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La justicia es el valor supremo en el derecho. Se define, según García Toma,

como el ³hábito por el cual, con perpetua y constante voluntad, es dado a cada

uno su derecho´. En la historia ha sido entendida como una virtud, como un

concepto lógico y como un ideal.

La justicia, como virtud moral, tiene un aspecto subjetivo: le interesa sobre todo

lo que puede haber de virtud en el hombre que practica la justicia y estudia esa

virtud, como una de las que integran el orden moral.

La justicia, como orden objetivo, considera los actos del hombre en relación

con los demás, en la medida en que esos actos están de determinados por el

ordenamiento jurídico; se identifica con éste en cuanto alcanza efectivamente

a realizar la justicia en el campo d e la vida social.

La justicia, como ideal, persigue un modelo que sirva de fundamento al

derecho.

Analizaremos estas tres acepciones:

La justicia como virtud moral es la virtud suprema, omnicomprensiva, la

expresión del amor al bien o a Dios, la aspiració n a la santidad. En este sentido

debe ser comprendido el Sermón de la montaña, ³Bienaventurados los que

tiene hambre y sed de justicia, por que ellos serán saciados. La justicia fue

definida por Cicerón como el hábito del alma, observado en el interés comú n,

que da a cada cual su dignidad. Ulpiano y Justiniano la definieron como ³la

constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo que es suyo´; y, para Santo

Tomás de Aquino, ³justicia es el hábito según el cual uno, con constante y


perpetua voluntad, da a cada cual su derecho´. La justicia en cuanto virtud

moral, persigue el perfeccionamiento, del sujeto que actúa; por ello, como

expresa el profesor de la Universidad de Chile Jaime William, ³le exige un

hábito, formado por la constante y perpetua voluntad del agente de

conformarse a sus requerimientos. El termino voluntad significa la disposición

del ánimo de actuar rectamente; en este caso, de reconocer con un buen

ánimo el debitum y saldar tal deuda. Es un querer con íntima convicción, y por

consiguiente, libre. No es un querer coaccionado, un coactus volui. No se trata,

en consecuencia, de hacer actos aislados de justicia para convertirse en un

hombre justo sino de hacerlos habitualmente. De aquí que el Santo Doctor

enfatice el punto al indicar: voluntad constante y perpetua de dar a cada uno su

derecho. Pues bien, una persona que actúe de este modo, ejecutara, actos

externa como internamente justos, o sea, plenamente justos. Cada uno de ellos

será, de este modo, un iustum perfectum o iustum formalier, seg ún la

terminología escolástica´.

En fin, la justicia como virtud pretende, al igual que toda la moral, en la cual

ella esta inserta, salvar al hombre, perfeccionándolo. Apela siempre al actuar

que el hombre debe observar voluntariamente. Ella no se ve satisfecha con

actos puramente externos que no traslucen una recta disposición.

La justicia como orden objetivo. La justicia, considera como orden objetivo, es

la proporción de los actos humanos con el fin jurídico y se identifican con el

ordenamiento jurídico. De este sentido objetivo derivan muchas definiciones de

la justicia. Así por ejemplo, para Dante Alighieri. ³la justicia es la real y personal

proporción que existe entre los hombres relativa a las cosas y las personas la
cual, conservada, conserva la sociedad; y si es perturbada, la destruye´. Para

Godofredo Guillermo Leibniz, la justicia consiste en cierta congruencia y

proporcionalidad.

La justicia, objetivamente considerada, consisten dar a cada uno lo que le

corresponde. Pero con ello solo describimos el acto justo. Para que la justicie

se realice en menester, además que existan condiciones que impongan la

solución adecuada, por obra, no de la voluntad, del agente sino de una

voluntad superior a la suya.

El acto justo surge de una relación existente entre dos mas sujetos. No es un

acto puramente individual, el acto justo sería solo un acto de voluntad, pero

como aparece impuesto por una voluntad superior, la del derecho, el acto

consiste, además, en cumplir el derecho. La justicia como orden objetivo, se

identifica con el ordenamiento jurídico que lo realiza.

La justicia, como ideal. Al carácter absoluto e inmutable de la justicia

corresponde, subjetivamente, una multiplicidad de ideales de justicia, que son

consecuencia de las variaciones, de la institución humana para comprender la

justicia y realizarla en determinadas circunstancias históricas. Por ellos el ideal

de la justicia objetiva es un orden social justo. La historia da testimonio, en

cuanto a la realización del ideal de justicia, de las más arduas controversias

teóricas y las más sangrientas luchas sociales.

