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Dossier

TRES PERSPECTIVAS EN TORNO A LA DESVIACIÓN: BECKER,


BOURDIEU Y ELSTER

Three Perspectives on the Deviation: Becker, Bourdieu and Elster

Ma. del Pilar López Fernández


Ma. Del Pilar López Fernández
Licenciada en Relaciones Internacionales así
como en Ciencia Política por el Instituto
Tecnológico Autónomo de México, ostenta el
grado de Maestra en Sociología por la
Resumen
Universidad Iberoamericana, institución en la

C
que actualmente cursa el Doctorado en otidianamente escuchamos tanto en los medios
Ciencias Sociales. A lo largo de su trayectoria
académica, se han publicado algunos de sus de comunicación como en las reuniones
trabajos, entre los que se encuentra su tesis sociales y familiares, adjetivos tales como
para obtener el grado de maestría titulada anormal, desviado, raro, amenaza, aplicados a los
“Contexto Social, Jóvenes y Violencia: Estudio
exploratorio sobre el caso de las Maras en El individuos. La intención de estas palabras es darnos
Salvador” y el artículo “El Concepto de información sobre las características personales de
Anomia de Durkheim y las Aportaciones algunos con connotación negativa. Ante esta situación,
Teóricas Posteriores”. Respecto de su
trayectoria profesional, ha colaborado en vale la pena preguntarnos qué es eso que se identifica
diversas instituciones entre las que destaca el como desviación o cuáles son las causas por las que
Centro de Investigación y Docencia algunos individuos adoptan comportamientos que
Económicas-CIDE y ha participado también en
proyectos vinculados con el desarrollo en contrastan y, finalmente, si realmente aquellos a los que
distintos ámbitos tales como la mejora de los se tacha de desviados lo son o simplemente dicha
sistemas judiciales y de seguridad, la clasificación se deriva de una etiqueta construida
innovación de programas gubernamentales, la
educación, entre otros, a través de organismos socialmente.
internacionales. Formó parte de los Consejos A lo largo de este trabajo se analizarán y pondrán a
Editoriales de la revista Urbi et Orbi publicada dialogar tres autores que han analizado la desviación
por el ITAM y del Periódico Reforma,
periódico mexicano de circulación nacional. desde diferentes perspectivas. En primer lugar, se
En cuanto a su actividad docente, se ha presentarán las perspectivas del interaccionismo
desempeñado como catedrática de Ciencia simbólico de Howard Becker y de la violencia
Política y Sociología.
E- mail: pililopez_2001@yahoo.com simbólica de Pierre Bourdieu. Luego estas perspectivas
se contrastarán con los argumentos de Jon Elster, quien
trata de explicar la desviación recurriendo al análisis
desde el nivel individual a partir de los postulados de la
elección racional.

Palabras claves: Bourdieu, Becker, Elster, desviación,


elección racional, interaccionismo simbólico, violencia
simbólica.

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Iberofórum. Revista de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana.
Año XI, No. 21. Enero-Junio de 2016. Dossier.
pp. 196-207. ISSN: 2007-0675.
Universidad Iberoamericana A.C., Ciudad de México. www.uia/iberoforum
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Abstract:
On a daily basis, both in the media and social and familiar gatherings, we can hear
negative adjectives like “abnormal, deviant and strange” that try to describe the
conduct of singular subjects considered different or a threat to society. Facing this
situation, it is important to ask what that is identified as a radically different conduct or
a deviation from those assumed as “normal” by society.
Throughout this work three authors who analyzed the deviation from different
perspectives, will be compared. First, Howard Becker (symbolic interactionism) and
Pierre Bourdieu (symbolic violence). Second, their arguments will be compared with
those of Jon Elster, who tries to explain the deviation using the analysis from the
individual and the postulates of rational choice.

Key words: Bourdieu, Becker, Elster, Deviant, Rational Choice, Symbolic


Interactionism, Symbolic Violence, power.

Introducción
Cotidianamente escuchamos, tanto en los medios de comunicación como en las
reuniones sociales y familiares, adjetivos peyorativos tales como anormal, desviado,
raro, amenaza, aplicados a los ciertos sujetos. La intención de estas palabras es darnos
información sobre las características y comportamientos individuales desde una
connotación negativa, por lo menos en la visión de la mayoría de la sociedad que suele
ver una amenaza en lo “desvíos” a la conducta normal. Muchas veces no tenemos muy
claro el origen de dichos calificativos, ni si su aplicación es precisa en cuanto a la
descripción de un comportamiento ilícito de parte de algún sujeto. Frecuentemente,
estas calificaciones se derivan de cuestiones superficiales tales como la manera de
vestir, el uso de tatuajes, la manifestación de un determinado comportamiento, o
simplemente, la exhibición de preferencias distintas a las del resto. Ante esta situación,
vale la pena preguntarnos qué es eso que se identifica como desviación, cuáles sobre las
causas por las que algunos individuos adoptan comportamientos que contrastan con los
que la mayoría de los miembros del grupo social y, finalmente, si realmente aquellos a
los que se tacha de desviados lo son o, simplemente, dicha clasificación se deriva de una
etiqueta que les fue otorgada por otros con ciertos intereses.

