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Viernes 30 de mayo de 2014 CASACIÓN
veinticuatro de agosto de mil novecientos noventa y ocho, éste sea
compensado con el exceso cobrado a la demandante y con el
monto indemnizatorio originado por los daños y perjuicios causados
a la accionante. Sexto.- Que en la sentencia de primer grado, el
Juez ampara la pretensión principal de reconocimiento de cobros
excesivos en la suma de veintiséis mil novecientos ochenta y siete
dólares americanos con seis centavos (US $ 26,987.06), más los
respectivos intereses legales; asimismo, declara fundada en parte
la pretensión de indemnización por daños y perjuicios y dispone el
pago por concepto de daño moral en la suma de diez mil dólares
americanos (US $ 10,000.00), desestima el monto peticionado de
setenta mil dólares americanos (US $ 70,000.00) por concepto de
lucro cesante y daño moral y, finalmente, declara improcedente la
pretensión alternativa referida a la compensación de saldos
pendientes de pago a favor del demandado. Como ya se ha
anotado, esta decisión es confirmada por la Sala Superior en todos
sus extremos. Sétimo.- Que del análisis de las pretensiones
planteadas y de las sentencias antes mencionadas, no se advierte
la denominada incongruencia ultra petita, esto es, un
pronunciamiento más allá de lo peticionado, toda vez que los
jueces de mérito amparan en parte la indemnización por daño
moral en un monto menor al solicitado por la demandante, es decir,
diez mil dólares americanos (US $ 10,000.00) y no los cuarenta mil
novecientos treinta y siete dólares americanos (US $ 40,937.00)
que solicitó; en tal sentido, si bien se declaró infundado el monto
peticionado de setenta mil dólares americanos (US $ 70,000.00),
sin embargo, este extremo de la decisión debe ser entendido en
cuanto al monto de indemnización solicitado por la demandante,
más no la obligación de resarcir que tiene el banco demandado por
el daño moral ocasionado a la demandante. Octavo.- Que en tal
orden de ideas, este Supremo Tribunal llega a la conclusión de que
la resolución recurrida en casación no infringe el principio de
congruencia procesal previsto en el artículo VII del Título Preliminar
del Código Procesal Civil, comprendido como un componente del
derecho al debido proceso, menos aún se evidencia la afectación
del derecho de defensa de la entidad recurrente, toda vez que
aquella ha hecho uso de todos los recursos impugnatorios que la
ley procesal permite. V. DECISIÓN Por tales consideraciones, en
aplicación de lo dispuesto en el artículo 397º del Código Procesal
Civil: 1. Declararon INFUNDADO el recurso de casación interpuesto
por el BBVA Banco Continental, mediante escrito de fojas
ochocientos uno; en consecuencia, NO CASARON la sentencia de
fecha veintinueve de octubre de dos mil trece, obrante a fojas
setecientos noventa y uno, expedida por la Segunda Sala Civil de
la Corte Superior de Justicia de Arequipa que, confirma la
sentencia apelada de fecha treinta de marzo de dos mil doce,
obrante a fojas setecientos catorce. 2. DISPUSIERON la publicación
de la presente resolución en el diario oficial El Peruano, bajo
responsabilidad; en los seguidos por Lizbeth Cutire Puma con el
BBVA Banco Continental sobre obligación de dar suma de dinero; y
los devolvieron; interviene como ponente la señora Jueza Suprema
Estrella Cama. SS. ALMENARA BRYSON, HUAMANÍ LLAMAS,
ESTRELLA CAMA, RODRÍGUEZ CHÁVEZ, CALDERÓN
PUERTAS
1
LANDA ARROYO, César. El Derecho al Debido Proceso en la Jurisprudencia:
Corte Suprema de Justicia de la República del Perú, Tribunal Constitucional del
Perú, Corte Interamericana de Derechos Humanos. Volumen 1. Fondo Editorial
Academia de la Magistratura. Lima, Perú, 2012, p.16
2
RUBIO CORREA, Marcial. La Interpretación de la Constitución según el Tribunal
Constitucional. Pontificia Universidad Católica del Perú Fondo Editorial. Lima,
2005. p 124
C-1087549-33
CAS. Nº 550-2013 LAMBAYEQUE. Sumilla.- Elementos de la
Responsabilidad Civil: Para efectos de determinar si es
procedente la indemnización por daños y perjuicios, se debe
acreditar la existencia de los elementos de la responsabilidad civil:
a) La imputabilidad; b) La conducta antijurídica; c) El daño causado
que puede ser patrimonial y extrapatrimonial; d) La relación o nexo
de causalidad; y, e) El factor de atribución. Lima, diez de octubre de
dos mil trece. La SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; con el acompañado,
vista la causa número quinientos cincuenta guión dos mil trece, en
audiencia pública realizada en la fecha y producida la votación
correspondiente, emite la siguiente sentencia: I. ASUNTO: En el
presente proceso de indemnización por daños y perjuicios, la
empresa demandante NAYLAMP INN S.A.C. interpone recurso de
casación mediante escrito obrante a fojas novecientos quince,
contra la sentencia de vista de fecha catorce de diciembre de dos
mil doce, obrante a fojas novecientos, expedida por la Primera Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque que,
revocando la sentencia apelada de fecha veintinueve de mayo del
mismo año, declara improcedente la demanda. II. ANTECEDENTES.
