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Teoría General del Proceso.

UNIDAD 4 – ACCIÓN.

Introducción.

Para empezar a hablar de acción debemos entender que si definimos al proceso como un
método de debate dialéctico, es obvio, que a partir de él se desarrollará un método de debate
de carácter argumentativo, durante cuyo desarrollo una parte afirma (tesis), otra parte niega
lo dicho (antítesis) y un tercero resuelve según lo expuesto (síntesis), este es el esquema que
toma Adolfo Alvarado Velloso para explicar la dinámica del proceso.

De este método de debate dialéctico surge la necesidad de presentar a las partes del proceso
como partes de una comunicación intersubjetiva. Es necesario que la afirmación del actor, sea
conocida por el demandado; al igual que, la negativa o afirmación del demandado debe ser
conocida por el actor. De esta manera, surgen los conceptos de acción y reacción.

Concepto de Acción Procesal.

Partiendo del análisis de la pura actividad, Alvarado Velloso no elabora un concepto a partir de
la ley, sino que lo hace colocándose en la hipótesis de su total inexistencia. De esta manera,
logra arribar a un concepto inequívoco de la acción procesal: es la única instancia
necesariamente bilateral. Este concepto permite entender a la acción como un fenómeno
único e irrepetible en el mundo jurídico. De esta manera la acción procesal es la única instancia
que se presenta "uniendo" necesariamente a tres sujetos en una relación dinámica (actor,
demandado y juez); y con esto, se muestra que la función de la acción es trasladar la
pretensión desde el plano de la realidad al plano jurídico, pues como consecuencia de su
deducción se logrará de inmediato el objeto de formar un proceso.

De esta manera sólo resta enunciar cuales son los sujetos de la acción (quién insta), cuál es su
causa (por qué se insta) y cuál es su objeto (para qué se insta).

Sujetos (quién y ante quién) = son todas las personas jurídicamente capaces que deseen instar
y la autoridad que la recibe (juez).

Causa (por qué) = es el mantenimiento de la paz social mediante la erradicación de la fuerza


ilegítima de la sociedad.

Objeto (para qué) = es lograr la apertura de un proceso, el cual tiene su propio objeto es la
sentencia.

¿Qué implicancias tiene la teoría de la acción abstracta?

Que ahora cualquier persona puede legitimar la violación de un derecho y dar lugar al debate
dialectico que es el proceso, aun si el derecho subjetivo material no recae sobre él o no es su
titular.

Protección constitucional de la acción procesal. Se considera que el derecho autónomo y


abstracto de obrar cuenta con directo respaldo constitucional, por estar comprendido
genéricamente en el derecho de petición a la autoridad. Así, se busca dotar de primacía al
individuo frente al Estado.
Acción procesal como poder jurídico potestativo.

Dice AAV que la acción es concebida como un poder jurídico propio de la categoría de los
derechos potestativos, aquello a los cuales no corresponde una prestación de otro, quien - sin
embargo- sufre la acción de otro de manera directa. Por ejemplo, mediante el ejercicio del
derecho de acción por parte del actor (quien ingresa en el proceso por su propia voluntad),
quien es demandado ingresa en el proceso no por su voluntad, sino por obligación legal.

Entonces, para AAV la acción procesal es la única instancia que se presenta uniendo
necesariamente a tres sujetos en una relación dinámica, que tiene como finalidad trasladar la
prestación desde el plano de la realidad al plano jurídico, pues como consecuencia de su
deducción se logrará de inmediato el objeto formar un proceso.

Evolución del concepto de Acción Procesal. Distintas Teorías.

a) Teoría clásica: Define a la acción procesal como un simple elemento del derecho subjetivo
violado. De esta manera, se dice que la acción es el derecho "puesto en movimiento y armado
a pie de guerra". Decir que la acción es un ejercicio del derecho subjetivo violado implica que,
para accionar, necesariamente la ley demostrará inicial y cabalmente la existencia del derecho
subjetivo violado en el plano de la realidad, en caso de no haber derecho subjetivo violado, no
habrá acción como tal.

Esta incongruencia queda de manifiesto cuando vemos que en el plano de la realidad social
existe acción que no está revestidas por un derecho subjetivo violado, es decir que, a veces
puede accionar quien no posee ningún tipo de derecho.

