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Departamento de Teatro
CEFD: Taller de Actuación cinematográfica
Profesor: Abel Carrizo-Muñoz
Ayudante: Luis Herrera
Rosario Rojas
1.-TEXTO SITUADO:
Una breve búsqueda sobre el autor del texto señala que, desde el inicio de su vida, en
gran medida, vivió y recibió su formación académica en Francia, la que fue principalmente
como filósofo, pero también como historiador de filosofía y doctor en Letras. Vivió y se
estableció también en Ginebra y Roma, pero fallece devuelta en Francia, pocos años antes
de completar un siglo.
La primera página del capítulo contiene el número y nombre del capítulo, además del
número y nombre del apartado. El texto está dividido en párrafos y contiene algunas
notas al pie de página. Las páginas están enumeradas, excepto en la primera
anteriormente descrita, y en la número 24, que en lugar de eso presenta el número y
nombre del apartado.
El autor desarrolla el texto como un hilo de pensamiento, es decir, propone
constantemente un modo de entender los conceptos e ideas que está tratando,
ilustrándolos y respaldándolos con ejemplos concretos, más que buscando el consenso
teórico remitiendo a otros autores.
Para el autor, la presencia, de la que habla en el primer apartado, constituye la esencia del
teatro, ya que en ella existe una relación con la existencia y con el tiempo, es decir, el
estar presente y estar en el presente. Esto implica que, en la representación teatral,
espectador/a y actor/triz comparten un mismo espacio y tiempo (respiran un mismo aire,
etc.) y, por consiguiente, acceden a un saber uno respecto del otro que “no es una
sensación [...] Menos aún es un sentimiento [...] Tampoco le conviene la palabra intuición
[...] es lo que hay de objetivo en el objeto: un espesor sin contornos” (Gouhier, 1956, p.
22). Es decir, un orden de conocimiento que difícilmente se puede clasificar de alguna
manera. Que es inmediato y no exige a la inteligencia un proceso de abstracción de
atributos para ser constatado como uno de ellos, ya que ella “no podría separar la
existencia de lo existente [...] La existencia no puede ser atributo porque es el lugar de los
atributos” (p. 22).
Es interesante que luego utilice esta noción para comparar teatro y cine. Ambas son artes
que crean ficciones, por lo que pareciera haber una competencia entre ellas, reuniendo
cada una sus partidarios, cuando no tendría por qué haber oposición alguna. Se habla de
una casi obsolescencia del teatro en cuanto a sus capacidades técnicas, y se critica la
frialdad y lejanía del cine, pero ni el primero tiene por qué abarcar los mismos escenarios
ni efectos del cine, ni este queda en deuda respecto de la relación que el primero
posibilita con sus espectadores. La diferencia esencial con que el autor enriquece la
discusión permite ampliar la mirada respecto del lugar que ocupa cada disciplina en el
espectro del arte, y entender que ese lugar está asegurado por la especificidad de las
cosas de las que cada una se hace cargo, siendo inútil todo intento o pretensión de
reemplazar a la otra.
Referencias
Gouhier, H. (1956) La presencia. En La esencia del teatro (pp. 19-28). Ediciones del Carro
de Tespis.