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CAPITULO!

EL MATERIALISMO HISTÓRICO

Como parte del Plan de Estudios 199S, el Curso


Socioeconomía General se imparte en el primer semestre del
Área Común y es obligatoria para todos los estudiantes de la
Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de San
Carlos de Guatemala. Socioeconomía General no es una
disciplina científica, sino que es el nombre de una materia que
estudia las principales corrientes del pensamiento social, como
el positivismo, estructural-funcionalismo y la sociología
comprensiva, pero enfatiza en el aprendizaje de la concepción
materialista de la historia también conocida como materialismo
histórico, que es el verdadero enfoque científica1 que nos
permite interpretar el movimiento histórico-natural de la
sociedad en su totalidad regido por las leyes más generales, con
el propósito de que la práctica sociopolítica transformadora del
ser humano, como arte de lo posible, se realice con el
conocimiento de las condiciones históricas determinadas, así
como de las leyes y fuerzas sociales aptas para emprender la
construcción de una nueva forma de sociedad superior factible
de alcanzar.

En este proceso de transformación histórico-natural de la


sociedad, la praxis del sujeto llamado a desarrollar esta forma de
organización social de la materia, se debe orientar hacia la
negación, conservación y superación de la forma de
organización social e histórica imperante, que desde la segunda
mitad del pasado siglo XX ha evidenciado con suma nitidez la
amenaza para la misma supervivencia del ser humano, al
provocar un desplazamiento estructural y permanente de los
trabajadores asalariados de los procesos de acumulación de
capital, al ser despedidos, por la implementación de los
progresos de la ciencia y la tecnología en las actividades
productivas, de servicios y especulativas y, por otro lado, por el
deterioro progresivo de las condiciones ambientales, como
consecuencia de las necesidades ineludibles de competitividad
de las empresas capitalistas, que su

Ciencia: Sistema de conocimientos en desarrollo acerca de la realidad objetiva


(naturaleza, sociedad y pensamiento), los cuales se obtienen mediante métodos
cognoscitivos y se expresan en principios, categorías y leyes científicas,
demostrándose su veracidad en la práctica social.
Capítulo I
El Materialismo Histórico como Ciencia
en búsqueda obsesiva de las máximas ganancias, contaminan y
destruyen el medio ambiente, ya que lo importante para estas
unidades económicas es la incesante sed de reproducción en
condiciones cada vez mayores, y los costos que representa el
cuidado del entorno natural las hace perder capacidad de éxito en
la competencia global.
Como todas las disciplinas científicas que estudian los
fenómenos naturales y los sociales, el materialismo histórico, tiene
su objeto preciso de estudio, y éste es. la sociedad en su totalidad,
que en su funcionamiento y desarrollo no responde a la acción de
fuerzas sobrenaturales, a la casualidad o a las condiciones
naturales, ni a seres extraterrestres, sino que está regida por leyes
sociohistóricas objetivas de carácter más general, que se imponen
inexorablemente mediante la actividad de los seres humanos en
condiciones históricamente determinadas y concretas.

La concepción materialista de la historia o materialismo


histórico entiende por sociedad la organización de los seres
humanos, que resulta de sus interacciones recíprocas
fundamentadas en la transformación de la naturaleza durante los
procesos de la producción de los bienes materiales, formando en
estas interacciones recíprocas un todo único e íntegro, en el que
los diversos fenómenos sociales se encuentran concatenados
entre sí y con el resto de la naturaleza, en tanto que las fuerzas
sociales que provocan su movimiento tienen diferente grado de
importancia. La base material de estas fuerzas sociales, así como
la interacción y determinación del movimiento de todos los
fenómenos sociales, es la forma o modo concreto en que se
producen los bienes materiales en razón de su racionalidad
concreta, históricamente determinada.
El objeto de estudio del materialismo histórico, por lo
tanto, no son los distintos aspectos particulares de la vida social,
sino el movimiento histórico de la sociedad en su totalidad
regido por la acción de leyes objetivas generales independientes
de la conciencia, voluntad, sentimientos, conocimientos,
intereses y actividad de los seres humanos. Las fuerzas motrices
que mueven a la sociedad resultan del desarrollo de sus
contradicciones inmanentes que conducen a la práctica social
del sujeto de la historia, producto de la toma de conciencia de
estas antípodas. La sociedad se desarrolla en el tiempo y en el
espacio y tiene formas históricas concretas.

2
F. Konstantinov y

Por otro lado, la concepción materialista de la historia o


materialismo histórico, no es creación de un solo individuo, sino
que es una ciencia que surgió como resultado de los
acontecimientos históricos y las necesidades concretas de
transformación de la sociedad desde finales del siglo XVII hasta
la primera mitad del siglo XIX, así como del nivel más
desarrollado de la cultura espiritual creada por grandes
pensadores, principalmente en los campos de la filosofía,
economía política y sociología hasta esos momentos históricos,
pero que, como toda ciencia, continúa desarrollándose sobre la
base de las investigaciones científicas de su objeto de estudio en
constante movimiento y transformación social.

EL MATERIALISMO HISTC>RICO COMO CIENCIA*

El materialismo histórico, como toda ciencia, tiene su


propio objeto especial de estudio; las leyes más generales del
funcionamiento y desarrollo de la sociedad en su conjunto. Debido
a ello ha adquirido una independencia relativa como teoría
sociológica general, como base histórico-científica del progreso
social, ya que es un sistema de conocimientos en desarrollo de la
sociedad en su totalidad, obtenidos mediante la aplicación de la
dialéctica materialista al estudio de este organismo social, del que
se explica su movimiento histórico en base a leyes objetivas más
generales, cuyo conocimiento se demuestra en la práctica social.

l. Surgimiento del materialismo histórico.

Como sabemos, el materialismo premarxista era


inconsecuente y limitado. No sabía aplicar los principios del
materialismo filosófico a la cognición de la vida social y de la
historia y sustentaba en este terreno concepciones idealistas.

