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EUTANASIA: MUERO EN PAZ O SUFRO EN VIDA

Yuli Cogollo Díaz


Emelina Palma Gutiérrez
Luis Alfredo Morales  Paternina

La presencia de diversos conceptos e ideas relacionados con la eutanasia es

anticuada; autores como Platón la han definido de una manera muy objetiva: se dejará

morir a quienes no sean sanos de cuerpo . El tema ha alcanzado un nivel de discusión

tan alto en las consideraciones legales y religiosas, definida como buena muerte o morir

en paz , sin embargo, su significado va mucho más allá y puede ser delimitada como la

culminación consciente y sin dolor de la vida de una persona que sufre de una

enfermedad terminal e incurable extendiendo un gran sufrimiento físico, vista como una

mejor alternativa que la vida. En Colombia en 2020 la cifra de procedimientos

disminuyó a 26 casos, un poco más de la mitad de los realizados en 2019, 44 casos. En

marzo del 2021 se habían realizado solo 2 procedimientos de eutanasia en el año.

Mujeres y hombres consienten a la muerte digna a través de la eutanasia en casi

iguales proporciones.

Con base a lo aterior surge una problemática, ¿la eutanasia se considera crimen o

derecho a morir dignamente? Interrogate que ha dado paso a la creacion de un debate

que actualmete no llega a una conclusion definitiva. El objetivo principal del siguiente

artículo es mostrar las dos caras del procedimiento, tanto la religiosa como la cientifica,
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tomando como base el concepto dado desde la antiguedad hasta la actualidad y el

primer caso dado en Colombia .

En América Latina solo Colombia despenalizó la eutanasia en 1997, para pacientes con

enfermedades terminales. La Corte Constitucional de Colombia amplió los requisitos

para acceder y practicar la eutanasia. Seis magistrados votaron a favor y tres en contra

de extender el derecho a una muerte digna a quienes padezcan una enfermedad

incurable, según la sentencia. Hasta ahora solo se aplicaba desde 1997 a pacientes

terminales. La Corte decidió que no se incurre en el delito de homicidio por piedad

cuando la eutanasia se practica a un paciente que padezca un intenso sufrimiento físico

o psíquico, proveniente de lesión corporal o enfermedad grave e incurable, mientras el

procedimiento sea efectuado por un médico y bajo el consentimiento libre e informado

del enfermo.

Partamos del siguiente caso: El padre del famoso caricaturista Julio César González,

más conocido como Matador, fue el primer ciudadano en Colombia al que se le practicó

la eutanasia, el 3 de julio del 2015. Ovidio, de 79 años, padecía un cáncer de boca que

le había comprometido gran parte de sus funciones. Dos meses y medio antes de su

partida, le comunicaron que su cáncer era terminal, por lo que decidió trasladarse a

Pereira. González afirma: Llegó con la cara destruida, sufría y se quejaba de dolor; un

día perdió el conocimiento y hubo que internarlo en la clínica. Y desde allá me convocó,

como a su hijo mayor. Me dijo que quería la eutanasia y confesó que se sentía tan mal,

que llegó a pensar en botarse desde el quinto piso de la clínica. El caricaturista se

dedicó a hacer las averiguaciones correspondientes y, finalmente, logró que la Clínica

Oncólogos de Occidente, en Pereira, citara a su padre para realizar el procedimiento el


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26 de junio de 2015. Sin embargo, 15 minutos antes del encuentro, para el cual Ovidio y

su familia ya se habían preparado, le negaron la eutanasia. Un doctor alegó que, para

cumplirle ese derecho, él tenía que estar completamente postrado, y que como está

puede vivir otro tiempo. Mejor dicho: que mi papá tiene que seguir sufriendo, contó

Matador en aquel entonces. Días después, el 2 de julio, la Clínica y la familia de

Ovidio llegaron a un acuerdo y, finalmente, se autorizó su eutanasia. El procedimiento

se hizo al día siguiente, con el propósito de no alargar más el sufrimiento del hombre.

