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Evaluación 2 - Nota Ensayística sobre los "parergas" en el teatro

Texto: "Primera sección analítica de la facultad de juzgar estética"

Pamela Trujillo Gallardo

"... y el hecho de que la pureza de los colores así como de los sonidos, o también
su diversidad o contraste, parezcan contribuir a la belleza, no quiere tanto decir
que estas cosas, por ser en sí agradables, proporcionen, por decirlo así, un
suplemento de la misma especie a la complacencia en la forma sino más bien que
ellas solo hacen que esta forma sea intuida más exactamente, mas determinada y
completamente y, además, vuelven vívida la representación a través de su
atractivo, al despertar y mantener la atención hacia el objeto." [ CITATION Kant90 \p
153 \y \l 13322 ]

Esto es pues lo que el autor definirá posteriormente como ornamentos, "parerga",


cuyo origen es "parengon" que quiere decir : Aditamento que sirve de ornato a una
cosa.
Si bien el autor en su texto "Crítica a la facultad de juzgar" da ejemplo de lo que en
el juicio estético las parergas podrían significar o la función que cumplen en
relación al objeto que se observa, menciona también ciertas facultades propias de
todo ser humano que lo posibilitan para juzgar.

Respecto del teatro, entonces, ¿qué podríamos decir?

Para efectos de comprensión y de unificación del lenguaje, me tomaré la libertad


de limitar el teatro solo al aspecto de "lo teatral", con esto quiero decir, actuación,
dramaturgia y puesta en escena, y a los encargados de hacer que cada uno de
estos conceptos se manifieste ( actores, dramaturgos, directores, diseñadores,
etc.).
Entonces, para considerar desde ya al teatro como nuestro objeto de análisis, y
del cual esperamos obtener alguna impresión, beneficio o experiencia, ¿que
podríamos considerar como una parerga en él?
Desde este punto de vista, y considerando las facultades que se desarrollan
concretamente en el teatro , me atrevo a dimensionar algunos elementos que para
mi podrían ser parergas desde el sentido ornamental.
Por ejemplo el caso del espacio físico; es algo que podría suprimir o sustituir
fácilmente. Peter Brook ya habla de cómo el espacio vacío (lo que para mí
significa que un escenario sin escenografía por ejemplo) entrega un amplio mundo
que se puede intuir y se puede construir a partir de ese lugar. De igual manera
sucede con la imaginación, donde no tiene que estar el objeto presente para
poderlo representar, como en la pantomima, que es el claro ejemplo de que la
ausencia de algo genera un código entendible y aún descifrable para el
espectador quién por medio del uso de su imaginación complemente la ausencia
de ese objeto.
El texto es algo de lo que se puede prescindir sin problema ya que incentiva al
entendimiento pero a su vez éste no necesariamente tiene que hacerse parte en
un juicio estético si de teatro hablamos. O explicado de manera inversa, el texto
solo, sin ningún tipo de estímulo (como los ya antes mencionados) puede sostener
un espectáculo teatral (lo que actualmente conocemos como "lecturas
dramatizadas"). Basta con transmitir un mensaje racional, bien escrito, bien
redactado, para que el entendimiento junto a las facultades ya mencionadas,
puedan sostener un espectáculo teatral.

Más continuando con los ejemplos, Kant hace referencia a tres aspectos del arte a
mi juicio estáticos (en tanto que no se obtiene de ellos como resultado una
interacción presente y concreta con el espectador), como lo son la pintura, la
escultura y la arquitectura.
A grandes rasgos podrían parecer áreas avocadas al diseño, y por ende pueden
ser analizadas con mayor precisión respecto de los adornos que la componen. No
así con la música, la poesía o el teatro por ejemplo.