DEMANDA: Mediante escrito presentado el tres de octubre de dos
mil ocho, obrante a fojas cuarenta y uno, la empresa NAYLAMP
INN S.A.C. interpone demanda de indemnización por daños y
perjuicios, a fin de que los demandados Pedro Antonio Carranza
Olivos, Maritza Barces Luna de Carranza y la empresa MAQCHIN
IMPORT E.I.R.L., cumplan con pagar la suma de doscientos
sesenta mil ochocientos dólares americanos, monto que comprende
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los siguientes rubros: a) Daño emergente por la pérdida de terreno
construido valorizado en la suma de sesenta mil ochocientos
dólares americanos; y, b) Desvalorización de la unidad inmobiliaria
en la suma de doscientos mil dólares americanos. La demandante
expone los siguientes argumentos: Es propietaria del inmueble
ubicado en la Avenida Sáenz Peña número trescientos noventa y
seis y la Calle Tacna número novecientos cincuenta y cuatro,
Distrito de Chiclayo, Departamento de Lambayeque, inscrito en los
Registro Públicos de Lambayeque, con un área de mil setenta y
siete punto treinta y un metros cuadrados, el mismo que fue
transferido como aporte por la anterior propietaria Martha Fiorela
Lértora Aste en el año dos mil siete. Sobre dicho inmueble, la
empresa demandante inició un proyecto inmobiliario cuyo objetivo
consistía en la construcción de un hotel de cuatro estrellas, el cual
incluiría un salón de conferencias, un restaurante, una taberna y
treinta y cuatro habitaciones. El veintinueve de enero de dos mil
nueve, remitió carta notarial a los esposos demandados Pedro
Antonio Carranza Olivos y Maritza Ofelia Barces Luna, propietarios
del inmueble contiguo al predio de su propiedad, a fin de
comunicarles el inicio de las obras de construcción y además
solicitarles la construcción de la pared medianera para evitar
cualquier tipo de problemas. Según carta notarial de fecha primero
de febrero de dos mil siete, los esposos demandados responden
señalando que existe una pared divisoria de los inmuebles antes
citados, la cual no es medianera sino de su exclusiva propiedad.
Los demandados pese a tener conocimiento de las reales
dimensiones de los terrenos, faltan a la verdad alegando que la
pared norte de treinta y tres punto cuarenta metros les corresponde.
