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DAVID ANTIN: EN LUGAR DE UNA CONFERENCIA

Editorial Deriva acaba de lanzar esta antología del poeta norteamericano David

Antin (1932-2016), y sólo cabe felicitarlos por ello. Antin, tal vez no tan conocido en

Chile, pertenece a lo más granado de la poesía norteamericana, aunque su obra no deje

de ser tema de discusión. Su trabajo reúne tendencias de la poesía anglosajona ya antes

abordadas por autores como Gertrude Stein, pero que son llevadas por Antin a su

máxima realización.

Profesor y crítico de artes virtuales durante décadas, entre sus libros publicados

se cuentan Definitions (1967), Autobiography (1967), code of flag behavior (1968), Talking at

the Boundaries (1976) y What it means to be Avant-Garde (1993), entre otros. En lugar de una

conferencia (Santiago, 2021), traducido por Germán Carrasco y Emilio Jurado Naón, es

una miscelánea que reúne mayormente poemas de los que se han dado en llamar “talk

poems”, algunos otros poemas del poeta norteamericano, una entrevista con su pareja y

colaboradora, Eleanor Antin, performer y artista conceptual de propio mérito, además

de un ensayo sobre oralidad y poesía por parte de Carrasco.

Esta reunión es lo suficientemente larga como para hacerse una idea clara de lo

que significó y de por qué sigue importando la obra de Antin en Estados Unidos, y qué

clase de eco podría tener en un sistema literario como el chileno.


Habría que empezar, con ese fin, con una palabra: desacralizar. La intención de

estos poemas, declarada por el mismo Antin, es la de rechazar la idea de un lenguaje

sagrado. “Para mí (ha dicho el autor), la poesía es un acto mental, no un trabajo que

pasará a convertirse en el objeto de un culto especializado”. Es tal vez por eso que Antin

rechazará cualquier cosa que se asemeje a un lenguaje literario y/o poético, y a partir de

libros como Meditations (1971), pero por sobre todo Talking (1972) y los que le sigan, el

poeta norteamericano se centrará en los ya mencionados “talk poems”, charlas o

conferencias semi-improvisadas en las que Antin habla de o desarrolla un tema

específico, que puede ir desde anécdotas personales hasta cuestiones que giran en torno

a la posibilidad del conocimiento y la comunicación a través del lenguaje, siendo en

ocasiones una mezcla de estos temas el “quid” de la exposición; esta última es grabada,

y luego ligeramente editada para ser publicada como “poemas”. Pongo entre comillas

este término ya que desde que Antin comenzara a publicar estas performances

transcritas, la pregunta por lo poético se ha vuelto a instalar en torno a su obra,

generando reacciones desde aquellos sectores que se autodenominan como detentores

del verdadero/genuino y/o original significado de lo poético.

En ese sentido, resulta sumamente esclarecedor que En lugar de una conferencia

incluya un texto de Antin donde narra y racionaliza el origen de su forma de escritura,

lo que le permite al lector entrar en estos textos con una idea más acabada no sólo del

comienzo de los mismos, sino de la lógica detrás de ellos. Antin irá paulatinamente
avanzando desde una poesía “encontrada”, hecha de fragmentos de otros textos, de

textos hallados que son ensamblados a posteriori, hacia una poética donde el habla

ocupa un lugar predominante. Un poema que ejemplifica a la perfección esta poesía sin

autor, de “anti-creación”, es uno de los incluidos aquí, “Una lista de cosas a las que los

locos temen:”; como su título indica, este poema no es sino una lista, casi sin ningún

agregado por parte de Antin, que actúa meramente como una especie de editor. Lo que

el autor hace (autor debería ir entre comillas) es descontextualizar un texto original, la

lista de las alucinaciones y/o delirios1 que Thomas Smith Clouston recogiera de por lo

menos cien pacientes femeninas de un siquiátrico. Antin básicamente se limita a

reproducir el listado. Pero este limitarse es, al mismo tiempo, una verdadera

declaración de principios. Ya no se trata de crear un lenguaje privado, el viejo anhelo de

hallar “la voz propia”, sino todo lo contrario, hacer del poema una práctica lingüística

más, democratizarlo hasta las últimas consecuencias.

Sólo así se explican poemas como el que abre esta muestra, “En lugar de una

conferencia: tres melodías para dos voces”, donde la yuxtaposición de las voces en un

intercambio de puntos de vista, no nos aleja de la patente irrelevancia, de lo anodino del

tema del poema, a saber: la supuesta capacidad de un campesino de detectar agua con

un método que difícilmente se podría calificar de científico. Pero quizás sea ese mismo

apego a datos en apariencia intrascendentes, las discusiones sobre la recepción de la

1
El título original del poema, del que Carrasco omite una parte, es “A List of the Delusions of the Insane:
What They Are Afraid Of”.
comunidad científica y sus experimentos con el campesino, la trivialidad de una

conversación que no avanza ni retrocede, sino que parece girar en torno a un tema que,

por una parte, no tiene visos de ser “poético” por sí mismo, pero tampoco de ser

“poetizable”, (al menos lo que usualmente se entiende como poético, a sabiendas de que

el adverbio usualmente es, aquí, de una vaguedad extrema), lo que Antin quiere, en

síntesis, decirnos: cuando Parra, para ponerlo en términos chilenos, empezó a señalar

desde 1954 que todo puede, eventualmente, ser poesía, se refería ni más ni menos que a

esto, a una inclusividad de los mecanismos de representación que parece correr los

límites de lo posible a cada paso.