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PLATON: (427- 347 antes de Cristo) desarrolla en el dialogo ³La Republica´ su

concepción de estado y de la justicia. El estado es, para Platón, un organismo

en el cual se encarna la más perfecta unidad. Es un todo formado por

individuos, sólidamente constituidos. En él debe reinar la armonía, la que se

alcanza por la virtud. La justicia es la virtud por excelencia y consiste en una

relación armónica entre las varias partes de un todo. La justicia exige que cada

cual haga aquello que le corresponde en relación al bien común.

La justicia así comprendida significa la virtud que armoniza y rige tanto el obrar

de los particulares, como el de la comunidad, asignando a cada cual su

verdadera dirección y sus propios limites. Esta doctrina hace de la justicia un

todo con el orden.

ARISTOTELES: (348-322 antes de Cristo): desarrolla en el libro V de su obra

³Etica a Nicómaco´ su teoria sobre la justicia para él, el contenido de las leyes

es la justicia, y el principio de ella la igualdad, la cual se aplica de varias

maneras. Distingue varias especies de justicia: la primera es la ³justicia

distributiva´, que se aplica el reparto de los honores y de lo s bienes y consiste

en que cada uno de los asociados reciba de ellos una proporción adecuada a

su mérito. Así pues, dice Aristóteles, si las personas no son iguales, tampoco

deben tener cosas iguales. La justicia distributiva consiste, pues, en una

relación proporcional, que él define como una proporción geométrica.

La segunda especie es la ³justicia rectificadora, igualadora, o sinalagmatica´,

reguladora de las relaciones de cambio. También aquí se aplica el principio de

la igualdad, pero en una forma div ersa de la anterior, por que ahora se trata
solo de medir impersonalmente la ganancia o el daño, esto es, las cosas y las

acciones en su valor objetivo, sin tomar en consideración los méritos

personales. Según Aristóteles, una medida tal encuentra su prop io tipo en la

proporción aritmética. Esta especie de justicia tiende a lograr que cada una de

las partes de una relación se encuentre con respecto a la otra en una condición

de paridad, de tal suerte que ninguna, dé ni reciba más ni menos. De esto se

sigue la definición de tal forma de justicia como el punto intermedio entre el

daño y la ganancia. Estos términos se entienden en sentido lato, aplicados no

sólo a las relaciones voluntarias y contractuales, sino también a aquellas que

Aristóteles llama involuntarias, que nacen del delito y que exige una

correspondencia exacta entre el delito y la pena.

En esta materia hace Aristóteles una ulterior subdistinción. La justicia

igualadora, puede mirarse desde un doble punto de vista, bien en cuanto

determina la formación de la relaciones de cambio según una cierta medida y

entonces se presenta como ³justicia conmutativa´; o bien en cuanto tiende

hacer prevalecer tal medida en casos de controversia mediante la intervención

del juez y se presenta, entonces, como ³justicia judicial´. En materia de delitos,

la justicia rectificadora se ejercita, de un modo necesario e inmediato, en la

forma de justicia judicial, porque se trata de reparar un daño injustamente

producido, contra la voluntad de una de las partes.

Las diferentes especies, de justicia formuladas por Aristóteles no parecen estar

deducidas rigurosamente de un solo principio, y ello explícale hecho de que

aún se discuta entre sus interpretes si Aristóteles enuncio una división bipartita,

tripartita o bien cuadripartita de la justicia.


Aristóteles se preocupo, además, de las dificultades que ofrece la aplicación de

las leyes abstractas a los casos concretos, e indicó un medio correctivo de la

rigidez de la justicia que es la equidad, entendida como un cr iterio de aplicación

de las leyes que permite adaptarlas a los casos particulares.

SANTO TOMAS DE AQUINO (1225- 1274) desarrollo el concepto de justicia

especialmente en el ³tratado de justicia´ de la Suma Teológica. Sigue en esta

materia muy de cerca la ética de Aristóteles, dividiendo la justicia en justicia

conmutativa, que es la que los particulares se deben entre sí; justicia

distributiva, que es la debida por la comunidad a sus miembros; y justicia legal,

general o social, que es la que rige las re laciones de los individuos con la

comunidad entera considerada como un todo, cuyo fin es el bien común.

