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Señor

JUEZ LABORAL DEL CIRCUITO DE BUCARAMANGA (Reparto)


E. S. D.

CARLOS HERNANDO GÓMEZ PARRA, civilmente capaz, identificado con la cédula


de ciudadanía número 91.251.816 expedida en Bucaramanga, domiciliado y residente en
esta ciudad, abogado portador de la tarjeta profesional 64.275 del Consejo Superior de la
Judicatura, con dirección de correo electrónico carloshgomezp@gmail.com registrada ante
la Unidad de Registro Nacional de Abogados y Auxiliares de la Justicia, obrando en calidad
de apoderado judicial de la señora DORA ELIZABETH PINEDA SALGAR, civilmente
capaz, identificada con la cédula de ciudadanía número 63.338.776, domiciliada y residente
en la calle 11 N # 10 A-30, torre 18 apartamento 201 urbanización Minuto de Dios de
Bucaramanga, con número de teléfono 3212631446, con dirección de correo electrónica
doraelizabethpinedasalgar@gmail.com, conforme al poder debidamente otorgado y que
adjunto al presente escrito para que se sirva reconocerme personería, me permito interponer
ante su Despacho, demanda laboral ordinaria de primera instancia contra la UNIDAD
ADMINISTRATIVA ESPECIAL DE GESTIÓN PENSIONAL Y
CONTRIBUCIONES PARAFISCALES DE LA PROTECCIÓN SOCIAL, UGPP,
Unidad Administrativa del orden nacional, con personería jurídica, autonomía
administrativa y patrimonio independiente, adscrita al Ministerio de Hacienda y Crédito
Público, según lo dispuesto en el artículo 156 de la Ley 1151 de 2007, con domicilio
principal en la ciudad de Bogotá D.C. representada por FERNANDO JIMENEZ
RODRIGUEZ, en su calidad de Director General, o por quien haga sus veces al momento
de la notificación del auto admisorio, la sustitución pensional causada por el fallecimiento
de MIGUEL ÁNGEL SALAZAR JIMÉNEZ, quien en vida se identificaba con la cédula de
ciudadanía número 17.061.555 expedida en Bogotá D.C, la cual fue peticionada en su
condición de compañera permanente, con el fin de que mediante el trámite legal
correspondiente al proceso laboral de primera instancia, y mediante sentencia, se profieran
las siguientes o parecidas declaraciones o condenas:

I. PRETENSIONES

Con fundamento en los hechos que se expondrán, muy comedidamente solicito al señor
Juez, que previo el reconocimiento de mi personería para actuar como apoderado judicial
de la parte demandante, y cumplidos los trámites legales propios del presente proceso
ordinario de primera instancia, se declare y condene a lo siguiente:

PRIMERA: Declarar que la señora Dora Elizabeth Pineda Salgar, en su condición de


compañera permanente de Miguel Ángel Salazar Jiménez, tiene derecho al reconocimiento
y pago de la pensión de sobrevivientes, causada a partir del 1º de julio de 1994, incluidas
las mesadas causadas y los reajustes de ley, sin perjuicio de que el otro 50% acrecentara la
misma en el momento que la hija dejara de acreditar las condiciones de beneficiario.

SEGUNDA: Que se condene a la entidad demandada al pago de los intereses moratorios


del artículo 141 de la Ley 100 de 1993, sobre las mesadas causadas y no pagadas desde el
1º de julio de 1994, o en la fecha que judicialmente se determine, liquidadas conforme a la
tasa vigente al momento de honrar la obligación pensional reclamada.

TERCERA: Que se condene a la entidad demandadas al pago de las costas procesales y


agencias en derecho.

Como fundamento de las pretensiones, señalo los siguientes:

II. HECHOS

PRIMERO: La señora Dora Elizabeth Pineda Salgar, nació el día 26 de septiembre de


1968.

SEGUNDO: Dora Elizabeth Pineda Salgar y el señor Miguel Ángel Salazar Jiménez
convivieron como compañeros permanentes de manera continua desde el 15 de noviembre
de 1984 al 30 de junio de 1995, y producto de esta relación concibieron dos hijas: Mayra
Salazar Pineda y Yesenia Salazar Pineda.

