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Enero 2022
INDICE
Introducción 4
Tareas y funciones de la DAJAT 6

Estructura 20

Introducción a la pedagogía 22

de la Dimensión de Adolescentes y Jóvenes

Carta Compromiso 28
Introducción
Así como es Madre y Maestra, la Iglesia también es una Institución, como
tal, necesita organizarse para cumplir de modo idóneo con sus tareas.

La DAJAT, entendida esta como la instancia arquidiocesana que abarca


TODA EXPRESION DE EVANGELIZACION DEDICADA A LOS
ADOLESCENTES Y JOVENES (incluidos en ella las comunidades de
jóvenes parroquiales, así como las expresiones juveniles de los grupos,
asociaciones y movimientos existentes en nuestra Arquidiócesis) al ser
parte de la Iglesia, necesita también contar con una organización, esto
permitirá facilitar las tareas y hacer eficientes los trabajos.

Al entender a la DAJAT como comunión de toda acción evangelizadora


dirigida a jóvenes y adolescentes, asume como objetivo el llevar a cabo
un trabajo evangelizador que dé frutos a ejemplo de aquel que se le
confió cinco denarios y pudo entregar diez (Cf. Mt 25,14-30).

Se presentan los perfiles que deben cumplir quiénes asesoran, coordinan


o animan a la DAJ, haciendo hincapié en elementos indispensables para
cada uno de ellos.
Así mismo, te ofrecemos algunas recomendaciones y lineamientos para
tener espacios seguros en toda reunión DAJ.

Esperamos pueda ser de mucho provecho y de ayuda en el desarrollo de


esta magnífica tarea evangelizadora que es trabajar con los jóvenes.

En Cristo Sacerdote

Víctor Giovanni Saulo Rosemberg


Velasco Domínguez, Pbro. Rodríguez Cruz, Pbro.
Asesor de la DAJAT Co-asesor de la DAJAT
Tareas y funciones de la DAJAT
Asesor Parroquial de Adolescentes y Jóvenes. El proceso parroquial
de evangelización de los jóvenes es acompañado por un asesor que
favorece el protagonismo juvenil, facilita recursos de formación y
apoya prioritariamente la acción de los animadores y del
coordinador, sirve de enlace entre el mundo juvenil y el mundo
adulto de la parroquia y se convierte en un apoyo fundamental para
la DAJ. Cuando existe un equipo parroquial de asesores, este rol es
asumido en conjunto por todos ellos.

El Coordinador Parroquial de la DAJ, en comunión con el equipo DAJ


y con el asesor, es el responsable de la articulación de las
experiencias juveniles de la parroquia. En plena comunión con la
comisión de la DAJAT anima al equipo a asumir las tareas que le
corresponden, busca garantizar que se realicen los procesos y facilita
la utilización de los servicios que se ofrecen desde las instancias
decanal, vicarial, diocesana y nacional. Favorece la comunicación del
equipo y el asesor con el párroco y con los demás agentes de
pastoral de la parroquia. Asegura la presencia de la DAJ en las
instancias de coordinación más amplia. En nombre del equipo,
representa a la DAJ en la coordinación decanal, vicarial,
arquidiocesana y provincial.

El animador de la DAJ, en comunión con el coordinador y asesor, es


el responsable de ser el enlace entre los agentes de pastoral y los
grupos y/o comunidades de adolescentes y jóvenes de la DAJ
parroquial ya que favorece la comunicación entre ambas partes. (En
algunas ocasiones los coordinadores pueden desempeñar este cargo
al mismo tiempo que coordinan la DAJ parroquial, una dimensión o
movimiento específico, pero nunca un animador desempeñará un
cargo de coordinador.)

La Asamblea Vicarial y Decanal de la DAJ es la reunión de los


equipos parroquiales y los GAM´S (Grupos, asociaciones y
Movimientos Apostólicos), junto con sus asesores y con los que
tienen algún tipo de responsabilidad en relación con la DAJ de la
vicaría o del decanato (delegados). Se convoca normalmente para

planificar, decidir y evaluar las líneas y acciones comunes que


guiarán la acción pastoral a nivel vicarial y/o decanal.

