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LA VÍCTIMA
Las víctimas presentan los siguientes comportamientos:
*Alumnos considerados como débiles, aislados o diferentes por sus
compañeros de clase
* Alumnos con escasas habilidades de comunicación y de relación con los
compañeros
* Baja autoestima
* Sentimientos de miedo e inseguridad
* Actitud pasiva o actitud provocadora reactiva (a veces)
LOS OBSERVADORES
Su conducta suele estar caracterizada por la inhibición a intervenir por el miedo
a ser incluido en la agresión o en el círculo de la victimización. Los agresores
necesitan del silencio o de la complicidad de los observadores para llevar a
cabo su agresión.
• Vejaciones y humillaciones.
• Agresión física:
o Bofetadas, golpes, pellizcos, empujones, extorsión (directa).
o Esconder cosas (indirecta).
C.- CONSECUENCIAS
Los efectos del acoso escolar no solo resultan nocivos para quienes lo
padecen, sino también para los acosadores, por cuanto si no reciben un
tratamiento firme que les conduzca a percibir los efectos negativos de su
comportamiento, que en ningún caso ha de resultar impune, se verá reforzada
su conducta antisocial con grandes probabilidades de que persista en su vida
adulta.
* Referencia: fiscalespecialistamenoreswww.fiscal.es
En el caso del acoso sexista, algunos estudios apuntan que haber adoptado el
rol de agresor puede derivar en que en la edad adulta se ejerza violencia
machista y maltrato.
Como ya se ha hecho referencia en capítulos anteriores la familia, y en concreto la educación familiar, supone una influencia,
en muchos casos determinante, tanto en la génesis de las conductas violentas, como en la prevención y erradicación de las mismas.
Desde este convencimiento se ofrecen, a continuación y a modo de esquema, una serie de recomendaciones que, dirigidas a las
familias, tratan de facilitar la detección de un posible caso de victimización, a la vez que proporcionar elementos que contribuyan a la
prevención y pautas de actuación en el caso de que sospechemos o nos encontremos en la certeza de que nuestro/a hijo/a esté
involucrado en un posible caso de “acoso escolar”.
Ana siente terror sólo con pensar que tiene que volver al Instituto. El desayuno se le atraganta cada mañana. Todavía le duelen las collejas que le dan
algunos compañeros cada día cuando entra a clase, a las que siguen motes, burlas, todo tipo de insultos y soledad en los recreos. En casa, vómitos y
silencio; sus padres se alarman cuando empieza a suspender. Ayer regresó del Instituto con moratones en los brazos, los libros rotos y el rostro
desencajado. Buscó el refugio de su habitación y lloró desconsoladamente. Sus padres están desconcertados, no saben lo que le pasa ni a quien pedir
ayuda.
Relacionarse con los demás implica, en ocasiones, cierto grado de conflicto cuando existe un desacuerdo entre nuestros intereses, necesidades y valores y
los del resto. Resolver de manera constructiva estas diferencias requiere de una serie de habilidades que nuestros hijos e hijas irán adquiriendo en su
experiencia con los adultos y con sus iguales (compañeros y amigos). En este aprendizaje juegan un papel muy importante los entornos familiar, escolar y
social.
Las situaciones de violencia en el entorno escolar pueden presentarse a lo largo de toda la escolaridad (a cualquier edad), pero tienen una mayor incidencia
en la adolescencia por la importancia que a esta edad adquiere el grupo de iguales. Es precisamente durante la edad adolescente, cuando el grupo de iguales
ANPE EXTREMADURA
(compañeros – CURSO:
y compañeras de laPREVENCIÓN
misma edad)E cobra
INTERVENCIÓN ANTE EL ACOSO
especial relevancia, ESCOLAR ENen
convirtiéndose EXTREMADURA
el núcleo principal de socialización, desplazando a la familia (los
adolescentes pasan de nosotros, ya no somos sus líderes, ahora el liderazgo lo ejercen otros). Pero el grupo puede convertirse en un modelo de referencia
negativo, cuando aparecen relaciones de dominio y sumisión que traspasan los límites de lo moralmente tolerable.
¿QUÉ ES EL ACOSO ESCOLAR O BULLYING?
Hay que tener en cuenta que no todos los conflictos que surgen en la convivencia pueden considerarse maltrato o acoso escolar. Los conflictos son consustanciales a las
relaciones humanas y, si son solucionados adecuadamente, contribuyen al desarrollo de habilidades para la socialización.
Para hablar de maltrato, acoso escolar, victimización o bullying deben darse las siguientes condiciones:
Social: aislar, no dejar participar, rechazar, excluir. Físico: golpes, patadas, empujones. Psicológico: humillar, ridiculizar. Verbal: insultos, motes, mofas
PREVENIR SITUACIONES DE ACOSO ESCOLAR: Educar para convivir y para resolver los conflictos de forma pacífica
El mundo social y afectivo de nuestros hijos debe interesarnos tanto como su progreso académico. Muchos niños temen conversar tanto con sus padres como con sus
maestros cuando se encuentran en este tipo de situaciones. La familia es esencial para la socialización de los niños a través de la transmisión de valores, normas,
comportamientos, etc La ausencia de reglas, la falta de supervisión y de control, en términos razonables, de la conducta de los hijos fuera del colegio, de lo que hacen y
con quién van o, por el contrario, una disciplina demasiado dura, la ausencia de comunicación y la frecuencia de tensiones y de peleas en la familia, pueden llevar a que
los hijos adquieran y manifiesten conductas agresivas.
