Está en la página 1de 7

PROCESO DE DESTETE

 Los bebés suelen acostumbrarse a las rutinas, por lo que es necesario


modificarlas de una manera no brusca.
 Incluir a tu pareja en la nueva alimentación ayudará a que se forme un
nuevo vínculo entre ellos.
 Realiza el destete de forma gradual, respetando los tiempos de tu bebé y
sustituyendo la interacción por otras actividades.
“La leche materna es una fuente importante de energía y nutrientes para los niños
de 6 a 23 meses. Puede aportar más de la mitad de las necesidades energéticas
del niño entre los 6 y los 12 meses, y un tercio entre los 12 y los 24 meses. La
leche materna también es una fuente esencial de energía y nutrientes durante las
enfermedades y reduce la mortalidad de los niños malnutridos.”1

El destete es un proceso natural en el cual tu bebé dejará de tomar leche materna


y podrás sustituirla por otro tipo de leche o alimento, señala la Dra. Martha
Sandoval García, pediatra y asesora en lactancia materna del Centro Médico ABC.
Te damos algunos tips que te ayudarán a no sufrir durante este proceso, ni a
considerarlo doloroso.

1. No engañes a tu bebé

Los bebés son individuos que se acostumbran a las rutinas y al interrumpirlas de


forma brusca, no entenderán la razón para que esto suceda, lo que podría
traducirse en que interpreten que simplemente le estás negando el seno y no le
quieras dar de comer que podría ser un incentivo negativo para el bebé.Lo
recomendable es realizar el destete de forma gradual, respetando los tiempos de
cada bebé y buscando sustituir el apego a la lactancia por otras actividades o
alimentos.

2. No ofrezcas el seno materno, pero tampoco se lo niegues

Durante el proceso de destete, te recomendamos no ofrecer el seno a


conveniencia, esto quiere decir, que no lo emplees para evitar situaciones donde
quieres que deje de hacer ruidos, quieres distraerlo, etc. Únicamente deberás
ofrecer el seno en los momentos donde realmente debes alimentar al bebé.

3. Eliminación gradual de las tomas

Cada semana ve eliminando una toma al seno, buscando que esto sea gradual y,
por muy rápido, máximo cada tercer o cuarto día. De esta manera, tu bebé
empezará a crear un nuevo tipo de rutina en donde entenderá que ya no le
ofrecerás el seno materno, pero sí alguna otra actividad; facilitando el proceso de
destete para ambos.

4. Anticipa la hora de la tetada


Como madre podrás identificar las necesidades de tu bebé y es bueno que te
anticipes ante la tetada. En muchas ocasiones tu bebé te pedirá que lo alimentes,
pero también sucederá que lo que busca es tener contacto contigo, recibir algún
tipo de consuelo o, incluso, realizar alguna actividad recreativa.

De esta forma, busca identificar las necesidades de tu bebé para encontrar cómo
sustituir esta petición ya sea con alimentos sólidos o líquidos o, incluso, otro tipo
de actividades que tu bebé pueda adaptar a su nueva rutina de vida.

5. Establece límites

Establecer límites funciona con niños que rondan los 18 a 24 meses de edad y
que ya entienden conceptos como: “mamá está en casa”, “es hora de comer”, etc.

A esta edad, ya puedes limitar las circunstancias o situaciones donde le ofrecerás


el seno al bebé y también entenderá cuando la situación no lo permita. Esto es
una forma respetuosa de marcar límites en los pequeños.

6. Cambia las rutinas previas a amamantar

Algo muy importante en los pequeños es que se acostumbran a las rutinas, razón
por la cual, al momento de quitar una toma, deberás instaurar nuevas rutinas para
que el bebé se adecue a esta interacción.

Un ejemplo para cambiar esto pueden ser, ya no te sientes en el sillón que


utilizaban para la lactancia, en momentos donde no le darás de comer. Pequeñas
acciones que modifiquen la rutina del bebé ayudarán a instaurar nuevas prácticas
que permitirán que se adapte a este cambio.

7. Incluye a tu pareja en la alimentación

Incluir a la pareja en la alimentación del bebé permitirá que el proceso no sea tan
complicado. Aprovechen este momento para crear un nuevo vínculo fuerte entre tu
pareja y tu bebé, quien se sentirá seguro gracias a que otra persona puede estar a
cargo de él y cumplir sus necesidades no solamente nutritivas, sino también
emocionales y de cariño.

8. Disminuye el tiempo de tetada

En caso de que sientas que te está costando mucho trabajo quitarle una toma a tu
bebé ya que es muy apegado a ti, comienza a reducir los tiempos de succión de
forma paulatina.

Esto quiere decir que, si tu bebé tardaba 15 minutos en alimentarse y quedarse


dormido, podrías indicarle que ahora será menos tiempo de alimento y el resto del
tiempo para que se quede dormido. Así tu bebé aprenderá que solamente
empleará la succión para la parte nutritiva y el proceso de conciliar el sueño lo
hará a tu lado, pero sin la muletilla de tener que estar succionando el seno
materno.

