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Catedra:

Instrumentos de conocimientos

Nombre:
Karina Lisbeth Tena Zambrano
Docente:
Lic. Yerlis Bravo Sánchez

Año Lectivo
2020 (1)
La comunicación y el eje de mediación

La mediación es ante todo un procedimiento no obligatorio. Ello significa que, aun cuando

las partes hayan convenido en someter una controversia a la mediación, no están obligadas

a continuar el procedimiento de mediación después de la primera reunión. En este sentido,

las partes controlan siempre la mediación. La continuación del procedimiento depende de

que éstas sigan aceptándolo.

El carácter no obligatorio de la mediación también significa que no se puede imponer una

decisión a las partes. Para poder llegar a una solución, las partes deben aceptarla

voluntariamente.

Por consiguiente, contrariamente a un juez o a un árbitro, el mediador no es una persona

que toma decisiones. La función del mediador consiste más bien en ayudar a que las partes

lleguen a tomar una decisión propia sobre la solución de la controversia.

Hay dos formas principales en que los mediadores ayudan a las partes a tomar su propia

decisión y éstas corresponden a dos tipos o modelos de mediación practicados en el mundo

entero. Con arreglo al primer modelo, la mediación-facilitación, el mediador se esfuerza

por facilitar la comunicación entre las partes y por ayudar a cada una de ellas a comprender

la perspectiva, posición e intereses de la otra en relación con la controversia. Con arreglo al

segundo modelo, la mediación evaluación, el mediador realiza una evaluación no

vinculante de la controversia que luego las partes están libres de aceptar o rechazar como

solución de la controversia. Son ellas las que deciden cuál de los dos modelos de mediación
desean seguir. El Centro de Arbitraje y Mediación de la OMPI ("el Centro") les ayudará a

encontrar un mediador apropiado para el modelo que deseen adoptar.

La mediación es un procedimiento confidencial. La confidencialidad sirve para fomentar la

franqueza y la apertura en el procedimiento, garantizando a las partes que las declaraciones,

propuestas u ofertas de solución no tendrán ninguna consecuencia más allá del

procedimiento de mediación. Por regla general, éstas no podrán utilizarse en litigios o

arbitrajes ulteriores. El Reglamento de Mediación de la OMPI contiene también

disposiciones detalladas destinadas a preservar la confidencialidad en cuanto a la existencia

y el resultado de la mediación.

La Mediación es una forma de resolver conflictos entre dos o más personas, con la ayuda

de una tercera persona imparcial, el mediador. Los mediadores no son jueces ni árbitros, no

imponen soluciones ni opinan sobre quién tiene la verdad, lo que buscan es satisfacer las

necesidades de las partes en disputa, regulando el proceso de comunicación y

conduciéndolo por medio de unos sencillos pasos en los que, si las partes colaboran, es

posible llegar a una solución en la que todos ganen o, al menos, queden satisfechos.

La mediación constituye un cauce complementario de resolución de conflictos. Es una

fórmula válida y aceptada en el Estado de Derecho que se ajusta a una nueva concepción de

la Justicia, al tiempo que constituye una pieza relevante de la modernización de la

Administración de Justicia aprobado, en su nueva etapa, por el Pleno del Consejo General

del Poder Judicial.


En este eje de actuación se enmarcan un conjunto de reformas orgánicas y procesales que el

Consejo se propone impulsar para dar soluciones más ágiles a la Justicia son muy diversos

los ámbitos en los que la Mediación está proyectando satisfactoriamente su potencialidad

pacificadora de conflictos, como herramienta complementaria a las soluciones

tradicionales.

La mediación es un proceso voluntario en el que un tercero neutral, el mediador, interviene

en un proceso de gestión del conflicto ayudando a las partes a recuperar la comunicación.

En la actualidad se vive un proceso de apoyo social e institucional a esta herramienta de

Resolución Alternativa de Conflictos, respaldada por una ley nacional sobre mediación y

un recién aprobado Reglamento para su desarrollo.

