena tendrá el participante en una competencia


deportiva que usare algunas de estas sustancias o consintiere
su aplicación por un tercero con el propósito indicado en el
párrafo anterior.

Artículo 26: Será reprimido con prisión de un mes a tres años, si


no resultare un delito más severamente penado, el que
suministre sustancias estimulantes o depresivas a animales que
intervengan en competencias con la finalidad de aumentar o
disminuir anormalmente su rendimiento.

La misma pena se aplicará a quienes dieren su consentimiento


para ello o utilizaren los animales para una competencia con

conocimientos de esa circunstancia108.

[108] Art. 37, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q  
Destrucción de los estupefacientes en infracción o elementos destinados a
su elaboración. Decomiso de los bienes e instrumentos del delito e
incautación del beneficio obtenido.

Artículo 30. — El juez dispondrá la destrucción, por la autoridad


sanitaria nacional, de los estupefacientes en infracción o
elementos destinados a su elaboración a no ser que
pertenecieren a un tercero no responsable o salvo que puedan
ser aprovechados por la misma autoridad, dejando expresa
constancia del uso a atribuirles. Las especies vegetales de
Papaver somniferum L., Erithroxylon coca Lam y Cannabis
sativa L., se destruirán por incineración.

En todos los casos, previamente, deberá practicarse una pericia


para determinar su naturaleza, calidad y cantidad, conservando
las muestras necesarias para la sustanciación de la causa o
eventuales nuevas pericias, muestras que serán destruidas
cuando el proceso haya concluido definitivamente. [...]

Además, se procederá al comiso de los bienes e instrumentos


empleados para la comisión del delito, salvo que pertenecieren a
una persona ajena al hecho y que las circunstancias del caso o
elementos objetivos acreditaren que no podría conocer tal
empleo ilícito. Igualmente se procederá a la incautación del

beneficio económico obtenido por el delito109.

[109] Art. 30, Ley 23737. (1989). Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de https://bit.ly/2N69s7q  

Ejercicio ilegal del arte de curar. Tipos penales. Concepto de habitualidad.


Sanción especial funcionarios o profesionales.

Artículo 208. - Será reprimido con prisión de quince días a un


año:

1º El que, sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de


curar o excediendo los límites de su autorización, anunciare,
prescribiere, administrare o aplicare habitualmente
medicamentos, aguas, electricidad, hipnotismo o cualquier
medio destinado al tratamiento de las enfermedades de las
personas, aun a título gratuito;

2º El que, con título o autorización para el ejercicio de un arte de


curar, anunciare o prometiere la curación de enfermedades a
término fijo o por medios secretos o infalibles;

3º El que, con título o autorización para el ejercicio de un arte de


curar, prestare su nombre a otro que no tuviere título o
autorización, para que ejerza los actos a que se refiere el inciso

1º de este artículo110.

Este artículo castiga tres formas distintas de ejercer ilegalmente la medicina,


las cuales ponen en peligro la salud pública por el daño que pueden acarrear
al bienestar físico de las personas en general, en razón de los perjuicios que
pueden sufrir los pacientes al ser atendidos médicamente por sujetos
idóneos y desviados así de la asistencia competente.

El bien jurídico protegido por esta figura es la salud pública, sin que sea
necesario, para la configuración de sus distintos tipos, que efectivamente se
haya producido un resultado concreto de perjuicio personal a alguien, más
allá del peligro cierto corrido al desviarse el diagnóstico o tratamiento de una
presunta enfermedad a manos de quien carece de las calidades legales
necesarias.

 Curanderismo

Incurre en curanderismo: 

… el que sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de


curar o excediendo los límites de su autorización, anunciare,
prescribiere, administrare o aplicare habitualmente
medicamentos, aguas, electricidad, hipnotismo o cualquier
medio destinado al tratamiento de las enfermedades de las

personas, aun a título gratuito111.

 Realiza la conducta típica el que, sin título o autorización, de manera onerosa


o gratuita, pública o privada, ordena, suministra, emplea o utiliza
habitualmente un tratamiento médico.

  Título → es la certificación de capacitación profesional otorgado por las


universidades oficiales o privadas.

