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JOSÉ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA

Magistrado ponente

AP3682-2020
Radicación N° 49890
(Aprobado acta N°221)

Bogotá, D. C., veintiuno (21) de octubre de dos mil


veinte (2020)

MOTIVO DE LA DECISIÓN

La Sala se pronuncia sobre la admisibilidad de la


demanda de revisión presentada por la apoderada de Fabio
Alberto Vargas Peña, contra el fallo de segunda instancia
proferido el 23 de enero de 2014, a través del cual la Sala
Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cali
confirmó la decisión dictada el 16 de septiembre de 2013
por el Juzgado Décimo Penal Municipal de esa Ciudad, que
condenó al procesado a la pena de 51 meses y un día de
prisión y multa de 580.17 salarios mínimos legales
mensuales vigentes, por los delitos de injuria y calumnia.
Revisión 49890
Fabio Alberto Vargas Peña

HECHOS

Así fueron sintetizados por esta Corporación:

Desde el 5 de agosto de 2006, Fabio Alberto Vargas Peña,


a través del portal electrónico www.portalautonoma.com,
mediante volantes y panfletos distribuidos en la Universidad
Autónoma de Occidente de Cali, le atribuyó a Luis Hernán
Pérez Páez, rector del claustro universitario, la comisión de
los delitos de abuso de confianza calificado y agravado,
celebración indebida de contratos y corrupción, al tiempo que
lo acusó de malos manejos financieros, nepotismo y otras
conductas que ponen en entredicho su buen nombre y
dignidad.1

ACTUACIÓN PROCESAL

1.- El 23 de septiembre de 2010, ante el Juzgado


Diecisiete Penal Municipal con Función de Control de
Garantías de Cali, la Fiscalía formuló imputación a Fabio
Alberto Vargas Peña como autor de los delitos de injuria y
calumnia, conforme a los artículos 220 y 221 del Código
Penal.

2.- El 16 de mayo de 2011, se adelantó la audiencia de


formulación de acusación ante el Juzgado Décimo Penal
Municipal con Función de Conocimiento de Cali, por los
ilícitos imputados con la circunstancia de agravación de
que trata el inciso primero del artículo 223 de la Ley 599 de
2000.

1
Fl.226 (Anverso) cuaderno principal.

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Fabio Alberto Vargas Peña

3.- Agotado el trámite pertinente, el 16 de septiembre


de 2013, se profirió sentencia condenatoria contra el
procesado, como responsable del delito de calumnia en
concurso heterogéneo con injuria.

4.- Apelada la decisión por la defensa, la Sala Penal del


Tribunal Superior de Cali, en proveído del 23 de febrero de
2014, confirmó la decisión de primera instancia.

5.- El 21 de enero de 2015, la Corte inadmitió el


recurso de casación promovido por la bancada defensiva 2.

7.- Posteriormente, Fabio Alberto Vargas Peña, a


través de apoderada, presentó demanda de revisión con
fundamento en la causal 3ª del artículo 192 de la Ley 906
de 2004.

8.- Con decisión del 30 de noviembre de 2017, la Sala


aceptó los impedimentos manifestados por los Magistrados
José Luis Barceló Camacho, Fernando Alberto Castro
Caballero, Eugenio Fernández Carlier, Patricia Salazar
Cuéllar y Luis Guillermo Salazar Otero3.

LA DEMANDA

1.- En sustento de la pretensión rescisoria, la


apoderada de Fabio Alberto Vargas Peña allegó, entre
otros, copias de los registros de las actividades bancarias,
2
Folios. 226-231 Cuaderno principal.
3
Folios. 253-257 Cuaderno principal.

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Fabio Alberto Vargas Peña

efectuadas por Luis Hernán Pérez Paéz, rector de la


Universidad Autónoma de Occidente y víctima dentro del
proceso adelantado contra Vargas Peña.

