Está en la página 1de 30

C A P Í T U L O 6

El yo

LA CULTURA Y EL YO IDENTIDAD
CONCEPTOS PERSONALES IDENTIDAD Y GLOBALIZACIÓN
AUTOESTIMA EL YO A SOLAS
EL YO EMOCIONAL
E l guardián en el centeno, de J. D. Salinger (1951/1964), A lo largo del libro Holden le cuenta al lector su histo-
es quizá la más conocida novela de adolescencia. Es un largo ria complicada (y a menudo divertidísima). Sin embargo, no
monólogo del protagonista, Holden Caulfield. Holden habla se trata en realidad de estos acontecimientos, sino del propio
con alguien, pero nunca nos enteramos de quién es la per- Holden. Se trata de sus intentos por entender quién es y cuál
sona. ¿Un psicólogo tal vez? Le hace a la persona un largo es su lugar en el mundo, un mundo que encuentra confuso,
relato acerca de un dramático periodo de 24 horas de su vida. doloroso y triste. Se muestra reacio a ingresar en el mundo de
Empieza cuando abandona de repente los adultos, porque casi todos le parecen
la preparatoria a la que iba, por sentirse patéticos o corruptos. Prefiere con mucho
distanciado de sus compañeros, harto el mundo de los niños; a lo largo del libro
de lo que percibe como su hipocresía y expresa su visión tierna y quizá románti-
superficialidad. Temeroso de ir a casa (no ca de su inocencia y dulzura. La creciente
es la primera vez que tiene problemas en conciencia de sí mismo ha llegado como
la escuela) se va a la ciudad, donde tiene una sacudida desagradable, porque en su
una serie de percances que culminan en opinión, lo ha sacado del Edén de su ino-
un colapso físico y psicológico. cencia infantil.

Holden no es un adolescente común. Es su sensibilidad un embustero increíble”). Tiene momentos de júbilo, pero
atípica y su ingenio lo que lo hacen un personaje tan cau- más momentos de soledad y tristeza en los cuales se amarga
tivante en El guardián en el centeno. Sin embargo, ofrece un pensando en la muerte y las crueldades de la vida. Trata de
buen ejemplo de cómo los temas del yo se ponen a la van- resolver problemas de identidad, de quién es y qué desea
guardia del desarrollo en la adolescencia. Reflexiona acer- de la vida, y concluye —al menos por ahora— que el único
ca de su madurez o su inmadurez (“Actúo como si fuera futuro que lo atrae es el imaginario de ser el “guardián en
menor...”). Se evalúa en ocasiones de manera negativa (“Soy el centeno”, el guardián de los niños que juegan.

163
164 CAPÍTULO 6 El yo

Los problemas que Holden enfrenta en su monólo- adolescentes se plantean esas preguntas con más claridad
go son los que abordaremos en este capítulo sobre el yo. y llegan a respuestas que son más complejas e intuitivas.
Como vimos en el capítulo 3, sobre el desarrollo cognos- Esta mayor capacidad cognoscitiva para la intros-
citivo, entrar en la adolescencia trae nuevas capacidades pección tiene diversas consecuencias. Significa que los
de introspección. Los adolescentes piensan de sí mismos adolescentes cambian su concepto personal, es decir, sus
como no pueden hacerlo los más jóvenes. La habilidad respuestas a la pregunta: “¿Qué persona soy?” Significa
para el pensamiento abstracto que se alcanza en la ado- que cambia la autoestima de los adolescentes, es decir, su
lescencia incluye plantear preguntas abstractas sobre el capacidad para evaluar su valía fundamental como per-
yo, como: “¿Qué persona soy? ¿Qué características me sona. Significa que cambia la comprensión emocional los
hacen ser quien soy? ¿Para qué soy bueno y no tan bue- adolescentes a medida que cobran mayor conciencia de
no? ¿Cómo me perciben otras personas? ¿Qué vida es sus emociones y que su mejor comprensión de sí mis-
probable que lleve?” Los niños más pequeños también mos y de los demás influye en su vida emocional coti-
hacen esas preguntas, pero sólo de una forma rudimen- diana. También significa que los adolescentes cambian
taria. Con sus crecientes capacidades cognoscitivas, los de identidad, es decir, su percepción de sus capacidades
y características y en la forma en que éstas concuerdan
con las oportunidades que les ofrece su sociedad. Todos
esos cambios continúan en la adultez emergente, pero
en muchos aspectos, los temas de la identidad son de

“Todos nosotros, en algún momento, hemos


especial importancia en este último periodo, incluso
más que en la adolescencia.
En este capítulo analizaremos todos estos aspectos
tenido una visión de nuestra existencia como del yo para finalizar con una mirada a las experiencias y
algo único, intransferible y valiosísimo. Esta estados mentales de los jóvenes cuando están solos. Sin
embargo, primero consideraremos el enfoque cultural
revelación casi siempre tiene lugar durante la de los conceptos del yo. Si bien la introspección aumen-
adolescencia. El autodescubrimiento es por encima ta en la adolescencia como parte del desarrollo cognos-
citivo normal, la cultura en la que viven los jóvenes tiene
de todo la comprensión de que estamos solos: es el profundos efectos en la manera en que experimentan
comienzo de una pared impalpable, transparente este cambio.

—la de nuestra conciencia— entre el mundo y


nosotros mismos. Es cierto que sentimos nuestra La Cultura y el yo
soledad casi tan pronto como nacemos, pero los La distinción general que se presentó en el capítulo 4
niños y los adultos pueden trascender su soledad entre culturas individualistas y colectivistas y entre valo-
res de socialización amplia y restringida, entra en escena
y olvidarse de sí mismos en los juegos o el trabajo. en las consideraciones del yo, y quizá de manera espe-
Sin embargo, los adolescentes vacilan entre la cial sobre este tema. Como advertimos en el capítulo 4,
al examinar las diferencias culturales en los conceptos
infancia y la juventud, deteniéndose por un del yo, es común que los especialistas distingan entre el
momento ante la infinita riqueza del mundo. Se yo independiente promovido por las culturas individualistas
y el yo interdependiente estimulado por las culturas colec-
asombra ante el hecho de su ser, y este asombro lo tivistas (Cross y Gore, 2003; Markus y Kitayama, 1991;
lleva a reflexionar: mientras se inclina sobre el Shweder et al., 1998).
Las culturas que favorecen un yo independiente e
río de su conciencia, se pregunta si el rostro que individualista también promueven y alientan la reflexión
aparece ahí, desfigurado por el agua, es el suyo. acerca del yo. En dichas culturas se considera que es bue-
no pensar en uno mismo, considerar quién es uno como
La singularidad de su ser, que es pura sensación persona independiente y tener una buena opinión per-
en los niños, se convierte en un problema y una sonal (obviamente con ciertas limitaciones, pues nin-
guna cultura valora el egoísmo o egocentrismo). Los
pregunta.” estadounidenses son famosos por su individualismo y
—Octavio Paz (1985, p. 9) citado en Herdt y Leavitt (1998). por su atención a los temas orientados al yo. Fue un esta-
dounidense el que acuñó el término autoestima (William
CAPÍTULO 6 El yo 165

James a finales del siglo xix), y en el resto del mundo se Más abstractos
conoce a Estados Unidos como un lugar donde se valora
y promueve al yo independiente (Green, Deschamps y
Páez, 2005; Triandis, 1995). Sin embargo, no todas las
culturas ven el yo de esta forma ni lo valoran en la mis-
“L o más difícil es afrontar quién eres tú, aceptar el
hecho de que no eres perfecto, pero de todos modos seguir
ma medida. En las culturas colectivistas, que se carac- haciendo las cosas. Aunque seas realmente bueno en
terizan por una socialización restringida, prevalece una algo o una persona en verdad buena, también sabes que
concepción interdependiente del yo. En esas culturas, se
no eres muchas cosas. Estás al tanto de todas las cosas
supone que los intereses del grupo (la familia, el grupo
de parentesco, el grupo étnico, la nación, la institución que no conoces y de las que no puedes hacer. Y aunque
religiosa) tienen prioridad sobre las necesidades del puedas engañar al resto del mundo, siempre sabes
individuo. Esto significa que en esas culturas no nece- que son sandeces.”
sariamente es bueno tener una elevada opinión de uno
—Nan, 17 años (en Bell, 1998, p. 78)
mismo. Las personas con una elevada opinión de sí mis-
mas, que poseen mucha autoestima, ponen en peligro la
armonía del grupo porque pueden sentirse inclinadas a
De acuerdo con Susan Harter (1999), una especialista
luchar por sus intereses personales independientemente
que ha trabajado mucho en el desarrollo de los concep-
de los intereses de sus grupos.
tos personales de la niñez a la adolescencia, al hacer-
Por lo tanto, en esas culturas se socializa a los niños
se mayores los niños se describen en términos menos
y adolescentes para que acallen su autoestima y apren-
concretos (“Tengo un perro que se llama Buster y una
dan a considerar que los intereses y necesidades de
hermana que se llama Carrie”) y más en términos de
otros son al menos tan importantes como los propios
sus rasgos (“Soy bastante lista, pero algo tímida”). Para
(Lalonde y Chandler, 2004; Whiting y Edwards, 1988).
los adolescentes, los conceptos personales se enfocan
En la adolescencia, esto significa que no se piensa en el
aún más en los rasgos y éstos se vuelven más abstractos,
“yo” como un ser separado, independiente y esencial-
conforme se describen en términos de características
mente apartado de los otros, sino que se cree que en
de personalidad intangibles (Harter, 1990a, 1999). Por
gran medida es definido por las relaciones con los demás
ejemplo, una quinceañera se describió de la siguiente
(Kundu y Adams, 1991). Esto es lo que significa que el
manera en un estudio sobre los conceptos personales:
yo sea interdependiente, no independiente (Markus y
Kitayama, 1991). En la perspectiva de esas culturas, no ¿Cómo soy como persona? ¡Complicada! Soy sensible,
puede entenderse al yo separado de los papeles y obli- amistosa, sociable, popular y tolerante, aunque también
gaciones sociales. puedo ser tímida, cohibida e incluso detestable [...] Soy
A lo largo del capítulo veremos con más detalle las una persona muy alegre, en especial con mis amigos [...]
diferentes formas de pensar en el yo. Al hacerlo, tenga En casa es más probable que me ponga ansiosa cerca de
presente que las culturas varían en la forma en que socia- mis padres (Harter, 1990b, p. 352)
lizan a sus integrantes para pensar acerca del yo.
Advierta el uso de todas las abstracciones: “sensible”,
“sociable”, “alegre”, “ansiosa”. La capacidad de los ado-
P • E • N • S • A • M • I • E • N • T • O CRÍTICO lescentes para la abstracción hace posible estas descrip-
ciones.
Según lo que ha aprendido hasta ahora en el libro, ¿cuáles diría Un aspecto de esta capacidad para la abstracción
que son las razones económicas por las que las culturas prein- de los conceptos personales de los adolescentes es que
dustriales fomentan un yo interdependiente? distinguen entre un yo real y los yo posibles (Markus y
Nurius, 1986; Martin, 1997; Oyserman y Markus, 1990;
Whitty, 2002). Los especialistas distinguen dos tipos de
Conceptos personales yo posibles, un yo ideal y un yo temido (Martin, 1997;
Oyserman y Markus, 1990). El yo ideal es el tipo de per-
En varios aspectos, los adolescentes piensan en sí mismos sona que le gustaría ser al adolescente (por ejemplo,
de manera distinta que los más jóvenes. Los cambios que un adolescente puede tener el ideal de llegar a ser muy
ocurren en la adolescencia en la comprensión de uno popular con sus pares o muy exitoso en atletismo o en la
mismo se fundamentan en los cambios más generales en música). El yo temido es la persona en que el adolescen-
el funcionamiento cognoscitivo que vimos en el capítu- te imagina que puede convertirse pero que lo horroriza
lo 3. En particular, el concepto personal y el desarrollo (por ejemplo, un adolescente podría tener miedo de vol-
cognoscitivo general de los adolescentes se vuelven más verse alcohólico o quizá tema caer en vergüenza ante un
abstractos y más complejos. familiar o un amigo). Los dos yo posibles requieren que
166 CAPÍTULO 6 El yo

los adolescentes piensen de manera abstracta. Es decir, los los adolescentes se vuelven más complejos sobre todo de
yo posibles existen sólo como abstracciones, como ideas la adolescencia temprana a la adolescencia media. Har-
en la mente del adolescente. ter (1986) realizó un estudio en que pidió a adolescen-
La capacidad para pensar en un yo real, uno ideal tes de los grados séptimo, noveno y decimoprimero que
y uno temido es un logro cognoscitivo, pero esta capa- se describieran a sí mismos. Los resultados demostraron
cidad puede ser preocupante en algunos aspectos. Si que el grado en que los adolescentes se describían de
uno puede imaginar un yo ideal, también puede tomar maneras contradictorias (por ejemplo, tímido y amante
conciencia del grado de discrepancia entre su yo real y de la diversión) se incrementaba de repente entre los
su yo ideal, entre lo que es y lo que desearía ser. Si la grados séptimo y noveno y luego disminuía ligeramente
discrepancia es muy grande, despierta sentimientos de en decimoprimer grado.
fracaso, ineptitud y depresión. En algunos estudios se ha Harter y sus colaboradores han encontrado que para
encontrado que el tamaño de la discrepancia entre el yo los adolescentes puede ser confuso reconocer esas contra-
real y el ideal se relaciona con el estado de ánimo depre- dicciones en su personalidad y su conducta cuando tratan
sivo de adolescentes y adultos emergentes (Choi y Lee, de separar “el verdadero yo” de los distintos aspectos de
1998; Moretti y Wiebe, 1999). Además, la discrepancia sí mismos que aparecen en diferentes situaciones (Har-
entre el yo real y el ideal es mayor en la adolescencia ter, 1999; Harter, Bresnick, Bouchey y Whitesell, 1997).
media que en la adolescencia temprana o tardía (Stra- Sin embargo, las descripciones contradictorias de los
chen y Jones, 1982). Esto explica por qué es tan rara la adolescentes no necesariamente significan que estén
depresión antes de la adolescencia y porque aumenta en confundidos acerca de cuál de las dos descripciones con-
la adolescencia temprana y alcanza su punto más alto tradictorias se aplica a su yo real. Hasta cierto punto, las
en la adolescencia media (Petersen et al., 1993). contradicciones indican que los adolescentes, más que
Sin embargo, la conciencia del yo real y el ideal trae los niños, reconocen que sus sentimientos y su conduc-
también consecuencias más favorables. Esta conciencia ta pueden variar de un día a otro y de una situación a
proporciona a algunos adolescentes la motivación para otra (Harter, 1990a). En lugar de decir simplemente “soy
esforzarse por lograr su yo ideal y no convertirse en el tímido”, como podría hacerlo un niño más pequeño, un
yo temido (Cota-Robles, Neiss y Hunt, 2000; Markus y adolescente diría: “soy tímido cuando estoy cerca de gen-
Nurius, 1986; Oyserman y Markus, 1990). te que no conozco, pero cuando estoy con mis amigos
También los adultos emergentes se inspiran en la puedo ser bastante alocado”.
visión de un yo posible; de hecho, una de las característi- Un aspecto relacionado de la creciente complejidad
cas notables de la adultez emergente que se mencionaron de los conceptos personales es que los adolescentes están
en el capítulo 1 es que es la “edad de las posibilidades”
(Arnett, 2004a). En un estudio australiano (Whitty, 2002)
se encontró que el inicio de la adultez emergente (de los
17 a los 22 años) es una época de “grandes sueños” de ser
acaudalado y tener una ocupación complicada, pero un
poco más adelante (28-33 años) las visiones del yo posi-
ble se vuelven más realistas, de seguir siendo optimistas.
La mayoría de los especialistas que han estudiado este
tema consideran que para los adolescentes es más sano
poseer un yo ideal y un yo temido. Un estudio que com-
paró a adolescentes delincuentes con otros adolescentes
encontró que los no delincuentes solían tener un equili-
brio entre un yo ideal y un yo temido. En contraste, los
adolescentes delincuentes poseían un yo temido pero era
menos probable que tuvieran un concepto claro de un yo
ideal por el cual luchar (Oyserman y Markus, 1990).

