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TEMA
Principales enfermedades
óseas de las extremidades
superiores
Hemivértebra.
d) Meningocele y mielomeningocele:
Radiológicamente podemos observar la separación de los pedículos en la región
correspondiente, afectando a una o más vértebras y viéndose generalmente un aspecto
fusiforme de la región con la parte más ancha en la zona central.
No es inhabitual encontrarnos con una ausencia o desarrollo incompleto de los
arcos neuronales, así como de las apófisis espinosas.
El mielomeningocele puede asociarse a otras malformaciones como la hidrocefalia,
espina bífida, encefalocele, etc.
Escoliosis idiopática.
Artrosis cervical.
1.6. TUMORES.
a) Primitivos:
Los tumores de origen cartilaginoso, benignos o malignos, son muy raros en la
columna. De los osteogénicos, son raros los malignos y relativamente frecuente el osteoma
osteoide y el osteoblastoma.
El osteoblastoma es más habitual en la segunda y tercera década de vida. Lo podemos
ver como una lesión radiotransparente o radiopaca, más típicamente en el arco posterior
y en alguna que otra ocasión en el cuerpo vertebral.
De los tumores de origen histiocítico o fibrohistiocítico el más usual es el tumor
de células gigantes, el cual puede ser maligno o benigno. Es localmente agresivo y suele
afectar al sacro.
Entre los tumores de origen vascular, el más frecuente es el hemangioma. Lo
podemos localizar a nivel de los cuerpos vertebrales, sobre todo en la región torácica.
Radiológicamente, se observan trabéculas gruesas verticales que pueden extenderse a
pedículos y láminas.
El mieloma es un tumor primitivo maligno que afecta al hueso, sobre todo a nivel
de la columna vertebral. Generalmente aparece a partir de los 70 años. Se puede presentar
con plasmocitoma solitario, que afecta a una o varias vértebras, ensanchándolas a veces,
siendo de naturaleza destructiva, sin acompañarse de otra manifestación esquelética.
El mieloma múltiple clásico suele aparecer como múltiples lesiones osteolíticas
repartidas por todo el esqueleto, sobre todo a nivel de vértebras, cráneo, costillas y pelvis.
Los colapsos vertebrales son frecuentes y pueden originar una serie de complicaciones
neurológicas muy graves. Los pedículos se suelen afectar menos que en la destrucción por
metástasis.
La afectación esclerosa por linfoma de un cuerpo vertebral puede dar lugar a una
vértebra de marfil, con densidad moderada y forma y tamaño normales. Si la enfermedad
b) Metástasis:
Cualquier enfermedad maligna puede dar lugar a metástasis en la columna, siendo
la mayoría secundarias a tumores de pulmón, mama, riñón, próstata, tiroides y colon.
Aunque pueden producirse por varias rutas, la más frecuente es por vía sanguínea.
Metástasis osteoblásticas.
B) DE APARICIÓN TARDÍA:
Las personas que sufren esta enfermedad suelen ser niños de estatura moderadamente
pequeña. Se diagnostica durante la infancia, en la adolescencia o más tardíamente. Es una
enfermedad hereditaria.
Gracias al estudio radiográfico podremos ver:
- Las epífisis de los huesos tubulares son irregulares o aplanadas; además
estos huesos pueden ser un poco más cortos.
- Retraso en la aparición de los núcleos de osificación secundarios de huesos
tubulares y de manos y pies.
- En algunos casos, puede aparecer un moderado aplanamiento vertebral a
nivel dorsal.
3. Tumores Óseos
Una lesión ósea solitaria puede obedecer a la presencia de un tumor primario o
secundario de hueso o a lesiones inflamatorias, traumáticas, etc. El diagnóstico diferencial
de este tipo de lesiones se basa fundamentalmente en su apariencia radiográfica.
• MÁRGENES INTERNOS.
Existen tres patrones radiológicos en los procesos destructivos:
- Patrón geográfico: crecimiento lento y poca agresividad. Hay tres tipos, que
son:
· Tipo I (patrón geográfico): son lesiones con un aspecto bien circunscrito,
con bordes más o menos lobulados.
