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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

Escuela de Ciencias Jurídicas y Políticas

CARRERA

LICENCIATURA EN DERECHO

ASIGNTURA

DERECHO CIVIL III

SUSTENTADO POR

CARLOS MIGUEL PATIÑO

Privado de libertad

MATRÍCULA:

201902042

FACILITADORA:
ISMELDA GARCÍA GIL

ACTUALMENTE RECLUIDO EN EL PINITO LA VEGA (C-C-R16)


República Dominicana

14 DE AGOSTO DEL (2020)

1
Régimen de las Pruebas
Las Pruebas.

Ortiz (2006) sostiene que las pruebas son procedimientos por medio de los
cuales se puede demostrar la existencia de los derechos, sea en ocasión de un
litigio o fuera de éste.

Guillermo Cabanellas de Torres, en su Diccionario Jurídico Elemental define la


prueba como la demostración de la verdad de una afirmación, de la existencia
de una cosa o de la realidad de un hecho. Capitant (1977), por su parte, en su
Vocabulario Jurídico la define como la demostración de la existencia de un
hecho material o de un acto jurídico. Brenes Córdoba (1998) refiere que en
jurisprudencia, se designa con el nombre de prueba, al medio por el cual se
demuestra judicialmente la realidad de un hecho.

Se denominan pruebas a los diversos procedimientos empleados para


convencer al Juez. Tal es el sentimiento que Domat daba a esta palabra al
definir la prueba como todo lo que persuade al espíritu de una verdad. La
prueba puede decirse que es el mecanismo que tienen las partes para
demostrar la verdad de sus alegatos ante un proceso. Son procedimientos por
medio de los cuales se puede demostrar la existencia de los derechos, sea en
ocasión de un litigio o fuera de éste.

Objeto de la prueba.

El objeto de la prueba es llevar al ánimo del juez la convicción de la verdad de


la especie afirmada, a fin de que esté en aptitud de aplicar la ley o doctrina
jurídica que proceda, y de ese modo quede fijado el derecho que se reclama.

Cuando el deudor rehúsa ejecutar su obligación, el acreedor debe establecer


ante el tribunal competente, la existencia y las condiciones de su acreencia.

2
Carga de la prueba.

En principio, la carga de la prueba incumbe a aquél que pretende ser titular


de un derecho que parezca contrario al estado normal o actual de las cosas
(Actor incumbit probatio).

En resumen la prueba debe ser aportada por la persona que hace la alegación
del hecho. En tal sentido el artículo 1315 del Código Civil dominiBenzo,
establece que todo aquel que reclama la ejecución de una obligación debe
probarla; pero la segunda parte del indicado artículo prevé que todo aquel que
pretende estar libre debe de justificar la causa de la liberación de su obligación.

Conforme al citado principio actor incumbit probatio, el litigante que hace una
afirmación debe aportar la prueba de ese alegato, pero si el otro se defiende,
argumentando lo contrario, debe aportar la prueba de cómo se liberó de la
obligación.

Importancia de las pruebas.

La prueba tiene una importancia práctica considerable, por los motivos que se
indican a continuación:

1) Porque el juez no puede creer en las afirmaciones del litigante en base a


su palabra.
En un proceso, el demandante debe probar todo lo que sea contestado por su
adversario. Así, en teoría jurídica, se distingue lo que se exige para la
existencia o validez de una obligación.

2) En muchos casos, no es suficiente disponer de un medio de prueba. Estos


medios son jerárquicos: algunos de ellos son considerados subsidiarios y no
pueden destruir las consecuencias de una prueba que se tiene por superior. La
ley exige, en diversas materias, un medio determinado de prueba y otros se
consideran como irrecibibles.

El Código Civil Dominicano en su artículo 1316 distingue cinco medios de


pruebas, que son:

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1.- La Prueba Literal (Actos Auténticos y Bajo Firma Privada).
2.- La prueba por testigos.
3.- Las presunciones.
4.- El Juramento.
5.- La confesión.
5.1- La prueba literal.

La prueba literal es aquélla que ha sido plasmada en un escrito. Es la que


resulta de los escritos, tales como los actos que hayan sido redactados al
momento de la conclusión de una convención o de un hecho jurídico. En
materia civil esta constituye la prueba por excelencia por tres motivos
fundamentales:

Porque es una prueba permanente. Esta prueba permanece por un largo


tiempo y no desaparece con facilidad, y el tiempo no hace disminuir su validez
probatoria.

Porque es una prueba preconstituida.

3) El escrito es generalmente sincero y exacto. A diferencia de los testigos, que


está sujeto a su capacidad de apreciación, y además pueden ser influenciados
para declarar en un sentido u otro.

Variedades de prueba literal.

Existen dos variedades de esta prueba: El acto bajo firma privada y el acto
auténtico.

El acto bajo firma privada.


El legislador no ha definido el acto bajo firma privada como lo ha hecho con el
acto auténtico. Sin embargo, por las expresiones utilizadas por éste, en el
párrafo II del artículo 16 de la Ley No. 140-15 sobre notariado, y los artículos
1322 a1332 del Código Civil, se puede definir como aquél que ha sido
redactado por las mismas partes, cuyas firmas pueden ser legalizadas por un
notario cuando las partes así lo deseen.

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Para Castillo (200), se denomina acto bajo firma privada al acto escrito
otorgado por las partes mismas, con su sola firma y sin intervención de oficiales
públicos. Es cualquier documento formado en el ejercicio de una actividad
privada, o también, el documento privado que una persona redacta por sí
misma en su calidad de ciudadano.

De conformidad con el artículo 1322 del Código Civil, el acto bajo firma privada,
reconocido por aquel a quien se le opone, o tenido legalmente por reconocido,
tiene entre los que lo han suscrito y entre sus herederos y causahabientes, la
misma fe que el acto auténtico.

El artículo 1323 del Código Civil, prevé que aquél a quien se le opone un acto
bajo firma privada, está obligado a confesar o negar formalmente su letra o su
firma. Sus herederos o causahabientes pueden concretarse a declarar que
ellos no conocen la letra ni la firma de su causante.

Asimismo, el artículo 1324 del citado Código establece que en el caso en que
la parte niegue su letra o firma, y también cuando sus herederos o
causahabientes declarasen no conocerlas, se ordenará en justicia la
verificación. La manera de contestar el acto bajo firma privada es la verificación
de escritura, sea por vía principal o incidental, tal como lo prevén los artículos
193 a 213 del Código de Procedimiento Civil.

Firma privada.

El artículo 1325 del Código Civil prevé, que los actos bajo firmas privadas que
contengan convenciones sinalagmáticas, no son válidos, sino cuando han sido
hechos en tantos originales como partes hayan intervenido con interés
distintos. Es suficiente un solo original cuando las partes tienen un mismo
interés.

En cuanto a que la nulidad del acto que no contenga la mención del artículo
1325 del Código Civil, no puede ser propuesta sino por las partes contratantes
y no por terceros. (Corte Apelación Santo Domingo, 15 marzo 1927, Boletín
Judicial Corte citada, No. 3, pág. 43).

5
Ha sido decidido que cuando en una convención sinalagmática la obligación
directa y principal ha sido ejecutada por una de las partes, no es necesario que
el acto haya sido hecho por duplicado. No es necesario que el documento
comprobador de la existencia del contrato contenga a la vez la firma de las
partes entre las cuales exista la convención. (Art. 1325 del C. C., Corte
Apelación Santo Domingo, Sentencia Civil No. 5, pág. 187.

En el mismo sentido, misma Corte, 29 marzo 1928, mismo Boletín, pág. 212).

