Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Aline Hunter
Serie Alpha and Omega # 03
2
Sinopsis
3
Prólogo
Ella estaba tan cerca de su objetivo, de pie casi tocando la línea de meta.
Finalmente, después de meses de trabajo, se las había arreglado para
seguir a Aldon Frost a su guarida. Era el único lugar donde estaría
vulnerable, el único lugar en que podía averiguar sus secretos. Le había
costado tanto tiempo, tanta paciencia. Él sabía muy bien cómo ocultar
sus huellas, llevándola por un camino sólo para perderla en el siguiente.
Esta noche ella finalmente había logrado mantenerse sobre su culo.
Mierda.
Leigh le había dicho que debía ser honesta con el aquelarre sobre sus
circunstancias, pero no lo hizo. Si alguna vez se enteraban de que se
había alimentado de un hombre lobo, la evitarían o la matarían. A pesar
del hecho de que dejaría al aquelarre temporalmente indefenso, ellos no
tomarían ningún riesgo innecesario. Un vampiro que estaba vinculado
por la sangre de un hombre lobo era la debilidad última de un enclave.
Ella nunca se alimentaría de otro, lo que significa que no podía curarse a
sí misma bebiendo de un extraño en caso de necesidad. Asimismo, no
sería capaz de moverse de un lugar a otro si sus hermanas en la magia
decidieran que era hora de un cambio de escenario. Su importancia
dependía de su capacidad de adaptación. Requerían que ella esté lista y
dispuesta para lo que necesitaban.
5
Para su total mortificación, su magia eligió ese momento para
desaparecer.
Hijo de puta.
Allí estaba ella, cara a cara con una amenaza que no podía derribar. En
su estado actual, Aldon podría partirla como una ramita. No podía hacer
nada para desaparecer, ni defenderse. Su visión era borrosa y el lento
golpeteo de su corazón rebotaba en su cabeza. Maldición. Ella se estaba
viniendo abajo más rápido de lo que creía posible.
Afortunadamente, él no lo sabía.
Aún no.
Él dio un paso más cerca, evaluándola. Era tan alto, como un maldito
edificio cerniéndose sobre ella. Sus hombros eran mucho más amplios
que los suyos, sus músculos eran visibles bajo su abrigo. Aunque pálido
«como todos los vampiros eran propensos a ser» su piel tenía un tono
moreno. Se mezclaba con mortales e inmortales por igual, hermoso a la
vista, aunque imposible de tocar. Como si necesitara otra arma contra
las víctimas indefensas que estarían impotentes contra él.
Vampiro bastardo.
6
Un recuerdo pasó por su mente, haciendo que su marchito corazón diera
un vuelco. Incluso ahora «con todo el tiempo que había pasado» aún le
dolía cuando pensaba en él. Sus ojos ardían con lágrimas contenidas, el
anhelo y la angustia formando un nudo en la garganta.
Recordó a Trey descansando sobre su lado, sus hermosos iris dorados
ocultos detrás de los párpados cerrados, una pizca de sombra oscura que
recubría su mandíbula. Se veía tan diferente entonces, incapaz de
defenderse, atrapado en una jaula como un maldito animal.
La imagen la había enfurecido y aterrorizado al mismo tiempo. El
hombre era más que capaz de cuidar de sí mismo, sin embargo, había
estado en problemas. Capturado por los Pastores «fanáticos religiosos
decididos a destruir a los cambia-formas uno a uno» no podría haber
tenido ningún final feliz. Ellos lo habrían torturado, utilizando todas las
armas en su arsenal antes de eliminar su existencia.
De ninguna manera. Ella no había sido capaz de dejar que eso suceda.
Una mordida había sellado su destino.
Al salvar su vida, ella sacrificó la propia.
Incluso ahora, podía sentir el sabor de su sangre, sentir su coño palpitar
en respuesta, su debilitado cuerpo hormigueaba en varios lugares
perversos. El primer trago había sido el mejor, en cascada por su
garganta como la ambrosía, tan bien que ella sabía que nunca iba a
encontrar nada igual. Ser un cambia-formas significaba que iba a iniciar
la curación de inmediato, a pesar de la gravedad de sus heridas. Pero ese
no había sido su enfoque. En cambio, ella había luchado contra un
orgasmo diferente a cualquier otro, mortificada por la idea de usarlo, de
tomar más de lo que él estaba dispuesto a dar.
Ya era bastante malo tomar su sangre de vida sin su consentimiento.
- Tranquila.
7
La confusión la inundó, rompiendo el hechizo de los recuerdos de Trey.
¿Había muerto? ¿Reaccionaba su cerebro a su muerte como un sueño
que no tenía sentido?
Aldon Frost era malo. La líder de su aquelarre «Geneva» lo dijo. Durante
las reuniones privadas cuando le habían dado instrucciones sobre la
mejor manera de proteger el aquelarre, su líder había dicho a Sadie que
Aldon tenía que ser supervisado más de cerca que cualquier otro. Una
vez que encontrara su guarida, Sadie tenía que destruir al vampiro. Él
era una amenaza para su raza, era un peligro para su propia forma de
vida.
Magia.
8
alma se perdería. Ella tuvo que luchar para mantener el control sobre su
salud mental.
Trató de abrir los ojos y ver la cara por encima de ella. En su lugar se
levantó la oscuridad, envolviendo sus brazos alrededor de ella,
atrapándola en su abrazo. No había miedo, sólo confort y tranquilidad.
Los sentimientos desorientándola, rompiendo su agarre tenue con la
realidad. El abismo se sobrepuso a todo, envolviendo su cuerpo y mente
como una manta, dirigiendo su pensamiento a otro tiempo y lugar.
Ella naufragó en los ojos del color del preciado whisky, sintió el roce del
aliento de Trey contra su rostro mientras sus labios se encontraron por
primera vez. La hierba les había amortiguado mientras él acomodaba su
peso contra ella, su forma moldeando la de ella como si estuvieran
hechos el uno para el otro. Él olía tan bien, demasiado bien. Había sido
una parte de sí misma que nunca había conocido realmente.
¿Y qué podría ser mejor? ¿Qué más podía pedir en el más allá?
9
Capítulo 1
Trey Veznor jadeó en éxtasis al sentir el pinchazo de los dientes contra
su piel. Una herida se había hecho en su garganta, creando un pequeño
hilo de sangre. La necesidad sexual se precipitó a través de su cuerpo,
endureciendo su polla, dejando a sus bolas tensas. Él gruñó ante el
fuerte roce de los dientes contra su cuello, el dulce movimiento de la
lengua barriendo a través de su carne. A pesar del dolor en sus músculos,
trató de extender la mano cuando su amante gimió «el sonido de una
sinfonía en sus oídos» y él se vio incapaz de hacerlo, atrapado en un
cuerpo que se negaba a funcionar.
La furia lo hizo querer gritar de frustración.
La necesidad de tocar a la hembra «su hembra» aumentaba.
Ella había sido herida. Él olió la oxidación metálica de su sangre, sintió
sus heridas a través de su floreciente conexión. El sufrimiento la
consumía, el dolor era insoportable. Ella había sido herida de una
manera que le aterrorizaba. Nunca había visto a la mujer destinada a ser
su compañera en un estado tan debilitado. Ella era fuerte, valiente y
feroz. La conocía, podía sentirla. Había pensado en ella tan a menudo
que estaba en sus pensamientos, incluso cuando no se daba cuenta.
Sadie.
- Sadie - rugió, luchando para levantar los párpados, para ver su rostro
angelical. - Escúchame. - Se sentía como si su alma estuviera destrozada,
rasgada en dos cuando ella desapareció. - ¡Maldita seas! ¡Escúchame!
- ¡Despierta!
Maldito bastardo.
Suena como un gran plan. Lástima que ella no quiera hablar conmigo.
1June Cleaver: Personaje de una serie americana que representaba la vida de la matriarca de
una familia típica.
12
El momento de intimidad que había compartido con su compañera
había ido mal, muy, muy mal. Él había estado borracho, confiando en
que su amigo, el Sr. Daniels2 le ayude en el dolor. Sadie había pagado el
precio de su espiral de tristeza. Todo lo que había era un par de palabras
«palabras que él no tenía intención de decir en voz alta, por el amor de
Dios» y ella prometió que nunca volvería a verla de nuevo.
La forma en que ella lo miraba ... el dolor que había vislumbrado en sus
ojos ...
Cristo lo hacía sentir como un pedazo total de mierda.
Nathan cruzó la habitación hacia la puerta.
Desaparecer
No ahora.
No mañana.
14
Nunca.
Detén esa mierda. Pon la cabeza en su sitio. Hoy hay reunión con la
manada. ¿Recuerdas?
¿Qué diablos?
El lobo de Trey aulló «con dolor, pena y furia» y trató de empujar más
allá de sus defensas. Demasiado tiempo negó lo que necesitaba, ahora la
bestia buscaba una salida. Trey era consciente de que esto sucedería
16
finalmente. El animal sólo podría tomar tanto durante tanto tiempo. Él
tenía miedo de asustar a Sadie cuando se reunieran de nuevo,
consumido por el deseo del hombre y la bestia.
Sadie.
17
- No tengas miedo - dijo Nathan, sonando tan débil como parecía. Trató
de ir hacia ella. - No voy a dejar que nadie te haga daño.
- No creo que sea una buena idea - Ella miró entre los hombres y luego
frenéticamente miró alrededor de la habitación, como si estuviera
reflexionando sobre la mejor manera de escapar. - Ninguno de los dos
parece estable.
- Leigh.
18
Nathan se movió «su grácil cuerpo, músculos flexionándose con el
movimiento» más rápido de lo que Trey había previsto. El Beta atrapó a
Leigh contra la pared y envolvió sus brazos alrededor de su cintura.
Luego se inclinó y acunó su cabeza en el hueco de su garganta. Ella trató
de luchar contra el gesto íntimo, golpeando ligeramente en sus brazos.
El Beta deslizó una mano por su lado y entrelazó los dedos en el pelo de
la nuca. Él la obligó a mirarlo, inclinando su cabeza hacia atrás,
examinando su rostro. Después de varios segundos, encontró lo que
buscaba. Era imposible mantener secretos a Nathan. El macho se
destacaba «y era un maestro» en leer a la gente.
Mierda.
- Es por eso que vine - Para su crédito, Leigh no sonaba asustada. Aún si
podía oler su horror ante su comportamiento, ella estaba tratando de
ocultarlo. - Yo puedo encontrarla.
20
- Ellos no saben que está perdida - Leigh bajó la cabeza y se removió. -
Tengo ... eh ... - Uniendo sus manos en pequeños puños, continuó: - La
he estado cubriendo.
Maldita sea.
- Cariño, estoy en casa - Caden dijo mientras caminaba sobre la silla rota
a sus pies. - Parece que lo hice justo a tiempo.
Todo el mundo sabía que debían dejar al humano solo. Él había sufrido
más de lo que cualquier hombre podría sufrir, al perder a su esposa y su
hijo no nacido de la manera más violenta. Después, cuando había
perdido toda esperanza, los Pastores lo habían reclutado. Habían
engañado a Caden, diciéndole que los cambia-formas habían sido los
responsables de la muerte de su familia. No fue sino hasta que había
conocido a la manada de Trey que Caden descubrió la verdad.
La horrible información y los conocimientos que había ganado casi lo
destruyeron.
Esas primeras semanas con la manada había sido difícil. Caden era un
listillo de corazón y amaba empujar los botones de las personas. Luego él
había tomado un descanso y regresó. Algo había cambiado, aunque Trey
no podía decir exactamente lo que era.
Trey sabía que Nathan estaba nervioso. Él y el Beta habían acordado que
lo mejor era informar a la manada después de que las cosas se calmaran.
En este momento, los miembros no confiaban en nadie que no fuera un
cambia-formas. Si ambos dijeran la verdad en ese momento, confesando
que se habían acoplado a vampiros, el caos sin duda se produciría.
22
Lo que significaba que Caden no podía saber quién o qué era Leigh.
Afortunadamente, el gigantesco hombre se distrajo atrapado en sus
pensamientos. Sus ojos grises estaban vidriosos. Parecía estar mirando a
través de todos hacia algo que nadie más podía ver. Con un movimiento
Trey le indicó a Nathan y a Leigh que salieran de la habitación. Al lobo
no le gustaba esperar, quería ir a Sadie en ese mismo momento, pero se
las arregló para mantener el control. Tenía que cuidar de Caden primero.
Entonces podría poner fin a su propia miseria.
Después de que la pareja desapareció, puso una mano en el hombro de
Caden.
23
Capítulo 2
Eres tan idiota. Leigh trató de no entrar en pánico cuando tiró de su
brazo del agarre de Nathan y corrió por la habitación que él la había
traído. ¿Qué crees que pasaría? ¿Que ellos se iban a sentar y escuchar
lo que tenías que decir, compartiendo una buena taza de té? ¡Son
hombres lobo! No personas.
La forma en que él la había tocado lo decía todo. El delirante hombre
pensaba que era su compañera.
Como el infierno.
24
Ella luchó contra su hambre cuando él palmeó la parte posterior de su
cabeza y se inclinó por lo que su cuello estaba directamente en frente de
su boca. Su vena pulsante le hacía señas, tan cerca que casi podía sentir
el toque de su sangre contra su lengua. Él tendría un sabor picante y
dulce. Ella sabía que lo tendría. Sacudiendo la idea fuera, ella empujó su
pecho. Tal vez a él no le importaba lo que pasaría si ella hundiera sus
dientes en su garganta, pero a ella sí. La situación actual de Sadie era
una advertencia vívida. A pesar de que olía como el cielo «incluso si ella
lo deseaba como el infierno en llamas» no podía arriesgarse a probar.
Brett.
Lo estás olvidando.
25
Su magia, aunque débil de su falta de alimentos estalló a la vida.
Desesperada, ella envió una ráfaga de disparos de energía pura de su
palma y lo golpeó directamente en el centro de su pecho. Si no hubiera
estado tan mortificada por el resultado de su acción, se habría reído.
Mientras que la corriente eléctrica suave habría conmocionado la mierda
de un ser humano, ni siquiera hizo cosquillas al hombre lobo. Sus
piernas se doblaron y no fue capaz de soportar su peso. Por suerte su
aspirante a comida la rescató, descendiendo para atraparla, levantándola
como si no pesara más que una bolsa de arena.
- Esto termina ahora - Mientras que la declaración era firme, había tanta
preocupación en su voz que hizo que su corazón dejara de latir. Él se
dirigió hacia una silla vacía con un propósito. - Tomarás de mí,
compañera. - Ella se estremeció ante la forma tan posesiva que dijo cada
palabra como si finalmente, hubiera decidido anunciarlo al mundo y no
tuviera ninguna intención de echarse atrás en su proclamación. - Es mi
derecho y privilegio cuidar de ti. - Él suavizó su tono, frotando una mano
por su espalda. Ella se preguntaba si sentía sus sentimientos de alguna
manera. - Mejor acepta eso. No voy a dejarte ir. El último par de meses
ha sido un infierno.
- No te creo.
Hace tres meses, ella había sido capaz de alejarse. Sin alboroto, sin
despeinarse. ¿Pero ahora? Su aroma amaderado la llamaba, su atractivo
y cautivador rostro la tenía atrapada. Se quedó sin aliento y su coño
inundado. Definitivamente el tiempo había trabajado a favor de Nathan.
Mas aseado y ordenado, su melena oscura y descuidada perfectamente
en sintonía con la perilla que había decidido dejar crecer, pasando de
niño de mamá a chico malo, al que dan la bienvenida cada noche a través
de la ventana del dormitorio.
- Si ella está herida, tu tienes la culpa - Ella probó el agarre que Nathan
aún tenía sobre ella, agradecida de descubrir que había decidido dejarla
ir. Deslizándose fuera de su abrazo, se apresuró a aclarar la situación. -
Tan pronto como ella bebió de ti, estuvo condenada. Ella no puede
alimentarse de cualquier otra persona. Eso es tu culpa. - Mientras
hablaba se sentía humillada y culpable, sabiendo que también era la
responsable de lenta desaparición de su amiga. Sadie trató de advertirle
de las consecuencias, pero Leigh no había escuchado. En cambio, había
obligado a Sadie a beber de Trey, creyendo ingenuamente que el idiota
28
hombre lobo haría lo mejor por la mujer que le había salvado la vida. - Si
hubiera sabido como eran las cosas entre ustedes dos, no la habría
empujado a hacerlo.
Nathan se puso de pie, tomando una postura entre Leigh y su Alfa. Otra
punzada de conciencia la hizo marearse, un zumbido vertiginoso dentro
de su cráneo. Trey había estado inconsciente cuando Sadie bebió de su
sangre, pero Leigh había asumido que él recordaría un pequeña parte
del encuentro. A pesar de que había estado completamente vestido, ella
había visto la enorme tienda de campaña en sus pantalones. Y el olor de
su lujuria combinada con la de Sadie había sido tan fuerte que inundó el
sótano donde estaba cautivo.
Leigh había asumido que quería a Sadie como su amante y compañera,
pero después de esa noche, no había tratado de localizarla.
Pero ¿y si él no tenía recuerdos de esa noche?
¿Era posible que él no tuviera idea de lo que pasó?
Nathan no le había creído cuando ella le dijo cómo funcionaban las cosas
cuando un vampiro se alimentaba de un cambia-formas. Era muy
posible que Trey no supiera que había condenado a Sadie a una muerte
lenta después de que él le hubiera dado su sangre.
Eso cambiaba las cosas.
