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MANUAL

PROCESAL 1

PROCESO JURISDICCIONAL
√ INTRODUCCIÓN

En todas las sociedades suelen haber ciertas personas ante las cuales
se plantean problemas jurídicos, problemas relacionados con la efectividad de
las
reglas de Derecho que rigen la vida familiar, civil, comercial, laboral, etc., de la
correspondiente comunidad, y esos conflictos se solucionan a través de un
proceso jurisdiccional.
En nuestro país existen alrededor de 500 órganos del Estado ante los
cuales se desarrollan tales procesos. A ellos acuden todas las personas que
entienden que se encuentran afectados por la falta de correlación entre lo que
las normas jurídicas dicen que debe ser, y lo que ocurre en la realidad de la
vida: insatisfacción jurídica. Existe a menudo una cierta distancia entre las
conductas que imponen las normas y las que se verifican en la vida de la
comunidad, distancia que suele presentarse entre el proceso concebido por la
normativa vigente y el proceso que realmente se lleva adelante en los
tribunales. Y es la necesidad de o bien corregir esa práctica o bien de cambiar
las normas (cuando insistentemente ellas no se cumplen) lo que torna
imprescindible el análisis del proceso jurisdiccional.

√ CONCEPTO

El proceso es una secuencia ordenada de actos jurídicos regulados por


la ley, que a través de un modelo legal, una estructura cumple una finalidad. Es
una secuencia dirigida a cumplir con algo.
Y para que esa ordenación de actos se cumpla en forma coactiva
requiere de un sistema normativo que así lo imponga, necesariamente debe
estar dada por la ley. Esto está establecido por la Constitución en el artículo
18, el cual establece: “ las leyes fijarán el orden y las formalidades de los
juicios” . La propia Constitución reconoce la necesidad de un orden en el
proceso.

El proceso sirve como instrumento al servicio de un derecho sustantivo.


Es un instrumento mediante el cual el Estado cumple con un deber institucional
de tutela de los derechos de los sujetos que se revisten de un gran derecho
constitucional: el derecho a la acción, y correlativamente, espejo de la acción, el
derecho de la excepción o la defensa.
El sistema no reconoce el derecho de la persona si no tiene el respaldo
del Estado.

● Según Arlas (basado en las ideas de Carnelutti), el proceso


jurisdiccional es “aquel conjunto de actos (caracterizados por una unidad de
estructura) dirigidos a la formación o a la aplicación de mandatos jurídicos, cuyo
carácter consiste en la colaboración a tal fin de las personas interesadas con
una o más personas desinteresadas” .

Analizando dicho concepto, puede decirse que cuando el actor dice que
el proceso es un “ conjunto de actos” , hace referencia a los actos jurídicos
realizados por los sujetos de derecho creando, extinguiendo o modificando
situaciones jurídicas.
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Este conjunto de actos se caracteriza por una unidad de estructura que se logra a través de la
forma que en cada caso concreto asume el proceso, siendo este entonces por ejemplo
ordinario, extraordinario, monitorio, etc.

A su vez, estos actos se caracterizan por una “ unidad de fin” , en cuando


se dirigen a formar o aplicar mandatos jurídicos, es decir, a dictar sentencia, a
juzgar, y a hacer ejecutar lo juzgado.
Esta finalidad, se logra a través de “ la colaboración de las personas
interesadas con una o más personas desinteresadas” , esto significa que para
obtener el resultado la tarea la realizan por un lado las partes y por otro lado un
tercero imparcial que es el tribunal.

● Por su parte, Barrios de Angelis nos otorga un concepto de proceso


jurídico, para luego brindarnos un concepto de proceso jurisdiccional. El autor
dice que el proceso jurídico (del cual el jurisdiccional constituye una variedad)
es “la sucesión de actos jurídicos interdependientes coordinados para la
obtención de un fin común” .
Planteando luego que el proceso jurisdiccional “ es una sucesión de
actos interdependientes, coordinados a la eliminación de la insatisfacción
jurídica mediante el ejercicio de la jurisdicción” .

De aquí podemos extraer que el proceso es una secuencia de actos


jurídicos los cuales dependen unos de otros, estos no se presentan en forma
aislada ni desconectados, tal es su conexión que puede decirse que están
coordinados.
Y están coordinados para eliminar la insatisfacción jurídica: perjuicio que
un individuo siente que está sufriendo y que está originado por la diferencia que
según el mismo existe entre una situación de hecho que se presenta porque no
se cumplió con la normas jurídica y la situación de hecho que debería
presentarse si se hubiera cumplido tal norma. Es el perjuicio generado por la
tensión entre el ser y el deber ser.
Es decir, ese perjuicio al que refiere la insatisfacción jurídica, pueda
darse: 1. porque para el actor hay ausencia de certeza oficial sobre la existencia
de ciertos hechos y sobre la existencia de ciertas normas que los contemplan.
En este caso, dicha insatisfacción se puede eliminar, pidiendo el actor una
declaración oficial que indique que al existir tales hechos y tales normas debe
darse la consecuencia prevista en estas últimas.
Esta clase de insatisfacción da lugar al proceso de conocimiento. 2. porque
además de esa ausencia de certeza oficial para el actor existe una falta de
adecuación de la voluntad de la otra parte al deber ser. En este caso para
eliminar la insatisfacción se requiere además de la declaración del actor, un
acto de que no fuere la voluntad de quien la a lo que el derecho impone. Esta
clase de insatisfacción da lugar al proceso de ejecución.
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Para que pueda decirse que esa sucesión de actos constituye un
proceso jurisdiccional resulta menester que la eliminación de la insatisfacción
jurídica se logre mediante el ejercicio de la jurisdicción. Concepto que se verá
más adelante.

√ OBEJTO DEL PORCESO

● De acuerdo con Arlas, el objeto del proceso jurisdiccional es aquello


que se procesa: o bien un litigio o bien un simple interés para cuya protección
es necesario este proceso.

- El objeto del proceso contencioso es el litigio. Define al litigio como el “


conflicto intersubjetivo de intereses, calificado por una pretensión resistida o
insatisfecha, sometido a resolución del juez” .
Este conflicto de intereses debe ser intersubjetivo (entre distintos sujetos)
y no un conflicto de intereses planteado en el interior de un mismo sujeto (el
mismo sujeto tiene dos intereses que se contraponen), porque en el último caso
ese conflicto no es el que interesa al Derecho.
Además tal conflicto deberá estar calificado por la existencia de una
pretensión, definida por Guaso como una declaración de voluntad por la cual
una persona reclama de otra, ante un tercero supreordenado a ambas, un bien
de la vida, formulando al mismo tiempo una petición fundada en ciertos hechos.
Esta pretensión debe ser resistida por el otro sujeto con quien se plantea
el conflicto (ese otro sujeto afirma que no se debe subordinar su interés al del
pretensor) o, en ciertos casos, aunque no sea resistida tal pretensión debe ser
al menos insatisfecha.
Por lo tanto según este autor, para que exista litigio la pretensión debe no
solo formularse ante la otra persona sino que también debe plantearse ante el
juez. Si no se hiciere así, no se estaría ante un litigio jurídico sino simplemente
frente a un litigio sicológico.

El objeto del proceso voluntario es el simple interés para cuya protección


es necesario el proceso. Se refiere al interés de un sujeto que no puede
hacerse efectivo si, previamente y a través de un proceso, un tribunal no lo
acepta como legítimo.

● En consideración a Barrios el objeto es aquello que se encuentra


sometido a la actividad o eficacia de otra cosa. Es aquello que va a ser tratado,
afectado o modificado, en alguna forma en el proceso jurisdiccional.
Y lo que va a ser tratado afectado o modificado, es un problema
planteado por el interesado o en ocasiones asumido directamente por el
tribunal (vale decir, incluso sin que lo plantee el mismo interesado); problema
consistente en una insatisfacción jurídica debida solamente a una falta de
certeza oficia o debida, además, a una falta de adecuación de la voluntad de
otro sujeto.

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Para Barrios el objeto del proceso no puede consistir en un litigio
(jurídico); ya que desde antes de que se inicie cualquier proceso el Derecho ya
ha indicado cual interés está protegido y cual no; de donde ni para el Derecho
ni para quien lo aplica puede haber conflicto de intereses a resolver (los
conflictos de intereses que muestra la realidad ya están resueltos antes de
comenzar el proceso: por lo tanto el objeto del proceso jurisdiccional no podría
consistir en algo que para el Derecho no existe). Se trataría solo de declarar
como es que el derecho resolvió, dese antes de que se inicie el proceso que
interés tiene que prevalecer.

√ FINALIDAD

Siguiendo a los mismos autores puede decirse que la finalidad del


proceso consiste:
● Según Arlas en aquello que con el mismo se persigue; siendo bueno
aclarar que no cosiste en lo que una persona concreta podría perseguir al
intervenir en un determinado proceso, que puede no coincidir exactamente con
la finalidad que el Derecho asigna al proceso en general, sino en lo que según
el Derecho (con independencia de las motivaciones reales de los sujetos) se
persigue al iniciar un proceso.
Para el Derecho el proceso jurisdiccional tendría una finalidad variable:
solucionar el litigio en el proceso contencioso y determinar si corresponde hacer
lugar a la solicitud de protección del simple interés, en el proceso voluntario.

● Según Barrios en la eliminación de la insatisfacción jurídica, no


existiendo diferencias entre la finalidad de los procesos contenciosos y
voluntarios, etc.
De acuerdo con Cardinal, la finalidad del proceso es la exclusión de la
insatisfacción jurídica o la solución del conflicto de intereses sustantivos que
subyace al proceso.
El proceso es un instrumento para resolver conflictos o litigios, como lo
es una insatisfacción jurídica. La misma consiste como ya he expresado, en el
desacuerdo entre la norma y la realidad. Aquí gira todo el entorno del proceso.
Hay proceso siempre que se requiere que el Estado a través de una función
jurisdiccional restablezca el equilibrio cuando existe una diferencia entre lo que
sucede en la realidad y lo que las normas dicen que debe suceder: entre el ser
y el deber ser. Hay una tensión entre la realidad y la norma y el proceso trata de
restituir este desacomodo. No es necesario que efectivamente exista esta
disociación para que haya proceso, basta que el sujeto la postule. Para que
haya función jurisdiccional de los tribunales, se requiere que alguien reclame la
tutela del Estado.
Es de aquí que proviene la gran regla procesal: no hay jurisdicción sin
acción, siempre debe haber un sujeto que establezca la acción; no hay actuar

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del Estado sin que alguien lo diga y lo pida, y quien hace esto es un sujeto que
tiene el derecho para hacerlo. El pedir la tutela del Estado genera la
composición de situaciones jurídicas.
La acción es un derecho sustantivo, humano y constitucional. Se puede
exigir al Estado que proteja el derecho de un individuo frente a los demás. Con
el reconocimiento del Estado este derecho es erga omnes, el Estado hace que
todo sea oficial.
Una vez resuelta la insatisfacción, esta no se puede volver a plantear al
Estado por el mismo sujeto.

√ CARACTERÍSTICAS

a) La primera referencia para la ordenación de los actos del proceso es


cumplir con la insatisfacción jurídica del objeto. Todo depende del objeto que se
esté tratando; éste determinada la velocidad del proceso y también puede llegar
a determinar el orden. Por ejemplo la acción de amparo es un proceso ligero,
como máximo dura 3 días; en cambio por ejemplo la reivindicación de un bien
tiene un proceso largo, en donde el interés patrimonial es el único interés.
Existe otro punto referencial que no es visualizable que es el
cumplimiento y el respeto de las garantías, que son en sí mismas un derecho
sustantivo. Son las garantías que emergen de los principios generales del
proceso y de la Constitución. Por ejemplo el debido proceso, el derecho al juez
imparcial, el derecho a la defensa, a probar y a impugnar, derecho a la
igualdad.

En el proceso debe tratarse de mantener un equilibrio. Vemos el principio


de la bilateralidad: acto de correlatividad para asegurar un control. También
vemos el principio de contradicción: oponerme a lo que él otro diga siempre. Así
como otra cantidad de principios procesales.
Cuando la Constitución dice que la ley fija el orden de los juicios, la ley
está sujeta al cumplimiento de estas dos cosas, estos dos puntos referenciales
para que sea aplicable y válida. Y esta ley debe ser constitucional, para ellos
debe cumplir con estos dos principios recién mencionados.

b) Por otro lado para que el proceso sea válido y eficaz, es necesario que
sea adecuado al objeto. No sirve una estructura que no permita cumplir con la
finalidad del proceso.
c) El proceso no se agota en sí mismo, está al servicio de otra cosa, es
instrumental. El derecho al proceso es un derecho humano.

d) El proceso se caracteriza por la imparcialidad: existencia de un algo o


un alguien que represente al Estado en el mismo: la jurisdicción, al tribunal, su
rol es el de dictar sentencia siendo imparcial. No puede fallar más allá de lo que

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se pide en el proceso. Debe haber imparcialidad estructural y funcional del juez:
esto significa que los intereses específicos del objeto de determinado proceso
son ajenos a los intereses que detenta el tribunal. La resolución que adopte
debe serle personalmente indiferente. A su vez, significa que no debe
encontrarse sujeto a instrucciones de otra persona, debiendo adoptar su
decisión exclusivamente en atención al valor de los argumentos y pruebas que
resulten del proceso.

e) El proceso es la forma que tiene el Estado de actuar el Derecho. Es


imparcial y está limitado por lo que las partes piden.
Tiene un contenido axiológico: tiende al valor de justicia y al valor de
certeza. Esto genera tensión y es en esta tensión que el proceso empieza a
funcionar. La justicia está en el tercero y la certeza, en el imperium (poder
coactivo de actuar) de quien dicta la resolución y en la inmodificabilid de lo
resuelto: cosa juzgada.
Es difícil concebir un proceso sin contenido axiológico.
f) A través de este sistema axiológico también hay un sistema ideológico:
los sujetos que están juzgando tienen un sistema de valores en el colectivo. Se
considera que en la función jurisdiccional hay contenido ideológico. Por ejemplo
esto lo podemos ver en que los fallos en una época sobre cierto tema son de
una manera y en otra época distinta sobre el mismo tema se falla algo
diferente. Esto es porque los valores de la sociedad van cambiando en el
tiempo. Es el colectivo quien constituye la ideología que va modificándose y
cambiando a través del tiempo. Es difícil desprender lo ideológico de un
proceso, porque siempre se responde a un sistema que incluye los valores, la
moral, la ética, etc. Prevalece la ideología del colectivo y sobre ella se debe
actuar. El juez siempre va a responder a este sistema.

g) Inserción del proceso en un sistema social: el proceso debe ser lo más


aséptico posible y debe estar supervisado por el Estado. Si el mismo no
interviene ganaría “ el más fuerte” . El sistema ve que eso no era justo, y es por
ello que se aplica la justicia de que participe el Estado en los procesos. El
Estado ve que la autotutela es peligrosa, no es una solución acorde al “
contrato social” . El grupo social Estado dice que no es justo que gane el más
fuerte, eso no es lo correcto, por lo tanto deben aplicarse normas y reglas
parejas para todos. Es así que se va creando un sistema regulado por el
Estado y este empieza a tener capacidad decisoria en los conflictos. Se deja la
decisión del conflicto auto tutelado a un tercero. La nueva regla es que todo se
resuelva por un tercero.

h) Proceso como solución de los conflictos superada la autotutela. La


autotutela es cuando las partes se ponen de acuerdo entre sí sin llegar a juicio,
mediante la construcción de una norma jurídica que regule la situación entre
ambos. Pero hay diferentes casos, en los que es necesaria la realización de un
proceso. Hay determinados casos en los que se impone que el Estado

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actúe. Ejemplo en el caso de homicidio, donde hay una víctima y un victimario;
en el caso de un divorcio; en las sucesiones, etc. Estos son los llamados
procesos necesarios. No hay forma de resolver la insatisfacción si no es a
través de un proceso.
Están también los procesos no necesarios, donde las partes auto
recomponen la situación sin la participación de un tercero.
O encontramos a un tercero distinto al Estado: heterocomposición. El
tercero realiza una actividad de mediación que intima arreglar a las partes.
Estos son todos procesos. Hasta la conciliación constituye un proceso. i) el
proceso es contradictorio. Es contradictorio en el sentido que hay un gran
sistema de control. Todo lo actuado por el sujeto principal del proceso puede y
es controlado por el otro sujeto.
Pero por otro lado el objeto del proceso se define por la contradicción de
la insatisfacción jurídica del ser y del deber ser.
Conceptualmente cuando postulo la acción estoy presuponiendo la
resistencia del otro. Esto es lo contradictorio, un método de actuación. Debe
controlarse que el otro se pueda defender.

i) El proceso es contradictorio. Es contradictorio en el sentido que hay un


gran sistema de control. Todo lo actuado por cada sujeto principal del proceso
puede y es controlado por otro sujeto.
Peor por otro lado el objeto del proceso se define por la contradicción de
la insatisfacción jurídica, del ser y el deber ser.
Conceptualmente cuando postulo la acción estoy presuponiendo la
resistencia del otro. Eso es lo contradictorio, un método de actuación. Se debe
controlar que el otro se pueda defender.
FUENTES DEL DERECHO PROCESAL

CONCEPTO

Cuando hablamos de fuentes del derecho, nos estamos preguntando qué


origen tiene la norma jurídica; esto es: de dónde emana, de dónde surge.

De la misma manera, cuando nos referimos a fuentes del derecho


procesal, nos preguntamos de dónde surgen las normas procesales. Dicha
interrogante es la que trataremos de responder.

Tradicionalmente y a los efectos de facilitar el estudio de las fuentes, se


las clasifica en fuentes formales y fuentes no formales (sin perjuicio de que
algunos autores no comparten dicha clasificación).

Se entiende por fuente formal el procedimiento a través del cual se


crean normas jurídicas. La fuente formal es una vía mediante la cual las
normas adquieren fuerza jurídicamente obligatoria.

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Por otra parte, se habla de fuente no formal para referirse a aquella que
proporciona el contenido de una norma o de un conjunto de normas jurídicas.
También se las suele denominar como fuente material o fuente de inspiración.

ENUMERACIÓN

Dentro de las fuentes formales, encontramos:

1. EL BLOQUE DE DERECHOS HUMANOS

Este conjunto normativo que tiene su origen en las declaraciones, hace


referencia a los derechos que en un momento y tiempo determinados
constituyen derechos básicos que bajo ningún concepto se pueden no respetar.
Por eso se dice que formalmente el conjunto como tal es intocable, pero su
contenido puede variar en el tiempo.

Dentro de los textos normativos que consagran estos derechos,


debemos mencionar: la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano (1789); la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948); el
Pacto internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto
internacional de Derechos Civiles y Políticos (ambos del año 1966) y la
Convención americana de Derechos Humanos (1969).

El artículo 14 de nuestro Código General del Proceso, establece


expresamente que siempre y más allá de la finalidad del proceso, existe un
conjunto de derechos sustantivos que se deben respetar.

Artículo 14 CGP: “ Interpretación de las normas procesales. Para


interpretar la norma procesal, el tribunal deberá tener en cuenta que el fin del
proceso es la efectividad de los derechos sustanciales.

En caso de duda se deberá recurrir a las normas generales teniendo


presente los principios generales de derecho y especiales del proceso y la
necesidad de preservar las garantías constitucionales del debido proceso y de
la defensa en el mismo” .
2. LA CONSTITUCIÓN

Jerárquicamente, luego del conjunto de derechos humanos, la fuente


formal más importante es sin dudas la Constitución. Decimos esto ya que todas
las demás normas responden siempre al desarrollo de un principio
constitucional; esto es: detrás de toda norma hay un principio fundamental que
la enmarca y la legitima sustancialmente; un principio consagrado
constitucionalmente.

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Cuando hablábamos del concepto de fuente formal decíamos que era el
procedimiento por el cual se crean normas jurídicas; en este caso normas
jurídicas procesales. Corresponde entonces mencionar que la creación de
normas constitucionales se encuentra regulada por el artículo 331 de nuestra
Carta, en el cual se prevén cuatro procedimientos distintos para reformar la
Constitución (vale decir, para crear normas constitucionales). Ellos son: el
procedimiento de iniciativa popular; el de iniciativa legislativa; el procedimiento
de la Convención Nacional Constituyente y el procedimiento de las leyes
constitucionales.