En el desenvolvimiento del pensamiento científico


corresponde a Marx y Engels el grandioso mérito de haber
edificado el materialismo hasta su cima, es decir, de haberlo
extendido a la cognición de la sociedad. Gracias a ello, la
concepción materialista del mundo se hizo por vez primera
multilateral, consecuente y eficaz hasta el fin.

* F. Konstantinov y Otros, Materialismo Histórico.

3
Capítulo I
El Materialismo Histórico como
El materialismo histórico pudo surgir únicamente a partir
de determinadas premisas sociales y teóricas. Su aparición fue
preparada por el desarrollo regular del pensamiento sociopolítico
y filosófico avanzado. Al mismo tiempo, la posibilidad de conocer
las leyes de la vida social estuvo determinada también por las
condiciones sociales.

Las premisas sociales que facilitaron el surgimiento del


materialismo histórico pueden resumirse, en líneas generales, en
lo siguiente: aceleramiento del desarrollo social, rápida sucesión
de los acontecimientos a partir de la revolución inglesa y, sobre
todo, de la revolución francesa burguesa de 1789-1794,
exacerbación extrema de las contradicciones y los choques de
clase y entrada de la clase obrera en la palestra de la historia.

Cuando la historia avanzaba con extremada lentitud, como


ocurrió en la época del feudalismo, resultaba dificil determinar las
leyes del desarrollo progresivo de la sociedad y comprender la
sucesión de unas formaciones sociales por otras. En aquellos
tiempos era fácil que arraigara la concepción metafísica.

Los tempestuosos acontecimientos de fines del siglo XVIII


y de la primera mitad del XIX mostraron que la sociedad no era en
modo alguno un firme monolito, sino más bien un original
organismo social vivo, sujeto a cambios y subordinado en su
existencia y desenvolvimiento a unas leyes objetivas,
independientes de la voluntad y la conciencia de los hombres.

A esa conclusión llegó, por ejemplo, Hegel en su filosofía


de la historia. Pese al idealismo y al misticismo, Hegel intentó
enfocar la historia universal desde el punto de vista de la
necesidad interna de su desarrollo. Expuso conjeturas geniales
acerca de las leyes más generales que rigen el desenvolvimiento
social y sobre la correlación de la libertad y la necesidad en la
vida de la sociedad, dejando para la posteridad la dialéctica, que
es la doctrina más completa y profunda del desarrollo de la
realidad objetiva en su forma más diversa.

El conocimiento de esas leyes objetivas a las que está


sujeto el movimiento de la sociedad, fue preparado asimismo por
las doctrinas de los economistas burgueses ingleses -William
Petty, Adam Smith y David Ricardo-, por sus concepciones del
trabajo como fuente de la riqueza y por su aportación a la teoría
del valor producto del trabajo. Los economistas ingleses, dijo

4
F. Konstantinov y

Marx, proporcionaron la anatomía económica de las clases.


Aunque consideraban que las bases de existencia de las tres
grandes clases de la sociedad burguesa (los propietarios agrarios,
la burguesía y el proletariado) radicaban en las distintas fuentes
de distribución y no en el modo de producción, sus opiniones
representaron un importante paso adelante en el progreso del
pensamiento social.

En la preparación del materialismo histórico tuvo gran


importancia el descubrimiento del papel de la lucha de clases
como fuerza motriz de la revolución en la Edad Moderna. Este
descubrimiento fue hecho por Agustín Thierry, Francisco
Mignet y Francisco Guizot, historiadores franceses de la época
de la Restauración y, ya antes, por Henri de Saint-Simon, el
gran socialista utópico francés, que junto con otros pensadores
de esta escuela como Robert Owen y Charles Fourier,
observaban que la miseria de la población heredada de la
sociedad feudal se extendía y profundizaba, por lo que
criticaban severamente la sociedad capitalista y pensaban
metafísicamente con una sociedad mejor, porque el socialismo
utópico "no podía señalar una salida real. No sabía explicar la
naturaleza de la esclavitud asalariada bajo el capitalismo, ni
descubrir las leyes de su desarrollo, ni encontrar la fuerza social
capaz de emprender la creación de una nueva sociedad"2, ya que
consideraban que se podía convencer a la burguesía de la
inmoralidad que significaba la explotación de los trabajadores
asalariados.

Los adeptos del materialismo premarxista hicieron


también cierto aporte a la preparación de la ciencia que trata de
la sociedad. En la explicación de los acontecimientos sociales e
históricos defendían, en general, un punto de vista idealista; no
obstante, algunos de ellos hicieron conjeturas geniales. Por
ejemplo, Helvecio, materialista francés del siglo XVIII, destacó
la importancia del medio ambiente y de las circunstancias en la
formación de la opinión social y de las costumbres de los
hombres. Las malas costumbres -dijo- son resultado de las
malas circunstancias. Y de ahí sacó la conclusión de que para
cambiar las malas costumbres era preciso modificar las
circunstancias. Pero no pudo explicar científicamente cómo
hacerlo. A su parecer, el cambio de las condiciones sociales
debía ser fruto de una legislación nueva, más perfecta, que sólo
podría promulgar un

5
2 Capítulo I
Vladimir Iich Lenin, LAS TRES FUENTES Y LAS TRES PARTES INTEGRANTES DEL
MARXISMO. El Materialismo Histórico como

6
F. Konstantinov y

gobernante genial. En este terreno sustentaba posiciones


idealistas.

En el surgimiento del materialismo histórico ejercieron


asimismo cierta influencia los éxitos de las ciencias naturales. A
fines del siglo XVIII y en la primera mitad del siglo XIX se
intensificaron los esfuerzos por crear la sociología como una
ciencia social rigurosa del mismo tipo que las ciencias naturales:
la mecánica, la física, la química o la biología. Fueron intentos
erróneos, por cuanto se enfocaba la sociedad con un criterio
naturalista, sin tomar en consideración su especificidad como
organismo social que se atiene a leyes de desarrollo especiales,
propias sólo de él.

