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Serie La rebelión de los Changelings

Aalzamiento de Amor- 1

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Resumen
Han pasado tres años desde el descubrimiento de los no-humanos. Vampiros y
cambiaformas, comúnmente conocidos cómo cambiantes, han salido a la luz y el
mundo todavía no sabe qué hacer con ellos.

Cuando Dorian es invitado a cenar por un compañero de trabajo, no tiene idea de


que sólo ha sido nominado como una posible pareja para el Alfa de la manada local
de hombres lobo. Pero antes de poder protestar por completo, el gobierno
secretamente elabora una lista de exterminio y el Alfa es su objetivo número uno.

El Alfa Enrique Marcelo acaba de cumplir treinta y cinco años, y su manada insiste
en que él encuentre pareja. Rick no quiere formar parte, pero cede, acordando elegir
uno de los nominados como pareja.

Nunca antes ha sido nominado un humano.

Pero antes de que Rick pueda decidir, tres cambiantes jóvenes son asesinados, uno de
ellos es su sobrino, y él y Dorian son acusados del crimen. Tienen que huir para
limpiar sus nombres.

Mientras escapan, Rick aprende acerca no sólo de la conspiración para incriminarlo


por los asesinatos, sino que el gobierno secretamente está elaborando un Escuadrón
de la Muerte para exterminar a toda la población no humana.

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Capítulo 1
Dorian Campbell miró el periódico en sus manos, aun no creía lo que estaba leyendo.
Habían sido tres años desde el descubrimiento de vampiros y cambiaformas – o como
los cambiaformas preferían ser llamados, cambiantes – y los medios de comunicación
continuaron haciendo como si no fueran noticias humanas de última hora.

Le desconcertaba.

No que los medios lo cubrieran. Dorian sabía que el frenesí continuaría en los
próximos años.

No, lo que desconcertaba a Dorian era el conjunto de muertos vivientes y cambiar a


algún animal peludo. Aun le dejaba atónito que realmente existieran. Él no podía
entender cómo era posible, aunque la idea que verdaderamente le intrigaba era por
mucho que no-humanos caminaban entre ellos.

Era cierto que él siempre había deseado más en la vida, deseado algo más que lo
mundano. Su vida en casa no era mala, pero Dorian pasaba sentado horas y horas,
mirando las estrellas, preguntándose si había más en la vida que lo que tenía para sí
mismo.

Lo cual no era mucho.

Mirando sus manos, Dorian trató de imaginarlas cambiando a una pata peluda o
viendo garras largas y negras deslizarse lentamente libres desde las uñas de sus dedos.

Él simplemente no podía.

No iba a negar que fuera curioso. El concepto de ver a alguien cambiar en un animal
era a la vez aterrador e intrigante.

Dorian estaba indeciso sobre su opinión de los no-humanos. Él no estaba ni a favor ni


en contra de que ellos existiesen. Si no se volvían a lo Wes Craven sobre nadie,
entonces necesitaban dejarlos tranquilos1. Sólo esperaba nunca ver de primera mano a

1
Nota: Wes Craven es un director de películas de terror como Scream o Pesadilla en Elm Street, básicamente se refiere a
que mientras no empiecen a matar gente...
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un humano cambiando en un animal. Dorian no estaba muy seguro de no desmayarse
o en última instancia avergonzarse a sí mismo por orinarse en sus malditos pantalones.

Entonces estaban los vampiros.

El concepto de tener a los muertos vivientes cerca no intrigaba a Dorian en lo más


mínimo. Se estremeció con el pensamiento de un vampiro queriendo chupar su sangre.
Solo la mera idea lo asustaba de muerte.

Tal vez él sólo debería empezar a usar una cruz.

No sería malo.

—¿Qué dice el periódico de hoy? —Su compañero de trabajo Jayson preguntó


mientras se apoyaba en el mostrador del deli2. El hombre era un imbécil, pero Dorian
hacía todo lo posible para llevarse bien con los que trabajaba. Tenía que estar cerca de
Jayson todo su turno de trabajo. Haría su trabajo más difícil si el hombre supiera lo
mucho que irritaba a Dorian. Él no era tonto. Mirando al hombre que tenía a unos
pocos metros de él, Dorian supo que en el mundo de hoy, había tanta gente llena de
odio que se estaba convirtiendo en la norma.

Jayson era el ejemplo principal.

—Dice que algunos grupos de activistas quieren que vampiros y cambiantes tengan
derechos. Ellos piensan que los no-humanos se les debería permitir votar y tener
igualdad de empleo. —Aunque, los cambiantes estaban allí todo el tiempo, sólo
ocultando sus verdaderas identidades. Él supo que la protesta era para los que habían
sido marginados. No todos los cambiantes fueron adelante y declararon que eran
cambiaformas.

De hecho, Dorian había aprendido que cientos de miles —el asombroso número sólo
le sorprendía —escondían quienes eran para no ser perseguidos ni despedidos de sus
puestos de trabajo. Los números no fueron confirmados, pero sin embargo se
especuló.

Jayson rodó los ojos, su típica respuesta a la mayoría de las cosas. —Ya es bastante
difícil encontrar trabajo como está, y ahora habrá gente muerta y animales
desempleados a lo largo de América.

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Nota: deli viene de la abreviatura de delicatessen que sería un departamento dentro de un supermercado.
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No le gustaba el pensamiento intolerante de Jayson. El hombre a veces decía las
cosas más inapropiadas. Dorian trató de mantener una mente abierta, y él lo lograba
la mayor parte del tiempo, pero Jayson era una causa perdida. La única razón por la
que le habló al chico era porque tenían que trabajar juntos.

Pero él estuvo de acuerdo en que los trabajos eran suficientemente escasos. Dorian
sostenía un título universitario y estaba trabajando en una tienda delicatessen en un
gran Supermercado. Cada día que venía a trabajar sólo recordaba lo arruinada que
estaba la economía.

Y ahora posiblemente podría ponerse peor.

Aunque Dorian no podía ver a un vampiro trabajar en el mostrador de un delicatessen.


En lugar de los vampiros al servicio de los clientes, él podía sólo ver a los clientes
correr de aquí gritando porque un vampiro quería una muestra. Yeah, la idea estaba
totalmente equivocada, pero de nuevo, los vampiros descolocaban a Dorian.

Dobló el periódico y lo dejó en el mostrador. —He oído que Tino fue a una de esas
fiestas de colmillos anoche—. Ellos eran la nueva rabia desde que los vampiros
habían salido al ojo público. Por lo que Dorian comprendió, los vampiros tenían una
especie de afrodisíaco en su saliva, dando a sus víctimas una corrida mientras él o
ella se llenaba.

La idea no era demasiado agradable para Dorian. Él estaba totalmente en contra de


cualquier tipo de drogas que no eran médicamente necesarias. Ahora bien, habían
adictos a los colmillos surgiendo por todas partes. Lo que la mayoría de los adictos,
que amaban a los vampiros mordiéndolos, era que la herida sanaba, sin dar ninguna
indicación de que fueron mordidos en primer lugar.

Supuso que evitar las marcas o quedar atrapado en la parafernalia de las drogas, pero
un adicto era un adicto en su libro. No había una zona gris. Los adictos eran una
pérdida de vida. Así que él no era de mente completamente abierta. Demándenlo.

—Cherry dijo que el Sr. Marcelo era cambiante —Jayson continuó mientras limpiaba
el área de preparación. —¿Crees que nuestro gerente de distrito se pone peludo y le
aúlla a la luna llena?

Y entonces estaban los rumores. Temiendo a lo desconocido, todo el mundo acusaba


a alguien que no encajaba en la idea de “normal” de la sociedad de ser un vampiro o
un cambiante. Los góticos lo tenían peor en ese momento, pero ellos no eran los
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únicos. Había un montón de personas cogiendo holgura en estos días, y una nueva
prueba había sido hecha para detectar anormalidades en la sangre.

No se suponía que se usara cuando contrataban, pero Dorian sabía que así era.

—Cherry también piensa que su gato reencarnó. Yo no pondría demasiado valor en lo


que ella dice.

—Pero escuché que el gobierno estaba formando algún tipo de grupo de operaciones
especiales, o GOE, porque algunos grupos fanáticos de la Biblia están boicoteando
los bancos de sangre y clínicas veterinarias. Ellos están siendo presionados también
por empresas estadounidenses para que hagan algo sobre el problema no-humano.

Jayson era un puto chismoso. Dorian no estaba seguro de qué creer la mitad del
tiempo. El hombre verdaderamente creía esos tabloides de pacotilla y observaba E!
News todo el tiempo.

Tratar de convencer al chico de que Elvis no fue abducido por aliens era inútil.
Dorian honestamente creía que el hombre prefería seguir los tabloides que comer.

—¿Viste los titulares de hoy? —Cherry preguntó mientras caminaba fuera de la


cocina, llevando un plato fresco de ensalada de papa en sus manos. Dorian miró
como ella dejaba el recipiente en la vitrina y luego se volvió hacia ellos. —Te dije
que el Sr. Marcelo era cambiante. Él estaba hablando con nuestro supervisor esta
mañana. Le oí decirle que votaría para dar derechos a esas criaturas. ¿Quién haría eso
a menos que fuera uno de ellos?

Uno de ellos.

Dorian mentalmente sacudió la cabeza. La raza ya no era un factor en la sociedad.


Ahora eran humanos versus no-humanos. Era casi como si ellos fueran invadidos por
aliens. Así era como las personas estaban actuando. El miedo era como fuego salvaje
extendiéndose a lo largo de la sociedad humana. La gente estaba actuando como si el
hombre del saco hubiese salido del armario o arrastrado desde bajo la cama a vivir
entre ellos. En algunas formas, lo hicieron. No sabía demasiado acerca de los no-
humanos.

Y luego estaba el favorito de Dorian. Los policías llevaban alrededor pequeños

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dispositivos portátiles que podían ser utilizados, similares a una maquina de glucosa,
sólo la lectura dejaba a la policía saber si la sangre es “normal” o no. Nadie sabía qué
hacer sobre la revelación de que los humanos no eran más los únicos habitando el
planeta.

El Congreso estaba bloqueado en la batalla. La inmigración se quedó perpleja. Los


empleadores no tenían ni idea. Parecía que todo el mundo estaba confundido como el
infierno, y las cosas no estaban mejorando nada. Las personas estaban siendo
atacadas, acusadas de ser uno de “ellos”. No sólo eran una nueva forma de adictos los
que aparecían, sino también lo estaban los grupos de odio.

La sociedad había ido entrando en un total caos sobre que hacer al respecto de los no-
humanos, y Dorian honestamente no sabía qué pensar de ello. Habían pasado tres
años, y todavía era noticia de primera plana.

Tal vez el público no temería tanto a los no-humanos si se sabía más acerca de ellos.
Pero entonces de nuevo, si sabían más acerca de ellos, Dorian tenía la sensación de
que el miedo sólo se intensificaría.

Tener conocimiento era una espada de doble filo, y Dorian no estaba seguro de si una
solución venía pronto.

—Ten cuidado de a quien acusas de ser cambiante, Cherry. —Dorian previno. —Si
no lo es y él es despedido, sólo te estás prestando a la intolerancia de la sociedad.

Cherry resopló —¿Qué me importa? Los vampiros son gente muerta y los cambiantes
van en contra de la naturaleza. Si él no lo es, entonces no tiene de qué preocuparse.

Dorian se asombró de la vista de algunas personas cuando se trataba de alguien


diferente. Verdad, él no estaba seguro de cómo se sentía sobre todo esto, pero los
trabajos eran difíciles de encontrar. ¿Cómo podría ella sentirse tan displicente sobre
acusar a alguien sin pruebas?

—Aquí viene —Cherry susurró y luego despegó hacia la cocina. —Tu mejor vigila.

Dorian aún no entendía lo que significaba, pero vio al Sr. Marcelo dirigirse hacia el
mostrador del deli. El hombre no se veía como un cambiante. Pero de nuevo, un
cambiante se veía como un ser humano normal.

Eso cabreó un montón a los humanos. Era un hecho que ellos no podían decir de
inmediato que ellos habían acusado a cada uno y a su madre de ser una criatura
peluda o un muerto viviente. Los vampiros eran más fáciles de detectar, sin embargo.
Ellos eran pálidos, sólo salían en la noche, y tenían colmillos. También se informó
que sus corazones no latían en su pecho y que no tenían que respirar. Pero de nuevo,
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aquellos eran sólo rumores.

Todavía, Dorian no quería encontrarse con un vampiro. Él no quería averiguar si los


rumores eran ciertos o no.

El gerente de distrito sonrió cortésmente a Jayson y Dorian, pero caminó derecho sin
decir una palabra.

—Eso estuvo cerca. —Jayson dijo mientras dejaba de parecer ocupado para beneficio
del Sr. Marcelo. —¿Tuviste la oportunidad de ver si tenía colmillos?

Dorian caminó lejos de Jayson antes de golpear al chico. Jayson era un idiota de
primera. Él estaba empezando a simpatizar con el Sr. Marcelo por el simple hecho de
que Cherry y Jayson iban a ser despedidos por el maldito hombre no por otra razón
que los no humanos debían tener derechos.

Dorian caminó por uno de los pasillos de la tienda, saliendo para su descanso. No
estaba dispuesto a sentarse en la parte de atrás de la cocina y escuchar más chismes.
Él había leído y oído suficiente por un día.

—Hey Dorian. —Miguel llamó a Dorian sentándose en la mesa de picnic en la parte


trasera.

Dorian sonrió. Le gustaba Miguel. El chico era dulce y cortés cada vez que hablaba
con el stock boy*3. —¿Qué pasa Miguel?

Miguel tomó asiento en la mesa, sacando su almuerzo de la bolsa de papel marrón. —


Mi familia viene a cenar mañana. ¿Quieres venir?

Dorian rasgó sus dedos en la mesa de picnic, deseando haber tomado su descanso en
el baño de hombres. Habría sido más silencioso. Esconderse en un uno de los
cubículos no parecía mala idea en ese momento.

Esta no era la primera vez que Miguel se lo había pedido. El hombre parecía
empeñado en convertirse en amigo de Dorian. Ellos estaban genial en el trabajo, pero
Dorian no pasaba el rato con alguien con el que trabajaba.

Jayson y Cherry le habían curado esa impulsiva necesidad.

Él se sentía torpe como el infierno ahora sentado sabiendo que Miguel quería que
3
Nota: se podría traducir como “reponedor” o “chico de almacén” pero cada país tiene una palabra y ninguna seria la
traducción exacta.
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fueran amigos-fuera-del-trabajo. —Tal vez en otro momento.

—Ah, vamos. Me das esta razón siempre que te pregunto de nuevo ¿Tienes algo en
contra mío? —Miguel mordió su manzana, ojeando a Dorian, ya viéndose abatido. El
chico era bueno, pero Dorian no lo conocía tan bien. Él no podía entender por qué
Miguel estaba tan ansioso por pasar el rato. Además del hecho de que no conocía al
chico, Dorian era al menos seis años mayor que Miguel. El stock boy no podía ser
mayor de dieciocho. Ellos no tenían alguna cosa en común.

Dorian sacudió su cabeza, sacudiéndola rápidamente de lado a lado. —¿Por qué


quieres que vaya Miguel? No es como si realmente nos conociéramos.

Miguel se encogió de hombros, lanzando el corazón de la manzana a un lado y


desenvolviendo su sándwich. Él dio una mordida, masticando meticulosamente antes
de responder la pregunta de Dorian. —No me pones motes como todos los demás.

Dorian se compadeció del el chico. Él era de baja estatura para un hombre y no


hablaba el mejor inglés. Él había oído a unos pocos de sus compañeros de trabajo
burlándose de Miguel cuando no estaba alrededor. Dorian le había dicho a algunas
personas, y desde entonces, no hablaban sobre Miguel frente de él.

Él no era lo suficiente estúpido al pensar que las crueles bromas habían parado, sin
embargo. Dorian interiormente gimió ante lo que iba a decir. Ser un cabrón con los
desvalidos no iba con él, estaba condenado. —Bien, pero no me quedaré mucho
tiempo. —Dorian no estaba seguro de por qué estaba de acuerdo, pero vio la cara
larga de Miguel y sabiendo que no tenía demasiados amigos tiró de su conciencia.

—Gracias —Dijo Miguel, su expresión se volvió más brillante y tomó otra mordida
de su sándwich y luego señaló a Dorian. —Me gustas.

Dorian rió. Este chico era tan fácil de complacer ¿Qué daño podía hacer una noche de
cena? Dorian había sufrido cosas peores, como escuchar todo el día los chimes de
Jayson en el trabajo acerca de cualquier cosa que haya oído o leído. —Asegúrate de
darme la dirección y déjame saber a qué hora debo estar allí.

Miguel se echó hacia atrás y buscó en su bolsillo delantero, sacó un pequeño pedazo
de papel de cuaderno. —Para ti.

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Dorian tomó el papel, desdobló el arrugado lío, y vio una dirección y una hora
garabateado en él. Maldición, el chico venía preparado. —Nos veremos a las cuatro
entonces.

—Cuatro, entonces. —Miguel acordó mientras terminaba su almuerzo.

Dorian no estaba esperando esto. Quería decirle a Miguel que no importaba, que no
iba a ir, pero el hombre se veía tan malditamente contento sentado allí mientras comía
su almuerzo.

Sólo tienes que ir y arrancarle el corazón. Quitarle esa pequeña sonrisa feliz de su
cara, capullo.

Dorian no podía hacerlo. No importa lo mucho que temía ir a la cena de Miguel


mañana. Pensó acerca de todas las burlas que Miguel soportó en el trabajo y sabía
que el hombre se aferraba a Dorian porque era bueno para el niño. Pero ¿por qué no
podía terminar en el trabajo? ¿Por qué Miguel quería pasar el rato fuera del trabajo?

Apartándose de la mesa, Dorian quería llegar lo más lejos posible de Miguel por el
momento. Realmente quería rechazar al chico, pero sabía que no podía.

Ser agradable a veces apestaba.

—Hasta luego.

—Hasta luego —Miguel repitió, la piel color oliva en la esquina de su boca saltó,
como si estuviera luchando contra una sonrisa.

Dorian lo ignoró y caminó de vuelta adentro, deseando poder salir y volver a casa.
Tal vez podría pretender estar enfermo y disculparse con Miguel por no presentarse
mañana. De nuevo, Dorian no podía hacer eso. Él había dicho que estaría allí.

El Sr. Marcelo estaba de pie junto a la sala de almuerzo de los empleados apoyándose
contra la pared, hablando por celular cuando Dorian caminó dentro. Al pasar al
gerente de distrito, los ojos gris pálido siguieron su progreso. Fue una sensación
extraña y Dorian deseó desaparecer en el acto. ¿El chico sabía los rumores que
flotaban alrededor del trabajo sobre él siendo cambiante? ¿Pensaba que Dorian estaba
en ellos?

Esperaba que no. Dorian no quería perder su trabajo porque Cherry era una bocazas
ignorante que no censuraba nada de lo que decía. Uno de estos días, ese hábito iba a

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ponerse al día con ella. El impulso de decirle al Sr. Marcelo que no tenía nada que ver
con los rumores casi le hizo detenerse frente al hombre, pero Dorian siguió
caminando derecho.

Gallina.

Sí, lo era.

No iba a esconder el hecho de que el Sr. Marcelo lo asustaba, pero no tomaba


ninguna mierda de la gente a su alrededor. El hombre emanaba una autoridad
dominante, y Dorian no tenía el descaro de hablar con el chico. Las personas a cargo
lo intimidaban. Dorian no era un cobarde, pero había algo en el Sr. Marcelo que le
hacía mantener la distancia.

Tal vez eran sus hombros anchos que llenaban la camisa de vestir, o las piernas largas
y poderosas. Por supuesto, Dorian no había visto al hombre desnudo, pero los
músculos ondeando bajo la camisa del Sr. Marcelo aceleró el pulso de Dorian. Tomó
el atractivo físico masculino del gerente de distrito. Los ojos de Dorian se congelaron
en su largo y delgado cuerpo y luego lo envió tan lejos como pudo.

Como delicioso era mirar al hombre —y no iba a negar el hecho de que el Sr.
Marcelo era un hombre muy guapo —también tenía un aire de peligro sobre él que
Dorian no quería explorar en profundidad.

Dorian terminó el resto del día, tratando lo mejor en ignorar a Jayson. El hombre no
dejaba ir el asunto del empleo. Él insistió en el resto del turno de Dorian. En el
momento en que Dorian se registró para salir tenía un terrible dolor de cabeza.

Después de caminar a la parada del autobús, él tomó el bus a casa. Fue directo a su
habitación, pasando la sala de estar donde su padre estaba sentado, mirando un
partido de fútbol. Vivir por su cuenta habría sido difícil, y en ese momento Dorian no
podía permitírselo.

—¿Escuchaste? —Ian preguntó mientras se dejaba caer sobre la cama —Arrestaron


al gerente de Dexcom. Él estaba robando la sangre que habían donado.

Dexcom era uno de los muchos bancos de sangre en Shelton. Era uno de los bancos
principales si Dorian recordaba correctamente. Había ido allí algunas veces cuando
necesitaba el dinero. Él no era un aficionado a la donación, por lo que lo utilizó como
último recurso.

—No jodas. —dijo mientras vaciaba sus bolsillos en la cómoda. Él se encogió cuando
vio el papel que Miguel le había dado con su dirección y la hora garabateados. Dios,
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él realmente no quería ir mañana.

—Sí, claro —Ian dijo con entusiasmo. —No puedo creer que estuviera robando
sangre. ¿No podría sólo tener cautivado a alguien y beber de él?

En realidad nadie sabía mucho acerca de los vampiros aparte de los que estaban en
las fiestas de colmillos. No todos los vampiros iban a ellas. De lo que Dorian había
oído —puso los ojos en blanco ante los chismes en los que ahora se estaban basando
sus suposiciones —la mayoría de los vampiros evitaban esas fiestas.

—¿Por qué no se lo preguntas tu mismo? —Dorian preguntó sarcásticamente


mientras se quitaba los zapatos y luego se desabotonaba la camisa del trabajo.

—Eres una mierda a veces, Dorian —Ian se empujó de la cama, dejando a Dorian en
paz. Y eso era exactamente lo que Dorian buscaba. Él sabía cómo hacer que su
hermano mimado saliera de su dormitorio sin echarlo.

Él chico era tan fácil de confundir. Aunque últimamente el humor de Ian era cada vez
más reservado. El tipo apenas estaba alrededor, y cuando lo estaba, Ian se volvía ágil
cuando se le hacía una pregunta simple. Incluso comenzó a bloquear la puerta de su
dormitorio esos días.

Dorian quería atribuírselo a las hormonas adolescentes, pero Ian tenía veintiuno, sólo
tres años más joven que él. Tal vez el chico estaba latente y sólo ahora se estaba
volviendo un adolescente imposible ¿Quién sabía?

Dorian tomó una ducha y luego se unió a su padre en la sala de estar, temiendo ir con
Miguel y sabiendo que no iba a no-mostrarse.

Él sólo esperaba no ser torpe todo el tiempo que estuviese allí. No tenía nada en
común con el stock boy. Ellos podían trabajar en el mismo supermercado, pero
Dorian nunca socializaba con sus compañeros de trabajo fuera del trabajo.

La única razón por la que Miguel conocía a Dorian era porque había defendido al
hombre, sin saber que Miguel estaba en un pasillo escuchando.

Tan dulce como era el chico, Dorian deseó haber mantenido la boca cerrada ese día.
Ahora él estaba comprometido a sentarse en la casa del chico y rezar para no morir de
aburrimiento.

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Capítulo 2
Dorian esperó a que las puertas se abrieran y luego se bajó del autobús y caminó por
la tranquila calle suburbana. Se quedó mirando el arrugado pedazo de papel en sus
manos y luego las direcciones mientras caminaba. La escritura de Miguel era tan
mala que Dorian rezó para dirigirse a la dirección correcta. Sería su suerte ir a
terminar a la casa de un extraño.

Había sido lo suficientemente difícil llegar aquí. Dorían no sabía que Miguel vivía
tan lejos hasta que buscó en Google la dirección.

Divisó la casa de Miguel. Era una casa de ladrillo de dos niveles con una gran
cantidad de coches aparcados en la entrada y a lo largo de la calle. Sólo ¿cuántas
personas estaban llegando a la cena? Dorian había supuesto que iban a ser sólo unas
pocas personas las que asistirían, pero por el aspecto de las cosas, sería una larga
noche.

Caminó hasta la acera, Dorian avanzó al porche y entonces tocó el timbre. Tiró de su
camisa casual de vestir, y luego se pasó una mano por delante de esta. Él no estaba
seguro de por qué quería verse bien para la cena de Miguel, pero Dorian se había
asegurado de verse presentable, usando algo más que su usual camiseta y jeans.

Una versión más vieja de Miguel abrió la puerta. El parecido era asombroso. Tenía
que ser el padre de Miguel —¿Si?

Dorian quería decir que estaba en la casa equivocada e irse, pero pensó en la feliz
mirada del joven y sabía que no podía. Maldita conciencia. —Hola, soy Dorian, un
amigo de Miguel. Él me invitó a cenar.

El hombre se lo quedó mirando perplejo, y entonces una lenta sonrisa se formó en su


cara, haciendo que se viera diez años más joven. Tenía la piel color oliva que
contrastaba con los dientes blancos mientras sonreía a Dorian. —Esa sería nuestra
cena al aire libre. Vamos, entra.

Infierno, una comida al aire libre era peor.

La versión más vieja de Miguel dio un paso atrás, aun manteniendo la sonrisa en su
lugar. —Miguel está en la parte de atrás, Dorian. Siéntete como en tu casa.
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—Gracias —Dorian caminó a través de la casa, gimió cuando vio el patio trasero
lleno. Esto no iba a ser agradable.

Se dirigió fuera, notando que el hombre que lo dejó entrar estaba relacionado con
Miguel, pero hablaba un perfecto inglés. Dorian hizo una mueca. Estaba empezando a
sonar como Jayson ahora. No estaba para juzgar lo que pasaba en la casa de Miguel.

Pisó el patio trasero, Dorian inmediatamente se sintió fuera de lugar. Parecía que toda
la familia estaba aquí. No conocía a la familia de Miguel, pero maldición, el patio
estaba lleno hasta el borde. ¿Cómo en el infierno iba a encontrar al chico? — Esto no
es tan genial, Miguel —Dorian murmuró para sí —Podrías haberme advertido.

—¿A quién tenemos aquí?

Dorian miró sobre su hombro para ver a un tipo inclinado justo a un lado de la puerta,
sus ojos rastrillaron sobre Dorian como si él fuera un pedazo de carne de primera.
Dorian nunca había tenido a nadie que lo mirara con esa intención lasciva antes. Era
desconcertante. El tipo contoneándose más cerca, una botella de cerveza en su mano
y su mirada decía que quería comerse vivo a Dorian.

—Soy amigo de Miguel. —Dorian dijo rápidamente mientras daba un nervioso paso
atrás, casi cayendo los tres pasos que lo llevarían a la hierba.

Cogió la pequeña barandilla, afirmándose —¿Lo has visto?

—No, pero puedes pasar el rato conmigo —Fue una invitación descarada que Dorian
no iba a tomar. El hombre se movía con gracia, sus pasos suaves como la mantequilla
se acercaban a Dorian. Sabía exactamente lo que el hombre quería, y Dorian no
estaba interesado. Él iba a patearle el trasero a Miguel por esto, pequeña sonrisa feliz
o no.

—No, gracias —Dorian se giró y se abrió paso a través de la multitud de gente,


tratando lo mejor posible en lograr perderlo y esperando encontrar a Miguel. ¿Por qué
en el infierno el hombre lo invitaba si iban a haber muchas personas asistiendo?
Dorian había tenido la impresión qué tal vez ellos tendrían la cena y entonces él y
Miguel iban a pasar el rato por un corto tiempo.

Esto, él no lo había esperado.

Cuanto Dorian más empujaba dentro de la multitud de gente, más pánico sentía. Era
una sensación ridícula, pero él se sentía como una presa entre depredadores. Ojos se
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bloqueaban en él, la pared de cuerpos crecía más gruesa, como si estuvieran
bloqueándolo. No había espació de sobra para correr. Él había empujado su límite, y
nadie más lo estaba dejando pasar.

—Perdone. —dijo, casi llorando las palabras cuando un musculoso hombre se


interpuso en su camino. Él trató de expulsar el frenesí construyéndose dentro de su
cuerpo al respirar lentamente por su boca, pero cuanto más tiempo pasaba allí de pie,
la gente parecía reunirse más a su alrededor. Era como si estuviese en pantalla, una
morbosa fascinación de la que la familia de Miguel no parecía tener suficiente.

¿Por qué diablos estaba teniendo estos pensamientos?

—¿Dónde vas? —El hombre preguntó, pero no le hizo vacilar en su postura de


mantener a Dorian atrapado. Había una chispa divertida en los ojos verde jade del
chico, como si estuviese disfrutando de jugar con Dorian. >> ¡Eso era!<< Dorian
no salía con alguien del trabajo nunca más. ¡Miguel tenía una familia llena de
pervertidos!

—Miguel. —Susurró, tratando lo mejor posible de mantener la desesperación fuera


de su voz. —Estoy buscando a Miguel.

Un tic jugó en la esquina de la boca del hombre mientras él daba un paso adelante.
Dorian dio un paso atrás. —Miguel está indispuesto. Pero estoy seguro de que puedo
ayudarte.

Dorian se encogió de nuevo, odiándose por parecer un cobarde. ¿Qué pasaba con los
familiares de Miguel? ¿Eran todos unos perros calientes? Tan bien como se veía el
rubio, Dorian no estaba interesado. —Miguel me invitó aquí. ¿Puedes sólo llevarme
donde está?

La risa era gélida, haciendo que Dorian quisiera correr y nunca mirar atrás. —Él ha
hecho su trabajo. Miguel ya no te concierne.

Sólo ¿qué diablos significaba? Dorian miró alrededor, su corazón latía con fuerza
cuando cada par de ojos en el patio trasero se bloqueaba en él.

—¿Qué…? —Él sacudió su cabeza. —Tengo que irme.

—No lo creo. —Dijo el hombre con los ojos verde jade, su tono engañosamente
juguetón mientras movía su rubia arena cabeza. —Ya que Miguel te invitó, entonces
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tú estás aquí para la fiesta.

—¿Qué fiesta?

Miguel no le había dicho acerca de ninguna fiesta. Él había dicho cena. Dorian sabía
que el inglés del hombre no era magnifico, pero Miguel había dicho cena. Dio un
paso atrás, francamente mirando alrededor, tratando de encontrar una salida a esta
locura.

—No hay ningún lugar para escapar, humano.

Él sintió que sus rodillas comenzaban a ceder. Sabía que estas personas no eran
vampiros porque era un brillante y soleado día. Ningún vampiro podía soportar los
rayos del sol. Ese había sido un hecho probado. Ellos acechaban en la oscuridad,
sólo salían una vez que se ponía el sol.

Así que debía ser un patio lleno de cambiantes. La revelación no lo hacía sentir nada
malditamente mejor. Sabiendo que esa gente era cambiante hacía a su corazón latir en
su pecho, pero no saber qué raza de cambiantes eran puso a Dorian tan nervioso que
sentía como si fuera a saltar de su piel en cualquier momento.

No sólo el mundo estaba en estado de shock al descubrir que los cambiantes existían,
sino cuantas razas diferentes eran realmente. Dorian había aprendido que había
hombres lobo, leones, jaguares, panteras e incluso ratas. Pero él sabía que esas no
eran todas las especies de cambiantes.

—Veo la luz comenzando a brillar en tus ojos. —Una mujer se rio, su diversión por la
contagiosa situación hizo reír a los otros también. Dorian estaba demasiado
malditamente asustado para reírse del chiste.

Pero de nuevo, él era el chiste

Ahora él entendía completamente al hombre que estaba de pie en la puerta, mirando a


Dorian como si fuera un pedazo de carne de primera. Él tenía el sentimiento de que
no era sólo carne de primera, pero sí el plato principal. ¿Había juzgado a Miguel tan
mal? El chico parecía tan dulce.

—Ven aquí, pequeño humano. —El musculoso hombre con los ojos verde jade dijo
mientras se acercó más, como si jugara con Dorian. —¿Nos dejas tan pronto?

—Uh, yeah, tengo que ir a cambiar mi ropa interior sucia. —Dorian replicó. — 16
Entonces quédate ahí, no te muevas, voy y vuelvo.

Él no iba a volver.

Dorian normalmente no era un cobarde, pero había un patio trasero lleno de


cambiantes mirándolo, sus ojos llenos de hambre. Dorian tragó saliva cuando
retrocedió contra una pared. Él podía decir que alguien estaba de pie detrás suyo,
porque no importaba cuan sólida e inflexible era la pared, estaba hecha de carne, no
de ladrillos.

Los cambiantes pararon de avanzar hacia Dorian y comenzaron a retrocede. Era una
extraña reacción al comportamiento que ellos habían exhibido sólo segundos antes.
Así que Dorian sabía que estaba en un profundo problema. Quien quiera que
estuviera detrás de él debía ser importante para hacer dar marcha atrás a un patio
entero de cambiantes.

Este no estaba resultando ser uno de sus mejores días.

—Dorian.

Él conocía esa voz. La había escuchado con la suficiente frecuencia para reconocer a
la persona detrás de él. —Sr. Marcelo —Su día se estaba volviendo de increíblemente
aterrador a francamente terrorífico. Sólo no podía ser su gerente de distrito. La ironía
era una perra. Se había esforzado mucho para evitar al hombre, y ahora se encontraba
pecho con espalda con él.

Mierda, tal vez iba a necesitar cambiar su ropa interior después de todo el Sr, Marcelo
lo asustaba como la mierda.

—Da la vuelta, Dorian.

Joder ¿Cherry había tenido razón en su suposición? Dorian no quería girarse. Él


quería correr y nunca mirar atrás. Esta era la primera vez que sabía con certeza que
era uno de los cambiantes. Ellos parecían humanos, por lo que podrían haber pasado
cientos de calles y no saberlo. Pero ahora sabía quien se encontraba a su alrededor, y
Dorian no quería nada más que ir a casa.

—Ahora. —La única palabra fue dicha con tal comando que tenía la compulsión de
obedecer, un pulsante sentimiento en la parte de atrás de su mente se deslizó por su
cuerpo y se apoderó de él con una mano invisible, volteándolo. El sentimiento le
17
hacía querer hacer cualquier cosa que el Sr. Marcelo demandara.

Él miro hacia arriba a los pálidos ojos grises. Eran más pálidos entonces de lo que
recordaba en el trabajo. La apariencia del hombre en el trabajo contrastaba con el
hombre de pie delante de él. El Sr. Marcelo parecía más imponente, más primitivo, su
forma masculina ocupaba tanto espacio que Dorian encontraba difícil respirar.

—¿Qué estás haciendo aquí Dorian? —El Sr. Marcelo preguntó. Incluso su voz era
más profunda, más salvaje y primitiva.

—M-Miguel me invitó.

—¿Tú eres su elección? —La conmoción era evidente mientras el hombre se quedaba
mirando a Dorian, la leve confusión hacía que sus negras cejas tiraran abajo la
fracción de una pulgada. —¿Tú eres su elección como mi candidato?

—¿Candidato? —Dorian repitió la palabra, incluso más confundido que el hombre de


pie frente a él. ¿Qué en el infierno significaba? Él miró alrededor, viendo los pares de
ojos casi pareciendo amarillos. Los ojos de cambiantes tenían un resplandor
misterioso en ellos ya que mantenían a Dorian en la mira. Miró hacia atrás al gerente
de distrito. —Él me invito a cenar.

El Sr. Marcelo asintió, dando un paso atrás. —Entonces, por todos los medios,
disfruta del festín.

—¡Espere! —Dorian gritó cuando el hombre empezó a alejarse ¿Realmente iba a


dejar a Dorian aquí, con esos cambiantes? Dorian sintió la desesperación aferrándose,
arañando su camino hasta su garganta mientras corría tras el hombre. —¿Dónde va?

—Miguel te eligió. Ni siquiera se supone que debo estar aquí.

—¿Me eligió para qué? —Dorian preguntó con su voz tensamente nerviosa. Nada de
esto tenía un maldito sentido para él. Estaba atrapado en una especie de extraña
pesadilla de la que no podía despertar, y el hombre del que sentía remotamente que
era su apuesta más segura para salir de aquí con vida lo estaba dejando atrás.

El Sr. Marcelo se volteó, sus pálidos ojos grises brillaron con pequeñas manchas del
mismo misterioso amarillo que los otros estaban exhibiendo. Dorian dio un paso atrás,
sabiendo que esta noche alguien iba a morir. No había mucha información sobre los
cambiantes, así que no estaba seguro de lo que ellos tenían planeado para él. Nunca
había oído hablar de convertirse en un candidato, y no quería quedarse para averiguar
18
lo que implicaba.

—Para ser mi pareja.

Las rodillas de Dorian se doblaron en ese momento. Cayó al suelo sintiendo la bilis
en la parte posterior de su garganta. << ¿Pareja? ¡Oh, Dios!>> Mientras se
arrodillaba allí en el patio trasero, Dorian rezo para que ninguno de los no-humanos
estuviera aproximándose como habían hecho antes. Mantuvieron su distancia esta vez.

A través de la espesa multitud, Dorian finalmente descubrió a Miguel. La volátil ira


estalló dentro de él como si empujara sus pies y fue tras el hombre responsable de
meterlo en ese desastre en primer lugar.

—¡Tú, bastardo! —Dorian gritó mientras atacaba al stock boy. —¿Qué jodidos
hiciste conmigo? —Él no esperó por una respuesta. Dorian tomó a Miguel hacia
abajo, golpeando la mierda fuera de él con los puños. Nadie lo detuvo. Como
cuestión de un hecho, la gente comenzó a reunirse alrededor de ellos, viendo.
Mientras el cuerpo de Dorian tiraba y sus brazos se volvieron pesados, se dio cuenta
de que Miguel no se había defendido. Se quedó allí hecho un lío, sus brazos colgaban
sobre su cara, tratando lo mejor posible de protegerse.

Dorian no entendía que estaba pasando, pero él no lucharía con quien sea que no se
defendiera. —Dime qué hiciste. —Dorian apretó los dientes rechinando, sintiendo su
ira clavándose incluso más alto.

Miguel lentamente bajó los brazos, mirando arriba a Dorian con esos profundos ojos
azules. Él no iba a caer esta vez. —Nuestro Alfa alcanzó la edad de treinta y cinco y
aún está sin pareja. Por las leyes de nuestra manada, necesitamos encontrarle una
pareja.

Dorian se sentía en alguna especie de película de Tim Burton. Nada parecía real, todo
parecía fuera de control y nada tenía sentido. —¿Así que me lanzaste arriba de la
tabla de picar?

Miguel hizo una breve inclinación de cabeza. —Es un honor ser elegido.

—¿Quién lo dice? —gruñó.

—Si eres elegido, no querrás nada. Nuestro Alfa se ocupará de todas tus necesidades.

19
—Yo no estoy buscando a un hombre para que me mantenga4, Miguel. Nuca pedí ser
parte de esto. Joder, yo ni siquiera lo conozco. —Hablaba de una cita a ciegas, solo
que esto era una boda a ciegas. Dorian una vez más sentía como si fuera a enfermarse.
—¿Por qué me haces esto a mí? Yo ni siquiera soy cambiante.

—Es verdad, pero tú no tienes que serlo. Te elegí, así que no importa nada más.

Dorian entrecerró sus ojos. —Estás seguro de estar hablando un perfecto jodido
inglés, Miguel ¿Nada acerca de ti es real?

Miguel miró hacia otro lado, pero no antes de que Dorian viera la vergüenza en los
ojos azul profundo del chico. —Para mezclarnos. Desde nuestro descubrimiento
siendo cambiantes es incluso más peligroso ahora que nunca antes. Pensé que
haciéndome pasar por un inmigrante sería mejor aceptado que un cambiante.

Dorian deslizó a Miguel, aterrizando en su trasero, aturdido por todo lo que había
pasado hoy. Miró alrededor del patio trasero sintiéndose dividido mientras pasaba sus
manos sobre las rodillas, deseando, esperando despertar y darse cuenta de que todo
esto era un mal sueño. —¿Pero qué si yo no quiero ser su pareja?

Miguel parecía sorprendido, sus oscuras cejas marrones elevándose en su frente. —


¿Por qué no querrías tal honor, Dorian? Tú trabajas tan duro para defender a nuestra
especie, incluso cuando sabías que podía conseguirte un montón de problemas, he
oído lo que has dicho a Jayson y Cherry, cómo les dices que dejen de hablar basura
de los no-humanos.

—¿Cómo diablos sabes qué hablo con ellos? —Dorian preguntó mientras fulminaba a
Miguel con la mirada. —Nunca estabas cerca.

Miguel miró tímidamente a Dorian. —Tengo un oído excepcional.

<< Joder. >> Dorian no estaba seguro de qué pensar, o decir para el caso. —¿Cómo
puedo salir de esto?

—No. Una vez que un candidato es elegido, no hay manera de salir. —Dijo Miguel.
— Verdaderamente lo siento, Dorian. Pensé que te sentirías honrado de estar en línea
como pareja del Alfa. Era mi manera de pagarte por ser tan amable conmigo.

4
Nota: “Sugar Daddy” se puede traducir como “viejo con pasta” o forrado, pero como el alfa solo tiene 35 años, por lo
que se daría a entender que no quiere que nadie lo mantenga. 20
Si eso estaba pagando a Dorian por su amabilidad, seguro como la mierda que odiaría
ver qué haría el chico si Dorian era un repugnante bastardo hacia él.

—Ni siquiera sé qué tipo de cambiante es, o su maldito primer nombre. —¿Eso
realmente importaba? Dorian tenía que encontrar alguna manera de salir de esto. Era
una locura. No había manera en el infierno que fuera a competir con nadie para ser la
pareja del Sr. Marcelo. ¿Qué demonios iba a hacer?

Dorian no era un cambiante, así que no tendría que apoyar la ley cambiante. No había
forma en que pudiera ser penalizado por alejarse de esta locura. Él era humano. Ellos
no lo eran. No iba a ser forzado a un bizarro matrimonio, y emparejándose con el Sr.
Marcelo era exactamente eso- un matrimonio forzado.

—No puedes rechazarlo. —Dijo Miguel mientras se levantaba del suelo, limpiando la
hierba de su culo. —Nunca nadie ha rechazado la candidatura para pareja del Alfa.

—Entonces supongo que soy el primero, porque no vas a hacerme parte de esto.
Infierno, me acabo de enterar que ustedes existían hace unos años, ¿y ahora estás
tratando de casarme con uno de ellos?

Dorian interiormente se estremeció cuando se oyó así mismo. Había estado


trabajando en torno a Jayson demasiado tiempo.

—¿Ellos? —Miguel preguntó, una mirada afligida en su joven bronceado rostro. —


Ahora suenas como esos grupos de odio. —La acusación estaba clara en la voz de
Miguel. — ¿Te juzgué mal, Dorian?

Quería decir que sí. Quería que esta pesadilla terminara. Dorian sólo quería ir a casa a
su aburrida vida como un humano que tiene opciones. —No. —Joder, ser agradable
apestaba. No podía mentirle al niño.

Miguel sonrió. —Entonces eres uno de los elegidos.

La tripa de Dorian se cerró.

21
Capítulo 3
—¿Un humano, huh? —Isabelle rió mientras caminaba por la sala de estar. —Qué
sorpresa.

— Esto está tan arruinado. —Rick Marcelo dijo a su hermana mientras miraba fuera
por la ventana de la sala de estar, viendo directo a Dorian. ¿Miguel había perdido la
mente? Nunca antes había oído de un humano siendo elegido como un candidato, sin
hablar de una pareja Alfa. Sabía que el menor era ingenuo en los caminos del mundo,
aun siendo joven y todo ¿pero un humano?

Y Rick sabía que no había nada que pudiera hacer sobre el nominado. Era la ley de la
manada. No podía negar la elección de Miguel. Miguel y otros dos habían ganado el
voto de la manada para elegir una pareja a Rick.

Cómo si su vida no fuese suficientemente complicada ya. ¿Qué en el infierno habían


estado pensando los ancianos cambiantes cuando escribieron esa ley? Él no
necesitaba una pareja a su lado para gobernar a su manada efectivamente. ¿Por qué
demonios pensaban que alguien calentando su cama igualaba un liderazgo fuerte y
sólido?

Rick pasó sus manos sobre su cara con frustración. Ni siquiera quería escoger una
pareja. Estaba perfectamente feliz como soltero. ¿Por qué estropear una cosa buena?

Pero Miguel había hecho una elección, y Rick estaba dispuesto a dar a Dorian una
oportunidad. Tenía treinta y cinco años y su manada estaba demandando que
encontrara una pareja.

Suspirando, Rick le tendió la mano y su hermana inmediatamente vino a él. Envuelta


en sus brazos mientras estaba de pie mirando fuera de la ventana viendo cómo se
mezclaban en el patio trasero, parecían divertirse entre ellos. Dorian aún parecía un
poco aturdido, pero al menos estaba hablando con Miguel ahora en lugar de tratar de
golpear su culo. Tanto como Rick quería interferir, eso habría hecho débil a Miguel a
los ojos de su manada. Además, Rick sabía que Miguel se había contenido. El juvenil
era un cambiante fuerte, capaz de aplastar a Dorian sin mucho esfuerzo. Rick estaba
contento de que Miguel no desatara sus capacidades sobre Dorian. El hombre lobo 22
estaba aprendiendo como controlarse mejor así mismo, lo cual era una buena cosa.
Mostró que Miguel iba a ser un buen ejecutor cuando estuviera listo. —Fue la
elección de Miguel.

Isabelle sonrió mientras le daba un fuerte abrazo. —Él acaba de llegar a su etapa de
madurez. Supongo que no sabía de nada mejor.

Lo cambiantes eran considerados juveniles cuando se probaban a ellos mismos y


establecían donde pertenecían en la jerarquía. El término no tenía nada que ver con la
edad y todo con la posición. Además siendo un cachorro, los juveniles estaban en los
más bajo del ranking. Rick sabía que Miguel iba a esforzarse para subir de posición
dentro de la manada. A pesar de que todavía era joven en edad, Miguel poseía
cualidades de Alfa que aún estaba desarrollando. Podía ver al joven hombre lobo
convertirse en el próximo Alfa cuando Rick finalmente renunciara, lo cual no sería en
algún momento pronto.

—Sabiendo lo mejor o no, me tengo que quedar con la opción. La gente de mi trabajo
ya está sospechando que soy cambiante. Si Dorian dice alguna cosa, voy a estar
jodido. —Rick dijo cansado. Él no estaba seguro de cuánto tiempo más lo sería antes
de que en su trabajo insistieran en hacer pruebas con la sangre de todos. Rick estaba
temiendo esos días, pero sabía que vendrían por la forma en que la corporativa estaba
hablando más y más acerca de temas cambiantes.

Isabelle se apartó de sus brazos, caminando hacia la ventana en un movimiento lleno


de nada más que fluidez y gracia. Su cabello castaño oscuro se extendía detrás de ella
que llegaba hasta su trasero en olas sedosas que brillaban a través de la luz del
atardecer desvaneciéndose. —Yo podría hacerlo desaparecer.

—Es un candidato, Isabelle. No puedes tocarlo. —Aunque eso resolvería algunos de


sus problemas. Pero Rick sabía que no era ese tipo de cambiante. Él no recurría a
trucos sucios o engaños para conseguir lo que quería. Pero no estaba por debajo de
los juegos mentales. Él no podía sólo matar a alguien porque estaba asustado de
perder su trabajo. Esa era una salida cobarde.

Isabelle se giró, sus ojos avellana brillando con la inteligencia más allá de sus años.
—Era sólo una sugerencia. ¿Quién más fue elegido?

23
—Silvia y Omar.

Una ceja arqueada finalmente se levantó. —¿Tres? Seguro que sabes cómo agitar las
aguas, Enrique.

Isabelle era una de los pocos que le llamaban por su nombre completo. Todos los
demás le llamaban Rick. Él sabía por qué su hermana estaba tan sorprendida, sin
embargo. Normalmente sólo dos se convertían en los candidatos para ser elegidos por
el Alfa. Tres era insólito. Parecía que él estaba rompiendo todo tipo de jodidos record
hoy.

¿No era él un bastardo con suerte? Caramba, si más suerte llovía en él, Rick sólo
podría ahogarse. Tal vez entonces no tendría que escoger a una pareja.

Rick comenzaba a sentirse viejo mientras estaba de pie en la sala de estar de la casa
de un miembro de la manada. Rachael y Thornton Vargas- padres de Miguel- habían
sido lo suficientemente amables para permitir a la manada encontrarse allí.
Usualmente, con un número así de grande, ellos se reunían en el Great Oak Forest.

Pero hoy había sido especial para su manada.

Su Alfa finalmente había cedido a su demanda y permitido elegir candidatos.

Podía oler los filetes y otras carnes asarse fuera en la parrilla y ver a los cachorros
corriendo alrededor de los adultos maduros, teniendo un buen momento. Todo parecía
tan normal, aun así Rick sentía como si sus propias opciones estuvieran siéndole
despojadas.

Él no quería encontrar una pareja de esta manera. Tal vez una parte de él creía en lo
que los humanos creían, encontrar a alguien para amar y establecerse. Los otros
cambiantes podían hacer eso, pero como Alfa, era gobernado por un conjunto
diferente de leyes.

—Tú vas a amar a quien elijas, hermano.

Isabelle siempre era buena leyendo sus expresiones faciales, y ella usualmente era
buena confortándolo. Pero hoy nadie podía traerle consuelo. Él estaba siendo forzado
a obedecer esas leyes arcaicas, y no había nada que pudiera hacer sobre eso.

—Se siente como una cita rápida y a quien quiera que elija, estaré atrapado con él por
el resto de mi vida. ¿Qué si escojo mal y terminamos odiándonos el uno al otro?

24
—Confío en que tomarás la elección correcta. —Dijo Isabelle mientras lo besaba en
su mejilla y luego deslizó sus brazos alrededor de su cintura, dando un ligero apretón.
Su hermana era pequeña, sólo cinco pies con cuatro, pero capaz de hacer caer a
cualquier hombre sobre sus rodillas, listos para darle lo que sea que ella quisiera.
Rick era testigo de primera mano. —Tú eres bastante buen juez de carácter, hermano.

Ahora que su futuro viajaba en tomar la decisión correcta, Rick no estaba tan seguro
de su capacidad de pensar con claridad. Él sólo había sido Alfa por cuatro años,
cuando ganó la lucha contra el anterior Alfa. El hombre no era la mejor persona para
liderar la manada, y Rick estaba cansado de ver a los cambiantes sufrir por la pereza
del idiota.

El trabajo de un Alfa era proteger a los miembros más débiles de la manada. Pero
todo lo que Lorenzo había hecho era abusar de su poder y forzar de los que estaban
demasiado aterrorizados para enfrentarse a él o demasiado débiles para defenderse. Él
había sido un matón y un pedazo de mierda.

—Viene Nathaniel. —Isabelle anunció mientras ella salía al patio, sonriendo al


ejecutor de Rick antes de unirse a la manada en el patio trasero. Sonrió mientras veía
a su hermana trabajar en la multitud. Ella parecía una mariposa social. Toda la
manada la amaba. No podía culparlos. Isabelle era la persona más dulce que Rick
conocía.

—Tres. —Dijo Nate bromeando mientras caminaba hacia adentro. —No me jodas.

—Y te vi gruñéndole a uno de ellos. —Rick dijo, recordando la manera en que Nate


había bloqueado a Dorian cuando intentaba huir. —Pudiste haber sido educado.

Nate rió, sus ojos verde-jade chispeando con humor. —Fui educado. Normalmente
sólo lo habría arrojado sobre mi hombro y dejado caer en el patio para que dejara de
intentar irse. Incluso le sonreí.

Rick sacudió su cabeza. Dorian era humano, él estaba probablemente cagado de


miedo. Estaba contento de que ellos no hubiesen ido muy lejos con Dorian. El
humano sólo podría tener un ataque al corazón y morir en el patio de atrás. —¿Qué
está diciendo la manada?

—¿Acerca del humano o el hecho de que tienes tres personas compitiendo por la
posición de tu pareja?

25
—Ambas.

Nate se encogió de hombros mientras tomaba asiento en el sofá. Él era un hombre


bastante grande y llenó dos cojines de este. —Ellos no están felices acerca del
humano. Si lo eliges, vigila de cerca a la manada. Con la mierda de escándalo en el
lado político de las cosas y los grupos de odio apareciendo por todas partes, los lobos
están reticentes a dejar entrar a un humano en su manada.

Era comprensible. Rick había recibido reportes de otros grupos de cambiantes en que
ellos estaban perdiendo a sus miembros en ataques brutales. Los humanos quienes
pensaban que eran abominaciones iban quemando las casas de los que sospechaban
pertenecían a los cambiantes. Algunos cambiantes salían a sus trabajos o escuelas y
simplemente nunca regresaban. A otros los habían golpeado tan brutalmente que
algunos no sobrevivían.

Rick estaba frustrado como el infierno. Él era Alfa, pero se enteró del incidente
después de que había pasado. Parecía que cuanto más duro luchaba para mantener a
su manada a salvo, más duro los humanos luchaban para destruirlos.

Y Miguel había nominado a Dorian.

Pero no todo estaba mal. Estaban los simpatizantes. Ellos eran humanos que creían
que toda vida era preciosa. Ellos presionaban para que los cambiantes y vampiros
tuvieran derechos, como ir al médico o el dentista, y el derecho a casarse y criar a sus
hijos en paz como todos los demás.

También estaban los groupies, humanos quienes pensaban que los cambiantes eran
como estrellas de rock o alguna mierda parecida. Ellos seguían a los cambiantes de
cerca, invadían su privacidad, rebuscaban en su basura, y aparecían en sus trabajos si
los groupies descubrían donde trabajaba un cambiante.

Era toda una locura. Dos miembros de su manada tuvieron que cambiar la rama de la
cadena de tiendas en la que trabajaban tres veces. Eso no había ayudado. Todavía
eran acosados por humanos encaprichados. Rick se estaba quedando sin tiendas para
transferirlos. Poco hizo la empresa en la que trabajaba al saber que casi todos sus
empleados en cuatro de sus tiendas principales eran cambiantes.

Rick lo había colocado de esa manera. Tenía un duro trabajo sobre los años que
tomaba cuidar de su manada, y él estaría maldito si los grupos de odio y los fanáticos
de la Biblia arruinaban esto.

—Hay poco que pueda hacer acerca del nominado de Miguel. Sabes tan bien como
yo que una vez una persona es escogida, ellos los son hasta que tome mi decisión.
26
Nate asintió y sonrió. —Siempre podrías escoger a Omar o Silvia.

—No quiero basar mi decisión en quien es cambiante y en quien no lo es. Yo soy el


maldito Alfa. Escogeré al más adecuado para estar conmigo.

—Ahora estás hablando. —Nate rió. —Sabía que no te derrumbarías bajo su


escrutinio.

—Su opinión es importante para mí, pero es mi vida de la que estamos hablando. No
una discusión o algo irrelevante. Tengo que vivir con la decisión que haga. Verdad,
ellos tendrían que obedecer a quien quiera que escoja, pero soy el único que tiene que
vivir con esta persona día tras día. Y no seré intimidado escogiendo a quien más le
guste a la manada.

Nate se levantó, llegando al lado de Rick. – Sabes que me atendré a cualquier


decisión que hagas, humano o cambiante.

—Gracias. —Rick se volvió y se dirigió a la puerta. Ni siquiera se suponía que debía


estar ahí hoy. Este era un día para su manada, no el Alfa. Él llegaría a conocer a los
tres muy pronto. Hoy era su oportunidad de conocer a los tres que estaban escogidos,
celebrar la decisión de Rick de finalmente establecerse, y probar el carácter de la
persona que tal vez se convertiría en la pareja de su Alfa.

Rick había estado curioso, y no había planeado dejarlos saber que se había pasado por
ahí, pero cuando vio a su manada convergiendo con Dorian, y la mirada aterrorizada
en el rostro del humano, Rick se sintió obligado a dar el paso.

Fue un movimiento estúpido. Sólo hizo ver débil a Dorian ante los ojos de su manada.
Pero Rick no podía quedarse parado y ver a Dorian casi desmayarse de miedo.

Rick sólo rezaba para que Dorian superara lo sucedido ese día. Si lo hacía, el humano
tenía una oportunidad. Si él no lo hacía, Rick iba a necesitar un nuevo empleado en el
deli. Era duro, pero así era estar una manada de hombres-lobo. Esto era el por qué los
humanos nunca podían descubrir el funcionamiento interno de la sociedad cambiante.
Ellos boicotearían algo y todas las decisiones que un Alfa hacía.

No era fácil vivir la vida de un cambiante hombre-lobo, pero había funcionado


durante muchos siglos. Los mantenía en la cima de la cadena alimenticia. Su manada

27
era una de las más fuertes en su territorio, rivalizado sólo por los hombres-leopardo
en el sur. Rick planeaba mantenerlo de esa forma.
Con suerte un día, lo humanos se meterían en sus asuntos y dejarían a las manadas
gobernar a los suyos como siempre había sido. Pero Rick, así como otros Alfas y
reyes de especies cambiantes, sabían que esto sólo estaba comenzando. Era imposible
saber por dónde los vientos soplarían.

Sólo rezaba para que la decisión de los humanos estuviera a su favor. Si no, estaban
muy jodidos.

Mientras caminaba a su auto, Rick pensó sobre los tres candidatos. Si él escogía
únicamente por la fuerza, y quien sería un buen compañero, Silvia sería su elección.
Ella era una persona muy social, de una voluntad fuerte, y favorita entre la manada.

Pero Rick se negaba a elegir al favorito de la manada. Esta era su vida con la que
estaban jugando. Si se veía obligado a esto, entonces él basaría su decisión en - oh
infierno, él no estaba seguro de que iba a hacer.

Omar no era mala elección. El hombre rubio sabía cómo entablar una conversación
ingeniosa y vestía con elegancia. El cambiante parecía que pertenecía a la pasarela de
Milán y era un verdadero intelectual.

Rick no estaba muy seguro acerca de Omar, sin embargo. El hombre podría aburrir a
muerte. El hombre-lobo tendía a seguir y seguir sobre sus opiniones políticas y, en
opinión de Rick, estaba un poco obsesionado algunas veces sobre teorías de
conspiración. Rick realmente no consideraba a Omar un chiflado. Pero el hombre
pensaba que el gobierno almacenaba ADN en bancos de datos para usarlo como un
arma en una guerra formada secretamente contra los no-humanos no era uno de los
temas favoritos de Rick.

Y luego estaba Dorian.

Rick no sabía una maldita cosa acerca del hombre. Solo sabia que era uno de sus
empleados. Él había oído a Dorian defender a los no-humanos antes. Eso era una
ventaja para él. Pero él era humano. Rick no estaba seguro de poder manejar a una
pareja humana.

Los cambiantes eran muy agresivos, especialmente cuando se apareaban. Él podía


involuntariamente romper los huesos del chico tratando de tener sexo con él.

28
¿Qué demonios había estado pensando Miguel?
—Pensé que te encontraría aquí.

Miró hacia abajo a la fila de autos viendo a Sasha Monroe apoyado contra el Mustang
plateado de Rick. El Alfa de los cambiantes hombres-leopardo le sonrió con
complicidad. —No se supone que asistas a tu propia ceremonia de candidatura, Rick.

—¿Por qué estás aquí, Sasha? —preguntó acercándose al leopardo. Sasha se levantó,
su largo cabello rubio extendiéndose mientras daba un paso atrás, permitiendo a Rick
abrir la puerta del auto.

—Porque acabo de descubrir hoy que tenemos algo en común.

Rick dudaba mucho eso. Sasha era un gato, y él era un lobo. Además de ser
cambiantes, ellos no tenían nada en común. —¿Y eso sería? —Rick se paró en la
apertura de la puerta, esperando que Sasha siguiera adelante para poder dejarlo.
Había ya suficiente mierda a la que hacer frente sin el otro Alfa poniéndole más.

—Sé que leíste el diario de hoy. —Era una declaración.

Rick asintió. —Todos los no-humanos mantienen un ojo en las noticias.

—Entonces sabes lo que esto significa.

—¿Qué, el empleo y la capacidad de votar? He votado por años, Sasha. Alguna ley
idiota no va a impedirme ejercer mis derechos.

Sasha movió su cabeza, las doradas hebras ondularon alrededor de él. —No, eso no
es de lo que estaba hablando. Tú obviamente no leíste todo el periódico.

—Ve al punto, gato.

Sasha le siseó. —Ambos somos Alfas. Algo de jodido respeto sería apreciado.

Rick no estaba de humor para esto. —¿Por qué vienes aquí, Sasha? —él subió, y
cerró la puerta, pero descansó el brazo en el marco abierto de la ventana. —Tengo
cosas que hacer.

