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MASSONI ARIAS

CHRISTIAN ALEJANDRO

Código: 09150035

E.A.P.: Arqueología

HISTORIA
DE LA
EDUCACIÓN INCAICA
Daniel Valcárcel
HISTORIA DE LA EDUCACIÓN INCAICA

Introducción

El estudio genérico del proceso educativo peruano contribuye a incrementar el


conocimiento de sus habitantes e instituciones en sus diferentes periodos
históricos, constatar el aporte de sus heterogéneas regiones y comprender las
finalidades que persiguieron sus educadores.
El proceso educativo prehispánico exhibe dos partes claramente diferenciadas:
preincaica, plantea el problema genético de nuestra historia pedagógica, e incaica,
destaca la política educativa del Tawantinsuyu.
Este ensayo trata de plantear el problema histórico-educativo prehispánico,
señalando las fuentes básicas y el aspecto genérico del mundo autóctono.

I
Cultura del Tawantinsuyu

La cultura del Tawantinsuyu representa la culminación de nuestro proceso histórico


autóctono.
La unidad política del Incario presupone la vigencia de una integración
administrativa concomitante. Esta es una experiencia histórica ejemplar para
nuestro mundo actual.
Papel decisivo juega en esta sociedad kechua la educación, es decir la preparación
del súbdito peruano antiguo para la vida del Estado. Hay un desarrollo de las
Ciencias, Letras y Artes, Religión, Derecho, Economía y Educación, es decir de
una cultura orgánica y compleja.
Funcionó gracias a la presencia de hombres con una preparación específica,
instituciones y métodos apropiados, dentro de una concepción del mundo
perfectamente definida. Su economía y educación jugaron un papel aglutinante
ayudados por la vigencia cotidiana de la lengua general o Runasimi.

II
El Problema

Preparar al hombre para vivir en una sociedad organizada, constituye uno de los
fines esenciales e la educación en todo tiempo. Desde este punto de vista puede
afirmarse a priori la existencia de un tipo de educación y vida educativa en el
periodo autóctono. En consecuencia, nuestro problema cognoscitivo podría ser
enunciado así: ¿Cómo fue y qué significó la educación del Perú autóctono?
A la pregunta responderemos, por ahora, dentro de los de los parpadeantes límites
de un ensayo, este boceto inicial en torno al Educador, sus métodos y las
instituciones que existían en el Perú incaico, ápice histórico del proceso educativo
autóctono.

III
Prolegómeno heurístico

Las fuentes para el estudio histórico de la educación en el antiguo Perú ostentan


una fragmentación típica y aportes indirectos tradicionalmente desapercibidos.
Utilizando en lo posible contribuciones arqueológicas, etnológicas, lingüísticas y
otras conexas, se hará un ensayo a través de testimonios escritos,
predominantemente apoyado en los textos de las Crónicas.
Específicamente, las principales contribuciones se encuentran en las obras del
insigne historiador mestizo cusqueño Garcilaso Chimpuocllo (1539-1616) y del
cronista peninsular mercedario fray Martín de Murúa. Le siguen: el cronista indio
Felipe Waman Poma de Ayala y los peninsulares Pedro Cieza de León y Pedro
Sarmiento de Gamboa.
Historiador básico para penetrar en el trasfondo de la realidad incaica es Garcilaso
Chimpuocllo. La primera parte de sus Comentarios Reales aporta datos
fundamentales para aporta datos importantes para historiar la educación del
Tawantinsuyu.
Garcilaso enuncia una visión a la par progresista e integral de la cultura incaica y
de su concomitante educación. La preparación educativa del pueblo incaico es
total, procedimiento que permitirá conquistar y colonizar gracias a un rígido sistema
de enseñanza.
Otra fuente valiosa es la Historia del origen y genealogía real de los Reyes Incas
del Perú, de sus hechos, costumbres y manera de gobierno por fray Martín y
Murúa. En lo genérico, su boceto de la educación indígena es análogo al de
Garcilaso. El primer inca y su esposa aparecen como indiscutidos civilizadores y
trasformadores de nuestra vida indígena, proceso socio-educativo que se afianza
con los soberanos posteriores.
El grupo constituido por Cronistas puede decidirse en tres grupos:
a). Testigos presenciales de la Conquista: Hernando Pizarro con su Carta a los
Oidores de Santo Domingo, Cristóbal de Mena con La Conquista del Perú,
Francisco de Xerez en su Verdadera Relación de la Conquista del Perú, etc.
b). Escritores virreinales: Cristóbal de Molina con su Relación de muchas cosas
acaecidas en el Perú, Agustín de Zárate con Historia del Descubrimiento y
Conquista del Perú, Bernabé Cobo en su Historia del Nuevo Mundo, etc.
c). Autores que nunca conocieron el país: Fray Bartolomé de las Casas con Las
Antiguas Gentes del Perú, basado en Cieza de León y Molina “el Almagrista”, y
Francisco López de Gómara con su Historia General de las Indias.

