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Bajo Contacto: Clave para la economía

que viene
La forma y velocidad en que se transmite el coronavirus requiere cambios en la forma
en que hacemos negocio para abrir la economía. Aquí te explico cuáles son.

De acuerdo con la OMS, el COVID-19 se transmite directamente a través de gotículas


respiratorias de una persona infectada, o indirectamente, por contacto con superficies
que se encuentren en el entorno inmediato u objetos que haya utilizado dicha
persona. De acuerdo con el IMSS, el virus permanece en aluminio hasta 8 horas, en
acero hasta 48 horas, en madera y vidrio hasta 4 días, en papel y plástico hasta 5 días,
entre otros.

Lo anterior nos ha llevado a ciertas reglas que se implementan prácticamente a nivel


mundial: distancia social, evitar el contacto directo, limitar las aglomeraciones de
personas, restricciones de viajes internacionales, y extremar la higiene —comenzando
por las manos—. Lo anterior tiene implicaciones muy profundas: la mayoría de nuestras
actividades económicas y sociales requieren del contacto. 

Más aún, la conducta de las personas podría cambiar, en función de si nos sentimos
seguros de que, los lugares donde nos encontramos y las personas con las que estamos
están libres de COVID-19. Por ejemplo, ya se han dado casos de personas que están
ansiosas por estar en espacios cerrados o en transporte público, ha disminuido el
contacto de jóvenes con personas mayores y confiamos más en los negocios y empresas
que extreman precauciones de higiene.

Evidentemente, queremos regresar a la normalidad, pero como se ha reiterado,


mientras no haya inmunidad o una vacuna en una proporción significativa de la
población, no podremos regresar exactamente a como era la vida anteriormente.
Además, podríamos regresar paulatinamente a las labores, pero mientras más duren las
cuarentenas, más comenzarán a quedarse algunas de las adecuaciones que se necesitan
para hacer negocio.

Lo anterior nos lleva a la necesidad de lo que el Board of Innovation ha llamado


la Economía de Bajo Contacto, una fuerte y abrupta transición de una economía de
contacto intenso —donde tocábamos cosas, nos lavábamos poco las manos, estábamos a
muy poca distancia de las personas, por ejemplo— a una de menor contacto. En este
nuevo entorno, habrá empresas que se adapten mejor que otras. A continuación, se
mencionan los cambios identificados por la organización.

Distancia Social

El consejo de no acercarse a otros y limitar las interacciones físicas nos puede llevar a:
disminuir las visitas innecesarias, cambiar la forma en que compramos, hacer
adecuaciones logísticas para las personas de más de 60 años, distinguir a las personas
inmunes de las no inmunes—lo que puede aumentar la discriminación—, más trámites
a distancia, a realizar adecuaciones a lugares como infraestructura urbana, transporte
público y oficinas, así como mayor movilidad individualizada.

Precauciones de Higiene

La necesidad de lavarse las manos, desinfectar continuamente y usar mascarillas nos


puede llevar a: usar la filosofía contactless en gran cantidad de interacciones, volver
normal el uso en público de máscaras, disminuir las visitas a hospitales y lugares con
posibles aglomeraciones o focos de infección, más comida empacada, introducción de
sellos de sanitización, pero también, mayor enfoque en la salud higiénica y el cuidado
personal.
Limitación de aglomeraciones masivas

Las políticas que restringirán la realización de eventos y limitarán las interacciones a


círculos pequeños derivarán en aspectos como reducir el número de personas que
pueden estar en salas de cine, en auditorios o en festivales de música, lo que dará un
impulso fuerte a las producciones elaboradas y digitalizaciones de eventos. También se
tendrán que repensar rituales y celebraciones religiosas y sociales, y más negocios
tendrán que estar abiertos por más tiempo para permitir un flujo similar al que había
antes del COVID. Esto hará que las personas reduzcan más el número de conocidos
dentro de su ciudad, pero aprecien más los momentos cercanos con amigos de
confianza.

Mayor necesidad de trabajo desde casa

Muchas personas se han dado cuenta que les gusta trabajar desde casa, quizá no diario,
pero sí saben que la modalidad llegó para quedarse. Al principio, ha resultado en
inversión en necesidad de mejor conexión a Internet y quizá equipo multimedia, pero
pronto se podría traducir en equipo profesional para realizar video llamadas y grabar
clips. Esto derivará en la necesidad de tener más espacios para uso profesional en casa o
de deshacerse de cosas, así como en la reevaluación de necesidades de oficina. La línea
casa-oficina se hará más delgada, por lo que la casa cargará con más estrés ‘de la
chamba’ y como más familias pasarán más tiempo juntas, habrá mayor fricción, pero
también más tiempo de calidad.