Delegados vicariales de DAJ, designados por la comisión DAJAT para


ser primer enlace y así llevar a cabo las actividades y lograr las metas
programadas a nivel diocesano, estos prestarán su servicio por un
período no mayor de tres años.

Sus tareas principales son:

I. Animar en plena comunión y respetando el lugar de los


coordinadores, animadores y asesores los procesos de la DAJ de las
parroquias de la vicaría.

II. Concretizar las líneas y proyectos determinados por la DAJAT,


llevando a cumplimiento el proyecto diocesano en curso.
III. Promover actividades de animación, formación, coordinación
y planificación para los Equipos Parroquiales de la vicaría.

IV. Articular la DAJ a la pastoral vicarial, especialmente a través


de la participación en las reuniones Vicariales, para explicar, invitar

o fortalecer los proyectos que guíen la evangelización juvenil y


adolescente.

V. Acompañar de cerca los esfuerzos que realizan los equipos en


los procesos de cada parroquia.

VI. Sensibilizar a la vicaría sobre la realidad juvenil y favorecer la


toma de conciencia y la realización práctica y efectiva de la opción
preferencial por los jóvenes.

Asesor Vicarial de la DAJ, sacerdote nombrado por el Obispo


Diocesano, para que acompañe y siga más de cerca este nivel de
organización pastoral y este a su vez esté en comunión con el asesor
juvenil arquidiocesano.
Toda DAJ parroquial (conformada por comunidades juveniles y
GAM´S con acciones de evangelización juvenil) debe estar insertada
en la DAJAT y desarrollar su acción teniendo en cuenta las
orientaciones y los planes pastorales de esta Iglesia particular. Como
en los niveles anteriores, y en continuidad con las características de
organización ya señaladas, se implementan algunas estructuras
diocesanas.

La Asamblea Diocesana de la DAJAT es la instancia más amplia y


representativa de las expresiones de evangelización de adolescentes
y jóvenes que existen en la arquidiócesis, ya que, al participar todos
los animadores, delegados, coordinadores, asesores de los grupos
parroquiales y coordinadores de los GAM´S. Es el espacio donde se
intercambian iniciativas, se detectan las necesidades comunes, se
buscan caminos de respuesta, se hacen las opciones y se aprueba el
plan de la DAJAT, en comunión con las orientaciones de la Iglesia
local. Por convocar a un número importante de personas, se reúne
ordinariamente una sola vez al año y extraordinariamente siempre
que alguna de las finalidades establecidas así lo requieran.

El equipo animador de la DAJAT constituido por el laico secretario


ejecutivo, la comisión diocesana de la DAJAT, delegados vicariales y
de la coordinación de los GAM´S. Es un ámbito amplio y de carácter
decisorio, donde en la práctica, se coordina la acción de la DAJAT
encabezada por el asesor diocesano.

Sus tareas principales son:

I. Reflexionar, proyectar y evaluar el desarrollo orgánico de la


DAJAT

II. Concretar y operativizar los acuerdos de la asamblea


arquidiocesana de la DAJAT.

III. Articular, con espíritu de comunión y participación, todas las


expresiones juveniles o de servicio a los jóvenes que se dan en la
diócesis y vincularlas a la dimensión arquidiocesana.
IV. Favorecer la identidad eclesial y diocesana, programando y
realizando actividades en común que a través de todos los medios
posibles exprese la presencia de los jóvenes y desarrolle su sentido
diocesano.

V. Acompañar a las DAJ existentes, promover la creación de


otros nuevos y apoyar al asesor arquidiocesano en la tarea de
consolidación de la DAJAT.

VI. Sensibilizar sobre la realidad juvenil y favorecer la toma de


conciencia y la realización práctica y efectiva de la opción
preferencial por los jóvenes.

VII. Mantener estrecha vinculación con la DEMPAJ (Dimensión


Episcopal Mexicana de Pastoral de Adolescentes y Jóvenes),
llevando la voz de la arquidiócesis a nivel CEM y haciendo llegar a
ésta la coordinación y la acción pastoral propuesta a esos niveles.
En nuestra arquidiócesis, para facilitar las tareas de comunicación,
articulación y formación, contamos con una Comisión
Arquidiocesana. Esta comisión no sustituye al equipo animador de

la DAJAT; sólo es un servicio de animación especial, una ayuda para


operativizar sus decisiones. Sus miembros forman parte del mismo
equipo y pueden ser renovados en la medida que el mismo asesor
arquidiocesano así lo decida.