Más complejos
Un segundo aspecto de la comprensión propia de los
adolescentes es que se vuelve más compleja. Esto también
se basa en un logro cognoscitivo más general, a saber, la
habilidad de efectuar operaciones formales para percibir
múltiples aspectos de una situación o idea. Los especia- Es más probable que los adolescentes muestren un yo falso a las
listas han encontrado que los conceptos personales de parejas con las que salen en citas.
CAPÍTULO 6 El yo 167

al tanto de los momentos en que exhiben un yo falso, un carácter (Heine, Lehman, Markus y Kitayama, 1999). La
yo que presentan a los demás a la vez que se dan cuenta preocupación estadounidense por la autoestima es parte
de que no representa lo que en realidad piensan y sienten del individualismo de ese país.
(Harter, 1990a; Harter, Marold, Whitesell y Cobbs, 1996; En las décadas recientes, el enfoque cultural de la
Harter et al., 1997). ¿Ante quién piensa que es más pro- sociedad estadounidense en la autoestima ha dado lugar
bable que los adolescentes exhiban su yo falso: amigos, a numerosas investigaciones sobre la autoestima de los
padres o novios? La investigación de Harter indica que adolescentes. Estos estudios han aclarado diversos temas
es más factible que los adolescentes presenten su yo falso concernientes a la autoestima en la adolescencia, inclu-
ante las parejas con las que salen en citas, que es menos yendo los cambios que presenta entre la preadolescencia
probable que lo hagan con sus amigos cercanos y que la y la adolescencia, sus aspectos, su relación con la apa-
probabilidad de que lo hagan con los padres es interme- riencia física y los factores que influyen en ella.
dia. En la investigación de Harter, la mayoría de los ado-
lescentes indicaron que en ocasiones les disgusta mostrar Autoestima en la preadolescencia
un yo falso, pero muchos dijeron también que la conduc- y la adolescencia
ta de mostrar un yo falso es hasta cierto punto aceptable, e
incluso deseable, para impresionar a alguien o para ocul- Varios estudios longitudinales de la autoestima han
tar aspectos del yo que no quieren que los otros vean. seguido a muestras desde la preadolescencia a la ado-
lescencia o de la adolescencia a la adultez emergente,
P • E • N • S • A • M • I • E • N • T • O CRÍTICO y en estos estudios se ha visto que la autoestima disminu-
ye en la adolescencia temprana, pero que luego aumenta
¿Por qué cree que es más probable que se muestre un yo falso a en la adolescencia tardía y la adultez emergente (Block
las parejas con las que se sale en citas? ¿Este yo falso se descarta y Robins, 1993; O’Malley y Bachman, 1983; Robins et al.,
o no de manera gradual cuando la pareja se convierte en el 2002; Zimmerman, Copeland, Shope y Dielman, 1997).
novio o la novia? Hay varias razones de desarrollo por las cuales la autoes-
tima puede seguir la dirección de una disminución en
la adolescencia temprana y de un aumento en la ado-
Autoestima lescencia tardía y la adultez emergente. La “audiencia
La autoestima es el sentido general de valía y bienestar imaginaria” que analizamos como parte del desarrollo
de una persona. Imagen personal, concepto personal y cognoscitivo de los adolescentes puede hacer que tomen
autopercepción son términos muy relacionados que se conciencia de sí mismos de manera tal que mengua su
refieren a la forma en que las personas se ven y evalúan. autoestima cuando la experimentan por primera vez en
En los últimos 50 años se ha escrito y discutido mucho la adolescencia temprana (Elkind, 1967, 1985). Es decir,
acerca de la autoestima en la sociedad estadouniden- cuando los adolescentes adquieren la capacidad de ima-
se, en especial en relación con los adolescentes. En las ginar que otros están al pendiente de su aspecto, lo que
décadas de 1960 y 1970 se hicieron populares los pro- dicen y cómo actúan, pueden sospechar o temer que los
gramas para mejorar la autoestima de los jóvenes, que se demás los juzgan con severidad.
basaban en la idea de que hacer que los niños y los ado- Y quizá tengan razón. En las culturas occidentales los
lescentes “se sintieran mejor consigo mismos” tendría adolescentes tienen mucha consideración por sus pares y
diversos efectos positivos en otros aspectos del funcio- le dan mucho valor a sus opiniones, en especial en temas
namiento, como el desempeño escolar y las relaciones cotidianos como la forma en que visten y lo que dicen en
con los pares (DuBois, 2003; DuBois y Tevendale, 1999; situaciones sociales (Berndt, 1996). Pero, como vimos
Harter, 1990b). En las décadas de 1980 y 1990 surgió en el capítulo 3, sus pares han adquirido nuevas capacida-
una preocupación relacionada con la autoestima de las des cognoscitivas para el sarcasmo y el ridículo, que repar-
muchachas y con las pruebas de que ellas resienten una ten gratuitamente a cualquiera que parezca raro, torpe
disminución de la autoestima al entrar a la adolescencia o pesado (Eder, 1995; Rosenblum y Way, 2004). Así, la
(American Association of University Women, 1993; Gilli- combinación de una mayor inclinación por los pares, una
gan, Lyons y Hanmer, 1990). mayor conciencia de las evaluaciones de éstos y las evalua-
Toda esta preocupación por la autoestima es un fenó- ciones potencialmente duras de los pares contribuyen a
meno claramente estadounidense. Los estadounidenses la disminución de la autoestima en la adolescencia tem-
confieren más valor a una autoestima elevada que la gen- prana. La autoestima aumenta en la adolescencia tardía y
te de otros países (Triandis, 1995), y la brecha entre los la adultez emergente conforme disminuye la importancia
estadounidenses y los países no occidentales en este de las evaluaciones de los pares (Berndt, 1986).
aspecto es mayor (Whiting y Edwards, 1988). Por ejem- Por otro lado, no debería exagerarse el grado en
plo, en la cultura tradicional japonesa la autocrítica es que disminuye la autoestima durante la adolescencia
una virtud y la autoestima elevada es un problema del temprana. Aunque una proporción considerable de los
168 CAPÍTULO 6 El yo

adolescentes pierde autoestima durante la adolescencia y dirige la atención a las necesidades y preocupaciones de
temprana, muchos otros no. Un estudio siguió a una los demás (Heine et al., 1999).
muestra desde quinto hasta décimo grado y demostró
que diferentes niños muestran distintas pautas de cam- P • E • N • S • A • M • I • E • N • T • O CRÍTICO
bio en la autoestima conforme avanza la adolescencia
(Zimmerman, 1997). En la figura 6.1 se muestran esas ¿Qué hipótesis propondría para explicar las diferencias étnicas
pautas. En la muestra total se detectó una ligera dismi- en la autoestima de los adolescentes que se describieron arriba?
nución de la autoestima y la tendencia descendente se ¿Cómo probaría su hipótesis?
observó sólo en alrededor de la tercera parte de los ado-
lescentes (los grupos de “alta a baja” y de “baja y decre- Aspectos de la autoestima
ciente”). Durante el estudio, la autoestima se mantuvo
alta o mostró un ligero incremento en la mayoría de los En sus estudios de la autoestima, los teóricos han concluido
adolescentes. Otros estudios han publicado pautas simi- que ésta presenta varios aspectos además de la autoestima
lares (Deihl, Vicary y Deike, 1997; Hirsch y DuBois, 1991; general. Morris Rosenberg, el investigador que elaboró la
Pahl, Greene y Way, 2000, 2005). conocida Escala de Autoestima de Rosenberg, distinguió
Diferentes grupos étnicos estadounidenses también entre la autoestima estable y la autoestima fluctuante
muestran diversidad de autoestima. A pesar de haber (Rosenberg, 1986). La autoestima estable es la opinión
estado sometidos a siglos de esclavitud, discriminación y constante y perdurable que tiene la persona de su valor
racismo, los afroestadounidenses tienen mayor autoesti- y bienestar. Las personas con una autoestima estable alta
ma que otros grupos étnicos, y la diferencia aumenta con puede tener un mal día ocasional en que se siente incom-
la edad de la niñez a la adolescencia y la adultez emer- petente o autocríticos, pero su autoestima estable sigue
gente (Bracly, Bámaca y Umaña-Taylor, 2004; Gray-Little siendo alta porque la mayor parte del tiempo se evalúa de
y Haffahl, 2000; Twenge y Crocker, 2002). Los adolescen- forma positiva. En contraste, una persona con una autoes-
tes blancos tienen más autoestima que los latinos, los asiá- tima estable baja sigue teniendo una mala opinión de sí
tico-estadounidenses y los indígenas estadounidenses misma aunque tenga algunos días en que las cosas le sal-
(Twenge y Crocker, 2002). Los asiático-estadouniden- gan bien y en que en que se sienta bien consigo misma.
ses tienen las menores calificaciones en los estudios que La autoestima fluctuante es el sentido cambiante de
comparan adolescentes de diferentes grupos étnicos valía y bienestar que tiene la gente cuando responde a
(Rosenblum y Way, 2004). Las razones de esas diferencias diferentes pensamientos, experiencias e interacciones
étnicas están arraigadas en diferencias culturales, pues la en el curso del día. De acuerdo con Rosenberg, la adoles-
autoestima se fomenta más en la cultura afroestadouni- cencia temprana es una época en que las variaciones en
dense y menos en las culturas de origen asiático (Greene la autoestima fluctuante son muy intensas (Rosenberg,
y Way, 2005). El yo interdependiente favorecido en las 1986). Una adolescente puede tener una discusión con
culturas asiáticas desalienta las autoevaluaciones elevadas la madre por el desayuno y sentirse miserable, luego ir a

15
Constantemente alta (48%)
Moderada y en aumento (18%)
14 Alta a baja (20%)
Baja y en descenso (13%)
13 Muestra total (N = 1103)

12
Autoestima

11

10

8
FIGURA 6.1 Trayectorias de la
7 autoestima durante la adolescencia.
6° grado 7° grado 8° grado 10° grado Fuente: Zimmerman et al. (1997).
CAPÍTULO 6 El yo 169

la escuela y pasar un buen rato con los amigos antes de sólo influiría en su autoestima
clases y sentirse bien, luego recibir una mala calificación
en una prueba de biología y sentirse miserable de nuevo,
total si para ellos fuera impor-
tante destacar en los deportes. “Las muchachas
luego recibir una sonrisa de un posible novio y sentirse No obstante, para la mayoría de comparan su cuer-
genial, todo en unas cuantas horas. los adolescentes algunas esferas
po con nuestros
Los estudios con el Método de Muestreo de Expe- de la autoestima son más impor-
riencias (MME), en los que los adolescentes llevan relo- tantes que otras, como veremos ideales culturales
jes con localizador y registran su estado de ánimo y sus en la siguiente sección. y los encuentran
actividades cuando los llaman, confirman las ideas de
Rosenberg porque se demuestra que los adolescentes inadecuados.
Autoestima y apariencia
pasan en un día cualquiera por esta rápida fluctuación Las dietas y la
de ánimo (Larson y Richards, 1994). En los estudios reali- ¿Cuál de los ocho aspectos de la insatisfacción con
zados con este método se ve que los adultos y los preado- autoestima propuestos por Harter
lescentes también experimentan cambios en sus estados cree que sea más importante en el cuerpo se han
de ánimo, pero no con la misma frecuencia o intensi- la adolescencia? La investigación vuelto reacciones
dad que los adolescentes. Otros estudios confirman que de Harter y otros ha encontrado
normales a la
la autoestima de los adolescentes varía según la persona que la apariencia física tiene la
con la que estén (Harter, Waters y Whitesell, 1998). Ade- relación más fuerte con la autoes- pubertad [...] A
más, los adolescentes difieren en lo mucho que fluctúa tima total, seguida de la acepta- las chicas las ate-
su autoestima fluctuante: algunos tienen una relativa ción social de los pares (DuBois
estabilidad al paso del tiempo y los contextos y otros son et al., 1996; Harter, 1989, 1990b, rra estar gordas,
sumamente variables (Harter y Whitesell, 2003). Cuanto 2001, 2003; Shapka y Keating, también deberían
más agradables y seguras sean sus relaciones sociales, más 2005). En los adultos emergentes estarlo. Escuchan
estable es su autoestima. se ha encontrado una conexión
Susan Harter (1989, 1990a, 1990b, 1997, 1999, 2001, similar entre la apariencia física y los comentarios he-
2003) ha estudiado otros aspectos de la autoestima de la autoestima (Mendelson, Men- chos sobre las chi-
los adolescentes. Su Self-Perception Profile for Adolescents delson y Andrews, 2000).
cas gruesas en los
(Perfil de Autopercepción para Adolescentes) distingue Las adolescentes son más
las siguientes ocho esferas de la imagen personal del propensas que los muchachos a corredores de sus
adolescente: enfatizar la apariencia como base escuelas. Ninguna
de la autoestima. Esta diferen-
• Competencia académica cia de género explica en buena se siente lo bastante
• Aceptación social medida la diferencia de autoes- delgada. Debido
tima que se presenta en la ado- a la culpa y la
• Competencia deportiva
lescencia. En la adolescencia, las
• Apariencia física muchachas tienen una imagen vergüenza por su
• Competencia laboral corporal más negativa que los cuerpo, las jóvenes
varones y son más críticas de su
• Atractivo romántico están constante-
aspecto. Están menos satisfechas
• Comportamiento que los muchachos con la forma mente a la defensi-
• Amistad cercana de su cuerpo y la mayoría cree va [...] Casi todas
que tienen sobrepeso y ha inten-
En el apartado Enfoque en la investigación se dan tado hacer dieta (Irwin, Igra, las adolescentes se
ejemplos de los reactivos de cada subescala y mayor infor- Eyre y Millstein, 1997; Simmons sienten gordas,
mación sobre la escala. Además de las ocho subescalas y Blyth, 1987). Debido a que las
correspondientes a esferas específicas de la autoestima, la
se preocupan por su
muchachas hacen una evalua-
escala de Harter también contiene una subescala de ción negativa de su apariencia y peso, hacen dieta y
autoestima total (general). dado que ésta es el meollo de su sienten culpa cuan-
La investigación de Harter indica que los adolescen- autoestima total, la autoestima
tes no necesitan tener una imagen personal positiva en do comen.”
de las muchachas es más baja
todas las esferas para tener una autoestima total elevada. que la de los hombres durante la —Mary Pipher (1994),
Cada esfera de la imagen personal influye en la autoesti- adolescencia (DuBois et al., 1996; Reviving Ophelia: Saving
ma total sólo en la medida que el adolescente la considere Frost y McKelvie, 2004; Klomsten, the Selves of Adolescent
importante. Por ejemplo, algunos adolescentes conside- Skaalvik y Espnes, 2004; Shapka y Girls, pp. 184-185
ran que tienen pocas capacidades deportivas, pero eso Keating, 2005).
170 CAPÍTULO 6 El yo

