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Una de las etapas del desarrollo de los niños que los padres suelen esperar con ansiedad es el momento de
quitarles el pañal.
Después de haber cambiado cerca de dos mil pañales al año (calcula unos 6 al día), seguramente estás deseando
que tu pequeño empiece a ir al baño solito. Pero pocos padres están preparados para el tiempo que toma en
realidad ese proceso.
Algunos niños aprenden en pocos días, pero muchos otros tardan varios meses. En general, cuanto más pequeño
es el niño al empezar el entrenamiento, más tardará en aprender.
Será más fácil enseñarle a tu hijo con éxito si conoces los pasos básicos del entrenamiento y logras transmitírselos
con claridad a tu niño.
Algunos niños están listos para empezar el proceso de retirada del pañal a los 18 meses de edad, pero hay otros
que no demuestran el más mínimo interés hasta que tienen 3 años o más.
En Estados Unidos, la mayoría de los padres empiezan a entrenar a sus hijos cuando tienen alrededor de 2 años y
medio, pero en muchos países latinos se solía empezar más temprano, sobre todo en generaciones anteriores,
cuando los pañales se tenían que lavar a mano (¡y hasta hervir!) en casa.
O sea que no te sorprendas si tu madre o tu suegra insisten en decirte que les quitaron los pañales a sus hijos antes
de que cumplieran un año. Es posible que lo hayan hecho, pero quizás dedicaban una buena parte de su tiempo a
limpiar "accidentes".
Lo importante es observar si tu hijo empieza a mostrar ciertas señales de que ya está listo para aprender a ir al baño
solito.
Algunas preguntas que puedes hacerte para ver si está listo son:
Recuerda también que cada niño es diferente y tiene sus propios tiempos, aunque los hijos que vienen después
suelen aprender con mayor rapidez que los primogénitos, y los varoncitos suelen tardar más que las niñas.
Piensa también en otros factores aparte del nivel de desarrollo y preparación de tu hijo. Si en este momento tu
pequeño está pasando por un gran cambio en su vida, como ir a una nueva escuela o guardería, o la llegada de un
hermanito, es muy probable que el proceso de retirada del pañal se vuelva más difícil, y lo ideal sería postergarlo
hasta que la situación se estabilice.
Tampoco tiene sentido empezar a enseñar a tu niño en un momento en que tú o quién lo cuida no puede dedicarle el
tiempo, la paciencia y el buen humor necesarios. Si hay un nuevo hermanito en casa, o sufres náuseas debido a un
nuevo embarazo, este seguramente no es el momento de quitarle el pañal a tu hijo.
Quitar el pañal requiere meses de entrenamiento y práctica diarios. Lo mejor es esperar un par de semanas, o
meses, hasta que las cosas estén más tranquilas.
Si la presión para enseñarle a ir al baño viene de parte de tu mamá u otro familiar con buenas intenciones, explícales
con delicadeza los motivos por los que piensas que ni tú ni tu niño están listos aún, y diles que prefieres esperar
para poder hacerlo con tranquilidad.
Igualmente, si estás fuera de tu entorno habitual, de vacaciones o pasando una temporada en casa de un familiar, lo
mejor es esperar. Los inevitables accidentes pueden causar tensiones en casa ajena y tu hijo se sentirá menos
cómodo que en su propio hogar.
¿Crees que tu hijo está listo para dejar los pañales? ¡Vota ahora!
Investiga cuál es el mejor orinal para ustedes y pídele a tu pequeño que te acompañe a comprarlo. Cuando lo lleves
a casa, escribe en él su nombre y permítele que lo decore con pegatinas o que juegue con él.
Si tienes un varón, busca un orinal sin el asiento que se sube y baja, o que traiga uno que se pueda quitar.
Aunque ese tipo de asiento ayuda a evitar que al varoncito se le escape algún chorrito fuera del orinal, tienen el
inconveniente de que los niños a menudo se golpean o arañan el pene al sentarse y levantarse, lo cual puede
quitarles las ganas de usar el orinal.
Si compras un asiento adaptador para el inodoro, revisa que sea cómodo y seguro, y compra también un banquito
para que tu niño pueda apoyar los pies y subir y bajar del inodoro con facilidad. También le ayudará a tener firmeza y
estabilidad, y a pujar al evacuar.
Pon el orinal en un lugar accesible y conveniente (puedes llevarlo al jardín o al cuarto donde suele jugar el niño). Si
no se quiere sentar, no te preocupes. No debes forzarlo, ni obligarle a permanecer sentado.
Y, sobre todo, no insistas demasiado si lo notas aprensivo. Si esto ocurre, lo mejor es guardar su orinal o por lo
menos dejarlo a un lado por algunas semanas o un mes, y luego volver a intentarlo.
Esta es la etapa en que empezarás a explicarle que así lo hacen mami y papi (y los hermanitos que tenga) todos los
días. O sea, explícale que cuando ya eres mayor te quitas la ropa antes de hacer pipí o popó.
Si el niño hace algo en el orinal, muy bien, pero no se lo exijas ni insistas demasiado. Recuerda que es importante
esperar a que tu niño muestre señales de que está interesado en ir al baño solito.