Respecto del pagaré o promesa bajo firma privada, el artículo 1326, establece
que ésta debe estar escrita por entero de la mano del que la suscribe. Se
necesita, además de su firma, que haya escrito por su mano un bueno o
aprobado, que contenga en letras la suma o cantidad de la cosa. Excepto en el
caso en que el acto proceda de mercaderes, artesanos, labradores, jornaleros
o criados.

El artículo 1328 respecto de la fecha cierta de los actos bajo firmas privadas,
establece que los documentos bajo firma privada no tienen fecha contra los
terceros, sino desde el día en que han sido registrados, desde el día de la
muerte de cualquiera que los haya suscrito, o desde el día en que su sustancia
se ha hecho constar en actos autorizados por oficiales públicos, tales como los
expedientes de colocación de sellos o de inventario.

Cuando el acto bajo firma privada involucra un inmueble registrado hay que
observar las formalidades de los artículos 38 y 39 del Reglamento General de
Registros de Títulos, que complementa la Ley No. 108-05 sobre Registro
Inmobiliario.

Los notarios tendrán facultad para dar carácter de autenticidad a las firmas
estampadas por los otorgantes de un acto bajo firma privada. Dicho oficial dará
carácter de autenticidad a dichas firmas mismas voluntariamente, sea dando
constancia de la declaración jurada de aquellas personas cuya firma legaliza,
de que la misma es suya y que fue puesta voluntariamente en la fecha indicada
en el acto.

El acto bajo firma privada que no contenga obligación de pagar, debe ser
registrado en el Registro Civil que funciona en la Oficina de los ayuntamientos

6
de cada municipio, de conformidad con lo previsto por el artículo 5 Ley No.
2324, Ley de Registro de los Actos Civiles. Judiciales y Extrajudiciales del 20
de mayo del 20 de mayo de 1885 y sus modificaciones

Si el acto es traslativo de propiedad o hipotecario deberá ser transcrito en la


Conservaduría de Hipotecas, que funciona en el municipio cabecera de cada
provincia. Si el acto involucra un inmueble Registrado se inscribirá el Registro
de Títulos correspondiente, como lo prevé el artículo 3 de la Ley No. 2914 de
1890 sobre Registro y Conservación de Hipotecas y sus modificaciones).

Principio de prueba por escrito.

Para que el acto bajo firma privada pueda servir de prueba ante un tribunal, es
necesario que este haya sido legalizado por un notario o por quien haga las
veces de notario. De lo contrario, el mismo valdrá como un principio de prueba
por escrito.

Requisitos del principio de prueba por escrito.

Se exige que haya un escrito.

El escrito debe emanar de la persona a quien se le opone, ya que el escrito que


emana de un tercero no puede ser tomado en cuenta para que se admita la
prueba testimonial. Pues lo que se quiere es el escrito que emane de la parte
se asemeje a una confesión por parte de aquel a quien se le opone. No
obstante se asimilan a la parte misma:

a) Las personas de quienes es ella causahabiente, cuyos derechos representa,


por lo que se opone válidamente a un heredero el escrito proveniente de su
causante, b) Las personas por quienes ha estado representada la parte, su
tutor, mandatario convencional, c) no es indispensable que el escrito haya sido
firmado por la parte misma o por los autores o sus representantes, basta con
que sea la expresión de su voluntad consciente.

El escrito debe hacer verosímil el hecho alegado.

Fraude y simulación. Si la acusación de fraude proviene de un tercero, es


admisible la prueba testimonial, ya que las reglas del artículo 1341 del Código

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Civil, son aplicables a las partes y no a los terceros, particularmente cuando los
terceros atacan por medio de la acción pauliana.

La Suprema Corte de Justicia, en funciones de Corte de Casación, ha


sostenido que la existencia de un principio de prueba por escrito hace
admisible al prueba testimonial y las presunciones que la ley ha dejado al
criterio de los jueces del fondo. (Art. 1347 del Código Civil. Cas. 31 octubre
1927, Boletín Judicial No. 207, pág. 26. Vide, Boletín Judicial No. 153-155, pág.
41, sobre la violación del dicho artículo 1347).

El artículo 1336 del referido Código Civil, prescribe, que la transcripción de un


acto en los registros públicos, no podrá servir sino como principio de prueba
por escrito; pero será preciso:

Que se demuestre que todas las minutas del notario en el año en que aparece
haber sido hechas, se hayan perdido, o que se pruebe que la pérdida de la
minuta de este acto ha sucedido por un accidente particular;

Que exista un registro en regla del notario, en que se demuestre que el acto se
hizo con la misma fecha. Cuando por razón del concurso de estas dos
circunstancias se admita la prueba de testigos, es necesario que los que lo
fueron del acto sean oídos, si viven todavía.

El acto auténtico.

El acto auténtico es definido por el artículo 1317 del Código Civil, como aquél
“que ha sido otorgado por ante oficiales públicos, que tienen derecho de actuar
en el lugar donde se le otorgó el acto, y con las solemnidades requeridas por la
ley”. Los demás aspectos están reglados por los artículos 1319-1320 del
Código Civil. Los aspectos relativos a su redacción están regidos por la ley del
notariado en los arts 30 a 35 de la Ley No.140-15 del 7 de agosto de 2015.

Castillo (2000) señala que “el acta notarial, es el acta pública y solemne
recibida e instrumentada por una Notario Público y hábil cumpliendo las
formalidades exigidas por la ley, a petición de las partes actuantes, de una
parte, o del voto de la ley, que tiene carácter de autenticidad inherente a los de
la autoridad pública y que hace plena fe de su contenido”.

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Valor probatorio de las copias.

El artículo 1334 del Código Civil establece que las copias, cuando existe el
título original, no hacen fe sino de lo que contiene aquél, cuya presentación
puede siempre exigirse.

El artículo 1335 del Código Civil establece que cuando no existe el título
original, hacen fe las copias, si están incluidas en las distinciones siguientes:

Las primeras copias hacen la misma fe que el original; sucede lo mismo


respecto a las sacadas por la autoridad del magistrado, presentes las partes o
llamadas debidamente, y también las que se han sacado en presencia de las
partes y con su mutuo consentimiento;

Las copias que sin la autoridad del magistrado, o sin el consentimiento de las
partes, después de haberse dado las primeras, han sido sacadas sobre la
minuta del acta por el notario que la ha recibido, o por uno de sus sucesores, o
por oficiales públicos que por su cualidad son depositarios de las minutas,
pueden, en caso de perderse el original, hacer fe si son antiguas. Se
consideran antiguas, cuando tienen más de treinta años. Si tienen menos de
los treinta años, no pueden servir sino como principio de prueba por escrito;

Cuando las copias sacadas sobre la minuta de un acto, no lo sean por el


notario que la recibió, o por uno de sus sucesores, o por oficiales públicos que
en esta cualidad sean depositarios de las minutas, no podrán servir, cualquiera
que sea su antigüedad, sino como un principio de prueba por escrito;

Las copias de copias podrán considerarse, según las circunstancias, como


simples datos. La Suprema Corte de Justicia, en funciones de Corte de
Casación, ha sostenido, que las fotocopias no satisfacen en principio, las
exigencias de la ley como medio de prueba. (Sent. No. 11, 24-02-99, B. J. NO.
1059, p. 150, y Sent. No. 15, 24-3-99, B. J. No. 1060, p. 133).

