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Proteccion Seguros
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I. LOS HECHOS
Con fecha 21 de enero del corriente, esta parte interpuso acción de protección
en contra de SAVE BCJ COMPAÑÍA DE SEGUROS DE VIDA S.A, en adelante
“ASEGURADORA”, por una serie de actos desplegados por la recurrida en contra de
mi representada actos por cierto arbitrarios e ilegales;
En efecto S.S. ILTMA., los actos arbitrarios e ilegales, dicen relación con
incumplimiento de un contrato de seguro de vida, vulnerando de esta forma las garantías
fundamentales que nuestra Constitución Política le asegura a mi representada,
contenidas en los numerales 1º 9° y 24° del artículo 19 del mandato Constitucional;
Pues bien, de la resolución transcrita, fluye que el fundamento en virtud del cual
se alza la inadmisibilidad, se debe a que los hechos descritos y las peticiones
formuladas exceden a las materias que deben ser conocidas en el recurso de
protección. En este escenario, la resolución impugnada es evidentemente ilegal pues,
por la vía de controlar la admisibilidad, se emite un pronunciamiento de fondo, fallando
el recurso in limine, excediendo el marco de facultades y competencias entregadas a
las cortes de apelaciones, conforme lo dispone el Auto Acordado respectivo; con lo
anterior, la resolución recurrida no hace otra cosa que lesionar, de la forma más grave,
la Tutela Judicial Efectiva que asegura nuestro ordenamiento jurídico.
En consecuencia del numeral anterior, qué duda cabe, S.S. ILTMA. se ha
excedido en el examen de admisibilidad que normativamente debe realizar, dejando a
mi representado en la más absoluta indefensión.
En efecto, el exceso con el que actuaron los señores Ministros, se produce toda
vez que, conforme lo dispuesto en el inciso 2° del numeral 2° del Auto Acordado sobre
Tramitación y Fallo del Recurso de Protección de las Garantías Constitucionales dictado
por la Excelentísima Corte Suprema, las Ilustrísimas Cortes de Apelaciones deberán
atender al momento de realizar el examen de admisibilidad de la acción de protección,
que aquella haya sido interpuesta dentro de plazo y que mencione hechos que puedan
constituir la vulneración de garantías de las indicadas en el artículo 20 de la Constitución
Política. Pues bien, ocurre que en la especie, esta parte cumplió con los requisitos
copulativos que exige la norma en comento, es decir, se mencionaron hechos que
podrían constituir la vulneración indicada en el artículo 20 de la Carta Magna y se
interpuso la acción constitucional dentro del plazo dispuesto en el numeral 1° del ya
mencionado Auto Acordado.
En este orden argumentativo, no hay antecedente alguno que permita declarar
la inadmisibilidad de la presente acción constitucional, no al menos sin destruir toda
lógica jurídica y de justicia, por cuanto y como se dijo, esta parte cumplió con lo
dispuesto por la Excelentísima Corte Suprema de Justicia.
1
Lo destacado es de esta parte.
En correlato, lo cierto aquí es que los señores Ministros que declararon
improcedentemente inadmisible la acción de autos, se han excedido en lo resuelto, toda
vez que realizan un examen que corresponde a un estadio procesal mucho más
avanzado que la prematura admisibilidad en la que nos encontramos, por cuanto hacen
un análisis del fondo del recurso, siendo que debiesen estarse a una revisión
formal del libelo, tal como exige el Auto Acordado. Lo anterior, fluye en mérito de la
resolución recurrida, toda vez que fundamentan su razonamiento en las peticiones
formuladas en el libelo pretensor de la acción de protección, empero, nada dicen
respecto a si esta parte cumplió con los requisitos formales que deben analizar para
efectos de determinar la admisibilidad.
