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nuestro tiempo
CONTRA-TIEMPOS Nº 0
COLECTIVO EDITORIAL
Ezequiel Adamovsky
Aldo Casas
Ernesto Her nández
Mar tín Mosquera
Jorgelina Matusevicius
Ariel Petruccelli
Laura Sotelo
ISSBN: en trámite
Índice
3
editorial:
cartas de
navegación
6
EDITORIAL
7
CONTRA-TIEMPOS
8
EDITORIAL
9
CONTRA -TIEMPOS
10
Dilemas y
desafíos del
socialismo en
nuestro tiempo
ARIEL PETRUCCELLI
11
CONTRA-TIEMPOS
...
12
DILEMAS Y DESAFÍOS DEL SOCIALISMO
...
1
Mondolfo, Rodolfo, Espíritu revolucionario y conciencia histórica , Editorial Escuela,
Buenos Aires, 1968.
13
CONTRA-TIEMPOS
...
14
DILEMAS Y DESAFÍOS DEL SOCIALISMO
2
Eagleton, Terry, “Un futuro para el socialismo”, en A. Borón, J. Amadeo y S.
González, La teoría marxista hoy. Problemas y perspectivas , CLACSO, Buenos
Aires, 2006, p. 470. Desde luego, estos dichos de Eagleton no lo comprometen
con las concepciones “derrumbistas” del capitalismo, siempre prestas a ver crisis
colosales año tras año.
15
CONTRA-TIEMPOS
...
...
17
CONTRA-TIEMPOS
18
DILEMAS Y DESAFÍOS DEL SOCIALISMO
las dificultades y los callejones sin salida que enfrentan los intentos
de trascender el orden capitalista-, entonces se impone la conclu-
sión de que no es tema baladí el pensar y diseñar modelos viables de
socialismo posible. La izquierda debería ejercer la imaginación utó-
pica y asumir las complejidades de la reflexión ética. Lo cual no
entraña un mero regreso al viejo utopismo. El realismo es irrenuncia-
ble. Es indispensable, pues, combinar utopía y realismo. Pensar en
las formas y las vías de una utopía realista. No renunciar a la imagi-
nación utópica, pero asumiendo los desafíos de una utopía con co-
nocimiento de causa (no castillos en el aire), una utopía sin inocen-
cia, como decía Francisco Fernández Buey. Visto desde el otro án-
gulo: la izquierda debería ser irrenunciablemente realista, pero el
suyo, es decir el nuestro, es un realismo revolucionario, y como tal
posee un componente utópico: es un realismo que no se contenta
con constatar y glorificar lo que hay, sino que apunta hacia lo que
debería haber. El marxismo que preconizamos, pues, combina cien-
cia y utopía. Combina, decimos. No confunde.
...
19
CONTRA-TIEMPOS
3
Rawls, John, Teoría de la justicia, FCE, México, 2004 (1971), pp. 126-29. El
pasaje especialmente pertinente incluye entre las condiciones objetivas de justi-
cia una situación de “escasez moderada”, en la cual “los recursos, naturales y no
naturales, no son tan abundantes que los planes de cooperación se vuelvan
superfluos; por otra parte, las condiciones no son tan duras que toda empresa
fructífera tenga que fracasar inevitablemente” (p. 127). Dicho de otro modo:
tanto la plena abundancia como la escasez atroz no son circunstancias de
justicia; esto es, circunstancias en que algún criterio de justicia sea a la vez
necesario (en la abundancia sería superfluo) y posible (en condiciones extrema-
damente duras la justicia no es realizable; impera el todos contra todos).
20
DILEMAS Y DESAFÍOS DEL SOCIALISMO
4
Aquí cabría distinguir entre liberalismo económico y político. El liberalismo político
de Rawls nada tiene que ver con el liberalismo económico. Al contrario, cuando
Friedman y Hayek sostenían la futilidad de la justicia, puesto que lo único que
cuenta es la eficiencia, Rawls sostenía que “la justicia es la primera virtud de las
instituciones sociales (…) no importa que las leyes e instituciones estén ordena-
das y sean eficientes: si son injustas han de ser reformadas o abolidas”. J. Rawls,
Teoría de la justicia , FCE, México, 2004, p. 17.
5
El rawlsiano principio de la diferencia parte de presuponer que, en circunstancias
ideales, la justicia implica la más completa igualdad de recursos, bienes y opor-
tunidades. Las únicas desigualdades aceptables serían aquellas que mejoran la
situación de los menos favorecidos.
6
Cohen, Gerald, Si eres igualitarista, cómo es que eres tan rico ?, Paidós, Barcelona,
2005.
7
Lizárraga, Fernando, El marxismo y la justicia social. La idea de igualdad en
Ernesto Che Guevara, Ediciones Escaparate, Santiago de Chile, 2011.
21
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...
22
DILEMAS Y DESAFÍOS DEL SOCIALISMO
triunfantes del siglo XX, sólo existieron en la rusa. Y aún allí perdie-
ron rápidamente vitalidad luego de la conquista del poder en 1917.
El perfil institucional de una democracia socialista viable sigue siendo
una incógnita histórica.
Los fenómenos de movilización de masas de los años recientes
han puesto sobre el tapete formas relativamente novedosas de de-
mocracia directa y de poder popular, cuyas experiencias es preciso
celebrar y ponderar. Sin embargo, no parece posible extrapolar lo
que funciona en pequeños grupos a grandes organizaciones, o
equiparar lo que es válido para protestar con lo que se requiere
para gobernar (incluso cuando se trate de gobernar un Estado en
transición).
23
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DILEMAS Y DESAFÍOS DEL SOCIALISMO
...
...
9
Deutscher, Isaac, El Marxismo de Nuestro Tiempo, Ediciones Era, México, 1975,
p. 99.
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Rolando Astarita ha desarrollado una crítica interna, extensa y meticulosa aunque
en parte unilateral en “Crítica del Programa de Transición”, Cuadernos deDebate
Marxista, 1999 (disponible en internet). De manera más breve pero muy con-
tundente, Perry Anderson ha mostrado sus fallas en las páginas finales de
Consideraciones sobre el marxismo occidental , Siglo XXI, México, 1979 (1976).
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...
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Anderson, Perry, Tras las huellas del materialismo histórico , Siglo XXI, México,
1988 (1983), p. 112.
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12
Wallerstein y Anderson, por ejemplo, publicaron en 1974 las que muy posible-
mente sigan siendo sus obras fundamentales (El moderno sistema mundial , en
un caso, y Transiciones de la antigüedad al feudalismo y El Estado absolutista , en
el otro).
34
DILEMAS Y DESAFÍOS DEL SOCIALISMO
...
13
Anderson, Perry, “Renovaciones”, New Left Review, Edición en castellano, nº 2,
2000, p. 19.
35
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14
Anderson, Perry, “Renovaciones”, pág. 12.
15
Callinicos, Alex, Un manifiesto anti-capitalista , Letras de Crítica, Madrid, 2003.
36
CRISIS
SOBRE CRISIS
ALDO CASAS
INTRODUCCIÓN
La crisis iniciada en los años 2007-2008 ha merecido incontable
cantidad de artículos periodísticos y académicos. Inicialmente predo-
minaron los vaticinios más o menos tranquilizadores, e incluso cuan-
do su gravedad impuso como punto de comparación la crisis de 1929
y la Gran Depresión, el mainstream del pensamiento económico, las
instituciones internacionales y los gobiernos limitaron la discusión a
disputas menores en torno a la dudosa efectividad de los “parches”
con que la enfrentan Washington, la Unión Europea, el G8 o el
37
CONTRA-TIEMPOS
1
www.que.es/ultimas-noticias/internacionales/201210031112-blanchard-dice-
crisis-durara-decada-reut.html
38
CRISIS SOBRE CRISIS
2
Max, Karl, Historia crítica de la teoría de la plusvalía , Ed. Brumario, Buenos Aires,
1974, T. 2, pp. 31 y 44.