Sus tareas principales son:

I. Apoyar los esfuerzos de coordinación del equipo animador y


del asesor arquidiocesano.

II. Mantener una visión actualizada de la realidad y de la cultura


juvenil.

III. Fortalecer los procesos de formación que se desarrollan en las


comunidades juveniles, elaborando itinerarios formativos
materiales de apoyo adecuados a las distintas realidades.
IV. Facilitar y ofrecer la capacitación de los animadores y
asesores, implementando cursos de formación, talleres, retiros,
intercambios, convivencias, etc.

V. Impulsar la planificación y la evaluación permanentes de la


DAJAT.

VIII. Promover el desarrollo y articulación de todas las expresiones


juveniles o de servicio a los jóvenes que se dan en la diócesis y
vincularlas a la dimensión arquidiocesana, mantener una

comunicación directa con los organismos de la pastoral de conjunto


y participar a través de sus delegados en la DEMPAJ y en
organizaciones extra eclesiales que desarrollan trabajos de
promoción de la juventud.

La Comisión de la DAJAT debe estar conformada por personas con


experiencia pastoral, capacidad técnica, espíritu de servicio, claridad
de visión sobre la realidad arquidiocesana y la problemática de los
jóvenes y condiciones para operativizar las opciones asumidas y
generar iniciativas que estén al servicio de los grupos, de los agentes
de dimensión y de los jóvenes en general.

Para poder desarrollar su tarea en forma eficiente, la comisión tiene


que estar constituida por un número estable de personas que

tengan posibilidad de dedicar su tiempo y tiene que contar con los


recursos económicos, humanos y espirituales necesarios para lograr
los objetivos propuestos. De esta forma se podrá convertir en un
verdadero elemento dinamizador de la DAJAT.

La comisión de la DAJAT está animada por un coordinador


arquidiocesano -llamado secretario ejecutivo-. Es un joven
designado por el asesor arquidiocesano, para coordinar sus
reuniones, operativizar cuestiones prácticas, tomar decisiones
inmediatas y servir de enlace entre el asesor arquidiocesano y la
misma comisión.

El Asesor Arquidiocesano de la DAJ es delegado pastoral del Obispo


para el servicio evangelizador de la Iglesia local a los adolescentes y
jóvenes. Para desarrollar su tarea, deberá contar con el apoyo de un
co-asesor y los asesores que a nivel decanato sean destinados a esta
tarea; tener simpatía con el mundo juvenil, que puede participar en
su elección proponiendo los nombres de quienes considere más
aptos para ese servicio. Acompaña los procesos y experiencias

juveniles que se realizan en la arquidiócesis. Su presencia orienta,


aclara, apoya, organiza, siempre en diálogo y promoviendo la
participación de los organismos arquidiocesanos y el protagonismo
juvenil.

Sus tareas principales son:

I. Favorecer la dimensión de adolescentes y jóvenes


arquidiocesana, invitando a todos los que realizan esfuerzos para
evangelizar a los jóvenes, a incorporarse orgánicamente a un
caminar común, buscando criterios, multiplicando esfuerzos,
racionalizando recursos y animando la creación de una mística y de
un espíritu arquidiocesano.
II. Apoyar a las comunidades parroquiales en su tarea de
evangelización de los jóvenes, visitando las parroquias, dialogando
con los agentes de la dimensión, orientando, aclarando, animando y
contagiando su entusiasmo para realizar la tarea.

III. Acompañar el trabajo del secretario, la comisión y el equipo


animador arquidiocesano de la DAJAT.

IV. Mantener un diálogo abierto con los jóvenes de las


comunidades juveniles de las parroquias y de los GAM´S,
participando, siempre que le sea posible, en los encuentros que se
organizan a nivel eclesial.

V. Impulsar la formación de animadores y asesores,


mostrándose abierto para dialogar sobre sus dificultades, atender
sus necesidades y favorecer un clima fraterno en las relaciones.
VI. Facilitar la relación y el encuentro entre los jóvenes y el
obispo, buscando interpretar las inquietudes de ambos y
promoviendo el diálogo, el intercambio y la confianza mutua.