Enfoque en la investigación
Perfil de autopercepción para adolescentes de Harter

L a prueba de mayor uso para medir total, pero calificaciones más elevadas
que las de los muchachos en amista-
el yo en la adolescencia es el Perfil de
Autopercepción para Adolescentes des cercanas (Harter, 1988, 1999).
de Susan Harter (1988, 1999, 2003). Dado que esos resultados son con-
La escala consta de nueve subescalas, gruentes con los obtenidos por otros
cada una con cinco reactivos, para estudios, los resultados parecen apo-
un total de 45 reactivos. Ochos de yar la validez de la escala de Harter. Sin
las subescalas evalúan esferas especí- embargo, la investigación de Harter se
ficas de la imagen personal y la no- ha realizado principalmente con ado-
vena valora la valía general (“total”). El formato de lescentes estadounidenses de clase media. La medida
los reactivos presenta dos afirmaciones acerca de los puede no ser tan válida para adolescentes de otras cul-
“adolescentes”; el muchacho selecciona luego cuál de turas, en especial en las culturas orientales, como la
las afirmaciones se aplica mejor en su caso y decide si japonesa y la china, en las cuales se desaprueba social-
la afirmación es “algo cierta para mí” o “muy cierta mente que uno se evalúe de manera positiva.
para mí”. En la tabla 6.1 se presentan ejemplos de los
reactivos de cada subescala. Tabla 6.1 Ejemplos de Reactivos del Perfil de
Advierta que en algunos reactivos la respuesta que Autopercepción para Adolescentes
expresa una alta autoestima viene primero (antes
del “PERO”), mientras que en otros la respuesta que Competencia académica
indica alta autoestima es la segunda (después del Algunos adolescentes tienen dificultades para entender las res-
“PERO”). La razón de esta variación es evitar un ses- puestas en la escuela PERO otros adolescentes casi siempre pue-
go de respuesta, que es la tendencia a elegir la mis- den entender las respuestas.
ma respuesta para todos los reactivos. Si en todos los Aceptación social
Algunos adolescentes son populares con otros chicos de su edad
reactivos la respuesta que indica alta autoestima fue- PERO otros adolescentes no son muy populares.
ra la primera, luego de unos cuantos un adolescente
Competencia deportiva
puede empezar a marcar la primera casilla sin leer Algunos adolescentes no creen ser muy deportistas PERO otros
el reactivo con cuidado. Modificar la disposición de adolescentes piensan que son muy deportistas.
los reactivos ayuda a evitar el sesgo de respuesta. Apariencia física
En cualquier cuestionario se buscan las cualidades Algunos adolescentes piensan que son bien parecidos PERO
de confiabilidad y validez. Para establecer la confiabi- otros adolescentes creen que no son muy bien parecidos.
lidad de las subescalas, Harter calculó la consistencia Competencia laboral
interna de cada una. La consistencia interna es una Algunos adolescentes opinan que están listos para hacer un
estadística que indica el grado en que los diferentes buen papel en un trabajo de medio tiempo PERO otros adoles-
centes piensan que no están listos para manejar un trabajo de
reactivos de una escala o subescala se responden de medio tiempo.
manera similar. Las subescalas de Harter mostraron Atractivo romántico
una gran consistencia interna, lo que significa que Algunos adolescentes piensan que otras personas de su edad se
los adolescentes que reportaron una autopercepción sentirán atraídas por ellos PERO a otros adolescentes les pre-
positiva en un reactivo de una subescala tendían a ocupa si la gente de su edad sentirá atracción por ellos.
hacer lo mismo en los otros reactivos de la subescala Comportamiento
y que los adolescentes que referían una percepción Algunos adolescentes se meten en problemas por las cosas que
negativa de ellos mismos en un reactivo de la subesca- hacen PERO otros adolescentes no hacen cosas que los metan
en problemas.
la también lo hacían en los otros reactivos.
Amistad cercana
¿Qué hay acerca de la validez de la escala? Una for- Algunos adolescentes son capaces de hacer amigos cercanos PERO
ma de establecer la validez es ver si los resultados a otros adolescentes les resulta difícil hacer amigos cercanos.
obtenidos al usar una medida son consistentes con Autovalía global
los resultados obtenidos con otros métodos. La inves- Algunos adolescentes son felices consigo mismos la mayor parte
tigación que utiliza la escala de Harter ha encontrado del tiempo PERO otros adolescentes a menudo no se sienten
que las muchachas se asignan calificaciones más felices consigo mismos.
bajas que los muchachos en apariencia física y valía Fuente: Harter (1988).

maq-Arnettcap-06.indd 170 7/6/07 12:37:30 PM


CAPÍTULO 6 El yo 171

La importancia de la apariencia física como fuente Harter, 1990b, 1999). Como dijimos, debido a que aumen-
de autoestima también explica por qué es tan probable ta la importancia de los pares en el mundo social de los
que la autoestima de las muchachas disminuya cuando adolescentes, en la adolescencia adquieren un considera-
entran en la adolescencia temprana. Como vimos en el ble poder sobre la autoestima, en comparación con edades
capítulo 2, con frecuencia las muchachas son muy ambi- más tempranas, pero también los padres son importantes.
valentes acerca de los cambios que tienen lugar en su Aunque los adolescentes suelen pasar menos tiempo con
apariencia física cuando llegan a la pubertad. Alcanzar sus padres y tienen más conflictos con ellos que antes de
la pubertad significa volverse más femenina, lo cual es la adolescencia, las relaciones de los adolescentes con sus
bueno, pero volverse más femenina significa ganar peso padres siguen siendo cruciales (Allen y Land, 1999; Lar-
en ciertos lugares, lo cual no es bueno (al menos en la son y Richards, 1994). Si los padres les brindan amor y
cultura mayoritaria estadounidense). Como el ideal físi- aliento, la autoestima del adolescente aumenta, pero si los
co de las mujeres estadounidenses es de una gran del- menosprecian y se muestran indiferentes, los adolescentes
gadez, llegar a una edad en que la naturaleza forma un responden con menor autoestima (Berenson, Crawford,
cuerpo más redondeado hace difícil que las adolescentes Cohen y Brook, 2005). La aprobación de los adultos aje-
se sientan bien consigo mismas (Frost y McKelvie, 2004; nos a la familia, en especial los maestros, contribuye tam-
Graber et al., 1994; Keel et al., 1997; Rosenblum y Lewis, bién a la autoestima (Hill y Holmbeck, 1986).
1999). La atención en el atractivo físico como fuente de También se ha encontrado que el éxito académi-
autoestima responde igualmente al hecho de que llegar co se relaciona con la autoestima en la adolescencia
a la adolescencia también significa enfrentar evaluacio- (Bachman y O’Malley, 1986; DuBois y Tevendale, 1999),
nes de otros como una posible pareja romántica o sexual en especial en el caso de los adolescentes asiaticoesta-
y sobre todo para las muchachas, el atractivo físico es dounidenses (Szezulski, Martínez y Reyes, 1994). Pero
el criterio principal para esta evaluación (Galambos, ¿qué viene primero? ¿La autoestima de los adolescentes
Almeida y Petersen, 1990; Hill y Lynch, 1983). mejora cuando les va bien en la escuela o su autoestima
Debe resaltarse que la investigación que ha encon- influye directamente en su desempeño escolar? En las
trado una disminución en la autoestima de las adoles- décadas de 1960 y 1970, la idea predominante en la edu-
centes y una diferencia de género en la apariencia física cación estadounidense era que la autoestima era causa
percibida se ha realizado principalmente con jóvenes más que consecuencia del éxito académico.
blancas. La evidencia indica que las muchachas afroes- Se establecieron numerosos programas para tratar
tadounidenses evalúan su apariencia física de manera de mejorar la autoestima de los estudiantes, elogiándo-
muy distinta que las blancas. En un estudio de estudian- los y enseñándoles a elogiarse, con la esperanza de que
tes de secundaria y preparatoria, 70% de las muchachas esto mejorara su desempeño escolar. Sin embargo, a la
afroestadounidenses estaban satisfechas con su cuerpo, larga los especialistas concluyeron que esos programas
en comparación con apenas 10% de las blancas (Parker no funcionaban (DuBois, 2003; Harter, 1990b). Estudios
et al., 1995). Además, la mayoría de las muchachas afroes- más recientes han demostrado que el éxito académico es
tadounidenses (64%) y muy pocas de las blancas estaba causa, más que consecuencia, de la autoestima (DuBois y
de acuerdo en que “es mejor tener un poco de sobrepeso Tevendale, 1999; Liu, Kaplan y Risser, 1992; Rosenberg,
que tener un peso más bajo de lo normal”. Esta diferen- Schooler y Schoenbach, 1989). De hecho, los adolescen-
cia étnica en la apariencia física percibida explica por tes que tienen una autoestima exagerada (es decir, que se
qué las estadounidenses blancas tienen menos autoesti- califican de manera más favorable que los padres, maes-
ma que los muchachos en la adolescencia, mientras que tros y pares) tienen más problemas de conducta en clases
en los grupos minoritarios de Estados Unidos sucede lo que sus compañeros (DuBois, 2003; DuBois et al., 1998).
contrario (DuBois et al., 1996; Greene y Way, 2005; Men- La mejor manera de fomentar la autoestima de los adoles-
delson et al., 2000). Sin embargo, hay pruebas de que las centes en relación con la escuela es enseñarles los conoci-
jóvenes negras y asiáticas se evalúan de acuerdo con el mientos y habilidades que sean la base de logros reales en
color de su piel y que las que tienen una piel relativamen- el salón (Bednar, Wells y Peterson, 1995; DuBois, 2003).
te oscura tienen también percepciones negativas de su En otros ámbitos, se debaten los efectos de la autoes-
atractivo (Bound y Cash, 1992; Sahay y Piran, 1997). tima, ya que algunos especialistas afirman que la auto-
estima tiene numerosos efectos, mientras que otros
Causas y efectos de la autoestima argumentan que, al igual que los resultados concernien-
tes al desempeño escolar, el funcionamiento en otros
¿Por qué unos adolescentes tienen más autoestima que ámbitos es una causa más que un efecto de la autoestima
otros? Los teóricos e investigadores han identificado (en Donnellan et al. [2005] encontrará un análisis recien-
que el factor más importante es sentirse aceptados y apro- te del tema). Un estudio reciente indica que los efectos
bados por los otros, en especial los padres y los pares de la autoestima dependen de en qué esferas es alta y en
(DuBois, 2003; Greene y Way, 2005; Farruggia et al., 2004; cuáles baja (Wild, Flisher, Bhana y Lombard, 2004). Una
172 CAPÍTULO 6 El yo

autoestima baja en las esferas de la familia y la escuela y incrementa en este periodo. La apariencia física es impor-
una autoestima elevada en la esfera de los pares se asocia- tante para la autoestima de los adolescentes, pero en la
ron con conductas de riesgo en adolescentes de ambos adultez emergente los jóvenes ya pasaron por los difíciles
sexos. En un estudio longitudinal reciente de adolescen- cambios de la pubertad y quizá se sientan más cómodos
tes jóvenes (DuBois y Silverthorn, 2004), una autoestima con su aspecto. Además, la aceptación y aprobación de
baja en el Tiempo 1 predecía asociaciones con pares de los padres contribuye a la autoestima y entre la adoles-
conducta anómala en el Tiempo 2, lo cual a su vez se cencia y la adultez emergente mejora la relación con los
relacionaba con conducta de riesgo, pero no había una padres a la vez que los conflictos disminuyen (Arnett,
asociación directa entre la baja autoestima y el compor- 2003a; Galambos et al., 2006; O’Connor, Allen, Bell y
tamiento arriesgado. Esos estudios ponen de relieve la Hauser, 1996). Los pares y los amigos también son impor-
complejidad de las relaciones entre la autoestima y la con- tantes para la autoestima, y la adultez emergente signifi-
ducta de los adolescentes. ca dejar la olla de presión social de la escuela secundaria,
donde las evaluaciones de los pares son parte de la vida
diaria y pueden ser duras (Gavin y Furman, 1989).
P • E • N • S • A • M • I • E • N • T • O CRÍTICO Además, llegar a la adultez emergente significa un
mayor control de los contextos sociales de la vida coti-
Los estadounidenses consideran que es saludable tener una gran
diana, lo que permite a los adultos emergentes insistir en
autoestima. ¿Es posible que la autoestima sea demasiado eleva-
da? De ser así, ¿cómo podría saberse que se ha alcanzado ese
los contextos que prefieren y evitar los que no les gustan,
punto? ¿Es subjetivo, basado simplemente en la opinión de cada lo que no es posible para los adolescentes. Por ejemplo,
persona o podría darse una definición objetiva de ese punto? aunque les desagrade y les vaya mal, los adolescentes no
tienen más opción que ir a la escuela, donde las malas
calificaciones pueden socavar repetidamente su autoes-
Autoestima en la adultez emergente tima. Sin embargo, en la adultez emergente pueden
abandonar la escuela y dedicarse a un trabajo de tiempo
Si bien la autoestima disminuye de la preadolescencia a
completo que quizá les resulte más gratificante y agrada-
la adolescencia, para la mayoría de los jóvenes aumenta
ble, lo que mejora su autoestima.
durante la adultez emergente (Galambos, Barker y Krahn,
2006; Harter, 1999; O’Malley y Bachman, 1983; Roberts,
Caspi y Moffitt, 2001). En la figura 6.2 se muestra este El yo emocional
patrón. Hay varias razones por las cuales la autoestima se
Entre los problemas del yo que enfrentan los adolescen-
4.25
tes está el de entender y manejar sus emociones. Una
de las observaciones más antiguas y perdurables sobre la
Total
Hombres adolescencia es que es una época en que las emociones
Mujeres se agudizan. Hace más de 2000 años, el filósofo griego
Aristóteles observó que los jóvenes “son acalorados por la
naturaleza de la misma manera en que el vino embriaga
a los hombres”. Hace alrededor de 250 años, el filóso-
fo francés Jean Jacques Rousseau hizo una observación
similar: “Así como el rugido de las olas precede a la tem-
Bienestar

pestad, el murmullo de las pasiones crecientes anuncia


4 el tumultuoso cambio” de la pubertad y la adolescencia.
Más o menos por la misma época en que escribía Rous-
seau, florecía un género de la literatura alemana llamado
“Sturm und Drang”, que significa “tormenta y estrés”. En
esas narraciones, jóvenes entre 15 y 22 años experimen-
taban emociones extremas de angustia, tristeza y amor
romántico. En la actualidad, la mayoría de los padres
estadounidenses ven la adolescencia como una época en
la que se acentúan las fluctuaciones emocionales (Bucha-
3.75 nan et al., 1990; Buchanan y Holmbeck, 1998).
18 19/20 21/22 23/24 ¿Qué nos dice la investigación contemporánea sobre
Edad la validez de esas ideas históricas y populares sobre la
FIGURA 6.2 La autoestima aumenta durante la adultez emergente. emocionalidad del adolescente? Es probable que la mejor
Fuente: Monitoring the Future (2003). fuente de datos sobre esta cuestión sean los estudios rea-
lizados con el método de muestreo de experiencias
CAPÍTULO 6 El yo 173

La investigación reciente indica que el desarrollo


del cerebro contribuye a la emocionalidad de los ado-
lescentes (Giedd, 2002). En un estudio que comparó a
adolescentes (entre 10 y 18 años) con adultos emergentes
y adultos jóvenes (de 20 a 40 años), se mostró a los par-
ticipantes fotografías de rostros que exhibían emociones
fuertes (Baird et al., 1999). Cuando los adolescentes proce-
saban la información emocional de las fotos, la actividad
cerebral era mayor en la amígdala, una parte primitiva
del cerebro que participa en las emociones, y baja en los
lóbulos frontales, la parte del cerebro ocupada de las fun-
ciones superiores como el razonamiento y la planeación.
En los adultos sucedía lo contrario. Esto parece indicar
que a menudo los adolescentes responden con el corazón
más que con la cabeza a los estímulos emocionales, mien-
tras que la respuesta de los adultos es más controlada y
racional. Los estudios también indican que los cambios
Los estados de ánimo negativos se hacen más comunes en la hormonales de la pubertad acentúan la emocionalidad en
adolescencia. la adolescencia temprana (Susman y Rogol, 2004).
Sin embargo, la mayoría de los especialistas conside-
ran que esos cambios emocionales se deben a factores
cognoscitivos y ambientales más que cambios biológicos
(Csikszentmihalyi y Larson, 1984; Larson y Ham, 1993; (Buchanan et al., 1992; Susman y Rogol, 2004). De acuer-
Larson y Richards, 1994) en los cuales las personas regis- do con Larson y Richards (1994), las capacidades recién
tran sus emociones y experiencias cuando son llamadas desarrolladas por los adolescentes para el razonamiento
con un localizador en momentos aleatorios durante el abstracto “les permiten ver por debajo de la superficie de
día. Lo que hace valioso a este método para abordar la las situaciones y prever amenazas ocultas y más duraderas
cuestión de la emocionalidad adolescente es que evalúa a su bienestar” (p. 86). Larson y Richards (1994) también
las emociones en numerosos momentos específicos, en argumentan que la experimentación de múltiples cambios
lugar de pedir a los muchachos que hagan un juicio gene- de vida y transiciones personales durante la adolescencia
ral de sus fluctuaciones emocionales. Además, también (como el inicio de la pubertad, el cambio de escuela y el
se han realizado estudios con el método de muestreo de inicio de las citas) contribuye a la inestabilidad emocional
experiencias en preadolescentes y adultos. Por ende, si de los adolescentes. No obstante, Larson y Richards (1994)
comparamos los patrones emocionales declarados por subrayan que lo que explica la volatilidad emocional de los
los grupos, podemos tener una buena idea de si los ado- adolescentes no es sólo el hecho de que pasen por situacio-
lescentes tienen más extremos emocionales que los prea- nes de tensión, sino cómo las experimentan y las interpre-
dolescentes o los adultos. tan. Incluso en su respuesta a sucesos iguales o similares,
Los resultados indican que así es (Larson, Csiks- los adolescentes refieren estados de ánimo más extremos y
zentmihalyi y Graef, 1980; Larson y Richards, 1994). Los negativos que los preadolescentes y los adultos.
adolescentes dicen que se sienten “acomplejados” y “aver- Recientemente Larson y Richards reportaron los
gonzados” dos o tres veces más que sus padres y también resultados de la evaluación de su muestra original (estu-
tienen mayor probabilidad que sus padres de sentirse diantes de quinto a octavo grados) cuatro años más tarde,
torpes, solitarios, nerviosos e ignorados. En compara- cuando estaban en noveno a duodécimo grados (Larson
ción con los preadolescentes, los adolescentes también et al., 2002). Como se observa en la figura 6.3, encontraron
son más malhumorados. Al comparar a preadolescentes que la disminución de los estados emocionales positivos
de quinto grado con adolescentes de octavo, Larson y continuaba de noveno a décimo grado y luego se nivela-
Richards (1994) describen la “caída en desgracia” emo- ba. Además, los adolescentes mayores sentían menos emo-
cional que ocurre durante ese tiempo, a medida que la ciones volátiles, es decir, sus cambios emocionales eran
proporción de tiempo experimentado como “muy feliz” menos extremos. En otro estudio se utilizó el método de
disminuye 50% y ocurren disminuciones similares en muestreo de experiencias con adolescentes hindúes y sus
informes de sentirse “fenomenal”, “orgulloso” y “en con- padres (Verma y Larson, 1999). Los resultados indicaron
trol”. El resultado es un “descenso general de la felicidad que, al igual que en Estados Unidos, en la India los adoles-
de la niñez” (p. 85) cuando termina la niñez y empieza la centes refieren más extremos de emoción que sus padres.
adolescencia. Esto es congruente con la disminución en Pocos estudios han examinado la emocionalidad en la
la autoestima que vimos antes. adultez emergente, pero un estudio longitudinal reciente
174 CAPÍTULO 6 El yo

