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Nombre: Camila Guerra Buitrago

Grupo: Diurno
Corporación Universitaria Unisabaneta

ENSAYO SOBRE LA EUTANASIA

Es importante partir de la definición de la palabra eutanasia, la cual procede del griego eu


que significa bueno y thanatos que se define como muerte. Actualmente la utilización de
este término “buena muerte” ha evolucionado, dado que, hace referencia al acto de acabar
con la vida de una persona enferma, sea a petición suya o de un tercero a fin de minimizar
el sufrimiento que pueda estar padeciendo.
Actualmente son pocos los países que cuentan con la legalización de la eutanasia, entre
ellos están Colombia, Holanda, Bélgica y Luxemburgo. En nuestro país se legalizó en el año
2014, y se estableció que solo es permitida cuando los enfermos mayores de edad se
encuentren en fase terminal por criterio clínico, los enfermos en fase terminal con
patologías oncológicas y no oncológicas y por último los enfermos con capacidad de
decisión que lo expresen de manera verbal o escrita.
Este tema ha sido de gran debate en varios ámbitos, debido a las convicciones personales,
sociales, legales, morales y religiosas de muchas personas, ya que, quienes están en contra
de la eutanasia argumentan que va en contra de los valores, principios y sobretodo de la
moral, para ellos debe prevalecer el derecho a la vida; partiendo de este argumento sería
importante cuestionarnos ¿Hasta qué punto vivir se convierte en un derecho o en una
obligación? .Por otro lado, quienes están a favor sostienen que la eutanasia es necesaria
para declinar el dolor y el sufrimiento de una enfermedad sin salida o sin cura, además
aliviaría el degaste físico y emocional que sufre tanto el paciente como sus familiares.
En diversas sentencias, la Corte Constitucional reconoce a la eutanasia como un acto de
hecho voluntario, es decir solo podrá ser llevado a cabo siempre y cuando la persona así lo
desee y cuando sus condiciones de vida así lo requieran. Con esta disposición constitucional
se pretende proteger la autonomía de cada individuo y, con ello, el libre desarrollo de la
personalidad, todo esto fundamentado en un marco jurídico por medio del cual, nadie
podrá ser obligado a vivir en condiciones indignas si se siente agobiado y desahuciado por
situaciones propias de una enfermedad terminal, cuyo estado de salud empeoraría de
manera inevitable.
Partiendo de lo anterior, se establece que el Estado Colombiano está en la obligación de
proteger la vida, pero dicha función va ligada al respeto de la dignidad humana, la
autonomía personal, el libre desarrollo de la personalidad y la prohibición de cualquier trato
cruel e inhumano, y los derechos inalienables de la persona protegidos por la Constitución
Política de Colombia.
En últimas, quien debería decidir sobre la interrupción o prolongación de la vida en el caso
de que se encuentre en condiciones para hacerlo es el paciente, sin embargo, para ello debe
estar correctamente informado sobre el estado de su salud y de las posibles alternativas
terapéuticas para su enfermedad. Ya que, esto es algo que forma parte de los derechos de
la persona y es una decisión intima que depende de la consideración de cada persona,
puesto que, cada quien es dueño de su vida y podrá decidir cómo dejar de tenerla y como
elige morir, haciendo valer su derecho a la autonomía y a su propia libertad.
En el caso de los menores de edad, la eutanasia solamente es permitida siempre y cuando
los niños o niñas tengan más de 14 años, y además se debe contar con la previa autorización
de un adulto. En esta situación es notable un vacío jurídico, puesto que han existido casos
en los cuales, los menores padecen una enfermedad terminal sin una alternativa
terapéutica, y muchas veces han manifestado que no desean vivir más, por el sufrimiento
que adolecen a su corta edad, pero resulta complejo el hecho de que ellos puedan tomar la
decisión sobre su vida, por lo que aún no es regulada por una normativa y también porque
se considera que ellos no están plenamente capaces de tomar dicha determinación.
A pesar de son dos conceptos completamente distintos, la eutanasia se suele confundir con
el suicidio asistido

Es diferente la eutanasia al suicidio asistido, el cual consiste en morir con la ayuda de otro, pues el
paciente no puede hacerlo por sus limitaciones físicas o psicológicas. La distanasia, también
conocida como encarnizamiento terapéutico, es lo contrario a la eutanasia y consiste en retrasar el
advenimiento de la muerte todo lo posible, por todos los medios proporcionados, aunque no haya
esperanza alguna de curación y aunque eso signifique exigir al moribundo unos sufrimientos
añadidos a los que ya padece y que, obviamente, no lograra esquivar la muerte inevitable, sino
solo aplazarla unas horas o unos días en condiciones lamentables. La distanasia es un error ético y
una falta de competencia.

El suicidio asistido está permitido en Suiza y en cuatro estados de Estados Unidos.

El principio ético de autonomía es sobre el cual se fundamenta y se soporta la consideración sobre


la eutanasia. En un estado social de derecho como lo es Colombia, se debe aceptar que existen
opciones diferentes para vivir y morir, y que se debe respetar la voluntad de quien está
soportando una terrible enfermedad.

En cuanto a la postura delos médicos, en muchas ocasiones se oponen a la práctica de la


eutanasia, bien por ir en contra de sus convicciones o bien por miedo a las consecuencias legales.
Muchos de estos problemas se evitarían si se admitiese la validez de los testamentos vitales (Esta
es mi Voluntad), ya que, en ellos se expresa la voluntad del paciente, evitándose así que deban ser
otras personas, como los familiares, a los que se somete a una situación muy dolorosa, las que
decidan por ellos. Como opinión personal me gustaría agregar que cada persona debe tener
derecho a dirigir su vida hasta el final y a decidir en cualquier momento lo que más le conviene. No
se puede admitir la existencia del derecho al libre desarrollo de la personalidad para luego
anularlo en un momento concreto de la vida del ser humano como en este caso, al final dela
misma, porque aunque sea el final de la vida sigue siendo vida y por lo tanto el ser humano tiene
también en ese momento el derecho a dirigirla.

Si con 18 años se considera a una persona lo suficientemente madura para manejar su vida y
aceptar la responsabilidad de sus actos, ¿por qué no va a serlo después, cuando ya ha adquirido
madurez? Por otro lado, si el suicidio no está penado, no parece muy coherente que sí castigue a
quien auxilie a un suicida porque realmente está cumpliendo los deseos de éste. Sin embargo,
resulta complicado saber si realmente se están cumpliendo los deseos de la otra persona porque
el consentimiento puede ser revocado en cualquier momento y en consecuencia el enfermo
podría arrepentirse en el último momento y renunciar a su derecho a morir.

Para muchos la eutanasia pasiva es aquella en donde se suspende el tratamiento que ya comenzó
el paciente, así dejando de intervenir en el proceso natural de la enfermedad, que lo llevaría hacia
la muerte inevitablemente, por el contrario la eutanasia activa se entiende como aquello que se
distingue por intervenir causando la muerte de una manera rápida, sin dolor, ya sea directa por
aplicación de una dosis letal o indirectamente suministrando analgésicos que en sus
efectos causen otra alteración y por consecuencia causen la muerte, siendo así una acción
de doble efecto.

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