La negativa de dicha sociedad conyugal obligó a la empresa actora
a replantear en su conjunto todo el proyecto inmobiliario con la
consecuente reducción de las áreas, pues ya no contaría con el
largo de la pared colindante y su correspondiente ancho, esto es,
que por cada piso la empresa ha perdido once punto cuarenta y un
metros cuadrados, y si a esto se le multiplica por el número de siete
pisos, se tiene que el área perdida es de setenta punto noventa
metros cuadrados, situación que perjudica a la demandante. La
conducta claramente dolosa de los demandados se evidencia
cuando el doce de febrero de dos mil siete, remitieron una carta
notarial indicando que quien realiza el usufructo indebido de la
pared norte de treinta y tres punto cuarenta metros es la demandada
MAQCHIN IMPORT E.I.R.L., empresa que es propiedad de la
sociedad conyugal demandada. La Municipalidad de Chiclayo
emitió la Carta Nº 706-2008-SGCUF, de fecha once de abril de dos
mil ocho, la cual es clara y contundente al sostener que el muro del
lindero norte es de propiedad de la anterior propietaria, esto es, de
Martha Lértora Aste, la cual sostiene la estructura de la cobertura
del inmueble del demandado. En cuanto al daño emergente, la
empresa demandante considera la pérdida de áreas construidas e
inutilizadas definitivamente para realizar cualquier tipo de obras de
edificación por la negativa de los demandados a construir su pared,
lo que equivale a setenta punto noventa metros cuadrados que no
podrán ser utilizados, estimable en la suma de sesenta mil
ochocientos dólares americanos. En cuanto a la desvalorización de
la unidad inmobiliaria, señala que la pérdida de parte del terreno
hace que la unidad pierda su valor de reventa, por ello estima este
rubro en la suma de doscientos mil dólares americanos.
CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA: Mediante escrito presentado
el once de diciembre de dos mil ocho, obrante a fojas ciento treinta
y cinco, los esposos Pedro Antonio Carranza Olivos y Maritza
Ofelia Barces de Carranza contestan la demanda, la que niegan y
contradicen. Los esposos recurrentes manifiestan que la empresa
demandante es propietaria del inmueble ubicado en la Avenida
Sáenz Peña número trescientos noventa y seis y Calle Tacna
número novecientos cincuenta y cuatro de la ciudad de Chiclayo,
cuya área real es de mil setenta y siete punto treinta y uno metros
cuadrados, mientras que los demandados son propietarios del
inmueble contiguo ubicado en la Avenida Sáenz Peña número
trescientos sesenta y ocho cuya área es de trescientos setenta y
siete punto veintisiete metros cuadrados. Sostienen que en el área
de propiedad de la actora se ha edificado un inmueble de varios
niveles con fines comerciales, construcción que ha originado daños
materiales en su predio, conforme consta del Informe Nº 050/08-
GPCH-SG.DC, emitido por la Municipalidad Provincial de Chiclayo,
de fecha siete de febrero de dos mil ocho. Señalan que no es
atribución del municipio adjudicar una pared ajena, además dicha
carta no es un documento oficial. Además, refieren que han
adquirido el inmueble de su propiedad hace ya más de diez años,
el cual ya contaba con la pared norte materia de litigio. Finalmente,
expresan que no les consta el supuesto daño emergente y lucro
cesante presuntamente sufrido por la empresa demandante. Según
escrito presentado el once de diciembre de dos mil ocho, obrante a
fojas ciento cincuenta y seis, la empresa MAQCHIN IMPORT
E.I.R.L. contesta la demanda, la que niega y contradice. La entidad
recurrente manifiesta que posee el inmueble contiguo al de
propiedad de la demandante en calidad de arrendataria, alegando
que es falso que se haya perjudicado al demandante paralizando el
proyecto, por el contrario, dicho proyecto -al momento de contestar
la demanda- ya ha culminado. PUNTOS CONTROVERTIDOS:
Según consta de la Audiencia de Conciliación obrante a fojas ciento
ochenta, el Juez de primer grado fija los siguientes puntos

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controvertidos: 1) Determinar si la empresa NAYLAMP lNN S.A.C.