VII. Promover los GAM´S, la integración de los jóvenes y la relación


entre éstas y los demás sectores de la DAJAT.

VIII. Promover acciones que tengan como destinatarios a los


jóvenes más alejados y a quienes sólo participan en las actividades
de nivel esporádico.

Para que este dinamismo evangelizador se pueda hacer realidad, la


diócesis deberá disponer de los recursos humanos y económicos
necesarios. El Obispo, como primer responsable de la animación de
esa porción mayoritaria de su Iglesia particular, deberá asumir con
responsabilidad lo que con todos sus hermanos se reafirmó en Santo
Domingo: “la efectiva opción por los jóvenes exige mayores recursos

personales y materiales por parte de las parroquias y de las diócesis”


(SD 114).
El Co-asesor Diocesano: en nuestra Arquidiócesis, nuestro
Arzobispo en respuesta a la petición de la estructura de la tarea
fundamental, ha considerado nombrar un sacerdote co-asesor que
tendrá como función principal, apoyar al asesor Diocesano en las
tareas arriba descritas.
Estructura
Introducción a la pedagogía de la
Dimensión de Adolescentes y
Jóvenes
La DAJ es una propuesta educativa y evangelizadora, que surge como
respuesta a la situación de la juventud en los diferentes territorios que forman
parte de América Latina. Como tal, se fundamenta en una pedagogía pastoral,
tiene una propuesta de procesos integrales de formación y una metodología
para realizarlos, supone una determinada forma de organización para hacerlos
posibles y exige agentes pastorales especialmente capacitados para
acompañarlos. Más allá de los contenidos, lo que se enseña y aprenden en la
relación pedagógica es una forma de ser, de vivir, de manifestarse y de
comunicarse.
Esta pedagogía debe partir desde la realidad de los adolescentes y jóvenes que
forman parte de ella, debe partir de su historia, sus condiciones de vida y de la
forma en la que anuncia el Reino de Dios desde su aprendizaje. La propuesta
evangelizadora y formativa no debe descuidar la reflexión rigurosa acerca del
modo más adecuado para anunciar y transmitir el Evangelio. Una pedagogía
que pretenda acompañar un Proceso de Evangelización y de Formación
Integral, deberá inspirarse necesariamente en la pedagogía del mismo Dios.

Rasgos de una pedagogía pastoral


Los rasgos centrales a tomar en cuenta dentro de la pedagogía de la DAJ son
las siguientes:
1. Una pedagogía pastoral experiencial: Parte de la experiencia del
adolescente y joven, no parte de los deseos de los agentes de pastoral.
2. Una pedagogía pastoral transformadora y liberadora: Se busca que los
adolescentes y jóvenes busquen y transformen su vida, que lleguen al fondo
de su realidad para transformarla.
3. Una pedagogía pastoral comunitaria: Parte de la comunidad, de un
camino en conjunto en el crecimiento a través de la convivencia con el otro
para aprender de él.
4. Una pedagogía pastoral coherente y testimonial: Ser modelo de los
adolescentes y jóvenes para lograr un testimonio transformador y que sea
acorde a lo que se dice y hace.
5. Una pedagogía pastoral participativa: Tanto el evangelizado como el
que evangeliza comparten y aprenden uno del otro.
6. Una pedagogía pastoral personalizante y personalizada: Cada
adolescente y joven tiene una vida propia, es por ello que se debe estar atento
a cada realidad, para saber cómo abordarla.
7. Una pedagogía pastoral integral: Va de la mano con la formación
integral, debe abarcar cada dimensión de la persona junto con los procesos
formativos necesarios.
Puntos necesarios a tomar en cuenta en la pedagogía de la DAJ
Antes de conocer más a fondo los movimientos y opciones pedagógicas de la
DAJ es necesario tomar en cuenta los siguientes puntos:

