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Prevención de Violencia Escolar

¿Qué es violencia Escolar?

La violencia escolar es un fenómeno relacional, cultural y multicausal. Se trata de aquellos


modos de relación que se caracterizan por el uso ilegítimo de la fuerza y el poder, y que tienen
como consecuencia el daño a la otra persona, a nivel físico o psicológico. Al ser un hecho
cultural, se entiende que la violencia es transmitida y aprendida, lo que abre también la
posibilidad de enseñar otras formas de relación que sean pacíficas y de prevenir su aparición o
uso en la convivencia.

El acoso escolar o bullying es la exposición que sufre un niño a daños físicos y


psicológicos de forma intencionada y reiterada por parte de otro, o de un grupo de
ellos, cuando acude al colegio. El acosador aprovecha un desequilibrio de poder que
existe entre él y su víctima para conseguir un beneficio (material o no), mientras que el
acosado se siente indefenso y puede desarrollar una serie de trastornos psicológicos
que afectan directamente a su salud o incluso, en situaciones extremas, conductas
autodestructivas.

Tipos de violencia escolar

Se han caracterizado y definido distintas manifestaciones de la violencia escolar.

Agresiones físicas: se refiere a aquellas peleas que incluyen contacto físico entre los
participantes y que surgen debido a alguna diferencia, descontrol o conflicto mal resuelto. Son
situaciones puntuales, en las que los participantes utilizan la agresión como medio para
expresar su rabia o abordar un desacuerdo.

Acoso escolar o bullyng:

Es un daño intencional y repetido, infligido por parte de un menor o de un grupo de menores a


uno en particular que es objeto de ese daño.
Generalmente el Bullying comienza con burlas que se van intensificando, volviéndose más
pesadas, hasta que terminan derivando en agresiones verbales o físicas.
Suele ser practicado contra niños o jóvenes que se diferencian de sus compañeros por diversos
motivos, que tienen dificultades para defenderse o se muestran sumisos debido a la baja
autoestima o inseguridad.

El bullying escolar se suele producir durante el recreo, en la fila para entrar a clase, en


los baños, los pasillos, los cambios de clase, al entrar y salir del centro, en el transporte
escolar o en el comedor. También puede ocurrir en el aula, cuando el profesor está
escribiendo en la pizarra o mientras está atendiendo a otros alumnos.
Los participantes de Acoso Escolar son tres: los acosadores, la víctima y los espectadores. Se
trata del denominado “Triángulo del Bullying”.

Agresor o Victima activa

Cabe aclarar que en la mayoría de los estudios realizados sobre este tema se menciona la
necesidad de diferenciar distintos tipos de víctimas, incluyendo como víctima al agresor.
Normalmente, el agresor tiene un comportamiento provocador y de intimidación permanente.
Posee un modelo agresivo en la resolución de conflictos, presenta dificultad de ponerse en el
lugar del otro, vive una relación familiar poco afectiva, y tiene muy poca empatía.

Un niño puede ser autor de Bullying cuando solo espera y quiere que hagan siempre su
voluntad, cuando le gusta probar la sensación de poder, cuando no se siente bien o no disfruta
con otros niños, si sufre intimidaciones o algún tipo de abuso en casa, en la escuela o en la
familia, cuando es frecuentemente humillado por los adultos, o cuando vive bajo constante
presión para que tenga éxito en sus actividades. Los agresores ejercen su acción contra su
víctima de diversas formas: les golpean, les molestan, provocan, acosan con empujones y
golpes, les nombran de una forma desagradable.

El comportamiento agresivo no es normal y no debe ser considerado como que “es cosa de
niños.”

Agredido o Victima pasiva

Habitualmente, son niños que no disponen de recursos o habilidades para reaccionar, son
poco sociables, sensibles y frágiles, son los esclavos del grupo, y no saben revirar por
vergüenza o por conformismo, siendo muy perjudicados por la amenazas y agresiones.

La personalidad del agredido, más difícil de precisar y que no justifica que sea objeto de
vejaciones, suele ser la de un niño identificado como víctima, débil, inseguro y con bajos
niveles de autoestima. Se caracterizan por falta de competencia social, la cual se refleja en una
carencia de asertividad; es decir, dificultad para saber comunicar sus necesidades.
Posiblemente sea un niño sobreprotegido en el ámbito familiar.