TERCERO: El día 30 de junio de 1994, falleció el señor Miguel Ángel Salazar Jiménez

CUARTO: La demandante para la fecha del fallecimiento de su compañero permanente,


señor Miguel Ángel Salazar Jiménez, convivía con él, compartiendo un mismo lugar de
habitación y lecho, recibiendo de éste todo lo necesario para su sostenimiento y
manutención, por cuanto dependía totalmente de su compañero, dado que ella se dedicaba
de manera total y continua al cuidado del hogar, realizando las labores domésticas
requeridas para la buena marcha de la relación de pareja, generándose por lo tanto una
comunidad de vida estable, permanente y firme, de mutua comprensión, apoyo espiritual y
física.

QUINTO: En razón al fallecimiento de Miguel Ángel Salazar Jiménez, quien era afiliado
al Instituto de Seguros Sociales, esta entidad mediante la resolución No. 001236 del 30 de
mayo de 1995, le concedió la pensión de sobrevivientes sólo a favor de Mayra Salazar
Pineda y Yesenia Salazar Pineda.

SEXTO: Mediante resolución RDP 029933 del 4 de octubre de 2019, suscrita por el
Subdirector de Determinación de Derechos Pensionales de la UNIDAD
ADMINISTRATIVA ESPECIAL DE GESTIÓN PENSIONAL Y CONTRIBUCIONES
PARAFISCALES DE LA PROTECCIÓN SOCIAL, se le negó a la demandante el
reconocimiento de la pensión de sobrevivientes con ocasión fallecimiento de Miguel Ángel
Salazar Jiménez, por no haber aportado la copia auténtica de su registro civil de nacimiento,
indicándosele que hasta tanto no lo aportara no se le reconocía la prestación pensional
reclamada.

SÉPTIMO: La accionante interpuso los recursos de reposición y en subsidio el de


apelación contra la precitada resolución RDP 029933 de 2019, acompañándolos del
respectivo registro civil de nacimiento, dando así cumplimiento a lo señalado en el acto
administrativo impugnado.
OCTAVO: El Subdirector de Determinación de Derechos Pensionales de la UGPP,
mediante la resolución RDP 032938 del 1º de noviembre de 2019, resolvió confirmar en
todas sus partes la resolución impugnada, indicando que no obstante haberse aportado el
registro civil de nacimiento de la peticionaria, también era adicionalmente necesario, y ante
la nota marginal fijada en la partida de bautismo de Salazar Jiménez, en la que se indica que
el causante contrajo matrimonio con Segunda Álvarez, el 17 de abril de 1971, que la
demandante aportara documentos correspondientes al estado de esa relación matrimonial.

NOVENO: En la precitada resolución RDP 032938, se le señaló a la demandante un nuevo


requisito, al imponérsele la carga de tener que probarle a la UGPP que había sucedido con
la anterior unión, para llevarle la certeza de si la sociedad conyugal se había disuelta, y
determinar si Segunda Álvarez tenía derecho a sustituir pensionalmente al causante, lo que
conllevó a que se le confirmara la negativa a reconocérsele la pensión de sobrevivientes,
hasta tanto no probara si ese tercero tenía o no el derecho pensional que Dora Elizabeth
reclama.

DÉCIMO: : El Director de Pensiones de la UGPP, mediante la resolución RDP 035840 del


27 de noviembre de 2019, resolvió confirmar en todas sus partes la resolución RDP 29933
de 2019 impugnada, reiterando los argumentos dados en primera instancia, requiriendo que
la peticionaria aportase la sentencia o escritura pública de divorcio del causante Salazar
Jiménez con la señora Segunda Álvarez, y así acreditar fehacientemente su derecho, por
cuanto de las pruebas recaudadas no se pudo establecer si el causante estaba en efecto
separado de hecho con unión conyugal vigente o divorciado, lo que conllevó a que se le
negara la pensión de sobrevivientes, hasta tanto no aportara la prueba documental
respectiva.

