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La teoría psicogenética de Jean Piaget, que describe los procesos y etapas por los que
atraviesa el desarrollo del pensamiento en el niñ o, ha modificado en los ú ltimos añ os
nuestras prá cticas pedagó gicas, incorporando un marco conceptual que
anteriormente no era tenido en cuenta.
El sujeto que la teoría de Piaget nos ha enseñ ado a descubrir es un sujeto que trata
activamente de comprender el mundo que lo rodea y de resolver los interrogantes
que el mismo le plantea.
¿De qué manera se construyen estos saberes? ¿A qué llamamos "interacció n"?
Cuando el sujeto interactú a con el objeto: compara, excluye, ordena, categoriza,
reformula, comprueba, formula hipó tesis, reorganiza, etc. este camino no es lineal, no
se acerca al conocimiento agregando piezas de a una, sino por grandes
reestructuraciones globales, algunas de las cuales son "erró neas" (con respecto a la
ló gica del adulto y al objetivo final), pero "constructivas", en la medida que permiten
acceder a él. Esta noció n de "errores constructivos" es esencial, porque los mismos
nos indican cuáles son las hipó tesis que el chico maneja en relació n al conocimiento
que está intentando adquirir.
Una práctica pedagó gica acorde con esta teoría no debe temer al error, pero sí debe
distinguir la diferencia entre uno constructivo y uno que no lo es.
Si conocemos las distintas hipó tesis por las que atraviesa el niñ o en su desarrollo,
podremos identificar cuáles errores nos sirven como indicadores de este proceso
constructivo.
1) Es indispensable indagar acerca de los saberes previos que poseen nuestros chicos
para poder presentarles actividades ("problemas") que puedan incorporar a sus
esquemas asimiladores, que realmente motiven su interés.
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Ficha de Cá tedra “¿Có mo se aprende a leer y a escribir?”
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incorporar.
¿Qué modelo de docente podrá lograr que los chicos adquieran confianza en sus
propios esquemas de pensamiento, que los pongan en juego sin temerle al error?
Un docente que sepa enseñ ar a pensar, que no le tema al error, que provea de
mú ltiples experiencias que permitan más de una respuesta, que permita la discusió n
y la confrontació n de producciones, que le pregunte al chico qué quiso escribir para
que fundamente su producció n, que le muestre dó nde puede conseguir la
informació n que necesita, que sepa cuándo orientarlo para que sus producciones
sean legibles… en fin, un docente capaz de guiarlo en esta fascinante aventura de
apropiarse del lenguaje escrito.
Esto de ninguna manera significa que nos vamos a pasar el añ o discutiendo sin llegar
a una conclusió n, ni que siempre vamos a favorecer un eterno "escribilo como
puedas", estamos diciendo que los chicos son inteligentes, necesitan la confrontació n
también con otros grupos, para comprobar si sus escrituras sirven para comunicar lo
que ellos quieren o no.
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* Estas conceptualizaciones no son arbitrarias, sino que poseen una ló gica interna
que las hace explicables y comprensibles desde un punto de vista psicogenético.
Cuando un niño pequeño realiza marcas sobre un papel y les otorga significado, está
produciendo escritura, aunque la misma no se asemeje a la escritura del adulto. La
evolución de la escritura no depende de la mayor o menor destreza gráfica o de la
posibilidad de dibujar letras, sino del nivel de conceptualización, es decir, el conjunto de
hipótesis exploratorias para comprender este objeto.
* Existen diferencias entre el lenguaje oral que trae el chico al iniciar la escolaridad y
el lenguaje que se utiliza en la escuela o lengua standard. Esto provoca confusiones y
contradicciones.
Si bien, estas autoras explicitan "...no pretendemos proponer una nueva metodología
del aprendizaje..." en su obra "Los sistemas de escritura en el desarrollo del niñ o", su
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interpretació n de los procesos y las formas en que los niñ os llegan a aprender a leer y
escribir, y su crítica a los modelos tradicionales de enseñ anza (que desde esta teoría
pueden facilitar o bloquear este aprendizaje) provocó una movilizació n profunda
dentro del panorama pedagó gico y modificó sustancialmente las prá cticas docentes.
leer no es descifrar
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Pero ¿cuáles son las estrategias que pone en juego un lector adulto? ¿Acaso necesita
del descifrado para comprender un texto? Bien sabemos, analizando nuestra propia
práctica y a los estudios realizados recientemente, que no es así. El lector que posee
buenas estrategias de lectura realiza anticipaciones, predicciones y correcciones en
su lectura en forma permanente, utilizando su competencia lingü ística para
interpretar el texto leído.
El "libro de lectura" tradicional, con oraciones tales como "mi mamá me ama" o "Susi
asa sus sesos", difícilmente puede favorecer el desarrollo de anticipaciones
inteligentes. Concebidas para que los chicos reconozcan determinadas letras o
sílabas, carecen de todo valor comunicativo, ya que nadie las usa jamás en ninguna
conversació n.
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Los docentes muchas veces damos por sentado que el chico incorpora la
funcionalidad de la lectura y escritura solamente a través de la ejercitació n que
proponemos. Si le preguntamos a chicos de 31 grado para qué sirve leer y para qué
sirve escribir, nos sorprenderíamos con sus respuestas: un alto porcentaje responde
que leer sirve para leer la tarea y escribir para escribir la tarea. )Qué nos indican
estas respuestas? Que si no somos capaces de generar situaciones "reales" de lectura
y de escritura el chico no podrá apropiarse de la lectura y escritura para lograr fines
propios, solamente cumplirá con lo que la escuela le pida.