1.5 ciones con los demás. Las muchachas tienen una “voz
diferente” a la de los chicos, no sólo en sus opiniones de
1.4 los problemas morales sino, de manera más general, en
1.3 sus consideraciones de las relaciones humanas.
La adolescencia temprana es crucial porque es el
1.2 momento en que las muchachas toman conciencia de un
Estado emocional

1.1
conflicto irreconciliable en lo que la cultura mayoritaria
de Estados Unidos espera de las mujeres. Por un lado, las
1.0 muchachas perciben que en su cultura se valoran la inde-
pendencia y la asertividad y que es más probable que la
.9
gente ambiciosa y competitiva saque provecho de su edu-
.8 cación y su carrera. Por otro lado, perciben que su cultura
valora a las mujeres principalmente por su apariencia y por
.7
rasgos femeninos como la calidez y el cuidado de los otros,
.6 Muchachas y que rechaza como “egoístas” a las mujeres que muestran
Chicos los rasgos que la cultura más recompensa, como la inde-
.5 pendencia y la competitividad. Por eso, en la adolescencia
5 6 7 8 9 10 11 12
temprana las muchachas sucumben a la socialización por
Grado géneros de su cultura y se vuelven inseguras e indecisas
FIGURA 6.3 Disminución en el estado emocional promedio de acerca de sus habilidades, y lo más probable es que acallen
quinto a duodécimo grado. sus voces en un esfuerzo por obtener aceptación social. De
Fuente: Larson et al. (2002). acuerdo con Gilligan, en el extremo, el enmudecimien-
to de la voz femenina se refleja en una intensificación de
encontró que de los 18 a los 25 años, disminuían las emo- problemas como la depresión y los trastornos alimentarios
ciones negativas (como sentirse deprimido o enojado) cuando las muchachas llegan a la adolescencia.
(Galambos et al., 2006). Este resultado concuerda con la Gilligan ha tenido una influencia profunda con su
investigación sobre la autoestima al demostrar que para visión del desarrollo emocional de las jóvenes. Sus traba-
la mayoría de la gente el yo se vuelve más feliz y más estable jos han tenido numerosos lectores, no sólo en las cien-
de la adolescencia a la adultez emergente (Arnett, 2004a). cias sociales sino también entre el público general. Una
psicóloga clínica, Mary Pipher (1994) escribió un libro
llamado Reviving Ophelia inspirado en las ideas de Gilli-
Género y yo emocional: ¿Acaso las gan acerca del yo emocional de las adolescentes, que se
adolescentes pierden su “voz”? convirtió en un éxito de ventas. Una de las escuelas en las
que Gilligan realizó su investigación, un colegio privado
Carol Gilligan es una de las teóricas más destacadas sobre para muchachas en el norte de Nueva York, se impresionó
el desarrollo del yo en las adolescentes. En el capítulo
4 vimos la propuesta de Gilligan y sus colaboradores de
que las chicas y chicos adolescentes varones piensan
de manera distinta en los problemas morales, de modo
que las mujeres subrayan el cuidado mientras los varones
resaltan la justicia. Gilligan y sus colaboradores también
argumentaron que en la adolescencia se observan dife-
rencias de género en el yo. Afirman que la adolescencia
temprana es un momento decisivo en el desarrollo del
yo, en el que los muchachos aprenden a hacer valer sus
opiniones mientras que las chicas pierden su “voz” y se
vuelven reservadas e inseguras (Brown y Gilligan, 1992;
Gilligan, Lyons y Hammer, 1990).
En opinión de Gilligan, desde la niñez temprana hay
diferencias en las respuestas emocionales de las mujeres
y los hombres a las relaciones sociales. Considera que des-
de una edad temprana las muchachas son más sensibles a
los matices de las relaciones humanas, más observadoras
de las sutilezas de las interacciones sociales y más inte- De acuerdo con Carol Gilligan, cuando llegan a la adolescencia las
resadas en cultivar la intimidad emocional en sus rela- muchachas corren el riesgo de perder la confianza en sí mismas.
CAPÍTULO 6 El yo 175

tanto con los resultados de Gilligan que las autoridades Identidad


escolares revisaron todo el plan de estudios en un esfuer-
zo por preservar la voz de las adolescentes destacando la
cooperación sobre la competición y haciendo esfuerzos
especiales para alentar a las chicas a expresarse.
“P ara mí, estoy explorando quién soy: trato de
descubrir quién soy, porque en realidad ya no estoy muy
Sin embargo, igual que en su investigación sobre seguro. Hasta séptimo grado era sólo un niño. Yo era yo
el desarrollo moral, Gilligan ha atraído a tantos críticos
y nunca pensé realmente en eso. Pero ahora he pensado
como admiradores. Esos críticos arguyen que Gilligan exa-
gera las diferencias entre los muchachos y las chicas en la en ello mucho más y estoy empezando a tener que tomar
adolescencia (Greene y Maccoby, 1986; Sommers, 2000; decisiones acerca de quién quiero ser.”
Tavris, 1992). Por ejemplo, es cierto que la autoestima de —Conrad, 13 años (en Bell, 1998, p. 72)
las muchachas disminuye en la adolescencia temprana,
pero la autoestima de los varones también decrece, algo Una de las características más distintivas de la adoles-
que Gilligan admite rara vez (por ejemplo, DuBois et al., cencia es que es una época para pensar quién es uno,
1996). También se critican sus métodos de investigación. hacia dónde va su vida, en qué cree y cuál es su lugar en
Al igual que en sus estudios sobre el desarrollo moral, no el mundo. Todos son temas de identidad. La incipien-
siempre ha incluido a muchachos en sus estudios de las te capacidad de introspección de los adolescentes es lo
diferencias de género en el yo durante la adolescencia. que hace posible la consideración de los temas de iden-
Gilligan estudia a las chicas y luego hace suposiciones tidad. Los adolescentes son capaces de considerarse en
acerca de cómo difieren de los esquemas que podrían abstracto, en “tercera persona”, lo que no es posible para
encontrarse entre los muchachos (por ejemplo, Brown y los niños más pequeños. Durante la adolescencia y en
Gilligan, 1992; Gilligan et al., 1990). Además, al presentar la adultez emergente se exploran varios aspectos de la
los resultados de su investigación sólo incluye pasajes de identidad, lo que culmina en compromisos que ponen
las entrevistas realizadas por ella y sus colaboradores y los cimientos de la vida adulta.
comentarios sobre esos pasajes. Los críticos opinan que La adolescencia y la adultez emergente son periodos
esta metodología es débil y que es difícil juzgar su confia- cruciales para el desarrollo de la identidad, y es por esto
bilidad y validez (Sommers, 2000). que los teóricos e investigadores han dedicado mucha
Aunque los métodos de investigación de Gilligan atención al tema. En esta sección, revisaremos primero
son criticables por sus defectos, otros investigadores han la teoría de Erikson sobre las crisis de la identidad ado-
empezado a explorar los problemas que ella ha plantea- lescente, luego veremos la investigación realizada para
do, usando métodos más rigurosos. En un estudio, Susan examinar la teoría de Erikson. Después de eso, conside-
Harter y sus colaboradores examinaron la idea de Gilli- raremos los papeles de género y la cultura en el desa-
gan de la pérdida de la voz en la adolescencia, pero inclu- rrollo de la identidad adolescente, con una atención
yeron a hombres y mujeres (Harter et al., 1997; Harter, especial en la identidad étnica entre las minorías de la
Waters, Whitesell y Kastelic, 1998). Harter y sus colabora- sociedad estadounidense.
dores aplicaron a los adolescentes un cuestionario para
medir el grado de su “voz” (expresar una opinión, disen- Teoría de Erikson
tir, etc.) y otro cuestionario para medir el grado de su
masculinidad y feminidad referida por los propios suje- Erik Erikson (1902-1994) es uno de los especialistas más
tos. Los resultados arrojaron cierto apoyo para la teoría destacados en la historia del estudio del desarrollo ado-
de Gilligan, por el hecho de que las muchachas “femeni- lescente. De hecho, ha tenido una influencia considera-
nas” referían niveles más bajos de “voz” que los mucha- ble en el estudio del desarrollo humano de la infancia
chos. En contraste, la “voz” de las muchachas andróginas a la vejez. Inspirado en sus experiencias como maestro,
(quienes informaban tener rasgos masculinos y femeni- psicoanalista, etnógrafo entre los indígenas estadouni-
nos) era igual a la de los varones. En cambio, la investi- denses y terapeuta de veteranos de la Segunda Guerra
gación de Harter no apoya la afirmación de Gilligan de Mundial, Erikson formuló una teoría exhaustiva del
que la “voz” de las muchachas disminuye cuando entran desarrollo humano en el ciclo de vida. Sin embargo, su
a la adolescencia (Harter, 1999). Sólo las muchachas más trabajo se enfocó primordialmente en la adolescencia,
“femeninas” tenían menos “voz” que los varones. y es en el desarrollo adolescente donde ha tenido su
mayor influencia.
P • E • N • S • A • M • I • E • N • T • O CRÍTICO En la teoría de Erikson sobre el desarrollo huma-
no en el ciclo de vida, cada época se caracteriza por
A partir de su experiencia y observación ¿está de acuerdo o en un problema del desarrollo o “crisis”, como lo descri-
desacuerdo con la opinión de Gilligan de que las muchachas pier- bió en su libro clásico Childhood and Society (Infancia y
den su “voz” en la adolescencia? ¿Sucede eso con los muchachos? Sociedad) (Erikson, 1950). Cada problema presenta un

maq-Arnettcap-06.indd 175 7/5/07 5:52:43 AM


176 CAPÍTULO 6 El yo

Enfoque en la historia
El joven Lutero

Entre las muchas contribuciones innovadoras de monjes en el coro del monasterio, escuchando una
lectura de la Biblia que describía cómo había curado
Erik Erikson al campo del desarrollo humano están
sus estudios de psicohistoria, que es el análisis psico- Jesús a un hombre poseído por un demonio (Marcos,
lógico de figuras históricas importantes. Sus trabajos 9:17). De repente, Lutero se tiró al piso, delirando y
más extensos de psicohistoria fueron sus análisis del rugiendo “¡No soy yo! ¡No soy yo!” Erikson (y otros)
desarrollo de Mohandas K. Gandhi, el líder del movi- interpretaron que este acontecimiento fue un indi-
miento de independencia de la India a mediados del cador de la profundidad del temor de Lutero de que
siglo xx y de Martín Lutero, el teólo- nunca podría erradicar el sentido de
go y líder de la Reforma Protestante ineptitud moral y espiritual que sen-
en el siglo xvi. Su estudio de Lutero tía, sin importar lo que hiciera ni lo
es de particular interés para nuestros buen monje que fuera. Al gritar “¡No
propósitos porque se concentró en su soy yo!”, Lutero “se mostró poseído
desarrollo durante la adolescencia y la aunque tratara de negarlo a gritos”
adultez emergente. De hecho, el títu- (Erikson, 1958, p. 23). Erikson y otros
lo de su libro sobre Lutero es Young consideraron que este acontecimien-
Man Luther (1958). to fue fundamental en la formación
De acuerdo con Erikson, en la for- de la identidad de Lutero. Su idea de
mación de la identidad de Lutero dos acontecimien- que nada de lo que pudiera hacer sería lo bastante
tos fueron de especial importancia. El primero tuvo bueno para hacerlo sagrado ante los ojos de Dios con
lugar en 1505, cuando Lutero tenía 21 años. Estaba el tiempo lo llevó a rechazar el énfasis de la Iglesia cató-
a punto de empezar a estudiar derecho. Desde su lica en hacer buenas obras para ganar la entrada al cie-
niñez, su padre había decretado que se convertiría en lo y a crear una nueva doctrina religiosa basada en la
abogado, y él estaba a punto de cumplir el sueño de idea de que la fe y sólo la fe era suficiente para hacer
su padre. Sin embargo, poco antes de iniciar su pri- a una persona digna y redimida ante Dios.
mer semestre en la escuela de leyes, mientras viajaba El estudio que hizo Erikson de Lutero ilustra varios
a la universidad donde se había inscrito, quedó atra- aspectos de su teoría sobre la formación de la identi-
pado en una inclemente tormenta eléctrica. Un rayo dad. Primero, Erikson consideraba que la formación
golpeó el terreno cerca del lugar donde se refugiaba de la identidad estaba centrada en una crisis de iden-
y pudo haberlo lanzado al piso. En su terror, suplicó a tidad. Teóricos e investigadores más recientes pre-
Santa Ana que lo protegiera de la tormenta y prome- fieren usar el término exploración en lugar de crisis
tió que si sobrevivía se convertiría en monje. La tor- para describir el proceso de formación de la identi-
menta amainó y pocos días después Lutero ingresó a dad, pero Erikson empleó el término crisis de manera
un monasterio conforme a su promesa a Santa Ana, deliberada. Como escribió en Young Man Luther:
sin informar a su padre, que se enfureció cuando se Sólo cuando se está enfermo es que uno se da cuenta de
enteró de lo que Lutero había hecho. la complejidad del cuerpo; y sólo en una crisis, indivi-
El segundo acontecimiento tuvo lugar dos años dual o histórica, se vuelve evidente que la personalidad
más tarde, cuando Lutero tenía 23. Estaba con otros humana es una combinación delicada de factores inte-

camino saludable y otro menos saludable del desarro- De acuerdo con Erikson (1950), cada etapa de la
llo. Por ejemplo, Erikson ve la infancia como un perio- vida tiene un problema central. En la adolescencia, el
do de confianza frente a desconfianza. El camino saludable problema central es la identidad frente a la confusión de
del desarrollo del infante, en la teoría de Erikson, es la identidad. En esta etapa, el camino saludable estable-
el establecimiento de un sentido seguro de confianza ce un sentido claro y firme de quién es uno y qué lugar
al menos con una persona, con la que se puede contar ocupa en el mundo. El camino menos saludable es la
para obtener protección y cuidado cariñoso. El camino confusión de la identidad, que es la incapacidad de for-
alternativo, menos saludable, es la desconfianza, la cual mar una identidad estable y segura. La formación de la
resulta del fracaso para establecer ese sentido seguro de identidad exige reflexionar en cuáles son los rasgos,
confianza. habilidades e intereses de la persona, examinar con cui-

maq-Arnettcap-06.indd 176 7/6/07 12:37:34 PM


CAPÍTULO 6 El yo 177

rrelacionados: una combinación de capacidades creadas alcanza un punto crítico durante la crisis de identi-
en el pasado distante y de oportunidades descubiertas en dad, pero que empieza antes de ese momento y con-
el presente; una combinación de precondiciones total- tinúa mucho después. Al explicar a Lutero, Erikson
mente inconscientes desarrolladas en el crecimiento del describe no sólo su adolescencia y adultez emergen-
individuo y de condiciones sociales creadas y recreadas te, sino también su niñez, en particular su relación
en la interacción precaria de las generaciones. En algu-
con su padre cariñoso pero dominante. Además,
nos jóvenes, en algunas clases, en algunos periodos de la
historia, esta crisis será mínima; en otras personas, clases
Erikson describe cómo continuó el desarrollo de la
y periodos, la crisis estará claramente delimitada como identidad de Lutero durante su adultez. Las dos cri-
una época crítica, una especie de “segundo nacimien- sis clave tuvieron lugar al inicio de sus veintes, pero
to”, apropiado para ser exasperado por el neuroticismo no fue sino hasta el inicio de los treintas que rompió
generalizado o por el malestar ideológico dominante con la Iglesia católica y estableció una nueva confe-
[...] Lutero, así parece, fue un joven en peligro, acuciado sión religiosa. En las décadas siguientes, su identidad
por un síndrome de conflictos (pp. 14-15). continuó desarrollándose cuando se casó, tuvo hijos y
prosiguió el desarrollo de sus ideas religiosas.
De esta forma, Erikson consideró la juventud de Lutero,
incluyendo los dos acontecimientos críticos descritos
antes, como un ejemplo extremo de la crisis de identi-
dad por la que pasan todos los adolescentes, de una for-
ma u otra.
Segundo, el estudio que hizo Erikson de Lutero
muestra su sensibilidad al contexto cultural e históri-
co del desarrollo de la identidad. A lo largo del libro,
Erikson destaca la correspondencia entre la persona-
lidad inusual de Lutero y las circunstancias históricas
y culturales en las que vivió. Si Lutero hubiera crecido
en una época y lugar diferentes, habría desarrollado
una identidad muy distinta. En el análisis de Lutero,
Erikson muestra la importancia que tiene para el
desarrollo de la identidad que la persona mire en su
interior y evalúe sus capacidades e inclinaciones indi-
viduales para luego buscar en el exterior las posibili-
dades disponibles en el ambiente social y cultural. El
desarrollo exitoso de la identidad estriba en reconci-
liar las capacidades y deseos del individuo con las
posibilidades y oportunidades que ofrece el ambiente.
Tercero, en la descripción del desarrollo de Lute-
ro, Erikson muestra que la formación de la identidad Martín Lutero.