UNDÉCIMO: La demandante, en su condición de compañera permanente del señor


Salazar Jiménez, radicó el 30 de septiembre de 2021 un escrito de reclamación
administrativa ante la UNIDAD ADMINISTRATIVA ESPECIAL DE GESTIÓN
PENSIONAL Y CONTRIBUCIONES PARAFISCALES DE LA PROTECCIÓN
SOCIAL, con el fin de obtener el reconocimiento y pago de la sustitución pensional.

FUNDAMENTOS Y RAZONES DE DERECHO

Como base legal de las pretensiones planteadas en la presente demanda, relacionadas en


primera medida, con el reconocimiento de la pensión de sobrevivientes que reclama la
demandante, me permito señalar los siguientes enunciados normativos, contenidos en la
Ley 100 de 1993, en su redacción original, teniendo en consideración, que, siendo la fecha
de la muerte del causante el día 30 de junio de 1994, son las que regulan el derecho
pretendido por la accionante:

ARTICULO 46. Requisitos para obtener la Pensión de Sobrevivientes.


Tendrán derecho a la pensión de sobrevivientes:

1. Los miembros del grupo familiar del pensionado por vejez, o invalidez por
riesgo común, que fallezca, y
2. Los miembros del grupo familiar del afiliado que fallezca, siempre que
éste hubiere cumplido alguno de los siguientes requisitos:
a) Que el afiliado se encuentre cotizando al sistema y hubiere cotizado por lo
menos veintiséis (26) semanas al momento de la muerte;
b) Que habiendo dejado de cotizar al sistema, hubiere efectuado aportes
durante por lo menos 26 semanas del año inmediatamente anterior al
momento en que se produzca la muerte.
PARAGRAFO. Para efectos del cómputo de las semanas a que se refiere el
presente artículo se tendrá en cuenta lo dispuesto en los parágrafos del
artículo 33 de la presente Ley.

En cuanto a los beneficiarios, el artículo 47 de la ley 100 de 1993, preceptúa lo siguiente:

ARTICULO 47. Beneficiarios de la Pensión de Sobrevivientes.

Son beneficiarios de la pensión de sobrevivientes:

a) En forma vitalicia, el cónyuge o la compañera o compañero


permanente supérstite. En caso de que la pensión de sobrevivencia se
cause por muerte del pensionado, el cónyuge o la compañera o compañero
permanente supérstite, deberá acreditar que estuvo haciendo vida marital
con el causante por lo menos desde el momento en que éste cumplió con los
requisitos para tener derecho a una pensión de vejez o invalidez, y hasta su
muerte, y haya convivido con el fallecido no menos de dos (2) años
continuos con anterioridad a su muerte, salvo que haya procreado
uno o más hijos con el pensionado fallecido;

b) Los hijos menores de 18 años; los hijos mayores de 18 años y hasta los
25 años, incapacitados para trabajar por razón de sus estudios y si
dependían económicamente del causante al momento de su muerte; y, los
hijos inválidos si dependían económicamente del causante, mientras
subsistan las condiciones de invalidez;

c) A falta de cónyuge, compañero o compañera permanente e hijos con


derecho, serán beneficiarios los padres del causante si dependían
económicamente de éste; d) A falta de cónyuge, compañero o compañera
permanente, padres e hijos con derecho, serán beneficiarios los hermanos
inválidos del causante si dependían económicamente de éste.

Por su parte, la ley 797 de 2003, mediante su artículo 13 modificó el artículo 47 de la ley
100 de 1993,

