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Mayo, 2004
INDICE
LA EXERGÍA ....................................................................................................................... 4
1 INTRODUCCIÓN ........................................................................................ 4
6 CONCLUSIONES ...................................................................................... 14
EL ANÁLISIS EXERGÉTICO......................................................................................... 16
10 REFERENCIAS ......................................................................................... 33
La exergía
1 Introducción
Mientras el primer principio está relacionado con la energía misma, el Segundo principio lo
hace con los cambios de forma energía y con las limitaciones existentes para la realización
de dichos cambios. La aplicación del Segundo principio permite evaluar la calidad de la
energía, y el grado de perfección termodinámico de las transformaciones de vectores
energéticos a lo largo de las cadenas productivas. Esta es una herramienta muy poderosa,
especialmente para el análisis de sistemas o procesos termodinámicos complejos.
Todos los sistemas termodinámicos, ya sean naturales o artificiales, funcionan tomando
elementos (materia y/o energía) del ambiente natural y volcando flujos (de materia y/o
energía) en el mismo.
Para poder impulsar transformaciones termodinámicas, los flujos entrantes deben poseer
características que las diferencien del resto del ambiente. Estas diferencias son
cuantificadas por los parámetros termodinámicos que identifican su estado. Aquellas
porciones del ambiente cuyo estado termodinámico está desviado con respecto al promedio
reinante en el ambiente natural son los que pueden impulsar estos procesos, y reciben el
nombre de recursos naturales. Mientras más desviado se encuentre un determinado sistema
(por ejemplo un flujo, una sustancia, etc.) con respecto al estado de equilibrio con el
ambiente, mayor será su capacidad de realizar un proceso (térmico, químico, mecánico,
etc.). Una forma natural de evaluar o medir los recursos naturales es según su capacidad de
realizar trabajo. Obviamente, el trabajo no es el único producto interesante para la sociedad,
pero es una cantidad que permite comparar entre distintos tipos de energía sin
ambigüedades. El trabajo es la forma de energía de mayor calidad, por lo que es la mejor
medida global de capacidad para realizar cualquier otra tarea (por ejemplo, una
transformación). La propiedad termodinámica que mide la capacidad de los sistemas para
realizar trabajo es la exergía. Se define la exergía como el trabajo teórico máximo que es
posible obtener de un sistema bajo las condiciones impuestas por el ambiente natural
cuando se lleva a cabo un proceso reversible. Por lo tanto, esta magnitud depende tanto del
estado del sistema en cuestión como del estado del ambiente, y es una medida objetiva del
valor termodinámico de un vector energético. Por ejemplo, un gran número de actividades
industriales requieren calor para su realización (por ejemplo, en procesos de secado, para el
moldeado de metales, en la industria alimenticia, etc.). La energía asociada a este calor no
tiene en consideración su utilidad. La misma cantidad de calor (en términos energéticos)
puede ser obtenida a partir de una gran cantidad de agua tibia, o a partir de una pequeña
cantidad de combustible fósil, no obstante ambas posean una utilidad industrial obviamente
muy distinta. En cambio, si se usa el concepto de exergía se puede apreciar rápidamente la
diferente utilidad de ambas fuentes de energía.
El concepto de exergía representa de un modo bastante aproximado el concepto que el
hombre común tiene de “energía”. En efecto, a diferencia de la energía y de la masa, la
exergía no cumple con ley de conservación, y esto es algo que toda persona percibe: en
cada proceso, hay algo que se pierde. Lo que se consume en cualquier proceso (no sólo
industrial), es la utilidad de la materia y de la energía, y no la cantidad de materia o de
energía, que son magnitudes conservativas. Este consumo de la utilidad de la materia y de
la energía puede ser medido por la exergía.
Por este motivo, la exergía es la magnitud que puede ser “ahorrada” cuando un sistema
termodinámico (por ejemplo uno industrial) es mejorado. Esta característica de la exergía
permite identificar con precisión cuáles son los puntos débiles de un proceso o sistema, en
los cuales se producen ineficiencias que destruyen la exergía, lo que en definitiva se traduce
en una destrucción de los recursos naturales que hacen funcionar ese proceso o sistema.
El principio de Gouy-Stodola permite calcular la cantidad de exergía destruida en un
proceso irreversible, como se verá más adelante.
Otra ventaja del uso de la exergía es el modo con el cual es definido, ya que representa la
medida de la diferencia entre el estado de una sustancia y el del ambiente circunstante,
desde el punto de vista químico, mecánico y térmico. Solamente para aquellas sustancias
comunmente presentes en el ambiente, y que se encuentran a una concentración,
temperatura y presión coincidentes con los correspondientes valores promedio del
ambiente, su exergía es nula. Si una corriente de agua es descargada en un río a alta
temperatura, su exergía indicará que esto impacta sobre las condiciones naturales del
medio, y que en definitiva puede ser dañino para el ambiente. Si una corriente de gases con
alto porcentaje de SO2 es liberada en la atmósfera, su exergía indicará que su composición
química puede ser ofensiva para el ambiente natural. Es decir que el concepto de exergía
tiene una connotación ecológica, la cual sin embargo no es completa, ya que no tiene en
cuenta aspectos tales como la toxicidad de las sustancias liberadas.