La obra de elaborar una teoría científica de la sociedad la


efectuaron, por vez primera, Carlos Marx y Federico Engels.
Ambos crearon el materialismo histórico, haciendo extensivos a
la concepción de la sociedad el materialismo filosófico y la
dialéctica, reelaborada con un criterio materialista y,
aplicándolos a la actividad práctica revolucionaria de la clase
obrera.

Lenin dijo al mostrar el irrompible nexo interno existente


entre el materialismo histórico y el materialismo filosófico
general: "Marx profundizó y desarrolló el materialismo
filosófico, lo llevó a su término e hizo extensivo su
conocimiento de la naturaleza al conocimiento de la sociedad
humana. El materialismo histórico de Marx es una conquista
formidable del pensamiento científico. Al caos y a la
arbitrariedad, que hasta entonces imperaban en las concepciones
relativas a la historia y a la política, sucedió una teoría
científica asombrosamente completa y armónica, que muestra
cómo de un tipo de vida social se desarrolla, en virtud del
crecimiento de las fuerzas productivas, otro más alto..."3

Las leyes más generales descubiertas por el materialismo


dialéctico actúan en la sociedad, pero lo hacen en una forma
singular, específica. Por eso, para revelar las leyes que rigen el
desarrollo de la sociedad humana no basta con conocer los
principios generales del materialismo filosófico y las leyes de la

3
V. l. Lenin. Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo. (Obras Completas,
Sª. Ed. en ruso, t.23, Pág. 44. En lo sucesivo, o.e., t .., Pág ).

7
Capítulo I
El Materialismo Histórico como
dialéctica: hace falta, además, estudiar las formas especiales de
su acción.

únicamente en la sociedad, y además con una estructura


antagónica, la ley de la unidad y la lucha de los contrarios rige
como lucha de clases. iY qué gran variedad de formas, tipos y
tendencias tiene esta lucha en las distintas épocas históricas!

El método dialéctico aplicado a la sociedad y el método del


materialismo histórico son, en esencia, conceptos idénticos. El
método dialéctico se concreta al ser aplicado a la sociedad. Esto
significa que, como complemento a las categorías filosóficas
generales, se conciben otras puramente sociológicas: formación
socioeconómica, fuerzas productivas y relaciones de producción,
modo de producción, base y superestructura, clases sociales,
naciones, etc. En estas categorías se resumen las más importantes
leyes del ser social y del conocimiento sociohistórico, las leyes del
desarrollo de la sociedad humana.

Marx y Engels formularon los postulados fundamentales


del materialismo histórico en los años 40 del siglo XIX en obras
tan importantes como Manuscritos económico-filosóficos de 1844,
La Sagrada Familia, La ideología alemana y, especialmente, en
forma más madura, en Miseria de la Filosofía y en el Manifiesto
del Partido Comunista. Al principio, la nueva concepción de la
historia y del desenvolvimiento social no era más que una
hipótesis y un método, pero una hipótesis y un método que
crearon, por vez primera, la posibilidad de un enfoque
rigurosamente científico de la historia. Marx y Engels, como decia
Lenin, fueron los primeros que transformaron la sociología en una
ciencia, ya que dieron la posibilidad de comprobar la reiteración y
la justedad en el desarrollo de las relaciones sociales, sintetizar los
regímenes de distintos países en el concepto de formación
socioeconómica y descubrir lo general que los une y, a la vez, las
diferencias inherentes a dichos países en virtud de las condiciones
específicas de su evolución.

En los años SO del siglo XIX Marx emprendió un


grandioso estudio de una formación socioeconómica tan compleja
como es el capitalismo. En su obra El Capital mostró esta
formación socioeconómica en su surgimiento, movimiento y
desarrollo; descubrió cómo se desenvuelven dentro de ella las
contradicciones entre las fuerzas productivas y las relaciones de
producción y entre las clases sociales, y reveló cómo aparecen,
8
F. Konstantinov y

sobre la base de las relaciones de producción de bienes


materiales, la correspondiente superestructura política y
determinadas ideas, costumbres y relaciones en la vida cotidiana
y en la familia. Con la creación de El Capital, el materialismo
histórico pasó a ser una teoría sociológica científica
argumentada.
Marx y Engels no aplicaron a su teoría el término de
"sociología" porque entonces lo usaban diversas doctrinas
positivistas idealistas, que no tenían nada en común con la
verdadera ciencia de la sociedad. Pero, en realidad, la doctrina
creada por ellos era y es la única teoría sociológica científica
digna de este nombre, pues sólo ella permite conocer las
auténticas leyes y fuerzas motrices del desarrollo de la sociedad.
"De la misma manera que Darwin ha puesto fin a la opinión de que
las especies de animales y plantas no están ligadas por nada, son
casuales, "creadas por Dios" e inmutables, y ha dado por primera
vez a la biología una base completamente científica al averiguar
la ley de la evolución de las especies y de la herencia; de esa
misma manera, Marx ha puesto fin a la concepción de la sociedad
como un agregado mecánico de individuos que admite toda clase
de cambios por voluntad de los jefes (o, lo que es lo mismo, por
voluntad de la sociedad y del gobierno), agregado que surge y
se modifica casualmente, y ha dado por vez primera a la
sociología una base científica al formular el concepto de la
formación socioeconómica como una sociedad concreta e
histórica, en cuya base se encuentra un conjunto de determinadas
relaciones de producción esenciales que constituyen su base
económica, al averiguar que el desarrollo de estas formaciones
constituye un proceso histórico-na tura l".4

2. Objeto de estudio del materialismo histórico.

La sociedad humana es, por su esencia y estructura, la


forma más compleja de existencia de la materia. La sociedad es
una parte específica, cualitativamente original, de la naturaleza,
opuesta en cierto sentido a la naturaleza restante. Esta
concepción de la relación existente entre la sociedad y la
naturaleza distingue de manera radical al materialismo histórico
tanto del idealismo, que en la mayoría de los casos contrapone
la

9
Capítulo I
4 El Materialismo Histórico
V.!. Lenin ¿Quiénes son los "amigos del pueblo" como
y cómo luchan contra los
socialdemócratas? (o.e., t.l. Pág. 1S9).