Así mismo, presentó el archivo de las diligencias por la


presunta comisión del delito de falsa denuncia por parte de
su representado, con ocasión de la acusación efectuada en
contra de Luis Hernán Pérez Paéz, por el ilícito de abuso de
confianza.

2. En su criterio, los documentos exhibidos, acreditan


la responsabilidad de Luis Hernán Pérez Paéz, por el
punible de abuso de confianza y con ello la inocencia de
Fabio Alberto Vargas Peña por los delitos de injuria y
calumnia.

En igual sentido, adveró que las pruebas eran útiles,


conducentes y pertinentes para ser practicadas y así
declarar la absolución de su defendido.

CONSIDERACIONES

1.- De conformidad con lo establecido en el ordinal 2°


del artículo 32 del Código de Procedimiento Penal, la Corte
es competente para conocer de la demanda de revisión
presentada por Fabio Alberto Vargas Peña y aunque el
escrito presentado cuestiona la decisión de primera
instancia, lo cierto es que, finalmente fue la Sala Penal del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Cali la autoridad
que dictó el fallo de segunda instancia.

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Fabio Alberto Vargas Peña

2.- Al respecto, resulta oportuno destacar la naturaleza


excepcional de la acción de revisión. Esta no comporta un
mecanismo ordinario por el que pueda debatirse el sustento
de las decisiones proferidas por los jueces de instancia o
continuar con las discusiones jurídicas o probatorias que
han sido suficientemente superadas y definidas mediante
una sentencia ejecutoriada.

Desde esa perspectiva, la única finalidad de la acción


de revisión es remover los efectos de la cosa juzgada ante la
injusticia o yerro de la determinación confutada. Lo anterior
con fundamento en causales taxativamente consagradas y
ante el cumplimiento de los supuestos de hecho que las
integran. De allí que, su procedencia no esté supeditada al
arbitrio de quien la invoca, sino que es indispensable
acreditar la existencia de uno o más de los motivos
legalmente previstos, a partir de los cuales pueda
evidenciarse el contraste entre lo decidido y la verdad
material.

3.- Con el fin de determinar la admisibilidad de la


demanda, por un lado, es necesario verificar la observancia
de los requisitos generales, comunes para todos los casos,
establecidos en el artículo 194 de la Ley 906 de 2004 y, por
otro, evaluar el cumplimiento de las exigencias de carácter
sustancial para la procedencia del mecanismo excepcional.

3.1.- Frente a los primeros, el citado precepto impone al


demandante el deber de precisar: i) la actuación procesal

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cuya revisión se solicita, con la identificación del despacho


que produjo el fallo; ii) el delito o delitos que motivaron la
actuación procesal; iii) la causal que se invoca y los
fundamentos de hecho y de derecho en que se apoya la
solicitud; iv) la relación de las evidencias que fundamentan
la petición; v) el aporte de copia de las sentencias de
primera y segunda instancia, según el caso; y, vi)
constancia de su ejecutoria.

3.2.- Una vez examinado el libelo presentado por la


parte actora se advierte el incumplimiento de tales
exigencias, según se procede a exponer.

Primero, no hizo un adecuado señalamiento de la


actuación procesal, con indicación de las autoridades
judiciales que profirieron los fallos cuestionados. La
demandante se limitó a reseñar la decisión de primera
instancia proferida por el Juzgado Décimo Penal Municipal
con Función de Conocimiento (con fecha equivocada), pero
no mencionó la decisión de segunda instancia y menos se
pronunció sobre la inadmisión de la demanda de casación
proferida por esta Corporación.

Segundo, aunque manifestó el delito que motivó la


condena y la causal invocada, solamente anexó la sentencia
de primera instancia y el poder especial válidamente
conferido, sin aportar las demás decisiones reseñadas ni la
constancia de ejecutoria de del fallo objeto de revisión,
amparándose equivocadamente en la sentencia C-792 de
2014.

