Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ÍNDICE
ÍNDICE .......................................................................................................................... 2
1. LAS PALABRAS EXTRANJERAS ................................................................................. 3
1.1 Introducción ........................................................................................................................ 3
1.2 Tratamiento de los extranjerismos ....................................................................................... 4
2. LOS CALCOS SINTÁCTICOS ....................................................................................... 5
2.1 Introducción ........................................................................................................................ 5
2.2 tipos de calco....................................................................................................................... 5
3. LOS FALSOS AMIGOS .............................................................................................. 6
4. LOS LATINISMOS .................................................................................................... 7
5. LA ESCRITURA DE LOS TOPÓNIMOS ........................................................................ 9
6. ARCAÍSMOS, BARBARISMOS, VULGARISMOS Y CACOLOGÍAS ................................... 11
6.1. ARCAÍSMO ........................................................................................................................ 11
6.2. BARBARISMO .................................................................................................................... 12
6.2.1. Tipos de barbarismo .............................................................................................................................. 12
6.3. VULGARISMOS .................................................................................................................. 13
6.4. CACOLOGÍAS ..................................................................................................................... 14
2
1. LAS PALABRAS EXTRANJERAS
1.1 INTRODUCCIÓN
Las palabras extranjeras, son aquellas palabras que no son originalmente del
español o del castellano y que con el paso del tiempo se anexan al mismo. La anexión
suele ser por uso y posteriormente se ha aceptado. A las palabras extranjeras
inicialmente se les denominó “barbarismos”, y el concepto barbarismo sigue
aplicándose aún después de haber sido aceptadas en el DRAE.
Se llaman extranjerismos a las palabras extranjeras que se usan en una lengua.
En algunos casos se mantiene su misma escritura (ballet, puzzle), en otros, se
castellanizan (chalé, escáner). Solo debemos utilizar los extranjerismos cuando no
exista en nuestro idioma una palabra equivalente y de no poderse crear por haber
arraigado la foránea, se utilizará la extranjera adaptada a nuestra escritura.
En el Diccionario panhispánico de dudas se han aplicado los siguientes criterios
generales:
- Extranjerismos superfluos o innecesarios: son aquellos para los que
existen equivalentes españoles con plena vitalidad. Ejemplos: abstract
(resumen, extracto), back-up (copia de seguridad), consulting (consultora).
- Extranjerismos necesarios o muy extendidos: son aquellos para los que
no existen, o no es fácil encontrar, términos españoles equivalentes, o cuyo
empleo está arraigado o muy extendido. Se aplican dos criterios, según los
casos:
o Mantenimiento de la grafía y pronunciación originarias: Se trata de
extranjerismos asentados en el uso internacional en su forma original,
como ballet, blues, jazz o software. En este caso se advierte de su
condición de extranjerismos crudos y de la obligación de escribirlos con
resalte tipográfico (cursiva o comillas) para señalar su carácter ajeno a
la ortografía del español, hecho que explica que su pronunciación no se
corresponda con su forma escrita.
o Adaptación de la pronunciación o de la grafía originaria: La mayor
parte de las veces se proponen adaptaciones cuyo objetivo prioritario
es preservar el alto grado de cohesión entre forma gráfica y
pronunciación característico de la lengua española. La adaptación de
estas voces se ha hecho por dos vías:
Mantenimiento de la grafía original, pero con pronunciación a
la española y acentuación según las reglas del español, por
ejemplo: airbag o máster. Estas formas adaptadas a través de la
pronunciación y, en su caso, de la tilde se consideran ya
incorporadas al léxico del español y, por tanto, su lema aparece
en el diccionario escrito en letra redonda, y no en cursiva, como
3
corresponde a los extranjerismos crudos. Esta misma razón
explica que voces de origen extranjero como set o box, que no
plantean problemas de adecuación al español, se registran en el
diccionario con el lema en redonda.
Mantenimiento de la pronunciación original, pero adaptando
la forma extranjera al sistema gráfico del español. Así, para el
anglicismo paddle se propone la adaptación pádel, y para el
anglicismo choucroute, la grafía adaptada chucrut.
