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EL MATERIALISMO HISTÓRICO
2
F. Konstantinov y Otros
2 Vladimir Iich Lenin, LAS TRES FUENTES Y LAS TRES PARTES INTEGRANTES DEL
MARXISMO.
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Capítulo I
El Materialismo Histórico como Ciencia
gobernante genial. En e s t e t e r r e n o s u s t e n t a b a
idealistas. posiciones
3 V. l. Lenin. Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo. (Obras Completas,
Sª. Ed. en ruso, t.23, Pág. 44. En lo sucesivo, o.e., t., Pág. .. ).
6
F. Konstantinov y Otros
4 V.! Lenin ¿Quiénes son los "amigos del pueblo" y cómo luchan contra los
socialdemócratas? (o.e., t.l. Pág. 1S9).
8
F. Konstantinov y Otros
6 F. Engels. Carta a F.A. Lange. 29 de marzo de 186S. (C. Marx y F. Engels. Obras, t. 31,
Pág. 393).
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F. Konstantinov y Otros
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Capítulo I
El Materialismo Histórico como Ciencia
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CAPITULO JI
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V. Kelle y M. Kovalzon
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V. Kelle y M. Kovalzon
s Howard Becker and Alvin Boskoff. Modern Sociological Theory in Continuity and
Change. N. Y., 1957, p.17.
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Capítulo II
Peculiaridades y Dificultades del Conocimiento de la Sociedad
<<acción social>>, < <cambio social>>, < <grupo>>,
<<comunicac10n>>, <<conflicto>>, <<adaptación>>,
<<asimilación>>, <<conducta colectiva>>, etc., etc. Se produce un
auge impetuoso del número de investigaciones empíricas, surgen
oficinas, centros e institutos especiales de investigación, se
fundan cátedras y facultades de sociología. «Se eleva al absoluto
el empirismo, no entendido como base de los conocimientos, sino
como principio opuesto a la teoría. La sociología es proclamada
disciplina empírica, dedicada al estudio de la «conducta social»
de los hombres, y entre los sociólogos «no está ya en boga», el
ser fundador de escuelas de pensamientos>>6•
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Capítulo II
Peculiaridades y Dificultades del Conocimiento de la Sociedad
mantenimiento de la estabilidad de dicho organismo, no pone al
descubierto ni las causas que unen los distintos elementos
estructurales de la sociedad ni las leyes y fuentes del desarrollo
de la misma. Por eso, el enfoque estructural-funcional puede, en el
mejor de los casos, servir de elemento integrante de la teoría
general, pero esta última no puede reducirse sólo a este enfoque.
Por tanto, ni Comte, considerado tradicionalmente como el
precursor de la sociología burguesa, ni sus posteriores discípulos
han logrado establecer una teoría sociológica general que pueda
tender el camino de la comprensión científica de la vida social. El
auténtico comienzo de la sociología científica arranca de
mediados del siglo XIX y va unido a los nombres de Carlos Marx y
Federico Engels.
A Carlos Marx precisamente le corresponde el mérito de
haber creado la teoría filosófico-sociológica -el materialismo
histórico-, con la que se sientan los cimientos del conocimiento
científico de la esencia del proceso histórico examinado en
conjunto y que ofrece, finalmente, la base teórica a toda la ciencia
de la sociedad. La experiencia del establecimiento de esta teoría
muestra que en el estudio de la sociedad se han acumulado ya
suficientes datos para levantar una teoría social general, aunque
no en una forma definitiva, por supuesto, ya que es un poco
probable que ninguna teoría adquiera nunca semejante forma,
sino como principios generales, y que, por ende, la humanidad ha
madurado para que se conozca a sí misma. La experiencia con
respecto a dicha teoría muestra que los teóricos burgueses si no
han podido establecer una teoría filosófico-sociológica no ha sido
por falta de hechos, de datos empíricos, sino por hallarse en poder
de su concepción clasista del mundo y por la estrechez de sus
intereses sociales.
Cualquier ciencia, incluida la social, sólo puede nacer y
desarrollarse cuando tiene terreno para ello, cuando hay
condiciones sociales concretas y cuando lo impone la necesidad
social. No puede nacer ni desarrollarse en cualquier lugar ni en
cualquier tiempo.
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Capítulo II
Peculiaridades y Dificultades del Conocimiento de la Sociedad
A la par con ello, el materialismo histórico ha resuelto la antítesis
de la verdad y el interés.
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11 C. Marx y F. Engels. Obras Escogidas en dos tomos, ed. en español, t. II, pág. 466,
Moscú, 1966.