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3.2.1.- A juicio de la apoderada de Fabio Alberto


Vargas Peña, a través de la referida sentencia de
constitucionalidad, se suprimió el requisito formal de
presentar las copias de las decisiones judiciales y la
constancia de ejecutoria del fallo del que pretende su
revisión.

Sin embargo, la libelista presenta una interpretación


inexacta de la decisión constitucional. Si bien es cierto, que
se declaró la inexequibilidad diferida de la expresión: «la
decisión de única, primera y segunda instancias y constancias de
su ejecutoria» (contenida en el inciso segundo del artículo 194
procesal) también lo es que, la inconstitucionalidad
concierne únicamente a la imposibilidad que existía de
impugnar las primeras sentencias condenatorias dictadas
en segunda instancia.

Situación que resulta diversa a la disquisición


propuesta por la parte actora en su escrito de revisión. Lo
anterior, porque la declaratoria efectuada por la Corte
Constitucional nada tiene que ver con la exigencia de los
requisitos formales de la acción de revisión

De modo que, la formalidad de allegar las copias de las


decisiones, así como la constancia de ejecutoria pervive en
el ordenamiento jurídico, siendo un requisito de obligatorio
cumplimiento. Motivo por el cual, la Sala insistentemente,
ha puntualizado que la demanda de revisión no es un
escrito de libre confección y en ese entendido se deben

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Fabio Alberto Vargas Peña

observar los presupuestos fijados en el artículo 194 del


Código de Procedimiento Penal 4.

3.2.2.- Así, tales disposiciones inconcusamente no


obedecen a una solicitud arbitraria o caprichosa de la
judicatura, sino que corresponden primero a la posibilidad
de observar las sentencias cuestionadas; y segundo, a la
prueba necesaria para tener certeza frente a la firmeza de la
decisión que se reclama examinar como esta Corporación ya
ha precisado pacíficamente5.

En suma, los presupuestos formales de los cuales debe


acompañarse la demanda de revisión fueron obviados por la
libelista de forma deliberada, quebrantando el
mandamiento normativo, lo que de suyo implica la
inadmisión conforme a los lineamientos desarrollados.

4. Además del incumplimiento de los requisitos


formales -suficiente para inadmitir la demanda de revisión - la
Sala analizó el cargo propuesto y verificó que la causal
alegada no se estructura y carece de aptitud material para
deshacer los efectos de la cosa juzgada.

Aunque la libelista invocó la causal dispuesta en el


numeral 3º del artículo 192 del Código de Procedimiento
Penal, para que la Corte «revise» la condena proferida contra
su representado, no fundamentó su procedencia. Cuestionó
la falta de valoración de la totalidad de los elementos de

4
CSJ AP4047, 11 de sep. de 2019.
5
CSJ AP4047, 27 de ago. de 2019. AP2544, 26 jun. de 2019. AP2857, 25 de may.
de 2015, AP2544, 26 jun. de 2019.

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juicio y ahora pretende incorporar certificaciones bancarias


y el archivo de diligencia penal a favor de su representado,
amparada en el principio de la libertad probatoria.

Empero, olvidó la demandante que el planteamiento de


la causal tercera implica presentar un discurso jurídico
coherente, con apoyo en los anexos pertinentes, a fin de
acreditar los siguientes aspectos:

a) surgimiento de hechos o de pruebas no conocidas al


tiempo de los debates en las instancias ordinarias del
trámite; b) que el acontecer fáctico esté ligado a la conducta
punible materia de investigación y juzgamiento; y c) que las
pruebas aducidas sean aptas para establecer en grado de
certeza la inocencia del procesado o su inimputabilidad, o de
tornar cuando menos discutible la verdad declarada en el
fallo, haciendo que no pueda probatoriamente mantenerse. 6

De tal suerte que, frente a la noción de prueba nueva,


se ha consagrado que es aquel mecanismo probatorio
(documental, pericial, testimonial) que por cualquier causa no
se incorporó al proceso, pero cuyo aporte ex novo tiene tal
valor que podría modificar sustancialmente el juicio positivo
de responsabilidad penal que se concretó en la condena del
procesado.7