A decir verdad podríamos hallar en el teatro tantas como ninguna, ya que es un


elemento complejo de analizar, a mi juicio, debido a que propone en primera
instancia una presencia y no solo eso sino una co-presencia, entre un actor ( o
performer) y al menos un espectador. Viéndolo de este modo, de más está decir
que en general las obras de arte se validan y se constituyen como tal siempre
frente a un otro; pero la particularidad del teatro en esto es que el espectador se
puede siempre tomar la libertad de observar la obra como un todo.
El espectador, el público, observa el drama, el cuerpo en escena, las luces y el
ambiente que con todo esto se genera y no puede más que concluir en relación a
todo lo que se le ofrece. Pero entonces, insisto en mi pregunta, ¿qué podríamos
llamar un adorno en el teatro? Y siendo más duros aún, ¿qué podría llegar a
sobrar en el teatro?
Planteo ahora esta pregunta porque a mi juicio, y según los intereses que he ido
desarrollando en el teatro y sus derivados me atrevo a decir que podría llegar a
ser la definición de un único código lingüístico. Si, para mí, el hecho de definir un
solo idioma o lenguaje para montar una obra de teatro podría convertirse en un
atentado al poder de la captura de la atención del público.
Con esto no quiero decir que la ausencia de código es un estorbo, porque de
hecho no podría transmitirse nada mediante la existencia de este, sino más bien a
la elección de un solo código ( el español, por ejemplo) como determinante.

¿Porque pienso esto?

Creo que cuando uno ve una escena de una obra en su mismo código lingüístico,
y hablaré del español, la atención se centra entonces en otros aspectos del teatro
por parte del espectador; no es necesario prestar atención a como escucha lo que
escucha sino mas bien a lo que ve o a las palabras y el contenido que ellas
transmiten. ¿Pero qué pasa si en determinado momento el actor que siempre ha
estado hablando español, comienza a hablar en inglés o aún más lejano en
japonés? Es necesario entonces para el espectador, dejar de estar en el lugar
pasivo en el que se sentó y comenzar a invadir el lugar activo que no se esperaba.
Es necesario que el espectador se instale a sí mismo en el lugar de la atención a
algo nuevo si quiere obviamente entender algo o permearse de aquello, si quiere
en el fondo vivir una experiencia con ello.
- ¿Qué está diciendo? ¿qué idioma está hablando? Yo no hablo inglés (etc.).

Aquí es donde sucede a mi juicio no el fenómeno parerga como tal pero si su


efecto, que incide directamente en lo que contribuye a que la obra se lea, se vea,
se entienda con uno u otro enfoque. Aquí es donde el idioma se transforma en el
marco que subraya aquella pintura, que invita a mirarlo desde uno u otro punto de
vista.
Sucede con el idioma que al ver una obra de Shakespeare, por ejemplo en
español, no es lo mismo (bajo ningún punto de vista) que verla y además
escucharla en inglés. El idioma delimita de inmediato un campo cultural y
semántico al que atenerse, es decir, nos hace seleccionar cierto tipo de
información al observar la obra; incluso a nivel cognitivo, "ilumina" otras partes de
nuestro cerebro.
Desde el punto de vista de las parergas, ¿cómo podríamos juzgar al teatro en
función de un determinado canon de lo bello o porque no, de lo sublime?
Comenzando de la base en que la referencia de estas categorías son totalmente
subjetivas pero que al tratar de proyectarse dejan un sentimiento al que un
receptor podría aproximarse.

Bajo esta definición, el teatro podría juzgarse en tanto ¿ lo que se ve, lo que se
entiende o la experiencia que se vive?

De más está decir que no podemos juzgar todos los espectáculos teatrales bajo
los mismo parámetros, ya que es sabido que la evolución de los objetivos, motivos
o razones del teatro han variado desde su origen hasta los tiempos modernos y
contemporáneos.
Es cierto que hay teatro hecho para escucharse, por el profundo nivel de su
textualidad, otro para verse producto de su enfática visualidad (tanto en
iluminación, escenografía y vestuarios). Pero dado estos conceptos el teatro
entonces pareciera buscar de cualquier manera que el público-espectador perciba
y se haga partícipe (aun desde la distancia) de lo que está sucediendo frente a sus
ojos.
Entonces si el teatro produce experiencia y esta a su vez sensación posible de ser
transmitida, entonces puede juzgarse desde lo estético. Sin llevarlo a una
justificación o racionalización de lo vivido, sino simplemente intentando invitar al
otro (no obligarlo) y transmitirle lo que se vivió de la manera más transparente, y
porque no, subjetiva posible
.
Quizás con esto el único fin podría ser el lograr que otro vaya al teatro, pero ni aún
así se lograría entregar el suficiente estímulo para que la persona ( un tercero, un
otro, un interlocutor, un espectador) entienda, comprenda y dimensione de la
forma que yo lo hago, la misma obra, el mismo objeto.

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