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Capítulo II
Peculiaridades y Dificultades del Conocimiento de la Sociedad
CAPITULO 111
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Capítulo III
Premisas Filosóficas para la Investigación Social
de las diversas concepciones socio filosóficas de antes y de
ahora, es el principio materialista, la comprensión materialista de
la vida social.
El sentido del materialismo en la concepción de la historia
consiste en reconocer que la vida material de la sociedad y, ante
todo, el proceso social de la producción material no es
simplemente uno de tantos factores necesarios de la vida social,
sino la base material de la interacción de todos los fenómenos
sociales, que determina, en última instancia, la esfera espiritual,
lo mismo que todas las demás manifestaciones de la vida de la
sociedad.
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Capítulo III
Premisas Filosóficas para la Investigación Social
El objeto del materialismo histórico debe reflejarse también
en las categorías científicas. En la sociedad, en tanto que objeto
material, existen y rigen también leyes objetivas. En este sentido,
dicho objeto no se diferencia en absoluto de los demás objetos
materiales. No obstante, la sociedad es un objeto de investigación
muy especial. Las categorías de las ciencias naturales, elaboradas
sobre la base de los fenómenos naturales, y los conceptos
filosóficos más generales no pueden reflejar y expresar el carácter
específico de la vida social. Por eso, en el proceso del conocimiento
de la vida social, el materialismo histórico elabora sus propias
categorías, recurriendo, con ese fin, a los adelantos de todas las
ciencias sociales.
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Capítulo III
Premisas Filosóficas para la Investigación Social
explicación de la misma. Para comprender el ser social, es preciso
conocer sus propias leyes.
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Capítulo III
Premisas Filosóficas para la Investigación Social
Pero, como hemos dicho en el capítulo precedente, la
sociedad es un objeto que se distingue por principio de la
naturaleza, por cuanto contiene, además, el sujeto. Por eso, la
ciencia social debe investigar la sociedad no sólo como sistema de
relaciones sociales, y estudiar al hombre no sólo como una unidad
dentro de dicho sistema, como átomo del organismo social, sino
también como sujeto de estas relaciones, como personalidad
activa y creadora, con su propio mundo espiritual, vida
emocional, amor y odio. La ciencia social que hace abstracción del
sujeto se vuelve indiferente respecto a los valores humanistas y
puede emplearse en perjuicio del hombre. Pero hay, además, otro
aspecto importante: la ciencia no se limita a reconocer la
necesidad de investigar los problemas humanos, debe también
elaborar el principio y los procedimientos de tal investigación. Y
aquí surge, ante todo, una pregunta: ¿puede la ciencia social, por
principio, hacer del hombre objeto de su investigación en tanto
que sujeto de la historia, la actividad de éste, su mundo espiritual
interno, sus sufrimientos y alegrías, sus aspiraciones y pasiones? lo
será todo eso objeto sólo del arte y de la literatura? En efecto, la
ciencia social no se ocupa del mundo interno del hombre sólo
como tal, pero puede y debe estudiarlo en lo externo, ante todo en
los modos de proceder, en las acciones. Ahora bien, el principio de
la actividad reviste un carácter más amplio y filosófico. El hombre
no es un ser contemplativo sino activo. Precisamente a través de
la actividad es cómo el hombre social transforma el mundo y a sí
mismo. En la actividad se manifiestan y se materializan las
fuerzas de la esencia humana. Según expresión de Carlos Marx, la
propia historia es el devenir del hombre a través del trabajo
humano, es decir, a través de su propia actividad. Al margen de la
actividad no existe historia ni sociedad, ni el propio hombre. En
esencia, la vida social reviste un carácter práctico. Esta es la
razón por la que sólo se puede analizar al hombre como sujeto a
través de su actividad debe considerarse como una de las más
importantes premisas filosóficas para la investigación social.
Por tanto, los hombres son los que hacen la historia, pero no
la hacen a su antojo, sino con arreglo a las condiciones objetivas y
las leyes sociales. Estas últimas existen, indiscutiblemente, pero
su acción no es fatal, ya que se manifiestan, a través de la
actividad, en el choque de las diversas fuerzas sociales, y no
prescriben, ni mucho menos, la marcha concreta de la historia.
Lenin subrayó con gran fuerza esta idea: <El marxismo se
diferencia de todas las demás teorías socialistas por la magnífica
unión de una completa serenidad científica en el análisis de la
situación objetiva de las cosas y de la marcha objetiva de la
evolución, con el reconocimiento más decidido de la importancia
de la energía revolucionaria, de la creación revolucionaria y de la
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SISTEMAS SOCIALES*
3 eclecticismo. (De ecléctico). m. Modo de juzgar u obrar que adopta una postura
intermedia, en vez de seguir soluciones extremas o bien definidas. 11 2. Escuela
filosófica que procura conciliar las doctrinas que parecen mejores o más
verosímiles, aunque procedan de diversos sistemas. Encarta® 200S.