3
Harvey, David, El enigma del capital y las crisis del capitalismo, Akal, Madrid, 2012,
p. 6.
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CRISIS SOBRE CRISIS
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5
El Capital, Vol. I, FCE, México, 1973, pp. 262-3.
42
CRISIS SOBRE CRISIS
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8
Dice Juan Torres López, por ejemplo: “La actual crisis no es la crisis, como
generalmente nos referimos a la crisis. En realidad es una crisis más, de otras
muchas… El hecho de que desde los años setenta hasta aquí haya habido
alrededor de 130 crisis, perturbaciones graves o situaciones de stress financiero
refleja que esta en la que estamos forma parte de una etapa en la que la
inestabilidad financiera es casi un estado habitual.” (“Causas estructurales y
respuestas alternativas a la crisis”, Rebelión 18/1/13).
9
Gérard Duménil y Dominique Lévy, “A crise do neoliberalismo na historia do
capitalismo. 2008-211 os dois primeiros atos”, 2011, EconomiX, PSE: Paris.
http://www.jourdan.ens.fr/levy/
10
Ver también Emildson Costa, “A terceira onda da crise: O capitalismo no olho du
furacao”, 31/7/12 www.resistir.info
44
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14
“La lucha de clases en Europa y las raíces de la crisis económica mundial”,
Herramienta, nº 49, marzo 2012, p. 17.
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19
Ver Tanuro, Daniel “Crisis capitalista y auditoría: Notas críticas al libro Et si on
arrêtait de payer?”, Viento Sur, 25/1/2013.
50
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20
Ver John Bellamy Foster y Robert W. McChesney, “El estancamiento global y China”
http://monthlyreview.org/2012/01/the-global-stagnation-and-China#en2
21
Ver Poch-de-Feliú, Rafael, La actualidad de China. Un mundo en crisis, una
sociedad en gestación , Ed. Crítica, Barcelona, 2009.
22
Ver Plinio Arruda Sampaio Jr., “La crisis profundiza la regresión neocolonial”,
Herramienta, nº 51, octubre 2012.
23
Ver Seoane José y Algranati, Clara, “La ofensiva extractivista en América Latina.
Crisis global y alternativas”, en Herramienta, nº 50, julio 2012.
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24
“Los trastornos globales en el mediano plazo”, La Jornada, 15/1/2013.
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25
El desafío y la carga del tiempo histórico , Vadell hermanos editores, Caracas,
2009, p. 399.
26
Ídem.
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27
“La crisis actual y el desafío de la transición” en Los desafíos de la transición.
Socialismo desde abajo y poder popular , Herramienta y El Colectivo, Buenos
Aires, 2011.
28
Ernesto Manzana, “Crítica al libro Los desafíos de la transición de Aldo Casas. Más
algunas reflexiones en torno a Hugo Chavez y sus amistades peligrosas”. Versión
digital del autor, Rosario, 2012, p. 10.
29
“Rostros de la crisis. Reflexiones sobre el colapso de la civilización burguesa”,
ALAI, 11/04/2008.
55
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Por eso, al irónico reproche de que veo “crisis sobre crisis, o una
crisis al cuadrado”, podría responder que en realidad veo crisis
sobre muchas crisis, crisis a la enésima potencia. Sin embargo, pre-
fiero afirmar que se trata de una crisis civilizatoria.
Crisis civilizatoria
Esta cuestión provoca en algunos sectores de izquierda cierta inco-
modidad y perplejidad, por diversas y muy distintas razones: adhe-
sión nostálgica al paradigma productivista del “socialismo real”, per-
sistente influencia de la ideología (e ilusiones) del progreso,
banalización del término en labios de personajes (desde
Campdessus a Lula) que le restan contenido crítico hasta convertirlo
en un flatus vocis. Precisemos, entonces, con la ayuda del catalán
Francisco Fernández Buey ¿qué es lo que caracteriza una crisis de
civilización?:
… un momento histórico en el cual llegan a un punto
crítico (ese punto crítico en el cual la enfermedad ya
da la cara o canta, que dicen los médicos) no solo las
estructuras socioeconómicas, sino también las insti-
tuciones políticas y culturales así como el sistema de
valores que configura y da sentido a una cultura en
la acepción antropológica del término. 30
¿Se aplica al momento actual? La crisis económica no puede
negarse, pero algunos argumentan que tanto los problemas econó-
micos como otras dificultades son en todo caso puntuales, y que aún
siendo graves no afectan sustancialmente ni a las instituciones polí-
tico-culturales ni los valores, a punto tal que la mayoría de la gente
no advierte ni se preocupa por la cuestión civilizatoria. Lo último es
cierto, pero no sorprendente y carece de valor probatorio:
30
“Crisis de civilización”, en Papeles, nº 105, 2009, p. 45.
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34
Ob. cit., p. 51.
58
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35
“Crisis de la civilización capitalista: mucho mas que una breve coyuntura econó-
mica”, en El impacto de la crisis , Jaime Estrada Alvarez compilador, Seminario
Internacional Marx Vive-Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2010, p. 26.
36
Bajo el imperio del capital , Ed. Luxemburg, Buenos Aires, 2011.
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37
“Reflexiones sobre la crisis”, en Laberinto, nº 36, diciembre 2012, pp. 17-30.
http://laberinto.uma.es/
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“UNCHARTED WATERS”
François Chesnais termina su ya citado artículo con una directa alu-
sión a la crisis de alternativa y perspectivas estratégicas de los mo-
vimientos populares: “En el siglo XVI, los navegantes ingleses forja-
ron la bella expresión ‘ uncharted waters’: aguas que nunca se na-
vegaron y para las cuales no hay carta marítima. Hoy estamos en
esta situación”. 39
Esto es así porque han sido conmovidos o trastocados algunos
de los puntos de referencia (materiales, organizativos y conceptua-
les) que orientaron el combate por la emancipación social durante
un largo período histórico que ha quedado atrás. No se trata sólo de
la implosión del mal llamado “campo socialista”, sino de la completa
38
“Organizarse para la transición anticapitalista”, www.vientosur.info/documentos/
Harvey.pdf octubre 2010.
39
Ob. cit., p. 23.
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CRISIS SOBRE CRISIS
sencilla, por cuanto las lecciones del siglo XX son difíciles de compa-
tibilizar entre sí. La experiencia mostró, por ejemplo, que el pasaje a
una sociedad liberada de toda forma de explotación no es instantá-
neo, ni es posible esperar que sea acometido al mismo tiempo por
los trabajadores de los diversos países. Por otro lado, el fracaso de
la teoría del socialismo en un solo país confirma la concepción
marxiana de que la transformación socialista implica subvertir los
tres pilares del viejo sistema (Capital, Trabajo asalariado y Estado),
lo que solo puede culminar a nivel internacional y con la activa par-
ticipación de los trabajadores del mundo. Atento a estas dificultades,
István Mézsáros sostiene que, para estar a la altura de los desafíos
que implica luchar por el socialismo del siglo XXI, es impostergable
desarrollar una teoría de la transición, advirtiendo incluso que
40
Más allá del capital. Hacia una teoría de la transición , Vadell Hnos. Ed., Caracas,
2001, p. 563.