es propietaria del área de cero punto cuarenta y cinco metros de
ancho por veinticinco punto treinta y cinco metros de largo
correspondientes al lindero sur, ubicado en la Calle Tacna esquina
con la Avenida Sáenz Peña, que colinda con el inmueble del
demandado Pedro Carranza Olivos, área que físicamente está
ubicada por una pared divisoria de la propiedad. 2) Determinar si
corresponde indemnizar al demandante por el daño emergente
hasta por la suma de sesenta mil ochocientos dólares americanos
que corresponde al valor del terreno no construido. 3) Determinar
si corresponde indemnizar al demandante por lucro cesante, hasta
por la suma de doscientos mil dólares americanos, por la
desvalorización de la unidad inmobiliaria. SENTENCIA DE
PRIMERA INSTANCIA: El Juez del Primer Juzgado Civil de
Chiclayo, mediante sentencia de fecha veintinueve de mayo de dos
mil doce, obrante a fojas setecientos setenta y ocho, declara
fundada en parte la demanda, en consecuencia, ordena que los
demandados Pedro Antonio Carranza Olivos, Maritza Barces Luna
y la empresa MAQCHIN IMPORT E.I.R.L., paguen en forma
solidaria por concepto de daño emergente el monto de ocho mil
doscientos cincuenta y seis dólares americanos, y por concepto de
lucro cesante el monto de quince mil dólares americanos, esto es,
la suma total de veintitrés mil doscientos cincuenta dólares
americanos, más intereses legales, costas y costos del proceso. En
rigor dicha decisión se sustenta en que: En virtud a la ampliación
del Dictamen Pericial obrante a fojas seiscientos veintitrés, se ha
llegado a la conclusión que la parte demandante es propietaria del
muro materia de litigio, lo que ha sido debidamente explicado en la
continuación de la Audiencia de Pruebas de fojas seiscientos
sesenta y cuatro a seiscientos sesenta y siete. Asimismo, se
concluye que la parte demandante es propietaria de los cero punto
cuatrocientos ochenta y cinco metros de ancho por veinticinco
punto treinta y cinco metros de largo que colinda con el inmueble
de la parte demandada. En tal sentido, al haberse determinado que
el área en cuestión es de propiedad de la demandante, y habiéndose
acreditado que los demandados se han negado a construir la pared
medianera respectiva, corresponde atribuirles responsabilidad civil
por los daños ocasionados, atendiendo a que el hecho generador
de los mismos es la conducta de los demandados, lo que ha dado
lugar a la reducción del área disponible del terreno de propiedad de
la demandante para la construcción allí proyectada y levantada en
la extensión y monto que señala el dictamen pericial. Asimismo, el
Juez estima que se encuentra acreditada la conducta dañosa al no
haber probado los emplazados el ejercicio regular de un derecho,
la legítima defensa o estado de necesidad, también está probado
que los daños son consecuencia directa e inmediata de dicha
conducta, por lo que se configura la relación de causalidad y el
factor de atribución necesarios para atribuir responsabilidad a los
demandados. Respecto al monto indemnizatorio, el Juez considera
en cuanto al concepto de daño emergente la suma de ocho mil
doscientos cincuenta y seis dólares americanos, monto valorado
por los peritos judiciales y que no ha sido observado por la
demandante, pese a haber sido notificada con el dictamen pericial.
En cuanto al monto por concepto de lucro cesante, el Juez estima
la suma razonable de quince mil dólares americanos. RECURSOS
DE APELACIÓN: La demandada MAQCHIN IMPORT E.I.R.L.
interpone recurso de apelación por escrito corriente a fojas
ochocientos dos contra la antes citada sentencia, argumentando lo
siguiente: Es totalmente ajena a la responsabilidad civil que se le
pretende imputar, ya que no es propietaria del bien inmueble
ubicado en la Avenida Sáenz Peña número trescientos sesenta y
ocho, pues tiene la calidad de un arrendatario con posesión de
parte del bien en forma temporal, cuyo contrato incluso ya venció y
no fue renovado. El juzgador tampoco expresa en qué consiste la
participación de la recurrente en los supuestos daños, ni la conducta
antijurídica o la relación causal o los elementos de dolo o culpa.
