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LA CONDICIÓN FÍSICA

1. Concepto de “Condición Física” y “Capacidades Físicas”

La condición física es necesaria para realizar cualquier actividad, desde las cotidianas
hasta las actividades deportivas. No todas las personas poseen la misma condición física; ésta está
determinada en cierta medida por sus componentes, las “capacidades físicas”. Es decir, la
“condición física” está formada por las “capacidades físicas”; éstas son la base, el soporte.
¿Qué puedes hacer para mejorar la “condición física”?
Sólo tienes que mejorar los componentes, es decir, las capacidades o cualidades físicas.
Las “capacidades físicas básicas” son la “resistencia”, la “fuerza”, la “flexibilidad” y la
“velocidad”.
Las cuatro se tienen que trabajar. Ellas van a determinar tu aptitud física y también tu base
deportiva; en cualquier deporte son fundamentales.

2. Las “capacidades físicas básicas”

La resistencia: es la capacidad
que nos permite mantener un esfuerzo
durante el mayor tiempo posible.
Nuestra resistencia es la que nos
permite durante un tiempo prolongado
patinar, jugar a baloncesto, saltar la
cuerda, jugar en la piscina.

Existen dos tipos de resistencia:

a) La resistencia “aeróbica”: cuando el


esfuerzo no es muy elevado y el oxígeno
que llega, en la sangre, a los músculos
es suficiente para generar energía. En
este caso el ejercicio puede durar
bastante tiempo. Por ejemplo, andar de
prisa por la playa, realizar una maratón
o una etapa de la vuelta ciclista.

b) La resistencia “anaeróbica”: cuando


el ejercicio es intenso y supone un gran
esfuerzo, los músculos necesitan más
oxígeno del que llega y, por tanto, hay
que abandonar la actividad a corto plazo. Por ejemplo, al correr tras el perro que se nos ha
escapado, realizar una carrera de velocidad.

La flexibilidad: es la capacidad para realizar movimientos con la mayor amplitud posible


sin dañar los músculos ni las articulaciones. Por tanto, dicha amplitud depende de dos
componentes:

a) La movilidad de la articulación.

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b) La elasticidad del músculo.

Ejemplos de actividades que


requieren de una buena flexibilidad: la
gimnasia artística y rítmica, la danza, el
taekwondo...
Tener una buena flexibilidad es
importante para realizar cantidad de
acciones cotidianas, como ponernos los
calcetines. También nos ayuda a
prevenir las malas posturas y las
lesiones por acortamiento muscular.
Es común hablar de
“estiramientos”, éstos son los ejercicios
que utilizamos para mantener o mejorar
nuestra flexibilidad. Los debemos
practicar antes y después de la actividad
física, pero también podemos hacer
estiramientos en otros momentos del día
como al leer o al hablar por teléfono.

La fuerza: es la capacidad muscular para ejercer tensión frente a una resistencia. Existen
diferentes tipos de fuerza, ya que ésta puede estar combinada con la resistencia o la velocidad.
Ejemplos de actividades en las que se
ponga de manifiesto esta cualidad es, la
halterofilia (levantamiento de pesas), el
lanzamiento de peso, levantar una caja del
suelo.

El término “fortalecimiento muscular”


se utiliza bastante en la actualidad y consiste en
realizar ejercicios de fuerza que mejoren la
capacidad de los músculos. Esta capacidad es
necesaria para desempeñar tareas cotidianas
con comodidad, también para practicar
deportes, juegos o actividades de tiempo libre.
Y no olvidemos que una musculatura
fuerte es importante para prevenir dolores de
espalda, posturas incorrectas o lesiones, todas
ellas ocasionadas por debilidad muscular.

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La velocidad: es la capacidad para realizar un movimiento o recorrer un espacio en el
menor tiempo posible.
Ejemplos de actividades en las que se pone de manifiesto esta capacidad: correr detrás de
un compañero para darle alcance, un remate de voleibol, realizar una carrera de 50 ó 100 metros.

Vamos a diferenciar entre varios tipos de velocidad:

a) Velocidad de “reacción”: es la capacidad para responder ante un estímulo. El tiempo


que transcurre desde que se recibe el estímulo hasta que iniciamos el movimiento, depende de
nuestro sistema nervioso central.

b) Velocidad de “desplazamiento”: nos permite recorrer un espacio en el menor tiempo


posible. Para este tipo de velocidad cuenta:
- La “amplitud de la zancada”, es decir lo largo que puede ser el paso.
- La “frecuencia”, es decir la cantidad de pasos en la unidad de tiempo.

c) La velocidad “gestual”: la capacidad para realizar un movimiento o gesto técnico en el


menor tiempo posible. Por ejemplo: en un saque de tenis, los grandes jugadores demuestran una
gran velocidad gestual.