En otra decisión, la referida Corte de Casación, estableció que tal y como lo


decidió la Corte a-qua, las copias fotostáticas aportadas por la recurrente, no
hacen, por sí mismas, plena fe de su contenido, ni pueden ser admitidas como

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medios de prueba suficientes de los hechos alegados por dicho recurrente,
que, en consecuencia, en la Sentencia no se ha incurrido en los vicios y
violaciones denunciados. (Sent. No. 15, 26-05-93, B. J. No. 989-991, página
467).

En lo que respecta a las fotocopias del acto auténtico, la supraindicada Corte


de Casación, ha sostenido:

“Que si bien los progresos de la técnica fotográfica permiten obtener hoy día
reproducciones de documentos más fieles al original que las copias ordinarias,
no es menos cierto que en materia de actos bajo firma privada, en el estado
actual de nuestro derecho, solo el original hace fe, el cual debe ser producido
todas las veces que se invoque como prueba en justicia, pues las fotocopias,
en prinicpio, están desprovistas de valor jurídico; que cuando se trata de un
acto auténtico cuyo original debe permanecer en el protocolo del notario que lo
ha instrumentado y del cual debe expedir las copias que la ley autoriza, el
aporte de una fotocopia de ese acto por la parte que demanda su nulidad o
inexistencia, pone a cargo de ésta el fardo de la prueba de que dicho acto
adolece de tales vicios: que en la especie, en que se trata de un testamento,
incumbe al heredero que lo ataca, como sucede, la demostración de las
irregularidades que se le atribuyen, lo cual no ha sido hecho; que no obstante
haber enuciado la Sentencia impugnada que lo único depositado ante la Corte
a-qua fue una fotocopia de un supuesto testamento, con la indicación del
número del acto, su fecha y el nombre del Notario Público que lo instrumentó, y
que para que un acto pueda ser ponderado por un tribunal de justicia, debe
aportarse el original de dicho acto, máxime si se trata de una disposición
testamentaria, se hacía imperativo, en vista de la fotocopia depositada por los
apelantes, proceder, conforme prescribe el artículo 1334 del Código Civil, que
dispone que “las copias cuando el titulo original existe, no hacen fe sino de lo
que contiene aquel, cuya presentación siempre puede exigirse”, en vista de que
las copias sometidsas a esta regla incluyen las de los actos auténticos”.
(Sentencia No. 1, 14-01-98, B. J. No. 1046, páginas 119-120).

No obstante que las fotocopias no hacen prueba, los jueces pueden si una de
las partes lo solicita, autorizar que sean presentados los originales de los

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documentos que se pretenden hacer valer como medios probatorios. Tal ha
sido el criterio de la Suprema Corte de Justicia, en funciones de Corte de
Casación, al considerar que “Que si es cierto que las fotocopias resultan
ineficaces como medios de prueba, no es menos cierto que el tribunal puede a
pedimento de parte interesada o de oficio, ordenar que sean mostrados o
depositados los originales de esos documentos a fin de realizar las
verificaciones correspondientes”. (Sent. No. 1, 1-6-99, B. J. No. 1063, página
734).

Se ha constituido una práctica, el hecho de que las secretarias, al recibir los


documentos le ponen un cotejo vistos los originales. Algunos abogados no
hacen reparo a dichas piezas, pudiendo solicitar que sean presentados los
originales, porque es el juzgador quien necesita valorar los documentos
originales y no la secretaria. Por lo tanto, no se cumple con el voto de la ley,
cuando estos se depositan en fotocopias y la secretaria. Al respecto la
Suprema Corte de Justicia, como Corte de Casación, ha establecido, que:

“Que, el primero y el segundo medios propuestos, reunidos para su examen


por su evidente conexidad, se refieren, en esencia, a que la actual recurrente
solicitó “la presentación de los originales de las fotocopias depositadas…”, los
cuales “jamás fueron vistos por el Tribunal a-quo, ni fueron sometidos al debate
contradictorio, pues la propia Corte a-qua admite que quien los vió fue la
secretaria y por ello los recibió en fotocopia, de donde de desprender que los
originales no fueron presentados a la S. R., C. por A., como lo exige el artículo
1334 del Código Civil” y por eso dicha compañía “estuvo imposibilitada de
verificar si esas copias contenían lo que establecían sus originales”, violando
así el referido artículo 1334; que, como la no presentación de los originales de
las fotocopias depositadas por la hoy recurrida, implicó la ausencia de pruebas
sobre sus pretensiones originales, “no puede exigirse al demandado, ahora
recurrente, a que suministre pruebas que lo liberen de sus obligaciones, pues
éstas no han sido probadas”, lo que conlleva la violación del artículo 1315 del
Código Civil, concluyen los agravios expuestos en dichos medios por la
recurrente;

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Que, en relación con tales alegatos, la sentencia atacada expone que aún
cuando se aduce que los documentos justificativos de la deuda “fueron
depositados en el tribunal de primer grado en fotocopias”, la decisión apelada
expresa que “cada uno de los documentos depositados en el tribunal por parte
de la demandante, fueron avalados por su original, certificando la secretaria
que los vio y por ello que los recibió en fotocopias, pero no obstante, casi todos
los documentos depositados fueron emitidos por la propia demandada” (hoy
recurrente), “es decir, que no se pueden desconocer documentos emitidos por
la parte demandada”, desestimando así la Corte a-qua el referido argumento;

Que, como ha sido juzgado por esta Corte de Casación, si bien por sí solas las
fotocopias no constituyen una prueba idónea, ello no impide que los jueces del
fondo aprecien el contenido de las mismas y, unido dicho examen a otros
elementos de juicio presentes en el caso sometido a su escrutinio, deduzcan
las consecuencias perinenes; que, en la especie, la Corte a-qua retuvo los
hechos incursos en los documentos depositados en fotocopias aportados
regularmente al plenario y aceptados como prueba útli por dicha Corte,
respecto de la existencia del crédito y su concepto invocados por la hoy
recurrida, estimando plausible su valor probatorio y rechazando la impugnación
que a las mismas opusiera la actual recurente, quien por cierto nunca alegó la
falsedad de esos documentos, sino que sólo restó eficacia a su fuerza
probante, sin negar su autenticidad intrínseca; que, en efecto, la Corte a-qua
pudo comprobar y retener, en abono a su convicción sobre el alcance
probatorio de las fotocopias en cuestión, según consta en el fallo atacado, que
dichos documentos fueron compulsados con sus originales por la secretaria
del tribunal, pero como a esta funcionaria no le asiste potestad decisoria para
establecer válidamente si un documento fotocopiado se corresponde
exactamente con su original, por cuanto dicha facultad es privativa de la
soberana apreciación de los jueces, como se desprende de la economía de los
artículos 1334 y 1335 del Código Civil, resulta evidente en la sentencia
impugnada que ese cotejo sólo constituyó un elemento de juicio que, unido al
hecho comprobado por dicha Corte de que la mayoría de los documentos
depositados fueron emitidos por la propia demandada original, hoy recurrente,
vino a fortalecer el convencimiento, expuesto correctamente por los jueces del

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fondo, de que no era procedente desconocer el contenido de tales fotocopias,
referente a la existencia y al concepto del crédito en cuestión, cuya versión
medular, como se ha expresado, nunca fue rebatida por dicha parte; que, en
consecuencia, los medios analizados carecen de fundamento y deben ser
desestimados, y en su medida el presente recurso de casación”. (Sent. 10 de
noviembre, 2004, No. 2, B. J. No. 1128).

Diferencia del acto bajo firma privada con el acto


auténtico.

Existen ciertas diferencias entre el acto bajo firma privada y el acto auténtico.
Tales son:

El acto bajo firma privada es redactado por las mismas partes.