Se configura así el mediador como un nuevo o recuperado con nuevas garantías y

competencias perfil profesional clave para conseguir que las partes alcancen su propio

acuerdo. Es mucha la formación teórica que el mercado ofrece para instruirlo; pero

la formación práctica y, sobre todo presencial y de calidad, que le da definitivamente la

capacitación necesaria para ejercer como mediador, es mucho más complicada de

encontrar.

La mediación es un Sistema Alternativo de Resolución de Conflictos. Alternativo porque es

extra-judicial o diferente a los canales legales o convencionales de resolución de disputas.

La mediación es un intento de trabajar con el otro y no contra el otro, en busca de una vía

pacífica y equitativa para afrontar los conflictos, en un entorno de crecimiento, de

aceptación, de aprendizaje y de respeto mutuo.


Consiste en un proceso voluntario, flexible y participativo de resolución pacífica de

conflictos, en el que dos partes enfrentadas recurren voluntariamente a una tercera persona

imparcial, el mediador, para llegar a un acuerdo satisfactorio. Este método promueve la

búsqueda de soluciones que satisfagan las necesidades de las partes.

El objetivo de la Mediación es que las partes salgan contentas realmente del proceso. La

comunicación en Mediación es fundamental para poder comprender a las partes. En

ocasiones se da la situación de que las partes lo que expresan es que quieren dinero cuando

lo que realmente necesitan es escuchar un perdón.

La comunicación en el proceso de mediación es uno de los elementos que se tratan en este

capítulo, pasando por temas como la escucha efectiva, la empatía y las barreras para la

comunicación efectiva. Asimismo, el capítulo termina con un apartado de ejercicios que

permiten practicar los elementos trabajados y desarrollar las habilidades necesarias para la

comunicación efectiva en la interacción entre dos personas o grupos, promoviendo también

el diálogo intercultural.
Objetivos de la mediación

• facilitar que se establezca


• aumentar el respeto y la
una nueva relación entre las
confianza entre estas
partes en conflicto

corregir percepciones e
• crear un marco que facilite
informaciones falsas que se
la comunicación entre las
puedan tener respecto al
partes y la
conflicto y/o entre los
transformación del conflicto.
implicados en este

De esta forma, se pueden convertir las situaciones conflictivas que se viven diariamente en

oportunidades de aprendizaje. Dentro de la Reforma Educativa podemos distinguir el

Currículum Directo (materias instrumentales) y el Currículum Oculto donde se contempla

el trabajo de actitudes, valores y normas para realizar con los alumnos en el aula. A partir

de la Mediación Escolar se puede facilitar a maestros y profesores unos contenidos que

sirvan para trabajar el apartado de actitudes, valores y normas.

Mediación formal y mediación informal


La mediación formal requiere ciertas condiciones y fases estructuradas. En la mediación

informal las técnicas utilizadas son las propias de la comunicación eficaz (la escucha activa,

los mensajes en primera persona, ayudar a reformular, ayudar a buscar soluciones) y el

mediador puede ser cualquier persona que actúa de modo intuitivo y espontáneo en

cualquier situación de conflicto.

La otra gran herramienta para el mediador es la palabra, la comunicación. La comunicación

eficaz es el instrumento para conseguir que el otro se sienta escuchado. Además, permite

que el mediador entienda efectivamente lo que ha dicho y sepa transmitir que lo

comprende. La comunicación oral es muy imperfecta, por lo que es fundamental el lenguaje

no verbal en los procesos de Mediación. De hecho, uno de los conflictos más habituales se

debe a problemas de comunicación y percepción de la información. Si la comunicación

verbal no se complementa con la corporal no es efectiva. En conclusión, los mediadores

deben ser profesionales de la comunicación positiva. La gestión positiva de las emociones

en el espacio de mediación es responsabilidad de los mediadores, y eso mejora la

transformación del conflicto y la percepción del resultado. La Mediación es mucho más que

un método alternativo de resolución de conflictos. Es el cambio de paradigma que necesita

la sociedad sobre el conflicto. En conclusión, la esencia de la Mediación es la colaboración,

la única forma de que todas las partes ganen.