El concepto de exergía es apropiado para estudiar sistemas en casi cualquier caso. Una
excepción a esta regla es el de un sistema cuyos límites lo aislan de su entorno, evitando su
interacción. Esto se debe a que los sistemas pueden producir efectos útiles siempre y
cuando se encuentren conectados con el ambiente externo.
Medir formas de energía de alta calidad (hidráulica, eléctrica, mecánica, energía química de
los combustibles, etc.) en términos energéticos o exergéticos brinda prácticamente los
mismos resultados. Cuando estas formas de energía de alta calidad se transforman en otras
de baja calidad (calor), aparecen grandes diferencias entre los dos métodos. Por ejemplo,
desde el punto de vista energético un kilogramo de petróleo tiene el mismo valor energético
que 500 kg de agua a temperatura ambiente. Desde el punto de vista exergético, en cambio,
el agua a temperatura ambiente tiene exergía prácticamente nula, mientras el petróleo tiene
tanta exergía como energía.
2 Definición y características
Cada vez que se realiza una interacción entre dos sistemas, que incluya un flujo térmico,
una variación de volumen o un intercambio de sustancias químicas se puede obtener un
efecto útil, que se puede expresar o medir en términos de trabajo mecánico.
Para el análisis de sistemas reales se hace la hipótesis que uno de los dos sistemas, aquél
que se quiere estudiar, interactúa con el otro que es una fuente de calor, materia y energía
mecánica, es decir que no modifica su estado termodinámico cualquiera sea la magnitud de
los procesos involucrados. Este último sistema es en general la atmósfera que circunda el
sistema en estudio, la que puede considerarse en equilibrio estable en cada instante y que no
se altera por los procesos producidos por el hombre (esta última es una hipótesis que tiende
a ser menos real a medida que el tiempo pasa, dada la observación de los efectos
ambientales derivados de las actividades antropogénicas. De todos modos, la validez se
sostiene cuando se analizan procesos industriales aislados).
Teniendo en cuenta lo anterior, la exergía de una sustancia se define como el trabajo
máximo que se puede obtener cuando dicha sustancia pasa de un estado termodinámico
inicial a uno final que se encuentra en equilibrio termodinámico con el ambiente a través de
procesos reversibles. Este último estado de equilibrio con el ambiente se denomina “estado
muerto1”, ya que encontrándose en ese estado la sustancia no puede sufrir más
transformaciones espontáneas (Szargut, 1980). Por ejemplo un m3 de metano a 3 bares de
presión y a 500 K de temperatura tendrá un valor de exergía, ya que se encuentra en
desequilibrio con el ambiente. Su desequilibrio está dado porque:
1
El estado muerto fundamental es aquel que se obtendría si cada constituyente del sistema en estudio
alcanzara el equilibrio completo con los compoentes del ambiente. En el estado muerto, la exergía de un
sistema es nula, ya que no hay alguna posibilidad de interactuar con el ambiente, no obstante tanto el sistema
como el ambiente posean energía.
• posee una presión distinta a la atmosférica, por lo que podrá obtenerse un trabajo
mecánico por su expansión hasta obtener el equilibrio mecánico con el ambiente,
• posee una temperatura distinta a la atmosférica, por lo que podrá obtenerse un
trabajo mecánico a partir del desequilibrio térmico con el ambiente (por ejemplo
con una máquina térmica);
• posee una composición química distinta a la de la atmósfera, por lo que podrá
obtenerse un trabajo mecánico a partir del desequilibrio químico con el ambiente
(por ejemplo a través de su combustión, o con una celda de combustible).
La capacidad de producir trabajo ha sido por largo tiempo atribuida a la energía del sistema,
pero este concepto no es correcto. En efecto, por energía se entiende normalmente como la
propiedad de la materia que permite la obtención de un trabajo. Este concepto deriva de las
energías mecánicas o eléctricas, las cuales son transformables íntegramente en trabajo. En
el caso de la energía térmica, en cambio, no toda puede ser transformada en trabajo. Como
ejemplo se citan tres sistemas termodinámicos distintos constituidos por aire, supuesto de
comportamiento ideal, todos los cuales se encuentran a la misma temperatura T0 (la del
ambiente), pero poseen presiones diferentes: el primero posee p1 > p0 (p0 es la presión
ambiental), el segundo p1 = p0, y el tercero p1 < p0. Los tres sistemas poseen la misma
energía, pero obviamente no la misma capacidad de producir trabajo, ya que el segundo se
encuentra en equilibrio con el ambiente, mientras los otros dos pueden sufrir variaciones de
volumen por la diferencia de presión con el ambiente, y así producir un efecto útil. Otro
ejemplo lo constituye la energía térmica del mar. Dado las grandes cantidades de agua que
contiene, desde el punto de vista de la física representa una enorme cantidad de energía, de
la que podría obtenerse trabajo en ingentes cantidades. Sin embargo, para el ingeniero el
océano no constituye una fuente de energía atractiva, y de hecho hasta el momento no se ha
logrado hacer funcionar máquinas térmicas a partir de él (con exepción de casos aislados
que aprovechan la diferencia térmica entre los estratos más profundos del océano y la
temperatura superficial). Se recuerda que se está hablando de energía térmica, y no nos
ocupamos en este caso de la energía mareomotriz, por ejemplo. La razón por la cual no se
puede obtener trabajo útil a partir de la energía térmica del océano es precisamente la
escasa exergía que posee, que por encontrarse en equilibrio térmico con el ambiente
natural, es prácticamente nula.