63
CONTRA-TIEMPOS
del gran capital. Debe ser también una ruptura radical e irreversible
con la división social jerárquica del trabajo, así como una redefinición
completa del paradigma productivo-tecnológico-cultural impuesto
por el capital. Debemos producir y consumir de otro modo, producir
y consumir otras cosas. Terminar con la explotación del hombre pero
también con la explotación de la naturaleza. Construir otras relacio-
nes sociales en ruptura con el patriarcalismo, la alienación y los
fetiches del capital. Son cuestiones que parecieron secundarias a
los revolucionarios del siglo pasado pero constituyen para nosotros
desafíos insoslayables y urgentes.
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CRISIS SOBRE CRISIS
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CONTRA -TIEMPOS
Febrero de 2013
66
Marxistas,
igualitaristas
y liberales.
Variaciones en torno a
un diálogo necesario
FERNANDO LIZÁRRAGA
1
Panitch, L. y Leys, C. (eds.), Necessary and unnecessary utopias. Socialist Register,
2000, Suffolk, The Merlin Press.
67
CONTRA-TIEMPOS
2
Valga una aclaración, o precisión terminológica. Cuando nos referimos a los
“liberales”, estamos hablando de un campo que, en Estados Unidos, corresponde
a la izquierda y no a la derecha. Es fácil confundirse ya que, en nuestras latitudes,
los “liberales” no son otra cosa que conservadores y reaccionarios. Un liberal “a
la norteamericana” es aquel que defiende todas las libertades básicas, el dere-
cho al aborto, la intervención estatal en la economía, la libre expresión sin ningún
tipo de censura, los derechos de las minorías, etcétera. En definitiva, el liberalis-
mo norteamericano es el equivalente a la socialdemocracia europea o a alguna
de sus (precarias) variantes latinoamericanas.
3
Geras, Norman, “Minimum utopia: ten theses”, en Panitch, L. y Leys, C. (eds.), op.
cit., pp. 41-52. A menos que se indique lo contrario, son nuestras todas la
cursivas y la traducción de los textos que figuran en inglés en la bibliografía.
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MARXISTAS, IGUALITARISTAS Y LIBERALES
4
Geras, N., op. cit., p. 47, nuestro énfasis.
5
Ibíd., p. 48.
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MARXISTAS, IGUALITARISTAS Y LIBERALES
9
Ibíd., p. 17.
71
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10
Rawls, J., op. cit., p. 281.
73
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11
Ibíd., p. 280.
74
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12
Ibíd., p. 69.
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MARXISTAS, IGUALITARISTAS Y LIBERALES
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CONTRA-TIEMPOS
MARX Y RAWLS
Las reacciones desde el marxismo ante la irrupción rawlsiana fueron
tempranas y diversas. Uno de los primeros teóricos socialistas en
reconocer que los principios de Rawls eran compatibles con (y sólo
realizables en) una sociedad sin clases, fue el politólogo canadiense
C. B. Macpherson. Por supuesto que esto provocó algunas respues-
tas airadas. Cuando le reprocharon que había hecho una concesión
tácticamente inadmisible en la lucha contra el capitalismo,
Macpherson replicó, allá por 1978: “[l]o que he admitido podría, en
efecto, debilitar el impulso [revolucionario]. Pero este impulso ejer-
ce, en nuestros días, una presión tan débil sobre las democracias
17
Cohen, Gerald, Rescuing Justice and Equality, Harvard University Press, Cambridge,
(Mass.), 2008, p. 11.
78
MARXISTAS, IGUALITARISTAS Y LIBERALES
18
Macpherson, Crawford, “Class, classlessness, and the Critique of Rawls: a Reply
to Nielsen”, en Political Theory, 6, 1978, p. 211.
79
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19
Geras, Norman, “The Controversy about Marx and Justice”, en Marxist Theory
Oxford, Callinicos, A. (ed.), Oxford University Press, 1990 (1985), p. 245.
20
Marx, Karl, “Crítica del Programa de Gotha“, en Marx, K. y Engels, F., Obras
Escogidas, Editorial Ciencias del Hombre, Buenos Aires, 1973, Tomo V, p. 425.
80
MARXISTAS, IGUALITARISTAS Y LIBERALES
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21
En Geras, N., op. cit., p. 258.
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MARXISTAS, IGUALITARISTAS Y LIBERALES
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Para seguir este argumento, no hace falta definir con precisión qué son las
necesidades. Alcanza con la noción intuitiva que distingue las necesidades de los
caprichos o las extravagancias.
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CRÍTICAS Y UTOPÍAS
En este diálogo polémico entre marxistas e igualitaristas liberales, se
destaca, por su volumen y por su profundidad, la obra del filósofo
canadiense Gerald Cohen quien, desde principios de los ‘90, se ha
dedicado casi exclusivamente a discutir constructivamente con los
rawlsianos y con los libertaristas (de derecha y de izquierda). En
varios artículos y libros, Cohen ha procurado examinar la teoría de
Rawls desde una perspectiva socialista y, a su vez, sentar las bases
para una suerte de teoría de la justicia socialista, inocultablemente
enriquecida por los aportes del pensador norteamericano. Así, sa-
cando provecho de los rasgos más radicales de la teoría rawlsiana,
Cohen busca rescatarla de las contradicciones y ambigüedades que
el mismo Rawls ha sembrado, y superarla con en pos de un horizonte
emancipatorio.
Una de las objeciones fundamentales de Cohen hacia el proyecto
rawlsiano estriba precisamente en la magnitud de las desigualdades
justificadas por el Principio de Diferencia. Como vimos, Rawls sostie-
ne que algunas desigualdades pueden aceptarse siempre y cuando
beneficien a quienes quedan en peor situación, tomando como refe-
rencia una situación de igualdad inicial. Ahora bien, según Cohen,
los más favorecidos en la lotería natural y social no aceptarán
gustosamente que sus esfuerzos beneficien siempre, sí o sí, a los
menos aventajados y que sus ganancias estén limitadas por el veto
de estos últimos. Por eso, es probable que, en un escenario real, se
produzca una situación en la cual los mejor dotados amenazarán
con no desplegar al máximo sus talentos a menos que se les conce-
dan beneficios especiales. Algunos tramos de la obra de Rawls pare-
cen avalar esta interpretación laxa del Principio de Diferencia, la
cual permite incentivos no igualitarios para los más talentosos y pro-
ductivos. Pero más allá de las cuestiones exegéticas, este punto
pone de relieve un tema crucial. Pareciera que no alcanza con que
las instituciones sean justas, sino que hace falta, además, que las
personas actúen con justicia. Dicho de otro modo; el Principio de
Diferencia exige que los más productivos (talentosos) pongan sus
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23
Rawls, J., op. cit., p. 272.
24
Rawls, J., op. cit., p. 386.
86
MARXISTAS, IGUALITARISTAS Y LIBERALES
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25
Boron, Atilio “Justicia sin capitalismo, capitalismo sin justicia. Una reflexión acerca
de las teorías de John Rawls”, en Boron A. y De Vita, A. (comp.), Teoría y Filosofía
Política. La recuperación de los clásicos en el debate latinoamericano , Clacso,
Buenos Aires, 2002, p. 156.
26
Cf. Bidet, Jacques, John Rawls y la teoría de la justicia , Edicions Bellaterra,
Barcelona, 2000, p. 12.