Trabajamos la velocidad en cantidad de juegos, en carreras y en técnicas deportivas.


Siempre que trabajes la velocidad es importante que prepares a tu organismo con un
calentamiento específico y así evitarás lesiones.

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3. La actividad física, el estilo de vida y la salud

Con un nivel mínimo de condición física nuestra salud sería vulnerable, frágil y el riesgo de
caer en la enfermedad sería elevado. Sin embargo, una buena condición física nos permite
desempeñar con eficacia nuestro trabajo, las tareas domésticas, el estudio y el deporte.
Todas las personas deben aspirar a una buena “condición física”; con ello mejora nuestra
calidad de vida. Para hacer esto posible debemos adoptar el hábito de practicar actividad física.
Existen diferentes tipos de actividad física, unas son más comunes como el trabajo, el estudio, y
otras deben también formar parte de nuestra vida, como el ejercicio.

La sociedad actual nos invita desde jóvenes a habituarnos al tabaco, al alcohol, al exceso
de comida; éstos y otros hábitos son los que conforman el estilo de vida. Según lo que representen
estos hábitos para nosotros, nuestro estilo de vida será o no saludable.
Los estilos de vida no saludables originan problemas de salud, que en ocasiones llegan a
ser muy serios.
La actividad física aporta beneficios, pero no anula los factores de riesgo, por tanto
debemos evitar: las grasas, el tabaco, el alcohol y las drogas. Y debemos practicar más: la

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actividad física, los deportes y las actividades de ocio y recreación.

4. Beneficios de la actividad física saludable

Al practicar regularmente actividad física nuestro organismo reacciona adaptándose a los


esfuerzos y fortaleciéndose. Los cambios que se producen gracias al ejercicio, son beneficiosos
para diversos sistemas y órganos.

Debemos tener en cuenta


también que, para que el
organismo se adapte, los
esfuerzos deben ser adecuados y
correctamente dosificados. Los
esfuerzos excesivos y mal
aplicados pueden ocasionar
fatiga, debilidad, lesiones y,
lógicamente, disminución del
estado de salud.
Los efectos de la
actividad física saludable son:

Sobre el sistema cardiovascular:


el corazón se hace más fuerte y
es capaz de bombear mayor
cantidad de sangre en cada
latido, tanto al realizar ejercicio
como en reposo. También
aumenta el número de capilares
en el músculo, con lo que la
llegada de oxígeno a través de la
sangre es mejor. Las arterias se
mantienen limpias y flexibles, sin
grasas que se adhieran a sus
paredes, como el colesterol, por l
o que el transporte de sangre a
todos los órganos es más
efectivo, evitando el infarto tanto
cardíaco como cerebral.

Sobre el sistema respiratorio:


mejora la capacidad respiratoria
en general. La sangre en los
pulmones capta más cantidad de
oxígeno para transportarlo,
luego, a todo el organismo.

Sobre el aparato locomotor:


huesos, articulaciones y
músculos se ven favorecidos. Los músculos, tendones y ligamentos se fortalecen protegiendo las

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articulaciones y los huesos. Los huesos se mantendrán resistentes evitando la pérdida de calcio, la
debilidad y la osteoporosis (huesos porosos).

Sobre la constitución corporal: gastando una mayor cantidad de calorías, disminuye la


cantidad de grasa que circula por la sangre. Se evita la acumulación de ésta en las arterias, bajo la
piel y entre los órganos, por tanto previene la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.

Sobre el sistema nervioso central: porque durante la práctica de actividad física aumenta
el bombeo de sangre al cerebro mejorando la oxigenación. Las actividades que requieren
concentración y coordinación son un estímulo constante para el sistema nervioso en general.

Sobre el estado de ánimo y el estrés: porque las personas que practican actividad física
experimentan sensaciones de bienestar, de vigor. Ese efecto se debe a que el cerebro es estimulado
por una sustancia (“endorfinas” *) que produce el propio cuerpo al hacer ejercicio.

* “Las endorfinas son sustancias producidas por el cuerpo de forma natural. Al realizar actividad física los
niveles de éstas aumentan en la sangre y provocan la sensación de bienestar y euforia, que puede durar hasta unas
horas después de acabar el ejercicio.”

El hecho de que las actividades físicas se realicen muchas veces al aire libre, en compañía
de amigos y generalmente en entornos agradables ayuda a olvidar preocupaciones y disfrutar.

* Zona de Actividad - Límite Superior: 176,8 p/m (pulsaciones por minuto)

(12 años) - Zona Media (zona de trabajo ideal): 156 p/m

- Límite Inferior: 135,2 p/m

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