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Control de esfínteres

Deborah M. Consolini
MD, Sidney Kimmel Medical College of Thomas Jefferson University

El control de esfínteres implica el reconocimiento de la preparación y la implementación de los


distintos pasos para llevarlo a cabo: charlar al respecto, desvestirse, defecar u orinar, volver a
vestirse, accionar el depósito de agua del retrete y lavarse las manos.
Se puede entrenar a la mayoría de los niños para que controlen el esfínter anal entre los 2 y 3 años,
y para que controles el esfínter vesical entre los 3 y 4 años. A los 5 años, el niño promedio puede ir
al baño solo
La clave para el control de esfínteres exitoso es reconocer los signos de que el niño está preparado
para el entrenamiento (por lo general, a los 18-24 meses):
• Los niños pueden permanecer secos durante varias horas.
• Muestran interés por sentarse en un orinal y expresan signos visibles de prepararse para
orinar o defecar.
• Demandan después que se les cambie el pañal.
• Pueden colocar cosas donde corresponde, y pueden comprender y ejecutar órdenes verbales
simples.
Todos los cuidadores deben tener un método consistente sobre el control de esfínteres.
El método del horario es el método más frecuentemente usado. Una vez que el niño ha demostrado
estar preparado, el padre le cuentan lo que sucederá eligiendo palabras que él pueda comprender y
decir con facilidad. El niño comienza a usar el orinal y a sentarse en él completamente vestido;
después practica bajarse la ropa, sentarse en el orinal durante ≤ 5 o 10 minutos y volver a vestirse.
Se le explica varias veces el objetivo del ejercicio y se enfatiza colocando los pañales mojados o
sucios en el orinal. Una vez que se ha establecido esta relación entre el orinal y la evacuación, el
padre trata de anticipar la necesidad de evacuación del niño y reforzarla de forma positiva para
conseguir una evacuación exitosa. También se alienta al niño a que practique usar el orinal siempre
que sienta la necesidad de evacuar. Se le debe enseñar a accionar el depósito de agua y a lavarse las
manos después de cada evacuación. Para los niños que no tienen horarios predecibles, este tipo de
plan es difícil, y debe diferirse el entrenamiento hasta que puedan anticipar la evacuación por sí
mismos. La ira o el castigo por los accidentes o la falta de éxito son contraproducentes.
Los niños que se niegan a sentarse en el orinal deben volver a intentarlo después de comer. Si la
negativa persiste durante días, la mejor estrategia es posponer el entrenamiento en control de
esfínteres durante por lo menos varias semanas. La modificación de la conducta otorgando una
recompensa por el control de esfíntres exitoso es una opción; una vez establecido el patrón, se
suspenden gradualmente las recompensas.
Deben evitarse las luchas de poder, porque suelen provocar regresión de cualquier progreso que se
haya realizado y pueden tensar la relación padre-hijo. Los niños que controlan esfínteres pueden
dejar de hacerlo cuando presentan trastornos físicos o emocionales, o cuando sienten la necesidad
de recibir mayor atención o cuando nace un hermano. La negativa a usar el orinal también puede
representar manipulación. En estas situaciones, se aconseja a los padres que no presionen a los
niños, que ofrezcan incentivos y, si es posible, que presten más atención y cuidados al niño en
momentos que no impliquen controlar los esfínteres.
…..

Técnicas para el control de esfínteres


Esté preparado
Asegúrese de tener tiempo para dedicarse al control de esfínteres de su niño. Elija un momento sin cambios
importantes, por ejemplo, que no sea al mudarse a una casa nueva o ante el nacimiento de un nuevo hermano. Puede
resultar más sencillo durante los meses más cálidos, dado que su niño usará menos ropa.

Prepare a su niño
Aliente a su niño a que le diga si necesita ir al baño. Enséñele las palabras adecuadas que debe usar. Vístalo con prendas
que sean fáciles de quitar, por ejemplo, ropa con elásticos o abrojos Velcro en lugar de usar overoles con botones y
cremalleras.

Instalación de la bacinilla
Asegúrese de que la bacinilla esté en una posición en que a su niño le resulte fácil subirse a ella. Asegúrese de que su
niño tenga un buen apoyo en los pies.

Comienzo de la nueva rutina paso a paso


Muéstrele la bacinilla al niño. Explíquele la nueva rutina para ir al baño, con pasos simples:

• En primer lugar, haga que su niño se siente en la bacinilla completamente vestido


• A continuación, aliéntelo a que se siente en la bacinilla después de quitarse el pañal mojado o sucio. Usted
puede inclusive poner el pañal sucio en la bacinilla. Esto puede ayudar a que su niño entienda para qué sirve la
bacinilla
• Uno o dos días después, lleve a su niño a la bacinilla varias veces al día
• Finalmente, comience la nueva rutina con su niño, estableciendo horarios específicos todos los días para ir a la
bacinilla. Estos horarios podrían ser después de que su niño se levante, después de comer y antes de dormir la
siesta o de acostarse

Elogie los avances


Aliente a su niño a que le avise cuando necesita ir al baño. Felicítelo por avisarle, incluso si ocurre un accidente camino
a la bacinilla. No lo castigue ni amenace con castigarlo. El aliento y el apoyo motivarán a su niño a seguir intentando y
a dar el siguiente paso. Festeje los avances de su niño, por ejemplo, al pasar de los pañales a las braguitas de
aprendizaje.

Braguitas de aprendizaje
Cuando su niño haya utilizado con éxito la bacinilla durante 1 ó 2 semanas, podrá comenzar a usar ropa interior de
algodón o braguitas de aprendizaje.

Demuestre con el ejemplo


Permita que su hijo lo observe cuando va al baño. Siga los pasos usted mismo. Hágale saber que usted necesita ir al
baño y permítale que lo acompañe. Él aprenderá observándolo.

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