Para Santo Tomás de Aquino ³la justicia es el hábito según el cual uno con

constante y perpetua voluntad, da a cual su derecho´. Precisando el sentido y

alcance de esta definición expresa: a) ³La justicia es el hábito´, toda virtud es

un hábito pues éste es el principio del acto bueno. Por consiguiente, es

necesario que la virtud se defina por el acto bueno que tiene por objeto la

materia propia de virtud, acto que debe ser voluntario, estable y firme. Por ello

se afirma que la justicia es un hábito. b) ³Según el cual alguno´, es decir, una

persona, ya que sólo los seres humanos pueden realizar el orden de la justicia.

c) ³Con perpetua y constante vol untad´. Por voluntad perpetua se requiere

significar el propósito de realizar siempre la justicia; y constante lleva la idea de

firmeza o perseverancia en la realización de este propósito o disposición.


d) ³Da, ya positivamente, haciendo lo que le es debid o; ya negativamente,

absteniéndose voluntariamente de lesionar el derecho de otro.´

e) ³A cada cual´, es decir, a otra persona. Este es otro de los caracteres

propios y diferenciadores de esta virtud; ella no se refiere al hombre

individualmente considerad o, sino que rige sus relaciones con los demás y con

la sociedad en general; no se preocupa del hombre en si mismo, sino en su

vida de relaciones. La justicia mira el bien bajo la razón de lo debido al prójimo,

y por esto es de su naturaleza el referirse a otro, porque nada es igual así

mismo sino a otro; y puesto que la justicia pretende rectificar los actos

humanos, es necesario que esta igualdad que refiere sea de individuos

diversos capaces de obrar y por ello no existe sino de un hombre a otro.

f) ³Su derecho´, o sea, aquello que le es debido alguna persona en virtud de

sus facultades morales inviolables. Este es el objeto de la justicia, dar a los

demás aquello que le es propio a cada cual, lo que le pertenece: cosa,

servicio, acto, etc.

Para Santo Tomás de Aquino la justicia es la más preclara entre todas las

virtudes morales.

MANUEL KANT (1734- 1804) en la ³Crítica de la razón practica´ refuta los

sistemas formales fundados sobre la utilidad o sobre la búsqueda de la

felicidad. La moral se distingue radicalmente de la utilidad y del placer; ella

manda de modo absoluto y quiere que nuestros actos tengan un carácter

universal. A esto se reduce la ley moral, que Kant denomina ³imperativo


categórico´ y que formula como sigue: ³Obra de tal manera qu e la máxima de

tu acción pueda valer como principio de una legislación universal´. Esto

significa que nuestra acción no debe ser motivada por impulsos particulares;

que no debe haber contradicción entre nuestra acción individual y lo que debe

ser norma para todos.

Este es un principio puramente forma; no da preceptos de ética material, no

dice lo que se debe hacer, sino como y con que intento se debe obrar. Según

tal principio precisa obrar con y por la conciencia del deber, de modo que sea

posible una legislación universal conforme a la acción particular.

Según Kant, el derecho se reduce a regular las acciones externas de los

hombres y a hacer posible su coexistencia y por ello, lo define diciendo que ³el

derecho es el conjunto de las condiciones por las cu ales el arbitrio de los

demás, según una ley universal de libertad´. En esta definición se reafirma el

concepto de la voluntad como supremo valor ético. En otras palabras para Kant

la conducta humana es buena o justa cuando esta determinada por normas

que los hombres que actúan pueden o deben desear que sean obligatorias

para todos.

JOHN RAWLS (1921- 2002) En su obra Teoría de la Justicia, pretende

presentar una concepción de la justicia que logre un nivel superior de

abstracción de la teoría del contrato social postulada por Locke, Rousseau y

Kant. En su visión neocontractualista, los principios de la justicia para la

estructura básica de la sociedad con el objeto del acuerdo original, que no

constituyen, eso sí, condiciones de incorporación a la s ociedad y creación del


Estado, sino un modelo explicativo de una filosofía política acerca del poder.

Los expresa como los principios que las personas libres y racionales

interesadas en promover sus propios intereses, aceptarían en una posición

inicial de igualdad como principios que definen los términos funcionales de su

asociación. Rawls no pretende dar una concepción global acerca de una teoría

ética, pero pretende aportar al debate sobre la construcción del concepto de

derecho ligado a una teoría de la justicia que de cuenta de las condiciones

mínimas de consenso que en torno a este valor jurídico, desde el punto de vista

de la imparcialidad, toda sociedad democrática y libertaria debiese exhibir.