Evangelium Vitae: Así pues, el aborto y la eutanasia son crímenes que ninguna ley

humana puede pretender legitimar. Leyes de este tipo no sólo no crean ninguna

obligación de conciencia, sino que, por el contrario, establecen una grave y precisa

obligación de oponerse a ellas mediante la objeción de conciencia. Bajo la óptica de

creencias religiosas, la práctica de la eutanasia es considerada como pecado, puesto

que la persona no puede disponer libremente sobre la vida, que le fue dada por un ser

sobrenatural. Para la iglesia Dios es el dueño de todo, la vida y muerte están en sus

manos, se debe aceptar el dolor y la muerte más terrible porque Jesucristo murió en la

cruz y así salvó al mundo del pecado. Quien termine con la vida del prójimo estará

condenado e incurrirá en el peor de los pecados. La Iglesia Católica hace alusión a la

transgresión moral que encarna la práctica de la eutanasia en el ser humano, determina

que con estos hechos se ordenan delitos como el homicidio y suicidio que vulneran

directamente la dignidad humana de cada persona. De este modo presume dos pautas

para el entendimiento de la existencia del hombre, una de ellas es la vida sagrada, que

se relaciona al comienzo y al fin de la vida concebida por la mano creadora de Dios; y la

segunda, es su protección, donde se delinean límites que exigen contemplación por la


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vida y de igual forma el respeto por ella. En este sentido, para el caso anterior el

caricaturista Julio César González incurrió en pecado al momento de tramitar y apoyar

el proceso de eutanasia para su padre, puesto que finalizó con su vida sin la voluntad ni

el permiso de Dios y no colocó en practia el no abandonar nunca a los que sufren, no

rendirse nunca, sino cuidar y amar para dar esperanza. Por lo cual, se afirma que la

iglesia catolica esta en contra de la eutanasia ya que se emplean en muchos casos

razones de orden moral que conciernen de manera general el homicidio y el suicidio. La

protección de la vida humana dentro de algunas tradiciones religiosas se basa en la

concepción de la vida como un don de Dios sobre el que el hombre no puede disponer

libremente. Algunos cristianos llegan incluso a considerar que el sufrimiento humano

tiene un valor positivo para el enfermo terminal en la medida que lo acerca del

sufrimiento de Cristo.

Ahora bien, cientificamente la eutanasia es un proceso que permite acelerar la muerte

de una persona con una enfermedad incurable para evitar que sufra. La eutanasia solo

se practica a las personas que tengan una enfermedad terminal con pocos meses de

esperanza de vida. Deben padecer un dolor insufrible, con una deterioración física

irreversible, pero con la capacidad mental de tomar una decisión informada. La

eutanasia se puede realizar por acción directa, proporcionando una inyección letal al

enfermo, o por acción indirecta, no proporcionando el soporte básico para la

supervivencia del mismo. En ambos casos, la finalidad es la misma, acabar con una

vida enferma. Es decir, es el fin del sufrimiento, aunque el dolor pueda controlarse de

manera relativamente eficaz hoy en día, algunos otros sufrimientos persisten, como la

pérdida de control sobre su cuerpo con la consiguiente pérdida de autonomía y


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degradación de la calidad de vida. Cuando se reciben peticiones para la eutanasia, los

profesionales de la salud activa un protocolo asistencial cuyo propósito es determinar si

se cumplen las condiciones estipuladas en la Sentencia C-239 de 1997. Cuando un

médico recibe la información, debe comunicar al paciente de manera inmediata sobre

otros derechos que lo cobijan y que, quizás, desconozca: derecho a recibir atención por

cuidados paliativos, derecho a desistir de su solicitud en cualquier momento así como la

activación del comité interdisciplinar encargado de evaluar el caso. Si luego de ello, la

persona persiste se debe indicar el proceso asistencial de las evaluaciones y

valoraciones para determinar la capacidad y competencia mental, evaluación del

sufrimiento, presencia de enfermedad terminal, inexistencia de alternativas razonables

de tratamiento específico. Estas valoraciones se deben realizar en un tiempo máximo

de 10 días después de haberse recibido la solicitud. Proceso que Julio César González

llevo a cabo y que al principio se vio truncado por el médico el cual llego a alegar que

para cumplirle ese derecho, él tenía que estar completamente postrado, y que como

estaba podía vivir otro tiempo. Consideremos ahora, que la medicia se encuentra a

favor del procedimiento de la eutanasia puesto que, se basa en acabar con el

sufrimiento físico del ser humano.

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