En la actual Constitución uruguaya, se encuentran muchas normas que


integran el Derecho Procesal nacional. Entre ellas, cabe distinguir dos grupos o
clases:

- Un primer grupo integrado por normas que indudablemente


pertenecen al Derecho Procesal porque regulan directamente el proceso. Tal es
el caso del artículo 12 de la Constitución que establece que no es posible
aplicar una sanción penal antes de concluido un proceso jurisdiccional
tramitado con todas las garantías que se estiman pertinentes (“ Nadie puede
ser penado ni confinado sin forma de proceso y sentencia legal” ). Otro ejemplo
es el artículo 255 del mismo cuerpo normativo, que impone la necesidad de
intentar la conciliación ante un Juez de Paz antes de iniciar un proceso
contencioso civil (“ No se podrá iniciar ningún pleito en materia civil sin
acreditarse previamente que se ha tentado la conciliación ante la Justicia de
Paz, salvo las excepciones que estableciere la ley” ).

- Un segundo grupo, compuesto por aquellas disposiciones cuya


pertenencia al Derecho Administrativo o al Derecho Procesal es discutible. Nos
referimos a todos los artículos constitucionales que establecen cuáles son los
órganos jurisdiccionales del Estado, cuál es su competencia y cuál es el
estatuto de sus funcionarios; como por ejemplo el artículo 239 que determina la
competencia de la Suprema Corte de Justicia.
Artículo 239 Constitución: “ A la Suprema Corte de Justicia
corresponde:

1º) Juzgar a todos los infractores de la Constitución, sin excepción


alguna; sobre delitos contra Derecho de Gentes y causas de Almirantazgo; en
las cuestiones relativas a tratados, pactos y convenciones con otros Estados;
conocer en las causas de los diplomáticos acreditados en la República, en los
casos previstos por el Derecho Internacional.

Para los asuntos enunciados y para todo otro en que se atribuye a la


Suprema Corte jurisdicción originaria será la ley la que disponga sobre las
instancias que haya de haber en los juicios, que de cualquier modo serán

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públicos y tendrán su sentencia definitiva motivada con referencias expresas a
la ley que se aplique.

2º) Ejercer la superintendencia directiva, correctiva, consultiva y


económica sobre los Tribunales, Juzgados y demás dependencias del Poder
Judicial.

3º) Formular los proyectos de presupuestos del Poder Judicial, y


remitirlos en su oportunidad al Poder Ejecutivo para que éste los incorpore a los
proyectos de presupuesto respectivos, acompañados de las modificaciones que
estime pertinentes.

4º) Con aprobación de la Cámara de Senadores o en su receso con la


de la Comisión Permanente, nombrar los ciudadanos que han de componer los
Tribunales de Apelaciones, ciñendo su designación a los siguientes requisitos:

a) Al voto conforme de tres de sus miembros, para candidatos que


pertenezcan a la Judicatura o al Ministerio Público, y

b) al voto conforme de cuatro, para candidatos que no tengan las


calidades del párrafo anterior.

5º) Nombrar a los Jueces Letrados de todos los grados y


denominaciones, necesitándose, en cada caso, la mayoría absoluta del total de
componentes de la Suprema Corte.

Estos nombramientos tendrán carácter de definitivos desde el momento


en que se produzcan, cuando recaigan sobre ciudadanos que ya pertenecían,
con antigüedad de dos años, a la Judicatura, al Ministerio Público y Fiscal o a la
Justicia de Paz, en destinos que deban ser desempeñados por abogados.

Si los mismos funcionarios tuviesen menor antigüedad en sus


respectivos cargos serán considerados con carácter de Jueces Letrados
interinos, por un período de dos años, a contar desde la fecha de
nombramiento, y por el mismo tiempo tendrán ese carácter los ciudadanos que
recién ingresen a la Magistratura.

Durante el período de interinato, la Suprema Corte podrá remover en


cualquier momento al Juez Letrado interino, por mayoría absoluta del total de
sus miembros. Vencido el término del interinato, el nombramiento se
considerará confirmado de pleno derecho.

6º) Nombrar a los Defensores de Oficio permanentes y a los Jueces de


Paz por mayoría absoluta del total de componentes de la Suprema Corte de
Justicia.

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7º) Nombrar, promover y destituir por sí, mediante el voto conforme de
cuatro de sus componentes, los empleados del Poder Judicial, conforme a lo
dispuesto en los artículos 58 a 66, en lo que corresponda.

8º) Cumplir los demás cometidos que le señale la ley.”

3. LAS NORMAS DE RANGO LEGAL

Las normas legales son todas aquellas disposiciones que tienen valor y
fuerza de ley, es decir: leyes sancionadas por el Poder Legislativo y
promulgadas por el Poder Ejecutivo. Entre ellas ubicamos: las leyes ordinarias,
los Códigos y los Tratados.

Nuestra Constitución establece el procedimiento de creación de las


leyes en el artículo 133 y siguientes.

Existe sin embargo, una particularidad respecto a la creación de normas


procesales, prevista en el artículo 18 de la Constitución: “ Las leyes fijarán el
orden y las formalidades de los juicios” . Quiere decir que cuando se trata de la
creación de normas procesales, la propia Constitución establece una especial
relevancia a la ley como fuente válida para crearlas.

Autores como Abal, entienden que a lo que realmente apunta esta


disposición es a impedir la práctica histórica que consistía en que cada tribunal
era el encargado de establecer el procedimiento a seguir en un proceso
jurisdiccional concreto. Con la consagración de este artículo, los constituyentes
trataron de asegurar que lo que hoy denominamos el “ derecho al debido
proceso” sea respetado por todos los tribunales.

La mayor parte de las reglas generales que regulan el proceso


jurisdiccional en nuestro país, se han creado a través de esta fuente formal.
Cabe mencionar: la Ley Orgánica de la Judicatura y de Organización de los
Tribunales (LOT) Nº 15.750 y la Ley Orgánica del Ministerio Público y Fiscal
(Decreto-ley Nº 15.365).

También ubicamos dentro de las normas con rango legal a los Códigos.
En materia procesal, son de relevante importancia el Código General del
Proceso (CGP) y el Código del Proceso Penal (CPP).

Por último, debemos hacer mención a los tratados, los cuales son
asimilados al rango de ley por nuestra Constitución. Así se infiere del artículo
85, ordinal 7º: “ A la Asamblea General compete: (…) 7º) Decretar la guerra y
aprobar o reprobar por mayoría absoluta de votos del total de componentes de
cada Cámara, los tratados de paz, alianza, comercio y las convenciones o
contratos

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de cualquier naturaleza que celebre el Poder Ejecutivo con potencias
extranjeras” .

Los tratados han dado origen a numerosas normas procesales que


integraron o integran nuestro Derecho positivo; por ejemplo, las normas
incluidas en el Protocolo de Brasilia (año 1991) relativas a la solución de
controversias en el ámbito del MERCOSUR.

4. LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL PROCESO

Podemos considerarlos una verdadera fuente formal en el sentido que


emergen del propio sistema normativo.

Los principios generales del Derecho, son normas de máxima


generalidad, que, o bien se deducen o bien se inducen del ordenamiento
jurídico. Son conceptos, ideas, directivas que tienen una doble función: por un
lado formar la norma en su proceso de creación, y a su vez, sirven para
interpretar la norma ya sea teóricamente o frente al caso concreto; dicho con
otras palabras: sirven para integran e interpretar el derecho procesal.

5. LAS ACORDADAS

La Suprema Corte de Justicia es el órgano encargado de reglamentar


las leyes en el ámbito del Derecho Procesal. Esta competencia es dada por la
propia Constitución. Tales reglamentaciones las hace mediante las Acordadas.

Un ejemplo de Acordada es la número 7637 del 17 de setiembre de


2008 que dispuso un nuevo sistema de notificaciones procesales: las
electrónicas.

6. LAS SENTENCIAS

Las sentencias también constituyen fuente formal del derecho procesal,


siempre que establezcan procedimientos.

Antiguamente, resultaba común que las reglas que regulaban el proceso


fueran dictadas por cada tribunal concreto; por lo que resultaba que había
tantos procesos como tribunales existían. Como ya hemos dicho, precisamente
para evitar este resultado, es que se estableció una disposición con el texto del
actual artículo 18.

Existen varias disposiciones en nuestro CGP que constituyen un marco


dentro del cual se otorga cierta discrecionalidad al tribunal y en virtud de ello el
mismo puede adoptar medidas, que, en definitiva, constituyen verdaderas

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normas jurídicas que regulan el proceso concreto. Constituyen ejemplos de
dichas normas, el artículo 3 y 9 del CGP.

Artículo 3 CGP: “ Impulso procesal. Promovido el proceso, el tribunal


tomará de oficio las medidas tendientes a evitar su paralización y adelantar su
trámite con la mayor celeridad posible” .

Artículo 9 CGP: “ Pronta y eficiente administración de justicia. El


tribunal y bajo su dirección, los auxiliares de la Jurisdicción, tomarán las
medidas necesarias para lograr la más pronta y eficiente administración de la
justicia, así como la mayor economía en la realización del proceso” .

Es importante recordar que las normas creadas por el tribunal para un


proceso determinado, aún si el tribunal tiene discrecionalidad, sólo son
admisibles si se ajustan a lo establecido por la ley y la Constitución misma.

7. LAS CONVENCIONES

Esta fuente refiere a los acuerdos de particulares, quienes pueden, en


determinadas situaciones establecer normas que los regulen durante el
proceso.

Por ejemplo el artículo 92 del CGP permite que por un acuerdo de


partes y en un proceso determinado, se suspenda el transcurso de los plazos
procesales.

Artículo 92 CGP: “ Salvo disposición en contrario, los plazos señalados


a las partes para realizar los actos procesales son perentorios e improrrogables.
Pero las partes, expresamente y de común acuerdo, podrán suspender el
curso de los plazos de modo previo o durante su desarrollo, por el tiempo que
estimen conveniente.

Vencido el plazo, el secretario o actuario dará cuenta inmediata y el


tribunal, sin necesidad de petición alguna, dictará la resolución que corresponda
al estado del proceso.”

El artículo 472 del mismo Código, permite que, por igual acuerdo de
partes, en todos los procesos donde ellas intervengan como tales, el tribunal
sea un árbitro.

Artículo 472 CGP: “ Procedencia. Toda contienda individual o colectiva,


podrá ser sometida por las partes a resolución de un tribunal arbitral, salvo
expresa disposición legal en contrario.

La ley reconoce de pleno derecho los laudos emitidos por árbitros


designados, ya sea por las partes, o por un tribunal judicial, así como los
dictados

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por los tribunales formados por las cámaras de arbitraje, a los que se sometan
las partes” .

Dentro de las fuentes no formales, ubicamos:

8. LA COSTUMBRE

Cuando hablamos de la costumbre como fuente del derecho, nos


referimos a la reiteración generalizada de una determinada conducta (elemento
material), con la convicción cada vez más acentuada de que tal conducta es
obligatoria (elemento psicológico). En latín: usus inveteratus y opinio juris,
respectivamente.

Si bien en otros sistemas jurídicos, la costumbre es una importante


fuente formal del Derecho; ello no ocurre en nuestro país; donde esta fuente la
ubicamos dentro de las no formales; de manera que no obliga directamente.
Como dice Vescovi, esos usos y costumbres procesales, no son obligatorios y
su apartamiento no da lugar a reclamación alguna.

No obstante, hay normas procesales que remiten a la costumbre.


Citamos como ejemplo el artículo 387.3 del CGP: “ El rematador informará al
tribunal, por lo menos diez días antes del remate, la fecha de éste y la
publicidad que se hará, la que deberá adecuarse a los usos y costumbres; la
omisión de este requisito aparejará la responsabilidad del rematador por los
daños y perjuicios causados” .

Como ejemplo de norma procesal originada en la costumbre podemos


mencionar el tiempo de espera para iniciar una audiencia; que si bien no está
previsto en ninguna disposición legal, a través de una costumbre procesal se
fijó entre 15 y 20 minutos.

9. LA DOCTRINA

La doctrina procesal tampoco constituye fuente formal en nuestro


derecho procesal; pero su autoridad es fundamental y depende básicamente de
dos factores: de la mayor o menor categoría del autor que opine y de la mayor o
menor cantidad de pareceres que exista en un mismo asunto.

La principal función de la doctrina es la sistematización, actuando de


nexo entre la norma general y el caso concreto. Para ello, elabora conceptos,
definiciones, compara, fija la naturaleza jurídica de los distintos institutos, etc.

15
Un ejemplo de creación doctrinaria en materia procesal es el concepto de
inasistencia no justificada, que surge del artículo 340 del CGP: “ Audiencia
preliminar.

340.1 Las partes deberán comparecer a la audiencia en forma personal,


salvo motivo fundado, a juicio del tribunal, que justificare la comparecencia por
representante.

Las personas jurídicas y los incapaces, comparecerán por intermedio de


sus representantes (artículo 32).

Todo, sin perjuicio del patrocinio letrado obligatorio (artículo 37).

Si por razones de fuerza mayor, debidamente acreditadas, una de las


partes no pudiere comparecer, la audiencia podrá diferirse por una sola vez.

340.2 La inasistencia no justificada del actor a la audiencia preliminar, se


tendrá como desistimiento de su pretensión.

340.3 Si el inasistente fuere el demandado el tribunal dictará sentencia


de inmediato y tendrá por ciertos los hechos afirmados por el actor en todo lo
que no se haya probado lo contrario, salvo que el proceso refiriese a alguna de
las cuestiones mencionadas en el inciso segundo del artículo 134, en cuyo
caso se estará a lo que allí se dispone.
340.4 Lo dispuesto en los ordinales 2 y 3 será aplicable, en lo pertinente,
cuando mediare reconvención” .

10. LA JURISPRUDENCIA

La jurisprudencia es el conjunto de decisiones judiciales dictadas por los


tribunales, mediante la aplicación de la ley a las pretensiones planteadas ante
ellos por las partes.

En nuestro país – a diferencia de otros estados- rige el sistema del caso


concreto. Esto quiere decir que la cosa juzgada tiene un alcance limitado. Así lo
establece el artículo 218.1 del CGP: “ La cosa juzgada alcanza a las partes y a
sus sucesores a título universal” .

Queda descartado entonces, el denominado “ precedente obligatorio” ;


típico de los países anglosajones que se rigen por el “ Common low” donde la
jurisprudencia es fuente formal y por tanto obligatoria del derecho. Este sistema
consiste en que en casos iguales el juez ha de fallar lo mismo. Para poder fallar
distinto y separarse del precedente, el juez deberá probar al menos un elemento
diferente. De manera que en el régimen de la jurisprudencia obligatoria, la

16
decisión de un tribunal en un nuevo caso, obliga para el futuro a los demás. De
ahí que muchos autores dicen que, en este sistema, el Juez es “ un esclavo del
pasado y un tirano del futuro” .

Pero, si bien en Uruguay la jurisprudencia no es fuente formal,


constituye una constante fuente de inspiración tanto de la doctrina como de las
propias sentencias; y en la práctica, el antecedente jurisprudencial pesa mucho
en las decisiones de los jueces.

Un ejemplo de norma procesal que tiene su origen en la jurisprudencia


es la que determina que el daño moral es resarcible.
17
18
APLICACIÓN DE LA NORMA PROCESAL
El derecho procesal (como conjunto normativo) es el conjunto formado
por las normas que regulan el proceso jurisdiccional.

Es muy discutida la inclusión de cierta clase de normas dentro del ámbito


del Derecho Procesal.

En primer lugar el problema se plantea con aquellas normas que regulan


la actuación del Estado como tribunal (las normas que regulan la organización y
competencia de los órganos jurisdiccionales del Estado); y con aquellas normas
que regulan la actuación del Estado como actor o tercero (las normas que
regulan la organización y competencia del Ministerio Público, la procuración y la
abogacía del Estado).

En opinión de Abal las normas cuestionadas no pertenecen al Derecho


Procesal sino al Derecho Constitucional o Administrativo. Estas dos ramas
regulan que órganos actúan por el estado; y la circunstancia de que dicha
actuación sea procesal no le quita pertenencia a las dos ramas ya
mencionadas.

Un segundo sector lo constituye la regulación de los medios de prueba


acerca de los hechos comprendidos en el objeto del proceso.

Para el Dr. Abal resulta más adecuado considerar estas reglas sobre
medios de prueba como normas procesales que como normas sustantivas; en
cuanto ellas solamente encuentran razón de ser en el marco de un proceso y
están exclusivamente a su servicio.

Resta señalar otros sectores que se discute si pertenecen al Derecho


Procesal, al Derecho Internacional Público, o la Derecho Internacional Privado.
Encontramos aquí las normas que disciplinan los procesos en los que
intervienen como partes los Estados (como entes soberanos) y las
organizaciones reguladas por el Derecho Internacional Público y finalmente, las
que determinan cuál Derecho Procesal nacional rige en un proceso concreto
cuando en ese proceso se presentan elementos que interesan a más de un
Estado.

Caracterizan especialmente al Derecho Procesal frente a otras ramas del


Derecho, su instrumentalidad, su publicidad, su autonomía y su unidad:

- La instrumentalidad consiste en estar integrado por normas que


regulan el proceso jurisdiccional, y tener este razón de ser solamente como
instrumento para asegurar la efectividad de los llamados Derechos sustantivos.
El Derecho Procesal supone pues, necesariamente, la existencia
simultanea de otras ramas del Derecho Positivo, frente a las que el mismo es un
instrumento.
- La publicidad consiste en que el Derecho Procesal forma parte, integra
el Derecho Público.

19
La regulación de la intervención del Estado en el proceso, el Derecho
Procesal no se ocuparía directamente de regular los intereses de los
particulares sino los intereses generales de la comunidad, a lo que se agrega la
general inderogabilidad de sus disposiciones por voluntad de los particulares
(la vigencia de sus normas escapa a la autonomía de la voluntad de las partes),
serian los factores determinantes de dicho carácter publico.
Lo importante es retener la cualidad de orden público de sus
disposiciones, artículo 16 del CGP: indisponibilidad de las normas procesales.
Los sujetos del proceso no pueden acordar, por anticipado, dejar sin efecto las
normas procesales, salvo en el proceso arbitral.

- Hasta mediados del siglo XIX se consideraba al Derecho procesal como


un complemento de las dos grandes ramas históricas del Derecho Positivo: el
Derecho Civil y el Derecho Penal.
Luego se comienza a considerar como una rama autónoma de los
demás derechos sustantivos (civil, penal, laboral, etc.); siendo su fundamento
la existencia de un conjunto importante de conceptos, instituciones y principios
propios y distintos de los correspondientes a las demás ramas autónomas del
Derecho.
De este carácter deriva su regulación en leyes autónomas y su estudio
por una disciplina diferente: la ciencia del derecho Procesal.
En la actualidad esta autonomía del Derecho Procesal es universalmente
reconocida.

- La unidad: existe un único Derecho procesal, no hay un Derecho


Procesal para cada derecho sustantivo.
Esta unidad es la que permite que las instituciones, los conceptos y los
principios especiales del Derecho Procesal sean aplicables a todos los
procesos; sin perjuicio de las especialidades que, excepcionalmente y en
atención al Derecho sustantivo en cuestión, puedan tener algunos de esos
procesos.
Esta unidad de dicha rama todavía es discutida por algunos autores,
como consecuencia de que la materia a la cual refiere el objeto de cada
proceso, exige en ciertos casos la adopción de normas procesales especiales.
Se coincide en que aún cuando esas especialidades ocasionalmente
deban establecerse, ellas no justifican en forma alguna una conclusión que
permita hablar de la existencia de varios derechos procesales autónomos, sino
de la existencia de alguna normativa especial dentro de un único Derecho
Procesal.
Esta unidad que se defiende es la que permite que instituciones,
conceptos y principios especiales del Derecho Procesal sean aplicables a todo
proceso.

20
Siguiendo a Carnelutti, la norma procesal es aquel mandato jurídico
general y abstracto que tiene como finalidad regular el proceso.

Como toda norma jurídica se compone de un supuesto de hecho (si tal


cosa es) y de un mandato, o como dice este autor, de una estatuición (debe ser
tal otra cosa).

Para aplicar una norma procesal a un determinado caso, debo buscar,


identificar la norma que debo aplicar para ese caso concreto

Siguiendo aquí a Guasp, podemos afirmar que aplicar una norma


significa confrontar sus hipótesis con una situación práctica, para deducir si,
dada la conformidad de una con otra, ha de ser observado el precepto que la
norma contiene.

La aplicación de la norma es, por tanto, una confrontación entre el hecho


y la norma.

Ello puede implicar las dificultades siguientes:

- Escoger una, entre varias normas posibles y diferentes, aptas todas


ellas en principio, para regular la misma situación de hecho.
- Escoger entre varios significados posibles de una misma norma. -
Puede suceder que no exista una norma expresa que corresponda al
caso concreto.
A estas tres dificultades, corresponden tres categorías de normas de
aplicación: a la primera le corresponden las normas de elección, a la
segunda hipótesis le corresponden las normas de interpretación y a la
última las normas de integración.

