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Esta actitud fue compartida por todos los humanismos <<nacionales>>, aunque
fue menos caracteristica del humanismo italiano que de los restantes. En efecto,
si bien se observa entre los diferentes sabios y hombres de letras una comunidad
de métodos y valores, estos se expresaron de modo diferente segun las
condiciones culturales, políticas y religiosas. Así, el humanismo francés (con
Lefebvre d'Etaples), el inglés (con Colet y Linacre), el holandés y el alemán (que
tomo su acentuada tonalidad religiosa de los círculos de laicos piadosos, en busca
de formas de devoción renovadas) estaban dominados por la preocupación de la
reforma eclesiastica, y a diferencia del humanismo italiano, más antiguo,
rechazaron menos brutalmente algunos métodos escolásticos. Con todo, sería
exagerar oponer de raiz un humanismo nordico, muy preocupado por cuestiones
teológicas, a un humanismo meridional, mas imbuido de intereses profanos, pues
fueron los humanistas italianos los primeros en condenar el ascetismo, actitud
que conducía a una reforma de la Iglesia.
En esta difusión europea del humanismo hay que conceder una gran importancia
al influjo de los países más avanzados. Desde este punto de vista, la influencia
italiana fue la primera y la preponderante: desde el siglo XIV se había creado en
Cracovia una universidad según el modelo de la de Bolonia, mientras las ideas
italianas penetraban asi mismo en Bohemia. Sin embargo, pronto se impuso el
pensamiento erasmista. <<Principe del humanismo>>, viajero incansable, en
contacto epistolar con los espíritus más cultivados de su tiempo, Erasmo asistió a
la expansión universal de sus obras. Interesa destacar, sin embargo, cómo su
influjo se vió condicionado por las circunstancias locales. Asi, si en la monarquía
hispanica contó con numerosos discípulos, como Valdes o Vives, fue porque en
este pais se dieron condiciones favorables pare la penetración de su pensamiento
-como demostró la obra maestra de M. Bataillon-, en especial la iniciativa del
cardenal Cisneros y sobre todo la presencia dominante entre la élite cultivada de
judíos conversos, preocupados por renovar la espiritualidad. El Enchiridion
aportó una respuesta a las inquietudes espirituales de aquel sector de la población
que adoptó la teoría erasmista de la oración interior y de una religión depurada.
El exito se vió pronto interrumpido por la represión, pero sus efectos se hicieron
sentir en algunas corrientes místicas, asi como en la literatura profana, que se
inclinó, frente a las patranas de los libros de caballería, por la verdad psicológica
y la lección filosófica y moral.
Falta por medir el impacto social del movimiento humanista, aunque el caracter
limitado de las fuentes hace dificil dar respuesta a esta cuestión. La difusión del
humanismo fue al parecer restringida, aunque, como senala 1 Delumeau, cabe
constatar un progreso cuantitativo del numero de personas cultivadas, y las ideas
humanistas se propagaron de manera indirecta entre grupos mas amplios que la
reducida elite que tenía un conocimiento, directo de las mismas. En la monarquía
hispánica fue en el grupo selecto de los clérigos y la burguesía donde el
movimiento encontró <<sus servidores mas influyentes>>, segun M. Bataillon.
En el extremo opuesto, el ejemplo, demasiado particular pero sin duda
significativo, de las bibliotecas de Amiens muestra el éxito continuado de las
obras medievales tanto en el dominio religioso (gran importancia de los libros de
horas) como en el profano (las novelas de caballeria, por ejemplo). No hay por
que sorprenderse: la cultura del Medievo seguia tiniendo las mentalidades. En
este campo el papel de la imprenta fue ambiguo: difundió tanto los escritos
humanistas como las obras medievales.
Del mismo modo. esta ritualización y relectura del mensaje cristiano, unidas a
una visión del mundo mas primitiva, explican la concepción popular del tiemo.
Ciclicamente ritmado por la alternancia de las estaciones y los trabajos, el tiempo
era a la vez religioso y profano, y las grandes fiestas que jalonaban el año
integraban, en grados diversos, ritos tambien religiosos y profanos. La Pascua era
una festividad esencialmente religiosa, mientras que la fiesta de Todos los Santos
era la ocasión de rendir un culto magicorreligioso a los muertos y el Carnaval una
celebración totalmente profano. Esta concepción del tiempo era común a toda la
cultura popular europea, y la encontramos incluso en Rusia.
Estos caracteres no eran los únicos. Habría que añadir que esta religión
ritualizada estaba marcada igualmente por la angustia de los hombres de la época,
angustia ante la muerte y también ante el apocalipsis que se creia próximo, como
lo atestigua, por ejemplo, el éxito de la predicación de Savonarola.
Sin embargo, no podemos limitar este encuentro entre ambas culturas sólo a una
simple coyuntura momentánea. Tambien se aproximaban entre sí, y muy
especialmente, a causa de la comunidad de determinados temas y actitudes. Uno
de ellos era, por ejemplo, el de la locura. Si para Erasmo la locura se asimilaba a
una fuerza crítica, social y humana, dando la mano por tanto a la construcción de
utopías, y llevaba en germen la posibilidad de regenerar al hombre y a la
sociedad, la ridiculización popular que se daba en el Camaval revestia los
mismos rasgos. El Carnaval era, en efecto, una liberación provisional respecto
del marco social e ideológico real, y una satire del mundo, cuyos aspectos
grotescos quedaban subrayados pare mejor burlarse de ellos. Sin embargo, en
uno y otro caso, la crítica mediante la ridiculización se revelaba impotente pare el
cambio: la locura llevaba a la construcción de suenos irrealizables, mientras que
el Carnaval no era mas que la sonada inversion de la jerarquia social. Su funcion
no podia entenderse sino en su relacion logica y cronologica con la Cuaresma: la
liberación de los cuerpos no era mas que el preludio de una época de ascesis.
Ambas culturas se alejaron cada vez mas una de otra. En el origen de esta ruptura
progresiva se halla ante todo la alfabetización creciente de las elites sociales, que
poco a poco se hicieron ajenas al mundo de su culture popular; un mundo que
empezaron a menospreciar antes de pasar a temerlo. Actitudes haste entonces
comunes comenzaron a divergir, especialmente en el dominio de la magia y la
astrología: mientras que la concepción popular quedaba anclada en sus creencias
y sus ritos, la magia erudite evolucion6 hacia una actitud cada vez mas científica,
pues el deseo (mágico) de controlar el universo habia favorecido la investigación
y la experimentación. Mas importante aun fue la ruptura entre las necesidades
culturales y religiosas de ambos medios. Aunque les quédese en común un cierto
anticlericalismo, Ia oposición de las sensibilidades se hizo cada vez mas aguda:
mientras.la religión popular seguia siendo muy ritual y suleta a las
manifestaciones exteriores de la devoción, la difusión del humanismo en las
élites sociales, a menudo bajo formas simplificadas, impulsaba a estos grupos a
buscar una religión mas interiorizada, depurada de ritos y creencias pronto
calificados de superstición.