Sasha estrechó sus ojos verde de Kelly a Rick, dejando ver a su leopardo detrás de
sus iris. Era un truco del que todos los cambiantes eran capaces. El significado era
muy claro. No jadas conmigo. Sasha dio un paso más cerca. —Tres cuerpos fueron
encontrados en la línea de la frontera la pasada noche. Dos pertenecían a mi manada 5.

5
29
En el original pone LEAP que vendría a ser como se dice en ingles a los gatos cuando están juntos, pero en español no
El otro era tu sobrino, Alexander. —Sasha se giró y se alejó. —Sólo pensé que
querrías saber lo que los humanos piensan de nosotros viniendo a su mundo.

Rick se sentó allí aturdido y luego se deslizó de su auto. —¿Estás seguro?

Sasha no se molestó en darse la vuelta. —Mucho. A tu sobrino le gustaba jugar con


los gatos. Uno de mis hombres lo reconoció inmediatamente. Si vas a reclamar el
cuerpo de tu sobrino, no vayas tu mismo te estarías delatando. Envía a Nate.

Rick se quedó parado en el medio de la calle, sintiendo la pérdida de su sobrino


profundamente. Alexander había sido un buen chico. Estaba en su segundo año en la
Universidad 6 , y aquí en las vacaciones de verano. Rick sabía que al hombre le
gustaban los gatos. Era extraño, pero no había detenido a su sobrino de juntarse con
la manada de Sasha.

Pero ahora estaba muerto.

Y por qué, ¿Por ser cambiante?

Apretó sus puños, Rick subió devuelta a su auto. Esta noche era para su manada, una
celebración.

Pero mañana era para tener la venganza de Rick. Si descubría que habían sido
cambiantes o vampiros los que habían asesinado a Alexander, Rick sabía que iba a ir
a por sangre.

Pero si eran humanos, Rick iba a mostrarles exactamente como un hombre-lobo


buscaba su venganza. No habría cárcel o corte involucrada. Quien sea que asesinó al
pobre juvenil solo vería los fríos ojos vengativos de Rick antes de que murieran de
forma brutal.

6
tenemos una palabra para los gatos que van en grupo. Lo más parecido seria félido (sustantivo colectivo de gato) o
gatería ( junta o concurrencia de muchos gatos) por lo que se decide dejarlo como manada. 30
En el original college, pero pareció que era mejor poner universidad.
Capítulo 4
Dorian estaba de pie detrás del mostrador del deli en un aturdimiento. Habían pasado
dos semanas desde la “fiesta” y no estaba seguro de si había vuelto a la realidad aún.
Era uno de lo nominado para ser la pareja del Sr. Marcelo.

¿Cómo jodidos había sucedido?

Habían sido catorce días desde la fiesta, pero Dorian aun sentía como si estuviera
viviendo en algún tipo de universo alternativo desde que se había convertido en un
candidato.

—Cierra tu boca, Dorian. Estás de pie aquí viéndote como el idiota del pueblo. —
Jayson dijo mientras cortaba un pavo rustido. —¿Qué tienes que pareces tan agitado?
¿Huyes de un chupasangre?

Dorian cerró su boca.

Si Jayson sabía lo que le estaba pasando a Dorian, probablemente tendría noticia una
de primera plana. No había manera de que estuviera diciendo a la puta del chisme lo
que había tenido lugar en la casa de Miguel. El hombre atacaría a Dorian, asándolo a
la parrilla como algún detective de segunda clase queriendo detalles.

Detalles que Dorian no podría dar nunca.

Jayson rió. El sonido se frotó sobre la piel de Dorian como papel de lija. El fanatismo
del hombre rayaba hoy los nervios de Dorian. —¿Un qué?

Ajustó la pila de carne a un lado. Jayson caminó los pocos pasos que lo separaban de
Dorian, apoyándose cerca. —Tú sabes, vampiros. La gente está comenzando a
llamarlos chupasangres, y con razón. Ellos chupan sangre después de todo. Por qué,
¿eres amigo de unos pocos ahora?

Dorian quiso pegarle al tipo. —Eres una pequeña mierda prejuiciosa ¿no es así? —Él
sabía que no debía mofarse de Jayson. El hombre difundiría rumores por toda la
tienda de que Dorian era un colmillo adicto. Pero por el momento, Dorian tenía
problemas más urgentes que Jayson y su odiosidad. 31
—Yo pienso que encontraste unos pocos nuevos amigos. —Jayson hizo que la última
palabra sonara con tanto odio como podía y vagamente obscena. —Es bueno saber
que te gusta juntarte con gente muerta.

—¿Alguna vez dije que estuve con vampiros? Si empiezas algún maldito rumor,
Jayson, dejaré que todo el mundo sepa lo qué haces cuando estás solo en casa. —
Dorian tenía sus propios rumores para usar como mísiles. Interiormente se encogió
por lo que dijo acerca de Jayson. Infiernos, él nunca quería repetirlo en su propia
maldita mente mucho menos imaginarlo. Se le dijo que a Jayson le gustaba
pavonearse alrededor en lencería de mujer. No era vestir lencería lo que molestaba a
Dorian. Era la imagen vestida de Jayson lo que le dio asco. No era una imagen que
Dorian quería del hombre.

Jayson rápidamente miró alrededor antes de estrecharle los ojos a Dorian. —Esos
rumores no son verdad.

—Y tampoco lo es con el que me estás amenazando.

Jayson rió. —Sólo estaba jugando contigo. No hay daño, no hay falta.

Dorian no era demasiado aficionado a Jayson para empezar. Pero trataba lo mejor
posible de llevarse bien con la gente con la que trabajaba. Ahora Jayson estaba al
fondo de su lista de personas tolerables.

—¿Sobre qué están discutiendo? —Cherry preguntó mientras asomaba su cabeza


fuera por la puerta de la cocina. —Os pude escuchar todo el camino hasta aquí.
¿Algún chisme jugoso?

¿Qué demonios tenía ella, un radar de chismes?

—Nada. —Jayson replicó mientras él envolvía el pavo asegurándolo en el celofán y


metiéndolo de vuelta en el escaparate. —Dorian solo estaba soñando despierto.

Cherry arrugó su nariz. —¿Él se encuentra con no-humanos?

Estaba rodeado de idiotas.

Jayson le disparó una mirada sucia. —No, él dijo que no.

Dorian no estaba seguro a que estaba jugando Jayson, pero el rezaba para que el
hombre sólo cerrara la jodida boca.
32
—Sr. Marcelo. —Susurró Cherry y desapareció por la puerta de la cocina. Dorian
estaba demasiado aterrorizado como para darse la vuelta. Él no quería ver al hombre.
Había sido suficientemente malo que el gerente de distrito le intimidara, pero ahora él
aterraba completamente a Dorian desde que había descubierto la verdad acerca de
quién era y qué quería.

—Se ha ido. —Dijo Jayson. —Podrías conseguir sacar la mirada preocupada de tu


cara.

Dorian se estaba volviendo paranoico. ¿Jayson había descubierto lo que estaba


pasando? ¿Sabía que Dorian tenía que sacrificar una semana de citas con el gerente
de distrito? Peor, ¿qué haría Dorian si el Sr. Marcelo lo elegía?

—Ahora sólo luces estreñido. —Jayson rió. —¿Qué te pasa?

—Clientes. —Dorian advirtió, aliviado de poder esquivar la curiosidad de Jayson. No


había alguna parte de lo que estaba pasando que podría compartir con nadie, y
honestamente, él no quería. Era demasiado malditamente bizarro para empezar.

Miguel le dijo a Dorian que el Sr. Marcelo contactaría con él cuando fuese su turno
de ser invitado a cenar. Eso era un infierno de forma de decirlo. Más como una boda
rápida si él era elegido.

Dorian sólo quería acabar de una vez los sietes días y rezar como el infierno que el Sr.
Marcelo, también conocido como Sr. Alfa, no lo escogiera.

Terminado su periodo en el trabajo, Dorian registró su salida, gimiendo cuando


Miguel estaba esperándolo afuera. ¿No había hecho ya el hombre de su vida un
infierno viviente? ¿Ahora qué? ¿Dorian iba a ser nominado como la próxima pareja
de un vampiro?

—¡Hey, Dorian!

¿Cuán jodido era él tan malditamente alegre cuando la vida de Dorian estaba en
ruinas? Quería estrangular a Miguel, incluso si el chico estaba ahí de pie con una gran
tonta sonrisa en la cara. —¿Vas a casa?

—No, me dirijo a una fiesta de colmillos.

33
Miguel paró de caminar, su boca cayendo ligeramente abierta. —¿En serio? El Alfa
no va a estar muy feliz acerca de esto. —Miguel dijo bajo y con sentimiento.
Dorian rió. No podía evitarlo. Esta situación era demasiado extraña para él. —Estaba
bromeando, Miguel.

El chico no se veía convencido, pero sonrió una vez más. —No bromearía sobre eso
cerca del Alfa. El no tiene sentido del humor cuando se trata de apareamiento.

<<Jesús>> Dorian estaba temiendo toda la cosa de los siete días de citas incluso más
ahora que sabía que el Sr. Marcelo era un capullo estirado. Tal vez podría coger una
pulmonía en Agosto y excusarse de salir con el tipo.

—¿Hay alguna otra regla acerca de la que necesite saber? —Dorian preguntó. Si él
iba a ir a través de esto, podría saber qué esperar y qué no hacer. Tenía la sensación
de que no iba a salir de esto por lo que debía estar preparado. Sólo después de
haberse convertido en un nominado se le dijo que lo cambiantes vivían con un
conjunto diferente de reglas. Si quería desprenderse de esta locura con la cabeza
intacta, Dorian necesita asegurarse de no ofender al “Alfa”.

—Sólo sé tú mismo. El Alfa está buscando a alguien para pasar con él el resto de su
vida. Si pones pretextos, y luego más tarde se entera de que no eres quien fingió ser...
—Miguel se encogió de hombros.

Dorian se frotó las sienes. Esto era cada vez más y más complicado ¿Desde cuándo
salir con un chico había sido tan estresante? Los siete días todavía no empezaban, y el
estomago de Dorian ya estaba retorciéndose por los nervios.

—Voy a llegar tarde a mi autobús. —Dorian empezó a alejarse.

—El Alfa me va a llevar a casa. Puede llevarte también.

<<Cuando el infierno se congele>> —No gracias.

—¿Estás seguro? No es problema.

Dorian vio a su autobús que venía por la calle y comenzó a trotar hacia la parada de
autobús. —Puedo manejarlo. Nos vemos luego.

Miguel agitó el brazo y luego comenzó a hacer su camino hacia el estacionamiento.


Dorian ni siquiera esperaba averiguar qué auto conducía el Sr. Marcelo.

No le importaba.

El viaje en autobús parecía más largo de lo normal ya que todo lo que Dorian quería 34
hacer era llegar a casa y esconderse del mundo.

Pero el destino tenía otros planes.

Un coche patrulla estaba afuera de su casa cuando Dorian llegó. Él no tenía idea de
qué estaba pasando, y su corazón estaba latiendo salvajemente. ¿Alguien estaba
herido? ¿Uno de los miembros de su familia era víctima de un crimen, o peor? El
suspenso lo estaba matando. Si le pasaba alguna cosa a su familia, Dorian estaría
devastado.

—Ahí estás. —Dijo su madre con una voz tensa. Ella miró a Dorian y luego de vuelta
a los policías, quienes estaban de pie en el comedor. Ambos oficiales de policía se
volvieron a mirarlo, y Dorian no tenía un buen presentimiento acerca de por qué
estaban aquí.

—¿Este es su hijo? —Preguntó uno mientras ondeaba una mano hacia Dorian.

—Sí, este es Dorian.

—Dorian Campbell, tenemos una orden para tu arresto por asesinato de Alexander
Marcelo, Edgar Ecosto, y Thanas Ecosto.

—¿Qué diablos está pasando? —El padre de Dorian bramó. —Dijeron que sólo
querían hacerle unas preguntas ¡Nunca dijeron nada sobre arrestarlo!

—¡No he matado a nadie! —Dorian gritó mientras sus brazos eran sujetados por
detrás. – Esto ha sido un error.

—Dile eso al juez. —dijo el policía colocándole las esposas.

—¡Ustedes chuchos engañosos! —gritó su madre indignada. —¡Cómo se atreven a


venir aquí y mentirnos!

—No dejes caer el jabón. —susurró Ian. —Iré a visitarte. —Sabía que Ian estaba
cagado de miedo y estaba usando el humor para decirle a Dorian que lo amaba. Esa
era la manera de Ian, y Dorian amaba al chico por eso.

—Estoy consiguiendo a un abogado, hijo. No digas una maldita cosa a nadie. —su
padre dijo mientras los seguía fuera al auto. Dorian podía ver a los vecinos viniendo
fuera, sus cabezas estirándose para ver qué estaba pasando.

Tal vez él sería el que estaría siendo noticia de primera plana mañana ¿No amarían 35
Jayson y Cherry precisamente eso?

—¡Vuelvan adentro, ustedes mirones desagradables! —Gritó su madre. —¡Esto no es


su maldito asunto!

Dorian nunca había oído a su madre maldecir antes. Ni siquiera estaba seguro de si
maldición era una palabrota, pero ella la empuñó con orgullo y sentimiento.

<< ¡Vamos mamá!>>

Estaba tan jodido.

Él fue puesto en la parte de atrás del coche de policía, nada espectacular, sin sirenas
resonando o luces intermitentes mientras ellos se alejaban. Si iba a avergonzar a toda
su familia por ser arrestado, ellos podrían haberse saltado al menos los semáforos y
darle una gran salida.

La mente de Dorian estaba acelerada. Él sabía que su familia no podía permitirse un


abogado. Ni siquiera conocía a los hombres de los que era acusado de matar. Sin
embargo reconoció el nombre Marcelo. Dorian no estaba seguro de si el Sr. Marcelo
estaba conectado a esto o si era pura coincidencia que el gerente de distrito
compartiera su apellido con uno de los fallecidos.

No, no había forma en que los nombres fueran sólo coincidencia.

Pero ellos no podían estar hablando de su gerente de distrito. Demonios, Miguel


estaba consiguiendo un viaje a casa del tipo. El Sr. Marcelo no podía estar muerto.

<< ¿Un pariente tal vez? >> ¿Pero por qué acusarían a Dorian del crimen? Él ni
siquiera conocía a nadie llamado Alexander. Podría ser el primer nombre del gerente
de distrito ya que Dorian no lo sabía, pero él no estaba seguro.

—Confiesa qué lo hiciste, y quizás el fiscal del distrito haga un trato contigo. —Dijo
uno de los policías desde delante. —Nadie te recriminara que tres animales estén
muertos.

Dorian enroscó sus labios. Él sabía que la realización de que habían más que
humanos habitando la Tierra no era confortable para algunos. También sabía que
habían grupos de odio apareciendo en todas partes. Pero lo que lo sorprendía era oír a

36
los policías hablando así. ¿No se suponía que eran neutrales?

—Él está tomando el consejo de su viejo callándose. —Dijo el otro policía. —Déjalo
conseguir un abogado. Va a decirle la misma cosa.

Dorian no estaba escuchando. Él tenía problemas más urgentes.

Cómo la forma de salir de este lío.

El auto paró en un semáforo en rojo. Dorian miró a la gente que caminaba alrededor
libremente. ¿Cómo había sido acusado de un crimen que no cometió? Era ilógico. La
ubicación de donde aquellas personas fueron asesinadas no le fue revelada, pero
Dorian estaba bastante seguro que él no estaba en cualquier sitio cercano al lugar en
el tiempo en que los tres fueron asesinados.

Dorian levantó la vista a tiempo para ver la puerta del conductor y del pasajero
abiertas al mismo tiempo. Dio un parpadeo largo, no creía lo que estaba viendo.

Esto no podía estarle pasando.

—Vamos, sal. —Dorian se retiró cuando la puerta fue abierta y uno de los
enmascarados lo agarró. —No tenemos tiempo para ir con cuidado. Sal joder.

El hombre agarró los tobillos de Dorian y lo tiró a través del asiento trasero hasta
levantarlo y empujarlo en otro auto. Podía ver a los otros dos enmascarados esposar a
los policías juntos y empujarlos en el asiento trasero del carro patrulla. Los policías
estaba gritando por ayuda, pero nadie estaba alrededor para oírlos, nadie excepto
Dorian y sus secuestradores. Por alguna extraña razón, la calle parecía
repentinamente toda desierta.

—¿Qué en el infierno están haciendo? —Gritó, tratando la mejor manera de


levantarse, pero las esposas le impedían hacer la transición de estar acostado a
sentado. Sólo no era posible con sus manos esposadas en su espalda.

—Permanece inmóvil. —Uno de los enmascarados dijo. —No me hagas noquearte.

Dorian no estaba seguro de que sería una mejor opción justo ahora. Él estaba
entrando en pánico. Podía sólo sentirlo. —¿Por qué en el infierno acaban de
secuestrarme de un coche policía?

—Golpearé tu culo afuera. —Era el conductor esta vez.

—Te lo advertí. —El hombre en el asiento trasero dijo mientras oscilaba un puño a
Dorian.
37
Dorian apenas lo esquivó, pero lo hizo. El hombre maldijo cuando su puño se estrelló
en la puerta.

—¿Tengo que parar el coche en la cuneta? —El conductor de nuevo.

—No hay una jodida manera de que un humano esté superándome.

<< ¿Humano? Mierda>> Dorian parecía tener su culo profundo en los cambiantes
últimamente. Ellos no eran vampiros. Estaba a plena luz del día afuera. —¿Es esta la
manera del Sr. Marcelo de empezar nuestros siete días?

Si lo era, el hombre tenía que darle algunas explicaciones. No sólo Dorian estaba
siendo arrestado por tres asesinatos que no había cometido, sino que ahora también
sería cargado con ser secuestrado de un coche patrulla.

No, eso no estaba bien. Ellos encontrarían una forma de culparlo de este escape. Este
día no estaba marchando como había planeado.

—¿Sr. Marcelo? ¿Quién jodidos es? —el que trató de golpear la mierda fuera de él
preguntó.

—No importa. —Dorian no iba a divulgar alguna información que no era necesaria.
No estaba seguro de qué en el infierno estaba pasando, pero diciéndoles acerca del
Alfa cambiante no parecía como la decisión más acertada.

—Sólo cállate.

Dorian estaba comenzando a odiar al conductor.

—Mira, sólo siéntate atrás y estate quieto antes de que realmente me hagas herirte.

Dorian decidió que ya que no podía escapar, sentarse atrás y callarse parecía lo que
había que hacer.

Y desde la abolladura en la puerta, él realmente no quería que el tipo conectara su


puño con la cara de Dorian.

38
Capítulo 5
—¿Qué significa que fue arrestado por asesinato? —Rick preguntó, mirando a
Miguel como si tuviese dos cabezas. No podía haber oído al juvenil correctamente.
No había una maldita manera.

—Llamé a su casa y le dije a los padres de Dorian que era un compañero de trabajo y
estaba preocupado de que él no se hubiese presentado a trabajar hoy. Ellos me dijeron
que estaba siendo acusado de asesinar a tres personas.

Rick agarró el teléfono de su escritorio, marcando al número de teléfono móvil de su


ejecutor superior. —Nate. Te necesito urgentemente en la estación de policía y
descubre qué está pasando con Dorian.

—¿Tú nominado?

—Sí. —Rick gruñó.

—Estoy en eso.

Rick deseó poder ir él mismo, pero tenía una reunión con el personal que atender. Ser
el jefe no significaba que podía ir y venir a su antojo. Eso sería de ayuda ahora
mismo, pero no era posible. Además si aparecía en la estación de policía, era más que
probable que sería acusado de ser un cambiante. Nate estaba bien. El podía contar
una historia que fuera plausible y tener a los policías creyéndola.

Rick estaba demasiado cabreado para ni siquiera intentar mentir ahora mismo.

Hurgando en su escritorio por sus notas, Rick trató la mejor manera posible de poner
a Dorian fuera de su mente. Él tenía planeado salir con Dorian al final. Eso le daría
una oportunidad para decidir qué iba a hacer con el humano durante siete días.

Él debería haber comenzado a salir con Omar y luego con Silvia por ahora, pero Rick
había encontrado una excusa u otra para posponer las cosas. Sabía que la manada no
iba a esperar mucho más.

Afortunadamente, ni Omar ni Silvia se habían quejado a Rick de no verlos todavía.


Rick estaba tratando de ganar tiempo, rezando encontrar una manera de salir de toda 39
esta cosa del apareamiento.

Nada había venido a su mente todavía, pero él no se daba por vencido.

—¿Vas a pagar su fianza? —Preguntó Miguel, una expresión preocupada en su cara.


—Sabes que él no ha matado a nadie.

Rick no conocía una mierda acerca de Dorian. Todo lo que sabía era que Dorian era
un empleado humano quien trabajaba en la sección del deli y uno de sus nominados.

Ese era el alcance de su conocimiento.

—Vamos a esperar y ver qué descubre Nate. —No había necesidad de levantar los
brazos, todavía.

—Gracias. —Miguel le sonrió a Rick antes de dejar la oficina.

Rick sacudió su cabeza. <<Juveniles>>

Desafortunadamente, Rick sabía que tenía que rescatar a Dorian. Tan arcaica como
era la ley de la manada algunas veces, él sabía que Dorian tenía hasta la fecha por una
semana. Eso era algo difícil de hacer si el hombre estaba tras las rejas. No estaba
seguro de si sería penalizado por los ancianos o su manada si les decía que Dorian
estaba indispuesto.

Como Alfa, podía hacer los cambios necesarios, pero la más antigua de las leyes de
los cambiantes estaba escrita en piedra. Todos los cambiantes acataban las reglas. No
importaba si ellos eran lobos, leones, leopardos, o ciervos. Ellos atendían los decretos
antiguos.

Y la ley de apareamiento era casi tan antigua como podía ser. Era anticuado, pero
nada había que Rick pudiera hacer sobre eso. Tres candidatos habían sido elegidos.
Tres candidatos serían considerados.

Rick sólo esperaba no tener la cita con Dorian detrás de una gruesa pieza de plexiglás.

Frunció el ceño cuando el teléfono de su oficina sonó. La reunión no era hasta dentro
de media hora. Nadie tenía que estar llamándolo. —¿Hola?

— ¿Es el Alfa Enrique?

Los cabellos en la nuca de Rick subieron una fracción. Él no reconocía la voz, quien
fuera estaba usando un tono suave, como si estuviera asustado de que alguien lo
40
oyera. —Depende de quién esté llamándome. —Y en el trabajo nada menos. ¿Estaba
loco? Si alguien descubría que Rick era cambiante, él estaba jodido.

—Necesitamos hablar. Tengo a su candidato humano. Nos vemos en el Great Oak


Forest, entrada sur al atardecer.

— ¿Quién es-? —Rick gruñó cuando el que llamaba colgó. Él estaba usando a Dorian,
un humano que realmente no conocía, como palanca. ¿Cuán jodidamente estúpido era
eso? Pero Rick sabía que iría. No sólo tenía que defender las leyes de apareamiento,
sino que como Alfa, él no podía estar tranquilo mientras un ser más débil era tomado
como rehén.

Rick cogió el teléfono de nuevo, esta vez marcando a Nate.

—Estaba a punto de llamarte. —Dijo Nate antes que Rick tuviera la oportunidad de
hablar.

—Déjalo. Dorian ha sido secuestrado. Quiero que reúnas a los ejecutores y nos
veamos en Great Oak Forest al atardecer, entrada sur, pero asegúrate de que ninguno
de vosotros sea visto.

—Mierda, Rick. ¿Qué está pasando?

—No estoy seguro, pero quienes sean que estén detrás de esto, tienen a Dorian. No
puedo ignorarlo, incluso si Dorian es un candidato humano. —A Rick realmente no le
gustaba la idea de ser emparejado a un humano, pero le gustaba aún menos la idea del
humano siendo lastimado. Protegía a los débiles, y no debería importar si los débiles
no eran cambiantes.

Rick pudo oír un suspiro pesado en el otro extremo. —No importa. He llamado y me
dijeron, por nuestro chico en el interior, que Dorian creó su propio escape, lo cual es
difícil de creer considerando que el hombre sólo era arrestado. Pero ellos están
diciendo que tuvo ayuda para alejarse de los policías. Hay un APB 7 para él ahora.
Necesitamos encontrarlo antes que los policías lo hagan.

—Estoy trabajando en eso. —No tenía idea de quién tenía a Dorian, o qué querían
ellos, pero iban a descubrir pronto lo qué jugar con el Alfa de la manada local de
hombres-lobo conllevaba.

7
Significa All ponints Bulletin que en español equivaldría a algo así como “orden de busca y captura”
41
Él puede que tenga que jugar bien en el mundo humano, pero Rick no era alguien a
quien joder cuando se trataba de su manada. Y desde que Dorian era un candidato,
por ley, él era de la manada hasta que Rick hiciera su decisión.

Rick sacó su Mustang fuera de la carretera principal, conduciendo hasta una carretera
de acceso y estacionando su coche. Haciendo que su coche fuera difícil de ver para
alguien si fueran conduciendo. Siendo plateado, no era fácil de esconder, pero estaba
estacionado lo suficientemente lejos para que alguien tuviese que estar realmente
mirando para detectarlo.

Tan pronto como salió, inhaló profundamente, olfateando el área. Él podía oler
cambiantes, pero ellos estaban lo suficientemente lejos para que no pudiera detectar
qué raza. También había algunos hombres-lobo cerca. Rick olió a la manada a su
alrededor. Nate estaba aquí con apoyo, escondidos en la arboleda del bosque.

Seguro que estaban cubiertos sólo en el caso de que quien lo estaba obligando a estar
aquí tuviese más hombres de los que podía manejar, Rick empezó a caminar de
regreso a la carretera de acceso. Se detuvo cuando un hombre caminó desde detrás de
un árbol.

—Alfa Enrique.

— ¿Tú eres? —preguntó, usando un tono que decía a quien quiera que el hombre era,
que él no era importante. Nunca mostraba debilidad a otros, precaución, pero nunca
debilidad. Era una forma segura al estar bajo ataque. Su plato ya estaba lleno. Rick no
tenía necesidad de agregar más dolores de cabeza.

—Soy uno de los hombres-rata. Mi rey quería que me reuniera con usted.

— ¿Su rey tiene agallas o siempre envía a sus subordinados a hacer todas sus ofertas?
— Iba a atacar a quien sea que fuera el rey. Rick no estaba consciente de que una
manada de hombres-rata se había trasladado al área. Él gobernaba este territorio y
deberían haber pedido permiso primero. Le molestó que los hombres-rata pensaran
que sólo podían mudarse justo allí.

El hombre ondeó una mano hacia el estacionamiento. Alguien salió de un sedán


negro y se paró en la puerta trasera, viéndolos, pero custodiando el auto. << Dorian
42
debe estar en el asiento trasero. >>

El tipo que estaba hablando con Rick volteó a enfrentarlo. —Soy León. Hablé
contigo antes por teléfono.

—Si tienes un punto, hazlo. —Rick se estaba cansando de estos juegos.

—Nuestro rey ha desaparecido. Nos gustaría su ayuda para encontrarlo.

—Primero que todo, tú me dijiste que tu rey quería que te encontraras conmigo.
¿Ahora estás diciendo que está desaparecido? Y segundo, ¿secuestraste a uno de los
miembros de mi manada pensando que podría ser intimidado para hacer el trabajo
sucio?

León rápidamente sacudió su cabeza, su expresión era de pánico. —No, pero


rescatamos a su nominado de ir a la cárcel. Le tendieron una trampa. No habría
habido ninguna fianza para él, y la evidencia es hermética.

Rick se tensó. La noticia sobre sus candidatos se había esparcido rápido como el
fuego. Eso era de esperarse en el mundo cambiante. Lo que no tenía que sentarle bien
era, según él, lo expertas que eran las ratas acerca de lo que estaba pasando con
Dorian y los policías. —¿Y cómo sabes todo esto?

Alcanzando su chaqueta, León retiró un sobre —Las hienas me enviaron esto. Ellas
quieren tomar el control de su territorio. Pensaban enviar a su nominado a la cárcel y
comenzaría a rodar la bola. —León entregó el sobre. —No estoy seguro de por qué
ellos me dieron esto. Tenían que saber que yo se las mostraría.

Rick abrió el sobre, rechinando sus dientes a las imágenes de dentro. Había fotos de
varios miembros de la manada, cada uno en varias fases de cambio. Esto podría
destruir muchas vidas si la prensa las conseguía. —Supongo que estas son copias.

—Lo son. Pero también tenemos la misma evidencia en contra de los cambiantes rata
asimismo. Sospecho que ellos son los únicos detrás de la desaparición de mi rey.

—¿Conoces su siguiente movimiento?

León sacudió su cabeza.

—Podrías haber venido a mí con esto. No había necesidad de la mierda de capa-y-


43
espada8.

León rio. —Es nuestra manera. No somos una amenaza. ¿Desearía tener a su
nominado de regreso ahora?

—¿Qué jodidos crees? —Rick preguntó mientras metía el sobre en su bolsillo. Algo
le decía que la desaparición del rey era sólo un ardid para un gran complot. Él sólo no
estaba seguro de cuál era ese complot.

—Mantenerlo oculto. Él es un hombre altamente buscado ahora mismo. Hasta que


derroten a los cambiantes hiena y limpien su nombre, la policía no parará hasta que lo
atrapen.

El hombre que estaba de pie al lado del coche abrió la puerta de atrás. Rick vio a
Dorian sentado en el asiento trasero, sus manos esposadas detrás de su espalda y
viéndose asustado como el infierno. El cambiante rata ayudó a Dorian a salir y
entonces cerró la puerta.

—Ven aquí, Dorian.

El humano se movió rápidamente a través del estacionamiento, casi tropezando unas


pocas veces a lo largo del camino. Rick podía ver el miedo en los ojos marrones del
hombre, pero Dorian no dijo una palabra. Rick se acercó y dio la señal. En unos
segundos ellos estaban rodeados por cambiantes lobo. —Lleva a Dorian a mi auto.

León miró sorprendido el que ellos no habían estado solos. Empezó a retroceder hasta
el estacionamiento cuando los hombres-lobo empezaron a rodearlos. —¿Podemos
esperar su ayuda en este asunto? —León preguntó, sus ojos yendo desde Rick a los
otros cambiantes.

—Tú tendrías que haber pedido permiso para entrar en mi territorio.

—No nos hemos movido. He venido a usted desde nuestro propio territorio. Aun
vivimos en Freelawn County.

<< Bien, demonios. >>

—Te llamaré cuando sepa algo. —Freelawn estaba entre Sheldon County y Hamilton
County. Rick estaba un poco más aliviado sabiendo que los hombres-rata no se

44
habían movido sin pedir permiso primero. Demostró que no eran estúpidos.
8
Es una frase hecha, en español sería algo como “sin necesidad de tanta tontería de intriga y misterio”
León alzó sus manos como si agarrara el brazo de Rick, pero se detuvo y dejó caer su
mano. —Es nuestro rey, alfa Enrique. Estamos perdidos sin él. No estoy seguro lo
bien que tomará la noticia de que vinimos a ti por ayuda.

Por ley, Rick tenía derecho a interferir en los asuntos de los hombres-rata ahora. Ellos
habían venido a él. Más que nada ahora le debían mucho. Pero Rick no quería eso. Él
tenía un dolor de cabeza lo suficientemente grande tratando con su propia manada
cambiante.

—Te llamaré.

León no se veía feliz con la respuesta de Rick, pero asintió. —Mi número de teléfono
está en la parte de atrás del sobre.

Rick quería tranquilizar al cambiante rata de que trataría lo mejor posible de


encontrar a su rey, pero no podía mostrar ninguna debilidad en frente del hombre.
Sospechaba que León era la mano derecha del rey. Cualquier cosa que dijera sería
reportada de vuelta al rey.

Rick estaba a medio camino a la carretera de acceso cuando León gritó. —Su nombre
es Edward.

—¿Qué? —Rick dijo mientras se daba la vuelta.

—Mi rey. Su nombre es Edward Costello.

Rick asintió, pero se mantuvo caminando. Él no podía dejar que León supiera que
conocía el nombre de Costello. Había sido un muy largo tiempo desde que lo había
oído, pero sabía que tenía que ayudar a Edward.

Por alguna desconocida razón, él quería comprobar a Dorian, asegurarse de que el


humano estaba ileso. Él se veía exhausto, pero Rick no había notado moretones en el
hombre u olido lesiones.

—¿Qué es lo que quieres que nosotros hagamos? —Nate preguntó mientras se acercó
más a Rick.

—Encuentren a esos jodidos cambiantes hiena. Déjame saber dónde se están


ocultando. Si es una guerra lo que quieren, entonces una guerra tendrán.

Su ejecutor superior asintió y luego desapareció en el grueso bosque que les rodeaba.
Rick se deslizó en el asiento del conductor, mirando por encima a Dorian. —¿Estás
45
herido?

Dorian sacudió su cabeza rápidamente. —Fui demasiado rápido y esquivé el puño.

Rick se sentó ahí aturdido. Ellos habían tratado de golpear a su candidato ¿y luego le
preguntaban por ayuda? ¿Estaban locos? Él extendió la mano, tirando de la barbilla
de Dorian, volteando su cara atrás y adelante. Él necesitaba comprobarlo por sí
mismo.

—Estoy bien.

Rick liberó al humano y encendió el auto. Se alejó, y condujo fuera del bosque,
rumbo a casa. No estaba seguro de qué hacer con Dorian. No tenía planeado estar con
el hombre hasta más tarde.

Esto iba a hacer que las otras dos opciones se sintiesen muy incomodas. Pero
entonces de nuevo, Rick no había empezado a salir con ninguno de ellos
considerando que estaba tratando de encontrar una manera de salir de este embrollo
de apareamiento.

Él empujó el pensamiento aparte. No había nada que pudiera hacer sobre eso por el
momento. Ahora mismo necesitaba averiguar qué hacer acerca de los cambiantes
hiena. Ellos habían declarado abiertamente la guerra a los cambiantes lobo. Rick no
podía dejar el reto ir. Si lo hacía, dejaría a su manada vulnerable. Aun necesitaba
averiguar qué le había pasado a Alexander. No había olvidado la muerte de su sobrino.
Parece que cuando llueve, se derrama. Y había pensado que su vida era complicada
con la ceremonia de candidatos de dos semanas atrás. La mierda no parecía acabar
últimamente.

—¿Qué pasa? —Rick preguntó mientras entraba a la autopista.

Dorian miró a Rick y luego se volvió hacia la ventana, hundiéndose en el asiento lo


mejor que podía, considerando que el hombre estaba esposado. —Cuando llegué a mi
casa desde el trabajo, esos policías estaban esperando por mí. Ellos me arrestaron por
el asesinato de tres personas. A medio camino a la estación de policía, asaltaron el
coche con violencia. Sólo que, ellos no querían llevarse el auto. Yo era su objetivo.

—La policía piensa que tuviste algo que ver con tu escape.

—Figuré que lo harían. ¿Qué voy a hacer? —Dorian sonaba desesperado. Rick no
podía culpar al chico. Él estaba en la lista de los más buscados ahora mismo, y el
46
humano no había hecho una maldita cosa mal.

— Permanecerás en mi casa hasta que descubramos que pasa. —Tal vez podría salir
con Dorian primero. El chico ya iba a vivir con él por el tiempo que durase esta
locura. Con suerte Rick podría resolver el problema y tener al hombre fuera de su
casa para la segunda semana. Él sabía que Silvia no daría la bienvenida a alguien
entrometiéndose en su tiempo con Rick.

Rick gimió. Él realmente, realmente no quería seguir adelante con esto. Tenía que
haber una manera de salir de esta unión forzada.

—¿Por qué está esto pasando? —Dorian preguntó, meneándose un poco en el asiento
y recordándole la necesidad de conseguir liberar al humano de las esposas.

—Desafortunadamente, tú has sido arrastrado a un asunto cambiante.

Dorian deslizó sus ojos hacia Rick, la coloración marrón volviéndose más oscura. —
¿Mi vida está arruinada por algún asunto cambiante? ¿Le importaría explicarme por
qué estoy compartiendo una celda de prisión con Bubba?

Rick detuvo la sonrisa antes de que se formara. Parecía que Dorian tenía un retorcido
sentido del humor. A Rick le gustaba eso. —Las hienas quieren mi territorio.

—A partir de las esposas que estoy luciendo alrededor de mis muñecas, tengo que
decir que es una cosa mala. —Rick miró desde la esquina de su ojo como Dorian se
escabulló del asiento, empujando sus brazos hacia abajo, y luego tirando a sus piernas
fuera. Ahora las manos de Dorian estaban sentadas en su regazo.

<< Flexible. >>

—Estaban molestándome.

Rick asintió, pero no dijo ni una palabra. Estaba luchando con el hecho de que Dorian,
un humano, le interesaba.

Rick no había esperado eso. Se suponía que Dorian sería tan aburrido como un
humano podía ser, hablando en la oreja de Rick sobre nada importante, e irritándolo
hasta la muerte.

Dorian no estaba irritándolo.

El hombre estaba atrapando toda la atención de Rick. 47


Dorian suspiró. —Tengo unos pocos lugares en los que puedo quedarme. No tiene
que encargarse de mí.

El pensamiento molestó a Rick. —Desde que estás aquí, también podrías ser la
primera persona que llegue a conocer.

—Oh. —Dorian miró afuera de la ventana de nuevo, entrelazando sus dedos juntos,
haciendo que los brazaletes plateados se vieran como joyería en lugar de esposas de
acero. El sol brillaba en ellos, tentando a Rick a extender la mano y correr sus dedos
encima del frío acero.

—¿Oh?

Dorian se volteó frente a Rick. —¿Puedo ser honesto con usted, o te volverás peludo
y me arrancarás la cabeza?

Rick se rio esta vez. —Adelante.

—No estoy realmente en todo esta cosa de la candidatura. No creo que debieran ser
forzados a emparejarse a alguien. —Dorian puso énfasis en la palabra emparejarse.
—Las personas deberían ser capaces de elegir con quien ellos quieren pasar el resto
de sus vidas, no una cita rápida y luego quedar enganchado.

El hombre estaba hablando los pensamientos exactos de Rick. No estaba de acuerdo


con lo que estaba pasando también, pero no había manera de salir de ello. —Voy a
tomar eso en cuenta.

¿Qué más se supone que iba a decir? Él no iba a decirle a Dorian que estaba igual de
jodido que el humano.

—Solo pensé que sería rechazado. —Dorian se sentó atrás, volviéndose tranquilo
mientras Rick conducía a casa.

El humano estaba haciendo más que atrapar la atención de Rick ahora, él estaba
completamente intrigado.

48
Capítulo 6
Edward miró alrededor de la habitación en la que estaba siendo retenido. No podía
creer que había sido lo suficientemente estúpido como para ser capturado. Si ponía
sus manos en los cambiantes hienas responsables de estar aquí, iba a desgarrar a esos
bastardos.

León estaba a cargo hasta que Edward encontrara una manera de salir de esto. Él
tenía confianza en el cambiante rata, pero León no era un líder. El hombre podría
pedir ayuda afuera. Ellos ya habían hablado acerca de eso. Era la manera de Edward
de salvaguardar a su manada. No quería a León a cargo. El cambiante rata no sabría
qué hacer. El pensamiento de León yendo a Enrique por ayuda hacia a Edward
apretar sus molares. Había gobernado por más de una década. Ni una vez había
pedido ayuda a otro grupo cambiante.

Pero él no tenía opción por el momento y Enrique le debía una. Bueno, técnicamente
no a él, pero era una deuda familiar de la que iba a sacar provecho. Con suerte
Enrique sería un hombre de integridad y haría honor a la deuda de su padre.

Ni siquiera debería estar en este lio en este momento. Eso era lo que se merecía por
dejar que una cara bonita lo distrajera.

—¿Qué estás haciendo allí, rey?

Edward ignoró a la hiena. Ellos no le habían hecho nada pero se burlaban de él desde
su captura. Vio los débiles ojos amarillos sucios mirándolo, la expresión burlona. El
colorido de los ojos de las hienas hacía pensar a Edward en un periódico viejo. La
vitalidad se había ido. Nada quedaba sino un frágil recordatorio de lo que una vez fue.

—¿Por qué no vienes aquí y lo descubres? —Él gruñó la respuesta. —¿O sólo eres
valiente cuando hay una puerta entre nosotros?

—Jódete. —La hiena golpeó el panel cerrado y se alejó.

<< Cobarde. >>

Edward se sentó en el suelo, apoyando su espalda en la pared mientras miraba arriba


al techo. No importaba cuanto tiempo había buscado en la habitación, no podía
49
encontrar ninguna pequeña abertura por la que escapar. Siendo un cambiante rata, él
podía cambiar a una criatura del tamaño de un gran gato doméstico y meterse a
presión a través de casi cualquier abertura.

Pero los cambiantes hiena se habían asegurado que esa opción no estuviera
disponible para él. La habitación era hermética excepto por la pequeña ventana en la
puerta, que tenía un panel de acero deslizante. Lo que más cabreaba a Edward era el
hecho que estaba siendo usado como carne de cañón para los lobos. Las hienas ni
siquiera lo querían, o a su raza, no que él fuera consciente. No conocía al alfa local de
cambiante lobo, pero había oído que Enrique era justo y equitativo. El cambiante no
dejaría a Edward en esta situación.

Él rezaba para que los rumores fueran verdad, y esperaba que no lo fueran. A Enrique
le estaban tendiendo una trampa, y Edward no quería ser utilizado en la caida del alfa.
Pero quería salir de este agujero de culo apestoso en el que había sido empujado. El
lugar le estaba disgustando. El moho crecía a lo largo de las paredes de piedra, y
había algo pequeño y maloliente en una esquina. Él no se iba a acercar y averiguar
que era.

Edward gruñó mientras golpeaba su cabeza contra la pared. Sólo porque era una rata
no significaba que podía ser usado de cualquier manera. Su manada era fuerte, con
una gran cantidad de miembros, y había caído por una jodida cara bonita. Dios,
necesitaba ser disparado y puesto fuera de su embarazosa miseria.

Él nunca iba a superar la vergüenza.

—Muévete lejos de la puerta.

Edward trató de la mejor manera posible sobrepasar a su guardia, pero el cambiante


lo cogió en el último minuto, si hubiera sido lo suficientemente rápido habría
escapado. No dejaron nada más a la suerte después de ese intento de huida en el
pasado.

Había otro hombre con él, sosteniendo una pistola que era dirigida directamente a la
cabeza de Edward.

—Cena.

50
—No tengo hambre.

—Haz lo que quieras. —El guardia entreabrió la puerta y deslizó la bandeja,


cerrándola rápidamente detrás de él. Tan hambriento como Edward estaba, él prefería
morir de hambre que comer la bazofia que estaban tratando de darle de comer. Estaba
probablemente envenenada.

Rezaba por encontrar una manera de salir de esta situación antes de que alguna cosa
le pasara a su manada. Él había estado preso por dos días y no había forma de saber
lo que harían las hienas si permanecía encerrado por mucho más tiempo.

Edward rezó para que León tuviese el suficiente sentido común para buscar a Enrique.
Aunque el pensamiento lo cabreara. Si su segundo al mando no lo hacía, no sólo
Edward moriría en este miserable lugar, sino que sería marginado por los humanos
fanáticos de los cambiantes. Si eso pasaba, no había duda en su mente que perdería
no sólo su trabajo como director de IT, sino su título duramente obtenido.

Él quería matar al cambiante león quien pensaba que decirle al mundo que existían
era una jodida brillante idea.

Rick maldijo por lo bajo al mirar delante de él. —¡Abajo!

Dorian se deslizó al suelo, metiéndose a sí mismo entre el asiento y el salpicadero.

—¿Qué va mal?

—Hay coches de policía afuera de mi casa. —Las hienas eran implacables. Parecía
que ellas no iban a parar hasta que Dorian estuviera tras las rejas. Pero Rick tenía la
sensación de que no estaban buscando al humano esta vez.

Entró en la entrada de coches del vecino atravesando la calle y manteniendo su


camino hasta llegar al final de la entrada de coches tras la casa. Le daba suficiente
cobertura. Se volvió en su asiento y miró hacia su casa.

—¿Piensas que ellos están buscándome?

Mirando hacia el suelo del coche, Rick sólo vio un borde de miedo en los ojos de
Dorian. ¿Cómo podía alguien estar tan calmado cuando estaba sentado con esposas

51
alrededor de sus muñecas y sabiendo que la ley estaba cruzando la calle? Sacudió su
cabeza. —Yo creo que ellos están buscándome.
Dorian se empujó un poco más alto. Descansando la parte superior de su cuerpo en el
asiento. —¿Por qué te estarían buscando?

Dándose la vuelta, Rick se acomodó. —Porque uno de esos chicos asesinados era mi
sobrino. Los cambiantes hiena están tratando de hacerse cargo de mi territorio, y
parece que han encontrado una manera de conseguir a ambos fuera del cuadro.

Una mirada desconcertada atravesó el rostro de Dorian. —Puedo entender por qué
ellos incitaron a la policía hacia ti, ¿pero por qué yo? Soy humano. No tengo nada
que ver con territorios o cambiantes.

Era por esto qué Miguel nunca tuvo que considerar poner a Dorian como candidato.
El hombre no entendía una maldita cosa de lo que estaba pasando o de políticas
cambiantes. —Porque, si te elijo, entonces tú serás tan importante como yo lo soy, si
no más.

—Aún no lo entiendo. —Dorian gruñó.

—Si ellos te toman, o fueras arrestado, ellos saben que yo haría cualquier cosa para
conseguir a mi pareja de vuelta. Haría todo lo que estuviera a mi alcance para
asegurar tu seguridad. Eso me hace vulnerable. —Y esa era una de las razones de por
qué Rick posponía el emparejamiento. No le gustaba a alguien teniendo influencia
sobre él.

Dorian se deslizó de vuelta abajo hacia el suelo. —Ese es el por qué no debes
escogerme.

—No, mierda. —Convino Rick. El hombre estaba resultando ser más problemático
de lo que valía la pena. La culpa lo inundó. No, Dorian ni siquiera estaría en este lio
si no hubiera sido por Rick. El hombre estaría de pie detrás del mostrador del Deli
escuchando a Jayson y Cherry hablar mierda sobre los no-humanos. —¿Por qué
dejaste a Jayson acusarte de reunirte con vampiros?

La cabeza de Dorian se levantó, y luego sus ojos se estrecharon. —Miguel me dijo


acerca de la audición de los cambiantes.

—Responde la pregunta, Dorian. —Rick pudo decir que Dorian estaba haciendo
tiempo. Esta táctica era usada en los jóvenes, no en el que podría ser su pareja.

—¿Qué quiere que diga, Sr. Marcelo? No estoy seguro de cómo me siento acerca de
las criaturas que asustan en la noche, pero me molestó saber que Jayson estaba
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tratando de amenazarme. Estaba de pie alrededor de algún tipo de neblina después de
la “fiesta” de Miguel, y Jayson me atrapó. Él quería saber si tenía algunos amigos
colmillos. —Dorian sacudió su cabeza y tiró de sus manos esposadas más cerca de su
cuerpo. —Si empezaba esos rumores acerca de los amigos con colmillos…

—Podrías perder tu trabajo y serías algún tipo de paria entre tus compañeros. —El
pensamiento de que Dorian negara conocer a los no-humanos lo enfermaba y lo hizo
sentirse como un hipócrita al mismo tiempo. ¿No estaba haciendo exactamente lo
mismo? ¿Estaba escondiendo su verdadera naturaleza para mantener su trabajo? Así
que ¿por qué molestaba a Rick el que Dorian lo negara si alguna vez lo confrontaban?

—No es eso realmente, pero si tiene una parte de eso.

Si Dorian hubiese mentido, Rick lo habría conducido a un lugar seguro y habría


acabado con el humano. Tanto como dolía la verdad, estaba contento de que Dorian
fuera honesto con él. —¿Cuál es la otra parte?

Su cabeza cayó hacia atrás con un ruido sordo contra la puerta. —No me gusta que la
gente sea juzgada porque son diferentes. Pone a todas las razas en un mismo saco. Su
actitud es, si uno es malo, son todos malos. Él me molesta.

Rick asintió. Había oído a Jayson escupiendo sus puntos de vista de mente estrecha.
Rick no podía hacer ninguna cosa acerca de eso porque no sería capaz de explicar
cómo había oído a Jayson sin revelar su secreto.

—Dios, desearía tener una llave para estas cosas. —Dorian sacudió sus manos, las
esposas traqueteando. —Están consiguiendo irritarme como el infierno.

—Déjame verlas. —Rick alcanzó una mano. Dorian se deslizó a la mitad del asiento
de nuevo y estiró sus manos hacia afuera. Sus dedos se deslizaron sobre el frio metal.
Él pensaba que los policías usaban esposas de plástico, pero parecía que algunos aun
lo preferían a la antigua.

Hubiera hecho las cosas mucho más fáciles si fueran plásticas. Quien había esposado
a Dorian no había dejado mucho espacio entre el metal y la piel. Las manos de Rick
no eran pequeñas, sus dedos apenas empujaban bajo los brazaletes de acero.

—¿Puedes quitarlas?

—Puedo, pero podría herirte en el proceso. —Dorian era humano y un infierno


mucho más frágil. La densidad de sus huesos no era tan gruesa como la de los
53
cambiantes. Si Rick se emparejaba a Dorian, él podría cambiarlo, pero no estaba
seguro de querer volver a Dorian peludo.

Estaba comenzando a gustarle a Dorian de la manera que era.

Sin pensarlo, Rick empezó a frotar su pulgar sobre la piel de Dorian. Era lisa,
cremosa y sin falla. No tenía cicatrices como Rick. Pero de nuevo, Dorian no tenía
una manada que gobernar, o luchar su camino a través de la vida. Costaba mucho
dañar a un cambiantes y dejar cicatrices. Ellos sanaban sus propias heridas, su sangre
licantrópica hacía casi imposible asesinarlos.

En el final de ese pensamiento, Rick se preguntaba si podía someter a Dorian a una


vida cambiante. Ni siquiera estaba seguro de por qué estaba pensando en esto. ¿No
había discutido consigo mismo acerca de no elegir a Dorian? ¿Acaso no había
pensado él mismo que necesitaba encontrar una manera de salir de este lío del
apareamiento? Rick necesitaba parar de pensar que tal vez Dorian tenía una
oportunidad.

—¿Vas a tratar de quitar las esposas o te mantendrás abusando sexualmente de mi


mano?

La esquina de la boca de Rick tembló. —No quiero romper tus muñecas en el proceso.
—Y podía. Podía romper a Dorian como una ramita involuntariamente, y Rick no
estaba dispuesto a correr ese riesgo. —Déjalas hasta que pueda conseguir una llave.
¿Te están lastimando?

Dorian aparto sus manos, pero Rick las atrapó, dándoles un ligero tirón. —¿Te están
lastimando?

—Son esposas.

En un parpadeo, Rick había sacado a Dorian de donde estaba agachado. Presionó sus
labios en el lado de la cara de Dorian. —¿Te. Están. Lastimando? —Su tono era bajo,
pero le dejó saber a Dorian que no iba a preguntar de nuevo.

Dorian tragó lo suficientemente fuerte para que Rick oyera el húmedo sonido. —No.

Liberó al humano, dejándolo deslizarse de vuelta abajo al piso. —Entonces puedes


esperar.

—No te gusto mucho, ¿lo hago? —Dorian preguntó mientras se sentaba de vuelta en 54
el pequeño espacio.

—No te conozco. — él respondió honestamente. —Conozco tu nombre, dirección, y


número de seguridad social por propósitos de empleo, pero como persona, eres un
extraño para mí. —Rick no había querido que su tono fuera plano, pero él estaba
cansado de estar sentado aquí. También estaba cabreado de que los cambiantes hiena
les habían ofrecido a él y a Dorian en sacrificio para su diabólico plan de tomar el
control de la manda de Rick. Vería hasta la última hiena muerta antes de permitir a
cualquiera de ellos cerca de su manada. Eran criaturas cobardes que Rick quería que
dejaran de existir.

—Al menos sabe más sobre mí de lo que yo sé sobre usted. —Dorian se movió
alrededor un poco, pero no había mucho espacio. El chico lucía incomodo como el
infierno. —¿Todavía no se van?

Rick miró sobre su hombro. —No.

—Perfecto. —Dorian suspiró. —Por casualidad no sabe quien vive aquí, ¿verdad?

Rick miró a Dorian. El hombre estaba tomando esto demasiado malditamente bien
para ser un humano. —¿Por qué?

—Tengo que usar el baño. He estado esposado y a la carrera desde que salí ayer del
trabajo, y mi vejiga está protestando ahora.

Rick empezó a decirle que fuera detrás de un arbusto y luego se detuvo. ¿Qué pasa si
Dorian era descubierto? —No trato de no ser muy amistoso con los vecinos. Se
plantea un mayor riesgo de que descubran lo que soy.

Dorian miró hacia arriba a Rick con sus grandes ojos marrones, viéndolo, estudiando
su rostro. —Realmente debe apestar ser tú ahora mismo.

Esa era una sutileza. —Tiene sus momentos.

Dorian miró abajo al muslo de Rick. No había calor o lascivia en su mirada, pero
Rick podía sentir su muslo apretando bajo la mirada. – Ser humano tiene sus
momentos, también. —Dorian dijo.

Rick no entendía por qué Dorian sonaba tan triste. El humano no tenía nada de qué

55
preocuparse. No era su pescuezo uno de los que estaba en lo de los más buscados.
Dorian no tenía que ir de puntillas alrededor de la sociedad, rezando que nadie
descubriera que era cambiante o vampiro. Su cuello no estaba en la tabla de picar si
descubrían que era un no-humano.

—No lo sé. —Él miró lejos, confuso de por qué la mirada de Dorian lo estaba
afectando tanto.

—No importa. —Dijo Dorian mientras se empujaba arriba en el asiento y llegaba a la


puerta.

Rick agarró su brazo. —¿Dónde vas?

—A menos que salga de tu auto, voy a mear en él. No puedo aguantar más tiempo.

Miró alrededor, Rick vio el cobertizo para herramientas. Tendría que hacerlo. —Ve
ahí.

Dorian rio. Era la primera vez que Rick oía su risa. Era ligera, agradable. —¿Y mear
por encima de sus herramientas de jardín?

—Apunta con cuidado —advirtió y luego liberó a Dorian. —Pero vuelve al auto
rápidamente.

La puerta se abrió silenciosamente mientras Dorian salía. Él no se molestó en cerrarla.

<< Hombre inteligente. >>

Rick mantuvo sus ojos en el humano pero continuó mirando a su casa al otro lado de
la calle. Una orden probablemente estaba en las manos de los policías. No iba a
arriesgarse a ser atrapado. Una prueba de sangre y la vida de Rick estaba acabada. No
le extrañaría que las hienas le dijeran a los policías que Rick no sólo era un cambiante,
sino que estaba en lo alto de la jerarquía. Las hienas realmente empezaban a cabrearlo.

Tenía que caminar por una fina línea como estaba. Su manada dependía de que él se
quedara fuera de la cárcel. Había reportes de que los shifter estaban siendo
catalogados. Las noticias eran inquietantes. Significaba que el gobierno tendría un
registro de quién era cambiante por toda la nación. Si se probaba que Rick era un
cambiante hombre-lobo, entonces su foto e información serían cargadas en la base de
datos. No importaba donde solicitara trabajo, su información sería enviada a su
empleador, diciéndole que Rick no era humano.

Eso no se suponía que sucediera.


56
Pero lo hacía.

Tal vez la teoría de conspiración de Omar no estaba tan equivocada.

Su informante interno le había dicho que la práctica estaba cada vez más amplia. El
Congreso estaba en una batalla sobre qué hacer, y hasta que decidieran, nadie sabía
cómo tratar a los vampiros y a los cambiantes. De la manera que las cosas estaban
progresando, prejuicio y miedo parecían ser la receta que los humanos estaban
usando.

El consenso general era que los humanos preferían erradicarlos que averiguar en qué
naturaleza y sociedad pertenecían. Ellos estaban tratando lo mejor posible para que
los pequeños vampiros peligrosos y cambiantes volvieran a las sombras oscuras
donde habían vivido tanto tiempo.

Poco sabían los humanos que cambiantes y vampiros no habían estado aquí todo el
tiempo. Sus ancestros habían venido desde el otro lado del velo de acuerdo a la
leyenda. Se preguntaba qué harían los humanos si alguna vez se enteraban que había
un universo alternativo.

De acuerdo a los ancianos, el velo se había cerrado hacía décadas. Él no estaba


preocupado de que los humanos lo descubrieran.

Pero si Rick ponía sus manos en el cambiante león que pensaba que salir del
anonimato era buena idea, torturaría al bastardo por muchos, muchos años antes de
matarlo. Los cambiantes león eran una raza orgullosa y sentían que debían ser tan
iguales como los seres humanos. Rick nunca había soñado con que uno de ellos sería
tan tonto como para presentarse.

Ese león en particular estaba en la lista de los más buscados entre los no-humanos.
Cada cambiante y vampiro quería su cabeza .

Su cabeza se levantó cuando oyó un ruido viniendo desde el cobertizo. ¿No dijo el
chico que sabía cómo echar una meada en silencio? ¿Qué estaba haciendo,
escribiendo su nombre en las herramientas? Su columna se endureció cuando vio algo
moviéndose detrás del cobertizo. La sombra era demasiado grande para ser Dorian.
El humano sólo medía alrededor de cinco pies con siete pulgadas 9. La sombra era
mucho más alta y más amplia de lo que Dorian era.

9
170.18 cm.
57
Rick abrió la puerta con cuidado. Él sabía que los policías no lo habían visto
escondido detrás de esta casa. Él los había estado viendo. Si ellos sabían que Rick
estaba aquí, todo el cuerpo tendría la casa ya rodeada. Se deslizó del auto,
agachándose, dando la vuelta alrededor de la parte de atrás de su auto, y luego se
movió rápidamente hacia el cobertizo.

Justo entonces Dorian salía.

Rick colocó su dedo sobre sus labios. Dorian se congeló.

—Escóndete de la policía.

Rick olía a hiena. Maldición, ellos sólo no sabían cuando cesar. El hombre no estaba
en su vista todavía, así que Rick empujó a Dorian hacia el auto. El humano subió
apresuradamente dentro, cerrando la puerta detrás de él, sin hacer un sonido. Si Rick
no temiera ser oído o visto, él mataría a la hiena.

Retrocediendo, Rick casi llegó al auto cuando otra sombra apareció. Esta vez
reconoció el uniforme azul.

—¡Alto! —Una pistola le apuntaba a su cabeza.

Rick se zambulló en el auto, encendiéndolo, y acelero saliendo de la entrada oyendo


el sonido de disparos y rezando que su Mustang no fuera golpeado. Era su bebé. Y
qué. —Agarra mi teléfono celular y marca el número de Nathaniel por mí.

Dorian agarró el teléfono tendido en medio de la consola e hizo lo que Rick pidió. El
hombre no iba a argumentar. Él sólo empezó a desplazarse través de la lista y pulsó el
botón.

—Ponlo en altavoz. —Rick giro el volante de repente, continuó conduciendo hacia


atrás cuando el coche de policía trató de bloquearle de conducir hacia adelante.

—¿Dónde estás? —La voz de Nate retumbó a través del auto.

—Siendo perseguidos por policías. —Rick cortó por otra calle, apenas rozando un
auto estacionado. —Necesito un entretenimiento. Estoy a una cuadra al sur de mi
casa, rumbo a Avenida Henry.

—Estaré ahí en menos de cinco minutos.

Rick rezó por tener cinco minutos. Los policías no estaban renunciando. Él había 58
visto al cambiante hiena corriendo a través del patio trasero, manteniéndose al día
con el auto de Rick. ¿Qué demonios esperaban los cambiantes lograr corriendo detrás
de él? Si saltaba en la calle tratando de detener a Rick, correría sobre el hijo de puta.

—Hay otro auto junto al primero. —Dorian dijo desde atrás de él. —Y se ve
cabreado.

—Así estoy yo. —Rick respondió mientras presionaba el pedal del acelerador hasta el
suelo. Él rezaba que los niños no estuvieran jugando fuera porque iba demasiado
malditamente rápido para parar.

Rick necesitaba descubrir por qué los policías y los cambiantes hiena estaban siendo
tan amistosos uno con el otro. Él sabía que los cambiantes hiena buscaban su
territorio, pero esto se estaba saliendo un poco de las manos. Tenía que haber más en
esto, y Rick estaba determinado a descubrir qué estaba pasando.

59
Capítulo 7
Dorian estaba en shock. ¿Quién no lo estaría? Estaba esposado y sentado en un auto
que estaba huyendo lejos de la policía. ¿Cómo demonios su vida había tomado un
giro tan drástico? —¿Qué vas a hacer?

