Está en la página 1de 6

TERAPIA OCUPACIONAL P.

Moruno Miralles
M. A. Talavera Valverde
EN SALUD MENTAL

Análisis y adaptación de actividades


Pedro Moruno Miralles Miguel Ángel Talavera Valverde
Doctor en Psicología y Terapeuta Ocupacional. Terapeuta Ocupacional, Área Sanitaria de Ferrol.
Profesor Titular de la Universidad de Castilla-La Mancha. Profesor Asociado de la Universidad de La Coruña.
Facultad de Terapia Ocupacional, Logopedia y Enfermería Facultad de Ciencias de la Salud.
(Talavera de la Reina). Grado en Terapia Ocupacional Director de Revista TOG
pedro.moruno@uclm.es miguelrevistatog@yahoo.es

CONTENIDOS
Introducción
1. Niveles de análisis de la actividad
1.1. Propuesta de Hagedorn
1.2. Propuesta de Lamport et al
1.3. Propuesta de Neistad y Crepeau
2. Función del análisis de la actividad
3. Propuesta de análisis de la actividad
Bibliografía

INTRODUCCIÓN

Como señalábamos en los capítulos dedicados al origen y evolución histórica de la disciplina,


desde el inicio mismo de la terapia ocupacional el análisis de la actividad ha constituido un
elemento esencial del razonamiento clínico del terapeuta ocupacional. Así, en los albores de
nuestra profesión los terapeutas ocupacionales analizaban tareas o actividades para que atraje-
sen la atención del paciente y fueran un vehículo apropiado para el desarrollo o mejora de los
valores, la motivación y los intereses del individuo que las realizaba. Durante las décadas com-
prendidas entre los años 1940 y 1960, el análisis de la actividad se constituirá en uno de los ele-
mentos de mayor relevancia del razonamiento clínico del terapeuta ocupacional. En aquellos
años, la práctica de la terapia ocupacional se basaba en el presupuesto de que toda alteración
de la capacidad para realizar una actividad es consecuencia del trastorno, daño o desarrollo
anormal de los mecanismos (neurológicos, musculares y psíquicos) implicados en su realización.
En consecuencia, el conocimiento de las capacidades y destrezas específicas que se ponen en
juego en la realización de una determinada actividad permitía que ésta pudiese utilizarse como
medio terapéutico para su recuperación. Así, el análisis de la actividad se centró en los reque-
rimientos de cada actividad −neurológicos, motores, psicológicos o sociales− implicados en su
realización.

No obstante, a partir de 1980, cuando la ocupación vuelve a constituir la piedra angular del
cuerpo de conocimientos de la disciplina, el análisis de la ocupación/actividad se vuelve a
contemplar en relación con los estilos de vida y los aspectos socioculturales, la motivación y los
intereses, aunque perdura el análisis centrado en los aspectos físicos, psicológicos, fisiológicos,
cognitivos y emocionales que subyacen a la realización de ocupaciones y actividades.
TERAPIA OCUPACIONAL P. Moruno Miralles
M. A. Talavera Valverde
EN SALUD MENTAL

NIVELES DE ANÁLISIS DE LA ACTIVIDAD


La evolución histórica a la que acabamos de referirnos ha influido en que en la actualidad con-
vivan diversas formas de concebir el análisis de la actividad. Veamos, por tanto, las diferentes
propuestas que se encuentran en la literatura especializada para definir y conceptuar esta des-
trezas específica de los terapeutas ocupacionales.

Propuesta de Hagedorn
Hagedorn (1) distingue siete tipos distintos de análisis:
• Análisis existencial y de la participación. Desde esta perspectiva, se centra en el significado
subjetivo de la actividad en la experiencia vital del sujeto.
• Análisis del desempeño o ejecución. Desde el que se examinan la capacidad y los problemas
del sujeto en el desempeño de actividades y ocupaciones.
• Análisis ocupacional. Que enfatiza la distribución de las actividades que desempeña un in-
dividuo en las áreas ocupacionales y en relación con los contextos de desempeño en que son
realizadas.
• Análisis de la actividad. Basado en la descomposición de la actividad en tareas, estableciendo
su secuencia, el grado de complejidad y estructuración, las herramientas, materiales, infraes-
tructuras y el ambiente necesario, las precauciones y normas, etc.
• Análisis de la tarea. Integra la descomposición de cada tarea en las operaciones necesarias
para realizarla.
• Análisis de las habilidades y capacidades que subyacen a cada una de las operaciones realizadas.
• Análisis aplicado. En él se pone en relación la actividad con las características singulares del
individuo que realice tal actividad como medio de intervención.