dado las opciones de vida disponibles en su cultura, pro- una vez que termina la adolescencia esos problemas que-
bar varias posibilidades y al final comprometese. Los den resueltos para siempre. Los problemas de la identi-
aspectos principales en las que se forma la identidad son dad aparecen pronto en la vida (desde el momento en
el amor (relaciones personales), el trabajo (ocupación) que los niños se percatan de que tienen una existencia
y la ideología (ideas y valores) (Erikson, 1968). En opi- separada de otros) y continúa mucho después de la ado-
nión de Erikson, la incapacidad de comprometerse en lescencia, cuando los adultos siguen haciéndose pregun-
estos ámbitos al final de la adolescencia refleja una con- tas acerca de quiénes son y cuál es su lugar en el mundo.
fusión de la identidad. Como observó Erikson: “El sentido de la identidad nunca
Erikson no afirmó que la adolescencia sea el único se consigue ni se mantiene de una vez y para siempre [...]
momento en que surgen problemas de la identidad y que Constantemente se pierde y se recupera” (1959, p. 118).

maq-Arnettcap-06.indd 177 7/6/07 12:37:36 PM


178 CAPÍTULO 6 El yo

como modelos a sus padres, amigos y otras personas que


“¿El sentido de identidad es consciente? A veces, amaron en la niñez, no a través de la simple imitación,
sino integrando partes de la conducta y las actitudes de
por supuesto, parece demasiado consciente. En sus seres queridos a su propia personalidad.
medio de los dos flancos de la necesidad interna El otro proceso clave que contribuye a la formación
de la identidad, según Erikson, es la exploración de varias
y de la inexorable demanda externa, el individuo opciones posibles de vida. Erikson explicó que la adoles-
que hasta ahora ha estado experimentando puede cencia incluye a menudo una moratoria psicosocial, un
convertirse en víctima de una conciencia transitoria periodo en que se posponen las responsabilidades adul-
tas mientras los jóvenes prueban varios yo posibles. De
extrema de la identidad, que es el núcleo común esta forma, enamorarse es parte de la formación de la
de muchas formas de conciencia características de identidad porque durante este proceso uno obtiene una
la juventud. Donde se prolongan los procesos idea más clara de uno mismo a través de las interacciones
íntimas con otras personas. Probar varios trabajos posi-
de formación de la identidad (un factor que puede bles (y en el caso de los universitarios, varias especiali-
traer beneficios creativos), también prevalece dicha dades posibles) también es parte de la formación de la
preocupación por la ‘imagen personal’. Somos identidad, porque esas exploraciones ofrecen a la perso-
na un sentido más claro sobre aquello en qué es buena y
por ende más conscientes de nuestra identidad qué es lo que le gusta. Erikson consideraba que la explo-
cuando estamos a punto de obtenerla y cuando ración ideológica también es parte de la formación de
estamos (con ese sobresalto que las películas llaman la identidad. “Probar” diversas ideas religiosas o políticas
para aprender sobre ellas y participar en organizaciones
‘reaccionar’) algo sorprendidos de llegar a basadas en un conjunto particular de ideas ayuda a los
conocerla; o, de nuevo, cuando estamos a punto adolescentes a aclarar sus posturas y cómo desean vivir.
de entrar en una crisis y sentimos la invasión de la En opinión de Erikson, la moratoria psicosocial no es
característica de todas las sociedades, sino sólo de aque-
confusión de identidad.” llas que tienen valores individualistas, en las cuales se
—Erik Erikson (1968), p. 165 apoya la elección individual (Erikson, 1968).
En las sociedades occidentales la mayoría de los
jóvenes pasan por las exploraciones de la moratoria psi-
No obstante, Erikson consideró que la adolescencia cosocial y luego, al entrar en la adultez, se deciden por
es la época en que los problemas de la identidad son más elecciones más duraderas en el amor, el trabajo y la ideo-
importantes y cruciales para el desarrollo. Además, Erik- logía. Sin embargo, algunos jóvenes encuentran que es
son argumentó que es importante que en la adolescen-
cia se establezca una identidad clara que sea la base de
los compromisos iniciales en la vida adulta y el cimiento
para las etapas posteriores del desarrollo. Erikson opi-
naba que lo mismo sucedía en todas sus etapas: el desa-
rrollo en los caminos saludables proporcionan una base
estable para la siguiente etapa, mientras que el desarro-
llo por el camino menos saludable es problemático no
sólo en esa etapa, sino como cimiento inestable para las
etapas futuras.
¿Cómo adquiere un adolescente una identidad salu-
dable? En opinión de Erikson, la formación de la identi-
dad se fundamenta parcialmente en las identificaciones
que el adolescente acumuló en la niñez (Erikson, 1968).
Al ir creciendo, los niños se identifican con sus padres
y otros seres queridos; es decir, los aman, los admiran y
desean ser como ellos. Cuando llega la adolescencia,
los adolescentes reflexionan sobre sus identificaciones,
rechazan algunas y aceptan otras. Las que permanecen se
asimilan en el yo del adolescente, y por supuesto se com-
binan con sus características individuales. De esta forma, Erik Erikson propuso que el problema central del desarrollo de la
los adolescentes crean una identidad en parte al tomar adolescencia es la identidad frente a la confusión de identidad.

maq-Arnettcap-06.indd 178 7/5/07 5:52:48 AM


CAPÍTULO 6 El yo 179

difícil ordenar las posibilidades que les presenta la vida y


Tabla 6.2 Las cuatro categorías de la identidad
permanecen en un estado de confusión de la identidad
después de que sus pares han logrado establecer una Compromiso
identidad segura. Según Erikson, para muchos de esos
adolescentes eso puede ser resultado de una adaptación Sí No
fallida en las etapas previas del desarrollo. Así como la for- Sí Logro Moratoria
mación de la identidad proporciona el cimiento para el Exploración No Exclusión Difusión
desarrollo posterior en la adultez, el desarrollo en la
niñez brinda la base para el desarrollo en la adolescen-
cia. Si el desarrollo en cualquiera de las etapas anteriores so es inherentemente de angustia y lucha, mientras que
ha sido inusualmente problemático, entonces la confu- exploración da a entender una investigación más positi-
sión de la identidad puede ser el resultado del desarrollo va de las posibilidades.
adolescente. Para otros adolescentes, la confusión de la La difusión de la identidad es una categoría que
identidad puede ser resultado de una incapacidad para combina la falta de exploración con la ausencia de com-
revisar todas sus opciones y decidir. promiso. Los adolescentes en un estado de difusión de la
De acuerdo con Erikson, en el extremo esos ado- identidad no han hecho compromisos entre las opciones
lescentes pueden adquirir una identidad negativa, “una de que disponen. Además, no tiene lugar la exploración;
identidad basada con obstinación en todas esas identifi- en esta etapa el adolescente no hace intentos serios de
caciones y papeles que, en las etapas críticas del desarro- revisar las opciones potenciales y de hacer compromisos
llo, les han sido presentadas como las más indeseables duraderos.
y peligrosas” (Erikson, 1968, p. 174). Dichos adolescen- Moratoria implica exploración pero no compromiso.
tes rechazan la gama de posibilidades aceptables para Es una etapa en la que se prueban activamente diferen-
el amor, trabajo e ideología que les ofrece su sociedad, tes opciones personales, ocupacionales e ideológicas. Esta
y en cambio adoptan deliberadamente lo que su socie- clasificación se basa en la idea de Erikson (1968) de la
dad considera inaceptable, raro, despreciable y ofensivo. moratoria psicosocial que vimos arriba. Para que los ado-
Las subculturas juveniles, como los cabezas rapadas y los lescentes determinen cuál de las posibilidades disponibles
“metaleros” (entusiastas de la música de heavy metal), son es la que más les conviene, prueban varias y las examinan
la creación de adolescentes que comparten una identi- con cuidado para descartar algunas y seleccionar otras.
dad negativa (Arnett, 1996; Roe, 1992). Los adolescentes que están en la clasificación de
exclusión no han experimentado una gama de posibi-
Investigación sobre la identidad lidades, pero aun así se han comprometido con ciertas
opciones, hay compromiso pero no exploración. Esto
Erikson fue ante todo un escritor teórico y un terapeuta suele ser resultado de la fuerte influencia de sus padres.
más que un investigador, pero sus ideas han inspirado Marcia y la mayoría de los especialistas suelen conside-
muchísimas investigaciones en los últimos 30 años. Uno rar que la exploración es necesaria para la formación de
de los intérpretes más prestigiados de Erikson es James una identidad saludable, por lo que consideran que la
Marcia (1966, 1980, 1989, 1993, 1994, 1999; Marcia y exclusión es poco saludable. Este es un tema que anali-
Carpendale, 2004), quien elaboró una prueba llamada zaremos con más detalle más adelante.
Entrevista sobre el Estatus de Identidad que clasifica a Por último, la categoría que combina exploración y
los adolescentes en cuatro categorías de identidad: difu- compromiso es el logro de la identidad, es la clasificación
sión, moratoria, exclusión o logro. Este sistema de cuatro que corresponde a los jóvenes que han hecho eleccio-
categorías, conocido como el modelo de niveles de iden- nes personales, ocupacionales e ideológicas firmes. Por
tidad también ha sido empleado por especialistas que definición, el logro de la identidad es precedido por un
han elaborado cuestionarios para investigar el desarrollo periodo de moratoria en el que ocurre la exploración.
de la identidad en los adolescentes en lugar de usar la Si se hace un compromiso sin exploración, se considera
entrevista de Marcia (por ejemplo, Adams, 1999; Ben- exclusión más que logro de la identidad.
son, Harris y Rogers, 1992; Grotevant y Adams, 1984). En los numerosos estudios realizados según el mode-
Como se muestra en la tabla 6.2, estas clasificacio- lo de niveles de la identidad, sobresalen dos resultados.
nes guardan un equilibrio diferente entre exploración Uno es que el nivel de identidad de los adolescentes está
y compromiso. Erikson (1968) utilizó el término crisis relacionado con otros aspectos del desarrollo (Berzons-
de identidad para describir el proceso mediante el cual ky, 1992; Kroger, 2003; Swanson, Spencer y Petersen,
los jóvenes construyen su identidad, pero Marcia y otros 1998). Las categorías de logro y moratoria se relacionan
especialistas actuales prefieren el término exploración notablemente con diversos aspectos favorables del desa-
(Adams et al., 1992; Grotevant, 1987; Marcia y Carpenda- rrollo. Los adolescentes en esas categorías del desarro-
le, 2004; Waterman, 1992). Crisis supone que el proce- llo de la identidad tienen mayor probabilidad que los

maq-Arnettcap-06.indd 179 7/5/07 5:52:48 AM


180 CAPÍTULO 6 El yo

adolescentes de las categorías de exclusión o difusión de categoría de logro de la identidad (Christopherson,


ser autocráticos, cooperativos y buenos para la solución Jones y Sales, 1988; van Hoof, 1999; Kroger, 2003; Meeus
de problemas. Los adolescentes de la categoría de logro et al., 1999; Waterman, 1999). En la figura 6.4 se muestra
reciben calificaciones más favorables en algunos aspec- un ejemplo de este patrón, tomado de un estudio esta-
tos, que los adolescentes en la categoría de moratoria. dounidense (Waterman, 1999). Un estudio realizado en
Como era de esperar, los adolescentes en moratoria son los Países Bajos con jóvenes de 12 a 27 años (Meeus et al.,
más propensos que los adolescentes en logro a mostrar 1999) publicó resultados similares.
indecisión e inseguridad de opiniones (Marcia, 1980). Los estudios con estudiantes universitarios encuen-
En contraste, los adolescentes en las categorías de tran que el progreso hacia el logro de la identidad tam-
difusión y exclusión de la identidad tienen un desarro- bién tiene lugar durante los años en la universidad, pero
llo menos favorable también en otros aspectos (Adams, principalmente en el área específica de identidad ocupa-
1999; Josselson, 1989; Kroger, 2003). Se considera que la cional más que con la identidad en términos más gene-
difusión es la categoría de identidad menos favorable y se rales (Waterman, 1992). Algunos estudios indican que el
le ve como un indicador de futuros problemas psicológi- logro de la identidad puede darse más rápido entre los
cos (Marcia, 1980; Meeus, Iedema, Helsen y Vollebergh, adultos emergentes que no van a la universidad, debido
1999). En comparación con los adolescentes en las cate- quizá a que el ambiente universitario es un lugar donde
gorías de logro o moratoria, los que se encuentran en la se cuestionan las ideas de los jóvenes acerca de sí mismos
categoría de difusión tienen menor autoestima y dominio y se les alienta a cuestionar sus ideas previas (Arehart y
personal. El nivel de difusión también se relaciona con Smith, 1990; Lytle, Bakken y Romig, 1997; Munro y Adams,
ansiedad, apatía y relaciones inconexas con los padres. 1997). Sin embargo, incluso en el caso de los adultos
El nivel de exclusión es más complejo en su relación emergentes que no son universitarios, la mayoría no ha
con otros aspectos del desarrollo (Papini et al., 1989; alcanzado el logro de la identidad a la edad de 21 años
Phinney, 2000). Los adolescentes en el nivel de exclu- (Kroger, 1999, 2003; Waterman, 1999).
sión califican más alto en conformidad, convenciona- Muchos investigadores de la identidad consideran
lismo y obediencia a la autoridad que los adolescentes ahora que la adultez emergente es un tiempo de gran
en las otras categorías (Kroger, 2003). Son resultados importancia para el desarrollo de la identidad (Coté,
que los investigadores de las culturas mayoritarias occi- 2006). Hace incluso 40 años, Erikson observó que los
dentales consgideran negativos, porque la gente con jóvenes de las sociedades industrializadas requerían cada
los valores de socialización amplia de independencia e
individualismo tienen una visión negativa de cualquier
cosa que refleje valores de conformidad y obediencia. 100
Además, los adolescentes con el nivel de exclusión tie- Edades
nen relaciones especialmente cercanas con sus padres, 90 10-13
lo cual puede llevarlos a aceptar los valores y la orien- 13-16
80
tación de sus padres sin pasar por un periodo de explo- 16-18
ración, como han hecho los adolescentes en el nivel de 70 17-19
logro (Phinney, 2000). Una vez más, en ocasiones esto es 19-21
descrito como negativo por los psicólogos que creen que 60
Porcentaje

es necesario pasar por un periodo de exploración para


adquirir una identidad madura, pero esta visión se basa 50
en parte en los valores que favorecen el individualismo y
40
el pensamiento independiente.
El otro resultado destacado de la investigación sobre 30
la formación de la identidad es que alcanzar el logro de la
identidad se lleva más tiempo de lo que esperaban los 20
especialistas, y de hecho, la mayoría de los jóvenes no
alcanzan este nivel en la adolescencia (si es que logran 10
hacerlo) sino en la adultez emergente o mucho después.
0
Algunos estudios que han comparado a adolescentes de L M E D
12 a 18 años encontraron que si bien es cierto que la
Elección vocacional
proporción de adolescentes en la categoría de exclusión
disminuye con la edad y que la proporción de jóvenes en FIGURA 6.4 Cambios con la edad en el estatus de la identidad.
la categoría de logro de la identidad se incrementa con la Las cifras indican el porcentaje de personas en cada categoría de la
identidad. L = Logro, M = Moratoria, E = Exclusión, D = Difusión.
edad, incluso en la primera parte de la adultez emergen-
Fuente: Waterman, (1999).
te, se considera que menos de la mitad han alcanzado la