· Tipo IA (lesión geográfica con borde esclerótico): corresponde a una lesión
benigna de crecimiento lento.
· Tipo IB (lesión geográfica sin esclerosis en los bordes): lesión típica en
sacabocados en la que el margen está formado por el mismo tumor,
existiendo hueso normal justo por fuera de él.
· Tipo IC (lesión geográfica con el borde mal definido): se puede apreciar
la presencia de un proceso infiltrativo local.
- Patrón apolillado: crecimiento y agresividad intermedia. Se caracteriza por
la existencia de varios agujeros esparcidos de distintos tamaños, pudiendo
afectar tanto a la cortical como a la diáfisis del hueso.
Este patrón se suele dar en los tumores malignos.
• REACCIÓN PERIÓSTICA.
Es una de las características más importantes que aparece en las lesiones óseas
solitarias (tumores).
Existen dos tipos de reacción perióstica que son:
1. Sólida: cuando una o varias capas de hueso nuevo se superponen sobre el
córtex. Indican un proceso de progresión muy lenta. La mayoría de los casos
son benignos.
A su vez se subdivide en otros tres tipos:
a) Reacción perióstica sólida delgada: consiste en una capa fina de hueso
solamente.
b) Reacción perióstica sólida ondulante: puede ser fina o gruesa. La fina se
ve fundamentalmente en el borde cóncavo de los huesos largos, mientras
que la gruesa presenta un borde libre rugoso y ondulado.
c) Reacción perióstica sólida densa elíptica: es una variante de la sólida.
Varía entre algunos milímetros y 1 cm. de espesor.
2. Interrumpidas; existen varios tipos como:
a) Reacción perióstica interrumpida lamelar en capas múltiples o en “hojas
de cebolla”: está formada por planos concéntricos de osificación por fuera
del córtex.
b) Reacción perióstica interrumpida espiculada paralela o en “cabellos
rizados”: se presenta como una serie de espículas pequeñas de muy
pequeño tamaño y otras veces como sombras lineales más alargadas.
c) Reacción perióstica interrumpida complejas o en “rayos de sol”: se
presenta como espículas muy irregulares en todas las direcciones. Es un
signo de malignidad.
• MATRIZ TUMORAL.
Consiste en la sustancia intracelular producida por las células mesenquimales.
Osteosarcoma central.
3.3.2. Condrosarcoma.
Se trata del tumor maligno más común después del osteosarcoma. Aparece en
personas adultas entre la sexta y la octava década de vida.
En el estudio radiográfico podemos ver:
- Lesión lítica metafisaria de tamaño variable (entre uno y varios centímetros).
- Los bordes son más o menos de aspecto lobulado, bien definidos e incluso
escleróticos. Este borde escleroso desaparece posteriormente.
4.1. ARTRITIS.
Los criterios radiológicos para el diagnóstico de la artritis en las radiografías simples
los podemos clasificar en mayores y menores.
Los criterios mayores son:
- Derrame articular.
- Erosión.
- Osteofitosis.
- Estrechamiento del espacio articular.
- Condrocalcinosis.
Los criterios menores serán:
- Dedos hinchados con aspecto difuso.
- Alteraciones en la alineación.
- Desmineralización yuxtaarticular.
- Reacción perióstica.
La presencia de los criterios mayores de la artritis es una indicación muy
clarividente de la presencia de una patología articular auténtica. Los criterios menores se
pueden observar también en otras enfermedades que no tienen por qué ser una artritis
necesariamente.
En la artritis reumatoide los principales hallazgos radiológicos se dividen en
tempranos y tardíos.
Entre los hallazgos radiológicos tempranos tenemos:
- En la columna vertebral, las alteraciones más comunes aparecen en la
articulación occípito–atlantoaxial. Entre estas tenemos subluxación de
la articulación atlantoaxial, erosión en la región anterior de la apófisis
4.2. ARTROSIS.
Se trata de una enfermedad degenerativa articular que presenta en el estudio
radiográfico los siguientes hallazgos:
- Pérdida localizada del espacio articular.
Artrosis en la mano.
BIBLIOGRAFÍA
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