Se muestra así un evidente error conceptual, por el cual la acción no goza de ninguna
autonomía ni independencia con respecto al derecho subjetivo.

b) La acción procesal como derecho distinto y autónomo del derecho subjetivo material
violado: Como superación de la tesis anterior, ya no se dice que la acción nace de la violación
de un derecho material subjetivo. Por lo cual, la acción adquiere independencia y autonomía
frente al derecho subjetivo desconocido. Así, se considera a la acción como un derecho
subjetivo pero de carácter público pues es el que la sociedad reconoce a los particulares para
obtener una tutela del derecho material violado (aunque este en realidad no exista). Por lo
cual, la acción no es otra cosa que la pretensión material deducida en juicio.

c) La acción procesal como derecho constitucionalmente reconocido: Un tercer hito es el


camino a tipificación conceptual del derecho de acción el cual se completa cuando se
considera a la acción como un derecho constitucionalmente respaldado por estar
comprendido genéricamente en el derecho de petición a la autoridad. De esta manera se
otorga primacía al individuo frente al Estado, otorgándole una herramienta directamente
emanada de la Carta Magna por la cual puede brindar una satisfacción a sus pretensiones, esta
herramienta está constituida por el derecho a la acción procesal.
Requisitos para la existencia de la Acción Procesal.

Son las condiciones que presuponen el ejercicio de la acción procesal por parte del actor y que
el juez debe evaluar en su eficacia a fin de conceder o no su objeto: admitir la formación de un
proceso. Siempre muestran carácter extrínseco y son cuatro:

a) Existencia de la posibilidad de accionar: la acción debe efectuarse a base de una


pretensión susceptible de ser procesada y sometida luego a la decisión de un tercero.
Mediante este presupuesto se intenta analizar si existe o no derecho de accionar en
ciertos y determinados casos especificados en la ley. Cuando la ley no autoriza la
acción procesal por carecer de contenido justiciable, técnicamente no hay posibilidad
de accionar. Por lo tanto, mediante su ejercicio no habrá proceso. De esta manera, se
inicia un simple procedimiento entre dos sujetos (el actor y el juez), debiendo este
último desestimar la acción por carecer de contenido justiciable.

¿Cuáles son los casos en que no hay posibilidad de accionar?

- Cuando resulta manifiesta la carencia total de contenido jurídico de la pretensión


incoada (por ejemplo una pretensión basada exclusivamente en un interés moral,
religioso, social, no protegido por el derecho).
- Cuando la pretensión no se vincula con un supuesto efectivo de colisión de interés, por
lo cual no existe conflicto que sea susceptible de ser traspasado a la realidad jurídica
del litigio (caso abstracto).
- Cuando la pretensión no puede sujetarse a conocimiento de los jueces por decisión de
la ley, por vincularse con una cuestión de naturaleza política y no jurídica (por ejemplo,
ciertos actos de gobierno están sujetos a responsabilidad política y escapan de todo
control judicial).

b) No caducidad del derecho de accionar: este requisito indica que la acción (entendida
como un derecho) no debe haber caducado por el simple transcurso del tiempo (en los
casos en los cuales la ley condiciona su ejercicio). Técnicamente caducidad significa la
pérdida del derecho por el simple transcurso del tiempo sin ejercerlo.

c) Capacidad jurídica del actor: en este punto no hay una similitud tajante con la
capacidad propia del Derecho Civil. Dice Alvarado Velloso que la capacidad procesal se
ve "ampliada" debido a que en el proceso pueden ser partes procesales todas las
personas (físicas o jurídicas) en tanto sean susceptibles de adquirir derechos y contraer
obligaciones. Por lo cual los incapaces pueden ser partes del proceso (aunque asistidos
por sus representantes), al igual que las personas jurídicas, simples asociaciones civiles
o religiosos, etc. De esta manera, resulta obvio que el presupuesto de la capacidad
juega negativamente: sólo las personas físicas fallecidas y las personas jurídicas
extinguidas carecen de capacidad procesal. Sin embargo, esto no quita que la acción
tenga modos de integración, debido a que es perfectamente posible que una persona
fallezca en el transcurso del proceso, por lo cual podrá ser "reemplazada" en su
carácter de parte por sus sucesores universales. Esto es debido a que la acción es
entendida como actividad, actividad que no se agota con la formalización del proceso,
sino que se despliega durante todo su curso, tanto por el actor como por el
demandado.
d) Adecuada investidura de la autoridad: el último presupuesto de la acción exige que la
persona que recibe el instar deba tener una calidad funcional suficiente para poder
generar el proceso. Caso contrario, quien insta obtendrá la promoción de un simple
procedimiento que no logrará adquirir la jerarquía ni los efectos (ejecutoriedad y cosa
juzgada) del proceso.
En nuestro Derecho poseen esa investidura:
- Todos los jueces que integran el Poder Judicial.
- Los árbitros designados en cláusula compromisoria en compromiso arbitral.
- El Senado de la Nación en el exclusivo caso del juicio político previsto en la CN para
ciertos funcionarios.
- Los Jurados de Enjuiciamiento sobre magistrados judiciales.