De este modo, los dos principios básicos de justicia se pueden enunciar de la

siguiente forma: 1) cada persona ha de tener un derecho igual al esquema más

extenso de libertades para los demás. 2) las desigualdades sociales

económicas han de configurarse de modo tal que se espere razonablemente

que sean ventajosas para todos y cargos asequibles para todos.

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La justicia desde el punto de vista objetivo se divide:

1. La justicia Conmutativa, regula las relaciones de persona a persona,

consideradas como tales, las cuales son naturalmente iguales e

independientes en el orden de los bienes que se poseen con exclusión

de los demás. Ello obliga a las personas a dar a cada u no lo suyo según
la medida estricta de la igualdad. Dado que los derechos y las

pretensiones de esta justicia están fundados principalmente en

contratos, se llama también justicia contractual o de cambio y como

exige la estricta igualdad de prestación y c ontraprestación, se denomina

también justicia compensadora, es decir justicia vinculada al estricto

principio de equivalencia.

2. La justicia distributiva es la que tiene por objeto distribuir entre los

miembros de una sociedad los cargos y las cargas en la debida porción.

La regla fundamental de la justicia distributiva consiste en dar a cada

miembro de la comunidad la parte de bien que le corresponde según el

lugar que ocupa en la sociedad. Ella regula las relaciones entre la

autoridad y los ciudadanos, y obliga a aquella a distribuir los cargos

públicos en proporción a las aptitudes y méritos de las personas.

3. La justicia general, legal o social tiene por objeto el bien común, es decir,

impone a las personas la obligación de cooperar al progreso y bienes tar

de la sociedad en que viven. La justicia general hace que las personas

miren su bien propio en unión y dependencia del bien común. Se llama

también ³justicia legal´, por cuanto se ejerce especialmente por medio

de las leyes y ³justicia social´, por que tiene como objetivo el interés

social, es decir, el bien común. Algunos autores distinguen entre la

³justicia legal´ y la ³justicia social´, argumentando que los deberes

impuestos por la justicia legal tienen su fundamento en el derecho


Positivo y los derivados de la justicia social emanan principalmente del

Derecho Natural

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Entre estas pueden mencionarse las tres siguientes:

Ë Es un valor o medida a la que se deben ajustarse a los actos humanos.

Ë Es consustancial, con la alteridad, es decir, lo ejecutado por uno se

dirige hacia otro.

Ë Es una exigencia permanente de dar a cada uno lo suyo, es decir, lo que

le corresponde, de conformidad con el principio de tratar en forma

igual los casos iguales y en forma desigual los desiguales.

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Para determinar las propiedades de la justicia, es necesario distinguirla como

virtud y como orden. En el primes sentido, ella es igual a las otras virtudes

morales, y para producir actos virtuosos debe obtener que estos nazcan de un

ánimo bien dispuesto, es decir, justo. En el segundo sentido, tiene la naturaleza

de los ordenamientos sociales, en los que el hecho prevalece sobre el ánimo.


Sin la buena disposición de ánimo del sujeto actuante, tendremos la justi cia-

orden social, no la justicia-virtud. Esta última, en cuanto tal, tiene todas las

exigencias de las virtudes morales. En consecuencia, cuando hemos pagado

una deuda sin voluntad o con voluntad contraria, no podremos decir que hemos

practicado la virtud de la justicia, solo podremos decir que hemos cumplido un

acto de justicia.

¿Este doble uso del nombre de justicia no representa ya un desgarrón en la

moral? Lo sería en las otras virtudes, porque ellas atienden solamente a

perfeccionar al sujeto y por lo tanto su nombre no puede usarse en sentido

objetivo. Pero como la justicia atiende también a la perfección del orden social,

su nombre puede usarse, si bien en sentido disminuido, aun cuando obtenga

sólo este resultado exterior.

Dichos en otros términos, sin la buena disposición de ánimo no se hace nada

virtuoso; y esto vale para todas las virtudes, incluyendo la justicia. Pero ésta es

diferente de las otras en que, aun sin esa disposición interior, ella puede

obtener algo materialmente justo, mientras que las otras no producen nada que

merezca su nombre, ni siquiera sólo en sentido material.

Esto explica la racionalidad de fórmulas muy diversas, pero que, constituyen

todas ellas aplicaciones de las normas de justicia a la conducta externa de las

personas, como las siguientes:

Ë No hagas a los demás lo que no quieras que los demás te hagan a ti.