Estudió a Trey, observando sus movimientos, confiando en sus instintos
para evaluar si estaba siendo honesto o evitaba la verdad.
- Sé que Sadie logró sacarme de las manos de los Pastores - Él apretó sus
manos en puños y movió los pies, sus ojos de un brillante color amarillo.
29
- Sé que ella me trajo a casa antes de salir a la carretera, sin siquiera
decir adiós o hasta luego. Ella me dejó en la estacada y se fue. Ni siquiera
pude darle las gracias.
- No fue fácil sacarte de allí - ella le informó en voz baja, pisando con
cuidado en las aguas traicioneras. - Había una gran cantidad de hombres
para hacer frente y tuvimos que luchar contra ellos para llegar al sótano.
Sadie salió herida. - La culpa la asaltó cuando el rostro bronceado de
Trey palideció y sus dedos se desplegaron. Luchando por controlar sus
emociones, continuó. - Una vez que te encontramos, nos dimos cuenta
que teníamos que cargarte, pero estábamos tan débiles y cansadas ...
- ¿Daño?
Hasta entonces, Leigh no se dio cuenta que una palabra podría causar
una devastación absoluta en alguien. Las reacciones de Trey eran
totalmente honestas, sin ocultar nada. Él estaba dispuesto a escuchar lo
que tenía que decirle, aunque le destruyera en el proceso. Su plan para
irrumpir en su casa y ponerlo en su lugar había fracasado drásticamente.
30
Aunque existía la posibilidad de que él hubiera oído lo que le dijo a
Nathan, decidió dejar todo al descubierto.
- ¿Ella qué?
- Puedo hacer eso, pero si ella está en problemas, y creo que lo está, voy a
necesitar ayuda.
*****
- Olvidé mi cartera.
Mierda.
- Ya era hora de que te nos unieras - dijo ella entre dientes, echando
mechones de su pelo largo y oscuro sobre su hombro. - Empezaba a
pensar que habías cambiado de opinión.
- De prisa.
Bingo.
36
Capítulo 3
Sadie luchó contra los acogedores brazos del sueño y a través de la densa
niebla que impedía su plena conciencia. Poco a poco su mente empezó a
despejarse y sus pensamientos ya no se dividieron. Abrió los párpados
pesados, parpadeó rápidamente y obligó a sus ojos a concentrarse en lo
que estaba a su alrededor. Formas y colores se mezclaron, haciéndola
girar la cabeza. Ella ignoró el cosquilleo seco en la parte posterior de la
garganta, respirando profundamente para tranquilizarse mientras fijaba
su mirada en la pequeña grieta en el techo.
¿Cuánto tiempo había estado inconsciente?
¿Días? ¿Semanas?
¿Meses?
Estaba enfadada consigo misma por tener miedo. Después de todo, era
responsable de su situación actual. Ella no había sido capturada. No
señor. Voluntariamente había entrado a los brazos del diablo, creyendo
estúpidamente que en definitiva encontraría su fin y hallaría algo
parecido a la paz en la otra vida.
Idiota.
Es por eso que debes dejar de perder el tiempo. Mira esta mierda.
Trey.
38
brazos. Él la levantaría contra su pecho, la besaría, le prometería
protegerla, la llevaría a su hogar con su familia, y nunca la dejaría ir.
- Ni siquiera cerca - Trey gruñó, con voz temblorosa, lo que indica que ya
estaba en movimiento, preparándose para otro golpe. - Eso fue sólo mi
versión de una puta bofetada.
¿Qué demonios estaba pasando? ¿Por qué Trey estaba aquí? ¿Y por qué
él estaba luchando con Aldon?
La última vez que comprobó los dos estaban en buenos términos.
Compartieron intereses comunes ... o al menos eso pensaba.
Ella supo el momento exacto en que comenzaron a luchar. A pesar de
que no podía ver lo que estaba ocurriendo, sabía como iría la lucha. Los
vampiros eran rápidos, pero los hombres lobo eran fuertes. Aldon
trataría de derribar a Trey mientras Trey intentaría arrancar la garganta
de su oponente lo más rápido posible. Suponiendo que Trey quisiera
matar a Aldon. Si no tuviera suerte, pondría una abolladura en el
vampiro. Aldon era demasiado poderoso. Sólo había vislumbrado una
parte de su fuerza, pero ella sabía que no era un vampiro de magia negra
normal.
Él tenía un secreto, uno que le hacía letal.
39
Un crujido fuerte arrancó su atención del escándalo en la planta baja.
Volvió la cabeza, avergonzada de que algo tan simple le tomara tanto
esfuerzo. Ella observó, sorprendida, como Leigh abría la puerta de la
habitación. La pobre chica parecía un muerto viviente. Su piel, siempre
pálida, ahora era de un espantoso blanco. Sombras oscuras cubrían el
área debajo de los ojos. Ella había recogido el pelo de su cara,
asegurándolo en la nuca con una banda elástica. Sadie abrió la boca para
hablar, pero permaneció en silencio cuando los ojos de Leigh se abrieron
y negó con la cabeza.
- Estoy aquí.
40
Sadie no sabía mucho sobre el macho, aunque sus caminos se habían
cruzado en el pasado no muy lejano, después de que ella matara a unos
cuantos Pastores y salvara a la compañera de Diskant, Ava Brisbane.
Nathan había estado allí también, siendo él mismo herido tratando de
defender a la mujer mortal. Habían formado una tregua poco probable,
comprometiéndose a trabajar juntos para salvar la vida de Ava.
El prisma de la confusión brillaba tanto que se convertía en vertiginoso.
Primero apareció Trey. Ahora Nathan estaba con él.
¿Qué estaban haciendo? ¿No tenían que hacer nada mejor?
Nathan deslizó sus brazos por debajo del estómago de Sadie y le dio la
vuelta cuando él la levantó contra su pecho. Su cabeza cayó hacia atrás,
su brazo quedó atrapado contra el hombre que la sujetaba, el otro fue
colgando como una rama rota a tu lado. Ella debía tener la apariencia de
una muñeca de porcelana hecha jirones, colgando entre sí por
deshilachados trozos de hilo. La última vez que vio a Nathan él estaba
sangrando a sus pies.
- ¡Joder! - Trey gritó, tan cerca que ella no sólo podía oler su sangre, sino
también escuchar el latido constante de su corazón. - ¡Nathan, rápido! Él
está en movimiento!
42
Ella no fue inteligente cuando comenzó a seguir a Aldon. Había sido una
estúpida.
Si el aquelarre había estado espiándolo, es probable que él hubiera
estado espiándolos también. No debería haber encontrado mucho. Sus
defensas eran sólidas, pero él no era como cualquier vampiro que había
visto nunca. Él podría haber espiado la casa desde una distancia segura,
recopilando toda la información que necesitaba. Sabía que ella había
estado siguiéndolo. Eso estaba claro. El cabrón engreído probablemente
lo había alentado. Ella se dirigió directamente a su trampa y quedó
atrapada en su telaraña, dándole una ventaja.
Recordó la forma en que él la había mordido, la forma en que suspiró
con satisfacción mientras bebía la poca sangre que tenía para ofrecer.
Sin embargo, no había tomado mucho. No había sido suficiente para
alimentarlo o mantenerlo, porque no era lo que él quería. Bebió su
sangre para tener acceso a sus recuerdos, para confirmar sus sospechas.
Él quería algo ... o alguien.
Pero, ¿quién? No había nadie tan poderoso en el aquelarre. En realidad
no. El más fuerte de ellos era un recién nacido que no sabía cómo lanzar
un hechizo. Y Leigh odiaba usar la magia ...
Era como si un velo se hubiera levantado de sus ojos, dándole plena
vista.
Leigh.
- Huye.
43
Trey no se detuvo a ver si Nathan había sido dañado durante su colisión.
Tan pronto como sus pies se mantuvieron estables corrió hacia Sadie.
Joder, estaba pálida. Tan malditamente sin vida que le aterrorizaba. En
ese momento no le importaba nada, sólo llegar a ella. Algo le advirtió
que si no lo hacía no podría tener una segunda oportunidad.
Los metros que los separaban parecían kilómetros.
Leigh se desplomó a sus rodillas, hundiéndose al lado de Sadie. Se aferró
al torso de Sadie, balbuceando palabras que no tenían sentido. En el
momento en que tuvo un agarre decente de su compañera ella cayó
sobre su culo y tiró de Sadie más cerca. Aldon apareció detrás de ellos y
enganchó a Leigh por la parte posterior de su cuello. La frágil hembra
luchó, gritando de miedo, aferrándose a Sadie para salvar su vida. El
rugido furioso de Nathan hizo eco a través del pasillo, diciéndole a Trey
que su Beta estaba justo sobre su culo.
La voz de Sadie parecía rugir a través de su cabeza, golpeando en sus
oídos, su desesperación era palpable.
Aldon levantó la cabeza, mirando a Trey a los ojos. El iris del vampiro
cambió de color, pasando de azul oscuro a azul hielo. Su pelo rubio
blanco se levantó en el aire cuando llamó a la magia en su interior.
Aunque ser un Alfa nato protegía a Trey de la compulsión de cambiar de
44
formas o caer preso de la magia negra de Aldon, él no podía contener el
camino de la energía se sentía y el modo que pareció desgarrar su piel.
Hijo de puta.
Jodida mierda.
46
Hijo de puta.
Aldon iba a tomarla y no había nada que Trey pudiera hacer al respecto.
Sadie había tomado tanta cantidad de sangre que no estaba seguro de
poder mantenerse en pie, y mucho menos luchar contra un vampiro con
fuerza inconmensurable. Aldon avanzó «sólo un paso más y tendría a
Leigh en sus manos» y levantó su brazo derecho.
- No tan rápido - Aldon ladró, moviéndose tan rápido que Trey no tuvo
la oportunidad de dejar de lado la barandilla o salir tras el idiota. La
mano herida del vampiro se cerró alrededor de la garganta de Trey, el
agarre de Aldon tan apretado se sentía tan fuerte como si le aplastara la
tráquea.
Que me jodan.
47
En realidad podría hacerlo. Sus dedos se cerraron apretándose.
Trey amordazado, necesitaba tomar aliento.
Nunca.
Entrar. Destrozar.
Reclamar.
- Esto no ha terminado.
50
Capítulo 4
Protección.
Allí.
51
Lamiendo sus labios, ella saboreó una pequeña muestra de sangre que
no se había molestado en limpiar de la comisura de la boca. Tendría que
haber pedido permiso antes de tomarlo, pero no lo hizo. Cuando ella le
había mordido, estaba demasiado centrada en su hambre para pensar en
la consideración o la lujuria. Ahora, sin embargo, era más que consciente
del hombre. Podía oler, sentir el calor de su cuerpo y escuchar el ritmo
apresurado de su pulso.
Los cambia-formas «por lo que ella sabía» no podían leer la mente, pero
Trey parecía que podía leer la suya.
- ¿Por qué incluso estás aquí? - Le resultaba extraño que se sintiera tan
distante de las palabras, como si alguien más estuviera haciendo la
pregunta. - ¿Por qué has venido?
Tal vez era la fatiga o el shock lo que la hizo reír ante la posibilidad de tal
cosa. Trató de librarse del abrazo de Trey. Cuando eso no funcionó,
levantó la espada en la mano. Él interceptó su movimiento, capturando
su muñeca. Con el otro brazo mantuvo su agarre en su cintura, tirando
de ella contra él, manteniéndola apretada. Así, no podía moverse. Estaba
atrapada una vez más, incapaz de hacer nada.
54
- No dejes que ella te haga morder el anzuelo - Trey ordenó y se levantó,
manteniendo los brazos cerrados alrededor de su cintura. Una parte de
ella entendía lo que estaba pasando, pero otra parte parecía estar sólo
mirando la escena como si fuera un espectador en lugar de participar en
realidad. - Ella está estrellándose, hombre.
- ¿De qué estás hablando? - La voz de Nathan debería haber sonado más
cerca, no más lejos.
55
¿Se alejaría por segunda vez, riéndose en su cara, echándola a un lado
como un juguete de segunda mano?
¿No consideraba suficiente tener un control total sobre su cuerpo?
¿También quería el control de su alma?
Dejando de lado cualquier otra cosa, hizo lo que anhelaba durante días.
¿Por qué no? No era como si alguien pudiera oír. Si se trataba de su
futuro era el momento para lamer sus heridas, sanar y volver a empezar.
Su corazón tenía que aceptar ciertas cosas de una vez por todas. De lo
contrario, quedaría atrapada en dementes pesadillas de las cuales no
podría escapar.
Igual que ésta.
Dejando caer la espada, ella echó la cabeza hacia atrás y lanzó un grito
de angustia que había sido contenido durante demasiado tiempo. Se
concentró en el sonido «encontrando apropiado que su grito comenzara
feroz, pero rápidamente se convirtió en un lamento triste» y encontró la
paz haciendo la única cosa que podía.
Finalmente «después de todo lo que había pasado» se soltó y aceptó su
destino.
Trey no era una versión del cielo.
Él era su verdugo en el infierno.
¡Maldita sea!
- ¿No puedes ver que tengo mi propia mierda para hacer frente?
- Coge el coche y tráelo aquí. Toma mis ropas desgarradas. Tenemos que
partir - instruyó, agradecido cuando los gritos de Sadie se calmaron.
Entonces vio su postura, la forma en que desconectaba todo a su
alrededor.
Maldita sea.
- Eso no fue una petición - rugió, permitiendo que sus colmillos cayeran,
dando una advertencia adecuada al Beta. - ¡Consigue el maldito coche!
57
- Diskant.
- ¿Estás loco? - Nathan movió sus pies y cruzó sus brazos sobre su pecho.
- Él le dirá a la manada. Esto provocará una revuelta que no podremos
controlar.
58
Sus iris «por lo general tan vibrantes como el cielo en un día de verano
sin nubes» estaban apagados.
Infiernos, sí
- Para favor - Ella lo miró a los ojos, sus palabras rasposas. - Dime que
esto no es un sueño. Dime que esto es real.
59
Él la empujó contra la pared más cercana. Una vez allí, liberó su culo,
levantó su pierna derecha y la enganchó por encima de su cadera. Él
llevó su mano hasta el vértice de sus muslos, ahuecando su coño. Lo que
encontró envió un espasmo agudo de sus bolas a la cabeza de su polla. El
calor irradiaba desde el área que él tocaba, calentando su mano. Si no
fuera por la ropa entre ellos, se habría empapado los dedos.
- Esperé tanto tiempo - susurró ella, con los ojos cerrados. - Lo quería
tanto.
Cuando ella se inclinó hacia adelante, pasando sus dedos por el pelo en
su nuca, él sabía lo que quería. Volvió la cabeza, mostrando su cuello,
invitándola a morderlo. La última vez sus colmillos habían arrancado un
agujero en su culo. Esperaba que esta vez lo tomara con más cuidado. Su
pequeña lengua, hábil y astuta bañó su carne, deslizándose ligeramente
sobre la zona. Entonces sintió sus dientes perforando su piel. No había
dolor. Ni punzadas ardientes mientras chupaba. No esta vez.
Santa Mierda.
Ambos estaban respirando con dificultad cuando ella retiró sus colmillos
de su garganta. Ella cuidó de la zona que había mordido, tomándose su
tiempo, lamiendo los pinchazos. Una parte de él se resentía de su
capacidad para sanar. En sus sueños, sus cuidados fueron para siempre.
Si hubiera sido humano habría necesitado más tiempo para cerrar las
heridas. Así las cosas, se detuvo después de unos pocos segundos.
Oyó el golpe de la puerta del coche y unos segundos después Nathan
entró por la puerta. Trey volvió la cabeza, encontrando la mirada
condenatoria del Beta.
Nathan lanzó la ropa y las botas que llevaba en sus manos al suelo.
- ¿Qué crees que estás haciendo? - Ella luchó, peleando por su libertad.
El olor de su ira impregnaba el aire. - ¿Cómo pudiste? ¿Después de lo
que pasó entre nosotros? ¡Eres un egoísta hijo de puta!
- Tengo que hablar con Diskant primero. Vamos a tener que discutir
cómo queremos manejar el tema.
- El tema. Por supuesto - Allí estaba otra vez, esa horrible de inflexión en
su tono. Le molestaba el infierno fuera de él, incluso si lo entendía. No
confiaba en él, ni lo más mínimo. Y no la culpaba. - Bien entonces. - Ella
continuó: - Estoy segura de que entiendes que tengo problemas que
resolver con mi aquelarre. ¡Tienes que dejarme ir! Tengo que decirles lo
que ha pasado.
62
- No lo tomes a mal, nena, pero si al aquelarre en realidad le importara
una mierda, Leigh no habría tenido que venir a nosotros en busca de
ayuda - Trey se colocó rápidamente las botas y se puso de pie. - Tengo la
impresión de que estaba asustada. - Sosteniendo su mirada con la suya,
armándose de valor para el odio que esperaba ver en sus ojos, se
sorprendió al ver un atisbo de remordimiento en sus ojos. - ¿De verdad
crees que van a ayudarte o a ella? - Le preguntó suavemente - ¿Crees que
están en mejores condiciones para proteger a tu amiga que nosotros?
- Hasta que no sepa a ciencia cierta ... - él la levantó del suelo y se dirigió
hacia la puerta. - ... No voy a dejarte fuera de mi vista. - Echando un
vistazo por encima del hombro, dijo a Nathan: - Consigue su increíble
cuchillo Ginsu4 y tráelo.
- Voy a ser lo que quieras que sea, Sadie. No más huir. No más mierda.
Eres mía, cariño. Toda mía.