Si tienes un varoncito, es más fácil que empiece a hacer pipí sentadito, y que más adelante papá o un hermano
mayor le enseñe a hacer pipí de pie. Seguro que no tardará nada en imitarlo.
Cuando le estés mostrando a tu niño o niña cómo se usa el inodoro, es bueno que le vayas explicando lo que estás
haciendo, le enseñes lo que has "producido", y le muestres que al final te limpias, te vistes, tiras de la cadena y te
lavas las manos.
Aunque tendrás que ayudarlo a bajarse, subirse la ropa y limpiarse por algún tiempo, verte haciéndolo lo ayudará a
entender el proceso.
Si tienes una niña, asegúrate de que se limpie de adelante hacia atrás, especialmente después de hacer popó, para
reducir el riesgo de infecciones urinarias.
Si hay un hermanito o hermanita mayor que ya sabe usar el baño, él o ella también le pueden hacer una
demostración al pequeño. Los niños ponen mucha atención cuando los "maestros" tienen casi la misma edad que
ellos.
6. Explícale el proceso
Enséñale a tu hijo la conexión entre el popó y el inodoro. La próxima vez que ensucie el pañal, llévalo a su orinal,
siéntalo y luego vacía el pañal en su orinal por debajo de él. Esto le ayudará a asociar el acto de sentarse en el
orinal y hacer popó.
Vacía el contenido de su orinal en el inodoro y permítele que tire de la cadena si quiere (pero no insistas si notas que
le da miedo), para que vea adónde va su caquita. Enséñale a vestirse y lavarse las manos al final.
Mira qué hacer cuándo los niños no quieren lavarse las manos.
También puedes comprar o pedir prestado en la biblioteca algún libro o video sobre ir al baño, que le ayude a
entender y asimilar todo el proceso. Déjalo en el baño para que pueda verlo cuando se siente en el orinal.
Si puedes, permítele que de vez en cuando circule por la casa sin pañales y mantén su orinal a la mano. Cuanto
más tiempo lo dejes sin pañal, más rápido aprenderá, aunque tú tendrás que estar dispuesta a limpiar algunos
charquitos.
Dile que puede usar su orinal cuando quiera, y de vez en cuando recuérdale que está ahí para cuando lo necesite.
A veces los niños no permanecen sentados el tiempo suficiente para lograr relajarse y hacer del baño.
Calmadamente, procura motivarlo a que se quede sentado por al menos un minuto. Te será más fácil lograrlo si le
haces compañía, hablándole o leyéndole un libro.
Elogia a tu niño cada vez que use correctamente el orinal. Así empezará a darse cuenta de que es un logro. Pero a
la vez que es importante halagarlo, procura no exagerar, y evita transformar cada ida al baño en un gran
acontecimiento, de lo contrario tu niño empezará a ponerse nervioso o avergonzarse ante tanta atención.
Aunque los calzoncitos entrenadores de tela son menos convenientes que los desechables, a algunos padres les
gustan porque el niño puede sentir de veras cuando hace pipí o popó. Sea cual sea la opción que elijas, introdúcela
gradualmente, unas horas cada día, y sigue poniéndole pañales normales por las noches.
Cuando tu hijo empiece a usar el orinal de forma consistente, puedes pasar a la ropa interior normal. A algunos
niños les motiva mucho usar calzones con sus personajes favoritos.
¿Los niños que usan pañales de tela, los dejan más rápido? Mira lo que dice un experto.
Reduce las probabilidades de accidentes vistiendo a tu hijo con ropa que es fácil y rápida de quitar. Cuando pasen
los accidentes, se positiva y amorosa, y limpia sin regañarlo mientras le recuerdas que hay que usar el bañito.
A esta edad, su organismo no ha madurado lo suficiente para lograr despertarlo siempre que necesite hacer pipí. De
hecho, es completamente normal que un niño moje la cama ocasionalmente incluso en los primeros años escolares.
Para ayudarle a mantenerse sequito, no le permitas beber demasiado líquido antes de acostarse y recuérdale que si
se despierta en el medio de la noche, te puede llamar para que le ayudes a ir al baño. Otra cosa que puedes hacer
es colocar su orinal al lado de la cama por si quiere usarlo.
Cuando empieces con el entrenamiento nocturno, cubre el colchón con un plástico o una protección impermeable
por debajo de la sábana. Acuesta a tu hijo sin pañales y asegúrate de que vaya al baño antes de irse a dormir.
Cuando se despierte, acostúmbralo a hacer inmediatamente sus necesidades, antes de empezar sus actividades.
Recuerda que muchos niños no están listos para dejar el pañal de la noche hasta que están en edad escolar. Si tu
pequeño no parece aprender cómo aguantar la noche sequito, vuelve a ponerle pañales por las noches e intenta
quitárselos otra vez al cabo de unos meses.
Tarde o temprano, tu niño aprenderá a ir al baño como los adultos, y tú no tendrás que volver a pensar en este
asunto… al menos hasta la llegada del próximo bebé.
https://espanol.babycenter.com/a2600301/ense%C3%B1a-a-tu-ni%C3%B1o-o-ni%C3%B1a-a-ir-al-ba%C3%B1o-en-
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