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BLOQUE 2: LOS RECURSOS PERSONALES COMO POTENCIALES

RECURSOS EN EL TRABAJO TERAPEÚTICO.

La temática de este bloque nos ha servido para liberar un poco nuestros miedos, después
de indagar acerca de todos los errores que podíamos cometer en el trabajo terapéutico.
Además, resultaba muy gratificante cuando otro miembro de tu grupo te destacaba
algún recurso con el que no habías contado. Asimismo hemos descubierto historias y
anécdotas (de los demás y nuestras propias-quizás olvidadas-) que nos han ayudado a
reforzar aún más los vínculos con los compañeros.

1. ¿Qué motivaciones me llevaron a elegir esta profesión?

Nos ha llamado la atención que aunque cada miembro del grupo tenía motivaciones
muy personales todos destacamos la curiosidad y el carácter inquisitivo. Nos gusta la
gente, y vamos más allá; nos interesa. Hay una frase que dice que cuando entra una
mujer o un varón atractivos en una sala el psicólogo/a será la única persona que se fije
en la reacción de la gente y no en la mujer o el varón únicamente. Es una manera gráfica
de describir nuestra postura ante el mundo, pero nosotros añadiríamos que no nos
limitamos a observar, y ahí radica la acción que desembocó en nuestra elección de ser
terapeutas. No queríamos ser meros observadores. También la manera que tenemos de
reaccionar ante la multiplicidad idiosincrásica de la gente nos sirve para conocernos y
conocer y ese el placer por esa relación lo que influyó en nuestra búsqueda profesional.

Otras motivaciones destacadas por los integrantes del grupo son:

Empatía y compresión: es otra de las motivaciones que han surgido a la hora de elegir
una profesión humanista y también una de las que más se tiene en cuenta a la hora de
trabajar con la intención de que nuestros sentimientos y pensamientos sean lo más
cercanos a lo comunicado por las personas y a lo cocreado en la relación con ellos y no
que se convierta en “Nuestra Propia Creación”.

Introspección: es quizás una de las motivaciones más importantes que llevaron a algún
miembro del grupo a elegir el camino de lo social; ayudando a comprender que las
dudas, las preguntas que cada uno nos hacemos es algo universal, que se dan en todas
las personas. Es una motivación que pensamos seguir practicando toda la vida y
encuentramos en el espacio terapéutico un lugar especial en donde entender y crear para
más tarde mirar en nuestro interior y ver qué es lo que se ha removido y lo que hemos
aprendido.

Tolerancia a la intimidad: en el grupo hemos destacado el sentimiento de sentirnos


cómodos ante una relación íntima y cercana y muchas veces la hemos buscado por que
en el encuentro con el otro sentimos que todo es mucho más real, mucho más que
cuando vivimos demasiado a través de convencionalismos sociales.

- El provenir de una familia numerosa -en el que curiosamente solo hay una psicóloga-
(y trabaja en el ámbito de empresa) me inclinó a interesarme por las relaciones que las
personas establecen entre si, sus reacciones, temores, etc. La gran cantidad de
emociones, relaciones, alianzas y demás que se manejaban en mi ámbito familiar me
parecían apasionantes.
Además siempre he sido una apasionada de la lectura, y no creo que fuera fortuito que
me encantaran los libros donde aparecían descripciones psicológicas de los personajes.
El trabajo de investigador del escritor (en su caso de creador) para ir desenredando la
madeja del personaje me parecía interesantísima.
Muchas veces me he descubierto a mi misma absorta escuchando la conversación de
mis compañeros –desconocidos- del metro (¡y cuántas veces me he ganado miradas
amenazantes por ello!)
Desde siempre he tenido claro que quería trabajar CON personas, y resalto el con
porque algo que me parece fundamental en la psicoterapia es que es la familia la que
lleva a cabo el cambio, la que realmente trabaja (en su caso se trabaja a ella misma
como sistema).

2. ¿Qué aspectos de mi personalidad, en relación con estas motivaciones, me sirven


como herramientas útiles en mi trabajo?

- Sentido del humor.: la capacidad no solo de reír, sino de hacer que los demás
disfruten permite que la familia aborde la terapia desde una perspectiva totalmente
nueva. El humor les permite tomar distancia del problema; cuando los miembros de la
familia no están tan centrados en sus dificultades o en el dolor pueden ampliar su campo
de visión, posibilitando nuevas perspectivas y abordajes ante la crisis.

- Capacidad de empatizar: las experiencias vitales nos sirven como aprendizaje para
poder ponernos en el lugar de los pacientes. Es cierto que no hace falta haber
experimentado todo lo que vamos a ver en terapia (no solo es imposible, sino que el
terapeuta sería todo un superviviente); pero el haber sentido un amplio espectro de
emociones posibilita que la empatía sea más fluida.
Además nos permite poder darle un feedback a los pacientes, por ejemplo”Veo que lo
que acaba de decir _____ te ha afectado, ¿porqué crees que te sientes de ese modo?) No
obstante no debemos caer en frases fáciles como “Se por lo que estás pasando”, ya que
pueden provocar rechazo por parte de los pacientes.
La capacidad de empatizar va muy ligada a la comprensión emocional.

- Asertividad: la capacidad de saber poner límites, flexibles, permite que la terapia no


se desboque y perdamos los objetivos y las metas. Muchas veces hay que saber decir
que no a los pacientes, y mostrarnos firmes, siempre desde la base del respeto y
teniendo claro porqué lo hacemos.

- Capacidad de escucha: La mayoría de los miembros del grupo hemos destacado este
valor como presente en nuestra experiencia. Si tenemos dos orejas y solo una boca será
porque tenemos que escuchar el doble de lo que hablamos, ¿no?

3. ¿Qué otras motivaciones menos funcionales pueden influir en la elección de esta


ocupación?

- Búsqueda de soluciones para resolver dificultades:


 Del propio terapeuta.
 De su familia.
 De amigos…
- Afán de poder: dominio social. La psicoterapia usada como medio de influencia. Los
terapeutas pueden ser contratados para mejorar las condiciones de un divorcio, para
modificación de herencias…

- Legado familiar: ser terapeuta debería ser vocacional, pero en muchos casos se realiza
para continuar con la saga familiar.

4. ¿Creo que algunas de estas motivaciones se dieron en mi caso?

No.

5. Si yo fuera paciente, ¿qué es lo que más valoraría del terapeuta?

- Capacidad de escucha y conversación: mantener los canales de comunicación fluidos,


hace que la terapia no provoque tanto rechazo. Cuando ves que la otra persona favorece
que tú te expreses con naturalidad te relajas y la conducta, y por lo tanto tu
comunicación no es tan rígida.
- Empatía: que no me juzgue.
- Calidez humana sin caer en el paternalismo.
- Paciencia.
- Humildad.

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