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TEMA 5.

ORGANIZACIÓN POLÍTICO-ADMINISTRATIVA DEL REINO


VISIGODO II: INSTRUMENTOS DE PODER

1. HACIENDA Y FISCALIDAD

1.1. “Thesaurus regis”, “Patrimonium” y “res privata”

El célebre thesaurus regis visigothorum tiene su origen en la etapa en la que los


visigodos rapiñaron en el interior de los límites del Imperio romano. Los visigodos
fueron el primer pueblo germánico que saqueó Roma. Los francos y burgundios se
llevaron parte del tesoro tras la caída de Tolosa. Teodorico el Grande llevó las grandes
riquezas del tesoro, en las que había oro, plata, joyas y piedras preciosas en grandes
cantidades, a Rávena por lo que el tesoro fue protegido del saqueo. Los Baltos
añadieron el tesoro a la res privata del rey. El tesoro se convirtió en patrimonio
exclusivo de la “corona” y símbolo de la legitimidad del poder real y pertenecía a la res
privata de cada monarca.

Durante la etapa de Tolosa se origina el Patrimonium imitando el modelo romano,


siendo los bienes públicos que pertenecen a la monarquía y a los que se añadía los
grandes dominios territoriales, las tierras abandonadas y las tierras expropiadas. El
Breviarium de Alarico refleja y regula los bienes del Patrimonium.

1.2. Ingresos y tributación

Los reyes visigodos tenían que tener ingresos de carácter ordinario y extraordinario para
pagar los gastos estatales. Estos podían ser campañas militares, pago a funcionarios,
gastos de la corte, grandes gastos del ceremonial regio y gran cantidad y donaciones a la
Iglesia. Los extraordinarios eran poco frecuentes ya que eran botines de guerra
esporádicos. También recibían regalos de otros reyes, exacciones que imponían a los
pueblos derrotados e ingresos voluntarios. Todos estos ingresos de carácter
extraordinario no eran importantes.

Los ingresos ordinarios que recibía el rey venían de las tierras del Patrimonium del
monarca y de las de su res privata. Las tierras las cultivaban los servi fiscales.

Los ingresos ordinarios públicos venían de los impuestos. Podían ser directos o
indirectos. El total del impuesto quedaba invariable. Siguió la adaeratio, práctica
tardorromana, que era la equivalencia en numerario de la cantidad que tenía que
satisfacerse en especie. Había importantes y frecuentes abusos ya que la valoración
monetaria de las cantidades que había que pagar en especie al Fisco sobrepasaba los
precios del mercado para esos productos. Se dio también la venta obligatoria de una
producción al Estado por un precio establecido, que solía ser más bajo que el del
mercado.

La capitatio era el principal impuesto directo y tenía dos modos, la terrena y la humana.
La capitatio terrena era una contribución territorial de los pequeños propietarios de
tierras cultivables, casas, esclavos y viñedos. Estos propietarios estaban bajo el
patrocinio de un senior a quien pagaban a título privado y le daban la capitatio terrena
para que, a través de él, llegara al Fisco. Con los servi pasaba parecido. La aristocracia
terrateniente les exigía las rentas privadas por la cesión de las tierras y la capitatio
terrena. La oligarquía territorial, formada por nobiles y potentes, estaba de facto exenta
de toda tributación y el rey nunca pudo imponerse sobre ella.

La capitatio humana gravaba a todos con independencia de la capitatio terrena.

Las tasas aduaneras, interiores y marítimas, eran una gran fuente de ingresos, y estaban
entre los impuestos indirectos. Los portoria romanos seguían en el reino visigodo. Los
impuestos al tráfico de mercancías se llamaban ahora cánones. Había algunas
prestaciones personales obligatorias. Las penas pecuniarias (multas y confiscaciones),
sancionaban los delitos y eran una fuente de ingresos ordinarios.

Los judíos tenían un impuesto especial, distribuido en proporción a los miembros de


cada comunidad. Con la conversión forzosa de Sisebuto hubieron sospechas sobre la
sinceridad de los judíos convertidos al cristianismo, por lo que el impuesto se aplicó a
todos los judeoconversos que no hubieran demostrado su fe cristiana. En el Concilio
XVII de Toledo de 694 se decretaron medidas durísimas contra todos ellos por lo que
todos sus bienes pasaron a sus siervos cristianos con sus respectivos impuestos.