27
Callinicos, Alex, Equality, Polity Press, Cambridge, UK, 2000, p. 47.
88
MARXISTAS, IGUALITARISTAS Y LIBERALES
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31
Sánchez Vázquez, Adolfo “Etica y Política”, en Boron, A. (comp.) Filosofía Política
Contemporánea. Controversias sobre civilización, imperio y ciudadanía , Clacso,
Buenos Aires, 2003, p. 277.
32
Sánchez Vázquez, op. cit., p. 283.
90
MARXISTAS, IGUALITARISTAS Y LIBERALES
33
Jameson, Fredric, Archaeologies of the Future. The Desire Called Utopia and
Other Science Fictions, Verso, London, 2006, p. 16.
34
Callinicos, Alex, The Resources of Critique, Polity Press, Cambridge (UK), 2006,
p. 222.
35
Rawls, John, La justicia como equidad. Una reformulación , Paidós, Buenos Aires,
2004, p. 26
91
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92
MARXISTAS, IGUALITARISTAS Y LIBERALES
38
Callinicos, A., The Resources..., p. 221.
93
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39
Karl Marx y Friedrich Engels, Manifiesto Comunista, Crítica-Grijalbo Mondadori,
Barcelona, 1998, p. 57.
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Nuevas
apuestas,
viejos
problemas
Apuntes para una
caracterización de la
nueva izquierda
argentina
JORGELINA MATUSEVICIUS
96
NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
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98
NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
99
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2
Antunes, Ricardo, Los sentidos del trabajo , Herramienta ediciones-TEL, Buenos
Aires, 2005, p. 25.
100
NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
3
Pavarini, Máximo, Control y Dominaciòn , SXXI Editores, México, 1996, p. 73.
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102
NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
Herber t Marcuse
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NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
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5
Marx, Karl, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política
(Grundrisse) 1857 -1858 , Siglo XXI, México, 2007, p. 592.
6
Marcuse, Herbert, El hombre unidimensional , Planeta-Agostini, Buenos Aires,
1993, p. 42.
106
NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
7
Marcuse, Herbert, op cit., p. 50.
107
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8
Marcuse, Herbert, op cit., p. 271-272.
108
NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
9
Para un desarrollo de esto ver Kohan, Néstor, En la selva, Ed. Misión Conciencia,
Caracas, 2011 y Peña, Milcíades, “Gino Germani sobre C. W. Mills o las enojosas
reflexiones de la paja seca ante el fuego”, en Fichas de Investigación Económica
y social, año 1, Nº 2, Buenos Aires, 1964, p. 37.
109
CONTRA-TIEMPOS
10
Gorz, André, Estrategia obrera y neocapitalismo, p. 54.
110
NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
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NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
13
“La «larga marcha» al socialismo en la Argentina”, Pasado y Presente, Buenos
Aires, abril/ junio, 1973 .
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NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
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CONTRA-TIEMPOS
14
Estas consideraciones se encuentran abordadas en profundidad en Iñigo Carrera,
Juan, El capital: razón histórica, sujeto revolucionario y conciencia , Ed Imago
Mundi, Buenos Aires, 2008, p. 55. También ver Antunes Ricardo, op. cit.
15
Ver Waqcuant, Loïc, Las cárceles de la miseria , Ed. Manantial, Buenoss. Aires,
2008, p. 44.
116
NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
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CONTRA-TIEMPOS
118
NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
119
CONTRA-TIEMPOS
Pero si estos han sido límites que ha encontrado buena parte del
movimiento social y político para recomponerse, no han sido meno-
res los límites que ha planteado el escaso pertrechamiento teórico
con las que estas experiencias se piensan a sí mismas y por lo tanto
se orientan en un sentido revolucionario. El retroceso en el plano
organizativo y en el plano de las conquistas logradas, fue acompa-
ñado de un retroceso en el plano de las ideas. El reconocimiento de
nuevos actores de la lucha como los desocupados y la pérdida de
capacidad de presión de la clase trabajadora ocupada se explicó
con la tesis del fin del trabajo y la no necesidad de la perspectiva de
clases para el análisis de la realidad social. Por su parte la crítica a
la racionalidad capitalista se volvió crítica a la posibilidad de conocer
las determinaciones de la práctica política, el posmodernismo se
adueñó de los centros de producción de conocimiento. La confron-
tación en distintos territorios y principalmente la ligada a la disputa
por servicios públicos y la lucha reivindicativa se presentó como una
nueva teoría del sujeto social, los “nuevos movimientos sociales”,
quienes serían los verdaderos portadores de una potencia
transformadora. La crítica a la forma leninista del partido y la reac-
ción contra las prácticas militantes de la vieja izquierda se convertía
en un culto al espontaneísmo. 16 Por otro lado la necesidad de dispu-
tas en territorios particulares y el desarrollo de experiencias
16
Algunas de estas consideraciones son retomadas del artículo “En las puertas de
una batalla de ideas” de Agustín Santella, Revista Batalla de Ideas, n° 2, Buenos
Aires, octubre de 2011, p. 135.
120
NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
17
Sobre la crítica a esta concepción ver “Un buen intento con un magro resultado”
de Ernesto Manzana en Revista Herramienta versión digital.
121
CONTRA-TIEMPOS
122
NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
123
CONTRA-TIEMPOS
19
Jacoby, Roberto, El asalto al cielo, CINAP, Buenos Aires, 1994, cap. VIII.
124
NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
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126
NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
128
NUEVAS APUESTAS, VIEJOS PROBLEMAS
129
CONTRA -TIEMPOS
130
Una crítica de
las “dos almas”
de la teoría
marxista del
partido
Hipótesis sobre la
organización política
MARTÍN MOSQUERA
TOMÁS CALLEGARI
1
Ver Freeman, Jo, “La tiranía de la falta de estructuras” enEl Rodaballo , n° 15, Bs.
As., 2004.
133
CONTRA-TIEMPOS
134
UNA CRÍTICA DE LAS «DOS ALMAS» DE LA TEORÍA MARXISTA DEL PARTIDO
2
Existe en Marx, es cierto, una concepción embrionaria de lo político que late, sobre
todo, en sus textos históricos. Podríamos decir que Marx entrevió a la lucha
política como “guerras y revoluciones”, como intervención intempestiva de las
fuerzas sociales en el plano político, alterando el funcionamiento normal e
“inmanente” de la sociedad. Podríamos decir, en lenguaje contemporáneo, que
se acercaba a entender a la lucha política como “acontecimiento”. (Ver al
respecto la entrevista a Bensaid, “Actualidad del marxismo”, en este mismo
número.) Sin embargo, esto no desmiente la ausencia en la obra de Marx y
Engels de un análisis de la autonomía irreductible del campo político y sobre las
posibles formas institucionales y políticas de un tentativo Estado de transición
(más allá de las referencias genéricas a la Comuna de París, en algunos casos,
o a la “república democrática”, en otros, como la forma política de la “dictadura
del proletariado”). Todas estas cuestiones resultaban oscurecidas por el mito de
la extinción del Estado y la desaparición de la política que Marx y Engels nunca
abandonan.
135
CONTRA-TIEMPOS
3
Marx, Karl, Manuscritos económico-filosóficos de 1844, Colihue, Bs. As., 2006, p.
111.
4
Dotti, Jorge, Dialéctica y derecho, Hachette, Bs. As., 1985, p. 247.