La mediación es un método alternativo de resolver conflictos, el cual tiene como finalidad

intrínseca llegar a la solución integral de un conflicto entre partes (pueden ser dos o más

personas), evitando de este modo llegar a la instancia judicial. Los principios rectores que
guían e instrumentan la mediación son: la confidencialidad, la voluntariedad, la oralidad

entre las partes y la plena comunicación entre las mismas, la imparcialidad del mediador

interviniente y la neutralidad del mismo frente a la materia traída a cuestión.

Se basa en la democracia, la pacificación social, el diálogo individual y social, el respeto, y

el consenso para la convivencia. Consiste en la intervención de un tercero en un conflicto,

el mediador, con el fin de facilitar el acercamiento de las partes enfrentadas y promover un

proceso de negociación que permita arribar a un acuerdo consensuado y aceptado por las

partes que ponga fin al conflicto.

La mediación se distingue de otros sistemas alternativos de resolución de conflictos como

la conciliación y el arbitraje. La mediación se caracteriza por el principio de neutralidad y

no reemplaza el papel protagonista de las partes en la elaboración del acuerdo.

La mediación adquiere características especiales según se trate de conflictos

internacionales, sociales o colectivos, e individuales.

El procedimiento de mediación consiste en una o más reuniones que se realizan en la

oficina del mediador a las que van las personas convocadas acompañadas por sus abogados.

Al finalizar cada encuentro se firma un acta para dejar constancia de la presencia de todos

los asistentes que contendrá también la firma y sello del mediador; y si hay acuerdo,

además se firma un convenio que, si no se cumple, se puede hacer valer como una sentencia

judicial.
En Argentina el demandante presentará ante el juzgado sorteado el escrito de demanda y

luego se definirá el mediador (por ej. por sorteo). La demanda quedará en espera al

resultado de la mediación. El mediador elegido deberá ser notificado y contestar si acepta el

cargo fijando, en caso de aceptar, la fecha y lugar de la primera audiencia en un plazo de 5

a 15 días dependiendo donde sea el trámite (por ejemplo, Provincia de Buenos Aires 5 días)

Ya con el mediador los participantes deberán firmar un Convenio de Confidencialidad de

las actuaciones. Si la mediación fracasó, las partes presentarán el resultado al juzgado para

que se proceda con la demanda. Se puede recusar al mediador durante 3 días desde la

notificación. El proceso de mediación durará 60 días hábiles desde la primera audiencia.

Podrá prorrogarse acuerdo de partes. Si la mediación fue un éxito, no es necesario

homologarla ante el juez. El acuerdo por sí sólo tiene la misma validez que una sentencia.

Existe la mediación relacionada con asuntos legales y también la mediación voluntaria

entre personas o grupos interesados. Hay casi tantas formas y estilos de proceder en cuanto

a la mediación como mediadores. Entonces, hay muchísimos estilos de mediación. Uno de

ellos es la Mediación Dirigida por los Individuos (MDI) para lidiar con conflictos

interpersonales entre pares y la Evaluación de Desempeño Negociada (EDN) para los

conflictos jerárquicos (o sea, entre supervisores y subalternos). En ambos casos el mediador

se reúne con los interesados en forma separada durante una o más reuniones preliminares y

sólo cuando estos han sido escuchados y preparados para dialogar, el intermediario se reúne

con ambas partes en una sesión conjunta. En la sesión conjunta las partes se hablan

directamente y no por medio del mediador.


Los mediadores o mediadoras son profesionales especializados que facilitan el diálogo

entre las personas que concurrieron al proceso de mediación. Son una figura neutral e

imparcial que facilitan el diálogo entre las partes del conflicto para que encuentren una

solución.