Con base en estos derroteros, cuando la pretensión


rescisoria se basa en el surgimiento de «hecho nuevo o prueba
nueva», no se puede realizar la práctica, nuevo examen,
crítica o controversia a la actuación procesal o a los
6
CSJ AP, 16 de junio de 2010, rad. 34171, CSJ AP, 26 de enero de 2006, rad.
21675.
7
CSJ SP, 18 jul 2012, rad. 26658; SP, 26 sep 2011, rad. 30642; SP3207-2014,
SP3614-2014 y SP16944-2016, entre otras.

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supuestos fácticos, jurídicos y probatorios de la decisión


impugnada. Esto, por la potísima razón, de que su
cuestionamiento debe soportarse en el aporte de nuevos
enunciados fácticos o elementos de juicio, desconocidos
durante el debate de las instancias judiciales.

4.1. Justamente, la pretensión a través del mecanismo


excepcional que se invoca, reviste para el demandante la
carga probatoria y de argumentación sobre el medio que se
pretende hacer valer como novedoso. Aspecto sobre el que
esta Sala puntualizó:

« (…) cuando se trata de presentar un elemento


novedoso que se dice trascendente, necesariamente corre
a cargo del demandante determinar la razón por la cual
efectivamente el medio suasorio desquicia los
fundamentos del fallo ejecutoriado, tarea que
necesariamente implica asumir el examen del fallo y sus
fundamentos.

La diferencia entre lo prohibido y lo permitido


argumentalmente en sede de la demanda de revisión, de
conformidad con la causal estudiada, estriba
precisamente en el efecto específico del medio en cuestión,
en tanto, si este apenas se introduce como un elemento
más de discusión respecto de lo debatido y resuelto
suficientemente por el sentenciador, la pretensión no tiene
vocación de prosperidad.

En contrario, si el medio probatorio por sí mismo


determina inocultable la inocencia del condenado,
conforme su naturaleza y efectos sobre el conjunto
examinado en el fallo que busca derrumbarse, no cabe
discusión acerca de la trascendencia del mismo, que de
entrada obliga admitir la demanda para efectos de
reparar la evidente injusticia.»8

8
CSJ AP de 2 de septiembre de 2015, rad, 46.241. CSJ AP 45592.

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4.2.- En este asunto, dicha carga procesal no fue


satisfecha por la accionante en el sustento de su
postulación, como se indica a continuación.

4.2.1.- Primero, aportó certificaciones bancarias de la


víctima y constancias emitidas por la Universidad
Autónoma de Occidente, con las que presuntamente se da
cuenta de las irregularidades cometidas por el entonces
rector de la Institución Educativa, el señor Luis Hernán
Pérez Páez.

Y segundo, adujo el archivo de las diligencias seguidas


en contra de Fabio Alberto Vargas Peña por el delito de
falsa denuncia, por la acusación que este realizó en contra
del rector por el punible de abuso de confianza, con ocasión
de tales irregularidades.

Para soportar su pretensión argumentó la conducencia,


pertinencia y utilidad de los medios probatorios allegados,
con lo que -en su criterio- se acreditaba la inexistencia de los
hechos por los cuales su asistido fue declarado penalmente
responsable.

4.2.2.- Nótese, en ese sentido, que la petición y


argumentación elevada por la demandante, se orienta a la
incorporación y práctica de pruebas, con el fin de reabrir un
debate que incluso debió surtirse desde la etapa de la
audiencia preparatoria. Aspecto que evidencia dos
situaciones: (i) el conocimiento previo por parte de la
defensa de los elementos probatorios y (ii) el uso de la

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demanda de revisión, como mecanismo para subsanar la


actuación dentro del proceso.