—Alejarme un infierno de ellos. —Dijo el Sr. Marcelo. —Ponte el maldito cinturón


de seguridad.

Volteando, forcejeó para obtener el cinturón de seguridad. No era fácil ya que sus
manos estaban esposadas. Tirar del cinturón alrededor de él no fue difícil. Era girar su
cuerpo y tratar de encajarlo en el lugar lo que estaba resultando difícil.

El coche se sacudió y el cinturón voló de las manos de Dorian.

—Espera.

Dorian agarró el cinturón de seguridad, sosteniéndolo. Nada más había que pudiese
hacer. Sólo rezaba para que ellos no golpearan algo y lo enviara volando a través del
parabrisas delantero. Pero ellos estaban conduciendo marcha atrás, ¿así que iría a
través del parabrisas delantero?

El auto se desvió un poco y luego Dorian vio un gran Yukon10 rojo cortar en frente de
ellos. Se detuvo, bloqueando parcialmente la persecución del coche policía.

—¿Ese es Nathaniel? —Aunque no tenía idea de quién era Nathaniel.

El Sr. Marcelo tomó un segundo mirar donde Dorian estaba apuntando y luego se dio
la vuelta a ver hacia donde estaba conduciendo. El hombre era demasiado
malditamente bueno conduciendo hacia atrás. Dorian se habría estrellado para ahora.

—Es él.

10
60
La siguiente calle donde giraron, el Sr. Marcelo se tomó el tiempo para conseguir
darse la vuelta. Ellos estaban conduciendo hacia adelante en lugar de hacia atrás
ahora. Las sirenas aun podían escucharse, pero Dorian no veía a nadie detrás de ellos.

—Necesitamos salir de la ciudad.

Dorian finalmente consiguió encajar el cinturón de seguridad en su lugar. —¿Tienes


un lugar donde ir?

—Tengo algunos lugares en mente. —El Sr. Marcelo saltó a la autopista y corrió
rápidamente por la rampa, consiguiendo perderse entre los muchos viajeros. Si los
policías los encontraban ahora, ellos estaban en problemas. No había manera de que
ellos pudieran tener una persecución cuando el tráfico estaba tan denso que la
velocidad disminuía casi hasta pararse.

- ¿Piensa que tomar una autopista congestionada es la cosa más inteligente que hacer,
Sr. Marcelo? – Dorian sabía que había un juego de futbol esta noche en Shelton Field.
El partido debía de haber acabado. El tráfico era tan denso que Dorian tenía tiempo
de mirar dentro de los otros coches mientras ellos se arrastraban a paso de tortuga.

—Rick.

Dorian frunció el ceño. —¿Qué?

—Mi nombre es Rick. —Rick cambió de carril. —Y sí, es la cosa más inteligente que
hacer. —El hombre sonaba un poco irritado mientras se metía en el carril a su
izquierda.

Dorian comprobó el retrovisor, pero no vio ninguna luz intermitente. No iban tan
rápido como le gustaría ir, pero parecía que ellos no estaban siendo perseguidos.

— ¿Nathaniel no está metiéndose en problemas por bloquear a los policías?

—Nathaniel puede cuidarse a sí mismo. —Rick pasó fácilmente a un Sedan rojo


entrando en el carril izquierdo más alejado.

—Sabes, no soy el único con quien puedes cabrearte. No fue mi culpa que ellos
vinieran detrás de mí. —Dorian se sentó atrás, su ira cociéndose a fuego lento. Rick
no tenía derecho a enfadarse con él. Él no pidió ser arrestado por un crimen que no

61
había cometió. Él no pidió que los cambiantes rata lo secuestraran. Y seguro como el
infierno que no pidió que Rick viniera por él —aunque estaba contento de estar lejos
de los cambiantes rata —y esquivar a la policía.

Él no pidió nada de esto.

Salieron de la autopista. Rick lo ignoraba. A Dorian no le estaba gustando el tipo


ahora mismo. El hombre tal vez lo hubiese ayudado a permanecer fuera de la cárcel,
pero no tenía que ser un capullo acerca de eso.

Rick giro hacia la carretera del condado. Dorian jugó con las esposas aun envueltas
alrededor de sus muñecas. Pensó acerca de lo que Rick dijo. Él sabía con certeza que
Rick le podía sacar las esposas, pero no estaba seguro que quisiera que el hombre
tratara. El chico dijo que podría romper alguna cosa. ¿Era el Alfa así de fuerte?

A veces apestaba estar en la oscuridad. Dorian deseaba saber más acerca de los
cambiantes. Podría ayudar a calmar sus nervios. Él se mantenía esperando que Rick
cambiara a cualquier criatura que fuera y atacara a Dorian.

<< ¡Maldita sea!>> Trabajar alrededor de Jayson estaba empezando a hacer a


Dorian pensar como él. Si era un nominado, entonces estaría a salvo. << ¿Verdad? >>
Dorian robó una mirada al conductor, sus ojos vagando por el perfil de Rick. Aun
pensaba que Rick se veía delicioso. Tenía la cabeza llena de cabello negro azabache
cortado justo debajo de las orejas, estilo negocios. El tipo tenía una barba de chivo
bien recortada que llamaba la atención sobre los labios sensuales del hombre. Pero
Dorian notó que la barba parecía un poco desaliñada, como si una pequeña parte de
Rick se revelase. Se veía bien, sin embargo. La vista sin afeitar sólo hacia resaltar los
pómulos de granito del hombre y los humeantes ojos de dormitorio.

¿Sería tan malo ser la pareja del hombre?

—Estaba molesto porque no estoy acostumbrado a ser cuestionado acerca de mis


decisiones.

<< Supongo que eso responde a mi pregunta. >> El hombre iba a ser imposible. —Y
yo no estoy acostumbrado a seguir ciegamente a alguien.

—Hay que acostumbrarse a ello. Estamos pegados hasta que el desastre se aclare.

—Sabes. —Dorian dijo mientras se volteaba completamente. —Ser amable nunca


envió a nadie al hospital. —No que el supiera.

Rick gruñó, pero no le respondió. La mandíbula del hombre estaba apretada, y Dorian 62
sabía que prefería enfrentar a los cambiantes rata que estar alrededor de este
arrogante bastardo. << No estoy acostumbrado a ser cuestionado acerca de mis
decisiones. >>, Dorian se burló del hombre en su cabeza. << ¡Qué cretino!>>

Ellos condujeron por horas antes de que Rick se desviara de la carretera principal.
Dorian esperaba que llegaran pronto a su destino. Estaba hambriento. No había
comido desde el almuerzo, y eso fue ayer en el trabajo. Su estómago se quejaba en
voz alta.

—Estaremos con Derrick pronto. Puedes comer allí.

—¿Quién es Derrick?

—Un amigo.

Bueno eso explicaba todo. Dorian se volteó a mirar fuera de su ventana. Tenía la
sensación que él y Rick tendrían que tratar el asunto antes de que el día acabara.
Infierno, ellos sólo tenían que aclarar las cosas antes de que el día acabara. Dorian
podía ser más pequeño que Rick, y el hombre podía ser más pesado que él por unas
buenas cincuenta libras, pero Dorian no iba a ser mangoneado, no iba a ser menos
que nadie.

Él no era un cambiante y no tenía que someterse a cada maldita palabra de Rick.

Rick finalmente entró en un largo camino. Estaba pavimentado y llevaba a la parte de


atrás de una casa de campo. —Quédate detrás de mí, y déjame hacer todo lo de hablar.

—Pensé que era tu amigo.

—Lo es, pero es un Alfa, y hay protocolos que seguir.

<< Genial. >> Justo lo que Dorian necesitaba ahora mismo, política. Agarró el pomo
de la puerta y luego salió. Se reunió con Rick en el otro lado del auto y se quedó
detrás del tipo. Él realmente no conocía a la persona quien había salido en frente del
porche, así que escuchar a Rick no parecía mala idea, incluso si no le gustaba.

—Enrique.

<< ¿Quién? >>

—Derrick. —Dijo Rick mientras caminaba hacia adelante, extendiendo su mano. —


Mucho tiempo desde que te vi la última vez. 63
Derrick rió. —¿En qué problemas estás?

—Me conoces tan bien. —Rick dijo.

Aparentemente Dorian no. El gerente de distrito tenía un aire a su alrededor que hacía
a Dorian mantenerse alejado del tipo, pero no tenía idea de que Rick se metía en
tantos problemas. Estaba resultando ser como el rebelde.

—Ven dentro.

Dorian estaba irritado de que Rick no lo presentara, pero no dijo nada mientras
caminaba detrás del hombre. Este no era su espectáculo. Él era el extraño aquí. Rick
mantuvo la mosquitera abierta para él, permitiendo a Dorian pasar a primero.

Estando justo dentro de la puerta, Dorian esperó.

—¿Y a quién tenemos aquí? —Derrick preguntó mientras se giraba hacia Dorian.

—Uno de mis candidatos.

Derrick sólo asintió mientras les mostraba un estudio. La habitación era lujosa. Las
paredes eran paneles de roble, y un lado completo de la habitación estaba encerrado
en estanterías, que corrían desde el suelo hasta el techo. La manta era de denso rojo-
sangre y bosque verde en patrones de bloque. Era definitivamente el estudio de un
hombre. La organización gritaba masculinidad. —Ahora, ¿qué te trae aquí?

Rick tomó asiento en una silla de cuero acolchada, dejando a Dorian en la puerta.
Quería golpear al hombre. No estaba seguro de qué hacer, Dorian tomó asiento junto
a Rick. Maldición, esta silla era cómoda como el infierno.

Dorian notó una de las cejas de Derrick alzada, pero el hombre no dijo nada.

—Él es humano. —Rick respondió a Derrick, como si ser humano explicara


cualquier mala educación que Dorian podía mostrar. Estaba consiguiendo estar
realmente cansado de los cambiantes.

—Lo supe en cuanto él entró en mi casa. —Derrick dijo, mirando a Dorian como si
fuera un insulto, y luego se volvió a Rick.

Okay, quizás era con Derrick con quien iba a tener un altercado antes de que acabara
el día. El hombre era más arrogante que Rick. Dorian estaba empezando a conseguir
la imagen acerca de los cambiantes Alfas y no le gustaba. Calculó que tenían que 64
dominar para gobernar lo que sea que gobernaran, pero eso no significaba que le
gustase su actitud prepotente y superior.

Se sentó ahí y escuchó a Rick diciéndole a Derrick que estaba pasando. De la manera
en que Rick estaba contando la historia, Dorian había aprendido unas pocas cosas que
no sabía. Cómo que tenían a un hombre dentro del departamento de policía. Dorian
pensaba que eso sólo pasaba en las películas.

Dorian podía oír el dolor en la voz de Rick mientras él hablaba sobre su sobrino
muerto. Él tenía el impulso de darle al hombre un abrazo, pero permaneció sentado.
Dorian no estaba seguro de que un abrazo fuese bienvenido. Estaban demasiado
ocupados tratando de probar quien tenía la polla más grande en el momento mientras
usaban sus protocolos. Dios no quiera que Dorian les recordase que le había crecido
un pene propio cuando estaba en el vientre de su madre.

Él era sólo un humano, después de todo.

—No estoy usando la casa en Wallington. Tú eres más que bienvenido de permanecer
ahí. —Derrick dijo mientras inclinaba su espalda en su silla. —Haré unas llamadas
telefónicas y trataré de descubrir más de qué está pasando con los cambiantes hiena.

Rick se paró y sacudió la mano de Derrick. —Aprecio que nos ayudes.

Dorian permaneció sentado. Sabía que el pomposo alfa no iba a sacudir su mano.
Pero él tenía modales. —Gracias.

Derrick lo ignoró.

<< Cabrón. >>

Él estaba hambriento como el infierno, pero Dorian se negaba a preguntar si el


hombre tenía algo para comer. << Que se joda. >> Dorian estaba listo para salir.

—Toma una habitación arriba por las escaleras y sal a primera hora en la mañana.

Dorian gimió. Él no quería estar aquí, pero no tenía elección. Tanto como odiaba
trabajar en el departamento del deli, extrañaba el lugar ahora mismo. No le gustaba
estar huyendo. Quería las esposas fuera. Y Dorian quería su vida devuelta a la
normalidad.

—Gracias. —Dijo Rick.


65
Dorian salió de la oficina detrás de Rick, maldiciendo por lo bajo con cada paso.
Estaba metido hasta el fondo en la vida cambiante y no sabía que qué hacer respecto
a eso. Él era humano, maldita sea. Dorian había leído acerca de vampiros y
cambiantes. Eso no lo hacía un experto y seguro como la mierda que no esperaba ser
atrapado en su mierda.

—Aquí. —Derrick arrojó algo a Rick. Rick lo atrapó y luego sonrió.

—Gracias.

Dorian no sabía lo que era y Rick no se lo mostraba. Ellos subieron las escaleras que
conducían al segundo piso la primera habitación a la derecha. Rick se volvió tan
pronto como despejaron la puerta. —Dame tus manos.

Alzándolas, Dorian vio como Rick deslizaba una llave en el pequeño agujero y la
giraba, una esposa se abrió. Rick liberó la otra esposa y Dorian inmediatamente
comenzó un masaje por toda la piel maltratada. —Gracias.

—De nada. —Rick arrojó la llave en el vestidor. —Iré a conseguir algo para comer.

Dorian se quedó de pie ahí en la habitación, solo. Vio un teléfono junto a la cama.
Sentándose en el colchón, llamó a su papá. Él sabía que su papá tenía que haber oído
acerca de su gran escape para ahora y no quería que el hombre se preocupara por él.
Su papá era el mejor, y Dorian sabía que probablemente estaba yendo y viniendo en
la sala de estar ahora mismo mientras su madre le iba diciendo que se siente cien
veces.

Nadie podía pedir mejores padres.

—¿Dónde estás, hijo? —preguntó su padre, tratando de mantener la preocupación


fuera de su voz pero fallando.

—A salvo.

—¿Qué demonios está pasando? La policía volvió por aquí diciéndonos que
escapaste. ¿Hay más pasando que necesito saber? Tú sabes que te cubriré no importa
lo que hayas hecho, pero tienes que mantenerme al tanto si voy a mentirle a los
policías.

66
Dorian suspiró. Él quería decirle todo a su papá, pero cuanto menos supiera su padre,
mejor. No quería a su familia involucrada en este lio, incluso si su padre estaba
dispuesto a jugarse su cuello por Dorian. —Estoy tratando de resolverlo todo, pero
sólo para que lo sepas, yo no escapé.

Su padre gruñó. —Te creo, pero no me gusta. Mantén tu cabeza baja y permanece
seguro. Tu madre está enferma de preocupación.

En otras palabras, su papá estaba muerto de preocupación. —Lo haré, te llamaré


cuando sepa más de lo que está pasando.

—Lo haces. No me gustas a la fuga. Pero hasta que todo esto esté resuelto, mantente
escondido. No voy a visitarte tras las rejas.

Dios él amaba a su papá. El hombre era el mejor maldito padre que algún hijo podía
pedir. —Lo haré.

Dorian colgó, preguntándose qué en el infierno iba a hacer. Él no encajaba en el


mundo de Rick. El solo pensamiento asustó la mierda fuera de él. Miguel nunca
debió haber elegido a Dorian como un cordero de sacrificio. ¿Qué había estado
pensando el hombre?

La puerta se abrió y Rick caminó, una bandeja de comida en sus manos. El olor
golpeó duro a Dorian, y su estómago comenzó a gruñir en voz alta.

—Hay mucho aquí para elegir. —Rick dejó la bandeja, agarrando un plato y luego
cruzando la habitación, sentado en el suelo junto al armario. —Come.

Dorian saltó, yendo a la cómoda de prisa. Estaba sorprendido de ver semejante


amplia selección. Había trozos de pollo asado, medio pastel de carne, puré de papas,
e incluso un sándwich de mortadela. Dorian nunca pensó que sería tan malditamente
feliz de ver un maldito sándwich de mortadela.

Llenando el plato de comida hasta arriba, Dorian decidió sentarse en el suelo también.
Se sentó en frente de la cómoda, comió su comida como si alguien fuera a llevarse su
plato en cualquier segundo. Después de que la mitad de su comida fuera devorada,
miró hacia arriba a Rick. —¿Ahora qué?

Rick masticó, y luego tragó. —Salimos en la mañana.

Dorian se alegró de que no permanecieran aquí. Debió haberlo mostrado en su rostro.

—Dos Alfas no pueden ocupar el mismo espacio por mucho tiempo. Las cosas
67
tienden a poner algo peludas.

Él no estaba seguro si Rick estaba diciendo como que los dos cambiaban, o estaba
diciéndolo como si las cosas consiguieran salirse de las manos. De cualquier manera,
Dorian no quería descubrirlo. Donde quiera que esta casa Wallington estuviera,
Dorian estaba más que feliz de poder ir allí. Dos alfas en la misma habitación era
francamente exasperante. Estar huyendo de los policías era suficiente para él ahora
mismo. No quería más cuestiones añadidas en la mezcla.

—Así que, Dorian, cuéntame algo sobre ti.

Dorian paró de masticar. Eso había salido de la nada. ¿Qué demonios quería el
hombre que dijera? —Me gustan las largas caminatas, los cachorros de perro y cenas
a la luz de las velas.

Rick pausó en masticar, estudiándolo. Tragó, una expresión protegida en su cara. —


¿Es en serio?

Por segunda vez desde que todo esto pasó, Dorian se encontró a sí mismo riendo. —
Infiernos no.

El alivio de Rick podía sentirse en la habitación. Era tan profundo. —Gracias joder.
— Él murmuró, pero Dorian lo oyó.

Tal vez debió haber dicho que sí. Eso ayudaría a influir en Rick para deshacerse de él
como candidato. Pero, tanto como Dorian quería tirar a Rick fuera de su camino,
sabía que no podía mentir.

A veces apestaba ser honesto.

Rick abrió sus ojos, notando que aún era de noche. No estaba seguro de por qué había
despertado. Se quedó quieto cuando sintió un cuerpo caliente junto a él. No debería
haber nadie en su cama.

Espera. Esta no era su habitación. Mientras yacía allí, todo comenzó a regresar a él.

Dorian.
68
Rick se quedó allí mirando al hombre, oyendo su respiración. Ni siquiera estaba
como debería ser si Dorian estuviera dormido. Lentamente el humano abrió sus ojos
y miró a Rick.

No estaba seguro de si estaba haciendo lo correcto, Rick colocó su mano alrededor de


la nuca de Dorian y lo tiró cerca. Pensó que el humano protestaría, pero Dorian de
buena gana vino a él.

Rick acarició el labio inferior de Dorian con su pulgar mientras tiraba al hombre
hacia él, maldiciendo por lo bajo antes de aplastar sus bocas juntas.

Dorian mantuvo la boca cerrada por un momento, y luego la abrió para Rick.
Barriendo su lengua dentro de la caliente y húmeda cavidad, Rick podía sentir su
polla engrosándose con el sabor de Dorian.

También podía sentir a Dorian temblar junto a él.

Rick no estaba seguro de por qué estaba haciendo esto. No estaba buscando una
pareja. Pero en las oscuras sombras de la noche, él estaba buscando un amante. Y si
Dorian no estaba protestando, Rick iba a ser candidato para satisfacer ambas
necesidades.

La lengua de Rick se deslizó sobre el satinado interior de las mejillas, fuerte, incluso
los dientes bailaban lánguidamente con la lengua de Dorian.

Llegando entre ellos, Rick sintió que Dorian sólo llevaba sus bóxer puestos. Bien.
Eso le haría el acceso mucho más fácil. Podía sentir cuán duro Dorian estaba y sabía
que el hombre estaba tan caliente como él lo estaba.

Tirando la polla del hombre desde la abertura de sus bóxer, Rick corrió su pulgar
sobre la fuga en la abertura mientras continuaba besando al hombre. Los gemidos
resonaban a través de la habitación mientras sus lenguas se batían a duelo y se
saboreaban entre sí.

Rick rompió el beso. —Quítatelos.

Dorian rápidamente se deslizó fuera de sus bóxer, Rick lanzó los suyos a un lado y
luego posicionó a Dorian en la posición de sesenta y nueve, colocando al humano en
la parte superior.

Envolviendo sus labios alrededor de la cabeza de la polla de Dorian, Rick empezó a 69


chupar, su lengua trazando las venas, sus mejillas ahuecándose. Dorian tomó la polla
de Rick hasta la parte de atrás de su garganta, haciendo gemir a Rick alrededor del eje
de Dorian.

Los húmedos sonidos de sorber de la boca de Dorian se deslizaban arriba y abajo de


la erección de Rick, chupando fuerte, haciendo que Rick casi se viniera. El ruido era
erótico como el infierno a sus oídos.

El hombre definitivamente sabía cómo chupar una polla y era malditamente bueno en
eso.

Rick empujó sus caderas hacia arriba a la boca de Dorian, bombeando furiosamente
con embestidas cortas y regulares. Quería correrse. El orgasmo en construcción
estaba conduciendo a Rick a la locura.

Agarrando las caderas de Dorian, Rick empujó y tiró del hombre, chupando la polla
de Dorian hacia abajo antes de dejar que se deslizara hacia afuera. Las bolas del
humano se apretaron a su cuerpo, diciéndole a Rick que Dorian estaba tan cerca como
él lo estaba.

El placer se agrupó en la base de la columna de Rick y hormigueó a lo largo de sus


nervios. Él rápidamente tragó a Dorian abajo mientras sentía la semilla caliente del
hombre derramándose en su garganta.

Oliendo la liberación de Dorian, Rick disparó sus caderas hacia adelante, hundiendo
profundo su polla en la garganta del hombre mientras gruñía alrededor del ablandado
eje de Dorian. Su polla explotó, chorros de semilla brotaron y fueron tragados
rápidamente por su amante.

Rick descansó a Dorian entre sus labios sintiéndose sin huesos. Ahora eso era lo que
necesitaba.

Sin una palabra, Dorian se deslizó de Rick y se tendió en la cama junto a él.

Rick sabía que lo que ellos compartieron no era nada más que dos personas
alcanzándose el uno al otro en medio del caos y la confusión.

Así que ¿por qué tenía la necesidad de tirar al hombre cerca y abrazarlo?

70
Capítulo 8
Rick escuchó a Dorian inhalar fuerte cuando se detuvieron en la casa en la que se
suponia que tenian que permanecer escondidos. Había coches aparcados a lo largo de
toda la entrada de autos, y algunos incluso estaban aparcados en el césped. Rick
podía decir que su manada entera estaba aquí.

—¿Pensé que se suponía que estaríamos escondidos?

—Lo estamos. —Dijo Rick mientras maniobraba su Mustang alrededor de la multitud


de autos, llegando tan cerca de la casa como podía. Él había llamado a su manada
aquí. Ellos necesitaban saber lo qué estaba pasando. Esto involucraba a muchos de
ellos si las fotografías que los cambiantes rata le habían dado eran auténticas. Las
cosas se estaban saliendo de control, y Rick necesitaba extinguir a las hienas
responsables de las fotos para traer paz a su manada una vez más.

También necesitaba limpiar su nombre y el de Dorian con los policías de Shelton.

A la manda no le iba a gustar el hecho que sus cambios habían sido atrapados en
cámara. La mitad de ellos iba a querer sangre. Algunos miembros de su manada
mantenían trabajos muy importantes y se volverían locos si descubrían que eran
cambiantes.

—Rick. —Dijo Nate desde el porche. —Todos están aquí y están esperándote dentro.

—Gracias. —Esperó a que Dorian lo alcanzará. El hombre parecía vacilante mientras


caminaba lentamente hacia ellos. Sus ojos eran cautelosos mientras miraba a todos
los autos aparcados en la casa.

—¿Qué está pasando? —Dorian miró arriba y vio a Nate en el porche, su expresión
yendo de cautelosa a enojada en el lapso de un segundo. —¿Qué está haciendo él
aquí? —Empujó sus manos en sus bolsillos delanteros, deteniéndose donde estaba, no
yendo más allá.

—Dorian, este es Nathaniel, mi ejecutor superior.

—¿Tu qué? —Dorian preguntó, entrecerrando sus ojos a Nate. —Yo sólo pensé que 71
era un gilipollas familiar de Miguel.

Nate rió. —Él me conoce tan bien.

Rick codeó al tipo. —Ya basta. Él ya ha atravesado suficiente.

Ambos hombres lo miraron. Él no estaba seguro por qué Dorian lo miraba


extrañamente, pero sabía por qué Nate le daba una mirada burlona. Dorian era
humano y probablemente no iba a entrometerse al final.

Así que ¿por qué Rick estaba defendiendo al humano? No estaba seguro, pero los
ignoró a ambos mientras abría la puerta y caminaba al interior. La casa Wallington era
demasiado grande, pero parecía pequeña con tanta gente reunida en el interior. Rick
vio que algunos de su manada estaban esparcidos fuera en el patio trasero.

—¿Qué está pasando, Alfa? —George, uno de los miembros de su manada preguntó.

—Algunos nuevos desarrollos, George. Les diré a todos muy pronto. —Se movió a
través de la habitación, apenas capaz de hacerlo más allá de todos sin chocar con la
gente. La mayoría se movió a un lado para dejarlo pasar a través, pero realmente no
había mucho espacio para moverse a un lado.

Vio a Omar lejos a la derecha de la sala de estar, manteniendo la distancia con los
demás y mirada hosca. Eso no era como usualmente Omar se veía. El hombre era una
riqueza de información y amaba compartir lo que más sabía. Pero el chico sólo estaba
allí de pie, sus manos en los bolsillos de su pantalón, mirando alrededor a todos.

Rick caminó, sonriendo. Omar era uno de sus candidatos, después de todo. —¿Por
qué estás de pie contra la pared, Omar?

El cambiante se encogió de hombros, lo cual no era su reacción habitual cuando Rick


normalmente se le acercaba. El hombre solía estar enamorado de Rick. Ahora no
parecía tan interesado. No es que Rick quisiera al hombre cayendo sobre él. No
quería estar en esta cosa del apareamiento algo más de lo que Dorian lo hacía. Pero
como Alfa, tomaba cuidado de los miembros de su manada. Si algo estaba
molestando a Omar, quería saber acerca de eso. —Sólo está concurrido aquí.

Rick podía oler la mentira y le molestó. Pero no venía aquí para buscar pelea con uno
de sus candidatos. Hablaría con Omar después en privado. Tal vez el hombre no
quería que nadie más supiera.
72
Asintiendo, Rick se movió más lejos en la habitación, todos lo saludaban. Quería
gritarle a la gente a su alrededor que le dieran su espacio, pero se detuvo a sí mismo.
Los Alfas no podían parecer débiles. Dejar que todo el mundo supiera que se sentía
sofocado no era algo que iba a hacer.

Rick se quedó inmóvil cuando el olor metálico de la sangre llenó el aire. El cuarto
entero se quedó tranquilo. Su boca empezó a salivar, sus instintos trataban de hacerlo
cambiar y así poder cazar a la presa herida. —¿Quién está sangrando? — Preguntó
tranquilamente, luchando contra sus impulsos naturales para matar lo que sangraba.

—Corté mi mano en esta estúpida escultura. —Dorian dijo desde el otro lado de la
habitación. Él estaba allí examinando su mano, inconsciente del peligro en el que
estaba. Rick tomó una profunda respiración para calmar sus nervios, pero en su lugar,
tragó el dulce olor todo el camino abajo hacia su garganta. Nate se paró junto a él, sus
ojos verde-jade amarillo brillante. —¿Quién en el infierno tiene un trozo afilado de
arte basura sentado para que alguien salga lastimado? —Dorian continuó,
inconsciente de que la atención de la toda la sala estaba en él.

El hombre-lobo de Rick estallaba mientras el olor crecía más fuerte. Él aulló y


entonces rasgó a través de la habitación con una increíble velocidad. Él tenía que
salvar al humano. Agarró a Dorian y lo arrojó fuera de la puerta delantera, la
habitación entera cambió también, tratando de ir tras el humano. Nada había que Rick
pudiera hacer. Los cambiantes sacaban sus instintos naturales de caza cuando olían
alguna herida. Era una necesidad innata tan grande que Rick temía no llegar a poner a
Dorian a salvo a tiempo. La manada venía tras ellos. Los gruñidos y aullidos todos
alrededor de él.

—¡Corre al auto, Dorian, ahora!

Dorian no dudó. El hombre salió, corriendo hacia el Mustang. Rick giró alrededor,
gruñendo y chasqueando su mandíbula. —Cualquiera que se acerque a él muere. —
Rick no esperó por la afirmación. Rick cerró de golpe la puerta delantera detrás de él
y corrió hacia Dorian. Estaba luchando con sus instintos básicos también, pero siendo
un Alfa, tenía un poco más de control que los otros cuando se trataba de cazar y matar.
Dorian era malditamente afortunado. Saltó tras el volante, arrancó el auto, y luego
salió de la casa a una velocidad vertiginosa.

—¿Qué mierda fue todo eso? —Dorian preguntó mientras acunaba la mano herida en
su pecho. Rick trató de sostener su respiración. El interior del auto inundado con el 73
olor cobrizo, haciendo a sus manos agarrar el volante más fuerte. Se dio cuenta de
que Dorian estaba tratando de no enloquecer viendo a Rick en su tercera forma. El
hombre lo sobrellevaba mejor de lo que Rick había pensado que el hombre haría
cuando viera su forma de hombre-lobo. Había esperado que Dorian enloqueciera,
corriera, o incluso se desmayara. Él parecía más preocupado acerca de su mano por el
momento.

Decía mucho acerca del hombre si él estaba tranquilo.

—Sangras. Ellos reaccionan al olor.

Los ojos de Dorian se ensancharon. —¿Ellos querían comerme?

—Básicamente, sí.

—Mierda. —Dorian murmuró por lo bajo. —¿Y tú?

—Quiero lamer la sangre de tu mano y luego darme un festín en la herida. —<<


¿Por qué mentir?>>

—Detén el jodido auto, —Dorian gritó. —¡Ahora!

Rick se detuvo y Dorian saltó, retrocediendo, aun acunando la mano herida en su


pecho. Rick gruñó, la necesidad de ir tras el hombre era tan fuerte que tomó toda su
voluntad quedarse clavado en su asiento. Ahora mismo, Dorian era una presa, no su
nominado. El hombre era un humano más débil, y sangrante. ¿Cuánto más que una
tentación podía ser eso? Rick no podía evitar la manera en que se sentía. No le
gustaba querer desgarrar a Dorian, pero él era quien era.

—¡Sois un grupo de jodidos locos! —Dorian comenzó a caminar hacia abajo por la
carretera. —Olvídate de mí siendo un nominado. Vete a la mierda, Sr. Marcelo.

Rick se deslizó fuera del coche. El rico olor metálico inmediatamente


desvaneciéndose. Él fue capaz de obtener un mayor control de sí mismo y pensar un
poco más claramente. Aun quería comerse a Dorian, pero la necesidad no lo estaba
haciendo enloquecer, sólo ligeramente trastornado. —No puedes sólo caminar por la
maldita carretera, Dorian. Algún policía podría venir y cogerte, o peor, un cambiante
hiena podría estar cerca.

74
—Prefiero arriesgarme con ellos. Ustedes son un montón de psicópatas.

Dorian no sabía que estaba diciendo, los cambiantes hiena podían ser diez veces peor.
Los bastardos salvajes ya tendrían un festín en Dorian. Había alejado a Dorian de la
manada a tiempo y estaba haciendo un maldito buen trabajo controlándose a sí mismo.

—Entra en el auto, Dorian.

Dorian levantó su mano y le enseño el dedo del medio, sin detenerse nunca.

Rick cerró la puerta del auto y empezó a seguir al humano.

—Aleja tu peludo trasero de mí. —Dorian cogió su ritmo. —Me estás asustando.

Rick sabía qué parecía a la vista. Caminaba erguido, sin embargo estaba cubierto de
pelaje. Era su tercera forma, en la que todos los cambiantes hombres lobo cambiaban.
Era normal. Su mandíbula estaba extendida, sus garras eran afiladas y había crecido
dos pulgadas. Su tamaño era masivo y se preguntaba por qué Dorian corría gritando
por la carretera. —Me importa un carajo lo que te estoy haciendo. Consigue tu trasero
de vuelta en el auto, ¡ahora!

Dorian paró de caminar y se dio la vuelta. —No soy un cambiante. Tu voz no


funciona en mí. Vete a la mierda, Rick. —Aunque Rick podía ver la necesidad de
obedecer en los preciosos ojos cafés de Dorian, el hombre no iba a él.

<< ¿Preciosos? >>

Rick fue tras Dorian.

El hombre corrió.

Rick corrió más rápido.

Dorian gritó.

Rick gruñó.

Atrapó a Dorian alrededor de su cintura y lo arrastró fuera de sus pies, lanzándolo


sobre su hombro. —No dejaré que vayas a la cárcel.

—No voy a volver ahí, hay una casa llena de hombres lobo, esperando para comerme.

Rick caminó de regreso al auto, depositando a Dorian en el asiento del pasajero. Él se


paseaba de ida y vuelta, exhalando lentamente. Había olido la sangre de Dorian tan
pronto como agarró al hombre. Necesitaba distancia, pero ahora mismo eso no era
una buena cosa no cuando los hombres-hiena estaban empeñados en sacarlos fuera de 75
escena. Ellos podían estar donde sea, mirando, esperando para atacar.

Joder, él odiaba esta sensación.

—Somos cambiantes. Dorian. Cambiamos, cazamos, y matamos.

—¿Humanos?

Rick sacudió su cabeza. —No, pero oler tu sangre sacó a nuestras bestias. Es una
reacción instintiva para nuestra especie.

—¿Qué demonios estoy haciendo aquí? Si me escoges, que estoy altamente en contra,
entonces la primera vez que me golpeo a mí mismo, soy la merienda de alguien.
Gracias, pero no gracias.

Rick nunca había vinculado a Dorian como una persona de carácter fuerte. De los
limitados encuentros que tuvo con el hombre en el trabajo, había tomado a Dorian
como a un tipo de persona más tranquilo, dócil. Chico, el había estado equivocado.

Y estaba jodidamente excitándolo.

Rick no quería estar caliente. Él quería que esta mierda de apareamiento sólo
desapareciera. Caminando de un lado a otro un infierno mucho más, Rick finalmente
obtuvo su necesidad de cazar y matar bajo control. No estaba completamente drenado,
pero podía estar aquí y hablar con Dorian sin querer comerse al maldito hombre. —
No tienes que preocuparte acerca de eso, si eres el elegido.

—¿El elegido? Eso suena como una línea cursi de una película. ¿Y qué demonios
significa que no tengo que preocuparme acerca de eso? Tú viste como reaccionaron
ellos al olor de la sangre. Te puedo decir que están luchando también.

—Significa. —Rick dijo mientras se sentía lentamente cambiando a su forma humana,


estaba agotado ahora, pero él luchó contra la necesidad de acostarse y descansar. —
Que si tú te conviertes en mi pareja, te convertirás en cambiante.

—¡Oh, infierno no! —Dorian salió disparado del asiento, tratando lo mejor de
conseguir pasar a Rick, pero Rick agarró al hombre y lo lanzó de vuelta en el auto. Él
estaba exhausto, hambriento, y cansado ya de este argumento. Todo lo que quería
hacer era encontrar algo para comer y acostarse.

—Quédate jodidamente sentado.


76
—Que te jodan. Yo no voy a volverme peludo.

—No tienes que hacerlo, pero sería mejor si vas a vivir en la sociedad cambiante.

—Estaba bastante feliz viviendo en una sociedad humana.

—Puedo oler una mentira, Dorian, y ahora mismo, tu olor es nocivo. —Sorprendió a
Rick que Dorian estaba mintiendo. ¿El hombre no estaba siendo feliz viviendo con
los humanos? No estaba seguro de que pensar ahora. Había más en este hombre de lo
que se veía.

Dorian giró en su asiento, cruzando sus brazos sobre su pecho e ignorando a Rick.
Desafortunadamente, Rick estaba de pie desnudo a un lado de la carretera. Si él no
quería llamar la atención no deseada sobre él mismo —y por suerte no lo había hecho
mientras estaba en su forma de hombre-lobo —él necesitaba regresar a la casa
Wallington. Las miradas furtivas de Dorian no habían pasado inadvertidas, y por una
extraña razón, satisfacía a Rick que el hombre estuviera robando miradas a su ingle.

Sacudió su cabeza. Finalmente estaba perdido. Un humano estaba excitándolo. Qué


seguía,¿enamorarse perdidamente de un pálido? Esta mierda se estaba volviendo tan
malditamente complicada. Ellos se habían enrollado la pasada noche, nada más. No
significaba nada. Rick alcanzó del asiento de atrás la toalla que mantenía y cubrió el
asiento del conductor.

Sentarse en el cuero cuando estaba desnudo no era una buena sensación para él. Su
espalda ya iba a pegarse al material como estaba. Él no quería sus partes pegándose
también. Había solo algunas cosas que un hombre debía evitar a toda costa, y tener
sus bolas arrancadas del cuero cuando saliera del auto era una de ellas.

Dorian no estaba seguro de qué hacer. La reacción en la casa había asustado la mierda
fuera de él. Él nunca había visto a una persona cambiar de humano a hombre-lobo
antes, mucho menos a una casa entera llena de gente. Y en el interior, estaba
enloqueciendo a lo grande.

77
Pero eso no era lo que tenía en mente ahora mismo. Rick sentado junto a él
completamente desnudo no pasaba desapercibido. Era como un choque de trenes. Él
quería mirar lejos, realmente lo hacía, pero sus ojos volvían a ser atraídos de vuelta al
grande y semiduro pene sentado entre las piernas del hombre.

Él había chupado la polla del hombre la pasada noche, pero había estado oscuro y
Dorian no había conseguido una buena mirada. La erección se había sentido grande
en su boca, pero no lo que estaba viendo del pene de Rick… maldita sea. Él estaba
completamente impresionado.

—Sé que estás mirando, —dijo Rick, pero su tono no era juguetón. Estaba lleno con
un sonido que sólo un hombre hacía cuando la lujuria era la única cosa en la mente
del chico. Imágenes de cómo Rick se veía sólo lo unos momentos atrás fueron
suficientes para bajar la libido de Dorian. El chico se veía como un fenómeno de
hombre-lobo, peludo y todo. Eso no era sexy en su libro. Pero Rick en forma humana,
sentado allí gloriosamente desnudo era otra historia.

—Ya te gustaría. —Y así lo hacía Dorian, pero él sólo no podía conseguir pasar el
pelaje o las garras que había visto. El hombre también había aparecido más grande,
más masivo, como si hubiera crecido una pulgada o dos. Le gustaba la ciencia ficción,
pero verlo en la vida real estaba jodiendo su cabeza. El hombre se había puesto
peludo. Dorian no estaba seguro si estaba calmado porque estaba en shock o si su
cerebro no estaba procesando el hecho propiamente. De cualquier manera, él no iba a
ver el pene de Rick.

—Tú también. —Era una declaración de hecho.

Dorian rápidamente miró lejos cuando el semiduro pene empezó a espesarse aún más.
Él no iba a hacer esto. El calor en su rostro se volvió más caliente, y luego Dorian
alcanzó la puerta.

Rick agarró su brazo, suavemente. —No puedes ir por ahí.

—Seguro como el infierno que no me voy a quedar aquí. —Su mano dolía, pero el
sangrado había parado. Era una delgada línea bajando por su palma ahora, roja e
irritada, pero podía tratar con eso. Con lo que no podía tratar era un hombre desnudo
sentado junto a él con una dura polla. Él ni siquiera conocía al hombre por el amor
de dios. No había manera que tuviera sexo con él. Chupar su pene era una cosa, sexo
completo era otra. Ni siquiera estaba seguro por qué había cedido a su necesidad la
pasada noche. Pero Dorian no iba a repetir el mismo error de nuevo.

No importa cuánto lo quería.


78
—Me comportaré.

Vino ese tono lujurioso de nuevo. —No, no lo harás.

—Okay, estoy mintiendo.

Dorian se giró, viendo una sonrisa jugar en los labios de Rick. ¿El hombre sabía cuan
absolutamente guapo era cuando sonreía? Se enfadó consigo mismo. Rick era
cambiante. No iba a ser nada más que perder el tiempo y definitivamente no iba a ser
cualquier sexo. —Estás flipando, ¿verdad?

—Nunca pude entender a la sociedad humana que reprimida sexualmente. —Rick


dijo en un sensual tono que suplicaba ser escuchado. El hombre se movió más cerca,
su cara a una pulgada de Dorian. —Dime, Dorian. ¿Tengo que salir contigo antes de
que pueda meter las diez pulgadas en tu culo?

Dorian tragó su lengua.

—Tomaré eso como un sí. —Rick se movió lejos y agarró la toalla, extendiéndola
sobre su regazo. —Vuelve a sentarte y abróchate el cinturón. —El auto arrancó y la
diversión de Rick se fue. Dorian hizo lo que el hombre pidió. No había nada más por
hacer. El mirar fijamente no era una opción. Si miraba fijamente el tiempo suficiente,
tanto tiempo, oh-tan-gruesas diez pulgadas sólo podían ser enterradas dentro de él.

Dios, estaba duro de nuevo por un cambiante. << Alguien sólo que me dispare.>>

79
Capítulo 9
Dorian se sentó afuera de la casa Wallinton en el auto, incluso cuando Rick protestó.
No iba a volver dentro. Esas personas asustaban la mierda fuera de él. Dorian tuvo
que prometer tocar la bocina si algo lo asustaba.

Él debería estar tocando la bocina hasta la mañana porque todos en esa maldita casa
lo asustaban.

Pero Dorian se sentó en la asiento, mirando a la casa, su mano lejos de la bocina. Él


no podía parar de pensar acerca del pene de Rick. No importaba que el tratara de
pensar en otra cosa para distraer esos perturbadores pensamientos. Su mente volvía a
desviarse a esas diez pulgadas completas.

<< Maldición, ¿diez pulgadas?>> No se podía negar que Rick estaba muy bien
dotado. Dorian había visto la prueba con sus propios ojos y probado la noche anterior.
Gimió para sí mismo y presionó la palma de su mano en su ingle. Él no iba a repetir
la pasada noche o ir todo el camino con Rick. A Dorian no le importaba cuan curioso
estaba de descubrir cómo se sentiría Rick… << Detente. >>

Se distrajo a sí mismo, Dorian empezó a mirar alrededor del interior del Mustang. El
auto estaba bastante limpio dentro, bien cuidado. A Rick le gustaba el orden. Dorian
podía decirlo. El negro interior estaba brillante, y no había una mota de polvo en
ninguna parte.

El hombre tenía que tener TOC. (OCD)11

Dorian pasó su dedo por el tablero y no se sorprendió de encontrarlo limpio. Él tenía


la necesidad de agarrar algo sucio de afuera y untarlo a través de la chillona limpieza
del tablero. En su lugar, abrió la guantera y luego la cerró de golpe.

¿Qué demonios estaba haciendo su gerente de distrito con una pistola en su guantera?
Por alguna extraña razón, Dorian mantuvo la imagen de Rick como el gerente de
distrito de cuatro tiendas de comestibles, no un maldito Alfa de una manada de
cambiantes. Todavía no se había hecho a la idea completamente de que Rick no era
quien había parecido ser. Dorian no estaba viéndolo como el Sr. Marcelo más tiempo,

80
y eso le molestó.
11
TOC (transtorno obsesivo-compulsivo)
Mirando alrededor para estar seguro que estaba solo, Dorian abrió la guantera otra
vez, y la dejó abierta mientras miraba a la pistola negro mate. No sabía nada acerca
de pistolas y nunca había sostenido una en su vida. Así que ¿por qué demonios la
había alcanzado y cogido?

Era más pesada que la pistola de juguete que había tenido cuando era niño.

Mucho más pesada.

Le dio la vuelta, leyendo Smith & Wesson en un lado de ella, y Dorian no tenía idea
de qué significaba eso. Su papá patearía su trasero si supiera que Dorian tenía una
pistola en su mano ahora mismo. Había una parte de él que estaba fascinada por la
pistola. Él quería dispararla. Pero había una gran parte de él que le decía que pusiera
la maldita cosa de vuelta donde la había encontrado.

Dorian cuidadosamente la puso de vuelta y luego cerró la guantera.

Frotó su mano por la parte delantera de sus pantalones, tratando de conseguir la


sensación de la pistola fuera de él. La sensación lo estaba emocionando. Sus dedos
hormigueaban por sostenerla una vez más. Nunca fue entrenado para usar una, él
necesitaba dejar la pistola de Rick.

Esa sería una sabia decisión.

Dorian no siempre era sabio —dejar a Miguel convencerlo de la cena era prueba de
eso —pero él se comportaría.

Dorian se deslizó abajo en el asiento, preguntándose cuanto tiempo iba a tomar la


reunión y cuando se irían todos. Estaba cansado y hambriento. Sus ojos se fijaron en
el porche cuando vio a Rick salir. Tal vez la reunión terminó y todos se irían a casa.

<< ¡Por fin! >>

Rick se giró cuando alguien más salió detrás de él. El gerente de distrito se paró ahí
hablando a alguna mujer. Ella era muy guapa, incluso si los gustos de Dorian no
corrían de esa manera. Él reconocía a una mujer hermosa cuando veía a una. La única
cosa que destacaba sobre ella eran las curvas. La mujer estaba llena de ellas. Su
cabello castaño profundo caía por su espalda en ondas. Ella era definitivamente
hermosa suficiente para atrapar la atención de un chico. Un chico hetero por supuesto.

No estaba seguro de lo que ellos estaban hablando << ¿Qué carajo? >> ¿Ella lo 81
había besado? ¡Él iba a patear su trasero! Dorian se deslizó más abajo en el asiento.
¿Por qué quería patear su trasero? ¿No había protestado por ser un candidato desde
un comienzo? Así que ¿por qué se le hizo un nudo en el intestino cuando vio la mano
de Rick deslizarse alrededor de su cintura?

Dorian miró a otro lado.

Le molestaba. El ver a Rick con alguien más le molestaba. No debería. Realmente no


debería.

Pero lo hacía.

Pensó sobre la pistola en la guantera y rápidamente rechazó la idea.

Él no iba a mirar.

Dorian miró.

Ella estaba acariciando el pecho de Rick, sonriéndole.

Dorian miró a otro lado.

Miró a la guantera.

<< Joder. >>

Su ira comenzó a cocinarse a fuego lento alrededor de los bordes. Su mirada en la


guantera. Él nunca debió haber ido fisgoneando. La tentación era una hija de puta.
¿Por qué se estaba volviendo tan loco? Él no quería a Rick. Dorian quería salir de
esta loca situación. Así que ¿por qué quería matarla y mutilar a Rick?

Cuando Dorian miró de vuelta al porche, Rick estaba solo, caminando hacia el coche.
Él se mantuvo hundido en su asiento, pretendiendo que estaba estudiando el auto rojo
junto a él. El interior era negro.

<< Bonito coche. >>

La puerta se abrió.

—La reunión ya ha terminado. Todos se dirigen hacia afuera por si quieres entrar.

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Dorian no miró a Rick. Estaba asustado de que si él miraba a Rick, él iría a la
guantera. Mariposas golpeaban alrededor de sus apretadas entrañas cuando pensaba
en Rick besando a esa mujer.

No debería importarle.

Pero lo hacía.

—Esperaré hasta que ellos se hayan ido. —Bien para él. Había mantenido su tono
uniforme.

—Haz lo que quieras. —La puerta del auto se cerró.

<< Bastardo. >>

Rick vio como el último auto se alejaba. El sol se estaba poniendo y el cielo estaba
pintado con tonos de rosa y rojos. Rick amaba las puestas de sol. Eran tan pacíficas,
le recordaban que la vida todavía tenía algo bello. Él usualmente no estaba pensativo,
pero los últimos eventos lo estaban agotando. Una vez más estaba sintiendo su edad.
Todo lo que quería conseguir era una taza de café y sentarse en el porche, testigo de
la belleza de la naturaleza mientras el sol se hundía más allá de las montañas. Hacía
mucho tiempo desde la última vez que se había permitido consentirse con algo tan
simple.

Pero no podía.

Dorian no había conseguido salir del auto. De hecho, el chico estaba enfurruñado.
Rick se volteó y caminó dentro, yendo hacia la ventana, mirando a través de la fina
caída de la cortina de encaje.

Dorian salió del auto y cerró de golpe la puerta.

Rick hizo una mueca de dolor. Ese era su bebé. No le gustaba ver a su Mustang
maltratado. Dorian se paró fuera del auto, hablándose a sí mismo, pateando el aire y
gruñendo. ¿Qué demonios estaba mal con el chico? Él sabía que Dorian estaba
cabreado acerca de Rick queriendo comerse al hombre, pero había tenido tiempo de
sobra para superar eso.

No podía recriminarle eso, ¿verdad?


83
Dorian señaló a nadie y giró la cara hacia arriba, una vez más hablándole a nadie. El
hombre estaba loco. Observó al chico caminar lentamente hacia la casa. Desde que
todos se habían ido, Rick se había asegurado que Dorian estaba seguro por él mismo,
pero el comportamiento del humano era desconcertante.

Se apartó de la cortina y tomó asiento en el sofá justo cuando se abrió la puerta


delantera. Rick lucía casual mientras estaba sentado allí. Dorian no dijo una palabra.
Caminó más allá de Rick y subió los escalones.

Rick lo miró, preguntándose, hasta que olió celos saliendo de Dorian. Era tan picante
que su nariz se arrugó. Llenó la habitación e hizo que Rick tosiera. Él estaba cansado
después de la reunión con su manada, pensamientos arremolinándose en su cabeza
sobre los hombres-hiena, y ahora Dorian estaba actuando extraño.

Este no era uno de sus mejores días. Al menos no era tan malo como ayer. Rick se
empujó del sofá, bloqueando el lugar y apagando las luces excepto una en la cocina.
Había un ajuste bajo y lo usó.

Rumbo hacia arriba por las escaleras, Rick consideró ir a la habitación de Dorian,
pero dejó al hombre solo. Si Dorian todavía estaba molesto mañana, descubriría qué
estaba fastidiando al hombre. No estaba seguro de qué hacía estar celoso a Dorian.
Rick quería descubrirlo. Realmente lo hacía. Pero estaba desgastado y todo lo que
quería hacer era acostarse y olvidar que su vida se estaba cayendo a pedazos.

Rick hacía el desayuno cuando Dorian llegó a la cocina. Él busco signos de irritación
o locura, pero todo Dorian parecía estar tranquilo. —¿Desayuno?

—Gracias. —Dorian tomó un asiento en la pequeña mesa, sirviéndose un vaso de


jugo de naranja.

—Hoy tenemos que tomar un paseo. Necesito ir a ver al maestro vampiro de


Hamilton.

Eso consiguió la reacción de Dorian. —¿Por qué?

—Porque, —dijo Rick mientras llenaba un plato con pancakes y salchichas,


colocando todo en frente de Dorian —tú no entras en su región a menos que pidas
84
permiso primero. Y los hombres-hiena viven en el territorio de Kraven. Si queremos
un salvoconducto, tenemos que preguntar primero.

Dorian se quedó en silencio.

—No será hasta después de la puesta del sol. —No estaba seguro de por qué había
añadido este hecho, pero Dorian parecía tan tranquilo que molestaba a Rick. El
hombre usualmente era una pistola. Rick había aprendido un poco acerca de Dorian
en los últimos pocos días. El hombre tenía una opinión y no estaba asustado de
expresarla. Así que ¿por qué estaba sentado aquí como si alguien robó su juguete
masticable favorito?

—¿Qué pasa si vamos ahí sin pedir permiso? —Dorian agarró su jugo de naranja y
tomó un sorbo, sus ojos abatidos. Rick era el único irritado ahora. No le gustaba ver a
Dorian así. El hombre debería estar brotando dardos ingeniosos, o diciéndole a Rick
que esta no era su forma de vida y no permanecería aquí.

—Entonces conseguiremos una visita de las Mãos da Morte.

Esta vez Dorian miró hacia arriba. —¿Las qué?

—Es el portugués para “manos de la muerte.” Ellos son un grupo de vampiros que le
enseñan a la gente traviesa una lección. —Estaba poniendo las cosas suavemente.
Mãos da Morte robaba en las casas y mataba a los culpables antes de que la persona
incluso supiera que estaba allí. Eran el hombre del saco del mundo paranormal.
Incluso los cambiantes les temían, lo que era mucho decir. Rick no estaba seguro de
por qué tenían un título en portugués ya que Kraven era ruso, pero no iba a
preguntarle acerca de eso al vampiro.

—¿Cómo demonios ha pasado todo esto en nuestras narices? —Dorian preguntó,


algo de ese fuego retornando. Sus ojos café-peruano escudriñándolo. Era una mirada
que a Rick no le gustaba. —¿Qué más hay que nosotros no sepamos?

A Rick no le gustaba el término nosotros. Se enfrentó Rick contra Dorian, no humano


contra ser humano. Eso hizo que sus dientes se apretaran. No se suponía que se
enfrentara contra su candidato. No estaba en el libro de reglas. —Más de lo que
nunca descubrirás, humano. —Incluso si Rick lo quería compartir, no había una
versión corta, y no iba a desperdiciar su día explicando el mundo en el que vivía su
vida diaria.
85
Sería un desperdicio si no iba a escoger a Dorian.

Silvia ya había suplicado no ser escogida la noche anterior en el porche. Le había


dicho que había estado enamorada de George por sobre un año y ellos planeaban
casarse. Ella incluso era lo suficientemente amable para ofrecer sus siete días a
Dorian. Rick no estaba seguro de cómo iba a usar esos siete días extras, pero tuvo la
sensación de que los necesitaría para Dorian. Casi tres semanas habían pasado desde
la fiesta, pero estaba un poco más preocupado con mantenerlos a él y a Dorian fuera
de la cárcel que empezar a salir con nadie, eso y que había estado tratando de ganar
tiempo antes de decidir salir con Dorian primero. Silvia incluso le pidió a Rick ser el
padrino de su boda. Rick estuvo de acuerdo. Eso era si no estaba tras las rejas cuando
ellos dijeran sus votos.

Eso dejaba a Dorian y Omar.

Rick recordaba cuan extraño estaba actuando Omar la pasada noche en la reunión. El
hombre aún no le decía qué estaba mal, y Rick no iba a fastidiar al hombre para
decirle. Él tenía suficiente de sus propios problemas por el momento. Él estaba
siempre ahí para ayudar cuando alguien lo necesitaba, pero no iba a forzar al hombre-
lobo a decirle si él no estaba dispuesto.

Dos candidatos.

Dos hombres actuando extraño.

Rick estaba consiguiendo un maldito dolor de cabeza. No estaba dispuesto a


desperdiciar su día tratando de descifrarlos tampoco. Tenía cosas que hacer, cosas por
poner en movimiento. Preocuparse por Omar enfurruñado o qué le pasaba a Dorian
no estaban en su lista de tareas pendientes.

Rick terminó su desayuno y caminó al estudio, usando el teléfono. Llamaba a su


ejecutor superior mientras dejaba escapar un largo suspiro. No iba a dejar que Dorian
arruinara su día. Había demasiado que hacer para conseguir que se distraiga por el
hombre.

—Hey Rick.

—¿Tienes algo de información para mí?

—Algo. —Nate respondió. —Pareces ser el responsable de emitir la orden contra


Dorian y entonces tú convenientemente te tomas unas convenientes vacaciones. El
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caso ha sido traspasado a homicidios, a dos veteranos experimentados que no se
rinden. Ya han interrogado a los padres de Dorian y estado en tu casa. Incluso
cuestionaron a la gente en tu trabajo. Alguna hembra llamada Cherry le dijo al
detective que pensaba que tú eras cambiante.

Rick sabía que Cherry era un problema. Había oído sus tranquilas acusaciones en el
trabajo. Tal vez enviaría a Selene a tener una charla con esa humana labios-flojos.
Selene estaba justo debajo de Nate, y ella no era con quien meterse. La ejecutora
femenina había luchado su camino a su posición, y sostenido el titulo viciosamente.

—¿Qué pruebas tienen?

—Todavía estoy trabajando en eso. —Dijo Nate. —Nuestro chico en el interior está
teniendo problemas para encontrar esa información. Parece que todos están con los
labios-cerrados acerca de qué está pasando. Piensa que ellos están tratando de hacer
un ejemplo de ti y Dorian. Si ellos pueden probar que tú mataste a esos tres hombres,
o tienes una mano en eso, entonces pueden probar que los cambiantes son salvajes y
no deberían ser permitidos vivir entre humanos.

Era una campaña tranquila para deshacerse de los no-humanos. << Qué
conveniente. >> Rick no iba a permitirse a sí mismo ser usado como un catalizador
para empezar una guerra. Los humanos acabarían con los cambiantes. Tan grande en
número como eran, en el lado no-humano, no era lo suficientemente alto para ganar.
Eso lo asustó más que el pensamiento de ser forzado a emparejarse. Rick ya tenía una
baja opinión de los humanos, y esto no estaba ayudando. Dorian estaba empezando a
cambiar su mente, pero oyendo que ellos estaban siendo usados como carne de cañón
no le sentaba bien a él. —Descubre lo que puedas acerca de las pruebas que tienen.
No seré usado como un peón para demostrar que los cambiantes no son más que los
animales que ellos piensan que somos.

—¿Cómo está el nominado? —Nate preguntó.

Rick rió. —Te gusta.

Nate no lo negó. —Él es lindo, para un humano.

—Deja a mi candidato tranquilo.

87
—Bien, pero si no lo escoges, yo voy a hacer un movimiento con él. Él tiene un buen
culo y una cara que no me molesta mirar —Nate rió. —Me pondré en contacto
contigo tan pronto como me entere de algo más.

—Gracias. —Rick dijo antes de colgar. Marcó otro número.

—Remus. —El otro hombre respondió.

—Es Rick.

—Mierda, ¿sabes cuantos policías están buscándote ahora mismo? Está todo en
primera página, junto con la noticia de como tú y algún humano mataron a esos
cambiantes abajo en la línea de la costa. No me importa si lo hiciste, pero yo sólo
estoy dejándote mantener un perfil bajo durante mucho tiempo.

—No es verdad. Uno de ellos era Alexander.

Remus dio un silbido bajo. —¿Sabes quién lo hizo?

—Todavía no.

—Están diciendo que estas usando algún tipo control mental cambiante en el humano,
haciéndolo hacer cosas malas para ti. ¿Cómo diablos te sigues metiendo…? No
importa. ¿Qué necesitas?

Remus podría seguir y seguir. Rick estaba feliz de que el hombre se hubiera cortado a
sí mismo e ido directo al punto. El hombre-leopardo tenía una afinidad por los
chismes. No era lo que uno consideraría amigo, pero con Remus se mantenían
mutuamente al corriente de qué estaba pasando en la comunidad cambiante. Chisme
mezquino, nada más. Nadie sabía que Rick hablaba con Remus, ni siquiera Sasha, el
alfa de la manada de Remus. Pero ahora mismo Rick estaba llegando a quien
confiaba, tratando de descifrar qué estaba pasando. —Necesito que te pongas en
contacto con Sasha y le digas que me llame.

—Él está tratando con los hombres-rata. Ellos parecen haber perdido su maldita
mente últimamente, pero le diré que se ponga en contacto contigo.

—Gracias. Oh, y Remus, también te necesito apara conseguir ayuda. Los hombres-
hiena tienen capturado al rey rata. Ve quién puede coger y conseguir su trasero lejos
de esas jodidas hienas. Lo haría yo mismo, pero viendo que estoy huyendo. —Rick
sabía por qué los hombres-ratas estaban actuando de esta manera. Su rey había sido

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secuestrado. Estaban sin líder. Él todavía tenía que ayudar a su rey, pero ahora mismo
Rick no podía pensar en cómo hacer eso sin conseguir ser atrapado. No estaba
abandonando al hombre. Rick sólo tenía que encontrar una manera de ayudar que no
involucrara esposas y cárcel.

—Tú no pides mucho, ¿verdad? —Remus preguntó. —Reuniré a las tropas y


conseguiré sacarlo de allí, pero me debes una por esto.

Rick colgó y caminó desde el estudio cuando oyó que golpeaban la puerta delantera.
Eran Miguel y su primo Benito.

—Queríamos venir y pasar el rato. ¿Te importa?

Rick sonrió. Los dos juveniles necesitaban a su Alfa, pero se sentían muy crecidos
ahora para salir y decirlo. Los cambiantes necesitaban el tacto, necesitaban
tranquilidad. Siendo recién maduros, esos dos estaban buscando la aprobación y
confort de Rick. —Vamos chicos.

Miguel le sonrió mientras caminaba pasando a Rick. —¿Dorian aún está aquí?

Rick cerró la puerta y señaló a la cocina. —Está comiendo su desayuno.

Benito caminó a la cocina mientras Miguel le sonreía hacia arriba a Rick y luego
extendió la mano, su mano quieta, pidiendo permiso. Rick asintió. Miguel corrió su
mano hacia abajo por el brazo de Rick. Una mirada de limpia comodidad en su rostro.
—¿Has encontrado algo ya?