Pronto.
64
Capítulo 5
Una multitud de pensamientos cruzaron por la mente de Sadie mientras
trataba de formular un plan. Nathan estaba en lo cierto. El aquelarre no
habría venido por ella. Incluso si Leigh hubiera abogado en el caso de
Sadie y tratado de influir en ellos para tomar las armas por ella, no eran
lo suficientemente fuertes físicamente como para hacer frente a una
amenaza. En general, sus hermanas en la magia no eran el más poderoso
aquelarre de vampiros en el mundo. Esa fue la razón principal por la que
se habían acercado ella hace tanto tiempo. Hasta entonces, Sadie vivía
con su familia en Alaska. Muchas criaturas sobrenaturales vivían allí, en
un lugar distante de la sociedad mortal.
Ella recordó la aceptación de su oferta y la despedida de su padre y su
madre, sabiendo que había una posibilidad decente de no volver a verlos
de nuevo.
Algunos vampiros se aferraban a los aquelarres. Otros encontraban sus
novias o novios y se iban en busca de algún lugar donde pudieran vivir
sus vidas en armonía. Había asumido que algún día volvería a ver a sus
padres de nuevo, pero no había ninguna garantía. La oportunidad de
vivir su propia vida había sido muy tentadora, no podía esperar a ir en
busca de aventuras y su propio lugar en el mundo.
Leigh.
65
¿Tenía Geneva «la líder y responsable de su aquelarre de vampiros» el
conocimiento de lo que Leigh era capaz? ¿Había alguien en el aquelarre
que sospechara algo? Por lo general, el aquelarre votaba para decidir
quién sería aceptado como miembro. Con Leigh, Geneva simplemente
había mantenido una reunión, les habló de la joven y sus circunstancias
y, prácticamente, dio la bienvenida a la frágil vampiro en sus dominios.
No era inaudito, pero era sospechoso. Por no hablar de que Geneva
parecía demasiado protectora con la chica, instando a que Leigh
permaneciera en el interior de la casa, indicando que era bueno que se
tomara su tiempo para aceptar en lo que se había convertido.
Los recuerdos de sus reuniones con Geneva brillaron ante sus ojos.
En los últimos meses su líder parecía obsesionada con la idea de destruir
a Aldon. Sadie estaba de acuerdo en que el vampiro sin escrúpulos era
demasiado peligroso, pero ¿había una razón detrás del miedo de
Geneva? ¿Y si de alguna manera Leigh jugaba un papel clave en los
planes de Geneva? Todos los miembros del aquelarre tenían secretos. A
pesar de su vínculo, no lo compartían todo. Su líder era más distante que
la mayoría, apareciendo sobre todo cuando el aquelarre se reunía para
tratar ciertos asuntos.
Todos vivían bajo el mismo techo. ¿Con qué frecuencia ella realmente
veía a Geneva?
Su corazón se aceleró y las palmas de sus manos se humedecieron.
No mucho.
Maldito sea.
Él tuvo que utilizar las palabras mágicas, las mujeres y los niños.
Los vampiros de magia blanca nunca perjudicaban a los inocentes. Iba
en contra de todo lo que representaban. Sabiendo que podría causarles
algún tipo de sufrimiento, envió una punzada a través de su pecho. Una
vez más, ella no tenía mucha elección en su decisión. ¿Dañar a los demás
para salvar su propio culo? ¿O ponerse de pie y enfrentarse al pelotón de
fusilamiento? Ninguna de las opciones parecía del todo prometedora.
Su palabra significaba todo para ella, por lo que no fue fácil susurrar,
- Lo prometo.
Diskant Black tenía todo bajo control. Ella no era capaz de ver a los
cambia-formas que custodiaban la zona, pero podía sentirlos. Una
enorme casa apareció en la distancia, lo suficientemente grande como
para ser una maldita mansión. Un edificio había sido erigido cerca,
posiblemente para el ganado, aunque no podía imaginar a Diskant Black
como un vaquero. Al hombre le gusta montar motocicletas, no caballos.
Reluciente agua reflejaba los rayos del sol, atrayendo los ojos hacia una
piscina.
Santa mierda.
- Si quiero tu opinión ... - Diskant enfrentó al otro hombre lobo. - ... voy
a malditamente pedirla.
Mierda.
70
Los ánimos sólo empeoraban. Sadie sabía eso. Había estado en medio de
bastantes conflictos con su aquelarre para ver dónde se dirigen las cosas.
Diskant defendería sus intereses. Trey y Nathan harían lo mismo. Había
una manera de explicar lo que había pasado y mostrar a Diskant todo lo
que necesitaba saber. Pero eso requeriría tomar un enorme riesgo con su
aquelarre, Nathan, la vida de Leigh y el futuro de Trey. Incluso si ella
mostraba a Diskant de lo que había ocurrido en imágenes, ¿sería
suficiente para persuadirlo para ayudar?
Echó un vistazo al macho enfurecido.
Él no estaba funcionando en un nivel razonable. Él estaba en modo de
compañero de protección total.
¿Cómo iba a tomar una zambullida tal si la recompensa no valía la pena
el costo? ¿Y si su plan fracasaba y ella no podía evitar una pelea, pero
instigaba una?
71
¡Santa mierda! Oyó el pensamiento de Diskant, sintió su alarma.
Aliviada de que él estuviera recibiendo las imágenes, redirigió sus
pensamientos a su captura y rescate y la amenaza que Aldon planteó. Se
aseguró de incluir cada momento para que Diskant pudiera ver que
estaba tratando con un vampiro que no se dejaba intimidar ante los
cambia-formas. Ella se aseguró de agregar el vínculo de Nathan con
Leigh en sus pensamientos, con la esperanza de que el Omega, incluso si
él no tenía ninguna simpatía por Sadie, podría suavizarse tratándose de
otra pareja.
Para el efecto agregado, también le dio breves porciones del pasado de
Leigh y lo mucho que la joven vampiro había sufrido después de su
cambio, incluso haciéndole saber que el dolor y la angustia que Leigh
aún tenía que superar.
Alguien le apartó lejos de Diskant. Su grito de alarma se hizo eco a través
del área abierta. Ella cayó al suelo mientras giraba, lejos del Omega. Alzó
la cabeza y vio a Trey de cuclillas frente a ella. Su gruñido era salvaje, sus
uñas se convirtieron en garras. Diskant parecía que había sido asaltado
con un palo. Tratando de mantener el equilibrio sobre sus pies, él negó
con la cabeza.
- ¿Thomas? - Sadie tuvo que preguntar, decidida a poner las piezas del
rompecabezas en su lugar.
Demonios
74
- Regresen a sus puestos y mantengan sus ojos abiertos - Diskant
prácticamente ladró la orden a los guardias. Con una mirada de reojo a
Nathan agregó: - Llama a Caden. Dile que cancele la reunión con la
manada. Si él hace preguntas, no le darás respuestas. Dile que cierre los
cuarteles y traiga su culo aquí. - Volvió la cabeza, mirando a Trey. - En
cuanto a ustedes dos, tráela dentro. Parece que tenemos un montón de
mierda que hablar.
- ¿Qué pasa? - preguntó Emory, de pie con Mary protegida detrás de él.
- Sí.
75
- Bien - Ella sonaba tan cansada. Él quería llevarla a la cama, protegerla
en sus brazos y velar por ella, proporcionando todo lo que necesitaba.
Sus labios se curvaron ligeramente en las esquinas formando una
pequeña sonrisa cómplice. - No tengo sueño, sólo estoy agotada. - Hubo
risas en el pensamiento. - Volveré a la forma bélica en un segundo.
La idea de que ella luchara por su vida, frente a Aldon por su cuenta ...
Él gruñó y levantó la cabeza para encontrar a todos mirándolo.
Rápidamente bajó la cabeza, maldiciéndose a sí mismo. Ellos no sabían
que había estado hablando con Sadie. ¿Cómo podrían? Probablemente
parecía totalmente desequilibrado en sus ojos, como si fuera a estallar en
cualquier momento. Tenía la esperanza de que pensaran que la actitud
era normal.
Los machos recién apareados eran conocidos por estar enojados.
Diskant instó a Ava a sentarse en el sillón más cercano.
Emory estaba cerca de la chimenea con Mary. Ella rodó los ojos cuando,
una vez más, él la colocó detrás de él. Ella envolvió su mano alrededor de
su brazo y se acercó a su lado. La mirada que le dio prometió un castigo
76
futuro, pero ella no parecía inmutarse. En cambio, le sonrió, con sus ojos
marrones llenos de amor.
Un puño invisible apretó el corazón de Trey.
¿Si Sadie hubiera tenido cualquier amor por él antes, lo había destruido?
¿Su comportamiento idiota había logrado arruinar la única cosa buena
que tendría alguna vez en su vida? Le pasó la mano por su cabeza,
disfrutando de la sensación de su cabello contra su palma. Iba a ser un
infierno tratando de ganarse su confianza. Las mujeres tenían memoria
de elefante. Incluso si ella lo perdonaba, nunca lo olvidaría.
Que me jodan.
- Sigue pensando esas cosas tan dulces y quizás podría - Sadie ronroneó
en su cabeza.
- ¿Alguien quiere darme una pista sobre lo que está pasando? - Emory
preguntó bruscamente, estudiando a Trey. - ¿Por qué has traído un
vampiro a nuestra casa?
- Ella es mía, hermano - Trey gruñó, advirtiendo al macho que fuera con
cuidado.
Trey sintió a Sadie tensa contra él, las odiosas palabras de Emory la
perforaron como puñales.
77
- Cállate, idiota - Diskant murmuró, sacudiendo la cabeza. Sus ojos se
dirigieron a su compañera. - Cierra la boca. Tenemos otra mierda que
pensar.
- ¿Cómo es eso? - Emory podría parecer a gusto, pero Trey sabía mejor.
Hombre inteligente.
- Yo le puedo mostrar.
- No es tan agotador comunicarse con una persona - Ella lo miró con una
mirada determinada. - Tenemos que calmar los ánimos. Esta es la forma
más rápida de hacerlo. - Cuando él abrió la boca para discutir, ella negó
con la cabeza. - Hemos perdido bastante tiempo. Tenemos que encontrar
a Leigh.
Dios, odiaba cuando él no podía salirse con la suya. Pero ella tenía razón.
- ¡Joder! - Emory exhaló, dando un paso hacia atrás, con los ojos muy
abiertos. - ¡Jesús!
Nathan dio un paso atrás y respiró hondo. Como Beta, era el más
sensible a las emociones fuertes, sobre todo cuando un cambia-formas
llamaba a su bestia. Con Diskant siendo capaz de cambiar en todas las
formas de animales, sacó más energía del hombre. Trey trató de
compensar llamando a su propia bestia, dirigiendo las ondas de fortaleza
hacia su segundo al mando. Su lobo encontró a Nathan y lo fortaleció,
dándole una dosis de confort. Nathan se enderezó y asintió con la cabeza
hacia Trey expresando su gratitud.
- Oh, ella va a venir - la voz de Diskant bajó una octava. Hubo una
amenaza subyacente en sus palabras. - Ella está poniendo a cada
persona que estoy a cargo en peligro. - Volvió su mirada a Sadie. - Voy a
luchar con tu aquelarre y llevarla por la fuerza si es necesario.
81
ojos bajaron a su boca y luego volvió a mirarlo a los ojos. - ... tú y yo
tenemos que hablar. Hay mucho que tenemos que discutir.
Si quieres ganar su respeto «si quieres que todo el mundo crea en ella»
échale huevos.
Tan pronto como se puso de pie, dejó que su compañera se fuera, su lobo
aulló en su cabeza por la pérdida de contacto y dio un paso atrás. Él
recuperó su arma y se la dio. Ella aceptó la espada como el guerrero que
era, agarrando la funda que cubría la cuchilla. Él sabía que ella era capaz
de defenderse a sí misma, prácticamente había salvado su culo cuando
se enfrentaron a Aldon, pero no pudo evitar que los instintos le exigieran
que evitara su partida. Era su deber velar por ella. Sólo un marica se
quedaría de brazos cruzados mientras su compañera se aventuraba fuera
sin su ayuda, orientación o protección.
Mierda. Esta era una de las cosas más difíciles que había tenido que
hacer.
Dejarla ir y quedarse sólo con la esperanza de que ella regresara.
- Regresaré. Te lo prometo.
83
Capítulo 6
- No puedes estar hablando serio - Leigh estranguló la almohada en sus
brazos, mirando a Sadie como si hubiera perdido la cabeza. - No voy a ir
allí. ¡Con un puñado de hombres lobo! ¿No has tenido suficiente de ellos
ya? ¿Has visto cómo actúan? Son como animales. No se puede hablar
con ellos. Ellos no entienden la razón. ¡Has perdido la cabeza!
- Leigh ...
84
- ¿Sería tan malo? ¿Es la idea tan repulsiva? - Una pregunta estúpida,
teniendo en cuenta que en el pasado, Sadie confió sus propias dudas a
Leigh acerca de tener un compañero hombre lobo. - No todos ellos son
como Trey. Nathan es diferente. He visto la forma en que reacciona con
la gente. Él tiene un gran corazón. Es un Beta porque tiene una genuina
preocupación por los demás. Él cuidará de ti. Cuando desapareciste
estaba enfermo de preocupación. Deberías haberlo visto cuando me fui.
Él está aterrorizado por ti, Leigh.
- ¿Qué? - Sadie sabía que las heridas de Leigh eran profundas, pero no
sabía que la joven amaba a alguien de su pasado tan profundamente. -
¿Quién?
Sólo otra cosa que no pensó hasta que fue demasiado tarde.
85
Como de costumbre, su espeso cabello castaño estaba recogido en un
rodete francés con varios tirabuzones que caían de la cabeza y rodeaban
su cara. Sus extraños ojos de color amarillo siempre parecían saber más
de lo debido. Sadie nunca había prestado atención a ello antes, pero
debería. Geneva había estado siempre un paso por delante de los
acontecimientos viendo las cosas antes que nadie. Y estaba tan
interesada en Aldon, casi obsesionada.
Tenía que haber una razón para ello.
¿Qué había estado tramando la astuta perra?
- ¿Qué puedo decir? - Sadie cruzó los brazos sobre su pecho, con su
habitual postura de regreso al trabajo. - He estado ocupada siguiendo a
Aldon. Eso lleva tiempo.
Hablando de un dilema.
- Has estado fuera mucho tiempo para volver con nada de interés - Sus
fosas nasales se dilataron y su iris se iluminaron alrededor de sus
pupilas. Ella resopló para despejar la nariz. - Has estado alrededor de
cambia-formas de nuevo. Cogí el hedor de ellos en el pasillo. He dejado
la pregunta sin respuesta el tiempo suficiente.
86
Sadie se preparó, tratando de pensar en una respuesta a la pregunta que
sabía se avecinaba.
- ¿Qué has estado haciendo? - Preguntó Geneva. - ¿Qué nos has estado
escondiendo?
- Sólo hay una manera en que esto podría ser posible - Geneva estaba
hirviendo, con la cara deformada en un ceño fruncido. - No es lo
suficientemente malo que él te tomara en su cuerpo. No mejor que una
vulgar perra en celo. Bebiste de él, ¿no?
- ¿Dónde?
Hijo de puta.
Geneva no era la mujer que decía ser. Ella nunca lo había sido. No era
sólo Aldon un peligro, sino también la líder del aquelarre de vampiros
con sus numerosos poderes.
Sadie pensó que las cosas no podían empeorar.
Llegó fuera del almacén. Temblando en el aire fresco de la noche y
enfrentó a Leigh, que la esperaba a un lado de la calle, y se dio cuenta de
que se había equivocado.
*****
89
pensando en el enemigo al que se enfrentaban. - Tú no viste a Aldon en
plena potencia. Él era como una letrina de ladrillos. Me puso a mí y a
Nathan sobre nuestros culos con un gesto de la maldita mano. Si no
hubiera sido por Sadie podría habernos matado.
- No pueden decir mierda una vez que la reclame -El gruñido gutural de
Trey resonó por toda la habitación. - Ella ya ha tomado mi sangre. Una
vez que estemos apareados nadie puede rechazarla. Y no ha convertido a
mi lobo en una mascota. Lo sabría si así fuera.
Estaba en lo cierto.
Estar acoplado con Sadie significaba que ella sería capaz de controlar su
lobo si es necesario, pero cualquier compañero podría hacer eso. Machos
y hembras necesitan el equilibrio de sus compañeros. A veces uno u otro
tenía que tomar el control. La mayoría de los cambia-formas no estaban
seguros de cómo funcionaba el apareamiento con los vampiros «durante
siglos los cambia-formas evitaron a los bebedores de sangre a toda
costa» pero las historias de terror habían pasado por años.
Era un negocio demasiado peligroso el apareamiento con bebedores de
sangre.
Tenía la intención de aprender que influencia podía tener Sadie sobre él,
pero tenía que sellar el acuerdo con el fin de entender las excentricidades
de su unión.
90
- Tal vez debería renunciar - Echó un vistazo a través del camino hacia
Emory. - Tal vez es hora de que alguien más sea capaz de llenar mis
zapatos.
- Oh, sí, eso sería la solución perfecta - Emory rió, años de amargura
abiertamente expuestos. - La manada pudo haber aceptado Mary, pero
eso es sólo porque Ava lo hizo. Y nunca he querido llevar la manada.
Además, ya sabes cómo se sienten acerca de mí. Piensan que soy un caso
perdido.
- Tienes razón. Lo llamaré. Una vez que sepa lo que está pasando, estará
a bordo. Él es la cabeza más clara del grupo.