136
UNA CRÍTICA DE LAS «DOS ALMAS» DE LA TEORÍA MARXISTA DEL PARTIDO
137
CONTRA-TIEMPOS
5
Rossanda, Rosana, “De Marx a Marx: clase y partido”, Teoría marxista del partido
político/3, Cuadernos de Pasado y Presente, Siglo XXI, Bs. As., 1973, p. 5.
6
Kautsky, Karl, El camino del poder , Ed. Grijalbo, México D.F., 1968, p. 65.
138
UNA CRÍTICA DE LAS «DOS ALMAS» DE LA TEORÍA MARXISTA DEL PARTIDO
7
Fay, V., “Del partido como instrumento de lucha por el poder al partido como
prefiguración de una sociedad socialista” en Teoría marxista del partido político/
3, Cuadernos de Pasado y Presente, Siglo XXI, Bs. As., 1973, p. 34.
139
CONTRA-TIEMPOS
8
Il Manifiesto/Jean Paul Sartre., “Masas, espontaneidad, partido” enTeoría marxis-
ta del partido político/3 , Cuadernos de Pasado y Presente, Siglo XXI, Bs. As.,
1973, p. 28.
140
UNA CRÍTICA DE LAS «DOS ALMAS» DE LA TEORÍA MARXISTA DEL PARTIDO
9
Draper, Hal, “El mito del “concepto de partido” de Lenin. Qué hicieron con el ¿Qué
hacer?”, en Revista Herramienta, n° 11, Bs. As., 1999.
141
CONTRA-TIEMPOS
10
Draper, H. “Hacia un nuevo comienzo… por otro camino”, en Marxist Internet
Archive, 2001. En su justa crítica a la forma-secta y el mini-partido Draper saca
conclusiones desmedidas, al reducir la organización política a tareas de propa-
ganda y descartando que las definiciones programáticas justifiquen delimitacio-
nes orgánicas. El afán de superar todo rasgo sectario lo conduce a una solución
terminante, muy similar al planteo de Marx, donde la delimitación ideológica sólo
justicia centros de propaganda y no también organizaciones para la intervención
política.
11
Ver Bensaïd, Daniel y Nair, Alain,“El problema de la organización. Lenin y Rosa
Luxemburgo”, en Teoría Marxista del Partido Político (Problemas de Organiza-
ción), Cuadernos de Pasado y Presente, Siglo XXI, Bs. As., 1975.
142
UNA CRÍTICA DE LAS «DOS ALMAS» DE LA TEORÍA MARXISTA DEL PARTIDO
“Un paso del movimiento real vale más que mil programas”, va a
ser la sentencia que expresa la prioridad estratégica que toda orga-
nización debe fijar en aquello que la trasciende. Esta es el “núcleo
racional” de la intuición de Marx que hay que desgajar de la “corte-
za mística” de la identificación del ser social y la conciencia política,
y la derivada pretensión de extinción del Estado. Por su parte, será
justamente aquella indistinción entre clase y organización política lo
que cuestionará Lenin, enfatizando la necesidad de introducir los
vectores de la ciencia socialista “desde afuera” del ser inmediato de
la clase trabajadora. Sin embargo, tan fuerte es la influencia de
aquellas visiones espontaneístas que incluso Lenin, el primer político
del marxismo, elabora una concepción del Estado y la política que se
mueve íntegramente en el campo idealista de la reabsorción de lo
político en lo social, retrocediendo sobre sus mejores intuiciones
politicistas. En efecto, a la hora de delinear los trazos gruesos de su
teoría del Estado en el pasaje de la fase socialista a la comunista,
Lenin acude acríticamente en El Estado y la revolución a los planteos
gradualistas y economicistas de Engels sobre la extinción natural del
Estado. Una vez abolida la “contradicción principal” de la explota-
ción del trabajo, destruida por tanto la ideología que la clase capita-
143
CONTRA-TIEMPOS
144
UNA CRÍTICA DE LAS «DOS ALMAS» DE LA TEORÍA MARXISTA DEL PARTIDO
12
Sanmartino, Jorge, “Pasado y presente de la teoría socialista de partido”, en
Revista Corriente Praxis, Número especial, Buenos Aires, octubre 2005, pág. 12.
13
El debate sobre los estatutos del partido en el II congreso del POSDR que enfrentó
a Lenin con Martov, consistía en definir quiénes eran considerado miembros del
partido: todos los adherentes al programa socialdemócrata (Martov) o quienes
formaban parte disciplinadamente de alguna de sus organizaciones (Lenin). En
Un paso adelante, dos pasos atrás (Ediciones en lenguas extranjeras, Pekín,
1977, p. 91), Lenin se detiene nuevamente en la fórmula de Martov, que dice
“nuestro partido es el intérprete consciente de un proceso inconsciente”, y
concluye : “esto está bien porque es un error querer que cada huelguista pueda
titularse miembro del partido; puesto que si cada huelga no fuera la expresión
simple y espontánea de un poderoso instinto de clase, sino la
expresión consciente del proceso que lleva a la revolución social., entonces nuestro
partido se identifica inmediatamente de un solo golpe, con toda la clase obrera,
y en consecuencia terminaría de un solo golpe con toda la sociedad burguesa”.
Citado en Daniel Bensaïd & Alain Nair, “El problema de la organización. Lenin y
Rosa Luxemburgo”, en Teoría Marxista del Par tido Político (Problemas de
Organización), Cuadernos de Pasado y Presente, Siglo XXI, Bs. As., 1975.
14
Garmendia, O. (seudónimo de Rolando Astarita), «La importancia de la teoría
leninista del partido», en Debate marxista, n° 7, Bs.As., 1996, p. 10.
145
CONTRA-TIEMPOS
tido que organiza las luchas proponiendo sus objetivos y que puede,
por otra parte, organizar y limitar las derrotas, preparando la retira-
da cuando fuera necesario”. 15
15
Bensaid, Daniel, Estrategia y partido: un curso de formación, disponible en http:/
/danielbensaid.org/Estrategia-y-partido?lang=fr.
146
UNA CRÍTICA DE LAS «DOS ALMAS» DE LA TEORÍA MARXISTA DEL PARTIDO
147
CONTRA-TIEMPOS
16
Ver Geras, Norman, “Lenin, Trotsky y el partido” en Masas, partido y dirección ,
Fontamara, Barcelona, 1980. Bensaid, D., Strategie et Partie, La Bréche,
Montreuil-sous-Bois, 1987; Zizek, S., A propósito de Lenin , Atuel, Buenos Aires,
2004; Garmendia, O. (seudónimo de Rolando Astarita), «La importancia de la
teoría leninista del partido», en Debate marxista, n° 7, Bs.As., 1996.
148
UNA CRÍTICA DE LAS «DOS ALMAS» DE LA TEORÍA MARXISTA DEL PARTIDO
149
CONTRA-TIEMPOS
17
Ver Sanmartino, J., “Pasado y presente de la teoría socialista de partido”, en
Revista Corriente Praxis, Número especial, Buenos Aires, octubre 2005, p. 20.