Rick sacudió su cabeza. Él no iba a conseguir a los dos envueltos en este desastre.
Miguel aún era demasiado ingenuo para ser útil. Rick no pensaba nada malo en que
Miguel fuera dulce e inocente, pero tratando con los hombres-hiena era un poco
demasiado difícil para alguien que todavía no estaba familiarizado con la maldad del
mundo. —Nada útil. —Que no era una mentira. Nada de de lo que había averiguado
podía ayudarlo por el momento. Estaba atrapado escondido.

Rick oyó a Dorian gritar y luego Benito salió corriendo de la cocina, el ceño fruncido
en su cara. Dorian apareció en la sala de estar. —Si me tocas de nuevo, te cortaré las
bolas.

El hombre hablaba en serio.

—¿Qué está mal? —Rick preguntó. Él conocía a Benito. El hombre no habría hecho

89
nada para ofender a Dorian. Era tan dulce e ingenuo como Miguel. Los primos no le
harían daño a una mosca, no mientras estuviesen en forma humana.
—Este pervertido sólo trató de correr su mano sobre mi espalda.

Rick rió. —Él estaba buscando comodidad.

Dorian no lucía feliz con la explicación de Rick. —No estoy seguro de lo que eso
signifique, pero puede buscarlo en algún lugar más. No me gustan las colas
extrañas.12

—No estoy familiarizado con ese término. —Dijo Miguel mientras se acercaba más a
Rick. Rick descansó su mano en el hombro de Miguel.

—Significa que no tengo sexo con extraños. —Dorian entrecerró sus ojos mientras
miraba en dónde la mano de Rick estaba descansando en Miguel. Rick podía oler el
aroma de los celos cociéndose a fuego lento.

<< Interesante. >>

—Ellos son cambiantes, Dorian. Necesitan tocar para tranquilidad y comodidad. Es


lo que hacemos. Es cómo vivimos.

—Así que, es sólo una gran orgía con ustedes chicos, ¿huh? —Dorian escupió la
pregunta. —Cuanto más aprendo sobre los cambiantes, menos me gustan. Todavía no
he superado a ti tratando de comerme.

Rick gruñó. —El sexo no está involucrado en la comodidad. Consigue tu maldita


mente fuera de la cuneta. —Iba a dejar la parte de comer.

<< Una pelea a la vez. >>

—Podrías haberme engañado. Lucías bastante malditamente amigable con esa mujer
en el porche la pasada noche. —Dorian escondió sus labios, su cara y cuello
sombreándose de un lindo color rosa. Le recordó a Rick la puesta de sol la noche
anterior, pero empujo lejos esos pensamientos errantes.

El hombre lucía avergonzado de que le había dicho a Rick lo que había visto.

Así que, esa era la razón por la que estaba de mal humor. Él debería estar cabreado de
que Dorian haya saltado a conclusiones, pero por la vida de él, no podía reunir la ira.
De hecho, le complacía. Dios, estaba tan jodido. —Tú eres uno de los tres candidatos,
Dorian. Hay otros dos compitiendo por un lugar junto a mí.

12
Nota: Podría entenderse con el doble significado de colas extrañas por ser ellos cambiantes lobo y por referirse a la
90
anatomía de los hombres
No estaba seguro de por qué le contaba esto a Dorian. Silvia no quería la posición
como compañera Alfa. Él no sabía que estaba pasando con Omar. Pero viendo al
monstruo de ojos verdes alcanzando a Dorian era agradable para él.

—Bien. —Dorian refunfuñó. —Pero ellos pueden esperar hasta que sea su turno.

—Le gustas. —Miguel susurró, viéndose complacido. —Sabía que era un candidato
perfecto.

Rick le sonrió hacia abajo a Miguel. —No estoy tan seguro, Miguel. Él es bastante
malditamente posesivo.

—No lo soy. —Dorian espetó. —Yo sólo… —Dorian giró en sus talones y caminó
devuelta a la cocina. —Sólo mantén tus manos para ti. —Gritó hacia ellos. Rick no
estaba seguro si estaba hablándole a Benito o a él.

Un desafío.

Rick sonrió. Era una sonrisa calculadora. Así que, Dorian estaba desarrollando
sentimientos por Rick. De la forma en que el humano había actuado, él habría
pensado que el hombre lo odiaba. Pero su explosión había provenido de otra parte.

Porque a decir verdad, a Rick estaba empezando realmente a gustarle Dorian. Era
confuso como el infierno considerando que Dorian era humano, pero Rick no iba a
negar sus sentimientos, incluso si sólo los admitía a sí mismo. —Ustedes chicos
vayan a mantenerlo acompañado. Todavía tengo llamadas telefónicas por hacer.

—Pero él no nos quiere allí. —Miguel dijo.

—¿Y?

Miguel se encogió de hombros. —Vamos, Benito. Vamos a conseguir que nos griten.

Rick se rió entre dientes mientras caminaba de regreso al estudio.

91
Capítulo 10
—No los mires directamente a los ojos. —Rick dijo mientras conducía. —No mires a
ninguno de los vampiros a sus ojos.

Dorian asintió. Él no había querido venir, pero Rick insistió. Desde el descubrimiento
de los no-humanos hace tres años, Dorian nunca había conocido a un vampiro, y no
quería conocer a uno. Estaba un poco perturbado cuando pararon en frente de una
construcción sin ventanas. El lugar lucía como donde Dorian habría evitado pasar.
Era extraño, lucía hostil, y lo hizo temblar sabiendo que los vampiros estaban adentro.

Dorian sólo rezaba para que ellos no entraran en una habitación con ataúdes. Sus
nervios ya se estaban a flor de piel y una navaja estaba afilando a través de ellos. No
sería capaz de manejar la vista de ataúdes.

Rick cerró el auto y giró su cabeza hacia Dorian. —Es un club BDSM.

Ahora Dorian sabía que quería volver a la casa de campo. Esto no era su taza de té, y
no quería ver qué estaba pasando dentro del lugar. No tenía una opinión muy alta de
las personas que ansiaban el dolor. Era bastante malditamente pervertido para él.
Salieron del auto, Dorian siguiendo detrás de Rick. Delante de la puerta vio a un
hombre que por la ropa seguramente sería un segurata. Jeans negros, camiseta negra y
botas negras.

El hombre estaba bien construido, pálido, y asustaba a Dorian. Esperaba que el tipo
no preguntara por una bebida de sangre porque Dorian no estaba seguro de la forma
educada de rechazarlo… además de obviamente gritar y correr.

—¿Tienes dos pases?

—Estoy aquí para ver a Kraven. —Rick respondió. —Soy el Alfa Enrique Marcelo de
la manada local de cambiantes hombres-lobo en Shelton.

El hombre asintió, pero miró a Dorian como si estuviera en el menú. Dorian


realmente estaba consiguiendo cansarse de la gente queriendo comérselo. No se veía
malditamente sabroso. —Vamos adentro, el Maestro Kraven está en la parte trasera,
divirtiéndose.

Dorian tenía una muy buena idea de cómo el Maestro Kraven estaba divirtiéndose, 92
pero no quería verlo de primera mano. Ya había visto demasiado cuando en la casa de
campo la manada había cambiado y cuando Rick de pie junto a la puerta del auto
cambió a su forma de hombre-lobo.

Él no quería ver vampiros alimentándose.

Había pensado que los cambiantes eran aterradores y fascinantes hace tan sólo unas
semanas. Rick había aclarado su fascinación con su espinosa actitud y queriendo
comerse a Dorian. ¿Pero vampiros? De ninguna manera. La sangre no era atractiva
para él en lo más mínimo.

Dorian oyó el lento repiqueteo de la música tan pronto como pasó a través de la
puerta. Era algo que esperaría oír en un Club Gótico. La música vibraba en el fondo,
prestando seducción al poco iluminado club. Eso no lo hacía sentir algo mejor
estando aquí. El vestíbulo frontal débilmente iluminado, dando la percepción de
oscuridad y peligro. Bueno, lo era para él de cualquier manera.

Él vio la habitación delantera habían aplastadas sillas de terciopelo rojo, un sofá


también, haciéndolo parecer más como una sala de estar. Dorian rápidamente miró
lejos cuando vio gente medio-desnuda sentada en almohadas con collares alrededor
de sus cuellos, o caminando alrededor como si su desnudez no fuera nada por lo que
preocuparse.

Le preocupaba.

—Mantente cerca, y recuerda, no mires a nadie a los ojos.

Dorian no planeaba hacerlo. Él había oído acerca de vampiros cautivando gente, y


nunca fue un resultado bonito. No estaba seguro cuan ciertos eran los rumores —más
viniendo de Cherry y Jayson —y no quería descubrirlo.

Mantuvo sus ojos hacia el suelo, siguiendo detrás de Rick mientras ellos caminaban
por un largo corredor. Podía oír ruidos viniendo de varias habitaciones mientras
pasaban por ellas. Dorian quería salir de aquí.

—Alfa Enrique. —Alguien dijo mientras pasaban por el vestíbulo.

Dorian miró arriba y rápidamente miró hacia el lado cuando recordó la advertencia de
Rick. Sus ojos se enfocaron en el bien formado trasero de Rick y luego miró abajo a
las botas del hombre. ¿Por qué estaba interesado en el trasero de Rick? Imágenes de
93
cómo lucía Rick desnudó flotaron a través de su mente, y Dorian gruñó interiormente.

Parecía que no importaba cuan duro luchaba contra el pensamiento de Rick como
algo más que un deseo sexual, su pene se sacudía cada vez que pensaba de cuan
maravillosa era la polla del hombre. Estaba empezando a enamorarse por Rick y eso
no era una buena cosa. No sólo Rick era un cambiante, sino que la vida que los no-
humanos llevaban estaba probando ser más difícil de lo que Dorian podía soportar.

Había un montón de cosas que no entendía. Había una vasta diferencia entre
cambiantes y humanos, a parte de la cosa peluda. Vivían diferente, interaccionaban
diferente, y tenían un conjunto de reglas con las que Dorian no estaba seguro de
poder vivir. Pero no estaba negando que no le importaría descubrir cuán lejos irían
esas diez pulgadas.

>>Consigue esa polla fuera de tu trasero y concéntrate. Tú estás de pie en un club


lleno de vampiros.<<

La puerta a su izquierda se abrió, y Dorian alcanzó a vislumbrar dentro. Su corazón


se congeló. Por un momento en el tiempo, Dorian no podía respirar, él no podía
pensar, y luego su ira en toda regla mientras empujaba la puerta abierta, oyéndola
chocar en la pared.

—¡Dorian! —Rick gritó.

Dorian lo ignoró mientras se apresuraba en la habitación, pero fue agarrado por su


brazo y tirado atrás por dos extraños quienes asumían eran vampiros. —Déjame
jodidamente ir.

—¿Qué está pasando, Dorian? —Rick preguntó mientras tiraba a Dorian libre del
hombre, pero no lo dejaba ir.

Dorian apuñaló con un dedo al hombre acostado en el chaise-lounge, sus ojos


vidriosos y una mirada de pura satisfacción en su cara. Esto no podía ser. Él iba a
estar enfermo. No había manera de que estuviera viendo esto. —Este es mi hermanito,
Ian.

—¿Qué edad tiene?

Dorian giró, viendo al hombre de pie junto a Rick con cabello negro hasta los
hombros y ojos tan azules como joyas gemelas. Rápidamente miró abajo. Tan lívido
94
como estaba, Dorian no iba a ser cautivado. —Diecisiete.

Rick lo apretó más fuerte. La tensión en la habitación era palpable mientras Dorian
veía rojo. Ese era Ian allí. Él no iba sólo a alejarse. Alguien iba a pagar por esto. —
Un no-humano puede oler una mentira, Dorian.

Los dientes de Dorian rechinaron juntos, luchando las lágrimas que brotaran en sus
ojos. —Bien, tiene veintiuno.

—Entonces es suficientemente viejo para estar aquí. —El hombre junto a Rick
declaró. Dorian asumió que este era el Maestro Kraven. Había una arrogancia sobre
él que golpeaba los nervios de la peor manera. Parecía que todos los líderes en el
mundo no-humano actuaban como idiotas arrogantes. Estaba empezando a ver que no
era sólo él quien había conseguido el pomposo comportamiento de Derrick y Rick.

Ellos eran sólo de esa manera.

—¿Tú lo cautivaste? —Dorian apretó los dientes en la pregunta, sintiendo los


músculos en su garganta apretándose. Él no iba a llorar. No había manera de que
fuera a llorar en frente de estos hombres. No iba a darles ese placer. —¿Lo forzaste
aquí?

El vampiro entró en la habitación sin aire por lo que era como ver una voluta de
humo pasar por él. Kraven lo miró fijamente, pero Dorian sabía que estaba mintiendo.
Podía ver el sutil corte en el traje del hombre, permitiendo el espacio extra para sus
cincelados músculos. —Nunca forzaríamos a un humano. —El Maestro Kraven
respondió. —Ian ha sido un miembro por algún tiempo. Siento que tengas que
descubrir el pequeño sucio secreto de tu hermano de esta forma.

—¡Él es un jodido adicto a los colmillos!

Kraven escondió sus manos tras su cuerpo, su postura rígida. —Si es cómo deseas
llamarlo. He oído ese término usado antes. Pero busca el placer que sólo un vampiro
puede darle.

Fue dicho como cosa natural tan práctico que Dorian quería gritar. Pensó que los
rumores eran verdad. Los rumores decían que más vampiros estaban en contra de
dejar que humanos se volvieran adictos a los colmillos. Pero aquí de pie el maestro,

95
alentándolo, teniendo habitaciones en la parte trasera de su maldito lujurioso club
para esto.
—¿Por qué esto es un problema, Dorian? —Kraven preguntó. El hombre usaba su
primer nombre, tratando de hacer a Dorian más cómodo. No iba a funcionar. Nada
podía extinguir el fuego quemando en sus entrañas ahora mismo. —Calico se
alimentaba de Ian, y a cambio, Ian tenía el mejor orgasmo de su vida.

Dorian levantó las manos en frente de él, ondeándolas adelante y atrás. —No quiero
oír de los orgasmos de mi hermano. —Miró atrás a Ian y sintió que su corazón se
rompía. Sabía que nada había que podía hacer. Incluso si tiraba a su hermano de este
club, si lo que decía Kraven era verdad, Ian sólo volvería enseguida. —Él no fue
golpeado, ¿verdad?

Kraven dio una cálida y suave risa que se sentía como seda corriendo sobre la piel
desnuda. El melódico sonido hizo a Dorian querer estar de acuerdo a cualquier cosa,
poniéndolo cómodo en ese pozo de perversidad. Sacudió su cabeza, consiguiendo el
atractivo sonido fuera de su mente.

—Ian sólo está tanto en el dolor como lo está en ser mordido.

Dorian quería gritar, rasgar la habitación aparte, y después ir a por Calico. Pero estaba
en un club lleno de vampiros. Incluso si conseguía llegar a Ian, el club entero lo
detendría. No iba a dejar que su hermanito permaneciera aquí. Dorian no iba a dejar a
Ian volver. Dorian tenía que salvarlo, incluso de sí mismo. Tenía que jugar esto
indiferente. Un plan se formaba en su mente. —Voy a salir al auto.

—Será lo mejor. —Rick respondió y luego colocó una mano en el hombro de Dorian
mientras él pasaba al hombre lobo. —No tenía ni idea, Dorian.

Dorian asintió con la cabeza. No pensaba que Rick tenía algo que hacer con esto. El
hombre estaba de pie allí viendo tristemente a Dorian. Él no quería la compasión de
Rick. Dorian caminó por el corredor, ignorando las invitaciones a ser mordido o a
jugar mientras salía al Mustang. Abrió la puerta del pasajero… y luego la guantera.

Agarró la pistola y la metió en el frente de sus pantalones, tirando su camisa sobre el


frío metal ocultando el arma.

—¿Cambiaste de opinión, humano? —El vampiro en la puerta preguntó cuando vio a


Dorian girar y volver hacia el club. —Si es así, yo estaría más que feliz de morderte,
o podríamos disfrutar de la sala de bondage. —Había anticipación en la voz del tipo,
pero Dorian no miró a sus ojos para ver si coincidía con la fuerte lujuria.
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Él sacudió su cabeza. —No, olvidé decirle algo al Alfa.

—Bien, pero si cambias de opinión, sabes dónde estoy.

Yeah, lo hacía. Dorian pasó atrás en el tenuemente iluminado club y caminó hacia la
habitación en que su hermano estaba. Rick y Kraven no estaban en ninguna parte para
ser encontrados.

<< Bien. >>

No estaba seguro si los muertos vivientes podían morir de una herida de bala, pero él
estaba a punto de descubrirlo. Ya era buscado por tres asesinatos. ¿Qué eran unos
pocos más? Pero esta vez, con alegría tomaría todo el crédito si conseguía a Ian fuera
de aquí.

Entró en la habitación donde su hermano estaba tendido, viendo a Ian inconsciente.


Todo lo que Ian tenía puesto era un par de pantalones cortos de niño, y ellos ni
siquiera cubrían su culo entero. Dorian sintió una rabia que todo lo consume
hirviendo dentro de él, y luego todo dentro de su cuerpo se fue en calma. Tenía una
extraña sensación, sabiendo que iba a tomar una vida. No esperaba sentirse tan
neutral acerca de eso.

—¿Pensé que Kraven aclaró las cosas contigo? —El hombre cerniéndose sobre su
hermano preguntó. —¿Qué jodidos estás haciendo de vuelta aquí?

Dorian tiró el arma del frente de su cinturón y disparó al vampiro en su brazo derecho.
Estaba conmocionado porque golpeó al tipo ya que nunca había disparado un arma en
su vida. Pero no se detendría con sólo una bala. Apuntó al corazón, pero falló y
disparó al vampiro en su hombro derecho en su lugar.

El vampiro voló hacia atrás, agarrando su hombro y silbando a Dorian. —Esas son
jodidas balas sumergidas en agua bendita, tú cabrón.

Dorian no lo sabía. ¿Qué estaba haciendo Rick con un arma que tenía balas de agua
bendita? No iba a tomarse el tiempo de preguntar. Disparó de nuevo, la bala sólo
fallando la cabeza del vampiro. —Bájate de Ian.

—¿Y si no lo hago? —Era una burla, como si el vampiro no creyera que Dorian iría a
por el disparo mortal.

Lo haría. 97
Ese era su hermanito en el sofá. —Pruébame. —Él agarró la pistola con ambas manos,
de manera de taza de té, concentrándose en la frente del hombre.

—¿Qué estás haciendo, Dorian? —Rick preguntó desde la entrada, pero Dorian no
sacó sus ojos del vampiro cerca de su hermano. Sólo rezaba como el infierno que
Rick lo protegiera de ser atacado. No había razón para Rick de hacer algo como eso,
pero Dorian mantenía la esperanza de cualquiera forma.

—Sacando a Ian de aquí.

—¿Sabes lo que has hecho? —Rick preguntó mientras se movía más cerca, hablando
a Dorian como si fuera un hombre a punto de saltar de la cornisa. Tal vez lo era.
Viniendo a una guarida de vampiros y tratando de matar a uno de los suyos estaba
firmando su sentencia de muerte, pero Dorian no se iba sin Ian.

—¿Qué me importa? —Dorian respondió en un tono tan frío, que lo asustaba a sí


mismo. —Coge a Ian del sofá, Rick.

—¿Con quién jodidos crees que estás hablando? —Rick chasqueó.

Dorian dirigió la pistola más abajo y disparó al vampiro en la pierna. —Coge a mi


hermano, Rick.

Rick cruzó la habitación, su expresión asesina. —Pagarás por esto.

—Estoy seguro que lo haré. —Pero su hermano estaba a salvo. O lo estaría. Planeaba
esconder a Ian en algún lugar donde nadie lo encontraría y entonces le conseguiría
ayuda a su hermano. No iba a tener a un depravado adicto por hermano. No había
jodida manera.

—Esto no ha acabado. —Kraven dijo desde la puerta. —¿Piensas que puedes salir de
aquí vivo, humano?

—Estamos a punto de descubrirlo. —Dorian dijo. —Si cualquiera viene cerca de mí,
le dispararé a ellos en el corazón.

Oyó un silbido viniendo de Kraven, pero el maestro retrocedió. Dorian tenía la


sensación de que Kraven no era del tipo que cedía fácilmente, pero estaba dando a
Dorian un pase libre. Tal vez el tipo sabía lo que era tener un hermano encadenado.

98
Dorian no estaba seguro y realmente no le importaba una mierda.

Rick llevó a Ian al auto mientras Dorian mantenía la pistola apuntando alto, siguiendo
detrás al hombre. Kraven los siguió en una distancia segura, alzando su mano cuando
un vampiro trató de ir tras Dorian.

—Déjalo tener a su hermano.

Ellos consiguieron salir fuera del club, el hombre en la puerta tomando una actitud
amenazante. Dorian no lo veía directamente a los ojos, pero sabía que los brazos
cruzados y las piernas extendidas eran una mala cosa. Él abrió la puerta del auto por
Rick, manteniendo su ojo en el área alrededor de él.

—Estás consiguiendo que nos maten, ¿lo estás? —Rick preguntó mientras acostaba a
Ian en el asiento trasero. —Ese era el maestro vampiro al que acabas de amenazar. No
estaría sorprendido si Mãos da Morte viene tras nosotros ahora.

—No lo harán. —Dorian no estaba seguro como sabía eso. Tal vez era el tono que
Kraven había usado. El hombre no sonaba cabreado. Pero de nuevo, Dorian no sabía
nada sobre los muertos vivientes. Si Kraven enviaba a las manos de la muerte tras
ellos, Dorian se volvería a disparar al hombre en las malditas bolas.

—¿Por qué, porque Kraven nos dejó ir? Eres un idiota. El hombre debió dejar que
tomaras a Ian y luego enviar a las Mãos da Morte tras nosotros. No estoy asustado de
Kraven, pero soy precavido. El hombre tiene tanto poder como yo.

—¿Poder?

—Entra. —Rick gruñó.

Dorian se deslizó en el asiento del pasajero, aún viendo al club.

Oyó la puerta de Rick cerrarse. —Y dame mi maldita pistola. —Agarró la pistola


fuera de las manos de Dorian. —Balas sumergidas en agua bendita, idiota. Las balas
podían matar a Calico si no son sacadas a tiempo. Si el vampiro muere, estaremos en
un mundo de problemas. Has tenido suerte de que no tenía las balas de líquido
ultravioleta ahí o Calico sería una memoria quemada ahora mismo.

—Pensé que ellos ya estaban muertos —Dorian defendió. —¿Cómo puedes matar al
muerto viviente?

—Tienes un montón que aprender. —Rick espetó. —Sólo siéntate atrás y cállate

99
como el infierno. Tengo que llegar con un nuevo plan ahora gracias a tus hazañas allá
atrás.
—Dime que no lo habrías hecho por tu hermano. —Dorian respondió.

—Mi hermano está muerto. —Rick se alejó de la curva, conduciendo en la dirección


opuesta de la que vinieron. Dorian no cuestionó al hombre. La adrenalina estaba
desapareciendo y estaba empezando a sacudirlo demasiado malditamente mal para
prestar atención a Rick despotricando.

¡Joder, había disparado a un chico!

Dorian sintió al interior del auto girar mientras el caliente sabor metálico de la saliva
le llenó la boca.

—No te atrevas a ponerte enfermo en mi auto. —Rick se detuvo, salió, y luego abrió
la puerta de Dorian, sacándolo. —Respira. —Hizo caer a Dorian, colocando su
cabeza entre sus rodillas. —Sólo respira, Dorian.

—Le disparé a un hombre.

—Técnicamente, le disparaste a un vampiro. Gran diferencia.

Dorian estaba tratando lo mejor de respirar, pero no podía parar de sacudirse. —No es
diferente para mí. Aún era una persona, incluso si era un vampiro.

—Estabas defendiendo a tu hermano, Sr. Badass 13 . —El tono de Rick era gentil
mientras su mano viajaba por su espalda. —Al menos sé que no estás asustado de
apretar el gatillo.

<< Oh Dios. >> Dorian se encorvó y entonces vomitó. Rick lo sostuvo. Decía
mucho del chico si estaba dispuesto a sostener el cabello de Dorian atrás mientras él
vaciaba sus intestinos a un lado de la carretera.

—¿Mejor?

—No. —Dorian dijo mientras se balanceaba, pero Rick lo agarró, tirando a Dorian a
su pecho.

—Se va a aliviar.

—Ian es un adicto, Rick. —Diciendo eso en voz alta hacía el sonido diez veces peor.
Su hermanito era un adicto a los colmillos y le gustaba ser golpeado. ¿Cómo

13
Se puede traducir como “Sr. Agresivo”.
100
demonios había sucedido? Su papá iba a cagar ladrillos14 si se enteraba. Su padre era
cool como el infierno, pero no sería cool acerca de esto. El hombre ni siquiera se
había enfadado cuando Dorian había salido, anunciando a su padre que era gay.

A su papá no le importó.

Le importaría esto.

Su madre era la única que iba a patear el trasero de Ian. Ella no tomaba ninguna
mierda de sus hijos y esposo. Pero también le rompería su corazón.

Dorian era el hermano mayor. Debió haber protegido a Ian. En su lugar, su hermano
era un regular en un maldito club BDSM. Él sólo no podía parar de pensar en eso.
¿Qué había hecho mal?

—Vamos devuelta al auto. Necesitamos salir del territorio de Kraven antes de que
realmente lo enfademos.

—Gracias.

—No me agradezcas todavía. Si vienen tras nosotros y tengo que elegir entre tú e Ian,
Ian volverá al club.

Era la más dulce amenaza que Dorian había escuchado nunca. Nadie había dado la
cara por él como esto antes, a parte de su papá. Tal vez había juzgado mal a Rick. Tal
vez el hombre no era tan malo.

—Y si vienen a por mí y a por ti, tú serás golpeado.

El hombre sólo tenía que abrir su maldita boca y arruinar los sentimientos cálidos y
difusos.

14
Esta es una extraña expresión que equivaldría a “se va a cagar de miedo” en español, no literalmente cagar ladrillos
101
Capítulo 11
Rick realmente no entregaría a Dorian. Era una a amenaza vacía. Sólo se sentía
incómodo con esa extraña mirada en los ojos cafés del hombre. El humano había
estado mirándolo con algo cercano a la ternura. Ahora estaba mirando a Rick con
desdén. Eso era mucho mejor. Rick podía manejar el desdén. Él no estaba tan seguro
acerca de la ternura.

Estaba interesado en Dorian, sexualmente, tal vez porque estaban en esta jodida
situación juntos. Amigos. Podían volverse amigos. Pero no pareja.

No quería a Dorian enamorándose de él. Rick no quería este emparejamiento forzado


para empezar. Había pensado que Dorian estaba de acuerdo y ellos estaban en la
misma página. Al humano no se le permitía cambiar las reglas a mitad del juego. A
pesar de que era casi imposible, Rick tenía que encontrar una manera de salir de este
apareamiento de mierda.

—Necesitamos separar a Ian de nosotros.

—¿Por qué? —Dorian gritó la pregunta.

—Porque si las Mãos da Morte son enviados tras nosotros, ¿querrías a Ian en el
medio?

—No. —Dorian respondió mientras se dejaba caer. —Pero no puede ir a casa.

—Conozco un lugar. —Era la casa de un miembro de su manada. Olivia era la


sanadora de la manada y era la mejor opción que Ian tenía para superar su adicción a
la mordida de vampiro. Si no, ella podía al menos cuidar de él. A su pareja, Graham,
no le importaría. El hombre estaba completamente sumergido en la vida de la manada
y conocía el resultado.

Además, Graham haría cualquier cosa por Olivia. Todo lo que ella tenía que hacer era
decir que estaba ayudando a Ian y Graham se doblaría como una baraja de cartas.
Ahora todo lo que tenía que hacer era descifrar a dónde irían él y Dorian porque
volver a la casa Wallington estaba fuera de cuestión.

Miró a Dorian y vio cuán pálido aún estaba el hombre. Era su primera vez
102
sosteniendo una pistola. Rick sólo lo sabía. Lo que no había dicho era cuán excitado
estaba al ver entrar a Dorian, blandiendo sus armas… por así decirlo.

Si Rick estuviera buscando una pareja, Dorian sería un partido perfecto para él. El
humano tenía carácter. En este mundo siempre cambiante, lleno con políticos
corruptos y hombres hiena peligrosos fuera para destruirlos, era bienvenido. Rick
necesitaría a alguien con agallas y bolas de acero a su lado.

Pero no estaba buscando una pareja. Él estaba apaciguando a su manada hasta que
imaginara una manera de salir de esto. A Rick no le gustaba ser forzado a hacer
cualquier cosa, sin hablar de encontrar una pareja para toda la vida.

—Miguel y Benito están en el otro lugar. Deberías llamar y advertirles para que
salgan.

—¿Pensé que no te gustaban? —Rick dijo mientras agarraba su teléfono celular. Se


había olvidado acerca de los dos juveniles en todo este desastre. Esos dos no serían
rival para Mãos da Morte. Ni siquiera estaba seguro de que él fuera capaz de
defenderse a sí mismo y a Dorian contra ellos. Mãos da Morte eran un asunto
repugnante y algo de lo que Rick sólo había oído hablar. Él nunca había llegado a
cruzarse con uno. Pero entonces de nuevo, se decía que ver uno era la última cosa que
una persona veía antes de morir.

Rick se estremeció con el pensamiento.

La voz de Dorian sacó a Rick de sus profundos pensamientos. —No es que ellos no
me gusten. Miguel me metió en este lío, y Benito es un poco demasiado sobón 15 para
mí. Incluso después de que yo lo amenazara él se mantuvo tratando de manosearme.

Rick se rió. Sabía de lo que Dorian estaba hablando. Benito podía estar un poco
necesitado. —Eso suena como Benito. Él es inofensivo. El juvenil piensa que serás
mi pareja así que está tratando de acercarse a ti, llegar a conocerte.

Dorian sacudió su cabeza, chequeando a Ian en el asiento trasero, y luego


examinando a Rick. —¿Todos los cambiantes tienen las manos largas?

Rick asintió. —Es nuestra forma de vida. No hay nada sexual acerca de eso. Incluso
los cachorros necesitan consuelo. Es sólo quienes somos. Somos criaturas muy

103
táctiles.
15
Nota: En el sentido de que toca mucho.
—Como cambiantes, me cabrean. Como personas, nada tengo contra ellos. Incluso
me gusta Miguel.

Rick gruñó, aturdido por el sonido. ¿Estaba sintiéndose celoso?

—No te preocupes, él no es mi tipo.

—¿Cuál es tu tipo?

—No estoy seguro, pero no son Miguel o Benito.

A Dorian no le gustaba un hombre sumiso. << Bueno saberlo. >> Eso sólo dejaba a
intelectuales u hombre fuertes. Aquellas eran básicamente las tres categorías en la
sociedad cambiante. Eso no significaba que los miembros sumisos de la manada o
tipo dominante no fueran inteligentes. Sólo significaba que los intelectuales eran un
conjunto de otro costal. Ellos tendían a ser académicos o estudiosos, cómo George y
Omar. Algunos eran sumisos mientras otros eran machos muy dominantes.

Los miembros débiles de cualquier manada, leap16, o a lo que sea que pertenecieran
tendían a depender en los machos fuertes para que los protegieran. Miguel y Benito
dependían de Rick y Nate los protegía. Pero otros miembros estaban en caso de que
Rick o Nate no estuvieran disponibles.

Rick tenía la sensación de que a Dorian le gustaban los tipos dominantes, pero el
hombre no encajaba en ninguna categoría cambiante. El humano lo dejaba perplejo.
Él no era sumiso y no era un erudito. El hombre no dominaba bien, aunque tenía
carácter.

Podría estar equivocado, sin embargo. A Dorian podían gustarle los chicos listos que
llevaban libros. Rick interiormente gruñó en el pensamiento de Dorian con otro
hombre. Y eso sacudió la mierda dentro de él. Era el Alfa de una manada de
cambiantes hombres-lobo con una misión, y tener una pareja a su lado no era algo
que necesitaba por el momento. Dorian no sólo podía ser usado como ventaja —y ya
lo había sido por los hombres rata —pero el hombre era humano, incapaz de
mantener la áspera vida de un cambiante.

Necesitaba sacar su cabeza de su trasero y parar de estar encaprichado con este


hombre y la idea de que Dorian sería la pareja perfecta.

16
Es una otra forma de decir conjunto de animales, como manada. Se podría traducir por “grupo” o algo así.
104
Rick compuso su mente por el momento y tiró en la entrada de autos de Graham y
Olivia. Joder a Dorian era algo en lo que estaba muy interesado. Emparejarse con el
hombre no iba a pasar. —Esta es la casa de un miembro de la manada. La hembra es
nuestra sanadora. Ian estará a salvo aquí.

Dorian miró fijamente a la casa por un largo momento y luego se giró hacia Rick.

—Me prometiste que nada le pasaría a mi hermano.

Rick giró la llave, apagando el motor. —¿Confías en mi palabra?

—No tengo elección. Si me mientes, sé cómo usar un arma ahora.

Así que había sido la primera vez que Dorian había usado un arma. Maldición, ese
pensamiento puso la polla de Rick dura e hizo que quisiera golpear a Dorian al
mismo tiempo. —¿Usaste mi arma y nunca habías disparado una antes? ¿Siquiera
sabías cómo sostener una?

Dorian sacudió su cabeza. —Saqué a Ian de allí, sin embargo.

—Pudiste haberme disparado joder.

—Pero no lo hice.

—Vas a aprender cómo sostener un arma. Deja la mía sola hasta que te lleve al campo
de tiro. —Rick estaba cabreado y orgulloso al mismo tiempo. Dios, estaba
verdaderamente mal de la cabeza.

Graham salió a su porche, una escopeta en su mano. Él debió haber reconocido el


Mustang plateado de Rick porque una sonrisa se extendía a través de su cara. —Alfa.

—Es bueno verte, Graham. —Rick se deslizó del auto, asintiendo al cambiante. —
Tengo a alguien quien necesita ser cuidado. —Alcanzó en el asiento trasero y tiró a
Ian en sus brazos. El hombre era tan ligero que no le costó nada para llevar a Ian a la
casa. Siendo un cambiante, no le molestaba que Ian estuviera usando sólo un par de
diminutos pantalones cortos, pero atrapó la incómoda mirada que Dorian estaba
lanzando a su camino.

Graham descansó la escopeta contra la casa y luego trotó bajando las escaleras. —
¿Qué tan grave?

—Adicto a los colmillos y posiblemente deseado por las Mãos da Morte, o por lo 105
menos, Calico.

Graham sacudió su cabeza mientras cogía a Ian de los brazos de Rick. —Tú seguro
que sabes cómo tener una noche emocionante.

Dorian caminó alrededor del auto, mirando a Graham como queriendo argumentar
que Ian estaba en los brazos de un extraño. Rick caminó al lado de Dorian. —Prometí
que él estaría a salvo.

El humano asintió, pero aún vigilando a su hermano.

—¿Olivia está en casa? —Rick siguió a Graham.

—Está despierta y haciendo café en la cocina.

—¿La despertamos? —Dorian preguntó. Ese poco de preocupación fue un largo


camino con Rick. Incluso si Dorian continuamente indicaba que no estaba
emocionado de estar atrapado en la mierda cambiante, estaba preocupado de que ellos
hubieran despertado a la pareja de Graham.

—Ella está acostumbrada. Los cambiantes vienen a ella noche y día. Confía en mí,
Dorian, a ella no le importa. —Rick sostuvo la puerta de tela metálica abierta para
Dorian, esperando para que el humano pasara a través y se encontró a si mismo
inhalando el olor de Dorian mientras avanzaba.

El sexo estaba definitivamente en el menú porque el olor de Dorian era muy


agradable para el hombre lobo de Rick. Su polla se sacudió en sus jeans por el
pensamiento de joder al hombre.

—No has sido propiamente presentado. Este es Dorian y estás sosteniendo a su


hermano Ian. —Rick dijo mientras mostraba a Dorian la sala de estar dónde Olivia
estaba esperando por ellos.

—Oh, mi… —Dijo Olivia mientras miraba a Ian en los brazos de Graham. —Él luce
tan joven.

—Tiene veintiuno. —Rick le informó. —Y es un adicto a los colmillos.

Olivia arrugó su nariz. —Nunca entenderé eso. Por qué alguien querría que un
vampiro bebiera… no importa. —Ella apuntó a la bandeja de café. —Sírvanse a sí
mismos mientras me ocupo de este joven.
106
—Es humano. —Dorian indicó con una extraña voz mientras caminaba a dónde
estaba acostado el hombre más pequeño. Se arrodillo en frente de su hermano menor,
cepillando hacia atrás el ondulado cabello café que caía en los ojos de Ian. El pecho
de Rick se apretó por la ternura en los ojos de Dorian. Él entendía lo que era sentirse
tan perdido alrededor de un hermano. Rick sólo había perdido al suyo. Bruno había
sido un dolor en el culo, siempre en el camino, y en la vida de Rick. Rick había
crecido rápidamente ese día, otra vez había sido forzado en alguna cosa para lo que
él no estaba listo. Edad adulta. Había perdido a sus padres unos pocos años antes de
la muerte de Bruno. Pero Rick había reunido el coraje para terminar la tarea de criar a
sus hermanos. Fue un golpe para él, pero no se había desmoronado.

No cómo cuando perdió a su hermano menor. Había amado a sus padres más allá de
las palabras. Pero perder al juvenil que estaba a cargo de criar había ennegrecido algo
dentro de Rick.

Olivia palmeó el hombro de Dorian en una forma maternal. —No me importa si es un


extraterrestre púrpura. Yo cuido de la gente. Es para lo que nací.

—Dorian, estos son Olivia y Graham Casper.

Dorian asintió a las presentaciones de Rick, pero no miró lejos de Ian.

—¿Sospecho que quieres que se quede aquí? —Olivia preguntó mientras agarraba la
manta de la parte trasera del sofá, deslizándola sobre el cuerpo inerte y casi desnudo
de Ian. El hombre aún estaba inconsciente.

Rick caminó más allá en la habitación necesitando estar cerca de Dorian, sintiendo el
dolor del humano como un peso pesado asentándose en sus pulmones. Él quería
quitar el dolor, pero sabía que no había nada que podía hacer acerca de eso. —Eso
sería apreciado. Dorian es mi candidato cómo sabes, y tenemos asuntos pendientes.

Olivia se ruborizó. Rick sabía lo que ella estaba pensando, pero eso no era a lo que
Rick se estaba refiriendo. Pensamientos de joder a Dorian se apoderaron de Rick de
nuevo, pero los empujó a un lado. Necesitaban encontrar un lugar para alojarse y
Rick necesitaba descubrir quién mató a su sobrino y qué estaba pasando con los
policías. Esta necesidad sexual arañando por Dorian tenía que esperar.

Graham se rió entre dientes, un destello burlón en sus ojos café claro. —Estamos
conscientes de qué van a hacer. Vayan, cuidaremos de Ian. Tenemos el número de tu
teléfono celular si los necesitamos.
107
—¿Sólo así? —Dorian preguntó mientras se paraba mirando entre Olivia y Graham.

—Sólo así, —Olivia respondió. —Tu hermano está en buenas manos. Vete. —Ella se
ruborizó una vez más. Rick contuvo la sonrisa. Déjalos pensar lo que ellos quisieran.
Eso sólo ayudaría a aplacar a la manada si pensaban que Rick estaba llevando afuera
Dorian a tener sexo con él.

—Gracias. —Dorian dijo mientras Rick lo llevaba hacia la puerta principal.


Necesitaban moverse. Si el Maestro de Hamilton enviaba a su hombre del saco tras
ellos, no iban a tener mucho tiempo.

—No necesitan agradecernos. —Dijo Olivia. —Sólo manténganse seguros por ahí.

—Lo haremos. —Rick la tranquilizó. Él cruzó la habitación, dando a Olivia un beso


en la mejilla. —Gracias, cariño.

—Oh, váyanse ahora. —Olivia se despidió con un gesto mientras Graham se reía.

—Para de hacer que mi pareja se sonroje. —Graham bromeó.

—Ella es muy linda cuando se sonroja. —Rick respondió mientras se dirigía hacia la
puerta. —Eres un hombre afortunado, Graham.

—Soy muy consciente de eso.

Rick hizo señas a ellos mientras caminaba de vuelta al auto. El había conocido a los
dos desde que Olivia había convertido a Graham y luego se emparejó a él. La pareja
había vivido con la manada de Rick por tres años. Ellos tenían cachorros, y no podían
ser más felices.

—Ellos parecen realmente buenas personas. —Dijo Dorian mientras subía al auto. La
angustia aún era densa, una manta arremolinándose de la desesperación que rodeaba a
Dorian, pero estaba cediendo.

—Los mejores. —Rick respondió. —No todos los cambiantes somos salvajes.

—Nunca dije eso.

—La implicación es todo. —Rick encendió el auto. Sabía de un lugar al que podían ir
por la noche. Si ellos mantenían su ritmo actual, Rick se iba a quedar sin opciones de
lugares para alojarse. Sabía que era bienvenido en cualquier casa de la manada, pero
Rick no quería tener a la manada involucrada, no más involucrada de lo que ya 108
estaban.

Sus vidas eran muy duras viviendo como cambiantes, pero la mayoría de los
miembros de su manada eran gente decente. Rick no quería tenerlos involucrados.
Ellos tenían vidas, familias, y Rick no iba a arriesgar eso.

Él era el padrino de los niños de Graham y Olivia. Era un honor que Rick apreciaba.
Hunter y Samuel eran los mejores cachorros en el mundo, ante los ojos de Rick, y él
mataría a quien siquiera pensara en amenazarlos. Después de perder a sus padres, y
luego a Bruno, Rick sabía que no sobreviviría a otra perdida sin volverse salvaje. El
pensamiento de que Isabelle saliera herida era demasiado desolador. Ella era su
estrella brillante ahora. Si su luz fuera a ser extinguida, Rick sabía que su humanidad
se iría con ella. El mero pensamiento de perder a la única persona que significaba el
mundo para él, convertía la determinación de Rick en un tipo de letal enfoque.

Las personas que le tendieron la trampa pagarían.

Los responsables de la muerte de Alexander pagarían caro.

—¿A dónde? —Dorian preguntó mientras abrochaba su cinturón de seguridad.

Rick parpadeó, la roja neblina en la que estaba encajonado en fría venganza se


deslizó lejos. —A otra casa de seguridad. —Rick respondió mientras salía de la
entrada de coches.

—¿Casa de seguridad?

Rick cuidadosamente condujo fuera en la carretera principal. Había zanjas de drenaje


a ambos lados de la calzada y estaba oscuro. Aunque su vista no era dificultosa en la
oscuridad sus pensamientos estaban tan preocupados por el momento que necesitaba
ser cuidadoso. —Están dispersas por todas partes. Las usamos cuando las
necesitamos. La mayoría de ellas se utilizan para el primer cambio. La primera vez es
muy volátil y peligrosa. Estar en medio de la nada ayuda a mantener a todos a salvo.

—Jeez. —Dorian murmuró mientras miraba con los ojos abiertos a Rick —¿Y tú
quieres convertirme? No gracias.

Rick no estaba seguro de qué quería hacer, pero estaba bastante seguro que Dorian
sería un hermoso hombre lobo. Sacudió su cabeza mientras se alejaba de la casa.
Sabía qué quería hacer, o no hacer para el caso. No quería ser forzado a emparejarse,
109
pero maldita sea si Dorian no estaba siendo tentador.

El hombre era guapo como el infierno, de ingenio rápido, valiente, y reaccionaba


rápido, sin contenerse nada.

Cada maldita cosa que a Rick le gustaba en una persona.

Estaba tan jodido.

110
Capítulo 12
Tanto como Dorian había luchado, cayó dormido. Ahora Rick estaba despertándolo,
diciéndole a Dorian que ellos estaban aquí.

Donde sea que aquí estuviera. Miró el reloj en el tablero y vio que eran las tres de la
mañana. Dorian no estaba acostumbrado a trasnochar. Su vida había sido simple.
Levantarse temprano, ir a trabajar y volver a casa.

Esta mierda de la fuga tenía su horario de no tener una vida, fuera de control. Él sólo
quería encontrar una cama suave y acostarse, dormir por el siguiente año más o
menos. Pero el destino había dado el asunto por terminado para él porque alguien
estaba sentado en los escalones del porche cuando llegaron.

—Mierda. —Dijo Rick. —¿Qué demonios está haciendo aquí?

Tan cansado como Dorian estaba, se enderezó, frotándose sus ojos ardientes, tratando
de despertar completamente. —¿Quién es?

—Alfa Sasha Monroe del grupo de cambiantes hombres leopardo.

<< Genial, otro Alfa. >> Dorian no necesitaba esto ahora mismo. —Sólo dispárale.
—Él bostezó. —Estoy demasiado cansado para ser desairado.

Rick miró a Dorian, una mirada perpleja en los ojos gris claro. —¿Desairado?

—No importa. —Dorian sentía como que estaba hecho de arena. Se sentía pesado por
su cansancio mientras empujaba la puerta del auto. —Me voy adentro.

—No antes de que compruebe el lugar.

Tan irritado como Dorian estaba por el tono de mandato de Rick, sabía que el hombre
estaba en lo correcto. Había demasiadas cosas pasando para caminar a ciegas en
cualquier lugar. Estaba empezando a entender las reglas de la fuga. Nunca antes
Dorian había pensado sobre comprobar las cosas fuera antes de caminar en cualquier
lugar. Nunca le había ocurrido a él y nunca había necesitado hacerlo antes.

Ahora se encontraba a sí mismo mirando alrededor, entrecerrando los ojos en la


oscuridad por las sombras que se movían. Cuando no vio ninguna, se apresuró hacia
111
Rick. Escuchar acerca de las Mãos da Morte y huir de cambiantes estaba empezando
a hacerlo demasiado cauteloso.

—Nadie va a herirte mientras yo esté aquí, —Rick dijo en un tono que estaba
destinado sólo a los oídos de Dorian. —Sólo no salgas de mi vista.

Eso no debería hacer sentir mejor a Dorian al saber que Rick se hacía cargo de su
bienestar, pero lo hizo. Dorian estaba en un mundo que no entendía, y las reglas eran
confusas. Se encontraba a si mismo confiando en Rick mientras se aproximaba al
porche, sabiendo que el hombre había querido decir lo que acababa de decir.

Él se sorprendió cuando Rick deslizó su brazo sobre el hombro de Dorian. ¿Qué


demonios estaba haciendo? Dorian no estaba seguro, pero este era el show de Rick,
no el suyo.

—Sasha.

Rick no agregó al hombre el titulo de Alfa. Eso era extraño. De lo que había
aprendido, los títulos eran muy importantes entre cambiantes y vampiros.

—Rick.

—¿Qué te trae aquí y cómo demonios supiste que estaríamos llegando por este
camino? —Rick tiró a Dorian más cerca mientras hablaba. Dorian no estaba seguro
de qué estaba haciendo, así que sólo se fue con ello.

Los ojos de Sasha se centraron en el brazo de Rick que reposaba sobre el hombro de
Dorian. —Veo que este es el candidato favorito.

Rick se encogió de hombros. —Todavía tengo dos más para elegir. Es demasiado
pronto para decirlo.

Dorian quería golpear el brazo de Rick fuera de su hombro, pero se detuvo, aunque
podía sentir su ira encenderse.

Sasha rió. —A él no le gusta esa idea.

Si era consciente de ello o no, su pulgar comenzó a trazar pequeños círculos sobre el
brazo de Dorian. —Eso no es asunto tuyo. Ahora, ¿vas a responder mis preguntas?

Sasha se puso de pie, sus movimientos fluidos y casi sensuales. El hombre se inclinó
contra la barandilla, sus ojos verde-kelly rastrillando sobre Dorian. 112
A él no le gustaba esa mirada. Si se volvía hambriento, Dorian iría a la guantera.
Estaba harto de todo el mundo queriendo comérselo. —Es un humano muy atractivo.
Si no lo mantienes, envía al hombre a mi dirección.

—Lo siento. Nate preguntó primero.

La cabeza de Dorian se levantó, entrecerrando sus ojos a Rick. Él no iba a argumentar


el extraño comportamiento de Rick, pero al infierno si iba a ser pasado de largo. —
No en esta vida. El hombre puede besar mi trasero.

Sasha rió más fuerte. El sonido era tan malditamente alegre que casi hace reír a
Dorian también. —Luchador. Oh, Rick, tienes una gema aquí.

—Sasha. —Rick dijo advirtiendo.

La alegría se fue en un abrir y cerrar de ojos. Sasha se paró ahí luciendo tan
amenazante que Dorian dio un paso más cerca de Rick, empujando en su costado.
Rick no lo apartó. Él tiró a Dorian imposiblemente más cerca.

—Te he rastreado de manera que tú puedas ayudarme a descubrir quién asesinó a los
miembros de mi grupo. Nada se está haciendo al respecto por la policía y estoy
cansado de sentarme ociosamente mientras los asesinos se escapan con lo que han
hecho. El calor en la voz de Sasha chamuscó a Dorian. El hombre estaba enojado
como el infierno, sus ojos verde-kelly se oscurecieron a verde-medianoche, un tono
amarillento apareciendo.

—Vamos adentro. —Rick le dijo a Sasha mientras arrastraba a Dorian. La cercanía


física era inquietante, sólo porque Dorian se encontraba a sí mismo disfrutando del
toque de Rick. No debería estar disfrutando en absoluto. Dorian tenía que encontrar
una manera de salir de esto, no caer más profundo en el agujero del conejo.

Cuando estuvieron dentro, Sasha tomó asiento en un sofá marrón claro. La casa no
estaba decorada como un hogar para vivir lo estaría. Pero entonces de nuevo, Rick
dijo que esta era una casa de seguridad. No sospechaba que nadie vivía aquí a tiempo
completo. Los muebles eran escasos, las cortinas sosas.

Rick tomó asiento en una butaca gastada. Dorian se resistió cuando Rick trató de
tirarlo abajo a su regazo. Pero, desafortunadamente, Rick era más fuerte y Dorian

113
terminó cayendo duro.

¿Qué demonios estaba haciendo Rick? ¿Por qué la repentina posesividad? Pensaba
que ellos estaban en la misma página. Rick no podía cambiar las reglas a mitad del
juego. Ellos se habían liado una vez y no eran pareja, así que Rick no tenía derecho a
hacer que Dorian se sentase en… maldición los muslos del hombre eran
impresionantes. Se sentían como roca dura bajo su trasero.

—Ahora mismo mi máxima prioridad es descubrir que evidencia tiene el fiscal contra
mí y Dorian. No puedo investigar los tres asesinatos estando a la fuga, Sasha. —La
mano de Rick empezó a vagar sobre la cadera de Dorian. La otra estaba en su costado.
La cadera de Dorian empezó a calentarse con el toque de Rick, algo que no estaba
dispuesto a examinar.

Él se movió alrededor, tratando de decirle a Rick sin palabras que ya basta, pero el
movimiento sólo le mostró que Rick estaba duro como el acero. Dorian tragó,
sintiendo su pulso correr en la dura longitud encajada bajo su culo. Su propia polla
estaba tratando de engrosarse en respuesta, pero Dorian luchó contra la reacción con
uñas y dientes. La exhibición excesivamente amigable tenía que ser para el beneficio
de Sasha. No había otra explicación para el bizarro comportamiento de Rick, pero
parecía estar fracasando en ambos. Dorian se encontró presionando suavemente abajo
en la erección de Rick y luego se detuvo a sí mismo.

¿Qué estaba haciendo? Rick era un cambiante. No iba a haber nada de sexo. Punto.
Una mamada era suficiente, e incluso eso había sido un error en el libro de Dorian.
Ellos no iban a saltar en la cama juntos de nuevo.

Sasha sonrió y la expresión se metió bajo la piel de Dorian. Él sabía que el hombre
leopardo no era estúpido. Si el chico podía leer a Dorian tan bien, entonces él sabía
que Dorian se veía afectado por la fuerte presencia de Rick debajo y detrás de él.

Eso sólo irritaba la mierda fuera de Dorian. Él quería limpiar esa conocedora sonrisa
de la cara del hombre.

—Aun así, Rick. —Los ojos verde oscuro de Sasha se movieron fuera de Dorian. —
Pienso que deberíamos trabajar juntos.

—¿Desde cuándo estás tan dispuesto a estar alrededor de hombres lobo? —Rick
preguntó. —No has ocultado el hecho de que piensas que los perros estás debajo de ti.

—Verdad. —Sasha admitió. —Pero ni tú has ocultado el hecho que piensas que los
leopardos son meros gatitos.

Dorian podía sentir la tensión construyéndose en la habitación. Comenzó a llegar


114
hasta la cima hasta que ambos hombres rieron. Dorian estaba confuso. Los ojos de
Sasha se volcaron nuevamente a su color natural verde-kelly, la ira desapareciendo,
junto con la risa. Rick pensando también.

¿Qué se había perdido?

—Pero no he pedido por ayuda, gato.

—¿Vamos a trabajar juntos en esto?

—Podemos, pero eso no nos hace amigos.

Sasha se levantó, una sonrisa apareciendo en su atractiva cara. —Entonces te llamaré


en algunos días. —Mientras se movía hacia la puerta, Sasha miró atrás. —Jódeme en
esto y el sistema corrupto será la menor de tus preocupaciones.

Dorian se sentó allí perplejo mientras Sasha salía. El hombre se había visto como
Satán mismo cuando emitió la amenaza. Pero Rick no había hecho alguna cosa más
que sentarse ahí y tomarlo.

Esto era diferente. Dorian juraría que el hombre no tomaba la mierda de… —¡Hey!
— Dorian golpeó la mano ambulante de Rick lejos. —Puedo haber seguido con tu
acto cuando Sasha estaba aquí, pero retrocede. —Él trató de empujarse del regazo de
Rick, pero la fuerza de sus manos lo mantenían en el lugar.

—¿Qué está mal, Dorian? —Él preguntó mientras presionaba su nariz en la nuca de
Dorian. —¿No te gusta lo que te estoy haciendo?

Ese era el problema, a Dorian le estaba gustando un poco demasiado. Se suponía que
no le gustara lo que Rick le estaba haciendo. Cuando Dorian no le respondió, Rick rió.
Era rica, llena de una alegría que Dorian nunca había visto en el hombre antes.

—No seas tímido conmigo, Dorian. Sabes que quieres esto tanto como yo lo hago. —
Rick tiró a Dorian todo el camino de vuelta a su pecho. —Si no más.

<< Ceder y darle a tu cuerpo lo que más quiere. >>

—Déjame ir. —Dorian apretó los dientes.

Las manos de Rick se apretaron en el muslo de Dorian, moviéndose peligrosamente


cerca de la semidura polla de Dorian. —¿Por qué? ¿Estás asustado de admitir tu
lujuria por un cambiante? No tuviste un problema cuando estabas chupando mi pene 115
la otra noche. ¿La idea te repugna tanto?

Dorian podía oír el dolor en la voz de Rick, pero no le importó. Él no iba a ser
forzado en alguna cosa por este hombre. Él quería a Rick. El deseo estaba barriendo a
través de él como un huracán en un destructivo trayecto, pero Dorian podía controlar
su lujuria… ahora mismo, al menos. No era un adolescente con furiosas hormonas, a
saciar su lujuria con quien ofreciera dar a Dorian un culo mojado.

—No, sólo eres tú.

Rick pellizcó su hombro. —Puedo oler una mentira, Dorian. También puedo oler la
lujuria que sientes por mí. Es tan malditamente fuerte que me ahogo en ella. —Sus
manos se movieron más cerca, los nudillos pastoreando la ahora llena erección de
Dorian.

—Eso no significa que cederé a esto. —Dorian codeó a Rick, siendo liberado
mientras oía un lento y amenazante gruñido detrás de él.

—¿Por qué estás luchando contra mí en esto? No entiendo a los humanos y sus
maneras mojigatas. Tú quieres. Yo quiero. ¿Cuál es el problema con nosotros
teniendo sexo?

<< Porque me estoy enamorando jodidamente de ti y quiero ser más que sexo. >>

Dorian se disparó del regazo de Rick con ese pensamiento. ¿De dónde demonios
había venido eso? No había manera de que estuviera cayendo por este idiota. Él no
quería estar en esta situación, y no quería estar acoplado a un cambiante. —Me voy a
la cama.

—¿Esa es una invitación? —Rick le dio a Dorian todo el peso de sus ardientes ojos
grises. Dorian sentía la necesidad de darle a Rick lo que quería. El hombre estaba
acostado, duro, y Dorian no era inmune a los encantos del hombre.

Pero necesitaba serlo.

No iba a dejar que el hombre lo jodiera.

Rick era un muy bien parecido hombre, pero necesitaba más que sólo lucir bien para
influenciarlo.

Lo que perturbaba más a Dorian era el hecho de que Rick fuera capaz de volverse
116
peludo ya no lo molestaba… y eso lo molestaba.

—No. —Él subió las escaleras, inseguro de donde estaba yendo, pero escapar de la
tentación encarnada sonaba como una maldita buena idea.

El Teniente Comandante Jonathan Freedman estaba estacionado al lado del edificio


de incineración de mascotas en Buena Vista Drive. Era plena noche y su equipo
estaba en la SUV, esperando junto con él. Estaba a un tiro de piedra de la frontera
Mexicana, y no demasiado feliz de estar aquí. La sangre de su unidad había sido
probada, junto con la de Freedman, y aun no estaba seguro si estaba demasiado feliz
acerca de eso. Ellos ya tenían su sangre en el archivo. ¿Pensaban que contrajo
licantropía desde entonces?

Los científicos confirmaron que era una enfermedad.

Una enfermedad muy contagiosa, y ahora ellos estaban trabajando diligentemente


para ver si ellos podían llegar a una cura para los infectados. Freedman se estremeció
en el pensamiento de volverse peludo. Pero los científicos también habían
descubierto que un humano podía ser convertido en un vampiro también. Los detalles
de cómo esto pasaba aún estaban incompletos, sin embargo.

La epidemia estaba barriendo el país, pero el gobierno estaba manteniendo una tapa
hermética en sus descubrimientos, tratando lo mejor posible de no inducir el pánico.
Más y más no humanos estaban siendo descubiertos. La enfermedad estaba
esparciéndose a través de su país como una plaga.

Un Sedán negro con vidrios polarizados se detuvo en frente de él.

Freedman salió, caminando hacia el auto, parándose en la puerta trasera.

El capitán de Naval Special Warfare bajó su ventana.

<< Este es. >>

Freedman había oído rumores de que el gobierno había estado buscando armar un

117
grupo de operaciones especiales porque las congregaciones religiosas y corporación
de América estaban poniendo presión en la Casa Blanca, pero esto parecía más como
un equipo de asalto siendo formado. Ellos estaban reuniéndose en medio de la noche,
cerca de Mexico, y todo era muy secreto.

Freedman esperaba que esta reunión no fuera para el servicio SOG. Por un lado, sólo
había un puñado con él y un grupo de operaciones especiales usualmente constaba de
ochenta a cien hombres. Segundo, el no era material de SOG. Sus habilidades estaban
más orientadas hacia operaciones que lo requirieran pasar desapercibidos durante
meses, en la que el número de cuerpos se elevaba en el momento que completaba una
misión.

El Capitán O’Hanlon sacó un sobre, entregándolo a Freedman. Lo tomó, dando al


Capitán una mirada inquisitiva.

—Tu misión está dentro. El Presidente quiere sea hecha tranquilamente y con plena
negación, estoy seguro de que estás consciente de lo que eso significa.

Yeah, él y su equipo estaban por su cuenta. Si los atrapaban, el gobierno negaría


formar parte en la misión. —Entendido, Capitán.

El auto del Capitán O’Hanlon arrancó antes de que Freedman abriera el sobre. Miró
alrededor del área antes de deslizarse de vuelta en el asiento del conductor de su SUV
alquilado.

—¿Y bien? – El Teniente Watson preguntó. —¿Somos el equipo que se rumorea?

Freedman tiró los papeles del gran sobre de manila, y empezó a leer a través de ellos.
Su respiración tartamudeó en su garganta. Él lo hojeó, viendo las fotos a color
adjuntas con información detallada en cada una. —No Watson no somos el equipo
SOG que se rumorea. —Sus ojos se posaron en la primera asignación.

Enrique Marcelo.

—Somos el nuevo Escuadrón de la Muerte del gobierno.

118
Capítulo 13
Dorian le dirigió una mirada poco amistosa desde la mesa de la cocina mientras Rick
se servía una taza de café. El hombre podía verse tan cruel como quisiera. Rick había
olido el deseo y la lujuria saliendo de Dorian como un abrigo de piel sobre su piel,
sensual, erótico, y bienvenido. El hombre podía negar querer a Rick, pero su olor
había contado una historia diferente.