4
b. Adaptación de la pronunciación o de la grafía originarias: La mayor
parte de las veces se proponen adaptaciones cuyo objetivo prioritario
es preservar el alto grado de cohesión entre forma gráfica y
pronunciación característico de la lengua española. La adaptación de
estas voces se ha hecho por dos vías:
i. Mantenimiento de la grafía original, pero con pronunciación
a la española y acentuación gráfica según las reglas del español.
ii. Mantenimiento de la pronunciación original, pero adaptando
la forma extranjera al sistema gráfico del español.
5
la lengua de partida que carecen de sentido en la lengua de llegada. En lo referente a
antropónimos (nombres propios procedentes de diversos idiomas), la división
fundamental es entre las lenguas que usan el alfabeto latino y las que no. En el primer
caso, los nombres se transcriben igual, pero con estas excepciones:
- Personajes históricos y autores clásicos que tienen traducción tradicional
- Nombres de familias reales y de la nobleza
- Nombres de papas y santos.
En el segundo caso, se debe emplear una transcripción castellana y evitar la
transcripción fonética procedente de otro idioma.
Topónimos:
- Nombres con una arraigada tradición en castellano
- Nombres con una correspondencia castellana que ya no se utiliza
- Nombres sin correspondencia castellana que, si proceden de una lengua con
alfabeto latino, se dejan igual y que, si proceden de otros alfabetos, se
hispanizan.
Gentilicios: deben derivar del latín. La mayúscula inicial debe evitarse
6
Los “falsos amigos gramaticales” son los paradigmas gramaticales que por tener
una estructura aparentemente semejante en dos lenguas reciben el mismo nombre,
pero que proyectados hacia la realidad configuran referencias y usos diferentes.
A continuación se presenta una visión general de las simetrías y asimetrías que
pueden darse entre los sistemas lingüísticos, para concluir indicando cuáles de ellas
están en el origen de falsos amigos gramaticales.
Una situación causante de muchos errores de traducción es la propiciada por
morfemas que hacen referencias similares a la realidad pero cuyos usos,
condicionados históricamente por las respectivas lenguas, difieren.
Los falsos amigos gramaticales suelen producirse cuando en el sistema de las
lenguas en las que se han formulado los textos objeto de traducción se contemplan
morfemas o estructuras aparentemente semejantes. Las diferencias nítidas entre dos
sistemas lingüísticos no suelen plantear problemas de interferencia o de creación de
falsos amigos pues se tiende a buscar un equivalente sin sentirse condicionado por
morfemas o estructuras del texto origen. Las aparentes similitudes entre algunas áreas
de los sistemas lingüísticos son las principales causantes de los errores gramaticales
en la traducción.
Los falsos amigos se sitúan en el nivel de la norma y de los usos ya que se
producen, precisamente, cuando el sistema lo permite y suelen vulnerar la norma,
alejándose del canon más generalizado en una comunidad de hablantes o
quebrantando la adecuación intrínseca del texto meta.
4. LOS LATINISMOS
Un latinismo es una palabra o expresión latina que se usa en otra lengua, sobre
todo en contextos científicos, cultos o elevados.
La presencia de latinismos en los medios académicos o en el habla culta, se
explica porque desde el apogeo del Imperio romano en el siglo I. d.C, cuando tal
imperio abarcaba todos los países de la cuenca del Mar Mediterráneo, el latín junto con
el griego resultó una lengua vehicular que forzosamente debió ser mantenida en
ámbitos cultos para comunicarse entre países cuyas lenguas vernáculas eran muy
disímiles. Es de tener en cuenta que gran parte de las palabras con etimología latina en
el español castellano proceden de los dialectos del latín vulgar.
Por lo general los latinismos puros son aceptables en su forma original aunque
los puristas de la RAE tienden a sugerir el uso de los latinismos ligeramente
castellanizados por trascripción y transliteración fonética, por ejemplo: cuórum en
lugar de qvorvm en este tipo de caso se observa que el acento agudo señala el énfasis
fónico que ha de darse a la palabra, es decir: el acento agudo de las transcripciones al
7
idioma español castellano casi siempre corresponden a los diacríticos llamados
macrones en la escritura fonética clásica del latín (macron es un préstamo procedente
del griego y cuyo significado es mayor).