9. La toma nocturna es la última en desaparecer

Erróneamente se cree que, durante el proceso de destete, la toma nocturna es la


primera que hay que eliminar. La realidad es que esta toma es la más difícil de
quitar y, por lo mismo, deberá ser la última.

La razón de esto es que, si aplicas los tips antes mencionados, ya habrás


acostumbrado a tu bebé a que succione más rápidamente, a que no necesita
succionar para poder conciliar el sueño, que se sienta cómodo siendo alimentado
por tu pareja y, en caso de que se despierte a medianoche, se sentirá seguro de
ver a tu pareja, reforzando el vínculo entre los dos.

10. El biberón es solo una opción

En algunas ocasiones a tu bebé le puede costar trabajo tomar el biberón; aquí


deberás considerar que existen diferentes opciones para que se alimente como,
por ejemplo, con un vaso entrenador.

Muchas veces nos apegamos a la idea de que el bebé debe tomar la leche en un
biberón, pero no nos damos cuenta de que nuestro bebé también ha evolucionado
a lo largo del proceso de destete y quiere sentirse como un bebé más grande, por
lo tanto, el uso de un vaso entrenador puede ayudarte.

Después de haber realizado estos pasos, lo importante es que continúes con la


nueva rutina establecida, la cual puede constar de dar de cenar al bebé, seguir
con un baño relajante, contarle un cuento y acostarlo en el pecho de tu pareja para
que concilie el sueño; o cualquier otra actividad que consideres necesaria.

Lo importante en esto es saber que es un proceso natural que te permite conectar


con tu bebé e identificar sus necesidades. También hay que tener en cuenta que
cada bebé tiene su propio proceso para lograr el destete, pero esto se logrará de
forma armónica siempre y cuando respires, te relajes y lo hagas de una manera
amorosa.
CONTROL DE ESFINTERES
Es importante tener presente que, si bien la mayoría de los niños comienza a dejar
los pañales entre los 2 y 3 años, no todos tienen los mismos tiempos para lograrlo.
Asimismo, como todo proceso, suele tener avances y retrocesos. Se debe
tener paciencia y tranquilidad, ya que no ocurre de un día para otro; para lograrlo
se requiere cariño y reforzamiento positivo.
 
Es importante saber que la mayoría de los niños controla primero la orina y
después logra el control de deposiciones. Además, este control suele ocurrir
primero de día y luego en la noche.
 
La doctora Macarena Díaz, pediatra de Clínica Las Condes, y la EU.
Constanza Olivares, enfermera coordinadora de Centro Colorrectal e
Incontinencias Pediátricas de Clínica Las Condes, entregan a continuación
más información y algunas recomendaciones al respecto.
  
¿Cuándo retirar los pañales?
  
En general, hay bastante consenso en que lo ideal es acompañar este proceso
durante la primera primavera-verano después de los dos años, una vez que el
niño muestra signos de estar preparado. ¿Cuáles son esos signos?
 
 Sigue instrucciones simples.
 Le incomoda el pañal sucio o mojado y pide cambio.
 Pasa más de 2 horas con el pañal seco.
 No moja pañal muy frecuentemente en el día y, si lo hace, el pañal se llena
mucho.
 Tiene horario de defecación más regular, predecible y constante.
 Es capaz de verbalizar su necesidad de orinar o defecar.
 Puede bajarse pantalones y sentarse en WC.
 Logra permanecer sentado en el WC, tranquilo y sin llorar, al menos un par de
minutos.
  
¿Cómo prepararse para acompañar este proceso?
  
 Intenta reconocer alguna señal que realice cuando quiere ir al baño (tocarse el
pañal,  quedarse quieto de forma brusca, cruzar sus piernas) y aprovéchalas para
explicarle el proceso.
 Intenta identificar sus horarios habituales y cuánto tiempo pasa entre micción y
micción (puedes realizar una pauta de micción/defecación durante un par de días).
 Adquirir ropa interior de algodón en cantidad suficiente, ojalá con algún
detalle que lo motive.
 Disponer de zapatos de goma lavables (tipo hawaianas), ropa holgada y fácil de
cambiar y lavar en caso de mojarse (vestidos o trajes de baño). Esto, más que una
necesidad, es una comodidad, ya que será bastante más fácil cambiar a un niño
que se hace pipí en traje de baño y hawaianas, versus aquel que se moja en blue
jeans y zapatillas.
 Contar con un adaptador de WC y un pequeño piso que ayude al niño a
sentarse y donde el niño pueda apoyar sus pies mientras hace sus necesidades,
sintiéndose más seguro.
 Algunos niños se esconden cuando tienen ganas, por lo que es importante darles
el espacio y privacidad adecuada para que niño no se incomode.
  
Acompañando el proceso:
  
 Antes de sacarle los pañales, explica a tu hijo/hija el proceso que iniciará,
reforzándole que como ya es grande podrá dejar los pañales y sentarse en el
baño.
 Llévalo periódicamente al baño (según la pauta de micción realizada
previamente, aunque suele ser cada 2 a 3 horas) e incentívalo a permanecer
sentado algunos minutos, aunque diga que no quiere orinar.
 Intenta asociar las idas al baño con alguna actividad de su rutina diaria, por
ejemplo: al despertar, después de alimentarse, antes de salir de casa, al volver del
colegio y antes de acostarse. De esta forma, siendo consistente y sistemático,
todo será más fácil.
 Cada vez que orine en el WC y, en la medida que se haga más frecuente y tenga
menos accidentes (que se moje), dale refuerzos positivos.
 