Según Riekert, la exergía es la cantidad mínima de trabajo mecánico requerida para
constituir una sustancia en un estado termodinámico definido, a partir de las sustancias
presentes en el ambiente, utilizando para ello procesos reversibles e intercambiando calor
solamente con el ambiente que se encuentra a temperatura T0 (Riekert 1974).
Estas definiciones dadas por dos autores ilustres, así como muchas otras, utilizan el trabajo
mecánico en sus enunciados, lo cual ha provocado que se difunda la idea general que la
exergía es un concepto aplicable solamente cuando se analizan procesos que involucran
producción o consumo de trabajo mecánico. Para evitar esto, el autor Richard Gaggioli
define la exergía no como un trabajo potencial, sino como una energía útil potencial.
Rant define la exergía B como aquella parte de la energía E que puede ser transformada en
energía mecánica, e introduce el concepto de anergía A como aquella parte de la energía
que no puede ser transformada en energía mecánica. Por lo tanto resulta:
E=B+A (1)
Energía Exergía
Es función solamente del estado Es función tanto del estado termodinámico
termodinámico del sistema del sistema como del estado del ambiente de
referencia.
Se conserva en todo proceso (primer Se conserva en los procesos reversibles, pero
principio) se consume en los procesos irreversibles
(segundo principio)
Es distinta de cero Es cero en el estado de equilibrio con el
ambiente
La posibilidad de transformarse en formas La posibilidad de transformarse en cualquier
distintas de energía está limitada por el forma de energía es completa.
segundo principio, aún para procesos
reversibles.
En el caso de gases ideales no depende de la En el caso de gases ideales depende de la
presión presión
3 Cálculo de la exergía
La deducción de las ecuaciones de la exergía ha sido ampliamente tratada en distintos libros
de texto, por lo que no se profundizará aquí sobre este tema. Se reproducen a continuación
algunas de las fórmulas que pueden ser útiles para comprender los temas tratados a
continuación.
T
B q = Φ ⋅ 1 − 0 (2)
T
q
BW = [ω - ωo] τ
Dado que la velocidad angular ωo del ambiente es cero, resulta:
BW = ω τ
Que es idéntico al flujo de trabajo, W
BW= W (3)
En general, la definición de exergía permite establecer la equivalencia plena entre una
cantidad de trabajo W y la exergía que posee asociada, verificándose en todos los casos la
igualdad anterior.
[
b = h − T0 ⋅ s − ∑ x i ⋅ h i (T0 , p i ,0 ) − T0 ⋅ si (T0 , p i ,0 )
i
] (9)
T , P0 T
=∫
T
bf c ⋅ 1 − ⋅ dT (13)
T0 , P0 T0
y
T0 , P
=∫
M
bf v ⋅ dp (14)
T0 , P0
h − h 0 = cp ⋅ ( T − T0 ) (15)
T P
s − s 0 = cp ⋅ ln − R ⋅ ln (16)
T0 P0
Sustituyendo:
T P
b f = c p ⋅ T − T0 − T0 ⋅ ln − R ⋅ T0 ⋅ ln (17)
T0 P0
b 2 − b1 = u 2 − u1 + p 0 ⋅ ( v 2 − v1 ) − T0 ⋅ (s 2 − s1 ) (18)
4 El ambiente de referencia
Como explicado en la introducción, cada sistema técnico evoluciona interactuando con el
ambiente que lo circunda, de donde toma los recursos que necesita para funcionar (por
ejemplo, combustible, aire, agua, etc.). Se puede decir que un sistema “funciona” dando el
efecto útil deseado utilizando recursos naturales que en su transformación hacia el
equilibrio con el ambiente liberan sus potenciales, que se pueden medir en términos de
exergía. Es decir que para calcular estas potenciales es necesario conocer el estado inicial
del sistema, y el estado del ambiente. Pero para conocer el estado del ambiente es necesario
tener en cuenta la composición química y el estado termodinámico de todos sus
componentes (los océanos, la atmósfera gaseosa y la costra terrestre). El ambiente terrestre
no está aislado, y no se encuentra en equilibrio termodinámico. En efecto, la tierra se
encuentra sometida a las radiaciones electromagnéticas emitidas por el sol, parte de las
cuales es absorbida y parte reflejada hacia el espacio. A su vez, un parte de la cuota
absorbida se reemite como radiación electromagnética, y la cuota restante junto a la energía
térmica proveniente del centro del planeta inducen variaciones de energía interna. Este
6 Conclusiones
Los conceptos ilustrados en este capítulo nos han permitido enunciar las características del
concepto de exergía, que permitirán sugerir métodos de optimización de procesos. Como se
explicará en el próximo capítulo, con estos métodos se logra obtener un mejor
aprovechamiento de los recursos naturales, lo cual es esencial ya que existen en cantidades
limitadas, lo que les otorga un valor económico. Por otra parte, a medida que la humanidad
extrae esos recursos, aquellos que quedan por extraer se encontrarán en lugares cada vez
más inaccesibles, requiriendo mayor cantidad de energía, materiales, tecnología y dinero
para obtenerlos. Estos recursos permiten la ejecución de procesos que den como resultado
un efecto útil, durante las transformaciones que modifican su estado termodinámico hasta
que alcancen el equilibrio con el ambiente natural. Es por lo tanto obvia la motivación para
intentar maximizar los efectos útiles obtenibles a partir de dichas sustancias durante esas
transformaciones, teniendo en cuenta que una vez alcanzado el estado muerto no será
posible obtener más utilidad a partir de ellos.