El acto auténtico es instrumentado por el Notario.

El valor probatorio del acto bajo firma privada, se puede destruir con la prueba
en contrario.

El valor probatorio del acto auténtico es creíble hasta inscripción en falsedad.

El acto bajo firma privada adquiere fecha cierta desde que es inscrito e
transcrito en el organismo correspondiente.

El acto auténtico adquiere fecha cierta desde su redacción.

La prueba literal ante la Jurisdicción Inmobiliaria.

La Ley No. 108-05 sobre Registro Inmobiliario, no contiene una enumeración


de los medios de pruebas como lo hizo el legislador del Código Civil, en el
artículo 1316. Sin embargo, nadie duda que ante la Jurisdicción Inmobiliaria, la
prueba escrita o literal se rige por las disposiciones de los artículos 1322 y
siguientes del Código Civil, los cuáles prevén que la prueba literal debe ser
mediante acto auténtico y bajo firma privada, por supuesto observando las
formalidades que establece la ley, para su instrumentación y validez.

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Tratándose de una litis de derecho registrado, la prueba escrita tendrá
preeminencia para probar la existencia de un acto jurídico, por ser la reina de la
prueba para probar las obligaciones asumidas por las partes. Tanto es así, que
los jueces tienen cierta limitación al poder soberano de que están investidos
para apreciar las prueba, ya que estos al momento de valorar un documento
suscrito por las partes en litis, deben respetar la voluntad de las partes prevista
por el artículo 1134 del Código Civil, siempre que esta voluntad respete el
orden público y las buenas costumbres.

En la litis de derecho registrado, los jueces están atados por las pruebas
sometidas por las partes, por tener esta un carácter de interés privado, no así
ocurre en el procedimiento de saneamiento, que al tratarse de un asunto de
orden público, existe libertado probatoria, tal como lo permite el principio IX de
la Ley de Registro Inmobiliario.

La prueba literal en materia laboral.

De conformidad con el artículo 541 del Código de Trabajo, la existencia de un


hecho o de un derecho contestado, en todas las materias relativas a los
conflictos jurídicos, puede establecerse por los siguientes modos de prueba:

1 o. Las actas auténticas o las privadas;

2 o. Las actas y registros de las autoridades administrativas de trabajo;

3o. Los libros, libretas, registros y otros papeles que las leyes o los
reglamentos de trabajo exijan a empleadores o trabajadores.

Los otros medios de pruebas no son referidos, debido a que únicamente,


estamos tratando los aspectos relativos a la prueba escrita o literal.

El artículo 542 del citado Código, establece, que los jueces gozan de un poder
soberano de apreciación en el conocimiento de estos modos de prueba.

La jurisprudencia dominicana ha establecido que como en materia laboral,


existe libertad probatoria. No tienen aplicación las disposiciones de los artículos
1322 y 1341 del Código Civil. Estos artículos dan preeminencia a la prueba

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escrita frente a otras pruebas establecidas por el legislador. (S. C. J. 25 de
febrero-1981-843-274-281).

En otra decisión la Suprema Corte de Justicia estableció, “….que el tribunal


tras apreciar los hechos de la causa, expuestos a través de la prueba
documental llegó a la conclusión de que la demandada no probó las faltas
invocadas para realizar el despido de los recurridos, lo que no viola la regla
establecida sobre el valor probatorio de los actos auténticos, pues en esta
materia no existe jerarquización de la prueba, gozando los jueces del fondo, de
un soberano poder de apreciación de las misma, sin que haya distinción entre
los diversos tipos de esa prueba. El tribunal restó fuerza probatoria al acto
notarial presentado, no por dudar de la actuación del notario actuante, sino por
las circunstancias en que se produjeron las declaraciones de los trabajadores,
entre las cuáles se señalaba el hecho de haberse realizado en la empresa, en
el área de influencia del empleador y que en el acto notarial no se expresaba
que los comparecientes firmaran el mismo o que se negaran a hacerlo tras
haber sido invitado a ello”. (S. C. J. 17 de febrero 1999-1059, Vol. II -622-630).

La referida decisión se fundamenta en que el principio IX del Código de


Trabajo. Establece que en materia de contrato de trabajo, los hechos tienen
preponderancia sobre los documentos, razón por la cual el contrato de trabajo,
es un contrato realidad. De ahí que el contrato por escrito puede establecer un
asunto, pero en hecho se ejecuta otro aspecto distinto, y es esta realidad la que
debe preponderar.

La jurisprudencia, también ha establecido que “…existiendo libertad probatoria


en esta materia, los jueces del fondo no pueden descartar pura y simplemente
un documento, por tratarse de una fotocopia, sobre todo si la parte contra quien
se dirige el documento no lo ha atacado de falsedad, siendo su obligación en
caso de que tuviere alguna duda sobre su autenticidad, disponer el depósito del
original del documento a los fines de confrontación, obligación ésta que se
deriva del papel activo del juez laboral.” (S. C. J. 14 abril-1999-1061, Vol. II
-804-809).

15
La prueba testimonial.

La prueba testimonial es aquella que se hace por medio de testigos, sobre lo


que una persona ha visto, escuchado o percibido a través de los sentidos, y se
encuentra reglamentada por los artículos 1341 a 1348 del Código Civil.

La prueba testimonial es una prueba imperfecta, porque dependerá mucho de


la percepción que tenga el testigo, en materia civil se admite para probar los
hechos jurídicos pero no los actos jurídicos.

En efecto el artículo 1341 del Código Civil, establece que deberá extenderse
acta ante notario o bajo firma privada, de todas las cosas cuya suma o valor
exceda de treinta pesos, aun por depósitos voluntarios; y no se recibirá prueba
alguna de testigos en contra o fuera de lo contenido en las actas, ni sobre lo
que se alegue haberse dicho antes, en, o después de aquellas, aunque se trate
de una suma o valor menor de treinta pesos. Todo esto, sin perjuicio de lo que
se prescribe en las leyes relativas al comercio.

Según prevé el artículo 1342 del Código Civil, la regla previamente indicada se
aplica al caso en que la acción contiene, además de la demanda del capital,
otra de intereses, que reunidos a aquél, pasan de la suma de treinta pesos. Si
la demanda pasa de 30 pesos, no puede ser admitida la prueba testimonial,
aunque rebaje su demanda primitiva, tal como prevé el artículo 1343 del
Código Civil.

A los términos del artículo 1344 del citado Código Civil, la prueba testimonial en
la demanda de una suma, aunque menor de treinta pesos, no puede admitirse,
cuando ha sido declarada como siendo resto o formando parte de un crédito
mayor que no esté probado por escrito.

Si en la misma instancia una parte hace muchas demandas, de las cuales no


hay título por escrito, y que reunidas pasan de la suma de treinta pesos, no
puede admitirse la prueba por testigos, aunque alegue la parte que su crédito
proviene de causas diferentes, y que se han creado en distinta época; a menos
que sus derechos provengan, por sucesión, donación o de otra manera, de
diferentes personas. (Art. 1345 Código Civil).

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Todas las demandas, con cualquier título que se hagan, que no estén
justificadas por completo por escrito, se harán por un mismo emplazamiento,
después de lo cual no se admitirán otras demandas que no tengan prueba por
escrito. (Art. 1346 Código Civil).

Excepciones de prueba testimonial.