Propuesta de Lamport et al
Lamport et al (2), por su parte, distinguen otros cuatro tipos distintos de análisis y estable una
guía básica para llevarlo a cabo:
• Conciencia de la actividad.
• Identificación de la acción.
• Análisis de la actividad.
• Correlación paciente-actividad.

Los aspectos básicos que este último autor contempla en el análisis son: descripción de la activi-
dad, herramientas o equipo, costes y beneficios de su realización, recursos materiales, secuencia
de realización de la actividad, tareas y operaciones, tiempo requerido para realizar cada paso,
precauciones, contraindicaciones (si las hubiere) y consideraciones especiales (edad, requisitos
educativos, relevancia cultural, identificación sexual).

Propuesta de Neistad y Crepeau


Por su parte, Neistad y Crepeau (3) establecen tres elementos necesarios para analizar una
actividad: la forma en la que se realiza y el contexto de ejecución, las habilidades y destrezas
necesarias para su ejecución y, por último, el significado cultural, social o personal que tiene.

Si observamos con detenimiento estas propuestas, el análisis de la actividad daría respuesta a


diferentes preguntas que contemplan perspectivas complementarias:
• Centrado en el individuo; en el desempeño de la actividad por parte de un sujeto. Trataría de
responder a preguntas como: ¿la actividad es significativa para el individuo?, ¿la actividad
TERAPIA OCUPACIONAL P. Moruno Miralles
M. A. Talavera Valverde
EN SALUD MENTAL

puede llegar a satisfacer sus intereses y necesidades?, ¿la ejecución de la actividad ayuda al
sujeto a lograr sus metas?, ¿qué influencia ejerce el entorno sobre la actividad elegida y el
desempeño ocupacional del sujeto?, etc.
• Centrado en la tarea en sí misma; en las singularidades propias de la actividad. A través de
este tipo de análisis pondríamos responder: ¿cuáles son las habilidades necesarias para rea-
lizarla?, ¿cuál es su significado cultural?, ¿de qué forma podría ser utilizada para que fuese
terapéutica?, etc.
• Centrado en la teoría; estudiando las caracterizas de cada actividad y vinculándolas a los
principios filosóficos o asunciones teóricas de la terapia ocupacional.

Estas aproximaciones al análisis de la actividad permiten al terapeuta seleccionar aquella que


sea más acorde a sus objetivos

2. FUNCIÓN DEL ANÁLISIS DE LA ACTIVIDAD


El análisis de la actividad (1-3) u ocupación que adopta una perspectiva centrada en el desem-
peño del individuo −en su dimensión vivencial, su configuración en las áreas, su relevancia
respecto a los contextos en que se desempeña− constituye, desde nuestro punto de vista, un
acercamiento muy similar al que se desarrolla durante la evaluación inicial (en especial durante
la evaluación comprensiva).

Por tanto, el análisis de la actividades desde la perspectiva centrada en la tarea en sí misma


−tareas, secuencia, duración y timing, capacidades y destrezas, materiales, etc.− complementa
el análisis anterior y tiene como objetivo principal identificar qué actividad es la más adecuada para
una situación determinada y para una persona concreta; es decir, cuál es el potencial terapéutico de la
actividad. Para lograr su función el terapeuta ocupacional debe conocer pormenorizadamente
cómo se realiza una actividad, con independencia de la persona que la haga, estudiando el po-
tencial terapéutico que encierra en sí misma. Además, a partir de este análisis es posible adaptar
y graduar la actividad para aplicarla en una intervención específica.

Así, cualquier actividad puede ser adaptada para ajustarse a determinados objetivos. La mo-
dificación de los útiles y materiales puede dar lugar a que se presenten durante la realización
de la actividad una amplia gama de habilidades o destrezas diferentes perseguidas en la inter-
vención. La variación del entorno físico y humano nos permitirá adecuarla en relación con los
objetivos perseguidos: podemos modificar el ambiente físico, modificando la luz, la tempera-
tura o empleando música (p. ej., para llevar a cabo una actividad como la relajación), variar el
número de participantes, su implicación o papel en la realización de la actividad, la estabilidad
de su participación durante el desarrollo de la actividad, etc.

Asimismo, podemos graduar una actividad modificando y ajustando sus características, para
adaptarla al nivel de competencia del sujeto, incrementando o disminuyendo su complejidad
o dificultad según avanza la intervención. Así, podemos graduar el tiempo (duración, ritmo y
frecuencia), la intensidad y resistencia física (persiguiendo el aumento de la tolerancia), el gra-
do de estructuración u organización, el uso de herramientas (peso, tamaño, entre otros), y, en
particular, las capacidades, habilidades y destrezas cognitivas, sensoriomotoras, psicosociales,
y los aspectos emocionales y afectivos implicados en su realización.