8
F. Konstantinov y

sociedad y la naturaleza, como del materialismo metafísico, que


no ve la diferencia cualitativa existente entre ellas.

Juan Bautista Vico, pensador italiano del siglo XVIII, dijo


que la historia de la sociedad se diferencia de la historia de la
naturaleza en que la primera la hacen los hombres, y sólo los
hombres, en tanto que los fenómenos y procesos de la naturaleza
se producen por sí mismos, como resultado de la acción reciproca
de fuerzas ciegas, impersonales y espontáneas. El hecho de que
en la sociedad actúen seres humanos dotados de razón y
voluntad, que se señalan unos u otros objetivos y tareas y luchan
por realizarlos, ha sido en el pasado y, es con frecuencia en el
presente, la piedra de toque para los sociólogos e historiadores
que estudian la esencia y las causas cardinales, profundas, de los
procesos y fenómenos sociales. Algunos de ellos, al convertir en
absoluto la especificidad de los sucesos histórico-sociales,
contraponen metafísicamente las ciencias naturales, que estudian
los fenómenos y, procesos generales y reiterativos, a las ciencias
históricas, que, según ellos, tratan sólo de lo individual e
irrepetible. En el siglo XIX, los filósofos alemanes Enrique Rickert
y Guillermo Windelband, que representaban una de las escuelas
del neokantismo, opinaban que debían existir dos métodos
cognoscitivos diferentes e incluso contrarios: el llamado
nomotético o generalizador, que emplean las ciencias de la
naturaleza, y el ideográfico o individualizador (que trata
acontecimientos individuales e irrepetibles), utilizado por las
ciencias históricas.
Mas esta oposición metafísica de las ciencias de la
naturaleza a las ciencias de la sociedad es artificial y carece de
base. Ni en la historia de la sociedad ni en la naturaleza existen
dos fenómenos (por ejemplo, dos animales o dos hojas de un
mismo árbol) que sean absolutamente idénticos. De otra parte, en
la sociedad, en la historia, a la par con lo especifico e individual
existe también lo general, que se manifiesta en la economía, en las
relaciones sociales, en la vida política y espiritual de distintos
países y pueblos que se hallan al mismo nivel de desarrollo
histórico. La separación de esto general es precisamente lo que
permite, descubrir las leyes de la vida social.

Puede parecer que, si los acontecimientos y procesos


sociales son resultado de la actividad de los propios hombres, en
virtud de ello, su cognición es un problema menos complicado
que el conocimiento de los fenómenos de la naturaleza.

9
Capítulo I
Además, la El Materialismo Histórico como

8
Capítulo I
El Materialismo Histórico como
instauración del poder del hombre y de la sociedad sobre las
relaciones sociales es, aparentemente, una obra más fácil que
subordinar al hombre las grandiosas fuerzas de la naturaleza que
le son hostiles. Sin embargo, la historia de la humanidad y la
historia de la ciencia testimonian que semejante idea es
equivocada.

En la primera mitad del siglo XIX, las ciencias naturales


habían alcanzado ya un desarrollo considerable, en tanto que la
auténtica ciencia sobre la sociedad estaba solamente naciendo.
La humanidad, al conocer las leyes y las fuerzas de la
naturaleza, fue sometiéndolas paso a paso a su poder. Pero la
cognición, el descubrimiento y la revelación de la verdadera
naturaleza de la sociedad humana y de sus leyes resultó ser una
obra más larga y complicada. Todavía más compleja, difícil y
larga fue la asimilación de las leyes y los procesos sociales y su
sometimiento al poder de la sociedad. Estas tareas pudieron ser
cumplidas únicamente al crearse la ciencia que trata de la
sociedad y al aplicarla a la práctica de la transformación
revolucionaria de la vida social.

La sociedad humana, los fenómenos y procesos sociales son


estudiados por diferentes ciencias. La economía política estudia
las relaciones económicas o relaciones de producción, las leyes
que rigen el surgimiento y desarrollo de los modos de producción
de bienes materiales. Las ciencias jurídicas se ocupan en el
estudio de las leyes referentes a la aparición de las diversas
instituciones políticas y jurídicas, del Estado, del Derecho y de sus
funciones. La historia del arte y la estética estudian las leyes del
surgimiento y desarrollo de las artes, la relación del arte con la
realidad y los métodos de creación artística. La ética investiga en
el ámbito de las relaciones morales entre los individuos. Así pues,
aunque la sociedad humana es objeto de estudio de las ciencias
más diversas, cada una de las ramas del saber social enumeradas
trata sólo de uno u otro aspecto de la vida social, de este o aquel
tipo de relaciones o fenómenos sociales (económicos, políticos e
ideológicos).

El objeto del materialismo histórico no son los distintos


aspectos de la vida de la sociedad, sino las leyes universales y
las fuerzas motrices de su funcionamiento y desarrollo, la vida
social en su integridad, el nexo interno y las contradicciones de
todos los aspectos y relaciones. A diferencia de las ciencias
sociales especiales, el materialismo histórico estudia, ante todo

1
F. Konstantinov y
y sobre

1
Capítulo I
El Materialismo Histórico como
todo, las leyes más generales del desarrollo de la sociedad, las
leyes del surgimiento y existencia de las formaciones
socioeconómicas en su totalidad y las fuerzas motrices de su
desenvolvimiento.

Las leyes sociológicas universales, las leyes más generales


del desarrollo de la sociedad, conciernen a todas las épocas
históricas y se manifiestan de una manera singular específica,
dentro de cada formación socioeconómica en cada época
histórica. Por eso, para comprender correctamente el carácter y
la esencia de las leyes sociológicas universales hay que estudiar
asimismo su acción, su funcionamiento, en la forma específica en
que se manifiestan en las diversas épocas históricas y en las
distintas formaciones (por ejemplo, en el feudalismo o el
capitalismo). Por consiguiente, el concepto de "leyes sociológicas
universales" comprende también los nexos y relaciones internos
que caracterizan las leyes más generales de las formaciones
socioeconómicas históricamente determinadas.
El materialismo histórico se diferencia igualmente de la
historia como ciencia. Es misión de la ciencia histórica estudiar la
historia de los países y pueblos y los acontecimientos en su
sucesión cronológica. En ella, el curso de los acontecimientos no
debe ser expuesto en una forma abstracta, teórica general, sino en
una forma viva, histórico-concreta, tomando en consideración las
condiciones específicas de cada país, los actos de individuos
verdaderos y la influencia de las casualidades, que desempeñan
con frecuencia un magno papel en los sucesos históricos.