Dado que el primer principio establece la conservación de la energía, los programas
destinados a conservar la energía parecen superfluos, dado que se conserva sola, y no es
posible (ni necesario) ahorrar aquello que no es posible gastar. Resulta por lo tanto que lo
que es necesario preservar no es la energía, sino su capacidad de realizar trabajo, que es
medido por la exergía. La exergía es el parámetro más apto para medir el uso de los
recursos naturales, y para establecer técnicas de uso racional.
El análisis exergético
El método del análisis exergético utiliza los conceptos del segundo principio junto con las
leyes de la conservación de la masa y de la energía, con el objeto de analizar las
prestaciones de un sistema termodinámico, y de indicar cómo se puede mejorar su diseño
para hacer un uso racional de los recursos consumidos.
El primer principio solo no es adecuado para identificar las pérdidas de energía o el uso
eficiente de los combustibles y de los recursos utilizados. Como estudiado en el capítulo
anterior, este principio establece que la energía se conserva en todo proceso, por lo que
toda la que entra en un sistema se encontrará en los flujos salientes, pero no introduce
ninguna consideración sobre su calidad o utilidad. El segundo principio en cambio muestra
que algunos de estos flujos de energía presentan una utilidad mayor que otros, o que parte
de la energía de un flujo de calor no tiene ningún valor desde el punto de vista práctico. Por
ejemplo con un análisis exergético se calcula rápidamente la cantidad máxima de trabajo
que una central eléctrica puede producir, la cantidad mínima de trabajo necesario para hacer
funcionar una máquina frigorífica, y la cantidad máxima de trabajo útil que se puede
obtener a partir de una cierta cantidad de sustancia (combustible, aire comprimido), de un
cierto flujo (vapor geotérmico, caída de agua), o de un cierto proceso (transmisión de calor,
radiación solar). El análisis exergético sirve por lo tanto para determinar la utilidad
energética de cada flujo, y para identificar y evaluar la ineficiencia producida en cada
sistema, componente o proceso. El segundo principio de la termodinámica, de donde deriva
el análisis exergético, establece que cada sistema real funciona como un productor de
entropía. En términos exergéticos el mismo concepto se expresa diciendo que destruye una
porción de los recursos valiosos que fluyen en su interior. El cálculo de esta cantidad de
exergía destruida sirve para cuantificar la eficiencia del sistema. En una central eléctrica
por ejemplo la exergía destruida se resta de la cantidad máxima de trabajo que teóricamente
podría producir. En una máquina frigorífica o bomba de calor en cambio, la exergía
destruida es el trabajo que debe ser agregado a la cantidad mínima teórica necesaria para su
operación. Por lo tanto el aumento de exergía destruida disminuye la eficiencia del sistema,
y determina como consecuencia un aumento del consumo de recursos.
7 Destrucción de exergía
A diferencia de la energía, la exergía no cumple la ley de conservación. En efecto, en cada
proceso donde un potencial (de tensión, de presión, químico, térmico, gravitacional, etc.)
tiene la posibilidad de disminuir sin causar un aumento plenamente equivalente de otros
potenciales, se produce una destrucción de exergía causada por las irreversibilidades del
proceso. Prácticamente, se puede interpretar que cualquiera sea la transformación realizada,
una cierta parte de la capacidad de producir cambios debe ser consumida por el equipo que
cumple la transformación, es decir que todos los equipos utilizan parte del combustible para
funcionar. Mientras mayor exergía consumen, menos eficiente será el componente o
sistema, porque menos exergía quedará asociada al producto final deseado, y por lo tanto el
cálculo de la cantidad de exergía destruida sirve para cuantificar su eficiencia.