- Tenemos que establecer un lugar aquí para Leigh - Nathan, que había
permanecido en silencio hasta entonces, añadió su granito de arena. -
91
No sé lo que está mal con ella, pero es débil y frágil. Un viento fuerte
podría derribarla. Ella necesitará sentirse bienvenida o se debilitará.
Tiene que saber que ella es querida y necesitada aquí. Necesita sentirse
segura.
- Vas a tener que hacer lo mismo para Sadie - Trey exigió, decidido a que
su hembra reciba igualdad de trato. - Una vez que ella le dé la espalda a
su aquelarre no tendrá ningún otro lugar a donde ir.
92
- No, si la información que recientemente recibimos es verdad - dijo
Nathan, la cabeza inclinada, con las manos apretadas en puños. Él negó
con la cabeza como si necesitara recuperar el control de sus emociones. -
Hay una buena probabilidad de que tengamos una ventaja sobre los
hombres que mataron a su esposa. Él tiene el derecho de saber lo que
encontramos. Juramos que le daríamos la información al momento de
recibirla. Él querrá ir tras ellos tan pronto como sea posible.
Mierda.
Buena elección.
Dado que las tensiones eran tan altas, Trey no debería haberse
sorprendido cuando Sadie y Leigh aparecieron en la habitación. El
mundo que amaba se tambaleaba en el borde. Sin embargo, el alivio casi
lo envió a sus rodillas. Ella había regresado, tal como lo prometió. Corrió
hacia su compañera, sólo para detenerse a mitad de camino cuando ella
negó con la cabeza. Se quedó inmóvil y miró a su compañera.
94
Leigh «Dios la ayudara» parecía petrificada.
- ¿Qué demonios? - Caden gritó, con los ojos fijos en las hembras, yendo
por el arma a su lado.
Nathan fue hacia el humano como un tren de carga y bajó a Caden. Ellos
lucharon por el arma, retorciéndose en el suelo. Caden era más que
capaz de soportarlo, pero Nathan estaba luchando por su compañera. No
pasó mucho tiempo para que el Beta arrebatara el arma de la mano de
Caden y la enviara deslizándose por el suelo.
- Nunca, jamás apuntes con una pistola a una mujer en esta casa -
Nathan gruñó en la cara de Caden. Los dos hombres estaban casi nariz
con nariz. - Sobre todo la mía. Todo el mundo puede aguantar tu mierda,
pero yo no lo haré. Te dejaré donde estás parado. Voy a matar tu culo sin
valor.
- Así es, idiota - ella susurró, sosteniéndolo con fuerza. - Ver, escuchar y
aprender.
Jodido bastardo.
- La conseguirás.
97
Kinsley «una rara y respetada sexta generación de panteras negra» era
uno de las más escasas razas de felinos cambia-formas. Los Orgullos
confiaban en él lo suficiente como para escuchar lo que el hombre tenía
que decir. El macho casi nunca se equivocaba, viendo cada detalle antes
que nadie.
Ava tenía razón.
Sin la ayuda del Alfa, la manada tendría que proteger la ciudad sola. Así
las cosas, los pocos felinos que habían acordado para controlar la
estación y proteger el domicilio de Diskant lo hicieron de mala gana. Los
gatos siempre buscaban sus propios intereses. Kinsley tendría que
trabajar duro para convencerlos de ayudar a Trey. Incluso si Diskant
podía cambiar para cualquier forma felina y siendo aún su Omega, los
miembros del Orgullo no le daban la debida obediencia.
Ellos iban a Kinsley para resolver todos los asuntos.
Él sería el único que podría influir en ellos en esto.
- Tengo que advertir a los guardias que van a estar haciendo dobles
turnos - Diskant pasó al lado de su mujer y tomó una rodilla. Él era tan
grande, y ella era tan jodidamente pequeña, que creaba un gran
contraste tanto con su compañero como con los muebles. - Tenemos que
asegurarnos de que todo está seguro aquí antes de preocuparnos por
cualquier otra cosa.
- Allí - ella suspiró, abriendo sus ojos. - Eso lo retendrá, pero no por
mucho tiempo. - Su mirada fue hacia Leigh. - Vamos a tener que
98
hacernos cargo del resto de la residencia. Nadie puede saber dónde
estamos.
Sadie tuvo que girar su cuerpo para ver a Leigh. Cuando lo hizo, el ceño
fruncido estropeó la belleza de su rostro.
- Alimentarla.
- Ya eres mía - advirtió en un gruñido. - Pero una vez que haya puesto mi
marca en ti, será un hecho. No serás capaz de correr, cariño.
Una vez que cruzara esa barrera, nadie en la manada podría discutir el
apareamiento. Ellos podrían resentirse, exigir que dimita o tratar de
hacerle salir de la ciudad. Pero no podrían evitar lo que ya había
sucedido. Con o sin su apoyo, tenía que hacer lo que era mejor para él,
para variar. Si él no lo hiciera, se convertiría en el imbécil cansado e
insensible que existía pero que había dejado de vivir, sin darse cuenta de
la belleza y la grandeza a su alrededor.
- Estará bien. Confía en mí. Ella está a salvo aquí. Nathan estará con ella.
Él no dejará que nadie le haga daño - Esperó hasta que desaparecieron
por la esquina antes de que él se diera vuelta y la inmovilizara contra la
pared más cercana. - Esperé demasiado tiempo por ti.
100
Ella levantó su boca a la suya, pero él tiró de su cabeza lejos. Su nariz le
puso a prueba, dirigiéndolo hacia donde Mary había vagado por la
enorme casa. La hembra no estaba muy lejos, a unas cuantas puertas.
Cuando llegó a su destino, se encontró con Mary lanzando almohadas
adicionales sobre la cama. Cuando la hembra de Emory los vio en la
puerta de entrada, sus ojos color chocolate se abrieron como platos.
Es la hora.
101
Capítulo 7
Sadie había imaginado este momento, de muchas maneras diferentes,
pero nunca pensó que pudiera suceder. Sin embargo, allí estaba,
enjaulada en el abrazo de Trey. Él bajó la cabeza y hebras oscuras de
pelo suelto cayeron alrededor de su rostro. El deseo en sus ojos hizo que
sus entrañas se marchitaran. Parecía como si quisiera comérsela, y dada
su propia frustración sexual, ella estaba más que dispuesta a dejarlo.
- Joder - dijo con voz áspera, vagando por su cuerpo. - Quiero verte.
Desnudarse nunca había sido tan sexy. Quitándose las botas y la ropa
era generalmente torpe y le consumía mucho tiempo. Afortunadamente
102
ambos estaban tan nerviosos que la eliminación de sus prendas no era
un problema. Empezó por sus pies, quitándose las botas y los calcetines.
Hizo todo lo posible para ayudar, retorciéndose para liberarse de sus
pantalones de cuero. Sus bragas quedaron atrapadas en la mezcla, tiró
lejos de ellos cuando Trey deslizó los pantalones por sus muslos y por
encima de sus tobillos. Él echó la ropa a un lado y ella levantó su torso de
la cama, tirando de su camisa por la cabeza. Sólo su sujetador se
mantuvo, protegiendo sus pechos de la vista.
Levantando los brazos, ella maniobró las correas por encima de sus
manos y tiró el endeble material sobre su cabeza. Trey gruñó. El sonido
siniestro hizo eco en la habitación... peligroso, bajo, y áspero. Un
estremecimiento disparó a través de ella, como una ola de fuego que se
derramaba en cascada bajo su piel. Eso era lo que había esperado. No
era un sueño, era real. Ella trató de bajar los brazos, pero Trey la detuvo,
capturando sus muñecas en una de sus grandes manos. Su cabeza oscura
se levantó lentamente mientras su mirada recorría su cuerpo.
Cuando sus ojos se encontraron de nuevo, su mirada la congeló en su
lugar.
Querida Diosa.
Se movió a la velocidad del rayo, deslizando sus caderas hacia abajo por
su cuerpo. Con una maniobra rápida de sus manos puso sus piernas
sobre sus hombros. Ella luchó por respirar, manteniendo sus manos
sobre su cabeza, levantándose para poder ver su rostro. Él se dejó caer al
suelo, de rodillas entre sus muslos extendidos. El calor de su aliento rozó
sus pliegues expuestos, haciendo que la piel pareciera hipersensible. Ella
había decidido eliminar su vello púbico a través de un hechizo ingenioso
hace décadas, después de descubrir que el sexo oral se sentía mucho
mejor cuando se realizaba contra la piel desnuda. Ahora, a la espera de
la atención de Trey, supo que había sido una de las decisiones más
inteligentes que jamás había tomado en su vida.
Ella casi gritó de frustración mientras él reposaba el lado de su cara
contra su muslo. La barba en su mandíbula se sentía como diminutas
cerdas deslizándose sobre su piel, espinoso pero suave. Estaba tan cerca.
Si giraba las caderas ligeramente, su boca estaría donde ella quería.
104
- Trey - Ella exhaló su nombre, temblando mientras esperaba a que él
llevara las cosas más lejos.
105
- Joder, nena - Sus manos se deslizaron de su coño y agarró su culo. -
Eres tan dulce.
- ¿No es así?
Sí.
- No esta vez. Te quiero tanto que estoy a punto de llegar antes de que
hayamos empezado.
Oh, mierda.
Maldita sea.
Él era un hijo de puta con suerte. Esta mujer «su mujer» era más
caliente que el infierno.
El tiempo era corto, pero él quería hacer de este encuentro memorable.
Quería oír sus gritos y ver su cara mientras se acercaba. Si fuera posible,
quería pasar la noche en su interior hasta que ordeñase su polla hasta
dejarla seca. Lamentablemente eso no iba a suceder. El calor del
acoplamiento estaba en él, el lobo gruñía en su cabeza mientras trataba
de hacerse con el control.
Poniendo una mano a su lado para hacer palanca, se sumergió en ella.
Mierda.
111
que se corriera, masajeando sus pechos, chasqueando la lengua por la
punta del pezón con cada embestida de su polla.
Sus bolas se apretaron, un orgasmo amenazaba con consumirlo.
- Me estás matando.
- Trey - Sadie murmuró, aferrándose a su cuello con las manos. Ella tiró
de él hacia abajo, levantando los hombros lejos de la cama. - Esta vez
necesito ... - Sus dedos se tensaron en su nuca. - Tengo que pedir...
113
Márcala.
Ahora.
Con el objetivo de su hombro, él llevó sus labios hacia atrás. Sus dientes
rompieron su carne, deslizándose más allá de su suave piel. Su gemido
fue una mezcla de dolor y placer. No paró de beber, tomando su sangre
para aumentar su fuerza. Él bombeó sus caderas, aturdido por encontrar
su polla aún dura, a pesar de su clímax. Se preguntó si su vínculo de
pareja se establecería como lo hacían cuando se apareaban cambia-
formas con los humanos. Ella no gritó de dolor y él sintió un cambio en
su lobo. Él no experimentó la separación que había oído. Era como si se
hubiera establecido una conexión diferente entre ellos, acercándolos
juntos.
Él esperaba una gran cantidad de cosas «que ella le dijera que se fuera a
la mierda o informarle que él no tenía nada que decir al respecto» pero
no esperaba que ella no respondiera y simplemente estirara sus brazos
sobre su cabeza. Ella suspiró, feliz como unas castañuelas. Mientras que
él estaba furioso, ella estaba totalmente a gusto. Una sonrisa tiró de sus
labios, sus ojos azules oscureciendo una sombra.
115
- Si tú lo dices - ronroneó ella, arqueando la espalda como un gato
satisfecho. - Bárbaro.
- Esa chica «la vampiro» que dejaste fuera está asustando la mierda -
Emory le informó, gritando lo suficientemente fuerte para que toda la
casa lo escuchara. - Mary y Ava no pueden calmarla. Necesitas traer a tu
compañera ... - enfatizó la palabra con sarcasmo. - ... aquí ahora mismo.
- Estamos llegando.
Listillo.
116
- ¿Emory? - él gritó, con ganas de estrangular a su hermano.
- ¿Sí?
- ¡Vete a la mierda!
- Necesitas calmarte.
Maldito Emory. El bastardo tenía que abrir esa gran boca e irritar a
Sadie. Le alisó el pelo con la otra mano, enderezando los mechones
rubios enredados alrededor de su hombro.
- Entiendo.
Hubo un momento de silencio. Luego, en una voz tan baja que tuvo que
esforzarse para oír, ella respondió:
- Gracias.
Esperanza.
118
Capítulo 8
Finalmente.
119
- Tenemos que hablar - Ella se dejó caer en la cama, feliz de dar un
descanso a sus pies.
- Lo que está en juego - exhaló a toda prisa, asustada por primera vez
desde que había entrado en el dominio de Disktant. La anterior
advertencia de Trey volvió a atormentarla. Diskant mataría a Leigh si
tenía que hacerlo. Sadie tenía que asegurarse de que eso no suceda. -
Tienes que estar preparada.
¿Esperanza de qué?
¿Qué el mundo se fuera a la mierda? ¿Un mundo en el cuál cada uno se
quemaría?
Maldición.
122
La vida no era sencilla. Si Leigh quería sobrevivir, tenía que pensar en el
futuro.
Tal vez fuera más fácil para Sadie, debido a su avanzada edad. Ella
aceptó que algunas cosas la decidía el destino. Leigh había nacido
mortal, poniendo su fe en un poder superior. La verdad es que nadie
sabía a ciencia cierta lo que sucedía cuando una persona muere. Y
Nathan no dejaría que nada le suceda a Leigh. Si Diskant amenazara con
hacerle daño, el Beta llevaría a Leigh a algún lugar, a otra manada, tal
vez. Sadie insistiría en viajar con ellos, pero necesitaba saber que si algo
sucedía, Leigh tendría un protector.
- ¿Ya no es el caso?
Sadie aceptó la vehemencia dirigida a ella pero sabía que había perdido
la confianza de la chica. Una cara revoloteó por la mente de Leigh en su
123
pánico, un hombre joven y sonriente. Sadie sabía que tenía que ser el
hombre que Leigh había perdido después de que ella fuera cambiada.
Nunca hubiera imaginado que Leigh estuviera tan afectada por el amor
que había dejado atrás. Sin embargo, Sadie sintió el dolor de Leigh, la
angustia que apuñalaba su pecho como un cuchillo oxidado. La
aterrorizada joven nunca renunciaría a su esperanza de recuperar su
vida pasada.
Mierda.
De alguna manera «de alguna manera» Sadie sabía que tenía que llegar
a Leigh antes de que lo hiciera.
Tropezó con la cama y agarró el brazo de Leigh. Meses de hambre le
habían demostrado que podía ir más allá de la fatiga. Tan cansada como
estaba, todavía tenía la energía suficiente para mantener su agarre. Pero
no iba a durar, especialmente si Leigh decidía lanzar un hechizo en su
dirección. No podía razonar con la joven vampiro, no en este momento.
La mente de Leigh era demasiado caótica, demasiado jodidamente
herida.
125
- ¡Trey! - Sadie gritó mentalmente, centrándose en sus habilidades para
escucharla. - Te necesito. Ven a mí.
Por ahora.
Maldita mujer.
Ella ya había hecho suficiente ruido como para resucitar a los muertos.
Si Diskant descubriera que la inestable hembra había perdido su mierda
por segunda vez la mataría sin dudarlo.
- Por el amor de Dios - dijo entre dientes, deseando que ella cerrara la
puta boca. - Mantén la calma.
127
- ¿Quieres decirme lo que la provocó esta vez? - susurró en el oído de
Sadie. - ¿Que sucedió? ¿Por qué está tan enojada?
Mierda.
- Esta es mi casa - dijo Ava, cruzando el umbral. Ella bajó los brazos y
cerró la puerta, con los ojos en Sadie. - Quédate aquí, tú cumples con mis
reglas. - La mirada de Ava se desvió hacia Leigh, sus iris ya no eran azul,
sino en un extraño tono de verde. - Necesita aprender su lugar.
Doble mierda.
- Ava ...
- Esto ... - dijo Ava, mirando hacia abajo mientras se frotaba el vientre.
- ... es más importante que cualquier otra persona en esta habitación.
Voy a hacer lo que sea necesario para mantener a mi hijo o hija a salvo,
incluso si eso me hace un monstruo. - Levantando su cabeza, susurró. -
Lo siento por ti. Has sido tratada injustamente. Si las cosas fueran
diferentes yo trataría de ayudarte. Pero no voy a arriesgar a mi hijo.
Nunca va a pasar. Será mejor que lo sepas ahora.
- Tú no lo harías.
Las lágrimas se filtraban por el rostro de Leigh. Ella cerró los ojos y
asintió.
- ¿Ella no puede? - Trey no podía culpar a Ava por proteger a su hijo por
nacer. En un movimiento suave capturó los antebrazos de Sadie y los
llevó a sus pechos, atrapando sus manos, manteniendo la espalda
apretada contra su pecho. - Ella es la compañera del Omega. Ella puede
hacer lo que quiera.
- Voy a decirle a Nathan que te deje ir ahora - Ava dio varios pasos hacia
atrás, alejándose de Leigh y Nathan. - Espero que te calmes y portes bien
130
mientras estás en mi casa. Es sólo una pequeña advertencia. No lo hagas
de nuevo. No habrá una segunda oportunidad.
- Quita tus manos de mí - Sadie rugió tan pronto como Ava se deslizó
fuera de la vista.
131
Trey la dejó ir, sintiendo entumecimiento. Observó mientras empujaba a
Nathan a un lado y fue a su amiga. Sadie abrazó a Leigh mientras la
mujer sollozaba, pasándole una mano reconfortante por su espalda.