1.3. Impuestos y circulación monetaria

Los impuestos se fijaban en especie, sobre todo en el campo. También podían pagarse
en moneda. A partir de Leovigildo, los reyes acuñaron solo piezas fraccionarias de oro,
llamadas trientes o tremisses, con variaciones a lo largo del tiempo. La población se
aleja de los usos monetarios y no hay monedas de plata y cobre. El numerario de oro
solo era para gastos suntuarios y para las clases pudientes, que lo atesoraban.

El rey tenía el derecho de acuñación en exclusiva y la moneda era un signo de su poder.


Hubo falsificaciones en las cecas y casos de emisión de moneda en rebeliones.

Se dio la adaeratio que conmutaba en moneda el impuesto en especie. La siliqua se


convirtió en la designación de una unidad de cuenta independiente de la moneda y su
valor nominal estaba relacionado con su equivalencia en oro.

En el campo no había necesidad de moneda contante para pagos y transacciones. En las


pizarras predominó el pago en especie.

Los objetos se valoraron en solidi o tremisses.

1.4. Órganos de las finanzas y funcionarios fiscales

El Fiscus, Hacienda o Erario Público tenía dos departamentos que eran dirigidos por el
comes Patrimonii y el comes Thesaurorum, respectivamente. El comes Patrimonii
administraba los fiscalía, que eran las propiedades del Patrimonium. Los funcionarios
de este departamento eran nombrados por el monarca.

El comes Patrimonium tenía también funciones de gestión de la annona. Fijaba los


precios de los productos que iban a ser vendidos al Estado obligatoriamente y el valor
oficial de cada especie. Estas tareas estaban centralizadas en Toledo. Otros funcionarios
recaudaban el impuesto en especie. A partir de Recaredo los numerarios o funcionarios
eran elegidos y controlados por los obispos, con un cargo de dos años. Los numerarii
también tuvieron funciones judiciales de tipo fiscal, referentes a las deudas al Fisco. El
tabularius hacía llegar la petición de pago de los impuestos a los contribuyentes y
llevaba el registro de estos pagos. El susceptor recibía todos los ingresos en el ámbito
local.

El comes Thesaurorum era el encargado del segundo departamento del Erario Público.
Protegía el tesoro regio y recaudaba los vectigalia aduaneros y el impuesto comercial.
El total iba a los thesauri publici. Este comes dirigía y supervisaba la acuñación de
moneda en su scrinium palatino.

2. DERECHO Y JUSTICIA

2.1. Elementos de formación del Derecho visigodo

Los pueblos germánicos no tenían un sistema jurídico antes de entrar en contacto con el
Imperio romano. Su “derecho” era consuetudinario y oral sin un sistema. Sippe era una
asociación que se basaba en la autoridad paterna y en la igualdad de derechos entre sus
miembros, protegiendo al grupo de hostilidades externas.

La legislación romana, muy avanzada, mantuvo su valor durante mucha parte de la


época visigoda. Su influencia sobre el Derecho visigodo fue la más importante. Recibió
otras influencias como la germánica.

También influyó el Derecho canónico ya que fue muy importante la intervención de la


Iglesia. Los cánones conciliares se convirtieron en ley. El rey trasladaba las
disposiciones civiles del Officium Palatinum al concilio o el tomus regii para que fuera
sancionado por él.

La Hispana es la recopilación más importante del Derecho canónico visigodo. Su


primera versión fue realizada por Isidoro de Sevilla. Luego fue completada por Julián de
Toledo, que tomó el nombre de Juliana. Su última revisión fue la más extendida y se
conoció como Vulgata.

2.2. Fuentes del Derecho legal visigodo

2.2.1. Las leyes teodoricianas

Las leges theodoricianae establecidas por Teodorico (419-451) y por Teodorico II (453-
466) son las primeras de la legislación de los visigodos. Parece que sirvieron para
repartir tierras entre galorromanos y visigodos, cuando estos eran foederati del Imperio.

2.2.2. El Código de Eurico

Es la primera compilación de leyes visigodas. Eurico siguió a los emperadores romanos


y estableció normas escritas. Podría ser un edicto y no un código. Ahora los visigodos
se inician con las leyes escritas, ya que antes solo seguían sus usos y costumbres.