Cada proceso espontáneo, como por ejemplo la transmisión de calor a través de una
diferencia finita de temperatura, la expansión de un gas, una reacción química, etc, tiene
siempre asociado una irreversibilidad. Pero estos procesos espontáneos no son los únicos
que producen irreversibilidades: en general el pasaje de un flujo en un medio resistente no
es un proceso espontáneo, y es irreversible, como por ejemplo la circulación de un fluido en
un conducto con rozamiento, o de una corriente eléctrica en un material, etc. Las
irreversibilidades que se producen en los procesos industriales son en general asociadas a
los siguientes procesos (Moran et al 1995):
• reacción química espontánea (diferencia finita de potencial químico);
• expansión espontánea de un gas o líquido (diferencia finita de presión);
• transmisión de calore espontánea (diferencia finita de temperatura);
• mezcla espontánea (diferencia finita de composición o estado);
• deformación anelástica;
• flujo de corriente eléctrica a través de una resistencia;
• flujo de materia en un medio con rozamiento;
• magnetización en un medio con histéresis.
Existen dos modos para establecer la existencia y para evaluar la entidad y el efecto de
estas irreversibilidades, lo que se conoce como el análisis exergético. Uno es aquel de
escribir el balance de exergía, en el cual debe aparecer un término correspondiente a la
exergía destruida para compensar el carácter no conservativo de la exergía. El otro modo de
calcularlas es la aplicación de la ley debida a G. Gouy y A. Stodola, dos científicos que a
finales del siglo pasado establecieron las bases del método del análisis exergético.
exergía entrante Be
Exergía
Pérdida de
destruida, Bd
exergía, Bs
exergía
almacenada Bim
exergía útil Bu
donde
Be = flujo de exergía en ingreso;
Bu = flujo de exergía útil;
Bim = flujo de exergía almacenada en el sistema;
Bd = destrucción de exergía en el sistema;
Bs = flujo de exergía perdida (no útil)
Si el sistema se encuentra en estado estacionario resulta Bim = 0.
En este caso resulta:
B e = B u + B d + Bs (18)
1 3
B d = T0 ⋅ [m1 (s 3 − s1 ) + m 2 (s 3 − s 2 )] (21)
Tc
Bq c Bd
Bq f
Tf
Despejando:
Bd = Bc – Bf
Por lo tanto, considerando la expresión de la exergía del calor, la expresión de la
destrucción de exergía para este caso es:
.
Φ ⋅ (T 0 / T 2 ) ⋅ dT = Φ ⋅ T 0 [(1 / T f ) − (1 / T c )]
Tc
Bd = ∫ (23)
Tf
∆V
1. Balance de energía
− Φ − (−W e ) = 0
Φ = W e = ∆V ⋅ i
2. Balance de exergía
T
B q + W e = B d = − Φ ⋅ 1 − 0 + W e
Tr
B d = (T 0 / T r ) ⋅ i ⋅ ∆V (24)
que non es otra cosa que la expresión clásica de la ecuación de Gouy - Stodola.
T1 Fuente
Φ1 W
m1 m2
Φ0
T0
Ambiente
R* = 287 J/kg K
cp = 1004,5 J/kg K
Las variaciones de entalpía y de entropía del flujo de aire entre el ingreso y la salida de la
máquina son:
h2 – h1 = cp (T2-T1) = -321,44 kJ/kg
s2 – s1 = cp ln (T2/T1) – R* ln (p2/p1) = 0,05315 kJ/kg
La disminución de exergía del flujo se puede evaluar como:
b2 – b1 = h1 – h2 – T0 (s1 – s2) = 337,54 kJ/kg
mientras la máxima potencia obtenible en el proceso resulta:
W ideal = m (b1-b2) + Φ1 [1- (T0/T1)] = 113,4 kW.
Este valor representa la potencia máxima obtenible en condiciones ideales y con procesos
reversibles, y resulta inferior a la declarada por el consultor. Por lo tanto la propuesta no es
factible.
A la misma conclusión se puede llegar aplicando los dos principios de la termodinámica,
para un sistema abierto en condiciones estacionarias.
La potencia térmica que el dispositivo debe intercambiar con el ambiente externo vale:
Φ0 = W + m (h2-h1) – Φ1 = -5,87 kW
Mientras que la generación de entropía resulta:
S gen = m (s2-s1) – Φ0/T0 – Φ1/T1 = -0,05478 kW/K
Dado que el valor de la entropía generada es negativo, se concluye que el dispositivo no
puede funcionar como declarado.
La potencia perdida por las irreversibilidades del proceso se puede calcular a través del
teorema de Gouy-Stodola:
Wper = T0 Sgen = -16,6 kW
Que es el valor que se le debe restar a la potencia ideal máxima para obtener el valor de
potencia declarado por el consultor:
W = W ideal – W per = 113,4 – (-16,6) = 130 kW
La eficiencia energética ha recibido en los últimos años una gran atención por parte no sólo
de los ingenieros y de los técnicos encargados de la gestión de las instalaciones, sino
también por parte de los políticos y de los organismos de los países más desarrollados
interesados en aspectos tales como competitividad, seguridad y ambiente que se encuentran
relacionados con ellos.