Al comienzo, puede ser un refuerzo social (halagos, abrazos, besos, aplausos)
acompañado de algún premio material (stickers, lápices, pequeños juguetes)
para aumentar su motivación por lograr su control de esfínteres. Ayuda mucho
acompañar estos refuerzos con un calendario de logros ubicado en un lugar
estratégico, fácilmente visible, donde se registre (junto con el niño/a) sus logros.
Así, cada vez que vea su calendario, recordará su objetivo y se motivará a
perseverar.
En la medida que se avanza en el proceso se puede ir distanciando el refuerzo
material hasta desaparecer, manteniendo siempre la recompensa social hasta ya
tener consolidado su control de esfínteres.
  
Algunos consejos:
  
 Evitar retos, castigos o burlas frente a accidentes, solo generará rechazo y
mayor dificultad. Debemos recordar que, si se moja, no es intencional, sino parte
de un proceso que requiere tiempo.
 Evitar juntar este proceso con otros cambios: escolarización, cambio de casa,
viajes, nacimiento de un hermano, etc.
 Una vez que el niño está preparado, ser consistente con la decisión de retirar
pañales. Evitar confundirlo motivándolo un día sí y un día no, o a ratos sin pañal y
a ratos con pañal.
 Evitar forzarlo si aún no está preparado: si se moja muy frecuente, es mejor
volver a los pañales e intentarlo nuevamente más adelante.
 Existen muchos libros infantiles que ayudan en este proceso de dejar los
pañales, con ilustraciones amigables e información simple y sencilla para los
niños. Se puede intentar contarle una historia en relación con esto; los niños son
muy imaginativos y muchas veces entienden fácilmente a través de formas
didácticas de aprendizaje.
  
Recomendaciones para el control de esfínteres diurno:
  
 Algunos consejos que ayudan a facilitar este proceso son:
 
 Momento más adecuado: primera primavera/verano después de los 2 años.
 Requisito: que el niño sea consciente de que “se hizo o se está haciendo pipí”:
emocional, mental y físicamente preparado.
 
Al decidir el entrenamiento:
 
 Retira el pañal de día mientras el niño está despierto (al inicio mantener pañal
de noche y durante su siesta).
 Intenta hacer vida al aire libre, ropa fácil de desabrochar para favorecer su
autonomía, y que sea fácil de cambiar en caso de “accidentes”.
 Evita salir con el niño ratos prolongados fuera de casa, a lugares donde sea
difícil conseguir un baño.
 El control nocturno de esfínteres suele ocurrir un mes después de logrado el
control diurno.
 Considera que es un proceso progresivo (al comienzo se hará pipí más de
alguna vez, por lo que se debe evitar castigos y retos).
 Ofrece al niño una pelela o un adaptador de WC y un pisito para que apoye sus
pies y se sienta cómodo y seguro sentado.
 Fomenta al niño a imitar a sus hermanos o padres.
 Lleva al niño al baño cada vez que lo pida, aunque muchas veces no haga pipí.
 Si no pide ir al baño llévalo cada 2 a 3 horas y siéntalo, aunque diga no tener
ganas.
 Establece una rutina para ir al baño, con momentos precisos: al levantarse,
después de almorzar, antes de dormir, etc.
 Felicítalo cada vez que avise y logre hacer pipí donde corresponde.
 Fomenta la ingesta de agua durante el día (mínimo 6 a 8 vasos al día), evitando
consumo de bebidas o jugos con colorante.
 Asegúrate que tenga deposiciones todos los días, ya que la constipación dificulta
el control de esfínteres.

Sugerencias para facilitar el control de esfínteres nocturno


 Momento más adecuado: Una vez que el niño amanece con su pañal seco,
después de logrado el control de esfínteres diurno.
 Procura que tu hijo haga pipí en el baño justo antes de irse a dormir.
 Evita bebidas o jugos con colorantes, ya que podrían irritar la vejiga, aguantando
menos pipí.
 Asegúrate de que tenga deposiciones todos los días, ya que la constipación
aumenta el riesgo de enuresis.
 Si el baño está lejos de la cama, acerca un recipiente o baño móvil para dejar a
un lado de la cama.
 Estimúlalo con un calendario de refuerzo positivo, marcando con estrellita o sol
los días que amanece seco.
¿Cuándo consultar con el pediatra?
  
Es importante conversar con tu pediatra en caso de:
 Niños con incontinencia de orina asociada a infección urinaria o dificultad para
hacer pipí (retención urinaria).
 Niños desde los 5 años, con intención de colaborar, que aún mojan la cama
(enuresis).
 Niños que controlaban esfínteres, pero repentinamente comienzan a mojarse.
 Niños en edad escolar en que la incontinencia les genera problemas e
incomodidad con los pares.
Niños en que la incontinencia afecta a su autoestima. 

También podría gustarte