Las reglas previamente indicadas comportan algunas excepciones:

Si se trata de asuntos comerciales, es admisible la prueba testimonial


independientemente del monto de la obligación.392

Si el acreedor se ha visto en la imposibilidad de obtener una prueba por escrito,


particularmente en los siguientes casos:

En las obligaciones que nacen de los cuasicontratos y de los delitos o


cuasidelitos;

En los depósitos necesarios hechos en caso de incendio, ruina, tumulto o


naufragio, y a los hechos por viajeros al hospedarse en una fonda, todo según
la cualidad de las personas y de las circunstancias del hecho:

En las obligaciones contratadas en caso de accidentes imprevistos, donde no


se pudo hacer actos por escrito;

En el caso en que el acreedor ha perdido el título que le servía de prueba


literal, por consecuencia de un caso fortuito, imprevisto y resultante de una
fuerza mayor.393 La jurisprudencia ha extendido esto a las relaciones de
confianza o subordinación existente entre dos personas, pueden ser un
obstáculo a la redacción de un escrito.

3) Cuando existe un principio de prueba por escrito. Se llama de esta manera,


todo acto por escrito que emane de aquél contra quien se hace la demanda, o
de quien lo represente, y que hace verosímil el hecho alegado.394

17
Las presunciones.

Según el artículo 1349 del Código Civil, las presunciones son las
consecuencias que la ley o el magistrado deduce de un hecho conocido a otro
desconocido. Las presunciones están reglamentadas desde el artículo 1349 a
1353 del Código Civil.

Clasificación de las presunciones legales.

Las presunciones legales pueden ser juris tantum y juris et de jure. Las juris
tantum, se caracterizan porque pueden ser combatidas con la prueba en
contrario, se puede destruir por medio de testigos, y por presunciones simples
y cualquier medio de prueba admitido por la ley. Las de jures et de jures, que
también se le denominan absolutas irrefragables (art. 1352 C. C.) Estas se
caracterizan porque no admiten la prueba en contrario.396

Dicho texto legal establece dos presunciones absolutas: a) aquellas en virtud


de las cuales la ley anula ciertos actos (arts. 911 y 1100 Código Civil); y b)
cuando la ley deniega la acción en justicia, tales son la presunción de verdad
de la cosa juzgada, la presunción de propiedad unida a la usucapión, o a la
posesión de buena fe de un mueble corporal

Las presunciones pueden ser simples y legales.

Son presunciones simples o del hombre la obra del magistrado, y si existen en


un texto legal son presunciones legales. El artículo 1350 del Código Civil define
la presunción legal, como aquélla que se atribuye por una ley especial a ciertos
actos o hechos, tales como:

1. Los actos que la ley declara nulos, por presumirse hechos en fraude de sus
disposiciones, atendiendo a su propia cualidad;

2. Los casos en que la ley declara que la propiedad o la liberación resultan de


ciertas circunstancias determinadas;

3. La autoridad que la ley atribuye a la cosa juzgada;

18
4. La fuerza que la ley da a la, confesión de la parte o a su juramento.

El artículo 1351 del Código Civil, establece que la autoridad de cosa juzgada no
tiene lugar sino respecto de lo que ha sido objeto de fallo. Es preciso que la
cosa demandada sea la misma; que la demanda se funde sobre la misma
causa; que sea entre las mismas partes y formulada por ellas y contra ellas,
con la misma cualidad.

Presunciones no establecidas por la ley.

El artículo 1353 del Código Civil prevé que las presunciones no establecidas
por la ley, quedan enteramente al criterio y prudencia del magistrado, el cual no
debe admitir sino presunciones graves, precisas y concordantes, y solamente
en el caso en que la ley admite la prueba testimonial, a menos que el acto se
impugne por causa de fraude o dolo.

La confesión de parte.

La confesión es la declaración por la cual una persona reconoce expresa o


tácitamente como cierto un hecho que puede tener para ella consecuencias
jurídicas capaces de perjudicarle. Esta puede ser judicial o extrajudicial. La
confesión está regida por los artículos 1354 a 1356 del Código Civil.397

El artículo 1355 del Código Civil, establece que la alegación de una confesión
extrajudicial, puramente, verbal, es inútil, siempre que se trate de una demanda
cuya prueba testimonial no sea admisible.

El artículo 1356 del Código Civil define la confesión judicial como la declaración
que hace en justicia la parte o su apoderado, con poder especial. Hace fe
contra aquél que la ha prestado. No puede dividirse en su perjuicio. No puede
revocarse, a menos que no se pruebe que ha sido consecuencia de un error de
hecho. Pero no podrá revocarse bajo pretexto de un error de derecho.

19
El juramento.

El juramento es otra manera de probar las obligaciones. Existen dos tipos de


juramentos: el decisorio y el deferido de oficio por el juez o cualquiera de las
partes. El juramento está regido por los artículos 1357 a 1369 del Código Civil.

El juramento decisorio.

El juramento decisorio puede deferirse sobre cualquiera clase de demanda de


que se trata, según lo que prescribe el artículo 1358 del Código Civil. A los
términos del artículo 1359 del citado Código, no puede deferirse sino sobre un
hecho personal a la parte a quien se le defiere.

El juramento, puede deferirse en cualquier estado de la causa, aun no


existiendo ningún principio de prueba de la demanda o excepción sobre la cual
se proponga. (Art. 1360 Código Civil).

El artículo 1361 del citado Código establece que aquel a quien le ha sido
deferido el juramento y se niega a darlo o referirlo a su contrario, o el contrario
a quien se ha referido y lo rehúsa, debe perder su demanda o excepción.

De conformidad con el artículo 1362 del mismo Código antes referido, no


puede deferirse el juramento, cuando el hecho que es su objeto no es común a
las dos partes; sino que es puramente personal a aquél a quien se le había
deferido.

El artículo 1363 del citado Código, prevé que cuando el juramento deferido o
referido se ha hecho, no se le admite al contrario la prueba de su falsedad.

También prevé el artículo 1364 del Código Civil que la parte que ha deferido o
referido el juramento, no puede retractarse cuando el adversario ha declarado
que está dispuesto a prestarlo.

El artículo 1365 del referido Código establece que “El juramento hecho no hace
prueba sino en provecho del que lo ha deferido o contra él, y en provecho de
sus herederos y causahabientes, o contra ellos. Sin embargo, el juramento

20
deferido por uno de los acreedores solidarios al deudor, no libra a éste sino por
la parte de este acreedor. El juramento deferido al deudor a uno de los
deudores solidarios, aprovecha a los codeudores; y el deferido al fiador,
aprovecha al deudor principal. En estos dos últimos casos, el juramento del
codeudor solidario o del fiador, no aprovecha a los otros codeudores o al
deudor principal, sino cuando ha sido deferido sobre la deuda, y no sobre el
hecho de la solidaridad o de la fianza.

El juramento deferido de oficio.

De conformidad con lo preceptuado por el artículo 1366 del Código Civil, el juez
puede deferir a una de las partes el juramento, bien sea para que de él
dependa la decisión de la causa, o para determinar solamente el importe de la
condena.

El artículo 1367 del citado Código, establece que no puede deferirse de oficio
por el juez el juramento, ya sea sobre la demanda o sobre la excepción que en
ella se opone, sino con las dos de las siguientes situaciones:

Que la demanda o la excepción no esté plenamente justificada;

Que no esté por completo desprovista de pruebas.

Fuera de estos dos casos debe el juez pura y simplemente, admitir o desechar
la demanda.

El artículo 1368 del aludido Código, prevé, que el juramento deferido de oficio
por el juez a una de las partes, no puede deferirse por ella a la otra.