No debe confundirse el latinismo con el cultismo. Este último es el vocablo que
penetró por vía culta a la lengua sin pasar por la evolución fonética habitual de las
palabras patrimoniales. Por ejemplo, las palabras espíritu y familia son cultismos, pero
no son latinismos.
Es muy común que la fonética de los latinismos no sea exactamente la del latín
clásico ni siquiera la del llamado latín eclesial si no que se acomode a los fonemas más
frecuentes de la lengua usual.
En resumen, el latinismo es un préstamo del latín que, si bien mantiene la misma
fonética, modifica su grafía, adaptándose a las reglas de la lengua española.
En la nueva ortografía se da cuenta de las normas que deben seguirse cuando se
emplean en textos españoles palabras o expresiones pertenecientes a otras lenguas,
siendo la principal novedad en este sentido la equiparación en el tratamiento
ortográfico de todos los préstamos (voces o expresiones de otras lenguas que se
incorporan al caudal léxico del español), con independencia de que procedan de
lenguas vivas extranjeras (extranjerismos) o se trate de voces o expresiones latinas
(latinismos).
De acuerdo con estas normas, los extranjerismos y latinismos crudos o no
adaptados –aquellos que se utilizan con su grafía y pronunciación originarias y
presentan rasgos gráfico-fonológicos ajenos a la ortografía del español- deben
escribirse en los textos españoles con algún tipo de marca gráfica que indique su
carácter foráneo, preferentemente en letra cursiva, o bien entre comillas. En cambio,
los extranjerismos y latinismos adaptados- aquellos que no presentan problemas de
adecuación a la ortografía española o que han modificado su grafía o su pronunciación
originarias para adecuarse a las convenciones gráfico-fonológicas de nuestra lengua-
se escriben sin ningún tipo de resalte y se someten a las reglas de acentuación gráfica
del español.
Ejemplos: Me encanta el ballet clásico / Me encanta el balé clásico; Juego al
paddle todos los domingos / Juego al pádel todos los domingos; La reunión se suspendió
por falta de quorum /La reunión se suspendió por falta de cuórum.
Así pues, según la nueva ortografía, y tal como ilustra el último ejemplo, los
préstamos del latín solo se escribirán en letra redonda y con sometimiento a las reglas
de acentuación gráfica del español cuando estén completamente adaptados a nuestro
sistema ortográfico, al igual que se hace con los préstamos de otros idiomas.
Por su parte, las locuciones o dichos en otras lenguas que se utilicen en textos
españoles deben escribirse igualmente en cursiva –o, en su defecto, entre comillas-
para señalar su carácter foráneo, su consideración de incrustaciones de otros idiomas
en nuestra lengua.
8
Según se establece en la nueva edición de la ortografía, las locuciones latinas
(expresiones pluriverbales fijas en latín que se utilizan en todas las lenguas de cultura
occidentales, incluido el español, con un sentido más o menos cercano al significado
literal latino) deben recibir el mismo tratamiento ortográfico que las provenientes de
cualquier otra lengua. Por lo tanto, aunque hasta ahora se recomendaba escribirlas en
redonda y con las tildes resultantes de aplicarles las reglas de acentuación del español,
deben escribirse, de acuerdo con su carácter de expresiones foráneas, en cursiva (o
entre comillas) y sin acentos gráficos, ya que estos no existen en la escritura latina.
