Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las personas empáticas tienen una fuerte predisposición para trabajar en equipo, ser un buen líder
y tener una comunicación efectiva con los demás, sean compañeros o posibles clientes. Ser empático
no solo favorece a estas facultades, sino que se convierte en la solución de las dificultades que se
podrían presentar durante el home office.
Cada persona tiene una realidad diferente en su hogar que puede afectar o no su trabajo. Entender
su posición y los desafíos que deben enfrentar nuestros colegas mejora la conexión, la comunicación
y la confianza entre compañeros de trabajo, lo que a su vez aumenta la eficacia e impacta
positivamente en los resultados de la organización.
Para tener una idea básica de cómo mejorar nuestra habilidad de ser empáticos, te presento tres
tips que te ayudarán en el proceso:
Escucha a las personas de tu entorno y pon atención en los detalles: las emociones que
expresan, su tono de voz, sus gestos, etc.
Muestra interés y participa activamente en las conversaciones sin olvidar que cada persona
tiene su propio punto de vista.
Deja los prejuicios atrás y busca entender lo que hay detrás de los modos de pensar, hablar
y comportarse de los demás.
Sin duda, la pandemia nos ha tomado a todos por sorpresa y nos ha puesto en una complicada
posición. Sin embargo, debemos ver esta situación como una oportunidad para identificar las
habilidades blandas que necesitamos reforzar para desenvolvernos óptimamente en el ámbito
laboral y, también, desarrollarnos como persona.
Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Desde hace tiempo se destaca, en diversos ámbitos, el valor de la empatía. De manera coloquial, la
empatía se puede definir como el sentimiento de identificación con alguien, la capacidad de ponerse
en el lugar de otra persona. Como se suele decir, “ponerse en los zapatos del otro”. En términos más
precisos se puede afirmar que es “un proceso para comprender las experiencias subjetivas de un
individuo al compartir esa experiencia de forma indirecta, mientras se mantiene una postura
observadora”, tal como la definió William Zinn, investigador de la Universidad de Harvard.
En diciembre del año pasado, la Universidad Rey Juan Carlos anunció que realizaría un estudio para
analizar “la calidad y humanización de los cuidados en las residencias de la tercera edad”. Para ello,
se usarían trajes que simulan el envejecimiento, de forma que los cuidadores sufran en carne propia
las dificultades que suelen aquejar a los adultos mayores (problemas de movilidad, discapacidad
visual, etc.). El objetivo es comprobar si estas pruebas aumentan la empatía de los cuidadores y, por
lo tanto, redunda en una mejora hacia los pacientes.
Las neuronas espejo podrían ser la explicación fisiológica de por qué impresiona ver a alguien que
sufre un golpe muy fuerte, como si el observador también pudiera sentir dolor solo por haberlo
visto. Del mismo modo, también estarían en la base de la empatía: serían las que permiten
interpretar y dar sentido a los gestos y las acciones de los demás.
Y es que la socialización es clave. Durante años se planteó la cuestión acerca de si la empatía era
una habilidad innata o si, por el contrario, era una capacidad que se puede trabajar y mejorar. En la
actualidad, ese debate no existe: hay consenso acerca de que la empatía sí puede desarrollarse y
potenciarse. ¿De qué manera? A continuación se enumeran algunas claves.
1. SABER ESCUCHAR
La escucha activa, atenta es una de las claves de la empatía. En un sentido, se trata de -cuando se
conversa con otra persona- dejar de estar pendiente de uno mismo e intentar entrar en el mundo
del otro. También es importante que ese otro se sienta escuchado. Para ello, es clave respetar sus
tiempos, no meter prisas, no interrumpir. Permitir que quien habla se sienta no solo en la libertad de
decir lo que quiere decir, sino también que lo haga de la manera en que lo desee, como más cómodo
se sienta.
También es clave no limitar la atención al lenguaje verbal, a las palabras: los gestos, la postura
corporal, las miradas, los silencios y muchas otras acciones del cuerpo a menudo proporcionan más y
mejor información sobre una persona que lo que ella misma dice. Incluso las acciones de quien
escucha pueden ser fundamentales: un experimento realizado por científicos de Estados Unidos
concluyó que un gesto simple como tocar el brazo de quien habla, en ocasiones, hace que esta
persona se sienta más libre de expresarse y mejor comprendida.
Otra de las principales herramientas para ponerse en el lugar del otro es tener en cuenta que los
mismos hechos afectan de formas distintas a diferentes personas. Algo que es casi intrascendente
para alguien puede ocasionar un derrumbe emocional en alguien más. Por eso, cuando se trata de
potenciar la empatía, no tiene mayor importancia saber qué haría uno mismo en una determinada
situación: lo que cuenta es tener la capacidad de imaginar y entender cómo vive esa situación la otra
persona (en función de su historia, del contexto que la rodea, etc.) y de qué manera resulta
afectada emocionalmente.