La mediación no es un procedimiento adecuado para la solución de todo tipo de

controversias. Cuando se trata de falsificación o piratería deliberadas o de mala fe, la

mediación difícilmente será lo más adecuado puesto que requiere la cooperación de ambas

partes. Igualmente, cuando una parte haya adquirido la seguridad de que se trata de un caso

bien definido o cuando el objetivo de las partes o de una de ellas es obtener una opinión

neutral sobre una cuestión relativa a una diferencia verdadera, o establecer un precedente o

ser reivindicada públicamente sobre una cuestión en litigio, la mediación tampoco resultará

el procedimiento más adecuado.

Se puede recurrir a la mediación en cualquier etapa de una controversia. Así, puede ser

elegida como el primer paso encaminado a la solución de la controversia cuando las

negociaciones emprendidas por las partes no hayan concluido satisfactoriamente. También

se puede recurrir a la mediación en cualquier momento durante un litigio o arbitraje cuando

las partes desean interrumpir el litigio o el arbitraje para explorar la posibilidad de llegar a

un acuerdo.
Otro uso común de la mediación guarda relación con la prevención de las controversias

antes bien que con su solución. Las partes pueden procurarse la asistencia de un mediador

cuando las negociaciones encaminadas a llegar a un acuerdo hayan quedado estancadas y

que las partes consideren que lo más adecuado para satisfacer sus intereses económicos sea

llegar a un acuerdo (por ejemplo, las negociaciones sobre el monto de la regalía que debería

aplicarse cuando se renueva una licencia).

En la mediación, las formalidades se reducen al mínimo. Las partes y el mediador deciden,

en forma conjunta, la estructura de la mediación, es decir, elaboran y fijan el procedimiento

a seguir.

Como ya se ha explicado, el carácter poco estructurado del procedimiento puede

desconcertar a quienes desean recurrir a la mediación, pues no saben muy bien a qué

atenerse. A estas personas se destinan los párrafos siguientes, los cuales describen en

grandes líneas las principales etapas de una mediación efectuada en el marco de la OMPI.

No obstante, el procedimiento que se describe a continuación debe ser interpretado

únicamente como una guía puesto que las partes siempre podrán modificar el

procedimiento y actuar en modo diferente.

La mediación es un método para resolver conflictos y disputas. Es un proceso voluntario en

el que se ofrece la oportunidad a dos personas en conflicto que se reúnan con una tercera

persona neutral, que es el mediador, para hablar de su problema e intentar llegar a un

acuerdo. Es un servicio educativo para intervenir en conflictos interpersonales que suceden

en la escuela ayudando a que las partes lleguen ellas mismas a un acuerdo. Desde esta

perspectiva, entendemos que el conflicto forma parte natural de nuestras relaciones


cotidianas. Somos individuos con necesidades, preferencias, puntos de vista y valores

diferentes, por lo que es inevitable que entremos en conflicto; lo importante es cómo lo

afrontamos.

Transformar ese conflicto en elemento enriquecedor para las partes requiere la utilización

de ciertas habilidades y procedimientos, uno de ellos es la mediación.

A veces, las partes de una disputa no son capaces de resolver un conflicto entre ellas.

Incluso tienden a escalar los conflictos. Las distintas alternativas que existen para gestionar

los conflictos cubren una diversa gama desde la evitación del problema hasta la posibilidad

de que otra persona decida la solución. Estos procesos alternativos incluyen, entre otros, la

mediación. La mediación es la intervención de un tercero neutral en un conflicto, con el

propósito de ayudar a resolver sus problemas en un ambiente seguro.

El mediador/a mejora el proceso de comunicación ayudando a las partes a definir

claramente su problema, a comprender los intereses de cada parte, y a generar opciones

para solucionar la disputa. El mediador no impone una solución concreta al problema, y son

las partes quienes mantienen siempre la responsabilidad de tomar su propia decisión. El rol

del mediador consiste en facilitar una discusión centrada en los intereses, mediante técnicas

relativas al proceso y la comunicación entre las partes, que permita desvelar las

preocupaciones y problemas, implicándolos en la búsqueda de soluciones.