4
marxismo. m. Doctrina derivada de las teorías de los filósofos alemanes Friedrich
Engels y Karl Marx, consistente en interpretar el idealismo dialéctico de Hegel como
materialismo dialéctico, y que aspira a conseguir una sociedad sin clases. 2. Cada
uno de los movimientos políticos fundados en una interpretación más o menos
estricta de este sistema. Encarta® 200S.
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6 Toral. Adj. Principal o que tiene más fuerza y vigor en cualquier concepto.
Fundamento toral. 11 2. Hond. Dicho de un problema: Muy importante. 11 3. m. lngen.
Molde donde se da forma a las barras de cobre. 11 4. lngen. Barra formada en este
molde. □ V. arco-, cera-. Encarta® 200S.
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Capítulo IV
Sistemas Sociales
que necesita y tiene que producirlos él mismo. Son escasos los
bienes que consumen los seres humanos y que toman
directamente de la naturaleza. Por tanto, la producción es
siempre y en todas las condiciones la base de la existencia de la
humanidad, es una necesidad eterna y natural. Empero, la
importancia de la producción en la vida de la sociedad no se
reduce a facilitarle los medios de subsistencia. El descubrimiento
científico de Marx y Engels consiste en la siguiente demostración:
"al producir bienes materiales, la sociedad produce y reproduce
todo el régimen de su vida y que en el proceso de producción el
productor se forma como ser social".
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Capítulo IV
Sistemas Sociales
para encauzar su actividad sobre este objeto>ª. La composición
de los medios de trabajo es muy diversa. Son los equipos
energéticos, los locales de producción, los depósitos, los medios de
transporte y de comunicación, etc. Pero el lugar rector entre ellos
corresponde a los instrumentos de producción, instrumentos de
trabajo, es decir, las máquinas y los mecanismos, que son los
portadores directos de la influencia del hombre en el objeto de
trabajo.
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Capítulo IV
Sistemas Sociales
Una máquina que no se utiliza en la producción sólo es
fuerza productiva en potencia; no es más que un montón de metal.
Sólo en manos del hombre, del trabajador, se convierte en fuerza
productiva real y efectiva. Sin embargo, los medios de trabajo y
los hombres sólo son fuerzas productivas de cualquier sociedad
independientemente de su forma concreta cuando se unen los
primeros y los segundos. En esta unidad, los medios de trabajo,
fuerza materializada del saber y producto de la actividad racional
del hombre -autor de la técnica-, determinan, a su vez, la relación
que el hombre guarda con la naturaleza y son expresión del grado
de desarrollo del hombre y de toda la sociedad. El hombre se
adapta a los medios de trabajo de que dispone la sociedad y los
modifica. Al perfeccionar y utilizar los medios de trabajo
colocados entre él y la naturaleza, el hombre se modifica a sí
mismo.
La experiencia y los hábitos de las personas dependen,
ante todo, de los instrumentos que emplean en el trabajo. Con el
progreso de la técnica aumentan las exigencias ante los
conocimientos y la experiencia del hombre. Una cosa es labrar la
tierra con arado de madera y muy otra es conducir un tractor.
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heterogéneos, dentro del marco de la cual el tipo socialista va
desplazando a los demás.
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11 C. Marx y F. Engels. Obras, ed. en ruso, t. 23, pág. 191.
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en marcha los instrumentos, depende enteramente de las
relaciones de producción. La forma social en que funcionan los
instrumentos o medios de trabajo no depende de ellas como tales.
La máquina es una máquina. Sólo siendo propiedad del
capitalista, o sea, dándose determinadas condiciones sociales,
esta máquina se convierte en capital y se emplea como medio de
explotación.
Base y superestructura.
La significación de estas categorías consiste, ante todo, en
que permiten concretar la solución del problema de la influencia
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Capítulo IV
Sistemas Sociales
que el modo de producción ejerce en los demás aspectos de la vida
social, incluido el aspecto espiritual del proceso histórico.
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Capítulo IV
Sistemas Sociales
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CAPITULO V
La sociedad y la naturaleza.
La sociedad es una parte del mundo material, que obedece,
como hemos visto, a la acción de sus propias leyes internas. Sin
embargo, es inseparable de la naturaleza y se halla en constante
interacción con ella. Por eso, la ciencia social debe investigar esta
conexión. El materialismo histórico se interesa también en esta
cuestión más que nada por el aspecto metodológico.