LA COMUNIDAD JUVENIL
Se trata de grupos pequeños, a ejemplo de Jesús, con edad homogénea, en
nuestra arquidiócesis hemos considerado en respuesta a nuestra realidad la
siguiente especificación
o Adolescentes (11-15 años).
o Jóvenes (16-23 años).
o Jóvenes adultos (24 años en adelante que sean solteros, ya sea
universitarios, profesionistas o ninguna de estas).
con un ritmo de reuniones organizadas periódicamente por los participantes.
Recorren un camino común, generando un proceso de participación en la
educación, en la fe comunitaria. La comunidad es una experiencia eclesiológica
y, por tanto, presenta algunos aspectos que deben tenerse en cuenta:
• No es una suma de personas.
• El tamaño no puede poner en peligro la comunicación entre los
participantes.
• Los miembros giran en torno a un objetivo y una tarea comunes.
• Es una unidad que se comporta como una totalidad y viceversa.
• Es un espacio de formación y de decisión.

Elementos necesarios para un espacio seguro


Ante los nuevos retos que el siglo XXI trae consigo y ante los escándalos y
señalamientos que justa, o injustamente, se hacen contra los grupos
eclesiales, es necesitamos garantizar las medidas de seguridad que nos
permitan ofrecer en cada parroquia un espacio adecuado en el cual puedan
reunirse los adolescentes y jóvenes, eliminando cualquier rasgo o vestigio que
pueda ser motivo de sospecha o de cuestionamiento. Por ello ha de tomarse
en cuenta las siguientes recomendaciones:

• Procurar las reuniones en el área parroquial o de las capillas, en


espacios abiertos, visibles y de fácil acceso.
• Toda reunión ha de llevarse a cabo bajo el acompañamiento de los
asesores.

• Las reuniones ordinarias son de tinte formativo y espiritual, por lo que


ha de evitarse convertirlas en reuniones sociales o de ocio que contradigan el
espíritu cristiano. Por lo tanto, se suplica guardar el pudor y el decoro y
respetar los espacios sagrados, así como llevarlas a cabo en horarios
prudentes.

• Para las reuniones extraordinarias o de convivencia se deberá informar


al párroco o a quien delegue y se buscará también estar bajo la supervisión del
o los asesores. Se ruega informar a los padres de familia la naturaleza de
dichas reuniones.

• En casos de contingencia, han de acatarse todas las medidas dictadas


por las autoridades correspondientes para salvaguardar la integridad de la
persona.
• Evitar reuniones a nombre de la comunidad juvenil en casas
particulares o espacios ajenos a la parroquia o capilla sin previa autorización
por escrito del párroco o a quien delegue

• Ningún integrante, animador, coordinador, asesor de ninguna


comunidad o GAM´S está autorizado para celebrar convenios, contratos,
pactos y/o cualquier situación de la misma naturaleza que lleve a
comprometer al grupo con algún partido político, ONG’S, instituciones o
grupos ajenos a la Iglesia Católica.

• Cada coordinador, animador y asesor, deberá firmar una carta


compromiso con su párroco comprometiéndose a salvaguardar la integridad,
la dignidad y el bienestar de los jóvenes a su cargo, especialmente los menores
de edad y personas vulnerables.
CARTA COMPROMISO

Yo: , al asumir el servicio como


coordinador, animador y/o asesor, me comprometo a considerar como bien
necesario, el bienestar de los adolescentes, jóvenes y personas vulnerables
que se me han confiado.

Procuraré generar acciones que atiendan las necesidades y brinden un


entorno de seguridad y protección a nuestros jóvenes, adolescentes y
personas vulnerables de la arquidiócesis de Tuxtla, especialmente los de la
comunidad juvenil de mi parroquia.

Mi relación con todo joven, adolescente o persona vulnerable siempre tendrán


la intención de buscar la vida plena de modo integral de nuestros hermanos en
la fe.

Asumo el compromiso de asistir a los cursos o diversas herramientas que la


DAJAT, como primera instancia Diocesana, ofrezca para llevar a cabo de modo
eficaz esta encomienda, así como preocuparme por buscar elementos que
complementen esta delicada tarea.

Así también procuraré, si fuere necesario, sanar alguna herida que mi historia
haya provocado y que por mi bien y el bien de la comunidad me sea necesario
asumir con amor responsable.

Me comprometo
Animador/coordinador/asesor Párroco

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