En resumen, este tipo de análisis se centra en su potencial terapéutico y tiene como función
principal posibilitar su selección y adaptación para que forme parte del plan de intervención.
TERAPIA OCUPACIONAL P. Moruno Miralles
M. A. Talavera Valverde
EN SALUD MENTAL

PROPUESTA DE ANÁLISIS DE LA ACTIVIDAD


Para llevar a cabo este análisis (1-3) debemos contemplar los siguientes aspectos básicos, que
proponemos a modo de guía:

1. Descripción básica de la actividad.


a. Nombre y breve descripción de la actividad.
b. Propósito o fin de ésta: resultado esperado.
c. Tiempo total de realización.
d. Secuencia de realización, duración y ritmo de cada paso.
e. Materiales, infraestructuras y herramientas empleadas.
2. Contexto de realización: ambiente físico y humano, reglas implícitas y explícitas, tipo de in-
teracción personal, etc.
3. Aspectos socioculturales: valor cultural, edad típica, sexo, estatus, aspectos éticos, religiosos,
culturales, etc.
4. Requerimientos de la actividad: capacidades, habilidades y destrezas implicadas en su rea-
lización.
a. Integración sensorial: procesamiento de estímulos sensoriales durante la actividad
y estímulos necesarios.
b. Neuromusculares:
- Posición de partida.
- Articulaciones y rango de movimiento articular.
- Grupos musculares.
- Coordinación (grado requerido y tipo).
- Fuerza.
- Simetría bilateral-lateral.
- Asimetría bilateral (dominante, asistida).
- Planificación motora.
- Motilidad gruesa.
- Motilidad fina.
- Movilidad (variedad de movimientos).
- Equilibrio.
- Ritmo.
- Resistencia.
c. Cognitivas:
- Nivel de arousal.
- Atención.
- Concentración.
- Percepción visual: color, constancia de la forma, figura-fondo, campo visual.
- Gnosias: visual, táctil, auditiva, olfatoria y prosopagnosia.
- Capacidad constructiva.
- Imagen corporal y esquema corporal.
- Orientación topográfica.
- Praxias: de las extremidades superiores, constructiva y del vestido.
- Nivel de pensamiento (concreto/abstracto; simple/ complejo).
- Memoria (de trabajo, inmediata, a largo plazo, procedimental, episódica,
semántica, de la vida cotidiana, autobiográfica).
- Solución de problemas (interpretar información, analizar, generar hipótesis,
relación causa-efecto, etc.).
TERAPIA OCUPACIONAL P. Moruno Miralles
M. A. Talavera Valverde
EN SALUD MENTAL

- Aprendizaje.
- Funciones ejecutivas (iniciar, secuenciar, terminar y comprobar una actividad,
ritmo y velocidad).
- Categorización.
- Discriminación, generalización, selección.
- Capacidad simbólica.
- Capacidad de evaluación de la realidad.
- Lenguaje.
- Lectoescritura.
- Capacidades intelectuales.
- Imaginación.
- Creatividad.
d. De interacción social y componentes psicosociales.
- Manejo del tiempo.
- Autocontrol.
- Habilidades de afrontamiento.
- Ejecución de roles.
- Habilidades interpersonales (grado de interacción, variedad de relaciones,
autonomía, etc.).
- Autoexpresión.
- Competitividad y colaboración.
- Compromiso.
- Liderazgo.
- Expresión de sentimientos.
- Tolerancia a la frustración.
- Tolerancia a la exigencia.
- Responsabilidad.
- Capacidad de compartir.
- Confianza.
5. Metodología: procedimiento habitual para realizar la actividad.
6. Indicaciones y contraindicaciones.
7. Precauciones y observaciones.

Debemos advertir que el listado de capacidades, habilidades y destrezas que hemos incluido
en la relación anterior no pretende ser cerrado. Un análisis eficaz de cualquier actividad, en la
medida en que un buen número de ellas comparte elementos comunes (cualquier actividad
requiere múltiples competencias), está condicionado por el encuadre o setting de intervención.
Es decir, en un determinado ámbito de práctica, por ejemplo en salud mental, las habilidades y
destrezas sensoriomotoras de una determinada actividad, por lo general, no requieren un aná-
lisis exhaustivo, dado que estos componentes no suelen estar alterados de forma determinante
en los trastornos mentales (es decir, no constituyen el objetivo principal de la intervención). Sin
embargo, el análisis de la actividad puede requerir un estudio más detallado y complejo de las
habilidades o destrezas asociadas con los componentes psicológicos, sociales o afectivos, dado
que éstas están estrechamente vinculadas al padecimiento y a las dificultades que en la realiza-
ción de las distintas actividades encuentra el sujeto.