De conformidad con el artículo 1369 del Código Civil, el juramento sobre el


valor de la cosa demandada, no puede deferirse por el juez al demandante sino
cuando es imposible por otro medio demostrar este valor. Debe también el
juez, en este caso, determinar la suma hasta cuyo importe deberá creerse al
demandante bajo su juramento

Distinguido participante, realice la práctica final consistente en:

21
Consulte la bibliografía básica de la unidad y demás fuentes
complementarias del curso; luego realice la actividad que se
describe a continuación:
1. Elabora un cuadro de varias columnas, donde describa los
diferentes tipos de pruebas en un proceso legal en el área
de civil.

Ortiz (2006) sostiene que las pruebas


son procedimientos por medio de los
cuales se puede demostrar la
existencia de los derechos, sea en
ocasión de un litigio o fuera de éste.
QUÉ SON LAS PRUEBAS? Guillermo Cabanellas de Torres, en
su Diccionario Jurídico Elemental
define la prueba como la
demostración de la verdad de una
afirmación, de la existencia de una
cosa o de la realidad de un hecho.
Capitant (1977), por su parte, en su
Vocabulario Jurídico la define como
la demostración de la existencia de
un hecho material o de un acto
jurídico. Brenes Córdoba (1998)
refiere que en jurisprudencia, se
designa con el nombre de prueba, al
medio por el cual se demuestra
judicialmente la realidad de un hecho.
Se denominan pruebas a los diversos
procedimientos empleados para
convencer al Juez. Tal es el
sentimiento que Domat daba a esta
palabra al definir la prueba como todo
lo que persuade al espíritu de una
verdad. La prueba puede decirse que
es el mecanismo que tienen las
partes para demostrar la verdad de
sus alegatos ante un proceso. Son
procedimientos por medio de los
cuales se puede demostrar la
existencia de los derechos, sea en
ocasión de un litigio o fuera de éste.

El objeto de la prueba es llevar al


ánimo del juez la convicción de la
verdad de la especie afirmada, a fin
de que esté en aptitud de aplicar la

22
OBJETO DE LA PRUEBA ley o doctrina jurídica que proceda, y
de ese modo quede fijado el derecho
que se reclama. Cuando el deudor
rehúsa ejecutar su obligación, el
acreedor debe establecer ante el
tribunal competente, la existencia y
las condiciones de su acreencia.

En principio, la carga de la prueba


incumbe a aquél que pretende ser
titular de un derecho que parezca
contrario al estado normal o actual de
las cosas (Actor incumbit probatio).
En resumen la prueba debe ser
CARGA DE LA PRUEBA. aportada por la persona que hace la
alegación del hecho. En tal sentido el
artículo 1315 del Código Civil domini
Benzo, establece que todo aquel que
reclama la ejecución de una
obligación debe probarla; pero la
segunda parte del indicado artículo
prevé que todo aquel que pretende
estar libre debe de justificar la causa
de la liberación de su obligación.
Conforme al citado principio actor
incumbit probatio, el litigante que
hace una afirmación debe aportar la
prueba de ese alegato, pero si el otro
se defiende, argumentando lo
contrario, debe aportar la prueba de
cómo se liberó de la obligación.

La prueba tiene una importancia


práctica considerable, por los
motivos que se indican a
continuación:
1) Porque el juez no puede creer
en las afirmaciones del litigante en
base a su palabra. En un proceso, el
IMPORTANCIA DE LAS PRUEBAS. demandante debe probar todo lo que
sea contestado por su adversario.
Así, en teoría jurídica, se distingue lo
que se exige para la existencia o
validez de una obligación. 2) En
muchos casos, no es suficiente
disponer de un medio de prueba.
Estos medios son jerárquicos:

23
algunos de ellos son considerados
subsidiarios y no pueden destruir las
consecuencias de una prueba que se
tiene por superior. La ley exige, en
diversas materias, un medio
determinado de prueba y otros se
consideran como irredimibles.

El Código Civil Dominicano en su


artículo 1316 distingue cinco medios
de pruebas, que son: 1.- La Prueba
Literal (Actos Auténticos y Bajo Firma
Privada). 2.- La prueba por testigos.
5. MEDIOS DE PRUEBAS. 3.- Las presunciones. 4.- El
Juramento. 5.- La confesión. 5.1- La
prueba literal.

Existen dos variedades de esta


VARIEDADES DE PRUEBA prueba: El acto bajo firma privada y el
LITERAL. acto auténtico.

El legislador no ha definido el acto


bajo firma privada como lo ha hecho
con el acto auténtico. Sin embargo,
por las expresiones utilizadas por
EL ACTO BAJO FIRMA PRIVADA. éste, en el párrafo II del artículo 16
de la Ley No. 140-15 sobre notariado,
y los artículos 1322 a1332 del Código
Civil, se puede definir como aquél
que ha sido redactado por las
mismas partes, cuyas firmas pueden
ser legalizadas por un notario cuando
las partes así lo deseen.

2. Después de consultar el siguiente libro de esta unidad, realice


una demanda en daños y perjuicios por incumplimiento de
contrato de un médico. Luego de realizar dicho procedimiento,

24
debe emitir conclusión y su opinión personal en la que destaque
la experiencia que usted ha tenido durante la realización de la
actividad.

Patiño y asociados
Lic. Carlos Miguel Patiño
Calle la Principal colinas n 28 del norte Santiago
República Dominicana
E-mail. cmps@gmail.com
Tel. 809-241-3801

AL: HONORABLE MAGISTRADA JUEZ


PRESIDENTE DEL TRIBUNAL DE
PRIMERA INSTANCIA DE LA
CÁMARA CIVIL Y COMERCIAL DEL
DISTRITO JUDICIAL DE SANTIAGO
DE LOS CABALLEROS,
REPÚBLICA DOMINICANA.

DEMANDANTE: ANGÉLICA MARÍA TEJADA

ABOGADO: CARLOS MIGUEL PATIÑO

ASUNTO: PRESENTACION DE LA SOLICITUD


DE FIJACIÓN DE AUDIENCIA PARA
CONOCER DEMANDA EN
(INDEMNIZACION POR DAÑOS Y
PERJUICIOS), por incumplimiento de
contrato de un médico

HONORABLE MAGISTRADA:

Quien suscribe, LIC. CARLOS MIGUEL PATIÑO, dominicano, mayor de edad,


provisto de la cedula de identidad y electoral No. 031-00000000. Con estudio
profesional abierto en Calle la Principal colinas n 28 del norte Santiago de los
caballeros, lugar donde mi requirente hace formal elección de domicilio para
todos los fines y consecuencias legales del presente acto, donde el Actor Civil
hace y formula formal y expresa elección de domicilio para todos los fines y
consecuencias legales de la presente instancia Expone lo siguiente:
_________

25
I.- DE LOS DEMANDADOS:

La presente demanda la dirijo en contra del hospital la Salvación


representada por su Gerente Regional JOSÉ PÉREZ GARCÍA con dirección
domiciliaria en la calle José Joaquín cuello, n 4 de esta ciudad de Santiago de
los Caballeros lugar donde se le notificara con la presente. Así mismo la dirijo
en contra de DR. María Teresa Martínez Jiménez, con dirección domiciliaria
en la Urb. Fernández de esta ciudad de Santiago de los Caballeros. 230
distrito, provincia y departamento de Arequipa, lugares donde se les notificara
con la presente.