—¿Qué vamos a hacer hoy? —Dorian preguntó, terminando su desayuno y poniendo


su tazón a un lado. No había mucho para comer aquí excepto un armario lleno de
productos enlatados, pero la sopa era buena a cualquier hora del día en opinión de
Rick.

Rick estaba tratando de no ser un idiota con Dorian. Pero después del rechazo
temprano esta mañana, su humor no era el mejor. Tenía un día más hasta que los siete
días iniciales de Dorian acabaran, y Rick aún tenía que dormir con el chico.

—Nate está yendo a reunirse con un contacto nuestro. Con suerte descubrimos qué
evidencia tiene el fiscal contra nosotros. Va a ponerse en contacto conmigo tan pronto
como sepa algo.

Él sabía que no iba a escoger a Dorian como su pareja. El hombre había dejado claro
que no quería formar parte en esto, y Rick estaba totalmente de acuerdo. Demonios,
no quería ninguna parte en este apareamiento forzado tampoco.

—¿Así que solo pasaremos aquí todo el día? —La pregunta era suspicaz, como si
Rick tuviera segundas intenciones. Lo hacía. No había nada que pudiera hacer más
que esperar, así que ¿por qué no pasar el día lejos tratando de conseguir que Dorian
estuviera de acuerdo acerca del sexo?

Maldita sea si él no quería joder a Dorian antes de que se separaran. Era en todo lo
que podía pensar desde que el humano se había sentado en su regazo y trajo una
necesidad tan salvaje, tan primaria que Rick pensaba que estaba finalmente perdiendo
su mente.

Rick tomó un sorbo de su café. Realmente no le gustaba hablar de negocios hasta que
119
tenía su primera taza, pero parecía que Dorian no iba a esperar. —Ese es el plan.

—Todavía no entiendo por qué me tendieron una trampa. ¿Cómo supieron de mí tan
pronto? ¿Y cómo supieron usarme contra ti? Soy uno de los tres candidatos. ¿Por qué
no acusaron a los otros dos?

<< Buenas preguntas. >> Pero Rick no tenía respuestas. Había estado pensando en
lo mismo. ¿Por qué Omar o Silvia no fueron acusados de matar a los tres cambiantes?
¿Por qué Dorian? Rick dio la única respuesta que se le ocurrió. —Ellos quieren que
parezca que te estoy controlando. Hacer parecer a las especies de cambiantes salvajes
y despiadados. —No podía haber otra explicación. Recordó a Remus diciendo la
misma cosa, y cuanto más pensaba Rick acerca de eso, más sentido tenía.

Dorian sacudió su cabeza. —Los no humanos han estado en el ojo público por tres
años ya. ¿Por qué ahora? ¿Por qué no lo hicieron cuando recién fueron descubiertos?

Rick había pensado acerca de eso, también. Él no tenía una respuesta. —No estoy
seguro, Dorian. —Afirmó honestamente. —Pero ellos están tramando algo. No
debería haber ninguna manera de que los hombres hiena estén detrás de esto, pero
estoy empezando a preguntarme si no están trabajando con la policía después de
hacer algún tipo de acuerdo. —Él sabía que ellos estaban trabajando con los policías,
pero ¿a qué grado y qué moneda de cambio estaban usando?

—Inmunidad. —Rick había pensado muy duro sobre lo que sabía comparándolo con
lo que les estaba pasando. Su instinto le decía que esto era más grande que sólo el
departamento de la policía de Shelton y un juez y fiscal.

Esto era en una escala más amplia.

Algo estaba pasando. Sólo podía sentirlo. Su cadera vibró. Rick miró a Dorian,
viendo en los ojos del hombre que quería terminar esta conversación. Tendría que
esperar. Agarró su teléfono y lo respondió. —¿Si?

—Sal de ahí, ahora. Ellos vienen por ti. —Quien llamaba colgó.

Rick miró al identificador de llamadas, pero era privado. No había reconocido la voz,
tampoco.

Los pelos en su nuca se erizaron mientras a Rick se le caía la taza de café, rompiendo
la taza en el piso, el contenido salpicando en la pierna de sus pantalones mientras
120
corría hacia Dorian. —Tenemos que irnos, ahora.

Dorian no discutió. Él no preguntó que estaba pasando. El hombre se empujó de la


mesa mientras Rick agarraba su pequeña mano y luego corrían hacia la puerta
principal. Antes de salir, enganchó sus llaves de la mesa junto al sofá, y luego ellos
estaban afuera, corriendo hacia el auto.

Rick se agachó cuando oyó una bala silbar más allá de su cabeza. —¡Entra!

Dorian se apresuró a abrir la puerta mientras Rick oía otra bala siendo disparada.
Estaba demasiado ocupado corriendo por su vida para determinar precisamente donde
estaba el tirador.

Encendió el auto y dio marcha atrás, saliendo a la calzada. Maldijo cuando vio una
SUV negra saliendo en frente de él, bloqueándole la salida. —Sostente, Dorian. Esto
va a ponerse peludo.

Dorian rápidamente se puso su cinturón de seguridad en su lugar. —¿Son hombres


hiena?

A partir del atuendo que uno de los hombres llevaba mientras saltaba fuera del
vehículo, arma levantada y apuntando la jodida cabeza de Rick, la respuesta era
definitivamente no. —Probablemente no.

Desvió el auto, girándolo hacia la casa, conduciendo a través del césped, y luego
consiguiendo al Mustang de vuelta en la carretera, partiendo en la dirección opuesta.

Él olió sangre.

—¿Estás sangrando? —Rick preguntó. Cuando Dorian no le respondió, Rick miró


por encima para ver a Dorian desplomado en el asiento. << Mierda. >> Había una
cinta de sangre fuera del hombro del hombre. Había sido impactado con la segunda
bala.

—¡Joder! —Rick golpeó fuerte con su pie en el acelerador. Necesitada llegar a Olivia.
Ella sabría qué hacer. Por alguna extraña razón, la bestia de Rick no estaba
reaccionando al olor de la sangre, pensando en atacar a Dorian.

—Aguanta, Dorian. No te atrevas a morir conmigo. —Condujo más rápido,

121
chequeando su espejo retrovisor viendo la SUV siguiéndolo. Sonó un ruido silbante,
y Rick sabía que estaba siendo disparado. Su Mustang iba a tener agujeros de balas.
—Joder, joder, joder! — Rick gritó cuando la ventana trasera estalló.

Manteniendo una mano firmemente en el volante, Rick llamó a Nate. —Estoy siendo
perseguido por lo que parece ser un grupo militar, y ellos están fuertemente armados.
Necesito ayuda ASAP17. Consigue a Selene y algunos otros. Estoy rumbo al sur por la
Ruta 3, a la casa de seguridad del Condado Mason.

—Joder. —Dijo Nate. —Selene y yo vamos de camino mientras hablamos,


estábamos yendo a hablar contigo.

—¿Nate?

—¿Si?

—Dorian ha sido disparado, y no pienso que pueda llegar a Olivia.

Hubo una pausa. —¿Qué tan mal?

—Su hombro derecho y se ha desmayado. El sangrado no se detiene.

—Voy a comunicarme con Bryson. Tiene formación médica y puede ayudar. Lo


enviaré de camino.

Rick arrojó su teléfono a un lado y luego logró sentir el cuello de Dorian. Había un
pulso débil. El hombre estaba perdiendo demasiada sangre. Rick gritó su frustración.
Dorian ni siquiera se suponía que debía estar involucrado en esto. ¿Cuando una
simple nominación había ido tan terriblemente mal?

Rick se desvió cuando una bala vino a través de la ventana trasera y golpeó el tablero,
matando su radio. Quien quiera que estuviera detrás de ellos era malditamente bueno,
y parecía que ellos no iban a renunciar.

Estuvo malditamente cerca de sonreír en triunfo cuando vio el Yukon rojo de Nate
rumbo a su camino. Nate conducía un vehículo monstruoso. Rick sólo rezaba que
ganara una pelea contra un Escalade. Estaban a punto de descubrirlo.

Rick pasó junto a Nate. Él tenía que conseguir ayuda para Dorian. Oyó balazos
siendo disparados, pero siguió su camino. Su corazón estaba latiendo tan rápido que
su pecho dolía. ¿Qué si Dorian no lo lograba? ¿Qué si el humano moría? Rick no
podía pensar acerca de eso porque si moría, él daría la vuelta en el auto y atacaría a

17
Nota: “Tan pronto como sea posible” ASAP.
122
los bastardos responsables por la muerte de Dorian.

Lo deseaba. Oh Dios, cuanto quería dar la vuelta. El olor de la sangre de Dorian era
ofensivo. Era divertido como en el lapso de unos pocos días los sentimientos de Rick
habían cambiado. Su hombre lobo veía a Dorian diferente, como si el hombre ya
fuera la pareja de Rick.

—No me importa una mierda. —Dijo en voz alta. —No me importa nada más sobre
este apareamiento forzado. Que se joda la ley de la manada y que se joda lo que
alguien más piense. —Rick miró a Dorian y sintió que su estómago se torcía en
nudos. El hombre estaba tan malditamente pálido ahora. —Juro, que si lo logra, lo
reclamaré. Voy a hacer mío a Dorian para que nadie más pueda herirlo.

El juramento estaba hecho.

El destino aceptado.

Dorian gruñó.

—¿Dorian?

—No puedo mover mi brazo.

Rick limpió la lágrima de su ojo. —Sólo permanece inmóvil. Estoy consiguiéndote


ayuda.

Y entonces Dorian estuvo tranquilo una vez más.

Rick se desvió de la carretera principal. Tomó la calle lateral tan pronto como llegó a
una zona poblada. Alcanzó su teléfono, agarrándolo del piso. Marcando a Bryson,
condujo a un pequeño aparcamiento al lado de un edificio cerrado.

—¿Dónde estás? —Bryson inmediatamente preguntó.

Rick le dio al hombre lobo su localización.

—Estoy a cinco minutos de ti. No te muevas.

Rick vio un desastroso motel cruzando la calle y le dijo a Bryson que se encontrarían
allí. Salió del aparcamiento, odiando abandonar a Dorian por un segundo, pero salió.

Firmó por una habitación y luego sacó el auto a la vuelta. Al menos estaría fuera de la
vista. Gracias a Dios estaban en el primer piso. Después de abrir la puerta de la 123
habitación alquilada, fue de vuelta al auto. Mirando alrededor para asegurarse que
nadie estaba viendo, Rick sacó a Dorian tan suavemente como podía del auto. Pateó
la puerta del auto cerrándola y luego se apresuró a entrar.

Colocando a Dorian en la cama, Rick cerró la puerta del motel y luego hizo clic en
las luces. Dorian parecía un desastre. La sangre manchaba toda su camisa ahora y
estaba empapando sus jeans. Rick agarró la camisa de Dorian y la rasgó por la mitad,
viendo la sangre que manchaba su pálida piel.

Necesitaba toallas.

Agarrando algunas que había en el baño, Rick mojó una y la trajo de vuelta. Tenía
que detener la hemorragia hasta que Bryson llegara. Era sorprendente como un
pequeño agujero sangraba tanto. Tan pronto como Rick limpiaba la herida entonces el
sangrado comenzaba de nuevo. Presionó una toalla seca contra el hombro de Dorian,
rezando que el médico hombre lobo estuviera aquí pronto.

Mientras veía a Dorian acostado ahí pálido y sin vida, Rick se dio cuenta que se
había enamorado del chico y era demasiado malditamente testarudo para aceptarlo. El
hombre lo intrigaba y fascinaba, le interesaba sexualmente, y tenía cualidades que
Rick encontraba entrañables, pero nunca había pensado que Dorian robaría su
corazón.

Parecía que Rick era el único en cambiar las reglas a mitad del juego.

Él se estaba enamorando.

<< Mierda. >>

Un golpe sonó en la puerta. Rick dejó la toalla en el hombro de Dorian mientras


vislumbraba fuera de la ventana. Era Bryson. Rick abrió la puerta. El hombre lobo
entró, un bolso medico colgando de su hombro.

—Me han dicho que le dispararon. —Bryson puso su bolsa abajo en la cama en la
que Dorian estaba acostado y tiró la toalla atrás.

—Cambia y te mato. —Rick advirtió. No conocía a Bryson del todo bien, el chico
sólo se había unido a la manada de Rick hace no mucho tiempo, y Rick no iba a
permitir que ninguna cosa le pasara a Dorian. El olor de la sangre sólo podría sacar a
la bestia del cambiante.
124
—Soy médico por una razón. —Bryson respondió. —La sangre no me afecta de la
manera que lo hace a los demás cambiantes. Puedo manejarlo.

Lo que decía más sobre Rick considerando que había cambiado la primera vez que
había olido a Dorian sangrando. Era bueno saber que el chico universitario tenía
mejor manejo sobre su bestia cuando se trataba de sangre.

—Fue un tiro limpio, salió fuera de su espalda. —Bryson dijo mientras bajaba a
Dorian. —Voy a tener que reparar el daño. Esto puede tardar un tiempo.

Rick se sentó en la pequeña mesa cerca de la ventana. —Arréglalo.

Bryson asintió y empezó la tarea de tratar de salvar la vida de Dorian. No fue hasta
que vio a Bryson sacar una bolsa de sangre que la implicación de que Dorian estaba
muy mal herido lo golpeó como una tonelada de ladrillos. Lo había pensado, pero ver
al hombre siendo conectado a una IV trajo la pesadilla a casa.

Rick caminó en el baño, llamando a Nate. Yendo al buzón de voz. Rezó que todo
estuviera bien.

Su teléfono sonó. El identificador de llamadas no mostraba quien era. Rick respondió.


—¿Aló?

—Lograste salir.

Trató de reconocer la voz, pero no pudo. —Lo hice.

—Escucha cuidadosamente porque no tengo mucho tiempo y tú nunca oirás de mi


otra vez. El gobierno reunió un Escuadrón de la Muerte. Su objetivo principal es
tratar de erradicar a los no humanos. Si todo va de acuerdo al plan, el caos estallará,
pero el Escuadrón de la Muerte ha sido ordenado para hacer parecer que fueron los no
humanos los que iniciaron esto. Esto dará al gobierno la luz verde para lanzar una
guerra a gran escala contra los cambiantes y los vampiros.

—¿Por qué estás ayudándome? —Rick preguntó mientras se sentaba en un lado de la


bañera, sintiendo como si estuviera a punto de vomitar.

—No interrumpas. Se supones que estabas fuera de la imagen, pero no fuiste


arrestado. Enrique Marcelo es su primer objetivo. Si ellos pueden acabar con un Alfa

125
tan poderoso como tú, entonces pueden conseguir que la bola ruede más rápido. —
Quien llamaba pausó. —Estoy ayudándote porque no creo que matando sea una
manera correcta de lidiar con el miedo a lo desconocido. Los no humanos no han
hecho nada terriblemente malo, aunque algunos humanos quieren limpiarlos de la faz
del planeta. No todos nosotros los humanos estamos de acuerdo con esto. Detén esta
guerra, Rick. No dejes que te maten, lucha, y nunca renuncies. Todos nosotros
dependemos de que ganes, los no humanos y humanos por igual.

La llamada terminó.

Rick se paró en el baño del desastroso motel viendo la profundidad de los dedos de
sus pies. Quien llamaba quería que Rick liderara una rebelión. Él quería que Rick
luchara contra su propio gobierno.

Una guerra estaba viniendo, quien llamó se lo dijo.

Pero para Rick, ya había empezado.

126
Capítulo 14
Dorian abrió sus ojos, viendo a un extraño de pie sobre él. El hombre estaba
sosteniendo la muñeca de Dorian y jugando con una IV. Él trató de abrir su boca para
hablar, pero su boca estaba tan seca que su lengua estaba pegada en el techo de su
boca.

—Relájate, Dorian, —dijo el extraño. —No te necesito moviéndote.

—¿Está despierto?

Dorian reconoció la voz de Rick. No podía confundirla con ninguna otra persona. El
profundo barítono de Rick se hundió en Dorian, malditamente cerca de hacerlo llorar
de alivio. No estaba seguro de por qué estaba reaccionando de esta manera. —¿Qué
autobús me golpeó? —Dorian graznó, extendiendo su boca, deseando tener alguna
cosa para beber.

Rick apareció a su lado, una pequeña pajita doblada en su mano. La pajita fue puesta
en sus labios, y Dorian tomó un pequeño sorbo de agua.

—Fuiste disparado. —dijo el extraño. —malditamente cerca de tu corazón, debo


añadir. Tú eres un humano con mucha suerte.

—Se suave, Bryson. —Rick advirtió.

Dorian trató de mover su brazo izquierdo y gimió. Fue un sonido poco varonil, pero
maldita sea, dolía.

—Permanece inmóvil, Dorian, —Rick dijo en el más gentil de los tonos, haciendo
desconfiar a Dorian.

—¿Estoy muriendo? —Él preguntó.

Rick sacudió su cabeza. —No.

—¿Entonces por qué estás hablándome en ese tono?

Rick rió y Dorian se puso incluso más confuso.

—Sólo mantente inmóvil y descansa. Has estado desmayado dos días.

Dorian vio que los ojos grises de Rick se ablandaban, y luego el hombre se alejó. Él
127
tenía que estar muriéndose para que Rick lo mirara con tanta calidez y melancolía.

—¿Y el tipo que me disparó? —Dorian preguntó.

Cuando Rick se devolvió, Dorian estaba estupefacto al ver tal furia en los ojos del
hombre. ¿Por qué demonios el chico estaba yendo a través de una montaña rusa
emocional? Era como si Rick hubiera empezado a preocuparse por Dorian.

Él no le iba permitir hacer eso. Ellos tenían un acuerdo tácito. Rick no quería una
pareja, y Dorian no quería ser su pareja. Rick no podía cambiar de opinión. Dorian no
quería que Rick cambiara de opinión. Él ya estaba luchando contra sus sentimientos
hacia el hombre. Era mucho más fácil luchar contra el emparejamiento forzado
cuando Rick estaba de acuerdo con él.

—Se escapó. Nate y Selene los distrajeron para que yo pudiera sacarte de ahí, pero la
lucha fue de corta duración. Habían demasiados para que mis ejecutores lo manejaran.

Dorian miró de Rick a Bryson, y luego de vuelta a Rick. —¿Demasiados qué? —No
estaba seguro de cuanto sabía Bryson y no quería darle nada si Rick no quería que el
hombre supiera. Ellos estaban huyendo, y si Rick le dio a chico una historia falsa, él
quería estar seguro que no lo arruinaría.

—Descansa, Dorian. Hablaremos después. —Los ojos de Rick cortaron rápidamente


a Bryson y luego abajo a Dorian. Rick no quería hablar acerca de cosas en frente del
extraño.

Cuando Bryson les dio la espalda para ver a través de una bolsa de lona de color
naranja, Dorian moduló. —¿Él es cambiante?

Rick asintió, modulando de regreso. —Te diré todo cuando nos deje.

Dorian se relajó, o tanto como podía con un hombro herido y la mitad del condado
tras ellos. Rick había dicho que no pensaba que fueran hombres hiena, pero ¿Quién
más podía ser? Por lo que Rick le había dicho, esos bastardos no iban a renunciar.

—Mi trabajo aquí está hecho, —Bryson anunció, agarrando la bolsa naranja de la
mesa junto a la ventana. —Mantén un ojo en la herida, compruébala por una
infección, y asegúrate que no desarrolle una fiebre. Si tienes alguna pregunta o
preocupación, llámame. —Él le entregó una pequeña bolsa. —Ahí están el resto de
sus antibióticos y algunos analgésicos muy fuertes dentro. También te dejaré con
algunos vendajes de gaza y algunas cremas antisépticas. Las instrucciones son
128
bastante fáciles de seguir. Deja que la IV termine antes de sacarla. ¿Necesito
mostrarte como quitarla?

—No. —Rick sacudió su cabeza, metiendo la pequeña bolsa bajo su brazo. —He
estado viéndote por días. Conseguí el punto esencial de eso. —Rick sacudió la mano
de Bryson. —Gracias por ayudarme.

Bryson sonrió. —Cualquier cosa por mi Alfa. Cuidaos los dos.

Tan pronto como la puerta del motel se cerró, Rick se apresuró alrededor de la
habitación, reuniendo cosas.

—¿Qué estás haciendo?

—Tenemos que salir de aquí. No estoy familiarizado con Bryson, él es demasiado


nuevo en la manada, y ahora mismo, sólo confío en un muy limitado grupo de
personas.

—¿Me explicarás que está pasando cuando nos vayamos? —Dorian preguntó,
tratando de sentarse, pero no podía. El dolor en su hombro explotó, instantáneamente
haciendo a Dorian sudar mientras se tragaba un grito.

—Te explicaré lo que sé. Pero ahora mismo te necesito recostado. Cuando esté listo,
te llevaré al coche.

A Dorian no le gustaba ser un inválido, pero no tenía elección. No sólo su hombro


estaba matándolo, estaba mareado como el infierno. Quería pedirle a Rick uno de los
analgésicos, pero no quería volverse a dormir hasta que Rick le contara todo.

—Creo que voy a vomitar.

Rick sacudió su cabeza. —No ahora. No tenemos tiempo.

—Lo anotare en tu... —Dorian rodó, gritó del dolor, y luego vació lo poco que tenía
en su estómago. No era mucho, sólo algo verde y espumoso.

—Mierda, —Rick dijo mientras caminaba al baño y luego volvió con un paño
húmedo. Él limpió la boca de Dorian. —¿Mejor?

Dorian gruñó y luego gimió una vez más cuando Rick lo ayudó a darse la vuelta otra
vez.
129
—Te lo juro, si sigues siendo amable conmigo, voy a patearte el culo.

Rick gruñó. Dorian se sentía mejor. Ese era el Rick con el que estaba acostumbrado a
tratar. —¿Estamos listos para irnos?

—Dame un segundo para abrir la puerta del auto. —Rick recogió una bolsa de viaje y
la pequeña que Bryson le dio, saliendo por la puerta. Él estaba de vuelta en unos
segundos, quitando la IV. Maldición, eso picaba. Rick la lanzó a un lado, envolvió la
sabana alrededor de Dorian, y luego lo levantó.

—Has perdido peso.

—¿Cómo lo sabes? —Dorian preguntó, pero Rick eligió ignorarlo. Él fue puesto en el
asiento delantero, y luego Rick alcanzó y abrochó el cinturón de seguridad.

Dorian no dijo una palabra. Su hombro lo estaba matando. Rick no estaba actuando
como él mismo y eso preocupaba a Dorian. El hombre era demasiado atento,
demasiado agradable. Tal vez se estaba muriendo después de todo, o algo grande
había tomado lugar mientras Dorian estaba inconsciente.

Rick se deslizó en el asiento del conductor.

—¿Dónde vamos ahora?

—Fuera del Estado, —Rick respondió. —Las cosas están muy calientes para que
nosotros nos quedemos aquí.

—Explica.

Rick condujo y Dorian escuchó. Para el momento en que Rick acabó de explicar lo
qué estaba pasando, todo el camino hacia el norte hasta la llamada telefónica en el
baño del motel, Dorian estaba demasiado aturdido para hablar.

—No estoy seguro de cuán creíble es quien llamó, pero estaba en lo correcto con el
Escuadrón de la Muerte. No puedo pensar en alguna razón por la que me mentiría
acerca de lo que realmente está pasando. No hay ganancia en darme información
falsa.

—Pero ellos pensaban que estoy involucrado porque estoy contigo. —Dorian dijo
pensativo.

—¿Eso te molesta? 130


<< No tanto como debería. >> Dorian no era un hombre de mente estrecha como
Jayson. Pero nunca había sabido qué pensar de los cambiantes. Después de conocer a
algunos en la cena de Miguel, él debería odiarlos. Pero después de pasar tiempo
alrededor de cambiantes como Graham, Olivia e incluso Benito y Miguel, sabía que
ellos no eran los salvajes que los humanos estaban tratando de hacerlos parecer.
Bueno, a menos que alguien estuviera sangrando a su alrededor.

Rick era una constante confusión para él. Dorian nunca supo qué pensar acerca del
gerente de distrito. —No. Debería, pero no lo hace.

Rick aclaró su garganta. —Si quieres, puedo llevarte a algún lugar en que nadie te
encuentre. No tienes que quedarte conmigo. Si no fuera por mí, tú estarías a salvo en
casa ahora mismo.

La oferta retumbó dentro de la cabeza de Dorian. Aquí estaba su oportunidad de salir


de esto. Aquí estaba su oportunidad de intentar limpiar su nombre, decirle a las
autoridades que no tenía nada que ver con esos asesinatos ni con Rick. —Me quedo.

Dorian se tragó su miedo. Rick era una parte de su vida ahora. Como sucedió, él no
estaba muy seguro, pero el pensamiento de separarse del hombre era más de lo que
Dorian quería pensar en ese justo momento.

Así que no lo hizo. Se sentó allí tranquilamente mientras las millas pasaban, mirando
el paisaje y preguntándose si iban a salir de esto con vida. El gobierno estaba tras
ellos. Dorian no estaba seguro de que ellos serían capaces de luchar contra tal tipo de
fuerza. Eran sólo él y Rick. Las posibilidades estaban en contra de ellos. Podrían
morir.

Pero Dorian sabía que ellos no podían sólo quedarse quietos mientras hombres y
mujeres inocentes eran sacrificados por simplemente ser diferentes. Su consciencia
no le permitiría sólo alejarse. Como dijo el que llamó, humanos y no-humanos por
igual contaban con ellos.

No estaba seguro de lo que ellos iban a hacer, o cómo él y Rick iban a ganar esta
guerra, pero siempre y cuando Rick luchara, Dorian lo haría.

Él nunca había tenido nada por lo que luchar, ahora él no sólo tenía a Ian para
mantener a salvo, sino una especie entera. El peso de esa sola responsabilidad era
suficiente para aterrorizar a Dorian.
131
—Huelo miedo. Háblame, Dorian.

Dorian apretó sus manos en su regazo, viendo al hombre quien no sólo estaba
ganando su corazón, sino quien lideraría una rebelión, o moriría en el intento. ¿Cómo
no iba a respetar a alguien así?

—Estoy asustado. —Admitió.

—También lo estoy.

Dorian no podía creer que el poderoso Rick hubiese admitido eso. —¿De verdad?

—Deambulé por ahí los pasados cuatro años asegurándome de no parecer débil ante
los ojos de nadie. Luché por respeto, hice a mi manada de las más fuertes, sólo
rivalizada por los leopardos a nuestro sur. Ahora que me enfrentó a lo que podría
significar mi muerte, me doy cuenta de que mi fuerza no viene de a quién gané, sino
de por quién me preocupaba, a quien ayudé a lo largo del camino. Debería ser de la
misma manera en esta lucha. No sólo voy a ayudar a los no-humanos, sino que a los
humanos también. Ellos me demostraron que no todos son malos.

—Y me han demostrado que no todos los cambiantes son malos.

—Exactamente. —Dijo Rick y luego lo alcanzó, apretando la mano de Dorian antes


de soltarla. —Y estoy feliz de tenerte a mi lado.

—¿No te advertí acerca de ser tan malditamente bueno conmigo? —Dorian preguntó,
escondiendo como se sentía realmente.

Rick se rió. —Lo hiciste. Recuéstate y cierra la jodida boca. ¿Mejor?

—Mucho. —Dorian se recostó, ajustando su posición para no poner tanta presión


sobre su hombro curándose, y luego cerró sus ojos. Con suerte, cuando despertara,
todo esto habría sido un sueño.

Rick bostezó, parpadeando unos momentos mientras conducía por el largo tramo de
la oscura carretera. No ayudaba que su ventana trasera aún estuviera destrozada. El
aire frío de la noche estaba tentándolo a caer dormido. Sabía que necesitaba detenerse
por la noche, pero también sabía que no podía registrarse en el motel con su nombre.
132
Afortunadamente, el último motel había costado el doble de la cantidad de lo que
valía la habitación a la vez que Rick no tuvo que mostrar su ID18.

Él no estaba tan seguro de que siguiera funcionando. Necesitaba una nueva identidad
para él y Dorian. Las tarjetas de crédito y las tarjetas de banco que estaba llevando ya
no serían útiles para él. Si el gobierno estaba involucrado, Rick estaba seguro de que
ellos lo estaban rastreando.

Tanto como odiaba pensarlo, él tenía que cambiar de vehículo, también. Podía hacer
que Nate viniera a recoger su Mustang y guardarlo por él. Estaba acribillado con
agujeros de bala y lucía el parabrisas trasero destrozado, pero no era nada que Rick
no pudiera arreglar.

También necesitaba conseguir un teléfono desechable.

Vivir huyendo no era tan bueno como pretendía ser. Había muchas cosas que había
que considerar ahora que nunca había considerado antes.

Como la seguridad de Dorian.

El hombre estaba noqueado en el asiento del pasajero. Dorian había despertado con
dolor, y Rick se había detenido, dándole uno de los analgésicos. Comprobó el hombro
de Dorian, asegurándose de que se estuviese curando debidamente, y luego el
humano se desmayó.

Eso fue hace cuatro horas.

Rick vio una gasolinera adelante, luces todavía encendidas, y decidió parar.
Necesitaba salir y estirarse. También tenía que usar el baño. Llegando a la estación,
Rick se aseguró de que el auto estuviera suficientemente lejos de la puerta principal
así las cámaras no podrían grabarlos, y luego salió. Cerró el coche —a pesar de que el
auto no tenía ventana trasera —y apresuradamente dio la vuelta.

La puerta de hombres estaba cerrada, así que Rick se movió más allá tras el edificio y
se encargó del negocio a la manera de la naturaleza. Una vez lo hubo hecho, caminó
de regreso al frente, comprobando para asegurarse que Dorian todavía dormía, y
luego caminó dentro de la tienda.

Dorian necesitaba fluidos. Rick agarró tres botellas de Gatorade y luego se dirigió al

18
Nota: identificación, sería el DNI en España
133
mostrador, tratando de mantener su cabeza abajo y el rostro fuera de la cámara.
¿Demasiado paranoico? Tal vez, pero no tenía idea de si cada movimiento estaba
siendo perseguido por el Escuadrón de la Muerte. Nate se las había arreglado para
mantenerlos ocupados el tiempo suficiente para que Rick se alejara, pero no estaba
seguro de cuán buenos eran rastreándolo.

Dos días en el motel lo habían hecho acumular nervios. Rick había estado pegado a la
ventana la mayor parte del tiempo, esperando, buscando el SUV negro.

Fue por su billetera y se detuvo. No podía usar su tarjeta de crédito aquí. Excavando
en su bolsillo delantero, Rick gruñó interiormente cuando se dio cuenta de que sólo
tenía veinticinco dólares. Iba a tener que llamar a Nate por algo de efectivo.

—¿Eso es todo? —el cajero preguntó.

Rick asintió, dándole al hombre los veinte. Mientras esperaba por su cambio, Rick
vio el periódico puesto y casi maldijo. Tan casualmente como pudo, Rick agarró su
cambio, y la Gatorade, y se dirigió a la puerta, rezando que el cajero no reconociera la
cara de Rick de la foto de él y Dorian en la primera página del periódico.

134
Capítulo 15
Nate se paseó en la entrada del Great Oak Forest. Sabía que él y Selene habían sido
seguidos parte del camino, pero él se deshizo de sus perseguidores antes de que
llegaran aquí. No estaba seguro de quién lo había estado siguiendo, pero Nate sabía
que el Escuadrón de la Muerte estaría viniendo tras él tan pronto como mataran a
Rick.

La manera en que el humano había mirado a Nate cuando había ayudado a escapar a
Rick había dicho mucho. La promesa en los fríos ojos azules del hombre le dijo a
Nate que incluso si él no estaba en su lista negra, el humano ahora tenía un interés
personal con Nate.

Había llamado a Rick y se enteró de la llamada anónima. Le sorprendió hasta la


médula que el gobierno estuviera detrás de todo esto. No debería, pero lo hizo. Ahora
más que nunca los cambiantes tenían que mantenerse fuera del radar. Si lo que Rick
dijo era cierto, entonces su vida, junto con todas las vidas de los no-humanos, estaban
a punto de cambiar para siempre.

—¿Cuánto tiempo más vamos a esperar? —Selene preguntó mientras ella se


inclinaba contra el maltratado Yukon de Nate. —Llega tarde.

—Estará aquí. —Dijo Nate, rezando que estuviera en lo correcto. Si no lo estaba,


entonces les habían tendido una trampa. Estaba en el punto en que no sabía en quién
confiar. La vida de Rick estaba en peligro, y por lo que el Alfa le había dicho, una
guerra estaba comenzando. Nate tenía que ser cuidadoso con quién trataba y en quién
confiaba.

Dejó de pasearse y se giró cuando oyó un coche viniendo en su camino. Las luces
delanteras habían sido rociadas, y el auto se estaba moviendo muy lentamente. Las
ruedas crujieron sobre la grava mientras se acercaba.

—¿Es él? —Selene preguntó, su mano yendo a la pistola que mantenía en una
sobaquera. —No puedo ver a través de los vidrios polarizados.

—Lo comprobaré. Quédate aquí y vigila mi espalda.

Selene le dio un asentimiento sombrío. Le dijeron que viniera solo, pero había
discutido que él no vendría sin Selene. Ella era una ejecutora, bajo su comando. Si
135
Nate necesitaba a alguien que pudiera conseguir sacarlo de una situación desastrosa,
la mujer lobo era su primera elección.

Ella se había probado a sí misma en la manada, cazando con sigilosa paciencia y


matando sin un segundo pensamiento o vacilación.

Y Nate se había enamorado de su belleza y fuerza, aunque él no se lo había dicho, y


nunca lo haría. Selene no era del tipo de establecerse, y Nate no era el tipo que
forzara a nadie a aparearse. Aunque ella podía manejarse con el mejor de ellos, aun
no lo detenía de preocuparse de su seguridad.

Mientras Nate se aproximaba al auto que se acercaba, sus ojos se deslizaron a los
arboles a su alrededor. Ser excesivamente cuidadoso era su forma de vida. Él tenía
una manada que proteger y un Alfa también. Magullaba su ego que no podía sacar a
Rick de este lío.

El auto finalmente se detuvo. La puerta trasera se abrió.

Sasha caminó fuera, pero no cerró la puerta. Parecía que Nate no era el único
paranoico esos días.

—Nathaniel. —Sasha hablo con su perezosa voz de gato, pero Nate lo conocía mejor.
El Alfa leopardo estaba al límite. —Remus me dijo que querías reunirte conmigo.

Nate asintió. —Rick me quería para trasmitirte un mensaje. —Nate no estaba seguro
que decirle al gato cambiante lo que estaba pasando fuera lo más inteligente. Pero no
era su decisión. Rick quería tantos aliados como pudiera reunir.

Sasha asintió, toda pretensión escabulléndose. —Transmite el mensaje entonces. —


Su voz había cambiado a toda seriedad mientras Nate se acercaba al coche. Él no
sabía con quién estaba Sasha, pero podía oler otros leopardos.

—Él no quería una audiencia en la conversación.

Sasha miró al auto y luego cerró la puerta, caminando hacia el borde del bosque. —
Estamos fuera del alcance del oído.

Nate le dijo a Sasha lo que Rick le había dicho acerca de la guerra inminente. Aun no
podía creerlo él mismo. Era como un mal guión sacado de una película clasificación-

136
B. No parecía real. Sasha debió haber pensado lo mismo, porque sus ojos ardieron
con incredulidad.
—¿Un Escuadrón de la Muerte? —él preguntó. —¿En serio?

Nate asintió. —Ellos trataron de sacar a Rick y Dorian de la Ruta 3, cerca de la casa
de seguridad del Condado Mason.

Sasha permaneció tan inmóvil que ni siquiera parecía que estuviera respirando. Eso
sólo recordó a Nate que no sólo estaba tratando con un Alfa, sino con una muy
peligrosa criatura. Los cambiantes no tenían un estatus de Alfa a menos que fueran
muy letales. —¿Ellos están bien? —Finalmente preguntó.

—Causé una distracción para que ellos pudieran escapar, pero Dorian fue disparado.

—Dispararon al humano. —Sasha preguntó, su tono volviéndose salvaje. Habría sido


una reacción extraña para un cambiante, pero Nate había conocido a Dorian y sabía
cómo se sentía Sasha. El hombre era luchador y tenía una columna de acero. ¿Quién
no respetaría eso? También ayudaba que Dorian era atractivo como el infierno. Sasha
aparentemente pensaba así, también.

—Rick me llamó desde el motel en el que estaba refugiándose. Dijo que Dorian se
estaba recuperando, pero no había recuperado la consciencia todavía. Eso fue ayer, y
no me ha llamado de vuelta o regresado mis llamadas desde entonces.

Nate sabía que Rick estaba abandonando el estado, pero dejó esa información fuera.
Rick no quería que nadie además de Nate supiera dónde estaba. Cuando el hombre
encontrara un lugar para descansar, él llamaría.

—Considérame un aliado. Dile a Rick que si necesita alguna cosa de mí, es suya.

—Él piensa que tal vez estás en la lista de exterminación también ya que eres un Alfa.

Sasha siseó. —Déjalos intentar. He ido en contra de enemigos más duros.

Bueno saberlo, aunque Nate quería preguntar qué enemigos podían ser más duros que
todos a los que se enfrentaban. —Le pasaré el mensaje.

—Una cosa más, —Sasha dijo mientras Nate se volvía para irse.

—¿Si?

—Dile a Rick que tal vez sé quién mató a esos niños abajo frente al mar.

Nate asintió. —Se lo diré. —Él caminó de vuelta a Selene, agitando su brazo para
que ella entrara en la camioneta. No se sentiría mejor hasta que ellos estuvieran fuera
137
del bosque. Había demasiados lugares para que alguien se escondiese. Aunque Nate
no olía a nadie, no era imposible para alguien espiarlos desde la oscuridad del bosque
de árboles.

—¿Fideos Ramen? —Dorian preguntó mientras Rick deslizaba el pequeño vaso hacia
él.

—Hasta que Nate me traiga un poco de dinero en efectivo, esto es todo lo que
podemos permitirnos. Lamento que esto no sea una cena de bistec.

El término nosotros no hubo pasado desapercibido, pero Dorian lo dejó pasar. Él


estaba hambriento y estaba agradecido por alguna comida justo ahora. —Esto está
bien. —No estaba seguro de por qué le gustaba el hecho de que Rick lo había hecho
sonar como que eran un equipo. Debería haber tomado la salida que Rick le había
dado, pero Dorian sabía que no iría a ningún lado.

Así que ¿Por qué tener a Rick tan cerca hacía a Dorian sentir cosas que no debería
estar sintiendo? Dorian comió mientras robaba miradas a Rick. Estaba tratando
desesperadamente de averiguar por qué se sentía tan atraído al hombre. Ellos habían
tonteado, pero eso no significaba que tenían sentimientos uno por el otro.

Un montón de gente tonteaba y sus caminos iban separados. Sólo que Dorian estaba
pegado a Rick. Pero la emoción agitándose dentro de él no era una de desapego.

Debería serlo.

Dorian no quería una pareja, así que necesitaba parar de mirar a Rick con algo
cercano a la adoración. Tal vez recibir un disparo cortocircuitó su cerebro.

Rick tomó asiento en la mesa de picnic. Ellos se detuvieron en una parada de


descanso junto a la carretera, durmiendo por la noche en un espacio reducido en el
Mustang. No sabía dónde estaban ellos cuando finalmente despertó de los
medicamentos para el dolor, pero encontró a Rick profundamente dormido a su lado y
supo que ellos estaban a salvo por el momento.

Lo que le preocupaba era que alguien más podría encontrarlos. Rick le dijo a Dorian
138
sobre ellos saliendo como noticia en portada.

¿A Jayson no le iba a encantar esto? El hombre iba a explotar con emoción mientras
le mostraba a Cherry que ella estaba en lo cierto acusando Rick de ser un cambiante.
Él podía sólo oír la sorpresa cuando ellos vieran la imagen de Dorian justo al lado de
la de Rick.

Casi deseaba ser una mosca en la pared cuando Jayson leyera el artículo.

—Discúlpeme, señor. —Rick se levantó y caminó hacia un hombre anciano. No


estaba seguro de lo que Rick estaba haciendo hasta que vio al extraño sonreír y
entregara su teléfono a Rick. Rick habló rápidamente y luego golpeó algunos botones
más que lo necesario para terminar la llamada. Él devolvió el teléfono al caballero y
luego caminó de regreso a Dorian.

—¿Qué fue todo eso? —Dorian preguntó. —¿Qué si él te reconoció del artículo?

—Usé su teléfono para llamar a Nate por lo que nuestra ubicación no podrían ser
rastreada. Cuando estuvo hecho, borré el registro. – Rick se encogió de hombros. —A
pesar del riesgo a ser reconocido, era una oportunidad que tenía que tomar con el fin
de que nos ayuden.

Dorian estaba impresionado. —Así que ¿ahora qué?

—Nos reuniremos con él en una parada de camiones a cinco millas de aquí. Le


llevará algo de tiempo para llegar aquí, pero él no sólo está trayendo dinero en
efectivo, sino otro coche, un teléfono celular desechable, y algo de ropa para ambos.
—Rick sonrió. —Tuve que suponer tu talla ya que tú no me dejas entrar en tus
pantalones.

El juego de palabras hizo a Dorian reír. Incluso cuando sus propias vidas estaban en
peligro, y ellos tenían a un Escuadrón de la Muerte del gobierno tras ellos, Rick aún
pensaba en sexo. —Espero que hayas supuesto bien.

—Déjame entrar en tus pantalones y veré si tenía razón.

Dorian empujó sus fideos en su boca para detenerse a sí mismo de decir que sí. Ellos
estaban sentados a plena luz del día, gente a su alrededor, y Rick no sólo estaba
haciéndole sonrojarse, sino que su polla se estaba poniendo dura.

—Bien, —Dijo Rick. —Hazlo a tu manera. 139


Si Dorian lo hiciera a su manera, estaría dándole a Rick exactamente lo que estaba
pidiendo. Pero él no iba tener sexo en un baño público o en el asiento trasero del
Mustang que estaba acribillado con balas y tenía una ventana trasera destrozada.
Dorian gruñó. No iba a tener sexo, punto. Aunque estaba contento de que Rick
aparcara el auto entre dos camiones para esconder la evidencia de que ellos no eran
viajeros de paso normales.

—Pienso que estuvimos aquí el tiempo suficiente, —Rick dijo mientras se levantaba.
—No quiero que nadie nos reconozca.

Dorian terminó lo último de su comida y luego arrojó el contenedor vacío en el bote


de basura. Fue entonces cuando notó que Rick no había comido. —¿Dónde están tus
fideos?

—En mi cabeza19. —Rick bromeó.

—En serio, —Dorian dijo, parándose en medio de la acera.

Rick lo ignoró mientras cruzaba la pequeña área y caminaba entre los camiones,
metiéndose en el coche. Pero Dorian se negó a ceder en el asunto mientras seguía a
Rick hasta que tuviera una respuesta.

—Entra.

—Dime.

Rick parecía molesto. —No tenía suficiente dinero. Ahora ¿podrías entrar en el
jodido coche?

Dorian se apresuró. La gente comenzaba a mirar hacia su camino. Tan pronto como
se deslizó en el asiento —que no fue tan suavemente como le habría gustado
considerando que su hombro estaba pulsando de nuevo —él pensó acerca de lo que
Rick dijo. —¿Así que pasas hambre para que yo pudiera comer?

—Déjalo, Dorian. —Rick encendió el auto y se alejó.

—Te dije ya una vez que no soy un cambiante. Si quieres a alguien que te obedezca
cada palabra, consigue un perro.

Rick golpeó en los frenos, y Dorian voló hacia adelante. Si Rick no lo hubiera
19
Nota : Esto es un juego de palabras que en español no tiene mucho sentido. Noodles (fideos) también es una forma
coloquial de decir sesos (cerebro) de ahí esta respuesta que parece rara.
140
alcanzado y parado, el salpicadero podría haber hecho mucho daño. Su hombro
empezó a pulsar dolorosamente.

—Te negaste a irte, así que estamos juntos en esto. Necesitas escucharme.

—Lo haré, cuando importe. Pero obedeciendo ciegamente <<cada una>> de tus
órdenes no es algo que voy a hacer. Tengo una mente propia, y sé cómo usarla.

Rick gruñó. —Ponte tu maldito cinturón de seguridad.

Tan pronto como Dorian lo abrochó en el lugar, Rick se alejó. Dorian no dijo otra
palabra.

Después de una milla de silencio, Rick habló. —No quiero que me obedezcas
ciegamente.

El duro caparazón de Rick se estaba resquebrajando. —Entonces deja de arrancarme


la cabeza cuando no estoy escuchando. —Dorian dijo en un tono más calmado. —
Incluso mi papá me habla con respeto. Nunca te el faltado el respeto, así que ¿Por qué
me faltas el respeto?

Rick lucía sorprendido. —Yo nunca te he faltado el respeto.

—Hablarme como si no tuviera valor es faltarme el respeto, Rick.

Rick abrió su boca y luego la cerró. Él lucía como si estuviera reflexionando sobre las
palabras de Dorian. Eso era más de lo que Dorian esperaba. Él permaneció quieto,
dando a Rick el espacio para pensar acerca de cómo hablaba a Dorian a veces.

—Trataré de no imponer tanto mi dominio.

Dorian sonrió. —Gracias.

Él no había ganado, no a largo plazo, porque Dorian sabía que Rick no podía evitar
ser quien era. Pero al menos ahora el hombre pensaría antes de espetarle a Dorian…
tal vez.

—Tenemos compañía. —Dijo Rick.

Dorian miró en el espejo lateral y vio un coche patrulla de carretera del estado. Las
luces eran intermitentes. —Mierda, ¿piensas que alguien nos reconoció allá atrás?

—No estoy seguro, pero no está usando su sirena. No estoy seguro que detenerme sea 141
lo más saludable para hacer, sin embargo.

—¿Qué si es sólo una parada de rutina? Si aceleramos fuera de aquí, dejaremos saber
a todos donde estamos.

Dorian se tensó cuando Rick redujo velocidad y luego se detuvo. Su corazón estaba
latiendo tan salvajemente que hizo que el dolor de su hombro se intensificara. Él miró
a la guantera. Si el policía trataba de arrestarlos, Dorian iría por la pistola. Rick tenía
una rebelión que liderar. Nada ni nadie iba a interponerse en su camino. Vidas
dependían de que ellos no sólo quedaran fuera de la cárcel, sino vivieran. Si ellos los
tomaban y luego los entregaban al Escuadrón de la Muerte, la lucha estaría perdida
antes de que ellos tuvieran una oportunidad de detener al gobierno.

—Mantén la calma, —Rick dijo detrás de él. —Déjame hacer todo lo de hablar.

Rick bajó su ventana cuando el policía camino hacia la puerta. —¿Hice algo mal? —
Él preguntó.

El policía se inclinó por la cintura, mirando dentro, viendo primero a Rick y luego a
Dorian. —Tal vez.

Dorian estaba consiguiendo un mal presentimiento acerca de esto. ¿Qué policía dijo
tal vez? Su estómago estaba apretado con tensión, su hombro palpitando con dolor,
pero Dorian se mantuvo relajado en el exterior.

—¿Eres el Alfa Enrique?

Dorian empezó a sudar, mirando a la guantera. Sus dedos apretados pensando acerca
de agarrar la pistola. Él sabía que no podía dejar que los arrestaran.

—¿Quién pregunta? —El tono de Rick nunca flaqueó o delató que él estaba sólo
probablemente tan asustado como Dorian.

—Simpatizantes. —El policía respondió. —hay un bloqueo de carretera a una milla


del camino. Sería en su mayor beneficio tomar otra ruta.

La mandíbula de Dorian golpeó su pecho.

—Gracias, —contestó Rick.

—Yo me quedaría fuera de las autopistas y carreteras principales también. Uno nunca
sabe que podría encontrarse. Y consiga otro vehículo. Este atrae demasiada atención. 142
Que tengan un buen día. —El policía agarró el borde de su sombrero, y dio un leve
asentimiento, y luego se alejó.

—Santa mierda. —Dorian dijo en una ráfaga de aliento. —¿Él realmente sólo nos
advirtió?

—Lo hizo. —Dijo Rick y luego hizo una vuelta en U ilegal en el medio de la
carretera, partiendo en dirección opuesta. El policía no los detuvo. A mitad del
camino, Rick tomó la salida, sacándolos de la carretera principal.

—¿Debería estar realmente preocupado de que una patrulla de carretera del estado
sepa sobre qué estamos haciendo? —Dorian preguntó. —Quiero decir, sabíamos que
el gobierno estaba fuera para exterminar a los no- humanos, pero una maldita patrulla
de policía sabe qué está pasando, Rick. —Dorian podía oír su voz elevándose y sabía
que el pánico se estaba asentando. ¿Sólo cuán grande era esto?

—Cálmate, Dorian.

—Cálmate tú. ¿Qué jodidos está pasando? —Dorian no podía respirar. Su corazón
estaba latiendo demasiado rápido.

—Una guerra. —Rick le recordó.

—Oh, jodido infierno. —Dijo Dorian mientras el interior del auto empezaba a girar.
Rick se detuvo en un terreno vacío, agarró a Dorian, y besó la mierda fuera de él.
Había sido tal movimiento sorpresa que la primera respuesta de Dorian fue deslizar
su brazo bueno alrededor del cuello de Rick, aferrándose para salvar su vida.

Rick suavizó el beso, mordiendo el labio inferior de Dorian. —¿Estás calmado ahora?

Dorian asintió aturdido. Él nunca había pensado que Rick podía besar tan
malditamente bien. Todo acerca del hombre era duro excepto sus labios. Él había
besado a Rick la noche que ellos había tonteado, pero no era nada comparado a la
manera que el hombre había hundido su boca justo ahora. Sus labios hormigueaban
por más mientras que el hombre se deslizaba lejos de él. Sentado allí aturdido con
incredulidad, Dorian malditamente cerca de pedirle a Rick hacerlo otra vez.

—Sabes mejor de lo que recordaba. —Dijo Rick y luego volvió al camino. —Tendré
que conseguir otro cuando encontremos una habitación de motel.

Dorian aturdido asintió una vez más. No estaba seguro de qué decir. Rick estaba 143
sorprendiéndolo de derecha a izquierda últimamente. Y a decir verdad, Dorian tendría
que decir que Rick sabía tan bien como él recordaba.

—Nos tomará demasiado tiempo llegar a la parada de camiones, pero deberíamos


estar a salvo en las carreteras secundarias. —Dorian oyó la tensión en la voz de Rick.
El hombre estaba tan afectado como él lo estaba por el beso.

—Okay. —Dorian respondió y luego se sentó de vuelta cuando la pulsación en su


hombro empezó a aumentar. —Pero pienso que debería tomar una pastilla para el
dolor ahora mismo. Mi hombro está matándome.

Rick miró disculpándose a Dorian. Era la primera vez que Dorian lo había visto tan
arrepentido. —No habría apretado los frenos si hubiera notado que no estabas usando
el cinturón de seguridad.

Dorian alcanzó la pequeña bolsa que Bryson les dio. Sacó las pastillas y tomó una,
bebiendo el Gatorade que Rick había comprado para él temprano esta mañana. Estaba
caliente como el meado, pero ayudó a tragar la pastilla.

Arrojó la bolsa de vuelta en el piso en frente de él y luego se echó atrás, cerrando sus
ojos, y pensando acerca del beso que Rick le había dado.

De alguna manera, su atracción hacia Rick ya no le molestaba.

144
Capítulo 16
Rick condujo su coche tras la parada de camiones y lo aparcó junto al gran Yukon
rojo. Tenía nuevas abolladuras en ella que Rick no había visto antes y supo que eran
de Nate ayudándolo a escapar del Escuadrón de la Muerte.

Mirando a Dorian, Rick vio que aún estaba profundamente dormido. Él se agachó y
presionó su mano sobre la frente de Dorian. Estaba fría al tacto. Iba a tener que
limpiar la herida cuando llegaran a una habitación de motel.

Rick se deslizó del auto, chequeando el área antes de dirigirse hacia la parte trasera
de la camioneta de Nate. Estaba sorprendido cuando Nate le dio un rápido abrazo. —
Es bueno verte vivo todavía.

Él estaba feliz de aún estar con vida también. —Me encontré con una patrulla en la
autopista estatal cuando salí de la parada de descanso.

Nate gruñó. —¿Trató de arrestarte?

—No. —Dijo Rick mientras miraba dentro de la parte trasera de la camioneta viendo
dos grandes bolsas de lona. —Me advirtió sobre un bloqueo de carretera y me sugirió
mantenerme fuera de las carreteras principales.

—¿En serio? —Nate preguntó. —¿Cómo sabía?

—Dorian hizo la misma pregunta. Pienso que esto es más grande de lo que siquiera tú
o yo sospechamos. Quiero decir, la persona que llamó dijo que el gobierno estaba
detrás de todo esto, pero viéndolo en la vida real es tan malditamente irreal.

Nate miró hacia el Mustang. —¿Cómo está él?

—Dormido. Se está sosteniendo bastante bien. Su hombro se está curando, pero estoy
preocupado por su estado mental. Estoy malditamente seguro que él llevaba una vida
mundana antes de todo esto, y luego ser arrojado al fuego en tal corto periodo de
tiempo… —Rick sacudió su cabeza. —Sorprendentemente, él lo está haciendo bien.

—Él es más fuerte de lo que le das crédito. Dado que esto ha sucedido, la manada se
ha comprometido a poner fuera la elección de un compañero. Silvia no discutió
acerca de esto u Omar para el caso. Ambos están de acuerdo en que puedes tomarte tu 145
tiempo.

Rick sintió una de las cargas levantarse de sus hombros. —Honestamente, Nate, entre
tú y yo, —Dijo. —No iba a haber ninguna elección. Me decidí cuando le dispararon a
Dorian a hacerlo mi pareja.

Nate sonrió. —Sabía que lo harías. Para un humano, él tiene un carácter increíble.

—Tú sólo quieres dormir con él. —Dijo Rick mientras agarraba una de las bolsas. —
Así que olvídate de él. No me voy a rendir con él.

Nate rió. —Sólo estoy tirando de tu cadena.

Ambos se giraron cuando un SUV negro se detuvo en la parada de camiones detrás


de Nate. El corazón de Rick estaba en su garganta, pensando que el Escuadrón de la
Muerte los había encontrado hasta que vio a Selene saltar del asiento del conductor y
cerrar la puerta. —Conseguí un nuevo vehículo para conducir, Alfa.

Rick puso la bolsa abajo y envolvió sus brazos alrededor de ella. —Gracias, Selene.

—Hey. —Dijo Nate. —Mete las bolsas en la camioneta.

Rick se giró, viendo la irritación en los ojos verde-jade de Nate. Bueno, ahora no era
eso interesante. Rick nunca había sospechado que Nate tenía sentimientos por su
subordinada. Tomando un paso atrás, Rick la liberó. Si Nate iba a encontrar una
pareja, Selene era una buena elección para él. Aunque le hacía reír por dentro. Nate
podía ser muy dominante y terco a veces. Él tenía la sensación de que Selene no
toleraría eso.

<< Bueno. >>

—Comprobamos al hermano de Dorian. —Dijo Selene mientras abría la puerta


trasera del SUV.

—¿Cómo está él? —Rick preguntó, ayudando a Nate a cargar la camioneta.

—Mejor, aunque está pasando por la abstinencia. Yo nunca he tratado con un adicto a
los colmillos antes. Es casi como si él tuviera abstinencia de una droga real de la calle.
Tenía los temblores, sudores fríos, y dolor. Olivia está tomando un maldito buen
cuidado de él, pero… —Selene sacudió su cabeza, sus ojos llenos de tristeza. — Él es
tan joven. Rompe mi corazón verlo como está.
146
—Él es un luchador. —Dijo Nate. —Justo como su hermano. Ian lo superará.

Rick asintió. —Bien, porque necesito a Dorian enfocado en lo que se avecina. No


puedo tener su mente en su hermano.

—Eso es frio. —Selene entrecerró sus ojos verde pálido.

—Es un hecho, —Rick respondió. —Si Dorian está preocupado acerca de Ian, su
concentración está en otro sitio. Eso podría mermar la diferencia entre la vida y la
muerte. —Eso sonó despiadado, pero Rick tenía que pensar en la seguridad de Dorian
y la suya. Esta lucha era más grande de lo que nadie había anticipado, y él no
necesitaba su cabeza o la de Dorian mal porque Dorian estaba preocupado por Ian.

Rick no tenía nada contra Ian, pero su primera prioridad era Dorian.

—Aquí. —Nate alcanzó su bolsillo trasero y sacó una billetera. —Tiene IDs20 falsas
allí para ti y para Dorian. También hay algunas tarjetas de crédito prepago y algo de
efectivo. Usé tu tarjeta bancaria de emergencia que mantienes oculta en tu casa para
retirar el efectivo, así que si tus cuentas están siendo vigiladas, entonces quien sea
que esté mirándolas pensará que todavía estás en Shelton. —Rick tomó la billetera.
—También usé tu tarjeta de crédito para comprar comestibles. —Nate sonrió. —Los
necesito, y tú necesitas lucir como si todavía estuvieras en la ciudad.

Rick asintió al SUV. —¿Quién conduce esto?

—Jay, es dueño de un concesionario de autos. Él falsificó el papeleo por lo que el


propietario coincide con tu nueva identidad, no debería haber ningún problema si te
detienen, pero yo sugeriría que lo evitaras tanto como fuera posible.

—Rick fue detenido por un policía estatal. —Nate le dijo a Selene. —El tipo advirtió
a Rick sobre una carretera bloqueada y le dijo que se mantuviera fuera de las
carreteras principales.

—No jodas, —Selene dijo con asombro. —Entonces los rumores son ciertos.

—¿Qué rumores? —Rick preguntó.

—Hay una cacería para ti y Dorian. Se cuidadoso. Tu foto y la de Dorian han estado
en la televisión por días ahora. Incluso hay una recompensa por su captura.

20
Nota: identificaciones, serian como los DNI españoles
147
Rick recordó el periódico que había visto en la gasolinera temprano esta mañana. – Vi
un artículo con una imagen mía y la de Dorian en él, pero no me paré a leerlo.

—¿No sabes? —Selene preguntó y luego se volvió hacia Nate. —Él no sabe.

—¿Saber qué? —Su estómago apretándose. Por la expresión en la cara de Selene, no


le iba a gustar esto. Ella normalmente estaba compuesta, mostrando muy poco, pero
ahora mismo, sus emociones estaban descubiertas en su rostro. Estaba asustada.

Nate aclaró su garganta. —El detective jefe en el caso de asesinato fue encontrado
muerto, su garganta desgarrada. Ellos están culpándote.

<<Mierda.>> Si las autoridades pensaban que mató a un policía, entonces cada


oficial de la ley de mierda tenía una erección por él ahora mismo. Eso era tan jodido.
Ellos estaban tratando de acorralarlo, dejandole a él y a Dorian sin ningún sitio a
donde correr. Él estaba etiquetado ahora como asesino de un policía. No habría
ninguna parte a la que pudiera ir que fuera seguro. Ahora más que nunca Rick tenía
que ver quien entraba en contacto con él. Había un precio por su cabeza, y más de
una persona sacaría provecho de él.

—Avisa al padre de Dorian que él está a salvo. De lo que Dorian me dijo, ellos son
bastante cercanos. No lo quiero preocupado por de su hijo.

Selene asintió. —Ya estuvimos en contacto con él sobre Ian. Él es un malditamente


buen humano e incluso un mejor padre. Él dijo que protegería a Dorian e Ian con su
vida.

—Dile a sus padres que tomen unas vacaciones o algo. No quiero que sean usados
contra Dorian.

Nate sonrió. —Vamos delante de ti. Ya los escondimos, junto a Isabelle, con los
padres de Miguel.

Rick hizo una mueca. —Miguel va a adoptar a los padres de Dorian, sabes eso,
¿cierto? —Estaba aliviado que su hermana estuviera tomando esto seriamente. Ella
podía ser una mocosa a veces, pero la amaba. Eso era una persona menos de quien
tenía que preocuparse. La casa de Miguel tenía una ruta de escape oculta debajo,
permitiendo un escape fácil si era necesario. Los túneles subterráneos daban lugar a

148
una entrada cerca del Great Oak Forest.

Selene sonrió. —Ya lo hizo. Él piensa que la madre de Dorian es su responsabilidad.


Ella no puede hacer un movimiento sin Miguel siguiéndola. Benito está igual con el
padre. Afortunadamente, los padres de Dorian son personas buenas por naturaleza y
están manejando esto bastante bien.

Rick asintió. —¿Cómo fue tu reunión con Sasha? —Le preguntó a Nate.

—Él dijo que lo que sea que necesites, es tuyo. Y dijo que tal vez sepa quién mató a
los tres cambiantes.

Rick frotó la parte trasera de su cabeza mientras asentía. Tanto como quería descubrir
quién mató a los tres cambiantes, la situación actual tomaba prioridad.