En relación con la primera afirmación, la data en que se


obtuvieron los documentos bancarios y de la Universidad es
anterior al 16 de septiembre de 2013, fecha en que se dictó
la sentencia de primera instancia por parte del Juzgado
Décimo Penal Municipal de Conocimiento, con una
diferencia ostensible en meses e incluso años.

Igual situación ocurre frente a la prueba relativa al


archivo de la investigación penal seguida en contra de
Fabio Alberto Vargas Peña del 16 de noviembre de 2012,
es decir, proferida un año antes de emitir la sentencia
condenatoria, sin que se hiciera mención alguna dentro del
proceso penal, como era correspondiente.

Presupuestos fácticos que denotan la falta de novedad


de los elementos y la total ausencia de justificación de parte
de la apoderada de los motivos por los cuáles, además de
ser presuntamente ignotos, los elementos no fueron
presentadas a lo largo del proceso penal. Y tampoco -ante
dicho panorama- se sustentó por qué tales pruebas revisten
la naturaleza de ex novo; con lo cual evidentemente se
desatendió el deber que le asistía a la parte actora, de
demostrar que las «pruebas» suministradas reunían las
exigencias legales, a efecto de que la Sala determinara su
idoneidad para admitir el libelo.

Frente al segundo factor, es decir, la tergiversación del

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objeto de la demanda de revisión, en el fallo de primera


instancia se afirmó: «la defensa no presenta teoría del
caso»9, de lo que se deduce la estrategia defensiva planteada
y dirigida a aguardar la labor de la Fiscalía General de la
Nación, en quien indefectiblemente recae la carga
probatoria para el establecimiento de la responsabilidad
penal del enjuiciado.

Posición que también fue tratada por esta Corporación


al precisar que: «esta acción no es la vía para subsanar las
falencias de la defensa en el curso del proceso o la inconformidad
con la decisión atacada»10. Motivo por el cual, no es dable a la
defensa solicitar elementos probatorios que no fueron
requeridos a lo largo del proceso a través de la acción de
revisión y menos aspirar a su práctica, como
denodadamente procura la parte actora.

Bajo los anteriores baremos, es evidente que los


documentos que se pretenden aducir como novedosos no
revisten tal calidad. Pese a que la defensa conoció su
contenido y estuvo en la capacidad de aportarlos en el
juicio, voluntariamente decidió no incorporarlos durante el
debate oral y desacertadamente pretende su integración y
valoración a través de la acción extraordinaria de revisión.

4.3.- Adicionalmente, aunque la demandante aseguró


que a través del archivo de las diligencias por el delito de
falsa denuncia, se acredita la inexistencia de los punibles
de injuria y calumnia, dicho planteamiento permaneció en
9
Fl. 96 del cuaderno principal.
10
CSJ AP1336, 11 de abril de 2019

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un plano enunciativo. Ello, porque ningún argumento se


ofreció para precisar de qué forma se desvirtuaba la
responsabilidad del sentenciado frente a estos delitos ni la
relación de las pruebas allegadas, con el juicio de
responsabilidad.

Incluso, sea del caso advertir que el delito de falsa


denuncia descrito en los artículos 435 y 436 del Código
Penal, difiere su objeto de protección respecto de los delitos
de injuria y calumnia. El primero - por el que no se adelantó
enjuiciamiento alguno en contra del sentenciado - salvaguarda
el bien jurídico de la eficaz y recta impartición de justicia,
mientras que los segundos -objeto de la condena cuestionada-
protegen la honra y buen nombre de los individuos.

Diferenciación que obvió la libelista en la


fundamentación de su pretensión, al punto que ni siquiera
concretó la relación entre el archivo de la investigación por
el delito de falsa denuncia y las afirmaciones mendaces que
su poderdante efectuó en contra de Luis Hernán Pérez Páez,
en aras de demostrar su inocencia. De lo que es ineluctable
la existencia de dos asuntos evidentemente escindibles e
incomparables, que engañosamente se pretenden confundir
para obtener la revisión de la condena, por demás,
ejecutoriada.