II. DEMANDA:

Yo Angélica María Tejada, Interpongo la presente demanda en daños


y perjuicios por incumplimiento de contrato de un médico. Siendo
el monto de la pretensión resarcitoria. 250,000.00 (DOSCIENTOS CINCUENTA
MIL Pesos Dominicanos) que corresponden a: DAÑO A LA PERSONA por la
pérdida innecesaria de un órgano (el seno derecho), hasta por la suma de
150,000.00 (Ciento Cincuenta mil con 00/100 Pesos Dominicanos) y LUCRO
CESANTE hasta por la suma de 50,000.00 (Cincuenta Mil Pesos
Dominicanos) y DAÑO MORAL, hasta por la suma de 50,000.00 (Cincuenta
Mil Pesos Dominicanos), debiéndose incluir intereses desde la fecha del hecho
hasta el dictado de la sentencia de primera instancia. Además de las costas y
costos que originen el presente.

ATENDIDO: Asimismo soy madre de tres pequeños hijos, siendo


respectivamente sus edades de nueve, cinco y el último de tan solo 8 meses
que seguía lactando antes del suceso.

ATENDIDO: Además teniendo en cuenta que soy el único sostén de mi familia


ya que mi cónyuge se encuentra desempleado desde hace más de 4 años
(2004), por tener un problema cardiaco.

ATENDIDO: Que debido a un fuerte malestar que tuve en el pecho, tras hacer


lactar a mi menor hijo, en fecha 26 de Julio del 2004 es que acudí al hospital la
Salvación atendiéndome en el servicio de medicina general a cargo del Dr.
Juan Carlos soto el cual me derivo al servicio de Gineco Oncología, con historia
Clínica Nº xxxxx

ATENDIDO: Que, con fecha 03 de Agosto del 2004, me apersoné al servicio


de Gineco Oncología, del cual estaba a cargo de la Dra. Gladys Núñez
Cevallos, la cual ordeno se me practique ecografías, mamografía; biopsia de
tejido; exámenes auxiliares y riesgo quirúrgico.

ATENDIDO: Es que tras hacerme los exámenes correspondientes, en fecha 30


de Agosto del 2020, señaló que mi malestar era debido a un fibroma adenoma
(tumoración benigna) en el seno derecho, donde concluyo su diagnóstico
indicando que era un quiste benigno.

26
ATENDIDO: Tras la tumoración benigna diagnosticada se me índico que era
preferible que se extraiga tal tumoración, para bienestar de mi salud y no
presente posibles complicaciones posteriores, es que se programó tal
intervención para el día 12 de setiembre del 2020.

ATENDIDO: Llegado tal día, se me interno para luego ser ingresada a la sala


de operaciones, antes de empezar la mencionada operación, se me inyecto la
anestesia y cuando ya tenía colocadas las intravenosas, el medico encargado
de la operación Dr. Joselito Pérez me comunico en el quirófano, que tras el
último resultado de mi biopsia, se diagnosticó un carcinoma menor maligno
alojado en la mama derecha y como tal, debía hacerme una mastectomía
(extirpar la integridad del seno), estando bajo los efectos del medicamento
antes mencionado y confiada en el último diagnóstico es que accedí a una
operación que duró aproximadamente cuatro horas.

ATENDIDO: Para asegurarme del resultado he llevado dos muestras al


Laboratorio Rangel & Rangel ASOCIADOS S.A.C. Domiciliado en el Centro
Medico Cibao en esta Ciudad de Santiago de los Caballeros, que después del
examen de Diagnostico Microscópico se pronuncia: QUISTES Y ADENOSIS
SIMPLE. FIBROADENOMA PERIE TRA CANALICULAR MAMARIA. EN LA
MUESTRA REMITIDA NO SE ENCUENTRA NEOPLASIA MALIGNA.
Medio probatorio que anexo a la presente.

ATENDIDO: Como se puede inferir, he sufrido una mastectomía (extirpación


del seno), innecesaria es decir la pérdida de un órgano importante que
disminuye ostensiblemente mi apariencia de mujer de 36 años de edad y me ha
causado una disminución física, habida cuenta que en mi profesión de
Licenciado en Educación Inicial y Primaria y teniendo cargo la asignatura de
educación física, diariamente realizo fuerzo físico, aptitud en la que me
encuentro disminuida.

ATENDIDO: También se debe tener presente que ha causado un daño en la


alimentación de mi menor hijo ya que lo ha privado de la leche materna que es
tan importante para su desarrollo tanto físico como mental.

ATENDIDO: Tras la operación practicada en mi persona, es que no tenía el


mismo rendimiento en mis funciones como profesora de educación física
antes mencionado, además de los excesivos permisos solicitados por mi salud,
motivo por el cual la entidad donde trabajo, me ha separado de mi cargo y
cesado de mis funciones desde 15 de Noviembre del 2020.

ATENDIDO: En conocimiento de la impericia médica cometida por los


profesionales citados, teniendo presente que la impericia es la incapacidad
técnica para el ejercicio de una profesión o arte y la fuente de la misma puede
radicar en la total ausencia de conocimientos (ignorancia), EN UN ERROR EN
EL JUICIO (DIAGNÓSTICO EQUIVOCADO) o en la defectuosa ejecución del
acto (inhabilidad, torpeza); con la ayuda de mi señor esposo, solicité
repetidamente conversar con los presuntos responsables, habiéndoseme
negado toda clase de información, y posteriormente.

27
ATENDIDO: Asimismo ha puesto a mí familia en latente preocupación y
zozobra al no contar con medios económicos para poder seguir pagando la
educación de mis menores hijos en edad escolar y dependiendo de mi padres
que ya son personas mayores y que no cuentan con mayores ingresos que su
pensión por jubilación.

ATENDIDO: DAÑO A LA PERSONA por la pérdida innecesaria de un órgano


(el seno derecho), hasta por la suma de S/.150,000.00 (Ciento Cincuenta mil
Pesos Dominicanos), para cubrir los gastos de cirugía (estética, de
implantación de prótesis, ETC), requerida, así como el pago de los gastos
médicos, farmacéuticos y colaterales. LUCRO CESANTE hasta por la suma de
S/. 50,000.00 (Cincuenta Mil Pesos Dominicanos), por el tiempo dejado de
laboral y percibir la remuneración mensual; y DAÑO MORAL, hasta por la
suma de S/. 50,000.00 (Cincuenta Mil Pesos dominicanos), para poder resarcir
la lesión psíquica y el agravio espiritual, es decir gastos por tratamiento
psicológico.

Visto: Art. 8 de la Constitución en cuanto a que es función esencial del Estado,


la protección efectiva de los derechos de la persona, el respeto de su dignidad
y la obtención de los medios que le permitan perfeccionarse de forma
igualitaria, equitativa y progresiva, dentro de un marco de libertad individual y
de justicia social, compatibles con el orden público, el bienestar general y los
derechos de todos y todas.

Visto: La obligación de reparar los daños y perjuicios, queda señalada en el


Artículo 1382 del Código Civil Dominicano, ya que según éste, el autor de un
hecho ilícito debe reparar los daños y perjuicios que con tal hecho cause a otra
persona, a menos que demuestre que el daño o el perjuicio se produjo como
consecuencia de culpa o negligencia inexcusable de la víctima. Los derechos
que se protegen al implementarse la figura del daño moral son aquellos que
protegen la paz, integridad, honorabilidad, y la salud mental y espiritual.

Visto: En ese sentido, el artículo 1382 del Código Civil, establece lo siguiente:
"Cualquier hecho del hombre que causa a otro un daño, obliga a aquel por cuya
culpa sucedió, a repararlo".