21
INTEGRACIÓN E INTERPRETACIÓN DE LA NORMA
PROCESAL
La integración es el reconocimiento de esa norma procesal que no esta
específicamente redactada, esto es lo que se conoce como vacío legal o
lagunas del derecho.

Vale destacar que ningún caso concreto esta regulado por la norma, ya
que esta es general y abstracta.

En el pensamiento de Barrios de Angelis la estructura elemental de una


norma jurídica: se compone de lo que se denomina un supuesto de hecho
descripción de ciertos acontecimientos que constituyen un antecedente; que se
une, mediante la cúpula “ debe ser” con la llamada consecuencia jurídica.

Para este autor la integración es la actividad que consiste en la


aplicación de la consecuencia o consecuencias de una o más normas a un
caso no previsto.

La integración es la realización de cinco pasos mentales, a saber:

- Verificación de que el caso no corresponde al supuesto literal, ni al


espíritu, de norma alguna; es un caso no previsto.
- Verificación de la existencia de supuestos normativos análogos. -
Verificación de que los mismos no tiene carácter excepcional. -
Apreciación de que la aplicación de la consecuencia prevista al caso
no previsto no conduce a la producción de efectos
irracionales. - Aplicación de la consecuencia al caso.

La integración analógica, que se acaba de describir, es una operación


diversa de la aplicación analógica pura y simple. La primera tiene como
presupuesto la verificación de la existencia del caso no previsto; la segunda
consiste en la aplicación de normas por la analogía entre supuestos, ordenada
de forma directa por el legislador.

La integración analógica parece dar vida a una norma inexistente, la que


comprende el caso no previsto; o lo que es igual, agrega un supuesto, antes
inexistente, a la norma aplicada.

Nos lleva a pensar que la norma aplicada no es solamente una


disposición de especie sino un principio. El cual se hallaba particularizado en el
caso que preveía y que ahora, luego de la integración analógica, adquiere su
verdadero carácter general, con aptitud para comprender nuevos casos
particulares.

Hay diversos tipos de lagunas de derecho:

22
- Laguna de conocimiento: cuando no esta previsto en esas normas
generales que en forma inmediata se me permita colocar el caso.
Ejemplo artículo 44 LOT.

- Laguna de reconocimiento: reconocer cual de todas las soluciones


se aplica al caso, porque todas son de posible aplicación. Ejemplo:
artículo 99: Traslados y visitas. En atención de las circunstancias del
caso, el tribunal podrá sustanciar los petitorios de las partes
confiriendo traslados
o visitas.
Salvo disposición contraria, los traslados deben ser evaluados dentro
de seis días y las vistas dentro de tres días.

- Laguna axiológica: estando solucionado el caso, es evidente que el


legislador al crear esa norma no tuvo en cuenta las particularidades
de lo que yo estoy tratando de solucionar.
El legislador me permite que rearme la norma teniendo en cuenta esa
particularidad.

Las formas de llenar lagunas de derecho son: los fundamentos de las


leyes análogas, los principios generales de derecho, los principios
constitucionales y los especiales del proceso y las doctrinas más recibidas;
atendiendo las circunstancias del caso, pensamiento en base al caso concreto,
debo tener un procedimiento de razonamiento.

Artículo 15 CGP: Integración de las normas procesales. En caso de


vacio legal, se deberá recurrir a los fundamentos de las leyes que rigen
situaciones análogas y a los principios constitucionales y generales de derecho
y especiales del proceso y a las doctrinas más recibidas, atendidas las
circunstancias del caso.

El Dr. Abal sostiene que aún cuando la doctrina más recibida indica que
las lagunas o vacíos de derecho estrictamente no existen, varias disposiciones
de nuestro derecho positivo se refieren a ello (el artículo 322 de la Constitución,
el artículo 16 del Código Civil, el articulo 15 del CGP y el articulo 16.2 del CPP)
debemos indagar a que supuestos se dirige el legislador cuando menciona
dichas lagunas.

Por ello nos debemos detener en las nociones de la laguna lógica y la


laguna técnica. Las primeras se tratan solamente de ciertas situaciones que
describe la ley y en las cuales debe prescindirse de la aplicación, en un caso
concreto, de la regla que surge de una disposición no especifica que lo
comprende, para aplicar al mismo la regla establecida por una disposición que
regula mas específicamente un caso análogo, o la regla que debería haberse
dictado para el caso especifico si se hubiera seguido determinado principio
23
general del derecho, o la regla que debería haberse dictado para el saso
especifico si se hubiera seguido la opinión de la doctrina mas recibida. Las
segundas son ciertas situaciones que describen la ley y en las cuales debe
dejarse de lado, para un caso concreto, la regla más amplia, para aplicar la
mismo la regla más restrictiva establecida por una disposición que regula un
casa análogo, o la regla más restrictiva que debería haberse dictado si se
hubiera seguido determinado principio general de derecho o, por ultimo, la
regla mas restrictiva que debería haberse dictado si se hubiere seguido la
opinión de la doctrina mas recibida.

Análisis particular de la integración a través de la analogía. Un ejemplo


de norma creada por integración a través de la analogía lo constituye el caso
de aquella regla que permite, a quien no recurrió, adherir al recurso de
casación.

Análisis particular de la integración a través de los principios generales.


Un ejemplo de norma creada por integración a través de los principios
generales lo constituye el caso el caso de aquella regla que habilita al
recurrente de una medida cautelar a proponer, en el momento de formar su
impugnación, cualquier medio probatorio.

Análisis particular de la integración a través de las doctrinas más


recibidas. Un ejemplo de norma creada por integración a través de las doctrinas
mas recibidas lo constituye el caso de aquella regla que establece la presunción
relativa de que quien realiza un acto procesal tiene capacidad procesal para
ello.

Para Barrios De Angelis la interpretación es la actividad dirigida a


obtener la significación (del supuesto y la consecuencia) de una norma.

Se debe distinguir entre.

▪ Interpretación estricta, ocurre si el supuesto de hecho se ajusta


claramente al caso, de acuerdo con la letra de la norma.

▪ Interpretación extensiva, acontece cuando la identidad con el


supuesto literal es dudosa; pero puede admitirse tal identidad con la intención o
espíritu normativos.

▪ Interpretación restrictiva, consiste en una combinación de la estricta y


una negativa de la extensiva. Corresponde en los casos de los artículos que
prevén supuestos sin inmediación, o la eficacia de la conciliación frente a
terceros, etc.
Para el Dr. Abal: Interpretar una disposición consiste en descubrir la
voluntad que se quiere trasmitir con los signos que la expresan.

24
La interpretación puede ser literal (o gramatical) o teleológica, esta ultima
se realiza en base a la lógica, o a lo que resulta del contexto de la disposición o
a los antecedentes de la misma.

Artículo 14 CGP: Interpretación de las normas procesales. Para


interpretar la norma procesal, el tribunal deberá tener en cuenta que el fin del
proceso es la efectividad de los derechos sustanciales.

En caso de duda se deberá recurrir a las normas generales teniendo


presente los principios generales de derecho y especiales del proceso y la
necesidad de preservar las garantías constitucionales del debido proceso y de
la defensa en el mismo.

APLICACIÓN DE LA NORMA PROCESAL EN EL


TIEMPO Y EN EL ESPACIO
Artículo 12 CGP: Aplicación de la norma procesal en el tiempo. Las
normas procesales son de aplicación inmediata y alcanzan, incluso, a los
procesos en trámite.

25
No obstante, no regirán para los recursos interpuestos, ni para los
trámites, diligencias o plazos que hubieren empezado a correr o tenido principio
de ejecución antes de su entrada en vigor, los cuales se regirán por la norma
precedente.

Asimismo, el tribunal que éste conociendo en un asunto continuará en el


mismo hasta su terminación, aunque la nueva norma modifique las reglas de
competencia.

La regla general es la aplicación inmediata de la norma. El segundo


inciso establece que no regirá para los recursos interpuestos, para los procesos
en tramite (sector del procedimiento en curso), ni para las diligencias
(actuaciones, tiene que operar el gran principio del debido proceso y sus
derivados) entre otros.

Se exceptúa a todos los actos y estructuras internas del proceso


(recursos, trámites, diligencias o plazos), que han comenzado a ejecutarse o
transcurrir según los casos. En esos casos se consagra la ultraactividad de la
norma derogada.

Lo mismo ocurre con la competencia del tribunal, que no es modificada,


aunque el nuevo texto cambie o extingue su competencia, para el futuro.

Artículo 13: Aplicación de la norma procesal en el espacio. Este


Código regirá en todo el territorio nacional sin perjuicio de lo dispuesto por las
convenciones internacionales suscriptas y ratificadas por el Estado.

El principio general es la territorialidad de la norma procesal, todo lo que


sea procesal y dentro del ámbito de nuestro territorio se va a regir por el CGP,
excepto en las convenciones internacionales.

Por ejemplo en materia cautelar (incidentes) y probatoria se cede al


régimen internacional.

Cuando todos los elementos de un proceso se encuentran situados en un


mismo país o sujetos a un mismo ordenamiento jurídico, no se presenta
problema alguno.

En principio el CGP solo rige en nuestro territorio nacional, y lo hace de


modo exclusivo, sin la participación de otras normas. Pero la experiencia de las
relaciones internacionales muestra que algunos casos quedan sometidos a
otras normas.

Limites espaciales del CGP, puede decirse que la regla es su dominio


total en nuestro territorio y su falta de eficacia fuera del mismo (principio de la
territorialidad de la ley procesal).

26
PRINCIPIOS DEL DERECHO PROCESAL

√ CONCEPTO

El proceso civil está inspirado, desde siempre, por un conjunto de


principios, esto es, de criterios de carácter general cuya aplicación a cada
solución concreta contenida en las diversas normas procesales determina que
éstas supongan un orden coherente y homogéneo.
Es decir que los principios son reglas generales seguidas por numerosas
disposiciones que establecen reglas concretas.

Son aquel grupo de verdaderas normas que aún cuando no están


enunciadas como tales en el derecho positivo escrito, subyacen al mismo de tal
forma que justifican la existencia de cada uno de esos preceptos legales.
Las normas son desarrollos de los principios; para lograr reconocerlos
cuando no están expresos, debo inferirlos del ordenamiento (método inductivo
deductivo).
Los principios son lo que está atrás de la norma. A lo que accedo es a la
representación del principio que está planteado en esa norma. O sea que de la
norma extraigo a los principios.

Tarigo expresa que estos principios tienen la calidad de normas jurídicas,


son principios normativos.

Abal dice que son verdaderas definiciones de política procesal. Son


criterios generales que luego se concretan en numerosas disposiciones
específicas.

Couture por su parte agrega que toda ley procesal, todo texto que regula
un trámite del proceso, es, en primer término, el desenvolvimiento de un
principio procesal, y ese principio es, en sí mismo, un partido tomado, una
elección entre varios análogos que el legislador hace.

√ CARACTERES
● Estos principios se presentan generalmente en parejas, es decir, cada
principio general tiene su opuesto; así al principio dispositivo se contrapone el
inquisitivo; al de oralidad el de escritura; al de publicidad el de secreto o
reserva. A esto se le llama bifrontalidad.

● Los principios no se configuran aislados unos de otros, sino que por el


contrario fuertemente unidos o entrelazados, de modo tal que cualquiera de
ellos y, especialmente, los principales, los más importantes, implican o suponen
la

27
existencia de otros que en cierta medida son consecuenciales o
complementarios. Así por ejemplo la oralidad supone necesariamente la
existencia de principios tales como lo es inmediación, concentración, publicidad,
etc. Esto es lo que se conoce como complementariedad.
● Detenerse en el estudio y análisis de los principios generales que rigen
en el ordenamiento procesal tiene una norme utilidad para la labor del legislador
cuando se trata de organizar un determinado ordenamiento procesal; labor que
se verá claramente facilitada si al redactar normas específicas se tienen
presentes cuales son las principales opciones que se deberían realizar , etc.
Además, los principios generales tienen una obvia trascendencia para
determinar cuales son las normas que existen en virtud del mecanismo de
integración. Por lo tanto conocer cuales principios rigen en nuestro derecho
procesal es imprescindible para conocer todas las normas que, por integración
forma parte de dicho derecho.
Dichos principios sirven también para optar entre una u otra
interpretación. Solamente el conocimiento de cuáles son estos principios
permitirá, en tales supuestos, llegar a la interpretación más correcta.
O sea que los principios del derecho tienen interés en tres planos: en la
organización por el legislador de un determinado ordenamiento procesal, en la
integración normativa y en la interpretación del derecho.

● Los principios del derecho se identifican ya sea por su explicitación en


el ordenamiento positivo, ya sea por inducción o incluso por deducción de
normas concretas que integran dicho ordenamiento.

√ PRINCIPIOS

PRINCIPIO DEL DEBIDO PROCESO LEGAL


Este es el gran principio procesal. Todos los sujetos tienen derecho a un
proceso y a un debido proceso.
Lo encontramos consagrado en el art. 11 del CGP; art. 12 de la
Constitución; art. 8 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos; art.
14 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos (allí está el concepto de Derecho al
debido proceso más aceptado); y en el art. 8 numeral 1 del Pacto de San José
de Costa Rica.

En la primera aproximación al debido proceso vemos el derecho a ser


oído, el derecho a ir ante alguien a pedir algo que es un derecho de todo sujeto
o a pedir amparo ante el propio Estado o un particular o a que se le garantice
un derecho determinado como por ejemplo la libertad física.
Es la posibilidad de ir ante un tribunal a plantear lo que el sujeto postula
como un derecho; y esto es posible porque el sujeto tiene el amparo del Estado
tutelando esos derechos sustantivos a través de la tutela a la acción y al debido
proceso. Se debe asegurar la efectividad de la tutela, sino nada tiene sentido.

28
- Art. 12 de la Constitución – “ Nadie puede ser penado ni confinado sin
forma de proceso y sentencia legal” .
Compete a la ley ordenar las formas de los procesos (principio de
legalidad) pero no de cualquier manera, sino de manera que asegure a cada
una de las partes su día ante el tribunal.

- Couture señala que el debido proceso legal implica que el demandado


haya tenido debida noticia del proceso que se ha iniciado contra él, que se le
haya otorgado una oportunidad razonable de comparecer y exponer sus
derechos, de aportar los medios de prueba con los que justificar sus
afirmaciones, que el tribunal que sustancia el proceso esté dotado de
jurisdicción y que ofrezca seguridad razonable de su imparicalidad.

● Este gran principio procesal encuentra estrecha vinculación con el


PRINCIPIO DE LEGALIDAD. El mismo es un principio de raigambre
constitucional, ya que a tenor del art. 18 de la constitución “ las leyes fijarán el
orden y las formalidades de los juicios” . Esto supone que nuestro proceso civil
es un proceso de ordenación legal, esto es, un proceso que por un lado está
regulado por la ley y solo por la ley y por otro lado, es un proceso que se
desenvuelve o se desarrolla desde su inicio hasta su cumplimiento en forma
ordenada, según un orden fijo y predeterminado por la ley procesal misma. Así
entendido el proceso aparece sujeto a una serie de reglas que configuran una
disciplina propia.
Este principio de legalidad o de ordenación legal se contrapone a otro: el
llamado desenvolvimiento libre o discrecional.

● A su vez, el principio de legalidad implica, necesariamente, la vigencia


de otro que le es consecuencial, el PRINCIPIO DE INDISPONIBILIDAD de las
normas procesales, recogido en el art. 16 del CGP al establecer que “Los
sujetos del proceso no pueden acordar, por anticipado, dejar sin efecto las
normas procesales, salvo en el proceso arbitral” .
El sistema de preordenación legal impide, naturalmente, que las partes
puedan, anticipadamente, modificar en cualquier sentido que fuere, las normas
procesales. Esta es la regla de principio, regla que sufre una excepción a texto
expreso en el propio art. 16 por lo que refiere al proceso arbitral, en el cual por
el contrario, “ Las partes pueden convenir el procedimiento que consideren más
conveniente” (art. 490 del CGP), rigiendo las normas procesales
correspondientes al proceso ordinario solamente en caso de que las partes
nada hubieran previsto al respecto.
El principio de indisponibilidad se refiere a la renuncia o a la modificación
anticipada de las normas procesales, no a la renuncia de una facultad procesal
ya nacida, como sería, por ejemplo, la renuncia de la parte a interponer el
recurso de apelación contra la sentencia.

29
En otro plano y como excepción que confirma la regla, el art. 92 del CGP
permite a las partes, de común acuerdo, “suspender el curso de los plazos de
modo previo o durante su desarrollo, por el tiempo que estimen conveniente”.

● También el principio de legalidad supone un vínculo estrecho con el


principio de preclusión, analizado más adelante.

● Como gran desmembramiento del Principio del Debido Proceso se


encuentra el PRINICPIO DE DERECHO AL PROCESO, a que este tenga una
duración razonable y a que él resuelva las pretensiones que configuran su
objeto, que es menester analizarlo.
Está contenido en el art. 11 numeral 1 del CGP – “ Cualquier persona
tiene derecho a acudir ante los tribunales, a plantear un problema jurídico
concreto u oponerse a la solución reclamada y a ejercer todos los actos
procesales concernientes a la defensa de una u otra posición procesal y el
tribunal requerido tiene el deber de proveer sobre sus peticiones” .
El derecho al proceso, es decir, el derecho a comparecer a reclamar ante
el tribunal competente la tutela jurisdiccional del Estado constituye el derecho
de acción (art. 11 numeral 2 y 3).
El art. 111 numeral 4 agrega que “ Todo sujeto de derecho tendrá acceso
a un proceso de duración razonable que resuelva sus pretensiones” . Este
concepto de que el derecho al proceso no se agota en sí mismo, sino que este
debe tener una duración razonable, aparece inspirado en el art. 8.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos.

El concepto de razonabilidad en la duración del proceso no puede ser,


naturalmente, un concepto determinado, ni siquiera fácilmente determinable.
Ello dependerá de un conjunto de circunstancias variables de un proceso a
otro, según su naturaleza.
Además de que el proceso tenga una duración razonable, el art. 11
dispone también la necesidad de que el proceso resuelva las pretensiones que
constituyen el objeto del proceso.
Se pone énfasis así en que la finalidad del proceso es emitir en definitiva una
sentencia de mérito, esto es, una sentencia sobre el fondo de la cuestión
planteada, que solucione o componga el litigio o que satisfaga la pretensión y
se evite de esta manera que la sentencia definitiva por una u otra razón de
carácter estrictamente procesal no llegara a emitir ese pronunciamiento sobre
el fondo.
Este perfil del derecho a un proceso que resuelve efectivamente el litigio
debe completarse con lo que prevé el art. 14 de CGP al consignar que “ Para
interpretar la norma procesal, el tribunal deberá tener en cuenta que el fin del
proceso es la efectividad de los derechos sustanciales” .

PRINCIPIO DE IGUALDAD

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● Este principio es consecuencia del principio constitucional de
igualdad de las personas ante la ley – “Todas las personas son iguales ante la
ley, no reconociéndose otra distinción entre ella sino la de los talentos o las
virtudes” (art. 8).
El CGP ha consagrado expresamente este principio de igualdad por lo
que refiere al proceso, disponiendo en su art. 4 que “ El tribunal deberá
mantener la igualdad de las partes en el proceso” .
Se encuentra exclusivamente vinculado al proceso contencioso, y según
el mismo los interesados principales del proceso contencioso (las partes) deben
ser tratados en forma igualitaria.

● La igualdad como principio debe ser tendente a generar un equilibrio


diverso: se debe compensar la desigualdad (concepto aristotélico). El juicio
debe ser equitativo, las partes del sujeto deben tener las mismas posibilidades
frente al tribunal: uno demanda y el otro se defiende, por lo que tenemos un
demandante y un demandado.
Quien formula la demanda tiene la carga de los hechos en que se basa
su derecho, debe fundar esos hechos. Por su parte, el demandado tiene la
carga de contradecir las afirmaciones que realiza el demandante. Allí se
visualiza el principio de igualdad: a uno se le impone la carga de afirmar y a
otro la carga de contradecir.
Toda vez que haya un acto de una de las partes ha también de
escucharse a la otra parte. Así como uno tiene derecho a la acción, el otro
tiene derecho a la defensa. Esto es el principio de bilateralidad.
Pero esto no es un principio absoluto. Puede ser que en el medio haya
otra actuación, por ejemplo caso del proceso monitorio. Se altera el orden: se
demanda, dicta sentencia y luego se escucha al otro cuando objeta. Siempre el
contrario al que pide tiene la posibilidad de controvertir.