maq-Arnettcap-06.indd 180 7/5/07 5:52:49 AM


CAPÍTULO 6 El yo 181

vez más tiempo para formar su identidad. Hizo comen- P • E • N • S • A • M • I • E • N • T • O CRÍTICO


tarios sobre la “prolongada adolescencia” que se estaba
volviendo cada vez más común en dichas sociedades y ¿Qué concuerda mejor con su sentido de identidad, el modelo
sobre que así se prolongaba la etapa de formación de la de nivel de la identidad o la teoría posmoderna de la identidad?
identidad, “durante la cual el joven adulto puede encon- ¿Cómo concebiría un estudio para probar las afirmaciones de
trar, por medio de la libre experimentación de pape- los teóricos posmodernos de la identidad?
les, un nicho en alguna sección de su sociedad” (1968,
p. 156). Considerando los cambios que han tenido lugar
desde que hizo esta observación en los sesentas, que Género e identidad
incluyen edades mucho mayores para el matrimonio y
la paternidad y una mayor educación, la observación de Algunos especialistas han argumentado que en la for-
Erikson se aplica hoy a muchos más jóvenes que antes mación de la identidad hay diferencias de género (Gilli-
(Coté, 2000, 2006). De hecho, la noción de la adultez gan, 1982; Waterman, 1992). Al parecer, las diferencias
emergente como un periodo definido de la vida se basa se encuentran sobre todo en relación con la exploración
en gran medida en el hecho de que, a lo largo de las ocupacional. Es decir, hay datos que indican que las muje-
décadas recientes, el tiempo entre los 18 y los 25 años res están más dispuestas que los hombres a restringir su
se ha convertido para muchos jóvenes en un tiempo exploración ocupacional para mantener sus relaciones
de “libre experimentación de papeles” (Arnett, 2000a, (Archer, 1989; Cooper y Grotevant, 1987; Marcia, 1993;
2004a). El logro de la identidad adulta se ha pospuesto Patterson et al., 1992). Por ejemplo, las mujeres pueden
en la medida que muchos adultos emergentes dedican estar menos dispuestas que los hombres a aprovechar una
el periodo a explorar la identidad en el amor, el trabajo oportunidad educativa u ocupacional que les exija mudar-
y la ideología. se a una gran distancia, ya que esto significaría dejar a sus
En años recientes, el modelo del nivel de identidad padres, a sus amigos y quizá a una pareja romántica.
ha recibido numerosas críticas de especialistas que lo Esta diferencia era muy notoria en los primeros
consideran un modelo estrecho y anticuado de la forma- estudios de la formación de la identidad. Estudios más
ción de la identidad (Coté, 2000; Schacter, 2005a, 2005b; recientes han detectado una disminución en las diferen-
Schwartz, 2005; van Hoof, 1999; van Hoof y Raaijmakers, cias de género en la formación de la identidad (Kroger,
2003). Según esos especialistas, la identidad no es con 2003; Lacombe y Gay, 1998). No obstante, todavía hay
mucho tan estable y unitaria como la describe ese mode- diferencias en la extensión de las exploraciones ocupa-
lo, y el desarrollo de la identidad no avanza por etapas cionales de los jóvenes (Archer, 1989; Josselson, 1988;
previsibles que culminan en el logro de la identidad en Marcia, 1994; Patterson et al., 1992). A las mujeres jóve-
la adolescencia tardía o la adultez emergente. Por el con-
trario, según esta visión, la forma más común de identi-
dad en la actualidad es la identidad posmoderna, la cual
está compuesta por diversos elementos que no siempre
forman un yo unificado y congruente.
La identidad posmoderna cambia según el contex-
to, por lo que la gente puede mostrar una identidad dife-
rente a los amigos, la familia, los compañeros de trabajo
y otras personas. También cambia de manera continua,
no sólo en la adolescencia y la adultez emergente, sino a
lo largo de toda la vida, conforme las personas agregan
nuevos elementos a su identidad y descartan otros. Como
dijimos en el capítulo 1, los teóricos de la globalización
plantearon un tema similar, al argumentar que los jóve-
nes de todo el mundo adquieren cada vez más una iden-
tidad compleja que combina elementos de su cultura y
de los medios de la cultura global y que esa identidad
cambia con las culturas (Arnett, 2002a; Giddens, 2000;
Hermans y Kempen, 1998). El modelo del nivel de iden-
tidad priva aún la investigación sobre el desarrollo de
la identidad en la adolescencia y la adultez emergente,
pero la crítica posmoderna puede conducir a nuevos
métodos que acrecienten nuestra comprensión de los Muchas mujeres experimentan problemas de intimidad junto a los
temas de identidad. problemas de la identidad.

maq-Arnettcap-06.indd 181 7/5/07 5:52:49 AM


182 CAPÍTULO 6 El yo

nes les resulta más difícil que a los hombres integrar sus sus descripciones de las mujeres como relacionales y
aspiraciones amorosas con sus aspiraciones laborales, de los hombres como activos e instrumentales simple-
debido en parte a que la mayoría de las sociedades tie- mente estaba reflejando las condiciones sociales de la
nen una doble moral que decreta que en una relación época en que concibió sus ideas, a mediados del siglo
romántica, las aspiraciones ocupacionales de los hom- xx (Archer, 2002; Kroger, 2002; Sorell y Montgomery,
bres tienen prioridad sobre las de las mujeres. 2001, 2002). Además, los especialistas coinciden en que
En la teoría de Erikson, esto significa que las mujeres la independencia y la relación muestran un equilibrio
dan más importancia a la intimidad que a la identidad diferente en el sentido de identidad de los hombres y
mientras que para los hombres, la identidad tiene priori- de las mujeres, es decir, más hacia la independencia de
dad sobre la intimidad (Gilligan, 1982; Lytle et al., 1997; los hombres, más hacia las relaciones entre las mujeres,
Miller, 1991; Scheidel y Marcia, 1985; Surrey, 1991). Según no a causa de diferencias sexuales biológicas, como creía
Erikson, el problema principal de la adultez joven es el de Erikson, sino por las diferencias culturales en la sociali-
intimidad frente a aislamiento. Crear intimidad significa zación de los papeles de género, que empiezan al nacer
unir la identidad recién formada con otra persona en una y continúan toda la vida (Gilligan, 1982; Josselson, 1992;
relación íntima. La alternativa es el aislamiento, que se Sorell y Montgomery, 2001, 2002). La teoría de Erikson
caracteriza por la incapacidad para formar una relación mantiene un lugar central en la teoría e investigación
íntima duradera. La investigación sobre la relación entre del desarrollo de la identidad, pero está en revisión para
identidad e intimidad se ha enfocado en las diferencias de que refleje las opiniones académicas actuales acerca de
género, y la mayoría de los estudios indican que los temas la base cultural y social (más que biológica) de las dife-
de la intimidad se les presentan antes a las mujeres que a los rencias de género en la identidad.
hombres, por lo que ellas alcanzan la intimidad antes que
la identidad (Scheidel y Marcia, 1985) o bien que mien-
tras que las mujeres integran los procesos de formación
Cultura e identidad
de la identidad y establecimiento de intimidad (Lytle et al., La formación cultural de Erik Erikson era variada: fue el
1997; Miller, 1991; Surrey, 1991), los hombres tienden a hijo de padres daneses, se crió en Alemania y pasó la
lograr la identidad antes que la intimidad. Sin embargo, mayor parte de su vida adulta en Estados Unidos. Tenía
los resultados no son del todo congruentes y en un estu- una aguda conciencia de la relación entre la cultura y
dio se encontró que en comparación con los varones, las la formación de la identidad. Pasó un tiempo como etnó-
muchachas de preparatoria tendían a calificar más alto grafo entre las tribus estadounidenses de los sioux y los
en identidad y más bajo en intimidad (Lacombe y Gay, yurok y dedicó un capítulo de Childhood and Society (1950)
1998), por lo que se necesita mayor investigación. al desarrollo de la identidad adolescente en esas tribus.
Además de la investigación sobre las diferencias de No obstante, prácticamente toda la investigación inspirada
género en el desarrollo de la identidad, Erikson ha sido en la teoría de Erikson se ha realizado con adolescentes
sujeto de críticas teóricas por mostrar una tendencia a blancos de clase media de Estados Unidos. ¿Qué pode-
favor del desarrollo masculino (Miller, 1976; Gilligan, mos decir acerca del desarrollo de la identidad en ado-
1982; Sorell y Montgomery, 2001). Erikson creía que has- lescentes de otras culturas?
ta cierto punto, “anatomía es destino”, lo que significa
que hay diferencias sexuales en el desarrollo psicológico
(incluyendo el desarrollo de la identidad) que se basan
en las diferencias biológicas (Erikson, 1950, 1968). En
particular, creía que la biología de las mujeres, represen-
tada por el “espacio interno” del útero y su capacidad
para dar a luz, hace que se orienten más hacia las relacio-
nes con otros, mientras que la biología de los hombres,
representada por el pene, hace que se orienten hacia las
actividades independientes e instrumentales. Además,
como la formación de una identidad significa (en la teo-
ría de Erikson) separarse e independizarse de los otros,
se presenta al modelo masculino del desarrollo como el
criterio saludable de desarrollo normal, de modo que
se considera que el énfasis de las mujeres en la identi-
dad y la intimidad es una “desviación” menos deseable
(Archer, 1992; Sorell y Montgomery, 2001). Es común que en las culturas tradicionales se limiten las exploraciones
Sin embargo, los defensores de Erikson, e incluso de la identidad, en especial para las muchachas. Aquí vemos a una
muchos de sus críticos feministas, argumentan que en adolescente con otras mujeres en la India.

maq-Arnettcap-06.indd 182 7/5/07 5:52:50 AM


CAPÍTULO 6 El yo 183

Podría hacerse el comentario de que si bien Erikson También en términos de la ideología, en las culturas
buscaba cimentar su teoría en un contexto histórico y humanas la moratoria psicosocial ha sido la excepción
cultural (Erikson, 1950, 1968; Kroger, 2002), su análisis más que la norma. En la mayoría de las culturas se espe-
del desarrollo de la identidad asume un yo independien- raba que los jóvenes llegaran a creer lo que los adultos
te que tiene la libertad de tomar decisiones en el amor, les enseñan sin cuestionarlo. Sólo en la historia reciente,
el trabajo y la ideología. La teoría de la identidad de y principalmente en los países industrializados de Occi-
Erikson se enfoca en la forma en que los jóvenes llegan dente, es que han cambiado esas expectativas y que se
a comprenderse como individuos únicos. Sin embargo, ha llegado a considerar deseable que los adolescentes
como ya hemos visto, esta forma de concebir al yo es y los adultos emergentes piensen por sí mismos, deci-
claramente occidental y de historia reciente (Baumeis- dan sobre sus ideas y elijan su forma de vida de manera
ter, 1987; Markus y Kitiyama, 1991; Shweder et al., 1998; independiente (Bellah et al., 1985; Arnett, 1998a). En
Sorell y Montgomery, 2001). Hasta hace poco, en la consecuencia, para los jóvenes occidentales modernos,
mayoría de las culturas el yo no se consideraba indepen- y en comparación con las culturas tradicionales, la for-
diente, sino interdependiente y definido en relación con mación de la identidad es un proceso más largo y más
los otros. En consecuencia, las afirmaciones de Erikson complejo que antes. Como veremos más adelante, esto
sobre la importancia de los temas de la identidad en la es cada vez más común en el resto del mundo, a medida
adolescencia podrían ser más pertinentes para los adoles- que se incrementa la industrialización y que los valores
centes occidentales modernos que para los adolescentes occidentales del individualismo influyen en las culturas
de otras culturas. Es claro que se necesitan más estudios tradicionales a través de la globalización (Schlegel, 2000;
sobre el desarrollo de la identidad entre los jóvenes de Suárez-Orozco, 2004).
culturas no occidentales.
Una observación cultural relacionada es que la mora- Identidad étnica
toria psicosocial, el periodo de exploración que Erikson
consideraba una parte normal de la formación de la Al hablar sobre la identidad, advertimos que en la teoría
identidad, es mucho más posible en algunas culturas que de Erikson los tres ámbitos fundamentales de la forma-
en otras (Arnett, 2006a; Sorell y Montgomery, 2001). En ción de la identidad son el amor, el trabajo y la ideología.
las sociedades industrializadas actuales, se presiona poco Para una proporción grande y creciente de adolescentes
a los jóvenes para que hagan contribuciones económi- en las sociedades industrializadas, un aspecto de la ideo-
cas en la niñez o la adolescencia. En esas sociedades se logía son las ideas acerca de lo que significa ser miembro
permite a los jóvenes una larga moratoria psicológica en de una minoría étnica en una sociedad dominada por
la adolescencia y la adultez emergente para que prue- la cultura mayoritaria. La atención de las escuelas a este
ben varias opciones de vida en el amor, el trabajo y la tema se ha incrementado en los últimos años conforme
ideología. Sin embargo, la experiencia del adolescente aumenta la inmigración de los países en desarrollo a las
suele ser muy diferente en las culturas tradicionales. Las sociedades industrializadas y en la medida que los espe-
exploraciones en el amor están claramente limitadas o cialistas dedican más atención a la influencia de la cultu-
son incluso inexistentes en las culturas donde no se per- ra en el desarrollo (Phinney, 1990, 2000, 2006).
miten las citas y los padres arreglan los matrimonios o Al igual que otros temas de la identidad, los proble-
ejercen una fuerte influencia sobre ellos. Las exploracio- mas de la identidad étnica destacan en la adolescencia
nes en el trabajo están restringidas en las culturas en que debido a las capacidades cognoscitivas que desarrollan
la economía es simple y sólo ofrece una gama limitada los adolescentes (Portes, Dunham y Castillo, 2000; Wong,
de opciones. 1997). Para los adolescentes que son miembros de mino-
En las culturas tradicionales, las limitaciones a las rías étnicas, es probable que un aspecto de su mayor
exploraciones en el amor y el trabajo son más estrictas capacidad para la introspección sea una mayor concien-
para las muchachas que para los varones. En lo que cia de lo que significa para ellos ser miembros de su
respecta al amor, como dijimos en el capítulo 4, en la grupo minoritario. Términos grupales como afroestado-
mayoría de las culturas se fomenta cierto grado de expe- unidense, chino canadiense y turco alemán asumen un nuevo
rimentación sexual de los varones, pero en el caso de significado, en la medida en que los adolescentes pien-
las chicas hay más variabilidad: algunas culturas tradicio- san en el significado de esos términos y en cómo se les
nales les permiten la experimentación sexual y otras la aplica el término para su grupo étnico. Además, como
castigan con severidad (Whiting et al., 1986). Con res- consecuencia de su creciente capacidad para pensar en
pecto al trabajo, en la mayoría de las culturas tradiciona- lo que otros piensan de ellos, los adolescentes cobran
les actuales y en la mayor parte de la historia humana de una aguda conciencia de los prejuicios y estereotipos
cada cultura, las adolescentes han sido designadas para que tienen otros respecto de su grupo étnico.
los papeles de esposa y madre, y esas eran en esencia sus Debido a que los adolescentes y adultos emergentes
únicas opciones (Mensch et al., 1998). que pertenecen a las minorías étnicas tienen que enfren-

maq-Arnettcap-06.indd 183 7/5/07 5:52:51 AM


184 CAPÍTULO 6 El yo

tar esos problemas, es probable que el desarrollo de su Tabla 6.3 Cuatro posibles categorías de identidad étnica
identidad sea más complejo que para los que son parte
de la cultura mayoritaria (Phinney, 2000, 2006; Phinney Identificación con el grupo étnico
y Alipuria, 1987). Por ejemplo, considere el desarrollo
de la identidad en el ámbito del amor. El amor (junto Alta Baja
con las citas y el sexo) es un terreno donde es particular- Identificación con la Alta Bicultural Asimilada
mente probable que se les planteen conflictos culturales cultura mayoritaria Baja Separada Marginal
a los adolescentes que son miembros de minorías étni- Ejemplos
cas. Parte del desarrollo de la identidad en la cultura Asimilación: “En realidad no me considero asiático-estadounidense,
mayoritaria estadounidense significa probar diversas sólo estadounidense.”
posibilidades en el amor: salir con diferentes personas, Separación: “Yo no soy parte de dos culturas. Sólo soy negro”.
trabar relaciones íntimas y ganar experiencia sexual. Sin Marginalidad: “Cuando estoy con mis amigos hindúes me siento
embargo, este modelo está en fuerte conflicto con los blanco y cuando estoy con mis amigos blancos me siento hindú. En
realidad no siento que forme parte de ninguno”.
valores de ciertos grupos étnicos minoritarios en Estados
Biculturalismo: “Ser mexicano y estadounidense significa tener lo
Unidos. Por ejemplo, en la mayoría de los grupos de ori- mejor de ambos mundos. Uno tiene diferentes fortalezas a las que
gen asiático se desalientan las citas recreativas y se consi- puedes recurrir en diferentes situaciones”.
dera que la experiencia sexual antes del matrimonio es
vergonzosa, en especial para las mujeres (Miller, 1995; Fuente: basado en Phinney y Devich-Navarro (1997).