Por razones similares a las destacadas en el punto anterior, las opiniones o ideas de la persona que
escucha en ciertas situaciones pueden ser irrelevantes. Dar opiniones cuando nadie lo pide,
“sermonear”, emitir juicios morales o de valor o pretender tener la verdad: todo eso es lo contrario
a la empatía. Los resultados de esas reacciones suelen ser contraproducentes, generan una
distancia que en muchos casos resulta insalvable. La clave pasa por procurar la tolerancia, aceptar la
mirada de los otros, comprender y respetar las diferencias.
El hecho de que la lectura, sobre todo, y también el cine contribuyen con el desarrollo de la empatía
es algo que se sostiene desde hace mucho tiempo. En los últimos años, la neurociencia ha realizado
esfuerzos por corroborarlo. Por medio de estudios realizados con resonancia magnética, científicos
de la Universidad de Stanford confirmaron que, cuando una persona se compenetra en la lectura de
un texto de ficción, se activan zonas del cerebro relacionadas con lo que los personajes hacen o
sienten. Las neuronas que se trabajan cuando una persona toca algo, también lo hacen cuando lee la
descripción de una textura; las neuronas motoras actúan cuando en el relato se habla de un
movimiento.
Xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Reik establece una serie de fases en el proceso empático, que vamos a analizar a continuación:
a. Identificación: fase ya tratada por Freud y en la que mediante la relajación de nuestro control
consciente, podemos llegar a ser absorbidos en la contemplación de la otra persona y de sus
experiencias, perdiendo así la consciencia de nuestro yo, nos proyectamos dentro del otro y
experimentamos lo que el otro siente.
c. Repercusión: supone saber lo que significa lo que estamos sintiendo, para lo cual comienza a
interactuar nuestro yo con el yo interiorizado.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
La empatía es la capacidad de comprender el mundo interior de los demás y evitar hacer juicios. La
comunicación empática es el camino que conduce a este objetivo a través de dos técnicas: la
comprensión y la escucha activa.
La comunicación empática es una actitud que poseemos (cuando tenemos suerte) o que se puede
adquirir a través de la formación.
Lo que se aprende es cómo romper las barreras relacionales con los demás evitando los errores que
cierran la comunicación.
Cuando nos comunicamos con otra persona hay dos vías principales a través de las cuales tratamos
de entender lo que estamos diciendo:
La primera forma es la comprensión intelectual, propia de aquellos que quieren entender los hechos.
El oyente se centra en los acontecimientos que tuvieron lugar y la forma en que se alternan. La
atención se centra en lo que el otro está diciendo.
A menudo sólo tenemos la sensación de que nos han entendido de verdad cuando nuestro oyente
comprende lo que estamos viviendo y no cómo se llevó a cabo el asunto.
La comunicación empática que conduce a este tipo de comprensión se basa en tres elementos
principales:
Para asegurarse de que el otro está abierto y confía en nosotros es necesario demostrar la
capacidad de escuchar (por lo general, la parte interesante de la historia siempre se pone en cola en
la conversación). Escuchar no significa quedarse quieto y no interrumpir, se trata de un
comportamiento proactivo por el cual se llega a ser capaz de entender al otro. La escucha activa
evita los bloqueos de comunicación y favorece la empatía.
Vamos a ver cuáles son las características de estos bloqueos:
¿Qué debemos hacer para fomentar la comunicación empática? Si el propósito es entender al otro,
primero hay que aceptar que a veces no podemos entenderlo todo inmediatamente. Es útil hacer
preguntas, por ejemplo, parafraseando lo que se ha dicho. Esto le da a la otra persona la posibilidad
de comprobar nuestra comprensión.
En ambos casos hay que prestar mucha atención: el humor puede tener el efecto contrario si no se
usa con moderación. En cuanto a la confrontación, es aconsejable no hablar de experiencias propias
(para evitar desviar la conversación hacia sí mismo), pero sí de terceras personas anónimas.//
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
LA COMPRESIÓN ACTIVA
· Imposición de soluciones basadas en su experiencia. Quien ofrece soluciones fáciles para los
problemas de los demás a menudo se ofende si no le hacemos caso.
· Frases consoladoras generalistas que no toman en cuenta la naturaleza específica de la
situación.
Estos tres elementos que deben ser considerados para una comunicación clara:
Conclusión
Ahora es tiempo de que sepamos escuchar lo que esta crisis mundial tiene que decirnos. Ni la
pandemia ni la post pandemia nos traerán sentidos concretos o específicos, pero sí rumores de que
no hemos estado haciendo las cosas bien, por eso los nuevos sentidos deben estar atentos a este
rumor.
Quizá debamos pensar en asumir formas de sociabilidad con distanciamiento, al modo de muchos
países asiáticos; reinventar nuestra sociabilidad sin que perdamos nuestra humanidad. Es decir, lo
importante no es tanto si no nos abrazamos o si no nos damos besos en las mejillas, más importante
aún es que no perdamos nuestra humanidad, nuestra benevolencia, compasión y alegría.