Este tema, el uso de la categoría “desviación” y sus implicancias individuales y


sociales, se convirtió en un objeto de estudio de gran relevancia para las Ciencias
Sociales. De ahí que haya sido considerado y explicado a partir de muy diversas
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perspectivas. Por un lado, se encuentran aquellos autores que argumentan que los actos
no pueden ser considerados como desviados, si no existen previamente un conjunto de
normas o reglas que nos permiten clasificarlos como tales. Asimismo, estos postulados
sostienen que dichas reglas no son neutrales, sino que se elaboran para garantizar y
proteger los intereses de ciertos grupos sociales que tienen la capacidad para crearlas.
De acuerdo con esta perspectiva, por lo tanto, un grupo o conducta puede ser
considerada desviada en cierto momento y lugar y no serlo en otro. Por otro lado, se
encuentran aquellas que se han enfocado en analizar las características de los realizan
actos clasificadas como desviados y tratan de explicarlos desde el punto de vista
psicológico; mientras otros autores, como Durkheim (1998) y Merton (1972) sostienen
que estas actitudes son el reflejo de un mal funcionamiento de la sociedad que hace que
sus individuos desarrollen conductas alternativas, debido a dos situaciones: una, se trata
de individuos que no fueron adecuadamente socializados (Emile Durkheim en Lukes,
1984: 210) o dos, se trata de la falta de correspondencia entre fines y medios
establecidos socialmente. Dentro de este último contexto, los fines no pueden ser
alcanzados por una buena parte de los individuos de la sociedad por los medios
socialmente establecidos como adecuados, lo que genera frustración y búsqueda de
medios alternativos (e incluso algunas veces de otros fines) no necesariamente legítimos
(Girola, 2005:65-72).

A lo largo de este trabajo se analizarán y pondrán a dialogar tres autores que han
tratado de explicar la desviación desde diferentes perspectivas. En primer lugar, se
presentarán las perspectivas de Howard Becker (interaccionismo simbólico) y Pierre
Bourdieu (violencia simbólica), quienes sostienen que los actos son clasificados a partir
de un conjunto de normas o reglas que fueron creadas por los grupos sociales. Para
ambos autores, dichas reglas no son neutrales, sino que se elaboran para garantizar y
proteger los intereses de ciertos grupos sociales que tienen la capacidad y el poder para
crearlas. En segundo lugar, dichos argumentos se contrastarán con los de Jon Elster,
quien trata de explicar la desviación recurriendo al análisis a partir de los argumentos de
la elección racional del individuo.

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¿Qué es Desviación?

Como ya hemos señalado, la desviación puede ser concebida como una categoría
artificial y contingente que se aplica con cierto objetivo a un individuo o grupo de ellos,
y que se deriva de la creación previa de un conjunto de reglas que nos ayuda a
identificar la diferencia de lo que se considera normal.

Dentro de este grupo de teóricos se encuentra, en primer lugar, Howard Becker


(2012) quien, a partir del estudio de grupos como los consumidores de marihuana y los
miembros de una banda de música en Chicago, sostiene que un acto por sí solo no es
inherentemente desviado, sino que dicha clasificación se debe a las reglas que
previamente han sido establecidas por un grupo social, en un determinado momento y
lugar y que tienen como consecuencia que aquél que las infringe sea “etiquetado” como
desviado, situación que lo llevará a enfrentar una serie de castigos y cargas sociales por
haberse comportado de esa manera (Becker, 2012: 23). En este contexto, Becker
considera que la desviación y la clasificación de un individuo dentro de esta categoría
puede equipararse con una carrera (o modelo secuencial). En un primer momento,
ocurrirá un acto de inconformismo frente a un conjunto de reglas, ya sea de manera
intencional o no (dentro de este grupo es necesario considerar la violación de una regla
por desconocimiento). En un segundo momento, algunos de los que infringieron la regla
inicialmente, podrán decidir de manera deliberada continuar con dicho comportamiento,
por lo que la desviación se convertirá en su modo de vida. Es posible que dicha reacción
ocurra debido a que como resultado de la primera infracción el individuo haya sido
etiquetado de manera tan dura que no le sea posible volver a su vida cotidiana, lo que lo
empujará a una profundización de la desviación y a una tercera etapa, identificada por el
autor como la vinculación con un grupo etiquetado como desviado en su conjunto.
Como consecuencia de este proceso, se crea una subcultura, nos indica, que busca hacer
frente a la sociedad mayoritaria que excluye al grupo desviado y crea un conjunto de
justificaciones y racionalizaciones sobre su manera de actuar. El autor sostiene que este
conjunto de justificaciones y racionalizaciones les ayuda a hacer frente a los
sentimientos de culpa que surgen por no comportarse de acuerdo con lo que establecen
las reglas mayoritarias que les fueron inculcadas como parte del proceso de

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socialización a que todo individuo está sujeto cuando se integra a un grupo social (2012:
56-57).