La eficiencia es un concepto convencional y no responde a una ley física, por lo que no
existe una definición “correcta” y otras “erradas”, sino que una será más o menos adecuada
para el propósito o el estudio que se quiere realizar. No obstante esto, existen algunas
características deseables para una definición de eficiencia, tales como:
• Poseer un valor comprendido entre cero e uno.
• Ser adimensional.
• Expresar una relación entre un parámetro que represente en qué medida el sistema en
estudio desarrolla su función, y otro parámetro que represente cuánto se gasta para
alcanzar ese objetivo.
Los sistemas energéticos son construidos para satisfacer ciertas necesidades de la sociedad
consumiendo para ello una cantidad de recursos (que físicamente se observan como flujos
entrantes en los sistemas, como por ejemplo combustible, dinero, etc.) que son
transformados en bienes y servicios (que son los flujos útiles generados). En muchos casos
existen otros flujos que no pueden ser considerados ni útiles ni consumidos: son flujos no
deseados, que o bien no poseen importancia técnica o económica o constituyen residuos
que es necesario descargar al exterior del sistema obligatoriamente para permitir el
funcionamiento del mismo. La eficiencia energética, conocida también como eficiencia
térmica, entálpica o del primer principio (ηI), se basa en la relación entre la energía
contenida en el producto (flujo útil del sistema) y la energía contenida en los recursos o
flujos consumidos:
Energía saliente con el producto
ηI = (26)
Energía entrante
Como se observa en los ejemplos precedentes, cada caso posee un valor límite superior
alcanzable distinto: en algunos casos es igual a 1, en otros es menor que uno y en otros
puede ser mayor que uno. En general cuando es mayor que uno se la denomina coeficiente
de performance (COP) en lugar de eficiencia, aunque el concepto es el mismo. La
dependencia del valor máximo alcanzable del sistema y de las temperaturas constituye un
defecto de este parámetro de evaluación de eficiencia de los sistemas.
La diferencia entre la energía que entra en un sistema como recurso y aquella que sale
como producto debe ser la energía perdida con los efluentes, ya que la energía se conserva,
y todo lo que entra debe igualar a todo lo que sale. La eficiencia energética non tiene cuenta
que estos flujos de energía pueden poseer calidades y utilidades distintas, sino que las
contabiliza todas de la misma manera. Este defecto puede ser causa de errores de
ponderación, ya que en muchos sistemas y componentes industriales los distintos flujos
energéticos poseen calidades muy distintas.
Como consecuencia, cuando se quieren confrontar procesos distintos con flujos de energía
entrantes y salientes de calidad distinta, o para determinar los componentes de un sistema
en los cuales se producen mayores irreversibilidades, el uso de la eficiencia energética, o de
la energía en general, será insuficiente, y será necesario tener en cuenta de algún modo la
calidad de las formas de energía puestas en juego. El segundo principio resuelve estas
lagunas de la eficiencia energética, poniendo a disposición la exergía como parámetro que
tiene cuenta la calidad y utilidad de los flujos en juego.
No obstante los defectos mencionados de la eficiencia energética, se observa que su valor
en ciertos casos, por ejemplo para una central eléctrica, es muy cercana a la exergética. El
motivo de esta semejanza es que los flujos energéticos involucrados en la definición
(combustible entrante y energía eléctrica saliente) poseen una energía que numéricamente
resulta prácticamente igual a su exergía. En general, se puede decir que el valor de la
eficiencia energética de un sistema será significativo solamente en aquellos casos en los
que todos los flujos involucrados en la definición posean un valor de calidad energética
cercano a 1. Este factor es definido del siguiente modo:
Exergía B de un flujo
χ= (27)
Energía E del flujo
El hecho de considerar un flujo como útil o como consumido es una operación que posee
un cierto grado de arbitrariedad, que a su vez depende del uso que se puede hacer de la
máquina; puede ocurrir que una misma máquina sea utilizada en distintas ocasiones con
objetivos distintos, modificando como consecuencia la determinación de los flujos útiles y
de los recursos consumidos.
Un ejemplo simple de esta situación es el de una máquina termodinámica que funciona con
un ciclo inverso, absorbiendo desde el exterior calor a baja temperatura y trabajo mecánico
y suministrando calor a temperatura más elevada. Según que la máquina sea utilizada como
frigorífero o bomba de calor, el flujo útil será respectivamente el calor absorbido a baja
temperatura o aquel cedido a alta temperatura, mientras el flujo consumido es siempre el
trabajo mecánico.
Esta relación representa la fracción de la exergía de los recursos que se encuentran en la
exergía del producto. El producto (P) representa el resultado deseado del componente; para
identificarlo es necesario establecer cuál es el objetivo de construir y de utilizar ese
componente. El término recurso (R) representa en modo genérico la exergía que ha sido
tomada de los flujos para hacer funcionar el sistema, y no sólo los combustibles fósiles
como el gas natural o el fuel oil, sino que puede ser también exergía suministrada por un
flujo de vapor de alta presión, un flujo de trabajo mecánico, etc. En este modo la ecuación
de la eficiencia exergética puede ser escrita como:
P
η II = (29)
R
Este modo de definir la eficiencia mide el grado con el cual un proceso alcanza su objetivo
productivo.