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Capítulo V
La Lógica Objetiva de la Historia Universal
de las enfermedades más peligrosas y extendidas y la exploración
y la conquista del espacio cósmico y del océano mundial>.5
s L. Brézhnev. Informe del Comité Central del PCUS al XXIV de su Congreso, pág. 54.
6 ídem, pág. 103.
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7 Malthus. Ensayo sobre el principio de la población, ed. en ruso, 1968. t.!, pág. 472.
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medios de subsistencia a los pobres; por eso los pobres, en virtud
de la naturaleza misma de las cosas, no tienen derecho a exigirlo a
aquéllos>.8 La persona que nace en una familia pobre es una
persona sobrante. <En el gran banquete de la vida no hay sitio
para ella. La naturaleza le exige que se retire, y no tarda en
ejecutar su sentencia>.9 Al hablar de los objetivos de clase de su
teoría, Malthus e s b a s t a n t e sincero: la c o m p r e n s i ó n d e
su
<principio> debe hacer que los hombres soporten pacientemente
su difícil situación, y la pobreza no suscitará <tanto descontento e
irritación contra el gobierno y las clases superiores>.10
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La Lógica Objetiva de la Historia Universal
la Tierra está superpoblada y que todo nuevo aumento de la
población supone un peligro catastrófico para la humanidad, ya
que, según ellos, las crisis, las revoluciones, las guerras y otras
conmociones sociales se deben precisamente a la superpoblación.
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La Lógica Objetiva de la Historia Universal
Con el progreso de las fuerzas productivas dentro de la
comunidad primitiva, los hombres pasaron de los instrumentos de
piedra a los de bronce y, luego, a los de hierro. Estos últimos
elevaron a tal punto la productividad del trabajo que se hizo
posible la labor individual o a escala de una sola familia. Se
produjo un salto cualitativo en el progreso de las fuerzas
productivas: éstas adquirieron carácter privado. Este cambio tuvo
colosales consecuencias sociales. Corresponden al carácter
privado de las fuerzas productivas y se forman necesariamente
sobre su base las relaciones de producción de la propiedad
privada: esclavistas, feudales y capitalistas. Cada tipo superior de
las relaciones de producción de la propiedad privada se forma
sobre la base de un nivel superior de las fuerzas productivas de
carácter privado. El desarrollo y perfeccionamiento de los
instrumentos de trabajo de uso privado sirvió de preparación
cuantitativa del nuevo salto cualitativo: el paso de los
instrumentos artesanos a la producción maquinizada, que
imprimió un carácter social al propio proceso de trabajo. Claro es
que las máquinas primitivas (molinos de agua y de viento, etc.) se
empleaban ya desde hacía mucho tiempo: los de agua, desde la
antigüedad y los de viento, aproximadamente desde el siglo X. No
obstante, su papel era de orden secundario. Su empleo no
determinaba el carácter de la producción. únicamente el
capitalismo, surgido inicialmente sobre la base de los
instrumentos de trabajo de carácter privado, le imprime
paulatinamente al proceso de producción un carácter social. De
este modo, el capitalismo, y con él toda la propiedad privada,
pierden su sentido de ser, ya que al carácter social del proceso de
producción le corresponde la propiedad social sobre los medios de
producción. Al fomentar la gran industria moderna, el capitalismo
crea las premisas materiales y técnicas para la formación de la
propiedad social sobre los medios de producción.
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La Lógica Objetiva de la Historia Universal
<Los hombres no renuncian nunca a lo que han
conquistado -escribe Marx en la conocida carta a Annenkov
fechada el 28 de diciembre de 1846-, pero esto no quiere decir que
no renuncien nunca a las formas sociales bajo las cuales han
adquirido determinadas fuerzas productivas. Todo lo contrario.
Para no verse privados del resultado adquirido, para no perder los
frutos de la civilización, los hombres se ven constreñidos, desde
el momento en que el tipo de su comercio no corresponde ya a las
fuerzas de producción adquiridas a modificar todas sus formas
sociales tradicionales>14
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14 C . Marx y F. Engels. Obras Escogidas en dos tomos, t. II, pág. 447.