Selene asintió hacia la camioneta. —Hay dos teléfonos desechables en la consola


delantera. Y ya he alquilado una gran unidad de almacenamiento para tu coche.
Estará a salvo.

—Suena demasiado ridículo que esté preocupado por mi Mustang cuando el mundo
se está cayendo a pedazos.

Selene sacudió su cabeza, su expresión intensa. —Necesitas algo normal para


agarrarte en este momento. No hay nada malo con eso. Una vez que todo esto esté
acabado, tendré tu coche reparado. —Ella le dio una sonrisa triste mientras
continuaba. —Pase lo que pase Rick, sabes que tu manada está luchando tan duro
como tú para mantener a los miembros más débiles a salvo.

Ella usó su primer nombre. Las cosas estaban demasiado malditamente mal cuando
un miembro sin un rango superior usaba su primer nombre. Él miró atrás al Mustang.
— Necesito mover a Dorian.

Selene caminó por la parte de atrás de la camioneta y la abrió. —Puse mantas gruesas
aquí atrás así podrán descansar más cómodamente.

Su amabilidad parecía nunca acabar. Rick siempre estaría agradecido a esos dos. Si
no fuera por Nate y Selene, él habría estado hundido para ahora. En ese momento, la
realidad dio en el blanco. Rick iba a tener que depender de un montón de personas si
iba a sacar esto adelante. Algunos tal vez retorcerían un cuchillo en su espalda
mientras que otros iban a morir ayudándolo.

—Necesitas empezar a moverte, —Nate advirtió. —Pasar demasiado tiempo en un


lugar no es bueno.
149
Rick se dirigió hacia el coche. Él abrió la puerta, desabrochó a Dorian, y luego, tan
amablemente como podía, levantó al pequeño humano en sus brazos, llevándolo a la
parte trasera del SUV. Mientras colocaba a Dorian, se giró hacia Nate. —¿Puedes
despejar mi auto y poner las cosas en la parte de adelante?

Nate le dio un asentimiento conocedor. Rick iba a necesitar su pistola. —Traje


munición extra. —Nate caminó hacia el coche de Rick.

—Él es perfecto para ti. —Comentó Selene. —Conocí a sus padres. Ellos son
personas fuertes, y parece que pasaron ese rasgo a sus hijos.

Rick plegó las mantas alrededor de Dorian, usando las bolsas de lona para presionar a
cada lado de su cuerpo, poniéndolo más estable para el viaje. Pasó un nudillo hacia
abajo por el lado de la cara de Dorian, deseando poder ver los bonitos ojos marrones
del hombre y recordando el beso que compartieron. —Él es perfecto para mí. —Rick
admitió. —Fuerte, valiente, y dispuesto a luchar una batalla pudiendo fácilmente
alejarse.

—No fácilmente.

Rick sacudió su cabeza. —Sí, podría ser fácil. Todo lo que tiene que decir es que usé
algún tipo de control mental en él, decirles todo lo que sabe acerca de nosotros, y
acabar con esto. Incluso le ofrecí dejarlo fuera en algún lugar seguro, lejos de mí.

Selene jadeó. —No lo hiciste.

—Lo hice, se negó a irse. —Y eso solo hizo querer a Dorian con él. El hombre estaba
dispuesto a luchar al lado de Rick, tal vez incluso morir a su lado. El gobierno quería
exterminar a los cambiantes y a los no-humanos, aun así Dorian había recogido el
guante y declarado de qué lado estaba.

El hombre lo confundía con su opinión cambiante sobre los cambiantes, pero sus
acciones lo decían todo. Él estaba en esto por un gran recorrido. Sí, el hombre era
perfecto para él. Rick sabía que no necesitaba aparearse con Dorian.

El hombre ya era suyo, lo supiera Dorian o no.

—Sólo cuídalo. Sus padres enloquecerían si algo le pasara. —Dijo Selene mientras
rozaba su mano por el brazo de Rick. Ella necesitaba la seguridad de que su Alfa no
iba a morir. Rick no podía darle eso. Él no iba a pretender que todo estaba bien. No lo
150
estaba.

—Muchos van a morir, Selene. Esta pelea es sólo el comienzo. Habrán fuertes
pérdidas en ambos lados para cuando el polvo se asiente.

Ella asintió, sus ojos brillando con lágrimas. —Lo sé. Nate y yo ya hablamos sobre
esto. Pero eres el que está liderando la lucha. No podemos perderte. Me prometiste
que no harías algo que te pusiera en riesgo.

Rick tiró de ella a sus brazos, dándole un apretado abrazo. —No puedo, Selene. La
única cosa que puedo prometer es que haré lo que pueda para que no me maten.

Nate aclaró su garganta. —Todo está en el asiento delantero.

Rick liberó a Selene, empujándola hacia Nate. —Cuida de ella, Nate.

—Con mi vida. —Nate respondió.

Selene rodó sus ojos. Con lágrimas en sus ojos, no era tan efectivo como debería
haber sido. —Puedo manejarlo por mí misma.

Rick se rió. Nate estaba en problemas. El hombre estaba a punto pasar por un gran
reto con una mujer tan dominante a su lado. Pero de nuevo, Nate no estaría feliz con
un compañero que se doblegase. Al hombre le gustaba un desafío, y Selene iba a ser
su más grande desafío.

Se movió hacia atrás y cerró el maletero. —Te llamaré en unos días.

Nate le dio un rápido abrazo. —Y mantendré a la manada tan segura como pueda
hasta que consigas volver a casa.

—Los mantendremos seguros. —Dijo Selene, mirando a Nate. —Tal vez seas el
ejecutor superior, pero no soy débil.

Rick sonrió.

—Nunca te llamé débil. —Nate argumentó.

—Lo implicaste.

—En ese caso, voy a salir. —Rick caminó hacia el frente de la camioneta mientras
miraba a Selene dirigirse hacia su Mustang.
151
—Ella es imposible. —Nate reclamó. —Digo algo, y ella ya tiene un argumento listo.

—Así es la vida cuando estás enamorado.

Los ojos de Nate saltaron sobre Rick. —¿Quién dijo que estoy enamorado?

Rick rió mientras subía dentro de la camioneta. —Niégalo todo lo que quieras. Hasta
un ciego podría ver como la miras.

Nate frunció el entrecejo. —Ella aun es imposible.

—Si vale la pena tener, entonces vale la pena luchar. Ella está asustada, Nate. Todos
lo estamos. Ve despacio con ella.

—Sí, correcto. Si voy despacio con ella, ella va a argumentar que estoy tratándola
como una chica.

—Ella es una chica. —Rick señaló.

—Díselo a ella. —Nate golpeó el costado de SUV. —Se cuidadoso. —Él se alejó
sacudiendo su cabeza.

Rick vio a Nate y a Selene alejarse y luego encendió el motor. Miró al asiento
delantero viendo la pequeña bolsa de suministros médicos y la otra bolsa llena con
algunos artículos de vestir que había comprado Byron mientras estaban atascados en
ese motel por dos días mientras cuidaba de Dorian.

Su vida había ascendido a una mochila y ahora las bolsas de lona que Nate le había
traído. Sacudiendo su cabeza, Rick alcanzó y abrió la guantera. Su arma estaba
escondida dentro, junto con una caja de balas.

La cerró y luego puso la camioneta en marcha, alejándose de la parada de camiones y


preguntándose donde se dirigiría a continuación.

152
Capítulo 17
Dorian se contrajo de dolor. —Eso duele.

Rick arrojó la venda a un lado. —Lo siento, cariño, pero parece que no era tan
cuidadoso como debería haber sido. La gasa está pegada a la herida.

Apretando sus dientes, Dorian se sentó ahí mientras Rick limpiaba su hombro. Dolía
como una perra. Él sólo deseaba que el chico se apresurara así Dorian podría
lloriquear en paz. El hurgar y pinchar era lo peor. Cada vez que los dedos de Rick
rozaban los puntos, Dorian tenía la urgencia de golpear al hombre.

—Parece que los antibióticos están funcionando, pero aun tiene un gran camino por
recorrer antes de estar completamente curada. —Rick puso el paño húmedo en la
mesita de noche y luego cogió la crema antiséptica, untando una saludable dosis
sobre la herida en el frente del hombro de Dorian y luego en su espalda donde la bala
salió. La crema fría se sentía bien en la piel de Dorian. También ayudaba con la
tensión de sus puntos de sutura. Él no podía rascarse, y eso lo volvía loco, pero la
crema estaba ayudando.

Mientras los dedos de Rick se deslizaban sobre la piel de Dorian, sintió una parte de
él removiéndose. Era una parte que estaba muy interesada en llegar a conocer mejor a
Rick. El hombre era tan complejo como nadie que Dorian hubiese conocido jamás.
Definitivamente le apetecía morder a Rick. Era tan dominante mientras venía y
esperaba que todo el mundo se inclinara a todos sus deseos.

Pero Dorian estaba empezando a ver que no era el ego de Rick, sino quien era lo que
le hacía de esa forma. Él sabía ahora que Rick no podría liderar a una manada de
cambiantes hombres lobo y no ser material de líder. No siendo cambiante, Dorian no
sabía a través de lo que Rick tuvo que pasar para ser un alfa, pero estaba muy feliz de
no estar a cargo.

Rick también había invitado a Dorian abiertamente al sexo. El hombre no escondía su


deseo ni reprimía su lengua. Le había dicho a Dorian que quería entrar en sus
pantalones, nunca siendo tímido con sus palabras.

Entonces, por otro lado, estaba en este hotel de mierda jugando a la enfermera con la
herida de Dorian, siendo tan suave como podía. ¿Cuántos niveles de complejidad 153
poseía este hombre? No estaba seguro de cuantas caras escondía Rick y qué
personalidad era el Rick real. Tal vez lo eran todas ellas.

Extrañamente, eso complacía a Dorian. Le gustaba ver el lado duro de Rick cuando
importaba —como cuando ellos estaban huyendo del Escuadrón de la Muerte— y le
gustaba ver el lado más suave de Rick. Le mostraba que el hombre no era un frío
gilipollas que no se preocupaba nada más que por sus propias necesidades.

Pero ahora mismo, con la mano de Rick pasando sobre su piel, Dorian estaba
esperando ver al Rick sexual, y entonces de nuevo, rezando por no hacerlo. El
pensamiento de Rick tomándolo lo emocionaba y asustaba al mismo tiempo.

Él nunca había estado con alguien tan poderoso o tan masculino antes. Dorian sabía
que el hombre lo consumiría.

—Todo hecho. —Rick anunció mientras agarraba el rollo de gasa. —Ahora todo lo
que necesito es volverte a vendar.

Dorian se sentó como una estatua mientras Rick presionaba la gasa en su hombro. El
chico estaba concentrado en lo qué estaba haciendo, inconsciente del efecto que tenía
en el cuerpo de Dorian. Con cada toque, cada ligera presión de sus dedos, la polla de
Dorian se hinchaba.

—Sabes, si no te calmas, estoy asustado de no ser capaz de ignorar tu lujuria mucho


más tiempo. —Rick ató la gasa en su lugar. —Y ambos sabemos que no puedes
manejarme.

Tosco. Duro. Al punto.

Era un cambiante.

Rick lo estaba atormentando.

Rick le intrigaba en las profundidades de su ser, pero Dorian no estaba tan seguro de
que Rick no tuviera razón. El hombre era un Alfa cambiante, dominante, seguro de sí
mismo, y Dorian tragó duro cuando Rick inclinó su cabeza y cerró la distancia,
presionando sus labios con los de Dorian.

Dorian se sintió a sí mismo siendo bajado lentamente a la cama, su espalda

154
presionando en el colchón. Rick no lo estaba apresurando. Su beso era lento y
adictivo. Era el sabor más dulce que Dorian jamás había encontrado.
Él se estaba ahogando, hundiéndose y perdiéndose a sí mismo en Rick y lo que le
estaba haciendo a la boca de Dorian, a su mente. La carne de Dorian se volvió tan
sensible que podía sentir el cuerpo de Rick rozándolo como fuego caliente, quemando
con cada movimiento.

—Rick. —Dijo Dorian, tratando lo mejor de salir de la neblina que Rick había puesto
alrededor de su mente. Por su vida, Dorian no podía recordar por qué había
protestado por esto antes. Se sentía correcto estando en los brazos de Rick. Se sentía
bien.

Dorian jadeó cuando Rick insertó un poderoso muslo entre sus piernas, levantando
las bolas de Dorian, haciéndolo gemir en la boca de Rick.

—Entonces, de nuevo, pienso que puedes manejarme, Dorian. —Rick se alejó, pero
no fue lejos. Su lengua lamía un largo camino desde la mandíbula de Dorian a su
clavícula. —Sé que eres lo suficientemente fuerte para tomarme. —La voz de Rick
había sido a un gruñido. Vibrando, haciendo a Dorian gemir mientras inclinaba su
cabeza hacia atrás.

Rick dio besos a lo largo del cuello de Dorian y luego puso uno suave en su hombro
herido.

Dorian se estremeció. Sentir los suaves labios del poderoso hombre en su piel hacía
que el corazón de Dorian se acelerara.

Rick movió sus brazos más abajo, y Dorian sabía que el hombre se estaba
desabrochando sus pantalones. Él alcanzó la mano de Dorian. —Tócame, Dorian.
Mira lo duro que estoy por ti.

La polla de Rick se sentía como seda mientras él curvaba sus dedos alrededor del
grueso eje. La piel, estaba caliente, como agua dejada fuera al sol siendo vertida
sobre su piel, mientras Dorian le daba al hombre lo que quería.

No, lo que ambos querían, porque Dorian estaba tan duro, tan necesitado como Rick.

Los ojos del hombre se cerraron, su expresión transformándose en un placer tan


fuerte, tan crudo, que Dorian se tendió allí fascinado de que él pudiera hacerle eso a
un ser tan primitivo.

Manteniendo sus ojos cerrados, pero su mandíbula apretada, Rick habló. —Si vas a
155
echarte atrás, hazlo ahora, Dorian. No seré capaz de parar si dejas que esto continúe.

Dorian no quería que parara. No quería que Rick se alejara. Estando debajo del
hombre, teniendo tanto musculo, tanta fuerza bruta cerniéndose sobre él era una
embriagadora sensación que Dorian no quería abandonar.

Apretó sus dedos más fuerte alrededor del eje de Rick.

Rick gimió.

Dorian estaba dolorido, quería ser tocado, también. Su piel estaba quemando con
deseo mientras su corazón estaba en su garganta. El hombre se veía asombroso y tan
malditamente maravilloso, tan salvaje, como una bestia que vivía en el bosque
mientras permitía a Dorian sostenerlo en su mano.

Los ojos de Rick volaron abiertos y Dorian vio al lobo en los ojos del hombre. Eran
brillantes, manchas de color amarillo estallando dentro del gris. Nunca antes había
visto unos ojos tan hermosos. —Eres impresionante.

Rick lamió su labio inferior, mirando hacia abajo a Dorian con tanta hambre que
Dorian temió no ser capaz de manejar a Rick. —¿Me temes, Dorian?

Dorian sabía que Rick podía oler sus emociones. No había manera de que pudiera
mentir. —Sí.

—¿Tú me temes a mí o a lo que sientes por mí? —Rick presionó su pierna más duro
en las bolas de Dorian mientras empujaba sus caderas hacia adelante, haciendo a
Dorian sostener más fuerte la polla del hombre.

—Lo que siento por ti. —Admitió en voz alta.

Rick bajó su cabeza, sus labios presionando el oído de Dorian. —No tengo gentileza
en mí ahora mismo. Te quiero tanto. Soy demandante, posesivo, y estoy tan
malditamente hambriento por ti.

Dorian no estaba seguro de si Rick estaba hablando sobre sexo o el apareamiento. —


Muéstrame. —Dijo en un susurro sin aliento, empujando a un lado sus miedos y
cediendo al deseo que lo desgarraba. Rick estaba tirándolo abajo, escasamente
dándole espacio para respirar y Dorian no estaba seguro de si Rick estaba en lo

156
correcto cuando dijo que podía manejar al hombre.

Rick había despedazado el bóxer de Dorian antes de que pudiera siquiera parpadear.
Ése día acababa de, únicamente ponerse el bóxer, sabiendo que Rick iba a mirar su
herida. Tal vez era una decisión subconsciente de su parte, esperando que Rick
hiciera exactamente lo que estaba haciendo ahora tomar a Dorian de la forma más
primitiva.

Él había estado luchando con su atracción hacia Rick y parecía que la batalla había
sido inútil mientras el hombre se cernía sobre él, sus afilados músculos diciéndole a
Dorian que Rick era un amante muy fuerte. Podía sentir su corazón luchando para
seguir el ritmo de las demandas que su excitación le daba.

Pura sensualidad extendiéndose a través de los rasgos de Rick mientras miraba hacia
abajo al cuerpo desnudo de Dorian. —Tan perfecto. —El hambre ardiendo en los ojos
de color amarillo-gris de Rick.

Dorian asió la polla de Rick más apretada, recordándole al hombre que aún sostenía
su eje en su mano. Rick le sonrió de una manera que tenía al estómago de Dorian
sintiéndose todo apretado y caliente.

—Chúpalo, Dorian. —Rick empezó a gatear hacia arriba por el cuerpo de Dorian,
dándole a Dorian un vislumbre de la carne bronceada y los músculos tensos, sin
defectos.

Y luego finalmente vio lo que sostenía en su mano. La polla de Rick era larga,
perfecta, y tal como la recordaba de hace muchos días. Diez pulgadas. No había sido
un alarde. El hombre había establecido un hecho.

Dorian movió su mano a la base del pene de Rick, disminuyendo las pulgadas tanto
como fuera posible para él tomar a Rick en su boca. La sensación de Rick en su mano
era exquisita, pero la sensación de Rick en su boca era explosiva. Las sensaciones
rugieron a través de él, haciendo a Dorian abrirse más ampliamente mientras la polla
de Rick se deslizaba en su boca.

—Más, Dorian, tómame dentro. —Había una brusquedad en la demanda de Rick, su


voz rasposa. El hombre estaba perdiendo el control. Pero Dorian también. La locura
estaba tomando posesión de él mientras lamía y chupaba la barra de acero de Rick.
La carne era salada, la sensación de él era tan suave como la seda en la lengua de
Dorian.

—Dios, sí. —Rick curvó sus caderas, presionando su polla un poco más adentro en la
boca de Dorian. —Quiero tanto joder tu boca.
157
Dorian mantuvo su agarre en la base de la polla de Rick súper apretado. Si Rick
empezaba a empujar, Dorian quería estar seguro de no atragantarse. Él estaba tentado
a usar dos manos y disminuir incluso más la longitud de Rick.

—Dorian. —Rick gimió mientras sus caderas comenzaron a empujar a lo largo,


incluso golpeando. —Oh, demonios, Dorian.

Él mantuvo su boca muy abierta, su lengua deslizándose sobre la carne venosa


mientras Rick hizo exactamente lo que dijo, joder la boca de Dorian.

—Más apretado, gatito.21

Dorian formó un sello alrededor de la polla de Rick, chupando cuando el eje de Rick
venía hacia adelante y afianzando hacia abajo cuando se echaba hacia atrás. Dorian
nunca había tenido a nadie follándole la boca antes. El sexo rudo ponía su piel
ardiendo. Él sabía que ahora era irremediablemente adicto a los juegos previos de
Rick.

Alentado por los gemidos de Rick, Dorian chupó más duro, moviendo su cabeza
hacia atrás y adelante tanto como su hombro herido le permitía. Dorian tragó
codiciosamente, saboreando el sabor de Rick en su boca.

—Ahí, gatito, estoy ahí. —Con un último empuje, Rick aulló, su semilla inundando
la boca de Dorian. Dorian lo bebió, apretando más fuerte la polla de Rick, y sacando
hasta la última gota que podía del hombre. Rick disparó en su boca haciendo que
Dorian se sacudiera fuerte.

Rick se estremeció. —Eso fue sólo para bajar el límite.

Dorian no estaba seguro de lo que Rick quería decir hasta que notó que el hombre no
se había suavizado. Su polla aún estaba tan dura como antes. Dorian soltó a Rick y el
hombre se apartó de la cama, tirando sus pantalones todo el camino hacia afuera. Su
camisa fue lo siguiente, cayendo al suelo.

Dorian se empapó del tono oliva de la piel del hombre. Rick era impresionante
cuando estaba desnudo. Incluso había algo de pelo en el pecho en el por el que
Dorian se moría por jugar. El pelo no era suficiente para correr sus manos a través de
él, pero suficiente para mostrar que él era todo un hombre. El puñado de espesor era

158
erótico como el infierno. Dorian estaba anticipando la sensación de la sedosa
21
Nota: en español en el original, a partir de este momento se va a dejar de esta manera.
aspereza contra su propio pecho, pero sabía que el pelo no iba a detenerlo de sentir la
piel de Rick contra la suya. Él podía imaginarse a sí mismo acostado noche tras
noche en la cama, pasando sus manos sobre el pecho de Rick memorizando cada
inclinación y dura línea. Los pectorales del hombre eran musculosamente
pronunciados, los pezones oscuros suplicando a Dorian para morderlos.

Sus dientes dolían ante el pensamiento.

—Nate pensó en todo. —Dijo Rick, alcanzado una de las bolsas de lona y sacando
una botella nueva de lubricante. El corazón de Dorian empezó a acelerarse, viendo
aún el hambre nadando en los ojos de Rick. Aun eran los ojos de lobo, todavía
manteniendo las manchas amarillas mientras el hombre gateaba de vuelta a la cama.

Lanzando la botella a un lado, Rick empezó perezosamente a acariciar el cuerpo de


Dorian. Las manos del hombre se sentían maravillosas en su piel. Eran fuertes,
poderosas, y masajeaban a Dorian hasta que se sentía como mantequilla caliente.
Estaba empezando a ver justo cuan habilidoso era realmente Rick en la cama.

Mientras los dedos del hombre jugaban sobre la piel de Dorian, se encontró a sí
mismo siendo girado lentamente sobre su vientre. Rick era bueno. Dorian ni siquiera
había prestado atención a lo que el hombre estaba haciendo, tan perdido en el toque
de Rick.

—Mmm, tienes un muy lindo trasero. —Dijo Rick, y luego se deslizó entre las
piernas de Rick, lamiendo un largo camino hacia arriba del pliegue entre las nalgas de
Dorian. —Muy lindo en realidad.

Dorian se tendió allí, disfrutando la sensación de Rick tocándolo, lamiéndolo y


mordiendo su piel. Se arqueó con las caricias de Rick, su cuerpo ahogándose en el
deseo mientras Dorian se derretía bajo el hombre. Respiraba con dificultad cuando
Rick pasó sus dientes sobre la sensible piel de Dorian.

—Quiero comerte. —Él deslizó sus manos en el pliegue, sus dedos probando la
entrada trasera de Dorian. —Y luego quiero joderte hasta que me ruegues que pare.

La polla de Dorian pulsó ante la sensual amenaza. Él sabía que Rick iba a ser un
amante intenso. Sólo que no había anticipado cuan intenso. Dorian oyó el golpe de la
tapa, y supo que Rick estaba lubricando sus dedos. Su cuerpo tenso con la
expectación.

—Relájate, gatito. —La voz de Rick era calmante, sus dedos probando. —Prometo
159
no romperte.

Dorian rió nerviosamente. —¿Pero seré capaz de caminar después de esto?

Rick metió un solo dedo en el cuerpo de Dorian y luego cubrió su cuerpo sobre el de
Dorian, cuidando su herida. Podía sentir el pelo en el pecho de Rick mientras se
deslizaba sobre su espalda. Dorian quería girarse y correr sus dedos sobre el puñado,
pero no quería moverse. Los dedos de Rick se sentían demasiado malditamente bien
mientras el dígito probaba su culo. —Si no, yo te llevaré.

Las piernas de Dorian se abrieron a los lados, la parte inferior de su cuerpo tratando
de empalarse él mismo en el dedo de Rick. Tan bien como se sentía, Dorian quería
más. El dolor en su ingle no se satisfacía con un solo dedo. Dorian quería sentir todas
las diez pulgadas dentro de él, separándole y haciéndolo añicos en mil pedazos.

—Cuidado con tu herida, —Dijo Rick mientras deslizaba su lengua sobre la nuca de
Dorian. La gentil caricia causó una oleada de calor expandiéndose dentro de él.
Dorian jadeó, sus manos curvándose en la delgada manta en la que estaba tendido.

—Lo hago, —Dorian tragó duro, tratando de enfocarse, pero lo encontró una tarea
difícil cuando Rick estaba trayéndole demasiado placer. Podía sentir la erección de
Rick deslizándose sobre su pierna, y haciéndolo estremecer. Él quería esa polla
enterrada dentro de él. Se retorció en las garras de un calor erótico que lo estaba
quemando vivo, pero Rick lo mantenía en el lugar, su fuerte mano en la espalda de
Dorian.

Otro dedo se deslizó junto al primero, los dedos de Rick curvándose, encontrando un
lugar en el cuerpo de Dorian haciéndolo gritar cuando lo tocó. Rick gruñó detrás de él,
su mano moviéndose más rápido, sus dedos separándose mientras se metían en él más
duro.

La cabeza de Dorian nadó mientras sus bolas se apretaban cerca de su cuerpo. Rick
agarró su cabello, tirando fuerte mientras un tercer dedo se unía a los otros. —Te lo
dije, Dorian, no tengo gentileza en mí ahora mismo. —Su áspero susurro sonaba
torturado.

Bajando sus caderas, Dorian igualó el empuje de Rick, sintiendo su cuerpo listo para
explotar mientras su orgasmo se acercaba. —Oh, Dios, Rick. Jódeme. —Dorian
gimió, sacudiéndose, desesperado por sentir a Rick tomándolo.

La mano se fue, remplazada segundos después por la cabeza roma de la polla de Rick.
160
Sostuvo su respiración y luego gritó cuando Rick enterró la gruesa, dura como el
acero erección en el cuerpo de Dorian hasta la empuñadura. El hombre no se detuvo
ahí. Rick agarró las caderas de Dorian, poniéndolo sobre sus manos y rodillas, y
luego golpeó en el cuerpo de Dorian como un animal salvaje, gruñendo y rugiendo
mientras tomaba a Dorian.

Dorian sintió el escroto de Rick golpeando contra su culo. Miró sobre su hombro y
vio el rostro de Rick torcido en una mueca de sublime placer, sus ojos cerrados, su
cuerpo arqueado, apretado, tenso.

Rick martilleó su polla más y más duro en Dorian, meciendo la cama con la fuerza de
sus empujes. Él estaba jodiendo a Dorian con pasión, embistiendo su polla duro y
profundo en el culo de Dorian.

Su culo sobresalía desvergonzadamente en el aire, tomando lo que Rick le estaba


dando. Dorian alcanzó y agarró una almohada, curvando sus dedos en la tela,
necesitando desesperadamente sostenerse a algo. Su cuerpo se estaba desmoronando,
sintiendo como si estuviera rompiendo en mil fragmentos mientras Rick colocaba una
mano en el hombro bueno de Dorian, usándolo como palanca para tirar a Dorian
hacia abajo en su eje de acero.

Rick agarró las caderas de Dorian y lo empujó hacia arriba, reuniéndose cada
empujón hacia debajo de Dorian. Gritó mientras Rick golpeaba su glándula con cada
empuje.

Dorian empezó a retorcerse debajo de Rick, luchando por respirar, su cuerpo húmedo
de sudor. Él estaba yendo contra Rick, su cabeza girando contra las sábanas de la
cama, arqueándose desesperadamente, mendigando ahora por su liberación.

—Rick… —La suplica de Dorian fue un duro jadeo, un gemido sin aliento mientras
sus manos cavaban en la cama. Su polla palpitante se balanceaba con gracia, el aire
frio barriendo todo su calor, burlándose de Dorian aun más.

Antes de que Dorian pudiera siquiera alcanzar entre sus piernas para agarrar su propia
polla y aliviar la acumulación cegadora, su polla explotó, semilla disparándose
mientras gritaba el nombre de Rick. Podía sentir a Rick aun golpeando dentro de él
mientras su liberación cubría la ropa de cama debajo de él.

Los bordes de su visión borrosa.

Él no estaba seguro, pero sentía como Rick había acelerado, moviéndose a un ritmo
161
imposible de velocidad, y luego el hombre mordió en el hombro bueno de Dorian,
gruñendo salvajemente mientras Dorian sentía la semilla de Rick pulsando en su culo.

Dorian gritó mientras el dolor de los dientes de Rick rasgaban a través de su hombro.
Era como nada que nunca hubiese experimentado antes pero no tan intenso como ser
disparado. No estaba seguro de si podría tomar otro segundo de la agonía cuando se
transformó en placer. Los ojos de Dorian rodaron hacia atrás, su cabeza golpeando y
él gritó el nombre de Rick mientras se corría duro.

Otra explosión estalló dentro de Dorian, enviándolo una vez más sobre el borde, sólo
que esta vez, cuando su visión se empañó, Dorian quedó inconsciente.

Capítulo 18 162
Rick agarró las bolsas de lona y las cargó en el SUV, dejando una camiseta, jeans,
calcetines y ropa interior en la habitación del motel para Dorian. El hombre
actualmente estaba sumergido en la bañera, maldiciendo el nombre de Rick por lo
bajo.

Él sonrió. Dorian tal vez se quejaba, pero Rick sabía tan bien como el humano que el
sexo la noche anterior estuvo fuera de este mundo.

Rick sólo deseó poder haberse detenido así mismo de morder a Dorian. Era
suficientemente malo que el hombre tuviera un hombro malo. Ahora tenía la mordida
de Rick para sanar. Pero secretamente, él no lo lamentaba. Esa fue la primera vez que
hubo perdido el control tan gravemente.

Y maldita sea si no quería ir allí y hacerlo todo otra vez. Pero a Dorian le dolía como
el infierno, y Rick no pondría a Dorian con más dolor.

Él se tensó cuando descubrió una camioneta negra cruzando la calle en la gasolinera.


Era el mismo tipo de SUV con el que el Escuadrón de la Muerte lo había perseguido
a él y a Dorian.

Rick silenciosamente cerró el maletero, retrocediendo hasta estar en la habitación del


motel. Cerró la puerta. —Dorian, tenemos que irnos.

—Mi culo todavía duele. Además, aún tenemos una hora antes de salir. —Dorian se
quejó desde el baño.

Rick se apresuró al baño, agarrando la toalla del estante sobre el inodoro. —El
Escuadrón de la Muerte está cruzando la calle.

Dorian palideció mientras Rick lo ayudaba a salir de la bañera. Él cuidadosamente


colocó a Dorian en sus pies y le entregó la toalla. —Lamento cortar tu corta remojada,
gatito, pero necesitamos irnos.

Ambos quedaron en silencio cuando hubo un golpe en la puerta. ¿El escuadrón los
había encontrado tan rápidamente? ¿Ellos descubrieron a Rick cargando la camioneta
y vinieron cruzando la calle?

—Alfa Enrique, abra.

163
Rick ladeó la cabeza. La voz no coincidía con la de los militares. Era más viejo, más
frágil. Presionó sus dedos en sus labios, Dorian asintió. Rick agarró las ropas de
Dorian y se las arrojó. El hombre se vistió tan rápido como podía y luego se puso sus
zapatos y los ató justo cuando Rick echó una ojeada fuera de la ventana.

Era el viejo de la parada de descanso.

¿Qué en el infierno estaba pasando?

—Debería apresurarse y dejarme entrar antes de que ellos me vean.

Rick rezó por que estuviera tomando la decisión correcta. No estaba seguro de cómo
lo había encontrado el viejo o si podía confiar en el tipo. Él había pedido prestado el
teléfono del humano, eso era todo.

Él abrió la puerta.

—Ellos están cruzando la calle. Alguien les avisó. Rápido, abra la puerta.

Rick la abrió más amplia. —Si me esta tendiendo una trampa, lo mataré. —Se sintió
como la mierda por amenazar a un hombre mayor, pero en esta guerra, cualquiera
podía ser el enemigo. El hombre entró rápido, Rick cerrando y bloqueando la puerta
tras él.

—Lee esto. —El humano le entregó un periódico. Rick lo desplegó y leyó el


encabezado.

Una Masacre de Proporciones Épicas. Él continuó leyendo, no creyendo lo que sus


ojos estaban viendo. Diez humanos habían sido encontrados muertos, evidencia de
cambiantes involucrados. Las gargantas de más de la mitad de las víctimas fueron
arrancadas, marcas de cuchilladas asemejando a las mordeduras de animales
acribillaban sus cuerpos. El FBI fue llamado a tomar posesión del caso. Doctores
confirmaron que los muertos fueron asesinados por algún tipo de shifter, pero no
estaban seguros de qué raza.

Un destello instantáneo de imágenes de hombres hiena corrió a través de la mente de


Rick. ¿Era eso su parte en esto? ¿Eran ellos los que mataban, haciendo parecer que
los shifter estaban fuera de control?

—Revisa la última página.

Rick volteó a la última página y escaneó a través de los anuncios. Vio uno que
destacaba.
164
—A partir de ahora, revisa el periódico diariamente. Te dejaremos instrucciones de
dónde ir y con quién te contactarás.

Rick miró hacia arriba a la cara marchita en frente de él. —¿Por qué están
ayudándonos?

Los pálidos ojos azules del hombre se suavizaron mientras una frágil mano, decorada
con manchas marrones, se acercó a descansar en el hombro de Rick. —Porque no
todos los humanos están de acuerdo con lo que el gobierno está haciendo. Vemos las
mentiras y engaños que ellos están esparciendo para justificar el asesinato de tu
especie. Sólo porque son diferentes, no significa que sean salvajes.

La opinión de Rick de los humanos empezaba a cambiar como una gran barrera de
hielo mientras miraba en los inteligentes ojos azules.

—Esto es sólo el comienzo. Pronto la caza no estará más tiempo en las sombras. Los
shifter y los vampiros serán asesinados al descubierto. ¿Me han dicho que estás
liderando la rebelión?

<< ¿Rebelión?>> Nunca había pensado en esto como una rebelión. Rick aturdido
asintió.

El hombre sonrió. —Entonces tendrás ayuda. No te dejaremos luchar en esto solo.

—¿Quién es “nosotros”? —Dorian finalmente habló.

El hombre se giró. —Humanos, por supuesto. Pero tambien contamos con shifter en
todo alrededor listos para luchar también. —Se giró de vuelta hacia Rick, la mirada
del hombre endureciéndose. —Pero no todos los humanos son confiables, y no todos
lo cambiantes están dispuestos a luchar. Los vampiros se han declarado a sí mismos
neutrales en este lío.

Rick estaba aturdido. —¿Cómo en el infierno pueden ser neutrales cuando ellos están
en la lista de exterminación también? —Tenían que estar en la lista. Los humanos
temían a los vampiros más de lo que les temían a los shifter.

El hombre viejo se encogió de hombros. —Yo no pretendo entender su postura. Ellos


viven en las sombras, al acecho, no son confiables.

165
Rick estaba totalmente de acuerdo. Después de su charla con Kraven, sabía que el
Maestro no iba a ayudarlos. En todo caso, Kraven era más probable que matara a los
shifter a que estuviera de su lado. El hombre era perversamente malvado, y no trataba
de esconderlo. Rick no estaba seguro de por qué había ido con Kraven por ayuda,
pero estaba feliz de haberlo hecho. Habían sacado a Ian de ahí.

—Sea cuidadoso con a quién dejas entrar en tu vida. —El hombre viejo advirtió. —
No todos son lo que aparentan ser.

<< Acertijos, genial. >>

Rick miró hacia abajo al anuncio.

Se busca. Personal de mantenimiento para arreglar las tuberías rotas en el techo.

Llamar al 555-7912

Era un anuncio extraño del culo.

—Cada ciudad a la que te aventures tendrá el mismo anuncio pero un número de


contacto diferente. Pensamos que deberías estar a salvo. Hay anuncios extraños en el
periódico, así que el nuestro no debe llamar demasiado la atención. Usa la palabra
código “Bert”, y la persona en el otro extremo deberá responder “Ernie”. Si lo hace,
entonces estarás seguro para hablar.

Rick se rió entre dientes. —¿Barrio Sésamo?

El hombre se encogió de hombros, pero se rió entre dientes al mismo tiempo. —


Pensamos esto juntos en el último minuto.

—Muy apreciado. —Rick dijo. —Pero pienso que necesitamos salir de aquí antes de
que el Escuadrón de la Muerte nos encuentre.

El viejo se tensó, sus espesas cejas arqueadas. —¿Escuadrón de la Muerte? ¿Es así
como el gobierno los está llamando?

Rick asintió.

—Se muy cuidadoso, Enrique.

Rick asintió y se dirigió hacia la puerta, Dorian siguiéndolo cerca detrás de él.
Chequeó afuera, y luego se apresuraron a la camioneta. El SUV negro aun estaba al
166
otro lado de la calle, y preocupó a Rick no ver a nadie en la camioneta.

Él encendió el motor. <<A la mierda el dejar la habitación y devolver la llave.>> La


tarjeta de acceso estaba en la mesa. << Deja que el servicio de limpieza lo
encuentre. >> No había tiempo para dejar la habitación correctamente. Tiró el
teléfono desechable de la consola central y marcó el número en el anuncio.

—Granja de jalea de Gregg.

—Bert. —Dijo Rick.

Hubo un momento de completo silencio y luego la mujer respondió. —Ernie.

Rick no estaba seguro si estaba aliviado o no. Al menos esta cosa del anuncio estaba
trabajando hasta ahora. —No estoy seguro de qué hacer ahora. —Rick confesó.

—¿Tienes GPS?

—Sí.

—Entonces pon esta dirección. —La mujer recitó una dirección mientras Rick la
ponía en el sistema de navegación.

—Habrá comida fresca y camas limpias para que usted y su compañero disfruten.
Una vez descansados, habrán unas pocas personas para presentarse para hablar los
asuntos con usted. —La mujer colgó antes de que Rick pudiera agradecerle. Le dijo a
Dorian lo que “Ernie” le había dicho.

—Así que, ¿realmente estamos dirigiendo una rebelión? —Dorian preguntó. —De
alguna manera las películas lo hacen parecer más glamuroso que huir de un lugar al
siguiente.

Rick estuvo de acuerdo. —Pero estaremos contactándonos con partidarios a lo largo


del camino. Lo que quiero hacer es encontrar a alguien quien pueda infiltrarse en el
funcionamiento interno del gobierno y descubrir quién está detrás de todo esto.

—El presidente, —declaró Dorian calmadamente. —Siempre es el presidente.


Tenemos que encontrar una manera de demostrar que todo esto es una trampa. El
público tiene que saber que ellos están siendo alimentados con mierda.

Eso le dio a Rick una idea. —Necesitamos una manera de llegar a la televisión.
Quiero encontrar a alguien quien sepa como atascar la frecuencia así no sólo la 167
conexión no podrá ser parada, sino que ocultará nuestra ubicación.

—¿Conoces a alguien? —Dorian preguntó.

Rick suspiró con frustración. —No.

—Entonces digo que usemos esta nueva fuente de información para encontrar a
alguien. Si esos simpatizantes son reales, entonces tal vez podamos encontrar lo que
estamos buscando.

Rick se acercó y tomó la mano de Dorian, entrelazando juntos sus dedos y dándole un
ligero apretón. —Gracias por quedarte.

Un intenso rubor cubrió el rostro de Dorian. —Necesitas toda la ayuda que puedas
conseguir.

¿No era adorable el hombre cuando era tímido?

Rick tuvo segundos para tirar a Dorian hacia él cuando la ventana del pasajero
explotó. Tiró de la camioneta hacía la carretera y luego presionó su pie todo el
camino hasta pisar fondo. La camioneta hizo un fuerte ruido chirriante y luego se
tambaleó hacia adelante.

Antes de que Rick pudiera salir del estacionamiento del motel, un hombre saltó en el
SUV, tratando de arrastrarse por la ventana de Dorian. Rick sacudió el volante, pero
el chico no cayó lejos como había esperado. Él estaba arañando a Dorian, y entonces
llevó un brazo alrededor del cuello de Dorian, sosteniéndolo en una full Nelson 22
mientras trataba de exprimir la vida fuera de él.

Rick golpeó los frenos, pero el hombre aguantó, Dorian casi saliendo por la ventana.
Vio a Dorian alcanzando la guantera. Rick condujo imprudentemente hacia abajo por
la carretera mientras se agachaba y abría la guantera.

Dorian agarró la pistola de la mano de Rick, empujó en la cara del hombre, y disparó.
El agarre del chico se aflojó, y luego se deslizó lejos.

El corazón de Rick dolía por latir tan rápido. —¿Estás bien? —Gritó mientras se
inclinaba alrededor de una esquina, manteniendo su mano en el volante y su pie en el

22
Nota: Esta técnica consiste en que el ejecutor del candado se coloca detrás del rival y pasa sus brazos por debajo de los
brazos del rival, juntando las manos en el cuello, produciendo dolor en las articulaciones. Es muy utilizado en la
lucha libre profesional por su eficacia y por la dificultad de escape
168
acelerador. Debería haber dejado el motel primero antes de hacer la llamada. Su
decisión estuvo malditamente cerca de matar a Dorian.

—Estoy bien. —Dorian dijo mientras tiraba la pistola al piso y agarraba su hombro.
—Pero pienso que él arrancó los puntos.

Rick dejó escapar un largo suspiro, fijando su mandíbula, y condujo hacia el lugar
que suponía estaban yendo, siguiendo el GPS integrado en el salpicadero.

—¡Joder! —Dorian gritó mientras se inclinaba hacia adelante. —Jodida mierda. ¡Mi
hombro!

Rick estaba tentado a parar, pero no podía arriesgarse a detenerse.

—Toma una pastilla para el dolor. —Dijo Rick mientras daba vuelta el volante bajó
por otra carretera. —Te mantendré a salvo, lo prometo.

Dorian se dejó caer en su asiento, sus ojos cerrados. —No quiero volverme una carga.
Una vez lleguemos ahí y me digas que todo va bien, tomaré una.

<< Jodida columna de acero. >>

Y no había pasado inadvertido que Dorian sólo le dijo que confiaba en Rick con su
propia vida.

—Tenemos diez minutos más. —Rick redujo la velocidad. Él quería alejarse, pero no
quería atraer atención no deseada. Sus ojos volaron al espejo retrovisor cuando vio
una camioneta acercándose a ellos. Era la misma camioneta que el Escuadrón de la
Muerte estaba conduciendo.

Lo siguió por alrededor de una milla, continuamente en su trasero. No estaba seguro


de quien era, pero ellos no estaban siendo agresivos. Era casi como si ellos estuvieran
dándole un paso seguro.

—¿Quiénes son ellos? —Dorian preguntó mientras miraba en el espejo lateral.

—No estoy seguro. —Observó sobre Dorian hasta ver sus manos temblando. El
hombre estaba en shock por haber disparado a ese chico. Rick conocía las señales.
Dorian tal vez había disparado a ese vampiro atrás en el club, pero Calico no había
muerto.

La inocencia de Dorian se había ido. Había matado a un ser humano. Rick lamentó la 169
pérdida del hombre, pero sabía que no sería la última vez que Dorian tendría que
defenderse a sí mismo. Más que nunca, Rick necesitaba mostrarle a Dorian como
manejar un arma.

Le disparó al chico, pero eso fue a quemarropa. Necesitaba aprender a distancia.

La camioneta se disparó delante de ellos, a la cabeza ahora. Bajó a la misma carretera


que Rick necesitaba tomar. Esta tenía que ser ayuda. Ellos no deberían saber el
camino si no lo fueran.

Rick finalmente giró en la carretera, un hombre de pie junto a la camioneta que lo


había seguido, agitando la mano hacia Rick hacia un gran granero. Él tiró al interior.
Las puertas inmediatamente se cerraron tras ellos.

—Estoy asustado. —Dorian susurró en el oscuro interior del granero.

Rick lo acercó, ahuecando el lado de su cara. —Lo estoy, también, gatito. Pero te
prometo que te protegeré con mi vida. —Rick selló la promesa con un beso. —
Hemos llegado demasiado lejos para que esto termine tan pronto.

Dorian agarró a Rick alrededor del cuello, sosteniendo con fuerza. —En esto juntos.

—Hasta el final. —Rick susurró su respuesta.

Capítulo 19
—Mi nombre es Ross. —El hombre estrechó la mano de de Rick y luego la de Dorian.
— Ahora entren. 170
Dorian siguió detrás de Rick, entrando en una gran cocina abierta. El lugar era
agradable, para una casa de seguridad. —¿Quién vive aquí?

Ross cerró la puerta trasera y la bloqueó. —Mi prima Emma. Ella y su esposo están
fuera de vacaciones. Si ustedes hombres quieren refrescarse, buscaré algo para comer.

— ¿Viste al Escuadrón de la Muerte siguiéndonos? —Rick preguntó.

Ross asintió. —Y Roscoe se hizo cargo de ellos. Él y Lane crearon una distracción
mientras ustedes se alejaban.

—Gracias. —Dorian dijo mientras Rick agarraba su mano y lo conducía arriba por
las escaleras. Ellos entraron en una de las habitaciones, viendo una cama simple y
una cómoda. Esta tenía que ser una habitación de invitados. Rick soltó las dos bolsas
de lona en la cama.

—Déjame ver tu hombro.

Dorian obedientemente se sentó. Su hombro lo estaba matando, pero quería saber si


las puntadas necesitaban remplazarse. Él seguro como la mierda esperaba que no.
Rick tiró la camisa de Dorian sobre su cabeza y luego trabajó para sacar el
esparadrapo.

Dorian podía decir que el hombre estaba tratando de ser gentil. Él rodó los ojos, la
alcanzó, y dio un tirón.

Un extraño ruido cayó de su boca y sus ojos se aguaron. —No debería haber hecho
eso. —Las palabras eran tensas mientras Dorian luchaba contra la urgencia de gritar.

Rick torció sus labios, dándole a Dorian una mirada furiosa. —¿Por qué piensas que
estaba tratando de ir lento? Usé un montón de cinta.

Dorian jadeó, tratando de superar el dolor de agujas-afiladas disparando a través de


su hombro. Lagrimas se deslizaban actualmente bajo sus ojos mientras aspiraba en un
profundo aliento y lo dejó salir lentamente.

—¿Mejor? —Rick preguntó, observando a Dorian cuidadosamente.

—No. —La palabra salió en un chirrido. Tal vez si él se sentaba muy quieto el dolor
se aliviaría.

—Déjame ver. —Cuando Rick tocó su hombro, Dorian dejó salir un agudo, casi 171
gorgoteante sonido.

La mano de Rick voló. —Okay, no estoy tocándote. —Dijo rápidamente. —sólo


respira a través de esto, agradable y lento.

Dorian dio un rápido asentimiento e hizo una mueca ante el dolor agudo.

—Sólo quédate quieto. No te muevas.

Dorian dejó salir rápidas ráfagas de aire, aspirándolas de vuelta con la misma rapidez.
Se estaba mareando, pero el dolor estaba aliviándose lentamente.

—No estoy seguro si estás aguantando el dolor o dando a luz. —Dijo Rick. Agarró la
pequeña bolsa con suplementos médicos, pescando a través de ella, y saliendo con las
pastillas para el dolor. —Toma una.

Dorian abrió su boca, tratando lo mejor posible de no moverse. Rick se apresuró en el


baño, y volvió con un vaso de agua, inclinándolo lentamente en los labios de Dorian.

—La próxima vez lo haremos a mi manera.

Él le dio un pequeño gruñido, pero no se movió. Dorian estaba aterrorizado de que si


se movía, el dolor que le estaba retrocediendo se intensificaría.

—Una vez estés noqueado, te limpiaré.

El pulgar de Dorian se movió hacia arriba, pero él aun no se movió. Tal vez si no
estaba tan tenso, el dolor desaparecería mucho más rápido, pero los músculos de
Dorian estaban bloqueados en el lugar.

—Tranquilo, cariño. —Rick corrió el dorso de sus nudillos hacia abajo por la mejilla
de Dorian. —Trata y relájate. Sé que es duro porque tú estúpidamente rasgaste el
vendaje fuera, pero el viejo Rick se asegurará de que estés bien cuidado.

Dorian dejó que sus cejas cayeran mientras fulminaba al hombre. Rick estaba
teniendo un poco de demasiada diversión con esto. Le sirvió exactamente por hacer
algo así de descuidado, pero iba a hacer pagar al hombre de vuelta. —Cállate. —Dijo
entre dientes apretados.

—Hablando de la basura que no puedes hacer. —Él molestó. —A propósito, no


superarás la vergüenza si haces algo estúpido a mí alrededor.
172
Dorian gimió. El hombre no iba a hacer esto fácil.

—Pero te dejaré solo mientras estas con mucho dolor.

Sus ojos empezaron a desplomarse, su cabeza empañándose.

—Eso es, gatito. Ve a dormir.

Dorian podía sentir a Rick bajándolo a la cama. Sus ojos se cerraron y su corazón no
estaba en una gran carrera fuera de control. Las cosas comenzaron a aturdirse en su
mente, pero oyó las palabras de Rick antes de desmayarse completamente.

—Te protegeré con mi vida, pareja.

Una vez Rick hubo limpiado y arropado a Dorian, él bajó las escaleras. Encontró a
Ross frente al horno. —Algo huele bien.

—No es nada. —Ross respondió. —Sólo unas salchichas y patatas fritas. Ustedes
muchachos parecen bastante hambrientos.

—Muchacho. —Rick corrigió. —Dorian está dormido.

Rick estaba sorprendido cuando Ross se volvió de una brillante sombra de rojo. ¿Qué
demonios tenía al hombre tan avergonzado?

—No es de mi incumbencia lo que ustedes dos hagas allá arriba. Sólo quiero que
comas antes de que los otros lleguen.

Rick rió. Podía ver dónde estaba la mente de Ross. —Él tomó pastillas para el dolor
para su hombro, nada más. —No estaba seguro de por qué se lo estaba explicando a
él mismo, pero quería tranquilizar a Ross. El hombre los había ayudado a salir, y
mientras verlo volverse de siete sombras de rojo era entretenido. Rick se sintió mal
por el hombre.

—No tienes que explicarme nada. Como dije, no es de mi incumbencia. —Ross puso
todo en un plato y luego cogió unas papas de otro plato, dándoselas a Rick.

Rick se sentó en la mesa. No se había dado cuenta de lo hambriento que estaba hasta 173
que empezó a comer y después metiéndose la comida de su boca.

—Reduce la velocidad antes de que te ahogues.

Rick redujo la velocidad, pero no por mucho. Ross era un infierno de cocinero. Notó
que el humano estaba mirándolo demasiado interesado. —¿Qué?

—Estoy tratando de imaginar cómo un hombre que luce tan malditamente normal
puede cambiar en un animal.

Las campanas en la cabeza de Rick estallaron. Colocó su tenedor abajo y retrocedió


su silla. —Sólo déjame sacar a Dorian a salvo de aquí, Ross. Tú no quieres hacerle
daño. Él es inocente en todo esto.

Ross se quedó perplejo, desconcertando a Rick. Y entonces sus ojos se abrieron. —


No, me entendiste todo mal. No estoy intentando herirlos muchachos. Sólo era
curioso.

Rick aun no se relajó. Él no conocía de nada a Ross de Adam. El hombre parecía


suficientemente amigable, pero la advertencia del hombre viejo jugó en su cabeza.
<< No todos son los que aparentar ser. >>

—Lo juro. No estoy dispuesto a dañar a ninguno de ustedes. Estoy ayudando


voluntariamente.

Tal vez Ross era voluntario así podía llegar más cerca de los monstruos. Rick no
estaba seguro de qué pensar. Había sido un estúpido al dejar su guardia baja. Dorian
estaba todo el camino arriba de las escaleras, noqueado, y ellos sólo podrían estar en
peligro.

<< Mierda. >>

—Lo juro por la vida de mi madre que no soy malo ni les haré ningún daño.

—No te conozco, Ross. Tengo a un hombre en el piso superior por quién moriría para
protegerlo. Si descubro que estás mintiendo, lentamente pelaré la piel de tus huesos.

Ross tragó duro. Tal vez la amenaza violenta no era la mejor cosa por hacer, pero
Rick quiso decir lo que dijo.

—Entiendo. Ahora come. No me gusta que mi comida se vaya a la basura.

Rick agarró el tenedor, pero mantuvo un ojo en Ross mientras terminaba su comida.
174
Ya no estaba realmente hambriento, pero terminó su plato.

—Lucy, Roscoe, y Lane estarán aquí pronto.

—¿Qué es esta reunión? —Rick preguntó. Había oído a la mujer en el teléfono, pero
ella había colgado antes de que Rick pudiera preguntar.

—Queremos saber sus planes. No podemos ayudar si no sabemos lo que necesitan de


nosotros.

—Ni siquiera he pensado en eso todavía. Esto acaba de pasar, y estado demasiado
ocupado tratando de no morir que no me he tomado el tiempo para saber el siguiente
paso… Espera, no conoces a alguien que sea tecnológicamente inteligente.

Ross se rascó la barba. —¿Cómo es eso?

—Alguien quien pueda conseguirme tiempo en antena mientras se asegura de que


nadie pueda conocer mi ubicación. —Su corazón cayó cuando Ross sacudió su
cabeza.

—No conozco a nadie así. Pero puedes preguntar a los otros cuando lleguen aquí.

—Gracias. —Dijo Rick, tratando de no sonar decepcionado. Había gente viniendo


aquí para hablar con él, y Rick no tenía idea de qué decirles. Esto era todo nuevo para
él. No sabía nada acerca de estar en una rebelión. ¿Dónde empezaba? ¿Qué hacía?
Todo lo que sabía era que el gobierno estaba tratando de empezar una guerra entre
humanos y no-humanos, usándolo para fijar tres asesinatos, borra eso, cuatro
asesinatos.

Rick no estaba a punto de ser el hombre caído de nadie. Él sabía que había que hacer
al público consciente de lo que los hombres en Washington estaban tratando de hacer,
pero ni siquiera conocía a alguien quien pudiera ayudarlo a salir. Mientras se
consideraba a sí mismo bastante inteligente, el gobierno y la política no eran su fuerte.
Lamentablemente, Rick había pasado a través de los estudios sociales en la escuela
por los pelos.

Y ahora la gente estaba buscando para liderar el camino. Se sentía como un fraude.
Todo lo que quería era mantenerse a él y a Dorian vivos. Él no quería esta
responsabilidad. Era demasiado para sus hombros.

Y él pensaba que mantener a una manada unida era un trabajo duro. Eso era un juego 175
de niños comparado con lo que se le pedía. —¿Por qué a los humanos les importa si
los no-humanos son aniquilados? —Rick preguntó.

—Porque, —Ross respondió. —Empieza con no-humanos, y luego la siguiente cosa


que sabes, el gobierno quiere deshacerse de las personas homosexuales, porque los
fanáticos de la Biblia están en contra de ellos. Entonces va a gotear para decidir lo
que una mujer puede hacer con su cuerpo. Si ellos ganan esta batalla, no habrá nada
que pueda detenerlos. Ya puedo ver la escritura en la pared.

—¿Eres gay, Ross? —Rick preguntó, y luego rápidamente agregó. —Lo siento, eso
no es de mi incumbencia.

—No lo soy, pero para mí, no debería importar a quien amas. Siempre y cuando los
dos sean felices, ¿qué importa?

Okay, a él realmente le estaba empezando a gustar este chico. Rick nunca habría
vinculado a Ross como alguien tan sensato y de mente abierta. Vergonzosamente,
Rick lo había visto como un palurdo rustico y nada más. Él se sentía avergonzado por
la forma en que había juzgado automáticamente a Ross.

—Estoy desorientado, Ross. No tengo alguna idea de qué hacer excepto mantenernos
vivos.

—Bien, es un comienzo. —Ross se rió entre dientes. —Si fuera yo, descubriría quien
mató a esos chicos y a ese detective, soplar fuera la tapa de su cubierta. Si le muestras
a la gente en vez de sólo elevar la mandíbula, ellos serán más propensos a creer en ti.

Ese sonaba como un gran plan, pero Rick tenía que descubrir quien había asesinado a
los cambiantes y al detective primero, e incluso su fuente interna no podía ponerse en
contacto con los archivos.

—Pero en este momento, Shelton es un punto caliente para políticos y policías.


Necesitas mantenerte lejos hasta que su lugar de enfoque sea algo más. Conseguir
que los encierren no va a ayudar a nadie.

—¿Así que a dónde iremos desde aquí? —De nuevo, Rick se sentía desorientado.
Esta mierda de estremecer al mundo era un trabajo duro.

—Bien, el próximo lugar al que puedes ir es a Kansas. Hay una gran población de
shifter ahí. Si va a ser una guerra, necesitarás tantos luchadores como puedas reunir.
176
—Voy a joder esto. —Dijo Rick, sintiendo el peso del mundo pesadamente sobre sus
hombros.

—Sólo si quieres.

—No quiero.

—Entonces no la jodas. —Ross respondió. —Ve con tus instintos. La naturaleza te


los dio por una razón.

—Lidero una manada de hombres lobo, pero parece que todavía no puedo pensar qué
hacer para salvar a las especies shifter.

Ross rió. —Estás pensando demasiado duro acerca de todo esto. Si los no humanos
pretenden ser salvados, encontrarás una manera.

Rick rezó para que Ross estuviera en lo correcto. No se sentía tan firme acerca de
esto. Él era un Alfa, un hombre dominante, una fuerza a considerar, y aun estaba
desorientado en cómo salvar a todos. —La gente morirá en ambos lados.

Ross asintió sombríamente. —Eso harán.

—No quiero hacer esto, —finalmente admitió en voz alta. —No quiero cientos de
miles dependiendo de mí.

—No me gustaría eso tampoco. Pero si esto es lo que tienes que hacer, entonces no te
detengas quejándote y hazlo.

—Cabrón.

—Sólo honesto. —Ross respondió. —¿Quieres que te mienta?

—Sí.

Ross rió entre dientes. —No, no quieres. Puedo decir que no respetas a la gente que te
miente. No te gusta que se vayan por las ramas.

Así era, pero Rick no se sentía mucho como un líder. Él sabía que no quería que Ross
le mintiera, pero maldición, realmente no quería este viaje de salvar vidas. Era
demasiado para sus hombros. ¿Por qué no podía hacer esto alguien más? ¿Por qué él?

—Siempre y cuando te preocupes, no vas a equivocarte. —Dijo Ross mientras daba


una palmada en la espada de Rick. —Es una gran responsabilidad, pero si no luchas 177
para salvarlos, ¿Quién lo hará? Algo me dice que tú eres el hombre perfecto para el
trabajo.

Él rezaba por fuerza para ver a través de esto.

Rick rezaba para que pudiera mantener tanta gente viva como fuera posible.

También rezaba para que lo que sea que estuviera pasando no condujera a una guerra.

Pero sabía que la guerra estaba viniendo.

Rick deseaba estar tan confiado como Ross lo estaba. En el fondo de su mente, donde
nadie conocía sus pensamientos, Rick incluso deseaba que Dorian no fuera parte de
esto. El hombre merecía una vida feliz, no estando atrapado al lado de Rick, sólo
luchando para mantenerse a salvo.

Pero entonces de nuevo, no había mucho que Rick pudiera hacer viendo como había
perdido el control la noche anterior y se había acoplado a Dorian.

****

—Estoy sumamente decepcionado. —El Capitán O’Hanlon a Freedman mientras


estaban de pie en una habitación en un hotel de mierda que estaba ubicado en medio
de Nebraska. —Enrique Marcelo debería estar muerto ya. Sin embargo todavía sigue
respirando. El presidente no va a esperar por usted a que lo haga. Él va avanzando
con sus planes. Si el Sr. Marcelo arruina esos planes, será tu culo el tendido por este
fracaso, no el mío.

Freedman apretó sus dientes mientras asentía, su temperamento amenazando con


mostrarse él mismo. Realmente quería decirle al hombre que se jodiera, pero como él
quería mantenerse vivo, frenó ese impulso. —Entiendo, Capitán.

Pero él no entendía.

Lo que Freedman no entendía era todo el maldito plan. Exterminar dos especies
recientemente descubiertas porque las personas les temían estaba más allá de su
entendimiento.

Ya había perdido un hombre en esta operación. Watson había sido un buen chico,
incluso un mejor soldado, y tenía una familia. Y ahora estaba siendo enterrado con
todos los honores, O’Hanlon le había dicho a su esposa que Watson murió tratando de
178
detener a un miembro del cartel de la droga.

Estaba empezando a sentirse como un soldado Alemán, y eso no le sentaba bien del
todo. Hasta donde sabía, este Enrique Marcelo no había hecho algo malo. Freedman
había revisado en los antecedentes del hombre, y había encontrado que estaba siendo
acusado de cuatro asesinatos. Parecía terriblemente conveniente que Marcelo
estuviera siendo marcado por el asesinato del detective, considerando que el hombre
estaba huyendo y Watson disparándole a Rick y Dorian, reventando la ventana trasera,
alrededor del tiempo en que el detective fue asesinado.

Toda esta operación apestaba a algo que dejaba un mal sabor en la boca de Freedman.