ARTÍCULO 47. BENEFICIARIOS DE LA PENSIÓN DE


SOBREVIVIENTES. <Expresiones "compañera o compañero permanente" y
"compañero o compañera permanente" en letra itálica CONDICIONALMENTE
exequibles>
<Artículo modificado por el artículo 13 de la Ley 797 de 2003. El nuevo
texto es el siguiente:> Son beneficiarios de la pensión de sobrevivientes:

a) En forma vitalicia, el cónyuge o la compañera o compañero


permanente o supérstite, siempre y cuando dicho beneficiario, a la fecha
del fallecimiento del causante, tenga 30 o más años de edad. En caso de
que la pensión de sobrevivencia se cause por muerte del pensionado, el
cónyuge o la compañera o compañero permanente supérstite, deberá
acreditar que estuvo haciendo vida marital con el causante hasta su muerte
y haya convivido con el fallecido no menos de cinco (5) años continuos con
anterioridad a su muerte;

b) En forma temporal, el cónyuge o la compañera permanente supérstite,


siempre y cuando dicho beneficiario, a la fecha del fallecimiento del
causante, tenga menos de 30 años de edad, y no haya procreado hijos con
este. La pensión temporal se pagará mientras el beneficiario viva y tendrá
una duración máxima de 20 años. En este caso, el beneficiario deberá
cotizar al sistema para obtener su propia pensión, con cargo a dicha
pensión. Si tiene hijos con el causante aplicará el literal a).

Si respecto de un pensionado hubiese un compañero o compañera


permanente, con sociedad anterior conyugal no disuelta y derecho a
percibir parte de la pensión de que tratan los literales a) y b) del presente
artículo, dicha pensión se dividirá entre ellos (as) en proporción al tiempo de
convivencia con el fallecido.

<Aparte subrayado CONDICIONALMENTE exequible> En caso de


convivencia simultánea en los últimos cinco años, antes del fallecimiento del
causante entre un cónyuge y una  compañera o compañero permanente, la
beneficiaria o el beneficiario de la pensión de sobreviviente será la esposa o
el esposo. Si no existe convivencia simultánea y se mantiene vigente la
unión conyugal pero hay una separación de hecho, la compañera o
compañero permanente podrá reclamar una cuota parte de lo
correspondiente al literal a en un porcentaje proporcional al tiempo convivido
con el causante siempre y cuando haya sido superior a los últimos cinco
años antes del fallecimiento del causante. La otra cuota parte le
corresponderá a la cónyuge con la cual existe la sociedad conyugal vigente;

(…)”.

La anterior cita normativa, fundamentos legales de las pretensiones planteadas por la


accionante, le daba el derecho a recibir, una vez se venza el derecho de una de las hijas
beneficiarias, a recibir el 100% de la mesada pensional por sustitución, dado que es la única
persona que tiene el derecho a percibir el monto de la mesada pensional, por haber estado
haciendo vida marital con el afiliado dentro de los cinco años anteriores al fallecimiento de
su compañero.

DEL PAGO RETROACTIVO DE LA PENSIÓN


Ahora bien, en cuanto al tema del pago de las mesadas pensionales con retroactividad a
partir de la fecha de la causación del derecho, es viable hacer referencia a la sentencia CSJ
SL540-2021, que analizó el caso de un cónyuge y padre de los hijos beneficiarios de la
pensión de sobrevivientes, quien, como representante de los mismos, peticionó la misma en
un 100% solo para sus descendientes y, posteriormente reclamó su derecho; encontrando el
efecto liberatorio de las mesadas pensiónales ya canceladas, bajo el entendimiento de que:

[...] la entidad demandada pagó íntegramente y de buena fe el valor de la prestación, a


partir de la fecha de fallecimiento de la causante, 16 de noviembre de 2005, a quien creyó
deberla en su momento, que eran los hijos entonces menores de aquella, como consta en la
comunicación expedida por la Jefatura Regional Central de Gestión de Personal de
Ecopetrol, fechada el 08 de febrero de 2006. Más aún, la pensión reconocida la recibió y
administró el actor, Luis Felipe Ossa Suárez, en su condición de padre y representante
legal de sus hijos beneficiarios, como consta a f° 382 a 384, en virtud de la solicitud que él
mismo elevara en nombre de sus hijos, pidiendo el «[...] reconocimiento para ellos del
100% [...]».