En definitiva, la relación de componentes que se contempla durante el análisis de la actividad


está condicionada por las características de los sujetos a quienes se aplique la actividad anali-
TERAPIA OCUPACIONAL P. Moruno Miralles
M. A. Talavera Valverde
EN SALUD MENTAL

zada y es basándonos en ellas que determinaremos el listado de capacidades o destrezas que


necesitamos analizar.

BIBLIOGRAFÍA
1. Hagedorn R. Foundations for practice in occupational therapy. 2.ª ed. Edinburgh: Churchill Livingstone;
1997.
2. Lamport N, Coffey M, Hersch GL. Activity analysis & application: building blocks of treatment. 1.ª ed.
Thorofare: Slack Inc.; 1996.
3. Neistadt M, Crepeau E. Willard and Spackman’s Occupational therapy. 9.ª ed. Philadelphia: Lippincott-
Raven; 1998.

Lecturas recomendadas
4. Allen CA. Activity, occupational therapy’s treatment method. Eleanor Clarke Slagle Lecture. Am J Occup
Ther 1987;41:563-75.
5. American Occupational Therapy Association. Occupational therapy practice framework: Domain and pro-
cess. Am J Occup Ther 2002;56:609-39.
6. American Occupational Therapy Asociation. Occupational therapy practice framework: Domain and pro-
cess (2.ª ed.). Am J Occup Ther 2008;62:625-83.
7. Ávila Álvarez A, Martínez Piédrola R, Matilla Mora R, Máximo Bocanegra M, Méndez Méndez B, Talavera
Valverde MA, et al. Marco de Trabajo para la práctica de la Terapia Ocupacional: Dominio y proceso (2.ª ed.)
[Traducción].  www.terapia-ocupacional.com [portal en Internet]. 2010 [consulta 01/12/2010]; [85 p.]. Dis-
ponible en: http://www.terapia-ocupacional.com/aota2010esp.html. Traducido de: American Occupational
Therapy Asociation (2008). Occupational therapy practice framework: Domain and process (2.ª ed.).
8. Baum CM, Christiansen CH. Person-environment-occupation-performance: An occupation-based fra-
mework for practice. En: Christiansen CH, Baum CM, Bass-Haugen J (eds.). Occupational therapy: Perfor-
mance, participation, and well-being (3.ª ed). Thorofare: SLACK; 2005. p. 243-66.
9. Dunn W, Brown C, Youngstrom MJ. Ecological model of occupation. En: Kramer P, Hinojosa J, Royeen CB
(eds.).Perspectives in human occupation. 1.ª ed. Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins; 2003. p. 1-17.
10. Fisher AG. Uniting practice and theory in an occupational framework. Eleanor Clarke Slagle Lecture. Am
J Occup Ther 1998;52:509-21.
11. Fisher AG. Assessment of Motor and Process Skills: Vol. 1. Development, standardization, and administra-
tion manual (4.ª ed.). Fort Collins: Three Stars Press; 2001.
12. Hagendorn R. Tools for practice in occupational therapy: A structured approach to core skills and proces-
ses. 1.ª ed. Edinburgh: Churchill Livingstone; 2000.
13. Hinojosa J, Kramer P. Fundamental concepts of occupational therapy: Occupation, purposeful activity, and
function [Statement]. Am J Occup Ther 1997;51:864-6.
14. Jackson J. Is there a place for role theory in occupational science? J Occup Sci 1998;5:56-65.
15. Kielhofner G, Barret L. Meaning and misunderstanding in occupational forms: A study of therapeutic goal
setting. Am J Occup Ther1998;52:345-53.
16. Neistadt ME, McAuley D, Zecha D, Shannon R. An analysis of a board game as a treatment activity. Am J
Occup Ther 1993;47:154-60.
17. Polatajko HJ, Mandich A, Martini R. Dynamic performance analysis: A framework for understanding occu-
pational performance. Am J Occup Ther 2000;54:65-72.
18. Townsend E. Enabling occupation: An occupational therapy perspective. 1.ª ed. Ottawa: Canadian Associa-
tion of Occupational Therapists; 1997.

También podría gustarte