Desconfiaba en la operación tanto que había llamado a Enrique y le avisó. Estaba


tratando lo mejor posible de no matar al hombre hasta que descubriera qué estaba
pasando realmente, y tratando lo mejor posible de parecer como que estaba haciendo
su trabajo.

Era Watson quien se había vuelto entusiasta y disparó por la ventana del SUV.
Freedman había tratado de detenerlo, pero era demasiado tarde.

Y ahora el hombre estaba muerto.

Freedman dudaba altamente de que Marcelo matara a esos chicos no-humanos. Por el
amor de Dios, uno de ellos era su sobrino.

—Hazte cargo de Enrique Marcelo o estate preparado para enfrentar las


consecuencias, Teniente Comandante.

Freedman saludó al imbécil y luego observó cómo O’Hanlon salía de la habitación.


No estaba seguro de qué iba a hacer, pero su madre no había criado un asesino. Él
había estado en muchas OPS23, había matado en la línea del deber y por su país, pero
nunca a sangre fría.

Y así era como se sentía esto.

Un asesinato a sangre fría.

23
Operaciones, misiones es como se denomina dentro del ejercito o de algunas fuerzas especiales.
179
Capítulo 20
Dorian yacía en el silencio susurrante de la habitación de invitados, preguntándose
cuanto tiempo había estado dormido. Él movió su hombro, haciendo una mueca, pero
encontró el dolor tolerable. Lanzando la colcha hacia atrás, salió de la cama.

Se sentó en el borde por un momento hasta que vio sus zapatos y se deslizó en ellos,
los ató, y luego se dirigió hacia el pasillo. Podía oír voces viniendo del piso de abajo.

Reconoció una de ellas, y se sobresaltó al oírla. No había manera de que Miguel


estuviera aquí. Y Dorian tenía el presentimiento de que si Miguel estaba aquí,
también lo estaba Benito. Eso no era reconfortante en lo más mínimo. Los cambiantes
no parecían poder mantener sus manos fuera de Dorian. El hombre necesitaba la
constante tranquilidad.

Dorian bajó los escalones, determinado a descubrir qué estaba pasando. No había
manera de que Miguel y Benito estuvieran aquí. Era suficientemente difícil para Rick
y Dorian mantenerse vivos. Tomando más se lo dificultaría, especialmente los
jóvenes hombres lobo.

Él se paró cuando vio más gente en la habitación de la que había esperado. Reconoció
a Ross, pero a las otras tres personas no las conocía.

Y entonces allí estaban Miguel y Benito, como Dorian había sospechado. —¿Qué
están haciendo los dos aquí? —Su tono era un poco más duro de lo que él quería que
fuera, pero maldición, Dorian ya estaba sanando de una herida de bala. No podía ni
siquiera imaginar a uno de los dos juveniles siendo disparado. Eso es lo que Rick los
había llamado, ¿Juveniles? Era un poco extraño ya que ellos eran hombres adultos,
pero no era su lugar para señalarlo. Él no era cambiante.

—Cálmate, Dorian. —Dijo Rick. —No es su culpa así que no les arranques la cabeza
con los dientes.

Dorian trató de calmarse. Trató de encontrar su centro. Pero todo lo que podía ver era
a Miguel y a Benito muertos después de ser disparados por el Escuadrón de la Muerte.
Él no quería su sangre en sus manos. Ellos eran demasiado jóvenes y demasiado
inocentes para ser arrastrados en esto. A Dorian les gustaban ambos… incluso si
Benito era un poco demasiado sobón. No sería capaz de manejarlo si algo les pasara a 180
cualquiera de los dos hombres. —Necesitan ir a casa. No pueden estar aquí. ¿Cómo
se supone que los protejamos cuando tenemos un tiempo suficientemente duro
protegiéndonos nosotros mismos?

—¡Puedo protegerme yo mismo! —Miguel se defendió indignado. Era la primera vez


que Dorian había oído a Miguel hablar de esa manera. Fue atrapado con la guardia
baja. —Benito puede protegerse muy bien él solo. No necesitamos que nos protejas.
Infiernos, somos los únicos quienes vamos a estar protegiéndote.

Dorian dudaba mucho eso. Ambos eran pequeños, delgados, y aun lucían como si
estuvieran tratando de crecer en sus cuerpos. Mierda, ellos eran sólo niños. Su edad
podría proclamarles como adultos, pero Dorian conocía su forma de pensar. Ellos no
eran lo suficientemente fuertes para manejar una batalla.

—Tenéis que ir a casa. —Dijo más calmadamente, pero con una voz que desafiaba
algún argumento. ¿Por qué no podían entender que Dorian estaba protestando porque
no quería ver a cualquiera de los dos hombres heridos?

—Ellos no pueden ir a casa. —Rick intervino, sólo cabreando a Dorian.

—¿Por qué no? Envíalos a casa en un bus. Como sea que llegaron aquí, pueden dar la
vuelta y regresar.

Miguel lo miró. Benito sólo miró al suelo. Niños. Eso era todo lo que eran.

Rick se paró, sus ojos se oscurecieron al hermoso gris con manchas amarillas. Su
lobo estaba cerca. Dorian podía decirlo. << Mierda. >>

—Están aquí porque los padres de Miguel fueron asesinados consiguiendo que tus
padres estuvieran a salvo. Están aquí porque mientras Olivia y Graham han asumido
el deber de cuidar no sólo de Ian, sino de tus padres, ellos no pueden tomar a Miguel
y a Benito. No es seguro tener a mucha gente en la casa. Están aquí porque Nate me
llamó mientras estabas dormido y me preguntó si podían quedarse con nosotros y yo
dije que sí. Se dirigieron directamente a través de la noche para llegar aquí. No voy a
enviarlos de regreso.

Dorian se sentía como el mayor canalla del mundo. Miró hacia la ventana y vio que
estaba oscuro afuera. —¿Cuánto tiempo estuve desmayado?

—Casi veinticuatro horas. —Rick respondió, pero Dorian podía oír el enojo en la
181
inflexión del hombre. Rick estaba molesto. Y con razón.

—Lo siento tanto, Miguel. —Dorian no sabía qué más decir. El hombre había perdido
mucho en una noche, y Dorian lo había estropeado más. —Sólo estoy preocupado de
que sean asesinados, ambos.

El escozor aún estaba en la voz de Miguel cuando él habló. —Soy muy capaz de
cuidarme de mi mismo. —Le recordó a Dorian una vez más. —Gracias por tu
preocupación, pero no es necesario.

<< Maldición, hablando de un golpe en la cara. >>

—Bien, tan interesante como es esto, - La única mujer en la habitación dijo. —Pienso
que me dirigiré a mi casa. Volveré mañana en la mañana para verlos muchacho.

—Gracias, Lucy. —Dijo Rick mientras la acompañaba a la puerta. —Gracias por


todo.

¿De qué se había perdido? Dorian cruzó la habitación y abrazó a Miguel. El hombre
estaba rígido en sus brazos. —Lo lamento malditamente tanto. —No estaba seguro de
qué más agregar. ¿Cómo confortaba a un hombre que había perdido a su familia?
Dorian quería cazar a quien sea que hubiera matado a los padres de Miguel y
torturarlos hasta que murieran en una larga y dolorosa muerte. Eso no era correcto.
Miguel era un hombre muy dulce. No merecía perder a su madre y a su padre tan
brutalmente.

Miguel finalmente se relajó. —Gracias.

La siguiente cosa que supo Dorian, era que Benito estaba tras él, abrazándolo. Él no
protesto, esta vez. Ambos necesitaban tranquilidad y confort, y Dorian se los daría a
ellos. No era del tipo sobón, pero por ahora, él lo sería. Sería lo que sea que Benito y
Miguel necesitaban que fuera en este momento.

—Benito —Rick advirtió. Dorian miró hacia atrás para ver al primo olfateando a
Dorian, sus ojos cambiando a lobo.

—Está herido.

—Voy a golpear tus frenos si lo tocas. —Rick gruñó las palabras.

Benito retrocedió, sus ojos aun como lobo. Dorian se volvió para ver a Miguel aun en
frente de él, pero sus ojos no habían cambiado. Tal vez el chico tenía mucho más
182
control del que Dorian le había dado crédito.

—Oh, yo quiero. —Dijo Miguel mientras sus parpados se deslizaron hacia abajo en
una mirada que era puro depredador. —Pero no soy tan tonto como para ir tras la
pareja del Alfa.

Dorian se dio la vuelta, mirando a Rick. —¡Te acoplaste a mí! —Había pensado que
las palabras de despedida de Rick habían sido un sueño después de tomar la pastilla
para el dolor, pero por la apretada expresión, sabía que era verdad.

—Perdí el control. —Rick confesó.

—¿Y eso lo excusa? —Dorian gruñó.

—Me tengo que ir. —Ross dijo mientras saltaba a sus pies. —Vamos, Roscoe, Lane.
Este es un asunto privado. —Los tres hombres se fueron, dejando a Dorian en un
cuarto lleno de cambiantes.

—¿Voy a volverme peludo ahora? —Preguntó, ni siquiera se molestó en mantener la


ira alcanzando un tono bajo. Él tenía todo el derecho de estar enojado. Rick
básicamente los había casado y Dorian no tuvo palabra en eso. Quería golpear al tipo.

—No. —Rick respondió como si se ofendiera. —Ese es un acto totalmente diferente,


uno que no realicé en ti.

Dorian se alejó, porque si no lo hacía, iba a atacar al imbécil. De pie en la cocina,


Dorian buscó comida. No estaba realmente hambriento, pero sabía que no podía
mantenerse tomando antibióticos con el estomago vacío. Siempre tenía nauseas
cuando lo hacía. Además, necesitaba el tiempo a solas para calmarse antes de decir
algo que lamentaría después.

—¿Es tan malo estar emparejado a él? —Miguel preguntó mientras entraba en la
cocina.

Honestamente, no lo era. —Me gusta tener elección, Miguel. Quiero elegir con quien
estoy atado por el resto de mi vida. Rick no me dio esa opción.

—Pero no has respondido a mi pregunta.

El pequeño mocoso era persistente. —¿Qué si dijera que tienes que aparearte con
Nate?
183
Miguel se encogió de hombros. —No es una mala opción. Nate es fuerte.

—Sabes a lo que me refiero.

Miguel sacudió su cabeza. —No, no lo hago. Soy cambiante. Es un honor aparearme


con alguien fuerte, alguien feroz. Cualquier hombre lobo que conozco estaría feliz de
tomar tu lugar. —Las palabras eran amargas, como si Dorian estuviera abofeteando a
Miguel en la cara por burlarse de su decisión al nominar a Dorian.

—En mi mundo, eso se llama matrimonio forzado. —Él no iba a ceder. Miguel tal
vez pensara que era un honor, pero Dorian no era cambiante.

—Bien, pero la decisión ya está hecha. Todo lo que puedes hacer ahora es aceptarla.
—Miguel se giró para irse, pero miró hacia atrás. —Pensé que eras digno de estar
emparejado a mi Alfa. Ya no estoy tan seguro.

Dorian arrojó el tarro de mantequilla de maní a la puerta de la cocina. —¡Jodete,


Miguel! No tienes idea de lo que he pasado o a lo que he renunciado para luchar
junto a él.

—¡Entonces comienza actuando como la pareja del Alfa! —Miguel gruñó. —Deja de
actuar como una maldita victima en todo esto y abraza tu destino. Si no estabas
destinado a ser su pareja, si no estabas destinado a luchar a su lado, entonces el
destino no te habría elegido. ¡Chúpala, Imbécil! —Colocó el tarro de mantequilla de
maní en la mesa y salio de la cocina.

Esta no estaba resultando ser su noche. Prefería recibir un disparo de nuevo que estar
de acuerdo con esta mierda ahora mismo. ¿Cómo estaba mal? ¿Cómo demonios
estaba actuando como una víctima? Esta no era su guerra, aun así estaba aquí. Él no
era un maldito cambiante. Él no era… Dorian se apoyó en el mostrador.

Él no estaba plenamente en esto. Aun estaba pensado en cosas como nosotros y ellos.
<< Joder. Miguel tal vez estaba en lo correcto en ese punto. >> Pero Rick aún los
había atado juntos sin el conocimiento de Dorian. Se le permitía estar enojado por eso.

—¿Puedo entrar, o vas a lanzarme algo a mí? —Rick preguntó desde las afueras de la
puerta de la cocina.

—Todavía estoy enojado contigo. Entra bajo tu propio riesgo.

Dorian agarró la mantequilla de maní de la mesa y luego regresó al mostrador, 184


ignorando a Rick mientras se deslizaba en la cocina. Por primera vez, el hombre lucía
un puchero. Se veía raro en un rostro tan atractivo, pero Dorian no iba a dejarse llevar.
Rick debería haber preguntado antes de reclamar a Dorian. Era así de simple.

—¿Puedo explicarlo?

—Podrías tratar. —Dorian agarró dos rebanadas de pan y las puso en una toalla de
papel. Sus movimientos eran tirantes, su enojo se estaba cociendo a fuego lento
mientras abría el tarro de mermelada. Metió sus dedos en él y luego dejó escapar un
suspiro.

Rick se apoyó contra la pared, sus brazos cruzados sobre sus anchos hombros. —
Perdí el control la otra noche. Por primera vez en mi vida, no estaba pensando, sólo
actuando con instinto natural. No es una excusa, sólo una explicación de lo que pasó.

Dorian esparció la mermelada en el pan, dándose tiempo de componer su enojo. No


estaba funcionando. Por Dios, sólo lo estaba haciéndolo enojar más. —¿Así que eso
hace que esté bien atarnos juntos para toda la eternidad?

—¿Qué quieres que diga? Lo hice. No es como si lo hubiera hecho a propósito.

Necesitaba calmarse y pensar sobre las cosas sin sus emociones interponiéndose en el
camino. Pero era difícil. Él lo acababa de descubrir. No había sido suficiente tiempo
para Dorian para absorber lo que había hecho. —Ser tu amante es una cosa. Estar
casados significa algo completamente diferente para mí. El matrimonio es un
compromiso entre dos personas que se aman entre ellas, quienes están listas para
comprometer sus vidas una a la otra. ¿Me amas, Rick? ¿Estás listo para comprometer
tu vida a mí? Porque yo no estoy seguro de poder responder que sí a ambas
preguntas.— Finalizó Dorian acaloradamente.

—Estás hablando del apareamiento en términos humanos, Dorian. Yo no soy humano.

—¡Bueno, yo lo soy!

—Estar emparejado para un cambiante significa un compromiso más profundo de lo


que tu cerebro humano puede comprender.

—Ahora estás insultándome.

185
—No, estoy diciendo la verdad. —Rick gruñó las palabras mientras se empujaba de
la pared en la que había estado apoyado. —Sé lo que he hecho. Incluso aunque no fue
intencional, estoy dispuesto a hacer que esto funcione. Estoy dispuesto a
comprometerme contigo, y estoy dispuesto a enamorarme de ti.

—¡Tú jodido imbécil! —Dorian arrojó la cuchara de la mermelada a Rick, el hombre


la esquivó. —No se supone que estés dispuesto a enamorarte de la persona con la que
estás casado. Ya deberías estarlo.

Rick caminó por la habitación, apoyándose tan cerca que apenas había espacio entre
ellos. Las manchas amarillas estaban de vuelta, pero a Dorian no le importó. Él había
estado enamorado de Rick, pero oír que el hombre iba a desarrollar amor por él dolió
como una perra. El no tener ese sentimiento de vuelta fue un insulto a su ego.

—Eres un humano. Yo soy cambiante. Si no encontramos un punto en común entre


nosotros, esto acabará incluso antes de empezar.

—Entonces esto acabó. —Dorian masculló mientras salía de la cocina, sintiéndose


tan malditamente enojado, tan malditamente herido, que quería gritar. Miguel y
Benito estaban sentados en la sala de estar, viéndose devastados. A Dorian no le
importaba. No le importaba nada de esto. Golpeó su mano en la puerta y salió al
porche, luchando contra sus lágrimas. Estaba tan enojado.

Oyó la puerta chirriar. Dorian pensó que era Rick viniendo tras de él, pero era Benito.

—No puedes decir eso, Dorian. Una vez acoplado, no puede ser deshecho. —Dijo el
pequeño hombre, como si esto estuviera afectándolo más que a Dorian. Él dolor
podía ser oído en la suavidad de su voz, y por alguna extraña razón, Dorian quería
darse la vuelta y darle al hombre tranquilidad, pero sus sentimientos estaban
demasiado crudos por el momento. No podía darle lo que no tenía él mismo.

Dorian miraba hacia afuera en el frente del patio. —Entonces supongo que estamos
casados pero separados. Las parejas lo hacen todo el tiempo.

—Realmente no entiendes lo que significa estar emparejado, ¿lo haces, hermano24?


— Benito preguntó. —Ya hay una conexión entre ustedes. Sólo se ira haciendo más
fuerte. Decir que al Alfa no le importa no es cierto. Decir que no está comprometido
seria una mentira. No hay nada que no hará para protegerte y amarte. Tal vez no te
ama ahora, pero para lo cambiantes, cuando el amor sucede, es fuerte, poderoso, y
como nada que pudieras incluso imaginar.

24
Nota: en español en el original
186
Los ojos de Dorian se cerraron. Tener un amor tan poderoso, tan profundo sería un
sueño hecho realidad. —Pero soy el primer humano acoplado a un Alfa. ¿Qué si esas
reglas no se aplican a mi?

—Lo hacen.

Dorian curvó sus dedos cuando oyó la respuesta de Rick en lugar de Benito. No
estaba listo para enfrentar al hombre. Sus sentimientos estaban demasiado a flor de
piel, demasiado frescos.

—Ya me preocupo profundamente por ti, Dorian. Ya he comprometido mi vida a ti.


Tal vez no quería una pareja, pero si me hubiera emparejado accidentalmente a
alguien, tú eras la opción perfecta.

Dorian no estaba seguro si Rick estaba tratando de terminar la pelea o de insultarlo.

—Te dije hace una semana que no estaba buscando estar emparejado. —Eso era
verdad. Él no quería ser forzado a acoplarse a Rick. Pero ahora que estaba
emparejado, estaba aterrorizado de que significara más para él que para el Alfa
dominante, testarudo, terco, déjame-hacerlo-a-mi-manera.

Su respiración era difícil cuando Rick deslizó sus brazos alrededor de los hombros de
Dorian, tirando su espalda a la sólida pared del pecho de Rick. —¿Sería tan malo
tener esto cada día? Nuestra conexión sólo se hará más fuerte. Llegará un momento
en que anhelarás esta cercanía.

Dorian ya lo hacía.

—No estoy tan mal, ¿verdad? —Rick preguntó en una seductora voz burlona. —El
sexo es increíble, y me gusta lo que sé de ti hasta ahora.

—De eso se trata, Rick. No sé nada sobre ti.

Rick se giró para apoyarse en la barandilla del porche, tirando a Dorian en el vértice
de sus piernas, dejando a Dorian de cara a Rick. Sus brazos se deslizaron alrededor de
la cintura su expresión se volvió reflexiva. —Crecí con un hermano y una hermana.
Mis padres eran buenas personas, y mi infancia fue genial… Soy bisexual, odio los
tomates y las cebollas crudas, y amo observar las puestas de sol.

187
¿El masculino Alfa amaba las puestas de sol? Tenía que estar tirando la cadena de
Dorian. Aunque esperaba que Rick no lo estuviera haciendo. Saber que el hombre
tenía un lado suave lo hacía más real para Dorian, más tangible. Él ya había sido
testigo del lado cuidador de Rick, pero ¿Quién no actuaría de esa manera cuando
alguien tomaba una bala por su causa?

Dorian miró hacia arriba cuando oyó el sonido de un trueno. El cielo estaba oscuro,
pero era sólo porque era de noche. Pero la luna estaba fuera, y mostrándose a Dorian
espesa, enojadas nubes estaban llegando hacía ellos.

—¿Puede realmente funcionar esto entre nosotros? —él preguntó. —¿Es realmente
tan diferente de un matrimonio humano?

Rick se encogió de hombros. —No puedo prometerte un futuro que no puedo ver.
Pero estoy dispuesto a trabajar en nosotros, y sí, es muy diferente en algunos aspectos.
La conexión entre nosotros es una diferencia.

Dorian tenía una decisión que tomar. Ya estaba emparejado a Rick. El acto ya estaba
hecho. Él podía aprender a vivir con ello, tratar y hacer que funcionara, o alejarse,
dejando atrás no sólo las batallas que se avecinaban con la rebelión, sino su corazón
también.

Porque si quería admitirlo a Rick o no, él ya estaba empezando a enamorarse fuerte


por este hombre, y Dorian temía no sobrevivir si Rick no estaba en su vida por más
tiempo. Sólo el pensamiento lo hacía temblar. Se había acostumbrado tanto a tener a
Rick a su lado, que si un día en el futuro, Rick fuera asesinado, o simplemente se
alejara de lo que ellos tenían, Dorian nunca sería él mismo de nuevo.

188
Capítulo 21
Rick envolvió la toalla alrededor de su cintura y salió del baño. Había sido una larga
noche. Nunca antes había trabajado tan duro para convencer a alguien para estar con
él. Hasta donde Rick podía recordar, esta era la primera.

Pero mientras caminaba hacia la habitación de invitados, viendo a Dorian sentado allí
tan casualmente mientras hablaba con su padre por el teléfono, asegurándole al
hombre de que él estaba bien, Rick sabía que valía la pena. Tal vez le había dicho a
Dorian que desarrollaría amor por él, pero lo cierto era, que ya estaba pasando.

El humano se había vuelto una parte integral de su vida, barriéndolo como un huracán,
dejando las emociones de Rick puras y maltratadas. Él no sabía en ese momento que
Dorian vendría a significar mucho para él.

Dorian lo miró hacia arriba, y había una mirada en su rostro que Rick no podía
descifrar. Era una expresión seria, poniendo a Rick en guardia. Y luego así
rápidamente, la mirada se fue, enmascarándola tras una suave sonrisa.

Algo se movió dentro de Rick, algo que tiró en la conexión que se estaba formando
entre ellos. No estaba seguro, pero casi sentía como si la conexión hubiera empezado
a profundizarse, a fortalecerse de maneras para las que Rick no estaba preparado.
Podía sentir la tristeza de Dorian mientras hablaba por teléfono, y sentía la profunda
necesidad dentro de Dorian de que su padre se sintiera tranquilo.

Rick comenzó a agarrar algo de ropa interior, y luego decidió no hacerlo. Sólo iba a
tener que quitarlas una vez que se metiera en la cama junto a su pareja.

Dios, eso sonaba tan extraño. Dorian pensaba que estaba enloqueciendo por esto.
Infiernos, no tenía idea de cuan extraño era para Rick también. Le había prometido al
destino hacer a Dorian suyo, pero Rick había pensado que tenía tiempo. El
apareamiento fue accidental, pero él no iba a arrepentirse.

—Te llamaré en unos días. Mantente a salvo, Papá. Te quiero. —Dorian finalizó la
llamada, bajando el teléfono y mirándolo por un largo momento.

—¿Cómo están? —Rick preguntó mientras bajaba a sentarse junto a Dorian. 189
—Conmocionados. Mi Mamá no ha parado de llorar por los padres de Miguel
sacrificándose para salvarlos a ella y a Papá.

—Esta no sólo va a ser una guerra sangrienta, sino que estropeará muchas almas. —
Dijo Rick. —La guerra nunca es bonita, y no es para los de corazón débil. —Rick
puso un brazo alrededor del hombro de Dorian. —Tu madre saldrá a través de esto.
Lo sé porque veo su fuerza en ti. Sobrevivirá, y será una persona más fuerte por esto.

Dorian colocó el teléfono a un lado y luego se tumbó en la cama. —Realmente no


quiero un cambio. Tenía una aburrida rutina con la que estaba feliz hasta que todo
esto pasó.

Rick gateó junto a Dorian, y luego se acomodó entre las piernas del hombre. La ceja
de Dorian se arqueó.

—No eras feliz con tu vida, gatito. Puedo sentir la pasión de viajar en ti. Si vamos a
hacer que esto funcione, tienes que ser honesto conmigo.

Dorian le dio a Rick una traviesa sonrisa mientras estiraba sus piernas, apretando los
muslos en los hombros de Rick. —Okay, no era feliz. Pero no porque tuviera una
mala vida en casa. Es sólo que siempre pensé que había más afuera que con lo que
estaba lidiando cada día. Acostumbraba a sentarme en el porche de atrás, con la
mirada perdida en las estrellas, queriendo, deseando. Y luego el mundo descubrió que
los no-humanos existían, y no estaba seguro de qué pensar. Es una cosa querer algo
más que está allí afuera. Una cosa totalmente diferente es que te ocurra en realidad.

—El destino estaba respondiendo a tus plegarias. —Rick besó el liso interior del
muslo de Dorian. —El destino nos juntó.

—Bien, el destino tiene un infierno de manera de hacer las cosas. Tener que toparnos
el uno al otro habría hecho el truco.

Rick se rió entre dientes. —Te veía cada vez que iba a tu tienda, aun así nunca
hablamos. El destino decidió subir el calor, asegurarse de que vendríamos juntos.

Dorian masticó su labio inferior. Lucía tan erótico para Rick. El hombre lucía así de
sexy sin tratar de verse sexy.

—¿Alguna vez pensaste en mí? Quiero decir, ¿antes de que esto pasara? ¿Me viste en
la tienda y quisiste hablar conmigo?
190
—Pensé que eras atractivo, pero no, nunca habría hablado contigo.

—¿Porque soy humano?

Rick asintió. —¿Ves mi vida? Además de huir, has sido testigo de cómo es mi
manada. Ellos apenas se contuvieron a sí mismo cuando sangraste. No hay manera de
que te hubiera tirado en esto.

Rick observó con asombro como Dorian alcanzaba su mano. Él no se resistió. Rick
dejó a Dorian tirar su brazo hacia arriba y luego se estremeció cuando Dorian
mordisquear sus dedos. Su polla pulsaba con cada lamida, cada succión de esa dulce
boca.

—Me vuelves loco, gatito.

Dorian contempló hacia abajo a Rick con una ardiente, libidinosa mirada mientras se
metía el dedo índice, dejando a su lengua arremolinarse alrededor de todo el dígito
luego chuparlo de regreso a su boca, a la vez que, sus ojos se bloqueaban en los de
Rick, una lasciva invitación.

—Dios mío25. —Rick gruñó.

—Es tu turno. —Dijo Dorian, su voz casi en un ronroneo.

Rick miró hacia abajo el duro bulto en los bóxers de Dorian, viendo la tienda de
campaña y oliendo la excitación del hombre como una dulce lluvia de verano. Él
articuló el bóxer, oyendo el siseo de Dorian mientras chupaba el dedo de Rick de
vuelta en su boca. Rick trabajó la tela hasta que probó la cabeza de la polla de Dorian.

El pre-semen se filtraba hacia afuera y la esencia llenaba los pulmones de Rick.


Arremolinó su lengua alrededor de la bulbosa silueta, probando a su pareja por
primera vez. La mano de Dorian se posó en el cabello de Rick, sus dedos alisando a
través de las hebras, alentando a Rick a tomar más.

Tanto como disfrutaba lo que Dorian le estaba haciendo a sus dedos, Rick tiró su
mano lejos y luego usó ambas para liberar al hombre de su ropa interior. La dura
polla apareció libre, estando completamente erecta.

—Tan hermoso, gatito. —Él palmeó la polla de Dorian, mirando a su mano

191
maravillado. Su complexión era de un color oliva, contrastando drásticamente contra
25
Nota: en español en el orginal.
la palidez de la piel de Dorian. Era un llamativo contraste que Rick encontró sexy
como el infierno. Le dio un gentil apretón, viendo como el claro líquido se deslizaba
por un lado de la polla de Dorian.

Tirando del eje más cerca, Rick usó su lengua para lamer cada gota.

—Ahora sólo estás siendo cruel, —Dorian dijo, pero su voz había salido casi en un
susurro, la necesidad tan clara en su tono que Rick sonrió. —Deja de burlarte de mí,
Rick.

Envolviendo sus labios alrededor de la cabeza de la polla de Dorian, Rick empezó a


chupar, su lengua trazando las venas, sus mejillas hundidas. Pero no se movió rápido
o con impaciencia necesitada. No, Rick se tomó su tiempo explorando a su pareja,
llegando a conocer cada centímetro de la gloriosa polla desde la punta hasta la base, y
más allá, a las bolas.

Él chupó a Dorian con ocio, al mismo tiempo que masajeaba el saco apretado. El
hombre ya estaba cerca, y Rick no quería que se viniera tan pronto. Los pequeños
gemidos, los tranquilos lloriqueos lo alentaban a tomarse su tiempo.

Miró hacia arriba cuando sintió algo tocando su cabeza, Dorian estaba tendiéndole la
botella de lubricante, sus ojos se volvieron tan oscuros, ellos ya no se veían del color
peruvian del café, sino de un profundo, arremolinado topacio ahumado.

Rick agarró la botella y la puso a un lado. Él no iba a apresurarse, no cuando se


estaba divirtiendo tanto con lo que estaba haciendo. El hombre sabía bien en su boca,
y Rick no planeaba dar marcha atrás porque su pareja quería ser jodida.

Oh, él planeaba joder a Dorian, pero a su ritmo. Pero hizo estallar la tapa y mojó sus
dedos. Jugar con el trasero de su pareja no era una mala idea. Eso hizo que su propia
polla pulsara de sólo pensarlo. Podía permanecer así por siempre, por toda la
eternidad. Podía olvidarse del mundo exterior y simplemente mantenerse cerca,
explorándose sus cuerpos el uno al otro por el resto de sus vidas.

Un resbaladizo dedo se deslizó en el apretado agujero de Dorian, haciendo a Rick


gruñir alrededor de la polla de Dorian, el cuerpo de su pareja parecía succionarlo
directamente dentro de él, dándole la bienvenida. Era una dulce sensación que no
tenía igual.

La sensación de la carne suave como la seda de Dorian en su boca hacía a Rick


querer devorarlo. El hombre no tenía idea de lo que estaba haciéndole a Rick, cómo
192
Rick se trastornaba de sólo probar y molestar a su pareja.

—Rick. —Dorian susurró, sus piernas deslizándose más separadas, sus manos
pasando por el cabello de Rick. Rick ardía por este hombre.

Él estiró a Dorian, disfrutando el calor que yacía en sus dedos, deleitándose en el


sabor que estaba derramándose en su boca, y sabía que, a pesar de que quería que
esto durara toda la vida, no sería capaz de resistir esto mucho más tiempo.

Dejando la polla húmeda deslizarse de entre sus labios, Rick mordió la parte interior
de los muslos antes de retroceder. Se arrodilló ahí por un momento, mirando hacia
abajo a Dorian, tomando en el lío perverso, y sintiendo su pecho tensarse ante la
impresionante imagen que Dorian hacía.

—Rick. —Dorian exhaló su nombre otra vez, sus ojos lentamente revoloteando
abiertos. —Por favor, tómame.

Rick agarró el lubricante, esparciendo el gel en su palpitante erección, envolviendo


sus dedos alrededor de la base y rogó que no se viniera tan pronto como entrara en su
pareja. Estaba cerca, tan malditamente cerca.

Abrió sus ojos, y contempló hacia abajo entre las piernas de Dorian, sus caninos se
deslizaron libres en la cascada de lujuria a través de él como un tsunami. —Tira tus
piernas hacia atrás, gatito.

Dorian enganchó sus brazos bajo sus rodillas y las echó para atrás, dándole a Rick
una vista impresionante para observar. Mientras presionaba la cabeza roma de su
polla en la entrada de Dorian, Rick sabía que haría lo necesario para mantener a
Dorian no sólo seguro, sino feliz. El hombre estaba rápidamente convirtiéndose en
todo para Rick, su mundo entero.

Rick liberó su erección y colocó sus manos en las rodillas de Dorian, avanzando
lentamente. Esta vez iría lentamente. Esta vez, Rick saborearía las dulces sensaciones
que el cuerpo de su pareja le daba.

La primera vez había sido primitiva, la necesidad tan grande que Rick pensó que se
iba a volver loco. Pero esta noche, esta noche era para mostrarle a Dorian justo lo que
el hombre significaba para él. Dorian pensaba que Rick no quería comprometerse a sí

193
mismo con el humano. Así Rick no estaba dispuesto a hacer este trabajo.

El hombre no tenía idea sólo cuan profundo la conexión se desarrollaría. Rick no


tenía idea tampoco, pero le había sido dicho por sus padres que era como nada de lo
que alguna vez experimentaría de nuevo en su vida. Que corría tan profundo como el
océano, tan lejos como la imaginación podía extenderse, y era tan fuerte como el
acero forjado.

Él estaba comenzando a entender, pero Rick sabía que esto era sólo el comienzo de
las cosas. Curvó sus caderas, empujando las piernas de Dorian a un lado mientras
observaba su polla deslizarse adentro y afuera del cuerpo de Dorian, apretando su
mandíbula para detenerse a sí mismo de correrse. La vista era impresionante.

Dorian deslizó sus manos sobre las de Rick, entrelazando juntos sus dedos, su cabeza
rodó a un lado mientras un lento gemido escapaba de sus labios. Incluso si Rick
quería detener esos locos sentimientos —lo cual no quería – —sabía que no podía.
Estaba cayendo hacia adelante, cayendo en lo desconocido, asustado, exaltado, y
perdido en el aliento de su pareja.

Dorian era más peligroso que cualquier criatura que Rick hubiese encontrado. El
hombre tenía la habilidad de aplastar la vida de Rick. Y ese pensamiento era más
aterrorizante que enfrentarse al Escuadrón de la Muerte y al Mãos da Morte
combinados.

Rick soltó un embravecido aliento y se deslizó libre del cuerpo de Dorian. —Date la
vuelta, gatito.

Dorian se giró, poniéndose sobre sus manos y rodillas, elevando su trasero alto en el
aire para que Rick volviera a entrar en su cuerpo. Rick deslizó la endurecida polla de
regreso, se inclinó hacia adelante, y pasó los caninos por la espalda de Dorian.

—Oh, Dios. —Dorian gimió mientras arqueaba su espalda hacia atrás, haciendo que
el eje de Rick se empujara más profundo en el trasero del hombre. —Haz eso de
nuevo.

Rick pasó sus labios por el cuello de su pareja, depositando un suave beso contra la
carne del hombre, y luego arrastró la punta de sus caninos sobre los hombros de
Dorian, provocando un escalofrío de su pareja. —¿Te gusta cuando hago eso?

La cabeza de Dorian cayó hacia adelante, exponiendo su nuca, no sabiendo la


confianza que le había dado a Rick. Para cualquier cambiante el exponer cualquier
parte de él o su cuello significaba que le estaban dando su total confianza,
virtualmente poniendo su vida en sus manos.
194
—Sí.

Las manos de Rick rozaron hacia abajo los lados de Dorian, las uñas de sus dedos
raspando suavemente, y él sintió la piel de gallina elevándose. Su pareja era tan
sensible. Su cuerpo le estaba diciendo a Rick que amaba lo que estaba haciendo con
él.

Rick se echó hacia atrás, poniendo sus manos en el culo de Dorian y luego separando
sus nalgas, mirando en total asombro mientras el cuerpo de su pareja tragaba su polla
una y otra vez. Rick podía sentir la cabeza de su pene rozando sobre sus
terminaciones nerviosas mientras Dorian gemía bajo él.

Él sabía que iba demasiado despacio, pero Rick quería hacer que durara. Él quería
para un siempre con este hombre.

Tan loco como sonaba, Rick quería arrastrarse dentro de Dorian y quedarse ahí por
toda la eternidad. Su pareja lo hacía sentir vivo. Dorian hacia a Rick querer ser un
mejor hombre, una mejor persona. Dorian lo hacía cuestionarse cada decisión, cada
acción que él contemplaba. El hombre hacía a Rick dudar en sus decisiones,
preguntándose si su pareja lo vería como alguien cruel o inflexible. Se sentía todo
poderoso alrededor de Dorian y débil como un cachorro al mismo tiempo.

Rick flaqueó en sus embestidas cuando la realización lo golpeó, duro.

Él estaba enamorado.

De alguna manera, sobre el transcurso de estar alrededor de este humano, se había


enamorado de Dorian. No había otra explicación para el modo que se sentía, la locura
le poseyó ante el pensamiento de Dorian siendo herido, lastimado o asesinado.

—¿Rick?

Rick aceleró el paso una vez más, empujando su polla en el culo de Dorian mientras
miraba la espalda lisa de Dorian, y luego depositó besos en su hombro. —Estoy aquí,
gatito.

—Lo sé. —las dos palabras tenían tanto sentimiento en ellas, una doble entidad en las
que Rick leyó tanto. Dorian sabía que no sólo Rick estaba detrás de él, jodiéndolo con
tal lentitud, medidos, y placenteros empujes, sino que siempre estaría detrás de él, en
lo que sea que se encontraran, bueno o malo.
195
Su pareja sabía. De esto, Rick estaba seguro.

Empujó más rápido, queriendo sentir su cuerpo explotar dentro de Dorian, queriendo
dejar su esencia sobre toda su pareja. Marcarlo. Morderlo.

Mientras sus caderas golpeaban el culo de Dorian, Rick gruñó, sintiendo el orgasmo
impidiendo afianzarse, y luego la habitación se quebrantó en brillantes y
enceguecedores colores, su cuerpo estremeciéndose mientras la leche de Dorian salia
de su cuerpo, diciéndole a Rick que su pareja había encontrado su liberación al
mismo tiempo.

Mientras disminuía la velocidad, Rick no sólo sintió la saciedad de su pareja, sino un


sentimiento subyacente que lo tomó por sorpresa.

Él podía sentir las mismas emociones viniendo de su pareja mientras Rick las sentía,
y sabía que Dorian, también, estaba enamorado.

196
Capítulo 22
Algo despertó a Dorian. Sus ojos permanecieron cerrados, pero podía sentir una
presencia en la habitación que no debería haber estado allí. Rick estaba en cuchara
tras él, sosteniendo a Dorian cerca de su pecho.

Por un momento, Dorian se preguntó si tal vez el estaba todavía dormido. Él nunca
había estado así de consciente en sus sueños antes, pero había una primera vez para
todo.

Sintió la mano de Rick tensarse en su costado y sabía que el hombre estaba despierto.
Así que Dorian no era el único que sentía como que ellos tenían compañía. Rick lo
sentía, también.

En un abrir y cerrar de ojos, Dorian salió despedido de la cama, golpeando la pared


con fuerza. Estaba perplejo, su visión un poco borrosa, pero podía distinguir dos
figuras, y no pertenecían a Rick.

Un aullido estalló, rompiendo el silencio de la noche mientras Rick empezaba a


cambiar. Brotó pelo de su cuerpo, sus uñas se prolongaron, su mandíbula se alargó, y
su altura aumentó por al menos dos pulgadas.

El hombre había cambiado a un hombre lobo.

Esto tenía que ser malo.

Mientras su visión se aclaraba, Dorian vio a dos pálidos hombres en el otro lado de la
cama, rodeando a Rick, sus largas garras hacia arriba, listos para rasgar la piel de los
huesos. En un latido del corazón, Dorian sabía que estaba viendo a dos Mãos da
Morte.

Ese jodido pinchazo-en-el-culo del maestro vampiro los había enviado. Dorian había
pensado que ellos tenían un acuerdo, pero aparentemente el hombre no sabía qué
acuerdo no hablado era. Afortunadamente, Dorian había traído la pistola dentro y
metido dentro de su bolso.

Hey, era humano. Tenía que usar lo que podía para defenderse a sí mismo. No sabía si
Ross era un amigo o enemigo, y no iba a dejar al azar su vida y la de Rick.

Dorian revolvió por el suelo, sintiéndose estúpido como el infierno por luchar
197
desnudo, pero no había nada que pudiera hacer sobre eso. Alcanzó su bolso, abriendo
la cremallera, y liberando la pistola. La puerta se abrió de golpe, y dos hombres lobo
más entraron a la habitación, aullando y gruñendo.

Miguel y Benito.

Ellos eran mucho más pequeños que Rick, pero aun eran de un impresionante tamaño.
Dorian sostuvo la pistola, dirigiéndola hacia uno de los vampiros. No estaba seguro
de si debería dispararla, sin embargo. Eran tres hombres lobo contra dos vampiros.

Podría haber pensado que las probabilidades eran bastante justas, pero recordó que
Rick le había dicho sobre Mãos da Morte. Tres cambiantes tal vez no eran suficientes.

Ni siquiera estaba seguro que una pistola disuadiría al hombre del saco del mundo
no-humano de atacar.

Un Mãos da Morte tenía su cabello oscuro echado hacia atrás en una correa, sus
ropas le recordaban a Dorian a cuero gastado, del tipo que fue usado en los tiempos
medievales. Los pantalones se aferraban a él como una segunda piel, la camisa
abierta en el cuello, atada en la parte delantera con un enlace de cuero. Incluso usaba
botas de cuero marrón que lucían como si hubieran visto mejores días.

El hombre verdaderamente lucía como si hubiese vivido en la era de reyes y


caballeros, del Rey Arturo y la Mesa Redonda.

El otro hombre estaba vestido casi idéntico, excepto que su cabello era demasiado
corto para echarlo hacia atrás y tenía una cicatriz irregular que corría hacia abajo al
lado de su cara, deteniéndose en su mandíbula. Ambos estaban dejando al descubierto
sus colmillos, y lucían afilados como el infierno en la pálida luz de luna
derramándose en la habitación.

Antes de que Dorian pudiera tomar una decisión de si disparar a uno de los bastardos,
uno de los más pequeños hombres lobo saltó en la espalda del vampiro. Él no estaba
seguro de si era Miguel o Benito, pero el que fuera estaba hundiendo sus dientes en el
hombro del vampiro.

Dorian dio un largo parpadeo cuando el vampiro sólo jodidamente desapareció.


¿Cómo demonios podía hacer eso? En un abrir y cerrar de ojos, el vampiro estaba de

198
vuelta, pero de pie detrás de su atacante. El vampiro desgarró al hombre lobo a su
lado, haciendo a quien fuera el hombre lobo no sólo aullar de dolor, sino sangrar.
Él apuntó la pistola y disparó.

La bala golpeó al vampiro en su espalda, pero en lugar de detenerse, o siquiera frenar


a la criatura, la criatura estaba en frente de Dorian tan rápido que Dorian no lo había
visto moverse. Sus dedos se curvaron alrededor del cuello de Dorian, levantándolo
del suelo y en el aire, asfixiando la vida fuera de él.

Su visión rápidamente empezó a decolorarse en los bordes, y Dorian sabía que tenía
muy poco tiempo antes de que el vampiro lo matara. Sus pies estaban colgando en el
aire, y maldita sea, ¡él no iba a morir desnudo!

Dorian empujó la pistola en las entrañas del vampiro y disparó, disparó de nuevo, y
se mantuvo disparando hasta que cayó, golpeando el piso con un sonoro golpe, su
codo explotó con dolor. No estaba totalmente sanado en el hombro, y parecía que la
herida quería hacérselo saber mientras Dorian apretaba sus dientes y se empujaba a
sus pies, jadeando por aire desde su tráquea magullada.

La camisa de cuero del vampiro estaba acribillada con agujeros, la criatura siseando,
devolviéndose hacia Dorian por segundo hasta que Rick agarró al vampiro desde
atrás y lo arrojó al otro lado de la habitación.

El vampiro se desvaneció, reapareciendo detrás de Rick.

—¡Detrás de ti!

Rick se giró, su cabeza tan grande, su cuerpo tan grueso que le recordaba a Dorian el
tronco de un árbol, se estrelló contra el vampiro mientras Rick mordía en la garganta
del vampiro.

Los otros dos hombres lobo lucían como si tuvieran mucha dificultad a la hora de
pelear con su oponente. Ellos no estaban ganando. Dorian corrió alrededor de Rick,
dirigiéndose a Miguel y Benito. No podía sólo quedarse ahí y verlos si conseguían
entregarles sus culos, aunque Dorian estaba impresionado como el infierno de lo bien
que los dos estaban luchando.

Si los dos vampiros no fueran Mãos da Morte, Dorian habría apostado su dinero a
que Miguel y Benito hubieran limpiado el piso con la criatura contra la que estaban
luchando.

Dorian rezó a quien sea que estuviera escuchando que no le disparara a cualquiera de
los dos hombres lobo. No había sido entrenado para usar un arma, y el sólo iría con lo
199
que había visto en televisión, y las últimas dos veces que la había usado.

La cercanía habría asegurado que su objetivo fuera alcanzado, pero Dorian no quería
llegar a ninguna parte cerca de los dos hombres lobo y el vampiro. Estaban luchando
una batalla que lo mataría si llegaba entre ellos.

Así que se dejó caer en su rodilla, cerró un ojo, y enfocó la pistola en el costado del
vampiro. Dorian dijo una oración antes de apretar el gatillo. La bala había sido
precisa, pero no parecía hacer mella en la criatura.

Él disparó otra vez, y otra vez.

Miguel y Benito se movieron hacia atrás.

<< Hombres inteligentes. >>

Disparó hasta que no había más balas en la pistola.

<< Mierda. >>

Tan pronto como paró de disparar, los dos hombres lobo atacaron de nuevo.
Desgarraron en el vampiro, uno de ellos mordiendo en la pálida garganta. Dorian
miró hacia Rick, viendo que el vampiro con el que estaba luchando había
desaparecido. Él esperó, pero el vampiro no apareció de nuevo.

El otro al que Miguel y Benito estaban atacando bruscamente se fue.

—¿Se acabó? —Dorian preguntó, sus manos estremeciéndose mientras caía en su


trasero. Sus nervios estaban tan en el borde, que lo hizo saltar cuando Rick habló.

—No estoy seguro. Nunca había tratado con un Mãos da Morte antes.

—Pienso que abandonaron para reagruparse. —La voz era familiar, y Dorian sabía
que era Miguel hablando.

Ahora reconocía a los dos hombres lobo. Miguel era una pulgada más alto que Benito,
su pelaje una coloración marrón más profunda que la de Benito.

—Entonces ellos volverán. —Rick gruñó las palabras en una rasposa voz. —Jodido
Kraven. Sabía que era vil, pero no pensé que realmente enviaría a Mãos da Morte. Lo
juro, si consigo acercarme a él, voy a desgarrar su maldita garganta.

—¿Qué pasó para que ellos vinieran detrás de ustedes? —Benito preguntó. 200
Dorian estaba tentado a responderla al hombre que cambiara de vuelta a su forma
humana, pero sabía desde la última vez que Rick fue todo peludo que si ellos lo
hacían, aún estarían desnudos. Viendo a los dos sin ropa era demasiado malditamente
incómodo.

Él estaba empezando a molestarse de que Rick estuviera parado ahí desnudo, incluso
si estaba cubierto de pelo. Nadie debería ver al hombre… Dorian se apresuró sobre la
cama y agarró la sábana, poniendo el arma abajo así podía envolverla alrededor de su
cintura. ¿Cuándo había olvidado que sus trozos y piezas estaban colgando?

Una ruda risa como papel de lija sonó detrás de él.

—Está avergonzado de su desnudez. —Dijo Miguel.

—Déjalo estar. —Rick advirtió. —No estoy demasiado entusiasta con ustedes dos
viéndolo en cueros.

—Pero somos cambiaformas. —Benito discutió. —Estamos acostumbrados a ver a


los otros desnudos. Eso no me molesta. —Para probar su punto, él cambió de vuelta a
su forma humana. Dorian miró lejos.

—Acabamos de ser atacados por dos aspirantes a Robin Hood, ¿Y estás discutiendo
sobre mi modestia? —Dorian preguntó incrédulamente, pero aun manteniendo sus
ojos evitándolo.

Le molestaba. << Gran problema. >> Él no era un mojigato, pero no estaba cómodo
mirando a un hombre desnudo con el que no estaba intimando. Es posible que ellos
hayan crecido en ese tipo de ambiente, pero Dorian no lo había hecho. Él habría
golpeado a los mocos de Ian si su hermano hubiera brincado a su alrededor desnudo.

<< Grosero. >>

—Él es divertido. —Benito rió disimuladamente.

—¡Salgan! —Dorian gritó. —Al menos hasta que estemos completamente vestidos.

Los dos salieron, quejándose todo el tiempo. Cuando cerró la puerta y se giró, Dorian
vio que Rick estaba de vuelta en su forma humana, una sonrisa torcida en su rostro.
— ¿Qué es tan divertido?

—Sabes que no vas a ganar con ellos. Ambos están determinados en conseguir que te
201
acostumbres a la vida en manada.

Dorian entrecerró sus ojos hacia Rick. No le molestaba que los dos primos lo
quisieran en su manada. —Estoy haciendo mi mejor esfuerzo con todo el asunto de la
tranquilidad. No he arrancado la cabeza de Benito con mis dientes. Pero que me
aspen si ellos van a caminar a mi alrededor desnudos, y ellos no van a mirar
embobados mi entrepierna.

La sonrisa se deslizó de la cara de Rick. —Ver a un cambiante desnudo con lujuria


está prohibido en nuestra manada. Es lo mismo que caminar y abofetear a una
persona. Si Miguel o Benito siquiera miran hacia tu polla, ellos estarían, en esencia,
retándome.

Dorian frunció el ceño. Él no pensaba que algún día se acostumbraría al mundo de los
cambiaformas. Su conjunto de reglas eran vastamente diferentes a la manera que los
humanos pensaban. Si Dorian entraba en una casa de amigos o parientes desnudo,
iban a tratar y comprometerlo en el acto.

—No voy a darles una oportunidad para que eso pase. Me quedaré vestido alrededor
de ellos, y cualquier otro cambiante, y ellos se quedarán vestidos a mí alrededor.

Rick se rió entre dientes. —Mojigato.

—No lo soy.

—No es que quiera estar haciendo alarde de lo que me pertenece. Por el contrario, no
lo hago. Pero sí, eres un mojigato.

—Lo que sea. —Dorian se quejó. —¿Quieres hablar acerca del Mãos da Morte, o
vamos a mantenernos enfocados en gente desnuda?

Rick se movió hasta encontrarse junto a él de modo que tenía que estirar su cuello
hacia arriba para ver al hombre. Los ojos de Rick se oscurecieron y su mandíbula se
flexionó mientras miraba a Dorian hacia abajo. —Voy a tener una pequeña charla con
Kraven. Lo que hizo estuvo fuera de lugar. Ya estamos en una acalorada batalla con el
Escuadrón de la Muerte. No necesitamos añadir mierda a nuestros platos llenos.

Dorian tragó duro, mordiendo su labio inferior mientras asentía. Teniendo a Rick tan
cerca y tan maldita deliciosamente desnudo estaba causando estragos en su cuerpo.
Estaba herido, y sabía que no podía ir a otra ronda… pero infiernos si su cuerpo no lo
202
quería.

Rick se inclinó y puso un casto beso en los labios de Dorian. —Yo, también, gatito.
— Le tomó un segundo a Dorian darse cuenta de que Rick estaba igual de duro.
Contradictoriamente a lo que había dicho, el hombre se movió lejos. —Pero tengo
una llamada telefónica que hacer.

—¿Ya estamos con el culo profundo en los cocodrilos y tú envías al Mãos da Morte
tras nosotros? —Rick gruñó las palabras en el teléfono. —¿Qué tipo de mierda es esta?

—Tu humano vino en mí territorio y trató de matar a mi segundo al mando ¿y esperas


que lo deje a un lado? El insulto no podía ser pasado por alto, Enrique. Eres
afortunado, ellos sólo fueron tras de ti como una advertencia. La próxima vez que tu
humano, o cualquiera de tus hombres lobo para lo que me importa, me insulte o a mi
aquelarre, el Mãos da Morte no se detendrá hasta que toda tu manada esté muerta. ¡El
humano debería estar agradecido de que aún esté respirando!

Rick quería alcanzarlo a través del teléfono y golpear la mierda fuera de Kraven. El
hombre sólo pensaba en sí mismo. Siempre había sido así. Tomaba cualquier ligereza
como un insulto, administrando justicia si fuera ganada o no. El hombre era un total
imbécil al que Rick no le importaría erradicar de este planeta.

—¿Tienes decidido participar en la lucha? —Rick cambió de tema. Él no iba a estar


aquí y tener un debate mental con el bastardo muerto.

—Esta no es mi lucha. Este Escuadrón de la Muerte no ha venido detrás de alguno de


mis vampiros, así que no me involucraré. Están tras cambiaformas, lo cual no es de
mi incumbencia.

Rick apretó sus dientes. ¿El hombre era serio? —Ellos están erradicando a todos los
no humanos. Si te bajaras de tu trono el tiempo suficiente, te darías cuenta que tu
especie está incluida.

Kraven se burló. —No, todavía no lo están. Hasta que seamos atacados, nos

203
mantendremos fuera de esto. Buenas noches, Enrique. —Kraven colgó.

Le provocó que Kraven hubiera dejado fuera su título de Alfa. Fue un golpe en la cara,
así de simple. El Maestro vampiro le estaba diciendo a Rick que pensaba muy poco
de él y de su lugar en su manada.

Uno de estos días, Rick iba a mostrarle a Kraven por qué se había ganado el título de
Alfa. Pero hasta ese día, Rick tenía más problemas urgentes de los que preocuparse.
Él estaba aliviado de que el Mãos da Morte no iban a volver. Sabía de hecho que
derrotarlos no iba a ser fácil. No había estado ganando la pelea esta noche. Ellos eran
demasiado malditamente rápidos. A pesar de que Rick poseía una gran velocidad, no
estaba en cualquier lugar cerca de tan impresionante como el Mãos da Morte.

Lanzando el teléfono a un lado, Rick iba a comprobar a Benito. El hombre había sido
desgarrado por un vampiro. Rick sabía que era una simple herida superficial nada
más que un rasguño. Aunque sanaría, Rick aún quería estar seguro de que Benito
estaba bien.

Él era Alfa. Era su trabajo proteger y cuidar a su manada. Sólo se preguntaba si


podría continuar haciéndolo con la forma en que los vientos estaban cambiando. Aún
no se había olvidado de la masacre.

Ellos estaban culpando a los cambiantes, y Rick tenía que encontrar una manera de
probar que era todo un montaje. Sólo no estaba seguro de cómo. Él aún no podía
encontrar una manera de probar su propia inocencia en las cuatro muertes por las que
estaba siendo culpado.

Las cosas parecían ser un montaje, y Rick sentía como que ya estaba perdiendo antes
de que la guerra incluso hubiera empezado.

Capítulo 23 204
Kraven colgó el teléfono, sus dedos persistentes mientras miraba la pared lejana. Él
no era lo suficientemente ignorante para pensar que el Escuadrón de la Muerte no
vendría detrás de su especie tarde o temprano. Le habían prometido inmunidad, pero
Kraven no era tonto. Ahora mismo el Escuadrón de la Muerte estaba enfocado en los
cambiantes, y ahí era donde planeaba mantenerlo.

Haría lo que fuera necesario para mantener la tensión fuera de ellos, incluso sacrificar
al Alfa hombre lobo. No envió al Mãos da Morte tras el humano para matarlo.
Kraven los envió para así poder descubrir la ubicación de Dorian Campbell y Enrique
Marcelo —los dos hombres en la parte superior de la lista del Escuadrón de la Muerte.

Cogiendo el teléfono de vuelta, marcó, esperando para que Tyson respondiera. El


Alfa de los hombres hiena era un dolor en el culo con el que tratar, su arrogancia no
conocía límites, pero a él le venía muy útil a veces.

—Maestro Kraven. ¿Qué puedo hacer por usted? —La voz de Tyson era falsamente
dulce, haciendo a Kraven rechinar sus muelas.

Su voz mantenía atrás su disgusto de la sucia criatura. —Sé donde se están


escondiendo. Enrique y su humano.

Tyson rió, y el sonido rozó los nervios de Kraven. Una vez todo esto hubiese
terminado, él iba a matar al bastardo irritante. —Dilo.

Y Kraven lo hizo.

Rick observó como Miguel cargaba la última de las bolsas en la parte trasera del SUV.
Ellos estaban saliendo, su siguiente ubicación ya estaba trazada. No podía creer que
se estuviesen dirigiendo a Kansas. No conocía a nadie que pensara buscar ahí, pero
era tan lejos de su manada que Rick se preocupaba por ellos. Nate estaba capacitado
para tomar el cargo mientras él se iba.

Pero Rick aún se preocupaba.

—¿Así que realmente estamos yendo de viaje alrededor del país, tratando de
conseguir que toda la población cambiante nos ayude a luchar? —Miguel preguntó.
205
— Realmente nunca he ido lejos de mi casa antes, hasta ahora claro.

Rick colocó su brazo alrededor del delgado hombro de Miguel, acercándolo. Aún
podía oír el dolor en la voz del juvenil. Le dolía a Rick también. Él había amado a la
madre de Miguel como a una hermana, y respetado al padre de Miguel como el suyo
propio. Verdaderamente fue una trágica pérdida que reverberaría a través de la
manada por los próximos años. —Ese es el plan. Y a lo largo del camino, estaremos
tratando y reuniendo pruebas que los asesinatos no fueron llevados a cabo por
cambiantes. —Despeinó el espeso cabello marrón de Miguel.

Rick cerró el maletero, sonriendo cuando Miguel se subió en el asiento trasero.


Incluso aunque sabía porque Dorian había protestado que ellos estuvieran aquí,
estaba agradecido por la ayuda adicional. Había un montón de territorio que cubrir y
se encontraría con cambiantes que no eran conocidos por su temperamento calmado o
su hospitalidad.

Pero Rick estaba en una misión, un viaje para encontrar a tantos reclutas como fuera
posible. Y teniendo a Miguel y Benito, aunque sólo como guardaespaldas de Dorian,
era un alivio.

—¿Dejaste que Ross supiera que nos vamos? —Dorian preguntó mientras él y Benito
salían de la casa de campo, cerrando la puerta trasera detrás de ellos.

—Él sabe que nos vamos hoy. —Rick esperó hasta que todos estaban en el SUV antes
de deslizarse en el asiento delantero. Él se abrochó a sí mismo y encendió el motor.
Dorian se inclinó hacia adelante, poniendo la Smith & Wesson de Rick en la guantera.

Tan bien como Dorian se había manejado a sí mismo con el Mãos da Morte, Rick aún
iba a tener que sacarlo y dejarlo conseguir un montón más de práctica. Él había
estado cerca de dispararle a Benito la noche anterior. Era una oportunidad que Rick
no estaba dispuesto a tomar de nuevo. Pero Rick no le había dicho nada a Dorian. El
hombre los había protegido lo mejor que podía, y Rick no iba a llevarse el
sentimiento de Dorian de defenderlos.

Incluso si no lo habían necesitado.

Asustaba la mierda fuera de Rick el pensar en Dorian en cualquier tipo de peligro,


pero sabía que iba a tener que confiar en Dorian de no hacerse matar. Dorian se
acomodó, apoyándose más en su lado derecho.

El hombro del humano aún le dolía. Si fuera cambiante, ya estaría curado. Pero
206
Dorian había sido inflexible acerca de mantenerse humano. Era un límite que Rick
respetaría. Ellos estaban emparejados. Para él, eso era suficientemente bueno, aunque
una pequeña parte de él aún sabía que Dorian se vería hermoso como un hombre lobo.

Él se alejó de la casa de campo, saliendo en la carretera nacional. Iba a tomarles más


o menos veinticuatro horas para llegar a Kansas si conducían directamente. Pero Rick
no viajaría directo, y no iba a ir tampoco por la autopista principal. Imaginaba que en
dos o tres días y ellos deberían estar ahí.

Pero podría tomar más tiempo si encontraba cambiantes a lo largo del camino. Tenía
que convencer a tantos no-humanos de unírseles como fuera posible. Tenía la
sensación de que cuando las cosas se pusieran realmente bajas y sucias, los humanos
no se contendrían, y tampoco Rick.

Claro que iba a tratar y minimizar la pérdida tanto como fuera posible. Habían cientos
de miles de cambiantes, pero Rick sabía que no iba a ser lo suficientemente
afortunado de conseguir a la población entera de cambiantes para luchar.

Condujo su camioneta hacia la carretera que necesitaba y se acomodó. Iba a ser un


largo camino.

Freedman movilizó a su equipo, saliendo al lugar al que le había llamado el Capitán.


Le había dicho que Enrique Marcelo, junto con Dorian Campbell se estaban
manteniendo en una pequeña casa de campo cercana, y con otros dos cambiantes.

Tanto como Freedman no quería hacer esto, sabía que no tenía elección. No había
marcha atrás de esta misión. Él estaba en esto hasta el final. Pero eso no significaba
que no podía salvar a tantas vidas como fuera posible.

Cuando alcanzó la ubicación, Freedman tenía que asegurarse que era el primer
hombre en entrar. Él tenía que asegurarse de que nadie fuera asesinado, y tenía que
asegurarse de que Enrique y los otros se alejaran.

Todo mientras lucía como si no estuviera ayudándoles.