La diferencia entre el denominador de la definición general y el numerador es la cantidad
de exergía destruida Bd en la trasformación por las irreversibilidades del proceso más la
parte que sale del sistema y que no constituyen un efecto útil Bs (un ejemplo son los gases
calientes que salen por la chimenea de una caldera).
P
ηII = (30)
B p +B d + P
W Pe
Alternador
En un alternador, el flujo de combustible es la potencia
mecánica absorbida mientras el flujo producto es la
potencia eléctrica en bornes
2
Compresor de aire
La función de este componente es la de aumentar la
exergía del flujo de aire, por lo que su producto se calcula
Wc
como la diferencia entre la exergía del flujo saliente y la
Potencia del flujo entrante (B2-B1). El recurso consumido es la
mecánica potencia mecánica entrante W.
1 Aire
W5 + W 7
η II =
B8 − B4
Ejemplo 8-1. Endurecimiento local de una superficie metálica (Gyftopoulos, Widmer, 1980).
eficiencia de los motores eléctricos es en general del orden del 90 %, se concluye que en
teoría no se puede mejorar el proceso más que en un 10 %, siempre que se encontrara un
motor 100 % eficiente. Pero analizando el problema en términos científicos, el proceso de
cortar un objeto da como resultado dos superficies de una sección que son separadas en
modo tal que las fuerzas de atracción sean despreciables, lo que se logra a una distancia
de algunos diámetros atómicos. Si se considera que la madera posee una resistencia de 104
N/cm2 y que la distancia requerida para separar las superficies es de 3.10-9 m (10 veces el
diámetro de una molécula de agua), la energía teórica requerida para cortar un tronco de
5 m de largo y de 20 cm de diámetro será:
W=10000N/cm2 x 500 cm x 20 cm x 3.10-9 m = 0,3 J.
Dado que:
1 kWh = 1000 J/s . 3600 s =3,6 .106 J
resulta que 1 kWh sería suficiente para cortar más de 10 millones de troncos. Sin embargo,
una sierra no sólo crea dos superficies nuevas como previsto, sino que crea además la
superficie alrededor de cada viruta. Como consecuencia, en el mejor de los casos una
sierra con un motor de 1 kW podría cortar 300 troncos de madera por hora, contra los
10.000.000 teóricos. Es decir que el proceso se puede mejorar en teoría más de 105 veces y
no sólo aquél 10 % que se obtuvo en el análisis inicial, siempre que se encuentren los
métodos tecnológicos alternativos que no creen aquellas superficies no queridas durante el
corte del tronco.
Las centrales eléctricas son uno de los sistemas de conversión de energía más eficientes,
con valores de eficiencia mayores al 40 % (tanto para la eficiencia del primero como del
segundo principio). Según el primer principio, sin embargo, parecen mucho más
ineficientes que un simple calefón doméstico (que poseen una eficiencia mayor del 90 %
según este principio), y se observan grandes pérdidas de energía. En la Figura 8-1 (a) se
reproduce esquemáticamente una central eléctrica de vapor convencional, analizada desde
el punto de vista de la energía. Por cada 100 unidades de energía que entran en el sistema
con el combustible, se obtienen 40 unidades de energía eléctrica. Las 60 unidades de
diferencia han sido liberadas en el ambiente externo, en la mayor parte a través del agua
de enfriamiento. Para mejorar la eficiencia del sistema, este método de análisis indicaría
que el mejor modo de lograrlo es el de concentrar los esfuerzos en esta gran cantidad de
energía que se va con el agua de enfriamiento. Por otra parte, observando la central desde
el exterior, se ve claramente dónde se está escapando la energía, y la idea primaria es de
tratar de recuperarla allí, por lo que no hay alguna motivación para ir a estudiar los
componentes internos de la central donde los procesos tienen lugar.
100 40 100 40
57 - 58
2-3
60
(a) (b)
Figura 8-1
En la Figura 8-1 (b) la misma central es analizada desde el punto de vista de la exergía. Se
puede considerar que la exergía entrante al sistema con el combustible es también de 100
unidades. La exergía del trabajo producida será también de 40 unidades, dada la
equivalencia entre la exergía y la energía de un flujo eléctrico. Por lo tanto la diferencia
entre la exergía entrante y saliente es de 60 unidades, como en la Figura 8-1 (a). Pero de
estas 60 unidades de diferencia solamente 2 o 3 unidades son efectivamente liberadas en el
ambiente (la poca exergía que posee el agua a una temperatura cercana a la del ambiente),
mientras que las unidades restantes no se observan como saliendo por ninguna parte de la
central: han sido destruidas en el interior del sistema. En realidad, es verdad que es una
gran cantidad de energía la que se escapa, pero su calidad y utilidad son muy bajas, sin
valor industrial, ya que se trata de agua a una temperatura muy cercana a la del ambiente.