Becker hace énfasis en que para que aquél que se desvió de la regla sea
castigado, dicha violación debe generar una reacción en el resto de los individuos. Es
decir, en el proceso de etiquetaje, o de identificación de un individuo como desviado,
debe existir no sólo la comisión de un acto que infringe una regla, sino que el resto de
los individuos que forman parte del grupo hagan pública dicha infracción y decidan
castigarlo (Becker, 2012: 28). Dicha respuesta, de acuerdo con el autor, variará en el
tiempo,1 y también dependerá de quién se siente perjudicado por ello y de quién
cometió la infracción.

Como hemos visto, la adopción de una conducta diferente a la de la mayoría no


es lo que caracteriza a un grupo social, ya que hacerlo implica debilitar los lazos
sociales que los individuos suelen evaluar de manera positiva para garantizar su
bienestar dentro de la sociedad. La desviación, por el contrario, lleva a que aquél que la
cometió tenga que enfrentar la culpa por haber actuado en contra de principios sociales
y la exclusión, en caso de que dicha violación se haga pública.

Para Becker, otro elemento central en el momento de analizar la desviación,


tiene que ver con quién elaboró las reglas que llevan a que una conducta sea identificada
como desviada y quién las puso en práctica. Las reglas son creadas por individuos o
grupos sociales que cuentan con el poder político y/o económico, legal y extralegal,
para imponerlas de manera legítima sobre el resto de los que forman parte de la
sociedad, y hacerlo les permite garantizar la protección de sus intereses y con ello de su
bienestar (Becker, 2012: 34). De acuerdo con el autor, es importante tomar en cuenta
que aun cuando la norma consagrará los intereses de aquellos que la elaboraron no por
ello buscará perjudicar al resto, frecuentemente, los que participan en dicho proceso
consideran que ésta será benéfica para la sociedad en su conjunto, ya que ayudará a
fomentar un comportamiento adecuado o combatirá alguno que consideran como
amenaza.

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Quizá en algún momento la reacción de los otros será indulgente frente al infractor mientras que, en
otros, podrá haber una respuesta fuerte y directa contra ella (Becker, 2012).
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Una vez que la regla se elaboró, es necesario que un segundo grupo de


individuos identificado por Becker como los aplicadores la ponga en práctica. Ante una
desviación evidente, ellos harán que la norma se aplique mientras se etiqueta a los
violadores como “desviados”. Pero, ¿cuál es el interés? El interés de estos grupos
encargados es señalar conductas fuera de la regla, se centra no tanto en preservar el
espíritu de la norma o garantizar el bien de la sociedad en su conjunto, sino más bien en
mantener el interés particular propio, lo que está directamente relacionado con que la
norma se ponga en práctica. Los aplicadores juegan un papel central en el proceso de
etiquetaje, ya que al implementar la norma se identifica a aquellos que la violan como
desviados, lo que es probable que desencadene el rechazo social debido a su
comportamiento.

Otro de los autores que estudia la desviación sosteniendo que ésta es artificial y
contingente y que su definición como tal depende del grupo social que la determina, es
Pierre Bourdieu. Para él, la realidad social está formada por un conjunto de relaciones
invisibles que determinan las posiciones que los individuos ocupan en la sociedad, así
como también la manera en la que éstos perciben el mundo social en el que se
desenvuelven. En su concepción, la percepción del mundo social es producto de una
doble estructuración. En primer lugar, una objetiva que está socialmente estructurada
porque las propiedades atribuidas a los agentes e instituciones se presentan en
combinaciones con probabilidades inequitativas. En segundo lugar, una subjetiva, que
se refiere a un esquema de percepción y apreciación que expresan el estado de la
relación del poder simbólico estructurado socialmente. El lenguaje, por su parte, ayuda
a la producción de un mundo común, un mundo de sentido común y de consenso que se
percibe como natural (Bourdieu, 1989: 19).
En ese contexto, los individuos pueden contar o no con un conjunto de capitales
y un determinado habitus 2 que garantizará que cada uno se comporte de acuerdo con la

2
El habitus es definido por Pierre Bourdieu como el conjunto de disposiciones duraderas y transferibles,
estructuras estructuradas predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes, es decir, como
principios generadores y organizadores de prácticas y de representaciones que pueden ser objetivamente
adaptadas a su meta sin suponer el propósito consciente de ciertos fines ni el dominio expreso de las
operaciones necesarias para alcanzarlos, objetivamente reguladas y regulares sin ser para nada el
producto de la obediencia a determinadas reglas, y por todo ello, colectivamente orquestadas sin ser el
producto de la acción organizadora de un director de orquesta. El habitus expresa la posición social en la
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posición que ocupa, y que los distinguirá de aquellos que ocupan una diferente,
resultado de la cual cada grupo tendrá un conjunto de capitales y habitus distintos.
Adicionalmente y como consecuencia de lo anterior, cada uno percibirá el orden social
en el que se encuentra inscripto, así como la identidad y posición que les es atribuida
como algo “natural” (Castón Boyer, 1996: 79-80).