Así, las formas de cortesía y saludos podrán cambiar, pero orientados por lo que hemos ganado
como humanidad. Si perdemos abrazos, pero ganamos solidaridad, entonces en buena hora el cambio,
pues eso nos enriquecerá como personas y como comunidad.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
6 CLAVES DE LA
INTELIGENCIA
EMOCIONAL SEGÚN
DANIEL GOLEMAN.
Entre las claves sobre inteligencia emocional según Daniel Goleman se encuentra la importancia y
la repercusión que tenían las emociones en el ámbito del trabajo y las relaciones laborales.
ÍNDICE
3. Entonces, ¿las personas con menor inteligencia emocional están destinadas al fracaso
laboral o social?
Entre las claves que Daniel Goleman destacó sobre la inteligencia emocional se encuentra la
importancia y la repercusión que tenían las emociones en el ámbito del trabajo y las relaciones
laborales. Por ello, pensamos que es enriquecedor conocer algunas de las claves de la inteligencia
emocional destacadas por este investigador. En este artículo hablaremos de estas 6 claves:
4. Habilidades emocionales
5. El rol de la empatía
A continuación, nos apoyamos en sus conocimientos para abordar cada uno de estos temas. ¡Vamos
allá!
Para Daniel Goleman, conocer bien el significado de esta expresión es una de las claves destacables.
La inteligencia emocional supone
Por otra parte, Goleman afirma que la clave de la inteligencia emocional no supone simplemente ser
siempre amables y punto. De hecho, explica que hay determinados momentos en los que no se
requiere amabilidad, sino hacer frente a una situación poco agradable. En definitiva, se trata
de «una forma distinta de ser inteligentes».
En este caso, la primera clave sobre inteligencia emocional según Daniel Goleman se sintetiza
así: «Madurez es la palabra con la que tradicionalmente nos hemos referido al desarrollo de la
inteligencia emocional».
¿QUÉ IMPORTANCIA TIENE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?
Para mostrar la importancia de estas capacidades, Goleman afirma que son las claves que marcan la
diferencia entre un trabajador muy destacado y otro más mediocre:
«Hay quienes insisten en que lo más importante para el éxito no es la especialización técnica ni la
preparación intelectual, sino la inteligencia emocional».
Así, la segunda clave sobre inteligencia emocional según Daniel Goleman gira en torno a la
importancia de este nuevo concepto.
De ninguna manera. Otra de las claves sobre inteligencia emocional según Daniel Goleman concluye
que, a pesar de que muchas de nuestras habilidades emocionales pueden estar fuertemente
marcadas por nuestra carga genética, otras muchas son susceptibles de ser aprendidas y
modeladas desde los primeros años de vida y durante el resto de ella, si se cuenta con las
herramientas adecuadas.
De hecho, la tercera de las claves de Daniel Goleman sobre la inteligencia emocional podría
resumirse con esta afirmación que él mismo realizó: «Según afirma la neurociencia, el cerebro
emocional aprende de un modo diferente al cerebro pensante (…) A diferencia de lo que ocurre con
el CI (coeficiente intelectual), que apenas varía después de cumplir los diez años, la inteligencia
emocional constituye un proceso de aprendizaje mucho más lento que prosigue durante toda la
vida».
Por otra parte, Goleman destaca dentro de esta misma clave que poseer una elevada inteligencia
emocional significa tener un gran potencial para desarrollar las competencias emocionales, pero
no necesariamente supone haberlas aprendido.
Daniel Goleman destaca, por encima del resto de habilidades emocionales, la capacidad de formar
equipos y la de adaptación a los cambios, como competencias claves para el éxito laboral.
En la línea de esta clave, un estudio nacional realizado hace unos años arrojó los siguientes
resultados: que los empresarios, más allá de los conocimientos técnicos necesarios para realizar un
trabajo concreto, buscaban en su empleados las siguientes claves:
Por otra parte, Goleman destaca dentro de las claves de la empatía que una persona puede tener
esta capacidad de forma muy natural y que, sin embargo, todavía puede tener pendiente
desarrollar numerosas competencias basadas en la empatía, como son el buen servicio al
cliente, ser un buen tutor o la capacidad de dirigir el trabajo de un equipo completo . Aquí yace
la diferencia, comentada anteriormente, entre el grado de inteligencia emocional que poseemos y el
desarrollo que hacemos de sus competencias.
Goleman afirma que sí las hay, pero que, en general, las investigaciones hablan más a favor de las
similitudes que de las diferencias.
Es cierto que en los estudios realizados, generalizando, los grupos de mujeres tienden a ser más
empáticas y más habilidosas en las relaciones interpersonales que los hombres. Estos, a su vez,
muestran mayor optimismo y confianza en sí mismos y se adaptan mejor a las situaciones de estrés
y a los cambios.
Sin embargo, según Daniel Goleman, las claves yacen en los estudios realizados con miles de
hombres y mujeres, en los que se vio que existen algunos hombres que son tan empáticos y sensibles
interpersonalmente como muchas mujeres. A su vez, se vio que algunas mujeres parecían
adaptarse a las situaciones de estrés mejor que muchos hombres.
Bibliografía