Los esposos demandados Pedro Antonio Carranza Olivos y Martiza
Barces Luna de Carranza interponen recurso de apelación por
escrito obrante a fojas ochocientos ocho contra la citada sentencia,
argumentando lo siguiente: Han actuado en el ejercicio regular de
un derecho previsto en el artículo 1971º, inciso 1, del Código Civil,
toda vez que el Juez se ha sustentado en un dictamen pericial
plagado de errores y contradicciones. Se les pretende no sólo
despojar de una pared sino recortar el área del bien en un proceso
que no versa sobre mejor derecho de la propiedad de una pared o
parte del área de un bien inmueble, sino sobre indemnización, lo
que constituye un fallo extrapetita. La demandante también
interpone recurso de apelación según escrito de fojas ochocientos
ocho, impugnando la sentencia en cuanto al monto indemnizatorio
el cual solicita que se eleve. SENTENCIA DE VISTA: La Primera
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque,
mediante la sentencia de vista de fecha catorce de diciembre de
dos mil doce, obrante a fojas novecientos, revoca la apelada y
reformándola declara improcedente la demanda. La decisión
recurrida en casación se sustenta en la siguiente motivación: El
asunto litigioso versa sobre el derecho real de propiedad donde se
debe determinar si la pared y, obviamente, el área de terreno donde
ella se levanta y que divide los inmuebles de propiedad de los
justiciables, constituye propiedad exclusiva de alguno de ellos, o se
trata de una medianería que necesitan poner fin, en tanto que el
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asunto sometido a debate versa sobre un derecho de carácter
personal derivado de la presunta obligación de los demandados a
indemnizar a la demandante, como consecuencia de los supuestos
daños y perjuicios irrogados a su patrimonio con su negativa de
construir la pared que divide los inmuebles de propiedad de ambos
justiciables, por lo tanto, la pretensión sometida a debate no guarda
conexión lógica con el petitorio de indemnización, en aplicación de
lo dispuesto en el artículo 427º, inciso 5, del Código Procesal Civil.
RECURSO DE CASACIÓN: Contra la sentencia dictada por la
Sala Superior, la empresa demandante NAYLAMP INN. S.A.C.
interpone recurso de casación mediante escrito obrante a fojas
novecientos quince, denunciando las siguientes infracciones: I.
Infracción normativa del artículo 995º del Código Civil. Señala
que esta norma ha sido aplicada indebidamente, pues se refiere a
la copropiedad ya sea que el caso se trate de una medianería o una
copropiedad; sin embargo, la sala civil no ha tenido en cuenta que
el proceso versa única y exclusivamente sobre una indemnización
de daños y perjuicios; agrega a ello que la resolución recurrida no
ha realizado un análisis del fondo del asunto y no ha tenido en
cuenta lo realizado en torno al proceso, limitándose a alegar
cuestiones que ninguno de los justiciables ha señalado, ni en su
escrito de demanda ni en la contestación realizada por los
demandados. II. Infracción normativa del artículo VII del Título
Preliminar del Código Procesal Civil. Sostiene que la Sala Civil
al emitir la sentencia impugnada no ha tenido en cuenta lo señalado
por el Juez de primera instancia, en tanto que dicho magistrado, en
la audiencia de conciliación de fecha veintinueve de abril de dos mil
nueve, fijó como primer punto controvertido “determinar si la
demandante es propietaria de los cero punto cuarenta y cinco de
ancho por veinticinco punto treinta y cinco metros de largo
correspondientes al lindero sur ubicado en la Calle Tacna esquina
con la Avenida Sáenz Peña, que colinda con el inmueble del
demandado Pedro Carranza Olivos, área que físicamente está
ubicada por una pared divisora de la propiedad”; en tal sentido,
señala que el supuesto planteado por la Sala Civil en la cual se
tendría que dilucidar a quien corresponde la pared divisora carece
de sentido, más aún cuando existe en la secuela del proceso una
serie de documentos, pericias y declaraciones que resuelven el
tema planteado y que lo recoge la sentencia de primer grado,
configurándose así un caso de motivación aparente. Este Supremo
Tribunal, mediante resolución de fecha diecinueve de abril de dos
mil trece, obrante a fojas veintiséis del Cuaderno respectivo,
declara la procedencia del referido recurso por las infracciones
normativas antes anotadas. III. CUESTIÓN JURÍDICA EN DEBATE
La cuestión jurídica en debate consiste en determinar si la sentencia
impugnada en casación infringe el principio de congruencia
procesal al declarar la improcedencia de la presente demanda y, en
caso no se presente dicha infracción, establecer si procede el pago
de una indemnización por daños y perjuicios a favor de la
demandante por la negativa de los demandados a construir su
pared medianera, obligando a la actora a replantear el proyecto
inmobiliario en el terreno de su propiedad. IV. FUNDAMENTOS DE