De este modo, la estructura social estará marcada por la asimetría, el conflicto


(una cuestión que diferencia la concepción de Bourdieu de la de Becker)3 y la constante
lucha entre colectividades que buscan, para garantizar su posición, imponer como
legítima una cierta definición del mundo social, donde unos ocuparán posiciones
jerárquicas superiores y se consolidarán como dominantes y otros se encontrarán
perpetuamente dominados. Los primeros, para lograr hacerlo, deberán contar con un
determinado volumen de poder simbólico, entendido éste como “el poder de
construcción del mundo”, gracias al cual son capaces de construir realidades sociales,
identidades y entidades de manera legítima a partir de sus intereses particulares, los
cuales gracias a la legitimidad con la que cuentan serán percibidos como universales,
por lo que su protección y garantía será considerada como central para el resto de los
actores sociales, ya que ello garantizará el bienestar de la sociedad en su conjunto
(Bourdieu, 2012:72). Pero, ¿quién otorga esa legitimidad?

Es importante tomar en cuenta que para lograr que la definición y clasificación


del mundo sea aceptada por los miembros de la sociedad, es necesaria que la
legitimidad emane de una autoridad a la que le sea reconocido el poder. Bourdieu otorga
este papel al Estado para lo cual retoma la conceptualización de Max Weber, quien lo
considera como el actor que tiene el monopolio del ejercicio de la violencia. Bourdieu

que fue elaborado y se deriva de ella, implica y coloca a cada uno de los individuos en la posición que les
“toca” y como consecuencia de él, éstos se clasifican a sí mismos y se exponen a sí mismos a ser
clasificados mediante la selección de los atributos que van de acuerdo con su posición. (Bourdieu, 2009:
86).
3
A diferencia de Pierre Bourdieu, para Becker la realidad social no necesariamente estará marcada por el
conflicto y la lucha social perpetua. De acuerdo con él, entre los miembros de los diferentes grupos
sociales a pesar de que algunos de ellos son los que imponen las reglas y otros las acatan, ocurre un
proceso de negociación y de “disculpa” puesto que hay momentos en los que a pesar de que hubo una
infracción, la norma puede no ser aplicada como concesión de los primeros frente a los segundos. Por otro
lado, es posible que a pesar de que hay reglas que se consideran como las dominantes, éstas coexistan con
conjuntos de reglas desarrolladas por grupos minoritarios. Becker enfatiza en este sentido que el conflicto
aquí sólo surgirá cuando existan entre ellas elementos que no coincidan. En Becker, op.cit., pp. 56-57.
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argumenta que dicho cuerpo hace uso no solamente de la violencia física sino también
de la simbólica, es decir, del poder de clasificación, evaluación, y creación de
estereotipos para el mantenimiento del orden social. El poder simbólico del Estado
descansa, así, sobre dos condiciones. En primer lugar, en que la autoridad sea
reconocida como tal, debido a que se deriva de los procesos de institucionalización que
se han establecido en la sociedad moderna y que otorgan al representante del Estado el
poder de constitución y de imposición, es decir, de clasificación y de nominación de los
diversos fenómenos que tienen lugar en el seno de este orden institucional. En segundo
lugar, la eficacia simbólica del ejercicio de dicho poder a manos del Estado depende del
grado en que la visión que se pretende imponer corresponda con la realidad. De alguna
forma, el poder simbólico es el poder de constitución y revelación de fenómenos que ya
existen, y permite hacer visibles y explícitas ciertas divisiones sociales y crear grupos y
manipular así la estructura objetiva de la sociedad (Hanks, 2005: 70). Estas acciones, de
acuerdo con Gabriele Lakomski (1984), son violentamente simbólicas debido, en primer
lugar, a que tratan de imponer significados culturales arbitrarios en un contexto de
relación de poder arbitraria. En segundo lugar, los significados que imponen son
seleccionados por un grupo o clase y dicha imposición lleva a la reproducción de la
estructura de distribución de capitales entre los diversos grupos y con ello de la
totalidad de la estructura social (1984: 154-55).
Dicha construcción simbólica supondrá la categorización de ciertos individuos o
grupos como desviados y, con ello, la creación de categorías de percepción, de
clasificación (nombres y palabras) y de apreciación del mundo social, así como la
influencia sobre las estructuras cognitivas y evaluativas sobre las que éste está
construido. Como resultado de todo ello, se impondrá la visión del mundo social de los
actores dominantes, se justificará cierto orden social, la exclusión de ciertos grupos
sociales, otros dejarán de ser relevantes, y será adecuado imponer ciertas medidas y
desarrollar determinadas políticas públicas que permitan responder a la situación
planteada (1984: 21).