Por otro lado, es menester tener presente que ante esta misma Corte de
Apelaciones, se han deducido una gran cantidad de acciones constitucionales de
protección en contra de diversas personas naturales y jurídicas, las que han sido
declaradas admisibles y ello con justa razón S.S. ILTMA., pues el examen de
admisibilidad en cuestión, sólo debe limitarse a lo dispuesto en normas jurídicas,
emanadas de los tribunales superiores de justicia, relativas al modo en que los tribunales
deben proceder en el conocimiento de determinadas acciones; en el caso concreto y en
virtud a lo dispuesto por el Auto Acordado sobre Tramitación y Fallo del Recurso de
Protección de las Garantías Constitucionales, no es otra cosa que la mención de hechos
que podrían constituir la vulneración indicada en el artículo 20 de la Carta Magna y la
interposición del recurso dentro del plazo fijado.
Tanto o más importante que ello, es el derecho a que dicho tribunal se pronuncie
respecto de dicha solicitud, y que dicho pronunciamiento se haga después de tramitado
un procedimiento, que haya permitido a los interesados (al solicitante y su adversario),
hacer sus alegaciones, discurrir y profundizar en las mismas y rendir las pruebas que
correspondieren.
Así pues, desde una perspectiva constitucional, resulta evidente que los
veredictos judiciales no pueden ser concebidos como actos de creación espontánea,
sino que como el fruto y la culminación de todo un devenir de actuaciones previas, que
hayan permitido a las partes efectuar sus alegaciones y probarlas, y al juzgador,
imbuirse adecuadamente de lo que cada una de estas pretende, y de la justicia y justeza
de dichas pretensiones.
2
En diversas sentencias, el Tribunal Constitucional ha discurrido acerca del derecho a acceder a la justicia
(v.gr., el derecho a acudir al juez, esgrimiendo una pretensión), y su importancia. Es así como en el
considerando 33° de la sentencia rol 946, de fecha 1° de julio de 2008, la magistratura constitucional
consignó que el “... derecho a la tutela judicial efectiva, es uno de los derechos asegurados por el N° 3 del
artículo 19 de la Constitución, pues, aunque no esté designado expresamente en su texto escrito, carecería
de sentido que la Carta Fundamental se hubiese esmerado en asegurar la igual protección de la ley en el
ejercicio de los derechos, el derecho a la defensa jurídica, el derecho a ser juzgado por el juez natural, el
derecho a un justo y racional procedimiento, si no partiera de la base de la existencia de un derecho anterior
a todos los demás y que es presupuesto básico de su vigencia, esto es, el derecho de toda persona a ser
juzgado, a ocurrir al juez, sin estorbos, gabelas o condiciones que lo dificulten, retarden o impidan arbitraria
o ilegítimamente”. Agregó el Tribunal que “negar, condicionar o poner en duda la existencia de este derecho
como uno de aquellos que emanan de la naturaleza humana, significaría desconocer la vigencia misma de
todos los demás derechos de las personas y sostener la más completa inutilidad de las leyes y de las
magistraturas encargadas de velar por su acatamiento y aplicación, invitando, de paso, el regreso a la
autotutela”. Un interesante comentario acerca de esta sentencia puede encontrarse en Carrasco Quiroga,
Edesio (2009) en su obra “Acceso a la justicia, igualdad ante la ley y el término del ‘solve et repete’: un
valioso cambio en la jurisprudencia del tribunal constitucional”, en Arturo Fermandois Vöhringer (Ed.)
Sentencias Destacadas 2008 (Libertad y Desarrollo).
Dicho de otra manera, se garantiza tanto el derecho a la acción propiamente tal
–a deducirla–, como también el derecho “al proceso” como medio pacífico de solución
de controversias, y a que este sea “debido”, es decir, racional y justo.
3
Soto Kloss, Eduardo. “Derecho Administrativo. Temas Fundamentales”. Editorial LegalPublishing,
Santiago de Chile, 2009, p. 519.
2) Arbitrariedad o ilegalidad del acto u omisión ofensivos;
3) Falta de necesidad de preparación mediante otro medio judicial más idóneo,
o previo.