ESTA SALA SUPREMA 1. Es conveniente señalar que este
Supremo Tribunal ha declarado procedente el recurso de casación
por infracciones normativas tanto de orden procesal y material, por
lo que, en primer lugar, deberá analizarse la infracción procesal
debido a la naturaleza y los efectos de ésta, pues si mereciera
amparo carecería de objeto pronunciarse respecto de la infracción
que tiene relación con el derecho material. 2. En cuanto a la causal
de infracción normativa de orden procesal, se aprecia que la
empresa impugnante denuncia la infracción del artículo VII del
Título Preliminar del Código Procesal Civil, referido a la congruencia
procesal, principio que obliga a los órganos judiciales a resolver las
pretensiones de las partes de manera congruente con los términos
en que vengan planteadas. Se debe precisar que la congruencia
procesal es un elemento integrante del derecho a la debida
motivación, el cual está regulado en los artículos VII del Título
Preliminar y 50º, inciso 6, del Código Procesal Civil, y que exige
relación entre lo pedido y lo resuelto, sin cometer desviaciones que
supongan la modificación o alteración del debate procesal, lo que
se denomina incongruencia activa, y cuando no se contesta dichas
pretensiones, se le conoce como incongruencia omisiva. 3. En tal
sentido, examinada la resolución impugnada en casación, se
aprecia que ésta expresa las razones mínimas que apoyan la
decisión dictada al considerar que la pretensión sometida a debate
no guarda conexión lógica con el petitorio de indemnización, en
aplicación de lo dispuesto en el artículo 427º, inciso 5, del Código
Procesal Civil, toda vez que el artículo 121º, tercer párrafo, del
citado Código adjetivo faculta al juzgador a pronunciarse,
excepcionalmente, en la sentencia sobre la validez de la relación
procesal; por lo tanto, no resulta estimable este extremo del
recurso, más aún si se tiene en cuenta que la sociedad conyugal
demandada, en su recurso de apelación obrante a fojas ochocientos
ocho, alegó que el presente proceso no era el adecuado para
discutir asuntos sobre derechos reales; siendo esto así, procede, a
continuación, examinar la infracción de orden material. 4. En cuanto
a la causal de infracción normativa sustantiva, la entidad impugnante
acusa la infracción del artículo 995º del Código Civil, norma que
textualmente señala lo siguiente: “Si la pared que separa los
predios se ha levantado en terreno de uno de ellos, el vecino puede
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obtener la medianería pagando la mitad del valor actual de la obra
y del suelo ocupado. En tal caso, puede pedir la supresión de todo
lo que sea incompatible con el derecho que le da la medianería”.
La norma en cuestión regula el supuesto de adquisición de la
medianería de manera forzosa, la cual se presenta cuando la pared
que separa los predios se ha levantado en terreno de uno de ellos,
en tal caso, el vecino puede obtener la medianería pagando la
mitad del valor actual de la obra y del suelo ocupado. 5. Al respecto,
se debe precisar que la medianería constituye una forma de
copropiedad forzosa sobre muros y cercos ubicados entre los
límites de dos predios colindantes. Para Gonzales Barrón “la
medianería es una copropiedad especial, caracterizada por las
siguientes notas distintivas: a) Es una copropiedad con carácter
anexo a la propiedad del predio, constituyendo con éste una sola
unidad, sujeta al mismo destino jurídico; b) Es una copropiedad
especial por razón de objeto, pues no recae sobre un “bien” con
autonomía jurídica, sino sobre partes integrantes de un bien
(muros, cercos, fosas); y c) Se trata de una copropiedad que
reconoce zonas de uso exclusivo para cada comunero”1. 6. En esta
línea de pensamiento, se tiene que, en efecto, al emitirse la
resolución recurrida en casación se ha infringido el artículo 995º del
Código Civil, pues la Sala Superior ha errado al aplicar la citada
norma jurídica, pues aquella regula una de las formas de adquirir la
medianería que constituye un tipo especial de copropiedad, no
obstante, debe señalarse que en el presente juicio sobre
indemnización de daños y perjuicios se ha determinado que la
pared norte de treinta y tres punto cuarenta metros no es medianera,
según lo expuesto en el dictamen pericial ampliatorio obrante a
fojas seiscientos veintitrés, sino de exclusiva propiedad de la
actora. 7. En tal sentido, a fin de determinar si procede la pretensión
de indemnización por daños y perjuicios, se debe acreditar la
existencia de los elementos de la responsabilidad civil: a) La
imputabilidad; b) La conducta antijurídica; c) El daño causado que
puede ser patrimonial y extrapatrimonial; d) La relación o nexo de
causalidad; y, e) El factor de atribución. 8. Entonces, se entiende al
elemento de imputabilidad como la capacidad que tiene el sujeto
para hacerse responsable civilmente por los daños que ocasiona.