La comunicación es un elemento esencial en la resolución de los conflictos, tanto que

podemos definir la mediación como el proceso de aportar a las partes los recursos
comunicativos propios para que puedan solucionar el conflicto, durante este proceso, las

personas implicadas hablan sobre sus posturas, sus necesidades, sus sentimientos, sus

deseos, lanzan reproches y se posicionan ante el problema; los mediadores fomentan la

expresión de estos deseos, necesidades, etc. de forma constructiva, para que su escucha

sirva de ayuda para resolver el conflicto.

Partiendo de la definición de comunicación (proceso de enviar y recibir mensajes), se

añade el deterioro de la relación interpersonal, lo que ocasiona un deterioro del propio

proceso de comunicación. El proceso de comunicación normal comienza cuando el emisor

necesita enviar un mensaje y busca un código que le permita hacerlo, el receptor recibe el

mensaje y lo decodifica entendiendo y comprendiendo lo que el emisor quiere expresar.

La relación de poder entre las partes puede discurrir por estado de mayor o menor

equilibrio. En una situación de pleno equilibrio, las partes tienen la dificultad máxima para

conseguir sus metas y objetivos, mientras que, en las situaciones en desequilibrio, la parte

con más poder tiene más facilidad para alcanzar sus propósitos. El grado de equilibrio está

relacionado con el grado de dependencia.

Hablamos entonces de elasticidad del poder, que es la respuesta a los cambios en las

alternativas posibles en función de las alternativas percibidas y del potencial de poder. Se

dice que una parte se encuentra en una postura de poder muy inelástica cuando el margen

de maniobra de la otra parte para influir en su conducta es muy escasa o nula. Si un mando,

superior jerárquico de una organización, tiene a su cargo empleados que han recibido varias

ofertas de trabajo de la competencia con unas buenas condiciones, se encuentra en una

situación de poder poco elástica, ya que las medidas coercitivas como la amenaza de
despido o la reducción de las expectativas para promocionar en la organización, tendrían un

efecto mucho más reducido.

Las intervenciones en mediación en situaciones de desequilibrio de poder deben orientarse

a que esta situación no interfiera en el proceso de resolución. Que las partes sean capaces

de manifestar sus puntos de vista, intereses, etc. A veces es necesario realizar entrevistas

privadas con las partes o emplear la co-mediación.

La misión del mediador es propiciar, estimular, escuchar a las partes para que ellas mismas

encuentren una solución satisfactoria al problema. Par que la mediación funciones los

mediadores que pueden ser cualquier miembro de la comunidad educativa, ha de ser

elegidos por los propios alumnos.

Es necesario poner en práctica la empatía (capacidad de contemplar el mundo desde el

punto de vista de otro, captando sus sentimientos) y la observación. La mediación en el

ámbito educativo aparee como herramienta útil para mejorar la comunicación, el clima

escolar, la formación integral del alumno, la preservación de las relaciones; pero no se

recomienda cuando existe violencia grave, uso de armas, drogas, abusos sexuales, o

violencia física reiterada.

La mediación se ha incorporado los sistemas jurídicos de la mayoría de los países

latinoamericanos y lo ha hecho con un objetivo claramente instrumental, el cual no es

propiamente el objetivo o los fines de la mediación. En otras palabras, ante los problemas

de congestión y retardo del sistema judicial (que es una parte del sistema jurídico), se
plantea a la mediación como un instrumento o una “solución” para tales problemas como

parte del “movimiento R.A.D: “El movimiento R.A.D.