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UNA CRÍTICA DE LAS «DOS ALMAS» DE LA TEORÍA MARXISTA DEL PARTIDO
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154
UNA CRÍTICA DE LAS «DOS ALMAS» DE LA TEORÍA MARXISTA DEL PARTIDO
19
La táctica del “gobierno obrero” es una fórmula adoptada por la Internacional
Comunista que se aplicó frente a los gobiernos de Sajonia y Turingia dominados
por sectores reformistas de izquierda. La táctica consistía en habilitar la partici-
pación de los revolucionarios en gobiernos parlamentarios encabezados por
corrientes obreras reformistas, en condiciones de aguda crisis social y política
pero donde las instituciones burguesas no habían sido destruidas. La IC entendía
esta política como la posibilidad de establecer un gobierno “intermedio”, que
facilitara el desarrollo político de los trabajadores, quebrara la resistencia de la
burguesía y sedimentara las condiciones para una ruptura definitiva con el
estado burgués. No se trataría de la “dictadura del proletariado”, pero tampoco
de un funcionamiento normal de las instituciones “democrático liberales”. Para
una posible actualización de la “táctica del gobierno obrero” en las actuales
condiciones sociales y políticas, ver Bensaïd, D., “Sobre el retorno de la cuestión
político-estratégica”, en: http://www.vientosur.info/ar ticulosweb/noticia/
index.php?x=1565
155
CONTRA-TIEMPOS
156
UNA CRÍTICA DE LAS «DOS ALMAS» DE LA TEORÍA MARXISTA DEL PARTIDO
21
Garmendia, O. (seudónimo de Rolando Astarita), “La importancia de la teoría
leninista del partido”, en Debate marxista, n° 7, Bs.As., 1996, p. 11.
157
CONTRA -TIEMPOS
158
La somnolencia
y la historia.
Una crítica a Badiou
LAURA SOTELO
2
“La filosofía, que otrora pareció obsoleta, se mantiene con vida porque se dejó
pasar el instante de su realización”. “Dialéctica Negativa“, enObra Completa , Vol.
6, Akal, Madrid, 2005, p. 15.
160
LA SOMNOLENCIA Y LA HISTORIA
161
CONTRA-TIEMPOS
II
No habrá más remedio, entonces, que seguir a Badiou en su ascen-
sión a los cielos secularizados de las matemáticas, desde el origen
de la filosofía en Parménides, hasta el transfinito de Cantor, ya que
en esa dirección se orientan las farragosas páginas de sus obras
fundamentales: El ser y el acontecimiento y Lógicas de los mundos.
Lo haremos, sin embargo, muy sencillamente, porque el tema, a
pesar de la sinuosa exégesis badiouviana, es de una simplicidad
eleática.
¿Por qué es lo Uno y no más bien lo múltiple? parece rezar la
gran cuestión de Badiou, símil de otras tantas preguntas incontesta-
bles de la metafísica, cuyo descrédito intelectual ya se hallaba sufi-
cientemente asegurado antes de que Badiou consumara, con su
obra, una nueva bancarrota y un nuevo punto muerto. Así como
todo sistema filosófico puro, sostenido en principios empíricamente
deficientes, suele trastabillar al poner el pie en la historia, también la
filosofía de Badiou se desmorona al primer embate histórico de en-
vergadura, propinado por la actual crisis europea.
162
LA SOMNOLENCIA Y LA HISTORIA
4
Adorno, Theodor, Actualidad de la filosofía, Paidós, Buenos Aires, 1991.
163
CONTRA-TIEMPOS
5
Badiou, Alain, El ser y el acontecimiento , Manantial, Buenos Aires, 1999, p. 34.
164
LA SOMNOLENCIA Y LA HISTORIA
6
“…el axioma de la infinitud no implica que todos los conjuntos o situaciones sean
infinitas, y, como lo sugirió la propia piedad de Cantor, el hecho de que pueda
haber conjuntos no inclusivos de todos los conjuntos, no rebate por sí mismo la
existencia de un límite propiamente trascendente del mismo concepto de con-
junto (un límite a la distinción de “uno” y “no-uno”.) Cuando se lo presiona sobre
este punto, Badiou justifica el principio en términos de su utilidad política estra-
tégica, más que en virtud de su integridad ontológica estricta”. Hallward, Peter
and contributors, Think again. Alain Badiou and the future of philosophy , British
Library Cataloging in-Publication- Data, London, 2004, p. 15. (Traducción Laura
Sotelo).
7
Badiou, Alain, El Siglo , Manantial, Buenos Aires, 2005, p. 12.
165
CONTRA-TIEMPOS
166
LA SOMNOLENCIA Y LA HISTORIA
167
CONTRA-TIEMPOS
11
Badiou, op. cit., p. 229-231.
168
LA SOMNOLENCIA Y LA HISTORIA
169
CONTRA-TIEMPOS
III
Retengamos las diferencias entre las multiplicidades inconsistentes y
las multiplicidades consistentes (la cuenta-por-uno). Ambas consti-
tuyen dimensiones de una “situación” donde confluyen el Ser y el
mundo en el que adviene el “Acontecimiento”. En efecto, lo que
Badiou llama “Acontecimiento” es una verdadera intromisión del rei-
no del infinito inconsistente en el mundo estatal de la serialidad
histórica. Ahora bien, el mismo Badiou reconoce que las “leyes de la
composición numérica” son congruentes con la cuenta por uno y
que, en rigor de la cosa, los múltiples inconsistentes no deben ser
números, sino su exceso irrepresentable. El múltiple de múltiples no
se representa númericamente sino que se entreabre insinuante en
las intuiciones oníricas. “¿Por qué la infinita multiplicidad de lo múlti-
ple es comparada con la imagen de un sueño? ¿Por qué ese noctur-
no, esa somnolencia del pensamiento, para entrever la diseminación
de todo átomo supuesto? Ocurre que, en efecto, la multiplicidad
inconsistente es como tal, impensable”. 12
Se produce así una paradójica interdicción de acceder racional-
mente al Ser que se postula, y frente a él sólo cabe la fidelidad
religiosa en lo inescrutable: “no se puede decir “acepto sólo la mul-
tiplicidad pura” pues necesitaría en este caso tener el criterio, la
definición de lo que ella es, o sea, nuevamente contarla por uno y
perder el ser, ya que la presentación cesaría de ser presentación de
la presentación”. 13
12
Badiou, A., El ser y el acontecimiento , Manantial, Buenos Aires, 2003, p. 46.
13
Badiou, A., op. cit., p. 39.
170
LA SOMNOLENCIA Y LA HISTORIA
Sin embargo, éste nunca está del todo seguro de cómo el Ser
adviene en lo profano, como se produce finalmente el milagro profé-
tico. Primero dice que el Ser, visto desde el punto de vista de la
cuenta por Uno, coincide con la Nada; y que el Ser, en tanto “multi-
plicidad inconsistente” es “impensable”, que es como decir que el
pensamiento matemático, que es donde sucede “la presentación”,
es impensable. A esta altura todo el preparado badiouviano huele a
ambrosia en mal estado: si la multiplicidad inconsistente es el Ser, si
el Ser coincide con el pensar, ¿cómo podría el pensar ser impensa-
ble? Si el contenido del pensamiento, la “multiplicidad inconsistente”
es impensable ¿de qué se nos está hablando? ¿Debemos postrar-
nos nuevamente ante un ser que escapa al pensamiento? Y si no se
puede pensar el Ser, ni el pensamiento, ni su objeto más eminente
¿qué tipo de ontología es madre de esta Verdad inaccesible? Todo
esto podría llamarse broma, sofisma, cuento de hadas, mundo de
maravillas. Pero invoca el nombre del “materialismo dialéctico” y
quiere refundar el comunismo.