La conducta es antijurídica “no sólo cuando contraviene una norma
prohibitiva, sino también cuando la conducta viola el sistema
jurídico en su totalidad, en el sentido de afectar los valores o
principios sobre los cuales ha sido construido el sistema jurídico”2.
El daño es entendido como la lesión o el perjuicio de un derecho o
interés jurídicamente protegido del que puede derivar consecuencias
de carácter económico. En cuanto al factor de atribución, se
entiende como “el supuesto justificante de la atribución de
responsabilidad del sujeto”3. El nexo o relación de causalidad está
concebido como la vinculación entre el evento lesivo y el daño
producido. 9. En el presente caso, se ha llegado acreditar tanto la
conducta antijurídica y relación de causalidad entre el evento lesivo
y el daño producido por la sociedad conyugal demandada, pues, se
encuentra probado mediante el dictamen pericial obrante a fojas
seiscientos veintitrés, que la demandante es propietaria del muro
materia de litigio que colinda con el inmueble de los esposos
demandados, conforme también aparece de la información
brindada en la Partida Electrónica Nº 02007704, del Registro de la
Propiedad Inmueble de Chiclayo, obrante a fojas cuatrocientos
noventa y cuatro, pese a ello la sociedad conyugal alegó ser
propietaria de la mencionada pared y de esta forma se apropiaron
de un área de cero punto cuatrocientos ochenta y cinco metros de
ancho por veinticinco punto treinta y cinco metros de largo, situación
que obligó a la actora a replantear el proyecto inmobiliario con la
consecuente reducción del área para construir, ya que no contaría
con el largo de la pared colindante y su correspondiente ancho. 10.
En cuanto al daño causado, se tiene que la doctrina lo ha clasificado
en dos rubros, a saber: a) Daño patrimonial; y b) Daño
extrapatrimonial. El daño patrimonial, que es el que interesa al
caso, consiste en la lesión de derechos de naturaleza económica
que debe ser reparado. A su vez, el daño patrimonial se clasifica
en: i) Daño emergente, el cual constituye la pérdida que sobreviene
en el patrimonio del sujeto afectado por el incumplimiento de un
contrato o por haber sido perjudicado por un acto ilícito; y, ii) Lucro
cesante, que se manifiesta en el no incremento del patrimonio del
dañado, es decir, la ganancia patrimonial que no ingresara a la
esfera del dañado. 11. Ahora bien, en el caso materia de análisis se
encuentra acreditado el daño emergente -referido a la pérdida de
un bien económico del patrimonio de la víctima- consistente en el
área que no pudo utilizar la demandante para construir, área que
ha sido estimada por los peritos -dictamen pericial obrante a fojas
trescientos noventa y cuatro- en la suma de ocho mil doscientos
cincuenta y seis dólares americanos, monto que no ha sido
observado por la empresa demandante, pese haber sido notificada
con el citado dictamen, conforme se aprecia de los cargos de
notificación de fojas cuatrocientos nueve y cuatrocientos diez. 12.