De estas condiciones, las dos primeras son comunes a toda acción de amparo
en el derecho comparado. La tercera, la falta de necesidad de preparación mediante
otro medio judicial más idóneo, no es una condición en el sentido de requisito para su
procedencia, sino, por el contrario, condición en el sentido de una situación de hecho
donde no es posible exigir un requisito que la Constitución o la ley no contemplan.
Es decir, la acción de protección se puede interponer sin perjuicio de la existencia
de otro remedio legal, como la existencia de acciones ordinarias o procedimientos
comunes, sean judiciales o administrativos.”4
II. EL DERECHO
4
Pinochet C., Francisco J. “El Recurso de Protección. Estudio profundizado”, Editorial El Jurista,
Santiago de Chile, 2016,
5
Cea E., José L. “Derecho Constitucional Chileno. Tomo II: Derechos, deberes y garantías.”, Ediciones
Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 2004, p.629.
Como bien sabe S.S. ILTMA., la acción judicial no es otra cosa que la facultad
que tiene todo sujeto de Derecho para recurrir al órgano jurisdiccional competente, a fin
de obtener el respeto de sus Derechos y conseguir que prime el imperio de la Ley por
sobre aquellos actos antijurídicos de los que es víctima. En el caso concreto, y respecto
a las garantías fundamentales que reconoce nuestra Constitución Política, la acción
judicial aplicable en la especie no es otra que la dispuesta en el artículo 20 del Mandato
Constitucional, es decir, la acción de protección.
6
Pinochet C., Francisco J. op. cit. p.123-124.
cuanto y según la propia Corte Suprema ha señalado, la acción constitucional de
protección constituye jurídicamente una acción de carácter cautelar, destinada a
amparar el legítimo ejercicio de las garantías y derechos preexistentes que en esa
misma Carta Magna se contemplan, mediante la adopción de medidas de resguardo
que se deben tomar ante un acto arbitrario o ilegal que impida, perturbe o amenace ese
ejercicio. En armonía con lo anterior, tanto los hechos como las peticiones de la acción
interpuesta en estos autos versan sobre la ilegalidad y arbitrariedad en el actuar de los
recurridos, pues sus actos arbitrarios e ilegales que constan en el acápite de los hechos
en este recurso, han perturbado el legítimo ejercicio de garantías constitucionales de mi
representado y tales son materias propias de esta acción cautelar.
En atención a la vulneración de los derechos garantizados constitucionalmente,
que en caso concreto son la de igualdad ante la ley, legalidad y propiedad de la parte
recurrente, se vuelve urgente restablecer el imperio del derecho, asegurando su debida
protección.
Es precisamente en razón de su naturaleza cautelar que su finalidad primera y
fundamental es proteger al afectado (…), pero de una manera pronta, inmediata, sin
mayor dilación, bastando que el agravio sea, en general, notorio o perceptible, de un
modo fácil, sin profundas disquisiciones teóricas o sesudas investigaciones o complejas
pruebas. Es así que los antecedentes de hechos desarrollados en el libelo de esta
acción constitucional, logran manifestar todas las características de un agravio
constitucional que da lugar a solicitar la intervención de esta Ilustrísima Corte de
Apelaciones mediante el recurso de protección, pues este es el mecanismo idóneo para
poner fin a la afectación y perturbación de los derechos señalados. El recurso de
protección precisamente está previsto en nuestra Carta Magna para enmendar,
conforme a Derecho, actos como estos que se riñen con el Ordenamiento Jurídico, se
alejan del principio de juridicidad, del de proporcionalidad, de la interdicción de la
arbitrariedad y de la necesidad de que los actos de las instituciones públicas tengan una
justificación objetiva.