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Capítulo V
La Lógica Objetiva de la Historia Universal
poderoso móvil de las fuerzas productivas y brindaron un vasto
campo a la actividad comercial y empresarial, a la iniciativa
privada, al afán de lucro, etc., sirvieron de estímulo a la economía
capitalista. Las relaciones de producción del capitalismo
respondían a la necesidad histórica y al progreso. Sin embargo,
esto no quiere decir que los móviles y la actividad de las clases
dominantes puedan servir de criterio del carácter auténticamente
progresivo de una u otra forma de relaciones de producción
basadas en la propiedad privada. Aquí lo que decide es la
situación del productor directo en el sistema de las relaciones de
producción concretas. Esta o aquella forma de relaciones de
producción antagónicas es progresiva mientras crea para las
masas ciertas ventajas, en comparación con su situación anterior,
mientras es un aliviador de la explotación y da ciertos estímulos
nuevos.
Al definir el desarrollo histórico de las fuerzas productivas,
hablamos del cambio tanto de los instrumentos de producción
como del propio hombre considerado fuerza productiva, pero al
hacer el análisis del carácter activo de las relaciones de
producción cabe enfocar desde un ángulo distinto la actividad en
la esfera de la producción directa. En efecto, ¿acaso se puede
abordar el problema del desarrollo de las fuerzas productivas al
margen de las condiciones sociales en las que se realiza, es decir,
sin tener en cuenta la situación de productor directo en el sistema
de las relaciones de producción concretas? Claro que no, puesto
que precisamente la situación de las masas trabajadoras y los
estímulos que se desprenden de ella para elevar la productividad
del trabajo revisten excepcional importancia para ver en qué
medida pueden las relaciones de producción cumplir en cada
etapa concreta el papel de móvil de las fuerzas productivas. Surge
la pregunta: < ¿cómo cabe entender la tesis del papel
entorpecedor de las viejas relaciones de producción, no frenarán
definitivamente el progreso de la producción>?
No se debe interpretar de modo mecanicista la tesis del
materialismo histórico del papel entorpecedor de las viejas
relaciones de producción, como si se tratara de un freno que
pudiese parar un tren. La producción, lejos de cesar
completamente, no se interrumpe en su desarrollo incluso cuando
rigen las viejas relaciones de producción. Así, por ejemplo, en los
países capitalistas dominan actualmente relaciones de
producción envejecidas, que se hallan en viva contradicción con
el carácter de las fuerzas productivas, pero ello no supone la
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defensa de las cuales luchan la clase dominante y la
superestructura levantada por ella.
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La sociedad dividida en clases no se daba en todas partes,
ni mucho menos. Primeramente, surgió en los fértiles valles del
Yang-tse-kiang y del Hoang-ho, del Nilo y del Ganges, del Tigrís y
del Eufrates. El suelo fértil y de fácil trabajo de estos valles rendía
cosechas relativamente buenas, incluso con los burdos aperos que
se empleaban. Precisamente aquí comenzó a desintegrarse la
comunidad primitiva y surgió la esclavitud generalizada, la forma
inicial, más feroz y brutal de explotación, que proporcionaba el
plusproducto al esclavista reduciendo al mínimo absoluto el
consumo del productor directo.
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Capítulo V
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El capitalismo imprime al proceso de producción un
carácter social. Cualquier producto hecho en una fábrica
capitalista es fruto del trabajo conjunto de los hombres. Nadie
puede decir que ha sido el único en hacerlo. La vasta división del
trabajo, no sólo a escala de una u otra fábrica, sino entre ramas
enteras, vincula toda la economía nacional por miles de hilos
económicos para formar un sistema único y establece una
dependencia orgánica entre los distintos tipos de producción. A
este estado de las fuerzas productivas, ya no corresponde la
propiedad privada, sino la propiedad social sobre los medios de
producción; la propiedad privada deja de ser una forma de
desarrollo de las fuerzas productivas para convertirse en un
freno. La conservación de la propiedad capitalista entorpece el
progreso de las fuerzas productivas y de toda la sociedad y
agrava la lucha de clase de trabajadores y diversos grupos
sociales contra la burguesía, como expresión de la contradicción
fundamental del capitalismo.
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CAPITULO VI
2 para conocer la sociedad es preciso también pasar de lo social a lo individual (véase cap.
IX).
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Capítulo VI
El Sujeto del Proceso Histórico
La lucha de los campesinos y de las capas urbanas de
profesión diversa bajo la dirección de la burguesía ha permitido
acabar con el feudalismo y abierto el camino para el desarrollo
capitalista. Bajo el capitalismo se despliega y se agrava la lucha
del proletariado y diversos grupos sociales contra la burguesía.
Cabe observar también que la lucha de clases influye en el
desarrollo de la sociedad tanto durante el paso de una formación
a otra como en el avance de la producción, en el progreso social y
cultural de cada sociedad concreta.
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Capítulo VI
El Sujeto del Proceso Histórico
ser humano. Tal es la concepción del materialismo histórico
acerca de la lucha de clases.
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