Y, con sustento en ello, reiteró la postura de esta Corte, en el sentido de que:

[...] la Sala se ha pronunciado en diversas oportunidades, no sólo en las sentencias


invocadas por la censura, sino, además, por ejemplo, en la providencia CSJ SL4627-2016
y, más recientemente, en la CSJ SL4604-2019, en la que se dijo: Sobre el particular vale
resaltar que Porvenir S.A. canceló a la menor hija de la actora -también beneficiaria de la
prestación- la totalidad del crédito a su cargo; esto es, en un 100%, proceder que por
considerarse válido, produce efectos liberatorios de la obligación de la administradora
respecto de cada una de las mesadas canceladas; en consecuencia, mal podía ordenarse el
reconocimiento del 50% a favor de la accionante a partir de la fecha de la expedición de
la sentencia, pues con ello se desconocerían dos circunstancias: (i) que contra tal decisión
procedían los recursos de ley y (ii) si el pago del porcentaje en disputa -50%- se suspendió
o no.

[...]

De lo anterior, se advierte que, por lo general, no resulta dable generar un doble pago de la
prestación por parte del fondo demandado, teniendo en cuenta que en este caso, se indicó
que el reconocimiento del 100% de su valor a la menor hija del causante, se hizo de buena
fe, y que el demandante la administró en su calidad de representante legal.

En tal dirección, erró el Tribunal al confirmar la decisión de primer grado únicamente en


cuanto estableció que el reconocimiento de la pensión de sobrevivientes, procedía a partir
de la expedición de la sentencia de primer grado e impuso intereses de mora a partir de
dicha calenda. En consecuencia, se casará la sentencia impugnada en cuanto a tal aspecto.

Expuesta la línea de pensamiento de esta Sala, salta a la vista, que no nos encontramos
frente al caso, como el expuesto, que permite entender que las mesadas pagadas tienen un
efecto liberatorio y, en consecuencia, se reitera que la aplicación normativa por parte de los
falladores se encuentra ajustada a derecho, pues recuérdese que la hoy encartada en
revisión, solicitó la prestación en su nombre, y el de su hijo, su solicitud fue negada por la
entidad previsional, quien a pesar de conocer su interés concedió la
totalidad de la pensión a su entonces al descendiente del causante y, fue en la instancia
judicial, incoada después de superar más de 8 años de la negativa que, por acreditar los
requisitos que permitían el acceso a la prestación, finalmente se reconoció, sin que el
accionado lograra desvirtuar dicha conclusión en el proceso.

RESPECTO A LA PRETENSIÓN DE INTERESES MORATORIOS

Para abordar el segundo cuestionamiento relacionado con la condena impartida por


concepto de los intereses moratorios del artículo 141 de la Ley 100 de 1993, baste trasladar
los siguientes argumentos expuestos por la Corte Suprema de Justicia en la CSJ SL i) su
naturaleza es resarcitoria y no sancionatoria, en consecuencia, la actuación de buena o mala
fe no es relevante para su interposición; ii) buscan reparar un perjuicio ante la falta de pago
total o parcial de la mesada pensiona!; iii) existen salvedades que exoneran de su
imposición, siempre y cuando existan razones atendibles al amparo del ordenamiento
jurídico vigente al caso decidido, o por aplicación de reglas jurisprudenciales, la
providencia reza: [...] como se dijo en la sentencia de la Corte Constitucional C-601 de
2000, así como en la reciente sentencia de esta corporación CSJ SL1681-2020, la finalidad
de los intereses moratorios previstos en el artículo 141 de la Ley 100 de 1993 es
simplemente la de resarcir los perjuicios ocasionados a los pensionados por la cancelación
tardía de sus mesadas pensiónales y, con ello, hacer efectiva la garantía prevista en el
artículo 53 de la Constitución Política, con apego al cual uno de los principios mínimos
fundamentales aplicables al trabajo es el de asegurar «[...] el pago oportuno y el reajuste
periódico de las pensiones [...]»

Por ello, esta corporación ha dicho que esa imperiosa obligación, así como las sanciones
derivadas de su incumplimiento, en este caso los intereses moratorios, encuentran un
importante fundamento en el hecho de que la «[...] pensión es el ingreso periódico con el
que cuentan las personas de la tercera edad, las personas con discapacidad o en estado de
indefensión, y los miembros del grupo familiar, para sortear sus necesidades básicas y
existenciales», además de que «Dada su conexión con el mínimo vital y existencial y los
derechos de grupos especialmente protegidos, la Constitución Política le dispensa un trato
especial SL1681-2020).

