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El documento discute la relación entre la criminología y la autoría y participación en derecho penal. Explica que la ley peruana rompe el título de imputación para los partícipes, de modo que las cualidades del autor no se transmiten. También establece que los criterios para el tratamiento de la participación en delitos especiales deben distinguir entre autores y partícipes, imponiendo una pena mayor al autor. Finalmente, señala que las fuentes legales obligan a los jueces a distinguir entre autores y partícipes en la respuesta
Descripción original:
Título original
REDACTAR UN ANALISIS RESPECTO LA RELACION DE LA CRIMINOLOGIA Y LA AUTORIA Y PARTICIPACION EN DERECHO PENAL
El documento discute la relación entre la criminología y la autoría y participación en derecho penal. Explica que la ley peruana rompe el título de imputación para los partícipes, de modo que las cualidades del autor no se transmiten. También establece que los criterios para el tratamiento de la participación en delitos especiales deben distinguir entre autores y partícipes, imponiendo una pena mayor al autor. Finalmente, señala que las fuentes legales obligan a los jueces a distinguir entre autores y partícipes en la respuesta
El documento discute la relación entre la criminología y la autoría y participación en derecho penal. Explica que la ley peruana rompe el título de imputación para los partícipes, de modo que las cualidades del autor no se transmiten. También establece que los criterios para el tratamiento de la participación en delitos especiales deben distinguir entre autores y partícipes, imponiendo una pena mayor al autor. Finalmente, señala que las fuentes legales obligan a los jueces a distinguir entre autores y partícipes en la respuesta
EN DERECHO PENAL. El tipo penal exige un autor en particular, alguien con características o cualidades especiales para quien el legislador ha querido un tratamiento punitivo especifico, sea porque la cualidad suscita misericordia, y criterio de política criminal impone una consecuencia jurídica magnánima, tal el caso del infanticidio perpetrado por la madre sufriente de un estado puerperal, en agravio de su hijo naciente o recién nacido, sea que la cualidad, por el contrario, estimula un mayor reproche de la sociedad pues de la cualidad surgen deberes especiales cuyo incumplimiento son intolerables y la consecuencia jurídica ,por tanto, debe ser severa, tal el caso del delito de peculado que perpetra el funcionario público a cuyo cargo están los caudales públicos que se pierden por su lenidad o se los apropia por codicia en flagrante infracción de deber. tratándose de delitos de infracción de deber, pues en este supuesto la obligación-el deber- no tiene por qué afectar al cómplice extraneus, es decir a quien no tiene la cualidad del autor obligado –intraneus-por no ser vg. Funcionario público en el supuesto típico de peculado. Así tenemos que el reproche que merece el intraneus no tiene porque padecerlo el extraneus cooperador si se es coherente con un tratamiento político criminal robusto del bien jurídico. El legislador peruano ha optado por el rompimiento del título de la imputación cuando en el Art.26 del CP nos dice que las cualidades del autor no se transmiten a los partícipes. Así ocurre con la jurisprudencia también cuando en el crimen conocido como DOÑA BELLA la víctima lo fue de su esposa quien actuó con su amante Harry. A ella se le sentenció por parricidio, a él, por asesinato se rompió pues el título de la imputación. el PLENO JURISDICCIONAL PENAL SUPERIOR celebrado en la ciudad de Trujillo el 11 de diciembre del año 2004, entre otros acordó, más allá de lo que estima Código Penal, que los criterios para el tratamiento de la participación en los delitos especiales sería, en lo atinente, el siguiente: Distinguir entre autores y partícipes en la respuesta punitiva, y en consecuencia la pena del autor será mayor que la del partícipe Es obvio, de lo que venimos de decir que el acuerdo es impecable de cara a la doctrina Alemana. Como punto final añadir que la nota vinculante de las dos fuentes citadas obliga a los jueces, de donde urge una rápida reforma legal en salvaguarda del orden y decoro jurídico, lo mismo que de la conciencia jurisdiccional.
La autoría y la participación se encuadran sistemáticamente dentro de las cuestiones que
afectan al tipo penal, si bien razones didácticas aconsejan no explicarlas precisamente al hilo de ese elemento del delito, sino más bien una vez que se han explicado todos los elementos del mismo. Algunas cuestiones que también afectan a la autoría, como las de la intervención en y por omisión y la intervención en delitos especiales, de propia mano y con modalidades limitadas de acción, se explican en el tema dedicado a la participación En cuanto a la autoría, en la omisión propia no se plantean especiales problemas, siendo concebible además la coautoría y la pluriautoría y más difícil la autoría mediata. En los delitos de omisión impropia o comisión por omisión, la determinación de quién es autor dependerá del criterio que se siga para caracterizar la comisión por omisión. En mi opinión, es insuficiente el de la posición de garante y el que mejor responde a la equivalencia material y estructural de la omisión en el plano normativo con la conducta activa (aquí de autoría) es el de la creación, aumento, concreción o descontrol determinante del riesgo de lesión del bien jurídico por la propia omisión. El art. 11 CP crea algunas dificultades añadidas, aunque creo que no es imposible conciliarlo con la tesis acabada de citar. En cualquier caso, éste no es el lugar adecuado para abordar los problemas centrales de la comisión por omisión, que se tratan en tema aparte. Más arduos problemas plantea el problema de la participación por omisión(o, si se quiere, participación en comisión por omisión, que considero posible, aunque muy infrecuente. Para determinar cuándo existe participación por omisión no sirven los criterios que normalmente se manejan para caracterizar la comisión por omisión y tampoco vincula, según creo, el art. 11 CP, pues tanto los primeros como éste están pensados o se refieren a la comisión por omisión como autor. Habrá que determinar qué conducta omisiva equivale estructural y materialmente a la de participación activa. En mi opinión, ello sucede cuando la propia omisión favorezca la afectación del bien jurídico por parte del autor, es decir aumente el riesgo de producción de esa afectación, pero no de un modo determinante (y siempre, claro está, que se den los demás requisitos de la participación). O, dicho de otra manera, cuando (dándose los demás requisitos de la participación) la propia omisión posibilite, favorezca o facilite o suponga una remoción de obstáculos a la conducta del autor, no bastando que la omisión suponga una merano dificultación o no interposición de obstáculos al hecho del autor. La forma de participación por omisión menos fácil, aunque quizá no imposible, de imaginar es la inducción por omisión, que además plantea el problema de la posible falta de carácter directo de la misma.