—No me gusta esto, —Henderson le susurró cerca de su oído. —No deberíamos estar
207
cazando gente como perros salvajes.

Freedman había compartido la información que había reunido con Henderson. El


hombre era como un hermano para él. Sabía que podía confiar en el chico. Los otros,
Freedman no estaba tan seguro acerca de ellos. Baker había hecho un comentario más
temprano sobre el querer ver el interior del cerebro de un cambiante.

La emoción en los ojos de Baker le preocupaba. El hombre estaba determinado a


matar a cada nombre en su lista de exterminación. Su intestino se retorció ante la idea
de que alguien disfrutara tomando una vida.

Él hacía su trabajo.

Asesinaba al enemigo en la orden de mantener a América segura.

Pero de nuevo, el pensamiento de esto siendo un asesinato a sangre fría lo perseguía a


través de su mente.

Mientras ellos se acercaban a la ubicación, la tranquilidad se instaló en el interior de


Freedman. Sabía lo que tenía que hacer, y él sabía quiénes eran los verdaderos
enemigos.

Dios lo ayudara, pero a los únicos a los que debería de temer, la mayoría estaban
sentados en el asiento trasero del SUV negro que él estaba conduciendo,
preparándose y volviéndose entusiastas con las muertes inminentes.

—¿Cómo en el infierno vamos a cubrir nuestros traseros? —El Vicealmirante


Harrington preguntó. —Si el Escuadrón de la Muerte descubre que las órdenes no
vienen desde el Presidente, la mierda golpeará el ventilador, y no voy a tomar la caída
de esta.

El Capitán O’ Hanlon asintió mientras escondía los archivos que había considerado
clasificados bajo su brazo. Poco sabía Harrington que O’ Hanlon había puesto
medidas en el lugar sólo en caso de que todo esto se cayera en pedazos. Él no iba a
ser el chico caído. Si esto soplaba de par en par, el Vicealmirante Harrington, junto
208
con el Almirante James, iban a estar haciendo un montón de tiempo 26.

—Nuestra parte en esto ha sido cubierta completamente. Les tomará años cavar a
través del papeleo incluso si vienen cerca de nuestros nombres. —No era verdad. Si
el Presidente ordenaba una investigación, los nombres de Harrington y James serían
marcados dentro de pocas horas.

Era bueno tener las conexiones correctas. O’ Hanlon salió de la oficina de Harrington,
sintiéndose muy confiado de que no sería conectado en ningún camino a la matanza
de los cambiantes.

Pero primero tenía que asegurarse que el Teniente Comandante Jonathan Freedman se
encargara de Enrique Marcelo. La información de O’ Hanlon sobre Marcelo lo hacía
una criatura muy peligrosa. Por lo que había reunido de otros, el hombre lobo alfa era
la clave de todo esto. El hombre era lo suficientemente poderoso en el mundo
cambiante como para parar los planes de golpe.

Esto no podía arriesgarse.

Pero O’Hanlon sabía cosas que otros no y no había manera de que fuera a dejar vivo
a Enrique.

Si el Escuadrón de la Muerte no podía derribar a Marcelo, O’ Hanlon tenía un plan de


reserva. El Maestro Kraven Rubinsky estaba más que dispuesto a dar el paso y matar
al Alfa por él. No estaba seguro qué tenía el vampiro contra Marcelo, pero Rubinsky
parecía muy ansioso de hacer su deber cívico.

También ayudaba que O’ Hanlon le había prometido que los vampiros estarían fuera
de la lista si ellos cooperaban completamente con esta misión.

Era una promesa que O’ Hanlon no planeaba mantener. Eran criaturas en contra de la
naturaleza, todos ellos. Hasta el último de los no-humanos en la existencia era un
fenómeno de la naturaleza. Y él, junto con el Vicealmirante y el Almirante, planeaban
erradicar hasta el último de esos monstruos.

26
Se refiere a pasar tiempo encerrados en la cárcel.
209
Nate destelló sus luces delanteras dos veces cuando vio a Sasha salir de su auto. El
Alfa leopardo rápidamente cerró la distancia y entonces se deslizó en el asiento del
pasajero de la Yukon de Nate.

—Estaba siendo seguido, pero los perdí. —Dijo Sasha mientras sacaba el sobre fuera
del interior del bolsillo de su chaqueta. —Nuestra fuente interna en el personal de
policía finalmente logró conseguir en sus manos alguna evidencia que es tan
malditamente inquietante que me hace querer agarrar a mi manada y dirigirnos a las
montañas.

Las manos de Nate se tensaron en el volante. Sabía que iba a ser malo, pero por la
preocupada mirada en los ojos de Sasha, era peor de lo que había pensado. Sasha
escondía bien sus sentimientos, siempre juguetón, poco serio, pero Nate sabía que el
hombre era tan letal como Rick.

—¿Qué descubriste? —Nate preguntó.

Sasha colocó el sobre en la consola y exhaló en un largo aliento. —Lleva ese sobre a
Rick tan rápidamente como puedas, si la información es correcta, estamos de mierda
hasta el cuello.

Nate empezó a agarrar el sobre, ver con sus propios ojos qué tenía a Sasha tan agitado,
pero el leopardo colocó su mano en el brazo de Nate, deteniéndolo. —No lo hagas.
Llévaselo a Rick sellado. Si quieres saber, sólo pregunta. —Los ojos verde Kelly de
Sasha brillaron en el interior de la camioneta, haciendo a Nate tragar.

Su vida era confusa como el infierno. No había dudas acerca de eso. Era tan
complicado como complicado podía ser. No sólo Nate anhelaba a Selene como nadie,
sino que había estado atraído por Sasha por años y ahora no sabía qué hacer acerca de
eso.

Si es que podía hacer algo.

El hombre era un Alfa de hombre leopardo, fuerte, confiado y poderoso. Nate estaba
tan cerca de confesarle al hombre como se sentía igual que decirle a Selene que la
quería.

Se tragó el gemido silencioso que amenazaba con escapar de sus labios ante el calor

210
de la mano de Sasha en su piel. Nate empujó la lujuria tan lejos como podía así Sasha
no lo olería. —Dime. —Dijo Nate, logrando mantener su voz neutral y escondiendo
sus más íntimos deseos.

Sasha empezó a hablar, pero su mano permaneció en el brazo de Nate. El pequeño,


inocente toque amenazaba con exponer los deseos de Nate. Él empujó su brazo atrás,
removiendo la fuerte y firme mano de Sasha.

—Ya sabemos que Rick y Dorian no mataron a esos cambiantes.

Nate asintió.

—El detective que fue asesinado, el único trabajando en el caso de asesinato, bueno,
estaba involucrado en el asesinato de los tres chicos. Parece que quien contrató al
Detective Spinford quería silenciarlo. El informante aún está trabajando para
conseguirnos algunos detalles más, pero se volvió vacilante cuando dijo que encontró
documentos enterrados en el escritorio del capitán que señalaba que todo este lío
corrupto apuntaba en dirección a la Casa Blanca.

—¿El Presidente de los Estados Unidos está en todo esto? —Nate jadeó.

Sasha sacudió su cabeza, su largo y rubio cabello casi abanicando a su alrededor.


Nate quería agarrar un puñado de esas sedosas hebras y ver si eran tan suaves como
parecían.

—No estoy seguro de qué creer ahora mismo. Todo se está yendo al infierno en una
canasta y por una vez, no estoy seguro de qué hacer. Esto está tan fuera de mi
departamento que me sorprendería si podemos ganar.

Nate estaba conmocionado de que el Alfa leopardo estaba confesándole que sentía
una debilidad. Ningún Alfa hacía eso. Ellos siempre tenían que aparentar ser fuertes,
poderosos y totalmente capaces de manejar cualquier situación, no importa la crisis.

Pero aquí, en el oscuro interior de su camioneta, con sólo la luz de la luna


mostrándole sólo cuán hermosos eran realmente los ojos de gato de Sasha, sentía
como si el Alfa estuviera dándole una pieza de sí mismo a Nate.

—Vamos a salir de esto. —Dijo Nate, su garganta volviéndose ligeramente seca


mientras miraba los llenos labios de Sasha. La urgencia de besar esos labios
volviendose abrumadora.

211
Sasha parpadeó y luego se inclinó hacia atrás, como si saliera de algún tipo de
hechizo. —¿Nosotros? ¿Qué nosotros? Yo soy un gato, tú eres un perro. No hay
nosotros. Sólo llévale a Rick el sobre tan rápidamente como sea posible.

Y al igual de rápido, Sasha se fue. ¿El Alfa había estado hablando acerca de la
inminente batalla, o sobre algo a un nivel mucho más personal? Nate exhaló un
frustrado aliento mientras encendía la Yukon y se alejaba.

Su vida era tan difícil como podía ser.

212
Capítulo 24
Dorian se paró bajo la ducha, sus palmas se apoyaron contra la pared mientras dejaba
el caliente rocío de agua empaparlo en sus músculos. Ese había sido un largo viaje.
Nunca antes había estado sentado en un vehículo tanto tiempo, y sus músculos
estaban acalambrados.

Incluso su trasero estaba entumecido.

Miguel y Benito estaban en la habitación de al lado. Ellos habían tratado de discutir


con Rick el compartir la misma habitación con él y Dorian, pero Rick no iba a
permitirlo. Ellos se ubicaron en una habitación que tenía una puerta contigua.

Eso era lo mejor que esos dos iban a conseguir. Afortunadamente, Dorian podía
bloquear la puerta contigua y mantener a los dos fuera. El viaje entero, Miguel se
mantuvo acercándose al asiento de Dorian y frotando su mano en el cabello de
Dorian. Benito llegó alrededor del asiento de Dorian, descansando su mano en el
brazo de Dorian.

Él realmente estaba tratando lo mejor posible de entender la necesidad cambiante por


el contacto, pero joder si esos dos no estaban conduciéndolo a la locura. ¡Dorian
estaba malditamente seguro que no había sido así de manoseado desde que era un
bebé!

Miguel y Benito debían estar en algún tipo de misión cruel para ver quien haría
estallar a Dorian primero.

Dorian gritó y se giró cuando una mano aterrizó en su hombro. Él se giró tan rápido
que perdió el equilibrio, cayendo derecho hacia la bañera de porcelana. Sólo los
fuertes brazos que lo atraparon lo detuvieron de dejarse a sí mismo inconsciente. Y
luego gritó de nuevo cuando el shampoo de su pelo de hubo deslizado a sus ojos
picando la mierda fuera de él.

—Pon tu cabeza bajo la regadera. —Dijo Rick mientras guiaba a Dorian hacia la
corriente de agua. —¿Por qué diablos gritas?

Dorian enjuagó sus ojos, intentando sacarse el shampoo lo mejor que podía. Ardían
tanto que quería arrancar sus ojos. —Porque vienes aquí haciendo la cosa de Norman
213
Bates.

Rick se rió. El sonido se deslizó hacia abajo en el cuerpo de Dorian y de cabeza


directo a su polla. Le parecía que cuanto más tiempo pasaba alrededor de Rick, más
adicto se volvía Dorian a todo acerca del hombre. Sus risas, sus gemidos, su toque,
incluso sus gruñidos, la voz ronca del hombre lobo se estaba volviendo una parte de
la vida de Dorian.

—Yo no tengo un cuchillo en mi mano, gatito.

—Aún hiciste toda la escena de la ducha. —Dorian se quejó mientras finalmente era
capaz de abrir sus ojos. Todavía ardían, pero ya no quería sacárselos más.

—Sólo entré para ver si necesitabas que te lavaran la espalda.

Fue cuando Dorian notó que Rick estaba completamente desnudo, y tan malditamente
duro que la cabeza de su polla estaba de un furioso color púrpura. Dorian se quedó
ahí, hipnotizado por los duros músculos vigorosos que recubrían los muslos de Rick.
No había una onza de grasa en ningún lado en el cuerpo del hombre.

Sus ojos lentamente empezaron a elevarse, disfrutando la delgada cintura, la muy


erótica V a cada lado de la ingle del hombre, y un abdomen que orgullosamente
presentaba no un pack de seis, sino ocho muy gloriosos músculos.

Rick estaba de pie como si estuviera orgulloso de sí mismo sobre su cuerpo bien
perfeccionado, desvergonzadamente mostrando su físico masculino para que Dorian
lo disfrutara.

—¿Supongo que te gusta lo que ves? —Rick preguntó mientras su gran mano se
deslizaba hacia abajo a su estómago y sus ojos grises bajaban hasta estar mirando
directamente a la erección hecha y derecha de Dorian.

—Y algo más. —Dorian admitió mientras lamía su labio inferior. Había un brillo
apasionado en los ojos gris claro de Rick que le dijo a Dorian exactamente qué estaba
pensando el hombre. O al menos qué quería.

Rick dio un paso en la bañera, cerrando la cortina detrás de él. Acercó más a Dorian,
alejándolo de la regadera. —Cada vez que me quieras, todo lo que tienes que hacer es
tocarme, y soy todo tuyo, gatito.

Dorian se estremeció. 214


Rick deslizó su lengua hacia arriba por el oído de Dorian, lentamente moviéndolo
hacia atrás, atrapando a Dorian contra la pared de la ducha., una de las manos de Rick
al lado de su cabeza. —Mi polla es tuya para tenerla, donde sea o cuando sea que
quieras sentirla. —Dorian gimió ante la densidad que oyó en la voz de Rick.

—Hazme el amor, Rick. —Dorian deslizó sus brazos alrededor de los mojados
hombros de Rick, dejando sus dedos jugar en el corto cabello del hombre. Rick
acarició su cuello, una de sus manos lentamente retorciendo y tirando el pezón de
Dorian.

El deseo barrió a través de Dorian, su polla volviéndose imposiblemente más dura


por Rick.

—No esta noche, Rick. Por favor no te burles de mí esta noche.

La mano de Rick se movió más abajo, sus ágiles y poderosos dedos envolviéndose
alrededor de la polla de Dorian.

Él siseó por lo bien que se sentía la mano de Rick acariciando su eje, llevándolo cerca
incluso con solo masturbarlo. El hombre tenía unas maravillosas y gloriosas manos y
sabía cómo usarlas. Rick le dio un último tirón antes de liberar la pulsante carne de
Dorian. —Envuelve tus piernas alrededor de mí, gatito. Quiero sentirte montando mi
polla.

Dorian saltó, Rick lo atrapó por sus costados, estabilizándolo mientras Dorian
envolvía sus piernas alrededor de la bronceada cintura de Rick. Instantáneamente
sintió la cabeza de la polla de Rick tocando su agujero. —Creo que tu pene tiene un
dispositivo de seguimiento hacia mi culo.

La risa de Rick era rica y cálida. —Creo que estás en lo correcto.

Dorian mordió su labio inferior mientras Rick alcanzaba tras él y guiaba la cabeza de
su polla en el cuerpo de Dorian. Rick empezó a divertirse con su lengua en el oído de
Dorian mientras dejaba al cuerpo de Dorian acostumbrarse a la invasión.

—¿Lo sientes, gatito? —La voz de Rick era desigual, como si desconocidas
emociones estuvieran tratando de liberarse.

—¿Tu polla? Todo el camino hasta mis pies.

Rick sacudió su cabeza, enterrando su cara más profunda en el cuello de Rick. —No, 215
la conexión. ¿La sientes tratando de tirar de nosotros, tratando de consumirnos?

Dorian la sentía. Él sólo no sabía qué era. La necesidad de estar en los brazos de Rick
era una constante ahora. La necesidad de sentir los labios del hombre, su voz, o sus
manos hacían doler la piel de Dorian todo el tiempo. —Sí.

Rick acercó más a Dorian, empujando más profundo en su cuerpo, recordándole a


Dorian que Rick no era un hombre pequeño. Su parte inferior dolía, pero era un
maldito buen dolor que Dorian nunca querría detener.

—Rick. —Dorian se sostuvo más apretado mientras el hombre cogía su ritmo,


enviando a Dorian al borde en una avalancha caliente, su cuerpo quemándose vivo
por el hombre sosteniéndolo, amándolo. —Te amo, Rick.

Los movimientos de Rick titubearon, y luego jodió a Dorian con su vida. —Te amo,
también, gatito. —Mientras Rick empujaba hacia adelante, él empujaba a Dorian
hacia abajo a su polla. En segundos Dorian estaba clamando el nombre de su pareja,
su semilla esparciéndose entre sus cuerpos.

Rick no tardó mucho más. Unos pocos bien colocados empujes más y él estaba
gruñendo afuera su liberación, sus caninos hundiéndose profundo en el hombro de
Dorian. Era una extraña sensación que Dorian estaba empezando a desear tanto como
el aire.

Le iba a tomar algo de tiempo para sanar de esto, pero Dorian estaba encontrando que
la marca de la mordida, que era repetidamente abierta, no dolía. No, era más como
cada vez que Rick rozaba con sus dientes, labios, o cualquier cosa más sobre la marca,
Dorian se sentía instantáneamente necesitado de Rick.

El lugar estaba sensible, pero no dolía.

Rick lo liberó, lamiendo el hombro de Dorian.

Dorian rió. —Eso hace cosquillas.

—¿Qué, esto? —Rick lamió un largo camino de su hombro a su cuello.

Dorian rió más alto. —Sí, eso.

Rick le dio un rápido beso y luego sacó su flácida polla. —Mejor conseguimos una
ducha antes de que el agua se vuelva fría. —Puso a Dorian sobre sus pies, agarró una
esponja, y empezó a restregar a Dorian hacia abajo. Nunca nadie le había lavado
216
antes. Se sentía un poco extraño allí de pie dejando a Rick hacer lo que Dorian había
hecho por sí mismo su vida entera.

—Abre.

Dorian abrió sus piernas, la tela deslizándose sobre su adolorido agujero y luego sus
bolas. Él debería estar avergonzado, pero no lo estaba.

Una vez que Rick hubo terminado con Dorian, se lavó rápidamente y luego cerró la
llave del agua, saliendo de la bañera. Tendió una toalla para Dorian.

—¿Qué con este tratamiento de la realeza? —Dorian preguntó mientras daba un paso
afuera y luego levantó sus brazos así Rick podría secarlo. Era algo agradable que te
mimen, pero Dorian sabía que no quería esto a tiempo completo.

—Eres mi pareja. No necesitarás nada. —Era más como una respuesta automática
más que Rick hablando lo que realmente pensaba.

—¿Por qué?

Rick detuvo el secado de Dorian. —A veces olvido que no eres un cambiante.


Cuando nos emparejamos, mientras la conexión crece, hay una necesidad compulsiva
en el interior de encargarse de su pareja, atender cada necesidad de ella o él. Mi
trabajo es protegerte y hacerte feliz.

Dorian masticó eso por un minuto.—¿Y cuál es mi trabajo como tu pareja?

Rick sonrió y el corazón de Dorian se derritió. —Ser feliz.

—Bien, eso no parece justo.

Rick terminó de secar a Dorian y luego envolvió la toalla en su delgada cintura. —Te
dejaré saber cuándo piense que las cosas se están volviendo injustas. —Él giró a
Dorian, palmeando su culo, y saludándolo con la mano desde el cuarto de baño.

Dorian miró sobre su hombro, frunciendo el ceño hacia Rick. —No necesito a alguien
mimándome. Aunque disfruto de ti lavándome, puedo hacer eso yo mismo.

Rick suspiró mientras se sentaba a un lado de la cama. —Vas a hacer este


apareamiento muy difícil, ¿verdad?

Dorian se sentó abajo junto a Rick, dándole la sonrisa de mierda que pudo reunir. —
Y lo sabes. —Él se escabulló hacia atrás en la cama y luego se arrastró bajo la sábana.
217
— No serías feliz de cualquier otra manera.

Dorian se giró y cerró sus ojos antes de que Rick pudiera argumentar su punto. ¿Pero
qué podía argumentar el hombre? Dorian estaba en lo correcto, y él lo sabía. Rick no
sería feliz con una obediente, sumisa pareja. El chico amaba a Dorian justo como era.

Rick debió haberse caído y golpeado su cabeza.

Esa tenía que ser la explicación.

Allí realmente no había otra lógica razón para este comportamiento.

Simplemente no había.

Sentía que era él mismo, pero después de lo que hubo pasado en el baño la noche
anterior, él no estaba tan seguro. ¿Era el vínculo de pareja así de profundo que había
esperado a Dorian en manos y pies? Era un maldito Alfa por el jodido amor. Él no
esperaba de nadie.

—¿Estamos listos para salir? —Miguel preguntó.

Rick asintió, tratando lo mejor de no mirar al camino de Dorian. Había cogido en la


mañana el periódico y encontrado el aviso que necesitaba. Una vez llamó a “Ernie”,
Rick tuvo su siguiente ubicación.

Pero infiernos si no podía dejar de pensar en Dorian. Lo estaba conduciendo a la


locura. Había pensado de nuevo en la primera vez que él y Dorian habían hablado.
Rick había estado tan inflexible sobre no querer estar emparejado. Él se había hecho a
la idea de encontrar una forma de salir de esto.

Ahora estaba completamente emparejado, y aunque su vida dependiera de ello, Rick


no podía sacar la esencia de Dorian de su boca o de su mente.

—¿Estás bien? —Dorian preguntó mientras caminaba hacia el lado de la camioneta


de Rick.

—Sí. ¿Por qué preguntas? —preguntó un poco demasiado rápido, un poco demasiado
a la defensiva. Dorian se paró ahí mirándolo, su rostro contemplativo. 218
—Por ninguna otra razón aparte de que luces como si fueras a vomitar.

Rick fue salvado de decirle a Dorian cuán suave se había vuelto cuando su cadera
vibró. Agarró el teléfono celular desechable y lo presionó a su oído. —Richard
Carson. —Iba a matar a Nate por el ridículo alias.

—Es Ross. —El hombre sonaba nervioso, lo cual puso a Rick en total alerta. Miró
alrededor nerviosamente mientras se alejaba de la camioneta.

—Dime.

—No mucho tiempo después de que te fuiste, la casa de mi prima estaba ardiendo
hasta los cimientos. Dime que tú no lo hiciste. Dime que no escupiste en nuestras
caras después de que te ofrecimos nuestra ayuda. —Mientras Ross hablaba, podía oír
la voz del hombre yendo a través de una metamorfosis desde preocupado a lívido.

—Te lo juro, Ross, que no inicie ese incendio. No sé quién lo hizo. —¿De qué
demonios estaba hablando Ross? ¿Realmente pensaba que Rick era así de sangre fría?
No importaba cuan amable quería ser un humano, o cuan honestan eran sus
intenciones, Rick sabía que siempre mantendrían una onza de miedo para los no-
humanos. Era natural temer a lo desconocido, pero era como manejabas tus miedos lo
que determinaba tu carácter.

Rick estaba esperando ver qué tipo de carácter tenía Ross. Cerrando sus ojos, Rick
agarró el teléfono más apretado. Había un puñado de días en que deseaba que las
cosas fueran diferentes, que él fuera diferente. Haber nacido humano así no tendría la
responsabilidad de una manada, o huir por su vida mientras trataba de mantener no
sólo a su pareja con vida, sino dos juveniles que habían sido enviados a su cuidado.

Aun así, contradictoriamente a lo que estaba sintiendo, Rick estaba orgulloso de


quien era. Sus manos tal vez no estaban limpias, pero tampoco eran un infierno de un
montón de seres humanos. Pero, en su defensa, Rick había hecho lo que tenía que
hacer para garantizar la seguridad de su manada. Eso era algo de lo que nunca se
arrepentiría. Él sentía que aún conservaba su alma, aunque había tomado vidas. Su
humanidad era fuerte como el acero, y nadie iba a hacerle ser un monstruo.

—Entonces el Escuadrón de la Muerte está caliente en su camino. No sé quiénes son


ellos, o sus antecedentes, pero ellos están yendo a ti con todo lo que tienen. Vigila tu
espalda.

Ross tenía un carácter profundo. Eso tomó un peso fuera de sus hombros. Rick pasó
219
en frente de la camioneta, sintiendo la ira construirse dentro de él ante la
insensibilidad de la gente tras él. ¿El Escuadrón de la Muerte había pensado que aún
estaban en la casa? ¿Eran tan viciosos como para quemarlos vivos? Un bulto frío se
formó en el estómago de Rick. Realmente estaba empezando a preguntarse si podía
derrotar a esa gente. No iban a detenerse hasta que Rick y Dorian estuvieran muertos.

Habían hecho el punto al quemar la casa de campo hasta las cenizas humeantes. Pero
los medios que habían utilizado eran francamente aterradores. ¿Qué si ellos aún
hubiesen estado en esa casa?

—Lamento que hayamos traído problemas a tu camino, Ross. Y lamento lo de la casa.


—Rick no estaba seguro de qué más podía decir. No había sabido que las cosas se
saldrían tanto de control, ¿o si? Él sabía que esta lucha iba a ser francamente sucia,
¿pero quemarlos vivos?

—¿Estás en tu próxima ubicación? —Ross preguntó.

—No todavía. Nos estamos dirigiendo en esa dirección.

—Entonces es mejor que continúen moviéndose. No se queden en un lugar por


mucho tiempo. Alguien les está advirtiendo. ¿Estás seguro de que puedes confiar en
los hombres contigo?

Rick gruñó. —¿Cómo sé que no fue uno de tus hombres quienes los llamaron?

—Cierto, pero lo dudo bastante.

—No conozco lo suficientemente bien a tu gente para hacer la misma suposición. —


¿Quién los entregaría sino uno de los hombres de Ross? ¿Quién sabría dónde ellos…?
Rick maldijo cuando pensó acerca del Mãos da Morte. Kraven tal vez no sabía dónde
estaban Rick y los otros, pero un hombre del saco sólo necesitaba un nombre, y ellos
podrían encontrar a cualquiera, donde sea, en cualquier momento del día o la noche.

Kraven quizá usó eso en su ventaja para descubrir dónde Rick se estaba escondiendo.
—Mira, Ross. Aprecio la ayuda que nos extiendes, y realmente lo lamento sobre la
casa, pero debo empezar a moverme.

—Llámame si necesitas mi ayuda de nuevo, Richard.

220
Rick pausó su maniático ir y venir. —¿Nos ayudaras, incluso después de lo de la casa
de tu primo quemada hasta los cimientos? —Rick logró mantener atrás la sorpresa.
—Es una guerra, Richard. No espero que el gobierno envíe dulces y flores.

Rick sonrió. Realmente le gustaba este humano. —Gracias.

Ross colgó.

Antes de que Rick pudiera guardar su teléfono, sonó de nuevo.

—¿Olvidaste decirme algo? —Rick aún estaba sonriendo.

—El Escuadrón de la Muerte está en Kansas. Dile a tu novio que pare de llamar a su
papá si no quiere ser encontrado. —Quien llamaba colgó.

Rick se paró ahí pasmado, trabajando la voz de quien llamaba alrededor de su mente
hasta que supo quién era. Era la misma persona quien había advertido cuando Dorian
fue disparado. El hombre le había dicho que no llamaría de nuevo, pero
aparentemente había tenido un cambio de idea.

A Dorian no le iba a gustar esto, pero si ellos iban a sobrevivir, tenían que cortar
todos los lazos a Shelton hasta que pudieran tener una forma segura de contactar con
las personas que cuidaban en la casa principal.

—¿Quién era? —Dorian preguntó.

Rick se volvió hacia su pareja mientras empujaba su teléfono celular de vuelta en su


pequeño estuche. —Si mi instinto me dirige a lo correcto, un aliado.

221
Capítulo 25
Rick salió de la camioneta, mirando por encima del complejo de apartamentos. Allí
era donde se suponía que debía reunirse con su siguiente contacto. De lo que le
habían estado diciendo, un grupo de cambiantes, oso si recordaba correctamente,
querían hablar con él, reunirse con él para discutir los siguientes pasos en esta
silenciosa e inminente guerra.

Sus ojos saltaron sobre Dorian cuando su pareja salió de la camioneta. Miguel y
Benito pronto le siguieron. Él estaba esperando ser apresurado a un apartamento, o a
uno de los edificios cercanos, pero la noche era inquietantemente tranquila. Ni
siquiera los grillos cantaban.

—Pienso que ellos se olvidaron de nuestra reunión. —Dijo Miguel mientras se


acercaba furtivamente junto a Rick. —Tal vez deberías llamar a ese número de nuevo.

La reunión no había sido olvidada. Rick estaba seguro de eso. Inclinando su cabeza
hacia atrás, Rick olió el aire. Había definitivamente un oso en el área, pero no estaba
seguro de hace cuánto tiempo. La esencia era débil, persistente, pero no lo
suficientemente fresca para ser reciente.

Antes de que Rick pudiera abrir su boca para gritar una advertencia, una mancha
cruzó su visión, y luego Dorian estaba siendo sostenido por Calico.

—¿Pensaste que me había olvidado de ti? —Le preguntó a Dorian, su mano


agarrando apretadamente alrededor del cuello de Dorian. Largas, letales garras yacían
en el cuello blando y suave de su pareja. —Tú jodidamente me disparaste, humano.
Así que ahora, te pregunto, ¿Cuál debería ser tu castigo?

Pura rabia pulsó a través del cuerpo de Rick. Llamó a la fuerza de ella, sabiendo que
iba a matar al vampiro antes de que la noche hubiera acabado. Cuando un tinte
azulado empezó a formarse en los labios de Dorian, Rick liberó a su hombre lobo,
sintiendo transformarse en la bestia que los humanos más temían.

Una extraña catarsis empezó lentamente a trabajar su camino a través del cuerpo de
Rick. En cuestión de segundos, todas sus preocupaciones sobre liderar una rebelión,
todos sus miedos sobre mantener a Dorian a salvo, y todas sus dudas sobre si ganaría
lentamente se desvanecieron. 222
Miró al vampiro quien parecía alegre de finalmente haber atrapado a Dorian y dejó
que esa sola emoción en la cara del hombre muerto lo guiara. —Libera a mi pareja.

—¿O qué? —Calico preguntó. Ahora Eres un hombre altamente buscado, Rick. ¿Qué
recompensa piensas que conseguiría si os entregara a los dos?

Rick sintió los pelos brotando por todo su cuerpo mientras se formaba su hocico. Su
cabeza se duplicó en tamaño mientras su cuerpo crecía. —Una decapitación. —Rick
respondió en una voz inexpresiva. —¿Piensas que los humanos te recompensaran
cuando tu exterminio no está tan lejos?

Calico dio un paso atrás, tomando a Dorian de mala gana junto a él. Los ojos
marrones de su pareja se mantenían enfocados en Rick, como si estuviera usándolo
como un ancla. —Tenemos medidas puestas para asegurar nuestra supervivencia.

El vampiro sólo había confirmado lo que Rick ya sabía. Kraven era un cobarde y
había hecho algún tipo de acuerdo con el gobierno. Pero Kraven era sólo un Maestro
vampiro de muchos. Eso sólo significaba que el bastardo había intercambiado para su
propio aquelarre, y nadie más.

—¿Y cuan honorable piensas que es el gobierno, Calico? —Rick preguntó mientras
mantenía sus ojos en Dorian. La coloración de su pareja había regresado, diciéndole a
Rick que el vampiro había aflojado su agarre.

Una pena que Rick todavía fuera a matarlo por poner una mano en Dorian. No
importaba qué pasó, Calico había visto su última noche en la Tierra.

<< Que empiece el baile. >>

—Eso no importa. —Calico escupió. —Podemos vencer a los humanos. Ellos son
criaturas débiles. Les ofrecen suficiente dinero y tranquilamente se arrastran de
regreso al agujero infestado de bichos del que se arrastraron fuera.

—¿Dinero? —Rick se burló. —Tengo la sensación de que quien sea que esté
dirigiendo este desastre quiere algo más que dinero, Calico. Están demasiado
determinados. Los humanos están siendo sacrificados y los cambiantes culpados por
los asesinatos. Abre tus codiciosos ojos a lo que está pasando a tu alrededor.

—¡Cállate! —Calico gritó, sus emociones traicionándolo. El hombre no tenía mucha


paciencia.
223
—¿Por qué? ¿La verdad es dura de tragar? ¿No te gusta oír cómo están usándote los
humanos? —Rick tomó un paso más cerca, su voz apenas en un susurro, pero sabía
que el vampiro podía oírlo muy bien. —Ellos vendrán por ustedes, Calico. Ellos
quemaran tu aquelarre hasta los cimientos, exponiéndolos a la luz del sol, y
rompiendo sus lazos con la muerte. Ellos les quitaran sus cabezas, arrancaran sus
corazones, y bailaran en sus cuerpos sin vida. Ninguna suma de dinero los mantendrá
a salvo de las reales criaturas del terror.

<< Que completo y absoluto idiota. >>

—Devuélveme a mi pareja, Calico. Esta es tu única advertencia. —Rick aún estaba


lucidamente calmado. El catarsis aún se estaba desarrollando en él mientras extendía
su brazo, alcanzando a su pareja.

Calico no parecía reunir su ingenio, porque saltó hacia atrás, tomando a Dorian con él.

Rick gruñó.

Calico siseó.

Dorian maldijo.

Y un extraño caminó desde atrás del edificio, cuatro osos flanqueándolo. —Libera al
humano.

Calico giró alrededor, y Rick uso esa distracción a su favor, moviéndose tan rápido
que el vampiro no tuvo tiempo para reaccionar. Agarró a Dorian, tirándolo del agarre
de Calico. Entregando su pareja a Miguel y Benito, Rick hizo lo que se juró a sí
mismo que haría.

Arrancó la garganta de Calico y luego golpeó sus garras en el pecho del hombre,
arrancando su muerto corazón. El vampiro cayó al piso mientras Rick arrojaba a un
lado el musculo sin uso. Alcanzó a Dorian, tirando a su pareja en sus brazos.

—Amigo, hueles como carne podrida. —Dorian trató de alejarlo, pero Rick lo
sostuvo más apretado. Podía sentir el malestar saliendo de su pareja mientras él
trataba de eliminarlo con sus bromas.

—Desaparecerá en una hora o dos.

Dorian gimió. Rick volvió su atención al extraño. —¿Eres Ernie?


224
—A efectos prácticos... infiernos no. —El hombre sonrió. —Mi nombre es Clyde. No
me estoy escondiendo detrás de un pseudónimo. Estoy orgulloso de luchar a tu lado.

Rick estaba aliviado.

Miguel dio un paso hacia adelante, un pequeño gruñido en sus lobunos labios. —Pero
eres nuestro contacto, ¿Correcto?

Clyde asintió. —Lo soy, pequeño guerrero.

Esta vez Miguel gruñó un poco más alto. —No hay nada pequeño en mí. —Whoa,
Miguel era un pequeño juvenil a la defensiva, ¿no? Rick sonrió interiormente al
llamarlo pequeño. Era sólo un hecho. Miguel era bajo para un hombre, pero odiaba
cuando eso era señalado.

Rick y Clyde se miraron el uno al otro, y luego Rick le dio una mirada que decía que
no lo presionara. Que lo dejara tranquilo.

—Pero tienes que entrar. Por un lado, alguien podría verte. —Clyde ondeó su mano
hacia la puerta abierta que Rick no había notado. —Y dos, hay algo que necesitas ver.

Rick agarró la mano de su pareja, medio esperando que Dorian protestara por
sostener una mano peluda, pero su pareja no lo alejó mientras ellos seguían a Clyde y
sus osos. La mirada de Rick vagó continuamente, buscando a alguien más que
pudiera suponer una amenaza. Sus nervios estaban en el límite, y la calma en la que
había estado recientemente envuelto se había ido. Rick trató de sofocar sus miedos,
pero parecía que el pequeño truco de Calico había afectado a Rick más de lo que
había pensado. Nunca quería dejar ir a Dorian de nuevo.

Su pareja había atravesado bastante en un corto tiempo, y Rick estaba enfermo y


cansado de Dorian siendo herido. El hombre había ido de una vida mundana a ser
disparado, amenazado, emparejado, huir y matar para sobrevivir.

<< Ya era suficiente. >>

Rick sabía que esto estaba lejos de terminar, pero no quería contemplar qué más
podría pasarle a Dorian. Hacía tensarse a su estomago ante las posibilidades que tenía
por delante.

225
Clyde los llevó a la entrada trasera de un edificio de apartamentos. Ellos subieron las
escaleras, el hueco de la escalera haciendo eco por sus pisadas. Rick aún se mantenía
vigilante. Sus ojos vagaban sobre las paredes de hormigón, el pasillo débilmente
iluminado, y arriba en el hueco de la escalera. Incluso aunque los osos eran su
siguiente punto de contacto, Rick no confiaba en nadie.

Dos osos estaban de pie en la entrada del edificio y dos estaban tras ellos, Clyde
dirigía el camino mientras ellos salían de la escalera en el tercer piso. Podía oír ruidos
viniendo de un par de apartamentos, pero ellos se mantuvieron caminando hasta que
llegaron al último piso a la izquierda.

Clyde abrió y entró.

Rick se detuvo en el umbral. —Si esto es una trampa, te veré muerto antes de que
algún daño le suceda a mi pareja.

—Y la misma promesa es válida para mi pareja también. —Clyde respondió. —


Mientras ella esté segura, la tuya lo estará también.

Rick dio un paso al apartamento, detectó a una mujer sentada en el sofá


amamantando a un pequeño infante. Él rápidamente evitó mirarla.

—Esta es mi pareja, Kara, y mi cachorro recién nacido, Isaiah.

<< Maldición. >> ¿El hombre era un padre reciente y estaba ayudando a fugitivos?
Rick estaba impresionado y horrorizado. ¿Cómo podía preguntarle a alguien con una
familia, un recién nacido, porque arriesgar su vida? No podía aguantar el
pensamiento de Isaiah creciendo sin un padre porque había ayudado a Rick.

—Tal vez deberíamos movernos a nuestro próximo contacto. —Dijo Rick mientras
tiraba a Dorian más cerca, necesitando el confort, el contacto. Lo que vio ante él se
estrelló contra Rick con el realismo que ninguno de los eventos previos tuvo el poder
de hacerlo. La lucha se había vuelto realidad, renovaba la desesperación de mantener
a los cambiantes a salvo. Rick sabía que si cualquier cosa le pasaba a esta pequeña
familia nunca se lo perdonaría.

Pero entonces de nuevo, ¿no se habían sacrificado ya los padres de Miguel ellos
mismos para mantener a los padres de Dorian a salvo? ¿No se había ya extendido la
silenciosa guerra a las vidas de las personas por las que más se preocupaba?

—Tonterías. Kara está tan inflexible sobre esta rebelión como tú lo estás. Ella cree
que cada vida es preciosa y no debería ser extinguida porque el gobierno le tema a lo
226
desconocido, le tema a nuestra especie.

Rick miró rápidamente a la madre y al bebé, y quiso cazar y capturar a los


responsables de empezar todo esto. Él no quería que Kara se volviera una viuda y el
cachorro huérfano. El cansancio se filtró en sus huesos mientras estaba de pie ahí en
la casa de extraños dispuestos a dar sus vidas para ayudar a Rick y Dorian.

—Esto es lo que quería mostrarte. —Clyde le tendió a Rick un periódico. —También


sobre todas las noticias. Sé que has estado demasiado ocupado huyendo para saber
qué está sucediendo.

Rick liberó a Dorian y agarró el periódico. Cuando sus ojos cayeron sobre la pagina
principal, hielo corrió hacia abajo en su columna.

Había empezado.

—Hubo un atentado en Georgia. Quien sea que esté detrás del acto atroz asesinó
veinticinco estudiantes universitarios y dos profesores. Tres testigos dicen que vieron
al hombre responsable huyendo de la escena del crimen, cambiando en una forma de
jaguar antes de desaparecer en el bosque circundante al campus. El gobierno declaró
que cualquier cambiante capturado será detenido e interrogado. ¿Sabes lo que eso
significa? —Clyde preguntó, la ira y el miedo evidente en su voz.

—Yeah, —Rick respondió mientras leía los detalles. —Significa que si capturan a
algún cambiante no se sabrá de él de nuevo.

—Exactamente.

—¿Piensas que un cambiante fue el responsable? —Benito preguntó. Rick podía oír
las lágrimas en la voz del juvenil. —¿Piensas que asesinó a esos niños?

Rick sacudió su cabeza, pero no estaba seguro de qué pensar. Benito necesitaba la
tranquilidad de que el mundo no estuviera cayéndose a pedazos, pero Rick no podía
darle eso. Sería una mentira. —No estoy seguro. Él podría ser el responsable, o
podría haber estado cagado de miedo y haber corrido.

Por todo lo que Rick sabía, el jaguar podría haber estado fuera y haber huido por su
vida, sabiendo que sería culpado.

227
Por otro lado, él podría haber asesinado a esos veintisiete humanos. Rick sólo no lo
sabía. Pero cualquiera que fuera el caso, el atentado fue suficiente para el gobierno
para declarar abiertamente una guerra contra ellos. Ellos tenían el doble de pruebas
con el atentado y la masacre, y ahora nadie iba a interpomerse en su camino para
exterminar a los cambiantes, borrándolos de la existencia.

Omar caminó rápidamente a través de las oscuras calles de Shelton. Miró sobre su
hombro, asegurándose de que nadie lo estaba siguiendo mientras se deslizaba
pasando un aparcamiento de autos y dirigiéndose hacia el bar al final de la cuadra.

Entró en la taberna, viendo al hombre con el que supuestamente se reuniría sentado


en un reservado del fondo, bebiendo una jarra de cerveza. Omar se dirigió hacia el
hombre, ignorando los fuertes golpes de las bolas de billar y la incluso más fuerte
música.

Odiaba los bares. Omar preferiría haberse reunido con el hombre en una librería o
una cafetería, pero siendo tarde en la noche, sus opciones eran limitadas.

—Lo hiciste.

Omar asintió mientras tomaba un asiento. —¿Tienes la prueba?

—Directo al punto. —El hombre rió entre dientes. —¿Sin juegos previos?

El hombre agravaba la mierda fuera de él, pero era un pequeño precio a pagar para
obtener la información que necesitaba. Dormir con el tipo no había sido lo que Omar
quería, pero añade los constantes comentarios provocativos y groseros y Omar quería
matar al hombre. Él no culpaba a su manada por cuan bajo se había hundido para
conseguir la información, pero maldita sea si no se sentía como una puta.

Omar jugó bien. —Si tengo lo que quiero, entonces conseguirás lo que por derecho te
mereces. —Su sonrisa era dulce, llena con una promesa que no tenía la intención de
mantener.

Carleton llegó al bolsillo interior de la chaqueta de su traje, y sacó un sobre de manila


doblado. —Sí, lo tengo.

Omar alcanzó el sobre, pero Carleton lo alejó antes de que pudiera agarrarlo. —
Primero quiero mi pago. Tan agradable como es joder tu culo, el sexo no lo hará esta 228
vez.

—Ese no era el trato. Dijiste nada sobre cualquier tipo de pago monetario. —Omar
apretó sus dientes, deseando como el infierno que él pudiera desgarrar la garganta del
hombre y acabar con él. Era un cruel compañero de cama y le gustaba jugar juegos
mentales. Omar no estaba en los juegos mentales o ser golpeado durante el sexo.
Carleton era un amante sádico, y Omar rezaba que nunca tuviera que dormir con el
hombre de nuevo.

Pero ellos nunca hablaron de dinero. El pensamiento sólo lo hacía sentirse más barato
de lo que ya lo hacía.

Carleton sacudió su cabeza. —Nada de dinero.

—¿Entonces qué?

Inclinándose más cerca, una lujuriosa sonrisa jugó en los labios del hombre,
haciéndolo verse siniestro y mostrándole a Omar que había subestimado al humano.
—Los cambiantes ahora están en la lista de los más buscados. ¿Cuánto piensas que
me pagaran si te entrego?

Omar se congeló.

—Eso es lo que pensé. —Carleton se recostó, una victoriosa sonrisa en su cara. —


Ahora jugaremos con mis reglas. Quiero la ubicación de Enrique Marcelo y Dorian
Campbell, y este sobre es todo tuyo.

Omar lamió sus labios secos. —No estoy al tanto de esa información, Carleton.

—Entonces supongo que vas por una pequeña carrera al centro de detención que
Washington está creando en este mismo momento.

—¡Espera! —Omar tiró a Carleton devuelta hacia abajo cuando iba a irse. —Pero
conozco quien lo sabe. Dame un día para descubrirlo.

Carleton lo alcanzó a través de la mesa, trazando sus dedos sobre los labios de Omar,
un cruel y sádico brillo en el azul apagado de sus ojos. —Tienes veinticuatro horas
antes de que no sólo tú, sino tu familia sea expuesta. Crucifícame y no sólo tú serás
entregado con un lazo atado alrededor de tu cuello como un collar de perro, sino que

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me aseguraré de que este sobre nunca toque tus garras.

Omar sabía que tenía que conseguir ese sobre. Contenía una lista de los nombres de
su manada entera, direcciones, incluidas. No estaba seguro de cómo el detective había
conseguidos sus manos en eso, pero tenía que ser destruido… junto con Carleton.

Pero ahora el Detective Carleton Dayton había cambiado las tornas con Omar, siendo
más listo que él. Eso lo hacía apretar sus muelas traseras. Carleton era atractivo, pero
había demostrado ser como todos los demás seres humanos. Engañosos. Traicioneros.
Manipuladores. Sádicos.

—Veinticuatro horas. —Omar dijo y sabía que sus manos estaban atadas tras su
espalda. Si no conseguía la ubicación de Rick y Dorian, la manada entera iba a ser
arrestada. Ni siquiera conocía a Dorian, pero eso no importaba. Omar no estaba
demasiado interesado en un humano siendo candidato para el compañero del Alfa,
pero de nuevo, los siete días de Dorian fueron destinados y Omar sabía que sus
oportunidades de ser la pareja de Rick estaba viéndose sombrías.

No importaba su opinión, el Alfa Enrique tenía que ser protegido. ¿Pero cómo iba a
proteger al hombre y conseguir ese sobre al mismo tiempo?

—La misma hora, el mismo lugar, mañana en la noche. —Carleton se paró, arrojando
unos pocos billetes en la mesa, y luego salió del bar, dejando a Omar con ninguna
elección sino descubrir donde el Alfa y el humano se estaban escondiendo.

230
Capítulo 26
Rick salió del baño y se volvió instantáneamente duro ante la vista que yacía en la
cama. Dorian estaba desnudo, tendido en su costado, su tentador culo expuesto para
el examen detenido de Rick.

Podía decir que Dorian estaba dormido por el lento y constante aumento y caída de la
respiración del hombre. Ignorar la vista ante él e ir a dormir era absolutamente inútil.
Rick no sólo anhelaba a Dorian ahora, sino que parecía que el humano estaba en su
sangre. No tomar a Dorian no iba a ser una opción.

Recorriendo la punta de sus dedos sobre el costado de Dorian, Rick sintió la suavidad
de la piel de su pareja y el calor envolvió su cuerpo alrededor del hombre más
pequeño. Su vista viajó hacia una expuesta cadera, apreciando el perfecto culo de su
pareja y la belleza de la imagen ante él.

Todo lo que Rick quería era arrastrarse a los brazos de Dorian y quedarse ahí por toda
la eternidad. Había tanto que quería para su pareja, tanto que no podía darle.
Tomando una profunda respiración, Rick dejó la toalla caer al piso mientras subía a la
cama y tiraba a Dorian de espalda a su pecho.

—¿Es tiempo de levantarse? —Dorian masculló, el sueño profundamente atado a su


voz. Mientras su pareja se giraba, sus parpados subían lentamente. Rick se preguntó
cómo Dorian podía verlo y no odiarlo por alterar su vida. Porque desde la candidatura,
Doria ahora era una parte de este caos, esta batalla para sobrevivir que nada tenía que
ver con él y todo con amar a un cambiante.

—No, gatito. Sólo has estado dormido por veinte minutos. —El cabello de su pareja
aún estaba húmedo de su ducha, pero Rick ignoró las húmedas hebras mientras
acariciaba el cuello de Dorian. —Pero no pude resistirme a ti.

Dorian se giró en los brazos de Rick, su cuerpo caliente confortando a Rick en una
forma que nunca pensó posible. ¿Cómo alguien era capaz de traerle paz a su alma
hecha jirones? La lucha sólo había empezado, aún así Rick se sentía como si hubiera
estado con ira durante décadas. Pero de alguna manera, el cuerpo de Dorian, su
cercanía, su aceptación en lo que ahora se estaban metiendo inundaba a Rick como 231
una lluvia caliente en un día de verano.

Tomó la parte posterior de la cabeza de Dorian, trayéndolo más cerca, besando al


hombre que había llegado a significar todo para él. Su vida ahora estaba entrelazada
con la de Dorian, su mundo girando alrededor del joven hombre.

Enterrando una mano en el cabello de Dorian, Rick se concentró en besar y lamer


sobre los exuberantes labios. Su pareja se arqueó en él, un gemido sin aliento
escapando de sus labios.

Su mano se deslizó hacia abajo en la espalda de Dorian, deteniéndose en el perfecto


culo de su pareja, y luego lo ahuecó, tirando a Dorian más cerca.

Dorian rompió el beso, y luego pasó la lengua sobre la mandíbula de Rick. —No
importa qué pase en el futuro, yo siempre te amaré, Rick.

Rick cerró sus ojos mientras aquellas palabras se arrastraban a su corazón. Él sabía
sin una duda que Dorian estaba diciendo la verdad. Podía sentir el amor y la
determinación saliendo de Dorian como una cálida caricia. El hombre creía lo que
había confesado.

—Incluso aunque intimidabas la mierda fuera de mí antes de llegar a conocerte.

Rick miró hacia abajo a su pareja mientras alcanzaba el lubricante bajo la almohada.
—¿Lo hacía?

Dorian arrojó su pierna sobre la cadera de Rick. Abriéndose a sí mismo para los
dedos invasores de Rick. Humedeció sus dedos, arrojando la botella a un lado, y
luego se burló del agujero pulsante de su compañero. El musculo se sentía como el
paraíso bajo su dedo. Rick sabía que nunca se cansaría de explorar el cuerpo de su
pareja. Mantenía una fascinación por él que nunca disminuiría. Sentía su polla
hincharse y pulsar mientras los labios de su pareja se separaban y su cabeza se
inclinaba a un lado mientras los dedos de Rick finalmente atravesaban el apretado
agujero de su pareja.

—Sí. —Dorian dijo la palabra como si debería haber sido obvio para Rick cuan
intimidante realmente era. —Tenías esta oscura, peligrosa mirada en ti. Estaba muerto
de miedo incluso de hablarte.

—¿Y ahora? —Rick preguntó mientras abría sus dedos en tijeras en el estrecho culo
232
de Dorian.

Dorian gimió, empujándose hacia atrás en los dedos de Rick. Su polla erecta
deslizándose contra la de Rick. Se estaba muriendo por agarrar ambas pollas y
acariciarlos hasta el final, pero no había manera de que pasara la oportunidad de
sentir el cuerpo de Dorian empalado en su pene.

El gruñido de Rick hizo eco a través de la habitación mientras el agujero de su pareja


era estirado alrededor de sus dedos. Había luchado por el control, luchaba ahora por
tomar a Dorian salvajemente. Rick rezó que pudiera controlar la violenta lujuria
golpeándolo, demandando una dura y feroz jodida.

Su polla hormigueó, doliendo por la liberación, sus bolas estiradas y apretadas, y


Rick ni siquiera había entrado en el hombre. Había dicho algo sobre cuanto Dorian lo
afectaba. Rick nunca antes había estado así de cerca sólo por usar sus dedos en
alguien antes.

—Aún tienes esa oscura y peligrosa mirada en ti, pero en lugar de tener miedo,
cuento con ella para mantenernos a salvo. —Dorian se inclinó y besó la barbilla de
Rick, mirando a Rick bajo sus oscuras pestañas. La mirada hacía ver a su pareja tan
malditamente sensual que Rick estaba ardiendo por el hombre. —Y la encuentro sexy
como el infierno ahora.

Era bueno saber que su pareja no le temía. Rick no sería capaz de tratar con el hecho
de que Dorian estaba demasiado asustado para incluso hablarle. Pero no podría
resistirse a tomarle el pelo a su pareja. —Entonces estoy perdiendo mi toque. —Él
dejó que sus caninos se deslizaran libres, dejándolos al descubierto a Dorian
juguetonamente.

—Nada de eso. —Dorian rió entre dientes y luego gimió cuando Rick añadió un
tercer dedo. —Pero sé que nunca vas a lastimarme.

—Nunca, gatito. —Rick se giró, colocando su cuerpo por encima del de Dorian y
removiendo su mano. Dorian tiró sus piernas a su pecho, dándole a Rick total acceso
a su hermoso cuerpo. Incapaz de soportarlo más tiempo, Rick empujó su polla en el
cuerpo de Dorian lentamente. Ellos gimieron en unisonó mientras Dorian apoyaba
sus manos contra el cabecero y empujaba de vuelta.

Apretando sus dientes, Rick descendió de nuevo, queriendo gritar ante el increíble
placer de la fricción de la carne de Dorian contra la suya. Rick estaba abrumado por
233
la caliente opresión rodeando su dura polla y la vista de puro éxtasis en el rostro de
Dorian.

Tal vez había protestado sobre tener una pareja, pero Rick estaba malditamente
contento de tener a Dorian. El humano había vuelto el mundo de Rick patas arriba y
le había mostrado que estar emparejado no era tan malo como Rick había pensado.

Delgadas piernas se envolvieron alrededor de su cintura y cada una de sus embestidas


era recibida por su ansiosa pareja. Dorian presionó los talones de sus pies en la
espalda baja de Rick, metiendo su polla más profundo en el culo de su amante.

Rick agarró las caderas de Dorian y empezó a moverse hacia atrás y adelante, su
polla completamente enterrada, lentamente primero, sacándola casi completamente y
luego empujando dentro.

La sensación era increíble.

Rick se inclinó hacia adelante, raspando la punta de sus caninos a lo largo del hombro
de Dorian, probando a su pareja mientras su polla era enterrada una y otra vez.

—Mi dios, jodes como un sueño. —Dijo Dorian y luego gimió.

Rick sonrió, estando seguro de que era puramente malvada mientras estrechaba los
hombros de Dorian por debajo cuidando de la herida del hombre que todavía estaba
curándose y comenzó a subir y bajar a Dorian mientras sus embestidas se
incrementaban en su intensidad.

Dorian arqueó su espalda, sus labios explorando la garganta de Rick mientras Rick
sentía su orgasmo corriendo a los largo de su columna, construyéndose, creciendo en
ondas y amenazando con arrasarlo.

Rick llegó entre ellos y envolvió su mano alrededor de la pulsante erección de Dorian,
la carne caliente enviando olas de placer a través de él. Comenzó a acariciar a su
pareja al tiempo de sus embestidas, Dorian jadeando y retorciéndose bajo él.

—No sabes el poder que tienes sobre mí. —Rick murmuró mientras empujaba su
polla profundo dentro de su pareja, disfrutando del sedoso canal que tenía un fuerte
agarre alrededor de su pene.

234
—Dudo mucho eso. —Dorian dijo mientras cavaba sus uñas en el pecho de Rick. —
No puedo verme a mí mismo domando a la bestia dentro de ti.
Y el hombre estaría equivocado. No había nada que le negaría a Dorian. Su bestia ya
estaba domada alrededor del pequeño hombre, encontrando una paz que Rick nunca
pensó sentir. Dorian era como un bálsamo para su dolorido corazón.

Dorian levantó sus caderas, sus gemidos volviéndose más intensos. Rick aceleró sus
golpes, ambos con su mano y su cuerpo. Él quería ver como su pareja se venía,
clamando el nombre de Rick en la pasión.

Su aliento se detuvo en su pecho cuando Dorian arqueó su espalda y gritó, la mano de


Rick llenándose con la caliente semilla de su pareja. Levantando sus brazos, Rick
bloqueó sus ojos con Dorian y luego lamió la semilla limpiándola de su mano.

Los ojos de Dorian se volvieron pesados con lujuria mientras veía a Rick
intensamente.

Una vez su mano estuvo limpia, Rick agarró la cabecera, desencadenando parte de sí
mismo en el humano, y deseando no romper a Dorian en el proceso. El sexo
cambiante era rudo, pero Rick se aseguraría de no lastimar a su pareja.

Había sido salvaje la primera vez que había reclamado a Dorian, pero incluso
entonces Rick se había contenido. El hombre no tenía idea del daño que Rick podía
infligir involuntariamente a su pareja.

—Deja de contenerte. —Dorian rogó debajo de él. —Puedo manejarte.

Rick sacudió su cabeza mientras el sudor caía por su espalda. —No. —Apretó sus
dientes, sus empujes duros, pero moderados. —No puedo arriesgarme… —Antes de
que Rick pudiera finalizar, Dorian lo empujó, tomando a Rick por sorpresa y
enviándolo a toda prisa en su espalda. Dorian trepó a Rick, empalándose a sí mismo.

—Entonces me arriesgaré por ambos. —Su pareja se inclinó hacia adelante y mordió
en el pecho de Rick, justo por encima de su corazón, sus dientes romos enviaron a
Rick sobre el borde. Rick agarró las caderas del hombre más pequeño y metió su
polla hasta la empuñadura. Golpeó repetidamente el culo de Dorian, su control se fue,
arrastrado lejos cuando su pareja lo reclamó. Su lobo tomó posesión, reclamando a
Dorian y demostrándole quien estaba a cargo mientras Dorian curvaba sus dedos
alrededor de los bíceps de Rick y se sostenía.

235
Mientras su orgasmo desgarraba a través de él, Rick tiró a Dorian hacia abajo,
mordiéndolo en su hombro y embistiendo en el culo de su pareja hasta que estaba
completamente agotado. Liberó sus dientes y lamió la herida. Era una cicatriz
permanente ahora, mostrándoles a todos que Dorian estaba emparejado, reclamado y
que estaba fuera de los límites. Pero sabía que la herida no le dolía a su pareja. Lo
había hecho la primera vez que Rick lo había mordido, pero ahora era una zona
erógena para Dorian, trayéndole al hombre placer cada vez que Rick lo reclamaba.

Dorian se extendió sobre del pecho de Rick, su corazón golpeando tan frenéticamente
que Rick podía no sólo sentirlo, sino oírlo también. Pasó su mano hacia abajo en la
espalda de Dorian, tratando de recuperar su propio aliento.

Cuando oyó el suspiro de satisfacción de Dorian, por primera vez en su vida, él


verdaderamente entendió lo que significaba estar emparejado.

No era sobre parecer débil a los ojos de Dorian. No era sobre pensar que era suave
por querer cuidar a su pareja. Ni siquiera era sobre probar su fuerza, y mostrarle a
Dorian que Rick podía protegerlo y mantenerlo a salvo.

Era sobre ese único y simple pequeño suspiro. El sonido era algo sin lo que Rick
nunca quería vivir. En ese momento, sabía que lucharía hasta el amargo final no sólo
por sus especies, sino por la oportunidad de oír ese suspiro hasta que fuera viejo y
gris.

—Gracias, gatito.

—¿Por qué?

—Por no alejarte cuando tenías la oportunidad.

La cabeza de Dorian se acercó, sus bonitos ojos cafés bloqueando los de Rick. —¿No
lo sabías?

Rick pasó sus manos sobre la espalda de Dorian, sonriéndole a su pareja, una
maquiavélica sonrisa y sintiendo su corazón estallar de amor. —¿Saber qué? —Rick
preguntó.

—Nunca tuve una oportunidad. Tanto como luché por no estar emparejado a ti, caí
enamorado antes de que me diera cuenta siquiera.

Rick rió mientras abrazaba a Dorian, sabiendo que incluso pensando que su viaje sólo
había empezado, Rick intentaría gastar todos los días mostrándole a su pareja cuan

236
afortunado era realmente Rick.
Edward Costello se sentó en la húmeda celda, sintiendo el odio y la traición
carcomiéndolo como un oscuro cáncer. Él no mantendría más tiempo la esperanza de
que Enrique lo ayudara a salir de su cautiverio. Si el Alfa hombre lobo iba a ayudarlo,
ya lo habría hecho.

Había sido olvidado, dejado que se pudriera en este inmundo lugar.

En ese momento, Edward prometió que haría pagar a Enrique Marcelo. El hombre
perdería lo que más quería.

Isabelle.

Recostándose contra la pared de la celda, Edward renovó sus planes de escape ahora
que tenía un objetivo en el que enfocarse. Soportaría que las hienas se burlaran, tanto
tiempo como haría pagar a Enrique por dejarlo para ser torturado.

Incluso aunque Leon se había vuelto a Enrique por ayuda, Edward sabía que Enrique
no iba a honrar la deuda que su familia le debía a la de Edward. El hombre había
probado que era un cobarde, a diferencia del padre del hombre lobo.

Edward cerró sus ojos trayendo una imagen de Isabelle Marcelo en su mente y
sonriendo ante el pensamiento de cómo iba a buscar su venganza.

Fin

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Coordinación de Proyectos
Pervy
Traductora
Tamara
Correctora
Nika
Portada
Clau
Diseño y Formato
Pervy 238

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