Ë Obra para con los demás como quisieras que los demás obrasen

contigo.
Ë No exijas de los demás más que lo que tú mismo estas dispuesto a

cumplir.

Ë Admite que se te trate como tú tratas a los demás.

Ë Obra del modo en que tú desearías que obrasen todos los demás

hombres.

Cuando comienza a desenvolver la reflexión filosófica sobre la idea de

justicia, aparecen como las propiedades esenciales de ella la igualdad, la

armonía, la proporciona y el orden. La igualdad es aquella relación que se

aplica a todas las especies cognoscibles de la realidad. La armonía fue la

idea de Platón. La proporción constituyo el concepto aristotélico. El orden es

un elemento conceptual que está implícito en los anteriores y que, en cierta

manera, los comprende a todos; él rige la coexistencia de personas distintas

y tiene, necesariamente, como término, otro sujeto diverso. Todos estos

elementos integran la justicia; porque, en efecto, ella es ciert amente

igualdad, armonía, proporción y orden. Pero esto no solamente en el

sentido genérico, en el cual se nos presenta como sinónimo de perfección

en general o de virtud comprensiva de todas las demás virtudes, sino más

bien en el sentido específico de la regla determinada de convivencia en las

relaciones entre sujeto y sujeto.

La justicia procura promover una igualdad o proporcionalidad entre los

hombres dentro del juego de sus relaciones sociales. Por esto se nos

presenta como enunciación de relaciones reales, existentes de hecho, sino

como criterio normativo, como una existencia deontológica, como una

misión por cumplir, como una tarea por desarrollar, por lo tanto, como algo
que no es pura y simplemente, sino como algo que debe ser, como algo que

debe hacerse.

En este sentido debe ofrécese como una igualación, como una

equiparación, que debe promoverse entre los términos de una relación

social.

Pero aquí llegamos a un problema grave, cual es el de determinar el criterio

de valor que debe ser tenido en co nsideración para establecer la igualdad,

es decir, la norma valorativa que nos permita medir dos cosas heterogéneas

o que nos habilite para precisar las relaciones en que se encuentran los

términos de la relación de justicia.

Para algunos este criterio de valor es la dignidad de la persona humana;

para otros los valores económicos, la utilidad, el trabajo contenido, los

valores culturales, etc.

Consideremos que el criterio de valoración para establecer la igualdad

debe ser la dignidad moral de la persona h umana. Por consiguiente, para

determinar la valorización entre los términos de una relación de justicia

debemos estimar, principalmente, a la persona humana como sujeto ético.,

a cuyo servicio están el Estado y el Derecho, como medios para propender

a su desarrollo integral y a su ascensión ontológica. Ahora bien para

comprender la estimación de la persona humana para la justicia en relación

con los valores que ella encarna, y como quiera que los hombres son en

esencia iguales, hay que apreciar y respetar en todos ellos los derechos

inalienables de la personalidad, como ser el derecho a la conservación de la

vida, a los medios necesarios para el integral desarrollo de las personas, a

la libertad, a la propiedad y al uso de ella, al trabajo, a expresar sus


opiniones, etc. Pero como las capacidades y los merecimientos de cada uno

son diversos, los derechos que se derivan de estas singularidades deben

ser desiguales. Es decir, la justicia exige que se trate igual sólo a los

hombres que son iguales, y desigualmente a los que son desiguales y en la

medida que los son.


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Ë Como expresión de legalidad, lo justo - legal no se encuentra referido a lo

acertado de la ley, sino a la necesidad de hacerla cumplir. Implica la

genérica adecuación de los comportamientos humanos en torno a una

disposición legal.

Ë Como expresión de igualdad, lo justo-igual implica trato semejante en

situaciones comunes.

Ë Como expresión de razonabilidad, lo justo implica mantener justificación

lógica en los hechos, conductas y circunstancias que motivan todo acto

discrecional de los poderes públicos.

Ë Como expresión de proporcionalidad, la justicia implica mensurar la

calidad o cantidad de los elementos jurídicos revelantes de manera


comparativo, a efectos que no se produzcan una desproporción de

significación, cuantía o volumen.

Ë Como expresión de orden social, la justicia social, la justicia social trata

de alcanzar una distribución más equitativa de los bienes y rentas.

Busca lograr una regulación má s razonable entre capital y el trabajo y

generar condiciones de vida compatibles con la dignidad humana.


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La justicia es el valor absoluto que determina a la igualdad que debe existir en

las relaciones humanas y ella se expresa a través del derecho.

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