A diferencia de la historia como ciencia especial


concreta, el materialismo histórico es una ciencia teórica
general, metodológica. No estudia este o aquel pueblo, este o
aquel país por separado, sino la sociedad humana en su
totalidad, analizada desde el punto de vista de las leyes más
generales de su desarrollo.
El materialismo histórico, igual que la filosofía marxista en
su conjunto, es la unidad de la teoría y del método. De una
solución materialista dialéctica al problema capital, gnoseológico,
de la ciencia social -la relación del ser social y la conciencia
social- y proporciona el conocimiento de las leyes más generales y
fuerzas motrices del desenvolvimiento de la sociedad. Por eso
precisamente es una teoría sociológica general científica. Y
también precisamente por eso, el materialismo histórico es un

1
F. Konstantinov y

método vivo de estudio de los fenómenos y procesos de la vida


social y, simultáneamente, un método de acción revolucionaria.
Sólo con su ayuda pueden el historiador, el economista, el
jurista y el crítico de arte orientarse en la compleja red de
fenómenos de la vida social. El materialismo histórico pone en
manos de los dirigentes políticos de la clase obrera, el hilo
conductor que les permite estudiar y comprender las situaciones
históricas concretas.
El materialismo histórico adquiere una importancia
metodológica especial en momentos de tempestuoso desarrollo
social, de rápidos cambios en el mundo y de virajes bruscos, en los
que es necesario un análisis singularmente riguroso y objetivo de
los acontecimientos, de la conducta de las clases y los partidos.

La economía política marxista y el materialismo histórico


son la base en que se asienta el conocimiento del paso a
formaciones sociales superiores, para lo cual se estudia la
estrategia y la táctica de la lucha de clase del proletariado, las
leyes y fuerzas motrices de la revolución social, del movimiento
de liberación nacional y del movimiento de transformación y
superación de la sociedad en su conjunto.

El materialismo histórico tiene también gran importancia


en el avance de las investigaciones sociales concretas. Al
utilizar en ellas los métodos matemáticos, los métodos de la
encuesta, la interviú, el sondeo, etc., hay que asentarse en la
teoría sociológica general del materialismo histórico y en su
método.

A su vez, el materialismo histórico, como ciencia teórica


general de la sociedad, se apoya para su desarrollo en las
investigaciones sociales concretas (incluidas las sociológicas),
en el aprovechamiento a gran escala de los datos estadísticos y
otros datos empíricos concernientes a los diversos aspectos de la
vida social. Las investigaciones sociales concretas están
llamadas a descubrir y mostrar el mecanismo de la acción, del
funcionamiento de las leyes sociológicas en las más diversas
condiciones concretas.
Los clásicos del marxismo-leninismo han dado brillantes
ejemplos de aplicación del método sociológico general a las
investigaciones concretas de los procesos sociales. "La teoría,
amigo mío, es gris, pero el árbol de la vida es eternamente verde".

1
Capítulo I
El Materialismo Histórico como
Estas palabras del Fausto, de Goethe, fueron citadas más de una

1
F. Konstantinov y

vez por Lenin en la polémica con los marxistas que no captaban ni


veían lo nuevo e inesperado que nos brinda a menudo la vida en
impetuoso desarrollo. La vida, la práctica histórica universal, es
siempre más rica que la teoría social más avanzada. Importa
tener esto en cuenta especialmente en nuestra época,
tempestuosa y dinámica.

El materialismo histórico proporciona una orientación


científica objetiva en la marcha de los acontecimientos, hace
posible su cognición, su comprensión y la previsión científica,
permite ver las perspectivas y la orientación del desarrollo social
y sirve de base teórica de la acción revolucionaria.

3. Las leyes del desarrollo de la sociedad y su carácter objetivo.

Hace más de cien años, en el prólogo a la obra Crítica de la


economía política, Marx hizo una definición clásica de los
postulados y principios fundamentales del materialismo histórico.
Dijo: "En la producción social de su vida, los hombres contraen
determinadas relaciones necesarias e independientes de su
voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una
determinada fase de desarrollo de las fuerzas productivas
materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la
estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se
levanta la supraestructura jurídica y política y a la que
corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo
de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida
social, política y espiritual en general. No es la conciencia del
hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, es el ser
social lo que determina su conciencia. Al llegar a una
determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas
materiales de la sociedad entran en contradicción con las
relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la
expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro
de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de
desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se
convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de
revolución social. Al cambiar la base económica, se revoluciona,
más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura
erigida sobre ella. Cuando se estudian esas revoluciones, hay que
distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las
condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse
con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas

1
Capítulo I
El Materialismo Histórico como
jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una
palabra, las formas ideológicas en que los hombres adquieren
conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del
mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que
él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de
revolución por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que
explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida
material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas
sociales y las relaciones de producción. Ninguna formación
social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas
productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas
y más altas relaciones de producción antes de que las
condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el
seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se
propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar,
pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos
sólo brotan cuando ya se dan, o, por lo menos, se están
gestando, las condiciones materiales para su realiza ción". 5

Esta fórmula concisa, y rigurosamente científica, de los


postulados y principios fundamentales de la doctrina marxista
acerca de la sociedad muestra con todo relieve dos
importantísimas peculiaridades de dicha doctrina: primera, la
aplicación consecuente de la concepción materialista de la
historia como un proceso regular, condicionado, en última
instancia, por el progreso de los modos de producción; segunda,
la rigurosa historicidad, el enfoque de la sociedad como un ser
en constante desarrollo.