IV
Antecedentes Preincaicos

La educación preincaica es nebulosa y sus orígenes se confunden con el problema


genético de nuestra vida histórica.
Tomando el cuadro enunciado por Tello, podría comprenderse la diversificación
regional y local y sus correspondientes variantes educativas. El Perú es dividido en
tres áreas: norte-andino, centro-andino y sur-andino. En la inicial etapa hay un
característico localismo que, progresivamente, será suplantado por una tendencia
integradora, de pretensión nacional representada por Chavín y Tiawanaco, con
intermitentes procesos hacia la dispersión local.
La progresiva madurez social, diferenciadora de los grupos humanos, determina la
distinción de casta y da lugar a la aparición y vigencia de tipos de educación hasta
entonces desconocidos. Es decir, que a una inicial simplicidad educativa, sigue una
complejidad exigida por los cambios sociales.
La habilidad prehispánica en diversos aspectos culturales aparecen como el fruto
de una larga preparación, de una precedente educación indubitable, de un
incansable y disciplinado adiestramiento pedagógico.

V
El Educador Incaico

En el imperio del Tawantinsuyu se descubre ya, con nitidez, la figura específica del
Educador dentro de las formas variadas, signo de un peculiar matiz humano
característico de la presencia histórica del maestro autóctono.
 El hombre que esencialmente representa al saber superior, el sabio quizá más
propiamente el filósofo, el científico, el esteta creador, está encarnado por el
Amauta, hombre “de ilustre linaje”.
 Los Harávecs o “inventadores” fueron los poetas, que encarnan al antiguo Perú.
Cumplíase pues con la misión de historiar la vida imperial, aunque dentro de un
matiz predominantemente estético y poco objetivo.
 El Willac Umu o sumo sacerdote era el depositario de la didáctica esotérica del
culto, transmitiendo el conocimiento de los oficios divinos. Cada fiesta religiosa
tenía ritos que debían cumplirse de manera estrictamente, so pena de ineficacia.
Todo este cúmulo de realizaciones supone una determinada y larga etapa de
aprendizaje y una pedagogía específica.
 La iniciación militar de armar caballero se daba con ocasión de una de las
grandes fiestas imperiales, representada por el Warachicu. Garcilaso indica
explícitamente la vigencia de una preparación previa, cuando manifiesta la
existencia de “incas viejos, experimentados en paz y en guerra, que eran maestros
de novicios que los examinaban en cosas corpóreas y de temple espiritual.
 Los Chaskis garantizaban la constante y rápida comunicación de las distintas
partes del Imperio. Su preparación física y síquica debió ser intensiva y de un
carácter limitado a la comunicabilidad. Aquí es patente la vigencia de una
específica educación física en el Tawantinsuyu.
 Los Mitmacs llevaban la cultura incaica e iniciaban en el estilo de vida imperial a
los pueblos recién sojuzgados. Llevaban al Cozco al cacique principal y a todos sus
hijos, para acariciar y regalar, y para que ellos, frecuentando la corte, aprendiesen,
no solamente las leyes y costumbres y la propiedad de la lengua, más también sus
ritos, ceremonias y supersticiones; lo cual hecho, restituía al curaca en su antigua
dignidad y señorío.