A diferencia de los autores anteriores que analizan la desviación considerando


que un acto no es inherentemente desviado, sino que dicha clasificación depende de las
reglas que establece un grupo social determinado, Elster (2001) sostiene que la “regla”
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está formada por los patrones constantes de la conducta humana a partir de las normas,
valores, creencias y conceptos que lo caracterizan y que a su vez lo distinguen de
cualquier otro grupo social. Otro elemento que distingue a Elster de los dos autores
presentados anteriormente, es que no desarrolla argumentos sobre la manera en que se
crean las normas sociales ni su implementación, solamente sostiene que el objetivo de
éstas4 es fomentar el surgimiento de equilibrios de coordinación, es decir, crear
incentivos para que los individuos que forman parte del grupo social consideren como
parte de su interés personal cumplir con la norma correspondiente, ya que no hacerlo
puede provocar la crítica y la desaprobación de los otros (2001:89).

Tomando todo ello en consideración, es necesario preguntarse entonces como


explicaría Elster la desviación, ya que como hemos visto llevarla a cabo implica, al
igual que para los dos autores antes discutidos, una carga para aquél que la comete. Este
autor sostiene que aun cuando pueda parecer lo contrario, un acto desviado, por
ejemplo, el consumo de sustancias adictivas, la comisión de un delito, entre otros, puede
ser un acto racional. Por lo tanto, el agente que decide desarrollar una conducta desviada
puede estar no tan equivocado al hacerlo, ya que ello le supondrá cierto nivel de
satisfacción de sus deseos y creencias, a pesar de tener que cargar con el costo social de
hacerlo. Antes de actuar de una determinada manera, el individuo llevará a cabo un
análisis costo-beneficio en el que, dependiendo del resultado, decidirá si actuar de
acuerdo con las normas o seguir sus propios deseos y creencias. Dentro de este
contexto, el individuo buscará obtener recompensas que estarán orientadas por sus
emociones e impulsos, más que por presiones sociales.

Dentro esta perspectiva, Elster cambia el foco de atención, se centra en el


individuo transgresor y trata de explicar las causas por las que los individuos que
forman parte de un grupo social con cierta cultura y normas, desarrollan una conducta
desviada, a pesar de las consecuencias que ello puede entrañar. Los costos pueden ser

4
Para Elster, en las normas sociales se reflejan tanto los valores como las creencias y conceptos que
caracterizan al grupo social correspondiente. Para él, las creencias son un elemento central que puede
explicar las diferencias entre las sociedades. Elster sostiene que dos grupos podrían tener los mismos
valores, normas y equilibrios de coordinación y, sin embargo, mostrar diferentes patrones conductuales
los cuales pueden explicarse debido a diferentes creencias sobre cuáles deberían ser los medios más
eficientes para alcanzar determinados fines. Op. cit., p. 92.
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altos. Dentro del contexto social, dice Elster, y para lograr que se mantenga una
determinada conducta, las normas amenazan con la imposición de sanciones para aquél
que las viola. Sanciones que también son emocionales: tanto a nivel individual
(vergüenza) como social (desprecio al infractor) (2001: 88-89). De ahí que en la
evaluación racional, se consideren todos los elementos antes de la acción, incluidas las
sanciones emocionales. Dentro de esta perspectiva, un acto será considerado racional si
es la mejor manera de satisfacer los deseos del agente, dadas sus creencias; si las
creencias son racionales, es decir, están basadas en la información con la que cuenta el
agente; y finalmente, dicha cantidad de información es óptima, es decir, fue obtenida de
todas las fuentes posibles (Elster, 2001: 137-139). A diferencia de lo que ocurre con los
autores anteriores (Becker y Bourdieu), hay una evaluación de las normas que realiza el
individuo, es decir, una relativización de la estructura social a partir de sus emociones e
impulsos, la cual influirá en su análisis costo-beneficio y definirá la manera de actuar de
cada uno (Elster, 2001).

Conclusiones

Las concepciones en torno a la desviación son muchas y muy variadas. Como hemos
visto a lo largo de este trabajo, es posible tratar de explicarla, como Becker o Bourdieu,
poniendo atención en el papel que juega la sociedad al definir un acto de una u otra
manera, la cual enfatiza que la concepción de este como desviado dependerá del
contexto en el que la clasificación se lleve a cabo y del grupo que lo categorice como
tal. Un acto no es, por lo tanto, inherentemente desviado, dicha definición es social y
contingente. En este sentido, al analizar la desviación es necesario tomar en cuenta
quién elabora las reglas a partir de las cuales se llevan a cabo las clasificaciones y el
impacto que éstas tienen para los individuos que tienen que llevar a cuestas una
determinada etiqueta.