En paralelo a lo anterior, esta corporación ha sostenido que los intereses moratorios son
simplemente resarcitorios y no sancionatorios (CSJ SL, 23 sep. 2002, rad. 18512; CSJ SL,
29 nov. 2011, rad. 42839; y CSJ SL10728-2016, entre muchas otras), de manera que no es
pertinente efectuar algún análisis sobre la conducta del deudor obligado, sino que proceden
automáticamente por la mora en el pago efectivo de la obligación.

En la sentencia CSJ SL, 27 feb. 2004, rad. 21892, se dijo también que los intereses
moratorios tenían ese importante designio de hacer justicia a una parte vulnerable de la
población cuyo sostenimiento dependía del pago de su pensión. Esto se dijo en la decisión:
El artículo 141 de la Ley 100 de 1993 consagró los intereses moratorios como una fórmula
para dar respuesta al retardo en la solución de las mesadas pensiónales, con el plausible
designio de hacer justicia a un sector de la población que se ofrece vulnerable y que
encuentra en la pensión, en la generalidad de los casos, su única fuente de ingresos.
Acusan los intereses moratorios un claro y franco carácter de resarcimiento económico
frente a la tardanza en el pago de las pensiones, orientados a impedir que éstas devengan en
irrisorias por la notoria pérdida del poder adquisitivo de los signos monetarios.

No cabe duda de que el retardo o mora se erige en el único supuesto fáctico que
desencadena los intereses moratorios. Ello significa que éstos se causan desde el momento
mismo en que ha ocurrido la tardanza en el cubrimiento de las pensiones. En esas
condiciones, si los intereses moratorios tienen como finalidad reparar los perjuicios
ocasionados al pensionado por la mora en el pago de su respectiva pensión, es imperioso
reconocer que deben tener procedencia tanto en los casos de omisión en el pago de la
prestación, como en los casos de pago incompleto, pues en los dos eventos se produce un
detrimento para el pensionado, que merece una compensación efectiva.

La Corte, en este punto, ha señalado que no es admisible sostener que el pensionado


únicamente sufre un daño económico cuando no recibe suma alguna por concepto de
mesada pensional, pues, teniendo en cuenta que la pensión es un derecho íntimamente
relacionado con el mínimo vital, además de que su cuantía está fijada legalmente y tiene
una relación de correspondencia con los aportes al sistema, todo pago imperfecto,
insustancial o incompleto seguirá generando un deterioro cierto, que merece a todas luces
una legítima compensación.

Así las cosas, una interpretación teleológica de la norma impone reconocer que los intereses
moratorios también proceden en los casos de pago parcial o incompleto de la pensión, pues
en este caso el pensionado también sufre un injusto perjuicio, que merece reparación
objetiva.

5. Finalmente, para la Corte una interpretación como la que se viene sosteniendo puede
generar efectos inconvenientes para el derecho fundamental al mínimo vital de los
pensionados, pues puede propiciar que, con la mera discusión de la cuantía del derecho o a
partir de pagos simplemente parciales o insustanciales, las entidades administradoras de
pensiones se liberen de sus responsabilidades, lo que resulta abiertamente
contrario a las finalidades constitucionales de nuestro sistema de pensiones.

Así lo había previsto en algún momento esta corporación cuando, en la sentencia CSJ SL,
23 sep. 2002, rad. 18512, señaló que:

[...] el legislador previo el pago de intereses moratorios en caso de retardo en el pago de las
mesadas pensiónales, sin hacer distinción alguna en relación con la clase, fuente u otras
calidades de la pensión, siendo irrelevante que el derecho en cuestión hubiese sido
controvertido por la parte obligada a su pago. Aceptar lo contrario podría hacer nugatorio el
derecho del pensionado a ser resarcido por la mora en el pago de su derecho pensional,
pues bastaría que el obligado a su reconocimiento simplemente discuta el derecho en
cuestión para que quede eximido de los intereses moratorios.