En el Liber Iudiciorum todas las leyes llevan el nombre del monarca que las estableció.
Esta compilación parte de Recaredo. En el Código de Eurico aparecen también leyes
germánicas y tienen la influencia arriana.
El Código es de 480 y fue derogado por el Código de Leovigildo. Tiene un alto grado
de romanización.

2.2.3. La Lex Romana Visigothorum (Breviario de Alarico II)

Fue promulgada por Alarico II (484-507) en 506 tras ser aprobada por obispos y
provinciales. La realizó una comisión de jurisconsultos galorromanos que compilaron la
información.

Es una compilación de normas con iura y leges, emanadas del Derecho romano
postclásico. Toma las constituciones imperiales del Código de Teodosio aunque se
descartaron muchos preceptos. Se tomaron disposiciones de emperadores posteriores.
Se incorporaron varias disposiciones a los iura (doctrina y opiniones de juristas
romanos).

Una interpretatio iba junto a las normas jurídicas. Las interpretaciones eran una fuente
muy importante y fidedigna para conocer el Derecho romano vulgar, sobre todo el civil.

Alarico quiso corregir o aclarar con este corpus aspectos oscuros de la legislación que
podían ser obstáculos para la justicia. Quiso también, sobre todo, atraer a la población
de las Galias, galorromana y católica, que era más proclive a unirse a los francos. No
sirvió, ya que en la batalla de Vouillé de 507 perdió ante los francos.

El Breviario convivió con el Código de Eurico aunque subordinado a él, solo para
aspectos no regulados en el Código. Estuvo en vigor en Hispania hasta la promulgación
del Liber Iudiciorum de 654.

2.2.4. Los Fragmentos gaudenzianos y la Ley de Teudis

Los Fragmentos gaudenzianos fueron una colección privada de legislación goda vigente
en la Provenza entre 510 y 536 que era Derecho visigodo y ostrogodo con mucha
influencia del Derecho romano.

Eran cuestiones de derecho privado y procesal, como complemento a una legislación


más extensa y anterior. Tras la caída de Tolosa fueron una continuidad del Derecho
visigodo en la Galia.

Teudis (531-548) en 546 hizo una ley importantes sobre costas procesales ya en la
época hispano-visigoda. Se añadió al Breviario de Alarico.

2.2.5. El Codex revisus de Leovigildo

El Código de Leovigildo reforma y cambia la compilación de Eurico.

Es cercano a las soluciones romanas, sobre todo en derecho privado. Este rey aumenta
en su código el carácter germánico.

2.2.6. La legislación entre el Codex revisus y el Liber Iudiciorum

El Liber Iudiciorum recoge varias leyes de Recaredo, Sisebuto y Chindasvinto.


Recaredo (586-601) comienza la legislación católica con los concilios toledanos como
ejes en la confección de las leyes. Tres normas se promulgaron. Una sobre los judíos,
otra castigando el infanticidio y otra sobre la obligación de los jueces de gravar al
pueblo con nuevos impuestos. Sisebuto realizó dos leyes sobre los judíos. Chindasvinto
promulgó 98 leyes. En una de ellas, se vuelve a derogar la prohibición de matrimonios
mixtos.

2.2.7. El Liber Iudiciorum de Recesvinto

Recesvinto (653-672) quiso ordenar la legislación de los visigodos y para ello lo


comunicó al Concilio VIII de Toledo de 653 para culminar su obra. Una comisión de
juristas fue nombrada por el Concilio para esta labor.

El Liber Iudiciorum o Lex Visigothorum de 654 fue una recopilación de leyes anteriores
a ese año realizadas por los reyes. Son 319 leges anteriores al reinado de Recaredo, 3 de
Recaredo, 2 de Sisebuto, 98 de Chindasvinto, 89 de Recesvinto y 15 capítulos de
filosofía política de Isidoro de Sevilla. Son 526 capítulos, con 53 títulos, que se dividen
en 12 libros.

Se trata de una obra muy cercana a la perfección, con un fundamento romano claro.
Tiene un carácter nacionalista, totalitario y territorialista, que llega a todos los pueblos
del reino, y que juzga solamente según esta obra.

2.2.8. La Lex renovata de Ervigio

Ervigio (680-687) promulga la Lex renovata en 681. Con esta ley revisa profundamente
el Liber Iudiciorum, y 28 leyes referidas a los judíos son añadidas.