O sea que en el derecho procesal, la aplicación del principio


constitucional de igualdad de las personas ante la ley se traduce en el
principio de bilateralidad. La bilateralidad es consecuencia necesaria del
principio de igualdad. Supone que si una parte está habilitada para realizar una
actividad procesal, la otra parte debe tener siempre la misma posibilidad; por
ejemplo si una parte puede proponer pruebas también lo podrá hacer la otra; si
una parte puede alegar también la otra deberá tener oportunidad de hacerlo,
etc.
Este principio tiene su máxima expresión en los procesos ordinarios de
conocimiento, en donde la alternancia de las partes aparece como perfecta: a la
demanda del actor, corresponde la contraprestación del demandado; ambas
partes producen los medios de prueba; ambas alegan por su orden de bien
probado, etc.

31
Así mismo este principio de atenúa en algunos procesos extraordinarios,
los dotados de estructura monitoria, tales como por ejemplo, el juicio ejecutivo o
el juicio de desalojo.

Y este principio de bilateralidad genera a su turno, un método que es el


contradictorio, método por el cual ante cada oportunidad procesal que la ley
confiere a una de las partes, otorga una similar a su contraparte.

● Del principio de igualdad deriva también, el principio de


imparcialidad. La exigencia de imparcialidad del tribunal, es otra necesaria
consecuencia del principio de igualdad: un tratamiento igualitario de las partes
en un proceso contencioso exige que quien va a dirigir el proceso y dictar la
sentencia sea tan ajeno a los intereses del actor como a los del demandado.

● El fundamento del principio de igualdad se encuentra en la


experiencia conforme a la cual no dar intervención al demandado supone privar
al tribunal de la oportunidad de instruirse más adecuadamente, aumentando
por otro lado las posibilidades de que dicho tribunal actúe en forma no
imparcial.

● Excepciones:
Constituyen excepciones que no contradirían la esencia del principio de
igualdad, las de aquellos casos en que la tramitación unilateral está fundada en
la posibilidad de que la resolución judicial se pueda frustrar en su ejecución, si
el demandado tiene conocimiento de ella previamente a su dictado; o aquellos
otros en los que no se justifica diferir la decisión del tribunal (otorgando previo
traslado) en razón de la especial certeza de que la pretensión del actor es
ajustada al derecho.
Sin procesal penal, principalmente en cuanto se admitió que en el
presumario (que es una actividad jurisdiccional) participara ampliamente el actor
y no lo pudiera hacer el demandado.
Tampoco es respectado cuando en nuestro derecho se establecen
algunos tribunales que no son estructuralmente imparciales.
Existen, finalmente, ciertos casos en los que la desigualdad no es más
que aparente, desde que con el tratamiento procesal desigual se trata
precisamente de igualar las situaciones reales de las partes.

PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN
Deriva del principio de igualdad. Consiste en que ante toda alegación de una
parte, antes de adoptar una decisión de debe escuchar la opinión de la otra.
Este principio se parece al principio de bilateralidad pero tiene un plus. El
primero es la necesidad de oponerse, supone oponerse a la postura de la otra
parte pero también a la decisión del tribunal. Aquí viene la impugnación:
cuestionar lo que dice el tribunal.

32
La contradicción es la posibilidad de oponerse, la efectivización de la
contradicción es lo contradictorio. Todo el sistema funciona en base a la
posibilidad de contradicción.
El plus es el estatuto propio del proceso: hay contradicción y sistema de
controles aún cuando no se efectiviza. Por lo tanto la contradicción se vincula a
la posibilidad de control. Ejemplo: el propio tribunal controla la decisión de las
partes y estas a su vez controlan al tribunal.
Por lo tanto la bilateralidad hace el escuchar a los sujetos, con esto
plasma la igualdad de oportunidades. Y la contradicción es la posibilidad de
controlar a los otros sujetos. No requiere la efectividad, basta la posibilidad.
La contradicción surge de la propia ley, es el método de cómo funciona el
proceso. Siempre debe haber una postulación contraria a lo que se demanda.
Debe haber una demanda y una contradicción. Si se afirma en la contradicción
lo que dice la demanda no hay contradicción y rige el principio de autonomía de
la voluntad.

PRINCIPIO DE ECONOMÍA PROCESAL

Con el rito menor de actos, la mínima actividad, se logra la mayor eficacia; no


solo por un tema económico sino por la salvaguarda de la duración razonable.
O sea que el principio de economía procesal se liga a la duración razonable
que es un derecho que integra el debido proceso.
Art. 9 del CGP – Pronta y eficiente administración de justicia – El tribunal
y bajo su dirección, los auxiliares de la Jurisdicción, tomarán las medidas
necesarias para lograr la más pronta y eficiente administración de la justicia, así
como la mayor economía en la realización del proceso.
El principio de economía procesal establece que la actividad procesal
debe realizarse en la forma que genere la mayor economía de tiempo y de
costos.
A tal principio de opone el que podemos llamar “ principio de la
desatención de la economía procesal” , de acuerdo al cual no sería necesario,
al determinar la forma en que se debe realizar la actividad procesal, el buscar
aquella que implique una mayor economía de tiempo y costo.

● Recepción en el Derecho Procesal uruguayo:


El principio de la economía de tiempo se encuentra recogido
explícitamente en diversos artículos 3, 9 y 11.4 del CGP e incluso en el art. 8.1
del Pacto de San José de Costa Rica. Este art. Expresa que “Toda persona
tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo
razonable, por un juez y tribunal competente, independientemente e imparcial,
establecido con anterioridad por la ley, en la sustentación de cualquier
acusación

33
penal formulada en ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones
de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter” .
Encuentran su fundamento en este principio todas las normas de nuestro
Derecho Procesal que establecen, para el trámite de ciertas pretensiones,
estructuras procesales más ágiles que el proceso ordinario; como las que
regulan los procesos extraordinario y monitorio, y aquellas otras que admiten un
proceso incidental para la resolución provisoria de una pretensión en forma
paralela a la tramitación del proceso principal donde la misma resolverá en
definitiva.

En cuanto al principio de la economía de costos, surge implícitamente del


art. 9 del CGP, induciéndose además de diversas normas que propician la
economía de tiempo y de ciertos artículos concretos del CGP como el art. 178
(sobre prueba parcial, donde en principio se establece que el informe lo
realizará un solo perito), el art. 384.1 (donde se establece que el valor de un
bien que servirá de base para un remate judicial, se fijará, en principio, sin
necesidad de recurrir a un peritaje), el art. 323 de la ley 16.226 y 345 del
Código Civil (donde se excepciona de la necesaria defensa letrada a la
actuación de las partes en el proceso conciliatorio previo y en los procesos
vinculados a ciertos menores infractores).

● Fundamento de la opción:
El fundamento se encuentra en que la demora para obtener una
resolución y el costo que debe soportarse para ello son un menoscabo de los
derechos que esta resolución ampara.
● Excepciones:
Numerosas excepciones se encuentran en lo que refiere a economía de
tiempo y a la economía de costos.

● ¿Cómo se plasma en otros principios?

Principio de consentración
Art. 10 del CGP – Concentración procesal – Los actos procesales
deberán realizarse sin demora, tratando de abreviar los plazos, cuando se
faculta para ello por la ley o por acuerdo de partes, y de concentrar en un
mismo acto todas las diligencias que sea menester realizar.
La actividad procesal se fracciona en la menor cantidad de veces
posible. Se concentra toda la contradicción.
Ejemplo:
- en la misma demanda se debe formular la pretensión y pedir la prueba.
Aquí encontramos el derecho a pedir y a probar. Y a este derecho se le impone
una carga: el juntar en la demanda el pedido y la prueba.

34
- oponer todas las defensas de que uno se puede hacer valer en la
contestación de la demanda.
- audiencia preliminar: todo se realiza en un solo acto (art. 341 del CGP).

Principio de eventualidad
Se trata de pedir todo junto, aún las cosas eventuales.
Es el que ordena de una sola vez aportar todos los medios de ataque o
defensa que posea una de las partes. Este principio lo dispone estrictamente el
art. 132 del CGP cuando dispone que el demandado si quiere adoptar más de
una de las actitudes que el propio artículo le reconoce (y siempre que ellas
fueran compatibles entre sí, naturalmente) frente a la demanda del actor
deberá hacerlo en forma simultánea y en el mismo acto.
Art. 132 del CGP – Actitudes del demandado – El demandado puede,
eventualmente, allanarse a la pretensión, plantear excepciones previas, asumir
actitud de expectativa, contestar contradiciendo o deducir reconvención.
Si aportara más de una de estas actitudes, deberá hacerlo en forma
simultánea y en el mismo acto.
Aunque sean aparentemente contradictorias deben formularse juntas.

Principio de celeridad
El ordenamiento le da al tribunal la posibilidad de determinar los plazos,
los términos. La celeridad o prontitud del proceso está inspirada en la
concepción tan divulgada de que la justicia que tarda demasiado ya no es justa.
Principio de impulso procesal
Art. 3 del CGP – Impulso procesal – Promovido el proceso, el tribunal
tomará de oficio las medidas tendientes a evitar su paralización y adelantar su
trámite con la mayor celeridad posible.
Compete al tribunal adoptar la medidas consiguientes para que el
proceso se desenvuelva rápidamente y para evitar su paralización.

PRINCIPIO DE PRECLUSIÓN O PRINCIPIO PRECLUSIVO

Tensión entre justicia (acorde a derecho) y certeza. La certeza se


soluciona con este principio.

Preclusión: existe una oportunidad legalmente prevista para le ejercicio


de cualquier derecho, es una oportunidad de tiempo y forma (refiera a la
actividad).

Por ejemplo: si una parte no contesto en determinado plazo, precluye su


derecho. La máxima preclusión es la cosa juzgada, se dicto la sentencia y no se
impugno.

35
Preclusión por consumación del acto: se da mediante la consumación
del acto, cuando aún tenía plazo, cuando aún no ha vencido.

Preclusión por consumación de un acto incompatible: es un acto


incompatible con el acto que posteriormente se quiere hacer. Por ejemplo:
cuando se cumple la sentencia voluntariamente no se puede apelar.

Para el Dr. Abal: el principio de preclusión establece que cuando un acto


procesal debió realizarse en determinado momento y ello no tuvo lugar, ya no
será posible hacerlo luego. Su contrario, el principio de no preclusión, admite
que aquel acto pueda realizarse incluso luego del momento originariamente
previsto.

La opción en nuestro derecho de este principio se fundaría en la


convicción de que sin su consagración no se asegurarían los efectos
perseguidos al aceptar el principio de la predeterminación del orden del
procedimiento (atentándose además contra el principio de economía procesal).

Este principio no admite aparentemente excepciones, salvo


indirectamente en ciertos supuestos, particularmente los derivados del
acogimiento del recurso de revisión.

Para Tarigo. El principio de legalidad supone un vínculo estrecho con el


principio de preclusión.
Este último, impone que los actos procesales sean cumplidos en cada
etapa procesal correspondiente sin que pueda volverse atrás para realizar lo
que se omitió cumplir a su debido tiempo. En aplicación de este principio de
preclusión es que nos enfrentamos, según los casos, a situaciones de pérdida,
de extinción o de consumación de una determinada facultad procesal. Por
ejemplo: la parte a quien la sentencia le resulto desfavorable, puede apelar
dicha sentencia para ante un tribunal superior dentro de determinado plazo; si
tal parte deja transcurrir el plazo sin interponer el recurso de apelación, habrá
perdido la oportunidad de hacerlo y la sentencia quedará consentida
tácitamente. Otro ejemplo seria: si la parte tiene la posibilidad de realizar
simultáneamente dos actos procesales, contestar la demanda y oponer una de
las excepciones previas, si solo realiza la primera se extinguirá su facultad de
oponer la excepción. Cabe aclarar por ultimo, que la consumación de un acto
(por ejemplo contestación de la demanda) implica que, una vez cumplido el
acto correspondiente, este no podrá reiterarse, ampliarse, modificarse o
cumplirse de forma distinta.

PRINCIPIO DISPOSITIVO (CONGRUENCIA)

Confía todo lo relativo a la iniciación, marcha, hasta la culminación,


depende de la actividad de las partes.

36
Es la libertad que tiene los sujetos de reclamar; se relaciona con el
principio de iniciativa de parte; los intereses que están en juego son los de las
partes.

Su principal manifestación refiere a las partes, la aportación de los


hechos, esta aportación depende de las partes, esta vedado (no puede
hacerlo) al tribunal indagar sobre la existencia de hechos que no sean
estrictamente lo que dicen las partes, tampoco este va a poder desconocer los
hechos que afirma una parte y son admitidos por la parte contraria. Con
relación a las pruebas, son las partes las que las aportan, al igual que los
hechos.

Artículo 24 literal 4: Facultades del tribunal. El tribunal esta facultado:

4) Para ordenar las diligencias necesarias al esclarecimiento de la verdad


de los hechos controvertidos, respetando el derecho de defensa de las partes.

Artículo 25 inciso 2: Deberes del tribunal.

25.2: El tribunal deberá emplear las facultades y poderes que le concede


este Código para la dirección del proceso y la averiguación del a verdad de los
hechos alegados por las partes; la omisión en el cumplimiento de estos deberes
le hará incurrir en responsabilidad.

Las partes tienen la posibilidad de disponer de la relación sustancial.

Artículo 1: Iniciativa en el proceso. La iniciación del proceso incumbe a


los interesados.

Las partes podrán disponer de sus derechos en el proceso, salvo


aquellos indisponibles y podrán terminarlo en forma unilateral o bilateral de
acuerdo con lo reglado por este Código.

En este segundo inciso vemos la excepción de las partes de la


posibilidad de disponer de la relación sustancial, en las cuestiones
indisponibles.

La indisponibilidad es en materia de las normas procesales, esto es el


principio de legalidad de la forma. La indisponibilidad es la regla y las
excepciones deben surgir de la ley.

Abal: conforme a este principio dispositivo se da predominancia a los


interesados principales, en la realización de ciertas actividades particularmente
importantes: la iniciativa y el desistimiento del proceso, la determinación de su
objeto, la determinación del objeto de la prueba, la iniciativa para introducir
medios de prueba dirigidos a demostrar la existencia de esos hechos y de ese
derecho que integran el objeto de la prueba y, finalmente, la iniciativa para que
las diversas etapas procesales se vayan sucediendo.

37
Su opuesto es el principio inquisitivo, según el cual dicha predominancia
en tales tareas la tiene el tribunal.

El principio dispositivo se halla consagrado respecto a todas las tareas


señaladas salvo en lo que refiere a la iniciativa para que las diversas etapas
procesales se vayan sucediendo, donde rige el principio inquisitivo.

El fundamento de la opción por el principio dispositivo se encuentra en la


necesaria congruencia que debe existir entre la disponibilidad de los derechos
subjetivos consagrados en los diversos derechos sustantivos y la posibilidad de
reclamar su vigencia a través de un procedimiento jurisdiccional.

En el caso especial de la iniciativa para la progresión del trámite del


proceso, la opción por el principio inquisitivo se encuentra fundada en la
necesidad de respetar el principio de economía.

En nuestro derecho procesal existen numerosas normas que


excepcionan la consagración del principio dispositivo.
Según Tarigo: el principio dispositivo puede definirse como aquel en
virtud del cual las partes poseen dominio completo tanto sobre su derecho
subjetivo sustancial como sobre sus derechos a la iniciación, desenvolvimiento
y culminación del proceso. Es este un principio esencialmente liberal,
respetuoso de la libertad individual de las partes para iniciar o no en el proceso.

La aplicabilidad de este principio dispositivo hace referencia a un triple


orden de circunstancias atinentes al proceso.

En primer lugar, hace referencia a la iniciativa de la instauración del


proceso, a este perfil se refiere el inciso 1 del CGP.

En segundo lugar, se refiere a la disponibilidad de las partes sobre el


proceso. A este aspecto se refiere el segundo inciso del artículo 1 del CGP. En
forma unilateral el actor puede desistir de la pretensión o renunciar a su
derecho, el demandado puede desistir de su oposición a la pretensión o puede
allanarse a la demanda y uno u otro pueden desistir de un o mas actos
procesales. En forma bilateral, las partes pueden conciliar o pueden transar y el
actor puede desistir del proceso con el consentimiento, tácito o expreso, del
demandado, o pueden someter el proceso a la resolución de un tribunal
arbitral.

En tercer lugar, hace referencia al conocimiento de los hechos por el


juez. Los hechos objeto del proceso, solamente pueden ser aportados por las
partes. Los hechos admitidos por las partes, se imponen al juez.

Consecuencia del principio dispositivo lo es el principio de congruencia


que el CGP recoge en su artículo 198 y que exige que la sentencia se
pronuncie

38
“ sobre las cosas litigiadas por las partes, con arreglo a las pretensiones
deducidas” .

El principio de congruencia es un derivado del principio dispositivo.

La congruencia es la necesaria identidad que debe existir entre los


sujetos, la materia y los hechos de un proceso y lo resuelto por el tribunal.

Este último tiene que resolver todas las cuestiones planteadas por las
partes y no más. El tribunal no puede ni alterarlas ni excederlas. Si ello no se
respeta se da la sentencia incongruente, se afecta el aspecto objetivo, el
tribunal concede en mas de lo pedido; y le aspecto subjetivo, este no siempre
se da, se condena a alguien que no es parte del proceso.
Las impugnaciones son una manifestación del principio dispositivo, las
partes pueden impugnar.

PRINCIPIO DE AUTORIDAD (IMPULSO PROCESAL DE OFICIO)

Artículo 2: Dirección del proceso. La dirección del proceso esta


confiada al tribunal, el que la ejercerá de acuerdo con las disposiciones de este
Código.

Artículo 3. Impulso procesal. Promovido el proceso, el tribunal tomará


de oficio las medidas tendientes a evitar su paralización y adelantar su trámite
con la mayor celeridad posible.

El principio de impulso procesal de oficio es una excepción al principio


dispositivo.

Aparece con este principio el juez director en oposición al juez espectador.

Existe un interés social o del Estado en que los procesos judiciales sean
resueltos en forma justa.

Aparece como una importante atenuación del principio dispositivo.

Aparecen con este principio los poderes-deberes (situación jurídica) del


tribunal, para que actúe con independencia de la actividad de las partes.

Artículo 5 inciso 2: Buena fe y lealtad procesal.

El tribunal deberá impedir el fraude procesal, la colusión y cualquier otra


conducta ilícita o dilatoria.

39
Artículo 23 de la Constitución: todos los jueces son responsables ante
la lay, de la más pequeña agresión contra los derechos de las personas, así
como por separarse del orden de proceder que en ella se establezca.

Este principio tiene rasgos similares con el principio inquisitivo, y este a


su vez es opuesto al principio dispositivo. Ejemplo parte final del artículo 350

Carácter perentorio en el ejercicio de los derechos y facultades de las


partes, una vez vencido el plazo perentorio cae la posibilidad de las partes de
ejercer sus derechos.

Este plazo perentorio difiere con la improrrogabilidad:

Artículo 92: Carácter de los plazos. Salvo disposición en contrario, los


plazos señalados a las partes para realizar los actos procesales son perentorios
e improrrogables.

Pero las partes, expresamente y de común acuerdo, podrán suspender el


curso de los plazos de modo previo o durante su desarrollo, por el tiempo que
estimen conveniente.

Vencido el plazo, el secretario o actuario dará cuenta inmediata y el


tribunal, sin necesidad de petición alguna, dictará la resolución que corresponda
al estado del proceso.

Se ve la imposibilidad de que el tribunal alargue los plazos procesales.

Así como en virtud del principio dispositivo solamente a la parte le


compete la iniciación del proceso, una vez iniciado este, como expresa el
articulo 3, compete al tribunal adoptar las medidas consiguientes para que el
proceso se desenvuelva rápidamente y para evitar su paralización. Son
múltiples las normas en las que el Código se ha inspirado en este principio;
desde el establecimiento de la perentoriedad e improrrogabilidad de los plazos
procesales, hasta la regla de que en la audiencia final debe ser dictada la
sentencia definitiva.

PRINCIPIO DE BUENA FE Y LEALTAD PROCESAL

Artículo 5: Buena fe y lealtad procesal. Las partes, sus representantes


o asistentes y, en general, todos los partícipes del proceso, ajustarán su
conducta a la dignidad de la justicia, al respeto que se deban los litigantes y a la
lealtad y buena fe.

Este artículo se vincula con los artículos 54 y 63, ambos refuerzan el


principio de autoridad.

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Artículo 54: Llamamiento de oficio en caso de fraude o colusión. En
cualquiera de las instancias, siempre que se presuma fraude o colusión en el
proceso, el tribunal de oficio o a petición del Ministerio Público o de parte,
ordenará la citación de las personas que puedan ser perjudicadas para que
hagan valer sus derechos, pudiéndose, a tal fin, suspender el proceso hasta por
cuarenta días.