Talbani y Hasanali, 2000; Wong, 1997). De igual manera,


entre los latinos se considera que adquirir experiencia
sexual en la adolescencia es incorrecto para las mucha- costumbres de la cultura mayoritaria. El biculturalismo
chas y éstas suelen estar muy restringidas por sus padres supone la formación de una doble identidad, una que
y hermanos para impedir cualquier violación de la nor- se basa en el grupo étnico de origen y otra que se basa
ma (Inclán y Herron, 1990). En esos grupos étnicos los en la cultura mayoritaria. Ser bicultural significa oscilar
jóvenes enfrentan la dificultad de reconciliar los valores entre la cultura étnica y la cultura mayoritaria y alternar
de su grupo étnico sobre tales temas con los valores de las identidades según sea apropiado para la situación.
la cultura mayoritaria, a la cual están expuestos inevita- ¿Cuál de esas categorías de identidad étnica es más
blemente a través de la escuela, los medios de comunica- común entre los adolescentes de grupos minoritarios? El
ción y los pares (Markstrom-Adams, 1992; Miller, 1995; grupo bicultural es el más común entre los estadouniden-
Phinney y Rosenthal, 1992). ses de origen mexicano y asiático, así como entre algu-
¿Cómo tiene entonces lugar el desarrollo de la iden- nos grupos minoritarios europeos como los adolescentes
tidad de los jóvenes que son miembros de grupos mino- turcos en los Países Bajos (neto, 2002; Rotheram-Borus,
ritarios en las sociedades occidentales? ¿En qué medida 1990; Phinney, Dupont et al., 1994; Verkuyten, 2002). Por
adquieren una identidad que refleje los valores de la otro lado, la separación es el nivel de identidad étnica
cultura mayoritaria y en qué medida conservan los valo- más común entre los adolescentes afroestadounidenses
res de su grupo minoritario? Jean Phinney (1990, 2000, y la marginalidad domina entre los indígenas estadouni-
2006, Phinney y Alipuria, 1987; Phinney y Devich-Nava- denses (véase el apartado Enfoque en la cultura). Por
rro, 1997; Phinney y Rosenthal, 1992) ha realizado un supuesto, cada grupo étnico es diverso y hay adolescen-
extenso trabajo sobre esas preguntas. A partir de su inves- tes con diferentes categorías de identidad étnica.
tigación, Phinney concluye que los adolescentes que son Los adolescentes son más conscientes de su identi-
miembros de grupos minoritarios tienen cuatro maneras dad étnica cuando se encuentran en un contexto en el
de responder a la conciencia de su origen étnico (véase que están en minoría. Por ejemplo, en un estudio, ado-
la tabla 6.3; Phinney, Devich-Navarro et al., 1994). lescentes latinos que asistían a una escuela predominan-
La asimilación es la opción que implica dejar atrás temente no latina refirieron mucha mayor identidad
las costumbres del grupo étnico y adoptar los valores y la étnica que los que iban a una escuela en la que predomi-
forma de vida de la cultura mayoritaria. Esta es el camino naban los latinos o donde había un equilibrio entre lati-
que se refleja en la idea de la sociedad estadounidense nos y no latinos (Umaña-Taylor, 2005). Recientemente,
como un “crisol” que mezcla a personas de diversos orí- Phinney (2006) propuso que la adultez emergente puede
genes en una cultura nacional. La marginalidad implica ser un momento de especial importancia para el desa-
rechazar la cultura de origen pero también sentirse recha- rrollo de la identidad étnica, debido a que los adultos
zado por la cultura mayoritaria. Algunos adolescentes emergentes ingresan a menudo a nuevos contextos (nue-
no se identifican con la cultura de sus padres y abuelos, vas escuelas, nuevos trabajos, quizá nuevos compañeros
pero tampoco se sienten aceptados e integrados en la socie- de vivienda) que representan un mayor contacto con
dad estadounidense. La separación consiste en asociarse gente ajena a su grupo étnico, lo que agudiza la concien-
sólo con miembros del propio grupo étnico y rechazar las cia de su identidad étnica.

maq-Arnettcap-06.indd 184 7/5/07 5:52:51 AM


CAPÍTULO 6 El yo 185

criminación también aumenta según el tiempo que tiene


su familia de vivir en Estados Unidos. Un resultado inte-
resante en esta investigación es que los adolescentes que
nacieron en el extranjero creen más en el ideal estadouni-
dense de igualdad de oportunidades que los estudiantes
de grupos minoritarios cuyas familias han permanecido
en Estados Unidos por una generación o más (Phinney,
DuPont et al., 1994; Suárez-Orozco y Suárez-Orozco, 1996).
Esto sugiere que los inmigrantes recientes pueden espe-
rar que ellos o sus hijos se asimilarán al gran crisol estado-
unidense, pero luego de una o dos generaciones, muchos
tropiezan con las realidades de los prejuicios étnicos de
la sociedad estadounidense, lo que conduce a una iden-
tidad de separación. Los adolescentes negros están más
Los adolescentes con una identidad étnica bicultural pueden alternar a favor de la separación que los jóvenes de otros grupos
sus identidades según el grupo con el que estén. étnicos (Phinney, Devich-Navarro et al., 1994), quizá por-
que la mayoría son de familias que han vivido en Estados
¿Se relaciona una identidad étnica con otros aspec- Unidos por muchas generaciones y que han experimen-
tos del desarrollo en la adolescencia y la adultez emer- tado una larga historia de esclavitud, racismo y discrimi-
gente? La respuesta es compleja. En algunos estudios se nación (Hemmings, 1998).
ha visto que el estatus de identidad étnica no se relaciona
con características como la autoestima, las calificaciones
escolares y la competencia social (Rotheram-Borus, Identidad y globalización
1990). No obstante, algunos estudios recientes encontra-
ron que los adolescentes que son biculturales o asimilados La globalización tiene un efecto considerable en los
tienen mayor autoestima (por ejemplo, Farver, Bhadha y temas de identidad, en especial para los adolescentes y
Narang, 2002). Además, investigaciones recientes que los adultos emergentes. Hay dos aspectos de la identidad
usan métodos distintos al modelo del estatus de identi- que sobresalen como temas relacionados con la globali-
dad étnica de Phinney han descubierto que tener una zación (Arnett, 2002a). Primero, como mencionamos en
identidad étnica sólida se relaciona con otros aspectos el capítulo 1, gracias a la globalización muchos jóvenes
favorables del desarrollo, como bienestar general, logro de todo el mundo adoptan una identidad bicultural, con
académico y menores tasas de conducta arriesgada una parte de su identidad arraigada en su cultura local
(McMahon y Watts, 2002; St. Louis y Liem, 2005; Yasui mientras que la otra proviene de la conciencia de su rela-
et al., 2005; Yip y Fuligni, 2002). ción con la cultura global. Por ejemplo, la India tiene
Algunos especialistas han argumentado que, para un vigoroso y creciente sector económico de alta tecno-
los adolescentes negros en particular, cultivar el orgu- logía, dirigido en buena parte por jóvenes. Sin embar-
llo por su identidad étnica es una parte importante de go, incluso los jóvenes con mayor educación, que se han
la formación de su identidad, en especial en una socie- convertido en miembros plenos de la economía global,
dad en la que es probable que sufran discriminación por prefieren en su mayoría tener un matrimonio arregla-
ser negros (Spencer y Markstrom-Adams, 1990; Ward, do conforme a la tradición hindú (Verma y Saraswathi,
1990). Sin embargo, otros investigadores dicen que el 2002). Además, planean hacerse cargo de sus padres
refuerzo de la identidad étnica puede llevar a los adoles- en la vejez de acuerdo con la tradición hindú. De esta
centes a una identidad separada que los aísle de la cultu- manera, tienen una identidad para participar en la eco-
ra mayoritaria de forma tal que se inhiba su crecimiento nomía global y triunfar en el acelerado mundo de la alta
personal (Phinney y Rosenthal, 1992). Esos investigado- tecnología, y otra identidad, arraigada en la tradición
res expresan preocupación de que algunos adolescentes hindú, que mantienen en lo que concierne a su familia
de grupos minoritarios lleguen a definirse en oposición y a su vida personal.
a la cultura mayoritaria —en términos de Erikson (1968) Aunque tener una identidad bicultural significa que
que adquieran una identidad negativa— lo que interfe- se conserva una identidad local al lado de una identi-
riría con el desarrollo de una identidad positiva propia. dad global, es indudable que la globalización modifica
La respuesta de separación es, al menos en parte, muchas culturas, específicamente por la introducción
un resultado de la discriminación y el prejuicio que las de los medios de comunicación mundiales, las econo-
minorías enfrentan en la sociedad estadounidense, y del mías de libre mercado, las instituciones democráticas,
hecho de que los jóvenes toman más conciencia de eso la mayor duración de la escolaridad formal y la poster-
cuando llegan a la adolescencia. Su conciencia de la dis- gación del matrimonio y la paternidad. Esos cambios

maq-Arnettcap-06.indd 185 7/5/07 5:52:51 AM


186 CAPÍTULO 6 El yo

Enfoque en la cultura
El yo del indígena estadounidense

Los jóvenes indígenas estadounidenses tienen más mente vencidas por la propagación de asentamien-
tos de los europeos en las vastas regiones de Estados
dificultades en muchos aspectos que cualquier otro
grupo minoritario de ese país. Tienen las tasas más Unidos que las tribus dominaban. La devastación de
elevadas de consumo de alcohol, cigarrillos y drogas sus culturas fue profunda y minuciosa. Los indíge-
(May, 1996; Wallace et al., 2003). Sus tasas de deser- nas fueron traicionados en repetidas ocasiones por
ción escolar y de embarazo de adolescentes son las el gobierno estadounidense, asesinados en grandes
más altas (John, 1998; Laframboise y Low, 1989). La cantidades, obligados a abandonar su tierra natal y
tasa de suicidios entre jóvenes indígenas estadouni- en última instancia, apiñados en reservaciones en las
denses de 15 a 24 años es especialmen- partes más desoladas del país. Por sí
te alarmante, ya que es tres veces más solo, esto sería suficiente para expli-
alta que la tasa de los blancos (John, car el considerable trastorno de su
1998). El suicidio es la causa principal vida cultural en el presente, con los
de muerte entre los jóvenes indíge- efectos consecuentes sobre la sociali-
nas. Los indígenas canadienses (cono- zación y el desarrollo de sus jóvenes.
cidos como “primeras naciones”) se En el siglo xx, otras prácticas del
asemejan a los estadounidenses en su gobierno federal aumentaron y pro-
consumo de drogas, deserción esco- longaron la destrucción cultural sufri-
lar, embarazo de adolescentes y suici- da por los indígenas estadounidenses.
dio (Chandler et al., 2004). Durante la mayor parte del siglo, se
Los especialistas consideran que las dificultades de obligó a los niños indígenas a asistir a escuelas que
los jóvenes indígenas estadounidenses están arraiga- no eran dirigidas por los adultos de su comunidad
das en gran medida en problemas del yo (Katz, 1995; sino por el Departamento de Asuntos Indígenas, una
Lefley, 1976). La autoestima de los adolescentes idí- dependencia federal. La meta de esas escuelas era
gienas suele ser considerablemente menor que en concluir la asimilación de los niños y adolescentes
otros grupos étnicos (Dinges, Trimble y Hollenbeck, a la forma de vida de la cultura mayoritaria —y, en
1979; Dodd, Nelson y Hofland, 1994; Liu et al., 1994). consecuencia, la aniquilación de su apego a las ideas,
También se ha encontrado que los jóvenes indígenas valores, conocimiento y costumbres de su propia cul-
tienen problemas para formar una identidad en la tura (Unger, 1977). Con frecuencia, esas escuelas
adolescencia y la adultez emergente, mientras inten- eran internados donde vivían los niños durante el
tan reconciliar la socialización de sus culturas indí- año escolar, completamente aislados de sus familias
genas con la influencia y las exigencias de la cultura y comunidades.
mayoritaria blanca que es la dominante (Dodd et al., Dadas esas condiciones y dado que la construc-
1994; Lefley, 1976; Liu et al., 1994). ción del yo requiere una base cultural (Shweder et al.,
La explicación de los problemas del yo entre los 1998), muchos jóvenes indígenas encontraron difícil
jóvenes indígenas es en parte histórica y en parte con- construir un yo estable y coherente. Esas prácticas
temporánea. En términos históricos, durante el siglo educativas finalmente cambiaron en la década de
xix las culturas indígenas fueron diezmadas y final- 1970, cuando se aprobó una legislación federal que

maq-Arnettcap-06.indd 186 7/6/07 12:37:36 PM


CAPÍTULO 6 El yo 187

daba a los indígenas un considerable control sobre tura mayoritaria predominantemente blanca no los
sus escuelas (John, 1998). Aun así, igual que los efec- acepta y no es aceptada por ellos. Sus altas tasas de
tos de perder sus tierras y de ser obligados a entrar en consumo de drogas, deserción escolar, embarazo en
reservaciones hace un siglo, el daño producido por adolescentes y suicidio reflejan sus dificultades para
las prácticas de aniquilación cultural de las escuelas construir un yo en esas condiciones. Aunque se han
ha perdurado en las culturas nativas. visto algunos indicios optimistas recientes —por
En el presente, continúan las amenazas al yo de ejemplo, en el aumento de las tasas de inscripción a
los jóvenes indígenas por el legado histórico de des- la universidad— en lo general, las perspectivas que
trucción cultural y por las condiciones sombrías que enfrentan los jóvenes indígenas siguen siendo suma-
enfrentan cuando miran hacia la adultez. El legado mente sombrías.
de destrucción cultural hace que les resulte difícil
formar una identidad bicultural: en Estados Unidos
es difícil combinar las culturas indígenas y la cultura
mayoritaria, porque para muchos jóvenes indígenas
aceptar a la sociedad blanca, incluso como parte de
una identidad cultural, equivaldría a traicionar a su
propio pueblo a la luz de los sufrimientos que han
soportado a manos de los blancos (Deyhe, 1995). Al
mismo tiempo, las prácticas del gobierno para debi-
litar la socialización cultural indígena a lo largo del
siglo xx funcionaron, por lo que muchos jóvenes ya
no comparten las ideas tradicionales de su cultura ni
saben mucho acerca de su forma de vida tradicional.
Como observa Deyhle (1998): “Por un lado, debido
al racismo contra [los indígenas estadounidenses] en
la comunidad anglosajona y la insistencia de los jóve-
nes en la integridad cultural, el mundo anglosajón no
está a su alcance. Por otro lado, ya no existen las vidas
tradicionales de sus ancestros” (p. 6).
Por lo tanto, muchos jóvenes indígenas se encuen-
tran con una categoría de identidad étnica marginal,
alejados de la cultura mayoritaria así como de su pro-
pia cultura, viviendo entre dos mundos sin que su
hogar esté en ninguno. Las condiciones en sus comu-
nidades son desalentadoras —las tasas de pobreza y
desempleo entre los indígenas estadounidenses son El desarrollo del yo de los jóvenes indígenas estadounidenses a
excepcionalmente altas (John, 1998)— pero la cul- menudo está erizado de dificultades.