Nathan se volvió hacia Trey, obviamente desgarrado. El pobre
desgraciado no sabía qué hacer.
Bienvenido al club.
132
Capítulo 9
- Abre. Lo digo en serio.
- En primer lugar ... - ella resopló, avanzando hacia él. - Voy a patear tu
trasero inútil. Voy a arrastrarte de arriba abajo por ese pasillo como una
maldita fregona7. Entonces cuando yo crea que lo has ganado, te voy a
cortar las pelotas y dártelas de comer.
- ¿Tú sólo vas a aguantar hasta tal punto? Cariño, voy a hacerte comer
esas palabras.
Ignorante.
Imbécil.
¿Pensó que podría enfrentarse a ella? Si seguía a ese ritmo, podría hacer
esto toda la noche.
Captó una sombra en su visión periférica.
Alguien había decidido mirar.
Ella no se volvió, sus ojos sintonizaron con Trey. Ella se aseguraría de
que al idiota le sirviera como recordatorio de que ella era «de lo que ella
había sido para su aquelarre» un vampiro guerrero y protector en su
propio derecho. No había sobrevivido todos estos años por ser lenta o
estúpida. Una parte de ella esperaba que fuera Ava quien estuviera
mirando. Sus escrúpulos nunca permitirían a Sadie dañar a la mujer
mientras estaba embarazada, pero una vez que Ava diera a luz a su bebé,
nada se lo impediría. La horrible mujer había herido Leigh de la peor
manera imaginable. No había excusa para ello.
Aldon sería el próximo.
Trey la apresuró, pero ella lo esquivó cuidadosamente lejos. Todo lo que
necesitaba era una abertura. Ella no quería matarlo «eso la mataría»
pero podría hacerlo sufrir. Ella extraería este momento y lo haría durar,
tomando su sangre, incluso si eso significaba derramarla y no beberla.
Era nada menos de lo que se merecía. Le había hecho daño tantas veces
de tantas maneras. Incluso después de que ella le entregara su cuerpo,
ofreciéndose en bandeja con un “fóllame por favor”.
Debería haber sabido que no sería suficiente.
Hombres «fueran cambia-formas o no» siempre querían más.
135
- ¡Te odio! - ella gritó, dándole un puñetazo en la cabeza. Pero sabía que
era una mentira. Ella no lo odiaba, ni mucho menos. Si tan sólo pudiera.
¿Dejarlo ir?
- ¡Hijo de puta!
137
- Estúpida - Ella repitió, mirando al vacío.
138
- No exactamente - contestó Diskant y miró por encima del hombro.
Después de un momento, su atención volvió a Sadie. - La conexión que
tengo con Ava ... ha cambiado.
139
- ¿No estuvo bien? ¿Hablas en serio? ¿Tú vienes a mí con no estuvo
jodidamente bien? - Trey se quebró el cuello, tratando de no sucumbir a
la furia de su lobo. - Te diré lo que no estuvo bien. Tu hembra amenazó
a una mujer a la que se comprometió dar la bienvenida en su casa.
Amenazó a Leigh y no le dio ninguna salida. ¿Cómo crees que Sadie
reaccionará? Mi mujer no es una perra de mente débil. Ella es una
luchadora. Ava encendió un fósforo que comenzó un jodido fuego.
- Oh, valiente Yoda8 - Trey espetó, roto cuando Sadie lloró. - Guíame.
- Pensé que deberíamos hacer que Leigh se vaya. Ella podría estar más
segura en otro lugar - Diskant sonrió cuando Trey gruñó. - Te dije que lo
había pensado. Tiempo pasado.
8 Yoda: personaje ficticio del universo Star Wars.
140
- ¿Y ahora?
Diskant gruñó, el sonido era una combinación del gato, el lobo y el oso
que residen dentro del Omega.
142
Maldición
- ¿Y?
- Nos va a apoyar.
- ¿Estás seguro?
- Siglos de conocimiento.
- Ilumíname.
143
escuchando. Después de varios segundos miró a Trey. - No es raro
cuando el mundo pierde el equilibrio.
- Su corazón ... - Trey hizo un gesto hacia Sadie, aliviado de que ella se
hubiera tranquilizado. - ... se rompe por mi culpa. Yo estaba tan
preocupado por lo que la manada podía pensar que la trataba como
basura. Ella ha sufrido bastante. No le voy a dar la espalda y mentir
acerca de cómo son las cosas. Discúlpame si no me importa una mierda
que las cosas estén fuera de equilibrio.
- Confías en ella.
- ¿Y tú confías en tu compañera?
- Entonces tal vez deberías hacer que tu compañera formara una familia.
¿Me odiará aún más por tomar lo que ella quiere una vez más?
- Como el infierno.
- No.
- Lo he pensado.
Durante meses había agonizado sobre lo que era mejor para la manada,
repasando cada escenario mientras trataba de pensar en una manera de
introducir a Sadie con ellos. Había hablado con Nathan muchas veces,
con la esperanza de resolver la situación sin derramamiento de sangre o
violencia. No sería fácil, independientemente de su elección.
146
- ¡Mira quien fue a hablar! - Trey pasó su mano por la espalda de Sadie,
sus dedos a la deriva a través de su pelo. - Eso es exactamente lo que
hiciste cuando te fuiste de la ciudad para proteger a Ava. Entregaste la
manada y no miraste hacia atrás. Tú la elegiste por sobre todos los
demás.
- Maldita sea, mujer - Diskant caminó hacia ella. - Voy a atar tu culo a la
cama.
147
El Beta «que había permanecido en silencio durante la pelea de Trey con
Diskant» se hizo a un lado para dejar pasar a Trey. Trey vaciló, mirando
a Nathan caminar unos pasos por el pasillo. El hombre se detuvo ante la
puerta de Leigh, moviendo sus pies, estudiando la barrera que se
interponía entre él y su compañera. Tristemente, la puerta era la menor
de las preocupaciones de Nathan. El verdadero muro erigido entre él y
Leigh era mucho más perturbador. Nathan extendió su mano, sus dedos
cerniéndose sobre el mango. Después de un momento, él inclinó la
cabeza y dejó caer el brazo a su lado.
Pobre bastardo.
148
Él no la dejó evadir a él o la pregunta, capturando su barbilla en la mano,
haciendo que ella lo mirara.
Esas tres pequeñas viniendo de ella significarían el mundo para él. Pero
no eran necesarias. Porque él ya sabía cómo se sentía. Ella dijo que lo
odiaba y él la creía, porque esa declaración vino del resentimiento. Era
perfectamente posible odiar a una persona que amaba. La complejidad
de sus sentimientos eran una mezcla de adoración y odio, una no estaba
completa sin la otra.
No más.
- Tengo una idea. Esta vez tomarás tu decisión. Voy a demostrar de que
valgo la pena el riesgo - Descansando su cabeza sobre su hombro, él
murmuró densamente. - ¿Qué tal si te muestro lo que puedo dar? Tú
decides si vale la pena luchar por mí.
150
Capítulo 10
Sadie sabía que no debía ceder. No necesitaba hacer las cosas fáciles
para Trey. Se suponía que debía mantener su orgullo y demostrarle que
era más que capaz de existir en un mundo que no lo incluyera.
Desafortunadamente el corazón quería lo que el corazón quería.
Todo la resistencia del mundo no la haría sentir mejor. Ella podría tratar
de sofocar sus sentimientos, esconderlos para que nadie pudiera verlos.
Una ilusión que crearía pero ella sabría la verdad. Como un mago que
utiliza artimañas para engañar al público, sus esfuerzos serían una
fachada.
Pensó en la mujer que había intentado seducirlo hace unos meses. Había
estado tan enojada y posesiva. Utilizando un velo para permanecer
invisible, le había dado una bofetada a la bebida de la mujer, empapando
a la perra mujer lobo con alcohol. Trey lo encontró divertido. La mujer
que había llevado la peor parte de la ira de Sadie no había sonreído. Se
había sentido poderosa entonces, proclamando su dominio sobre Trey
incluso si no hubiera sido consciente de ello.
151
Sólo de pensar en otra mujer tocándolo, susurrándole al oído,
abrazándolo ...
Un temblor la sacudió de adentro hacia afuera.
Por supuesto que ella lucharía por él.
En este punto, ella haría cualquier cosa que él le pidiera.
152
- Te daré todo lo que soy. Voy a ser todo lo que necesitas - él prometió,
moviendo sus caderas hacia atrás, dejándola con una sensación de vacío
cuando su polla se deslizó de sus profundidades. - No te arrepentirás. -
Él rozó sus labios sobre su cuello, extendiéndose hasta la mejilla. - Voy a
mover cielo y tierra para ti, si eso es lo que necesitas.
- El cielo y la tierra, ¿eh? - Era muy difícil para ella hablar y aún más
difícil pensar, teniendo en cuenta la posición en la que estaban, con sus
cuerpos unidos y sus pieles tocándose. - Eso no va a ser fácil.
Tenerlo tan cerca y diciendo cosas tan dulces le hacía girar la cabeza.
Esto era lo que había soñado como una joven mujer que nunca había
estado enamorada. La magia de un momento robado con un amante con
el que quería despertar cada día. La maravilla de la búsqueda de la única
persona que haría que su vida estuviera completa.
- Estabas borracho - Sí, ella le estaba dando una justificación para sus
acciones, pero sólo porque estaba cansada de luchar contra él, o
pensando en los acontecimientos que los habían mantenido separados
durante tanto tiempo. - Pensé que ibas a caer de bruces.
- Esto no se trata sólo de nosotros - Oh, Diosa, ella odiaba admitir eso.
Lo deseaba tanto que estaba casi tentada de mandar al resto del mundo
al infierno. Él se deslizó de nuevo a ella, el grosor de su polla empujando
su punto G. - Tenemos que pensar en todo los demás. - No podía creer
153
que pudiera formular palabras, no con el fuego que ardía en su vientre. -
Tal vez Diskant tenga razón.
- Bien - gruñó, sus iris brillando cerca de sus pupilas. - Eso es lo que
quiero exactamente.
155
Hasta ese momento había sido terriblemente amable, tomándose su
tiempo mientras la follaba, tratando de transmitir lo mucho que
significaba para él. Un día, pronto, iba a ir más lejos, haciéndole el amor
como ella se merecía. El lobo, sin embargo, tenía otras ideas. La maldita
cosa rugió en la victoria en el instante en que Sadie movió su cabello y
expuso su cuello. Esto lo montó con fuerza, con ganas de poseer cada
centímetro de su cuerpo, por dentro y por fuera. Se sumergió en su coño,
gimiendo mientras apretaba su polla.
Él supo entonces que casi había perdido la única oportunidad de
felicidad y plenitud que habría conocido. La conexión que había sentido
la primera vez que se corrieron juntos regresó. Su bestia disfrutaba de la
sensación, tratando de llegar a su compañera. Trey mantuvo el ritmo,
embistiendo contra su resbaladizo calor. Ella inclinó su espalda
permitiéndole penetrarla más profundamente, manteniendo el cuello al
descubierto para él.
- Tonterías.
- Eso es.
- La próxima vez te daré un baño caliente con todas las burbujas que
puedas manejar y un masaje de pies a cabeza.
158
Estamos jodidos, joder, joder.
159
Capítulo 11
Fabuloso. Otro maldito misterio.
10 Warlocke: un brujo
160
que puede detectar cuando alguien entra en su cabeza. Él es capaz de
mantener a la gente fuera.
- Hay otra opción - Sabía que Trey se pondría furioso, pero ella dijo: - No
tenemos que decirles algo acerca de mí. Puedes darles información sobre
Aldon y Leigh para tratar de conseguir su apoyo. Eso es mucho más
importante.
- Todo el mundo sabe que Zach era el siguiente en la línea para el puesto
- dijo Kinsley en voz baja. - No se pierde nada con preguntarle.
- Ella era humana. Zach no había completado las etapas del vínculo de
sangre - Había algo más que quería decir. Esta vez, dijo su pensamiento
en voz alta. - Él está decidido a ver a cada Pastor muerto. La manada es
todo lo que tiene. Ellos podrían darle algo más por lo que vivir. Podría
ser lo que necesita para sanar.
- Gracias.
165
- Lo que tú digas - Trey contestó y pensó para sí mismo malditos gatos.
Mierda.
- Estoy en ello.
Ella no quería irse, pero sabía que tenía que hacerlo. No estaba segura de
por qué ella miró a Trey para pedir su aprobación, pero lo hizo. Esperó a
que cabeceara o le dijera que podía seguir adelante. La sorprendió
cuando se alejó de Kinsley, pasó un brazo alrededor de ella y le dio un
beso duro y apasionante. Ella casi se desmayó, con ganas de llevar las
cosas a otro nivel. De alguna manera se las arregló para abrir la boca y
burlarse de sus labios con su lengua.
- Voy a estar aquí, nena - susurró. Ella inhaló su olor, sacudiendo el calor
de su cuerpo contra el suyo. - Cuando hayas terminado, vuelve a mí.
Se sentía como una desvergonzada que le importa una mierda lo que los
demás pensaran.
- Está bien.
*****
166
Trey había querido salir corriendo después de Sadie. Cada vez que ella lo
dejaba quería llevarla de vuelta a su lado. Para distraerse, centró su
atención en Nathan. El rechazo de Leigh había destrozado al macho. El
Beta parecía golpeado y desgastado emocionalmente. Aún así, Leigh era
la compañera del hombre. Nathan haría cualquier cosa por ella. Podía
odiarlo más que a nada en el mundo y él aún daría su vida por ella.
Diskant no iba a hacer ninguna llamada sin la aprobación de Nathan.
Eso estaba claro.
Jodidos modales.
- ¿Un Alfa? - Trey no podía creerlo. Una historia como esa se habría
filtrado, incluso si la manada hubiera tratando de mantenerlo en secreto.
Un miembro normal de la manada tendría serios problemas para
introducir a un compañero vampiro en el grupo, pero que fuera un Alfa
era «al menos Trey lo pensaba» inaudito.
- No puedo hacer eso - No dejaría que nadie le hiciera daño a Sadie, sin
importar lo que ella hiciera.
168
- Puedes y lo harás - Los ojos de Kinsley fueron hacia el cambia-formas
que lo había acompañado. El hombre dio a Kinsley un guiño y salió de la
habitación. - No puedes tener la felicidad completa. - Kinsley lo dijo en
voz baja. Por un momento, Trey vio un destello de dolor en los ojos del
hombre. - Entiendo que hay cosas que quieres hacer y luego hay cosas
que debes hacer. Tendrás que dejar tus prioridades claras. La manada no
te respetará si no lo haces.
- Por supuesto que lo haré - Había una gran cantidad de amor en las
palabras, la adoración de Ava era evidente. Se acercó a Diskant y lo besó
en la mejilla. - Él está en la cocina. Voy a hacer algo de comer mientras
estoy allí.
Nathan rondaba en la puerta y vio a Ava alejarse. Una vez que ella se fue,
se trasladó al centro de la habitación y miró a Diskant.
169
- Si tienes algún respeto por mí ... - le dijo. - ... me dejarás tomar las
decisiones cuando se trate de Leigh. No voy a dejar que se vaya sin mí.
Donde ella va, yo voy.
- ¿Me llamaste? - dijo Caden cuando los honró a todo con su presencia.
Tal vez sus ojos le engañaban, pero Trey pensaba que vislumbró un
destello de nerviosismo en la mirada de Caden. Como era su costumbre,
Caden ocultó rápidamente sus emociones. El hombre realmente no
quería que nadie supiera cómo se sentía, fuera bueno o malo.
- Necesito que lleves a Leigh allí y te asegures de que está a salvo. Tan
pronto como regreses voy a conseguir la información que deseas. Serás
libre de ir y hacer tus cosas. Te doy mi palabra. Puedes romper con la
manada por completo, o puedes regresar. Es tu decisión.
- Está bien - dijo Caden, asintiendo. El hombre estaba tan ansioso por
hacer el trabajo que estaba casi lleno de expectación. Estaba a punto de
conseguir la venganza que había deseado durante tanto tiempo. -
¿Cuándo nos vamos?
- Es posible - Trey admitió. - Pero por otra parte, tal vez no.
171
Trey se tomó un momento para mirar realmente a Caden. Algo estaba
molestando al macho.
- Tonterías.
- Si quieres llamarlo así - Hasta ahora, todo bien. Caden podría parecer
enojado pero estaba siendo sarcástico. Un signo positivo. - Puedes ir
sacándolo. No tiene sentido mantener lo que tienes que decir atorado.
- ¿Te preocupa no ser capaz de hacerlo? - Trey sabía Caden quería matar
a la gente que había asesinado a su familia, pero querer y hacer son dos
cosas diferentes. - ¿Tienes dudas?
- ¡Joder, no! - Caden gruñó, mirando a Trey a los ojos. - Cuando los
encuentre, están muertos.
- Una vez que haya terminado, tengo que decidir lo que viene después.
He querido esto por tanto tiempo, que nunca pensé en lo que vendría
después.
- Eso no es una mala cosa - Trey sabía que Caden estaba hablando de
alguien que conoció mientras estaba fuera de la manada. No podía decir
si Caden estaba hablando de un hombre o una mujer. Tomando una
oportunidad, le preguntó: - ¿Quién es ella?
- Lo siento por ella, sea quien sea. Eres un enorme dolor en el culo.