Artículo 63: Requisitos de los actos procesales. Además de los


requisitos que en cada caso se establezcan, los actos deberán ser lícitos,
pertinentes y útiles.

Habrán de ser realizados con veracidad y buna fe y tener por causa un


interés legítimo.

El tribunal deberá impedir el fraude procesal, la colusión y cualquier otra


conducta ilícita o dilatoria.

Este principio es conocido en doctrina como principio de moralidad.

Establece verdaderos deberes jurídicos procesales a todos los sujetos


del proceso.

Apunta a hacer prevalecer en el tribunal la verdad histórica sobre la


verdad formal.

La manifestación de este principio es la forma como hay que redactar la


demanda y la contestación de la misma, y la aportación de las pruebas.

Para Abal este principio es una regla que impone a todos los sujetos del
proceso la necesidad (el deber) de actuar de buena fe, con lealtad.

A este principio se opone el principio que podríamos denominar de


formalismo en el actuar procesal.

Con este principio se trata de garantizar la actuación justa del tribunal y,


en definitiva, de garantizar que con el proceso se asegura la vigencia de los
derechos sustantivos de los sujetos implicados en él; evitando que con las
actuaciones procesales se desvirtúe aquello que las normas de derecho
sustantivo consagran.

La principal excepción a su vigencia guarda relación con le actuar


procesal de los demandados en los procesos penales.

El Código contiene una serie de disposiciones inspiradas en estos


criterios de buena fe y lealtad procesal. El ejemplo mas característico es la
exigencia que contienen los artículos 118 y 131 de que tanto el actor en su
demanda como el demandado en su contestación acompañen toda la prueba

41
documental que intenten hacer valer y propongan concretamente los restantes
medios de prueba.

PRINCIPIO DE PUBLICIDAD E INMEDIACIÓN

Artículo 7: Publicidad del proceso. Todo proceso será de conocimiento


público, salvo que expresamente la ley disponga lo contrario o el tribunal así lo
decida por razones de seguridad, de moral o en protección de la personalidad
de alguna de las partes.
No serán de conocimiento público los procesos en que se traten las
situaciones previstas en los artículos 148, 187 y 285 del Código Civil y en el
artículo 1° de la ley 10674, del 20 de noviembre de 1945, modificado por el
articulo 1° de la ley 12486, del 26 de diciembre de 1957, y por el artículo 1° del
decreto ley 14759, del 5 de enero de 1978. No obstante, el tribunal podrá decidir
la publicidad del proceso siempre que las partes consintieren en ello.

Artículo 8: Inmediación procesal. Tanto las audiencias como las


diligencias de prueba que así lo permitan, deben realizarse por el tribunal, no
pudiendo este delegarlas so pena de nulidad absoluta, salvo cuando la
diligencia deba celebrarse en territorio distinto al de su competencia.

El principio de publicidad se refiere a la forma y grado de publicación


que tiene la actividad jurisdiccional, se produce un control de popularidad.

El sistema es publico, requiere la mayor publicidad posible, solo se


limitara cuando sea estrictamente necesario.

Existe publicación externa, la cual puede ser mediata o inmediata;


interna; para las partes; o para los terceros.

La publicidad para las partes debe ser amplia y podrá ser externa si no
afecta el desarrollo del proceso.

La manifestación de este principio se ve en la posibilidad de poder


presenciar las audiencias, de ver los expedientes.

Con la publicación no se puede invadir la intimidad ni la libertad de las


partes.

Principio de inmediación procesal.

Se produce un contacto personal del tribunal con los elementos


subjetivos y objetivos del proceso. Exige un contacto directo y permanente del
tribunal con

42
los sujetos y los elementos objetivos del proceso, y especialmente con las
pruebas y las alegaciones de las partes respecto a las pruebas.

Artículo 18: indelegabilidad o inmediación. Solo el tribunal es titular de


la potestad jurisdiccional en su integridad. Los funcionarios auxiliares sólo
realizarán los actos permitidos por la ley, por delegación y bajo la dirección y
responsabilidad del tribunal.

Dicha delegación sólo abarcará la realización de actos auxiliares o de


aportación técnica, cuando los funcionarios revistan la idoneidad respectiva.

En el proceso por audiencia se pronunciará la sentencia final de ésta,


pudiendo diferirse, si fuere menester, la redacción de los fundamentos del fallo.
En tal caso la impugnación procederá una vez que éstos sean notificados.
Asimismo, podrá postergarse la emisión de la sentencia en los casos
expresamente previstos.

Este artículo complementa dicho principio.

Se requiere la presencia personal del juez con las partes y las pruebas,
no ´pudiendo haber intermediarios entre el juez y las partes.

Debe haber una identidad entre el juez que actúa en el proceso, entre
quien instruye y quien decide, quien dicta la decisión.

Ejemplo típico de esto lo es el artículo 100: Presencia del tribunal. En los


procesos que se desarrollan por audiencias, el tribunal las presidirá por el
mismo bajo pena de nulidad que compromete su responsabilidad funcional.

Debe haber un contacto directo del decisor con el objeto.

El Dr. Abal sostiene que de acuerdo con el mismo todas las actuaciones
procesales deben ser públicas.

Deben distinguirse la publicidad interna de la externa y la publicidad


inmediata de la publicidad diferida.

Al principio de publicidad se opone el principio del secreto o la reserva de


las actuaciones procesales.

El artículo 7 del CGP consagra el principio de la publicidad interna y


externa de las actuaciones procesales. Se entiende también que dicha norma
consagra el principio de la inmediatez de dicha publicidad.

La publicidad interna e inmediata resulta indispensable para la vigencia


del principio de igualdad y para el control de la actuación del tribunal por los
interesados directos.

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La publicidad externa es más discutida, se funda en la necesidad de que
el pueblo controle la forma en que los tribunales cumplan su tarea y en la forma
en que las partes se desenvuelven.

Señalaba Couture que la publicidad del proceso es de la esencia del


sistema democrático de gobierno, y que nada justificaba que la publicidad de los
actos del Parlamento y del Poder Ejecutivo no estuviera acompañada por la
publicidad de los actos del poder judicial.
La presencia del público en las audiencias judiciales constituía, en
opinión del maestro, el más precioso instrumento de fiscalización popular sobre
la obra de magistrados y defensores, ya que en definitiva, el pueblo es el juez
de los jueces.

El autor (Tarigo) piensa que ello es mas una ilusión, dado que la mayoría
de las personas no tienen tiempo ni conocimiento técnico para interesarse por
el desarrollo de los procesos.

Este principio de todos modos ha sido establecido en nuestro código,


aunque prevé sin embargo que la ley prohíba la publicidad, para los caso por
ejemplo de legitimación adoptiva.

Constituyen aplicación de este principio de publicidad las normas


contenidas en los artículos 123, numeral 3 de la LOT y el 106 del CGP en lo
que refiere a los expedientes judiciales.

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SITUACIONES JURÍDICAS PROCESALES
✓ CONCEPTO

El concepto de situación jurídica en la doctrina uruguaya, no se ha


generalizado. Fue introducido en Italia por Carnelutti quien, en el año 1936
decía que había que sustituir las nociones de derecho subjetivo y obligación,
por la de situación jurídica, que comprende junto a ellas, a otras figuras.

Para Barrios de Angelis, podemos definir la situación jurídica como la


posición de un sujeto respecto de una norma que lo comprende. La situación
jurídica será procesal, si la norma que se considera es igualmente procesal.

Por su parte Arlas, define a la situación jurídica procesal como la


posición en que se encuentran los distintos sujetos de un proceso frente a la
norma jurídica que lo regula.

De manera que, como podemos observar, para calificar la situación


jurídica, debemos atender a la relación entre el sujeto y la norma. No se puede
concebir una situación jurídica procesal sin una relación jurídica procesal.

✓ CLASIFICACIÓN

Muchas son las clasificaciones que existen de las distintas situaciones


jurídicas y cada una de ellas atiende a diferentes criterios. De hecho, no existe
acuerdo en la doctrina acerca del número de situaciones jurídicas ni sobre la
delimitación de cada una de ellas.

Autores como Arlas y Tarigo, hablan en sus trabajos de la clasificación


que divide a las situaciones jurídicas en activas y pasivas. Entendiendo por
situación activa aquella que marca en su titular una posición de supremacía y
por situación pasiva aquella que denota una posición de subordinación.

Barrios de Angelis, por su parte, emplea otro criterio, en función del


cual divide a las situaciones jurídicas en simples y complejas. Es en función de
esta clasificación que desarrollaremos el tema.

Barrios considera dos conceptos fundamentales para poder identificar las


distintas situaciones: la idea de libertad y la idea de necesidad. El sujeto se
halla frente a la norma en un estado de libertad o de necesidad; es decir: o
puede tomar determinadas actitudes (libertad de elegir) o debe hacerlo
(necesidad de actuar de esa manera).

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●Dentro de las situaciones jurídicas simples encontramos: la
facultad; el poder; el deber; la obligación en sentido estricto; la carga; la
sujeción y la responsabilidad.

1- FACULTAD: es la libertad de definir la propia conducta en uno u otro


sentido; dicho con otras palabras, es la libertad de actuar de una u otra manera.
Un ejemplo de facultad, es el previsto en el artículo 1431 del Código Civil,
donde se establece que la parte del contrato a la que se la ha incumplido
puede optar entre la ejecución forzada de la obligación incumplida o la
resolución del contrato; en ambos casos más daños y perjuicios.

Art. 1431: “ La condición resolutoria se entiende implícitamente


comprendida en todos los contratos bilaterales o sinalagmáticos, para el caso
en que una de las partes no cumpla su compromiso.
En tal caso el contrato no se resuelve ipso jure como cuando se ha pactado la
condición resolutoria. La parte a quien se ha faltado puede optar entre obligar a
la otra a la ejecución de la convención, cuando es posible o pedir la resolución
con daños y perjuicios.
La resolución debe reclamarse judicialmente y según las circunstancias,
pueden los tribunales conceder un plazo al demandado (artículo 1740).” Arlas,
menciona como ejemplos de facultad: la posibilidad que tienen las partes de
hacer alegaciones o aseveraciones en el oportuno momento procesal; la
facultad que tienen los terceros de concurrir a una audiencia, porque ello es
una consecuencia del carácter público de la audiencia; entre otras.

2- PODER: es la libertad de determinar la conducta ajena. Quiere decir


que, con mi acto impongo a otro la necesidad de una determinada conducta.

Arlas entiende que la nota típica del poder es que genera un estado de
sujeción en el sujeto sobre quien se ejerce.

Por ejemplo, el poder de decisión del Tribunal sobre la conducta ajena; o


el poder del legislador sobre los destinatarios de la norma.

3- DEBER: se caracteriza por la necesidad de actuar en beneficio de la


comunidad. Siempre, del otro lado del deber hay un interés general.

Como dice Arlas: el deber es una situación jurídica donde se impone una
conducta a la voluntad del sujeto en función de un interés general, que, en
materia procesal es la justa solución de los litigios.

Ejemplo: el deber de actuar de buena fe, previsto en el artículo 5 del


CGP: “ Buena fe y lealtad procesal. Las partes, sus representantes o asistentes
y, en general, todos los partícipes del proceso, ajustarán su conducta a la
dignidad de la Justicia, al respeto que se deben los litigantes y a la lealtad y
buena fe (…)” .

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También son claros ejemplos de deberes procesales, los del testigo y
perito. Ellos deben adoptar un comportamiento debido que es fijado por la
norma: el testigo debe concurrir a declarar y una vez en audiencia debe
responder a las preguntas que se le formulen; el perito por su parte, debe
aceptar su encargo si no tiene justo motivo de excusa y una vez producida la
aceptación, debe practicar la pericia.

4- OBLIGACIÓN EN SENTIDO ESTRICTO: al igual que en el deber, se


impone una conducta a la voluntad del sujeto; pero se diferencia, porque en el
caso de la obligación se actúa en beneficio de un sujeto determinado y no en
beneficio de un interés general.

Tanto Barrios de Angelis como Arlas y Tarigo coinciden en que en


materia procesal son muy pocas las auténticas obligaciones; incluso Barrios
afirma que en realidad la obligación en el proceso no existe.

5- CARGA: la definición clásica de esta situación jurídica fue propuesta


por Carnelutti, quien decía que la carga es el imperativo del propio interés. La
carga es un acto necesario, mientras que la obligación es un acto debido.

La situación jurídica carga es la necesidad de actuar en beneficio propio,


porque de no cumplir con ella las consecuencias recaerán sobre mi persona. La
carga se impone al sujeto en beneficio de su propio interés.

Son ejemplos típicos: la carga de comparecer; de contestar la demanda


dentro de los plazos previstos y con las formas establecidas; de probar; de
impugnar una sentencia; entre otras. En todos estos casos las partes son libres
de realizar o no una determinada actividad, pero si no la realizan se ven
gravadas con la posibilidad de sufrir un perjuicio.

Así, el demandado, es libre de probar o no probar, pero si no prueba corre el


riesgo de que sus afirmaciones no sean recogidas por la sentencia y de sufrir,
en consecuencia, los efectos de un fallo adverso.

Artículo 139 del CGP: “ Carga de la prueba.

139.1 Corresponde probar a quien pretende algo, los hechos


constitutivos de su pretensión; quien contradiga la pretensión de su adversario
tendrá la carga de probar los hechos modificativos, impeditivos o extintivos de
aquella pretensión.

139.2 La distribución de la carga de la prueba no obstará a la iniciativa


probatoria del tribunal ni a su apreciación, conforme con las reglas de la sana
crítica, de las omisiones o deficiencias de la prueba” .

48
La doctrina entiende que esta situación jurídica de la carga procesal,
aparece como uno de los mecanismos de que se vale el derecho para
conseguir que las partes cooperen en la realización de la función jurisdiccional.

6- SUJECIÓN: concebida por Carnelutti como la situación jurídica


opuesta al poder; como un sometimiento. Podemos definirla – siguiendo a
Barrios- como la necesidad de no contrariar, interferir o desatender lo
establecido por la norma jurídica. Dicho con otras palabras: es la imposibilidad
de actuar de forma distinta a lo previsto por la norma.

El ejemplo clásico de sujeción en el proceso es el del imputado frente a


los poderes del Juez penal. La potestad judicial somete a sus poderes a la
persona del imputado en el doble aspecto: físico y jurídico.

7- RESPONSABILIDAD: es el sometimiento del propio patrimonio para


cubrir los daños.

Ejemplos: la condena al actor del pago de costas y costos (artículos 58) y


la condena del pago de daños y perjuicios (artículo 61).

Art. 58: “Condena al actor.- Cuando resultare de los antecedentes del


proceso que el demandado se ha allanado a la demanda dentro del término
para contestarla, y que no ha dado motivo a su interposición, el actor será
condenado a pagar todas las costas y costos del proceso.

También podrá condenarse en costas y costos al actor cuando el


demandado hubiere efectuado un allanamiento parcial y la sentencia sólo acoja
la demanda de dicha parte” .

Art. 61: “ Daños y perjuicios.- Cuando la mala fe o la temeridad


resultaren plenamente acreditadas, la parte podrá ser condenada, además, a
los daños y perjuicios en otro proceso o en el mismo, si hubiere mediado
expresa petición en ese sentido” .

Pero las situaciones jurídicas simples, nunca se dan solas; son


solamente identificables idealmente. En la realidad, las encontramos
conformando las situaciones jurídicas complejas.

● Dentro de las situaciones jurídicas complejas, ubicamos: el


derecho subjetivo; la obligación compleja y el poder-deber.

49
1- DERECHO SUBJETIVO: está compuesta por la facultad, el poder, el
deber, la carga y la sujeción.

Veámoslo con un ejemplo: el derecho subjetivo de acción.

- La facultad está dada por la libertad de optar entre iniciar o no el proceso. -


El poder lo encontramos, porque si optare por iniciarlo, determino la
conducta del otro, puesto que lo coloco en la situación jurídica de
demandado.
- El deber consiste en que una vez que inicio el proceso, me ubico en
situación de obedecer lo que disponga el Tribunal.
- La carga, o mejor dicho, las cargas: de la prueba, de respetar los plazos y
las formas de presentación de la demanda, de impugnar la sentencia,
etc.
- La sujeción, puesto que el demandante (actor) se somete a las normas
procesales.

2- OBLIGACIÓN COMPLEJA: las situaciones simples que la componen


son: la obligación en sentido estricto, el poder y la facultad. Hay poder porque la
obligación se puede cumplir aún contra la voluntad del sujeto (posibilidad de
cumplimiento coactivo).

Y hay facultad porque el individuo es libre de cumplir o no.

3- PODER-DEBER: formado por el poder, el deber, la sujeción y la


responsabilidad.

Esta situación jurídica refiere al poder de actuar determinando la


conducta ajena (poder), fundado en la necesidad de actuar en beneficio del
interés general (deber).

Es esta la situación jurídica propia del Tribunal y del Ministerio Público,


ya que a estos sujetos les compete ejercer un poder, pero a la vez tienen un
deber de ejercitarlo.

Barrios entiende que la jurisdicción es el caso típico de poder-deber.

Por último debemos mencionar que cada sujeto procesal está situado en
múltiples situaciones jurídicas, dependiendo fundamentalmente de: el momento
del proceso y del acto al cual está referida la situación jurídica.

50
51
ESTATUTOS
Estatuto: todos tienen estatutos distintos.

Es la conexión de la situación jurídica de un mismo sujeto determinado por un


interés público, es indisponible y permanente.

El estatuto es irrevocable; es permanente en tanto el sujeto se mantenga en la


misma situación jurídica.

El estudio de la acción, de la excepción y de la jurisdicción nos ha mostrado a


tres situaciones que se manifiestan de manera múltiple y que se atribuye por la
ley a un sujeto determinado.

Estas tres situaciones se conectan entre si formando una correlación que


doctrinariamente ha sido denominada relación jurídica procesal.

Esa estructura subjetiva, conexión de las diversas situaciones jurídicas que


integran a cada una de las tres principales del proceso, la hemos denominado
estatuto, para compararla más fácilmente con la clásica relación jurídica y para
marcar su vínculo con un determinado sujeto del proceso.

En primer lugar, la relación jurídica procesal es una conexión de situaciones de


distinto titular, en tanto que el estatuto es la conexión de situaciones del mismo
titular.

En segundo lugar, no todas las situaciones posibles o existentes en un sujeto


forman el estatuto; solamente lo integran las que están destinadas por la norma
a desarrollarse en el proceso.

El nombre estatuto es una expresión traslaticia; estrictamente, corresponde a


un conjunto de normas; en la práctica, al condicionamiento normativo de una
persona jurídica. Etimológicamente, significa algo establecido o estatuido, fijo;
apto para calificar un condicionamiento de la voluntad por el orden público.

Hay tres grandes estatutos:

- La acción

- La excepción

- La jurisdicción

Las principales situaciones complejas del proceso se identifican por su


adopción a uno de los sujetos fundamentales (actor, demandado, tribunal) y por
su nombre tradicional: acción, excepción, jurisdicción.
52
● La acción es el estatuto del actor, es un derecho subjetivo público. En
derecho privado es un derecho subjetivo público cuando no actúa por mandato
legal.

Artículo 58: Condena al actor. Cuando resultare de los antecedentes del


proceso que le demandado se ha allanado a la demanda dentro del término
para contestarla, y que no ha dado motivo a su interposición, el actor será
condenado a pagar todas las costas y costos del proceso.

También podrá condenarse en costas y costos al actor cuando el


demandado hubiere efectuado un allanamiento parcial y la sentencia sólo acoja
la demanda en dicha parte.

Barrios de Angelis: El CGP no la define, pero le atribuye al actor actividades


diversas.

El problema inicial se plante en si el actor es titular de una sola y única


situación jurídica o de situaciones sucesivas a lo largo del proceso.

Existe consenso en cuanto a que la acción es un poder, de aducir a los


tribunales, de provocar el ejercicio de la jurisdicción; lo que significa la unidad
de la situación y su carácter activo.

Debe concluirse: que no es cierto que la acción sea un poder; este es


seguramente un aspecto de dicha situación jurídica. No es cierto que sea única,
consiste en una sucesión de situaciones jurídicas diversas entre si.

Cuando el Código califica al ejercicio de la acción como cumplimiento de


una facultad, carga o deber solo muestra un aspecto de la acción total.

La acción para el autor es un derecho subjetivo público, conviven la


facultad y el poder (activos) con la carga, el deber, la sujeción y la
responsabilidad (pasivos).

Veamos el derecho subjetivo; en el se coordinan seis situaciones


jurídicas simples.

El centro del complejo es el poder, las demás situaciones constituyen


complemento de ese poder.

El deber no es un componente necesario del derecho subjetivo; pero si lo


es de la acción, en el CGP.

La sujeción atiende a la no interferencia en la realización de las


situaciones pasivas implicadas así como con el cumplimiento de los límites del
poder.