Lo mismo ocurre con un poema de Antin no incluido en esta selección, pero que

aún así resulta tremendamente ilustrativo. Me refiero a “the theory and practice of

postmodernism—a manifesto”, poema que por su título podría llevarnos a pensar que

se trata de sesuda pieza de teoría, cuando en realidad no es sino la historia de cómo

Eleanor y David Antin eligieron y compraron un nuevo colchón para la cama

matrimonial, porque el que tenían le estaba causando insoportables dolores de espalda

a ella. Eso. Tal cual. Todas las expectativas del lector se frustran o por lo menos quedan

en suspenso mientras se va pasando por ese relato de una cotidianidad abrumadora, y

del que resulta difícil, sino imposible, sacar ninguna conclusión en torno a la

postmodernidad.
Y, aun así, en el mero final del ¿texto, poema, manifiesto, todas las anteriores?,

Antin saca del bolsillo una reflexión en torno a los colchones y la postmodernidad que

bien hacen valer la pena el haber leído hasta el final ese relato. Lo que dice Antin, creo,

es lo siguiente: la sociedad postmoderna actual es como elegir el mejor colchón para que

tu pareja pueda superar sus dolores de espalda, acertijo sobre el cual podríamos

aventurar nuestro propio intento de interpretación, pero me parece que lo importante

aquí va más allá del eventual significado de un texto en específico (aun cuando no

pretendemos decir que sea en absoluto desechable), para centrarse en la capacidad de

abrir el compás de la representación y de lo representable. Tal vez lo que logra aquí el

autor de Talking no sea otra cosa que el antiguo anhelo de la(s) vanguardia(s) de hacer

de la vida y el arte una y la misma cosa, y no dos universos paralelos, cuando no

separados: el arte posmoderno puede ser comprar un colchón.

No deja de ser sintomático que esta traducción de Carrasco y Jurado Naón

coincida con la aparición, a través de la casa editorial de la Universidad Austral de

Chile, de otra traducción al español de la poesía de Antin, esta vez a manos de Andrés

Anwandter, que titula su colección como qué estoy haciendo aquí y otros poemas hablados.

Llama la atención no sólo que dos editoriales converjan en torno a un mismo autor y al

mismo tiempo, sino que ambos traductores sean igualmente de la misma generación.

No sé si en los hechos se pueda o no especular sobre este interés al menos en

apariencia común. Es cierto que la edición de Deriva que comentamos ahora, a


diferencia de la que publica Anwandter con la Uach, carece de todo tipo de apoyo

institucional. Pero, más allá de las distintas formas de instalación en la conversación

pública2, nos gustaría, haya o no un terreno fértil para hacerlo, imaginar que este interés

por Antin (que no podemos calificar de súbito, al menos si atendemos a la larga lista de

trabajos de traducción de otros autores que miembros de la generación del noventa, a la

que ambos traductores pertenecen, han venido realizando durante por lo menos las dos

últimas décadas) responde a un intento por –suponemos– buscar nuevas avenidas de

expresión y, a través de las mismas, lograr espacios inéditos de lo representado.

Lo anterior se explicita, hasta cierto punto, en la lógica que hay detrás del ensayo

con que finaliza En lugar de una conferencia, “De qué hablamos exactamente cuando

hablamos de oralidad” y firmado por uno de los traductores del libro, Germán

Carrasco. Allí este último propone extender o refundar lo conversacional antes de Parra,

en De Rokha. De este último destaca no sólo la torrencialidad de lo oral, sino asimismo

el uso del verso y el espacio de la página, en consonancia y/o cercanía no sólo con

Antin, sino con John Cage y, también, con una poeta mucho más cercana en el tiempo

como es Susana Thénon.

Cuando este ensayo no es una pataleta infantil en contra de Juan Cristóbal

Romero y su procedencia de clase, contra el uso del verso rimado como un supuesto

epifenómeno de lo reaccionario (lectura tan pobre como suponer exactamente lo

2
Aclaremos, eso sí, que esas “distintas formas de instalación en la conversación pública”, no son neutras,
ni gratuitas. Razones de tiempo y espacio nos previenen de profundizar en este aspecto.
contrario, que fue lo que en su momento hizo Valente desde su página mercurial), el

texto de Carrasco resulta interesante. Porque a la rabieta que empobrece el texto, la

acompañan reflexiones que no se pueden descartar de buenas a primeras, como cuando,

por ejemplo, reivindica las posibilidades de lo anecdótico al interior del poema, como

en los casos de Martín Gambarotta o Susana Thénon, que el mismo Carrasco menciona.

Con todo, es importante resaltar la tesis que propone Carrasco, ya que apunta al

núcleo de leer a Antin hoy en día en Chile: En lugar de una conferencia es un poema

formal y no contenidista. A pesar de lo que podría aparentar en una lectura errónea,

apurada, el texto de Antin es un constructo, y, cito aquí al traductor devenido ensayista,

“la oralidad, estos paréntesis, digresiones y subordinadas en el discurso; estas

divagaciones y cálculos de probabilidades de un hecho no son otra cosa que pura

forma”.

No cabe duda que una traducción como esta sólo puede ser bienvenida.

Cristián Gómez O.

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