Es así S.S. ILTMA., que no existe causal objetiva alguna que faculte a esta
Ilustrísima Corte de Apelaciones a declarar inadmisible la acción deducida, por cuanto
y como se ha fundamentado en los párrafos precedentes, esta parte cumple con los
requisitos formales dispuestos en la norma pertinente para efectos de dar lugar a su
admisibilidad, ergo, la fundamentación expresada en la resolución recurrida escapa y
excede del límite que existe en el control de admisibilidad que mandata el Auto
Acordado.
Eso no es todo, pues el considerando segundo de la resolución que por este acto
se impugna, atenta contra el mandato constitucional consagrado en el inciso 2° del
artículo 76 de la Constitución Política, denominado como el Principio de Inexcusabilidad
que versa: “Reclamada su intervención en forma legal y en negocios de su competencia, no
podrán excusarse de ejercer su autoridad, ni aun por falta de ley que resuelva la contienda o
asuntos sometidos a su decisión”; en consecuencia, esta Ilustrísima Corte es plenamente
competente para conocer del asunto sometido a vuestra resolución, y esta parte ha
formulado la intervención, en forma legal y dentro de plazo, de esta Magistratura a fin
de tutelar la vulneración de Derechos de mi representado, precisando
pormenorizadamente los hechos que vulneran las garantías fundamentales afectadas,
de manera tal que, sólo quedaba declarar la admisibilidad de la acción impetrada y darle
7
Soto K., Eduardo. “El Recurso de Protección. Orígenes, Doctrina y Jurisprudencia”, Editorial
Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1982, p. 14
8
Véase Sentencia Excma. Corte Suprema, Rol N° 1717-2006.
el curso progresivo a estos autos, lo que desafortunadamente no ocurre en la especie,
antecedente que por si solo justifica la presente reposición.
Finalmente, lo resuelto por S.S. ILTMA., atenta contra el espíritu de la acción de
protección y contra normativa de orden legal y constitucional, toda vez que el Auto
Acordado que regula el recurso de protección establece que “el Tribunal examinará en
cuenta si ha sido interpuesto en tiempo y si se mencionan hechos que puedan constituir la
vulneración de garantías de las indicadas en el artículo 20 de la Constitución Política de la
República”. Es decir, el examen debe ceñirse a verificar el plazo y la mención de hechos
que potencialmente puedan vulnerar garantías constitucionales, ergo, nada dice sobre
valoración de los hechos y, menos aún, respecto de las peticiones de los recurrentes a
la luz de la naturaleza cautelar de la acción de protección.
Lo que establece el N°2 del Auto Acordado para efectos de rechazar un recurso
de protección, en su examen de admisibilidad, es que “no se señalan hechos que puedan
constituir vulneración a garantías de las mencionadas en la referida disposición constitucional”,
siendo evidente que todos los elementos de este segundo requisito han sido
ampliamente cumplidos por esta parte, ello en atención a que, primero se indica con
total claridad y precisión los hechos constitutivos de la vulneración de las garantías
constitucionales reclamadas y, segundo que estos hechos puedan vulnerar garantías
constitucionales, lo que efectivamente ha ocurrido. Así las cosas, no puede el recurso
de protección ser declarado inadmisible por razones de fondo o de mérito, cuestión que
debe resolverse en la oportunidad procesal pertinente, la que indefectiblemente no es
esta etapa de admisibilidad.
9
Véase numerales 1 y 2 del segundo otrosí de esta presentación.
SEGUNDO OTROSÍ: SÍRVASE S.S. ILTMA., tener por acompañado los siguientes
documentos:
1. Copia de sentencia definitiva dictada por la Excelentísima Corte Suprema, en
causa ROL 2638-2018.
2. Copia de sentencia definitiva dictada por la Excelentísima Corte Suprema, en
causa ROL 23252-2018.
Firmado
JUAN digitalmente por
PABLO JUAN PABLO
SANCHEZ
SANCHEZ SEPULVEDA
Fecha: 2021.01.29
SEPULVEDA 14:11:55 -03'00'