 Al lado del aspecto educativo masculino, el Imperio abordó los problemas de la
educación femenina. El origen histórico de la educación femenina se remonta a la
primera coya Mama Ocllo, reina que “industriva a las indias en los oficios mujeriles,
a hilar, texer algodón y lana y hazer de vestir para si y para sus maridos y hijos:
dezíales como habían de hazer los demás oficios de casa”.
La educación impartida en el Acllawasi, casa educativa dirigida por las
Mamacunas, estaba dedicada preferentemente a las escogidas de sangre real.
Según Murúa en el Tawantinsuyu existían “seis maneras de mujeres en casa de
recogimiento y depósito”; estas son:
1. “Para el Inga”, que destacaban por su belleza.
2. Cayanguarme “que no eran tan hermosas”, dedicadas a tejer vestidos y
otros trabajos.
3. Guayruellas, servían a las precedentes y se dedicaban a trabajos
domésticos.
4. Taquiaclla “eran cantoras” y otras tañían con unos tambores al Inga
cuando comía.
5. Viña chicuy “que decían criadas” tomadas desde los cinco o seis años eran
preparadas por maestras en diversas índoles.
6. Acllo “que quiere decir escogidas”, tenían la peculiaridad de ser
extranjeras de 15 a 18 años “servían al Inca de los que las demás”.
Tenía el Inca casas y palacio de Ñustas “recogidas y ofrecidas al sol” por cuyo
motivo se las llamaba “hijas del sol”.
Desde el punto de vista individual, la historia cultural del Tawantinsuyu está
magnificada por el recuerdo de grandes figuras conservadas y recordadas a través
de la leyenda y la historia. Se guarda memoria principalmente de tres Incas que
impulsaron la educación y sus respectivas Coyas: Manco Cápac y Mama Ocllo,
Inca Roca y Mama Micay, y Pachacútec y Anawarke.
Manco Cápac y Mama Ocllo están vinculados a la transformación que sufre el
antiguo Perú. Todos los cronistas señalan y ratifican este papel del primer Inca, a
quien la crítica actual considera actualmente no como un individuo propiamente
dicho sino la síntesis y simbólica personificación de varios gobernantes iniciales
del Tawantinsuyu.
Inca Roca, “príncipe prudente y maduro”, encabeza la nueva dinastía de los
Hanancusco y, en verdad, reorganiza la vida imperial. Deseando elevar el nivel
cultural del Tawantinsuyu fundó “escuelas donde enseñasen los amautas las
sciencias que alcanzavan”. Fue el primero en crear planteles en el Cusco para que
los Amautas enseñasen las ciencias, letras y artes a la alta nobleza y casta
privilegiadas “no por enseñanza de letras, que no las tuvieron, sino por la práctica y
por uso cotidiano y por su experiencia, para que supiesen los ritos, preceptos y
ceremonias de su falsa religión y que supiesen hablar con ornamento y elegancia”.
El más famoso de los gobernantes del Tawantinsuyu fue el Inca Pachacútec, cuyo
nombre inicia una época. Al exaltar la vida de Pachacútec, Garcilaso destaca su
vigilante interés educativo cuando dice como el Inca hizo construir “una casa para
sí, cerca de las escuelas de su visabuelo, Inca Roca, fundó”.
Dentro del proceso de la educación incaica, estos tres principales Incas marcan
hitos fundamentales en su historia educativa: Manco Cápac como el iniciador, Inca
Roca como el organizador y Pachacútec como el perfeccionador y renovador.