El nombre propio
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Si partimos de una postura constructivista, que tome en cuenta los saberes previos de
los chicos, tendremos que aceptar estas diferencias, respetarlas y capitalizarlas para
que el trabajo oral resulte más rico. No olvidemos que la lengua no constituye un
có digo homogéneo y que el uso de estas variaciones regionales, sociales,
generacionales o de género, no só lo es aceptable sino que es correcta, de acuerdo a la
circunstancia comunicativa en la que se inscriban. ¿Qué sería acaso del Martín Fierro
si estuviera escrito en lengua standard?
escribir no es copiar.
Así como leer no es descifrar, desde esta postura el acto de escribir no puede
identificarse con la copia pasiva de un texto elaborado por otro.
Nivel 1
o reproduce los rasgos típicos de la escritura de los adultos
alfabetizados, imitando los trazos de la letra cursiva (trazos ondulados
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Nivel 2
o para poder leer cosas diferentes debe haber una diferencia objetiva en
las escrituras, para ello utiliza distintas estrategias:
- cambiando el orden de los pocos caracteres que conoce.
- variando la cantidad de signos
- usando signos diferentes
o hay mayor definició n en los rasgos.
o comienza a establecer correspondencia entre la emisió n sonora y el
texto escrito
o persisten la hipó tesis de cantidad y variedad
o reproduce "formas fijas" (en forma global, no analizable) de las cuales
el nombre propio es la más importante.
o preeminencia marcada de escribir con imprenta mayú scula sobre la
letra cursiva.
Nivel 3
o Intenta dar un valor sonoro a cada una de las letras que componen la
escritura, estableciendo la primera relació n sistemática entre los
aspectos sonoros del lenguaje y la escritura.
o Utiliza letras o pseudo letras que pueden o no tener valor sonoro
estable.
o Aparecen conflictos de gran importancia para el desarrollo posterior
del proceso entre esta hipó tesis y otras, como la de cantidad, la de
variedad, y el conocimiento de formas fijas (su nombre, mamá, papá)
o para identificar las letras le otorga un valor silábico en funció n del
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Nivel 4
Nivel 5
Aportes de Vigotsky
Lev Vigotsky es una de las figuras más interesantes en el campo de la enseñ anza y la
psicología. Su perspectiva respecto del aprendizaje y de la alfabetizació n, expresada
desde su teoría sociohistó rica-cultural, ha tenido una influencia importante en
nuestro pensamiento actual.
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Dentro de sus estudios acerca del desarrollo mental, Vigotsky analizó la diferencia
entre el aprendizaje espontá neo y el aprendizaje científico. Sus conclusiones acerca
de este tema son particularmente importantes en lo que atañ e a la institució n escolar.
En su obra "Pensamiento y Lenguaje" dice que "...comprender el desarrollo de los
conceptos científicos en la mente del niñ o es necesario para elaborar métodos
eficaces de instrucció n del escolar en el conocimiento sistemático..." y que "...los
conceptos científicos se desarrollan en cooperació n sistemática entre el niñ o y el
maestro..."
La intervenció n docente
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"El maestro interviene activamente como constructor del andamiaje que le facilita al
alumno la construcció n de su conciencia y de su control interno." (Braslavsky, Berta.
1992)
Si bien es necesario que los chicos cuenten con gran cantidad de material escrito a su
disposició n, esto no es suficiente si no hay un docente que posibilite la reflexió n
acerca de este material, que partiendo del conocimiento del Nivel de Desarrollo Real
de sus alumnos, apunte al Nivel de Desarrollo Pró ximo.
A esto podemos agregar, basá ndonos nuevamente en los estudios realizados por
Vigotsky u otros investigadores locales como Braslavsky, que el desarrollo de la
lengua oral es prerrequisito y facilitador del aprendizaje de la lengua escrita.
Escuchar cuentos, poemas o canciones, o a través de diversos juegos orales favorece
el desarrollo de la conciencia lingü ística, léxica y fonoló gica en los chicos, necesarias
para la construcció n de conocimientos metalingü ísticos que actú en como soporte o
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Dentro del marco de esta teoría, la escuela es el lugar privilegiado para la adquisició n
sistematizada de los saberes científicos, a través del análisis y de la reflexió n,
reconociendo, al mismo tiempo, su necesaria relació n con el entorno natural y con los
conocimientos socialmente adquiridos.
Habla, juego, dibujo y escritura forman parte del mismo proceso. Este proceso se
inicia tempranamente, mucho antes de iniciar la primaria: en el Jardín.
A través de las experiencias vividas allí, el chico comienza a relacionar lo que piensa
con su lenguaje hablado y vincular éste con la escritura, que en un primer momento
realizará el docente u otro chico. Así empieza a experimentar que la escritura es
lenguaje y que el lenguaje hablado puede expresarse mediante signos.
Los juegos orales, las dramatizaciones, los dibujos, todo el trabajo simbó lico que se
realiza en el Jardín son actividades que favorecen la adquisició n de la lectura y
escritura. Tomar conciencia de que las mismas no constituyen una "preparació n
para", sino que son parte del mismo proceso, revaloriza la funció n de este nivel.
Una de las dificultades para la adquisició n del lenguaje escrito es que el chico no
entienda para qué le sirve. Por eso es necesario generar situaciones y actividades que
despierten en él la necesidad de escribir y que lo motiven externamente para leer, en
especial cuando se trata de niñ os en cuyos hogares no se lee y rara vez se escribe.
La necesidad y los propó sitos de la lectura y escritura resultan obvios para un adulto
alfabetizado, no así para un niñ o que no ha tenido oportunidad de experimentar esta
necesidad. Debemos favorecer que los chicos descubran el lugar que ella ocupa en sus
vidas "aquí y ahora", no en algú n abstracto futuro.
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