Concepto de Reacción Procesal.

Si definimos a la acción procesal como una particular instancia que es necesariamente


bilateral, ocurre que lo mismo podemos decir que la reacción de la parte contraria. Esto
debido a que ambas instan bilateralmente de modo que la afirmación del actor debe ser
conocida por el demandado a afecto de que pueda controvertirla, al igual que la eventual
afirmación del demandado debe ser conocido por el actor a fin de que pueda discutirla. Por
eso, dice Alvarado Velloso, que la única diferencia entre la acción del actor y la del demandado
radica en el momento en la cual se realiza una y otra: necesariamente una acción es anterior a
la otra. Por esta razón se han empleado los vocablos acción (del actor) y reacción (del
demandado) para definir estos conceptos.

Posibles Reacciones del Demandado Civil.

A) La Abstención del Demandado: sucede cuando el demandado no concurre al proceso,


porque no ha conocido su iniciación o, más sencillamente, porque no le interesa
sostener la discusión propuesta por el actor. También es un supuesto de abstención
cuando, luego de concurrir al proceso, el juez lo cita a comparecer ante él a fin de que
niega los hechos afirmados por el actor en su demanda. De este deber de manifestarse
y el posterior silencio surge la abstención del demandado.

B) La Sumisión del Demandado: implica la voluntad de no litigar. Se da cuando el


demandado decide someterse a la pretensión del actor, efectuando la prestación
reclamada por éste en la demanda. Esta actitud implica no oponer resistencia alguna
en el litigio, aunque resulta evidente suponer que ella existió en el plano del conflicto,
debido a que no resultaría posible concebir conflicto sin resistencia.
Procesalmente el sometimiento del demandado a la pretensión del actor implica su
allanamiento, y debe practicarse en la etapa de negación del proceso. Pero para que
proceda esta posibilidad es menester que se trate de derechos disponibles
(transigibles) por las partes. Por ejemplo, si el actor pretende la declaración de nulidad
de un matrimonio, poco importa que el cónyuge demandado se allane o no, pues
siempre deberá el actor acreditar ante el juez los hechos que fundamentan su
pretensión, ya que se trata de un derecho no disponible por las partes (la declaración
de nulidad del matrimonio compete siempre al juez).
C) La Oposición del Demandado: implica una resistencia por parte del demandado de la
pretensión del actor, oponiéndose a ella en el proceso. Esta oposición es lo que
desarrolla toda la serie procedimental que desembocará en heterocomposición del
conflicto encabezada por la sentencia judicial.
La oposición debe operar en la fase de negación del proceso, y puede presentarse de
dos maneras: 1) contradicción: implica negar o desconocer los hechos o el derechos
planteado por el actor en su afirmación (demanda). Está encabezada principalmente
por la contestación de demanda por la cual el demandado puede negar
sistemáticamente los hechos o los derechos pretendidos por el actor, y 2) excepción:
implica, ya no negar los hechos o el derecho, sino que se basa en declarar un hecho
extintivo, invalidativo o convalidativo respecto del hecho constitutivo afirmado por el
actor en su demanda o impeditivo de la formación o continuación de la serie procesal.
Se ejercita mediante la oposición de excepciones. El ejercicio de este instituto se
relaciona íntimamente con el derecho de réplica contenido en todas las Constituciones
modernas, y que es una parte del derecho de petición a la autoridad.

Ejemplo: Si Juan demanda a Pedro pretendiendo cobrar una suma de dinero que dice que le
prestó y no le devolvió, Pedro puede oponerse a pretensión diciendo simplemente a Juan que
no le debe nada (niega un hecho o un derecho), o también, decirle que ya le pagó (no
desconoce un hecho ni un derecho, sino que opone una excepción).

Concepto de Pretensión Procesal.

Para Alvarado Velloso la pretensión procesal es la declaración de voluntad hecha en una


demanda mediante la cual el actor aspira a que el juez emita una sentencia que resuelva
efectiva y favorablemente el litigio que le presenta a su conocimiento.

Este concepto surge entendiendo a la pretensión como una declaración de voluntad hecha en
el plano de la realidad social mediante la cual se intenta subordinar la voluntad ajena a la
propia (págame lo que me debes, devuélveme lo que te presté, etc.).

Esta pretensión trasciende al plano jurídico mediante el ejercicio del derecho autónomo y
abstracto de la acción, el cual no puede ser materialmente ejercido si no contiene un conflicto
intersubjetivo de intereses enmarcado por una pretensión.