VI
Modos Educativos

En relación con finalidades básicas tawantisuyenses: Sol, Inca y Pueblo, existen


medios pedagógicos para educar hombres orientados hacia estas metas de
beneficio colectivo. Es en el Yachaywasi y en el Acllawasi donde se reunía la
juventud masculina y femenina en edad de aprender y recibía disciplina corporal e
intelectual.
Medio principal para la transmisión el conocimiento fue la enseñanza oral, dada en
lengua general del Imperio o Runasimi, esgrimida como elemento unificación
política y cultural. Paralelamente se hablaban los dialectos regionales, llamados
Wawasimi o Awasimi.
Se iniciaba al educando en todo lo que le permitiese triunfar en su vida cotidiana,
tanto en el caso del hombre como de la mujer. La educación familiar aparece con
nitidez en el Imperio Incaico.
Garcilaso trae ideas puestas en boca del Inca Wiracocha, quien alaba la forma
inicial de educar a los niños y enuncia un postulado moderno al hablar del incario.
Consentidos con demasiada blandura corren riesgo de ser anárquicos y
caprichosos, pero criados con crueldad pueden ser avasallados y destruidos. En
consecuencia aboga por un término medio “de medio que salgan fuertes y
animosos para la guerra y sabios y discretos para la Paz”.
Murúa describe como se educaba a la juventud incaica. A los muchachos los
instruían en toda clase de conocimientos que los elevasen y los hiciesen
merecedores del aprecio imperial. El Inca tenía en su palacio una Escuela, donde
ancianos maestros impartían educación habían cuatro que los enseñaban en forma
sucesiva durante igual número de años. El primero se impartía el Runasimi, el
segundo estaba dedicado al aprendizaje religioso y la liturgia, el tercero se les
iniciaba en conocimientos importantes de gobierno y administración y el último año
estaba destinado al aprendizaje de la historia y el arte militar.
El trato dado a los educandos era bueno y había orden en la distribución de
estudios. Su sistema educativo tendría analogía con lo que llamamos “escuela de
trabajo” lo expresado oralmente, pasa a ejecutarse en la realidad. Puede decirse
que en la educación incaica existe yacente una constante actitud epistemológica,
un deseo de aprehender conocimientos y no simplemente conceptos. Se combate
la pasividad del educando, quien aparece como un colaborador activo del maestro
incaico.
La educación del antiguo Perú muestra una doble característica, síntoma de la
existencia de posiciones contrarias y, a la vez complementarias. Por un lado, se
educa al individuo par a servir a la colectividad en formas diversas: como político,
sacerdote, guerrero, Kipucamáyoc, Mitmac, Amauta y Harávec. En general, existe
siempre el propósito de conseguir una gran eficiencia práctica. Por otro lado,
aparecen distintos niveles educativos en relación con la jerarquía de castas
existentes en el Tawantinsuyu. Junto a una común verticalidad, se hacen patentes
numerosos planos horizontales jerárquicos. Las nociones han quedado referentes
sobre todo a la educación de castas privilegiadas, pues el hombre común poseía
una educación de tipo familiar y cotidiano.
La cultura incaica logró un grado cualitativo que es preciso comprender y patentizar
desde su específica situación.
Sus ciencias podrían calificarse más bien de descriptivas, predominantemente
empíricas. Su actitud cognoscitiva tuvo claras limitaciones. “Admirávanse de los
efectos, pero no procuraban buscar las causas”. Su filosofía de la naturaleza fue
casi inexistente.
Los Amautas alcanzaron a reflexionar que “el hombre era compuesto de cuerpo y
ánima, y que el ánima era espíritu inmortal y que el cuerpo era hecho de tierra,
porque lo veían convertirse en ella”.
Estuvieron adelantados en Astronomía. Sus conocimientos estaban especialmente
orientados hacia el examen del Sol, la Luna y Venus. Sabían que el movimiento del
Sol tenía una duración anual, llamando Wata al año. Pero lo corriente era calcular a
éstos por cosechas.
Descubrieron las virtudes medicinales de diferentes plantas y yerbas, que
utilizaban para curar enfermedades, sabiduría alcanzada por experiencia.
En las Artes destacaron en música, poesía y teatro. Fueron hábiles en oficios
manuales.
Destacaron particularmente en la Filosofía moral, peculiaridad esta que los llevó a
atacar, con especial vigor, vicios de índole social de nocivas consecuencias para la
formación de nuevas generaciones.
La educación imperial incaica tendía a una absorción y sistematización educativas,
bajo el signo imperial cuzqueño. Tratábase de educar a las jóvenes generaciones
dentro de un concepto favorable a la nueva estructura política, dejando que las
generaciones viejas fueran siendo eliminadas por un proceso natural.
La política incaica parece haber tenido en cuenta el interés por la educación de las
élites vencidas, con propósitos absorbentes futuros dirigidos a la unificación
espiritual colectiva pero se cuida de mantener cierta libertad en los pueblos
sojuzgados, sin atacar sus costumbres más arraigadas. Permite la coexistencia de
elementos culturales, dentro de una simultaneidad que indica madurez pedagógica
y política.