Se ve claramente que el análisis exergético no sólo muestra en modo inequívoco qué poco
puede ser ahorrado tratando de recuperar lo que sale del sistema con el agua de
enfriamiento, sino que pone de manifiesto que es en el interior del sistema donde las
grandes mejoras pueden ser obtenidas, buscando las fuentes de irreversibilidad que han
destruido la exergía del combustible. El análisis del segundo principio entonces nos motiva
a llevar nuestro estudio al nivel de los componentes internos del sistema.
Para una caldera típica de alta presión, se obtiene una distribución de pérdidas en su
interior como la indicada en la Tabla 8-1, utilizado tanto el criterio energético como el
exergético.
bien buscando tecnologías con las cuales sustituir la combustión. Si el ejemplo utilizado
aquí hubiera contemplado el uso de una caldera de media o baja presión, se hubieran
obtenido valores de eficiencia del segundo principio mucho menores, fundamentalmente
por el aumento de la diferencia de temperatura entre el gas de combustión y el vapor.
Analizando ahora el condensador, como ya explicado la pérdida de energía que en él se
produce es liberada en el ambiente utilizando como vehículo el agua de enfriamiento. Esta
pérdida es muy considerable en términos de energía, y existe por lo tanto una gran
motivación a tratar de recuperar al menos una parte de esa energía que se escapa, pero los
intentos realizados para utilizar esa energía y con ello mejorar la utilización del
combustible quemado han sido inútiles. El motivo es que solamente una ínfima parte de la
exergía utilizada en la central eléctrica se va con el agua, menos del 2%, porque su exergía
es muy pequeña. La pérdida real ha sido ocasionada antes, en la caldera donde se generó
el calor y también la entropía que luego el condensador debe eliminar.
estos procedimientos, entre los cuales se citan los de Kotas (1995), Szargut et al. (1988),
Bejan et al (1996).
Las primeras aplicaciones del método exergético fueron realizadas en centrales de vapor,
pero en los últimos años se ha producido una notable diversificación. En los procesos
industriales que se producen en el campo de las bajas temperaturas (criogenia) la presencia
de procesos irreversibles produce efectos particularmente dañinos. Por ejemplo el
rozamiento de los fluidos en los conductos produce una pérdida de exergía mayor que la
cantidad de energía producida por ese rozamiento, cuando la temperatura del fluido es
inferior a la del ambiente. También son interesantes las aplicaciones en los procesos de
acondicionamiento del aire, ya que a temperaturas cercanas a la del ambiente grandes
cantidades de energía térmica involucran pequeñas cantidades de exergía.
En los últimos años se han realizado también análisis exergéticos de sistemas de gran
extensión y complejidad, como sistemas industriales enteros (Hammache 1990, Huang
1990, Bisio 1993, Hamed et al 1996) o regiones geográficas y naciones completas (Reistad
1980, Wall 1990, Mondjan 1993, Nakicenovic et al 1996).
Existe una serie de características comunes entre la exergía y el costo económico, que han
sugerido su aplicación en modo combinado (Brodyansky 1993, Wang 1993).
Dado que la exergía tiene en cuenta la calidad de los flujos de energía y de masa que fluyen
en un sistema, y que es un concepto ligado a la utilidad de estos flujos, constituye la base
natural para las evaluaciones económicas de costo en estos sistemas (costing). Los
principios del análisis exergético utilizados en conjunto con los de la contabilización
constituyen lo que hoy se conoce como el análisis termoeconómico, cuyo objetivo es el de
encontrar la solución técnica que minimice los costos de los productos de los sistemas
energéticos (ver por ejemplo Lozano et al 1994, Valero et al 1986, Valero et al 1988,
Frangopoulos 1983, Tsatsaronis 1985). La relación entre los costos de la producción de
irreversibilidad y el costo de los equipos constituye las bases de la técnica de análisis y
optimización termoeconómica de sistemas.
El concepto de exergía puede ser utilizado para minimizar el consumo de recursos
naturales, a través del método del análisis del consumo acumulado de exergía. Este método
consiste en el cálculo del consumo acumulado global en todas las etapas de un proceso
productivo, desde la extracción de la materia prima, considerando su transporte,
procesamiento, elaboración, utilización y descarga al final de su vida útil. Este
procedimiento (realizado sobre bases energéticas) constituye la base de lo que hoy se
conoce como Análisis del Ciclo de Vida (Life Cycle Assessment). Algunos autores están
llevando a cabo evaluaciones de este tipo sobre base exergética, para evaluar impacto
ambiental de productos o sistemas (ver por ejemplo Cornelissen 1997).
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Exergía
Discutir en grupos sobre la cantidad de energía que tienen los siguientes sistemas
termodinámicos, y sobre la capacidad de producir un trabajo útil.
Caso a)
Sistema 1:
Constituido por 2 toneladas de aire a 100 ºC
Sistema 2:
Constituido por 1 tonelada de aire a 200 ºC y 1 tonelada de aire a 0 ºC
Caso b)
Sistema 1
Gas perfecto a temperatura ambiente, presión de 2 atm, ocupando un volumen V
Sistema 2
Gas perfecto a temperatura ambiente, presión 1 atm, volumen 2 V