Con esta ley quiso favorecer a la Iglesia católica para recompensarla por su apoyo a
Ervigio para llegar al trono. También explica la dureza contra los judíos y la subida a
rango legislativo de los acuerdos de los concilios.

2.2.9. Las modificaciones de los últimos años del reino visigodo de Toledo

Egica (687-702) añade 15 leyes al Liber Iudiciorum.

El Liber también fue cambiando por juristas privados que cambiaban las leyes. La
Vulgata del Liber fue el resultado.

2.3. Ámbito de vigencia del Derecho visigodo

Se produce una polémica sobre su carácter personal o territorial.

El Derecho visigodo destacaba por su personalidad. Había diferencia entre los visigodos
con su derecho, y los galorromanos o hispanorromanos con el Derecho romano hasta
que Alarico II fija que el Breviario que el Derecho romano es solo para la población no
visigoda. El Código de Eurico y el Breviario coexisten hasta 654 cuando el derecho se
unifica en el Liber Iudiciorum. Los reyes visigodos crean unas leyes características para
su pueblo. Cuando llegan los visigodos a la Península su derecho coexiste con el de los
hispanorromanos.
La tesis territorialista es contraria a esto. Dice que la legislación era para toda la
población, con independencia de su origen. Su aplicación para todos es debida a la
romanización del Derecho visigodo. El Código de Eurico usa el latín, está muy influido
por el Derecho romano y no reconoce una superioridad en términos jurídicos a los
godos. Para algunos, convivieron el derecho territorial de los hispanorromanos y el
personal de los godos, cuando estos se establecen en la Península. Esto cambia rápido y
las dos comunidades se unen en lo político legislando los monarcas para todos.

Hay otra teoría, a medio camino, que establece que el Derecho visigodo no es territorial
ni personal. La legislación de los godos se aplica a la población visigoda y a todos los
asuntos originados entre esta población y los hispanorromanos. El Derecho romano solo
era para los hispanorromanos. El derecho de los vencedores que emanaba del monarca
no es un derecho de los visigodos, ni un privilegio suyo ya que participaban de él los
hispanorromanos en las cuestiones entre ambas comunidades.

Los mercaderes tenían un derecho personal y particular. Ervigio en 681 incluyó a los
comerciantes de ultramar en las leyes de su Codex. Estos profesionales en caso de
conflicto con la población estaban sometidos a la legislación. Si había un conflicto entre
ellos tenían su ley propia.

2.4. La función judicial en el Derecho visigodo

El monarca visigodo promulgaba edicta y no leges antes del fin del Imperio romano, ya
que era auxiliar del emperador. Después del fin del Imperio en Occidente, el Imperio en
Oriente mantuvo el prestigio y esto no permitía a Eurico igualarse con el emperador, por
lo que su código era un edicto y no una ley. Con el reino de Toledo los monarcas sí
promulgarán leyes con plena capacidad en el ámbito legislativo como los emperadores.

Los visigodos, tras asentarse en las Galias, dejan para siempre las asambleas populares
y el monarca es el que legisla exclusivamente, como continuador del emperador y de su
maiestas. La voluntad del rey genera la ley. Es un “absolutismo legislativo” basado en
el origen divino del poder del rey que se manifestaba en la unción regia.

El rey era también el juez supremo. Había algunas instancias en las que un grupo del
Aula Regia u Officium Palatinum, estudiosos del derecho, asesoraba al rey, delegando
este en ellos su capacidad de juzgar.

El dux estaba debajo del rey y su tribunal de proceres y era el cargo más alto en la
jerarquía judicial de su provincia. Llegaban a él reclamaciones contra dictámenes de
tribunales inferiores. Su origen era militar. Transcurrido el tiempo el dux y el comes
tuvieron funciones civiles.

En la ciudad estaba el conde o comes civitatis, apoyado por un delegado. Su jurisdicción


era su civitas con su comarca. Había otros jueces menores en la ciudad bajo el comes
que recaudaban impuestos. El defensor dirimía los crímenes menores.