Este derecho de acción se ejerce mediante un instrumento que es: la demanda.

La demanda es un documento cuya presentación al juez exterioriza el ejercicio de la acción y


que resulta ser el continente de la pretensión.

Vemos así, que los conceptos de pretensión, acción y demanda se relacionan de manera
intrínseca; es por esto, que Alvarado Velloso dice que son idealmente correlativos y se apoyan
en forma recíproca para explicar el fenómeno, que no puede ser entendido de modo integral
sino con la conjunción de tales conceptos.
Clasificación de Pretensiones Procesales.

Siguiendo el criterio de Adolfo Alvarado Velloso por el cual se clasifican, no las acciones (que es
un fenómeno único e irrepetible en el mundo del Derecho), sino las pretensiones, podemos
diferencias las siguientes:

a) Pretensiones declarativas de derecho: la declaración de voluntad está destinada a


intentar obtener la declaración o determinación del derecho a aplicar en un litigio a
base de los hechos que lo configuran. Se admite una subdivisión en:
- Pretensiones simplemente declarativas o de mera declaración: tienen como objeto
lograr la simple declaración de un derecho. Es decir, su existencia o su inexistencia, sin
más. (por ejemplo, establecer la falsedad de un documento, la inexistencia de una
obligación, etc.).
- Pretensiones declarativas de condena: refieren no ya a la declaración de existencia de
simples derechos, sino que buscan determinar un mandato individualizado de condena
a dar, hacer o no hacer una prestación determinada en favor de otro. Por cual, ya no
se trata de simples derechos, sino de determinar obligaciones. (por ejemplo, lograr el
pago de una deuda).
- Pretensiones declarativas de constitución o pretensiones constitutivas: intentan lograr
la declaración de un derecho como en el primer supuesto, pero además refieren a la
creación, modificación o extinción de un estado jurídico. Por ejemplo, la separación de
los cónyuges busca constituir un nuevo estado jurídico, que es el de divorciado.

b) Pretensiones ejecutivas de prestaciones: se intenta lograr la ejecución coactiva de un


derecho que ya está reconocido o declarado en una sentencia o en un instrumento al
cual la ley le otorga carácter similar. Por ejemplo, la pretensión de percibir del deudor
la suma adeudada más los intereses declarados en sentencia judicial que no fue
abonada luego de esta.

c) Pretensiones cautelares de prueba de hechos y derechos: se intenta lograr no la


declaración de un derecho ni la ejecución de una prestación sino el aseguramiento
anticipado de: la prueba de un hecho o la vigencia de un derecho (embargo sobre el
patrimonio del deudor para asegurar el crédito de los acreedores).

d) Pretensiones coexistentes: supone el caso de dos pretensiones que coexisten en una


misma demanda, pueden darse diferentes supuestos:
- Pretensiones eventuales: la segunda pretensión se presenta para que el juez la
considere y falle SÓLO en caso de ser desestimada la primera (cuando se busca el
cumplimiento del contrato, y en caso de que no se cumpla se busca su resolución).
- Pretensiones sucesivas: la segunda pretensión se presenta CONDICIONADA a que se
estimada la primera (pretensión de percibir el pago capital de la deuda y luego el pago
de los intereses).
- Pretensiones alternativas: la segunda pretensión se presenta de forma principal
indistintamente junto con la primera a fin de que sea estimada UNA O LA OTRA (las
pretensiones de reducción de precio y redhibitoria).
Elementos de la Pretensión Procesal.

Alvarado Velloso entiende que la pretensión procesal implica la existencia de una relación
jurídica. De tal modo que, los elementos de la pretensión procesal coinciden con los elementos
de la relación jurídica, que para Alvarado Velloso son los siguientes:

a) Sujetos: ¿entre quienes se la pretensión procesal? son el actor (pretendiente) y el


demandado (persona sobre la cual recae la pretensión).
b) Objeto: ¿para qué? es obtener de la autoridad competente una resolución con
contenido favorable a la petición hecha en la demanda, y eventualmente la
consiguiente y consecuente conducta del demandado.
c) Causa: ¿por qué? Alvarado Velloso destaca dos subelementos propios de la causa de la
pretensión jurídica.

Hecho Invocado: es el que está consignado en la demanda y que invoca el actor como
generador de la pretensión procesal.