maq-Arnettcap-06.indd 187 7/6/07 12:37:38 PM


188 CAPÍTULO 6 El yo

conocen por experiencia directa. En lugar de volverse


biculturales, se sienten marginados, excluidos tanto de
su cultura local como de la cultura global, sin pertenecer
en realidad a ninguna.
La confusión de identidad entre los jóvenes se mani-
fiesta en problemas como depresión, suicidio y consumo
de drogas. Varias culturas han experimentado un fuerte
incremento en el suicidio y consumo de drogas entre sus
jóvenes desde su rápido movimiento para unirse a la cul-
tura global (por ejemplo, Burbank, 1988; Condon, 1987;
Leichty, 1995; Rubinstein, 1995). El incremento de esos
problemas parece indicar la dificultad que experimen-
tan algunos jóvenes de las culturas tradicionales para for-
mar una identidad estable en el contexto de los rápidos
cambios sociales ocasionados por la globalización. Sin
Los jóvenes de las culturas tradicionales pueden formarse una
embargo, aún debe estudiarse si esto significa que los
identidad bicultural o híbrida en respuesta a la globalización. Aquí
vemos a una adolescente en México. jóvenes de las culturas tradicionales tienen mayor pro-
babilidad que los jóvenes occidentales de experimentar
confusión de la identidad.
alteran las prácticas y las creencias culturales tradicionales,
y pueden no conducir a una identidad bicultural sino a
una identidad híbrida, que integra la cultura local con ele- El yo a solas
mentos de la cultura global (Hermans y Kempen, 1998).
La inmigración creciente ha sido señalada como una Una de las razones que permiten a los adolescentes ocu-
de las fuerzas que promueven la globalización (Hermans parse en la frecuente introspección con que consideran
y Kempen, 1998), y las identidades se vuelven aún más su concepto personal, autoestima, estados emocionales
complicadas para los jóvenes inmigrantes. Pueden desa- e identidad, es que a menudo están solos. Estudios del
rrollar identidades que combinan su cultura materna, uso del tiempo entre los adolescentes estadounidenses
la cultura local a la que inmigraron y la cultura global indican que pasan solos alrededor de una cuarta parte
junto con varios híbridos, lo que da lugar a una identi- de su tiempo, lo cual es más tiempo del que pasan con
dad multicultural o a una identidad híbrida compleja. sus familias o con sus amigos (Larson, Csikszentmihalyi y
Además, las personas que viven en una cultura a la cual Graef, 1982; Larson y Richards, 1994).
han llegado incorporan aspectos de la cultura de los inmi- Los estudios ESM con el método de muestreo de
grantes en su propia identidad. Por ende, para un número experiencias ofrecen algunos datos interesantes sobre
creciente de jóvenes del mundo, como observan Her- la experiencia de los adolescentes de estar a solas (Lar-
mans y Kempen (1998), “culturas diferentes y contrastan- son et al., 1982; Larson y Richards, 1994). Esos estudios
tes pueden ser parte de un repertorio de voces colectivas encuentran que una parte importante del tiempo que
que representan su parte en un yo con voces múltiples”
(p. 1118).
Una segunda consecuencia de la globalización es
que al parecer lleva a la omnipresencia de la confusión
de identidad (en términos del esquema de Phinney, una
identidad marginada) entre los jóvenes de las culturas
tradicionales. A medida que las culturas locales cam-
bian con la globalización, la mayoría de los jóvenes se
las arreglan para adaptarse a los cambios y adquirir una
identidad bicultural o híbrida que proporcione la base
para vivir en su cultura local y participar también en la
cultura global. Sin embargo, para algunos jóvenes es más
difícil adaptarse a los rápidos cambios que tienen lugar
en su cultura. Las imágenes, los valores y oportunidades
que perciben como parte de la cultura global debilitan
su creencia en el valor de las prácticas culturales locales.
Al mismo tiempo, los estilos de la cultura global pare-
cen fuera de su alcance, demasiado ajenos a todo lo que Los adolescentes pasan más tiempo solos que con la familia o los amigos.

maq-Arnettcap-06.indd 188 7/5/07 5:52:56 AM


CAPÍTULO 6 El yo 189

PATERSON, PATERSON HOLA, SOY TU REPRESENTANTE SORPRENDENTE, NUNCA ENTONCES ¿POR


ESTUDIANTIL. AQUÍ ESTÁ LO ANTES HABÍA CONOCIDO A QUÉ ME SIENTO
ES CON DOS T QUE SUCEDE. LEE ESTE EXPE- TANTA GENTE EN TODA MI TAN SOLO?
DIENTE Y TE VERÉ A LAS 11 EN VIDA
CORRECTO EL AUDITORIO
GRACIAS

La soledad emocional es común en el primer año de la universidad, aunque los estudiantes universitarios suelen estar rodeados de gente.

los adolescentes están solos lo pasan en su recámara con pués de un largo día en el que sus emociones son explo-
la puerta cerrada. ¿Es un tiempo de soledad para ellos? La tadas por los pares, maestros y familiares, un rato para
respuesta no es simple. Durante el tiempo que pasan a ellos mismos, para reflexionar, reagruparse y explorar,
solas su estado de ánimo suele ser bajo y tienen mayor puede ser justo lo que necesitan” (p. 103).
probabilidad de referir que se sienten débiles, solitarios De la misma manera en que estar a solas no necesa-
y tristes. Sin embargo, después un periodo a solas su esta- riamente significa ser solitario, una persona puede ser
do de ánimo se eleva. Larson y Richards (1994) conclu- solitaria incluso entre otros. Robert Weiss (1973) hizo
yen que los adolescentes dedican su tiempo a solas a la una importante distinción entre dos tipos de soledad, la
introspección y el manejo de sus estados de ánimo. Escu- social y la emocional. La soledad social ocurre cuando
chan música, se acuestan en la cama, se arreglan frene al la gente siente que carece de un número suficiente de
espejo, se amargan y fantasean. Cuando termina su tiem- contactos y relaciones sociales. En contraste, la soledad
po a solas, se sienten recuperados, listos para enfrentar emocional ocurre cuando la gente siente que sus rela-
de nuevo las adversidades de la vida diaria. ciones carecen de la cercanía e intimidad suficientes.
Larson y Richards (1994) proporcionan un ejemplo Por ende, la soledad social refleja un déficit en la canti-
revelador de la experiencia de una adolescente de estar dad absoluta de contactos y relaciones sociales, mientras
a solas. La chica estaba a solas alrededor de la cuarta que la soledad emocional refleja un déficit en la calidad
parte de las veces en que la llamaban con el localizador, emocional de las relaciones de una persona (Adams et
la tasa promedio. A menudo decía que se sentía solitaria al., 1988; Asher et al., 1990; DiTomaso y Spinner, 1997;
durante sus momentos a solas. Se quejaba de su aspec- Larson, 1990). Los jóvenes pueden experimentar cual-
to y se amargaba porque todas las muchachas, excepto quiera de esos tipos de soledad, o ambos, entre los 11 y
ella, tenían novio. Sin embargo, escribió: “Me gusta estar los 23 años.
sola. No tengo que estar preocupada o exasperada por La adultez emergente es un periodo en que el tiem-
mis padres. He notado que cuado estoy sola, a veces me po a solas es mayor (Incavou, 2002). De acuerdo con los
siento mejor”. Luego agregó en letras grandes “¡NO estudios sobre el uso del tiempo en el ciclo de vida,
SIEMPRE!”, lo que refleja su ambivalencia (Larson y los jóvenes de 19 a 29 años pasan a solas una parte mayor
Richards, 1994, p. 102). de su tiempo libre que otras personas, a excepción de
Estar a solas puede entonces ser constructivo, siem- los ancianos, y están solos una parte mayor del tiempo
pre que el adolescente no pase demasiado tiempo solo. dedicado a actividades productivas (escuela y trabajo)
Algunos estudios han encontrado que los adolescentes que cualquier otro grupo de edad menor de 40 (Larson,
que pasan solos una proporción inusualmente alta de su 1990). También se ha encontrado que los adultos emer-
tiempo también suelen tener tasas más altas de proble- gentes refieren mayores sentimientos de soledad que los
mas escolares, depresión y otras dificultades psicológicas adolescentes o los adultos (Rokach, 2000), y hay buenas
(Achenbach y Edelbrock, 1986; Larson y Richards, 1994). razones por las cuales esos años son solitarios. La mayo-
Sin embargo, los mismos estudios han encontrado que ría de los adultos emergentes se mudan de casa a los 18 o
los adolescentes que rara vez están solos también presen- 19 años (Goldscheider y Goldscheider, 1999) para estu-
tan tasas más altas de problemas escolares y depresión. El diar en la universidad o sólo para vivir de manera inde-
tiempo a solas puede ser saludable para los adolescentes pendiente. Este cambio puede tener muchas ventajas,
porque, como observan Larson y Richards (1994), “des- como dar más independencia a los adultos emergentes y

maq-Arnettcap-06.indd 189 7/5/07 5:52:59 AM


190 CAPÍTULO 6 El yo

requerir que asuman más responsabilidades para su vida 1995). Se ha encontrado que el primer año en la univer-
diaria, pero también significa que ya no están arropa- sidad es un periodo especialmente solitario para los adul-
dos por la relativa seguridad del ambiente familiar. En tos emergentes (Cutrona, 1982; Larose y Boivin, 1998),
muchos sentidos pueden sentirse contentos de arreglár- aunque conozcan a mucha gente nueva. Un estudiante
selas por sí solos. Sin embargo, pueden sentirse solitarios de primer año que viva en un dormitorio puede tener
más a menudo de lo que habían vivido en casa (DiTom- gente a su alrededor prácticamente en todo momento
maso y Spinner, 1997). En las sociedades industrializa- del día, al dormir, comer, estudiar, trabajar e ir a clases,
das, la mayoría de los jóvenes no se casan y no obtienen pero aún así sentirse solitario si esos contactos sociales
el apoyo emocional y la compañía que éste implica hasta no son gratificantes.
los 25 o 29 años (Arnett, 2006a). Para muchos jóvenes, la
adultez emergente es un periodo entre la compañía de
vivir con la familia y la compañía del matrimonio o algu- P • E • N • S • A • M • I • E • N • T • O CRÍTICO
na otra relación de largo plazo (Arnett, 2000a, 2005b).
En comparación con los jóvenes de las culturas occidentales,
El ambiente de la universidad es uno en el que
¿considera que es más o menos probable que los jóvenes de las
los adultos emergentes rara vez experimentan soledad culturas tradicionales experimenten soledad?
social, pero la soledad emocional es común (Wiseman,

Recapitulación
En este capítulo abordamos diversos aspectos del yo en mentar emociones más extremas, sobre todo negativas
la adolescencia y la adultez emergente, incluyendo el como sentirse avergonzado o torpe, en comparación
concepto personal, la autoestima, el yo emocional, la con los preadolescentes o los adultos. Carol Gilligan
identidad y estar a solas. Los puntos principales del capí- ha argumentado que durante la adolescencia hay dife-
tulo son los siguientes: rencias de género en el desarrollo del yo emocional,
a medida que las muchachas “pierden su voz” mien-
• Las culturas difieren mucho en sus ideas del yo, algu- tras se conforman a las presiones culturales para que
nas fomentan un yo independiente que es alto en adopten el papel femenino, en lugar de reivindicar
autoestima y otras promueven un yo interdependien- su auténtico yo. Sin embargo, la investigación sólo ha
te que se define por las relaciones con los demás. brindado apoyo mixto a esta afirmación.
• El concepto personal se vuelve más abstracto en la • De acuerdo con Erik Erikson, el problema clave en el
adolescencia. Esto incluye el desarrollo de la capaci- desarrollo del adolescente es el de la identidad frente
dad para distinguir entre un yo real y dos tipos de a la confusión de identidad, y los tres ámbitos princi-
yo posibles, un yo ideal y un yo temido. En la ado- pales de la formación de la identidad son el amor, el
lescencia el concepto personal también se vuelve más trabajo y la ideología. El modelo del nivel de identi-
complejo, con una mayor conciencia de que pueden dad ha orientado la mayor parte de la investigación en
mostrarse diferentes aspectos del yo ante diferentes este campo al clasificar a los adolescentes en una de
personas y en situaciones distintas. Esto incluye una las cuatro categorías: exclusión, difusión, moratoria y
conciencia de que a veces uno puede mostrar a los logro. Para los jóvenes de las sociedades occidentales,
otros un yo falso. la formación de la identidad comprende una
• La investigación indica que la autoestima tiende a dis- moratoria psicosocial (un periodo de
minuir en la adolescencia temprana y luego aumenta exploración de varias posibilidades
durante la adolescencia tardía y la adultez emergente. de vida) que continúa en la adul-
La autoestima no disminuye en todos los adolescentes, tez emergente.
pero es más probable que descienda en las muchachas
• Los adolescentes que son
que en los varones, y es más probable que decaiga entre
miembros de minorías étni-
los blancos que entre los afroestadounidenses. Los aspec-
cas enfrentan el reto de for-
tos de la autoestima que tienen mayor influencia en la
marse una identidad étnica
autoestima total de los adolescentes son la apariencia físi-
además de una identidad
ca y la aceptación de los pares.
en las áreas del amor, traba-
• Los estudios ESM con el método de muestreo de expe- jo e ideología. La asimilación,
riencias muestran que los adolescentes suelen experi- marginalidad, separación y bicul-

maq-Arnettcap-06.indd 190 7/5/07 5:53:00 AM


CAPÍTULO 6 El yo 191

turalismo son las cuatro alternativas posibles de la for- vación. La soledad emocional suele ser alta entre los
mación de la identidad étnica. universitarios de primer año. Los estudios del yo en
la adolescencia y la adultez emergente son comunes
• La globalización está influyendo en los problemas de
en la sociedad estadounidense. Debido a la tradición
identidad en la adolescencia y la adultez emergente.
estadounidense del individualismo, los problemas del
De manera específica, genera más identidades bicul-
yo han sido de más interés e inquietud para los esta-
turales e híbridas que combinan elementos de la
dounidenses que para la gente de otras sociedades,
cultura local con elementos de la cultura global y al
y esto se refleja en el interés de los especialistas esta-
parecer da lugar a una mayor confusión de identidad
dounidenses. Es importante la distinción entre el yo
entre los jóvenes de algunas culturas tradicionales.
independiente que se recalca en la sociedad estado-
• Los estudios realizados con el método de muestreo de unidense (y en menor medida en otras culturas occi-
experiencias encuentran que los adolescentes están dentales) y el yo interdependiente que se destaca en
a solas alrededor de una cuarta parte de su tiempo. las sociedades no occidentales, pero hasta ahora esta
Aunque su estado de ánimo suele ser bajo en esos idea no se ha aplicado mucho a la investigación sobre
momentos, dedican ese tiempo a la reflexión y la reno- la adolescencia y la adultez emergente.

T é r m i n o s c l a v e
asimilación 184 identidad frente a confusión de moratoria 179
autoestima 167 identidad 176 moratoria psicosocial 178
autoestima estable 168 identidad híbrida 188 psicohistoria 176
autoestima fluctuante 168 identidad negativa 179 separación 184
autopercepción 167 identidad posmoderna 181 sesgo de respuesta 170
biculturalismo 184 identificaciones 178 soledad emocional 189
concepto personal 167 imagen personal 167 soledad social 189
consistencia interna 170 intimidad frente a yo falso 167
crisis de identidad 179 aislamiento 182 yo ideal 165
difusión de la identidad 179 logro de la identidad 179 yo posibles 165
exclusión 179 marginalidad 184 yo real 165
identidad 175 modelo del nivel de identidad 179 yo temido 165

R e c u r s o s e n I n t e r n e t

http://www.ssc.uwo.ca/sociology/identity/links.htm http://www.psych.neu.edu/ISS/
El sitio electrónico de la revista Identity. Muchos de los El sitio electrónico de la International Society for Self
artículos de la revista conciernen a la adolescencia o a and Identity (Sociedad Internacional para el Yo y la Iden-
la adultez emergente. El sitio también contiene infor- tidad). El sitio contiene información acerca de publica-
mación sobre conferencias y afiliaciones a la Society for ciones y conferencias relacionadas con el yo.
Research on Identity Formation (Sociedad para la inves-
tigación de la formación de la identidad).

P a r a l e c t u r a s a d i c i o n a l e s
Erikson, E. (1968). Identity: Youth and crisis. Nueva York: orientada a los hombres así como un buen ejemplo
Norton. Un libro clásico de Erikson sobre el desarro- de la forma en que Gilligan presenta su trabajo.
llo de la identidad durante la adolescencia y la adultez
Markus, H. R. y Kitayama, S. (1991). Culture and the self:
emergente.
Implications for cognition, emotion and motivation. Psy-
Gilligan, C. (1982). In a different voice: Psychological theory chological Review, 98, 224-253. Presenta la distinción
and women’s development. Cambridge, MA: Harvard Uni- cultural hecha por los autores, y ahora de gran uso,
versity Press. El libro más conocido de Gilligan. Ofre- entre el yo independiente y el interdependiente.
ce una buena crítica de la investigación del desarrollo

maq-Arnettcap-06.indd 191 7/5/07 5:58:14 AM

También podría gustarte