Hemos dicho más arriba que ya antes del materialismo


histórico, el pensamiento sociológico -bajo el influjo, en
particular, de los éxitos logrados entonces por las ciencias
naturales- trató de comprender la vida social, la historia de la
sociedad, como un proceso sujeto a leyes. Pero las leyes sociales
eran identificadas, en su mayor parte, con las leyes de los
procesos mecánicos, físicos o biológicos que tienen lugar en la
naturaleza. De esa forma quedaba de lado lo específico que
caracteriza la vida social, la cual es creada por los hombres,
dotados de razón y voluntad.

A Marx y Engels les corresponde el gran mérito de haber


descubierto en la vida social, en la historia de la sociedad, no sólo
lo que acerca las leyes sociales a las leyes de la naturaleza, sino

1
F. Konstantinov y
s C. Marx y F. Engels. Obras, Ed. en ruso, t.13, Págs. 6-7.

1
Capítulo I
El Materialismo Histórico como
también lo que diferencia radicalmente una ley histórico-social de
una ley natural. Este hecho se manifiesta en la definición hecha
por ellos del desarrollo social como un proceso histórico-natural.

El proceso histórico-natural es tan regular, necesario y


objetivo como los procesos de la naturaleza; no depende de la
voluntad y la conciencia de los hombres, sino que, al contrario,
determina su voluntad y su conciencia. Al mismo tiempo, a
diferencia de los procesos de la naturaleza, el proceso histórico
natural es resultado de la actividad de los propios hombres.

Ley social.

Toda ley expresa un nexo objetivo, necesario y estable,


reiterativo, esencial de relaciones entre fenómenos y procesos
sociales. Las leyes formuladas por el materialismo histórico y
otras ciencias sociales contienen estas características.
Hay leyes sociales que actúan en todas las etapas del
desarrollo de la sociedad. Entre ellas pueden mencionarse las
siguientes: papel determinante del ser social con respecto a la
conciencia social; papel determinante del modo de producción
con respecto a una u otra estructura de la sociedad; papel
determinante de las fuerzas productivas con respecto a las
relaciones económicas; papel determinante de la base económica
con respecto a la supraestructura jurídica y política; dependencia
de la naturaleza social del individuo respecto del conjunto de
relaciones sociales, etc. Estas leyes son denominadas leyes
sociológicas generales y rigen en todas las formaciones sociales.
Además de las leyes sociológicas generales, existen otras
inherentes sólo a algunas formaciones sociales. Son, en primer
término, la ley de la división de la sociedad en clases, peculiar
únicamente de determinadas formas concretas de sociedad; la ley
de la lucha de clases como fuerza motriz de la historia, propia
exclusivamente de las formaciones socioeconómicas basadas en
el antagonismo de las clases.
Algunos críticos del materialismo histórico dicen que la
ley es una relación que existe siempre y en todas partes. Según
ellos, si la ley de la lucha de clases no responde a esta exigencia,
no es una ley. Las leyes de la vida social tienen una existencia y
una vigencia menores que las leyes eternas de la naturaleza, lo
cual constituye en general una de sus peculiaridades. Al igual

1
F. Konstantinov y
que la

1
Capítulo I
El Materialismo Histórico como
ley de la lucha de clases, otras leyes sociales rigen únicamente
allá y cuando existen las correspondientes condiciones y
relaciones. No obstante, son leyes objetivas, reales, que
expresan los nexos esenciales internos y relativamente estables
entre los fenómenos y procesos sociales. Porque tampoco las
leyes de la biología terrestre actúan en el Sol. Y sin embargo,
nadie duda que son leyes objetivas, reales.

Ciertos economistas y sociólogos burgueses elevan las


leyes sociales (por ejemplo, las que rigen la existencia y el
desarrollo del capitalismo) al rango de eternas, naturales e
imperecederas; en todas las etapas del desarrollo de la sociedad
ven el capitalismo con su desigualdad de bienes, con sus
relaciones de dominación y subordinación.

Federico Engels criticó en los siguientes términos


semejantes opiniones sobre las leyes sociales y económicas "Para
nosotros, las llamadas "leyes económicas" no son leyes eternas de
la naturaleza, sino leyes históricas que aparecen y desaparecen. Y
el código de la economía política moderna, por cuanto los
economistas lo han confeccionado objetivamente correcto, es
para nosotros sólo un conjunto de leyes y condiciones en las que
únicamente puede existir la sociedad burguesa de nuestros días.
En una palabra, este código es expresión abstracta y resumen de
las condiciones de producción e intercambio de la sociedad
burguesa moderna. Por eso, para nosotros, ninguna de estas leyes,
por cuanto expresa relaciones puramente burguesas, no es más
antigua que la sociedad burguesa moderna. Las leyes que tienen
vigor, en grado mayor o menor, para toda la historia precedente
expresan únicamente relaciones que son comunes a toda sociedad
basada en la dominación de clase y en la explotación de clase".6

La realidad es que cada ley actúa en condiciones


determinadas y los resultados de su acción dependen de esas
condiciones concretas, que cambian de una formación a otra, e
incluso dentro de cada formación, y de un país a otro.

De la misma manera que el capitalismo adquirió en los


distintos países ciertas peculiaridades, vinculadas al pasado
histórico del país en cuestión y al peso relativo, mayor o menor,
de los tipos precapitalistas de economía, la sociedad socialista,

6 F. Engels. Carta a F.A. Lange. 29 de marzo de 186S. (C. Marx y F. Engels. Obras, t.
31, Pág. 393).

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F. Konstantinov y

sometiéndose en su desarrollo a las leyes generales, tiene en


cada país algunos rasgos y peculiaridades derivados, de su
pasado histórico, así como del nivel que han alcanzado en él las
fuerzas productivas y la cultura. Pero esas peculiaridades no
afectan lo principal, en tanto no pueden abolir las leyes
generales que le son inherentes. No hay leyes nacionales de
desarrollo del capitalismo o del socialismo, leyes peculiares de
cada país. Las leyes de las distintas formaciones generales, son a
la vez leyes generales para todos los países que integran la
formación dada. Aquí, como en los demás ámbitos, existe la
unidad dialéctica de lo universal y lo particular, de lo
internacional y lo nacional. El desconocimiento y la violación
de esta unidad, la acentuación excesiva de lo nacional en
perjuicio de lo general, de lo internacional, puede conducir a
tendencias nacionalistas. En este terreno existe un límite que el
marxista-leninista, el internacionalista en la política y dialéctico
en la teoría, debe ver y comprender.