VII
Instituciones de Enseñaza

Han quedado referencias concernientes a la vida institucional de los centros


educativos imperiales. Clásicas instituciones de la educación en el Tawantinsuyu
son el Yachaywasi y el Acllawasi, academias de enseñanza por antonomasia
dedicadas a la juventud.
A su vera parecen haber jugado una complementaria misión pedagógica
instituciones como el Coricancha, o también otros lugares donde el hombre incaico
iba a informarse en cosas de interés público, como es el caso de la plaza
Rimacpampa o agora cuzqueño.
Tras apreciaciones generales, el historiador Garcilaso habla explícitamente acerca
de “el barrio de las escuelas”, clásico lugar pedagógico donde quedaban ubicadas
las instituciones educativas que Inca Roca fundó y Pachacútec acrecentara.
Aquellos Incas construyeron sendos palacios que, respectivamente, llamaron
Coracora y Cassana, cerca de dichos centros de enseñanza, con el propósito de
acrecentar la importancia del barrio docente, de realizar su valor ante el criterio
general de sus súbditos.
Aunque el Coricancha, constituía el templo por excelencia de la religión incaica,
parece haber cumplido también un papel educativo.
Paralelas y análogas a las instituciones básicas existentes en la ciudad del Cusco,
parecen haber funcionado otras en las diversas partes del Imperio. Su papel
complementario sufre las deficiencias posibles de una centralización exagerada en
un país de grandes distancias y dificultades en la intercomunicación. Los cronistas
así lo manifiestan particularmente en el caso de los Acllawaci.

VIII
Interpretación

Existen determinados elementos básicos que fundamentan la actividad educativa


del Perú autóctono y sirven de guía para redescubrir y comprender las finalidades
perseguidas. Podría afirmarse que la acción pedagógica del Estado Incaico se
caracteriza por un marcado afán antropomórfico, pragmático y técnico, antes que
trascendente, especulativo y teorético.
La educación propia del Tawantinsuyu se propone fines de concreta realización,
encaminando sus esfuerzos a lograrlos con precisión y eficiencia.
La educación incaica aparece como una típica pedagogía de casta, cultiva la
valoración de lo jerárquico. En ocasiones admite, como especial privilegio, la
participación de individuos de una casta inferior que son estimulados, premiados en
mérito a su eficiencia.
Posee asimismo un marcado sentido cívico y ético. Se tiende a formar hombres
con responsabilidad social, en cuya personalidad predomine una aguda visión de
los deberes antes que de los derechos.
Por último, existe un sentido funcional de verificación, de constante inspección que
impide caer en error por exceso de confianza o de negligencia. Funcionarios
mayores dan cuenta a la buena marcha educativa del Imperio, hecho que permite
informar a tiempo y asegurar resultados futuros positivos, es decir que existe una
suma previsión socio-educativa.

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