9
En el tratamiento de los topónimos se han conuugado, equilibradamente, los
siguientes criterios: transcripción y adaptación de acuerdo con las normas ortográficas
del español (hispanización); aceptación de grafías no adaptadas o semiadaptadas, pero
asentadas en el uso; y reconocimiento de los cambios de denominación oficial, sin
renunciar, cuando existen, a las formas tradicionales plenamente vigentes. Así pues,
cada uno de los topónimos registrados ha recibido un tratamiento diferente de
acuerdo con su adscripción a uno de los siguientes grupos:
1. Topónimos con forma tradicional plenamente vigente en español, que, no
obstante, aparecen con cierta frecuencia en los medios de comunicación con
nombres o grafías propios de otras lenguas. Se prefiere la forma española, a
no ser que haya caído en desuso o se haya producido un cambio de
denominación: Amberes, Ciudad del Cabo, Milán.
2. Topónimos que carecen de forma adaptada al español y se emplean
tradicionalmente con la grafía propia de la lengua local o con la grafía
correspondiente a una lengua puente. Se respetan estas grafías, incluso en lo
concerniente a su acentuación, por tratarse de formas ya asentadas en el uso:
Canterbury, Ottawa o Copenhague.
3. Topónimos cuya forma tradicional en español ha caído en desuso en favor de
la forma local. Se da primacía a la forma local: Ankara, Bremen.
4. Topónimos con cambio de denominación oficial en favor de la forma local,
pero que cuentan con una forma tradicional española plenamente vigente. Se
prefiere la forma española: Calcuta, Moldavia. Solo en aquellos casos en que
se ha producido un verdadero cambio de nombre se recomienda la nueva
denominación, que debe sustituir a la anterior: Burkina, Faso
5. Topónimos que se emplean a menudo con grafías que responden a la
transliteración o representación en otras lenguas del nombre local,
perteneciente este, por lo general, a lenguas que utilizan alfabetos no latinos
o que carecen de escritura. Se propone la adaptación de estas formas al
sistema gráfico del español de acuerdo con la pronunciación más
generalizada entre los hispanohablantes: Zimbabue, Punyab.
6. En el caso de topónimos pertenecientes a lenguas que utilizan alfabetos no
latinos, se recomienda la forma gráfica que resulta de aplicar las normas de
transliteración de estos alfabetos al español y se reconocen, si las hay, otras
grafías asentadas: Qatar o Irak. Las formas transcritas se acentúan
gráficamente de acuerdo con las normas ortográficas del español: Shangái,
Taipéi.
10
6. ARCAÍSMOS, BARBARISMOS, VULGARISMOS Y
CACOLOGÍAS
6.1. ARCAÍSMO
11
6.2. BARBARISMO
Se llama barbarismo en la gramática tradicional a un vicio del lenguaje que
consiste principalmente en pronunciar o escribir mal las palabras o en emplear
vocablos impropios. Su sentido está relacionado con el valor etimológico que tiene
bárbaro de “extraño” y “ajeno”, por lo que se trata de usos que resultan extraños al
español.
Las incorrecciones comprendidas en los barbarismos varían con el autor y no
hay una clasificación uniforme. Así, los solecismos a veces se incluyen entre los
barbarismos, pero en otras ocasiones se considera un vicio distinto.
No se ha de considerar barbarismo el empleo intencional de alguna palabra o
frase extranjera hecho por quien conoce su propia lengua y la domina
1) Barbarismo prosódico
Se incluyen aquí los vicios de dicción. Tradicionalmente se incluían en esta
categoría fenómenos como el seseo, que se consideraba vicio por no
corresponderse con la pronunciación castellana, o el tartamudeo, que hoy se
considera un trastorno de la comunicación y no del lenguaje:
- Veveo es la pronunciación de la b como la v. Se considera un barbarismo
porque la v en castellano tiene el sonido b (bilabial sonoro), no como en otros
idiomas, en los que tiene un sonido fricativo labiodental sonoro.
- Bebeo es la pronunciación de la v como b, considerada antiguamente
barbarismo por cierto número de gramáticos. En la actualidad no se
considera barbarismo, sino que, por el contrario, es la norma
- Ceceo es la pronunciación de la s como z. No tiene el grado de aceptación que
tiene el seseo
- Heheo es la pronunciación de la s como h aspirada. Tiene un grado de
aceptación aún menor que el ceceo y suele ocurrir de manera esporádica en
especial en los hablantes del sur de España.