El niño agredido vive normalmente en una situación social de aislamiento (con frecuencia no
tiene ni un solo amigo entre los compañeros); en relación a lo cual cabe considerar su escasa
asertividad y dificultad de comunicación, así como su baja popularidad, que según algunos
estudios llega a ser incluso inferior a la de los agresores. Para explicarlo, conviene tener en
cuenta que la falta de amigos puede originar el inicio de la victimización, y que ésta puede
hacer que disminuya aún más la popularidad de quién la sufre.

Los compañeros espectadores

Los espectadores o testigos del maltrato entre iguales son de forma mayoritaria los
compañeros de las víctimas y de los agresores. Entre los espectadores suele producirse una
inhibición a intervenir ante las situaciones de maltrato. Esta inhibición está motivada por el
miedo a ser incluido en la agresión o en el círculo de la victimización

  El bullying y sus consecuencias

Las víctimas del acoso escolar pueden adoptar una actitud pasiva o de resignación, aunque
también hay otros que tratan de huir de la situación mediante diferentes estrategias poco
útiles para poner fin al maltrato. De manera que están condenados a sufrir insultos, ataques
psicológicos que ocasionan una baja autoestima, intimidaciones, chantajes, exclusión social,
maltrato físico en forma de golpes y palizas, etcétera. Todo esto genera que la persona
acosada se sienta totalmente inútil, no se quiera a sí misma en absoluto y se vea incapaz de
manejar esta situación
Ciberacoso o ciberbullying: conocido también como ciberbullying, consiste en una forma de
violencia similar al acoso escolar, pero que utiliza medios tecnológicos como redes sociales,
internet u otros espacios virtuales por lo que su difusión e impacto en todos los involucrados y
en la convivencia general de la comunidad es mucho mayor. En muchas ocasiones, las
agresiones por internet son anónimas, lo que contribuye a aumentar la ansiedad y sensación
de paranoia de la víctima. Ya que el agresor podría ser cualquier persona. El ciberacoso incluye
conductas de violencia sicológica, social, agresiones, amenazas, insultos, suplantación de
identidad difusión de material denigrante para la víctima.

Consecuencias

Cuando la violencia en las aulas se traslada al mundo digital se le denomina ciberacoso escolar
o ciberbullying. El acosador, bajo el escudo protector de la pantalla, aprovecha las redes
sociales y los grupos de WhatsApp para instigar, burlarse y difundir bulos sobre la víctima.
Aunque este maltrato psicológico no derive en un enfrentamiento cara a cara entre acosador y
víctima, no por ello es menos grave. Las consecuencias emocionales en el acosado son las
mismas que las del mobbing dentro del contexto real: inseguridad, aislamiento, fobia escolar…

Que deben hacer

 Para los profesores

 Es importante crear un ambiente de confianza donde los alumnos expresen cómo se


sienten.

 Supervisar el comportamiento de los niños o jóvenes, con el fin de detectar actitudes


negativas.

 Actuar rápido, si se presenta algún caso de violencia escolar.

 En cuanto los educadores tengan conocimiento sobre la situación, es importante


vigilar a los niños implicados en todas las situaciones para controlar que el problema
no se agrave. Deben recoger toda la información posible sobre los hechos e informar a
la dirección del centro.

 Cuando se vaya a hablar con los niños, no deben limitarse únicamente al acosador y a
la víctima, sino también al resto de niños implicados, aunque no participen de forma
activa en el acoso. De esta forma, consiguen educar sobre las consecuencias que
puede tener el acoso, al mismo tiempo que se resuelve el problema.

 En los recreos, los profesores deben de vigilar y corregir cualquier tipo de conducta, al
igual que atender a alumnos que suelan estar la mayoría de los días solos.

 Para los alumnos

 No juzgues a los demás por su apariencia o condición social. Aplica el refrán: “no hagas
a otros lo que no te gustaría que hagan contigo”.

 Apoya a aquellos compañeros que se sientan solos en clase.


 No uses la violencia como mecanismo de defensa o solución de problemas con otros
compañeros.

 Si eres testigo de algún caso de bullying, avisa a las autoridades de tu colegio.

 Y si eres víctima de algún tipo de abuso en tu colegio, conversa con tus padres y
profesores. Ellos sabrán orientarte.

 Reportar los casos de acoso personal y cibernético: Es importante que los


estudiantes informen a un padre o a un adulto de confianza sobre cualquier
caso de intimidación. Con frecuencia, los niños no reportan casos de acoso
cibernético porque temen que sus padres les impidan usar el teléfono o la
computadora. Los padres deben respaldar a sus hijos si éstos les informan de
un caso de intimidación, y no impedirles que usen el teléfono como
consecuencia de esa situación. Los niños deben recordar que el acoso escolar
es incorrecto, y que debe ser resuelto por un adulto.