Así las cosas, a fin de demostrar la causal invocada, no


basta con que el interesado presente un cúmulo de hechos
o pruebas consideradas ex novo, sino que resulta
indispensable que estos revistan entidad suficiente para

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derruir los fundamentos del fallo. Ya sea, porque conducen


a la inocencia del condenado, ora porque permiten afirmar
su inimputabilidad, lo que se reitera, no ocurrió en el
presente caso.

4.4.- Por otra parte, se torna necesario indicar que la


apoderada de Fabio Alberto Vargas Peña se equivocó al
promover la acción de revisión basándose en la aparente
aducción de nuevos medios de convicción. Se observa que
su petición realmente se halla fundada en argumentos
debatibles en sede de casación – donde fue inadmitida- y no a
través de este mecanismo excepcional, pues pretextando
pruebas nuevas, utiliza la acción de revisión para continuar
el debate sobre la versión inicialmente ofrecida en el juicio
oral. Y valga insistir, que esa discusión fue agotada en las
instancias, de lo que se colige que la libelsita supone de
forma errada que la acción de revisión es un sucedáneo del
proceso ordinario.

En ese orden, es claro que la solicitante no señaló de


manera clara y explícita la existencia de nuevos hechos o
circunstancias fácticas ni de nuevos elementos de
convicción que permitan un análisis en sede de revisión de
la sentencia condenatoria. Por el contrario, se observa que
lo pretendido por la libelista es propiciar un nuevo debate
en torno de las pruebas que intenta incorporar y así
plantear una nueva estrategia defensiva.

5.- Así las cosas, la propuesta hecha a la luz del ordinal


3° del artículo 192 de la Ley 906 de 2004, resulta

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Fabio Alberto Vargas Peña

insuficiente frente al propósito de remover la certeza y la


seguridad jurídica que la cosa juzgada imprime a las
sentencias definitivas. La representante de Fabio Alberto
Vargas Peña se ciñó a exponer criterios que controvierten
las consideraciones del sentenciador y no a demostrar que
el fallo comporta intolerables injusticias susceptibles de
corregir a través del motivo de revisión que postula.

De manera pacífica, la Sala ha advertido que el


mecanismo previsto en el artículo 192 del Código de
Procedimiento Penal no se estableció para continuar con la
discusión clausurada, sino que su finalidad es la de
permitir un cuestionamiento serio y ponderado al sentido
de la decisión con la que culminó definitivamente la
controversia procesal.

Por ello, la causal que se invoca debe ser de tal


suficiencia para poner en entredicho la justeza de las
sentencias atacadas y no simplemente limitarse a exponer
argumentos subjetivos y adjuntar elementos que dejan en el
plano de lo posible o hipotético la aducida inocencia, pues
no puede olvidarse que lo pretendido es la remoción de los
efectos de la cosa juzgada.

6.- En atención a que la demanda no cumple con los


requisitos específicos para la procedencia de la acción
mediante la cual se pretende remover la intangibilidad de la
cosa juzgada, la decisión que se impone no puede ser otra
que inadmitirla.

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En mérito de lo expuesto, la Sala de Casación Penal de


la Corte Suprema de Justicia,

RESUELVE

INADMITIR la demanda de revisión presentada por la


apoderada del sentenciado Fabio Alberto Vargas Peña.

Contra esta decisión procede el recurso de reposición.

Notifíquese y cúmplase.

JOSÈ FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA

GERSON CHAVERRA CASTRO

LUIS ANTONIO HERNÀNDEZ BARBOSA

JAIME HUMBERTO MORENO ACERO

FABIO OSPITIA GARZÒN

HIGO QUINTERO BERNATE

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Fabio Alberto Vargas Peña

JORGE ENRIQUE CÓRDOBA POVEDA


Conjuez

Impedido
MAURICIO PAVA LUGO
Conjuez

RICARDO POSADA MAYA


Conjuez

NUBIA YOLANDA NOVA GARCÍA


Secretaria

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