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GUÍA ORIENTATIVA SOBRE EL CONTROL DE

ESFÍNTERES

Victoria García Cañete


1ºC
Educación Infantil
Universidad de Málaga
INTRODUCCION
He decidido realizar una guía orientativa sobre el control de esfínteres, debido a que
habitualmente cuido a un niño que acaba de cumplir los 2 años, el cual van a comenzar con el
proceso de la retirada de pañal, por lo que me ha parecido una buena idea tanto para ayudar a
este niño y su familia, como cualquiera que pueda serle de ayuda para esta etapa de los niños.
El objetivo con esto, entonces es facilitar información para que, tanto en escuelas infantiles
como en casas, puedan llevar de forma más llevadera este proceso en el niño y de la manera
más satisfactoria posible, que no sea una etapa desagradable.
Para ello voy a plasmar una serie de puntos, como son para que y la mejor forma de controlar
esfínteres, las áreas evolutivas implicadas en ello, las áreas curriculares, unos signos dirigidos
a educadores, los cuales creo que también sirven para los padres, consejos para los padres,
ventajas de realizar el entrenamiento en la guardería y algunas dificultades comunes.
Para que y cuál es la forma más satisfactoria de controlar los esfínteres:
Los humanos tenemos necesidades fisiológicas que nos obligan a evacuar nuestros desechos
orgánicos y ya desde antes de nacer sabemos “ser sensibles a nuestro cuerpo” y expulsar el
pipí o la caca de manera instintiva y natural.
Desde el nacimiento nos rodean palabras y costumbres relacionadas con la función excretora
que nos van marcando: “otra vez te has hecho pipí”, “ya está limpita mi niña”, “hay que ir a
hacer pipí solito”, etc.
La forma más satisfactoria y natural de realizar esta obligación es, en primer lugar, cuando se
sienta la necesidad, ya que se suele aguantas por pautas culturales; en cualquier lugar, debido
a que se suele aprender a hacerlo en privado por convenciones sociales; y en lugares donde se
puedan eliminar o reciclar los residuos, es decir, en la tierra, agua, un agujero o el wáter.
Y, en segundo lugar, limpiándose y evitando ensuciar la ropa, por higiene del aparato
urinario-genital, prevenir infecciones bacterianas, evitar malos olores corporales, etc.
Áreas evolutivas implicadas en la acción de eliminación de nuestros residuos:
1. Área del desarrollo psicomotor, ya que el control depende de la maduración
neurológica, pero además del control de las psicomotricidades gruesa y fina al quitar
la ropa, limpiarse, etc.
2. Área del desarrollo lingüístico, ya que el niño debe comunicar sus necesidades
fisiológicas, de manera adecuada.
3. Área del desarrollo afectivo emocional, ya que encontramos la ansiedad, miedos,
inseguridades ante nuevas situaciones, etc., que producen la manera en que los niños
perciben y desarrollen el hacer pipí y caca. Encontramos las regresiones, es decir,
volver a mojar la cama, producido en niños ante alguna situación la cual le haya
afectado a nivel emocional.
4. Área del desarrollo social, porque siguen patrones marcados en la familia o la escuela.
Las áreas curriculares implicadas son: el conocimiento de sí mismo, autonomía personal y
lenguajes: lenguaje verbal.
Entonces, esta situación se convierte en una etapa infantil en uno de los principales temas de
interés y conversación entre familias y educadoras.
Signos que los educadores deben observar, ya que indican que un niño está preparado para
usar el baño, son los siguientes y abarcan, varias áreas del desarrollo:
• Desarrollo del lenguaje ya que te dicen palabras para indicar que necesitan ir al baño.
• Desarrollo cognitivo, debido a que entienden el proceso de ir al baño.
• Desarrollo motor, autonomía psicomotora, van ellos solitos al baño, se desvisten y se
sientan en el orinal o wáter.
• Desarrollo motor, desarrollo muscular y autocontención, porque son capaces de
aguantar el pipí hasta llegar al sitio adecuado.
• Desarrollo emocional, deben estar preparados a este nivel, deben desear usar el baño,
hacer algo diferente con sus sensaciones corporales y además mostrarse “mayores”.
Consejos para los padres.
Para el inicio del entrenamiento para el control de esfínteres se distinguen tres etapas:
1. El niño es capaz de notar que ha orinado o evacuado y decírselo a sus padres.
2. Es consciente del acto de evacuar, pero no es capaz de aguantarlo.
3. Puede retener o decidir la expulsión de heces y orina. Además, existen signos que indican
que el niño se encuentra preparado para este entrenamiento:
• Permanecer seco durante varias horas.
• Mostrar interés por sentarse en el orinal o wáter.
• Demandar cambio de pañal posterior a la evacuación.
• Comprender y ejecutar órdenes verbales simples.
El entrenamiento suele durar aproximadamente 3 meses y se aconseja que uno de los padres
esté disponible para ayudarlo.
Es inevitable que haya escapes en un principio, pero deben evitarse los castigos, no deben
utilizarse refuerzos negativos.
Conviene ir poco a poco, siguiendo el ritmo del niño y su maduración.
• Los padres deben decidir las palabras a usar para nombrar a la orina y heces.
• Es conveniente adquirir un urinario o construir una silla-orinal.
• El orinal debe estar accesible, cerca de donde suela estar el niño.
• Conviene que el niño vea a otras personas utilizando el inodoro y se le explique lo que
están haciendo.
• Se puede animar al niño a que se siente en el orinal vestido antes de hacerlo sin ropa.
• Practicar con calma y animarlo, aunque no se logre el éxito de inmediato.
• Se recomienda usar ropa fácil de quitar y poner sin ayuda.
• Evitar conductas que puedan asustar al niño, como insistir demasiado, regañarlo, tirar
de la cisterna cuando está sentado, etc.
Si no hay proceso, es mejor esperar otros 3 meses para volver a intentarlo.
Entrenamiento en la guardería.
Muchos niños comienzan la guardería desde muy pequeños y realizar el entrenamiento de
control de esfínteres allí tiene algunas ventajas:
• Los educadores están más pendientes de los niños.
• Pasan muchas horas juntos, por lo que puede apreciar si está preparado o no.
• Los niños ven como otros compañeros utilizan el baño y les sirve de ejemplo y
motivación.

Dificultades comunes:
Es muy habitual que ocurran accidentes y retrocesos durante el entrenamiento. Los más
comunes, entre niños sanos son:
• Escapes diurnos o nocturnos: en general son momentos puntuales, pero si ocurren
después de un periodo determinado, conviene descartar patología orgánica o
psicosocial.
• Resistencia o rechazo al inodoro: niños que tiene un determinado control de sus
esfínteres, pero se niegan a sentarse en el orinal. Suele estar relacionado con la
inmadurez del niño, conflictos con los padres, miedo o ansiedad, temperamento difícil
del niño o estreñimiento.
• Alternancia de periodos de estreñimiento, retención y escapes: Es esencial corregir el
estreñimiento en este caso, reduciendo la cantidad de lácteos y aumentando la de fibra
en su dieta y si fuera necesario añadiendo laxantes.
BIBLIOGRAFIA
Fernández-Molina, M. (2015) Bienestar psicológico infantil: detección, prevención y
optimización en la escuela infantil. (1º). España.
Garza-Elizondo, R. (2020). Control de esfínteres. Acta Pediátrica de México, 41(1), 40-42.
Rubio, A. M., PrevInfad, G., GP, P., Grupo, P. A. P. C. C., España, P. A. S., Faura, F. S., ...
& Aguado, J. G. (2014). Promoción de hábitos saludables. Apetito. Control de esfínteres.

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