 No responder al acoso con violencia: Aunque puede ser difícil quedarse


cruzado de brazos ante el acoso, como dice el refrán: “Dos males no hacen un
bien”. Trate de no demostrar enojo ni llorar. Hay que decirle con calma al
acosador que deje de intimidarlo, o, simplemente, alejarse para evitar
problemas.
 

 Si eres padre

 No dudes en poner límites a tus pequeños, en caso veas actitudes negativas en ellos.

 Conversa sobre el bullying en casa y todo lo que puede provocar.

 Escucha y dialoga con ellos. Los niños y las niñas casi nunca mienten en estos temas. Es
importante escuchar lo que ha vivido y cómo se siente, sin juzgarle.

 Refuerza su autoestima. Ayúdales a reconocer sus capacidades, habilidades y el gran


esfuerzo que ha hecho al haber pedido ayuda.

 Comunica la situación a la escuela. Es importante que el centro escolar conozca la


situación y mantenga una comunicación continua y de colaboración con ellos.

 Mantén una buena comunicación basada en la confianza. Esto facilitará que acuda a ti
en caso de recibir algún contenido o invitación que le provoque malestar o
incomodidad.

 Recomienda a tu hijo o hija que no responda a las agresiones y en caso de sospechar


que se está dando una situación de ciberacoso, trate de guardar los mensajes como
prueba, de bloquear al remitente o de denunciar el caso.

 Indica a tu hijo/a que, si existe una situación de violencia en el centro escolar, ha de


ser solidario:

 No defender a un compañero y acallar la situación, también implica formar parte del


juego del acoso escolar y fortalecer la posición de poder del agresor. “Si te callas, ante
el acoso a otro compañero, te conviertes en cómplice y en agresor pasivo”. Ayúdale a
ser empático/a: “ponerse en el lugar de la víctima”. Reflexiona con tu hijo/a ¿Si alguien
te acosara, ¿cómo te sentirías?

 Si tu hijo/a muestra actitudes violentas para conseguir algún fin, corrígele:

Maestros y administradores escolares

 Estar informados y alertas: Los maestros y administradores deben estar conscientes


de que, si bien el acoso ocurre generalmente en sitios como los baños, el patio de
juegos, los pasillos llenos de personas y los autobuses escolares, además sucede con
teléfonos celulares y computadoras (donde existe poca o ninguna supervisión); debe
ser tomado muy en serio. Los maestros y administradores deben enfatizar que
informar no es delatar. Si un maestro observa un caso de intimidación en el aula, debe
intervenir inmediatamente para impedirlo, reportar el incidente e informar a los
administradores escolares correspondientes para que sea investigado. No es
recomendable realizar una reunión conjunta con el acosador y el acosado, pues sería
vergonzoso e intimidaría enormemente al estudiante que ha sido objeto del abuso.

 Participación de estudiantes y padres: Es necesario que los estudiantes, así como los
padres, formen parte de la solución, y participen en equipos de seguridad y grupos
especiales contra la intimidación escolar. Los estudiantes pueden informarles a los
adultos acerca de lo que está ocurriendo realmente, y también mostrarles las nuevas
tecnologías que se utilizan para la intimidación. Los padres, maestros y
administradores escolares pueden contribuir a que los alumnos adopten un
comportamiento positivo, y enseñarles cómo intervenir en un caso de abuso. Los
estudiantes de más edad pueden ser mentores e informarles a los más jóvenes con
respecto a prácticas seguras de navegación por la Internet.

 Crear expectativas positivas con respecto al comportamiento de estudiantes y


adultos: Las escuelas y aulas deben ofrecerles a los estudiantes un entorno seguro de
aprendizaje. Los maestros y entrenadores deben recordarles explícitamente a los
alumnos que el acoso escolar es inaceptable, y que ese tipo de comportamiento
tendrá las consecuencias correspondientes. Los maestros y administradores deben
crear un documento en contra del acoso, y pedirle a cada alumno, así como a sus
padres/tutores, que lo firmen y entreguen en la oficina, para que comprendan la
gravedad que implica un caso de intimidación. Además, a los estudiantes que
confrontan dificultades para adaptarse o tener amigos, se les pueden facilitar
amistades o darles “trabajo” a la hora del almuerzo y el receso, para que no se sientan
aislados ni corran peligro de convertirse en víctimas de acoso.

https://udep.edu.pe/admision/lima/como-prevenir-el-bullying/

file:///C:/Users/HP/Downloads/10.-Como-prevenir-y-abordar-la-Violencia-Escolar.pdf.

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