IV
Hay momentos de quietud y de hastío, en los que la vida social
reproduce en toda su extensión las formas de dominación del capi-
tal. Momentos de profunda derrota en los cuales las teorías filosófi-
cas y sociales parecen llamadas a subirse a la carroza de un bárba-
ro festín sin pensamiento, a labrar con palabras dóciles las mascaras
sin rostro del capital. Momentos de este tipo se vivieron a fines de los
años 80 y en los 90 del siglo pasado, cuando la caída del Muro de
Berlín dio rienda suelta a la reconquista voraz de los países de la
órbita soviética. Todo el mundo burgués aplaudió a rabiar su triunfo
171
CONTRA-TIEMPOS
14
Bensaid, Daniel, Alain Badiou and the miracle of the event, en Peter Hallward and
contributors, op. cit., p. 100. (Traducción Laura Sotelo).
15
Bensaid, op. cit., p. 102.
172
LA SOMNOLENCIA Y LA HISTORIA
16
“Estamos constreñidos a decir: la teoría del sujeto es axiomática. No se la podría
deducir, puesto que es afirmación de su propia forma. Pero tampoco se la podría
experimentar. Se decide de esa teoría en el horizonte de una empiria irrecusable,
que hemos ilustrado en el prefacio: hay verdades, y es preciso que haya una
forma activa e identificable de su producción. (pero también de lo que obstacu-
liza o anula esa producción) Esa forma tiene por nombre: sujeto. Decir “sujeto”
y decir” sujeto a una verdad” es redundante, ya que no hay sujeto sino de una
verdad, a su servicio, al servicio de su negación o de su ocultación”. Badiou, A.,
Lógicas de los mundos , op. cit., p. 68.
173
CONTRA -TIEMPOS
17
Badiou, A., El despertar de la historia ., Nueva Visión, Buenos Aires, 2012, p. 93.
18
Badiou, A., Manifiesto por la filosofía , Nueva Visión, Buenos Aires, 1990.
19
Badiou, A., El despertar de la historia , op. cit., p. 20.
174
Actualidad del
marxismo
Daniel Bensaïd
Bensaïd: Me gustaría comenzar por matizar o precisar la
idea misma de herencia. No hay una herencia, sino muchas: un
marxismo “ortodoxo” (de Estado o de Partido) y marxismos
“heterodoxos”; un marxismo cientificista (o positivista) y un mar-
xismo crítico (o dialéctico); o mejor aún, lo que el filósofo Ernst
Bloch llamó las “corrientes frías” y las “corrientes cálidas” del
marxismo. No se trata de simples diferencias de lecturas o inter-
pretaciones, sino más bien de discursos teóricos que sustentan en
ocasiones políticas antagónicas. Como a menudo insistía Jacques
Derrida, una herencia no es un bien que puede ser transmitido o
conservado. Es lo que con ella hacen los herederos, así como lo
que harán.
Entonces, ¿qué está obsoleto en la teoría marxista?
Para empezar, diría, un cier to tipo de optimismo sociológico: la
idea de que el desar rollo del capitalismo entraña de maner a casi
mecánica el desar rollo de una clase obrera cada vez más nume-
rosa y concentrada, cada vez mejor organizada y cada vez más
175
CONTRA-TIEMPOS
1
No es cita textual, aunque mantiene el sentido. Cfr. Karl Marx, El capital, Libro 1,
Tomo 1, Siglo XXI, Buenos Aires, 2002, p. 282.
176
ACTUALIDAD DEL MARXISMO - ENTREVISTA A DANIEL BENSAÏD
2
En inglés en el original: “asesino social”.
177
CONTRA-TIEMPOS
D.B.
D.B.: Hablaré de problemas que tienen que ser elaborados más que
resueltos. Porque la solución no es puramente teórica, sino tam-
bién práctica. Si existe, será el resultado de la imaginación y la
experiencia de millones de millones de personas. Por otro lado,
hay cuestiones que deben ser re-abiertas y elaboradas a la luz de
un siglo de experiencias que ni Marx, ni Engels, ni ninguno de los
padres fundadores, podían imaginar.
En primer lugar, la cuestión ecológica. Ciertamente hay en Marx
una crítica a la concepción abstracta de un progreso unidireccional
(en las primeras páginas de los Grundisse), y la idea de que cual-
178
ACTUALIDAD DEL MARXISMO - ENTREVISTA A DANIEL BENSAÏD
179
CONTRA-TIEMPOS
180
ACTUALIDAD DEL MARXISMO - ENTREVISTA A DANIEL BENSAÏD
181
CONTRA-TIEMPOS
D.B.
D.B.: El ejercicio de establecer una lista de honor o un top ten de los
estudios marxistas sería bastante estéril. Por un lado, gracias a la
socialización del trabajo intelectual y a la elevación general del
nivel cultural, ya no existe propiamente la figura de los “ maitres
penseurs”3 o “gigantes intelectuales” (como lo fueron Sartre,
Lukács...). Y esto es algo más bien positivo, un signo de la demo-
cratización de la vida intelectual y el debate teórico. Esto vuelve
difícil y arbitrario enumerar las grandes figuras de la actualidad.
3
“Maitres” en francés, presenta un juego de palabras, dado su doble significado de
“maestro” y “amo”.
182
ACTUALIDAD DEL MARXISMO - ENTREVISTA A DANIEL BENSAÏD
183
CONTRA-TIEMPOS
rica viva, sin complejos ni censuras. Es sin dudas una nueva opor-
tunidad a no desa provechar.
D.B.
D.B.: La cuestión es demasiado vasta, y ha hecho correr demasiada
tinta ya, para abordarla en una breve respuesta a una breve
pregunta. Me contentaré, por tanto, con algunos comentarios ge-
nerales. Por más que, en el siglo XIX, los alemanes, los italianos, y
más aún los rusos, necesitaban, para alcanzar su emancipación
nacional y social, de la crítica dialéctica, la ideología conservadora
francesa, después de junio de 1848 y de la Comuna, hizo todo lo
que pudo para deshacerse de ella. El “materialismo subterráneo
del encuentro”, 4 admirablemente evocado por Althusser en sus
últimos escritos, estaba derrotado en Francia incluso antes de la
llegada de Marx. Y el “marxismo inhallable” de Guesde y Lafargue
estaba desde su origen teñido de positivismo. Les era difícil pasar
de una lógica clasificatoria de las definiciones a una lógica dinámi-
ca (dialéctica) de las determinaciones, del tipo que Marx puso
magistralmente en juego en El capital. En sus formas más rígidas,
el estructuralismo en boga en los años ’60 efectivamente prolongó
este rechazo, tomando estructuras petrificadas como objeto de
estudio, sin acontecimientos ni subjetividad, y sistemas tanto más
vaciados de historia cuanto más dolorosa de pensar se volvió la
historia real del siglo.
El marxismo ortodoxo, erigido en razón de Estado en los años ’30
por parte de la burocracia estalinista triunfante, ha tomado prove-
cho de este estado de cosas para imponer la influencia de su
“diamat”, 5 dogmatizado y canonizado. Éste fue el segundo sacri-
4
El autor se refiere al concepto que el último Althusser trata, ante la inminente
“crisis del marxismo ”, en textos como “La corriente subterránea del materialis-
mo”, donde recupera el valor de la contingencia y el lugar de la coyuntura en
cierta tradición materialista que va desde Epicuro hasta Maquiavello y Rousseau,
y redefine la relación entre historia y política, donde el acontecimiento político se
sobrepone al aplastamiento del proceso histórico.
5
“Diamat” es la expresión abreviada de la interpretación del “materialismo dialé-
ctico” canonizada por el estalinismo.