En ese sentido, para la Corte es preciso subrayar que la obligación constitucional y legal de
las entidades administradoras de pensiones no es solo la de pagar de manera oportuna las
pensiones de sus afiliados, sino también y fundamentalmente la de pagarlas de manera
íntegra, cabal y completa, pues, de lo contrario, se harán merecedoras de la imposición de
los intereses moratorios establecidos en el artículo 141 de la Ley 100 de 1993.
[...] En primer lugar, que permanece vigente la jurisprudencia de la Corte en torno al
carácter meramente resarcitorio de los intereses, mas no sancionatorio, de manera que no es
necesario realizar algún examen de la conducta de la entidad obligada tendiente a descubrir
algún apego a los postulados de la buena fe. Ello con la salvedad de algunos casos en los
que, según la jurisprudencia, las entidades niegan administrativamente un determinado
derecho pensional o definen su cuantía con amparo en el ordenamiento legal vigente y
teniendo en cuenta que, finalmente, la obligación se produce por la aplicación de reglas
jurisprudenciales relativas a la validez de algunas normas.

En segundo lugar, que los intereses moratorios sobre saldos o reajustes de la pensión deben
liquidarse respecto de las sumas debidas y no pagadas, pero no teniendo como referente la
totalidad de la mesada pensional. En este punto es claro el artículo 141 de la Ley 100 de
1993 en cuanto dispone que la respectiva entidad debe pagar «la obligación a su cargo»,
que en este caso es el saldo debido, y «sobre el importe de ella», ese decir ese saldo, «la
tasa máxima de interés moratorio vigente en el momento que se efectúe el pago.»

Así las cosas, trasladando las directrices doctrinales hoy reiteradas, no se desprende que la
entidad accionada demostrara la existencia de una razón atendible que la liberara de tal
carga ante el pago tardío de las mesadas pensiónales y, por el contrario, soslayó mediante
pruebas la condición de beneficiaría. Valga la pena citar lo que, respecto de la plataforma
probatoria indicó la sala sentenciadora:

[...] al revisarse nuevamente el debate probatorio como lo propone la recurrente, concluye


la sala que la decisión judicial de primera instancia fue acertada, porque de un lado, la parte
demandada no ha allegó la investigación administrativa que soportara sus afirmaciones, es
más en la Resolución 11143 del 7 de octubre de 1996 ni siquiera se hace alusión a tal
investigación (fls. 4 a 6), sino que se hace mención al análisis del expediente y
específicamente de las declaraciones extra juicio, sin que fuera aportado al proceso tales
pruebas que están en cabeza de la parte demandada.

PRUEBAS

Relaciono los siguientes medios de prueba, que pretendo hacer valer, con el fin de
demostrar los hechos que sirven de fundamento a las pretensiones de la demanda.

1. DOCUMENTALES

Para que se tenga como prueba en este proceso presento al Despacho los siguientes
documentos, con la manifestación expresa, para los efectos del artículo 252 del C.P.C.,
aplicable por reenvió al procedimiento laboral, conforme al artículo 145 del C.P. del T. y la
S.S., que los suscritos o elaborados por la parte demandada, a través de sus representantes,
son a esta imputables, en especial los relacionados al numeral 7:

1. Oficio de fecha 30 de septiembre de 2021, dirigido por la demandante a la entidad


demandada, en el cual reclama el reconocimiento de la pensión de sobrevivientes.
2 Oficio del 11 de octubre de 2021, dirigido por el subdirector de Gestión Documental de la
UGPP, mediante el cual remite copia de las resoluciones RDP 029933 del 4 de octubre de
2019, RDP 032938 del 1º de noviembre de 2019, resolución RDP 035840 del 27 de
noviembre de 2019, mediante las cuales se le niega a la demandante el reconocimiento de
su pensión de sobrevivientes.
3. C
Constancia de envío del escrito de demanda a la accionada
Constancia de envío del escrito de demanda a la
Constancia de remisión del poder
Poder otorgado.