Imputación Jurídica: nace del hecho invocado, la efectúa el actor sobre el demandado. Hay
que tener en cuenta que un mismo hecho puede producir diferentes imputaciones jurídicas.
Ejemplo: una persona A sufre un daño al ser atropellado por un taxi conducido por un
empleado de la empresa que presta el servicio (hecho invocado). En la demanda el actor
invoca este hecho como generador de responsabilidad (causa eficiente basada en el hecho).
Pero además demanda tanto al conductor (responsable porque conducía el taxi) y al dueño del
mismo (responsable porque es dueño del vehículo). En este ejemplo se aprecia claramente
como un mismo hecho puede ser generador de imputaciones jurídicas diferentes.

Efectos de las Diferentes Pretensiones Procesales.

Primero que nada hay que mencionar que la clasificación de las pretensiones tiene
importancia a los fines de considerar el derecho aplicado así como la cadena procedimental.
Así es como dependiendo de la pretensión en pugna existe un proceso ordinario frente a otro
sumario, de la misma manera, la pretensión importa para limitar la competencia y la
jurisdicción. Ya que la pretensión es el motivo de la controversia y ésta es el tema sobre el cual
ha de versar necesariamente la demanda. De este modo, Alvarado Velloso destaca ciertas
cuestiones que son relativas a la clasificación de las pretensiones con relación a sus efectos.
Así, distingue 4 premisas básicas:

a) es menester que una vez resuelto un litigio por la autoridad competente, esta decisión
sea firme en el tiempo y definitiva, impidiéndose así reabrir la discusión que la originó
(principio de cosa juzgada).
b) de la misma manera, es menester que no haya coexistencia de dos demandas con base
en la misma pretensión, esto debido a que eventualmente podrían haber decisiones
contradictorias (principio de seguridad jurídica).
c) como consecuencia de lo anterior, siempre que haya coincidencia de causas que
originen 2 o más pretensiones, estás deberán necesariamente ser tramitadas y
decididas de manera conjunta (principio de seguridad jurídica).
d) por otro lado, en ocasiones y aunque no de modo necesario, resulta conveniente
tramitar en un mismo y único PROCEDIMIENTO varios PROCESOS originados por
pretensiones que se encuentran estrechamente vinculadas entre sí.

Para determinar los efectos propios de la pretensión con relación a lo anteriormente


mencionado hay que tener en cuenta sus elementos constitutivos (sujetos, objeto y causa
eficiente -con sus dos subelementos-). De esta manera se diferencian los siguientes casos:

A) Indiferencia o independencia de pretensiones: los elementos de un proceso son


totalmente diferentes a los de otro proceso, por lo cual no existen puntos en común
para relacionar ambos procedimientos.

B) Identidad de pretensiones: aquí se advierte que hay una total coincidencia entre los
elementos que constituyen las pretensiones de ambos procesos, permite decir que las
pretensiones comparadas son idénticas.

C) Conexidad de pretensiones: se da cuando comparar pretensiones litigiosas coinciden


en por lo menos un elementos constitutivo y como máximo dos elementos. Esta
conexidad puede ser:
- Conexidad simple subjetiva: se da cuando coinciden exactamente dos sujetos en la
misma posición y no los restantes elementos, objeto y causa eficiente (1/3).
- Conexidad simple objetiva: coincide exactamente el objeto de la pretensión, pero no
así con los sujetos y la causa (1/3).
- Conexidad simple causal: es el caso de cuando coinciden las causas de las
pretensiones, mas no así los sujetos ni el objeto (1/3).
- Conexidad mixta objetivo-causal: se presentan frente a pretensiones que suponen
relaciones jurídicas inescindibles (en las cuales no se pueden separar los sujetos). De
esta manera, coinciden el objeto y la causa de la pretensión pero no sus sujetos (2/3).
- Conexidad mixta subjetivo-causal: se da una coincidencia entre los sujetos de ambas
pretensiones y las causas, siendo los objetos diferentes (2/3).

D) Afinidad de pretensiones: para entender este supuesto Alvarado Velloso utiliza un


ejemplo: supongamos que pedro, dependiente de diego, ocasiona un daño a juan en
un accidente de tránsito. Consecuentemente, juan acciona contra pedro por ser autor
del daño material, y contra diego por ser patrón y dueño del vehículo que causó el
accidente. Vemos que los sujetos de las pretensiones son distintos (juan y pedro por
un lado; juan y diego por otro), vemos también que los objetos son distintos
(reparación de daño material en uno; reparación de daño moral por otro). Pero sin
embargo, notamos que hay ciertas coincidencias, por ejemplo el hecho que es causa
de la pretensión es el mismo (accidente de tránsito), pero que las imputaciones
jurídicas son diferentes (pedro y diego tienen distintas calidades de imputación). De
esta manera, notamos que hay cierta coincidencia, pero que no todos los elementos
son comunes (0/3). Esto es lo que Alvarado Velloso denomina afinidad de las
pretensiones.

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