En cuanto al lucro cesante, que es la ganancia que ha dejado de
obtener el acreedor como consecuencia del evento lesivo, el
juzgador ha estimado este concepto en la suma de quince mil
dólares americanos, teniendo en cuenta en parte la valorización
realizada por los peritos en el dictamen pericial de fojas trescientos
noventa y cuatro, respecto del valor de la edificación en el área
materia de litigio, el cual si bien consideraron en la suma de treinta
52693
y cuatro mil cincuenta y seis dólares americanos, sin embargo, este
valor incluye el costo del material y la mano de obra para construir,
conceptos que deben ser descontados debido a que no se ha
edificado sobre dicha área; siendo esto así, es correcto el monto
indemnizatorio fijado por el juzgador, en virtud de la valoración
equitativa y prudencial contemplada en el artículo 1332º del Código
Civil. 13. Finalmente, sobre la responsabilidad civil de la empresa
demandada MAQCHIN IMPORT E.I.R.L., es necesario señalar que
para la procedencia de la indemnización deben acreditarse los
elementos de toda responsabilidad civil, esto es: imputabilidad,
conducta antijurídica, daño causado, relación o nexo de causalidad;
y, factor de atribución, conceptos que han sido analizados en la
presente resolución (considerando octavo) y que no se presentan
en el caso de la mencionada empresa, pues no se ha logrado
demostrar en qué ha consistido la conducta antijurídica que se le
atribuye, menos aún la relación de causalidad entre dicha conducta
y el daño ocasionado, ya que aquella entidad no es propietaria del
inmueble contiguo al de la demandante, pues sólo tenía la calidad
de arrendataria, conforme se acredita del contrato de arrendamiento
obrante a fojas ciento cuarenta y seis. 14. En virtud de tales
consideraciones, este Supremo Tribunal llega a la conclusión que
al dictarse la resolución recurrida en casación se ha infringido la
norma de derecho material denunciada, por lo que, en aplicación
del artículo 396º, primer párrafo, del Código Procesal Civil, la
impugnada debe ser revocada. V. DECISIÓN Esta Sala Suprema,
en aplicación de lo señalado en el artículo 396º, primer párrafo, del
Código Procesal Civil, declara: 1. FUNDADO el recurso de casación
interpuesto por la empresa demandante NAYLAMP INN S.A.C.,
mediante escrito obrante a fojas novecientos quince, por la
infracción normativa de orden material del artículo 995º del
Código Civil; en consecuencia, CASARON la sentencia de vista
de fecha catorce de diciembre de dos mil doce, obrante a fojas
novecientos, expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior
de Justicia de Lambayeque que, revocando la sentencia apelada
de fecha veintinueve de mayo del mismo año, declara improcedente
la demanda. 2. Actuando en sede de instancia: CONFIRMARON
EN PARTE la sentencia de primer grado, de fecha veintinueve de
mayo de dos mil doce, obrante a fojas setecientos setenta y ocho,
que declara fundada en parte la demanda, en cuanto ordena que
los esposos Pedro Antonio Carranza Olivos y Maritza Barces Luna
de Carranza paguen por concepto de daño emergente el monto de
ocho mil doscientos cincuenta y seis dólares americanos, y por
concepto de lucro cesante el monto de quince mil dólares
americanos, más intereses legales, costas y costos del proceso; la
REVOCARON en cuanto declara fundada la demanda respecto de
la empresa MAQCHIN IMPORT E.I.R.L.; y REFORMANDOLA
declararon INFUNDADO dicho extremo de la pretensión. 3.
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario
Oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por la
empresa NAYLAMP INN. S.A.C. contra Pedro Antonio Carranza
Olivos, Maritza Barces Luna y MAQCHIN IMPORT E.I.R.L., sobre
indemnización por daños y perjuicios. Interviene como ponente el
Juez Supremo señor Almenara Bryson. SS. ALMENARA BRYSON,
HUAMANÍ LLAMAS, ESTRELLA CAMA, RODRÍGUEZ CHÁVEZ,
CALDERÓN PUERTAS
1
GONZALES BARRÓN, Gunther. Derechos Reales. Jurista Editores, Lima, 2005.
Pág. 881
2
TABOADA CÓRDOVA, Lizardo. Elementos de la Responsabilidad Civil. Editorial
Grijley, Lima, 2001. Pág. 27.
3
ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Derecho de la Responsabilidad Civil. Editorial
Gaceta Jurídica, Lima, 2003. Pág. 59.
C-1087549-34