184
ACTUALIDAD DEL MARXISMO - ENTREVISTA A DANIEL BENSAÏD
185
CONTRA-TIEMPOS
6
“Deep ecology ” en el original: corriente ecologista holística y espiritualista que
promueve la integración plenamente armónica entre el ser humano y la natura-
leza.
186
ACTUALIDAD DEL MARXISMO - ENTREVISTA A DANIEL BENSAÏD
7
El término lo usa Trotsky en La Revolución Permanente, para referirse a la la
estrategia trazada por Lenin en sus Tesis de abril de transformación de la
revolución democrático-burguesa en revolución socialista en Rusia.
187
CONTRA-TIEMPOS
D.B
.B.. : Hay muchas maneras de abordar esta cuestión. La opinión
extendida a menudo par tía del argumento de una evolución socio-
lógica y de la constatación, en los países desar rollados, de un
retroceso relativo del proletariado industrial en la población acti-
va. Este retroceso es real (en Francia se pasa de 33 a 25%), pero
se trata aún de un cuar to de la población activa; y a nivel interna-
cional ha habido más bien un desar rollo global del pr oletariado
urbano.
La impresión de una decadencia, o aun de una desaparición del
proletariado, suele basarse en una definición restrictiva, incluso
obrerista, de las clases sociales a partir de categorías sociológicas
clasificatorias. Para Marx, sin embargo, no se trata de una socio-
logía positivista de las clases, sino de una relación social dinámica,
las clases no existen sino en sus luchas. Si se considera la relación
de propiedad de los medios de producción, la forma y el nivel de
ingreso salarial del empleo, el lugar en la división social del traba-
jo, la gran mayoría de los asalariados del denominado sector ter-
ciario (entre ellos, cada vez más mujeres) son proletarios en el
sentido inicial que Marx daba a la palabra: en 1848, el proletaria-
do parisino tematizado en La lucha de clases en Francia no era
tan industrial, sino más bien ligado al artesanado. A menudo se
confunde, pues, un debilitamiento de la organización y de la con-
ciencia de clase (como consecuencia de derrotas políticas y socia-
les) con un irreversible declive de la lucha de clases. Dicho eso, es
necesario prestar la mayor atención a los obstáculos que existen
en adelante para esa organización y esa conciencia: privatización
e individualización de la vida social, flexibilidad del trabajo, indivi-
dualización de los tiempos de trabajo y de las formas de remune-
ración, presión de la desocupación y de la precariedad,
desconcentración industrial y cambios en la organización de la
producción...
La relación capital-trabajo, sin embargo, persiste como central en
las sociedades contemporáneas. Por otro lado, yo no utilizaría el
término “conflicto principal”, puesto que tiende a reducir las otras
contradicciones a un lugar “secundario”. Hay más bien una serie
de contradicciones que no responden a la misma temporalidad (a
188
ACTUALIDAD DEL MARXISMO - ENTREVISTA A DANIEL BENSAÏD
189
CONTRA-TIEMPOS
D.B
.B.. : Yo creo que en su núcleo duro (la “crítica de la economía
política” y de la acumulación del capital), la teoría marxista sigue
siendo el instr umento más productivo para abordar la mundializa-
ción liberal y sus consecuencias. Su actualidad, ya lo he dicho, es
la de El capital mismo. Además, la mayoría de los movimientos
sociales están inspirados en ella, lo quieran o no. El historiador
Fernand Braudel señaló ya hasta qué punto las categorías críticas
del marxismo han impregnado nuestra comprensión del mundo
contemporáneo, incluso entre sus detractores. Y el filósofo Jacques
Derrida resumió su actualidad en 1993 (¡en una f echa poco favo-
rable a la teoría marxista!) con la fór mula: “No hay futuro sin
Marx”. Con, contra, más allá... ¡pero no sin! El marxismo no es la
verdad última para la comprensión de las sociedades contemporá-
neas, pero continúa siendo un pasaje obligado para eso. La para-
doja es que los ideólogos liberales que pretenden tratar a Marx
como a “un per ro muer to”, pasado de moda, obsoleto, caduco, no
tienen para oponer le más que el r etorno a los economistas clási-
cos, o a la filosofía política del sig lo XVII, o a Tocqueville. Marx
per teneció, desde luego, a su tiempo. Compar tió cier tas ilusiones,
sobre la ciencia y el progreso. Pero, en cuanto a la naturaleza del
objeto cuya crítica ha abordado -a saber, la acumulación del capi-
tal, y su lógica-, desbordaba su tiempo y anticipaba el nuestro. En
esto es que sigue siendo un contemporáneo nuestro, mucho más
joven y estimulante que todas esas pseudo-innovaciones que se
vuelven obsoletas al día siguiente de su aparición.
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D.B.: Debemos pasar en limpio qué queremos decir por “movimien-
tos socialistas amplios”. Probablemente estemos en los comienzos
de una reconstrucción teórica y práctica de movimientos emanci-
patorios, tras un siglo de terribles tragedias y derrotas. En cierta
medida, se tiene a veces la impresión de estar recomenzando
desde foja cero. Un partido como el Partido de los Trabajadores
en Brasil (PT), nacido en los comienzos de los años ’80, en la
época de la caída de la dictadura militar, y producto de la rápida
industrialización de los años ’70, podía asemejarse a la gran so-
cialdemocracia alemana antes de la guerra de 1914: tenía un mis-
mo carácter de masas y un pluralismo ideológico comparable. Pero
nosotros estamos en los albores del siglo XXI, y el XX ha pasado,
no lo disimularemos. Así, el PT ha atravesado en menos de un
cuarto de siglo un proceso de burocratización acelerada, y se ha
visto atrapado en el juego de las contradicciones contemporá-
neas, de las relaciones de poder, del lugar de América Latina en la
reorganización de la dominación imperialista, etc.
En un primer momento, para las luchas de resistencia y de oposi-
ción, los movimientos sociales parecen más eficaces y más concre-
tos que las organizaciones par tidarias. Su aparición marca el co-
mienzo de un nuevo ciclo de experiencias sin las cuales nada
sería posible. Pero, así como Marx reprochó a sus contemporá-
neos una “ilusión política”, consistente en la creencia en que la
conquista de liber tades civiles y democráticas er an la verdad últi-
ma de la emancipación humana, nosotros podemos constatar en
nuestros días una “ilusión social”, según la cual la resistencia
social al liber alismo sería, en ausencia de una alter nativa política,
nuestro horizonte infranqueable. Es la versión “de izquier da” del
“fin de la historia”. La crisis del capitalismo es sin embargo tal, las
amenazas que hace pesar sobre el futuro de la humanidad y del
planeta son tales, que una alter nativa a la altura de las circuns-
tancias resulta urgente.
Aquí se trata de un problema de estrategia y proyecto político,
encarnados por fuerzas determinadas. O bien peleamos seria-
mente por una alternativa tal, o bien nos conformamos con hacer
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D.B.
D.B.: Es una cuestión de relaciones de fuerzas en la sociedad. El
campo escolar y universitario no es un campo cerrado, separado
de las contradicciones sociales. Éste es, por otra parte, el peligro
de la fórmula de los “aparatos ideológicos del estado”: dar la
impresión de que se trata de simples engranajes estáticos de la
dominación burguesa. En realidad la escuela (y la universidad)
cumplen una doble función, de reproducción del orden social do-
minante, claro, pero también de transmisión y de elaboración de
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El autor se refiere a Gilles Deleuze, quien se opone a la vana búsqueda del origen
absoluto. Ver Diálogos, capítulo segundo.
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