La responsabilidad es una prolongación o consecuencia de la trasgresión


de los límites establecidos, y de la sujeción.

53
Un tema que ha manejado la doctrina anterior ha sido el del carácter
abstracto de la acción; entendiendo por acción abstracta aquella que existe
independientemente de su fundamento sustancial; y por acción concreta, el
entendido de que ésta no existe si no está fundada, si no corresponde a la
existencia del derecho que por su intermedio se hace valer.

Hasta aquí se ha hablado de la acción como un derecho subjetivo público.

Pero este concepto es verdadero solamente en parte, porque contempla sólo la


acción de los sujetos privados; no así la que corresponde a los sujetos que
manifiestan la personalidad del Estado.

Entre ello el mas característico y mejor definido en sus situaciones jurídicas, es


el Ministerio Público. En cuanto a órgano del Estado, su situación jurídica no
puede ser un derecho subjetivo público sino, como es de norma, un
poder-deber público.

La acción es una situación jurídica con dos especies; pues consiste en un


núcleo común a dos tipos de sujetos: el conjunto de poderes y deberse
que el CGP asigna al actor.

En principio son los mismos poderes y deberes: proponer la demanda, obtener


el emplazamiento, etc.

Pero en determinadas coyunturas se pondrá de manifiesto la diferencia práctica


entre el derecho subjetivo público y el poder- deber.

El actor privado propone la demanda si quiere, el actor público, porque debe


hacerlo; las omisiones del primero no generan responsabilidades, las del actor
público dan pie a responsabilidad funcional, etc.

Lo que se expresa respecto de la acción, con doble naturaleza, se entiende


aplicable también a la excepción. Pero se estudiará la más común, la
constituida por el derecho subjetivo público.

● La excepción es el estatuto del demandado.

Es también un derecho subjetivo público siempre porque se tiene la


facultad, por ejemplo de contestar la demanda de una forma u otra. Tengo ese
poder si tomo una actitud.

Si la parte demandada plantea determinadas excepciones, coloca al


tribunal en una situación jurídica de pronunciarse en una sentencia anterior a la
definitiva por causa de las excepciones.

El artículo 133 del CGP prevé que el demandado puede plantear


excepciones previas y realiza una enumeración de estas.

54
El deber, carga y responsabilidad del demandado son iguales que para le actor.

Barrios de Angelis: El vocablo excepción tiene varias acepciones: una, de


orden puramente lógico, sirve para designar a una regla menor que se opone al
a regla mayor.

Couture: señalaba esa oposición como una anomalía, existe una oposición o
contrariedad entre la regla mayor y la menor.

El CGP no contiene una definición orientadora; pero del artículo 11 surge una
noción “ derecho… a oponerse a la solución reclamada y las especificaciones
de los artículos 133 y 130, que refieren como excepciones a una serie de
hachos o impugnaciones que el demandado puede oponer contra la demanda.

Podemos distinguir tres conceptos de excepción:

Un derecho similar, no idéntico, al que llamamos acción.

Un objeto del proceso correspondiente a una hipótesis negativa de la


presentada por el actor.

Un tipo de actos que refiere al objeto anterior (la excepción), son los
actos de oposición a la demanda, por parte del demandado.

La excepción, como situación jurídica propia del demandado, es un


derecho subjetivo público, con organización interna idéntica a la de la
acción.

En cuanto derecho subjetivo público, se compone de las mismas situaciones


simples: facultad, carga, poder, sujeción y responsabilidad. A las que agregan
deberes por obra de algunas disposiciones.

La similitud con la acción no llega a identidad, en primer lugar porque la facultad


y la carga cambian, en función de la ubicación segunda en la serie procesal y
de las distintas hipótesis del objeto que corresponden al actor y al demandado.
En segundo lugar porque las derivaciones de la acción y la excepción son
diversas: la función dominante de la acción es la satisfacción del proyecto del
actor, la de la excepción, es predominantemente el control.

Ya en el principio del proceso, con la facultad no se plante la opción entre


iniciarlo o no, su alternativa es impugnar o no la demanda; en tanto que la
carga tampoco tiene el objeto de la que integra la acción, consiste en impugnar
la demanda y en hacerlo adecuadamente.
Abal. Las situaciones jurídicas en que se encuentran los interesados
principales: la acción y la contradicción

Debemos distinguir la situación jurídica de los sujetos a los que se imputan los
actos correspondientes a los interesados principales de la situación jurídica de

55
quienes realizan dichos actos; y entre estos últimos deberá diferenciarse la
situación de los actores y los gestores de la situación de los demandados.

Dentro de los sujetos a quienes se imputan los actos correspondientes a los


interesados principales encontramos que la situación jurídica de actores y
gestores se denomina derecho de acción. Todo sujeto de derecho se encuentra
en esta situación jurídica.

Si su titular es un sujeto privado ello es calificable como derecho subjetivo, dado


que se integra por poderes, facultades, cargas, deberes, sujeciones y
responsabilidades.

Si su titular es el estado ello es calificable como poder-deber, dado que se


integra con poderes, deberes, sujeciones, responsabilidades.

Cuando se trata de los demandados, su situación jurídica se denomina


contradicción (o excepción). También todo sujeto de derecho que es
demandado se encuentra en esta situación jurídica.

Al igual que en el caso de la acción, si su titular es un sujeto privado ella es


calificable como derecho subjetivo, si su titular es el Estado ella es calificable
como poder-deber.

● La jurisdicción es el estatuto del tribunal.

Es un poder-deber. El tribunal tiene el deber de fallar, que incluye el


deber de escuchar al actor y al demandado, y tiene también el deber de
observar las pruebas. Y tiene además el poder de decidir, el cual se ve en
todos los actos del proceso.

El poder máximo esta en el dictado de la sentencia final, a través de su


contenido va a colocar a los dos sujetos en situaciones jurídicas distintas.

Barrios de Angelis: La jurisdicción sería una función, en virtud de la cual se


realizan determinadas actividades.

Para Couture una función es:

- Una situación jurídica que consiste en un poder-deber.

- Una actividad con finalidad.

- La función no es, para él, una actividad sino algo que se manifiesta en
actividad: es en virtud de ella que se determina el derecho “ por acto
de juicio” , “ mediante decisiones” . Efectuada esa distinción resulta
claro que el maestro ha dado predominancia al concepto situacional;
la jurisdicción, en definitiva es un poder-deber.

56
La jurisdicción es el poder-deber conferido a órganos imparciales
(estructural y funcionalmente) susceptible de establecer el grado máximo
de certeza oficial, excluyendo la insatisfacción jurídica, en método
contradictorio.

El tribunal debe ser imparcial, estructural y funcionalmente. Ello significa que los
intereses específicos del objeto no integran los intereses que detenta el tribunal;
asimismo, que el órgano tribunal no esta sujeto a instrucciones de otro órgano y
debe conferir a los argumentos y pruebas de las partes su máximo valor
objetivo y consiguientemente, apreciar en toda su extensión e intensidad los
disvalores que presenten.

Un segundo carácter es la eventualidad, no la necesidad de la cosa juzgada; no


toda manifestación jurisdiccional requiere la cosa juzgada, pero que la cosa
juzgada, como producto de un acto de un tercero, es jurisdiccional.

La función dominante del proceso es la satisfacción jurídica.

La composición interna del poder-deber que denominamos jurisdicción organiza


necesariamente al poder, al deber, la sujeción y la responsabilidad; la facultad
no es un componente necesario al concepto de jurisdicción, pero integra el tipo
jurisdiccional consagrado por le CGP.

El hecho de que la ley separe cuidadosamente a las facultades y a los deberes,


por ejemplo en los artículos 24 y 25, ocasionalmente a los poderes como en el
artículo 25.2, no debe ocultar la realidad: en todos los caso, sin excepción, junto
a la situación simple se dan todos los demás componentes. La jurisdicción no
se transforma en facultad, deber o poder, excluyendo su condición de poder
deber; situación compleja que es una y la misma durante toda la extensión de
cada proceso.

Abal: La jurisdicción es la situación jurídica de los sujetos a los que se imputa


los actos correspondientes al tribunal.

Debe distinguirse la situación jurídica en que se encuentra el sujeto al que se


imputan los actos correspondientes al tribunal de aquella en que se encuentran
los sujetos que realizan los actos correspondientes al primero.

La situación jurídica procesal en que se encuentra el primero de estos sujetos


ha sido denominada: la jurisdicción.
En palabras de Barrios De Angelis, la jurisdicción se trata de un poder-deber
conferido a órganos estructural y funcionalmente imparciales, susceptibles de
establece el grado máximo de certeza oficial (y eventualmente la cosa juzgada)
excluyendo la insatisfacción jurídica, en método contradictorio.

57
Se trata de un poder-deber por cuanto la situación jurídica del tribunal incluye
un conjunto de situaciones jurídicas simples que son las que precisamente
determinan cuando existe un poder-deber. Así encontramos en la jurisdicción
una larga serie de poderes, siempre acompañados del deber de ejercerlos, de
sujeciones, de responsabilidades y eventualmente de facultades.

La situación jurídica de los sujetos que realizan los actos correspondientes al


tribunal.

Los jueces (y excepcionalmente los actuarios, alguaciles y todos aquellos otros


sujetos que en ocasiones realizan los actos correspondientes al tribunal cuando
este es el Estado), no se encuentran propiamente en una situación jurídica de
jurisdicción (no son ellos sino el Estado quien tiene la jurisdicción).

Su estatuto (calificable como funcional, igual que el de cualquier funcionario del


Estado) comprenderá en cambio situaciones jurídicas (ante el Estado) de deber
complejo y de derecho subjetivo que tradicionalmente se han denominado
derechos, deberes, incompatibilidades, prohibiciones, responsabilidades, etc.,
de los jueces (y demás funcionarios que representan al Estado en el desarrollo
de la función jurisdiccional) .

Tratándose de los árbitros su estatuto comprenderá en este sentido (ante las


partes) situaciones jurídicas de obligación compleja y de derecho subjetivo.

Luego se encuentra un estatuto muy especifico, la acción en


determinados objetos.

El objeto pertenece al interés público, a la causa pública y el ordenamiento


otorga un estatuto de acción a un magistrado.

El ordenamiento coloca en situación jurídica de acción al Ministerio Público. Se


diferencia de la otra situación jurídica de acción, en que esta es un poder-deber
y la otra un derecho subjetivo público.

El magistrado (Ministerio Público) cada vez que sea necesario beberá intervenir,
tiene el deber de iniciar y tiene un ‘ poder de colocar a los demás sujetos del
proceso en diferentes situaciones jurídicas.

Un ejemplo típico es la acción penal.


58
SUJETOS DEL PROCESO
✓ INTORDUCCIÓN

En el proceso jurisdiccional intervienen múltiples sujetos. Todo aquel que se vea


afectado, incorporado, realice o deba realizar una actividad relativa al proceso,
forma parte del componente subjetivo de esa secuencia de actos ordenada y
tendiente a la resolución del conflicto, es decir, del proceso.

Dichos sujetos, intervienen potencial o virtualmente en el mismo.

● Como sujetos indispensables se encuentran:


1. el actor (quien pretende)
2. el tribunal, el juez (quien decide)

Un tercer sujeto protagonista del proceso, es el demandado, pero no se


considera sujeto indispensable ya que por ejemplo en la jurisdicción voluntaria
no hay demandado.

Es aquí donde vemos la máxima procesal: no hay jurisdicción sin acción. Del
punto de vista lógico en la realidad del proceso, el primer sujeto que aparece es
el actor. Lo que este pide determina el inicio del proceso y la pendencia de la
litis.
Para que haya juicio debe haber actor, demandado y juez.
A los mismos les corresponde la acción, jurisdicción y excepción (situaciones
jurídicas básicas y necesarias en todo proceso).

● Como sujetos eventuales o secundarios del proceso jurisdiccional


encontramos por ejemplo al Ministerio Público, los testigos, los peritos, los
auxiliares de justicia, entre otros.
59

TRIBUNAL
PLANTEO GENERAL DEL TEMA

√ TRIBUNAL

El tribunal es uno de los sujetos del proceso jurisdiccional. Es el órgano decisor,


a él se le encarga la decisión del proceso en forma imparcial, lo cual significa,
no comprometerse con el objeto ni con los sujetos intervinientes.
Es independiente de cualquier otro órgano, el tribunal falla con
autonomía técnica, administrativa, etc. Representa cada poder del Estado en sí
mismo.

√ JURISDICCIÓN

La jurisdicción es el poder-deber otorgado a los órganos estructural y


funcionalmente independientes. A través del método contradictorio determinan
la máxima certeza oficial y eventualmente la cosa juzgada (Barrios)
- Es un poder deber porque el sujeto que lo tiene puede imponer una
conducta a un tercero, peor con la peculiaridad de que para él le resulta
necesario hacerlo.
- La máxima certeza oficial es el dictado de la norma para el caso
concreto; es el decir del derecho. Quien lo dice es el órgano tribunal que
representa al Estado, es este quien está creando un mandato.
- La cosa juzgada significa que no puede ser modificada y no es de
esencia de la jurisdicción, es eventual.
El legislador decide cuando esta máxima certeza oficial deviene
inmodificada. Si no existe norma que diga que algo es inmodificable es en
principio modificable.

√ FUNCIÓN JURISDICCIONAL

La función jurisdiccional es la función que el sistema otorga a determinados


órganos de solución de los conflictos individuales. Tienen función de juzgar y
hacer ejecutar lo juzgado. Aunque también cumplen otras funciones como por
ejemplo la función administrativa.

El artículo 6 del CGP establece la misión dinámica de la jurisdicción:


juzgar y ejecutar lo juzgado.
Art. 6 del CGP – Ordenación del proceso – El tribunal deberá tomar, a
petición de parte o de oficio, todas las medidas necesarias que resulten de la
ley o de sus poderes de dirección, para prevenir o sancionar cualquier acción u
omisión contrarias al orden o a los principios del proceso.

Quienes están encargados de esta función son los tribunales a través de


un sistema orgánico, y en principio integran el Poder Judicial. Aunque debe
tenerse en cuenta que también hay otros sujetos que cumplen función
jurisdiccional, como lo son por ejemplo el TCA (órgano distinto del Poder

60
Judicial), la Corte Electoral (órgano autónomo con función de juzgar lo que tiene
que ver con delitos electorales), el Poder Legislativo (en un juicio político), etc.

Ante esto se nos presenta el problema de los árbitros. Los mismos son
sujetos también decisores; pero estos son privados, no pertenecen a ningún
sistema orgánico del Estado. Los designan las partes en un acuerdo privado,
como lo es por ejemplo un contrato.
Para cumplir función jurisdiccional debe pertenecer al esquema público.
Según Barrios si integraría el esquema público ya que tiene potestad de juzgar
reconocida por la ley: son funcional y estructuralmente independientes del
sujeto, tienen un poder-deber, utilizan el método contradictorio, etc. El
ordenamiento a su decisión le da el valor de cosa juzgada.
Lo que sucede es que los árbitros no pueden hacer ejecutar lo juzgado,
solamente pueden juzgar. La ejecución le pertenece al Estado.

Con esto debe quedar claro que jurisdicción no es lo mismo que función
jurisdiccional. La ejecución de lo juzgado pertenece siempre al Estado. Por
ejemplo el TCA tiene jurisdicción pero no función jurisdiccional.
Es el Estado quien se encarga de que se cumplan las sentencias
dictadas por el tribunal. La ejecución es una verdadera y efectiva invasión en la
esfera jurídica de quien corresponda.

√ MÉTODO CONTRADICTORIO

El método contradictorio refiere al gran sistema de controles. Supone que todo


lo actuado por un sujeto sea controlado por otro sujeto; para lo cual, quien
controla debe tener conocimiento de lo actuado por el controlado y la posibilidad
de impugnar solicitando la modificación de los resuelto. Esto es el control
ascendente de subordinación, el otro es el control de coordinación.
Es la posibilidad de que el tribunal controla a la parte, al interesado y de
que este a su vez controle al tribunal. Y además implica la posibilidad de que
una parte pueda contradecir las manifestaciones de la otra.
Esta contradicción, este control, debe ser posible, no tiene porque darse
efectivamente.

DESARROLLO DEL TEMA


√ ACEPCIONES DEL VOCABLO JURISDICCIÓN

El vocablo jurisdicción no tiene una sola significación sino varias. Dese


ya se descartan dos acepciones que resultan totalmente inadecuadas: - la que
utiliza la palabra jurisdicción como sinónimo de ámbito dentro del cual un
determinado tribunal ejerce su competencia.
- la que confunde jurisdicción con competencia.

De jurisdicción puede hablarse correctamente como función o como


poder:
De función jurisdiccional habla por ejemplo el art. 51 de la LOT
cuando establece que “ El ejercicio de la función jurisdiccional compete, en lo
pertinente, a los siguientes casos…” .

61
La jurisdicción como función o simplemente la función jurisdiccional
puede categorizarse como la actividad del Estado que consiste en administrar
justicia, naturalmente, a través de los órganos jurisdiccionales que el Estado
instituye a tal efecto.
De poder jurisdiccional se refiere por ejemplo el art. 6 de la LOT
cuando define la jurisdicción como la potestad pública de los tribunales, u el art.
18 del CGP cuando afirma que “ Solo el tribunal es titular de la potestad
jurisdiccional en su integridad” .

Una y otra acepción del vocablo jurisdicción resultan a la vez


complementarios e insuficientes.
La idea de jurisdicción como función puede ser insuficiente porque existe
sin duda una cierta sinonimia, igualdad entre función jurisdiccional y función
judicial, y no toda función atribuida a los órganos judiciales es función
jurisdiccional, así como también hay órganos que tienen función jurisdiccional y
no pertenecen al Poder Judicial.
La noción de poder jurisdiccional esa su vez insuficiente en la medida
que la jurisdicción no es solamente un poder sino también un deber, se trata de
un poder-deber, porque el tribunal ante el que se ha sometido la decisión de un
litigio o se ha reclamado la satisfacción de una pretensión, no solamente tiene
el poder de juzgarlo sino que también tiene el deber de hacerlo.
Por ejemplo el art. 25 del CGP dispone que “ El tribunal no podrá dejar de fallar
en caso de oscuridad, insuficiencia o vacío de la ley” .
Pese a las puntualizaciones recién mencionadas, de jurisdicción puede
hablarse como equivalente a función y a poder jurisdiccionales.

√ JURISDICCIÓN COMO FUNCIÓN: FUNCIÓN JURISDDICCIONAL

Aquí se verán a través de la concepción de jurisdicción como función,


características propias de los tribunales, los jueces.

● Nuestro derecho positivo


En nuestro derecho positivo, con Carnelutti y Guase, se considera que la
categorización de la función jurisdiccional está íntimamente vinculada con el
objeto del proceso. Y el objeto del proceso es el litigio o la pretensión. Por lo
que nuestra conclusión es la de que por función jurisdiccional debe
considerarse aquella función estatal que persigue la justa solución de los
litigios, su solución de acuerdo con el Derecho objetivo, o la satisfacción de
pretensiones de parte.

● Principales concepciones doctrinarias

▪ Couture trató de llegar al concepto de función jurisdiccional a través de


tres elementos propios del acto jurisdiccional:
- la forma: configurada por la presencia de partes, el juez o el tribunal y
un procedimiento preestablecido por la ley que asegure el principio de
bilateralidad y el método contradictorio.
- el contenido: es la existencia de un conflicto o litigio que debe ser
dirimido mediante una decisión susceptible de pasar en autoridad de cosa
juzgada.

62
- la finalidad: es alcanzar la cosa juzgada, aunque esta no sea,
naturalmente, un fin en sí mismo sino el medio de llegar a la justicia, a los
valores a los cuales el derecho sirve.

▪ Chiovenda dice que la jurisdicción es la función del Estado que tiene


por fin la actuación de la voluntad concreta de la ley mediante la sustitución, por
la actividad de los órganos públicos de la actividad de los particulares o de otros
órganos públicos, sea al afirmar la existencia de la voluntad de la ley, sea al
hacerla prácticamente efectiva.
Vemos que la jurisdicción es una actividad sustitutiva, el juez sustituye a
todos, no solo a las partes sino a todos los ciudadanos.

▪ Calamandre plantea que la jurisdicción es la función mediante la cual


un órgano del Estado sustituye con su propia actividad, a la actividad a la
actividad ajena, al actuar voluntades concretas de la ley, nacidas antes del
proceso, las cuales no se dirigen a ese órgano sino a los sujetos de la relación
jurídica sometida a su decisión.
Esto se remonta a que el juez nunca es destinatario de las voluntades
concretas de la ley nacidas en ocasión de la relación jurídica sustancial. Este
autor plantea que la función jurisdiccional consiste en hacer observar en cada
caso concreto las normas establecidas en abstracto. Dice que el acto
jurisdiccional es un acto especial, concreto, y declarativo de la voluntad
contenida en la ley. Aparece así la jurisdicción como un instrumento de
garantía de la observancia y el cumplimiento del Derecho objetivo.

