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Para Jeppesen, la quinta especie es la más importante de todas y menciona que los
ejercicios previos han sido sólo una preparación para esta especie; en ésta se
utilizaran valores mixtos para la escritura del contrapunto.
1. Las melodías deben generar variedad rítmica; deben sentir que el ritmo es fresco
y flexible (fresh and flexible).
- Todo lo que genera un efecto paralizante (stiff) y abrupto debe ser evitado. Sólo una
melodía pobre tendrá sus primeros cuatro compases en blancas, los siguientes cuatro
en negras etc.
- Sería aun peor tener los primeros cuatro compases en redonda y los siguientes
cuatro escritos sólo en negras, ya que, para Jeppesen, los cambios no deben ser
tan lejanos, más bien deben ser introducidos progresivamente.
- Así como los intervalos necesitan balancearse (compensar los saltos; luego de un
intervalo amplio, uno pequeño, etc.) el ritmo genera también esa necesidad; así pues,
luego de tener valores largos, sentimos la necesidad de tener valores más cortos.
2. El efecto “orgánico” del ritmo debe sentirse hasta el punto de generar melodías
inquebrantables, que comiencen con valores largos y progresivamente
incorporen notas más cortas.
Jeppesen nos ofrece una observación rítmica interesante: así como encontramos
diferencias en el tratamiento de las notas de manera ascendente y descendente, estas
diferencias deben observarse en el campo rítmico.
El autor nos dice que el efecto de prolongar las notas agudas y luego salir de ellas en
valores más cortos, es más natural que tener las notas agudas en valores cortos e
incrementar su valor a medida baja.
Es común encontrar pasajes descendentes que comienzan con notas largas y, a medida
que descienden, su valor se acorta:
Es bastante común encontrar pasajes ascendentes que comienzan con notas rápidas,
especialmente si su punto de llegada es una nota larga:
Si se requiere descender luego de una blanca acentuada, la manera más natural sería
por grado conjunto después de dicha blanca.
Sin embargo, las siguientes figuras van también de acuerdo con las reglas del estilo:
Si las melodías ascienden con la misma estructura rítmica, sentiremos un efecto afilado
(Sharp)
La figura anterior es muy común dentro del estilo, y puede ser usada con intervalos más
amplios, como la cuarta, la quinta y, claro está la octava.
Se observa el siguiente caso, en el cual se usa una síncopa para compensar la falta de
acento. Este tipo de movimiento es muy común en los compositores de la época y es
considerado apropiado dentro del estilo.
Veamos como el movimiento por negras termina sobre una blanca no acentuada, pero
ésta se prologa por medio de una suspensión disonante, logrando un excelente balance
de la figura.
Las negras usadas como camino natural hacia notas importantes necesitan que la nota
de llegada realmente tengan todas las características de nota relevante; es muy
pertinente entonces la acentuación de esta nota para sentir que el impulso otorgado por
las negras no fue en vano. Si la nota de llegada no está acentuada, las síncopas son un
perfecto
reemplazo, ya que ellas acumulan la energía otorgada por las negras y, de esta manera,
la figura es balanceada.
c) El autor menciona que son más tolerables las sucesiones de negras que las
sucesiones de blancas o redondas, y que, tarde o temprano, se debe cambiar de ritmo.
Menciona un ejemplo del credo de la Missa sine titulo vol.24 (Palestrina complete
Works) como un ejemplo de cuantas negras podemos tener consecutivamente. Se
observan nueve negras consecutivas.
Notemos de nuevo como la síncopa otorga balance a esas dos negras aisladas sobre
tiempos acentuados.
4) Nada hay que agregar sobre el manejo de las corcheas, que no se haya mencionado
antes.
a) la nota más pequeña que puede ser sincopada (ligada), a otra de igual valor, es la
blanca.
Para las blancas ligadas a negras, se aplican las reglas de la tercera especie. La negra
siguiente (a la ligada) puede ser una nota de paso ascendente, descendente o una
bordadura inferior.
Contrapunto:
Las reglas vistas anteriormente se aplican para la quinta especie, sin embargo, existen
unos casos, gracias al uso de puntillo, que no han sido cubiertos en capítulos
anteriores.
Una blanca no acentuada ligada a una negra acentuada: ésta última no puede ser
una disonancia. Estos casos van en contra del estilo:
Pero si la blanca está ligada a una negra no acentuada, ésta podrá ser usada como
disonancia, tanto en dirección ascendente como descendente.
Vemos que estas blancas ligadas generalmente se escriben con puntillo; hemos de
tener esta anotación en cuenta para el análisis del caso.
En la quinta especie, la tercera negra no debe ser disonante, al igual que en la tercera
especie.
Dicho de otra manera, cuando dos negras se mueven por grado conjunto de manera
descendente y éstas están precedidas por una blanca acentuada, es posible que la
primera o la segunda de ellas sea disonante.
Para el caso de las bordaduras (recordemos que la tercera especie solo podíamos usar
la bordadura inferior), es posible usar la bordadura superior, pero sólo si la nota a la que
va, es una blanca o una redonda.
Para las cadencias, podemos utilizar el siguiente tipo de ornamentación con un par de
cocheas, veamos la fórmula original, seguida de la ornamentada.
Argumentando que el uso de ésta (que incluye el salto de quinta) no es usado hasta los
tiempo de Bach y de Händel.
El papel de las anticipaciones (las cuales son negras que se introducen sólo por grado
conjunto descendente) es particularmente suave y orgánico si se introducen como
anticipación de la suspensión cadencial y, más aun, si la solución de dicha suspensión
es ornamentada con corcheas.
Ejemplo de contrapunto en dos voces en quinta especie sobre cantus firmus en modo
jónico.