Autorización → es la facultad otorgada por una autoridad competente para


que una persona sin título que la habilite, ejerza el arte de curar.

Este delito:

-    exige dolo específico, ya que requiere la finalidad de realizar actos de cura;

-    no admite tentativa;

-    se consuma con el acto del autor, sin necesidad de resultado alguno.

[110] Art. 208, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación Argentina.

Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv 

[111] Art. 208, inc. 1. Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv  


I. Charlatanismo.
Inciso 2: “El que, con título o autorización para el ejercicio de un arte de curar,
anunciare o prometiere la curación de enfermedades a término fijo o por

medios secretos o infalibles”112.

Estamos ante un delito especial, ya que el sujeto activo debe ser alguien
autorizado para el ejercicio del arte de curar.

Delinque al dar la noticia o prometer la curación de enfermedades en lapsos


determinados o por procedimientos sobre cuya forma o sustancias guarda
reserva, o bien por procedimientos que presenta como de éxito seguro.

Este delito:

-    exige dolo;

-    no admite tentativa;

-    se consuma con el acto del autor, sin necesidad de resultado alguno.

  [112] Art. 208, inc. 2, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

II. Prestación de nombre.

Inciso 3º: “El que, con título o autorización para el ejercicio de un arte de
curar, prestare su nombre a otro que no tuviere título o autorización, para que
ejerza los actos a que se refiere el inciso 1º de este artículo”113.

La comisión de este delito, requiere que la persona habilitada para curar


consiente que un tercero no habilitado, se instale a su nombre y realice actos
de cura como si fuera él, al amparo de su título o autorización.

Este delito:

-     exige dolo, el autor debe conocer que el beneficiario carece de título o


autorización;

-    no admite tentativa;

-    se consuma con el ejercicio por el tercero del arte de curar a nombre del
prestanombres. El tercero es un partícipe necesario del delito.

  [113] Art. 208, inc. 3, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

Sanción complementaria para los delitos contra la salud pública.

Artículo 207. - En el caso de condenación por un delito previsto


en este capítulo, el culpable, si fuere funcionario público o
ejerciere alguna profesión o arte, sufrirá, además, inhabilitación
especial por doble tiempo del de la condena. Si la pena impuesta
fuere la de multa, la inhabilitación especial durará de un mes a

un año114.

[114] Art. 208, inc. 3, Ley 11179. Código Penal de la Nación Argentina. (t. o. 1984). Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de https://bit.ly/3r9Yygv

C O NT I NU A R
Lección 4 de 5

Referencias

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protección penal del medioambiente. En Estudios Penales y Criminológicos
(5) pp. 192-213. Recuperado de
http://blog.uclm.es/cienciaspenales/files/2016/11/8_la-instrumentacion.pdf

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Recuperado de http://www.uif.gob.sv/wp-content/uploads/convenciones/01-
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iniciar-uno-de-incendios-en-traslasierra

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59999/57552/norma.htm

C O NT I NU A R
Lección 5 de 5

Revisión del módulo

Hasta acá aprendimos

Delitos contra la administración pública



El objeto protegido en este título es el ejercicio de las funciones legislativas,
ejecutivas y/ o judiciales, ya sean nacionales, provinciales o municipales,
frente al comportamiento de sus titulares o terceros, destinatarios o no del
acto funcional.

Delitos contra la fe pública



Los delitos contra la fe pública implican una falsedad respecto de ciertos
valores, signos, documentos, actos o instrumentos que por su función pública
deben gozar de la confianza general respecto de su autenticidad o veracidad.

Delitos contra el orden público



Los delitos contra el orden público son delitos de alarma colectiva. En este
título, se amalgaman infracciones que podrían ser actos preparatorios o
figuras accesorias con respecto a la comisión de otros hechos El bien jurídico
protegido es el orden público, una de las expresiones más usadas en
derecho.

Delitos contra la seguridad pública



Los delitos contra la seguridad pública son aquellos que generan una
situación de peligro respecto de otros bienes jurídicos, cuya integridad debe
velar el Estado. Los delitos pueden ser tanto de peligro concreto como de
peligro abstracto.

C O NT I NU A R

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