Surge en la búsqueda de un sistema menos costoso, más conveniente y participativo

comparándolo con el proceso judicial, en el afán de resolver los conflictos, en forma más

rápida, permitiendo mantener el control sobre el resultado no arriesgándose a una decisión

todo-nada que implica una resolución judicial. Hoy día, a nadie escapa la crisis que padece

el proceso como vía pacífica de resolución de controversias entre los hombres. Concurren

para ello experiencias notables, como la lentitud intrínseca en el sistema y la onerosidad

que a diario aumenta la dificultad en el acceso. Además, se hace evidente cierta

desconfianza a los hombres de la justicia que perjudica la imagen y desacredita la instancia

trascendente que la jurisdicción propone” i En esta cita se puede apreciar el estatus de

“solución” que se le pretende dar a la mediación, cuando en realidad sus objetivos o fines

resultan ser la pacificación social, una cultura de la no violencia, y el empoderamiento de

los ciudadanos para resolver sus conflictos de manera racional y comunicativa, entre otros.

Y luego sí, como consecuencia del logro de estos objetivos, resultaría lógico esperar una

disminución de los juicios que logre así una descongestión del sistema judicial. De todas

maneras, este método (como todos los de resolución de conflictos) tiene un valor

instrumental social u organizativo en sí mismo, en tanto busca el orden y el control social

como modo de comportamiento de los actores que componen la sociedad.

En esta secuencia se puede apreciar el enfoque teórico orientado a la “resolución de

problemas” presente en el modelo. Y es desde este enfoque que generalmente se ha

considerado a la mediación, con lo cual se han aceptado un conjunto de presupuestos acerca

del significado del término “conflicto”. Así, se concibe al conflicto “como un obstáculo
para la satisfacción de intereses o necesidades. Allí hacen residir el problema. Éste aparece

cuando las partes deben satisfacer simultáneamente intereses y necesidades que son

incompatibles” iii Esta concepción del conflicto hace necesario un trabajo “colaborativo”

entre las partes, porque es en colaboración mutua que deberán encontrar modos de

satisfacer cada una de sus necesidades. En este sentido, el proceso de mediación basado en

el modelo de Harvard está orientado a obtener satisfacción de los intereses de cada una de

las partes. . Este enfoque ha tenido una gran aceptación debido a que aparece como opuesto

a la orientación “distributiva” del conflicto. Pues esta última perspectiva implica un modo

excesivamente costoso y destructivo de resolución del conflicto: una estructura de juego

suma cero. Esta estructura se denomina gana-pierde, si una parte se lleva algo es porque la

otra lo ha perdido: el ganador se apodera de todo y el que pierde no se lleva nada. Ante esta

situación, el modelo ofrece un enfoque colaborativo sobre el uso de los recursos, con una

visión sobre los mismos que implica “ampliar la torta”. Es decir, en la oposición “reclamar

valor VS crear valor” se queda con la última opción. Para esto los mediadores controlan la

interacción: el proceso está estructurado y ellos son “expertos en dirigir la discusión”. A

pesar de esto, focalizan menos en la comunicación que otros modelos” En este modelo, el

acuerdo no sólo caracteriza al proceso de mediación sino que también, para muchos

profesionales del campo, es el objetivo por el cual se realiza el proceso: “la meta de la

mediación es ayudar a las partes a alcanzar un arreglo aceptable para todos” (Moore, 1995,

p 79) . “La mediación es la intervención en una disputa o negociación de un tercero

aceptable, imparcial y neutral que carece de un poder autorizado de decisión para ayudar a

las partes en disputa a alcanzar voluntariamente su propio arreglo mutuamente aceptable”.


El modelo transformativo surge de una postura crítica ante este enfoque de resolución de

problemas. Sus principales referentes, Bush y Folger, “parten de la conceptualización del

conflicto como una oportunidad de crecimiento, más concretamente de una oportunidad

para el crecimiento moral. Este crecimiento moral de la persona en el proceso de mediación

se expresa en dos dimensiones: la del fortalecimiento del yo y la de la superación de los

límites para relacionarnos con los otros” La perspectiva transformativa se encuentra en el

extremo del modelo de solución de conflictos que propone Harvard; está orientada a la

comunicación y a las relaciones interpersonales de las partes. Bush y Folger proponen

diferenciarla al darle un enfoque terapéutico en un marco que ellos llaman “la historia de la

transformación”.

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