Por otro lado, a lo largo del documento se presentaron también los argumentos
de Jon Elster, quien a partir del uso de la elección racional explica la desviación no
desde el punto de vista social sino de elección individual frente a la norma generalmente
aceptada. Elster trata de explicar las razones por las que un individuo decide actuar en
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contra de las normas sociales a pesar de los costos que ello implica y concluye que, a
pesar de que desde la perspectiva del resto de nosotros esto puede parecer un sinsentido,
hacerlo puede ser racional si el beneficio personal de la transgresión supera al costo de
tomar el camino de la conducta asumida como “desviada”.

Bibliografía
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Review of Anthropology, vol. 34, Palo Alto, Annual Reviews.

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Editores, Primera Edición, p. 210.

Artículo recibido el 27 de Enero 2015


Artículo aceptado el 16 de Julio 2015

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DESVIACIÓN SOCIAL

Por "Francisco Fernández Morcillo".


para www.coet.es

CONCEPTO DE DESVIACIÓN

Por medio del proceso de socialización la persona va asimilando continuamente normas


de conducta socialmente aceptadas, sin embargo no todas las personas las cumple;
aquellas que no acatan las normas sociales se les llama asociales o desviado social
Maslow estableció 5 niveles de necesidades que satisfacer:

-necesidades biológicas
-necesidades de seguridad
-necesidades sociales
-necesidades de reconocimiento
-y, necesidades de autorrealización

Para conseguirlas el individuo tiene que adaptarse a las normas sociales, que será la
conducta normal (conformidad), o por el contrario transgredirlas con el consiguiente
rechazo social.

Robert MERTON distinguió entre los objetivos que la sociedad establece y que sus
miembros pretenden conseguir y los medios establecidos para alcanzarlos.

La elección del camino a seguir vendrá condicionado por el grado de socialización, es


decir por el grado de adaptación social.
Merton estableció cinco tipos de desviaciones sociales:
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TIPOS DE COMPORTAMIENTOS DESVIADOS.

EL CONFORMISTA.-
Utiliza los cauces establecidos por la sociedad para alcanzar las metas, y no persigue
aquellas para las cuales no está capacitado (en realidad no es un desviado social)

EL INNOVADOR.-
Acepta las metas (poder, riqueza), pero no los medios. Aquí se encuadra la
delincuencia, personas de clases bajas que no tienen fortuna ni profesión que les permita
conseguir el ascenso por los medios adecuados

EL RITUALISTA
Rechaza las metas pero acepta los medios. Es el empleado medio que mantiene una
actitud conformista, y se considera bien como está y no tiene ambiciones.

EL RETRAIDO
Rechaza tanto los medios como las metas (vagabundo, drogadicto)

EL REBELDE
Rechaza los medios y las metas pero para sustituirlas. Hay dos formas de rebelión, la
revolución armada (perseguida criminalmente), y la revolución pacífica (que se
identifica con el cambio social, y se hace por medios democráticos)

FACTORES DE LAS DESVIACIONES

-LA FAMILIA
La socialización es un proceso por el cual los individuos aprenden los modos de actuar
y de pensar de su entorno; los interiorizan integrándolos en su personalidad y llegan a
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ser miembros de grupos donde adquieren un estatus específico. La vida pacífica en


sociedad sería imposible en ausencia de ciertas normas básicas de convivencia y el
proceso de socialización intenta inculcar en los nuevos miembros de la sociedad el
respeto de dichas normas.

La familia es considerada el principal agente de socialización puesto que, por regla


general, el individuo convive con sus padres durante los primeros años de su vida y, en
consecuencia, recibe de ellos su educación elemental. Dada la importancia de esta
primera formación, podemos decir que la influencia familiar suele hacerse sentir, con
mayor o menor intensidad, durante toda la vida del ser humano. Por este motivo se ha
afirmado que la familia es la institución esencial a través de la cual se asegura la
reproducción de las relaciones sociales .