- Gargueo es la sustitución de la h u otra consonante por g o j, como güevo en
lugar de huevo o agüelo en lugar de abuelo.
- Lalación o lambdacismo es la pronunciación de r o rr como l, como amol en
lugar de amor.
- Metacismo es el uso inconveniente de la m, como immaculada en lugar de
inmaculada.
- Rotacismo es la pronunciación gutural de la r. en lingüística moderna se
llama así a la conversión de una consonante en erre, como argo para algo.
12
- Lleísmo es la pronunciación de la y como ll. En la fonética actual, se llama
lleísmo a la práctica de distinguir la y de la ll.
- Yeísmo es la pronunciación de la ll como y. Al igual que el seseo no se
considera realmente barbarismo
- Geada es la pronunciación de la g como j o como h aspirada
2) Barbarismo analógico
3) Barbarismo sintáctico
4) Barbarismo ortográfico
Abarca en esencia las faltas de ortografía. Cuando afectan a la acentuación se
habla de barbarismo acentual.
6.3. VULGARISMOS
Un vulgarismo es una expresión morfológica, fonética o sintáctica empleada en
lugar de la palabra correcta y que no se considera parte de la llamada lengua culta. Sin
embargo, muchas expresiones que antiguamente se consideraban vulgarismos hoy se
aceptan y son de uso común (por ejemplo, adecúo en lugar de adecuo). Los vulgarismos
no han de ser necesariamente signos de ignorancia, sino que dependen del contexto
(la región) en el que se halla el hablante. Hasta no hace mucho, no era raro que se
trataran como vulgarismos simples variantes del español, en particular muchos giros
americanos, como recién, no más, etc., que actualmente están aceptadas como
correctas.
13
Por otra parte, ciertos arcaísmos han desaparecido de la lengua culta y se
conservan solo en la lengua popular como vulgarismos. Algunos de ellos, así como
otros de incorporación más reciente, están recogidos en el Diccionario académico con
la marca de vulg., como leche (porrazo), endenantes (hace poco), almóndiga
(albóndiga), corte de mangas (cierto gesto obsceno), aunque esta marca está aplicada
a términos calificados como jergales (talego), coloquiales (corte de mangas) y
malsonantes (leche).
6.4. CACOLOGÍAS
Sustantivo femenino. Este vocabulario alude (en lingüística a una expresión
gramatical de manera correcta que puede atentar contra el buen uso de las reglas
gramaticales. Por ejemplo, refiriendo de mordedura en lugar de una picadura de
escorpión.
Este vocablo viene del griego (kakología) que quiere decir calumnia.
A finales del siglo XIX, el educador y escritor cubano Félix Ramos y Duarte (1848-
1924), en su obra titulada Crítica de Lenguaje, define la ORTOEPÍA como una de las
partes que junto con la ortología, la lectura y la cacología conforman la fonología.
Entre los defectos que pretende corregir esta disciplina incluye en ceceo, el checheo,
el itacismo, el metacismo, el rotacismo, el seseo, el yeísmo y otras muchas.
La ortoepía procede del griego orthos (correcto) y epos (discurso). El ´termino
que podría ser su antónimo, cacoepía (pronunciación incorrecta), no está recogido por
el Diccionario de la Real Academia. La primera aparición registrada del término data
de 1853 en el “Diccionario Nacional” de Ramón Joaquín Domínguez. Fue aceptado por
la Real Academia en la edición de 1950 del Diccionario manual e ilustrado de la lengua
española.
La ortoepía está ligada tanto a la correspondencia entre las palabras y los
sonidos concretos con los que se materializan de acuerdo con unas reglas concretas y
la propia capacidad fisiológica para poder articular correctamente estos sonidos. Un
elemento clave para establecer reglas de pronunciación es disponer de un alfabeto
fonético, en el que se establece la citada correspondencia entre los sonidos y la forma
en que se producen en el sistema de fonación bucofaríngeo humano. Para abordar esta
cuestión, en español se estandarizó el uso del alfabeto fonético de la Revista de
Filología Española desde 1915.
14