Restricciones de Viaje 

Como hemos visto durante la cuarentena a nivel internacional, es posible que haya
restricciones de viaje entre estados, entre regiones y hasta entre países. Evidentemente,
el gran turismo intercontinental tendrá un frenón fuerte, que derivará en una explosión
en turismo regional, interés en pasar tiempo en la naturaleza, lugares poco urbanizados
y hasta turismo rural, así como en buscar periodos que conjunten trabajo y descanso.

Conclusión: Darwinismo en tiempos del COVID-19

La lección es simple: hay personas que se están adaptando rápidamente a la nueva


economía de baja fricción… y otras que esperan que, como si uno apretara Control + Z,
las cosas regresarán a ser como hasta hace unas semanas. Y tú, ¿en qué grupo estás?
¿Cuáles son los retos de la tecnología en la
economía de bajo contacto?

De acuerdo a la consultora de negocios Boards of Innovation, esta ha afectado de manera distinta a cada uno
de los sectores empresariales, pero lo común para todos ha sido la necesidad de iniciar y/o acelerar los
procesos de Transformación Digital. Estos, que tomaban entre uno a tres años, hoy deben realizarse en días
o semanas.

Lo digital se ha convertido en el elemento central de toda interacción. Los canales digitales son ahora el
principal modelo de participación del cliente, y los procesos automatizados son el impulsor de la
productividad y la base de las cadenas de suministro flexibles, transparentes y estables. Las formas ágiles de
trabajar son un requisito previo para hacer frente a los cambios en el comportamiento de los consumidores.
Estos cambios pueden revelar potenciales puntos problemáticos de la arista tecnológica de una compañía,
por lo que son varios los retos. De acuerdo con Luis Villanueva, director de LATAM de Stambia y
especialista en integración y transformación de datos; los proyectos que se vayan a desarrollar en esta nueva
economía deben contar con sistemas que permitan el comercio electrónico y la protección de los datos
sensibles de los usuarios. 

Asimismo, deben tener una reducción de costos en la gestión local de información y una sincronía hacia la
nube para el almacenamiento de los datos.

Además, según la consultora McKinsey & Company, los factores a considerar en la adopción de nuevas
tecnologías son la seguridad de los datos, la escalabilidad y la usabilidad. La seguridad de los datos se
convierte en un reto cuando se trabaja a distancia, por la cantidad de información que se comparte.

Otro desafío es la escalabilidad pues hay que identificar en donde ocurren las rupturas o caídas en un
escenario de interacción virtual total con los grupos de interés, o equipos diseminados dando el soporte
desde casa. Y en cuanto a la usabilidad, el reto estará en renovar o mejorar la oferta de los productos y
servicios disponibles.

“A estos se le suma la Integración de Datos: el paso cero de la transformación digital y un elemento esencial
para la gestión de datos de las empresas, ya que optimiza el uso de las tecnologías en las que ya se ha
invertido”, menciona Villanueva.

En Latinoamérica, aún son muchas las compañías que inician su estrategia de innovación digital sin tener
este factor en cuenta, lo que afecta su rendimiento, rentabilidad y eficiencia. Pero también están quienes han
entendido su importancia: de acuerdo con la consultora Gartner, en 2019, más del 50% del costo de
implementación de nuevos sistemas fue invertido en integración de datos.
En ese sentido, la integración de data es el reto tecnológico más grande de las empresas, y de lograrse,
también será su principal aliado. Por eso es clave definir los mejores criterios para la elección de una
solución de integración de datos en el momento de la transformación digital.

“Esta debe ser adaptable y ágil para que concilie las necesidades empresariales con las necesidades
tecnológicas. Debe ser capaz de industrializar los procesos de innovación digital; y además, su costo y
estrategia no deben depender de su arquitectura”, señala Villanueva.

Dichas soluciones deben ser flexibles para las demandas de valor de tiempo, los patrones de integración, la
optimización del costo, el modelo de entrega, y la sinergia con la transformación digital.

“Una solución que cumpla con todos esos requisitos mejora la productividad de una organización hasta en
un 20%”, agregó Villanueva. Solo quienes implementen este proceso a la velocidad que la situación y el
mercado lo requiere, lograrán su supervivencia y demostrarán su capacidad de reactividad frente a una crisis.

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