A lo largo de la historia pensadores como Platón, Santo Tomás de Aquino, Marx, entre
otros, han insistido en la necesidad de controlar a la familia para asegurar la
supervivencia de sus respectivos modelos de sociedad. Cuando se producen
comportamientos antisociales, la familia es acusada con frecuencia de haber faltado a su
deber de socialización, por ello ha sido considerada como la principal causa de la
delincuencia.
-periodo de formación (el fracaso escolar)
-relaciones personales (amigos).-los jóvenes que huyen del hogar familiar buscan lazos
afectivos en la calle (bandas juveniles).
-impacto de los medios (radio, televisión, internet)

TEORIAS DE LAS DESVIACIONES

Las investigaciones científicas sobre el mundo del delito son escasas y se circunscribe a
una época o espacio determinado, piénsese que observar lo desviado es muy difícil y lo
que se hace es incompleto. De ahí que los primeros estudios se hicieran por médicos y
literatos (picaresca del siglo XVII), destacándose la Escuela Positiva con Lombroso (el
criminal nato), Ferri (sociología criminal), Garófalo (el primero en usar el término de
criminología.
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El origen de la conducta es variable, de ahí que su estudio explicativo se realice desde


distintos puntos de vista.

TEORÍAS BIOLÓGICAS
Se busca como causa algún aspecto fisiológico que provoca la conducta desviada.
Tuvieron auge a finales del siglo XIX y principios del XX, cayendo en el olvido,
aunque en la actualidad se vuelve a ellas, basado en la ingeniería genética.

LA TIPOLOGÍA DE KRETSCHMER.

-se basó en tipos corporales: pícnico (individuo grueso de carácter afable);


leptosomático (delgado, carácter reservado); atlético (musculoso, carácter
impulsivo). Después relacionó éstos tipos corporales con las formas
delictivas, y así, el pícnico (colaborador delictivo); leptosomático
(estafador); atlético (delitos contra las personas).

LA TIPOLOGÍA DE SHELDON.-

Su estudio se basó en fotografiar, medir y pesar un número de personas


masculinas, estableciendo 3 tipos corporales: endomorfo (pícnico del autor
anterior); ectomorfo (leptosomático), y mesomorfo (atlético); en general
estableció identidades con la teoría anterior.

TEORÍAS PSICOLÓGICAS
Psicopatología.-las disfunciones psíquicas explican ciertos comportamientos asociales y
delictivos.
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Psicodinámicas.-basada en el psicoanálisis de Sigmund FREUD, relaciona las conductas


criminales con problemas no resueltos en la infancia (complejo de Edipo)
Psicológicas.- factores de personalidad o de aprendizaje.

1.1.1. TEORÍAS SOCIOLÓGICAS


Sus causas hay que buscarlas en el contexto social del individuo. Para éstas teorías, a la
biografía personal del autor hay que sumar lo que les afecta en la estructura social.

Teoría del control social.-Si la persona en su libre albedrío puede violar las normas y la
propia sociedad le ofrece oportunidades para ello, por qué la mayoría se frena.

Para la criminología la respuesta es el miedo al castigo, como elemento básico del


CONTROL SOCIAL, aparte de otra serie de razones como la reacción social negativa
en forma de desaprobación, dependiendo de: -mayor o menor entidad de la trasgresión -
poder del trasgresor -distanciamiento social entre el trasgresor y los agentes de control
social formal (policía, justicia) -nivel de tolerancia de la sociedad (alarma social).

HIRSCHI, dice, toda persona es un infractor potencial y solo el castigo o reproche


social (familia, trabajo, amigos), puede pararle. Luego una causa de criminalidad sería
ausencia o debilitamiento de estos vínculos que le une a la sociedad.
Cuando la persona carece del necesario arraigo social, carece del indispensable control
disuasorio se encuentra libre el camino del delito.

TEORÍA DE LA ANOMIA (Durkheim)


Anomia es la ausencia de norma o ley. En sociología es un conflicto de normas, de
manera que la persona no sabe a qué atenerse. La sociedad propone a la persona
objetivos para su realización personal (dinero, poder), sin embargo la sociedad no le
proporciona los medios ni la igualdad de oportunidades para alcanzar esa meta social,
por lo que el individuo se verá abocado al delito.
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TEORÍA DE LA ASOCIACIÓN DIFERENCIAL (Sutherland-


1970)
La familia es la encargada de transmitir al individuo una serie de valores favorables de
respeto a la ley. En cambio las subculturas delictivas, y en particular un grupo de
amigos delincuentes le transmiten valores favorables a la violación de la ley.

La disociación familiar reduce la vigilancia y facilita que entren en contacto con grupos
de jóvenes delincuentes. Se entiende por familia disociada aquella en la que falta al
menos uno de los padres biológico o adoptivo. Engloba a la familia monoparental,
familia reconstruida con padrastro o madrastra, y cuando ambos padres están ausentes
(niños institucionalizados y acogidos en otras familias o que viven independientemente)

TEORÍA DEL DELINCUENTE DE GUANTE BLANCO


(Sutherland)
Es un delito cometido por una persona respetable y de alto estatus social en el curso de
su ocupación (delincuencia organizada, delincuencia corporativa, tráfico de influencias,
prevaricación, cohecho, malversación de caudales públicos, delito económico).