4. La actividad consciente de los hombres y su papel en la


historia. Libertad y necesidad.

Al considerar el desarrollo social como un proceso


histórico-natural, ¿no nos cerraremos el camino que lleva a
comprender correctamente el papel de la acción creadora, de la
activa labor revolucionaria y transformadora de los hombres?
¿No conducirá eso a rebajar la actividad y la iniciativa históricas
de las fuerzas sociales avanzadas, a empequeñecer el papel del
factor subjetivo? Los adeptos de la concepción idealista subjetiva
de la historia han acusado más de una vez a los marxistas de
fatalismo. En nuestros días, los revisionistas de derecha y de
"izquierda" combaten la doctrina científica de las leyes objetivas
del desarrollo social, de la necesidad histórica. Haciendo coro a los
sociólogos burgueses, los revisionistas afirman falsamente que
esta doctrina subestima la libre actividad de los hombres, humilla
al individuo y es antihumana. Para los críticos del marxismo, el
factor económico lo es todo, en tanto que las ideas, las diferentes
formas de conciencia social -la filosofía, la moral, la religión - no
son nada y no tienen la menor importancia desde el punto de vista
del materialismo histórico. Pero tales críticos confunden el
materialismo histórico con el materialismo vulgar, económico, a
pesar de que ambos se diferencian radicalmente.

El materialismo histórico no desconoce, ni mucho menos, la


importancia de la política, de la conciencia social y de los diversos
2
Capítulo I
valores espirituales;Elpor el contrario, reconoce su inmensa fuerza
Materialismo Histórico como

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F. Konstantinov y

en el desarrollo social. Las ideas y las políticas reaccionarias


(por ejemplo, la ideología racista y la política del fascismo)
desempeñan un papel negativo en extremo y pueden acarrear a
los pueblos, y les acarrean en realidad, las mayores
calamidades.

En oposición a eso, las ideas avanzadas, revolucionarias


filosóficas, sociales, económicas, políticas y morales, y la
política basada en ellas desempeñan un ingente papel, sobre
todo cuando alcanzan vasta difusión entre las masas, cuando
sirven como fuerza histórica movilizadora, organizadora y
transformadora.

El materialismo histórico se ha formado y desarrollado en


lucha contra dos corrientes opuestas: primero, contra el
subjetivismo de los jóvenes hegelianos (y en Rusia, contra el
subjetivismo de los populistas y los machistas, así como contra el
voluntarismo de los trotskistas y de los comunistas "de
izquierda"); segundo, contra el providencialismo y el fatalismo,
que rebajan la importancia de la labor activa, consciente y
creadora de los hombres (contra el objetivismo burgués, el
"economismo", las teorías oportunistas de derecha de sistemas
diferentes, etc.).

Los críticos burgueses del materialismo histórico intentan


descubrir una contradicción entre la intensa actividad
transformadora de los partidos progresistas y su doctrina sobre
la necesidad histórica, en particular, sobre el perecimiento
inevitable del capitalismo. Esos críticos dicen: Si sabemos que
el eclipse de Luna es ineluctable y llegará de manera regular, a
nadie se le ocurrirá fundar un partido que coadyuve al eclipse
lunar; pero los marxistas enseñan que el capitalismo será
sustituido ineluctablemente por el socialismo y, al mismo
tiempo, crean partidos políticos para luchar contra el
capitalismo y afirmar el socialismo. Este argumento fue
expuesto en su tiempo, entre otros, por el neokantiano Rudolf
Stammler.

Por supuesto, es estúpido e insensato crear partidos para


"organizar" eclipses de Luna o el advenimiento de la primavera
y del verano. En el movimiento de la Tierra alrededor del Sol y
en el movimiento de la Luna no participa la actividad humana.
Antes ya de que apareciera el hombre, la Tierra giraba alrededor
del Sol, y la Luna, alrededor de la Tierra. Pero la historia la
2
Capítulo I
El Materialismo Histórico como
hacen los hombres y sólo los hombres. Las leyes del desarrollo
social, a diferencia de las de la naturaleza, son leyes de la
actividad humana y no existen fuera de esa actividad. Por eso,
las

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F. Konstantinov y

revoluciones sociales se producen únicamente como resultado de


la lucha de las clases avanzadas sobre la base de utilizar y
realizar las leyes objetivas del desarrollo social, en particular, las
leyes de la lucha de clases. Cuanto más a fondo conozcamos en
todos sus aspectos las leyes del desarrollo social; cuanto mayor
sean el grado de conciencia, la cohesión, la unidad y la
organización de los trabajadores, tanto más victoriosa será la
lucha por formas superiores de organización social y con tanta
mayor rapidez avanzará la historia.

De la misma manera que el conocimiento de las leyes y


los procesos de la naturaleza permite domeñar con el mayor
éxito las fuerzas espontáneas de la naturaleza, el conocimiento
de las leyes sociales y de las fuerzas motrices del desarrollo de
la sociedad permite a las clases avanzadas crear
conscientemente la historia, luchar por el progreso social.
Cuando conocen las leyes objetivas del desenvolvimiento
social, las fuerzas avanzadas de la sociedad no actúan a ciegas,
de una manera espontánea, sino con conocimiento de causa,
con libertad.

Las leyes del desarrollo social se manifiestan con la


mayor frecuencia como tendencias. Se abren camino a través
de numerosos obstáculos, de gran cantidad de casualidades; a
través de la confrontación con tendencias opuestas, tras las que
se hallan fuerzas hostiles que es preciso paralizar y vencer para
asegurar el triunfo de las fuerzas y tendencias progresistas.