ATENDIDO: Que, de igual manera, el artículo 1383 del Código Civil


establece: “Cada cual es responsable del perjuicio que ha causado, no
solamente por un hecho suyo, sino también por su negligencia o su
imprudencia”;

ATENDIDO: Que, el artículo 1382 del Código Civil establece lo


siguiente: “Cualquier hecho del hombre que causa a otro un daño obliga a
aquel por cuya culpa sucedió a repararlo”;

ATENDIDO: Que, asimismo, el Párrafo 3ro. Del artículo 1384, del Código Civil,
establece que: “No solamente es uno responsable del daño que causa un

28
hecho suyo, sino también del que causa por hechos de las personas de
quienes se debe responder”, creando la responsabilidad civil de los comitentes;

ATENDIDO: Que, en ésa virtud la función principal de la responsabilidad civil


es de asegurar la reparación de daños y perjuicios sufridos por las víctimas,
que según la RESOLUCION NO. 40-34, de fecha 11 de Diciembre del año
1985, votada por la ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS
(ONU), las víctimas deben ser tratadas con dignidad, compasión y rapidez;

ATENDIDO: Que, nuestro país, como Estado, miembro de la ONU, debe


preocuparse por cumplir dicha RESOLUCION,  y en este caso, el ESTADO,  lo
representa el JUEZ;

ATENDIDO: Que, los Jueces son soberanos para evaluar, los daños y


perjuicios de las víctimas, para reparar el daño, todo el daño, y nada más que
el daño, teniendo en cuenta las consecuencias que produce, sobre todo, el
daño moral, que necesariamente debe ser evaluado de manera objetiva;

ATENDIDO: Que la suma fijada en la indemnización, se debe fundamentar


también por el hecho de la pérdida del valor adquisitivo del peso dominicano,
frente a la moneda internacional, lo que ha producido un acrecentamiento
indetenible de los costos, que siendo así, el juez que se rige por un
razonamiento lógico está en la obligación de tomar en cuenta la variación y/o
fluctuación, viniendo a ser una consecuencia inmediata y directa, sobre todo,
que las indemnizaciones a reponer no volverán al status que al momento del
accidente, sino una estimación o apreciación valorable y estimable en dinero.
Que no sería más que una cláusula de indexación tácita o sobreentendida;

ATENDIDO: A que toda parte que sucumbe en justicia será condenada al pago
de las costas;

ATENDIDO: A que las decisiones judiciales son oponibles a las entidades


aseguradoras cuando estas son puestas en causa en las persecuciones
seguidas a sus asegurados.

CONCLUSIONES DE AUDIENCIA PRELIMINAR

PRIMERO: Que se admita de manera total la Querella con Constitución en


Actor Civil y Demanda en Daños y Perjuicios del Actor Civil y Querellante, por
ser buena en la forma.
SEGUNDO: Que sea admitido como Actor Civil y Querellante a la señora
ANGÉLICA MARÍA TEJADA.

TERCERO: Identificar como partes para el juicio de fondo a los señores:


Angélica María Tejada como actor civil y querellante.

29
JOSÉ PÉREZ GARCÍA CIVILMENTE DEMANDADO.
DR. María Teresa Martínez Jiménez CIVILMENTE DEMANDADO.
Hospital la Salvación sede hospitalaria.

CUARTO: Que sean admitidos todos los elementos de prueba que figuran en


la presente instancia de Constitución en Actor Civil, fundamento de las
pretensiones de nuestros patrocinados.
SEXTO: Que se dicte auto de apertura a juicio en contra del DR. María Teresa
Martínez Jiménez y JOSÉ PÉREZ GARCÍA sobre la base de que la acusación
privada y pública tiene fundamentos suficientes para justificar la probabilidad de
una condena.
SEPTIMO: Que se mantenga la medida de coerción impuesta a los
IMPUTADOS.
CONCLUSIONES DEL JUICIO
ATENDIDO: A las demás razones que se agregarán en tiempo y lugar
oportunos OIGAN a los Imputados al Actor Civil PEDIR al Juez de Fondo que
se apodere al Efecto, en mérito de los Artículos de Procedimiento Civil, y
al JUEZ apoderado FALLAR:

PRIMERO: DECLARAR buena y valida en cuanto a la forma y justa en cuanto


al fondo la constitución en actor civil y querella contenida en la presente
demanda;
SEGUNDO: DECLARAR a los señores  DR. María Teresa Martínez Jiménez
y JOSÉ PÉREZ GARCÍA culpable del delito de violación a la Ley No

TERCERO: CONDENAR solidariamente a los señores  DR. María Teresa


Martínez Jiménez y JOSÉ PÉREZ GARCÍA,  como TERCERO CIVILMENTE
DEMANDADO y BENEFICIARIO al pago de la suma de 250,000.00
(DOSCIENTOS CINCUENTA MIL Pesos Dominicanos), a favor y provecho
de la Actora Civil y Querellante, señora ANGÉLICA MARÍA TEJADA; como
justa reparación por los daños y perjuicios morales y materiales, a
consecuencia de la pérdida de su amado PADRE en el accidente de referencia;

Asimismo el artículo 1383 del Código Civil, establece que: "Cada cual es
responsable del perjuicio que ha causado, no solamente por un hecho suyo,
sino también por su negligencia o su imprudencia".

Es justicia que se espera merecer, en la ciudad de Santiago, municipio de la


Provincia Santiago de los Caballeros, República Dominicana, a los once (10)
días del mes de Julio del año Dos Mil Doce (2012)

__________________________________
LIC. CARLOS MIGUEL PATIÑO
Abogado del Actor Civil y Querellante

30
OPINIÓN Y CONCLUSIÓN
La responsabilidad profesional médica civil es la obligación de reparar los
daños y perjuicios causados al paciente por una conducta ilícita o por la
creación de un riesgo. Cuando el daño es ocasionado por una acción que
carece de la intención concreta de dañar y no es culpa o negligencia
inexcusable del paciente, se habla de responsabilidad objetiva, ya que la
profesión médica implica el uso de mecanismos, instrumentos, aparatos o
substancias peligrosas por sí mismos.

Ya que veo que la demandante angélica maría tejada realiza la demando de


daños y perjuicios debido a que la doctora del hospital no cumplió con los
acuerdos y cumplimientos de deber. El simple hecho inaudito en ese entonces
de lanzar la demanda fue motivo de daños y perjuicios pero no contra el
demandado directamente.

Por lo que la demanda es muy correcta ya que hubo una mala práctica médica
y esto se encuentra en el código civil.

Regla de oro de la atención médica, en ocasiones olvidada y en otras,


desgraciadamente violada, que ha conducido a daño o lesión durante el
proceso asistencial. Como causas de este maltrato se señalan la falta de
profesionalidad, indiferencia, desinterés y apatía del personal facultativo en su
actuar, que coincide con deficiencias en su formación profesional; bajo nivel de
responsabilidad y exigencia de jefes de servicios y directores de instituciones,
así como problemas de índole organizativo

31
BIBLIOGRAFÍA
MATERIAL COLGADO POR NUESTRO FACILITADOR.
CONOCIMIENTOS ADQUIRIDOS EN DIFERENTES FUENTES
INVESTIGATIVA EN LA WE
CODIGO CIVIL DE LA REPUBLICA DOMINICANA.
GOOGLE ACADÉMICO.
https://ebookcentral.proquest.com/lib/uapasp/reader.action?
docID=3228948&ppg=1
http://trimestral.uapa.edu.do/pluginfile.php/1816473/mod_resource/content/1/
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http://trimestral.uapa.edu.do/pluginfile.php/1816473/mod_resource/content/1/
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https://www.youtube.com/watch?v=CzBJchU-1wA

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