Es un delito como cualquier otro, y que en la mayoría de las veces entra dentro de la
cifra negra de la criminalidad . Es inconsciente tanto para la policía (salvo
especialistas), como para la víctima. Sería necesaria la definición (tipicidad), de cada
una de las figuras delictivas, y no ambigüedades, para alcanzar un grado aceptable de
seguridad jurídica, y con ello el principio de legalidad.

TEORÍA DEL ETIQUETAMIENTO (Becker)

Ningún acto es desviante de por sí, sino que es desviante cuando hay reacción negativa
de la sociedad y aquel, que consideran que ha trasgredido lo estigmatizan.
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TEORÍAS PLURIFACTORIALES
La criminología es una ciencia compleja que se apoya en la sociología, psicología,
medicina, matemática, ciencia jurídica, etc...La ciencia del fenómeno criminal se
desarrolla en varios planos: el del crimen, que aísla el estudio del acto criminoso en la
vida del hombre, considerándolo como un episodio con comienzo, desarrollo y fin; el
criminal, estudio individual de las características del autor de su acto criminal y de
factores que han influido en la formación y evolución de su personalidad; criminalidad,
conjunto de actos criminales que se producen en un tiempo y lugar determinado, y la
víctima o perjudicado.

La causa de la criminalidad no depende de un solo factor sino de varios (rasgos


personales, familia, escuela, personalidad, ámbito territorial dónde se desenvuelve). La
personalidad criminal es un producto biológico social.

TIPO, CLASES Y FORMAS

INADAPTADO
Es el individuo que fracasa ante los estímulos que el medio social le ofrece. Es aquel
sujeto que no solo se encuentra al margen de la normalidad social, sino que además
manifiesta un comportamiento discrepante respecto de las pautas de comportamiento
consideradas normales en determinado contexto o entorno social.

MARGINADO
Las personas marginadas no tienen sentimiento de pertenecer al grupo en el que se
hallan y su grado de marginación vendrá dado por la desviación que exista respecto al
grupo de referencia.
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Esta marginación puede ser (toxicómanos, alcohólicos), cultural (clases sociales bajas,
inmigrantes), automarginación (vagabundos). marginación laboral (parados).

DELINCUENTE
Aquella persona que desobedece el ordenamiento legal de la sociedad en la que vive,
causando perjuicio al resto de los ciudadanos y a la sociedad.

CLASES DE DELINCUENTES.

A) habituales.- que pueden ser profesionales y asociales.


a) Profesionales:
-frecuencia en la comisión de delitos
-adaptación social
-organización más o menos estable
-planificación en los delitos
-internacionalización
-grupal con reparto de tareas
-el objetivo es la búsqueda de la riqueza inmediata
b) asociales
-inadaptación social
-carencias culturales
-actúan individualmente o en grupo, en éste último caso durante la realización del
mismo
-carencia de medios y conocimientos
-no planifican
-sus acciones delictivas le reportan pocos beneficios, por lo que tienen que actuar con
frecuencia
B) Ocasional.-actúa en periodos determinados.
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OTRAS FORMAS DE DELINCUENCIA

DELINCUENCIA JUVENIL.- infractores menores de 18 años, no estando sometidos a


los tribunales normales de justicia, y tienen una jurisdicción especial (normativa penal
de menores)
Una mala socialización determina el fenómeno social de los delincuentes juveniles.
Banda juvenil.-es un grupo primario con organización que ejerce control entre sus
miembros y existe un jefe, a quién los demás reconocen su autoridad.
Están formados por adolescentes que han fracasado en sus relaciones familiares,
escolares y ambientales. Las normas sociales que la banda da a Sus miembros van a
determinar sus futuras actuaciones. La banda le va a proporcionar afectos que la familia,
la escuela y el adecuado ambiente social no le han dado.

VIOLENCIA URBANA.-se produce en los grandes núcleos urbanos de población y


alcanza a todas las clases sociales cuyo principal protagonista es el joven, con valores
que se oponen a los del adulto
Los encontramos en:
-violencia deportiva
-violencia en acontecimientos musicales
-racismo
-universidad
-tribus urbanas

LA MUJER CRIMINAL.- El delito es cosa de hombres, la mujer coopera en acciones


complementarias. No hay investigaciones al respecto, salvo la relativa al mundo de la
prostitución sabiéndose únicamente que en su mayoría proceden de la subcultura baja;
en cuanto al delito, su participación se incluye sobre un 6%, en calidad de complicidad
o encubridora, y pocas veces como autora.
El arma preferida ha sido sin duda el veneno, al menos en tiempos pasados, pero
tampoco han dudado en utilizar objetos cortantes o punzantes o la pistola para terminar
con la vida de personas tanto del sexo masculino como del femenino. Los móviles han
sido muy variados, desde los celos, la avaricia, el poder, el deseo de heredar, o la
venganza para destruir a su pareja o a su oponente.

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