El choque de las diferentes tendencias hace que en cada


momento histórico no exista solamente una posibilidad. Por
ejemplo, el imperialismo lleva consigo en todo momento la
posibilidad de guerra, y en los países imperialistas hay siempre
fuerzas interesadas en desencadenar guerras. Pero a la par con
esta posibilidad, implícita en la naturaleza del imperialismo, hoy
existe también otra posibilidad real: la de asegurar la paz. Esta
posibilidad dimana del crecimiento de las fuerzas pacifistas, de
la organizac1on del movimiento progresista de los países
capitalistas, del movimiento de liberación nacional de los
pueblos y de las fuerzas adictas a la paz, que luchan contra
el imperialismo.

Así pues, la necesidad histórica no es idéntica a la


predeterminación. El conocimiento de las leyes de la necesidad
histórica, de las leyes objetivas del desarrollo social, lejos de
2
Capítulo I
liberar a los hombres de toda actividad, requiere, por el
El Materialismo Histórico como
contrario,

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F. Konstantinov y

una intensa labor consciente para su realización. La doctrina del


materialismo histórico acerca del proceso histórico-natural no
rebaja el papel del individuo y de su actividad consciente, sino
que, a la inversa, muestra la importancia de esta actividad, de la
lucha de las fuerzas sociales avanzadas. El desconocimiento de
las leyes, el desprecio de las condiciones reales y de los medios
de lucha condenan a las masas trabajadoras y a su partido a la
falta de perspectivas y la pasividad o al aventurerismo y la
derrota.

Así resuelve el materialismo histórico el viejo problema


filosófico y sociológico de la correlación de la libertad y la
necesidad, el problema de la libertad y la determinabilidad de la
voluntad.

"La libertad -dice Engels- no reside en la soñada


independencia de las leyes naturales, sino en el conocimiento de
estas leyes y en la posibilidad que lleva aparejada de hacerlas
actuar de un modo planificado para fines determinados. Y esto
rige no sólo con las leyes de la naturaleza exterior, sino también
con las que presiden la existencia corporal y espiritual del
hombre: dos clases de leyes que podremos separar a lo sumo en
la idea, pero no en la realidad. Por tanto, el libre albedrío no es
otra cosa, según eso, que la capacidad de decidir con
conocimiento de causa. Así pues, cuanto más libre sea el juicio
de una persona con respecto a un determinado problema, tanto
más señalado será el carácter de necesidad que determine el
contenido de ese juicio; en cambio, la inseguridad basada en la
ignorancia, que elige, al parecer, caprichosamente entre un
cúmulo de posibilidades distintas y contradictorias, demuestra
precisamente de ese modo su falta de libertad, demuestra que se
halla dominada por el objeto al que debiera dominar. La libertad
consiste, pues, en el dominio de nosotros mismos y de la
naturaleza exterior, basado en la conciencia de las necesidades
naturales; es, por tanto, forzosamente, un producto del
desarrollo histórico".7

Lo dicho por Engels sobre las leyes de la naturaleza


puede aplicarse plenamente a las leyes sociales, a la correlación
de la libertad y la necesidad en la vida social. Las leyes
sociales, mientras no son conocidas y los hombres actúan contra
ellas, se manifiestan como fuerzas espontáneas que les son
hostiles. Pero después de que estas leyes fueron conocidas y se
descubriera su naturaleza, las condiciones en que actúan y la
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Capítulo I
El Materialismo Histórico como
dirección de esta
7 F. Engels. Anti-Dühring {C. Marx y F. Engels. Obras, t. 20, g.116).

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F. Konstantinov y

acción, los hombres tuvieron la posibilidad de dominarlas y


utilizarlas para someter cada día más a su voluntad las leyes
objetivas y, como consecuencia, alcanzar en grado creciente sus
propios objetivos.

La historia de la humanidad no ha seguido siempre, ni


mucho menos, una línea recta ascensional. Tendría un aspecto
muy místico si en ella hubiera solamente movimiento de avance.
Sin embargo, a pesar de los movimientos retrógrados, del zigzag y
de las catástrofes históricas (como las guerras, las invasiones de
los bárbaros, la decadencia y el desmoronamiento de Estados
poderosos) la historia humana ha avanzado regularmente en línea
ascensional, de una formación socioeconómica a otra, de lo
inferior a lo superior.

Y este desarrollo histórico no sigue una sola línea. Es


multiforme y tiene mucho de específico, vinculado a las
peculiaridades y condiciones de desenvolvimiento de los distintos
pueblos. Pero precisamente por eso es tan grande la importancia
del materialismo histórico, que en el aparente caos y la diversidad
infinita ha descubierto las leyes, la regularidad y la repetición en
lo principal y más esencial que caracteriza la evolución de la
humanidad.
¿Existe algún sentido en la historia de la humanidad, en
el desarrollo de la sociedad? ¿o es un movimiento tan absurdo y
espontáneo como la corriente de los ríos, que arrastran todo lo
que encuentran en su camino? Está claro que no se puede
admitir ningún sentido introducido desde fuera en la historia,
una especie de predestinación divina, un plan programado con
antelación o de prescripciones sobrenaturales para los pueblos.
Además, la historia de la sociedad tiene en cada época un
contenido concreto. Los pueblos y las fuerzas sociales
avanzadas, que hacen la historia, abren camino a nuevas
relaciones sociales avanzadas (económicas, políticas y otras) y
luchan por cumplir determinadas tareas históricas. Los hombres
pueden tomar conciencia de estas tareas con plenitud mayor o
menor, o al revés de cómo debe ser, a veces en una forma
falseada, fantástico-religiosa. En las épocas históricas cruciales
se produce un ascenso de la actividad creadora consciente de las
masas, de las clases avanzadas. Por lo tanto, la historia de la
humanidad no se hace sólo de una manera espontánea, sino que
en ella participa también la conciencia social.

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Capítulo I
El Materialismo Histórico como

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