174
Capítulo 12
Antes de que Sadie se aventurara en una cacería, a menudo se tomaba su
tiempo para prepararse. Normalmente se dirigía a uno de los tantos
apartamentos privados que alquilaba en todo el mundo, meditaba y
usaba sus alrededores para entrar en el estado de ánimo correcto. Había
pensado que sería capaz de hacerlo en esta ocasión, pero en el momento
en que ella apareció en su refugio de Nueva York, supo que se había
equivocado.
Fue incapaz de lograr un estado de relajación.
No cuando seguía pensando en Trey.
Corrió a la habitación. El aire estaba viciado, el polvo le hacía cosquillas
en la nariz. No se había aventurado a este apartamento en meses y se
notaba. Se apresuró hacia el armario y cogió una bolsa de viaje desde el
suelo. No se molestó en mirar lo que recuperaba, lanzando prendas
dentro de la bolsa. Quería desesperadamente una ducha, por lo que no
debía perder el tiempo. Le había prometido a Trey que no le llevaría
mucho tiempo.
Ella había estado calmada cuando Diskant habló de esa parte, pero
Trey se movía inquieto, colocando su brazo alrededor de su cintura
Apretó en su estómago. A él no le había gustado la idea en absoluto. Ella
lo tranquilizó con una suave caricia, deslizando sus dedos por encima de
su mano. Él no había dicho nada, pero ella sabía que no era feliz. ¿Cómo
podía serlo? Si los papeles se invirtieran, nunca habría permitido que
nadie le amenazara.
Hablando de amenaza ...
Ella había tomado mucho tiempo para pensar en Geneva y el aquelarre.
No eran su prioridad o un problema, pero algo de lo que había ocurrido
le molestaba. Geneva estaba tan concentrada en Aldon, como si su
muerte fuera más que una misión. No era sólo que él fuera un peligro.
Para Geneva tenía que ser algo personal. Al menos Sadie había logrado
176
sacar a Leigh. No tenía idea de lo que estaba planeando Geneva, pero
sabía que Leigh no tenía necesidad de tomar parte de la misma.
Pensar en toda la sangre que tenía en sus manos «la sangre que Geneva
había puesto allí» hizo que Sadie se sintiera enferma. Ella había matado
a muchas personas por el aquelarre en el pasado. ¿Y si algunos de ellos
no habían hecho nada malo? ¿Y si ella hizo como le instruyeron porque
no conocía nada mejor?
Ella llamó a su magia, usando toda su energía con el fin de llevar todos
los objetos con ella. Sangró sobre ella, al rojo vivo y ardiente. Ella aceptó
la picadura de poder, sabiendo que lo necesitaba. No era capaz de poder
desaparecer con otra persona, pero dominaba el arte de llevar una
espada y otras cosas si era necesario. En un parpadeo se desvaneció y
apareció de nuevo en la habitación que Ava les había dado.
Trey estaba de pie en el centro de la habitación y volvió la cabeza cuando
ella apareció.
177
La besó, su lengua explorando más allá de sus labios.
Sí. Esto era lo que ella quería.
Puso sus brazos sobre sus hombros y dio un paso hacia atrás. De alguna
manera, ella lo guió al cuarto de baño. Afortunadamente Ava había
pensado antes, dándoles una de las habitaciones más grandes. Con Trey
alrededor, Sadie probablemente lo necesitaría. Cuando no estuvieran en
la cama, estarían lavando la evidencia de su juego. Eran como un par de
conejos, saltando el uno sobre otro en cada oportunidad que podían.
Ella liberó su polla y llevó sus manos hacia arriba, cerrando en un puño
sus dedos en su pelo. Él levantó la cabeza y sus ojos se encontraron. Ella
amaba a sus iris, cómo cambiaban de color claro a oscuro. Ahora estaban
en un hermoso color dorado, el color notoriamente contrastaba con su
piel bronceada.
178
- No, no lo es - Se detuvo de deshacer sus pantalones y la miró. - Quiero
cada cosa que tienes para ofrecer. No voy a parar hasta que seas mía en
todos los sentidos. Toda tú, cariño. Voy a tener todo de ti.
- Hazlo - Hablar sucio estaba muy bien, pero la realidad era aún mejor. -
Hazlo ahora.
Era más fácil hacer caso omiso de la presión en sus encías. La visión no
molestó a Trey y estaba en su naturaleza. Ella simplemente permitió que
sus colmillos cayeran, inmersa en la cruda sensación. Se acurrucó contra
él, gimiendo mientras sus dedos golpean el punto dulce en su interior. El
agua se desplazaba por su piel, el vapor flotaba a su alrededor. Mechones
de pelo hacían cosquillas en su espalda, barriendo hacia sus nalgas a
medida de que se balanceaba hacia atrás y adelante.
- Perfecto - dijo Trey con voz áspera. Ella bajó la cabeza, viendo como él
lamía su lengua sobre su coño. La imagen incrementaba la tensión, lo
que alimentaba el fuego. - Exactamente así. Córrete para mí, nena.
180
La presión en el abdomen burbujeaba como el champán. Ella gimió,
permitiendo que el clímax se apoderara de ella. Estaba agradecida de
que él estuviera allí para abrazarla, porque le temblaban las piernas. No
dejó de amarla con la boca o los dedos, usando su brazo libre para
ayudarla a mantenerse en pie. Él ahuecó su culo, manteniéndola estable
hasta que ella encontrara su equilibrio. Aún así, siguió chupando hasta la
última gota de su éxtasis.
Es su turno.
- ¿Se siente bien? - Preguntó, pasando sus pulgares sobre sus pezones.
181
Una botella se abrió de golpe, haciendo que el crujido resonara a través
del cuarto de baño. Ella esperó, manteniendo los ojos cerrados. Lo oyó
cerrar un recipiente y lo sintió volver. Él se rozó contra ella, su enorme
cuerpo por encima de ella. La dirección del chorro de agua cambió,
golpeándola en la parte inferior de la espalda. Sus manos fueron a la
parte superior de la cabeza. Le masajeó con champú floral en su cuero
cabelludo, frotando sus dedos sobre su piel.
¿Y ella que pensaba que se sentía bien que él lavara su cuerpo?
Maldición.
- Es hora de aclarar.
182
Gracioso. Ella también.
184
- Sabes lo que quiero - Ella lo miró por encima del hombro. - Te quiero
de todas las maneras que pueda tenerte.
Ella realmente lo tomaría de todas las maneras que pudiera hacerlo. Así
era como ella estaba entregada. No es de extrañar que su traición la haya
herido tan profundamente. Prácticamente le había ofrecido su corazón y
observó mientras él lo tiraba al suelo y lo pisoteaba como un idiota.
Él le sostuvo la mirada, con ganas de ver sus ojos cuando la invadiera.
Era lo suficientemente grande para ejercer más presión de la que le
hubiera gustado para entrar. Él siseó cuando la cabeza se deslizó más
allá del anillo de músculo y se alojó en su culo, las paredes estrechas
abrazaban la punta.
Sadie bajó la barbilla, mirándolo con deseo y adoración. Casi se perdió.
Ella asintió con la cabeza y levantó su torso para que no inclinarse por la
cintura. Él llegó por encima de ellos para devolver el flujo de agua de la
ducha a sus cuerpos. Su suspiro fue de alivio y satisfacción. Una sonrisa
se dibujó en su rostro, la felicidad irradiaba sobre él como los rayos del
sol.
Esa era una señal de que la vida podría ser buena. Aquí, con ella.
- No tienes que decirlo - ella susurró, sus labios a la deriva por su cuello,
repitiendo sus palabras anteriores. - Ya lo sé.
- Sé que dijiste que lucharías por mí, pero no estoy seguro de que es el
mejor. Tenemos un poco de tiempo. Podemos pensar en otra cosa.
- Trey - La tenía tan cerca que pudo ver lo llenas y oscuras que eran sus
pestañas. - No te lo diría si no pensara que puedo manejarlo. No estoy
preocupada por mí. Estoy preocupada por ti.
188
- Y serías miserable - Sus dedos rozaron su pecho. - Sé que los necesitas.
Son todo lo que has conocido. Y eso es comprensible. Es lo que eres. Es
lo que hay en tu sangre. Voy a hacer mi mejor esfuerzo para demostrar
mi valía. Si Diskant piensa que podemos hacerlo «si tú crees que puedes
hacerlo» entonces lo haremos.
189
Capítulo 13
Diskant Black había visto un montón de mierda seria en su vida,
incluyendo sangrientas disputas familiares. Como Omega «con la
capacidad de sentir a otras bestias y controlar a la mayor parte de los
cambia-formas» muy poco lo sorprendía. Entonces había aparecido su
compañera, sacudiendo su cabeza y casi hizo que el mundo comenzara a
girar en la maldita dirección opuesta. Como fichas de dominó, las cosas
habían caído, cayendo una por una. Él había pensado que por fin habían
llegado a una cierta normalidad cuando Sadie apareció con su amiga a
cuestas.
Trey y Nathan. Acoplados con jodidos vampiros.
Se pasó los dedos por el pelo, mirando fijamente el teléfono.
Craig Newlander había accedido a ayudar, pero como siempre el maldito
bastardo estaba haciendo preguntas. Esta era una tregua que Diskant
había hecho con el jefe del Villati, un grupo de seres humanos que
investigaban y almacenaban información sobre todas las cosas
sobrenaturales. Cada vez que tenía algún contacto con Craig, la piel de
Diskant se estremecía. No le gustaba el hombre, ni una jodida pizca.
Había mucho peso sobre sus hombros.
190
Nathan probablemente destruiría cualquier oportunidad que tendría con
su hembra.
Abriendo los párpados, Diskant se reclinó en su silla.
La oficina generalmente lo calmaba. Era un lugar tranquilo donde podía
pensar en las cosas. Ahora el espacio parecía casi constrictivo, las
paredes se cerraban sobre él mientras esperaba que la manada llegara.
No tenía idea de cómo reaccionarían a Sadie. Después de lo sucedido con
Mary, probablemente se largaran de la ciudad.
Sin los números que necesitaba para formar una guardia adecuada, no
podía darle seguridad a su compañera o el niño.
Eso no funcionaba para él. En absoluto.
- Ven aquí - Él hizo girar la silla y se sentó, haciendo espacio para ella en
su regazo. - Déjame abrazarte, cariño.
- Eso va a ser más fácil decirlo que hacerlo. Hay una gran posibilidad de
que decidan irse, Pinkie. Si esto sucede, tendrás que aceptar que no
podemos quedarnos aquí. No será seguro. Vamos a tener que irnos.
Maldita sea.
- Por lo que recuerdo, eras tú el estaba lanzando la fiesta. No yo. Sólo fui
un invitado inesperado.
192
Descarada.
Él sabía que le habían dado un regalo sin medida. Eso es lo que hizo que
su situación actual fuera una maldita mierda. No podía dejarla ir a
Alaska sin él, pero no quería que se quedara tampoco.
Esos ojos azules expresivos brillaron en una advertencia silenciosa.
193
- Tranquilo, chico grande - Ava pensó para él, acariciando su brazo. - No
estoy ofendida.
- Vas a tener que salir esta noche con Caden - Diskant informó a Nathan
cuando el Beta se sentó. - Pero en vez de ir a Carolina del Norte, se
reunirán con alguien en Virginia. - Con el cambio de tema, Diskant logró
calmarse y tomó un pedazo de papel. Lo tiró de él hacia Natán y le dijo: -
Este es el número de tu contacto. No llames hasta que estén bien fuera
de la ciudad. No queremos que seas rastreado.
194
El lobo de Diskant se acercó al Beta, en un intento de calmar la bestia del
hombre. Al principio Nathan luchó. Luego se relajó. La rendición
molestaba a Diskant más de lo que quería admitir. Como estaba, Nathan
no era muy bueno para nadie. Tenía que encontrar alguna manera de
aliviar su angustia. No era bueno cuando una persona se basaba en el
animal dentro de ellos para la protección, confiando en sus instintos de
supervivencia para mantenerse con vida.
Nathan se fue sin decir nada más, pero Diskant sabía los pensamientos
de los machos. Ava había entrado en su mente, tomando la información
que quería. Ella transmitió todo a Diskant, dejándole aliviar la cabeza de
Nathan. El Beta estaba molesto y aterrorizado de las jodidas cosas, pero
con la ayuda de Diskant finalmente había puesto las cosas bajo control.
- El tema va a ser Caden - Ava susurró, hablando en voz baja para que
nadie más escuchara. A veces, todavía hablaba en voz alta cuando no
tenía que hacerlo. Diskant sabía que era una costumbre adquirida a lo
largo de los años. - Él está muy ocupado con lo que pasa en su cabeza.
Tener dos vampiros en la manada sería difícil, pero era posible. Ninguno
de ellos aceptaría una bruja. Si consideraban peligrosos a los vampiros,
entonces a los brujos «con la capacidad de manipular tantas cosas
diferentes» era una jodida catástrofe.
- Creo que vamos a tratar con él cuando tengamos que hacerlo - Dios
sabía que él no estaba para nada más. Tenían suficiente mierda que
limpiar. Una vez más Diskant recordó lo afortunado que era por tener a
Ava como compañera. Ella trajo tanto a la manada. No tenían ni idea de
lo afortunados que eran. - ¿Hay algo más que necesite saber?
- Hay una cosa - Ella se volvió en su regazo para poder verlo. Colocando
su mano sobre su estómago, ella lo miró a los ojos. El amor irradiaba en
los ojos azul brillante, un amor dirigido directamente a él. - Escuché al
bebé hoy.
197
Capítulo 14
Los cambia-formas estaban aquí, moviéndose por toda la casa.
Sadie inspeccionó cada pensamiento, tratando de bloquear a las mentes
de la manada. No fue fácil. Ella había sido instruida para permanecer en
el interior. Diskant quería hablar con todo el mundo en primer lugar,
abordar el tema de la partida de Nathan y la nueva posición de Zach
como Beta de la manada.
Zach. Esto iba a ser una mierda.
Ella había sentido la llegada del macho una hora antes. Cuando había
espiado su conversación con Diskant y se sorprendió al descubrir que en
realidad no le importa una mierda que Trey se hubiera acoplado con un
vampiro. El pobre hombre había estado realmente celoso de su Alfa.
Anhelaba la compañera que había perdido, Katie. El corazón de Sadie le
pertenecía en ese momento. Trey le había contado cómo había muerto la
hembra de Zach, pero sintió el dolor de Zach cuando él imaginó el rostro
de Katie, al ver el brillo de la sonrisa de la mujer caída.
La visión le trajo una cantidad extraña de fuerza.
Esa mujer había muerto porque su manada no había visto venir a los
Pastores. Con Sadie alrededor podían detectar las intenciones de los
extraños. Es cierto que no podría haber sido capaz de evitar lo que pasó,
pero había una posibilidad de que los resultados pudieran haber sido
diferentes. Si ellos la aceptaban, haría todo lo posible para mantenerlos a
salvo. Las personas inocentes no morirían.
Sadie se detuvo, cruzando los brazos sobre su pecho y miró hacia arriba.
Mary se había unido a ella. Pensaba que todos se habían ido fuera, pero
obviamente se había equivocado. Sola, Sadie finalmente consiguió un
buen vistazo de la joven. Y realmente era joven. No más de veintitrés o
veinticuatro años. Su pelo rubio era de un tono más oscuro que Ava y
largo, llegando más allá de los hombros.
- ¿Es por eso que no estás ahí? - Le preguntó. Tal vez no era una buena
pregunta, pero dado que Mary se había pegado al lado de Emory parecía
lo más probable.
- Eso es exactamente por qué no estoy por ahí - Mary suspiró y se cruzó
de brazos, frotando sus manos sobre sus bíceps. - Ellos no necesitan un
recordatorio de que existo. Créeme.
- Pero te aceptan.
- ¿Crees que soy un peligro para Ava? - Ella le espetó. La idea realmente
dejó a Sadie muy molesta. - ¿Crees que yo le haría daño a una mujer
embarazada y a su jodido niño?
Sadie no se molestó en leer a Mary «si quería, podía leer lo que la mujer
había experimentado» tomando su declaración como una parte de su
consejo. De hecho, estaba cansada de ver las cosas horribles, no quería
hacerlo si tenía una elección. Ver a Leigh siendo expulsada había más o
menos puesto un “no - jodas - conmigo - más” arruinando la noche de
Sadie. La repentina aparición de Mary y su brusca advertencia era
suficiente. La mujer sólo quería decir su parte.
Mary había hecho su punto. Ella no tenía que decir nada más.
200
Las voces aumentaron en el exterior y Mary ya no parecía importante.
Sadie se dio la vuelta, mirando las puertas que daban a la parte trasera
de la propiedad. La manada había entrado en el granero. Había una
decente cantidad de distancia colocada entre ella y ellos. Sin embargo «a
partir de los sonidos del mismo» no estaban muy contentos.
- Es la hora.
- Estoy lista.
Trey no podía creer lo que veía. Esta era la mujer a la que conocía, una
maldita Amazona guerrera sin igual. Había un zumbido rodeándola, el
aire casi electrificado. Si tenía alguna preocupación acerca de lo que iba
201
a suceder, no se notaba. En la superficie parecía totalmente segura y
alerta. Esperaba que ella no jugara al póker porque tenía la sensación de
que patearía su culo.
No había manera de saber lo que estaba pensando.
- Esta es la manera que debo ser - ella le informó, no fría, pero brusca a
medida que continuaba. - Si quieres que haga esto correctamente, tienes
que aceptar que así es como soy. Hasta que esto sea hecho, esta es la
mujer que verás.
202
- No, pero no les di las buenas noticias.