A continuación se facilitan una serie de consideraciones que puedan ser de utilidad y de aplicación, tanto en el ámbito familiar como en el escolar, que se consideran
factores comunes de protección y prevención de conductas relacionadas con el agresor, la víctima o el espectador de un episodio de acoso escolar.
EN LA FAMILIA
Evita
Un clima familiar negativo, donde la falta de comunicación, las carencias afectivas y los malos tratos, se convierten en modelos y patrones de conducta que son
asumidos por los hijos como formas de relación cotidianas, convirtiéndose en un aprendizaje de la violencia que reproducirán en el establecimiento de sus
relaciones sociales.
Los distintos estilos paternos, demasiado permisivos o, y en el extremo opuesto, rígidos y represivos, pueden dar lugar a conflictos internos y problemas de falta
de identidad en los jóvenes que les pueden conducir a reproducir conductas antisociales.
Implícate en su evolución escolar: Hablar con nuestras hijas e hijos sobre la vida en el colegio les dará confianza para contarnos lo que sucede, en el caso de
que estuviera padeciendo abusos o intimidaciones por parte de sus compañeros. También fomentar la comunicación, en este sentido, nos permitirá conocer si es
nuestro hijo el que ejerce comportamientos abusivos hacia otros. La colaboración con el centro docente es una obligación y puede ser una satisfacción si planteamos
nuestra relación con el profesorado de forma adecuada y cordial.
Participa y colabora con el centro docente. Mantén contactos regulares con el centro, apoya al profesorado. Si tienes alguna duda o queja, háblala con el
profesorado, pero no le desautorices delante de tu hijo.
Asiste a las reuniones de padres y madres. En ellas recibirás información sobre aspectos importantes para la educación de tus hijos, tanto desde el punto de
vista académico, como desde el de sus relaciones sociales.
Mantén una comunicación fluida con el profesorado: La comunicación fluida con el profesorado es la mejor manera de prevenir que nuestro hijo/a sufra
malos tratos en el entorno escolar. Solicita entrevistas periódicamente con los profesores-tutores. De esta manera podrás hacer un seguimiento más
próximo de la evolución de tu hijo/a y de los posibles problemas que pudieran surgir para atajarlos a tiempo.
Acude a los cursos de formación y actividades que para padres y madres se oferten desde el centro. Allí podrás compartir tus inquietudes y te podrás
formar para afrontar con mejores recursos una buena educación para tus hijos.
¿QUÉ HACER CUANDO DESCUBRE QUE SU HIJO/A A ESTÁ SIENDO VÍCTIMA DE ACOSO ESCOLAR?
Existen una serie de señales o indicios que nos pueden indicar que nuestro hijo esta sufriendo intimidación: Por supuesto, ninguno de estos aspectos, si se presentan
de forma aislada es un indicador de que pueden estar sufriendo intimidación, pero si se presentan varios juntos y se repiten en el tiempo, nos pueden estar alertando sobre
este fenómeno.
PONTE EN CONTACTO CON EL CENTRO EDUCATIVO ante cualquier sospecha de que tu hijo o hija pueda estar siendo víctima de acoso escolar. Es muy
importante, cuando se detecta el caso, que se acuda inmediatamente a la escuela para informarse y procurar resolver este problema de una forma inmediata, ya que
normalmente el problema de una mala conducta suele crecer como una bola de nieve si no se ataja desde su inicio.
Si los padres detectan que sus hijos están siendo presionados lo primero que deben hacer es intentar hablar con ellos, escucharles y recoger toda la información que sea
posible, una vez que han confirmado sus sospechas es fundamental ponerlo en conocimiento del tutor o del director del centro educativo para evaluar la situación y
buscar apoyo. Además, en los centros educativos suelen existir diversos servicios que pueden orientarnos y ayudarnos: Orientador, Comisión de convivencia, Servicio
de mediación de conflictos, Inspector, etc.
No te enfrentes directamente al intimidador a menos que presencies algún episodio desagradable. Es importante que tu hijo/a sepa que lo correcto es alejarse del agresor y
pedir ayuda, bien sea a algún adulto o a otros compañeros. En ningún momento se deberá considerar “chivato” a un niño o niña que, encontrándose en este tipo de
situaciones, acuda ante alguna autoridad escolar. Es bueno animarle a contar su problema a otros compañeros, ya que los niños abusivos prefieren a los solitarios y, por el
contrario, rehuyen a los grupos. De ser necesario, busque ayuda profesional de un psicólogo o psiquiatra infantil.
Teoría etológica: asume que los seres humanos, al igual que el resto de las
especies animales, poseen un impulso agresivo innato que debe ser
Esta teoría propuesta inicialmente por Dollar et al. (1939) considera que todo
comportamiento agresivo es consecuencia de una frustración previa, y que
cualquiera que sea la frustración produce agresión, y cuanto más frustrado esté
el sujeto más agresivo se vuelve, dándose una relación causal directa entre la
frustración provocada por el bloqueo de una meta y la agresión.