▪ Carnelutti por su parte, prefiere hablar de función procesal y no de


función jurisdiccional.
El proceso civil se desenvuelve no en interés de las partes sino mediante
el interés de las mismas. El interés de las partes es un medio, en virtud del cual
se cumple la finalidad pública del proceso. La finalidad de las partes es tener
razón; la finalidad del proceso es dar la razón al que la tiene.
El juez o el tribunal no es titular de un interés en conflicto, sino que actúa
fuera y por encima del conflicto.

▪ Guasp considera que la función jurisdiccional es la específica función


estatal por medio de la cual es Estado satisface pretensiones. La función
jurisdiccional se propone la satisfacción de una pretensión comparándola con
normas ya existentes.

√ LA JURISDICCIÓN COMO PODER: EL PODER

JURISDICCIONAL ✓ CONCEPTO

El poder jurisdiccional o la potestad jurisdiccional es la suma de poderes y de


deberes de que está dotado el órgano jurisdiccional, el tribunal, para poder
desempeñar la función jurisdiccional que le ha sido asignada. Es un
poder-deber, ya que junto a la facultad de juzgar, el juez tiene el deber de
hacerlo. O sea que la jurisdicción configura a la vez, una función y un poder.

63
✓ NATURALEZA

No se trata de un mero poder sino de un poder deber y de un poder reglado por


el Derecho.
El componente de poder de poder de que está dotada la jurisdicción
emana del inicio 2 del art. 5 de la LOT en tanto luego de disponer en el inciso 1
que “ Los tribunales no pueden ejercer su ministerio sino a petición de parte,
salvo los casos en que, según la ley, deban o puedan proceder de oficio” ,
agrega: “ Reclamada su intervención en forma legal y en negocios de su
competencia no podrán excusarse de ejercer su autoridad ni aún por razón de
silencio, oscuridad, o insuficiencia de las leyes” . Esto también lo reitera el CGP
en su art. 25.

El principalísimo poder deber de la jurisdicción es el de decisión, el poder deber


de componer o solucionar el litigio o el poder deber de satisfacer la pretensión
que constituye el objeto del proceso, acogiéndola o rechazándola según
corresponda de acuerdo con la concordancia o no entre tal pretensión y el
Derecho objetivo.
Pero antes de llegar a esa etapa final de decisión o resolución del litigio o
pretensión, el tribunal ejercita con mayor o menor intensidad según los casos,
su poder deber de dirección y de ordenación del proceso.

El CGP ha diversificado e intensificado el conjunto de poderes deberes del


tribunal que configuran el poder jurisdiccional.

Están enunciados básicamente en el art. 24 del CGP aunque esta norma los
califique como facultades.

Art. 24 CGP – Facultades del Tribunal – El tribunal está facultado:

1. Para rechazar in límine la demanda cuando fuere


manifestantemente posible, cuando carezca de los requisitos formales
exigidos por la ley o cuando se ejercite una pretensión especialmente
sujeta a término de caducidad y este haya vendido.
Consiste en el poder deber del tribunal de rechazar de plano, in límine
como dice la norma, sin previa audiencia de la contraparte, aquella demanda
que, según se desprenda de su propio texto carece de la posibilidad jurídica de
ser formulada en nuestro derecho positivo.
El tribunal tiene también el poder deber de rechazar in límine la demanda
cuando la pretensión que ella contiene hubiere caducado y esto se desprenda
de manera evidente (manifiesta) del propio texto de la demanda.
2. Para relevar de oficio las excepciones que este Código le faculta.
El art. 133 en su último inciso dispone que “ El tribunal revelará de oficio la
competencia absoluta, la litispendencia, la falta de representación, la
incapacidad declarada del actor o su representante, la caducidad, la cosa
juzgada o la transacción” . Si alguna de tales circunstancias se revela del propio
texto de la demanda el juez tiene el poder deber de rechazarla.

64
3. Para dar al proceso el trámite que legalmente corresponda
cuando el requerido aparezca equivocado.
El juez tiene el poder deber de encauzar legalmente el proceso, más allá
de la voluntad equivocada de la parte.

4. Para obtener las diligencias necesarias al esclarecimiento de la


verdad de los hechos controvertidos, respetando el derecho de defensa
de las partes.
Refiere a las facultades probatorias del juez o tribunal. A tenor de la
disposición en examen, la iniciativa probatoria que se acuerda al tribunal está
limitada, incuestionablemente, por la aportación de hechos al proceso que
compete exclusivamente a las partes y a nadie más que a las partes. El
numeral que nos ocupa refiere, claramente al esclarecimiento de la verdad de
los hechos controvertidos. Es decir, los hechos alegados por las partes y sobre
los que, además no se hallan de acuerdo sino por el contrario, controvertidos.
Esto constituye la regla general: el juez no puede aportar al proceso
hechos distintos a los alegados por las partes, aun en el caso infrecuente pero
posible, de que él tuviera conocimiento de hechos relacionados con el proceso
y que las partes han callado o no han alegado.
Otro tanto sucede con los hechos admitidos por las partes, aunque en
este caso si se trata de hechos relativos a derechos indisponibles la admisión
de los mismos resulta irrelevante e igualmente deben probarse, por lo que
respecto de estos hechos también cabe la iniciativa probatoria dl tribunal. Pero
ello no constituye una excepción a la regla; la excepción está dada en todo
caso por la circunstancia de que estos hechos, aun admitidos deben ser objeto
de prueba y, siéndolo, también a su respecto se extiende la iniciativa probatoria
del juez civil.

5. Para disponer en cualquier momento la presencia de los testigos,


de los peritos y de las partes, para requerirles las explicaciones que
estime necesarias al objeto del pleito.
Este poder deber no hace a la iniciativa probatoria sino a la necesidad de
indagación de los medios de prueba propuestos por las partes (testigos, peritos)
o aun a la indagación de las partes mismas, para extraer de ellos toda la
información necesaria para la mejor solución del litigio sometido a resolución del
tribunal.

6. Para rechazar las pruebas inadmisibles, así como las


manifiestamente inconducentes e impertinentes.
Es el poder deber de rechazar los medios de prueba que fueren
inadmisibles, innecesarios o inconducentes, en la audiencia preliminar.

7. Para rechazar in límine los incidentes que reiteren otros ya


propuestos por la misma causa o cuando a pesar de fundarse en causa
distinta, ésta haya podido alegarse al promoverse uno anterior.
De las dos prohibiciones implícitas la primera resulta fácilmente
comprensible y la segunda está fundada en el principio de eventualidad. 8. Para
rechazar in límine la intervención de terceros cuando la petición carezca
de los requisitos exigidos.
Esta posible intervención de un tercero en el proceso, entendido como
tercero a alguien distinto del actor y del demandado, se formula mediante una

65
demanda incidental que está sujeta al cumplimiento de determinados requisitos
que, de ser incumplidos, autoriza su rechazo de plano.

9. Para declarar de oficio y de pleno las nulidades absolutas e


insubsanables y para disponer las diligencias que persiguen evitar dichas
nulidades.
Lo que importa señalar aquí es que la facultad conferida al tribunal no se
agota en la declaración de nulidad absoluta ya producida, sino que se extiende
a la facultad de prevenir que se generen dichas nulidades. Por ejemplo como el
art. 129 del CGP dispone que “ la omisión o alteración de las formas del
emplazamiento apareja la nulidad insanable del mismo” , si el tribunal advirtiera
que el emplazamiento se realizó, en un caso determinado, con violación de
tales formalidades, deberá disponer, de pleno, la reiteración del mismo en
forma legal, de modo de evitar que esa nulidad del emplazamiento se extienda
a todo el proceso.

10. Para imponer a los procuradores y abogados sanciones


disciplinarias y multas en los casos previstos legalmente. La Ley Orgánica
de Judicatura establece en sus arts. 148 y siguientes los casos de
responsabilidad disciplinaria en que pueden incurrir abogados y procuradores y
las sanciones o correcciones aplicables a tales hipótesis.

11. Para dirigir el proceso y aplicar las sanciones que correspondan


a quienes obstaculicen indebidamente su desarrollo u observen conducta
incompatible con el decoro y dignidad de la justicia.
Es una aplicación de los poderes de dirección y ordenación que
corresponden al tribunal.

✓ SUJETOS

Los sujetos de estos poderes y deberes lo son los jueces, los titulares de los
órganos jurisdiccionales. La potestad jurisdiccional en sentido estricto, eso es,
concebida solamente como el poder de decisión, el poder de juzgar, compete a
los órganos judiciales, pero también a otros órganos que, siendo
jurisdiccionales, no pertenecen, sin embargo, al Poder Judicial, tales como el
TCA, la CE en materia de delitos electorales, y aun a los árbitros si es que se
admite, como nos parece, el carácter jurisdiccional, aunque no estatal, de la
jurisdicción arbitral.

✓ OBJETO

El objeto de la potestad jurisdiccional estrictamente considerada no se agota en


la cognición (en la potestad de juzgar) sino que se extiende a la ejecución
forzada (a la potestad de hacer ejecutar lo juzgado) para continuar utilizando
las expresiones del art. 6 de la LOT.

✓ CARACTERES

El poder o potestad jurisdiccional se ejercita, en principio, a petición de parte, en


estricta aplicación del principio dispositivo y tal como lo establecen los arts. 1 y
5 de la LOT.

66
El poder de jurisdicción es indelegable e improrrogable. El artículo 19 de la
constitución establece la prohibición de los juicios por comisión, es decir, por
tribunal distinto a aquel fijado de antemano por la ley como el competente en
cada caso concreto.
Respecto a la prórroga de jurisdicción, está expresamente prohibida por el art. 6
de la LOT.
En cuanto a la indelegabilidad, el art. 18 del CGP dispone que “ Solo el tribunal
es titular de la potestad jurisdiccional en su integridad” y que “ Los funcionarios
auxiliares solo realizarán los actos permitidos por la ley, por delegación y bajo la
dirección y responsabilidad del tribunal” , precisándose todavía que “ Dicha
delegación solo abarcará la realización de los actos auxiliares o de aportación
técnica, cuando los funcionarios revistan la idoneidad respectiva” .

El poder jurisdiccional es igualmente, soberano, en el sentido de que ningún


juez, ni el más modesto juez de paz rural, puede ser privado por otro juez o
tribunal del conocimiento de un asunto de su competencia.

Tanto es así que el art. 23 del CGP establece que “ No se admitirá la división
de competencia por criterios de avocación y delegación, salvo para asistencia
judicial en diligencias determinadas fuera de la sede judicial” .

√ PRINCIPIOS

● Principio de imparcialidad o independencia estructural y funcional del


sujeto que ejerce el poder deber: significa el no compromiso con el objeto y
estructura orgánica por parte del tribunal.
Que el sujeto que tiene jurisdicción es estructuralmente imparcial significa que
los intereses específicos del objeto de determinado proceso son ajenos a los
intereses que detenta ese sujeto con jurisdicción (el juez).
No afectará a los intereses particulares del tribunal que la resolución que se
adopte declare que, según el Derecho, la insatisfacción jurídica es o no justa. La
solución deberá serle al juez personalmente indiferente.
A su vez, significa que no debe encontrarse sujeto a instrucciones de otra
persona, debiendo adoptar su decisión exclusivamente en atención al valor de
los argumentos y pruebas que resulten del proceso.
Si no se cumple este principio el juez es impar.
Una cosa es quien dispone de la acción y exige al Estado la tutela de un
derecho, por ejemplo nulidad del matrimonio, y otra cosa son las facultades que
se le asignan al tribunal de corte inquisitivo, al juez se le deben dar potestades
y esto es lo que fundamenta el principio inquisitivo. El tribunal es titular de la
jurisdicción, nunca de la acción.
Estas facultades inquisitivas no van en contra de la imparcialidad. Lo que va
contra esto es si el juez por ejemplo formula la demanda, tiene la iniciativa del
proceso.

● Principio de congruencia de la causa: el juez no puede ir más allá de lo


pedido ni de lo contestado. Por ejemplo si el demandado afirma que pagó el
juez no puede ir por el mismo a averiguar si efectivamente el demandado pagó.
El juez queda impedido de ordenar prueba a las pruebas presentadas en el
proceso, salvo que se esté con esas pruebas atacando a un tercero.

67
Una vez que hay jurisdicción, el juez tiene el deber de fallar y el poder de fallar
de acuerdo a los principios y reglas de orden público.

ORGANIZACIÓN DE LOS ÓRGANOS DE LA JURISDICCIÓN

¿Cómo se organizan los órganos de la jurisdicción? Se organizan es sistemas


orgánicos previstos en la Constitución, la misma regula el Poder Judicial y determina
cuales son los órganos encargados de la función jurisdiccional.

Art. 233 de la Constitución – “El Poder Judicial será ejercido por la Suprema
Corte de Justicia y por los Tribunales y Juzgados, en la forma que estableciere la ley”

El tribunal superior es la Suprema Corte de Justicia, luego vienen los órganos


Tribunales y los Juzgados. Todos, son de origen constitucional.

SUPREMA CORTE DE JUSTICIA


Art. 234 de la Constitución – La Suprema Corte de Justicia se compondrá de 5
miembros.

Art. 235 de la Constitución – Para ser miembro de la SCJ se requiere:


1) 40 años cumplidos de edad
2) Ciudadanía natural en ejercicio, o legal con 10 años de ejercicio y 25 años de
residencia en el país.
2) Ser abogado con 10 años de antigüedad o haber ejercido con esa calidad la
Judicatura o el Ministerio Público o Fiscal por espacio de 8 años.

Art. 236 de la Constitución – Los miembros de la SCJ será designados por la


Asamblea General por 2/3 de votos del total de sus componentes. La designación
deberá efectuarse dentro de los 90 días de producida la vacancia, a cuyo fin la
Asamblea General será convocada especialmente.
Vencido dicho término sin que se haya realizado la designación, quedará
automáticamente designado como miembro de la SCJ el miembro de los Tribunales de
Apelaciones con mayor antigüedad en tal cargo y a igualdad de antigüedad en tal cargo
por el que tenga más años de ejercicio de la Judicatura o del Ministerio Público o Fiscal.
En los casos de vacancia y mientras éstas no sean provistas, y en los de
recusación, excusación o impedimento, para el cumplimiento de su función
jurisdiccional, la SCJ se integrará de oficio en la forma que establezca la ley.

Art. 237 de la Constitución – Los miembros de la SCJ durarán 10 años en sus


cargos sin perjuicio de lo que dispone el artículo 250 y no podrán ser reelectos sin que
medien 5 años entre su cese y la reelección.

68
Art. 238 de la Constitución – Su dotación será fijada por el Poder Legislativo.

Art. 239 de la Constitución – Algunas de las facultades que corresponden a la


SCJ son: juzgar a los infractores de la Constitución; formular los presupuestos del Poder
Judicial; nombrar los ciudadanos que han de compeler los Tribunales de Apelaciones;
nombrar a los jueces letrados; nombrar a los defensores de oficio y a los jueces de paz;
cumplir los cometidos que le señala la ley; etc.

TRIBUNAL DE APELACIONES
Art. 241 de la Constitución – Habrá los Tribunales de Apelaciones que la ley
determine y con las atribuciones que ésta les fije. Cada uno de ellos se compondrá de 3
miembros.

Art. 242 de la Constitución – Para ser miembro de un Tribunal de Apelaciones,


se requiere:
1) 35 años cumplidos de edad
2) Ciudadanía natural en ejercicio, o legal con 7 años de ejercicio
3) Ser abogado con 8 años de antigüedad o haber ejercido con esa calidad la
Judicatura o el Ministerio Público o Fiscal por espacio de 6 años.

Art. 243 de la Constitución – Los miembros de los Tribunales de Apelaciones


durarán en sus cargos por todo el tiempo de su buen comportamiento hasta el límite
dispuesto por el artículo 250.

JUZGADOS LETRADOS
Art. 244 de la Constitución – La ley fijará el número de Juzgados Letrados de la
República, atendiendo a las exigencias de la más pronta y fácil administración de
Justicia, y señalará los lugares de sede de cada uno de ellos, sus atribuciones y el modo
de ejercerlas.

Art. 245 de la Constitución – Para ser Juez Letrado se requiere:


1) 28 años cumplidos de edad
2) Ciudadanía natural en ejercicio, o legal con 4 años de ejercicio
3) Ser abogado con 4 años de antigüedad o haber pertenecido con esa calidad
por espacio de 2 años al Ministerio Público o Fiscal o a la Justicia de Paz.

Art. 246 de la Constitución – Los Jueces Letrados con efectividad en el cargo


durarán en sus funciones todo el tiempo de su buena comportación hasta el límite
establecido en el artículo 250. No obstante, por razones de buen servicio, la SCJ podrá
trasladarlos en cualquier tiempo, de cargo o de lugar, o de ambas cosas, con tal que ese
traslado se resuelva después de oído Fiscal de Corte y con sujeción a los siguientes
requisitos:
1) Al voto conforme de 3 de los miembros de la SCJ a favor del traslado si el
nuevo cargo no implica disminución de grado o de remuneración, o de ambos
extremos, con respecto al anterior.

69
2) Al voto conforme de 4 de sus miembros a favor del traslado, si el nuevo cargo
implica disminución de grado o de remuneración, o de ambos extremos, con respecto
al anterior.
JUZGADOS DE PAZ
Art. 247 de la Constitución – Para ser Juez de Paz se requiere:
1)25 años cumplidos de edad
2) Ciudadanía natural en ejercicio, o legal con 2 años de ejercicio.
A las calidades enunciadas, se deberán agregar la de abogado para ser Juez de
Paz en el departamento de Montevideo y la de abogado o escribano público para serlo
en las Capitales y ciudades de los demás departamentos y en cualquiera otra población
de la República, cuyo movimiento judicial así lo exija, a juicio de la SCJ.

Art. 248 de la Constitución – En la República habrá tantos Juzgados de Paz


cuantas sean las secciones judiciales en que se dividirá el territorio de los
departamentos.

Art. 249 de la Constitución – Los Jueces de Paz durarán 4 años en el cargo y


podrán ser removidos en cualquier tiempo, si así conviene a los fines del mejor servicio
público.

Art. 250 de la Constitución - Todo miembro del Poder Judicial cesará en el cargo
al cumplir 70 años de edad.

Art. 251 de la Constitución – Los cargos de la Judicaturas serán incompatibles


con toda otra función pública retribuida, salvo el ejercicio de profesorado en la
Enseñanza Pública Superior en materia jurídica, y con toda otra función pública
honoraria permanente, excepto aquellas especialmente conexas con la judicial.
Para desempeñar cualquiera de estas funciones se requerirá previamente la
autorización de la SCJ, otorgada por mayoría absoluta de votos del total de sus
componentes.

Art. 252 de la Constitución – A los magistrados y a todo el personal de


empleados pertenecientes a los despachos y oficinas internas de la SCJ, Tribunales y
Juzgados, les está prohibido, bajo pena de inmediata destitución, dirigir, defender o
tramitar asuntos judiciales, o intervenir, fuera de su obligación funcional, de cualquier
modo en ellos, aunque sean de jurisdicción voluntaria. La trasgresión será declarada de
oficio en cuanto se manifieste. Cesa la prohibición únicamente cuando se trate de
asuntos personales del funcionario o de su cónyuge, hijos y ascendientes.
En lo que se refiere al personal de los despachos y oficinas se estará, además, a
las excepciones que la ley establezca.
La ley podrá también instituir prohibiciones particulares para los funcionarios o
empleados de las dependencias no aludidas por el aparato primero de este artículo.

COMPETENCIA DE LOS TRIBUNALES

✓ CONCEPTO

70
La jurisdicción en sentido amplio corresponde a todos los órganos
jurisdiccionales considerados en su conjunto, ya que la potestad pública de
administrar justicia es única; pero, por razones de elemental practicidad, la
jurisdicción se fracciona y se distribuye entre los diversos órganos que forman el
Poder Judicial.

Surge así, el concepto de competencia como distribución y como


atribución de la jurisdicción, entre los diversos órganos jurisdiccionales. En
virtud de esta idea, es que se define habitualmente la competencia como la
medida de la jurisdicción.