- Quiero saber lo que es, no quien es - Otra mujer dio un paso adelante,
dirigiéndose a Trey. - Tenemos derecho a saber.
204
Pensarían que ella lo había convertido en su mascota si él no conseguía
controlarse. Nada en este mundo podría convencerlos de aceptarla en la
manada. Los lobos se volverían contra ellos y los matarían o echarían
fuera de la propiedad. Si las cosas se salieran de control ahora, una pelea
sobrevendría seguro.
206
Capítulo 15
Maldita perra estúpida.
209
- Sí, un vampiro - Diskant confirmó, asintiendo. - Uno que «como dijo tu
Alfa» arriesgó todo para estar aquí.
Mary.
211
Sadie sabía que ninguno de ellos podría llegar a la mujer tan rápido
como ella podía. Volvió a desaparecer, viajando con su arma. Cogió la
espada y desapareció, reapareciendo en el salón de la residencia de
Diskant. Tan pronto como ella aterrizó, arrancó la espada de su funda.
Fue una decisión inteligente.
Aldon estaba de pie al otro lado de Mary, que se encogió en un rincón de
la habitación. Mary tenía una mano cubriendo un lado de su rostro.
Otro grito «esta vez por detrás de él» dejó a Trey paralizado.
Se volvió, sorprendido de ver a Aldon aparecer justo al lado de Ava y
Diskant. Entonces Sadie estaba allí, yendo hacia la peligrosa sanguijuela,
con todas sus fuerzas.
Joder.
212
Él revirtió el rumbo, corriendo hacia la batalla. Diskant tomó a Ava en
brazos y la apartó mientras la manada respaldaba de una puta vez. Los
gruñidos de la manada sonaban enojados, pero débil. No tenían fe en
quien había prometido protegerlos. Sin esa garantía ninguno de ellos
sabía qué hacer. Así que se quedaron atrás, viendo a Sadie y Aldon
intercambiar golpes.
Los pies de Trey lo llevaron en la distancia, pero veía el mundo borroso.
Estaba prácticamente al alcance de Sadie, casi podía tocarla. Atacando
con las garras, dirigió el golpe a la parte posterior de la cabeza de Aldon.
Cuando él giró, el macho se desvaneció. Trey se retiró, apenas errándole
a Sadie. Sus ojos azules de hielo se lanzaron sobre la multitud. Luego
desapareció.
Maldición
213
Dejó que el lobo subiera, dando la bienvenida a su presencia. Sus garras
se extendieron y los colmillos cayeron en su boca. Abordó al vampiro,
obligando a Aldon a la tierra cubierta de hierba. Toda la agresión
reprimida de Trey llevada durante tanto tiempo, por fin, tuvo una salida.
Envió su puño en el costado de Aldon una y otra vez. El sonido de una
grieta ensordecedora le dijo a Trey que había roto varias de las costillas
del vampiro. Un salpicón de pelo brotó de su piel, el lobo tratando de
obligarlo a cambiar. Se las arregló para mantener su forma humana,
usando la fuerza del animal.
Contuvo el aliento cuando algo cambió, una fuerza como ninguna otra
chocando contra él. No había ningún sentimiento como el poder puro y
la fuerza. Quería rebuznar de alivio, finalmente estaba recibiendo la
única cosa que necesitaba. La manada por fin se había unido, ofreciendo
su solidaridad. La energía combinada de todos los miembros le inundó,
haciéndolo más fuerte y más rápido. Cada vez que los nudillos de Trey se
estrellaban contra el lado de Aldon sentía como los huesos cedían. Sólo
un poco más y le perforaría un pulmón al hijo de puta.
Una ráfaga de fuego parecía provenir del vampiro debajo de él.
Trey intentó aferrarse pero algo le desprendió. Se deslizó hacia un lado,
no muy lejos, pero incapaz de atacar al hombre. Aldon no se levantó,
desapareciendo gradualmente del suelo. La cabeza de Trey se movió, sus
ojos tomando la zona. En cualquier segundo el idiota se materializaría e
iría por alguien más.
- Ella no está aquí - gritó Ava, el agudo gemido teñido por el miedo. - Se
fue hace horas. La mujer que quieres se ha ido.
Oh Dios. No.
216
- ¿Qué le hizo? - Ava se abrió paso a través de los lobos empujándolos
con los hombros, con Diskant sobre sus talones. Estaba despeinada «su
pelo rubio desordenado y la cara manchada con tierra» pero ilesa. -
¿Qué tan malo es?
- No me abandones.
217
Por lo menos, ya no sentía ningún dolor. Una vez que la tuviera en el
interior él abriría su boca haciendo palanca y forzaría su sangre por su
garganta si tenía que hacerlo. Su prioridad número uno era conseguir su
bienestar. Entonces todas las apuestas estaban echadas. Una vez que la
hubiera sanado adecuadamente él habría terminado.
Había pensado que la manada era más importante que ella.
Él creía que no podía vivir en un mundo sin ellos.
Se había equivocado.
218
Capítulo 16
- Quédate y averigua lo que está pasando. Usa mi número privado para
las actualizaciones. Mantenme informado.
- Sí señor.
- ¿Maestro MacGregor?
220
La tensión se anudó en la nuca de Kinsley mientras observaba a George
salir. Rodó la cabeza, tratando de aflojar los músculos doloridos. Visitar
a Diskant había sido en realidad una distracción bienvenida. Necesitaba
un tiempo lejos de su casa para poner un poco de espacio entre él y su ...
invitada.
11 Fabio Lanzoni: modelo italiano, inspiración de varios libros de romances de Johana Lindsay
221
Él esperó su momento, volviendo a la tienda de antigüedades donde
trabajaba varios días a la semana. Ella había pedido a los propietarios
que hicieran que deje que venir a la tienda, pero él era un buen cliente y
se negaron. Había sido educada pero distante después de que le
informaran que tenía que superarlo, respondiendo a sus preguntas, pero
permaneciendo impasible ante su encanto. Él intentó todo lo que pudo
pensar para conseguir que ella se abriera a él, aunque sólo sea un poco.
Cuando no obtuvo respuestas de la fuente, decidió buscar en otra parte.
Con sus conexiones, no había tardado mucho en descubrir todo sobre
ella.
Casada a los dieciocho años, había tenido un hijo cuando cumplió los
veinte años. Se había mudado con su marido de un pequeño pueblo en
Alabama. Nueva York había sido extraño, pero emocionante. Consiguió
un trabajo en una tienda de antigüedades, con sus años de experiencia
en los mercados de pulgas a su favor. Las cosas iban bien hasta que el
destino le había arrojado una cruel bola curva. Como el destino a
menudo hacía, se había llevado todos sus sueños y esperanzas lejos.
Todo lo que ella amaba. Se fue en un instante.
Él ahogó su rabia, cerrándola bajo llave.
222
Había esperado demasiado tiempo por ella. No estaba dispuesto a
dejarla ir.
Durante toda la semana, intentó hablar con ella sin éxito. Le lanzó
objetos, le llamó secuestrador y amenazó con entregarlo a la policía. Lo
que ella no se dio cuenta es que cada día se desarrollaba el fuego que
antes no tenía. Al odiarlo había encontrado algo que ansiaba. Su pérdida
se había convertido en una furia rabiosa. Incluso si era en la destrucción
de las cosas que había adquirido a lo largo de los años «había derribado
dos de sus dormitorios de invitados» había encontrado la fuerza que
perdió hace mucho tiempo.
Él se rió entre dientes, imaginando lo que haría cuando llegaran a
Caledonia. La isla privada en las Bahamas estaba aislada y privada.
Podía correr todo lo que quisiera, pero nunca podría escapar. Allí
finalmente podía liberarla. Ella sería capaz de recorrer y explorar el
hermoso lugar. Por supuesto, él miraría por ella, manteniéndola a salvo.
Eventualmente, él esperaba, ella vendría a él por algún tipo de
compañía. Había instruido al personal de seguridad que se mantengan
alejado de ella, a menos que entablara conversación con ellos.
El viaje le daría lo que ella necesitaba para sanar.
Tal vez un día ella descubría que podía perdonarlo.
223
Recuperó la jeringa que había recibido del médico de la manada de
Diskant y la hizo rodar entre sus dedos. Doc había sentido curiosidad
acerca de la solicitud de Kinsley, pidiendo que necesitaba un sedante,
pero le había dado la medicación sin recibir respuestas a sus preguntas.
Afortunadamente el macho sabía que Kinsley no debía ser cuestionado.
La manada lo necesitaba demasiado. En caso de necesidad, él siempre
estaba allí.
225
- Un lugar especial - Era la verdad. Él siempre había amado la isla. - Un
lugar seguro.
Nunca.
Ella trató de escapar, pero no había ningún lugar para ir. Cuando él la
acorraló, lo miró con terror en sus incomparables ojos.
227
Si tomara todo lo que tenía, él la haría feliz. No importa cuánto tiempo le
llevara. No importa si ella lo odiaba y nunca le entregaba su corazón y
alma. Se las había arreglado para dejar todo organizado con las manadas
y los Orgullos de la zona. Diskant tendría que sostener la suya propia
durante un tiempo. Este era su momento y no iba a dejar que nada se
interponga en el camino.
Finalmente había encontrado a su hembra, lo más importante en su
mundo.
Dios sabía que había hecho lo suficiente por todos los demás.
228
Capítulo 17
Finalmente. Sus heridas estaban sanando.
Gracias a Dios.
- ¿Qué tal que se vayan a la mierda? - Trey gruñó, sin siquiera mirar al
otro hombre. - ¿Crees que lo van a hacer?
A través de los años Trey había sido cuidadoso con su dinero. No era el
hombre más rico del mundo, pero había ahorrado lo suficiente para
229
encontrar un lugar que a Sadie le encantaría, un lugar al que llamar
hogar. Tal vez se aventuraran a un lugar lejano donde nadie los
encontraría. Allí la mantendría a salvo. No necesitaba nada más.
Al menos eso era lo que había estado diciéndose a sí mismo.
El dolor seguía asomando su horrible cabeza. Y no lo entendía. La
manada había herido a la mujer que lo era todo para él. La única hembra
que existía para él. Pero pensar que pronto iba a dejar todo atrás «ya no
poder recurrir a los otros lobos que lo entendían y abrazaban, una parte
de algo mucho más grande que él mismo» creaba una enorme brecha en
su alma.
- No lo hago - Diskant espetó a cambio, sus ojos yendo del verde al oro. -
Si te quieres ir, no voy a tratar de detenerte. No puedo decir que te culpo
por estar enojado. Si yo estuviera en tu lugar arrancaría algunas cabezas.
Pero no voy a dejar que luego mires hacia atrás y me culpes por hacer
que te vayas. Si te vas, estará en tu conciencia.
- Está bien.
El peso pesado del temor se levantó y Trey trató con todas sus fuerzas de
esconderlo de Diskant, poniendo toda su concentración en Sadie. Por fin
había despertado. No estaba seguro de cuán herida estaba, ya que no se
había comunicado con él telepáticamente. Tal vez las heridas eran más
profundas de lo que pensaba. Algunas rasgaron su carne hasta los
huesos, pero no había notado más que eso.
Él la miró a la cara, rogándole en silencio que abriera los ojos y lo
mirara.
Sus pestañas revolotearon y gruesos mechones caían sobre su hermosa
piel clara. Ella parpadeó un par de veces, como si luchara contra el
sueño, por lo que él estaba mirando en sus hermosos ojos azules, un
color tan magnífico que se parecía a los brillantes colores del océano.
Alguien le empujó y él casi arremetió.
Su mirada se desvió a Ava, que tenía una mano sobre su estómago y la
otra cubriendo su boca. La pequeña hembra tenía lágrimas en los ojos,
que estaban cambiando de color. El rasgo de un ser humano acoplado a
un Omega. Ella nunca sería capaz de cambiar de forma, pero partes de
las bestias de Diskant residían dentro de la frágil hembra. Por lo general,
Ava no demostraba ninguna emoción. Ella siempre había sido fuerte
cuando se trataba de este tipo de cosas, manteniéndose al margen de las
discusiones de la manada. Ahora podía sentir lo agradecida que estaba a
Sadie, lo mucho que quería devolverle el favor.
231
- ¿Qué quieres que te diga?
Oh sí. Había humor en la pregunta. Eso significaba que iba a estar bien.
Quería preguntarle cuáles eran las cavernas. Luego supo que ella había
captado su curiosidad. Estaba demasiado cansada para responder, por lo
que pensó en ella, inundando las palabras con todo el sentimiento en su
interior.
- Entonces duerme. Yo velaré por ti. Voy a estar aquí cuando abras esos
hermosos ojos azules.
- ¿Cómo lo sabes?
- Considéralo hecho. Ava mía ... - su voz se suavizó mientras hablaba con
su hembra. - ... prepárate.
Zach estaba donde Diskant había dicho que estaría, sentado en el sofá.
El macho había cambiado dramáticamente desde que Katie había
muerto. Físicamente estaba más delgado, su cuerpo ya no era tan ancho
o muscular. Tenía el pelo largo y los oscuros ojos azules constantemente
melancólicos. Una vez Zach había sido un bromista consumado, fácil de
reír e intercambiar púas ingeniosas. Esos días se habían ido, dejando
tras de sí una sombra del antiguo Zack.
Trey no tenía idea de cómo en el infierno había sobrevivido a la pérdida.
Tal vez Zach no podía descansar hasta que le hiciera pagar a los Pastores
por lo que le habían hecho.
235
- Yo no hago nada a medias - Zach se quejó, levantándose del sofá.
- Necesito esto - dijo con voz áspera con los dientes apretados. - Tengo
que tener una razón para despertar cada día. Yo ... - exhaló por la nariz,
un visible tic en su mandíbula. - Katie no querría que la siguiera a la
tumba. Mi existencia «su memoria» la mantiene viva. No dejaré que sea
olvidada.
- ¿Es así como lo haces? - Trey no quería ser cruel por preguntar, pero
tenía curiosidad. La mayoría de los hombres se hubieran marchitado y
muerto después de perder a su compañera. - ¿Es eso lo que te hace
continuar?
Tal cosa era raro pero sabía que eso podía pasar con cambia-formas y
humanos si no se había establecido la tercera etapa del vínculo de
sangre. Zach tenía que saberlo. El macho no era un joven cachorro.
Estuvo alrededor, vio un montón de cosas. Y había soportado la peor
pérdida imaginable.
- Sí - Zach no quería creerlo, pero había visto a Aldon con sus propios
ojos. Diskant no perdió tiempo tratando de endulzar la verdad acerca de
la poderosa criatura a la que la manada se enfrentaba. - Sé lo que viene.
- Lo quiero.
237
Como el segundo lobo a cargo, estaría al tanto de la información. Quería
estar en primera línea y matar a los Pastores cuando regresaran. Y
regresarían, vendrían a Nueva York con refuerzos. Para él, Aldon era
simplemente una idea de último momento. No se preocupaba por el
apareamiento de Trey o cualquiera del resto. Quería darse un festín con
la sangre de sus enemigos, ver escurrirse la vida de tus ojos.
Oh sí, estaba dispuesto. Pero no por las razones que Trey preveía.
- Sí.
Él haría lo que tenía que hacer, sería el Beta que la manada necesitaba.
Mientras tanto continuaría recopilando toda la información posible,
almacenándola. El lobo rompió sus dientes, retorciéndose bajo su piel.
Con esfuerzo hizo que su bestia se calmase. Esa era su habilidad, su don.
Además de mantener la máscara en la que su rostro se había convertido.
Él siempre se las arreglaba para controlar sus emociones, y ahora lo
estaba usando a su favor. Trey no sabía lo que Zach tenía en mente. El
Alfa tampoco podía leerlo a menos que Zach le permitiera el acceso a su
secreto.
Una visión de la cara de Katie flotaba frente a él, linda, dulce. Perfecta.
Quería gruñir, pero no lo hizo. Había conseguido lo que necesitaba.
Cuando tuviera los nombres y direcciones, finalmente sería capaz de
salir de Nueva York y comenzar la caza.
Cuando llegara el momento, iba a matarlos a todos.
238
Capítulo 18
Sadie se despertó, pero no abrió los ojos. Estudió su entorno usando sus
otros sentidos, su nariz rastreó el olor de Trey. El tic-tac rítmico de un
reloj sonaba como un tambor, voces a la deriva llegaron a sus oídos
desde el otro lado de la casa.
Ella y Trey estaban solos en el dormitorio.
Era seguro revelar que finalmente se había sanado.
El calor se extendió a través de ella, un amor como ningún otro aceleró
los latidos de su corazón. Trey descansaba en una silla, con su barbilla
acurrucada contra su pecho. Era demasiado grande para los muebles,
sus largas piernas despatarradas. Una sombra se extendía por su barbilla
y la mandíbula, y las ojeras bajo sus ojos eran la prueba de su fatiga.
Flexionando sus músculos, evaluó sus lesiones.
Sin dolor. Sin estiramientos en su torso. Las heridas se habían cerrado y
reparado.
Dormir era justo lo que necesitaba.
Ella no quería moverse y alterar la paz, pero sabía que Trey querría saber
que finalmente había despertado. Sus extremidades temblaban, pero
como siempre se ajustaron con rapidez, permitiéndole quitar el edredón.
Los ojos de Trey se abrieron de golpe, con el rostro lleno de alarma.
Entonces la vio y sus cejas se relajaron, el alivio suavizando sus rasgos.
- Dos días.