Los “jueces de campo” bajo el comes estaban fuera de las ciudades, siendo el thiufadus
el juez principal en el campo. Tenía origen militar y funciones judiciales y militares.
Hubo jueces no nombrados por el monarca ni por un juez para casos extraordinarios,
elegidos por las personas en conflicto. Su autoridad emana del rey y usaban el único
código territorial de las leyes reales. Muchos de estos jueces “populares” eran de la
Iglesia. Los grandes señores podían juzgar a sus dependientes, trabajadores de sus
tierras y el amo podía juzgar a sus esclavos.

El sistema judicial de los visigodos estuvo bien regulado. Se podía castigar a los jueces
si eran sobornados o injustos. Solo el monarca interpretaba el derecho. Estaba prohibido
que los jueces decidieran cuando no había preceptos aplicables, por lo que se remitía al
rey para que él solucionara el caso. Los jueces no podían crear normas.

Se intentó armonizar el ordenamiento jurídico canónico y civil, que, en caso de


enfrentamiento, prevalecía el primero. Los obispos podían administrar justicia como un
juez, con su misma autoridad.

Los notarios o scriptores tuvieron gran importancia. Redactaban leyes dadas por el rey y
los letrados del Estado eran los únicos que podían escribir o cambiar normas emanadas
del rey. Intervenían para dar fe y levantar actas oficiales en los juicios.

3. EJÉRCITO

El rey no siempre se ponía al frente de las tropas ni dirigía en persona las campañas
militares. A veces delegaba en generales, continuando una tradición romana. Teudis
(531-548) delegó en el dux Teudisclo, su sucesor, el enfrentamiento con los francos que
llegaron a Zaragoza. Leovigildo delegó en su hijo Recaredo y este hizo lo mismo con el
dux Claudio. Chindasvinto asoció al poder a Recesvinto, su hijo para comandar el
ejército. Wamba confió en el dux Paulo para reprimir una rebelión, aunque acabó yendo
el propio rey.

El triumphus o celebración de la victoria correspondía al rey. En esta ocasión nadie le


sustituía. Se sustituyó la tradición pagana por la gratitud al Dios cristiano y esta
celebración estaba muy presente en la sociedad goda. Se exaltaba al guerrero que había
triunfado ante el pueblo en una ceremonia vistosa. Se hacía en la capital de la corte, se
ensalzaba la monarquía y se legitimaba al monarca, protegido por Dios y unido a la
Iglesia y se realzaba su poder. Todo esto se contrastaba con la humillación del
derrotado.

El ejército visigodo dependía del reclutamiento ocasional según la necesidad del


momento. Durante la primera mitad del siglo V, los visigodos combatían al servicio de
Roma en la Península contra alanos y vándalos, siguiendo el modelo de las tropas
imperiales. Tras la gran derrota de Vouillé de 507 Gesaleico no tenía un ejército regular
por lo que echaba mano de su guardia personal. Teodorico el Grande (493-526) con su
ejército ostrogodo garantizó la regencia del reino. Teudis recurrió a su guardia personal.
Después pide a los señores, fideles, que colaboren para conformar un ejército
incorporando a sus dependientes. Leovigildo solía hacer levas cada primavera. Los
domini tenían que reclutar entre su población. El ejército se reunía de todas partes en
caso necesario por lo que no había un ejército regular.
Los soldados se distribuían en grandes pelotones. La thiufa era la unidad básica,
mandada por el thiufadus que ordenaba sobre el quingentenarius, el centenarius y el
decanus. El dux exercitus provinciae mandaba sobre las provincias.

En algunos puestos de defensa estratégicos o ciudades había guarniciones con


aprovisionamiento, el cual era proporcionado por el comes civitatis. El comes exercitus
mandaba sobre las tropas locales y comunicaba al palatium para que llegara al rey
cualquier cosa que ocurriera con las raciones. Si existía algún fallo, el comes o el
annonarius que correspondía era sancionado.

En la ley militar de Wamba de 673 se exige a todos los súbditos en un radio de ciento
cincuenta kilómetros respecto al lugar donde iba a intervenir militarmente el rey, que
vayan al combate con los máximos dependientes que puedan. La ley de Ervigio de 681
concreta que todos los duces, comites y gardingi tienen que ayudar para el
reclutamiento que ha pedido el monarca y tienen que dar una décima parte de sus
esclavos, que tendrán que ir armados. Estas obligaciones militares requeridas a los
domini eran parte de su juramento.

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