Como dice Vescovi, la existencia de un único Tribunal no puede darse ni


en el más pequeño y despoblado país. Para este autor, la atribución de
determinada porción de asuntos a cada órgano judicial; -esto es, la distribución
de competencia- responde a varios fundamentos. Entre ellos: hay una razón de
política procesal lo que determina que dicha distribución varíe con las épocas y
los lugares, puesto que responde a los diversos sistemas de organización de los
tribunales. Existe también una razón de necesidad práctica: se busca lograr una
mejor y eficiente administración de la justicia. Podemos incluir como otra de las
razones, el ejercicio efectivo del poder de impugnación que tienen las partes. Es
decir: la impugnación requiere necesariamente que el segundo tribunal que
estudie el caso sea distinto al primero; de manera que para garantizar este
poder, se hace necesaria la existencia de más de un tribunal.

Es importante no confundir los conceptos de jurisdicción y competencia,


puesto que entre ellos existe una verdadera diferencia:

- Algunos autores como Rocco, consideran que la diferencia es de


carácter cuantitativo: mientras la jurisdicción es el poder que corresponde a
todos los magistrados considerados en su conjunto, la competencia es la
jurisdicción que, en concreto, corresponde a cada magistrado. De manera que
la competencia es aquella parte de la jurisdicción que compete en concreto a
cada órgano jurisdiccional.

- Otros autores, como Lascano (argentino) entienden que la diferencia es


cualitativa: la jurisdicción es una función, mientras que la competencia es la
aptitud para ejercerla.

Pero más allá del carácter de la distinción entre estos dos conceptos; no
hay dudas que el concepto de competencia contiene la idea de limitación.
Razón por la que muchas veces se ha dicho que es el límite de la jurisdicción.

La ley Orgánica de la Judicatura y de Organización de los


Tribunales Nº 15.750 (LOT), define en su artículo 6º el concepto de
competencia: “ Es jurisdicción de los tribunales la potestad pública que tiene de
juzgar y hacer ejecutar lo juzgado en una materia determinada.

71
Es competencia la medida dentro de la cual la referida potestad está
distribuida entre los diversos tribunales de una misma materia.
La prórroga de jurisdicción está prohibida” .

La ley nos dice que la competencia, es pues, la medida, el sector dentro


del universo de casos posibles que se le asigna a cada tribunal. Si bien la
disposición habla de “ la materia” , ella en realidad es una de las variables que
se va a utilizar para determinar las distintas competencias; y que pasaremos a
estudiar a continuación.

CRITERIOS DE DISTRIBUCIÓN DE COMPETENCIAS

1- COMPETENCIA EN RAZÓN DE LA MATERIA

Esta variable, atiende al sector del ordenamiento jurídico que regula la


causa legal de lo que se pide. Es decir: la materia está estrechamente vinculada
a la causa; entendiendo por “ causa” la adecuación que existe entre el relato de
los hechos y la norma jurídica. Dicho en lenguaje kelseniano: “ Si es A, debe ser
B” .

Como dice Carnelutti, esta clasificación está determinada por el modo de


ser del litigio.

Actualmente, en nuestro derecho, podemos distinguir varias materias:

- Materia penal: aquí encontramos a los órganos que se ocupan de los


delitos, faltas y los delincuentes a quienes deben imponer las penas.

- Materia aduanera: comprende todos los asuntos relativos a las


infracciones aduaneras y delitos fiscales – diferencia, defraudación y
contrabando-.

- Materia contencioso administrativa de reparación: refiere a la


reparación patrimonial por hecho o acto ilícito donde sea parte
demandada una persona pública estatal. Comprende también el juicio
expropiatorio, el amparo contra las personas públicas estatales y toda
reclamación laboral donde el demandado sea el Estado.

- Materia laboral: comprende todas las demandas que se realizan en virtud


de un conflicto individual de trabajo. Así la define el artículo 106 de la ley
12.803: “ Créase un Juzgado Letrado del Trabajo de Montevideo, que
entenderá en primera instancia en los asuntos originados en conflictos
individuales de trabajo. (…)”

72
- Materia de familia: comprende todo lo referente a la familia legítima o
natural, todo lo relativo a los procesos voluntarios de familia y todo lo que
tiene que ver con los procesos sucesorios. El artículo 69 de la LOT
establece como competencia material de los Juzgados Letrados de
Familia “ las cuestiones atinentes al nombre, estado civil y capacidad de
las personas y a las relaciones personales y patrimoniales entre los
miembros de la familia legítima y natural fundadas en su calidad de
tales” .
Naturalmente, la materia de familia es materia civil, pero desde el punto
de vista de la competencia debe efectuarse la distinción, dado que así lo
hace la ley.

Hay también dentro de la materia de familia, un sector que se encarga de


asuntos urgentes, tales como violencia doméstica, por ejemplo.

- Materia concursal: regula todo lo que está en concurso tanto en lo civil


como en lo comerciales. Básicamente la liquidación de sociedades.

- Materia de menores infractores: en virtud del artículo 67 de la LOT, esta


materia comprende “ los procedimientos preventivos, educativos y
correctivos a que den lugar los hechos antisociales cometidos por
menores y las situaciones de abandono” .

- Materia civil: se aplica aquí un criterio residual, ya que todos los asuntos
que no sean competencia de las demás materias, serán competencia de
los Juzgados Civiles. Comprende todo lo relativo a la materia civil –
obviamente- comercial y arrendaticia (arrendamiento y desalojo).

2- COMPETENCIA EN RAZÓN DEL TERRITORIO

Este criterio busca resolver cómo se divide en todo el territorio nacional,


la competencia de los Juzgados.

De esta manera, distinguimos:

- Tribunales con competencia nacional. Por ejemplo, la Suprema Corte


de Justicia; los Tribunales de Apelaciones, los Juzgados Concursales con
determinada cuantía.

- Tribunales con competencia departamental, que no necesariamente


coinciden con los departamentos. A su vez, algunos departamentos se dividen
en zonas. Por ejemplo, el departamento de Canelones tiene 4 zonas: ciudad de
Canelones, Pando, Las Piedras y Ciudad de la Costa. Estos territorios zonales,
tienen asignados Juzgados Letrados y Juzgados de Paz, con competencia en
su zona.

73
La competencia en razón del territorio está regulada por la LOT en los
artículos 15 y siguientes, sobre la base de una distinción primaria: la naturaleza
real o personal de las acciones que se ejercitan en cada caso.

La expresiones “ acción real” y “ acción personal” utilizadas por la LOT,


deben entenderse en el sentido de derechos reales o personales invocados por
las partes como fundamento de sus pretensiones.

Pasemos ahora, al estudio de dichas normas.

- Artículo 15: prevé el caso de acciones reales (esto es, pretensiones


fundadas en un derecho real) sobre bienes inmuebles. En estos casos, el
tribunal competente será el del lugar en que esté ubicada la cosa objeto del
litigio.

En el inciso 2º, se plantea un caso de “ competencia acumulativa” ; esto


se da cuando sobre un mismo asunto, son competentes varios tribunales
indistintamente. Siempre que hay competencia acumulativa se puede iniciar la
causa ante cualquiera de los tribunales; pero el primero que conozca sobre el
caso, excluye la competencia de los demás jueces sobre dicha demanda. Así
opera el “ instituto de la prevención” ya que es el instrumento mediante el cual
se determina el tribunal competente en los casos en que inicialmente haya más
de uno que lo pueda ser.

Este inciso establece que si los bienes inmuebles litigiosos fueran varios
y estuvieran situados en distintos lugares, será competente el tribunal de uno u
otro de los lugares en que estuvieren situados tales inmuebles.

“ Es tribunal competente para conocer de los juicios en que se ejerciten


acciones reales sobre bienes inmuebles, el del lugar en que este la cosa
litigiosa.

Si los inmuebles que son objeto de la acción real estuvieran situados en


distintos lugares, será competente cualquiera de los tribunales del lugar en que
estén situados” .

- Artículo 16: establece la situación en la que la pretensión real tuviera


por objeto reclamar bienes muebles e inmuebles. En cuyo caso, la competencia
corresponde al tribunal del lugar donde estén situados los inmuebles.

“ Si una misma acción real tuviera por objeto reclamar bienes muebles e
inmuebles, será tribunal competente el del lugar en que estuvieren situados los
inmuebles” .

- Artículo 17: si la acción real es sobre bienes muebles o semovientes;


hay competencia acumulativa entre el lugar de ubicación del bien mueble y el
domicilio del demandado.
74
“ De los juicios en que se ejerciten acciones reales sobre bienes muebles
o semovientes, conocerá el tribunal del lugar en que se hallen, o el del domicilio
del demandado, a elección del demandante” .

- Artículo 18: prevé los casos de pretensiones reales sobre derechos. En


virtud de esta disposición, se aplican las mismas reglas mencionadas en los
artículos 15, 16 y 17, en caso de que la pretensión real tuviera por objeto
derechos o acciones que se reputan muebles o inmuebles por los artículos 474
y 475 del Código Civil.

“ Si la acción real entablada tuviera por objeto derechos o acciones que


se reputan muebles o inmuebles por los artículos 474 y 475 del Código Civil, se
estará a lo dispuesto en los artículos precedentes respecto de cada una de
esas clases de bienes” .

- Artículo 19: en caso que se acumule en una misma pretensión, una


acción real y una personal; estamos ante otro caso de competencia acumulativa
entre:

- el tribunal del lugar donde esté la cosa (acción real, artículo 15).

- el tribunal del lugar de cumplimiento de la obligación. Si no estuviere


designado dicho domicilio expresa o implícitamente; encontramos a su vez otra
competencia acumulativa, ya que la ley prevé que el demandante podrá optar
entre el domicilio del demandado y el lugar donde nació la obligación, siempre
que el demandado pueda ser emplazado allí (acción personal, artículo 21).

“ De los juicios en que se ejerciten acciones reales y personales


conocerá, a elección del demandante, el tribunal del lugar en que esté la cosa
o el que corresponda según el artículo 21.

Si las cosas inmuebles sobre las cuales recae la acción real son varias y
situadas en diversos lugares, se aplicará el artículo 15 en el caso de optar el
demandante por seguir el fuero de la situación de las cosas” .

- Artículo 20: en este artículo vemos otra situación de competencia


acumulativa, prevista para los casos de acciones alternativas. Esto es:
pretensiones en las que pueden deducirse alternativamente derechos reales o
derechos personales.

“ Si los derechos producen acciones alternativas, reales o personales, se


aplicarán las reglas de los precedentes artículos. Será competente el juzgado
que corresponda a unas o a otras, a elección del demandante” .
- Artículo 21: (importantísimo y muy preguntado). Esta disposición
establece la competencia territorial para los casos de acciones o pretensiones
personales.

75
El tribunal competente será el del lugar de cumplimiento de la obligación.
En caso de no haber designación expresa o implícita de dicho lugar, hay
competencia acumulativa entre: el domicilio del demandado y el lugar donde
nació la obligación, siempre que el demandado pueda ser emplazado allí.

“De los juicios en que se ejerciten acciones personales, conocerá el


tribunal del lugar en que deba cumplirse la obligación; y a falta de designación
expresa o implícita de lugar, a elección del demandante, el del domicilio del
demandado o el del lugar donde nació la obligación, se hallándose en él este
último aunque sea accidentalmente, puede ser emplazado” .

- Artículo 22: aquí se establece que si la pretensión personal comprende


varias obligaciones que tienen asignados diversos lugares de cumplimiento, hay
competencia acumulativa entre dichos lugares. Pero se admite que se pueda
pedir cada una en su lugar respectivo.

“Si una misma demanda comprendiese obligaciones que deben


cumplirse en diversos lugares, entenderá en el juicio el tribunal competente
para conocer respecto de alguna de ellas ante el cual se reclame el
cumplimiento de todas, sin perjuicio de cumplirse cada una en su lugar
respectivo” .

- Artículo 23: si el demandado tuviere dos o más domicilios, será tribunal


competente el del lugar de cualquier de dichos domicilios (competencia
acumulativa), salvo que se trate de cosas que tienen especial relación con
alguno de esos lugares exclusivamente, en cuyo caso, será competente el
tribunal de dicho domicilio.

“ Se el demandado tuviese su domicilio en dos o más lugares, podrá el


demandante entablar su acción ante el tribunal de cualquiera de ellos; pero si
se trata de cosas que dicen relación especial con uno de dichos lugares
exclusivamente, sólo ese lugar será para este caso el domicilio del demandado”
.

- Artículo 24: prevé el caso en que los demandados de una acción


personal fuesen más de dos y no esté determinado el lugar de cumplimiento de
la obligación. Hay competencia acumulativa, ya que el tribunal competente
puede ser el de cualquiera de los domicilios de los deudores; a elección del
demandante.

“ Si los demandados fuesen dos o más por una misma obligación, para
cuyo cumplimiento no haya lugar expresa o implícitamente determinado, y cada
uno tuviera su domicilio en otro diferente, podrá el demandante entablar su
acción ante el tribunal de cualquier lugar donde esté domiciliado uno de los
demandados y, en tal caso, quedarán sujetos los demás a la competencia del
mismo tribunal” .

76
- Artículo 25: si el demandado careciera de domicilio fijo, se entenderá
por domicilio sólo a los efectos de determinar el tribunal competente, el del lugar
donde se encuentre o el de su última residencia.

“ Respecto de los demandados que no tuvieran domicilio fijo, se


entenderá por domicilio para los efectos de la competencia, el lugar donde se
encuentre o el de su última residencia” .

- Artículo 26: establece que si la parte demandada es una persona


jurídica, será competente el tribunal del lugar donde se encuentre su sede;
siempre que no exista un domicilio señalado.

“ Cuando el demandado fuese una persona jurídica se tendrá por


domicilio, para fijar la competencia del tribunal, el lugar donde tenga asiento su
administración, si en el estatuto o en la autorización que se le dio no tuviere
domicilio señalado” .

- Artículo 27: si la persona jurídica demandada tiene agencias u oficinas


en diversos lugares, será competente el tribunal del lugar donde se halle la
agencia u oficina que celebró el contrato o que intervino en el hecho que da
origen al proceso.

“ Si la persona jurídica o la sociedad comercial o civil tuviere


establecimientos, agencias u oficinas en diversos lugares, podrá ser
demandada ante el tribunal del lugar donde exista el establecimiento, agencia u
oficina que celebró el contrato o que intervino en el hecho que da origen al
juicio” .

- Artículo 28: en el caso de las pretensiones que se ejerciten contra


tutores, guardadores y administradores; hay competencia acumulativa entre:

- el lugar donde se desempeñó la tutela, guarda o administración

y - el domicilio del tutor, guardador o administrador.

Siempre a elección del demandante.

“ De los juicios en que se ejerciten acciones respecto a la gestión de


tutores, guardadores y administradores, conocerán los tribunales del lugar en
que se hubiese desempeñado la tutela, guarda o administración, a no ser que el
actor prefiera el fuero del domicilio del tutor, guardador o administrador,
atendida la importancia de los bienes” .

- Artículo 29: en los casos del administrador judicial, la ley establece


que, en toda pretensión relacionada con su administración, será competente el
tribunal que se la haya conferido.

“ El administrador judicial deberá responder ante el tribunal que le haya


conferido la administración” .

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- Artículo 30: establece que si un tercero es citado a juicio, debe dirigirse
al juzgado donde se inició el proceso. Es lo que se denomina “ desplazamiento
de competencia por conexión” . Tal como ocurre en los casos de juicios de
saneamiento por evicción; donde el demandado (comprador) cita a su vendedor
para que comparezca junto a él en el proceso iniciado por el presunto
propietario del bien.

“ Los que hubiesen sido citados en garantía de cualquier especie con


motivo de un litigio deberán comparecer ante el tribunal donde penda la
demanda principal.

Lo mismo sucederá si el vendedor citado de evicción saliese al pleito” .

- Artículo 31: dispone que las reclamaciones por honorarios


profesionales, competerán al tribunal en el que se hubieran originado tales
honorarios o al tribunal ante el cual esté radicado el expediente motivo de la
reclamación.

“ De las gestiones o reclamaciones por honorarios, no concertados


conocerá el tribunal ante quien se hayan causado éstos, o ante quien exista el
expediente en el momento de la gestión” .

- Artículo 32: establece que en materia de ausencia, para proveer sobre


la administración de los bienes del ausente, serán competentes los tribunales
del lugar en que se hallen dichos bienes. Pero en todo lo relativo a la
declaración de ausencia, la posesión interina o definitiva y la partición de los
bienes del ausente; será competente el tribunal del último domicilio que el
ausente haya tenido en el país.

“ En los casos de ausentes de que trata el Título IV, Libro I del Código
Civil, serán competentes para proveer sobre la administración de sus bienes los
tribunales del lugar en que éstos se hallen situados; pero para obtener la
declaración de ausencia, la posesión interina o definitiva y la partición de bienes
del ausente, deberá acudirse a los tribunales del último domicilio del ausente de
la República” .

- Artículo 33: en materia de concurso de acreedores, será competente el


lugar del domicilio del deudor.

“ En los casos de concurso de acreedores, serán tribunales competentes


los del lugar en que el deudor tuviese su domicilio y según la cantidad; salvo lo
dispuesto en el Código de Comercio y leyes especiales” .

3- COMPETENCIA EN RAZÓN DE LA CUANTÍA

Este criterio de distribución de competencia, refiere al monto del asunto


existente al momento de la demanda.

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Generalmente, las cuestiones de menor cuantía se pueden resolver en
los Juzgados de Paz mientras que las de mayor cuantía corresponden a los
Juzgados Letrados. No obstante, en el interior, un asunto en razón de su
cuantía, puede ir al Juzgado Letrado, al Juzgado de Paz departamental, a un
Juzgado de Paz de ciudad o a un Juzgado de Paz rural.

- De acuerdo con el artículo 49 de la LOT; los asuntos que no acepten


valoración pecuniaria, son competencia de los Juzgados Letrados y nunca de
los Juzgados de Paz. Por ejemplo: el estado civil, la crianza y cuidado de los
hijos, etc. Es decir que estos asuntos son considerados por la ley, en razón de
la cuantía, como propios de la competencia de los Juzgados Letrados.

- Otro aspecto importante a destacar es el que refiere a la actualización


de los montos fijados por la ley. Previsto en el artículo 50 de la LOT que fue
modificado por el artículo 321 de la ley Nº 15.903. Allí se establece que: ” La
Suprema Corte de Justicia, antes del 30 de noviembre de cada año,
determinará los valores a que se refieren los artículos 74 y 50 de la Ley Nº
15.750, de 24 de junio de 1985, atendiendo al índice general de precios del
consumo y también a la mejor prestación del servicio judicial, pudiendo
modificar los montos resultantes de la indexación prevista en las normas
referidas. Los valores que determine la Suprema Corte de Justicia por
aplicación de esta disposición, regirán desde el 1º de febrero del año siguiente
y deberán tomar estado público antes del 31 de diciembre del año de dictada la
resolución” .

4- COMPETENCIA EN RAZÓN DEL TIEMPO

Este criterio se basa en una división temporal de los asuntos, entre los
diversos juzgados que tienen idéntica competencia. De ahí proviene la
clasificación de los Juzgados en turnos.

Este criterio es, al decir de Tarigo, un método práctico de distribución del


trabajo entre cada grupo de un mismo tipo de órganos judiciales igualmente
competentes.
En nuestro país existe actualmente la Oficina Receptora y Distribuidora
de Asuntos (ORDA), que es la encargada de asignar los turnos mediante un
sistema aleatorio. Antes, la elección correspondía a la parte.

En materia laboral y de menores, rige la división según la letra inicial del


apellido del actor.

5- COMPETENCIA EN RAZÓN DEL GRADO

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La competencia por grado, supone la división del proceso en distintas
instancias, en cada una de las cuales el conocimiento del asunto estará
encomendado a distintos órganos judiciales.

Actualmente en nuestro derecho, sólo en dos; así lo establece el artículo


22.3 del CGP: “ Todo proceso tendrá dos instancias, excepto aquellos asuntos
que la ley establezca, expresamente, que se tramitarán en instancia única.”

La doble instancia supone una división entre dos tribunales que estudian
sucesivamente el litigio: el primero conoce el caso por primera vez y el segundo
revisa la decisión (o el procedimiento todo) del primero.

En general, en nuestro país, los órganos de primera instancia son


unipersonales mientras que los de segunda instancia son pluripersonales: tres
miembros en los casos de los Tribunales de Apelaciones y cinco en la Suprema
Corte de Justicia y Tribunal de lo Contencioso Administrativo.

COMPETENCIA DE URGENCIA: corresponde mencionar que existen


asuntos que por su importancia, tienen el carácter de urgentes y por tanto
cualquier juez puede intervenir en ellos. Tal es el caso de la violencia
doméstica, la materia penal, entre otros.

La primer competencia de urgencia en nuestro país fue la penal, que


determina que: cualquier juez tiene competencia en ausencia del juez
naturalmente competente, para determinar la más pronta solución del hecho
ilícito. Es muy frecuente en las zonas rurales.
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