Su tasa de recuperación era mejor que la de los demás. Es por eso que
los vampiros utilizan cavernas curativas. Allí podían dormir para sanar
sus heridas. Todo lo que necesitaban era abundante comida y un buen
descanso. Le habían disparado, apuñalado y casi le habían cortado la
cabeza. Ninguna de estas cosas la había puesto en el suelo. Se necesitaría
más que las garras de Aldon para mantenerla al margen.
Espiando su bolso sobre el tocador, se levantó.
- Háblame de la manada.
240
- No tienes idea de lo aterrado que estaba - Casi sonaba como una
acusación. Como si ella lo hubiera hecho sufrir a propósito. - Pude ver
que respirabas, pero no te movías. Ni siquiera cuando Diskant vino a
hablar conmigo. Tú tan sólo seguías durmiendo. Has estado en la misma
posición. Ni siquiera movías los brazos y las piernas. Cada hora que no
despertabas pensé ... - sus dedos se clavaron en su piel, su cuerpo
temblando con fuerza. - Pensé que tal vez ...
- Al principio pensé que era mejor no hacerlo, pero les dije acerca de ella.
No están contentos pero adoran a Nathan. Con toda la mierda que
podría suceder, lo quieren de vuelta. Están dispuestos a dar a Leigh una
oportunidad si ella y Nathan están de acuerdo en los mismos términos
que nosotros lo hicimos.
241
- ¿Los mismos términos? - repitió ella, a pesar de saber exactamente lo
que quería decir. - ¿Van a matarla si les molesta?
Ella no estaba tan fuerte como debería estar, pero él estaba siendo tan
cauto con ella que fácilmente se liberó. Con una mirada rápida para
asegurarse de que la puerta estaba cerrada, se dejó caer de rodillas. No
iba a permitir que él se negara de nuevo. Había fantaseado sobre ello
durante mucho tiempo. La próxima vez podía hacer lo que quisiera.
Ahora mismo ella estaba tomando lo que quería para variar.
Trey se puso tenso, sus ojos entrecerrados en ranuras delgadas.
243
Excelente.
Y a mí también.
Los pensamientos del Sadie eran más fáciles de oír, a veces saliendo de
la nada.
En su sueño, cuando soñaba, él recogía fragmentos de su mente.
Imágenes e impresiones extrañas. Cuando sus sueños eran buenos, se
sentía eufórica, como si volara. Por otro lado, cuando sus sueños eran
malos, se sentía desolada y vacía, su tristeza una tumba de pesadillas.
Sus palmas rozaban el interior de sus muslos, borrando cualquier
pensamiento racional.
Él se hundió en las almohadas, asegurándose de quedar en posición
vertical para poder ver. Ella deshizo su camisa, rasgándola, haciendo que
los botones volaran por el aire. Sus pechos desnudos rebotaron, y sus
rosados pezones maduros estaban duros como guijarros. Antes de que
pudiera disfrutar de la visual, ella bajó su cabeza. Sus labios se dirigieron
a una de sus piernas, su aliento fresco soplando en su piel. Su cabello
caía en cascada sobre su muslo, las hebras rubias contrastaban con su
tez más oscura.
Él apretó los puños en el edredón para no tocarla.
244
- Sadie.
Él gimió, apretando los dientes. ¿Por qué tenía que decir que eso?
246
No hubo preliminares o advertencia. Dirigió su polla a la pequeña
entrada de su coño. Tan pronto como estuvo en posición, empujó. Ella
tomó todo de él, arqueando su espalda, sus uñas perforando su piel. Él
no se detuvo, retirándose sólo para volver con más fuerza. Poniendo su
boca en su pecho, chupaba su pezón en la boca, frotando la lengua por la
protuberancia.
Antes de Sadie, sólo existía para matar. Su único objetivo era hacer que
aquellos que lo habían agraviado sufrieran antes de morir. La herida aún
estaba fresca pero ya no ulcerada, carcomiendo su compasión,
destruyendo lo que le quedaba de humanidad. Su compañera no sólo
había logrado aliviar su sufrimiento, también encontró una manera para
reconstruir al hombre que solía ser. Haciéndolo íntegro. Completo. No
247
se merecía una segunda oportunidad, pero estaba jodidamente
agradecido de que le hubieran dado una. Su vida habría continuado,
pero nunca habría encontrado algún sentido a su existencia.
Ella le dio eso.
- ¿Trey?
248
Capítulo 19
- Ellos están listos para ti - dijo Zach dijo, haciendo un gesto hacia la
puerta.
- ¿Por qué la cara larga? - Ella se burlaba de él, con ganas de aligerar el
ambiente. No se enfrentaban a sus muertes. La manada quería verla.
Ella sólo tenía que responder a sus preguntas - Relájate.
13 Demostrar que es lo suficientemente bueno para hacer algo o tomar cierta posición prominente
en la manada.
249
- No puede ser tan mala - oyó a un hombre diciendo. - Ella está en la luz
del día, por el amor de Dios.
- Gracias por venir - dijo ella, con ganas de complacerlos. - Sé que tienen
un montón de preguntas. Voy a hacer mi mejor esfuerzo para responder
a ellas.
Ella no lo dudó.
- En un instante.
- Lo mismo se aplica.
- Tráelos.
- Danos tu palabra. Jura que vas a ponernos antes de cualquier otra cosa.
- Lo juro.
- A ti - Trey respondió con voz áspera. El macho nunca lloraba, pero ella
oyó la emoción en su voz. - Ellos te están admitiendo en la manada.
No podía ser tan fácil. De ninguna manera. Ella no había hecho nada
para merecerlo todavía.
252
Su madre se alzó, tratando de callarlo.
- ¡Guau! - Exhaló. - Puedes volar. ¡Te moviste tan rápido que no te vi!
Bárbaro.
253
- Soy Arkin - le dijo con orgullo. - Mamá me dio el nombre de mi abuelo.
- Soy Sadie - murmuró. Ella no le dijo que sus padres tomaron el nombre
del hebreo, o que significaba princesa. - Encantado de conocerte, Arkin.
Ella se llevó la mano a Trey, apoyando los dedos en él. Ella sintió su
conexión, cada vez más fuerte a cada minuto.
255
Epílogo
¡Qué dilema!
Aldon Frost estudió la chimenea, mirando las llamas rojas tenues que
bailaban y balanceaban. No le gustaba lamentarse. No era su estilo.
Normalmente él no tenía por qué. Las personas inteligentes lo evitaban.
Ellos ciertamente nunca joderían con él.
No si querían mantener sus cabezas pegadas a sus hombros.
Él pateó su culo más de una vez, pero ella volvía, determinada como
siempre. Había encontrado bastante divertido su persecución a veces.
Ella realmente creía que no era consciente de ella. Una pena, ya que un
verdadero miembro de Los Caídos la habría matado. A pesar de su
astucia no era inteligente. Probablemente incluso nunca se enfrentó a un
miembro de Los Caídos en su vida. La tonta vampiro no tenía idea con lo
que estaba tratando.
El fuego brotó en algunas astillas de madera. El sonido igualó su humor
amargado.
Tamborileando con los dedos sobre el borde de su silla, contempló su
próximo movimiento.
A pesar de que quería a la vampiro que podía localizar objetos mediante
el tacto, no tenía que tenerla. Hasta el momento, se las arregló para
obtener una gran cantidad de información sobre el paradero del céfiro.
El perro humano ignorante que tenía la creación mística logró mantener
un perfil bajo, pero dejó un rastro de papel. Después de que Aldon fuera
capaz de encontrar su nombre era tan fácil como llamar por teléfono y
pedir unos pocos favores. Thomas Brisbane estaba apretando la soga.
Pronto se estrangularía a sí mismo.
La irritación era una pérdida de tiempo, pero dejó que fluya la sensación
a través de él.
Estúpido mortal.
Olivia.
258
por su picadura. Ella se rompería en mil pedazos cuando él hundiera sus
colmillos en su carne, gritando mientras se acercaba.
La verdad era que había encontrado algo que quería, pero que no podía
tener.
Eso encendió un fuego que lo quemaba por dentro.
Entonces regresó a Aurora Palace «una exclusiva mansión a las afueras
de Georgia, donde los miembros de Los Caídos habitaban» decidido a
cambiar la mente de Conrad. No conocía al macho muy bien, pero todos
los vampiros de magia negra eran más o menos iguales. Todo tenía un
precio. Una vez que se enterara de lo que Conrad quería, Aldon podría
llevar a la mujer a su cama, beber hasta que estuviera satisfecho y
terminar con esto.
¿Dónde estaba?
Se está muriendo.
Él apretó sus dientes, manteniendo sus colmillos para evitar que caigan.
Cómo odiaba que ella esperara por los demás.
Después de haberla detectado, él había deseado que ella encontrara otra
línea de trabajo. Se abstuvo de darle la idea, se estaba controlando para
no aplicar la idea en su mente, intentando entenderla sin invadir su
mente y depositar sus propios pensamientos. Ese era el peligro con los
mortales. Si no tenías cuidado, podrías cambiar quienes eran, influyendo
en sus decisiones.
Cuando Olivia viniera a él, quería que fuera real. No alguien que había
creado.
Ella se acercó, tirando de una almohadilla del delantal en la cintura.
Mientras recuperaba la pluma levantó su cabeza. Sus iris morados ya no
eran tan brillantes, su piel tenía un enfermizo tono amarillo. Los
mortales no podían notarlo, pero él no era un mortal. La última vez que
la había visto ella había sido la imagen de la salud. Vibrante y juvenil, la
sangre de vampiro en su sistema hacía mucho más lento el proceso de
envejecimiento.
Pero no más.
La última sangre que había tomado obviamente ya la había procesado su
cuerpo, regresando a un estado completamente mortal. Ella envejecía
ahora, su cuerpo era susceptible a la enfermedad y la dolencia. Supuso
que estaba en sus veintitantos años, pero desde que ella había bebido de
vampiros podía ser mucho mayor.
Cuando sus ojos se encontraron su polla se endureció a pesar de los
cambios en su cuerpo y la cara.
Una vez que ella bebiera de mí se sanaría. Nunca se vería así otra vez.
Al principio ella luchó por mantener la mirada en él, sus adorables cejas
pinceladas haciendo surcos. Luego sus ojos se abrieron y el olor de su
miedo golpeó en su nariz. Se detuvo un par de metros de distancia, con
el terror grabado en su rostro y sus manos temblando visiblemente.
Su reacción no tenía sentido alguno.
261
Ella sabía de su especie. Había vivido con ellos por Dios sabe cuánto
tiempo.
¿Por qué habría de tener miedo? ¿Que era lo que tanto la asustaba?
- Te di una orden - dijo con voz áspera, retorciéndose los dedos. - Ven
aquí.
Como un pájaro que bate sus alas contra los barrotes de una jaula.
Estaba aterrorizada.
14 Luvena: palabra del latín que significa Joven
262
En el instante en que ella estuvo a su alcance, su mano salió disparada.
Encerró su pequeña muñeca con sus dedos, conteniendo un gemido
cuando su piel la tocó por primera vez. Como magia, una explosión
incandescente de fuego ardiente corrió a través de él, envolviendo su
brazo, viajando a su pecho. Rápido como llegó la sensación desapareció.
Ya estaba hecho.
Él la había encontrado y la marcó, reclamándola incluso si ella no lo
sabía todavía.
Su mirada se aventuró desde la muñeca que sostenía hasta su cara. Ella
había sentido lo mismo, pero estaba seguro de que no entendía su
significado. Aún no. El color había desaparecido de su rostro, sus pupilas
estaban completamente dilatadas. Un estremecimiento disparó a través
de ella y su piel estaba fría. Necesitaba alejarla de este lugar, y cuanto
antes mejor.
Antes de que él pudiera desaparecer ella tiró de su brazo lejos.
No sin ti.
Buscó en las mentes del lugar. No podía hacer una escena. Si quería
podía usar la magia negra, creando una ilusión. Afortunadamente eso no
sería necesario. Había más de un camino a la piel de un gato.
Olivia necesitaba salir del establecimiento sin causar un alboroto. Siguió
vías mentales hasta que encontró a la persona que tenía que influir.
Su jefe. El cocinero.
En un segundo estaba hecho.
Colocar un pensamiento en la cabeza del hombre fue tan fácil como
levantar a un recién nacido.
263
- Ve. Haz lo que te ordenan, luego vuelve a mí.
Después de esta noche, nunca trabajaría otra vez. La transición debía ser
suave. Tenía que dejar que todo el mundo alrededor pensara que era un
cliente habitual que venía a buscar comida. Nadie sospecharía nada. Él
esperaría a estar a solas con ella y desaparecerían de allí. La gente haría
preguntas, pero como nadie sabría a ciencia cierta lo que ocurrió, Olivia
estaría a salvo.
Con una última mirada, aún petrificada por el miedo comenzó a alejarse.
Él la vio marcharse, recostándose en la silla. Una vez que él la llevara de
este miserable lugar, estaría bajo su mando. No podía esperar para
descubrir su cuerpo, explorando cada suave curva.
No más ilusiones. Esta noche tendría la realidad. Finalmente él la vería
en sus rodillas.
Esperando instrucciones a sus pies.
- ¿Qué necesitas?
Harry «el dueño y cocinero» la miró a los ojos. Parecía casi aturdido.
Entonces ella lo supo. Su sangre se le heló, el terror volvió con todas sus
fuerzas.
El vampiro era el responsable. Él estaba dentro de la cabeza de Harry.
¿Pero por qué? ¿Por qué iba a aparecer aquí? Sólo la había visto una vez
y había sido hace meses.
264
¿Los Caídos venían a por mí? ¿Me obligarán a volver?
Ella prefería morir de inmediato a tener que volver a ese infierno. Las
cosas que ellos hicieron a hombres y mujeres, la enfermaban. La única
razón por la que había accedido a quedarse allí con Conrad se debía a un
acuerdo que habían alcanzado. Ella no era como el resto, que se dejaba
utilizar como receptáculo de lujuria. Las cosas que había visto le
provocaban náuseas. Se estremeció al recordar algunos de los actos,
odiando recordar que se había sentado allí mientras miraba.
El sexo, la sangre, la tortura.
Consideró preguntar a Harry quien la reemplazaría, pero se lo pensó
mejor. Bajo una compulsión no tendría una respuesta. Tan pronto como
se fuera, no recordaría que habló con ella. Desde luego, se preguntaría
por qué la envió a casa, pero con el tiempo, su mente produciría una
razón que tuviera algún tipo de sentido para él. Las mentes humanas,
extrañamente, podían recuperarse después de haber sido manipuladas.
¡Para!
265
No importaba si ella se sentía atraída por el hombre o no. No había
suficiente gratificación sexual en el mundo para ser lo que él esperaría.
No le gustaba el dolor. Los otros esclavos lo habían aceptado pero la idea
de estar atada a objetos y azotada con látigos la aterrorizaba. Tampoco
quería ser compartida, entregada a cualquier persona para un polvo
rápido. Por lo menos había estado a salvo de eso. Ella nunca había
tomado parte en las malditas orgías o fue obligada a soportar la
vergüenza de ser follada por extraños.
Conrad. Pensaba en él con cariño, incluso ahora. ¿Por qué tuviste que
morir?
La suya había sido una unión poco probable pero había funcionado.
Ahora ella se quedó para afrontar el futuro sin él.
Tal vez el vampiro rubio sólo quería llevarla a la cama. Eso no sería tan
malo. Una noche, y ella podría fingir que era una chica normal. Surgía
una brizna de esperanza. Si él le permitiera beber, tendría más tiempo.
Dependiendo de su edad, el cáncer podría entrar en remisión o
retroceder del todo. Conrad no había sido lo suficientemente mayor
como para detenerlo y revertir su enfermedad, pero tal vez este vampiro
podría.
Ella regresó al comedor y la voluntad de hierro que había tratado de
crear se derrumbó a su alrededor. Él todavía estaba allí, estudiándola
con esos ojos azules que lo ven todo. No se limitó a mirar, su mirada casi
parecía devorarla. Se sentía como un ciervo encandilado por los faros de
un coche, incapaz de alejarse mientras caminaba hacia él. No había
suficiente distancia entre ellos, sin tiempo para considerar lo que estaba
haciendo.
- ¿Lista para qué? - Ella susurró, esperando que no fuera cruel. Muchos
de los vampiros que había visto disfrutaban atormentando a sus esclavos
dándose un festín con su dolor. - ¿Que quieres de mí?
266
con lo que estaba haciendo con normalidad, como si ella y el vampiro no
estuvieran allí.
Magia.
Él era mucho mayor que Conrad. Sólo el más antiguo de los vampiros
podía lanzar hechizos.
267
Él bajó la cabeza y la besó de nuevo, acercándola a él. Su cuerpo traidor
respondió, calentándola desde el interior. Ella trató de controlarse,
diciéndose a sí misma que no era seguro ceder. Entonces su lengua se
deslizó de sus labios, buceando en su boca. Ella levantó las manos y se
aferró a sus hombros, sosteniéndose con fuerza.
Hacía años que no se sentía de esta manera.
Arrastrada en una vorágine de deseo y necesidad.
Estúpida como era, se entregó, encontrando los suaves golpes de su
lengua. Él gimió, empujando sus caderas contra ella, su gruesa erección
dura y larga contra su vientre. Ella nunca había hecho el amor con un
vampiro, pero tenía la sensación de que eso estaba a punto de cambiar.
Justo cuando pensaba que iba a morir «cuando su cuerpo comenzaba a
desintegrarse y dejaba de funcionar» recordó por qué quería
desesperadamente seguir viviendo.
Entregarse a un vampiro, un inmortal.
Algo que ella había jurado que nunca haría.
268
269