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Introducción
En el capítulo 1 expresamos las pautas que deben tener los análisis y las funda-
mentaciones en el contexto académico, y mencionábamos que un uso de esas
herramientas se da cuando necesitamos analizar datos. En este capítulo nos
dedicamos a los datos –cómo se recogen, cuál es la diferencia con la informa-
ción–, y damos algunas pautas para evitar errores metodológicos cuando esto
se enmarca en investigaciones educativas.
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Capítulo 11. Instrumentos, datos e información
Los instrumentos
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Perspectivas metodológicas en la enseñanza y en la investigación en educación matemática
Cuando decidimos que nuestro instrumento será la observación, hay que tener
en claro, en primer lugar, si esta será sin intervención nuestra o estamos ha-
bilitados a intervenir. En una clase, por ejemplo, un observador podría tener
como rol simplemente registrar lo que ve, o también podría hacer preguntas.
En esto se distingue la observación no participante de la observación participante.
De ser posible, considerar que grabar (al menos en audio) es una forma
óptima de recabar datos. De todos modos, a veces esto no es fácil; no tenemos
la aceptación y debemos registrar a mano. Explicamos a continuación algunas
cuestiones que el observador debería tener en cuenta:
1) Si hiciera falta observar el trabajo en grupos en una clase, cada observador
podría observar solo a un grupo y –si la hubiera– la parte de puesta en común o
trabajo del conjunto de la clase. Es decir, no debería ir de grupo en grupo. A su
vez, si esto debe hacerse por varias clases, habría que observar al mismo grupo.
2) Habría que avisarles a los alumnos antes de comenzar la clase cuál será
el rol de los observadores y por qué se suman a su espacio. Aquí se habilitará o
no que se le pueda preguntar al observador.
3) Si estamos grabando, podemos aprovechar nuestra presencia para anotar
impresiones, supuestos, pues tenemos la certeza de que en la grabación queda
la versión fiel.
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Capítulo 11. Instrumentos, datos e información
La idea de hacer una minuta es registrar, con todo fresco, lo que uno vivió/
percibió luego de aplicar un instrumento. Por ejemplo, puede ser luego de una
observación, de una entrevista, cuando se terminó de aplicar un dispositivo
didáctico, etcétera.
Durante la aplicación de algunos instrumentos, uno suele estar bastante
ceñido al protocolo que diseñó y fundamentó con antelación. Sin embargo,
en ese transcurso de la implementación uno tiene impresiones, sensaciones,
cree que entiende por qué pasó tal cosa, considera que puede explicar algo de
lo que vivió, etcétera. Durante la aplicación de los instrumentos no podemos
hacer simultáneamente un análisis de los datos, simplemente porque estamos
recabándolos. Entonces, la propuesta de la minuta es hacer un punteo, total-
mente informal, en el que se exprese por escrito todo lo que se haya visto, vivido,
percibido. Es un escrito para plasmar cosas distintas del dato. Se acerca más a
un espacio para delinear posibles afirmaciones personales o juicios que luego
formarán parte del análisis (capítulo 1) y que cerrarán o no en función de que
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Perspectivas metodológicas en la enseñanza y en la investigación en educación matemática
uno pueda vincularlos con la teoría y sumarle evidencias extraídas de los datos
(que serán las transcripciones o los videos, por ejemplo).
¡Hay que hacerlo! Uno cree que recordará por siempre lo que vivió en ese
momento, ¡pero no es así! Hay que tener a mano una computadora portátil,
un grabador o papel y lápiz, y apenas se termina se pueden juntar los investi-
gadores presentes, hablar, intercambiar y registrar todo a la velocidad que les
den las manos. Aquí no interesa tener una redacción pulida, importa registrar
las impresiones de los investigadores involucrados.
Cuando se esta por comenzar el análisis de los datos (luego de las transcrip-
ciones, si fueran entrevistas, por ejemplo), se toman las minutas en búsqueda de
posibles afirmaciones personales, y luego se vuelve a los datos a buscar evidencias.
En ese momento del análisis es que se usan las minutas. Aquí, nuevamente,
se articularán para el análisis la teoría del mt, sus afirmaciones y las evidencias
extraídas de los datos.
La información
La información resulta de haber analizado datos con alguna teoría y las pautas
explicitadas en el capítulo 1. Esto significa que un mismo conjunto de datos
podría dar origen a distintas informaciones, según con qué teoría se lo analice.
A modo de ejemplo, imaginemos que videograbamos una clase que fue
diseñada y gestionada bajo los lineamientos de la Teoría de Situaciones Didác-
ticas. El investigador que hizo el diseño de esa clase, porque necesitaba recabar
ciertos datos en ella, la analizará y plasmará en su análisis afirmaciones expre-
sadas en términos de, por ejemplo, cómo se puso en juego la a-didacticidad,
cómo fue el trabajo de los alumnos, si hubo rupturas del contrato didáctico,
si se vio a los estudiantes validando sus producciones, etcétera. Como nota-
rán, esto está impregnado de los elementos teóricos propios de la línea y son
con los que analizamos la clase y nos expresamos. Si, en cambio, el video es
tomado por otra persona, fuera del contexto de esa investigación, podría, por
ejemplo, analizarlo utilizando otro enfoque teórico. Imaginemos la Resolución
de Problemas. Es muy probable que su análisis exprese que los estudiantes no
trabajaron individualmente –como es promovido por este último enfoque–,
que el docente recapituló en la clase cuestiones referidas al contenido y no a
las heurísticas puestas en juego, etcétera.
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Capítulo 11. Instrumentos, datos e información
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