3. PETICIÓN ESPECIAL.

Solicito al Despacho, que, en el auto admisorio de la demanda inicial, se conmine a la


UNIDAD ADMINISTRATIVA ESPECIAL DE GESTIÓN PENSIONAL Y
CONTRIBUCIONES PARAFISCALES DE LA PROTECCIÓN SOCIAL, “UGPP”, a
efecto de que con la contestación de la demanda allegue:

1. Resolución No. 001236 de 1995, mediante la cual el Instituto de Seguros Sociales, ISS,
le concedió la pensión de sobrevivientes a Mayra Salazar Pineda y Yesenia Salazar Pineda
por la muerte del causante Miguel Ángel Salazar Jiménez, con cédula de ciudadanía No.
1.732.201 expedida en Bogotá.

2. Certificación del monto de la mesada pensional que le cancela o le canceló a Mayra


Salazar Pineda y Yesenia Salazar Pineda, por concepto de la pensión de sobrevivientes
reconocida por la muerte del causante Miguel Ángel Salazar Jiménez, quien en vida se
identificó con la cédula de ciudadanía No. 1.732.201 expedida en Bogotá, junto con las
respectivas resoluciones que les reconoció la pensión.

3. Copia íntegra del cuaderno o expediente administrativo construido para resolver la


solicitud de reclamación de la pensión de sobrevivientes relacionada con el causante
Miguel Ángel Salazar Jiménez, quien en vida se identificó con la cédula de ciudadanía No.
1.732.201 expedida en Bogotá, y en la cual la señora DORA ELIZABETH PINEDA
SALGAR, identificada con la cédula de ciudadanía número 63.338.776, actúo como
peticionaria, y en donde reposan, entre otros, los siguientes documentos que se encuentran
en su poder, y que se constituyen en elementos probatorios esenciales para la prosperidad
de las pretensiones: Certificado de registro civil de defunción de Miguel Ángel Salazar
Jiménez, registro civil de nacimiento de la demandante y Mayra Salazar Pineda y Yesenia
Salazar Pineda, declaración extrajuicio rendidas, y copia y respuesta de la reclamación
administrativa presentada por la demandante.

PROCEDIMIENTO Y CUANTIA

A la presente demanda laboral, se le dará el trámite de primera instancia de acuerdo a lo


preceptuado por los artículos 12 y 74 del C.P. del T. y la S.S., dado que el valor de las
pretensiones demandadas exceden el equivalente de veinte (20) veces el salario mínimo
legal mensual vigente a la fecha de presentación de la demanda.

Para el caso que nos ocupa, el factor de competencia no se determina por lo dispuesto en
los artículos 5 y 10 del C.P.L y la S.S, en la medida que el asunto en litigio no proviene
del contrato de trabajo, sino de lo estipulado
NOTIFICACIONES

La entidad demandada UNIDAD ADMINISTRATIVA ESPECIAL DE GESTIÓN


PENSIONAL Y CONTRIBUCIONES PARAFISCALES DE LA PROTECCIÓN
SOCIAL, podrá ser notificada en la dirección de correo electrónica
notificacionesjudicialesugpp@ugpp.gov.co o en el Centro Comercial Multiplaza Calle 19 A
# 72-57 locales B-127 y B-128, Bogotá D.C.

La demandante las podrá recibir en la urbanización Minuto de Dios, calle 11 N # 10 A-30,


torre 18 apartamento 201 de Bucaramanga, y con número de teléfono 3212631446, con
dirección de correo electrónica doraelizabethpinedasalgar@gmail.com.

Como apoderado de la parte demandante, las recibiré en la dirección de correo electrónico


carloshgomezp@gmail.com o en la secretaria de su despacho o en la calle 47 No. 29 – 33
oficina 705, teléfonos 3123056116 – 3108157848 - 6076574708 de Bucaramanga.

ANEXOS

Adjunto a la presente copia de la demanda para surtir el respectivo traslado.

Atentamente,

CARLOS HERNANDO GOMEZ PARRA


C.C. 91.251.816 de Bucaramanga
T.P. 64275 del C.S.J.

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